JMJ
Pax
† Lectura del santo            Evangelio según san Lucas 16, 19-31
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús          a los fariseos: 
          "Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino, y todos          los días          celebraba espléndidos banquetes. Y había también un pobre,          llamado Lázaro,          tendido junto a la puerta y cubierto de llagas, que deseaba          saciar su hambre          con lo que tiraban de la mesa del rico. Hasta los perros venían          a lamer sus          llagas.
          Un día el pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de          Abrahán. También          murió el rico y fue sepultado. Y en el abismo, cuando se          encontraba entre          tormentos, levantó los ojos el rico y vio a lo lejos a Abrahán y          a Lázaro en su          seno. Y gritó: 
          "Padre Abrahán, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje          en agua la          punta de su dedo y refresque mi lengua, porque no soporto estas          llamas". 
          Abrahán contestó: 
          "Recuerda, hijo, que ya recibiste tus bienes durante la vida, y          Lázaro, en          cambio, males. Ahora él está aquí consolado mientras tú estás          atormentado. Pero          además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo, de          suerte que los de          aquí que quieran pasar hasta ustedes, no puedan; ni tampoco de          allí puedan          venir hasta nosotros".
          El rico insistió: 
          "Te ruego, padre, que lo envíes a mi familia, para que diga a          mis cinco          hermanos la verdad y no vengan también ellos a este lugar de          tormento". 
          Abrahán le respondió: 
          "Ya tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen". 
          El rico insistió: 
          "No, padre Abrahán; si se les presenta un muerto, se          convertirán". 
          Entonces Abrahán le dijo: 
          "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco harán caso          aunque          resucite un muerto".
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su            oración: Esto es          gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos          un Avemaría de          corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres          de Gracia, el          Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y          bendito es el fruto          de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por          nosotros pecadores,          ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus          intenciones y          misas! 
Aclaración: una          relación muere sin comunicación y          comunidad-comunión. Con Dios es          igual: las "palabras          de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son          fuente de vida espiritual          (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es          necesario visitarse,          y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en          la Eucaristía,          que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer          la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO          (Dios) a          Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos          el daño que          hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los          Corazones de Jesús y          de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c)          agradecemos y d)          pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la          salvación del          mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no          ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película          completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación:          http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se            apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús            está aquí y lo            ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del              Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en              vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn            5,12). Si comulgamos            en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión)            con el Amor y            renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas            del Cordero            (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo            que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su            Sangre por nuestros            pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente            sin Amor: si una            novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del            Novio para            siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar.            Idolatramos aquello            que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía,            flojera). Por eso, es            pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y            fiestas (Catecismo            2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).          "Te amo,            pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso".            ¿Qué pensaríamos si            un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en            el mundo para ser felices            para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección            del amor, es            necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide            la Cátedra de            Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar            debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo,              come y bebe su propia              condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados            mortales? no            confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989),            no comulgar al            menos en tiempo pascual (920), abortar (todos            los métodos anticonceptivos            no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a            decidir, derechos            (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación            natural sin causa            grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por            iglesia, demorar en            bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón,            borrachera,            drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de            venganza, ver            pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado,            etc. Si no            ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos            sorprende la muerte            sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno            (Catecismo 1033-41;            Mt. 5,22; 10,            28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados            mortales objetivamente,            pero subjetivamente,            pueden ser menos graves,            si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes,            ya no hay            excusa.
† Misal
jue 2a. Sem cuaresma
      Antífona de Entrada
      Señor, sondéame y conoce mi corazón,              ponme a prueba y conoce mis              sentimientos; y, si mi camino se desvía, guíame por el              camino recto.
Oración Colecta
      Oremos:
            Dios nuestro, tú que amas la inocencia y la devuelves a            quienes la han perdido,            orienta hacia ti nuestros corazones y enciéndelos en el fuego            de tu Espíritu,            para que permanezcamos firmes en la fe y eficaces en el bien            obrar. 
            Por nuestro Señor Jesucristo...
            Amén.
Primera Lectura
      Maldito el que confía en el hombre,              bendito el que Confía en el Señor
Lectura del libro del profeta Jeremías              17, 5-10
Esto dice            el Señor: 
            "Maldito quien confía en el hombre y se apoya en los mortales,            apartando            su corazón del 
            Señor. Será como un matorral en la estepa, que no ve venir la            lluvia, pues            habita en un árido desierto, en tierra salobre y despoblada.
            Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su            confianza. Será como un            árbol plantado junto al agua, que alarga hacia la corriente            sus raíces; nada            teme cuando llega el calor, su follaje se conserva verde; en            año de sequía no            se inquieta ni deja de dar fruto.
            Nada más traidor y perverso que el corazón del hombre: ¿quién            llegará a            conocerlo? Yo, el Señor, sondeo el corazón, examino la            conciencia; para dar a            cada cual según su conducta, según lo que merecen sus            acciones".
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
      Sal 1, 1-2.3.4 y 6
Dichoso el hombre que confía en el              Señor.
Dichoso el hombre que no sigue el consejo            de los malvados, ni se            entretiene en el camino de los pecadores, ni se sienta con los            arrogantes, sino            pone su alegría en la ley del Señor, meditándola día y noche.
            Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Es como un árbol plantado junto al río: da            fruto a su tiempo y sus hojas            no se marchitan; todo lo que hace le sale bien.
            Dichoso el hombre que confía en el Señor.
No sucede lo mismo con los malvados, pues            son como paja que se lleva el            viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero            el camino de los            malvados lleva a la perdición.
            Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Aclamación antes del            Evangelio
      Honor y              gloria a ti, Señor Jesús. 
            Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón            bueno y sincero, y            perseveran hasta dar fruto.
            Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
      Recibiste              bienes en tu vida y Lázaro, males; ahora él goza del              consuelo, mientras que tú              sufres tormentos
† Lectura              del santo Evangelio según san Lucas 16,              19-31
Gloria a              ti, Señor.
En            aquel tiempo dijo Jesús a            los fariseos: 
            "Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino, y todos            los días            celebraba espléndidos banquetes. Y había también un pobre,            llamado Lázaro,            tendido junto a la puerta y cubierto de llagas, que deseaba            saciar su hambre            con lo que tiraban de la mesa del rico. Hasta los perros            venían a lamer sus            llagas.
            Un día el pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de            Abrahán. También            murió el rico y fue sepultado. Y en el abismo, cuando se            encontraba entre            tormentos, levantó los ojos el rico y vio a lo lejos a Abrahán            y a Lázaro en su            seno. Y gritó: 
            "Padre Abrahán, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que            moje en agua la            punta de su dedo y refresque mi lengua, porque no soporto            estas llamas". 
            Abrahán contestó: 
            "Recuerda, hijo, que ya recibiste tus bienes durante la vida,            y Lázaro, en            cambio, males. Ahora él está aquí consolado mientras tú estás            atormentado. Pero            además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo, de            suerte que los de            aquí que quieran pasar hasta ustedes, no puedan; ni tampoco de            allí puedan            venir hasta nosotros".
            El rico insistió: 
            "Te ruego, padre, que lo envíes a mi familia, para que diga a            mis cinco            hermanos la verdad y no vengan también ellos a este lugar de            tormento". 
            Abrahán le respondió: 
            "Ya tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen". 
            El rico insistió: 
            "No, padre Abrahán; si se les presenta un muerto, se            convertirán". 
            Entonces Abrahán le dijo: 
            "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco harán caso            aunque            resucite un muerto".
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las            Ofrendas
      Por            este sacrificio            eucarístico, santifica, Señor, nuestras privaciones            cuaresmales, para que a las            prácticas externas corresponda una verdadera conversión            interior. 
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
Prefacio
      El camino              del éxodo en el desierto cuaresmal
En            verdad es justo bendecir tu            nombre, Padre rico en misericordia, ahora que, en nuestro            itinerario hacia la            luz pascual, seguimos los pasos de Cristo, maestro y modelo de            la humanidad            reconciliada en el amor. 
            Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del            desierto            cuaresmal, para que, llegados a la montaña santa, con el            corazón contrito y            humillado, reavivemos nuestra vocación de pueblo de la            alianza, convocado para            bendecir tu nombre, escuchar tu Palabra, y experimentar con            gozo tus            maravillas.
            Por estos signos de salvación, unidos a los ángeles, ministros            de tu gloria,            proclamamos el canto de tu alabanza:
Antífona de la Comunión
      Dichoso el que con vida intachable hace              la voluntad del Señor.
Oración después de la            Comunión
      Oremos:
            Te pedimos, Señor, que el fruto de este santo sacrificio            persevere en nosotros            y se manifieste siempre en nuestras obras.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén
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† Meditación diaria
Cuaresma. 2ª          semana. Jueves
DESPRENDIMIENTO
—          El desprendimiento de las cosas nos da la necesaria libertad          para seguir a          Cristo. Los bienes son solo medios.
—          Desasimiento y generosidad. Algunos ejemplos.
—          Desprendimiento de lo superfluo y de lo necesario, de la salud,          de los dones          que Dios nos ha dado, de lo que tenemos y usamos...
I. En          este tiempo de Cuaresma, la          Iglesia nos hace muchas llamadas para que nos soltemos de las          cosas de esta          tierra, y llenar así de Dios nuestro corazón. En la Primera          lectura de la Misa          de hoy nos dice el profeta Jeremías: Bendito            quien confía en el Señor, y pone en Él su confianza: Será un            árbol plantado            junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando            llegue el estío no            lo sentirá, su hoja estará verde; en el año de sequía no se            inquieta, no deja            de dar fruto1. El Señor          cuida del alma que tiene puesto          en Él su corazón.
Quien          pone su confianza en las cosas de la tierra, apartando            su corazón del Señor, está condenado a la esterilidad y a          la ineficacia          para aquello que realmente importa: será            como un cardo en la estepa, no verá llegar el bien; habitará            en la aridez del            desierto, tierra salobre e inhóspita2.
El          Señor desea que nos ocupemos de las cosas de la tierra, y las          amemos          correctamente: Poseed            y            dominad la tierra3. Pero una          persona que ame          «desordenadamente» las cosas de la tierra no deja lugar en su          alma para el amor          a Dios. Son incompatibles el «apegamiento» a los bienes y querer          al Señor: no            podéis servir a Dios y a las            riquezas4. Las cosas          pueden convertirse en una          atadura que impida alcanzar a Dios. Y si no llegamos hasta Él,          ¿para qué sirve          nuestra vida? «Para llegar a Dios, Cristo es el camino; pero          Cristo está en la          Cruz, y para subir a la Cruz hay que tener el corazón libre,          desasido de las          cosas de la tierra»5. Él nos dio          ejemplo: pasó por los bienes          de esta tierra con perfecto señorío y con la más plena libertad.Siendo            rico,            por nosotros se hizo pobre6. Para          seguirle, nos dejó a todos una          condición indispensable: cualquiera  de            vosotros que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi            discípulo7. Esta          condición es también imprescindible          para quienes le quieran seguir en medio del mundo. Este no          renunciar a los          bienes llenó de tristeza al joven rico, que tenía muchas          posesiones8 y estaba          muy apegado a ellas. ¡Cuánto            perdió aquel          día este hombre joven que tenía          «cuatro cosas», que pronto se le escaparían de las manos!
Los          bienes materiales son buenos, porque son de Dios. Son medios que          Dios ha puesto          a disposición del hombre desde su creación, para su desarrollo          en la sociedad          con los demás. Somos administradores de esos bienes durante un          tiempo, por un          plazo corto. Todo nos debe servir para amar a Dios –Creador y          Padre– y a los          demás. Si nos apegamos a las cosas que tenemos y no hacemos          actos de          desprendimiento efectivo, si los bienes no sirven para hacer el          bien, si nos          separan del Señor, entonces no son bienes, se convierten en          males. Se excluye          del reino de los cielos quien pone las riquezas como centro de          su vida;          idolatría llama San Pablo a la avaricia9. Un ídolo          ocupa entonces el lugar que          solo Dios debe ocupar.
Se          excluye de una verdadera vida interior, de un trato de amor con          el Señor, aquel          que no rompe las amarras, aunque sean finas, que atan de modo          desordenado a las          cosas, a las personas, a uno mismo. «Porque poco se me da –dice          San Juan de la          Cruz– que un ave esté asida a un hilo delgado en vez de a uno          grueso, porque,          aunque sea delgado, tan asida estará a él como al grueso, en          tanto que no le          quebrare para volar. Verdad es que el delgado es más fácil de          quebrar; pero,          por fácil que es, si no lo rompe, no volará»10.
El          desprendimiento aumenta nuestra capacidad de amar a Dios, a las          personas y a          todas las cosas nobles de este mundo.
II. El          Evangelio de la Misa nos          presenta a uno que hacía mal uso de los bienes. Había un hombre rico            que vestía de            púrpura y lino finísimo, y cada día celebraba espléndidos            banquetes. En cambio,            un pobre llamado Lázaro yacía sentado a su puerta, cubierto de            llagas, deseando            saciarse de lo que caía de la mesa del rico11.
Este          hombre rico tiene un marcado sentido de la vida, una manera de          vivir: «Se          banqueteaba». Vive para sí, como si Dios no existiera, como si          no lo          necesitara. Vive a sus anchas, en la abundancia. No dice la          parábola que esté          contra Dios ni contra el pobre: únicamente está ciego para ver a          Dios y a uno          que le necesita. Vive constantemente para sí mismo. Quiere          encontrar la          felicidad en el egoísmo, no en la generosidad. Y el egoísmo          ciega, y degrada a          la persona.
¿Su          pecado? No tuvo en cuenta a Lázaro, no lo vio. No utilizó los          bienes según el          querer de Dios. «Porque la pobreza no condujo a Lázaro al Cielo,          sino la          humildad, y las riquezas no impidieron al rico entrar en el gran          descanso, sino          su egoísmo e infidelidad»12, dice con          gran profundidad San Gregorio          Magno.
El          egoísmo y el aburguesamiento impiden ver las necesidades ajenas.          Entonces, se          trata a las personas como cosas (es grave ver a las personas          como cosas, que se          toman o se dejan según interese), como cosas sin valor. Todos          tenemos mucho que          dar: afecto, comprensión, cordialidad y aliento, trabajo bien          hecho y acabado,          limosna a gente necesitada o a obras buenas, la sonrisa          cotidiana, un buen          consejo, ayudar a nuestros amigos para que se acerquen a los          sacramentos...
Con          el ejercicio que hagamos de la riqueza –mucha o poca– que Dios          ha depositado en          nosotros nos ganamos la vida eterna. Este es tiempo de merecer.          Siendo          generosos, tratando a los demás como a hijos de Dios, somos          felices aquí en la          tierra y más tarde en la otra vida. La caridad, en sus muchas          formas, es          siempre realización del reino de Dios, y el único bagaje que          sobrenadará en          este mundo que pasa.
Este          desasimiento ha de ser efectivo,          con resultados bien determinados que no se consiguen sin          sacrificio, y también natural ydiscreto, como          corresponde a          los cristianos que viven en medio del mundo y que han de usar          los bienes como          instrumentos de trabajo o en tareas apostólicas. Se trata de un          desprendimiento positivo,          porque resultan          ridículamente pequeñas, e insuficientes, todas las cosas de la          tierra en          comparación del bien inmenso e infinito que pretendemos          alcanzar; es también interno,          que afecta a los          deseos; actual,          porque          requiere examinar con frecuencia en qué tenemos puesto el          corazón y tomar          determinaciones concretas que aseguren la libertad interior;alegre,          porque tenemos los ojos puestos en Cristo, bien incomparable, y          porque no es          una mera privación, sino riqueza espiritual, dominio de las          cosas y plenitud.
III. El          desprendimiento nace            del amor a          Cristo y, a la vez, hace            posible que crezca y viva este amor. Dios no          habita en un alma          llena de baratijas. Por eso es necesaria una firme labor de          vigilancia y de          limpieza interior. Este tiempo de Cuaresma es muy oportuno para          examinar          nuestra actitud ante las cosas y ante nosotros mismos: ¿tengo          cosas          innecesarias o superfluas?, ¿llevo una cuenta o control de los          gastos que hago          para saber en qué invierto el dinero?, ¿evito todo lo que          significa lujo o mero          capricho, aunque no lo sea para otro?, ¿practico habitualmente          la limosna a          personas necesitadas o a obras apostólicas con generosidad, sin          cicaterías?,          ¿contribuyo al sostenimiento de estas obras y al culto de la          Iglesia con una          aportación proporcionada a mis ingresos y gastos?, ¿estoy          apegado a las cosas o          instrumentos que he de utilizar en mi trabajo?, ¿me quejo cuando          no dispongo de          lo necesario?, ¿llevo una vida sobria, propia de una persona que          quiere ser          santa?, ¿hago gastos inútiles por precipitación o por no          prevenir?
El          desprendimiento necesario para seguir de cerca al Señor incluye,          además de los          bienes materiales, el desprendimiento  de            nosotros mismos: de la salud, de lo que piensan los demás          de nosotros,          de las ambiciones nobles, de los triunfos y éxitos          profesionales.
«Me          refiero también (...) a esas ilusiones limpias, con las que          buscamos          exclusivamente dar toda la gloria a Dios y alabarle, ajustando          nuestra voluntad          a esta norma clara y precisa: Señor, quiero esto o aquello solo          si a Ti te          agrada, porque si no, a mí, ¿para qué me interesa? Asestamos así          un golpe          mortal al egoísmo y a la vanidad, que serpean en todas las          conciencias; de paso          que alcanzamos la verdadera paz en nuestras almas, con un          desasimiento que          acaba en la posesión de Dios, cada vez más íntima y más intensa»13. ¿Estamos          desprendidos así de los frutos          de nuestra labor?
Los          cristianos deben poseer las cosas como            si nada poseyesen14. Dice San          Gregorio Magno que «posee, pero          como si nada poseyera, el que reúne todo lo necesario para su          uso, pero prevé          cautamente que presto lo ha de dejar. Usa de este mundo como si          no usara, el          que dispone de lo necesario para vivir, pero no dejando que          domine a su          corazón, para que todo ello sirva, y nunca desvíe, la buena          marcha del alma,          que tiende a cosas más altas»15.
Desprendimiento          de la salud corporal. «Consideraba lo mucho que importa no mirar          nuestra flaca          disposición cuando entendemos se sirve al Señor (...). ¿Para qué          es la vida y          la salud, sino para perderla por tan gran Rey y Señor? Creedme,          hermanas, que          jamás os irá mal en ir por aquí»16.
Nuestros          corazones para Dios, porque para Él han sido hechos, y solo en          Él colmarán sus          ansias de felicidad y de infinito. «Jesús no se satisface          "compartiendo": lo          quiere todo»17. Todos los          demás amores limpios y nobles,          que constituyen nuestra vida aquí en la tierra, cada uno según          la específica          vocación recibida, se ordenan y se alimentan en este gran Amor:          Jesucristo          Señor Nuestro.
«Señor,          tú que amas la inocencia y la devuelves a quien la ha perdido,          atrae hacia ti          nuestros corazones y abrásalos en el fuego de tu Espíritu»18.
Nuestra          Madre Santa María nos ayudará a limpiar y ordenar los afectos de          nuestro          corazón para que solo su Hijo reine en él. Ahora y por toda la          eternidad.          Corazón dulcísimo de María, guarda nuestro corazón y prepárale          un camino          seguro.
1 Jer 17,          7-8. — 2 Jer 17, 6.          — 3 Cfr. Gen 1, 28. — 4 Mt 6, 24.          — 5 San            Josemaría Escrivá, Vía            Crucis, X. — 6 Cfr. 2 Cor 8, 9. — 7 Lc 14,          33. — 8 Mc 10,          22. — 9 Col 3, 5.          — 10 San Juan            de la Cruz, Llama            de amor viva, 11, 4. — 11 Lc 16          19-21. — 12San            Gregorio Magno, Homilías            sobre el Evangelio de San            Lucas, 40, 2. — 13 San            Josemaría Escrivá, Amigos            de Dios, 114. — 14 1            Cor 7, 30. — 15 San            Gregorio Magno, Homilías            sobre los Evangelios,          36. — 16 Santa            Teresa, Fundaciones, 28,          18. — 17 San            Josemaría Escrivá, Camino,          n. 155. — 18 Oración            colecta de la Misa del día.
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† Santoral               (si          GoogleGroups corta el texto,          lo encontrará en www.iesvs.org)
San Daniel
          profeta
          (año 585 a. Jc.)
Daniel          significa: "Dios es mi          juez". 
Los          datos acerca de este santo los          sabemos por el libro de Daniel, en la S. Biblia.
Pertenecía          a una familia          importante de Jerusalem. Era muy inteligente y estudioso y de          agradable          presencia. Cuando el rey Nabucodonosor invadió a Jerusalem se lo          llevó          prisionero a Babilonia junto con otros jóvenes. Al darse cuenta          de las cualidades          de este adolescente, Nabucodonosor lo hace instruir en todas las          ciencias políticas          y sociales de su país.
Siendo          este profeta todavía muy          joven, unos jueces quisieron hacer pecar a una mujer casada y          como ella no          aceptó las infames pretensiones de ellos, la calumniaron          inventando que la          habían visto pecar con un joven. La gente creyó la calumnia y la          llevaban para          matarla a pedradas, cuando apareció Daniel. Llamó a los dos          jueces y los          interrogó uno por uno, por separado, y les preguntó: "¿Dónde          estaba Susana          cuando ella cometió la falta?" Uno respondió: "Debajo de una          acacia". Y el otro dijo: "Debajo de una encina." Entonces Daniel          les dijo: "Ustedes estaban acostumbrados a hacer pecar a mujeres          sin fe y          sin valor, pero ahora se encontraron a una mujer que cree y es          valiente. Su          hermosura los sedujo y creyeron poder hacer que ella ofendiera a          Dios, pero no          lo lograron. Ahora tendrán el pago de su delito". Y el pueblo          condenó a          muerte a estos dos impuros calumniadores y alabó a Dios por la          sabiduría que le          había concedido a Daniel.
Los          enemigos de la religión          acusaron a Daniel porque tres veces cada día se arrodillaba en          la azotea de su          casa a adorar y rezar a Dios. En castigo fue echado al foso          donde había leones          sin comer. Pero Dios hizo el milagro de que los leones no lo          atacaran, y esto          hizo que el rey creyera en el verdadero Dios.
El          joven se abstenía de tomar          bebidas alcohólicas y de consumir alimentos prohibidos por la          Ley de Moisés, y          Dios en cambio le concedió una inmensa sabiduría, con la cual          logró escalar los          más altos puestos de gobierno hasta llegar a ser primer ministro          bajo los          gobiernos de Nabucodonosor, Baltasar, Darío y Ciro. A su gran          sabiduría, a su          habilidad para gobernar y a su santidad debe él que a pesar de          los cambios de          gobierno lograra conservar su cargo durante el reinado de cuatro          reyes.
Daniel          recibió de Dios la gracia          de revelar sueños y visiones. Soñó Nabucodonosor que estaba          viendo una estatua          inmensa con cabeza de oro, pecho de plata, piernas de hierro y          pies de barro y          que una piedrecita se desprendía del monte e iba creciendo hasta          llegar y          chocar con la estatua y volverla polvo. Y Daniel le explicó que          este sueño          significaba que vendrían varios reinos en el mundo, uno muy          rico, como de oro,          otro menos rico, como de plata, y un tercero muy fuerte como de          hierro y otro          más débil como de barro, y que la verdadera religión, que al          principio sería          muy pequeña, iría creciendo hasta lograr dominar todos los          reinos. Esto se ha          cumplido con la religión de Cristo que empezó siendo tan          pequeñita y ahora está          extendida por todo el mundo y es más poderosa que cualquier          reino de la tierra.
Dios          anunció que al rey          Nabucodonosor por haber cometido maldades y ser orgulloso, lo          iba a volver          loco. Nabucodonosor le pidió a Daniel que le rogara a Dios que          le cambiara el castigo          por alguna obra buena, y el Señor le dijo que para librarse de          los castigos          tenía que dar limosnas a los pobres.
El rey          Baltasar cometió el pecado          de emplear los cálices sagrados del altar de Dios para tomar          licor en una          fiesta, y estando en esto apareció una mano misteriosa que          escribía tres          palabras en la pared: Mene, Tequel, Uparsin. El rey se asustó          mucho y el          profeta Daniel le explicó: "Mene significa pesado. Es que Dios          ha pesado          sus obras y han resultado faltas de peso para recibir premios.          Tequel significa          medido. Dios midió sus obras y no dan la medida para recibir          gloria. Uparsin          significa dividido. Es que su reino será dividido y pasado a          otros".
Y esa          misma noche llegaron los          enemigos del reino y mataron a Baltasar y dividieron su reino y          lo pasaron a          los persas.
Daniel          fue un profeta tan estimado          que pudo corregir a los mismos jefes de gobierno de su tiempo y          sus correcciones          fueron recibidas con buena voluntad. Ante el pueblo apareció          siempre como un          hombre iluminado por Dios y de una conducta ejemplar y como un          creyente de una          profunda piedad y devoción.
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Fuente:          Archidiócesis de Madrid 
          Martín Dumiense, Santo Obispo, Marzo 20   
              
 Apóstol de los suevos Martirologio Romano: En                    Braga, en Portugal, san Martín de Dumio o Martin                    Dumiense, obispo, que siendo oriundo de Panonia, rigió                    primero la sede de Dumio y después la de Braga, y con                    su celo y predicación los suevos abandonaron la                    herejía arriana y abrazaron la fe católica.  San Martín de Braga, también conocido como                  Martín de Dumio o Martín Dumiense. Obispo, teólogo y                  escritor eclesiástico hispano de origen panónico,                  llamado el "Apostol de los suevos" (Panonia, hacia                  510-520 - Braga, 579-580). 
 de Arlés y posiblemente tuvo referencias de                  la regla de san Benito, pero aquí los monjes se                  gobiernan al ritmo que marca el abad -y ya obispo-                  Martín de Dumio.  |           
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Fuente:          Vatican.va 
          María Josefa Sancho de Guerra, Santa Fundadora, Marzo 20            
              
 Fundadora de la Congregación Martirologio Romano: En                    Bilbao, del País Vasco, en España, santa María Josefa                    del Corazón de Jesús Sancho de Guerra, virgen, que                    fundó la Congregación de las Hermanas Siervas de Jesús                    y las formó especialmente para el cuidado de los                    enfermos y de los pobres (1912). Una vida entregada a los enfermos I Santa María Josefa del Corazón de Jesús,                  hija primogénitade Bernabé Sancho, sillero, y de Petra                  de Guerra, ama de casa, nació en Vitoria (España) el 7                  de septiembre de 1842, y fue bautizada al día siguiente.                  Según la costumbre vigente entonces, fue confirmada dos                  años más tarde, el 10 de agosto de 1844. Huérfana de                  padre a la edad de siete años, la madre la preparó para                  la Primera Comunión, que recibió a los diez años. A los                  quince años, fue enviada a Madrid a casa de algunos                  parientes para completar su educación y formación.                  Características de su infancia y niñez, fueron: una                  fuerte piedad hacia la Eucaristía y la Virgen María, una                  inclinación y sensibilidad hacia los pobres y los                  enfermos y una inclinación al retiro.  II Los escritos y los testimonios oculares                  ponen de evidencia los puntos centrales de la                  espiritualidad de Santa María Josefa:  III La huella particular impresa por M Josefa                  al Instituto de las Siervas de Jesús refleja su                  experiencia interior de alma consagrada al servicio                  caritativo del prójimo, especialmente a los enfermos, en                  un clima de espíritu contemplativo. Encontramos bien                  explicada su idea en el Directorio de Asistencias,                  escrito por ella misma, donde llega a afirmar que la                  Sierva de Jesús proporciona al enfermo, que acompaña                  hasta la puerta de la eternidad, un bien mayor que el                  del misionero que con su predicación llama a los                  extraviados al recto camino de la vida.  IV Pocos años después de la muerte de la Madre                  María Josefa, el Instituto de las Siervas de Jesús                  proyectaba empezar la Causa de Canonización, pero por                  circunstancias adversas, entre las que estuvo la guerra                  civil española de 1936 y la segunda guerra mundial, se                  pudo llevar a la práctica sólo después de casi treinta                  años.   |           
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Fuente:          ACI Prensa 
          Juan Nepomuceno, Santo Presbítero y Mártir, Marzo 20   
              
 Mártir Martirologio Romano: En                    Praga, en Bohemia, san Juan Nepomuceno, presbítero y                    mártir, que por defender la Iglesia sufrió muchas                    injurias por parte del rey Venceslao IV y, expuesto a                    tormentos y torturas, aún respirando fue arrojado al                    río Moldava (1393). Nació en Bohemia (Checoslovaquia) hacia el                  año 1250, en un pueblo llamado Nopomuc, de ahí el                  sobrenombre Nepomuceno. El apellido de su familia era                  Wolfin.  
 lengua del mártir se encontraba incorrupta,                  aparentemente seca y gris. De repente, en presencia de                  todos empezó a tomar apariencia de ser la de una persona                  viva. Todos se pusieron de rodillas ante este milagro.                  Fue el cuarto milagro que realizó el santo antes de ser                  proclamado oficialmente como tal.   |           
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Fuente:          Vatican.va 
          José Bilczewski, Santo Arzobispo, Marzo 20   
              
 Arzobispo Martirologio Romano: En                    Lviv, en Ucrania, San José Bilczewski, obispo de los                    latinos, que se dedicó con gran caridad a la formación                    de las costumbres y de la doctrina del clero y del                    pueblo latinos, y durante la guerra hizo de todo para                    ayudar a los pobres y necesitados (1923).  Nació en Wilamowice, actualmente diócesis                  de Bielsko-Zywiec, entonces archidiócesis de Cracovia                  (Polonia), el 26 de abril de 1860. Hizo los estudios                  primarios en su ciudad natal y en Kety; los secundarios                  en Wadowice; luego ingresó en el seminario diocesano de                  Cracovia.   |           
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Fuente:          ACI Prensa 
          Ambrosio Sansedoni, Beato Presbítero Dominico, Marzo 20          
              
 Presbítero Dominico Martirologio Romano: En                    Siena, en la Toscana, beato Ambrosio Sansedonio,                    presbítero de la Orden de Predicadores, que fue                    discípulo de san Alberto Magno, y aunque eximio en                    doctrina y predicación, se mostró al mismo tiempo                    sencillo para con todos (1287).  Nació en Siena, el 16 de Abril de 1220, de                  la familia noble de Sansedoni , murió en el año 1286.   |           
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Fuente:          Ocarm.org 
          Francisco de Jesús María y José Palau y Quer, Beato          Sacerdote Carmelita,          Marzo 20   
              
 Presbítero Carmelita Martirologio Romano: En                    Tarragona, en España, beato Francisco de Jesús, María                    y José Palau y Quer, presbítero de la Orden de                    Carmelitas Descalzos, que en el ministerio soportó                    graves persecuciones y, acusado falsamente, fue                    relegado a la isla de Ibiza y abandonado por todos                    (1872).  Francisco Palau y Quer nació el 29 de                  diciembre de 1811 en Aitona, Lérida (España).   |           
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Fuente:          Ocarm.org 
          Bautista Spagnoli, Beato Presbítero Carmelita, Marzo 20          
              
 Presbítero Carmelita Martirologio Romano: En                    Mantua, en Lombardía, beato Bautista Spagnoli,                    presbítero de la Orden de los Carmelitas, que fomentó                    la paz entre los príncipes y reformó la misma Orden,                    de la cual fue nombrado prepósito por el papa León X                    (1516).  Nace en Mantua el 17 de abril de 1477 de                  padre de origen español (de aquí el apellido). Entró en                  los Carmelitas de Ferrara, profesando los votos                  religiosos en 1464. Maestro de teología en Bolonia                  (1475), desempeñó numerosos cargos en diversos conventos                  y por seis veces ejerció el oficio de Vicario General de                  su Congregación de reforma (llamada Mantuana) y al final                  de su vida fue Prior General de toda la Orden (1513-16).                    |           
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Fuente:          ACI Prensa 
          Hupólito (Ippolito) Galantini, Beato Laico fundador,          Marzo 20   
              
 Fundador de la Congregación Martirologio Romano: En                    Florencia, en la Toscana, beato Hipólito Galantini,                    fundador de la Cofradía de la Doctrina Cristiana, que                    realizó una egregia labor en la instrucción                    catequética de los niños y de la gente sencilla                    (1619).  Nació en Florencia, de obscuro parentezco,                  el 12 de octubre de 1565; murió el 20 de marzo de 1619.  |           
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Fuente:          ar.geocities.com/misa_tridentina01          
          Cutberto, Santo Obispo, Marzo 20   
              
 Obispo Martirologio Romano: En                    la isla de Farne, en Northumbria, tránsito de san                    Cutberto, obispo de Lindisfarne, que en el ministerio                    pastoral se distinguió por la diligencia que antes                    demostró en el monasterio y en el eremo, armonizando                    pacíficamente las austeridades y género de vida de los                    celtas con las costumbres romanas (687). San Cutberto, después de haber sido pastor                  y soldado, entró en el monasterio de Melrose, donde se                  distinguió por sus austeridades. Llegó a ser prior y se                  consagró, en seguida, a convertir y a consolar                  espiritualmente a los campesinos de Normandía.   |           
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Fuente:          Martirologio Romano 
          Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este          día, Marzo 20            
              
 San Arquipo, santo del NT  |           
Santa Eufemia virgen y          mártir vivió en Calcedonia de          Bitinia (Asia Menor). San Paulino de Nola y san Pedro Crisólogo          (¡de palabra de          oro!) ensalzaron su memoria, y el obispo de Poitiers la enaltece          en sus          célebres himnos De virginitate, poniéndola la primera después de          la Santísima          Virgen. Sucedió que el procónsul Prisco detuvo a Eufemia y a          otros cuarenta y          nueve cristianos y durante diecinueve días estuvo torturándoles          por ver si así          les obligaba a renegar de su fe. Eufemia, haciendo honor a su          nombre, se          explicó de una forma tan convincente, que dos verdugos, Sóstenes          y Víctor, se          negaron a seguir haciendo su trabajo, por lo que fueron          arrojados a los leones.          Los otros mártires fueron llevados a Roma para servir de          diversión a la plebe,          y Eufemia arrojada a los leones, quienes la respetaron por mucho          tiempo. Pero          la santa, viendo que su destino era el martirio, rezó para que          los leones          acabasen con ella. Su oración fue escuchada y uno de los leones          se acercó y le          dio un zarpazo mortal. Su cuerpo, que los leones no quisieron          devorar, fue          recogido por sus padres y enterrado.
Las          Eufemias celebran su          onomástica el 20 de marzo y en septiembre los días 3 y 16.          Tienen en común las          tres santas, que sufrieron el martirio a finales del siglo III.
Es          digna de mención Eufemia Flavia          Aelia Marcia, emperatriz de Oriente. Llegó a esta dignidad desde          lo más bajo:          siendo hija de una familia humilde, su padre decidió venderla          como esclava a un          romano que, prendado de ella, quiso manumitirla para elevarla a          la condición de          esposa. Al cambiar de estado, cambió también de nombre,          abandonando el que          hasta entonces había llevado, Lucipia, que era el de su familia.          Su esposo          llegó a ser emperador de Oriente, con el nombre de Justino I.
Aunque          de uso muy restringido en          occidente, el de Eufemia resulta ser un nombre muy          significativo, que incluso          mereció una canción mexicana titulada exactamente así: Eufemia.          ¡Felicidades! ___________________________________________________________________________________________
Fuentes:          IESVS.org; EWTN.com;          Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es ,          misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/ 
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