JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12,            13-21
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, uno entre la gente dijo a Jesús: 
          "Maestro, di a mi hermano que comparta conmigo la herencia".
          Jesús le contestó: 
          "Amigo, ¿quién me ha hecho juez o árbitro entre ustedes?"
          Y dijo a la gente:
          "Eviten toda clase de avaricia; que aunque se nade en la          abundancia, su          vida no depende de riquezas".
          Después les propuso una parábola: 
          "Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y se puso a pensar: ¿Qué          haré?          Porque no tengo dónde almacenar mi cosecha. Y se dijo: Ya sé lo          que haré:          derribaré mis graneros, construiré otros más grandes y guardaré          allí mi cosecha          y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: "Ya tienes bienes          acumulados          para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida". 
          Pero Dios le dijo: 
          "¡Insensato! Esta misma noche morirás. ¿Para quién serán todos          tus          bienes?" 
          Lo mismo le pasa a quien amontona riquezas para sí y no se hace          rico ante          Dios".
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos            tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería          posible sin tus oraciones: al          menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te          salve María,          llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre          todas las          mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María,          Madre de Dios,          ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra          muerte. Amén.          ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa! 
Aclaración: una relación muere sin comunicación y          comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras          de vida eterna"          (Jn 6,68; Hc 7,37) son          fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta          charlar por teléfono          (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver          a Jesús, que          está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a          Misa, donde ofrecemos TODO          (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a)          co-reparamos el          daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye          los Corazones          de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b)          adoramos, c)          agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras          necesidades y para la          salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5          minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a            verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús            está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la            Eucaristía: "si no coméis la              carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis              vida en vosotros" (Jn 6,53;            1 Jn 5,12). Si comulgamos en            estado de Gracia y con amor, nos            hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva            Alianza de Amor. Si            faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia            (nosotros), sabiendo            que rechazamos el Amor de Dios,            que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados            personales, nos            auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia            falta a su boda, es ella            la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que            Él da la Vida            por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él            (descanso,            comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal            faltar sin causa            grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16,            18-19; Ex 20,8-10;            Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). ¿Qué pensaríamos de un            cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo, pero no quiero verte            todos los días,            y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente? Estamos en el            mundo para ser            felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la            perfección del amor,            es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como            pide la Cátedra de            Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de            comulgar debemos confesar todos los pecados mortales:            "quien come y bebe sin              discernir el Cuerpo,              come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm            14,23). ¿Otros            pecados mortales? no confesarse            con el Sacerdote al menos una            vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual            (920), abortar (todos            los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos),            promover el aborto            (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación            artificial),            planificación natural sin causa grave, deseo o actividad            sexual fuera del matrimonio            por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón,            borrachera, drogas, comer            a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver            pornografía, robo            importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo            antes posible y nos sorprende            la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno            eterno (Catecismo            1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48,            etc.). Estos son pecados mortales              objetivamente, pero subjetivamente,            pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia.            Pero ahora que            lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
lun          29a. Ordinario año Par
      Antífona de Entrada
      El              Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es              la defensa de mi              vida, ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan mis              enemigos, tropiezan y caen.
Oración            Colecta
      Oremos:
            Dios nuestro, de quien todo bien procede; inspíranos            propósitos de justicia y            santidad y concédenos tu ayuda para poder cumplirlos. 
            Por nuestro Señor Jesucristo...
            Amén.
Primera            Lectura
      Nos              dio la vida en Cristo y nos ha reservado un sitio en el              cielo
Lectura              de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 1-10
Hermanos: Hubo un            tiempo en que estaban muertos por sus culpas y pecados, cuando            seguían las            corrientes de este mundo, sometidos al príncipe de las            potestades maléficas,            ese espíritu que continúa eficazmente su obra entre los            rebeldes a Dios. Y            entre éstos estábamos también nosotros, los que en otro tiempo            hemos vivido            bajo el dominio de nuestros apetitos desordenados , dejándonos            llevar de esos            deseos desordenados y de las malas intenciones, y estando,            como los demás,            destinados a la ira divina por nuestra condición.
            Pero Dios, que es rico en misericordia y nos tiene un inmenso            amor, aunque            estábamos muertos por nuestros pecados, nos volvió a la vida            junto con Cristo            -¡Por pura gracia han sido salvados!-, nos resucitó y nos            sentó junto a Cristo            Jesús en el cielo. De este modo quiso mostrar a los siglos            venideros la inmensa            riqueza de su gracia, por la bondad que nos manifiesta en            Cristo Jesús. Por la            gracia, en efecto, han sido salvados mediante la fe; y esto no            es algo que            venga de ustedes, sino que es un don de Dios; no viene de las            obras, para que            nadie pueda enorgullecerse.
            Somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para realizar            las buenas obras            que Dios nos señaló de antemano como norma de conducta.
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
      Sal              99, 2.3.4.5
Dios              nos hizo y somos suyos.
¡Aclamen            al Señor, habitantes de toda la tierra, den culto al Señor con            alegría, lleguen            hasta él con cantos festivos!
            Dios nos hizo y somos suyos.
Reconozcan            que el Señor es Dios, que él nos hizo y somos suyos, su pueblo            y ovejas que él            apacienta.
            Dios nos hizo y somos suyos.
Entren            por las puertas de su templo dándole gracias, crucen sus            atrios entonando            himnos; alábenlo y bendigan su nombre.
            Dios nos hizo y somos suyos.
Porque            el Señor es bueno y su amor es eterno, su fidelidad permanece            de generación en            generación.
            Dios nos hizo y somos suyos.
Aclamación            antes del Evangelio
      Aleluya, aleluya.
            Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino            de los cielos.
            Aleluya.
Evangelio
      ¿Para quién serán              todos tus bienes?
† Lectura del              santo Evangelio según san Lucas 12, 13-21
Gloria a ti,              Señor.
En aquel tiempo,            uno entre la gente dijo a Jesús: 
            "Maestro, di a mi hermano que comparta conmigo la herencia".
            Jesús le contestó: 
            "Amigo, ¿quién me ha hecho juez o árbitro entre ustedes?"
            Y dijo a la gente:
            "Eviten toda clase de avaricia; que aunque se nade en la            abundancia, su            vida no depende de riquezas".
            Después les propuso una parábola: 
            "Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y se puso a pensar:            ¿Qué haré?            Porque no tengo dónde almacenar mi cosecha. Y se dijo: Ya sé            lo que haré:            derribaré mis graneros, construiré otros más grandes y            guardaré allí mi cosecha            y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: "Ya tienes bienes            acumulados            para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida". 
            Pero Dios le dijo: 
            "¡Insensato! Esta misma noche morirás. ¿Para quién serán todos            tus            bienes?" 
            Lo mismo le pasa a quien amontona riquezas para sí y no se            hace rico ante            Dios".
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración            sobre las Ofrendas
      Mira, Señor, con            bondad estos dones que te presentamos humildemente, para que            sean gratos a tus            ojos y nos hagan crecer en tu amor.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
Prefacio            
      Proclamación del              misterio de Cristo
En verdad es            justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias            siempre y en            todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,            por Cristo, Señor            nuestro. 
            Porque, unidos en la caridad, celebramos la muerte de tu Hijo,            con la fe viva            proclamamos su resurrección, y con esperanza firme anhelamos            su venida            gloriosa.
            Por eso, 
            con todos los ángeles y santos, te alabamos proclamando sin            cesar:
Antífona de la Comunión
      Señor,              tú eres mi amor, mi fuerza, mi refugio, mi liberación y mi              ayuda. Tú eres mi              Dios.
Oración después de la            Comunión
      Oremos:
            Que la fuerza redentora de esta Eucaristía nos proteja, Señor,            de nuestras            malas inclinaciones y nos guíe siempre por el camino de tus            mandamientos. 
          Por            Jesucristo,            nuestro Señor.
            Amén
† Meditación diaria
29ª semana. Lunes
LA ESPERANZA DE LA VIDA
— Los bienes temporales y la esperanza          sobrenatural.
— El desprendimiento cristiano.
— Nuestra esperanza está en el Señor.
I. Se acercó uno al Señor1 para pedirle          que interviniera en un          asunto de herencias. Por las palabras de Jesús, parece que este          hombre estaba          más preocupado por aquel problema de bienes materiales que          atento a la predicación          del Maestro. La cuestión planteada, ante el Mesías que les habla          del Reino de          Dios, da la impresión de ser al menos inoportuna. Jesús le          responderá: Hombre,            ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?          A continuación,          aprovecha la ocasión para advertir a todos: Estad alerta y            guardaos de toda            avaricia, porque aunque alguien tenga abundancia de bienes, su            vida no depende            de aquello que posee. Y para que quedara bien clara su          doctrina les expuso          una parábola. Las tierras de un hombre rico produjeron una gran          cosecha, hasta          tal punto que no cabía en los graneros, Entonces, el propietario          pensó que sus          días malos se habían acabado y que tenía segura su existencia.          Decidió destruir          los graneros y edificar otros más grandes, que pudieran          almacenar aquella          abundancia. Su horizonte terminaba en esto; se reducía a          descansar, comer,          beber y pasarlo bien, puesto que la vida se había mostrado          generosa con él. Se          olvidó –¡como tantos hombres!– de unos datos fundamentales: la          inseguridad de          la existencia aquí en la tierra y su brevedad. Puso su esperanza          en estas cosas          pasajeras y no consideró que todos estamos en camino hacia el          Cielo.
Dios se presentó de improviso en la vida de este          rico labrador que          parecía tener todo asegurado, y le dijo: Necio, esta misma            noche te reclaman            el alma; lo que has preparado, ¿para quién será? Así ocurre al            que atesora para            sí y no es rico ante Dios.
La necedad de este hombre consistió en haber puesto          su esperanza, su fin          último y la garantía de su seguridad en algo tan frágil y          pasajero como los          bienes de la tierra, por abundantes que sean. La legítima          aspiración de poseer          lo necesario para la vida, para la familia y su normal          desarrollo no debe          confundirse con el afán de tener más a toda costa.          Nuestro corazón ha de          estar en el Cielo, y la vida es un camino que hemos de recorrer.          Si el Señor es          nuestra esperanza, sabremos ser felices con muchos bienes o con          pocos. "Así,          pues, el tener más, lo mismo para los pueblos que para las          personas, no es el          fin último. Todo crecimiento tiene dos sentidos bien distintos.          Necesario para          permitir que el hombre sea más hombre, lo encierra en una          prisión desde el          momento en que se convierte en el bien supremo, que impide mirar          más allá.          Entonces los corazones se endurecen y los espíritus se cierran;          los hombres ya          no se unen por amistad, sino por interés, que pronto les hace          oponerse unos a          otros y desunirse. La búsqueda exclusiva del poseer se convierte          en un          obstáculo para el crecimiento del ser, y se opone a su verdadera          grandeza. Para          las naciones, como para las personas, la avaricia es la forma          más evidente de          un subdesarrollo moral"2. El amor desordenado ciega          la esperanza en          Dios, que se ve entonces como algo lejano y falto de interés. No          cometamos esa          necedad: no hay tesoro más grande que tener a Cristo.
II. La Sagrada Escritura nos amonesta con          frecuencia a tener nuestro          corazón en Dios: Tened dispuesto el ánimo, vivid con            sobriedad y poned            vuestra esperanza en la gracia que os ha traído la revelación            de Jesucristo3,          exhortaba San Pedro a los primeros cristianos. Y San Pablo          aconseja a Timoteo: A            los ricos de este mundo encárgales... que no pongan su            confianza en la            incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, que            abundantemente nos provee de            todo para que lo disfrutemos4. El mismo Apóstol          afirma que la          avaricia está en la raíz de los males y muchos, por dejarse            llevar de ella,            se extravían en la fe y se atormentan a sí mismos con muchos            dolores5.          La Iglesia lo sigue recordando en el momento presente: "Estén          todos atentos a          encauzar rectamente sus afectos, no sea que el uso de las cosas          del mundo, y un          apego a las riquezas contrario al espíritu de pobreza          evangélica, les impida la          prosecución de la caridad perfecta. Acordándose de la          advertencia del Apóstol: Los            que usan de este mundo no se detengan en eso, porque los            atractivos de este            mundo pasan (cfr. 1 Cor 7, 31)"6.
El desorden en el uso de los bienes materiales          puede provenir de la intención,          cuando se desean las riquezas por sí mismas, como si fueran          bienes absolutos;          de los medios que se emplean para adquirirlas,          buscándolas con ansiedad,          con posibles daños a terceros, a la propia salud, a la educación          de los hijos,          a la atención que requiere la familia... El desorden que da          lugar a la avaricia          puede estar también en la manera de usar de ellas: si se          emplean solo en          provecho propio, con tacañería, sin dar limosna.
El amor desordenado a los bienes materiales, pocos          o muchos, es un grave          obstáculo para seguir al Señor. El desprendimiento y el recto          uso de lo que se          posee, de aquello que es necesario para el sostenimiento de la          familia, de los          instrumentos de trabajo, de aquello que es lícito poseer para el          descanso, de          lo que se debe prever para el futuro –sin agobios, con la          confianza siempre          puesta en Dios–, es un medio para disponer el alma a los bienes          divinos. "Si          queréis actuar a toda hora como señores de vosotros mismos, os          aconsejo que          pongáis un empeño muy grande en estar desprendidos de todo, sin          miedo, sin          temores ni recelos. Después, al atender y al cumplir vuestras          obligaciones          personales, familiares... emplead los medios terrenos honestos          con rectitud, pensando          en el servicio a Dios, a la Iglesia, a los vuestros, a vuestra          tarea          profesional, a vuestro país, a la humanidad entera. Mirad que lo          importante no          se concreta en la materialidad de poseer esto o de carecer de lo          otro, sino en          conducirse de acuerdo con la verdad que nos enseña nuestra fe          cristiana: los          bienes creados son solo eso, medios. Por lo tanto, rechazad el          espejuelo de          considerarlos como algo definitivo"7.
Si estamos cerca de Cristo, poco nos bastará para          andar por la vida con          la alegría de los hijos de Dios. Si no nos acercamos a Él, nada          bastará para          llenar un corazón siempre insatisfecho.
III. "En cierta ocasión –cuenta un amigo          sacerdote–, hace ya muchos años          estaba pasando una corta temporada de prácticas militares en el          pueblo más alto          de Navarra. Estas prácticas las hacíamos aprovechando la pausa          de nuestros          estudios. Recuerdo que cuando estaba yo en aquel pueblecito          llamado Abaurrea,          se presentó allí un alférez nuevo, flamante. Se presentaba al          jefe para que le          dijera a qué unidad iba destinado. Volvió diciendo que el jefe          le había dicho          que tenía que ir a Jaurrieta y que, así, como sin darle          importancia, le había          insinuado que tenía que tomar un caballo e irse en él (...). El          nuevo estaba          muy inquieto y toda la cena estuvo hablando del caballo,          preguntando cosas,          pidiendo algún consejo práctico. Entonces, uno de los que había          allí dijo:
"—Tú lo que tienes que hacer es montarte sereno,          con tranquilidad y que          no se dé cuenta el caballo de que es la primera vez que montas.          Esto es lo          decisivo (...).
"Al día siguiente, por la mañana, muy temprano,          estaban en la puerta,          esperando al oficial recién incorporado, un soldado con su          caballo y con otra          cabalgadura para llevar la maleta, El alférez montó en el          caballo y, por lo          visto, el caballo se dio cuenta en el acto de que era la primera          vez que          montaba, porque, sin más, se lanzó a una especie de pequeño          trote, con cara de          alarma del alférez. El caballo se paró cuando quiso, y se puso a          comer en uno          de los lados de la carretera... por más que el alférez tiraba de          las riendas          inútilmente. Cuando el caballo lo creyó oportuno, se puso de          nuevo a caminar          por la carretera y, de cuando en cuando, se paraba; luego daba          un trotecito,          mientras el jinete miraba a los lados, con cara de susto. En          esta situación          venían en dirección contraria un equipo de Ingenieros que estaba          enrollando un          cable, para un tendido de luz. Y entonces los del cable le          preguntaron:
"—¿Tú, a dónde vas? Y dijo el jinete con gran          verdad y con una filosofía          verdaderamente realista:
"—¿Yo? Yo iba a Jaurrieta; lo que no sé es dónde va          este caballo...          (...).
"Quizá también si a nosotros se nos preguntase de          sopetón: "¿Tú a dónde          vas?", podríamos decir: "Yo, yo iba al amor, yo iba a la verdad,          yo iba a la          alegría; pero no sé dónde me está llevando la vida""8.
¡Qué estupendo sería –si alguien nos preguntara,          "¿tú a dónde vas?"–          poder decir: Yo voy a Dios, con el trabajo, con las dificultades          de la vida,          con la enfermedad quizá!... ¡este es el objetivo, donde han de          llevarnos los          bienes de la tierra, la profesión.... ¡todo! ¡Qué pena si          hubiéramos          constituido en un bien absoluto, lo que solo debe ser un medio!          Examinemos hoy          al terminar nuestra oración si la profesión es un medio para          encontrar a Dios,          si los bienes, cualesquiera que sean, nos ayudan a ser          mejores...
Jesucristo nos enseña continuamente que el objeto          de la esperanza          cristiana no son los bienes terrenos, que la herrumbre y la            polilla corroen            y los ladrones desentierran y roban9, sino los          tesoros de la herencia            incorruptible. Cristo mismo es nuestra única esperanza10.          Nada más puede llenar nuestro corazón. Y junto a Él,          encontraremos todos los          bienes prometidos, que no tienen fin. Los mismos medios          materiales pueden ser          objeto de la virtud de la esperanza en la medida en que sirvan          para alcanzar el          fin humano y el fin sobrenatural del hombre. Solo son eso:          medios. No los          convirtamos en fines.
Nuestra Señora, Esperanza nuestra, nos          ayudará a poner el corazón          en los bienes que perduran, ¡en Cristo!, si acudimos a Ella con          confianza. Sancta            Maria, Spes nostra, ora pro nobis.
1 Lc          12, 13-21. — 2 Pablo          VI, Enc. Populorum            progressio, 26-III-1967, 19. — 3 1 Pdr 1,          13. — 4 1            Tim 6, 17. — 5 1 Tim 6, 10. — 6          Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 42. — 7          San Josemaría Escrivá, Amigos            de Dios, 118. — 8 A. G. Dorronsoro, Tiempo            para creer, pp.          111-112. — 9 Mt 6, 19. — 10 1 Tim          1, 1.
___________________________________________________________________________________________
† Santoral               (si          GoogleGroups corta el texto,          lo encontrará en www.iesvs.org)
Honorio,            Santo Abad, Octubre 20   
              
 Abad              Fregenal de la Sierra (Badajoz) remonta                    sus orígenes hacia el 580 antes de Cristo, cuando la                    poblaron los celtas de la Lusitania, llamándola                    Nertóbriga.   |           
___________________________________________________________________________________________
Irene            de Tancor, Santa Religiosa,          Octubre 20   
              
 Religiosa              Etimología: Irene = Aquella                        que trae la paz. Viene de la lengua griega.  |           
___________________________________________________________________________________________
María            Bertila, Santa Biografía          20 de octubre   
              
 Octubre 20               Etimológicamente                  significa " princesa de las aguas", en lengua siria;                  "espejo" en lengua hebrea.  |           
___________________________________________________________________________________________
Leopardo,            Santo Obispo, 20 de octubre   
              
 Octubre 20                |           
___________________________________________________________________________________________
Aurora,            Santa Biografía, 20 de octubre   
              Octubre 20               Etimológicamente                  significa " "brillante". Viene de la lengua latina y                  tiene un origen indo-europeo.  |           
___________________________________________________________________________________________
Fuente:            Franciscanos.net 
        Jacobo de Strepa, Beato Obispo, 20 Octubre   
              
 Obispo de la Primera Orden              
  |           
___________________________________________________________________________________________
Fuente:            Vatican.va 
        Jakob Kern, Beato Sacerdote, 20 Octubre   
              
 Francisco Alejandro Kern, nació en Viena,                    Austria, el 11 de abril de 1897, provenía de una                    modesta familia vienesa de obreros. La primera guerra                    mundial le impidió bruscamente proseguir sus estudios                    en el seminario menor de Hollabrunn.  |           
___________________________________________________________________________________________
Jerzy            Popieluszko, Beato Sacerdote y          Mártir, 20 de octubre            
              
 Sacerdote                  y Mártir              En los alrededores de Wloclawek                      (Polonia), Beato Jerzy Popieluszko, sacerdote                      diocesano asesinado por odio a la fe. (†                      1984) Jerzy Popiełuszko nació el 14 de                    septiembre de 1947 en Okopy cerca de Suchowola                    (Polonia), fue un sacerdote católico, asociado con el                    sindicato Solidaridad. Fue asesinado por la agencia de                    inteligencia interna comunista operada por los                    soviéticos, la Służba Bezpieczeństwa.  |           
___________________________________________________________________________________________
Fuentes:          IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com,          Catholic.net
Mensajes          anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/ 
Si NO desea          el evangelio, santoral y          meditación diaria y sólo artículos interesantes censurados por          la prensa (la          mayoría), unos 4 por semana escriba a: ave-maria-purisima+subscribe@googlegroups.com (responder          el mensaje de confirmación).
Para          de-suscribirse escribir desde su          casilla de email a:
Evangelio+unsubscribe@googlegroups.com
Si no se          desuscribe es porque recibe el          mensaje en su otro email que le reenvía al actual: debe escribir          desde ese otro          email.







