miércoles, 30 de noviembre de 2011

HOY. No te pierdas las gracias de la novena a la Inmaculada Concepción

JMJ

Pax

 

El mundo te necesita: por cada email nuestro, favor de rezar un minutito, un Padre nuestro o un Ave María DE CORAZÓN por el triunfo del Inmaculado Corazón de María. ¡Dios no se deja ganar en generosidad!

Dice María: "El Santo Rosario es el arma a la cual le teme el enemigo, es también el refugio de los que buscan alivio a sus pesares y es la puerta para entrar en mi corazón" (San Nicolás, 10.04.86)

La oración te llena de bendiciones y riega la fe ¡no dejes que se marchite! Reza al menos 3 minutos por día (sin horario) en la cadena de oración más grande del mundo, el Rosario Viviente.  Escribe a RosarioViviente+subscribe@yahoogroups.com

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Faltan 9 días para la gran Fiesta de la Inmaculada Concepción.

 

La novena es ofrecerle algún regalito a Tu Madre. Si piensas que no tendrás tiempo para rezar, elige algo sencillo que seguro realizarás TODOS los días (igual si te olvidas alguno sigue).

 

Algunos ejemplos:

·         3 Avemarías

·         1 Decena del Rosario (sólo lleva 3 minutos) o un Rosario (15 minutos pero es una corona entera para nuestra Reina)

·         Un cierto tiempo fijo de oración (si es con lectura de la Biblia mejor)

·         Visitar al Santísimo Sacramento (donde Jesús te espera)

·         Alguna mortificación (dejar gaseosa, golosinas o el cigarrillo, una buena acción cada día, tratar bien a quien no aguantas, conducir amablemente)

·         Limosna diaria

 

Una idea para hacer en familia con los niños:

Poner en un recipiente garbanzos o algo similar (bolitas). Poner otro recipiente más lindo vacío. Que los miembros vayan pasando las bolitas cada vez que rezan un Avemaría o realizado alguna acción buena (por ejemplo hacer algo que normalmente no hacen o les cuesta).

Lindo sería entre todos regalarle mil Avemarías por día rezados de corazón (no como loros) y si es dentro de Rosarios mejor.

 

También hay oraciones preparadas como la siguiente:

 

Novena a la Inmaculada Concepción

El Papa Pío IX instituyó esta celebración cuando proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción el 8 de Diciembre de 1854. Presentamos algunas consideraciones para cada día de la Novena.

 

El Papa Pío IX instituyó esta celebración cuando proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción el 8 de Diciembre de 1854: "…la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipoten te, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano".

 

En esa definición, Pío XII expresa con precisión el significado de esta verdad de fe: que María fue concebida libre de la mancha del pecado original. Esta fiesta ha sido celebrada desde el siglo VIII en Oriente y en muchas partes de Occidente. El Catecismo de la Iglesia Católica explica:

 

"Para ser la Madre del Salvador, María fue "dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan importante". En el momento de la anunciación, el ángel Gabriel la saluda como "llena de gracia" (Lucas 1, 28). En efecto, para poder dar el asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación era preciso que ella estuviese totalmente poseída por la gracia de Dios. A lo largo de los siglos, la Iglesia ha tomado conciencia de que María, "llena de gracia" por Dios, (Lucas 1, 28) había sido redi mida desde su concepción.

 

"Esta "resplandeciente santidad del todo singular" de la que ella fue "enriquecida desde el primer instante de su concepción", le viene toda entera de Cristo: ella es "redimida de la ma­nera más sublime en atención a los méritos de su Hijo". El Padre la ha "bendecido con toda clase de bendiciones espiritua les, en los cielos, en Cristo" más que a ninguna otra perso na creada. Él la ha "elegido en él, antes de la creación del mundo para ser santa e inmaculada en su presencia, en el amor".

 

"Los Padres de la tradición oriental llaman a la Madre de Dios "la Toda Santa" ("Panagia"), la celebran "como inmune de toda mancha de pecado y como plasmada por el Espíritu Santo y hecha una nueva criatura". Por la gracia de Dios, María ha permanecido pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida".42

 

PRIMER DÍA

 

30 DE NOVIEMBRE

 

María, nueva Eva

 

Oración

 

El mismo Espíritu Santo,

que formó a la Virgen María como nueva criatura,

para que de ella, inundada del rocío celestial,

naciera Jesucristo, tu Hijo, el fruto de la salvación,

santifique ahora, Señor, nuestros dones.

 

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Lectura Bíblica Génesis 3:1-6, 13-15

 

Pero la serpiente, la más astuta de cuantas bestias del campo hi ciera el Señor Dios, dijo a la mujer: "Conque os ha mandado Dios que no co máis de los árboles todos del paraíso? Y respondió la mujer a la serpiente: "Del fruto de los árboles del paraíso comemos, pero del fruto del que está en medio del paraíso no ha dicho Dios: "No comáis de él, ni lo toquéis siquiera, no vayáis a morir". Y dijo la serpiente a la mujer: "No, no moriréis; es que sabe Dios que el día que de él comáis se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal". Vio, pues, la mujer que el árbol era bueno para comerse, hermoso a la vista y deseable para alcanzar por él sabiduría, y tomó de su fruto y comió, y dio también de él a su marido, que también con ella comió.

 

Dijo, pues, el Señor Dios a la mujer: "¿Por qué has hecho eso?" Y contestó la mujer: "La serpiente me engañó y comí". Dijo luego el Señor Dios a la serpiente:

 

"Por haber hecho esto,

Maldita serás entre todos los ganados

Y entre todas las bestias del campo.

Te arrastrarás sobre tu pecho

Y comerás el polvo todo el tiempo de tu vida.

Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer

Y entre tu linaje y el suyo;

Este te aplastará la cabeza

Y tú le acecharás el calcañal".

 

Consideración:

 

María, Madre del Verbo encarnado, está situada en el centro mismo de aquella "enemistad", de aquella lucha que acompaña la histo ria de la humanidad en la tierra y la historia misma de la salvación.

 

En este lugar ella, que pertenece a los "humildes y pobres del Señor", lleva en sí, como ningún otro entre los seres humanos, aquella "gloria de la gracia" que el Padre "nos agració en el Amado", y esta gra cia determina la extraordinaria grandeza y belle za de todo su ser. María permanece así ante Dios, y también ante la humanidad entera, co mo el signo inmutable e inviolable de la elec ción por parte de Dios, de la que habla la Carta paulina: "Nos ha elegido en él (Cristo) antes de la fundación del mundo, … eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos" (Ef 1, 4.5).

 

Esta elección es más fuerte que toda expe riencia del mal y del pecado, de toda aquella "enemistad" con la que ha sido marcada la historia del hombre. En esta historia María si gue siendo una señal de esperanza segura.

 

Para concluir, se puede rezar el Rosario y la Letanía Lauretana o la siguiente oración :

 

Oración

 

Oh Dios,

que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María

preparaste a tu Hijo una digna morada,

y en previsión de la muerte de tu Hijo

la preservaste de todo pecado,

concédenos por su intercesión

llegar a ti limpios de todas nuestras culpas.

 

Por nuestro Señor Jesucristo.

 

SEGUNDO DÍA

 

1 DE DICIEMBRE

 

María, llena de gracia

 

Oración

 

Dios todopoderoso,

que, según lo anunciaste por el ángel, has querido

que tu hijo se encarnara en el seno de María, la Virgen,

escucha nuestras súplicas

y haz que sintamos la protección de María

los que la proclamamos verdadera Madre de Dios.

 

Por nuestro Señor Jesucristo.

 

Lectura Bíblica Lucas 1:26-33

 

En el mes sexto fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y presentándose a ella, le dijo: Salve, llena de gracia, el Señor es contigo. Ella se turbó al oír estas palabras y discurría qué podría significar aquella salutación. El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirás en tu seno y darás a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y llamado Hijo del Altísimo y le dará el Señor Dios el trono de David, su padre, y reinará en la casa de Jacob por los siglos, y su reino no tendrá fin.

 

Consideración:

 

Cuando leemos que el mensajero dice a Ma ría "llena de gracia", el contexto evangélico, en el que confluyen revelaciones y promesas an tiguas, nos da a entender que se trata de una bendición singular entre todas las "bendicio nes espirituales en Cristo".

 

En el misterio de Cristo María está presente ya "antes de la creación del mundo" como aquella que el Pa dre "ha elegido" como Madre de su Hijo en la Encarnación, y junto con el Padre la ha ele gido el Hijo, confiándola eternamente al Espí ritu de santidad. María está unida a Cristo de un modo totalmente especial y excepcional, e igualmente es amada en este "Amado" eter­namente, en este Hijo consustancial al Padre, en el que se concentra toda "la gloria de la gracia". A la vez, ella está y sigue abierta per fectamente a este "don de lo alto" (cf. Santiago 1, 17). Como enseña el Concilio, María "sobre sale entre los humildes y pobres del Señor, que de Él esperan con confianza la salvación".

 

Para concluir, se puede rezar el Rosario y la Letanía Lauretana o la siguiente oración :

 

Oración

 

Oh Dios,

que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María

preparaste a tu Hijo una digna morada,

y en previsión de la muerte de tu Hijo

la preservaste de todo pecado,

concédenos por su intercesión

llegar a ti limpios de todas nuestras culpas.

 

Por nuestro Señor Jesucristo.

 

TERCER DÍA

 

2 DE DICIEMBRE

 

María, sierva del Señor

 

Oración

 

Oh Dios,

que enviaste a tu Hijo,

palabra de salvación y pan de vida,

desde el cielo al seno de la Santa Virgen,

concédenos recibir a Cristo como ella,

conservando sus palabras en el corazón,

y celebrando con fe sus misterios.

 

Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

Lectura Bíblica Lucas 1:34-38

 

Dijo María al ángel: ¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón? El ángel le contestó y dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios. E Isabel, tu parienta, también ha concebido un hijo en su vejez, y éste es ya el mes sexto de la que era estéril, porque nada hay imposible para Dios. Dijo María: He aquí a la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y se fue de ella el ángel.

 

Consideración:

 

En efecto, en la Anunciación María se ha abandonado en Dios completamente, manifestan do "la obediencia de la fe" a aquel que le ha blaba a través de su mensajero y prestando "el homenaje del entendimiento y de la voluntad". Ha respondido, por tanto, con todo su "yo" humano, femenino, y en esta respuesta de fe estaban contenidas una cooperación perfecta con "la gracia de Dios que previene y socorre" y una disponibilidad perfecta a la acción del Es píritu Santo, que, "perfecciona constantemente la fe por medio de sus dones".

 

La palabra del Dios viviente, anunciada a María por el ángel, se refería a ella misma "vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo" (Lucas 1, 31).

 

Acogiendo este anuncio, María se convertiría en la "Madre del Señor" y en ella se realizaría el misterio divino de la Encarna ción: "El Padre de las misericordias quiso que precediera a la encarnación la aceptación de par te de la Madre predestinada". Y María da este consentimiento, después de haber escuchado todas las palabras del mensajero. Dice: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra" (Lucas 1, 38).

 

Este fiat de María —"hágase en mí"— ha decidido, desde el punto de vista humano, la realización del mis terio divino. Se da una plena consonancia con las palabras del Hijo que, según la Carta a los Hebreos, al venir al mundo dice al Padre: "Sa crificio y oblación no quisiste; pero me has for mado un cuerpo … He aquí que vengo … a ha cer, oh Dios, tu voluntad" (Hebreos 10, 5-7).

 

El misterio de la Encarnación se ha realizado en el momento en el cual María ha pronunciado su fiat "hágase en mí según tu palabra", hacien do posible, en cuanto concernía a ella según el designio divino, el cumplimiento del deseo de su Hijo.

 

Para concluir, se puede rezar el Rosario y la Letanía Lauretana o la siguiente oración :

 

Oración

 

Oh Dios,

que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María

preparaste a tu Hijo una digna morada,

y en previsión de la muerte de tu Hijo

la preservaste de todo pecado,

concédenos por su intercesión

llegar a ti limpios de todas nuestras culpas.

 

Por nuestro Señor Jesucristo.

 

CUARTO DÍA

 

3 DE DICIEMBRE

 

María, bendita entre las mujeres

 

Oración

 

Oh Dios, Salvador de los hombres,

que, por medio de la bienaventurada Virgen María,

arca de la nueva alianza,

llevaste la salvación y el gozo a la casa de Isabel,

concédenos ser dóciles a la inspiración del Espíritu

para poder llevar a Cristo a los hermanos

y proclamar tu grandeza con nuestras alabanzas

y la santidad de nuestras costumbres.

 

Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

Lectura Bíblica Lucas 1:39-44

 

En aquellos días se puso María en camino y con presteza fue a la montaña, a una ciudad de Judá, y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Así que oyó Isabel el saludo de María, exultó el niño en su seno e Isabel se llenó del Espíritu Santo, y clamó con fuerte voz: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque así que sonó la voz de tu salutación en mis oídos, exultó de gozo el niño en mi seno.

 

Consideración:

 

Poco después de la narración de la anunciación, el evangelista Lucas nos guía tras los pasos de la Virgen de Nazaret hacia "una ciu dad de Judá" (Lucas 1, 39). Según los estudiosos esta ciudad debería ser la actual Ain-Karim, situada entre las montañas, no distante de Jeru salén. María llegó allí "con prontitud" para visitar a Isabel su pariente.

 

El motivo de la vi sita se halla también en el hecho de que, du rante la anunciación, Gabriel había nombrado de modo significativo a Isabel, que en edad avan zada había concebido de su marido Zacarías un hijo, por el poder de Dios: "Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es impo sible a Dios" (Lucas 1, 36-37).

 

El mensajero di vino se había referido a cuanto había aconte cido en Isabel, para responder a la pregunta de María: "Cómo será esto, puesto que no co nozco varón?" (Lucas 1, 34). Esto sucederá preci samente por el "poder del Altísimo", como y más aún que en el caso de Isabel.

 

Así pues María, movida por la caridad, se dirige a la casa de su pariente. Cuando entra, Isabel, al responder a su saludo y sintiendo sal tar de gozo al niño en su seno, "llena del Es píritu Santo", a su vez saluda a María en alta voz: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno" (cf. Lucas 1, 40-42).

 

Esta exclamación o aclamación de Isabel entraría pos terior mente en el Ave María, como una conti nuación del saludo del ángel, convirtiéndose así en una de las plegarias más frecuentes de la Igle sia. Pero más significativas son todavía las pa labras de Isabel en la pregunta que sigue: "¿de donde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?" (Lucas 1, 43). Isabel da testimonio de María: reconoce y proclama que ante ella está la Ma dre del Señor, la Madre del Mesías. De este testimonio participa también el hijo que Isabel lleva en su seno: "saltó de gozo el niño en su seno" (Lucas 1, 44). El niño es el futuro Juan el Bautista, que en el Jordán señalará en Jesús al Mesías.

 

Para concluir, se puede rezar el Rosario y la Letanía Lauretana o la siguiente oración :

 

Oración

 

Oh Dios,

que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María

preparaste a tu Hijo una digna morada,

y en previsión de la muerte de tu Hijo

la preservaste de todo pecado,

concédenos por su intercesión

llegar a ti limpios de todas nuestras culpas.

 

Por nuestro Señor Jesucristo.

 

QUINTO DÍA

 

4 DE DICIEMBRE

 

La fe de María

 

Oración

 

Padre santo, Dios eterno,

que quisiste poner el trono real de tu Sabiduría

en Santa María Virgen,

ilumina a tu Iglesia con la luz de la Palabra de vida,

para que resplandezca con la fuerza de la verdad

y alcance gozosa el pleno conocimiento de tu amor.

 

Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

Lectura Bíblica Lucas 1:45-56

 

[E Isabel exclamó:]

 

Dichosa la que ha creído que se cumplirá lo que se le ha dicho de parte del Señor.

 

Dijo María:

 

"Mi alma engrandece al Señor y exulta de júbilo mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva; por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi maravillas el Poderoso, cuyo nombre es santo. Su misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen. Desplegó el poder de su brazo y dispersó a los que se engríen con los pensamientos de su corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y ensalzó a los humildes. A los hambrientos los llenó de bienes, y a los ricos los despidió vacíos. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia. Según lo que había prometido a nuestros padres a Abraham y a su descendencia para siempre." María permaneció con ella como unos tres meses y se volvió a su casa.

 

Consideración:

 

Sin embargo las palabras de Isabel "Feliz la que ha creído" no se aplican únicamente a aquel momento concreto de la anunciación. Ciertamente la anunciación representa el mo mento culminante de la fe de María a la espe ra de Cristo, pero es además el punto de parti da, de donde inicia todo su "camino hacia Dios", todo su camino de fe.

 

Y sobre esta vía, de modo eminente y realmente heroico —es más, con un heroísmo de fe cada vez mayor— se efectuará la "obediencia" profesada por ella a la palabra de la divina revelación. Y esta "obe diencia de la fe" por parte de María a lo largo de todo su camino tendrá analogías sorprenden tes con la fe de Abraham. Como el patriarca del Pueblo de Dios, así también María, a través del camino de su fiat filial y maternal, "esperando contra esperanza, creyó".

 

Con razón, pues, en la expresión "feliz la que ha creído" podemos encontrar como una clave que nos abre a la realidad íntima de María, a la que el ángel ha saludado como "llena de gracia". Si como "llena de gracia" ha estado presente eternamente en el misterio de Cristo, por la fe se convertía en partícipe en toda la extensión de su itinerario terreno: "avanzó en la peregrinación de la fe" y al mismo tiempo, de modo discreto pero directo y eficaz, hacía presente a los hombres el misterio de Cristo. Y sigue haciéndolo todavía. Y por el misterio de Cristo está presente entre los hombres. Así, me diante el misterio del Hijo, se aclara también el misterio de la Madre.

 

Para concluir, se puede rezar el Rosario y la Letanía Lauretana o la siguiente oración :

 

Oración

 

Oh Dios,

que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María

preparaste a tu Hijo una digna morada,

y en previsión de la muerte de tu Hijo

la preservaste de todo pecado,

concédenos por su intercesión

llegar a ti limpios de todas nuestras culpas.

 

Por nuestro Señor Jesucristo.

 

SEXTO DÍA

 

5 DE DICIEMBRE

 

María, corredentora con Cristo

 

Oración

 

Señor, Dios nuestro,

por un designio misterioso de tu providencia

completas lo que falta a la pasión de Cristo

con las infinitas penas de la vida de sus miembros;

concédenos que,

a imitación de la Virgen Madre dolorosa

que estuvo junto a la cruz de su Hijo moribundo,

así nosotros permanezcamosjunto a los hermanos

que sufren para darles consuelo y amor.

 

Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

Lectura Bíblica Lucas 2:25-35

 

Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, justo y piadoso, que esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba en él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo de que no vería la muerte antes de ver al Cristo del Señor. Movido del Espíritu, vino al templo, y al entrar los padres con el niño Jesús para cumplir lo que prescribe la Ley sobre Él, Simeón le tomó en sus brazos y, bendiciendo a Dios, dijo: "Ahora, Señor, puedes ya dejar ir a tu siervo en paz, según tu palabra; porque han visto mis ojos tu salud, la que has preparado ante la faz de todos los pueblos; Luz para iluminación de las gentes y gloria de tu pueblo, Israel". Su padre y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían de Él. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: "Puesto está para caída y levantamiento de muchos en Israel y para signo de contradicción; y una espada atravesará tu alma para que se descubran los pensamientos de muchos corazones".

 

Consideración:

 

Un hombre justo y piadoso, llamado Simeón, aparece al comienzo del "itinerario" de la fe de María. Sus palabras, sugeridas por el Espí ritu Santo (cf. Lucas 2, 25-27), confirman la ver dad de la anunciación.

 

Leemos, en efecto, que "tomó en brazos" al niño, al que —según la orden del ángel— "se le dio el nombre de Jesús" (cf. Lucas 2, 21). El discurso de Simeón es conforme al significado de este nombre, que quiere decir Salvador: "Dios es la salvación". Vuelto al Señor, dice lo siguiente: "Porque han visto mis ojos tu salvación, la que has pre parado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel" (Lucas 2, 30-32). Al mismo tiempo, sin embargo, Simeón se dirige a María con estas palabras: "Este está puesto para caída y ele vación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción … a fin de que queden al des cubierto las intenciones de muchos corazones"; y añade con referencia directa a María: "y a ti misma una espada te atravesará el alma" (Lucas 2, 34-35).

 

Las palabras de Simeón dan nueva luz al anuncio que María ha oído del ángel: Jesús es el Salvador, es "luz para iluminar" a los hombres . ¿No es aquel que se manifestó, en cierto modo, en la Nochebuena, cuando los pas tores fueron al establo? ¿No es aquel que de bía manifestarse todavía más con la llegada de los Magos del Oriente? (cf. Mateo 2, 1-12). Al mis­mo tiempo, sin embargo, ya al comienzo de su vida, el Hijo de María —y con él su Madre— experimentarán en sí mismos la verdad de las restantes palabras de Simeón: "Señal de con­tradicción" (Lucas 2, 34). El anuncio de Simeón parece como un segundo anuncio a María, dado que le indica la concreta dimensión histórica en la cual el Hijo cumplirá su misión, es decir en la incomprensión y en el dolor. Si por un lado, este anuncio confirma su fe en el cumplimiento de las promesas divinas de la salvación, por otro, le revela también que deberá vivir en el sufri miento su obediencia de fe al lado del Salvador que sufre, y que su maternidad será oscura y dolorosa.

 

Para concluir, se puede rezar el Rosario y la Letanía Lauretana o la siguiente oración :

 

Oración

 

Oh Dios,

que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María

preparaste a tu Hijo una digna morada,

y en previsión de la muerte de tu Hijo

la preservaste de todo pecado,

concédenos por su intercesión

llegar a ti limpios de todas nuestras culpas.

 

Por nuestro Señor Jesucristo.

 

SÉPTIMO DÍA

 

6 DE DICIEMBRE

 

María, primera en oír

la palabra de Dios y guardarla

 

Oración

 

Oh Dios,

que enviaste a tu Hijo,

palabra de salvación y pan de vida,

desde el cielo al seno de la Santa Virgen,

concédenos recibir a Cristo como ella,

conservando sus palabras en el corazón

y celebrando con fe sus misterios.

Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

Lectura Bíblica Lucas 11:27-28

 

Mientras decía estas cosas, levantó la voz una mujer de entre la muchedumbre y dijo: "Dichoso el seno que te llevó y los pechos que amamantaste". Pero Él dijo: "Más bien dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan".

 

Consideración:

 

El evangelio de Lucas recoge el momento en el que "alzó la voz una mujer de entre la gente, y dijo, dirigiéndose a Jesús: "¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te cria ron!" (Lucas 11, 27). Estas palabras constituían una alabanza para María como madre de Jesús, según la carne.

 

Pero a la bendición proclamada por aquella mujer respecto a su madre según la carne, Jesús responde de manera significativa: "Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan" (cf. Lucas 11, 28). Quiere quitar la aten ción de la maternidad entendida sólo como un vínculo de la carne, para orientarla hacia aquel misterioso vínculo del espíritu, que se forma en la escucha y en la observancia de la palabra de Dios.

 

Sin lugar a dudas, María es digna de bendición por el hecho de haber sido para Jesús Madre según la carne ("¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!"), pero también y sobre todo porque ya en el instante de la anunciación ha acogido la palabra de Dios, por que ha creído, porque fue obediente a Dios, por que "guardaba" la palabra y "la conservaba cuidadosamente en su corazón" (cf. Lucas 1, 38. 45; 2, 19. 51) y la cumplía totalmente en su vida. Podemos afirmar, por lo tanto, que el elo gio pronunciado por Jesús no se contrapone, a pesar de las apariencias, al formulado por la mujer desconocida, sino que viene a coincidir con ella en la persona de esta Madre-Virgen, que se ha llamado solamente "esclava del Señor" (Lucas 1, 38).

 

Si por medio de la fe María se ha convertido en la Madre del Hijo que le ha sido dado por el Padre con el poder del Espíritu Santo, con servando íntegra su virginidad, en la misma fe ha descubierto y acogido la otra dimensión de la maternidad, revelada por Jesús durante su misión mesiánica.

 

Se puede afirmar que esta dimensión de la maternidad pertenece a María desde el comienzo, o sea desde el momento de la con cepción y del nacimiento del Hijo. Desde enton ces era "la que ha creído".

 

… María madre se convertía así, en cierto sentido, en la primera "discípula" de su Hijo, la primera a la cual parecía decir: "Sígueme" antes aún de dirigir esa llamada a los apóstoles o a cualquier otra persona (cf. Juan 1, 43).

 

Para concluir, se puede rezar el Rosario y la Letanía Lauretana o la siguiente oración :

 

Oración

 

Oh Dios,

que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María

preparaste a tu Hijo una digna morada,

y en previsión de la muerte de tu Hijo

la preservaste de todo pecado,

concédenos por su intercesión

llegar a ti limpios de todas nuestras culpas.

 

Por nuestro Señor Jesucristo.

 

OCTAVO DÍA

 

7 DE DICIEMBRE

 

María, medianera de todas las gracias

 

Oración

 

Oh Dios, cuyo Hijo, al expirar en la cruz,

quiso que la Virgen María,elegida por él como Madre suya,

fuese en adelante nuestra Madre,

concédenos a quienes recurrimos a su protección

ser confortados por la invocación de su santo nombre.

 

Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

Lectura Bíblica Juan 2:1-11

 

Al tercer día hubo una boda en Caná de Galilea, y estaba ahí la madre de Jesús. Fue invitado también Jesús con sus discípulos a la boda. No tenían vino, porque el vino de la boda se había acabado. En esto dijo la madre de Jesús a éste: "No tienen vino". Díjole Jesús: "Mujer, qué nos va a mi y a ti? No es aún llegada mi hora". Dijo la madre a los servidores: Haced lo que El os diga.

 

Había ahí seis tinajas de piedra para las puri ficaciones de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres metretas. Díjoles Jesús: "Llenad las tinajas de agua". Las llenaron hasta el borde, y Él les dijo: "Sacad ahora y llevadlo al maestresala". Se lo llevaron, y luego que el maestresala probo el agua convertida en vino—él no sabía de dónde venía, pero lo sabían los servidores, que habían sacado el agua—, llamó al novio y le dijo: Todos sirven primero el vino bueno, y cuando están ya bebidos, el peor; pero tú has guardado hasta ahora el vino mejor. Este fue el primer milagro que hizo Jesús, en Caná de Galilea, y manifestó su gloria y creyeron en Él.

 

Consideración:

 

María está presente en Caná de Galilea como Madre de Jesús, y de modo significativo contri­buye a aquel "comienzo de las señales", que revelan el poder mesiánico de su Hijo. He aquí que: "como faltaba vino, le dice a Jesús su Madre: no tienen vino. Jesús le responde: "¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora" (Juan 2, 3-4). En el Evangelio de Juan aquella "hora" significa el momento determinado por el Padre, en el que el Hijo rea liza su obra y debe ser glorificado (cf. Juan 7, 30; 8, 20; 12, 23. 27; 13, 1; 17, 1; 19, 27).

 

Aunque la respuesta de Jesús a su madre parezca como un rechazo (sobre todo si se mira, más que a la pregunta, a aquella decidida afirmación: "Toda vía no ha llegado mi hora"), a pesar de esto María se dirige a los criados y les dice: "Haced lo que él os diga" (Juan 2, 5). Entonces Jesús ordena a los criados llenar de agua las tinajas, y el agua se convierte en vino, mejor del que se había servido antes a los invitados al banquete nupcial.

 

En esta página del Evangelio de Juan encontramos como un primer indicio de la verdad sobre la solicitud materna de María. Esta verdad ha encontrado su expresión en el magisterio del último Concilio. Es importante señalar como la función materna de María es ilustrada en su relación con la me diación de Cristo. En efecto, leemos lo siguiente: "La misión maternal de María hacia los hombres de ninguna manera oscurece ni disminuye esta única mediación de Cristo, sino más bien muestra su eficacia", porque "hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también" (1 Tm 2, 5). …[E]l hecho de Caná de Galilea, nos ofrece como una predicción de la mediación de María, orientada plenamente hacia Cristo y encaminada a la revelación de su poder salvífico.

 

Por el texto joánico parece que se trata de una mediación maternal. Como proclama el Con­cilio: María "es nuestra Ma dre en el orden de la gracia". Esta maternidad en el orden de la gracia ha surgido de su misma maternidad di vina, porque siendo, por disposición de la divina providencia, madre-nodriza del divino Redentor se ha convertido de "forma singular en la gene­rosa colaboradora entre todas las criaturas y la hu milde esclava del Señor" y que "cooperó … por la obediencia, la fe, la esperanza y la encen dida caridad, en la restauración de la vida sobre­natural de las almas".

 

"Y esta maternidad de María perdura sin cesar en la economía de la gracia… hasta la consumación de todos los ele gidos".

 

Para concluir, se puede rezar el Rosario y la Letanía Lauretana o la siguiente oración :

 

Oración

 

Oh Dios,

que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María

preparaste a tu Hijo una digna morada,

y en previsión de la muerte de tu Hijo

la preservaste de todo pecado,

concédenos por su intercesión

llegar a ti limpios de todas nuestras culpas.

 

NOVENO DÍA

 

8 DE DICIEMBRE

 

María, madre de Dios y madre nuestra

 

Oración

 

Oh Dios,

Padre de misericordia,

cuyo Hijo, clavado en la cruz,

proclamó como Madre nuestra

a santa María Virgen, Madre suya,

concédenos, por su mediación amorosa,

que tu Iglesia, cada día más fecunda,

se llene de gozo por la santidad de sus hijos,

y atraiga a su seno

a todas las familias de los pueblos.

 

Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

Lectura Bíblica Juan 19:23-27

 

Los soldados, una vez que hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y la túnica. La túnica era sin costura, tejida toda desde arriba. Dijéronse, pues, unos a otros: "No la rasguemos, sino echemos suertes sobre ella para ver a quién le toca", a fin de que se cumpliese la Escritura: "Dividiéronse mis vestidos y sobre mi túnica echaron suertes". Es lo que hicieron los soldados.

 

Estaban junto a la cruz de Jesús su Madre y la hermana de su Madre, María la de Cleofás y María Magdalena. Jesús, viendo a su Madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a la Madre: "Mujer, he ahí a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "He ahí a tu Madre". Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.

 

Consideración:

 

Si el pasaje del Evangelio de Juan sobre el hecho de Caná presen ta la maternidad solícita de María al comienzo de la actividad mesiánica de Cristo, otro pasaje del mismo Evangelio confirma esta maternidad de María en la economía salvífica de la gracia en su momento culminante, es decir cuando se realiza el sacrificio de la Cruz de Cristo, su misterio pascual. La descripción de Juan es concisa: "Junto a la cruz de Jesús estaban su Madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su ma dre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Luego dice al discípulo: "Ahí tienes a tu madre". Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa" (Juan 19, 25-27).

 

…Sin embargo, sobre el significado de esta atención el "testamento de la Cruz" de Cristo dice aún más. Jesús ponía en evidencia un nuevo vínculo entre Madre e Hijo, del que confirma solemnemente toda la verdad y realidad. Se puede decir que, si la maternidad de María respecto de los hombres ya había sido delineada precedentemente, ahora es precisada y establecida claramente; ella emerge de la definitiva madura ción del misterio pascual del Redentor.

 

La Madre de Cristo, encontrándose en el campo directo de este misterio que abarca al hombre —a cada uno y a todos?? , es entregada al hombre —a cada uno y a todos— como madre.

 

Para concluir, se puede rezar el Rosario y la Letanía Lauretana o la siguiente oración :

 

Oración

 

Oh Dios,

que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María

preparaste a tu Hijo una digna morada,

y en previsión de la muerte de tu Hijo

la preservaste de todo pecado,

concédenos por su intercesión

llegar a ti limpios de todas nuestras culpas.

 

Por nuestro Señor Jesucristo.

Encuentra.com

 

 

¡ Ave María puríssima !

 

Gracias por tu apoyo. Recemos unos por otros.

 

Unidos en el Corazón de la Sagrada Familia,

 

El equipo de voluntarios de IESVS.org

 

¿Falta fe a tu alrededor? Difunde estos videos que muestran la existencia de Dios, el alma, Jesús, etc.:

 

http://www.youtube.com/swf/l.swf?video_id=MBiXbJmGzc4 (se sugiere apagar el audio por ser irreverente)

 

http://www.youtube.com/watch?v=7JxdzUt7OS0

busque en youtube.com "cuerpos incorruptos"

 

http://www.youtube.com/watch?v=X-OKa0DniDs

busque en youtube.com "Ricardo Castañón" (esto no es un aval a Catalina Rivas)

 

http://www.youtube.com/watch?v=mHIpcNDhWIg

http://www.youtube.com/swf/l.swf?video_id=u4PmgfyfyQU

busque en youtube.com "milagros eucarísticos"

 

http://www.youtube.com/swf/l.swf?video_id=W1KhlC9DrqE

exorcismo real!

 

http://www.youtube.com/swf/l.swf?video_id=Ro2OJeYiZn0

busque en youtube.com "Gloria Polo"

 

Escucha el testimonio impresionante de Marino Restrepo, secuestrado por las FARC y liberado por un Niño:

Testimonio en la web                                                    Bajar a MP3 (click derecho, y guarde como...) 

Véalo en: www.marinorestrepo.com o en www.youtube.com Busque: Marino Restrepo

 

Invitación

 

Míralo y dile:

"Jesús en Ti confío"

"Jesús en Ti confío"

"Jesús en Ti confío"

 

Jesús prometió misericordia a quien rece esto ante esta imagen y prometió obrar milagros por esta imagen, ¡difúndela y llénate de bendiciones!

 

No tengas vergüenza:

Marcos 9, 38          "Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles." Ver también Mt 10,33; Lc 12,9; 2 Tm 2, 12

 

Coloca esta invitación en todos sus emails.

En el email de tu empleador puedes poner algo así: "A continuación,  sigue la firma personalizada de quien le responde: no tiene relación con la empresa."

 

Quienes lo reciban, te lo agradecerán por toda la eternidad =)

 

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Lecturas Jueves 01 de Diciembre de 2011. Novena de la Inmaculada. Beato Charles de Foucauld y Santa Blanca ¡rueguen por nosotros!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (7, 21. 24-27)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No todo el que me diga '¡Señor, Señor!', entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos.

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.

El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/swf/l.swf?video_id=v82JVdXAUUs

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

Bendito el que viene en el nombre del Señor

Feria de Adviento: jueves de la 1a. semana

Te damos gracias, Señor, porque eres bueno

Antífona de Entrada

Tú estás cerca, Señor, y todos tus caminos son derechos. Desde el principio comprendí que tu alianza la estableciste para siempre.

Oración Colecta

Oremos:

Muestra, Señor, tu poder y ven en nuestra ayuda para que la abundancia de tu misericordia apresure el momento de la salvación que nuestros pecados han

retardado.

Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Isaías (26, 1-6)

Aquel día se cantará este canto en el país de Judá:

"Tenemos una ciudad fuerte; ha puesto el Señor, para salvarla, murallas y baluartes. Abran las puertas para que entre el pueblo justo, el que se mantiene fiel, el de ánimo firme para conservar la paz, porque en ti confió. Confíen siempre en el Señor, porque el Señor es nuestra fortaleza para siempre; porque él doblegó a los que habitaban en la altura; a la ciudad excelsa la humilló, la humilló hasta el suelo, la arrojó hasta el polvo donde la pisan los pies, los pies de los humildes, los pasos de los pobres".

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 117

Bendito el que viene en el

nombre del Señor.

Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Más vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres la confianza; más vale refugiarse en el Señor, que buscar con los fuertes una alianza.

Bendito el que viene en el

nombre del Señor.

Abranme las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias a Dios. Esta es la puerta del Señor y por ella entrarán los que le viven fieles. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación.

Bendito el que viene en el

nombre del Señor.

Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine.

Bendito el que viene en el

nombre del Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está cerca.

Aleluya.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (7, 21. 24-27)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No todo el que me diga '¡Señor, Señor!', entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos.

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.

El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Adviento III

Cristo, Señor y juez de la historia

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias, es nuestro deber cantar en tu honor himnos de bendición y de alabanza, Padre todopoderoso, principio y fin de todo lo creado.

Tú nos has ocultado el día y la hora en que Cristo, tu Hijo, Señor y juez de la historia, aparecerá, revestido de poder y de gloria, sobre las nubes del cielo.

En aquel día terrible y glorioso pasará la figura de este mundo y nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva.

El mismo Señor que se nos mostrará entonces lleno de gloria viene ahora a nuestro encuentro en cada hombre y en cada acontecimiento, para que lo recibamos en la fe y por el amor demos testimonio de la espera dichosa de su reino.

Por eso, mientras aguardamos su última venida, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

Vivamos en este mundo como hombres responsables, justos y que sirven a Dios, en espera de que se cumpla la feliz esperanza: la manifestación gloriosa de Jesucristo, nuestro Dios y salvador.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras, sino en los bienes

eternos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

___________________________________________________________________________________________

 

Meditación diaria

 

Adviento. 1ª semana. Jueves

VINO A CUMPLIR LA VOLUNTAD DEL PADRE

— Identificar nuestra voluntad con la del Señor. Cómo nos manifiesta Dios su voluntad. Voluntad de Dios y santidad.

— Otros modos de manifestarse la voluntad de Dios en nuestra vida: la obediencia. Imitar a Jesús en su ardiente deseo de cumplir la voluntad de su Padre Dios. Humildad.

— Cumplir la voluntad de Dios en momentos en que cuesta o resulta ingrata o difícil.

I. La vida de una persona se puede edificar sobre muy diferentes cimientos: sobre roca, sobre barro, sobre humo, sobre aire... El cristiano sólo tiene un fundamento firme en el que apoyarse con seguridad: el Señor es la Roca permanente1.

El Señor nos habla en el Evangelio de la Misa2 de dos casas. En una de ellas quizá se quiso ahorrar la cimentación, quizá hubo prisa por terminarla. No se puso el debido cuidado. Al que edificó de esta manera el Señor le llama hombre loco. Las dos casas quedaron terminadas y parecían iguales, pero tenían muy distinto fundamento: una de ellas estaba cimentada sobre piedra firme; la otra, no. Pasó algún tiempo y llegaron las dificultades que pondrían a prueba la solidez de la edificación. Un día hubo temporal: cayó la lluvia, y los ríos salieron de madre y soplaron los vientos contra aquella casa.

Fue el momento en el que probaron su consistencia. Una se mantuvo firme en lo esencial; la otra se derrumbó estrepitosamente y el desastre fue completo.

Nuestra vida solo puede estar edificada sobre Cristo mismo, nuestra única esperanza, nuestro único fundamento. Y esto quiere decir, en primer lugar, que procuramos identificar nuestra voluntad con la suya. No es la nuestra una adhesión más o menos superficial a una borrosa figura de Cristo, sino una adhesión firme a su querer y a su Persona. No todo el que dice Señor, Señor, entrará en el reino de los Cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en los cielos, leemos también en el Evangelio de la Misa.

La voluntad de Dios es la brújula que nos indica en todo momento el camino que nos lleva a Él; es, al mismo tiempo, el sendero de nuestra propia felicidad. El cumplimiento del querer divino nos da también una gran fortaleza para superar los obstáculos.

¡Qué alegría poder decir al final de nuestros días: he procurado siempre buscar y seguir la voluntad de Dios en todo! No nos alegrarán tanto los triunfos cosechados, ni nos importarán demasiado los fracasos y los sufrimientos padecidos. Lo que nos importará, y mucho, es si hemos amado el querer de Dios sobre nuestra vida, que se manifestó unas veces de modo más general y otras de forma muy concreta. Siempre con la suficiente claridad, si no cegamos la luz del alma, que es la conciencia.

El cumplimiento amoroso de la voluntad de Dios es, a la vez, la cima de toda santidad: "Todos los fieles cristianos, en las condiciones, ocupaciones o circunstancias de su vida, y a través de todo eso, se santificarán más cada día si lo aceptan todo con fe, como venido de la mano del Padre celestial, y colaboran con la divina voluntad..."3. Es aquí donde se demuestra nuestro amor a Dios, y también el grado de unión con Él. Y el Señor nos manifiesta su voluntad a través de los Mandamientos, de las indicaciones, consejos y preceptos de nuestra Madre la Iglesia, y de las obligaciones que conlleva la propia vocación y estado.

Reconocer y amar la divina voluntad en esos deberes nos dará la fuerza necesaria para hacerlos con perfección, y en ellos encontraremos el lugar donde ejercitar las virtudes humanas y las sobrenaturales. La voluntad de Dios está muy relacionada con la sonriente caridad de todos los días, con el cumplimiento del deber aunque resulte dificultoso, con la ayuda que prestamos, en lo sobrenatural y en lo humano, a quienes están a nuestro lado.

II. La voluntad de Dios se nos manifiesta de una forma expresa a través de aquellas personas a quienes debemos obediencia, y a través de los consejos recibidos en la dirección espiritual.

La obediencia no tiene su fundamento último en las cualidades –personalidad, inteligencia, experiencia, edad– del que manda. Jesús superaba infinitamente –era Dios– a María y a José, y les obedecía4. Es más, "Jesucristo, en cumplimiento de la voluntad del Padre, inauguró en la tierra el reino de los cielos, nos reveló su misterio y realizó la redención con su obediencia"5.

Quienes piensan que la obediencia es un sometimiento indigno del hombre y propio de personas con escasa madurez han de considerar que el Señor se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz6. Cristo obedece por amor, por cumplir la voluntad de su Padre; ese es el sentido de la obediencia cristiana: la que se debe a Dios y a sus mandamientos, la que se debe a la Iglesia, a los padres, la que de un modo u otro rige en la vida profesional, social, etcétera, cada una en su orden.

Para obedecer como obedeció Jesús es necesario un ardiente deseo de cumplir la voluntad de Dios en nuestra vida, y ser humildes. El espíritu de obediencia no cabe en un alma dominada por la soberbia. Solo el humilde acepta gustosamente otro criterio distinto del suyo –el de Dios–, al que debe conformar sus actos.

El que no es humilde rechazará abiertamente el mandato unas veces, y otras lo aceptará aparentemente, pero sin darle cabida, en realidad, en su corazón, porque lo someterá a discusión crítica y a limitaciones, y perderá el sentido sobrenatural que tiene la obediencia. "Estemos precavidos, entonces, porque nuestra tendencia al egoísmo no muere, y la tentación puede insinuarse de muchas maneras. Dios exige que, al obedecer, pongamos en ejercicio la fe, pues su voluntad no se manifiesta con bombo y platillo. A veces el Señor sugiere su querer como en voz baja, allá en el fondo de la conciencia: y es necesario escuchar atentos, para distinguir esa voz y serle fieles.

"En muchas ocasiones, nos habla a través de otros hombres, y puede ocurrir que la vista de los defectos de esas personas, o el pensamiento de si están bien informados, de si han entendido todos los datos del problema se nos presente como una invitación a no obedecer"7. Sin embargo, nuestro deseo de cumplir la voluntad de Dios superará ese y otros obstáculos que se puedan presentar a nuestra obediencia.

La humildad da paz y alegría para realizar lo mandado hasta en los menores detalles. El humilde se siente gozosamente libre al obedecer. "Mientras nos sometemos humildemente a la voz ajena nos superamos a nosotros mismos en el corazón"8, superamos el propio egoísmo y rompemos con sus lazos, que nos esclavizan.

En el apostolado, la obediencia se hace indispensable. De nada sirven el esfuerzo, los medios humanos, las mortificaciones..., sin obediencia todo sería inútil ante Dios. De nada serviría trabajar con tesón toda una vida en una obra humana si no contáramos con el Señor. Hasta lo más valioso de nuestras obras quedaría sin fruto si prescindiéramos del deseo de cumplir la voluntad de Jesús: "Dios no necesita de nuestros trabajos, sino de nuestra obediencia"9.

III. La voluntad de Dios también se nos manifiesta en aquellas cosas que Él permite y que no resultan como esperábamos, o son incluso totalmente contrarias a lo que deseábamos o habíamos pedido con insistencia en la oración.

Es el momento entonces de aumentar nuestra oración y de fijarnos mejor en Jesucristo. Especialmente cuando nos resulten muy duros y difíciles los acontecimientos: la enfermedad, la muerte de un ser querido, el dolor de los que más queremos...

El Señor hará que nos unamos a su oración: No se haga como yo quiero, Padre, sino como quieres Tú10. No se haga mi voluntad, sino la tuya11. Él quiso incluso compartir con nosotros todo lo que a veces tiene de injusto y de incomprensible el dolor. Pero también nos enseñó a obedecer hasta la muerte, y muerte de cruz12.

Si alguna vez nos toca sufrir mucho, al Señor no le ofenden nuestras lágrimas. Pero enseguida hemos de decir: Padre, hágase tu voluntad. En nuestra vida puede haber momentos de mayor dureza, quizá de oscuridad y de dolor profundo, en los que cueste más aceptar la voluntad de Dios, con tentaciones de desaliento. La imagen de Jesús en el huerto de Getsemaní nos señala cómo hemos de proceder en esos momentos: hemos de abrazar la voluntad de Dios sin poner límite alguno ni condiciones de ninguna clase, y en una oración perseverante.

No serán pocas las veces en que, a lo largo de nuestra vida, tendremos que hacer actos de identificación con lo que es voluntad de nuestro Padre Dios. Y diremos interiormente en nuestra oración personal: "¿Lo quieres, Señor?... ¡Yo también lo quiero!"13. Y vendrá la paz, la serenidad a nuestra alma y a nuestro alrededor.

La fe nos hará ver una sabiduría superior detrás de cada acontecimiento: "Dios sabe más. Los hombres entendemos poco de su modo paternal y delicado de conducirnos hacia Él"14. Jesucristo nos consolará de todos nuestros pesares, y quedarán santificados.

Hay una providencia detrás de cada acontecimiento, todo está ordenado y dispuesto para que sirva mejor a la salvación de cada uno; absolutamente todo, tanto lo que sucede en el ámbito más general como lo que ocurre cada día en el pequeño universo de nuestra profesión y familia. Todas las cosas pueden y deben ayudarnos a encontrar a Dios, y por tanto a encontrar la paz y la serenidad en nuestra alma: Todo contribuye al bien de los que aman a Dios15.

El cumplimiento de la voluntad de Dios es fuente de serenidad y de paz. Los santos nos han dejado el ejemplo de un cumplimiento sin condiciones de la divina voluntad. Así se expresaba San Juan Crisóstomo: "En toda ocasión yo digo: ¡Señor, hágase tu voluntad!: no lo que quiere este o aquel, sino lo que tú quieres que haga. Este es mi alcázar, y esta es mi roca inamovible, este es mi báculo seguro"16.

Terminamos nuestra oración pidiendo con la Iglesia: Señor y Dios nuestro, a cuyo designio se sometió la Virgen Inmaculada aceptando, al anunciárselo el ángel, encarnar en su seno a tu Hijo: tú, que la has transformado por obra del Espíritu Santo en templo de tu divinidad, concédenos, siguiendo su ejemplo, la gracia de aceptar tus designios con humildad de corazón17.

1 Primera lectura de la Misa. Is 26, 5. — 2 Mt 7, 21; 24-27. — 3 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 41. — 4 Lc 2, 51. — 5 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 3. — 6 Flp 2, 8. — 7 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 17. — 8 San Gregorio Magno, Moralia, 35, 14. — 9 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, 56, 5. — 10 Mc 14, 36. — 11 Lc 22, 42. — 12 Flp 2, 8. — 13 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 762. — 14 A. del Portillo, en la presentación de "Amigos de Dios"; el subrayado es nuestro. — 15 Rom 8, 28. — 16 San Juan Crisóstomo, Homilía antes del exilio, 1-3. — 17 Colecta de la Misa del día 20 de diciembre.

 

1 de diciembre. 2º Día de la Novena

CASA DE ORO

— Santa María, Templo de Dios vivo, enriquecida por los dones del Espíritu Santo.

— Los dones de entendimiento, ciencia y sabiduría en Nuestra Señora.

— Los dones de consejo, piedad, fortaleza y santo temor de Dios.

I. Dichosa eres, Virgen María, morada consagrada del Altísimo...1.

En las letanías lauretanas llamamos a María Domus aurea, Casa de oro, recinto de muchísimo esplendor. Cuando una familia habita una casa y la convierte en un hogar, este refleja las peculiaridades, aficiones y preferencias de sus habitantes. La casa y quienes la habitan constituyen una cierta unidad, como el cuerpo y el vestido, como el conocimiento y la acción. En el Antiguo Testamento, el Tabernáculo primero, y más tarde el Templo, era la Casa de Dios, donde tenía lugar el encuentro de Yahvé con su pueblo. Cuando Salomón decidió construir el Templo, los Profetas especificaron los materiales nobles que se habían de emplear, la abundancia de madera de cedro en el interior, revestida de oro... Lo mejor que tenían a su alcance había de emplearse en su construcción, y los mejores artífices serían los que trabajarían en él.

Cuando llegó la plenitud de los tiempos y Dios decretó su venida al mundo, preparó a María como la criatura adecuada donde Él iba a habitar durante nueve meses, desde su Encarnación hasta el Nacimiento en Belén. En Ella, Dios dejó la huella de su poder y de su amor. María, Domus aurea, el nuevo Templo de Dios, fue revestida de una hermosura tan grande que otra mayor no fue posible. Su Concepción Inmaculada y todas las gracias y dones con que Dios enriqueció su alma estaban dirigidos en orden a su Maternidad divina2.

Se comprende bien que el Arcángel Gabriel, al saludar a María, se mostrara lleno de respeto y de veneración, Pues comprendió la inmensa excelencia de la Virgen y su intimidad con Dios. La gracia inicial de María, que la disponía para su Maternidad divina, fue superior a la de todos los Apóstoles, mártires, confesores y vírgenes juntos, los que han vivido y los que vivirán hasta el fin de los tiempos, más que todas las almas santas y que todos los ángeles creados desde el origen del mundo3. Dios preparó una criatura humana de acuerdo a la dignidad de su Hijo.

Cuando decimos que María tiene una dignidad "casi infinita" se quiere indicar que es la criatura más cercana a la Santísima Trinidad y que goza de un honor y majestad altísimos, del todo singulares. Es la Hija primogénita del Padre, la predilecta, como ha sido llamada tantas veces en la Tradición de la Iglesia y ha repetido el Concilio Vaticano II4. Con Jesucristo, Hijo de Dios, Nuestra Señora mantiene la estrecha vinculación de la consanguinidad, que le hace tener con Él unas relaciones absolutamente propias. Del Espíritu Santo es María Templo y Sagrario5. ¡Qué alegría poder contemplar siempre, pero de modo particular en estos días de la Novena a la Inmaculada, que tenemos una Madre tan cercana a Dios, tan pura y bella, tan próxima a nosotros! "¡Cómo gusta a los hombres que les recuerden su parentesco con personajes de la literatura, de la política, de la milicia, de la Iglesia!...

"-Canta ante la Virgen Inmaculada, recordándole:

"Dios te salve, María, hija de Dios Padre: Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo: Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu Santo... ¡Más que tú, solo Dios!"6.

II. El alma de María fue singularmente enriquecida por los dones del Espíritu Santo, que son como las joyas más preciadas que Dios puede comunicar a la criatura. Con ellos, en grado sumo, Dios embelleció la morada de su Hijo.

Por el don de entendimiento, que tuvo en mayor grado que cualquier otra criatura, María conoció, con una fe pura radicada en la autoridad de Dios, que su virginidad le era sumamente grata. Su mirada profundizó con la máxima hondura en el sentido oculto de las Escrituras, y comprendió enseguida que el saludo del ángel era estrictamente mesiánico y que la Trinidad Beatísima la había designado como Madre del Mesías tanto tiempo esperado. Luego tendrá sucesivas iluminaciones que confirmarán el cumplimiento de las promesas divinas de salvación y comprenderá que "deberá vivir en el sufrimiento su obediencia de fe al lado del Salvador que sufre, y que su maternidad será oscura y dolorosa"7.

Este don de entendimiento está íntimamente unido a la pureza de alma. Por eso se relaciona con la bienaventuranza de los limpios de corazón, que verán a Dios8. El alma de María, la Purísima, estuvo especialmente iluminada para encontrar el querer de Dios en todos los sucesos. Nadie conoce mejor que Ella lo que Dios espera de cada hombre; por eso es nuestra mejor aliada en las peticiones a Dios en medio de nuestras necesidades.

El don de ciencia amplió aún más la mirada de la fe de María. Por medio de él, la Virgen contemplaba en las realidades cotidianas las huellas de Dios en el mundo como caminos para ir al Creador, juzgaba con rectitud la relación que tenían todas las cosas y acontecimientos con respecto a la salvación. A María, influenciada por este don, todo le hablaba de Dios, todo la llevaba a Dios9. También entendió mejor que nadie la tremenda realidad del pecado; por eso sufrió como ninguna otra criatura por los pecados de los hombres. Íntimamente asociada al dolor de su Hijo, padeció con Él "cuando moría en la Cruz, cooperando en forma del todo singular en la restauración de la vida sobrenatural de las almas"10.

El don de sabiduría perfeccionó en la Virgen la virtud de la caridad, y la llevó a tener un conocimiento gustoso y experimental de lo divino y a mirar y gozar en su intimidad los misterios que hacían referencia especialmente al Mesías, su Hijo. Era la suya una sabiduría amorosa, infinitamente superior a la que se puede obtener en los tratados más profundos de la Teología. Veía, contemplaba, amaba, lo ordenaba todo de acuerdo con esa experiencia divina; juzgaba con la luz poderosa y amorosa que llenaba su corazón. Siempre estuvo colmada de esta luz sobrenatural y de este amor. Si se lo pedimos con insistencia en estos días, Ella nos lo conseguirá, pues "entre los dones del Espíritu Santo, diría que hay uno del que tenemos especial necesidad todos los cristianos: el don de sabiduría que, al hacernos conocer a Dios y gustar de Dios, nos coloca en condiciones de poder juzgar con verdad sobre las situaciones y las cosas de esta vida"11.

III. El don de consejo perfeccionó la virtud de la prudencia en la Virgen y la llevó a descubrir con prontitud la Voluntad de Dios en las situaciones ordinarias de la vida. Por influencia de este don, la Virgen actuó siempre con facilidad y como al dictado de Dios12. Nuestra Señora se dejó llevar con docilidad en las grandes cosas que Dios le pidió y en los detalles menudos de cada día.

En el Evangelio vemos cómo nuestra Madre Santa María se movió continuamente por esta luz del Espíritu Santo. Aunque vivió la mayor parte de su existencia terrena en el retiro de Nazareth, cuando su presencia es necesaria junto a su prima Santa Isabel, va con prisa13 para estar a su lado. Ocupa en el Evangelio un lugar discreto, pero está con los discípulos cuando estos la necesitan después de la Muerte de Jesús, y luego espera con ellos la venida del Espíritu Santo. María está al pie de la Cruz, pero no va al sepulcro con las otras santas mujeres: en la intimidad de su alma sabe que no encontrarán allí el Cuerpo amadísimo de su Hijo, porque ya ha resucitado. Nuestra Señora vivió entregada a los pequeños menesteres de una madre que cuida de la familia, y se da cuenta antes que nadie de la falta de vino en las bodas de Caná: su vida contemplativa le hace estar pendiente de lo pequeño que ocurre a su alrededor. Ella es la Madre del Buen Consejo Mater boni consilii, que nos ayudará, en las mil pequeñas incidencias del día, a descubrir y secundar el querer e Dios.

El don de piedad dio a la Virgen una especie de instinto filial que afectaba profundamente a todas sus relaciones con Jesús: en la oración, a la hora de pedir, en la manera como se enfrentaba a los diversos acontecimientos, no siempre agradables...

María se sintió siempre Hija de Dios, y este sentimiento profundo fue creciendo en Ella continuamente, hasta el fin de su vida mortal. Pero, a la vez, se sentía Madre de Dios y Madre de los hombres. Filiación y Maternidad estaban hondamente empapadas por la piedad. Ella nos querrá siempre, porque somos sus hijos. Y la madre está más cerca del hijo enfermo, del que más la necesita.

La gracia divina se derramó sobre Nuestra Señora de modo abundantísimo, y encontró una cooperación y docilidad excepcional y solo propia de Ella, viviendo con heroísmo la fidelidad a los pequeños deberes de todos los días y en las pruebas grandes. Dios dispuso para Ella una vida sencilla, como las demás mujeres de su tierra y de su época; también pasó por las mayores amarguras que haya podido sufrir una criatura, excepto su Hijo, que fue el Varón de dolores anunciado por el Profeta Isaías14. Por el don de fortaleza, que recibió en grado máximo, pudo llevar con paciencia las contradicciones diarias, los cambios de planes... Hizo frente a las dificultades calladamente, pero con entereza y valentía. Por esta fortaleza estuvo de pie ante la Cruz15. La piedad cristiana, venerando esta actitud de dolor y de fortaleza, la invoca como Reina de los mártires, Consoladora de los afligidos...

Finalmente, el Espíritu Santo la adornó con el santo temor de Dios, que en María fue solo una reverencia filial de altísima intimidad con el Señor, que la llevó de continuo a una profunda actitud de adoración ante la infinitud de Dios, de quien lo había recibido todo. Por eso se llama a sí misma la Esclava del Señor. Y, a la vez, Ella sabía muy bien que era la Madre de Jesús, la Madre de Dios, y también nuestra Madre.

1 Cfr. Misas de la Virgen María, La Virgen, templo del Señor, Antífona de comunión. — 2 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, 3. q. 27, a. 5, ad 2. — 3 Cfr. R. Garrigou-Lagrange, La Madre del Salvador, pp. 411 ss. — 4 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 53. — 5 Cfr. Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater, 25-III-1987, 9. — 6 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 496. — 7 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater, cit., 16. — 8 Mt 5, 8. — 9 Cfr. J. Polo, María y la Santísima Trinidad, Folleto MC n. 460, Madrid 1987, p. 29. — 10 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 61. — 11 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 133. — 12 Cfr. J. Polo, o. c., p. 39. — 13 Lc 1, 39. — 14 Is 53, 3. — 15 Cfr. Jn 19, 25.

 

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Santoral             (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

 

San Eloy
Orfebre
Año 660

 

Eloy (o Eligio, que es lo mismo) significa: "el elegido, el preferido".

San Eloy fue el más famoso orfebre de Francia en el siglo VII (orfebre es el que labra objetos de plata u oro).

Dios le concedió desde muy pequeño unas grandes cualidades para trabajar con mucho arte el oro y la plata. Nació en el año 588 en Limoges (Francia). Su padre, que era también un artista en trabajar metales, se dio cuenta de que el niño tenía capacidades excepcionales para el arte y lo puso a aprederlo bajo la dirección de Abon, que era el encargado de fabricar las monedas en Limoges.

Cuando ya aprendió bien el arte de la orfebrería se fue a París y se hizo amigo del tesorero del rey. Clotario II le encomendó a Eloy que le fabricara un trono adornado con oro y piedras preciosas. Pero con el material recibido el joven artista hizo dos hermosos tronos. El rey quedó admirado de la honradez, de la inteligencia, la habilidad y las otras cualidades de Eloy y lo nombró jefe de la casa de moneda (todavía se conservan monedas de ese tiempo que llevan su nombre).

Nuestro santo fabricó también los preciosos relicarios en los cuales se guardaron las reliquias de San Martín, San Dionisio, San Quintín, Santa Genoveva y San Germán. La habilidad del artista y su amistad con el monarca hicieron de él un personaje muy conocido en su siglo.

Eloy se propuso no dejarse llevar por las costumbres materialistas y mundanas de la corte. Y así, aunque vestía muy bien, como alto empleado, sin embargo era muy mortificado en el mirar, comer y hablar. Y era tan generoso con los necesitados que cuando alguien preguntaba: "¿Dónde vive Eloy?", le respondían: "siga por esta calle, y donde vea una casa rodeada por una muchedumbre de pobres, ahí vive Eloy".

Un día Clotario le pidió a nuestro santo que como todos los demás empleados jurara fidelidad al rey. Él se negaba porque había leído que Cristo recomendaba: "No juren por nada". Y además tenía miedo de que de pronto al monarca se le antojara mandarle cosas que fueran contra su conciencia. Al principio el rey se disgustó, pero luego se dio cuenta de que un hombre que tenía una conciencia tan delicada no necesitaba hacer juramentos para portarse bien.

Eloy se propuso ayudar a cuanto esclavo pudiera. Y con el dinero que conseguía pagaba para que les concedieran libertad. Varios de ellos permanecieron ayudándole a él durante toda su vida porque los trataba como un bondadoso padre.

Al santo le llamaba mucho la atención alejarse del gentío a dedicarse a rezar y meditar. Y entonces el nuevo rey Dagoberto le regaló un terreno en Limousin, donde fundó un monasterio de hombres. Luego el rey le regaló un terreno en París y allá fundó un monasterio para mujeres. Y a sus religiosos les enseñaba el arte de la orfebrería y varios de ellos llegaron a ser muy buenos artistas. Al cercar el terreno que el rey le había regalado en París, se apropió de unos metros más de los concedidos, y al darse cuenta fue donde el monarca a pedirle perdón por ello. El rey exclamó: "Otros me roban kilómetros de terreno y no se les da nada. En cambio este bueno hombre viene a pedirme perdón por unos pocos metros que se le fueron de más". Con esto adquirió tan grande aprecio por él que lo nombró embajador para tratar de obtener la paz ante un gobierno vecino que le quería hacer la guerra.

Por sus grandes virtudes fue elegido obispo de Rouen, y se dedicó con todas sus energías a obtener que las gentes de su región se convirtieran al cristianismo, porque en su mayoría eran paganas. Predicaba constantemente donde quiera que podía. Al principio aquellos bárbaros se burlaban de él, pero su bondad y su santidad los fueron ganando y se fueron convirtiendo. Cada año el día de Pascua bautizaba centenares de ellos. Se conservan 15 sermones suyos, y en ellos ataca fuertemente a la superstición, a la creencia en maleficios, sales, lectura de naipes o de las manos, y recomienda fuertemente dedicar bastante tiempo a la oración, asistir a la Santa Misa y comulgar; hacer cada día la señal de la cruz, rezar frecuentemente el Credo y el Padrenuestro y tener mucha devoción a los santos. Insistía muchísimo en la santificación de las fiestas, en asistir a misa cada domingo y en descansar siempre en el día del Señor. Prohibía trabajar más de dos horas los domingos.

Cuando ya llevaba 19 años gobernando a su diócesis, supo por revelación que se le acercaba la hora de su muerte y comunicó la noticia a su clero. Poco después le llegó una gran fiebre. Convocó a todo el personal que trabajaba en su casa de obispo y se despidió de ellos dándoles las gracias y prometiéndoles orar por cada uno. Todos lloraban fuertemente y esto lo conmovió a él también. Y el 1º. de diciembre del año 660 murió con la tranquilidad de quien ha dedicado su vida a hacer el bien y a amar a Dios.

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Blanca de Castilla, Santa Reina y Religiosa, Diciembre 1  

Blanca de Castilla, Santa

Reina de Francia

La corte ha dado también santos. Blanca era hija de Alfonso IX, rey de Castilla y de Eleonora de Inglaterra.

Nació en el año 1185.

Cuando era todavía una adolescente quinceañera, contrajo matrimonio con Luis, hijo de Felipe-Augusto, rey de Francia en el año 1200.

Al morir Felipe, el 14 de julio de 1223, ocupó el trono su marido con el nombre de Luis VIII.

Se le coronó, al estilo de aquellos siglos, en la bella catedral de Reims al mes siguiente.

A los tres años murió el rey Luis. Los obispos estaban presentes y veían con gran dolor la pena que tenía Blanca.

La consolaron y le dieron la regencia y la tutela de su hijo.

Dicen que como regente mostró una fina prudencia y al mismo tiempo mucha energía.

Nadie – comentaban – se lo podían imaginar.

Hizo trizas todas las intrigas que conspiraban contra la corona real.

La guerra contra los albigenses continuó. En 1228, hizo un tratado de paz con Raimundo, conde de Tolosa.

Educó a su hijo en la verdad cristiana. Por eso, con esta buena madre y su profunda fe, su hijo llegaría también más tarde, a la santidad: san Luis rey de Francia.

Fue en peregrinación a Tierra Santa. Murió cuatro años más tarde. Sus restos descansan en el monasterio de Maubuisson, fundado por ella misma.

En Roma, en la iglesia de los franceses, se conservan algunas de sus reliquias.

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Fuente: Vatican.va
Charles (Carlos de Jesús) de Foucauld, Beato Religioso, 1 Diciembre  

Charles (Carlos de Jesús) de Foucauld, Beato

Hermano Carlos de Jesús) nace en Francia, en Estrasburgo, el 15 de septiembre 1858. Huérfano a los 6 años, creció con su hermana Maria, bajo los cuidados de su abuelo, orientándose hacia la carrera militar.

Adolescente, pierde la fe. Conocido por su gusto de la vida fácil él revela, no obstante una voluntad fuerte y constante en las dificultades. Emprende una peligrosa exploración a Marruecos (1883- 1884). El testimonio de fe de los Musulmanes despierta en él un cuestionamiento sobre Dios: "Dios mío, si existes, haz que te conozca ".

Regresando a Francia, le emociona mucho la acogida discreta y cariñosa de su familia profundamente cristiana, y comienza una búsqueda. Guiado por un sacerdote, el Padre Huvelin, él encuentra a Dios en octubre 1886.Tiene 28 años. "Enseguida que comprendí que existía un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa que de vivir sólo para El".

Durante una peregrinación a Tierra Santa descubre su vocación: seguir Jesús en su vida de Nazareth. Pasa 7 años en la Trapa, primero N.S. de las Nieves, después Akbes, en Syria. Enseguida después, él vive solo en la oración y adoración cerca de las Clarisas de Nazareth.

Ordenado sacerdote a los 43 años (1901) parte al Sahara, primero Beni-Abbes, después Tamanrasset en medio de los Tuaregs del Hoggar. Quiere ir al encuentro de los más alejados, "los más olvidados y abandonados".Quiere que cada uno de los que lo visiten lo consideren como un hermano, "el hermano universal". El quiere "gritar el evangelio con toda su vida" en un gran respeto de la cultura y la fe de aquellos en medio de los cuales vive. "Yo quisiera ser lo bastante bueno para que ellos digan: "Si tal es el servidor, como entonces será el Maestro..."?".

En el atardecer del 1° de Diciembre 1916, fue matado por una banda que rodeó la casa.

Siempre soñó compartir su vocación con otros: después de haber escrito varia reglas religiosas; pensó que esta "vida de Nazareth" podía ser vivida en todas partes y por todos. Actualmente la "familia espiritual de Charles de Foucauld" comprende varias asociaciones de fieles, comunidades religiosas e institutos seculares de laicos y sacerdotes.

Fue beatificado por Benedicto XVI el 13 de Noviembre de 2005 en la Basílica de San Pedro en Roma.

Aquí podrás ver más sobre Charles de Foucauld

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Clementina Anuarite Nengapeta, Beata Virgen y Mártir, 1 Diciembre  

Clementina Anuarite Nengapeta, Beata

Diciembre 1
"La María Goretti afrinaca"

 

Etimológicamente significa "generosa, indulgente." Viene de la lengua latina.

En los instantes o días de depres, cuando tu corazón parece que no escucha a Dios o él no te oye, abandónate con toda sencillez a la vida del Espíritu. Y no te hundas. Tu poca fe te basta.

Esta joven del Zaire murió en 1964. Le tocaron tiempos horrible. Era la época en la que el Congo se independizaba de Europa (Bélgica) al grito de ¡fuera los blancos!

Y precisamente en este ambiente de crispación es donde nació y se fraguó el martirio de Clementina.

Dicen que era una religiosa de fuerte voluntad, aunque su cultura e inteligencia no brillaran a gran altura.

No le tenía miedo a nada ni a nadie. Sabía resistir al mal y a los peligros haciendo el bien.

Había un coronel revolucionario que le pedía insistentemente una chica a la superiora.

La suerte cayó en la joven Clementina. Cuando se dio cuenta de las malas intenciones del militar, le gritó fuerte :"No quiero, no quiero, no quiero, prefiero la muerte antes que ser suya".

El bruto del coronel, al ver la negativa de la chica, le golpeó, se enfureció, cogió una pistola y le dio muerte a la religiosa.

Antes de morir, pidió perdón al coronel. Le dijo:" Le perdono...no tengo en cuenta lo que me has hecho...el Padre de perdona".

Esta preparación al martirio no se improvisa. Llevaba una vida llena de amor a Dios, ayudaba a todo el mundo, consolaba a los apenados, alegraba a los alegres.

Nació en 1939 en Wamba en el seno de una familia pagana. El padre le puso por nombre Nengapeta, pero, al hacer la profesión religiosa, se puso el de Clementina en la congregación de la Sagrada Familia.

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Alejandro Briant, Santo Mártir Inglaterra, 1 Diciembre  

Alejandro Briant, Santo

Es descrito como un apuesto joven protestante, que estudió en Oxford.

Convertido al catolicismo estudió en el colegio inglés en Reims, Francia, y fue ordenado sacerdote el 29 de marzo de 1578.

Regresó a Inglaterra en Agosto de 1579, como misionero en Somersetshire, detenido el 28 de abril de 1581 en Londres en la casa del Padre Robert Persons.

Fue torturado en las Torres de Londres, en parte para que indicara el paradero del Padre Robert. Durante su encarcelamiento escribió a los Jesuitas solicitando ser admitido, recibiendo respuesta positiva en las últimas semanas de su arresto.

Fue condenado a morir, junto con otros seis sacerdotes el 16 de Noviembre de 1581 en Wetminster, su crimen: ser sacerdotes católicos.

En prisión, Alejandró talló una pequeña cruz de madera, que luego usaba todo el tiempo, incluso durante el juicio donde le dijo al juez: "Usted podrá quitármela de mis manos, pero no de mi corazón".

Es uno de los cuarenta mártires de Inglaterra y Gales.

Para ver más sobre los 40 mártires en Inglaterra y Gales haz "click"
AQUI

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Juan Garbella de Vercelli, Beato Sacerdote dominico, Diciembre 1  

Juan Garbella de Vercelli, Beato

Sacerdote Dominico

Martirologio Romano: En Montpellier, de la Provenza, en Francia, beato Juan de Verceli, presbítero, maestro general de la Orden de Predicadores, que predicó incansablemente la reverencia al nombre de Jesús (1283).

Juan nació en Vercelli alrededor del año 1205.

Cuando la historia habla de él por primera vez, tenía ya cuarenta años y era prior de los dominicos de Vercelli.

Tras haber dado pruebas de su fuerza de carácter y habilidades en varios cargos y misiones, fue elegido como sexto maestro general de la Orden de Predicadores, en 1624.

Durante diecinueve años, desempeñó ese oficio en forma muy distinguida. Juan era de estatura más bien baja (en su primera carta a sus hermanos se llama a sí mismo "pobre hombrecito") y de rostro tan alegre que, según se dice, exigía que su ayudante fuese siempre un fraile de aspecto severo e imponente.Pero su energía suplía con creces su baja estatura.

En efecto, visitó y reformó incansablemente los conventos de su orden en toda Europa, sin dispensarse jamás durante sus viajes de los ayunos eclesiásticos y de los de su orden.

Gregorio X, poco después de su elección al pontificado, confió a Juan de Vercelli y a los dominicos la tarea de hacer la paz entre los estados italianos. Tres años más tarde, el Papa pidió al beato que redactase un "esquema" para el segundo Concilio Ecuménico de Lyon.

En el Concilio conoció el Beato Juan a Jerónimo de Ascoli (más tarde Nicolás IV), quien había cedido a San Buenaventura en el cargo de general de los franciscanos. Ambos escribieron juntos una carta a sus súbditos.

Más tarde, la Santa Sede los envió como mediadores entre Felipe III de Francia y Alfonso X de Castilla. Ello no fue más que una continuación del oficio de pacificación en el que tanto se distiuguió Juan de Vercelli.

El beato fue uno de los primeros propagadores de la devoción al nombre de Jesús, que el Concilio de Lyon recomendó como acto de reparación por las blasfemias de los albigenses.

El Beato Gregorio X eligió particularmente a Juan de Vercelli como capitán de la Orden de Predicadores, para difundir esa devoción. El beato escribió inmediatamente a todos los provinciales.

Filialmente se decidió que en todas las iglesias de los dominicos hubiese un altar dedicado al Santo Nombre de Jesús y que se formasen cofradías contra la blasfemia.

En 1278, el maestro general envió a un visitador a Inglaterra, donde algunos frailes habían atacado la doctrina de Santo Tomás de Aquino, muerto recientemente.

El beato había nombrado al Doctor Angélico para ocupar la cátedra de teología en París, ya que San Alberto Magno no quiso aceptarla. Dos años más tarde, Juan de Vercelli asistió a un capítulo general en Oxford. Como su predecesor, Humberto de Romanos, el beato se negó a aceptar la dignidad episcopal y un cargo en la curia romana.

También renunció al cargo de general de la orden, pero su renuncia no fue aceptada, de suerte que ejerció ese oficio hasta su muerte, ocurrida el 30 de noviembre de 1283.

Su culto fue aprobado en 1903.

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Fuente: www.cpalsj.org
Edmundo Campion, Santo Mártir, 1 Diciembre  

Edmundo Campion, Santo

Es el primer santo inglés de la Compañía de Jesús. Con su simpatía, alegría contagiosa, con su patriotismo y oratoria supo dar, a los ingleses perseguidos, el entusiasmo que les faltaba para defender su fe.

Niñez y juventud
Edmundo Campion nace en Londres, el 15 de enero de 1540, poco después que el rey Enrique VIII lograra separar a Inglaterra de la obediencia de la Iglesia católica.

Su padre fue un librero de Londres. Desde muy pequeño aprende a devorar libros. Al quedar huérfano, el gremio de los mercaderes de Londres decide encargarse de su formación. Fue un excelente alumno.

Esos son los años turbulentos de Eduardo VI, niño también de pocos años.

Durante el reinado de María Tudor
Cuando cuenta 13 años, en 1553, Edmundo es elegido para componer y leer un discurso de felicitación a la Reina María Tudor. Ella también es hija de Enrique VIII y ha sucedido a su hermano Eduardo.

Poco después, el Alcalde Mayor de Londres, Sir Thomas White, determina fundar un Colegio católico, en Oxford. El cambio religioso, sucedido con el nuevo reinado, lo mueve a hacerlo. Recordando al joven Edmundo Campion, por el hermoso discurso a la Reina, le ofrece una beca en el nuevo Colegio. Edmundo pasa a educarse, entonces, al Colegio de Saint John, donde con distinción continúa sus estudios.

En Oxford
Cuando muere la Reina María, en 1558, las cosas se precipitan en Inglaterra y también en Oxford. Le sucede su hermana Isabel, hija de Enrique y de Ana Bolena, educada en la fe protestante.

El favorito de la Reina, el conde de Leicester, Roberto Dudley, es nombrado Canciller de la Universidad de Oxford.

Edmundo Campion tiene, entonces, 18 años. Ha sido nombrado profesor en el Colegio de Saint John. Un buen número de alumnos, sigue sus clases. La influencia de Campion aparece muy claramente. Los jóvenes frecuentan sus conferencias, imitan su tipo de elocuencia e incluso su modo de vestir. Con orgullo algunos empiezan a llamarse campionistas.

Fama de orador
A los oídos de Roberto Dudley llegó la fama de la oratoria de Edmundo Campion. Cuando muere su esposa, el Canciller dispone que sea Campion quien escriba y pronuncieel elogio fúnebre. San Edmundo compone un hermoso discurso que llenade satisfacción al vanidoso Canciller.

A la muerte de Sir Thomas White, el fundador del Colegio de Saint John, en 1564, Campion pidió el honor de escribir su elogio.
La renovada admiración del Canciller,

Edmundo Campion, Santo

al escucharlo, hacen concebir en Campion una protección y un porvenir muy seguro.

Discurso ante la reina Isabel
Dos años más tarde, en 1566, la reina Isabel visitó Oxford. Entre las fiestas de recibimiento debe destacar un acto académico de filosofía.

Edmundo Campion, el joven profesor de 26 años, es el encargado de organizar y de mostrar, ante la Reina, la erudición, la profundidad de ciencia y la elegancia en el buen decir. Isabel se admira y decide de veras utilizar los servicios de Campion. Lo recomienda interesada a Leicester.

Vice canciller de Oxford
Roberto Dudley, conde de Leicester nombra entonces a Edmundo Campion, orador de la Universidad. Poco después, lo elige Prorrector de la misma, oficio que equivale al de Vice canciller.

Todos estos cargos, los recibe Campion antes de tener el grado de doctor, lo que resulta extraordinario. Es la promesa de una gran carrera.

Un paso en falso
Es posible que Edmundo Campion haya prestado el juramento de supremacía en 1560. Pero ello no lo intranquiliza. En forma regular frecuenta los ahora servicios protestantes de la capilla del Colegio de Saint John. Edmundo es católico y no piensa separarse de su fe. Pero la situación se va haciendo crítica.

Poco a poco, se deja vencer. En 1567 acepta la ordenación diaconal, de manos de su amigo el obispo de Gloucester, Ricardo Cheney, de la Iglesia reformada.

Sus amigos, entonces, se dividen, unos lo felicitan, los más se horrorizan. Edmundo Campion se sumerge en un mar de dudas y en un recriminarse por la decisión tomada.

Los estudios de teología
En Oxford la división es clara. Hay un partido católico mayoritario y un partido protestante ascendente.

Edmundo Campion vacila entre los dos, sin deseos de elegir. Su anhelo más íntimo es que lo dejen estudiar en paz y poder desempeñar sus deberes de profesor y de orador universitario. Según los estatutos del Colegio, su obligación es dedicarse al estudio de teología y aceptar la ordenación sacerdotal, si quiere continuar su carrera en la Universidad. Edmundo Campion posterga la decisión, hasta donde puede, concentrándose en el estudio de Aristóteles y en la teología natural.

En 1567 le fue necesario iniciar el estudio de los Padres de la Iglesia. Y en la medida de su avance, cada vez se siente más lejos de la Iglesia Anglicana. Trata de refugiarse en la oración. Consulta a su amigo Tobie Matthew quien parece no tener escrúpulos en el abandono de la antigua fe. "No leo a los Padres, para no creerles", es la respuesta.

El camino de Tobie Matthew, más tarde obispo de Durham y después arzobispo de York, parece fácil. Edmundo Campion ama a Inglaterra, ¿es razonable rechazar lo bueno de la reforma por un anhelo de perfección?. Pero en Inglaterra no hay libertad. Y eso lo intranquiliza.

Tormentas exteriores
En la primavera de 1568, María Estuardo, católica y heredera del trono, fue hecha prisionera.

Poco después Gregorio Martin, su íntimo amigo durante trece años, abandona Oxford y se exilia en el continente.

La tormenta anglicana lo va presionando. Primero, pierde una beca. Después su cargo como juez escolástico de la Universidad.

La vuelta al buen camino
Con la aprobación de Leicester, Edmundo Campion se decide pasar a Dublin. Allí podrá trabajar en el proyecto de la creación de la Universidad Nacional.

Se adapta fácilmente al nuevo ambiente y empieza a vivir en paz con su conciencia. La católica Irlanda está bajo el poder del gobierno imglés, pero las leyes religiosas no se aplican.

En Irlanda
Con el pensamiento puesto en la Universidad irlandesa, prepara una disertación, De Homine Academico. Es un verdadero catálogo de las virtudes y cualidades de un formador universitario. Sin duda es su propio programa y que, en parte, lo siente realizando.

Poco tiempo después empieza a trabajar en una historia de Irlanda. Es toda una obra literaria. La dedica al conde de Leicester, buscando siempre una protección.

Tormentas interiores
El 25 de febrero de 1570, San Pío V dicta la Bula Regnans in Excelsis, de excomunión contra Isabel, liberando a sus súbditos de la obligación de obedecerla.

Una copia de la Bula es clavada en la puerta del palacio del obispo de Londres el 25 de mayo por el caballero católico
John Felton. Este es torturado y ejecutado. En el cadalso regaló a la Reina un gran anillo de brillantes, que llevaba cuando fue arrestado, manifestándole que no deseaba su mal, pero que creía que se destitución era buena para el país y para su salvación eterna.

Una verdadera persecución cae, entonces, sobre los cristianos que continúan con su adhesión a Roma.Edmundo Campion, tocado íntimamente por los contenidos de la Bula y acosado por los remordimientos de conciencia, decide entonces dejar Irlanda. Por lo demás es buscado afanosamente por las autoridades, pues todo católico debe ser interrogado.

Perseguido, Campion vuelve a Londres. Allí no es buscado. Se le cree en Irlanda.

Testigo de un martirio
En Londres

Edmundo Campion, Santo

asiste, en Westminster Hall, atónito entre la muchedumbre, al despiadado juicio contra el Bienaventurado John Storey. Este se había exiliado en Flandes. Al poco tiempo, ya anciano, en el Colegio de Douai, recibió la ordenación sacerdotal. Sir William Cecil lo había hecho raptar y traer desde Amberes, acusándolo de traición.

Ese Colegio de Douai fue toda una institución para la restauración católica de Gran Bretaña. Había sido fundado por Sir William Allen a quien su fe lo obligó a abandonar Inglaterra y ordenarse de sacerdote en Lovaina. Lo fundó para los ingleses, con el fin de formar sacerdotes que pudieran, más tarde, predicar la fe en la patria. Algunos años más tarde, ya cardenal, fundó otro Colegio similar en Reims.

En Flandes
Edmundo Campion decide pasar a Flandes. Consigue dinero entre sus antiguos alumnos católicos y se embarca el 1 de junio de 1571.

Una fragata inglesa intercepta a la nave. Por no llevar pasaportes, Campion es detenido y devuelto a Inglaterra. El capitán se queda con el dinero y lo deja huir, pero en territorio inglés.

De nuevo, muy pronto, consigue dinero entre los amigos. Un segundo intento y, esta vez, feliz. A fines de junio de 1571, con grandes muestras de gozo y alegría fue recibido en el Colegio de Douai.

Gran parte de los trece candidatos que, allí, se preparan al sacerdocio son antiguos amigos y los más, alumnos suyos en Oxford. Allí está su amigo Gregorio Martin.Estudios sacerdotales

En Douai, San Edmundo Campion vuelve formalmente a la Iglesia católica. Es admitido a los sacramentos, de los que ha estado privado desde hace más de diez años. Se siente feliz, viviendo en una comunidad enteramente católica. Sir William Allen lo considera como una adquisición sensacional.

Dos años enteros dedica Edmundo Campion a terminar los estudios de teología. En Douai recibe las órdenes menores y el subdiaconado, requisitos exigidos por la Iglesia católica antes de las órdenes del diaconado y el sacerdocio.

Al pedir las órdenes sagradas y al recibirlas, Campion siente que puede expiar la falta de haber sido ordenado diácono por un obispo anglicano.

Discernimiento vocacional

Después viene el largo discernimiento. ¿Qué debe hacer?. Señor, ¿qué quieres que haga?.En la oración comprende que debe dirigirse a Roma y que allí el Señor le mostrará el mejor camino.

Viaje a Roma
El viaje a Roma lo hace, solo y a pie, en penitencia. Pide limosna en los caminos y ora sin cansancio. A fines de febrero de 1573, llega a la Ciudad eterna. Por cierto, se hospeda en el hospital de los ingleses, como peregrino.

El primer tiempo lo dedica a la oración y a la visita de las principales Iglesias de Roma. Visita al cardenal Gesualdi con quien tiene largas conversaciones a propósito de la Bula Regnans in Excelsis.

Pero pronto, entiende claramente la voluntad de Dios. Debe entrar en la Compañía de Jesús. En ella podrá darse a los demás y, con la voluntad del Señor, podrá volver a predicar la fe en Inglaterra.

Su ingreso a la Compañía de Jesús

Es admitido por el P. Everardo Mercuriano, recién elegido General de la Compañía. La Congregación General continuaba todavía en funciones. Varios de los padres congregados, lo han conocido y oído hablar de él. La simpatía de Campion les gana el corazón a todos. Cada Provincial lo quiere para su propia Provincia. En Inglaterra no hay jesuitas. El General, lo admite para la Provincia alemana, la de Austria.

Noviciado
En Austria Terminada la Congregación General, a mediados de junio de 1573, con el P. Provincial alemán viaja a Praga para iniciar su noviciado de dos años. San Edmundo Campion es uno de los fundadores del Noviciado en Brünn, muy cerca de Praga. Allí, todo le es fácil, en especial la experiencia del mes de Ejercicios. Los trabajos humildes y el apostolado le resultan llenos de consolación. Y su facilidad en los estudios le sirve extraordinariamente para el aprendizaje del nuevo idioma.

En Praga
En septiembre de 1574, los Superiores lo destinan al Colegio de Praga, a continuar el noviciado e iniciar la etapa de magisterio con los alumnos de retórica. Sus cualidades literarias, adquiridas en Oxford, le permiten un año brillante. En 1575 hace los votos perpetuos de pobreza, castidad y obediencia. En el Colegio, funda la Congregación Mariana (hoy, Comunidades de Vida cristiana, CVX) para sus alumnos. Al año siguiente le añaden el cargo de Prefecto general del Internado y las predicaciones en la Iglesia. En diversas ocasiones predica en la corte. Y con su oratoria verdaderamente atrayente se gana el ánimo del mismo emperador Rodolfo II.

Ordenación sacerdotal
El 8 de septiembre de 1578, el arzobispo de Praga lo ordenó sacerdote. Y hasta marzo de 1580 ejerce en la capital del imperio su sacerdocio y ministerio de enseñanza. El idioma alemán parece no tener secretos para él.

Llamado a Roma
Por ese tiempo, el cardenal y doctor, Sir William Allen, fundador del Colegio de Douai, presenta al Papa Gregorio XIII y al P. General Everardo Mercuriano, un largo y muy bien fundado memorial. En él solicita el envío de refuerzos sacerdotales a Inglaterra. El Colegio inglés de Douai ha crecido mucho. Cada año se ordenan treinta o cuarenta sacerdotes. Más de la mitad logra atravesar el Canal hacia Inglaterra. Los informes recibidos coinciden respecto al entusiasmo de las gentes, al deseo de recibir los sacramentos y al ansia de ser reconciliados con la Iglesia. El Papa Gregorio XIII decide apoyar al cardenal Allen y funda en Roma el Colegio Inglés. Los primeros seminaristas vienen todos desde Douai. Dos años después, en 1578, la dirección del Colegio Inglés es entregada a la Compañía de Jesús, con gran gozo del cardenal Allen. El P. General Everardo Mercuriano se aviene a tomar la dirección del Colegio y a hacer suyos los objetivos de su fundación. Es decir, promete al cardenal Allen que la Compañía de Jesús enviará misioneros a Inglaterra. Allen pide expresamente al P. Edmundo Campion para la primera expedición. El P. General accede.

San Edmundo Campion es, entonces, llamado a Roma.

Destino a Inglaterra
San Edmundo deja Praga el 25 de marzo de 1580, postergado algunos meses por el Provincial de Austria. Llega a Roma el sábado de Pascua, el 9 de abril. El viaje lo hace a pie, a caballo y en parte en coche, de acuerdo a los azares del camino. En Roma, San Edmundo Campion, con profundo gozo, acepta la invitación del P. General. Su compañero de misión será el P. Roberto Persons, jesuita inglés, seis años más joven que él.

San Edmundo lo conoce bien desde los tiempos de Oxford. Fue su discípulo, y Campion al saberlo católico lo había liberado del juramento de supremacía. Las autoridades entonces intervenieron y Persons debió prestar el juramento, pasando así a ser profesor del Colegio de Balliol. A ruegos de Campion, el P. Persons es nombrado Superior de la Compañía de Jesús en Inglaterra.

Instrucciones
Las intrucciones del General de la Compañía son muy precisas. Se verán obligados a descartar el traje talar y a viajar disfrazados. Deberán vivir entre seglares bajo nombres supuestos. Vivirán solos durante largos períodos. No podrán realizar retiros periódicos para recobrar las fuerzas espirituales. El objetivo de la misión queda también delineado. Trabajarán en "la conservación y aumento de la fe de los católicos de Inglaterra". No deberán disputar con los protestantes. Les queda prohibido, en forma absoluta, inmiscuirse en los asuntos de Estado o enviar informes políticos. No deben permitir ninguna conversación contra la Reina. San Edmundo recibe las aclaraciones que pide. Queda claro, la Bula Regnans in Excelsis obliga sólo a la Reina y a los protestantes. Los católicos, mientras la Reina gobierne de facto, deben obedecer en todo lo que no toque a la fe católica.

El viaje a la patria
El 18 de abril de 1580 sale de Roma esa primera expedición jesuita a Inglaterra. La componen los PP. Roberto Persons, Edmundo Campion y el Hermano Rodolfo Emerson.
Con ellos van otros tres sacerdotes del Colegio inglés, dos seminaristas y cuatro sacerdotes ingleses radicados en Roma.Antes de salir, el Papa Gregorio XIII los abraza, a cada uno, cariñosamente, los bendice, a ellos y a toda Inglaterra. San Felipe Neri también los bendijo. En Milán, San Carlos Borromeo los obliga a alojar en su propio palacio arzobispal. Edmundo Campion predica en la Catedral, con gran complacencia del arzobispo. El resto del viaje lo hacen a través de Suiza, país ya sumido en las ideas de la reforma protestante. En Ginebra son admitidos, por ser ingleses, a pesar de ser católicos. San Edmundo, incluso, tiene una conversación con el célebre calvinista Teodoro Beza, ya anciano, quien lo recibe en su casa, después de comer. Fue una velada agradable, llena de humanismo.

En Reims tiene lugar el encuentro con el cardenal doctor, Sir William Allen. Campion, a petición de su amigo, predica a los jóvenes ingleses del Seminario. En su propio idioma, después de tantos años. Lo hace con fluidez y corrección, como si jamás hubiera dejado Inglaterra.

Inglaterra
El ingreso en Inglaterra resulta muy difícil. Las autoridades inglesas ya estaban en conocimiento de la expedición católica. Los informantes han comunicado nombres y también fechas. Conocedores de la dificultad, los jesuitas resuelven disolver la expedición. Cada cual, ingresará como pueda hacerlo.

Los jesuitas flamencos del Colegio de San Omer, prepararon el paso del Canal. Los tres jesuitas no deben viajar juntos. El P. Roberto Persons, como Superior, será el primero. Los otros dos pasarán a Inglaterra un tiempo después. Roberto Persons, vestido de militar y fingiendo ser soldado de los Países Bajos, cruza el Canal sin mayor dificultad. Edmundo Campion y Rodolfo Emerson, vestidos de mercaderes, son detenidos en Dover, el 24 de junio. Las autoridades tienen sospechas, los registran minuciosamente, pero al fin los dejan pasar. Ambos se dirigen al puerto de Gravesend, distante 30 kilómetros de Londres. En un bote, por el Támesis, llegan a la capital. Entretanto, el P. Roberto Persons había encargado a jóvenes católicos que se turnaran, paseándose, en los muelles de Londres. Uno de ellos los reconoce, por las señas del Hermano, y los lleva a la casa alquilada por Persons.Ministerios.

Así comenzaron los años ingleses del ministerio de Campion. El mejor resumen de esos años lo da él mismo en carta al P. General. "Por todas partes se publican contra nosotros edictos llenos de amenazas". "Con las precauciones que tomamos y con las oraciones de los buenos y, especialmente con el favor de Dios, hemos recorrido con toda felicidad buena parte de la isla.

Nunca nos han faltado personas, que olvidadas de su propio peligro se mostraron solícitas de nuestra seguridad". "La persecución se ha embravecido. Nuestra comunidad está triste, porque no se habla sino de muerte, de prisión o pérdida de bienes de los fieles.

Y con todo, vamos adelante animosamente". "En la actualidad son innumerables los que vuelven a la Iglesia. Trabajo desde muy de mañana hasta gran parte de la noche, habiendo cumplido los diversos oficios y predicado algunos días dos veces. Trabajo en una infinidad de asuntos: doy respuesta a casos de conciencia, organizo el trabajo de otro sacerdotes distribuyéndolos donde hubiere mayor necesidad; reconcilio a los separados con la Iglesia, procuro ayudas temporales para los que sufren en las cárceles. Son tantos, que fácilmente desmayaría de fatiga, pero es Dios quien favorece".

"La mayor consolación la recibimos al constatar la increible alegría de estos hermanos, por nuestra venida a Inglaterra".

Defensa de la fe
Fue muy célebre el famoso documento, escrito por San Edmundo dirigido al Consejo de la Reina. En él refuta el falso rumor, difundido por las autoridades. Los católicos, de ninguna manera, pretenden la desobediencia civil y aman especialmente a la Reina Isabel. El excelente estilo gusta a todos, aún a muchos protestantes. Las ediciones de este escrito se multiplican y es conocido por toda la población.

Los católicos se sienten muy confortados y tranquilos al verse defendidos en su patriotismo. Poco después Campion compone y edita, en abril de 1581, su opúsculo "Diez Razones", un compendio de la fe católica y los principales argumentos teológicos. Esta obra ocasiona una verdadera revolución en la Iglesia reformada. Fue todo un éxito. Católicos y protestantes no pueden hablar, durante meses y en todas partes, sino del libro del P. Edmundo Campion. Las autoridades, muy molestas, se endurecen y la persecución se hace más rigurosa. En la Universidad de Oxford, el libro de Campion fue conocido y comentado, con admiración, por todos y en especial por sus compañeros y antiguos discípulos.

Detención
El 16 de julio de 1581, el P. Edmundo Campion es detenido en el castillo de Lyford. Es traicionado por Jorge Elliot, quien se ha hecho pasar por católico. San Edmundo no guarda rencor alguno al traidor. Requerido por él, sonriendo le dice: "Dios te perdone, Jorge, y yo te perdono. Si te arrepientes y te confiesas, yo te absolveré, pero tendrás que hacer penitencia". Es llevado a Londres y encerrado en la Torre. En el calabozo Little Ease, tal vez el más lóbrego y húmedo, de las 22 torres. Allí pasó el primer tiempo. Por expreso deseo de la Reina Isabel, es llevado a su presencia, al cuarto día. "¿Me tenéis por verdadera Reina de Inglaterra?". "Sí, Majestad". La Reina promete: "Os ofrezco la vida, la libertad, bienes de fortuna, grandeza y honores, si consentís en servirme". La respuesta de San Edmundo es muy rápida: "Soy vuestro vasallo, mi Reina, pero soy católico". Por ultimo la Reina dice: "En vos no hay otro crimen que el ser papista". "Esta es mi mayor gloria", le contestó Campion, con un buen humor inglés.

Prisión
Se le dio un trato muy humano, para ablandarlo. Los carceleros, por expreso encargo de la corte, renuevan constantemente las promesas de la Reina. Le dicen que su conversión al protestantismo lo llevará al arzobispado de Canterbury. Cuando las autoridades constatan el fracaso, lo someten a la tortura. Pero no logran una sola palabra de debilidad. Ni siquiera una indiscreción que pudiera delatar a los otros jesuitas, o a algún católico.

Disputas teológicas
Destrozado por los tormentos, días después, lo hacen disputar con los mejores teólogos protestantes. San Edmundo Campion hace un gran esfuerzo. Muestra serenidad, e incluso amabilidad con todos. Con un dejo de humor les dice no estar en las mejores condiciones para sostener una discución teológica.

Y, sin embargo, con verdadera sabiduría expone muy bien los argumentos. El conde de Arendel, protestante, hijo del duque de Norfolk, presente en las disputas y convencido por Campion, decide volver a la fe católica. Merecerá más tarde dar su vida por la fe.

Condenación a muerte
A los actos finales lo acompañan San Alexander Briant y el Bienaventurado Thomas Cottam, ambos sacerdotes de la Compañía de Jesús, Ralph Sherwim y otros sacerdotes católicos. San Edmundo dijo en esa ocasión: "Se nos acusa y se pide nuestra muerte. No tenemos a quien apelar, sino a las conciencias de Uds. ¿Pueden Uds. creer a nuestros acusadores?.

Uds. lo saben, ellos han traicionado a Dios y al hombre. No han mostrado el menor fundamento para dar crédito a sus juramentos. Ni siquiera son hombres honrados. Aunque Uds. quisieran creerles, no pueden. Yo encomiendo todo a Dios. Esta condena la encomiendo a Uds. Nunca hemos temido a la muerte. Lo único que podemos decir es, que si nuestra religión nos hace traidores, merecemos ser condenados. Pero somos, y hemos sido, los mejores súbditos que la Reina haya tenido. Al condenarnos, Uds. condenan a todos nuestros antepasados, a todos los sacerdotes, obispos y reyes, a todo lo que fue la gloria de Inglaterra, la isla de los santos y la más fiel hija de la Sede de San Pedro. La posteridad nos dará la razón. El juicio futuro no va a estar sujeto a la corrupción como el de hoy." Y ese día, el 21 de noviembre de 1581, todos son condenados a muerte. "Sean llevados a Tyburn. Serán ahorcados. Descolgados con vida, se les cortarán las partes inferiores y se les arrancarán las entrañas para ser quemadas en presencia de ellos. Se les cortará la cabeza y serán descuartizados. Y Dios tenga piedad de Uds". San Edmundo Campion entona entonces el Te Deum. Los otros sacerdotes condenados lo siguen en su canto.

Los últimos días
San Edmundo estuvo encadenado los once días que mediaron entre el juicio y la ejecución. Recibió la visita de una hermana, facultada para hacerle el último ofrecimiento de libertad y de grandes beneficios, a condición de que renunciara a su Fe. También lo visita Jorge Elliot. "Si yo hubiera pensado que habíais de sufrir algo más que la prisión, yo nunca os hubiera acusado". "En ese caso, le contesta con humor Campion, os suplico, en nombre de Dios, que hagáis penitencia y que confeséis vuestro pecado, para gloria de Dios y salvación de vuestra alma". Y ante el temor manifestado por Elliot, por las posibles represalias católicas, le agrega: "Estáis equivocado si creéis que los católicos llevan su odio y su ira hasta la venganza. Para que os sintáis seguro, si queréis, os recomendaré a un Duque católico alemán, donde podréis vivir en paz".

El carcelero de San Edmundo Campion, presente en la entrevista, se conmovió de tal modo por la generosidad de Campion, que se hizo católico.

El martirio
El 1° de diciembre de 1581 sufre el martirio, en compañía de San Alexander Briant y de Ralph Sherwim.Lo sacan de la Torre. Está lloviendo. Ha llovido durante varios días. Un gran multitud se ha agolpado a las puertas. San Edmundo, con una sonrisa, los saluda a todos. "Que Dios os salve, caballeros, y os haga buenos católicos". Lo atan a una rastra tirada por un caballo. A él y a Briant los arrastran lentamente por la lluvia y el barro, hasta llegar a Tyburn. Al pasar por el Arco de Newgate ve una imagen de la Virgen María, que se ha salvado de los martillazos, y la saluda cariñosamente. En el camino un católico le enjuga el rostro, salpicado de lodo y suciedad. San Edmundo le dijo: "Dios te premie y te bendiga".

En Tyburn, San Edmundo subió a la carreta instalada bajo la horca. El mismo se pone la soga alrededor del cuello. Entonces, pide utilizar el derecho que le otorga la ley, decir unas palabras."Soy inocente de las traiciones que me han acusado. Soy católico y sacerdote de la Compañía de Jesús. En esta fe he vivido y en ella quiero morir". Entonces le gritan que pida perdón a la Reina."¿En qué la he ofendido?. Soy inocente. He rezado y rezo mucho por ella". Un cortesano le exige que diga por cuál Reina reza. "Por Isabel, vuestra Reina y la mía, a la que deseo un largo reinado, tranquilo y feliz". De inmediato dieron orden de retirar la carreta que estaba bajo sus pies. Y San Edmundo queda colgando. Inconsciente, tal vez muerto, cortan la cuerda que lo ata y el carnicero lo descuartiza. Entre los presentes, en primera línea, está Enrique Walpole, un joven de familia católica, pero inclinado a la reforma. Tan cerca está, que un poco de sangre le salpica el abrigo cuando el carnicero arranca las entrañas de Campion y las arroja al caldero de agua hirviendo. Enrique Walpole se conmovió profundamente. Tanto que decidió, poco después, cruzar el mar y ordenarse de sacerdote en la Compañía de Jesús. Trece años más tarde morirá del mismo modo que San Edmundo, en el cadalso de York.

Glorificación
San Edmundo Campion fue canonizado el 25 de octubre de 1970 conjuntamente con San Alexander Briant, San Enrique Walpole y otros siete jesuitas, ingleses y galeses, mártires de la fe, como él. También fue canonizado su compañero San Ralph Sherwim.

Para ver más sobre los 40 mártires en Inglaterra y Gales haz "click"
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Fuente: Vatican.va
Liduina (Elisa Ángela) Meneguzzi, Beata Religiosa Misionera, 1 de diciembre  

Liduina (Elisa Ángela) Meneguzzi, Beata

Religiosa

Martirologio Romano: En la ciudad de Dire-Daua, en Etiopía, beata Liduina (Elisa Anagela) Meneguzzi, virgen del Instituto de San Francisco de Sales, que, cual espejo de humildad y caridad cristiana, mostró la misericordia de Dios entre los pobres, enfermos y cautivos (1941).

 

Elisa Angela Meneguzzi (la futura Hermana Liduina) nace el 12 de septiembre del 1901 en Giarre, barrio de Abano Terme, provincia de Padua.

Pertenece a una familia de modestos campesinos, pero rica en honestidad y fe, valores que la niña asimila desde muy temprana edad; demuestra un vivo espíritu de oraciòn: participa cada día en la Misa aunque tenga que caminar casi dos kilómetros, frecuenta la catequesis, más tarde será catequista Reza, durante las noches con su liimilia y es feliz de poder hablar de Dios a sus hermanos.

A los catorce años, para ayudar económicamente a su familia, empieza a trabajar fuera de casa y lo hace como empleada doméstica de fanilias acomodadas y en los hoteles de Abano, ciudad reconocida por sus tratamientos termales.

Su carácter es dulce, siempre disponible y se hace amar y apreciar en cualquier lugar.

Deseosa de consagrar su vida a Dios, el 5 de niarzo de 1926, ingresa en la Congregación de las Hermanas de San Francisco de Sales en la Casa Generalicia de Padua. Allí realiza su entrega a Dios y difunde en torno a sí los tesoros de su gran corazón.

Realiza con amor su trabajo como encargada del cuidado de la ropa, enfermera y sacristana entre las jóvenes del Colegio de la Santa Cruz; éstas ven en ella la amiga buena capaz de ayudarlas en sus problemas con sus sabios consejos. Deja, en todas ellas, huellas de imborrable ternura, de valiente serenidad y de probada paciencia.

Realiza por fin su gran sueño que desde siempre guarda en su corazòn: irse en 1937 a tierras de misiòn y llevar la fe y el amor de Cristo a muchos hermanos que no lo conocen. Las Superioras la envían como misionera a Etiopía, a la ciudad cosmopolita de DireDawa, en donde viven gentes de diversas costumbres y religiones. La humilde hermana dedica con fervor toda su actividad misionera en este mundo. No tiene gran cultura teológica pero sí una fuerte riqueza interior, alimentada por un profundo trato con Dios. Trabaja como enfermera en el Hospital Civil Parmi, que una vez estallada la guerra se habilita como hospital militar, donde llegan los soldados heridos. Sor Liduina es verdaderamente para ellos un "àngel de caridad". Cuida los males fisicos con ternura e incansable dedicaciòn viendo la imagen de Dios en cada herniario que sufre.

Su nombre se encuentra muy pronto en boca de todos: la buscan, la invocan como una bendiciòn. La gente del lugar la llaman "Hermana Gudda" (grande). Arrecian los bombardeos en la ciudad y todos en el hospital piden ayuda con un solo grito: "!Socorro, hermana Liduina!". Y ella sin preocuparse del peligro, lleva los heridos al refugio y corre, inmediatamente, a socorrer a otros. Se inclina ante los moribundos para sugerirles el acto de contrición y con su inseparable botellita de agua bautiza a los niños moribundos.

Su entrega no conoce límites; ayuda con un verdadero espíritu ecwnénico a todos: italianos, blancos y negros, católicos, coptos, musulmanes y paganos.

Le gusta hablar, especialmente, de la bondad de Dios Padre y del cielo preparado para todos sus hijos.

Todo esto hace que la gente del lugar, casi todos musulmanes, queden fascinados y manifiesten una gran simpatía por la religión católica.

Por lo cual se le atribuye el apelativo de "llama ecuménica" porque ya antes del Concilio Vaticano li realiza uno de los aspectos más recomendados del ecumenismo. Los santos se anticipan a su tiempo: son como faros luminosos que señalan la dirección justa en la obscuridad más densa.

Mientras tanto una enfermedad incurable mina su salud; acepta con paz y serenamente su situación; sufre y se consume cumpliendo con valor su preciosa obra de amor entre los enfermos.

Se somete por fin a una delicada operación quirúrgica que parece superar, pero las cosas se complican y una parálisis intestinal, el 2 de Diciembre de 1941, corta su vida.

La hermana Liduina muere santamente a los 40 años de edad entregada completamente a la voluntad de Dios y ofreciendo su existencia por la paz del mundo.

Un médico que estaba presente allí, afirmaba: "Nunca he visto morir a alguien con tanta paz y serenidad".

Los soldados, que la quieren como una de su propia familia la hacen enterrar en el cementerio reservado para ellos. Los restos mortales de la hermana Liduina, después de 20 años son trasladados, en junio de 1961, a Padua, a una capilla de la Casa Generalicia donde devotos y amigos perigrinan a su tumba para invocar su intercesión ante Dios.

Beatificada el 20 de Octubre del 2002 por Juan Pablo II.

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Fuente: Vatican.va
María Rosa de Jesús Pellesi, Beata Religiosa Franciscana, 1 Diciembre  

María Rosa de Jesús Pellesi, Beata

Nació en Prignano sulla Secchia (Italia) el 11 de noviembre de 1917. Era la última de nueve hermanos. Desde el inicio, la vida le dio belleza, elegancia, buen humor, dulzura, alegría y mucha paz. A los 17 años llegó también el amor. Su existencia parecía haber tomado el camino de la plena realización y de la felicidad. El binomio amor-felicidad era el sueño que perseguía con todo su entusiasmo. Pero Dios tenía otros planes.

Escuchó la voz del Señor, que la invitaba a dejarlo todo para seguirlo. El 27 de agosto de 1940 dejó su casa para entrar en el convento de las Religiosas Franciscanas de San Onofrio en Rímini, fundadas en 1885 por la madre Teresa de Jesús Crucificado —en el siglo Faustina de los condes Zavagli—, que después, por sugerencia de ella, se llamarían Franciscanas Misioneras de Cristo. Al profesar tomó el nombre de María Rosa.

Emitió la profesión temporal el 25 de septiembre de 1942. Se dedicó a la enseñanza en la escuela Santa Ana, de Rímini, y luego en la escuela parroquial Pro Patria, en Ferrara. El 22 de julio de 1945 abrió una guardería en Tamara, en Ferrara, pero menos de tres meses después se tuvo que internar en la sección de enfermos de tuberculosis en el hospital Santa Ana de Ferrara, iniciando así, a los 27 años, una larguísima experiencia de dolor, que duraría otros 27 años, hospitalizada y sufriendo numerosísimas intervenciones quirúrgicas.

Siempre buscó hacer la voluntad de Dios y ser santa en todas las circunstancias. En la escuela del Cristo crucificado aprendió a sufrir y sobre todo a entregarse como ofrenda por amor. En el hospital se comportó como el buen samaritano, ayudando a los demás enfermos con su palabra, con su sonrisa y con su sola presencia. Describiendo su experiencia hablaba siempre de alegría, paz, serenidad, amor e incluso de felicidad.

El 16 de julio de 1946 se consagró a la Virgen. Repitió la consagración el 8 de diciembre de 1961.
En marzo de 1947 tuvieron que operarla para eliminar las adherencias de un neumotórax y se vio afectada por una pleuritis con exudación. Desde entonces tuvieron que extraerle periódicamente líquido de la pleura, que se convirtió en una "fuente inagotable". Un solo médico registró más de mil de esas intervenciones dolorosísimas (toracentesis). Durante una de ellas, el 28 de octubre de 1955, se rompió la aguja y, dado que no lograron extraérsela, llevó desde entonces clavada en su pecho esa "lanza", como ella la llamaba, hasta su muerte.

En uno de sus escritos afirma: "Me abandono totalmente en Jesús. Me fío de él. Lo amo. Es un abandono vivido en una oración continua y silenciosa.

A lo largo de 13 años llevó insertado, día y noche, el tubo de drenaje.

Ante el agravamiento de su salud, el 31 de agosto de 1947 anticipó la profesión perpetua. Hizo peregrinaciones a Loreto en 1948, 1950 y 1957, y también una a Lourdes en 1951.

El 5 de agosto de 1955 hizo un voto de abandono a la voluntad de Dios.

El 15 de marzo de 1968, al agravarse el edema pulmonar que sufría, recibió la unción de los enfermos.

Murió el 1 de diciembre de 1972, a la hora de las Vísperas.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

 

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