JMJ
Pax
† Lectura del santo            Evangelio según san Lucas            9, 22-25
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús          dijo a sus discípulos que el          Hijo del hombre tenía que sufrir mucho, que sería rechazado por          los ancianos,          los sumos sacerdotes y los escribas; que lo matarían y que al          tercer día          resucitaría.
          Entonces se puso a decir a todo el pueblo:
          "El que quiera venir en pos de mí, que renuncie a sí mismo, que          cargue con          su cruz de cada día y me siga.
          Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que          pierda su vida por          mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve a uno ganar todo el          mundo, si se          pierde o se arruina a sí mismo?"
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su            oración: Esto es          gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos          un Avemaría de          corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres          de Gracia, el          Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y          bendito es el fruto          de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por          nosotros pecadores,          ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus          intenciones y          misas! 
Aclaración: una          relación muere sin comunicación y          comunidad-comunión. Con Dios es          igual: las "palabras          de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son          fuente de vida espiritual          (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es          necesario          visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan          presente en la          Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer          la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO          (Dios) a          Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos          el daño que          hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los          Corazones de Jesús y          de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c)          agradecemos y d)          pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la          salvación del          mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no          ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película          completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación:          http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se            apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús            está aquí y lo            ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del              Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en              vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn            5,12). Si comulgamos            en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión)            con el Amor y            renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas            del Cordero            (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo            que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su            Sangre por nuestros            pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente            sin Amor: si una            novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del            Novio para            siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar.            Idolatramos aquello            que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía,            flojera). Por eso, es            pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y            fiestas (Catecismo            2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).          "Te amo,            pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso".            ¿Qué pensaríamos si            un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en            el mundo para ser            felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la            perfección del amor,            es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como            pide la Cátedra de            Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar            debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo,              come y bebe su propia              condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados            mortales? no            confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989),            no comulgar al            menos en tiempo pascual (920), abortar (todos            los métodos anticonceptivos            no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a            decidir, derechos            (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación            natural sin causa            grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por            iglesia, demorar en            bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón,            borrachera,            drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de            venganza, ver            pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado,            etc. Si no            ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos            sorprende la muerte            sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno            (Catecismo 1033-41;            Mt. 5,22; 10,            28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados            mortales objetivamente,            pero subjetivamente,            pueden ser menos graves,            si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes,            ya no hay            excusa.
† Misal
Jueves de          Ceniza
      Antífona            de Entrada
      Clamé al Señor, escuchó mi voz y me              libró de los que me atacaban.              Encomienda a Dios tus afanes y él te sustentará.
Oración            Colecta
      Oremos:
            Inspira, Señor, nuestras acciones y dirígelas con tu gracia,            para que todo            cuanto emprendamos lo iniciemos en tu nombre y podamos            llevarlo a término por            tu amor. 
            Por nuestro Señor Jesucristo...
            Amén.
Primera            Lectura
      Hoy pongo delante de ti la bendición y              la maldición
Lectura del libro del Deuteronomio 30,              15-20
Esto dice            el Señor:
            "Mira, hoy pongo ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia.            Si escuchas            los mandamientos del Señor tu Dios que yo te prescribo hoy,            amando al Señor tu            Dios, siguiendo sus caminos y observando sus mandamientos, sus            leyes y sus            preceptos, vivirás y serás fecundo, y el Señor tu Dios te            bendecirá en la            tierra a la que vas a entrar para tomar posesión de ella. Pero            si tu corazón se            desvía, si no escuchas, si te dejas arrastrar y te postras            ante otros dioses y            les das culto, yo declaro hoy que ustedes morirán            irremediablemente; no vivirán            mucho tiempo en la tierra a la que entrarán para tomar
            posesión de ella después de pasar el Jordán.
            Pongo hoy por testigos contra ustedes al cielo y a la tierra;            ante ti están la            vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida y            vivirán tú y tu            descendencia, amando al Señor tu Dios, escuchando su voz y 
            uniéndote a él, pues él es tu vida y el que garantiza tu            presencia en la tierra            que el Señor juró dar a tus antepasados, a Abrahán, Isaac y            Jacob".
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Salmo            Responsorial
      Sal 1, 1-2.3.4-6
Dichoso el hombre que confía en el              Señor.
Dichoso el hombre que no sigue el consejo            de los malvados, ni se            entretiene en el camino de los pecadores, ni se sienta con los            arrogantes, sino            que pone su alegría en la ley del Señor, meditándola día y            noche.
            Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Es como un árbol plantado junto al río: da            fruto a su tiempo y sus hojas            no se marchitan; todo lo que hace le sale bien.
            Dichoso el hombre que confía en el Señor.
No sucede lo mismo con los malvados ni los            pecadores en la asamblea de            los justos, porque el Señor protege el camino de los justos,            pero el camino de            los malvados lleva a la perdición. Dichoso el hombre que            confía en el Señor.
Aclamación            antes del Evangelio
      Honor y              gloria a ti, Señor Jesús. 
            Arrepiéntanse, dice el Señor; porque ya está cerca el Reino de            los cielos. 
            Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
      El que              pierda su vida por mí, la salvará
† Lectura              del santo Evangelio según san Lucas 9, 22-25
Gloria a              ti, Señor.
En            aquel tiempo, Jesús dijo a            sus discípulos que el Hijo del hombre tenía que sufrir mucho,            que sería            rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los            escribas; que lo            matarían y que al tercer día resucitaría.
            Entonces se puso a decir a todo el pueblo:
            "El que quiera venir en pos de mí, que renuncie a sí mismo,            que cargue con            su cruz de cada día y me siga.
            Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que            pierda su vida por            mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve a uno ganar todo el            mundo, si se            pierde o se arruina a sí mismo?"
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración            sobre las Ofrendas
      Acepta,            Señor, con bondad            estas ofrendas que te presentamos, para que nos alcancen tu            perdón y den gloria            a tu nombre. 
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
Prefacio
      Significación              espiritual de la Cuaresma
En            verdad es justo y            necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre            y en todo lugar,            Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo,            Señor nuestro. 
            Por él concedes a tus hijos anhelar, año tras año, con el gozo            de habernos            purificado, la solemnidad de la Pascua, para que, dedicados            con mayor entrega a            la alabanza divina y al amor fraterno, por la celebración de            los misterios que            nos dieron nueva vida, lleguemos a ser con plenitud hijos de            Dios. 
            Por eso, 
            con los ángeles y arcángeles y con todos los coros            celestiales, cantamos sin            cesar el himno de tu gloria:
Antífona            de la Comunión
      Señor, crea en mí un corazón puro,              renuévame por dentro con espíritu              firme.
Oración            después de la Comunión
      Oremos:
            Favorecidos con el don del cielo te pedimos, Dios            todopoderoso, que esta            Eucaristía nos alcance siempre el perdón y la salvación. 
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén
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† Meditación diaria
Cuaresma. Jueves después          de Ceniza
LA CRUZ DE CADA DÍA
— No puede haber un          Cristianismo verdadero sin Cruz.          La Cruz del Señor es fuente de paz y de alegría.
— La Cruz en las cosas          pequeñas de cada día.
— Ofrecer las          contrariedades. Detalles pequeños de          mortificación.
I. Ayer comenzó la          Cuaresma y hoy nos recuerda el          Evangelio de la Misa que para seguir a Cristo es preciso llevar          la propia Cruz:          También les decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de            mí, niéguese a            sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame1.
El Señor se dirige a todos          y habla de la Cruz            de cada día. Estas palabras de Jesús conservan hoy su más          pleno valor. Son          palabras dichas a todos los hombres que quieren seguirle, pues          no existe un          Cristianismo sin Cruz, para cristianos flojos y blandos, sin          sentido del          sacrificio. Las palabras del Señor expresan una condición          imprescindible: el            que no toma su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo2.          "Un          Cristianismo del que se pretendiera arrancar la cruz de la          mortificación          voluntaria y la penitencia, so pretexto de que esas prácticas          son residuos oscurantistas,          medievalismos impropios de una época humanista, ese Cristianismo          desvirtuado lo          sería tan solo de nombre; ni conservaría la doctrina del          Evangelio ni serviría          para encaminar en pos de Cristo los pasos de los hombres"3.          Sería un          Cristianismo sin Redención, sin Salvación.
Uno de los síntomas más          claros de que la tibieza ha          entrado en un alma es precisamente el abandono de la Cruz, de la          pequeña          mortificación, de todo aquello que de alguna manera suponga          sacrificio y          abnegación.
Por otra parte, huir de la          Cruz es alejarse de la          santidad y de la alegría; porque uno de los frutos del alma          mortificada es          precisamente la capacidad de relacionarse con Dios y con los          demás, y también          una profunda paz en medio de la tribulación y de dificultades          externas. La          persona que abandona la mortificación queda atrapada por los          sentidos y se hace          incapaz de un pensamiento sobrenatural.
Sin espíritu de sacrificio          y de mortificación no hay          progreso en la vida interior. Dice San Juan de la Cruz que si          hay pocos que          llegan a un alto estado de unión con Dios se debe a que muchos          no quieren          sujetarse "a mayor desconsuelo y mortificación"4. Y          escribe el mismo          santo: "Y jamás, si quiere llegar a poseer a Cristo, le busque          sin la cruz"5.
No olvidemos, pues, que la          mortificación está muy          relacionada con la alegría, y que cuando el corazón se purifica          se torna más          humilde para tratar a Dios y a los demás. "Esta es la gran          paradoja que lleva          consigo la mortificación cristiana. Aparentemente, el aceptar y,          más, el buscar          el sufrimiento parece que debiera hacer de los buenos          cristianos, en la          práctica, los seres más tristes, los hombres que "peor lo          pasan".
"La realidad es bien          distinta. La mortificación solo          produce tristeza cuando sobra egoísmo y falta generosidad y amor          de Dios. El          sacrificio lleva siempre consigo la alegría en medio del dolor,          el gozo de          cumplir la voluntad de Dios, de amarle con esfuerzo. Los buenos          cristianos          viven quasi tristes, semper autem gaudentes (2 Cor          6, 10): como          si estuvieran tristes, pero en realidad siempre alegres"6.
II. "La Cruz cada día.            Nulla dies sine cruce!,          ningún día sin Cruz: ninguna jornada, en la que no carguemos con          la cruz del          Señor, en la que no aceptemos su yugo (...).
"El camino de nuestra          santificación personal pasa,          cotidianamente, por la Cruz: no es desgraciado ese camino,          porque Dios mismo          nos ayuda y con Él no cabe la tristeza. In laetitia, nulla            die sine cruce!,          me gusta repetir; con el alma traspasada de alegría, ningún día          sin Cruz"7.
La Cruz del Señor, con la          que hemos de cargar cada          día, no es ciertamente la que produce nuestros egoísmos,          envidias, pereza,          etcétera, no son los conflictos que producen nuestro hombre          viejo y nuestro          amar desordenado. Esto no es del Señor, no santifica.
En alguna ocasión,          encontraremos la Cruz en una gran          dificultad, en una enfermedad grave y dolorosa, en un desastre          económico, en la          muerte de un ser querido: "(...) no olvidéis que estar con Jesús          es,          seguramente, toparse con su Cruz. Cuando nos abandonamos en las          manos de Dios,          es frecuente que Él permita que saboreemos el dolor, la soledad,          las          contradicciones, las calumnias, las difamaciones, las burlas,          por dentro y por          fuera: porque quiere conformarnos a su imagen y semejanza, y          tolera también que          nos llamen locos y que nos tomen por necios.
"Es la hora de amar la          mortificación pasiva, que viene          –oculta o descarada e insolente– cuando no la esperamos"8.          El Señor          nos dará las fuerzas necesarias para llevar con garbo esa Cruz y          nos llenará de          gracias y frutos inimaginables. Comprendemos que Dios bendice de          muchas          maneras, y frecuentemente, a sus amigos, haciéndonos partícipes          de su Cruz y          corredentores con Él.
Sin embargo, lo normal          será que encontremos la Cruz de          cada día en pequeñas contrariedades que se atraviesan en el          trabajo, en la          convivencia: puede ser un imprevisto con el que no contábamos,          el carácter          difícil de una persona con la que necesariamente hemos de          convivir, planes que          debemos cambiar a última hora, instrumentos de trabajo que se          estropean cuando          más necesarios eran, molestias producidas por el frío o el calor          o el ruido, incomprensiones,          una leve enfermedad que nos disminuye la capacidad de trabajo en          ese día...
Hemos de recibir estas          contrariedades diarias con          ánimo grande, ofreciéndolas al Señor con espíritu de reparación:          sin quejarnos,          pues esa queja frecuentemente señala el rechazo de la Cruz.          Estas          mortificaciones, que llegan sin esperarlas, pueden ayudarnos, si          las recibimos          bien, a crecer en el espíritu de penitencia que tanto          necesitamos, y a mejorar          en la virtud de la paciencia, en caridad, en comprensión: es          decir, en          santidad. Si las recibiéramos con mal espíritu podrían sernos          motivo de          rebeldía, de impaciencia o de desaliento. Muchos cristianos han          perdido la          alegría al final de la jornada, no por grandes contrariedades,          sino por no          haber sabido santificar el cansancio propio del trabajo, ni las          pequeñas          dificultades que han ido surgiendo durante el día. La Cruz          –pequeña o grande–          aceptada, produce paz y gozo en medio del dolor y está cargada          de méritos para          la vida eterna; cuando no se acepta la Cruz, el alma queda          desilusionada o con          una íntima rebeldía, que sale enseguida al exterior en forma de          tristeza y de          mal humor. "Cargar con la Cruz es algo grande, grande... Quiere          decir afrontar          la vida con coraje, sin blanduras ni vilezas; quiere decir          transformar en energía          moral las dificultades que nunca faltarán en nuestra existencia;          quiere decir          comprender el dolor humano, y, por último, saber amar          verdaderamente"9.          El cristiano que va por la vida rehuyendo sistemáticamente el          sacrificio no          encontrará a Dios, no encontrará la felicidad. Rehúye también la          propia          santidad.
III. Si alguno quiere            venir en pos de mí, niéguese            a sí mismo... Además de aceptar la Cruz que sale a nuestro          encuentro,          muchas veces sin esperarla, debemos buscar otras pequeñas          mortificaciones para          mantener vivo el espíritu de penitencia que nos pide el Señor.          Para progresar          en la vida interior será de gran ayuda tener varias          mortificaciones pequeñas          fijas, previstas de antemano, para hacerlas cada día.
Estas mortificaciones buscadas            por amor a Dios          serán valiosísimas para vencer la pereza, el egoísmo que aflora          en todo          instante, la soberbia, etc. Unas nos facilitarán el trabajo,          teniendo en cuenta          los detalles, la puntualidad, el orden, la intensidad, el          cuidado de los          instrumentos que utilizamos; otras estarán orientadas a vivir          mejor la caridad,          en particular con las personas con quienes convivimos y          trabajamos: saber          sonreír aunque nos cueste, tener detalles de aprecio hacia los          demás,          facilitarles su trabajo, atenderlos amablemente, servirles en          las pequeñas cosas          de la vida corriente, y jamás volcar sobre ellos, si lo          tuviéramos, nuestro          malhumor; otras mortificaciones están orientadas a vencer la          comodidad, a          guardar los sentidos internos y externos, a vencer la          curiosidad; mortificaciones          concretas en la comida, en el cuidado del arreglo personal,          etcétera. No es          preciso que sean cosas muy grandes, sino que se adquiera el          hábito de hacerlas          con constancia y por amor a Dios.
Como la tendencia general          de la naturaleza humana es          la de rehuir lo que suponga esfuerzo, debemos puntualizar mucho          en esta          materia, para no quedarnos solo en los buenos deseos. Por eso en          ocasiones será          muy útil incluso apuntarlas, para repasarlas en el examen o en          otros momentos          del día y no dejar que se olviden. Recordemos también que las          mortificaciones          más gratas al Señor son aquellas que hacen referencia a la          caridad, al          apostolado y al cumplimiento más fiel de nuestro deber.
Digámosle a Jesús, al          acabar nuestro diálogo con Él,          que estamos dispuestos a seguirle, cargando con la Cruz, hoy y          todos los días.
1 Lc 9, 23. — 2          Lc 14, 27. — 3          J. Orlandis, Ocho bienaventuranzas, Pamplona 1982, p.          72. — 4 San          Juan de la Cruz, Llama de amor viva, II, 7. — 5          ídem, Carta al            P. Juan de Santa Ana, 23. — 6 R. M. de Balbín, Sacrificio            y alegría,          Rialp. 2ª ed., Madrid 1975, p. 123. — 7 San Josemaría          Escrivá, Es            Cristo que pasa, 176. — 8 ídem, Amigos de Dios,          301. — 9          Pablo VI, Alocución 24-III-1967.
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† Santoral               (si          GoogleGroups corta el texto,          lo encontrará en www.iesvs.org)
Fuente: Archidiócesis de          Madrid 
        Olegario, Santo          Obispo, Marzo 6   
              
 Obispo Martirologio                    Romano: En Barcelona, de Cataluña, en España,                    san Olegario, obispo, que asumió también la cátedra de                    Tarragona cuando esta antiquísima sede fue liberada                    del yugo de los musulmanes (1137). De este joven dice                  su biógrafo estas palabras que llegan a lo más íntimo                  del alma:" Guardián celoso y maestro de la castidad,                  afable para todos, generoso con los pobres, esquivo de                  la vanagloria, despegado de la pompa mundanal y amante                  de fiel de la paz no fingida".  |           
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Fuente: Franciscanos.org 
        Colette o Coleta Boylet            de Corbie, Santa          Reclusa, Marzo 6   
              
 Reclusa Martirologio                    Romano: En Gante, en Flandes, santa Coleta                    Boylet, virgen, que durante tres años llevó una                    austerísima vida, encerrada en una pequeña casa junto                    a la iglesia, y después, tras profesar en la Regla de                    san Francisco, recondujo muchos monasterios de                    Clarisas a la forma primitiva de vida, insistiendo                    principalmente en el espíritu de pobreza y de                    penitencia (1447). COLETTE, COLETTA, COLETA,                      NICOLASA, NICOLETTE Colette es la                    aféresis de Nicolette, diminutivo femenino de Nicolás,                    nombre que en castellano se a traducido a Coleta. 
 unas                    Constituciones, que fueron aprobadas por la Iglesia.  |           
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Fuente:          ar.geocities.com/misa_tridentina02 
        Crodegango de Metz,            Santo          Obispo, Marzo 6   
              
 Obispo Martirologio                    Romano: En Metz, en Austrasia, san Crodegango,                    obispo, el cual impuso al clero que viviese dentro del                    recinto del claustro bajo una íntegra norma de vida, y                    promovió de modo admirable el canto en la Iglesia                    (766). San Crodegando                  nació cerca de Lieja y probablemente se educó en la                  abadía de Saint Trond. Parece que hablaba el latín con                  la misma fluidez que su propia lengua. Era de estatura                  imponente y su gracia y buenas maneras le hacían                  agradable a todos. Carlos Martel reconoció sus                  cualidades excepcionales y le nombró secretario y asesor                  suyo. A la muerte de su protector, Crodegango, que era                  todavía laico, fue nombrado obispo de Metz, el año 742.                  En tan alta dignidad, supo combinar la virtud y la                  sagacidad con gran éxito; en todos los asuntos se valió                  de su gran influencia para promover la justicia y el                  bien público. Sus biógrafos alaban su caridad sin                  límites y la especial solicitud que mostró por las                  viudas y los huérfanos. Como embajador de Pepino, el                  mayordomo de palacio, ante el Papa Esteban III,                  Crodegango fue un factor preponderante en la coronación                  de Pepino en 754, en la derrota que éste infligió a los                  Lombardos en Italia y en la entrega del exarcado de                  Ravenna y otros territorios a la Santa Sede.  |           
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Fuente:          ar.geocities.com/misa_tridentina01 
        Rosa de Viterbo, Santa          Virgen, Marzo 6   
              
 Virgen Terciaria Franciscana Martirologio                    Romano: En Viterbo, en la Toscana, santa Rosa,                    virgen de la Tercera Orden de San Francisco, que,                    asidua en las obras de caridad, a los dieciocho años                    de edad consumó rápidamente el breve curso de su vida                    (1253). Uno de los más brillantes ornamentos de la                  Tercera Orden de san Francisco, y de la santa Iglesia,                  fue la penitente y maravillosísima doncella santa Rosa,                  natural de Viterbo.  ORACIÓN  |           
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Fuente:          ar.geocities.com/misa_tridentina01 
        Julián de Toledo, Santo          Obispo, Marzo 6   
              
 Obispo Martirologio                    Romano: En Toledo, en Hispania, san Julián,                    obispo, que reunió tres concilios en esta ciudad y                    expuso con escritos la doctrina ortodoxa, dando                    muestras de caridad y celo por las almas (690). San Julián,                  arzobispo de Toledo, a su muerte en el año 690, era el                  personaje más importante de España. Se dice que era                  descendiente de judíos, pero sus padres eran cristianos.                  Recibió el bautismo en la principal iglesia de Toledo,                  según cuenta su sucesor en la sede episcopal, quien                  escribió una corta biografía del santo.   |           
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Fuente: Martirologio          Romano 
        Otros Santos y Beatos          Completando el santoral de este día, Marzo 6   
              
 San Marciano,                    obispo y mártir  |           
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Fuentes:          IESVS.org; EWTN.com;          Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es ,          misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/ 
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