JMJ
Pax
† Lectura del santo            Evangelio según san Mateo 6, 1-6.16-18
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús          dijo a sus discípulos: 
          "Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de          los hombres          para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su          Padre          celestial.
          Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta,          como hacen los          hipócritas en las sinagogas y por las calles para que los alaben          los hombres.          Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. En cambio,          cuando tú des          limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha,          para que tu          limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te          recompensará.
          Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a          quienes les gusta          orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas          para que los vea          la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en          cambio, cuando          vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu          Padre, que          está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te          recompensará.          Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos          hipócritas que          descuidan la apariencia de su rostro para que la gente note que          están ayunando.          Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio,          cuando ayunes,          perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sepa la gente          que estás          ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que          ve lo secreto,          te recompensará".
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su            oración: Esto es          gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos          un Avemaría de          corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres          de Gracia, el          Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y          bendito es el fruto          de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por          nosotros pecadores,          ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus          intenciones y          misas! 
Aclaración: una          relación muere sin comunicación y          comunidad-comunión. Con Dios es          igual: las "palabras          de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son          fuente de vida espiritual          (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es          necesario visitarse,          y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en          la Eucaristía,          que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer          la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO          (Dios) a          Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos          el daño que          hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los          Corazones de Jesús y          de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c)          agradecemos y d)          pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la          salvación del          mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no          ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película          completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación:          http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se            apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús            está aquí y lo            ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del              Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en              vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn            5,12). Si comulgamos            en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión)            con el Amor y            renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas            del Cordero            (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo            que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su            Sangre por nuestros            pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente            sin Amor: si una            novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del            Novio para            siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar.            Idolatramos aquello            que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía,            flojera). Por eso, es            pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y            fiestas (Catecismo            2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).          "Te amo,            pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso".            ¿Qué pensaríamos si            un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en            el mundo para ser felices            para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección            del amor, es            necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide            la Cátedra de            Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar            debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo,              come y bebe su propia              condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados            mortales? no            confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989),            no comulgar al            menos en tiempo pascual (920), abortar (todos            los métodos anticonceptivos            no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a            decidir, derechos            (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación            natural sin causa            grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por            iglesia, demorar en            bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón,            borrachera,            drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de            venganza, ver            pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado,            etc. Si no            ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos            sorprende la muerte            sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno            (Catecismo 1033-41;            Mt. 5,22; 10,            28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados            mortales objetivamente,            pero subjetivamente,            pueden ser menos graves,            si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes,            ya no hay            excusa.
† Misal
Miércoles de          Ceniza
      Cuando se procede a la            bendición e imposición de la            ceniza sin celebrar Misa, es conveniente hacerlo con una            celebración de la            Palabra, usando los textos propuestos para la Misa de este            día. No se dice "Gloria".
Antífona de Entrada
      Señor, tú te compadeces de todos y no              odias nada de lo que has hecho;              cierras los ojos a los pecados de los seres humanos para que              se arrepientan y              los perdonas, porque tú eres nuestro Dios y Señor.
Oración            Colecta
      Oremos:
            Señor, fortalécenos con tu auxilio al empezar la Cuaresma para            que nos            mantengamos en espíritu de conversión; que la austeridad            penitencial de estos            días nos ayude en el combate cristiano contra las fuerzas del            mal.
            Por nuestro Señor Jesucristo...
            Amén.
Primera            Lectura
      Enluten su corazón y no sus vestidos
Lectura del libro del profeta Joel 2,              12-18
Esto dice            el Señor:
            "Todavía es tiempo. Vuélvanse a mí de todo corazón con ayunos,            con            lágrimas y llanto; enluten su corazón y no sus vestidos.            Vuélvanse al Señor,            Dios nuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la            cólera, rico en            clemencia, y se conmueve ante la desgracia. Quizá se            arrepienta, se compadezca            de nosotros y nos deje una bendición, que haga posibles las            ofrendas y            libaciones al Señor, nuestro Dios.
            Toquen la trompeta en Sión, promulguen un ayuno, convoquen la            asamblea, reúnan            al pueblo,
            santifiquen la reunión, junten a los ancianos, aun a los niños            de pecho. Que el            recién casado deje su alcoba y su tálamo la recién casada.            Entre el vestíbulo y            el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, diciendo:
            "Perdona, Señor, perdona a tu pueblo. No entregues tu heredad            a la burla            de las naciones. Que no digan los paganos: ¿Dónde está el Dios            de            Israel?""
            Y el Señor se llenó de celo por su tierra y tuvo piedad de su            pueblo.
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Salmo            Responsorial
      Del Salmo 50
Misericordia, Señor, hemos pecado
Por tu inmensa compasión y misericordia,            Señor, apiádate de mí y olvida            mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de            mis pecados.
            Misericordia, Señor, hemos pecado
Puesto que reconozco mis culpas, tengo            siempre presentes mis pecados.            Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era            malo.
            Misericordia, Señor, hemos pecado
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un            espíritu nuevo para cumplir tus            mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de            mí tu santo            espíritu.
            Misericordia, Señor, hemos pecado
Devuélveme tu salvación que regocija y            mantén en mí un alma generosa.            Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu alabanza.
            Misericordia, Señor, hemos pecado
Segunda            Lectura
      Aprovechen este tiempo favorable para              reconciliarse con Dios
Lectura de la segunda carta del apóstol              san Pablo a los Corintios              5, 20-21; 6, 1-2
Hermanos:            Somos embajadores de Cristo y, por nuestro medio, es Dios            mismo el que los            exhorta a ustedes. En nombre de Cristo les pedimos que se            reconcilien con Dios.            Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo "pecado" por            nosotros, para            que, unidos a él, recibamos la salvación de Dios y nos            volvamos justos y            santos.
            Como colaboradores que somos de Dios, los exhortamos a no            echar su gracia en            saco roto. 
            Porque el Señor dice: "En el tiempo favorable te escuché; en            el día de la            salvación te socorrí". Pues bien, éste es el tiempo favorable;            éste es el            día de la salvación.
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Aclamación            antes del Evangelio
      Honor y              gloria a ti, Señor Jesús.
            Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su            corazón".
            Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
      Tu Padre,              que ve lo secreto, te recompensará
† Lectura              del santo Evangelio según san Mateo 6,              1-6.16-18
Gloria a              ti, Señor.
En            aquel tiempo, Jesús dijo a            sus discípulos: 
            "Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de            los hombres            para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con            su Padre            celestial.
            Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta,            como hacen los            hipócritas en las sinagogas y por las calles para que los            alaben los hombres.            Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. En cambio,            cuando tú des            limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha,            para que tu            limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te            recompensará.
            Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a            quienes les gusta            orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas            para que los vea            la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú,            en cambio, cuando            vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante            tu Padre, que            está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te            recompensará.            Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos            hipócritas que            descuidan la apariencia de su rostro para que la gente note            que están ayunando.            Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio,            cuando ayunes,            perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sepa la gente            que estás            ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre,            que ve lo secreto,            te recompensará".
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti, Señor Jesús.
No se dice "Credo".
Bendición de          la Ceniza
      Después            de la homilía, el            celebrante procede a la bendición de la ceniza, y dice la            siguiente oración:
Hermanos: Pidamos          humildemente a Dios Padre que          bendiga con su gracia esta ceniza, que vamos a imponer sobre          nuestras cabezas          en señal de penitencia.
          (Breve oración en silencio).
Después prosigue:
          Tú que no quieres la          muerte del pecador, sino su          arrepentimiento, escucha, Señor, con bondad nuestras súplicas y          bendice (†)          esta ceniza que vamos a imponer sobre nuestras cabezas en          reconocimiento de que          somos polvo y al polvo hemos de volver, a fin de que el          ejercicio de la          penitencia cuaresmal nos obtenga el perdón de los pecados y una          vida nueva a          imagen de tu Hijo resucitado. Que vive y reina por los siglos de          los siglos.
          Amén.
Y en silencio asperja            con agua bendita las cenizas.
Imposición de          la Ceniza
      El            celebrante puede usar            cualquiera de las dos fórmulas propuestas:
            1. Acuérdate que eres polvo y al polvo has de volver.
            2. Arrepiéntete y cree en el Evangelio.
Mientras se impone la            ceniza se canta:
Antífona
          Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del          Señor, y digan:          Perdona, Señor, perdona a tu pueblo, y no cierres la boca de          aquéllos que te          alaban.
Antífona
          Cambiemos nuestro vestido por la ceniza y el cilicio; ayunemos y          oremos delante          del Señor, porque nuestro Dios es compasivo y misericordioso          para perdonar          nuestros pecados.
Antífona
          Borra mi culpa, Señor.
Puede cantarse también            otro cántico apropiado. Acabada            la imposición de la ceniza, el celebrante se lava las manos.
Oración            de los Fieles
      Celebrante:            
            Con la Iglesia penitente, que sigue las huellas de Cristo,            modelo de una nueva            humanidad, dirijamos al Padre nuestra humilde y perseverante            oración:
Respondemos:            Oh Dios, danos un corazón nuevo.
Para que            el rito de la ceniza, que inaugura el camino cuaresmal, nos            recuerde a todos            que formamos parte de la Iglesia santa, pero siempre            necesitada de penitencia,            roguemos al Señor.
            Oh Dios, danos un corazón nuevo.
Para que            nuestra comunidad una a la oración y a la penitencia el            dinamismo de la caridad            fraterna, y todo aquello que se quite al egoísmo se transforme            en ayuda            concreta a los pobres y marginados, roguemos al Señor.
            Oh Dios, danos un corazón nuevo.
Para que            todos los seres humanos adviertan la exigencia de renovarse en            la mentalidad y            en las obras, y sepan reaccionar con firmeza contra la falta            de compromiso            moral y social, roguemos al Señor.
            Oh Dios, danos un corazón nuevo.
Para que            los enfermos y los que sufren se sientan, más que nunca, en el            centro de la            comunidad que ora y lucha contra el mal, y se encamina en la            esperanza hacia la            victoria pascual, roguemos al Señor.
            Oh Dios, danos un corazón nuevo.
Para que            los discípulos del Señor, iluminados por la Sagrada Escritura,            purificados por            el sacramento del perdón y fortalecidos con el pan de la vida,            testimonien que            el Reino de Dios es alegría y paz en el Espíritu, roguemos al            Señor.
            Oh Dios, danos un corazón nuevo.
Celebrante:
            Oh Dios, rico en misericordia, danos la alegría de sentirnos            salvados y guíanos            con la fuerza de tu Espíritu a la gran fiesta que tú preparas            a los hijos            pródigos que vuelven a ti.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
Oración            sobre las Ofrendas
      Acepta,            Señor, este sacrificio            con el que iniciamos solemnemente la Cuaresma, y concédenos            que por medio de            las obras de caridad y penitencia, venzamos nuestros vicios y,            libres de            pecado, podamos unirnos mejor a la pasión de tu Hijo. Que vive            y reina por los            siglos de los siglos.
Prefacio
      Los              frutos de la penitencia
En            verdad es justo y necesario,            es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo            lugar, Señor,            Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
            Porque has querido que en nuestras privaciones voluntarias            encontremos un            motivo para bendecirte, ya que nos ayudan a refrenar nuestras            pasiones            desordenadas; y, al darnos ocasión de compartir nuestros            bienes con los            necesitados, nos haces imitadores de tu generosidad. 
            Por eso, 
            con todos los ángeles y todos los coros celestiales, te            glorificamos y te            aclamamos cantando humildemente tu alabanza:
Antífona            de la Comunión
      El que medita la ley del Señor día y              noche, dará fruto a su tiempo.
Oración            después de la Comunión
      Oremos:
            Que esta comunión abra, Señor, nuestro corazón a la justicia y            a la caridad,            para que observemos el único ayuno que tú quieres y que            conduce a nuestra            salvación. 
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
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† Meditación diaria
Cuaresma. Miércoles de Ceniza
CONVERSIÓN Y PENITENCIA
— Fomentar la conversión del corazón,          especialmente durante este tiempo.
— Obras de penitencia: Confesión frecuente,          mortificación, limosna...
— La Cuaresma, un tiempo para acercarnos más          al Señor.
I. Comienza la Cuaresma, tiempo de          penitencia y de renovación interior          para preparar la Pascua del Señor1. La liturgia de la          Iglesia nos          invita sin cesar a purificar nuestra alma y a recomenzar de          nuevo.
Dice el Señor Todopoderoso: Convertíos a            mí de todo corazón: con ayuno,            con llanto, con luto. Rasgad los corazones, no las vestiduras,            convertíos al            Señor Dios nuestro, porque es compasivo y misericordioso...2, leemos en la          Primera lectura de la Misa de hoy. Y, en el momento de la          imposición de la          ceniza sobre nuestras cabezas, el sacerdote nos recuerda las          palabras del          Génesis, después del pecado original: Memento homo, quia            pulvis es...            Acuérdate, hombre, de que eres polvo y en polvo te has de            convertir3.
Memento homo... Acuérdate... Y, sin embargo, a          veces olvidamos que sin el Señor no somos nada. "De la grandeza          del hombre no          queda, sin Dios, más que este montoncito de polvo, en un plato,          a un extremo          del altar, en este Miércoles de Ceniza, con el que la Iglesia          nos marca en la          frente como con nuestra propia substancia"4.
Quiere el Señor que nos despeguemos de las          cosas de la tierra para          volvernos a Él, y que dejemos el pecado, que envejece y mata, y          retornemos a la          Fuente de la Vida y de la alegría: "Jesucristo mismo es la          gracia más sublime          de toda la Cuaresma. Es Él mismo quien se presenta ante nosotros          en la          sencillez admirable del Evangelio"5.
Volver el corazón a Dios, convertirnos,          significa estar dispuestos a          poner todos los medios para vivir como Él espera que vivamos,          ser sinceros con          nosotros mismos, no intentar servir a dos señores6,          amar a          Dios con toda el alma y alejar de nuestra vida cualquier pecado          deliberado. Y          eso, en medio de las circunstancias de trabajo, salud, familia,          etc., propias          de cada cual.
Jesús busca en nosotros un corazón contrito          conocedor de sus faltas y          pecados y dispuesto a eliminarlos. Os acordaréis de vuestros            malos caminos,            de vuestros días que no fueron buenos...7. El          Señor desea un          dolor sincero de los pecados, que se manifestará ante todo en la          Confesión          sacramental, y también en pequeñas obras de mortificación y          penitencia hechas          por amor: "Convertirse quiere decir para nosotros buscar de          nuevo el perdón y          la fuerza de Dios en el Sacramento de la reconciliación y así          volver a empezar          siempre, avanzar cada día"8.
Para fomentar nuestra contrición la Iglesia          nos propone, en la liturgia          del día de hoy, el Salmo en que el Rey David expresó su          arrepentimiento y con          el que tantos santos han suplicado perdón al Señor. También nos          ayuda a          nosotros en estos momentos de oración: Misericordia, Dios            mío, por tu            bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa, le          decimos a Jesús.
Lava del todo mi delito, limpia mi pecado.            Pues yo reconozco mi culpa,            tengo siempre presente mi pecado. Contra ti, contra ti solo            pequé.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,            renuévame por dentro con espíritu            firme, no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo            espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,            afiánzame con espíritu generoso.            Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.
El Señor nos atenderá si en el día de hoy le          repetimos de corazón, a          modo de jaculatoria: Oh Dios, crea en mí un corazón puro,            renuévame por            dentro con espíritu firme.
II. La verdadera conversión se manifiesta en          la conducta. Los deseos de          mejorar se han de expresar en nuestro trabajo o estudio, en el          comportamiento          con la familia, en las pequeñas mortificaciones ofrecidas al          Señor, que hacen          más grata la convivencia a nuestro alrededor y más eficaz el          trabajo; y además          en la preparación y cuidado de la Confesión frecuente.
El Señor también nos pide hoy una          mortificación un poco más especial,          que ofrecemos con alegría: la abstinencia y el ayuno, que          "fortifica el          espíritu, mortificando la carne y su sensualidad; eleva el alma          a Dios; abate          la concupiscencia, dando fuerzas para vencer y amortiguar sus          pasiones, y          dispone al corazón para que no busque otra cosa distinta de          agradar a Dios en          todo"9.
Durante la Cuaresma, nos pide la Iglesia          esas muestras de penitencia (la          abstinencia de carne a partir de los 14 años, y el ayuno entre          los 18 y los 59          cumplidos), que nos acercan al Señor y dan al alma una especial          alegría;          también, la limosna que, ofrecida con corazón misericordioso,          desea llevar un          poco de consuelo al que está pasando una necesidad o contribuir          según nuestros          medios en una obra apostólica para bien de las almas. "Todos los          cristianos          pueden ejercitarse en la limosna, no solo los ricos y pudientes,          sino incluso          los de posición media y aun los pobres; de este modo, quienes          son desiguales          por su capacidad de hacer limosna son semejantes en el amor y          afecto con que la          hacen"10.
El desprendimiento de lo material, la          mortificación y la abstinencia          purifican nuestros pecados y nos ayudan a encontrar al Señor en          nuestro          quehacer diario. Porque "quien a Dios busca queriendo continuar          con sus gustos,          lo busca de noche y, de noche, no lo encontrará"11.          La fuente de          esta mortificación estará principalmente en la labor diaria: en          el orden, en la          puntualidad al comenzar el trabajo, en la intensidad con que lo          realizamos,          etc.; en la convivencia con los demás encontraremos ocasiones de          mortificar          nuestro egoísmo y de contribuir a crear un clima más grato en          nuestro entorno.          "Y la mejor mortificación es la que combate –en pequeños          detalles, durante todo          el día– la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los          ojos y la          soberbia de la vida. Mortificaciones que no mortifiquen a los          demás, que nos          vuelvan más delicados, más comprensivos, más abiertos a todos.          Tú no serás          mortificado si eres susceptible, si estás pendiente solo de tus          egoísmos, si          avasallas a los otros, si no sabes privarte de lo superfluo y, a          veces, de lo          necesario; si te entristeces, cuando las cosas no salen según          las habías          previsto. En cambio, eres mortificado si sabes hacerte todo            para todos, para            ganar a todos (1 Cor 9, 22)"12. Cada uno          debe hacerse un          plan concreto de mortificaciones que ofrecer al Señor          diariamente en esta          Cuaresma.
III. No podemos dejar pasar este día sin          fomentar en nuestra alma un          deseo profundo y eficaz de volver una vez más, como el hijo          pródigo, para estar          más cerca del Señor. San Pablo, en la Segunda lectura de la          Misa, nos dice que          este es un tiempo excelente que debemos aprovechar para una          conversión: Os            exhortamos, dice, a no echar en saco roto la gracia de            Dios (...).            Mirad: ahora es el tiempo de la gracia; ahora es el día de la            salvación13.          Y el Señor nos repite a cada uno, en la intimidad del corazón: Convertíos.  Volved            a Mí de todo corazón.
Ahora se nos presenta un tiempo en el cual          este recomenzar de nuevo en          Cristo va a estar sostenido por una particular gracia de Dios,          propia del          tiempo litúrgico que hemos comenzado. Por eso, el mensaje de la          Cuaresma está          lleno de alegría y de esperanza, aunque sea un mensaje de          penitencia y de          mortificación.
"Cuando uno de nosotros reconoce que está          triste, debe pensar: es que no          estoy suficientemente cerca de Cristo. Cuando uno de nosotros          reconoce en su          vida, por ejemplo, la inclinación al mal humor, al mal genio,          tiene que pensar          eso; no echar la culpa a las cosas de alrededor, que es una          manera de          equivocarnos, es una manera de desorientar la búsqueda"14.          A veces,          cierta apatía o tristeza espiritual puede estar motivada por el          cansancio, por          la enfermedad..., pero más frecuentemente se fragua por la falta          de generosidad          en lo que el Señor nos pide, en la poca lucha por mortificar los          sentidos, en          no preocuparse por los demás. En definitiva, por un estado de          tibieza.
Junto a Cristo encontramos siempre el          remedio a una posible tibieza y          las fuerzas para vencer en aquellos defectos que de otra manera          nos resultarían          insuperables. "Cuando alguien diga: "Yo tengo una pereza          irremediable, yo no          soy tenaz, yo no puedo terminar las cosas que emprendo", debería          pensar (hoy):          "Yo no estoy lo suficientemente cerca de Cristo".
"Por eso, aquello que cada uno de nosotros          reconozca en su vida como          defecto, como dolencia, debería ser inmediatamente referido a          este examen          íntimo y directo: "No tengo yo perseverancia, no estoy cerca de          Cristo; no tengo          alegría, no estoy cerca de Cristo". Voy a dejar ya de pensar que          la culpa es          del trabajo, que la culpa es de la familia, de los padres o de          los hijos... No.          La culpa íntima es de que yo no estoy cerca de Cristo. Y Cristo          me está          diciendo: ¡Vuélvete! "Volveos a Mí de todo corazón!".
"(...) Tiempo para que cada uno se sienta          urgido por Jesucristo. Para          que los que alguna vez nos sentimos inclinados a aplazar esta          decisión sepamos          que ha llegado el momento. Para que los que tengan pesimismo,          pensando que sus          defectos no tienen remedio, sepan que ha llegado el momento.          Comienza la          Cuaresma; mirémosla como un tiempo de cambio y de esperanza"15.
1 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Sacrosanctum            Concilium, 109. — 2 Joel 2, 12. — 3          Gen 3, 19. — 4          J. Leclerq, Siguiendo el año litúrgico, Madrid 1957, p.          117. — 5          Juan Pablo II, Homilía Miércoles de Ceniza, 28-II-1979.          — 6 Cfr. Mt          6, 24. — 7 Ez 36, 31-32. — 8 Juan Pablo          II, Carta, Novo            incipiente. 8-lV-1979. — 9 San Francisco de Sales,          Sermón sobre            el ayuno. — 10 San León Magno, Liturgia de las            Horas, Segunda            lectura del Jueves después de Ceniza. — 11 San          Juan de la Cruz, Cántico            espiritual, 3, 3. — 12 San Josemaría Escrivá, Es            Cristo que pasa,          9. — 13 Segunda lectura de la Misa. 2 Cor          5, 20-6, 2. — 14          A. Mª García Dorronsoro, Tiempo para creer, p. 118. — 15          Ibídem.
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† Santoral               (si          GoogleGroups corta el texto,          lo encontrará en www.iesvs.org)
Fuente:          Archidiócesis de Madrid 
          Eusebio Palatino, Santo Mártir, Marzo 5   
              
 Mártir 
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Fuente:          Oremosjuntos.com 
          Adriano (Adrián) de Cesarea, Santo Mártir, Marzo 5   
              
 Mártir Martirologio Romano: En                    Cesarea de Palestina, san Adriano, mártir, que en la                    persecución bajo el emperador Diocleciano, en el día                    en que solían celebrarse los festejos de la Fortuna de                    los Cesarienses, por mandato del procurador y por su                    fe de Cristo fue arrojado ante un león y después                    degollado a espada (309). En el sexto año de la persecución de                  Diocleciano, siendo Firmiliano gobernador de Palestina,                  Adrián y Eubulo (o Eusebio) fueron de Batenea a Cesarea                  para visitar a los confesores de la fe.   |           
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Fuente:          Enciclopedia Católica ||          ACI Prensa 
          Lucio I, Santo XXII Papa, Marzo 5   
              
 XXII Papa Martirologio Romano: En Roma, en la vía Apia, en el                    cementerio de Calisto, sepultura de san Lucio, papa,                    sucesor de Cornelio, que sufrió el exilio por la fe de                    Cristo y fue, en tiempos angustiosos, eximio confesor                    de la fe, actuando con moderación y prudencia (254).  |           
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Fuente:          Franciscanos.org 
          Juan José de la Cruz, Santo Presbítero Franciscano, Marzo          5   
              
 Presbítero Franciscano Martirologio Romano:En                    Nápoles, san Juan José de la Cruz (Carlos) Gaetano,                    presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que,                    siguiendo las huellas de san Pedro de Alcántara,                    restableció la disciplina de la Regla en muchos                    conventos de la provincia de Nápoles. CARLOS CAYETANO CALOSINTO nació el 15 de agosto, día de la gloriosa                  Asunción de Nuestra Señora, del año 1654 en el volcánico                  islote de Isquia, situado a la entrada del golfo de                  Nápoles, de suelo muy rico y fértil. En el bautismo                  recibió el nombre de Carlos Cayetano. Su familia era                  noble y piadosísima; sus padres, José Calosinto y Laura                  Garguilo, vieron, con santo consuelo, que cinco hijos                  suyos se consagraron al Señor. A todos aventajó Carlos                  en virtud y santidad de vida.  |           
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Fuente:          Franciscanos.net 
          Cristóbal Macassoli de Milán, Santo Presbítero          Franciscano, Marzo 5            
              
 Presbítero Franciscano Martirologio Romano: En                    Vigevano, en Lombardía, beato Cristóbal Macassoli,                    presbítero de la Orden de Hermanos Menores, insigne                    por su predicación y su caridad para con los pobres                    (1485). Sacerdote de la Primera Orden (1400‑1485).                  Aprobó su culto León XIII el 26 de julio de 1890.  |           
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Conón            el Hortelano, Santo Mártir, Marzo 5   
              
 Martirologio Romano: En Pamfilia, san Conón, mártir,                    hortelano de profesión, que bajo el emperador Decio                    fue obligado a correr ante un carro con los pies                    atravesados por clavos y, cayendo de rodillas, entregó                    el espíritu mientras oraba (c. 250).  |           
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Fuente:          Franciscanos.org 
          Jeremías de Valaquia, Beato Religioso Capuchino, Marzo 5            
              
 Religioso Capuchino Martirologio Romano: En                    Nápoles, de la Campania, beato Jeremías de Valaquia                    (Juan) Kostistik, el cual, religioso de la Orden de                    los Hermanos Menores Capuchinos, con caridad y alegría                    asistió incesantemente a los enfermos durante cuarenta                    años (1625). JUAN KOSTISTIK Hermano profeso capuchino, que nació en                    el seno de una familia campesina de Rumania y, en su                    juventud, emigró a Nápoles (Italia). Las virtudes                    aprendidas en el hogar, las desarrolló durante su                    larga vida religiosa en el oficio de enfermero, en el                    que prodigó su entrega, ternura y amor a los más                    débiles y desamparados. Lo beatificó Juan Pablo II en                    1983, y es el primer rumano elevado oficialmente al                    honor de los altares.  |           
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Fuente:  ar.geocities.com/misa_tridentina01          
          Gerásimo, Santo Eremita, Marzo 5   
              
 Eremita Martirologio Romano: En                    Palestina, en la ribera del Jordán, san Gerásimo,                    anacoreta, que en tiempo del emperador Zenón,                    convertido a la fe ortodoxa por obra de san Eutimio,                    se entregó a grandes penitencias, ofreciendo a todos                    los que bajo su dirección se ejercitaban en la vida                    monástica, la norma de una integérrima disciplina y el                    modo de sustentarse (475). San Gerásimo nació en Licia de Asia Menor,                  donde abrazó la vida eremítica. Después pasó a Palestina                  y, durante algún tiempo cayó en los errores eutiquianos,                  pero San Eutimio le devolvió a la verdadera fe.   |           
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Fuente:          Martirologio Romano 
          Otros Santos y Beatos Completando santoral de este día,          Marzo 5   
              
 San Teófilo, obispo  |           
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Fuentes:          IESVS.org; EWTN.com;          Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es ,          misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/ 
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