JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san            Lucas 12, 1-7
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, la gente se aglomeraba por          millares hasta no poder          caminar. Entonces Jesús, 
          dirigiéndose principalmente a sus discípulos, dijo: 
          "Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.          Porque no          hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que          no llegue a          conocerse. Por eso, lo que digan en la oscuridad, se dirá a          plena luz, y lo que          digan en voz baja y en privado, se proclamará desde las azoteas.          A ustedes,          amigos míos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo, y no          pueden hacer          nada más. 
          Les voy a decir a quién deben temer: teman al que tiene poder          para matar y después          arrojar al lugar de castigo. A ése es a quien hay que temer. ¿No          se venden          cinco pajarillas por muy poco dinero? Sin embargo, ni de uno          solo de ellos se olvida          Dios. Más aún, hasta los cabellos de su cabeza están contados.          No teman;          ustedes valen más que todos los pajarillas".
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu            oración: Esto es          gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos          un Avemaría de          corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres          de Gracia, el          Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y          bendito es el fruto          de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por          nosotros pecadores,          ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus          intenciones de          Misa! 
Aclaración: una          relación muere sin comunicación y          comunidad-comunión. Con Dios es          igual: las "palabras          de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son          fuente de vida espiritual          (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es          necesario visitarse,          y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en          la Eucaristía,          que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer          la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO          (Dios) a          Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos          el daño que          hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los          Corazones de Jesús y          de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c)          agradecemos y d)          pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la          salvación del          mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no          ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película          completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación:          http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se            apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús            está aquí y lo            ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del              Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en              vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn            5,12). Si comulgamos            en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión)            con el Amor y            renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas            del Cordero            (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo            que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su            Sangre por nuestros            pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente            sin Amor: si una            novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del            Novio para            siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar.            Idolatramos aquello            que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía,            flojera). Por eso, es            pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y            fiestas (Catecismo            2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).          ¿Qué            pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo,            pero no quiero            verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama            realmente? Estamos en            el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la            santidad, la            perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es            posible, diaria,            como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en            la tierra (Canon            904). Antes de            comulgar debemos confesar todos los pecados mortales:            "quien come y bebe sin              discernir el Cuerpo,              come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm            14,23). ¿Otros            pecados mortales? no confesarse con el            Sacerdote al menos una vez al            año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos            los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos),            promover el aborto            (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación            artificial),            planificación natural sin causa grave, deseo o actividad            sexual fuera del matrimonio            por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón,            borrachera, drogas, comer            a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver            pornografía, robo            importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no            ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos            sorprende la muerte            sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno            (Catecismo 1033-41;            Mt. 5,22; 10,            28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados            mortales objetivamente,            pero subjetivamente,            pueden ser menos graves,            si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes,            ya no hay            excusa.
† Misal
vie          28a. Ordinario año Par
      Antífona de Entrada
      Escucha,              Señor, mi voz y mis clamores y ven en mi ayuda; no me              rechaces, no me              abandones, Dios, salvador mío.
Oración            Colecta
      Oremos:
            Dios nuestro, fuerza de todos los que en ti confían, ayúdanos            con tu gracia,            sin la cual nada puede nuestra humana debilidad, para que            podamos serte fieles            en la observancia de tus mandamientos.
            Por nuestro Señor Jesucristo.
            Amén.
Primera            Lectura
      Ya              antes esperábamos en Cristo. Ustedes han sido marcados con              el Espíritu Santo
Lectura              de la carta del apóstol según Pablo a los Efesios 1, 11-14
Hermanos: Con Cristo somos            herederos también nosotros. A ésto estábamos destinados por            decisión del que            hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya            esperábamos en Cristo,            seremos un himno de alabanza a su gloria. En él también            ustedes, después de            escuchar la palabra de la verdad, el Evangelio de su            salvación, al creer en            Cristo han sido marcados con el Espíritu Santo prometido,            garantía de nuestra            herencia mientras llega la liberación del pueblo adquirido por            Dios, para            alabanza de su gloria.
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
      Sal 32,              1-2.4-5.12-13
Alabemos              al Señor con alegría.
Alégrense,            justos, en el Señor, que la alabanza es propia de los buenos;            den gracias al            Señor con el arpa, toquen para él la lira de diez cuerdas.
            Alabemos al Señor con alegría.
La            palabra del Señor es sincera, todas sus acciones son leales;            él ama la justicia            y el derecho, el amor del Señor llena la tierra.
            Alabemos al Señor con alegría.
Dichosa            la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que se eligió como            herencia. Desde            los cielos mira el Señor, y ve a todos los hombres.
            Alabemos al Señor con alegría.
Aclamación            antes del Evangelio
      Aleluya, aleluya.
            Muéstrate bondadoso con nosotros, Señor, puesto que en ti            hemos confiado.
            Aleluya.
Evangelio
      Todos los cabellos de su              cabeza están contados
† Lectura del santo              Evangelio según san Lucas 12, 1-7
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, la gente se            aglomeraba por millares hasta no poder caminar. Entonces            Jesús, 
            dirigiéndose principalmente a sus discípulos, dijo: 
            "Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la            hipocresía. Porque no            hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto            que no llegue a            conocerse. Por eso, lo que digan en la oscuridad, se dirá a            plena luz, y lo que            digan en voz baja y en privado, se proclamará desde las            azoteas. A ustedes,            amigos míos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo, y            no pueden hacer            nada más. 
            Les voy a decir a quién deben temer: teman al que tiene poder            para matar y            después arrojar al lugar de castigo. A ése es a quien hay que            temer. ¿No se            venden cinco pajarillas por muy poco dinero? Sin embargo, ni            de uno solo de            ellos se olvida Dios. Más aún, hasta los cabellos de su cabeza            están contados.            No teman; ustedes valen más que todos los pajarillas".
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración            sobre las Ofrendas
      Dios nuestro, que en estos            dones que te presentamos nos has otorgado el pan que alimenta            y el sacramento            que da nueva vida, haz que nunca llegue a faltarnos este            sustento del cuerpo y            del espíritu.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
Prefacio            
      La alabanza, don de Dios
En verdad es justo y            necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre            y en todo lugar,            Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. 
            Pues aunque no necesitas nuestra alabanza, ni nuestras            bendiciones te            enriquecen, tú inspiras y hacer tuya nuestra acción de            gracias, para que nos            sirva de salvación, por Cristo, Señor nuestro. 
            A quien alaban los ángeles y los arcángeles, proclamando sin            cesar:
          
Antífona de la Comunión
      El              Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del              mismo modo, el que me              come vivirá por mí, dice el Señor.
Oración después de la Comunión
      Oremos:
            Te rogamos, Señor, que aumente en nosotros la acción de tu            poder, para que,            alimentados con estos sacramentos, tu gracia nos disponga a            recibir las            promesas con que los enriqueces.
          Por            Jesucristo, nuestro Señor. 
            Amén
Dia          17/10 San Ignacio de          Antioquía (obispo y mártir, rojo)
      Antífona          de Entrada
      Estoy clavado con Cristo en la cruz; ya no            soy yo quien vive, sino que            es Cristo quien vive en mí; vivo en la fe del Hijo de Dios que            me amó y se            entregó por mí.
Oración          Colecta
      Oremos:
          Dios eterno y todopoderoso, que has querido glorificar a tu          Iglesia con el          testimonio de tus mártires concédenos que, el glorioso martirio          que mereció a          san Ignacio una corona inmortal, fortalezca cada vez más nuestra          fe.
          Por nuestro Señor Jesucristo...
          Amén.
Primera          Lectura
      Somos ciudadanos del cielo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo            a los Filipenses 3, 17-21; 4,1
Hermanos: Sean todos ustedes imitadores míos          y observen la conducta de          aquellos que viven el ejemplo que les he dado a ustedes. Porque,          como muchas          veces se lo he dicho a ustedes, y ahora se lo repito llorando,          hay muchos que          viven como enemigos de la cruz de Cristo. Esos tales acabarán en          la perdición,          porque su Dios es el vientre, se enorgullecen de lo que deberían          avergonzarse y          sólo piensan en cosas de la tierra.
          Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde          esperamos que venga          nuestro salvador, Jesucristo. El transformará nuestro cuerpo          miserable en un          cuerpo glorioso, semejante al suyo, en virtud del poder que          tiene para someter          a su dominio todas las cosas.
          Hermanos míos, a quienes tanto quiero y extraño: ustedes,          hermanos míos          amadísimos, que son mi alegría y mi corona, manténganse fieles          al Señor.
          Palabra de Dios.
          Te alabamos, Señor.
Salmo          Responsorial
      Del salmo 33
El Señor me libró de todos mis temores.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará          mi boca de alabarlo. Yo me          siento orgulloso del Señor; que se alegre su pueblo al          escucharlo.
          El Señor me libró de todos mis temores.
Proclamemos qué grande es el Señor y          alabemos su nombre. Cuando acudí al          Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
          El Señor me libró de todos mis temores.
Vuélvanse a él y quedarán radiantes, jamás          se sentirán decepcionados. El          Señor siempre escucha al afligido, de su tribulación lo pone a          salvo.
          El Señor me libró de todos mis temores.
A quien teme al Señor, el ángel del Señor lo          salva y cuida. ¡Prueben!          Verán qué bueno es el Señor; dichoso quien en él confía.
          El Señor me libró de todos mis temores.
Aclamación          antes del          Evangelio
      Aleluya, aleluya.
          Dichoso el hombre que sufre la tentación porque, después de          haberla superado,          recibirá en premio la corona de la vida.
          Aleluya.
Evangelio
      Si el grano de trigo muere, producirá            mucho fruto
Lectura del santo Evangelio según san Juan            12, 24-26
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus          discípulos:
          "Yo les aseguro que si el grano de trigo sembrado en la tierra,          no muere,          queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se          ama a sí          mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo,          se asegura para          la vida eterna.
          El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté,          también esté mi          servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre".
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración          sobre las Ofrendas
      Señor Dios, que después de purificar como          trigo de Cristo a san Ignacio          de Antioquía, lo aceptaste como pan inmaculado, dígnate aceptar          los dones que          tu Iglesia te presenta.
          Por Jesucristo, nuestro Señor.
          Amén.
Prefacio
      Significado y ejemplaridad del martirio
En verdad es justo y necesario, es nuestro          deber y salvación, darte          gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios          todopoderoso y          eterno.
          Porque la sangre del glorioso mártir san Ignacio de Antioquía,          derramada, como          la de Cristo, para confesar tu nombre, manifiesta las maravillas          de tu poder;          pues en su martirio, Señor, has sacado fuerza de lo débil,          haciendo de la          fragilidad tu propio testimonio, por Cristo, Señor nuestro.
          Por eso,
          como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la          tierra te aclamamos          diciendo sin cesar:
        
Antífona          de la Comunión
      Soy trigo de Cristo, escribió san Ignacio            de Antioquía, seré triturado            por los dientes de las fieras y transformado así en pan            inmaculado.
Oración          después de la Comunión
      Oremos:
          Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo que hemos recibido, Señor,          al conmemorar el          martirio de san Ignacio, nos dé nuevas fuerzas para que, con las          palabras y con          las acciones, nos manifestemos auténticos cristianos.
        Por          Jesucristo,          nuestro Señor.
          Amén
† Meditación          diaria
28ª          semana. Viernes
EL          FERMENTO DE LOS FARISEOS
— La          hipocresía de los fariseos.
— El          cristiano, un hombre sin doblez.
— Amar          la verdad y darla a conocer.
I. Se          reunió tal muchedumbre para ver a Jesús que se atropellaban unos          a otros. Y          entre tantos como le rodeaban, el Maestro se dirigió en primer          lugar a sus          discípulos con esta advertencia: Guardaos de la levadura de            los fariseos,            que es la hipocresía. Y añadió: Nada hay oculto que no            sea descubierto,            ni secreto que no llegue a saberse. Porque cuanto hayáis dicho            en la oscuridad            será escuchado a la luz; cuanto hayáis hablado al oído bajo            este techo será            pregonado sobre los terrados1.
La          palabra hipócrita designaba en el mundo griego antiguo          al actor que, con          una máscara y un disfraz, asumía una personalidad ajena. Fingía          ante el público          ser otro, frecuentemente muy lejano a su propia realidad: unas          veces era rey y,          otras, mendigo o general. Le bastaba con ocultar su propio ser          detrás de la          máscara y tomar cualidades y sentimientos postizos. Su papel se          desarrollaba          cara al público, teniendo como regla suprema de su actuación la          aprobación y el          aplauso de la galería.
El ser          íntimo –la levadura– de muchos fariseos era la hipocresía,          el actuar de          cara a los demás y no de cara a Dios. Su vida era tan falsa como          la de los          actores durante la representación. Cayeron en la tentación de          darle gran          importancia al juicio de los hombres –¡tan endeble y pasajero!–          y descuidar el          de Dios. El Señor les dirá en otra ocasión que son semejantes a          sepulcros            blanqueados: por fuera parecen hermosos y por dentro están          llenos de huesos          que se pudren2. En realidad llevaban una doble vida:          una llena de          máscaras, de apariencias, de falsedad, que andaba pendiente del          concepto que          los hombres tenían de ellos; otra, descuidada y poco generosa,          de cara a Dios.
El          Señor quiere para los suyos una levadura, un modo de          ser, bien distinto.          Quiere que tengamos ante Él y ante los demás una única vida, sin          máscaras, sin          disfraces, sin mentiras. Hombres y mujeres de una pieza, que van          con la verdad          por delante.
II.          Jesús mismo nos enseñó el modo de comportarnos: Sea vuestro            modo de hablar            sí, sí, o no, no; lo que pasa de esto, de mal principio            procede3.          En el trato con los demás la palabra del hombre debe bastar. El          sí debe ser sí          y el no, no. El Señor quiso realzar el valor y la fuerza          de la palabra          de un hombre de bien que se siente comprometido por lo que dice.
Nuestra          palabra y nuestra actuación de cristianos y de hombres honrados          ha de tener un          gran valor delante de los demás, porque hemos de buscar siempre          y en todo la          verdad, huyendo de la hipocresía y de la doblez. En las          situaciones normales de          la vida debe bastar la palabra del cristiano para dar toda la          fuerza necesaria          a lo que afirma o promete. La verdad es siempre un reflejo de          Dios y debe ser          tratada con respeto. Si tenernos el hábito de decir siempre la          verdad, aun en          asuntos que parecen intrascendentes, nuestra palabra tendrá una          gran fuerza, "como          la firma de un notario", que no se pone en entredicho. Así          imitamos al Señor.
Muy          lejos de lo que ha de ser un cristiano está el hombre de            ánimo doble,            inconstante en todos sus caminos4, que presenta          una personalidad          o unas ideas, como los actores, según el público que tenga          delante. Es un hombre          de ánimo doble –comenta San Beda– "el que aquí quiere          regocijarse con el mundo,          y allí reinar con Dios"5.
Hoy se          hace especialmente urgente para el cristiano el ser un hombre,          una mujer, de          una sola palabra, de "una sola vida", sin utilizar máscaras o          disfraces ante          situaciones en las que puede ser costoso mantener la verdad, sin          preocuparse          excesivamente del "qué dirán" y echando lejos los respetos          humanos, rechazando          toda hipocresía. La veracidad es la virtud que inclina a decir          siempre la          verdad y a manifestarse al exterior tal como se es interiormente6,          enseña Santo Tomás de Aquino. Con todo, se darán casos en los          que no estemos          obligados a manifestar la verdad, y aun, en ocasiones, es deber          grave de          justicia no revelarla: pueden ser motivos de secreto          profesional, de seguridad          pública u otras graves razones, entre las que destaca el sigilo          sacramental del          confesor y lo que hace referencia a la dirección espiritual. En          esos casos          caben diversos modos de ocultar la verdad, sin incurrir en la          mentira. También,          cuando el que pregunta no tiene derecho alguno a conocer la          verdad y, en casos          extremos, actúa como injusto agresor, perdiendo incluso el          derecho a no ser          engañado. Pero, "no olvidemos, por lo demás, que con frecuencia          es culpa          nuestra el que nos hagan preguntas indiscretas. Si guardásemos          mejor el          recogimiento y el silencio, no nos las harían o nos las          formularían rarísimas          veces"7.
Imitemos          al Señor en su amor a la verdad. Formulemos el propósito de huir          de la mentira          y de todo aquello que suene a falso e hipócrita. "Leías en aquel          diccionario          los sinónimos de insincero: "ambiguo, ladino, disimulado,          taimado, astuto"...          —Cerraste el libro, mientras pedías al Señor que nunca pudiesen          aplicarte esos          calificativos, y te propusiste afinar aún más en esta virtud          sobrenatural y          humana de la sinceridad"8.
III.          Dice Jesús: Yo soy la Verdad9. Él tiene la          verdad en          plenitud, y esta nos vino por medio de Él10. Toda su          enseñanza,          también su vida y su muerte, constituyen un testimonio de la          Verdad11.          Aquel en quien está la verdad es de Dios y, por tanto, tiene el          oído atento          para escuchar a Dios12.
La          verdad tuvo su origen en Dios y la mentira en la oposición          consciente a Él. Por          eso llama Jesús al demonio padre de la mentira, porque          la mentira          comenzó con él. Y el que miente tiene al diablo como padre13.          Por          eso, la enseñanza moral de la Iglesia reprueba no solo la          falsedad que produce          un daño al prójimo, sino que también desaprueba a los que –sin          acarrear daño al          prójimo– "mienten por recreo y diversión, y a los que lo hacen          por interés y          utilidad"14.
La          falta de veracidad que se manifiesta en la mentira o en la          hipocresía, o en la          falta de "unidad de vida", revela una discordia interior, una          fractura de la          misma personalidad humana. Un hombre, una mujer así es como una          campana rota: carece          de buen sonido. El testimonio que el Señor manifestó acerca de          Natanael,          indicando que era un israelita sin doblez15, es lo          más bello que se          puede decir de un hombre: "en él no hay doblez; es de una          pieza". Eso mismo          debe poderse decir de cada uno de nosotros, de cada cristiano.
Estamos          en una época en la que se valora extraordinariamente la          sinceridad, pero a la          que, por contraste, se le ha llamado el tiempo de los            impostores, de la          falsedad y de la mentira16. Entre otros, pueden ser a          veces impostores          "los hombres de la gran prensa, que, divulgando indiscreciones          sensacionalistas          e insinuaciones calumniosas...", confunden a sus lectores. A la          "gran prensa"          se le podrían añadir en muchas ocasiones el cine, la radio, la          televisión...          Estos instrumentos, que por su naturaleza han de ser          transmisores de la verdad,          "si los manipula gente astuta, a fuerza de bombardear a los          receptores con          colores sonorizados y de una persuasión tanto más eficaz cuanto          más oculta, son          capaces de hacer que los hijos acaben odiando al mejor de los          padres y la gente          vea blanco lo que es negro"17, que se cambien los          criterios morales          de una sociedad. Siempre que tengamos esos medios a nuestro          alcance, los          usaremos para hacer llegar la verdad a la sociedad,          principalmente sobre esos          temas que, por su trascendencia, marcan el futuro de un pueblo:          la defensa de          la vida, desde su concepción; la dignidad de la familia y de la          persona; la          justicia social; el derecho al trabajo; la preocupación por los          más débiles...          Muchas veces, esos medios están al alcance de todos: una carta,          una llamada por          teléfono, participar en una encuesta o en un programa de la          radio..., nos          pueden permitir que muchos oigan la doctrina de la Iglesia sobre          esas materias,          o manifestar la disconformidad con un programa o artículo que          conculca los          fundamentos morales de un hombre de bien. No dejemos de actuar          pensando que es          poco lo que podemos hacer. Muchos pocos cambian el rumbo de una          sociedad.
Al          terminar nuestra oración, acudamos a Nuestra Señora para vivir          en todo momento          la verdad sin componendas, y para darla a conocer sin las trabas          de los          respetos humanos o de la pereza, causante de tantas omisiones.          Pidámosle una          vida sin doblez, sin la hipocresía que echó en cara Jesús a          aquellos fariseos.
""Tota          pulchra es Maria, et macula originalis non est in te!" —¡toda          hermosa eres,          María, y no hay en ti mancha original!, canta la liturgia          alborozada. No hay en          Ella ni la menor sombra de doblez: ¡a diario ruego a Nuestra          Madre que sepamos          abrir el alma en la dirección espiritual, para que la luz de la          gracia ilumine          toda nuestra conducta!
"—María          nos obtendrá la valentía de la sinceridad, para que nos          alleguemos más a la          Trinidad Beatísima, si así se lo suplicamos"18.
1 Lc          12, 1-3. — 2 Cfr. Mt 23, 27. — 3 Mt          5, 37. — 4          Cfr. Sant 1, 8. — 5 San Beda, Comentario a            la Carta del Apóstol            Santiago, 1, 8. — 6 Cfr. Santo Tomás, Suma            Teológica, 2-2, q.          109, a. 3 ad 3. — 7 R. Garrigou-Lagrange, Las tres            edades de la Vida            interior, vol. II, p. 717. — 8 San Josemaría          Escrivá, Surco,          n. 337. — 9 Jn 14, 6. — 10 Cfr. Jn          1, 14; 17. — 11          Cfr. Jn 18, 37. — 12 Cfr. Jn 8, 44. — 13          Cfr. Jn          8, 42 ss. — 14 Catecismo Romano, III, 9, n. 23. — 15          Cfr. Jn          1, 47. — 16 Cfr. A. Luciani, Ilustrísimos señores,          p. 141 ss. — 17          Ibídem, pp. 141-142. — 18 San Josemaría Escrivá,          o. c., n.          339.
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† Santoral               (si          GoogleGroups corta el texto,          lo encontrará en www.iesvs.org)
San            Ignacio de Antioquía
          Mártir
          Año 107
Ignacio          significa: "lleno de          fuego" (Ingeus: fuego). 
Nuestro          santo estaba lleno de fuego de amor por Dios.
Antioquía          era una ciudad famosa en Asia Menor, en Siria, al norte de          Jerusalén. En esa          ciudad (que era la tercera en el imperio Romano, después de Roma          y Alejandría)          fue donde los seguidores de Cristo empezaron a llamarse          "cristianos".          De esa ciudad era obispo San Ignacio, el cual se hizo célebre          porque cuando era          llevado al martirio, en vez de sentir miedo, rogaba a sus amigos          que le          ayudaran a pedirle a Dios que las fieras no le fueran a dejar          sin destrozar,          porque deseaba ser muerto por proclamar su amor a Jesucristo.
Dicen          que fue un discípulo de San Juan Evangelista. Por 40 años estuvo          como obispo          ejemplar de Antioquía que, después de Roma, era la ciudad más          importante para          los cristianos, porque tenía el mayor número de creyentes.
Mandó          el emperador Trajano que pusieran presos a todos los que no          adoraran a los          falsos dioses de los paganos. Como Ignacio se negó a adorar esos          ídolos, fue          llevado preso y entre el perseguidor y el santo se produjo el          siguiente          diálogo.
- ¿Por qué te niegas a adorar a mis dioses, hombre            malvado? 
 - No me llames malvado. Más bien llámame Teóforo,            que significa el que lleva a Dios dentro de sí. 
 - ¿Y por qué no aceptas a mis dioses? 
 - Porque ellos no son dioses. No hay sino un solo            Dios, el que hizo el cielo y la tierra. Y a su único Hijo            Jesucristo, es a quien sirvo yo.
 
El          emperador ordenó entonces que Ignacio fuera llevado a Roma y          echado a las          fieras, para diversión del pueblo.
Encadenado          fue llevado preso en un barco desde Antioquía hasta Roma en un          largo y          penosísimo viaje, durante el cual el santo escribió siete cartas          que se han          hecho famosas. Iban dirigidas a las Iglesias de Asia Menor.
En          una de esas cartas dice que los soldados que lo llevaban eran          feroces como          leopardos; que lo trataban como fieras salvajes y que cuanto más          amablemente          los trataba él, con más furia lo atormentaban.
El          barco se detuvo en muchos puertos y en cada una de esas ciudades          salían el          obispo y todos los cristianos a saludar al santo mártir y a          escucharle sus          provechosas enseñanzas. De rodillas recibían todos su bendición.          Varios se          fueron adelante hasta Roma a acompañarlo en su gloriosos          martirio.
Con          los que se adelantaron a ir a la capital antes que él, envió una          carta a los          cristianos de Roma diciéndoles: "Por favor: no le vayan a pedir          a Dios que          las fieras no me hagan nada. Esto no sería para mí un bien sino          un mal. Yo          quiero ser devorado, molido como trigo, por los dientes de las          fieras para así          demostrarle a Cristo Jesús el gran amor que le tengo. Y si          cuando yo llegue          allá me lleno de miedo, no me vayan a hacer caso si digo que ya          no quiero          morir. Que vengan sobre mí, fuego, cruz, cuchilladas, fracturas,          mordiscos,          desgarrones, y que mi cuerpo sea hecho pedazos con tal de poder          demostrarle mi          amor al Señor Jesús". ¡Admirable ejemplo!.
Al          llegar a Roma, salieron a recibirlo miles de cristianos. Y          algunos de ellos le          ofrecieron hablar con altos dignatarios del gobierno para          obtener que no lo          martirizaran. Él les rogó que no lo hicieran y se arrodilló y          oró con ellos por          la Iglesia, por el fin de la persecución y por la paz del mundo.          Como al día          siguiente era el último y el más concurrido día de las fiestas          populares y el          pueblo quería ver muchos martirizados en el circo, especialmente          que fueran          personajes importantes, fue llevado sin más al circo para          echarlo a las fieras.          Era el año 107.
Ante          el inmenso gentío fue presentado en el anfiteatro. Él oró a Dios          y en seguida          fueron soltados dos leones hambrientos y feroces que lo          destrozaron y          devoraron, entre el aplauso de aquella multitud ignorante y          cruel. Así          consiguió Ignacio lo que tanto deseaba: ser martirizado por          proclamar su amor a          Jesucristo.
Algunos          escritores antiguos decían que Ignacio fue aquel niño que Jesús          colocó en medio          de los apóstoles para decirles: "Quien no se haga como un niño          no puede          entrar en el reino de los cielos" (Mc. 9,36).
San          Ignacio dice en sus cartas que María Santísima fue siempre          Virgen. Él es el          primero en llamar Católica, a la Iglesia de Cristo (Católica          significa:          universal).
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Fuente:          Archidiócesis de Madrid 
          Juan de Licópolis, Santo Ermitaño, Octubre 17   
              
 Ermitaño Martirologio Romano: En Licópolis, de Egipto, san Juan,                    eremita, que entre sus muchas virtudes se distinguió                    por su espíritu profético (s. IV).  Nació en Licópolis, hoy Asiut, en los                  comienzos del siglo IV y pasó la mayor parte de su vida                  en la Tebaida, dedicado a la oración y a la penitencia.                  Parece ser que nació en el seno de una familia pobre y                  que tuvo en la juventud la profesión de carpintero.  |           
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Rodolfo,            Santo          Obispo de Gubbio, 17 Octubre   
|                Obispo de Gubbio Etimológicamente significa "lobo glorioso".                  Viene de la lengua alemana.  |           
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Fuente:          Franciscanos.org 
          Contardo Ferrini, Beato Jurista, 17 Octubre   
              
 Jurista 
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Celia            o Cilina, Santa          Virgen, Octubre 17   
|                Virgen Etimología: Celia = la que vino del                      cielo, viene de la lengua latina.  |           
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Fuente:          Foros.marianistas.org 
          Fidel Fuidio Rodriguez, Beato Mártir Marianista, 17          Octubre   
              
 Nació en Yécora (Alava) el 24 de abril de                  1880. Hizo el Postulantado marianista en Vitoria                  (España) y en Pontacq (Francia) de 1892 a 1896 y emitió                  sus primeros votos en la Compañía de María en 1897.  |           
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Isidoro Gagelin, Santo          Mártir, 17 Octubre   
              
 Nació en Montperreaux diócesis de Besancom                  (Francia) en 1799.  |           
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Fuente:          EWTN.com 
          Pedro Casani, Beato Sacerdote Escolapio, 17 Octubre   
              
 Nacido en Lucca, Italia, en 1572.                  Impresionado por la muerte ejemplar de su madre, él se                  sentía llamado entrar en la Congregación de la Virgen                  Bendita, fundado en Lucca por San Juan Leonardi. Antes                  de entrar en el noviciado había estudiado con los                  franciscanos en Lucca. Se ordenó en la Basílica de                  Lateran y se realizó su ministerio sacerdotal                  predicando, oyendo confesiones y en el cuidado pastoral                  de juventud para quienes fundó la Congregación de                  Nuestra Señora el Nieve en Lucca.   |           
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Raimondo            Stefano Bou Pascual, Beato Mártir español, 17          Octubre   
              
 Raimondo fue un sacerdote español nacido en                  Benimanteil, España, el 12 de Octubre de 1903. Muerto en                  La Nucia el 17 de Octubre de 1936.  |           
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Fuente:          Catholic.org 
          Ricardo Gwyn, Santo Mártir Inglés, 17 Octubre   
              
 Uno de los cuarenta Mártires de Inglaterra                  y Gales. también llamado Richard White, nació en                  Montgomeryshire, Gales, en 1547, y estudió en la                  Universidad de Cambridge, Inglaterra.  |           
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Tarsila            Cordoba Belda, Beata          Mártir española, 17 Octubre   
              
 Nació en Sollana en 1861, madre de tres                  hijos, viuda, asesinada en Algemesí el 17 de Octubre de                  1936.  |           
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Fuentes:          IESVS.org; EWTN.com;          Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es ,          misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/ 
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