JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san            Lucas 13, 1-9
En aquel tiempo, algunos hombres fueron a          ver a Jesús y le contaron que          Pilato había mandado matar a unos galileos, mientras estaban          ofreciendo sus          sacrificios. Jesús les hizo este comentario.
          "¿Piensan ustedes que aquellos galileos, porque les sucedió          esto, eran más          pecadores que todos los demás galileos?"
          Ciertamente que no; y si ustedes no se convierten, perecerán de          manera semejante.          Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de          Siloé, ¿piensan          acaso que eran más culpables que todos los demás habitantes de          Jerusalén?          Ciertamente que no; y si ustedes no se arrepienten, parecerán de          manera semejante.
          Entonces les dijo esta parábola:
          "Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo; fue a buscar          higos y          no los encontró . Dijo entonces el viñador:
          "mira como entre tres años seguidos he venido a buscar higos en          esta          higuera y nos los he encontrado. ¿Para que ocupa la tierra          inútilmente?" 
          El viñador le contesto:
          Señor, déjala todavía este año; voy a aflojar la tierra al          rededor y a echarle          abono para ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortaré.
          Palabra de Dios.
          Gloria a ti, Señor. 
Suplicamos tu            oración: Esto es          gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos          un Avemaría de          corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres          de Gracia, el          Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y          bendito es el fruto          de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por          nosotros pecadores,          ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus          intenciones de          Misa! 
Aclaración: una          relación muere sin comunicación y          comunidad-comunión. Con Dios es          igual: las "palabras          de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son          fuente de vida espiritual          (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es          necesario visitarse,          y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en          la Eucaristía,          que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer          la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO          (Dios) a          Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos          el daño que          hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los          Corazones de Jesús y          de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c)          agradecemos y d)          pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la          salvación del          mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no          ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película          completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación:          http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se            apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús            está aquí y lo            ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del              Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en              vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn            5,12). Si comulgamos            en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión)            con el Amor y            renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas            del Cordero            (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo            que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su            Sangre por nuestros            pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente            sin Amor: si una            novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del            Novio para            siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar.            Idolatramos aquello            que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía,            flojera). Por eso, es            pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y            fiestas (Catecismo            2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).          ¿Qué            pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo,            pero no quiero            verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama            realmente? Estamos en            el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la            santidad, la            perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es            posible, diaria,            como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en            la tierra (Canon            904). Antes de            comulgar debemos confesar todos los pecados mortales:            "quien come y bebe sin              discernir el Cuerpo,              come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm            14,23). ¿Otros            pecados mortales? no confesarse con el            Sacerdote al menos una vez al            año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos            los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos),            promover el aborto            (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación            artificial),            planificación natural sin causa grave, deseo o actividad            sexual fuera del matrimonio            por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón,            borrachera, drogas, comer            a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver            pornografía, robo            importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no            ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos            sorprende la muerte            sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno            (Catecismo 1033-41;            Mt. 5,22; 10,            28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados            mortales objetivamente,            pero subjetivamente,            pueden ser menos graves,            si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes,            ya no hay            excusa.
† Misal
sab          29a. Ordinario año Par
      Antífona de Entrada
      Eres              justo, Señor, y rectos son tus mandamientos. Muéstrate              bondadoso conmigo y              ayúdame a cumplir tu voluntad.
Oración            Colecta
      Oremos:
            Señor, tú que te has dignado redimirnos y hacernos hijos            tuyos, míranos siempre            con amor de Padre y haz que, cuantos creemos en Cristo,            obtengamos la verdadera            libertad y la herencia eterna.
            Por nuestro Señor Jesucristo...
            Amén.
Primera            Lectura
      Cristo              es la cabeza que hace crecer todo el cuerpo
Lectura              de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 7.11-16
Hermanos: Cada uno de            nosotros ha recibido la gracia en la medida en que Cristo se            la ha dado. El fue            quien concedió a unos ser apóstoles; a otros, ser            evangelizadores; a otros, ser            pastores y maestros. Y esto, para capacitar a los fieles, a            fin de que,            desempeñando debidamente su tarea, construyan el cuerpo de            Cristo, hasta que            todos lleguemos a estar unidos en la fe y en el conocimiento            del Hijo de Dios,            y lleguemos a ser hombres perfectos , que alcancemos en todas            sus dimensiones            la plenitud de Cristo.
            Así ya no seremos como niños, zarandeados por las olas y            llevados de un lado            para otro por el viento de cualquier doctrina, a merced de            hombres malvados y            astutos, que conducen engañosamente al error. Por el            contrario, viviendo            sinceramente en el amor, creceremos en todos sentidos, unidos            a aquel que es la            cabeza: Cristo. de él, todo el cuerpo recibe su organización,            su cohesión y su            vida, según la actividad propia de cada de las partes, y así            el cuerpo va            creciendo y construyéndose por medio del amor.
            Palabra de Dios.
            Te alabamos Señor.
Salmo Responsorial
      Del              salmo 121
Vamos a              la casa del Señor.
¡Qué            alegría cuando me dijeron: "Vamos a la casa del Señor!" Y hoy            estamos            aquí, Jerusalén, jubilosos delante de tus puertas.
            Vamos a la casa del Señor.
A ti,            Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, para alabar            el nombre del            Señor según la costumbre de Israel.
            Vamos a la casa del Señor.
Aclamación            antes del Evangelio
      Aleluya, aleluya.
            No quiero la muerte del pecador,sino que se arrepienta y viva,            dice el Señor.
            Aleluya.
Evangelio
      Si no se arrepienten,              perecerán, de manera semejante
† Lectura del santo              Evangelio según san Lucas 13, 1-9
En aquel tiempo, algunos            hombres fueron a ver a Jesús y le contaron que Pilato había            mandado matar a            unos galileos, mientras estaban ofreciendo sus sacrificios.            Jesús les hizo este            comentario.
            "¿Piensan ustedes que aquellos galileos, porque les sucedió            esto, eran más            pecadores que todos los demás galileos?"
            Ciertamente que no; y si ustedes no se convierten, perecerán            de manera            semejante. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la            torre de Siloé,            ¿piensan acaso que eran más culpables que todos los demás            habitantes de            Jerusalén? Ciertamente que no; y si ustedes no se arrepienten,            parecerán de            manera semejante.
            Entonces les dijo esta parábola:
            "Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo; fue a            buscar higos y            no los encontró . Dijo entonces el viñador:
            "mira como entre tres años seguidos he venido a buscar higos            en esta higuera            y nos los he encontrado. ¿Para que ocupa la tierra            inútilmente?" 
            El viñador le contesto:
            Señor, déjala todavía este año; voy a aflojar la tierra al            rededor y a echarle            abono para ver si da fruto. Si no, el año que viene la            cortaré.
            Palabra de Dios.
            Gloria a ti, Señor. 
Oración            sobre las Ofrendas
      Dios            nuestro, fuente de la paz y del amor sincero; concédenos            glorificarte por estas            ofrendas y unirnos fielmente a Ti por la participación en esta            Eucaristía. Por            Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
Prefacio            
      El misterio de nuestra              salvación en Cristo
En verdad es justo y            necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias, Padre            santo, siempre y            en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado.
            Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; Tú nos lo            enviaste para            que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de            María la Virgen,            fuera nuestro Salvador y Redentor.
            El, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y            manifestar la            resurrección extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió            para ti un pueblo            santo.
            Por eso,
            con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria diciendo:
Antífona de la Comunión
      Como el              venado busca agua de los ríos, así mi alma te busca a ti,              Dios mío.
Oración después de la Comunión
      Oremos:
            Tú, Señor, que nos has instruido con tu Palabra y alimentado            con tu Eucaristía;            concédenos aprovechar estos dones para que vivamos aquí unidos            a tu Hijo y            podamos participar de su vida inmortal. 
          Por            Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén
† Meditación          diaria
29ª          SEMANA. SABADO
LA          HIGUERA ESTÉRIL
- Dar          fruto. La paciencia de Dios.
- Lo          que Dios espera de nosotros.
- Con          las manos llenas. Pacientes          en el apostolado.
I. En          las viñas de Palestina se          solían plantar árboles junto a las cepas. Y en un lugar así          sitúa Jesús la          parábola que leemos en el Evangelio de la Misa de hoy: (1) Un          hombre tenía          plantada una higuera en su viña, y vino a buscar fruto en ella y          no encontró.          Esto ya había ocurrido anteriormente: situada en un lugar          apropiado del          terreno, con buenos cuidados, la higuera, año tras año, no daba          higos. Entonces          mandó el dueño al hortelano que la cortara: ¿para qué va a          ocupar terreno en          balde?
La          higuera simboliza a Israel (2),          que no supo corresponder a los desvelos que Yahvé, dueño de la          viña, manifestó          una y otra vez sobre él, y representa también a todo aquel que          permanece          improductivo (3) de cara a Dios. El Señor nos ha colocado en el          mejor lugar,          donde podemos dar más frutos según las propias condiciones y          gracias recibidas,          y hemos sido objeto de los mayores cuidados del más experto          viñador, desde el momento          mismo de nuestra concepción: nos dio un Angel Custodio para que          nos protegiera          hasta el final de la vida, recibimos, quizá a los pocos días de          nacer, la          gracia inmensa del Bautismo, se nos dio Él mismo como alimento          en la Sagrada Comunión,          hemos tenido la oportunidad de recibir una formación          cristiana... Incontables          han sido las gracias y favores del Espíritu Santo. Sin embargo,          es posible que          el Señor encuentre a veces pocos frutos en nuestra vida, y          quizá, en alguna          ocasión, frutos amargos. Es posible que, alguna vez, nuestra          situación personal          haya podido recordar la desconsolada parábola que relata el          Profeta Isaías: Voy          a cantar a mi amado el canto de la viña de mis amores: Tenía mi          amado una viña          en un fértil recuesto. La cavó, la descantó y la plantó de vides          selectas.          Edificó en medio de ella una torre e hizo en ella un lagar,          esperando que le          daría uvas, pero le dio agrazones (4), frutos agrios. ¿Por qué          estos malos          resultados, cuando todo estaba dispuesto para que fueran buenos?          San Ambrosio señala          que las causas de la esterilidad son, frecuentemente, la          soberbia y la dureza          de corazón (5).
A          pesar de todo, Dios vuelve una y          otra vez con nuevos cuidados: es la paciencia de Dios (6) para          con el alma. Él          no se desanima ante nuestras faltas de correspondencia, sabe          esperar, pues,          junto a nuestras flaquezas y a la debilidad, conoce a la vez la          capacidad de          bien que hay en cada hombre, en cada mujer. El Señor no da nunca          a nadie por          perdido, confía en todos nosotros, aunque no siempre hayamos          respondido a sus          esperanzas.
II.          Señor, déjala todavía este          año, y cavaré alrededor de ella y le echaré estiércol, a ver si          así da fruto...          Es Jesús que intercede ante Dios Padre por nosotros, que "somos          como una          higuera plantada en la viña del Señor" (7). "Intercede el          colono; intercede          cuando ya el hacha está a punto de caer, para cortar las raíces          estériles;          intercede como lo hizo Moisés ante Dios... Se mostró mediador          quien quería          mostrarse misericordioso" (8), comenta San Agustín. Señor,          déjala todavía este          año... ¡Cuántas veces se habrá repetido esta misma escena!          ¡Señor, déjalo          todavía un año...! "¿Saber que me quieres tanto, Dios mío, y...          no me he vuelto          loco?" (9).
Cada          persona tiene una vocación          particular, y toda vida que no responde a ese designio divino se          pierde. El Señor          espera correspondencia a tantos desvelos, a tantas gracias          concedidas, aunque          nunca podrá haber paridad entre lo que damos y lo que recibimos,          "pues el          hombre nunca puede amar a Dios tanto como Él debe ser amado"          (10); sin embargo,          con la gracia sí que podemos ofrecerle cada día muchos frutos de          amor: de          caridad, de apostolado, de trabajo bien hecho... Cada noche, en          el examen de          conciencia, hemos de saber encontrar esos frutos pequeños en sí          mismos, pero          que han hecho grandes el amor y el deseo de corresponder a tanta          solicitud          divina. Y cuando salgamos de este mundo "tenemos que haber          dejado impreso          nuestro paso, dejando a la tierra un poco más bella y al mundo          un poco mejor"          (11), una familia con más paz, un trabajo que ha significado un          progreso para          la sociedad, unos amigos fortalecidos con nuestra amistad...
Examinemos          en nuestra oración: si          tuviéramos que presentarnos ahora delante del Señor, ¿nos          encontraríamos          alegres, con las manos llenas de frutos para ofrecer a nuestro          Padre Dios?          Pensemos en el día de ayer..., en la última semana..., y veamos          si estamos          colmados de obras hechas por amor al Señor, o si, por el          contrario, una cierta          dureza de corazón o el egoísmo de pensar excesivamente en          nosotros mismos está          impidiendo que demos al Señor todo lo que espera de cada uno.          Bien sabemos que,          cuando no se da toda la gloria a Dios, se convierte la          existencia en un vivir          estéril. Todo lo que no se hace de cara a Dios, perecerá.          Aprovechemos hoy para          hacer propósitos firmes. "Dios nos concede quizá un año más para          servirle. No          pienses en cinco, ni en dos. Fíjate sólo en éste: en uno, en el          que hemos          comenzado..." (12), en el que ya falta poco para terminar.
III.          En esto será glorificado mi          Padre, en que deis mucho fruto, y así seréis discípulos míos          (13). Esto es lo          que Dios quiere de todos: no apariencia de frutos, sino          realidades que          permanecerán más allá de este mundo: gentes que hemos acercado          al Sacramento de          la Penitencia, horas de trabajo terminadas con hondura          profesional y rectitud          de intención, pequeñas mortificaciones en las comidas, que          manifiestan la          presencia de Dios y el dominio del cuerpo por el Señor,          vencimientos en el          estado de ánimo, orden en los libros, en la casa, en los          instrumentos de          trabajo, empeño para que no influya a nuestro alrededor el          cansancio de un día          intenso, pequeños servicios a quienes estaban necesitados de          ayuda... No nos          contentemos con las apariencias; examinemos si nuestras obras          resisten, por el          amor que hemos puesto en ellas y por la rectitud de intención,          la penetrante mirada          de Jesús. ¿Son mis obras en este momento el fruto que          corresponde a las gracias          que recibo?, podríamos preguntarnos cada uno en la intimidad de          nuestra          oración.
Si San          Lucas sigue realmente un          orden temporal en los acontecimientos que narra, "esta parábola          fue dicha inmediatamente          después de la pregunta planteada acerca de los galileos, cuya          sangre mezcló          Pilatos con sus sacrificios, y sobre los dieciocho hombres,          encima de los          cuales cayó la torre de Siloé (Lc 13, 4). ¿Debía suponerse que          esos hombres          eran especialmente pecadores, para merecer tal suerte? Nuestro          Señor contesta          que no, y añade: Si no hiciereis penitencia, todos pereceréis          igualmente. No es          la muerte del cuerpo lo que importa, es la disposición del alma          que la recibe,          y el pecador que, dándosele tiempo para el arrepentimiento, no          hace uso de la          oportunidad, no sale mejor librado que si le hubieran lanzado          repentinamente          sobre la eternidad, como a aquéllos. Y en este momento llega la          parábola de la          higuera, que nos advierte de un límite a la larga paciencia de          Dios          Todopoderoso. Pero parece, por lo que oímos del hortelano, que          es posible una          intervención para prolongar el plazo de la tolerancia divina. No          cabe duda que          esto es importante. ¿Pueden nuestras oraciones servir para ganar          al pecador un          plazo que le permita arrepentirse?
"Claro          que pueden" (14). Y          nosotros mismos podemos interceder junto al Señor para que se          prolongue esa paciencia          divina con aquellas personas que quizá, con una constancia de          años, pretendemos          que se acerquen a Jesús. "Por tanto, no nos apresuremos a          cortar, sino dejemos          crecer misericordiosamente, no sea que arranquemos la higuera          que aún puede dar          mucho fruto" (15). Tengamos también nosotros paciencia y          procuremos poner más          medios, humanos y sobrenaturales, en el trato con esas personas          que parecen          tardar en recorrer el camino que lleva hasta Jesús.
Nuestra          Madre Santa María nos          alcanzará, en este sábado del mes de octubre en el que tantas          veces hemos          acudido a Ella, la gracia abundante que necesitan nuestras almas          para dar más          frutos y la que precisan nuestros familiares y amigos para que          aceleren el paso          hacia su Hijo, que los espera.
(1) Lc          13, 6-9.-(2) Cfr. Os 9,          10.-(3) Cfr. Jer 8, 13.-(4) Is 5, 1-3.-(5) Cfr. SAN AMBROSIO,          Tratado sobre el          Evangelio de San Lucas, in loc.-(6) Cfr. 2 Pdr 3, 9.-(7)          TEOFILACTO, en Catena          Aurea, vol. VI, p. 134.-(8) SAN AGUSTIN, Sermón 254, 3.-(9) J.          ESCRIVA DE          BALAGUER, Camino, n. 425.-(10) SANTO TOMAS, Suma Teológica, 1-2,          q. 6, a.          4.-(11) G. CHEVROT, El Evangelio al aire libre, Herder,          Barcelona 1961, p.          169.-(12) J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios, 47.-(13) Jn          15, 8.-(14) R. A.          KNOX, Sermones pastorales, pp. 188-189.-(15) SAN GREGORIO          NACIANCENO, Oración          26, en Catena Aurea, vol. VI, p. 135.
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† Santoral               (si          GoogleGroups corta el texto,          lo encontrará en www.iesvs.org)
|                Autor: P. Felipe                  Santos | Fuente: Catholic.net   |           |
|                Mártires, patronos                  de los zapateros, 25 de octubre  |           |
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|                40 Mártires de Inglaterra y Gales, Santos  |           |
|                Mártires,                    25 de octubre  |           |
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|                Autor:                  Magnificat.ca | Fuente: Magnificat.ca   |           |
|                Esposos                    y mártires, 25 Octubre  |           |
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|                Canna, Santa  |           |
|                Esposa y madre,                  Siglo VI, 25 Octubre  |           |
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|                Autor: P. Felipe                  Santos | Fuente: Catholic.net   |           |
|                Viuda,                    25 de octubre  |           |
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|                Autor: Wikipédia | Fuente: Wikipédia   |           |
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|                Autor:                  Archimadrid.com | Fuente: Archimadrid.com   |           |
|                Mártires,                    25 Octubre  |           |
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Fuentes:          IESVS.org; EWTN.com;          Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es ,          misalpalm.com, Catholic.net
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