JMJ
Pax
† Lectura del              santo Evangelio según san              Lucas 6, 12-16
Gloria a ti,              Señor.
Por aquellos            días, Jesús se retiró a la            montaña a orar y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando            se hizo de día,            llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio            el nombre de            apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano            Andrés; Santiago,            Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, 
            Santiago el hijo de Alfeo, Simón, llamado el Fanático; Judas,            el hijo de            Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti, Jesús Señor.
Suplicamos tu              oración: Esto es            gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al            menos un Avemaría de            corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena            eres de Gracia, el            Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y            bendito es el fruto            de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por            nosotros pecadores,            ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en            tus intenciones de            Misa! 
Aclaración: una            relación muere sin comunicación y            comunidad-comunión. Con Dios es            igual: las "palabras            de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37)            son fuente de vida espiritual            (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es            necesario visitarse,            y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente            en la Eucaristía,            que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer            la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO            (Dios) a            Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a)            co-reparamos el daño que            hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los            Corazones de Jesús y            de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c)            agradecemos y d)            pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la            salvación del            mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no            ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película            completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación:            http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se              apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo?              Jesús está aquí y lo              ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía:              "si no coméis la carne del                Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en                vosotros"              (Jn 6,53; 1 Jn              5,12). Si comulgamos              en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno              (común-unión) con el Amor y              renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas              del Cordero              (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo              que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su              Sangre por nuestros              pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente              sin Amor: si una              novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del              Novio para              siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar.              Idolatramos aquello              que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía,              flojera). Por eso, es              pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y              fiestas (Catecismo              2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts              2,15). ¿Qué              pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo,              pero no quiero              verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama              realmente? Estamos en              el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr              la santidad, la              perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es              posible, diaria,              como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en              la tierra (Canon              904). Antes de              comulgar debemos confesar todos los pecados              mortales: "quien come y bebe                sin discernir el Cuerpo,                come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm              14,23). ¿Otros              pecados mortales? no confesarse con el              Sacerdote al menos una vez al              año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920),              abortar (todos              los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos),              promover el aborto              (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación              artificial),              planificación natural sin causa grave, deseo o actividad              sexual fuera del matrimonio              por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón,              borrachera, drogas, comer              a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver              pornografía, robo              importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no              ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos              sorprende la muerte              sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno              (Catecismo 1033-41;              Mt. 5,22; 10,              28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos              son pecados              mortales objetivamente,              pero subjetivamente,              pueden ser menos graves,              si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo              sabes, ya no hay              excusa.
† Misal
San            Simón y San Judas, Apost            (28 oct) 
        Antífona              de Entrada
        Estos santos varones han                sido escogidos por Dios en su                infinito amor y han recibido de él la gloria eterna.
Oración Colecta
        Oremos:
              Dios nuestro, que nos has dado a conocer a tu Hijo por              intercesión de los              santos apóstoles Simón y Judas; haz que nosotros amemos cada              día más a Cristo,              y que cada vez mayor número de pueblos lo conozcan. 
              El, que vive y reina contigo...
              Amén.
Primera Lectura
        Están                edificados sobre el cimiento de los apóstoles
Lectura                de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 19-22
Hermanos:              Ya no son extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos del              pueblo de Dios y              miembros de la familia de Dios. Están edificados sobre el              cimiento de los              apóstoles y profetas y el mismo Cristo Jesús es la piedra              angular. Por él todo              el edificio queda ensamblado y se va levantando hasta formar              un 
              templo consagrado al Señor. Por él también ustedes se van              integrando en la              construcción, hasta llegar a ser morada de Dios, por el              Espíritu.
              Palabra de Dios.
              Te alabamos, Señor.
Salmo              Responsorial
        Sal 18, 2-3.4-5
El mensaje del Señor llega                a toda la tierra.
Los              cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia              la obra de sus              manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se              lo trasmite a la              otra noche.
              El mensaje del Señor llega a toda la tierra.
Sin              que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda              la tierra llega su              sonido y su mensaje hasta el fin del mundo.
              El mensaje del Señor llega a toda la tierra.
Aclamación              Antes del Evangelio
        Aleluya,                aleluya.
              Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra              alabanza. A ti, Señor, te              alaba el coro celestial de los apóstoles. 
              Aleluya.
Evangelio
        Eligió                a doce de ellos y los nombró apóstoles
†                Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 12-16
Gloria                a ti, Señor.
Por              aquellos días, Jesús se retiró a              la montaña a orar y se pasó la noche en oración con Dios.              Cuando se hizo de              día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y              les dio el nombre              de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano              Andrés; Santiago,              Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, 
              Santiago el hijo de Alfeo, Simón, llamado el Fanático;              Judas, el hijo de              Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
              Palabra del Señor.
              Gloria a ti, Jesús Señor.
Oración de los Fieles
        Celebrante:
              Imploremos, hermanos y hermanas, la misericordia del Señor              en este día en el que              los bienaventurados apóstoles san Simón y san Judas,              siguiendo el ejemplo de su              Maestro, derramaron su sangre para dar testimonio de la              verdad, y pidámosle por              las necesidades de todos los seres humanos.
              (Respondemos a cada petición: Señor, ten piedad).
Para              que 
              Señor, ten piedad.
Para              que Dios transforme nuestro mundo y haga surgir aquel cielo              nuevo y aquella              tierra nueva que anunciaron los apóstoles de Jesucristo,              roguemos al Señor.
              Señor, ten piedad.
Para              que la luz de la fe dé coraje a los que sufren, y la              esperanza en el reino              anunciado por los apóstoles disminuya los sufrimientos de              los que lloran, roguemos              al Señor.
              Señor, ten piedad.
Para              que a nosotros, reunidos hoy para celebrar el martirio de              san Simón y san              Judas, nos conceda docilidad hacia los obispos de 
              Señor, ten piedad.
Celebrante:
              Escucha, Señor, la oración de tu Iglesia y concede tu              Espíritu en abundancia a              los que has dado la misión de extender por todo el mundo la              doctrina apostólica              que ilumina y salva.
              Por Jesucristo, nuestro Señor.
              Amén.
Oración sobre las Ofrendas
        Acepta,              Señor, los dones que te              presentamos en la fiesta de tus santos apóstoles Simón y              Judas; y reaviva nuestra              fe para que podamos celebrar dignamente tu Eucaristía. 
              Por Jesucristo, Señor nuestro.
              Amén.
Prefacio
        Los                apóstoles, pastores del pueblo de Dios
En              verdad es justo y necesario, es              nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo              lugar, Señor, Padre              santo, Dios todopoderoso, Pastor eterno.
              Porque no abandonas nunca a tu rebaño, sino que, por medio              de los santos              apóstoles, lo proteges y conservas, y quieres que tenga              siempre por guía la              palabra de aquellos mismos pastores a quienes tu Hijo dio la              misión de anunciar              el Evangelio.
              Por eso, 
              con los ángeles y arcángeles y con todos los coros              celestiales, cantamos sin              cesar el himno de tu gloria:
Antífona              de la Comunión 
        Si alguno me ama, cumplirá                mis mandamientos, dice el                Señor; mi Padre lo amará, vendremos a él y haremos en él                nuestra morada.
Oración después de la Comunión 
        Oremos:
              Tú, que nos has hecho participar del Cuerpo y de 
            Por  Jesucristo,              nuestro Señor.
              Amén
† Meditación            diaria
28            de octubre
SAN            SIMÓN Y SAN JUDAS,
APÓSTOLES*
Fiesta
—            Los Apóstoles no buscaron su            gloria personal, sino llevar a todos el mensaje de Cristo.
— La            fe de los Apóstoles y nuestra            fe.
—            Amor a Jesús para seguirle de            cerca.
I.            El Señor, que no tenía            necesidad de que nadie diera testimonio de Él1, quiso, sin            embargo, elegir a            los Apóstoles para que fueran compañeros en su vida y            continuadores de su obra            después de su muerte. En las primeras expresiones del arte            cristiano nos            encontramos con frecuencia a Jesús rodeado por los Doce,            formando con Él una familia            inseparable. No eran estos discípulos de la clase influyente            de Israel ni del            grupo sacerdotal de Jerusalén. No eran filósofos, sino gentes            sencillas. "Es            una eterna maravilla ver cómo estos hombres extendieron por el            mundo un mensaje            opuesto radicalmente en sus líneas esenciales al pensamiento            de los hombres de            su tiempo, ¡y desgraciadamente, también al de los del            nuestro!"2.
Con            frecuencia manifiesta el            Evangelio el dolor de Jesús por la falta de comprensión de            aquellos a quienes            confiaba sus pensamientos más íntimos: ¿Aún estáis sin            conocimiento ni            inteligencia? ¿Aún está vuestro corazón cegado? ¿Tenéis ojos y            no veis? ¿Tenéis            oídos y no oís?3. "No eran cultos, ni siquiera muy            inteligentes, al menos en lo            que se refiere a las realidades sobrenaturales. Incluso los            ejemplos y las            comparaciones más sencillas les resultaban incomprensibles, y            acudían al            Maestro: Domine, edissere nobis parabolam (Mt 13, 36), Señor,            explícanos la            parábola. Cuando Jesús, con una imagen, alude al fermento de            los fariseos,            entienden que les está recriminando por no haber comprado pan            (cfr. Mt 16, 67)            (...). Estos eran los Discípulos elegidos por el Señor; así            los escoge Cristo;            así aparecían antes de que, llenos del Espíritu Santo, se            convirtieran en            columnas de 
Los            Apóstoles elegidos por el            Señor eran muy diferentes entre sí; sin embargo, todos            manifiestan una fe, un            mensaje... No debe sorprendernos que nos hayan llegado tan            pocas noticias de la            mayoría de ellos, pues lo que les importaba era dar un            testimonio cierto sobre            Jesús y la doctrina que de Él recibieron: son el "sobre", cuya            única misión es            la de transmitir el papel donde va escrito el mensaje, en            imagen alguna vez            utilizada por San Josemaría Escrivá para hablar de la            humildad; solo desean ser            instrumentos delante del Señor: lo importante es el mensaje,            no el sobre.
De            los dos grandes Apóstoles,            Simón y Judas Tadeo, cuya fiesta celebramos hoy, apenas nos            han llegado unas            pocas noticias: de Simón solo sabemos con certeza que fue            elegido expresamente            por el Señor para formar parte de los Doce; de Judas Tadeo            conocemos además que            era pariente del Señor, que formuló a Jesús una pregunta en la            Última Cena            Señor, ¿qué ha pasado para que te vayas a manifestar a            nosotros y no al            mundo?5- y que, según la tradición eclesiástica, es el autor            de una de las            Epístolas católicas. Desconocemos dónde fueron enterrados sus            cuerpos y no            sabemos bien las tierras que evangelizaron. No se preocuparon            de llevar a cabo            una tarea en la que sobresalieran sus dotes personales, sus            conquistas            apostólicas, los sufrimientos que padecieron por el Maestro.            Por el contrario,            procuraron pasar ocultos y dar a conocer a Cristo. En esto            hallaron la plenitud            y el sentido de sus vidas. Y, a pesar de sus condiciones            humanas, escasas para            la misión para la que fueron elegidos, llegaron a ser la            alegría de Dios en el            mundo.
Nosotros            podemos aprender a            encontrar la felicidad en cumplir, calladamente, la labor y la            misión que el            Señor nos ha encomendado en la vida. "Te aconsejo que no            busques la alabanza            propia, ni siquiera la que merecerías: es mejor pasar oculto,            y que lo más            hermoso y noble de nuestra actividad, de nuestra vida, quede            escondido... ¡Qué            grande es este hacerse pequeños!: "Deo omnis gloria!" toda la            gloria, para            Dios"6.
Así            seremos verdaderamente            eficaces, pues "cuando se trabaja única y exclusivamente por            la gloria de Dios,            todo se hace con naturalidad, sencillamente, como quien tiene            prisa y no puede            detenerse en "mayores manifestaciones", para no perder ese            trato irrepetible e            incomparable- con el Señor"7. "Como quien tiene prisa", así            hemos de pasar de            una labor a otra, sin detenernos demasiado en consideraciones            personales.
II.            Los Apóstoles fueron testigos            de la vida y de las enseñanzas de Jesús, y nos transmitieron            con toda fidelidad            la doctrina que habían oído y los hechos que habían visto. No            se dedicaron a            difundir teorías personales, ni remedios sacados de la propia            experiencia: Os            hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor            Jesucristo, no            siguiendo fábulas ingeniosas, sino porque hemos sido testigos            oculares de su            majestad8, escribe San Pedro. San Juan nos dice con            insistencia: Lo que existía            desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con            nuestros ojos, lo            que contemplamos y palparon nuestras manos acerca del Verbo de            
La            voz de los Apóstoles es el eco            diáfano de las enseñanzas de Jesús, que resonará hasta el fin            de los siglos: su            corazón y sus labios desbordan veneración y respeto por sus            palabras y por su            Persona. Un amor que hace exclamar a Pedro y a Juan, ante las            amenazas del            Sanedrín: nosotros no podemos dejar de decir de lo que hemos            visto y oído12.
Esa            misma fe es la que, de            generación en generación, custodiada por el Magisterio de 
Muchos            siglos nos separan de los            Apóstoles que hoy celebramos. Sin embargo, 
III.            Simón y Judas Tadeo, como el            resto de los Apóstoles, tuvieron la inmensa suerte de aprender            de labios del            Maestro la doctrina que luego enseñaron. Compartieron con Él            alegrías y            tristezas. ¡Qué santa envidia les tenemos! Muchas cosas las            aprendieron en la            intimidad de su conversación para transmitirlas luego a los            demás: Lo que os he            susurrado al oído, predicadlo por encima de los tejados15.            Ningún milagro les            había de pasar inadvertido, ninguna lágrima y ninguna sonrisa            dejaría de tener            importancia. Son los testigos, los transmisores. Los Doce            consideraban esta            íntima unión con el Maestro tan esencial que cuando han de            completar el número,            después de la defección de Judas, pusieron una única condición            indispensable:            Es necesario, por tanto, que de los hombres que nos han            acompañado todo el            tiempo en que el Señor Jesús vivió con nosotros, empezando            desde el bautismo de            Juan hasta el día en que partió de entre nosotros, uno de            ellos sea constituido            con nosotros testigo de su Resurrección16.
Estos            hombres estuvieron con Jesús            en las fatigas del apostolado, en el descanso cuando Él les            enseñaba con voz            pausada los misterios del Reino, en las caminatas agotadoras            bajo el sol...            Compartieron con Él las alegrías cuando las gentes respondían            a su predicación,            y las penas al ver la falta de generosidad de otros para            seguir al Maestro.            "¡Con qué intimidad se confiaban a Él, como a un padre, como a            un amigo, casi            como a su propia alma! Le conocían por su noble porte, por el            cálido tono de su            voz, por su manera de partir el pan. Se sentían inundados de            luz y estremecidos            de alegría, cuando sus ojos profundos se posaban sobre ellos y            la voz de Él            vibraba en sus oídos. Enrojecían, cuando los reprendía por su            pobreza de            espíritu, y cuando los corregía, humillaban sus rostros            curtidos por los años            como niños atrapados en una falta... Se sentían profundamente            impresionados,            cuando les hablaba una y otra vez de su Pasión. Amaban a su            Maestro, y le            seguían no solo porque querían aprender sus doctrinas, sino            sobre todo porque            le amaban"17.
Pidamos            hoy a estos Santos            Apóstoles, Simón y Judas, que nos ayuden a conocer y a amar            cada día más al Maestro,            al mismo que ellos siguieron un día, y que fue el centro sobre            el que se            orientó toda su vida.
1 Jn            2, 25. — 2 O. Hophan, Los            Apóstoles, p. 16. — 3 Mc 8, 17. — 4 San Josemaría Escrivá, Es            Cristo que pasa,            2. — 5 Jn 14, 22. — 6 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 1051. —            7 ídem, Surco,            n. 555. — 8 2 Pdr 1, 16. — 9 1 Jn 1, 1. — 10 Jn 1, 1-3. — 11            Hech 2, 42. — 12            Hech 4, 20. — 13 San Atanasio, Carta I a Serapión, 28. — 14 O.            Hophan, o. c.,            pp. 46-47. — 15 Mt 10, 27. — 16 Hech 1, 21. — 17 O. Hophan, o.            c., p. 25.
*            Simón, llamado también Zelotes            quizá por haber pertenecido al partido judío de los celadores            de la ley, era natural            de Caná de Galilea. Judas, de sobrenombre Tadeo (el valiente),            es señalado            explícitamente desde antiguo, por la tradición eclesiástica,            como autor de 
30ª            semana. Martes
DE DIOS
— El            sentido de nuestra filiación            divina.
— Hijos en            el Hijo.
—            Consecuencias de la filiación            divina.
I. En el            Salmo II leemos estas            palabras, que se aplican al Mesías en primer término: A mí me            ha dicho el            Señor: Tú eres mi hijo; Yo te he engendrado hoy1. Desde la            eternidad, el Padre            engendra al Hijo, y todo el ser de 
Para que            exista una filiación, en el            sentido preciso de la palabra, se requiere igualdad de            naturaleza3. Por eso,            solo Jesucristo es el Unigénito del Padre. En sentido amplio            puede decirse que            todas las criaturas, especialmente las espirituales, son hijas            de Dios, aunque            con una filiación muy imperfecta, pues su semejanza con el            Creador no es, de            ningún modo, identidad de naturaleza.
Sin            embargo, con el Bautismo se            produjo en nuestra alma una regeneración, un nuevo nacimiento,            una elevación            sobrenatural, que nos hizo partícipes de la naturaleza divina.            Esta elevación sobrenatural            dio origen a una filiación divina inmensamente superior a la            filiación humana            propia de cada criatura. San Juan, en el prólogo de su            Evangelio, nos enseña            que a cuantos le recibieron (a Cristo) dioles poder para ser            hijos de Dios, a            los que creen en su nombre, que no han nacido de la sangre, ni            de la voluntad            de la carne, ni del querer del hombre, sino de Dios4. "El Hijo            de Dios se hizo            hombre –explica San Atanasio– para que los hijos del hombre,            los hijos de Adán,            se hicieran hijos de Dios (...). Él es el Hijo de Dios por            naturaleza;            nosotros, por gracia"5.
La            filiación divina ocupa un lugar            central en el mensaje de Jesucristo y es una enseñanza            continua en la predicación            de 
Las            palabras que desde la eternidad            aplica el Padre a su Unigénito, nos las apropia ahora a            nosotros. A cada uno            nos dice: Tú eres mi hijo; Yo te he engendrado hoy. Este hoy            es nuestra vida            terrena, pues Dios nos da cada día este nuevo ser. "Nos dice:            tú eres mi hijo.            No un extraño, no un siervo benévolamente tratado, no un            amigo, que ya sería            mucho. ¡Hijo! Nos concede vía libre para que vivamos con Él la            piedad del hijo            y, me atrevería a afirmar, también la desvergüenza del hijo de            un Padre, que es            incapaz de negarle nada"9.
II. Tú            eres mi hijo...
El Señor            habló constantemente de esta            realidad a sus discípulos. Unas veces directamente,            enseñándoles a dirigirse a            Dios como Padre10, señalándoles la santidad como imitación            filial del            Padre11...; y también por medio de numerosas parábolas, en las            que Dios es            representado por la figura del padre12.
La            filiación divina no consiste solo            en que Dios haya querido tratarnos como un padre a sus hijos y            que nosotros nos            dirijamos a Él con la confianza de los
hijos. No            es un simple grado mayor en            la línea de esas filiaciones que en sentido amplio tienen            todas las criaturas            respecto a Dios, según su mayor o menor semejanza con el            Creador. Esto ya sería            un inmenso don, pero el amor de Dios ha llegado mucho más            lejos, haciéndonos            realmente hijos suyos. Mientras aquellas filiaciones son en            realidad modos de            expresión, nuestra filiación divina lo es en sentido estricto,            aunque nunca            será como la filiación de Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios.            Para el hombre no            puede haber nada más grande, impensable e inalcanzable que            esta relación            filial13.
La nuestra            es una participación de la            plena filiación exclusiva y constitutiva de 
La            filiación divina ha de estar            presente en todos los momentos del día, pero se ha de poner            especialmente de            manifiesto si alguna vez sentimos con más fuerza la dureza de            la vida. "Parece            que el mundo se te viene encima. A tu alrededor no se            vislumbra una salida.            Imposible, esta vez, superar las dificultades.
"Pero, ¿me            has vuelto a olvidar que            Dios es tu Padre?: omnipotente, infinitamente sabio,            misericordioso. Él no            puede enviarte nada malo. Eso que te preocupa, te conviene,            aunque los ojos            tuyos de carne estén ahora ciegos.
"Omnia in            bonum! ¡Señor, que otra vez            y siempre se cumpla tu sapientísima Voluntad!"18.
III. La            filiación divina no es un            aspecto más, entre otros, del ser cristianos: de algún modo            abarca todos los demás.            No es propiamente una virtud que tenga sus actos particulares,            sino una            condición permanente del bautizado que vive su vocación. La            piedad que nace de            esta nueva condición del hombre que sigue los pasos de Cristo            "es una actitud            profunda del alma, que acaba por informar la existencia            entera: está presente            en todos los pensamientos, en todos los deseos, en todos los            afectos"19. Si            atendemos al designio divino, podemos decir que todos los            dones y gracias nos            han sido dados para constituirnos en hijos de Dios, en            imitadores del Hijo            hasta llegar a ser alter Christus, ipse Christus20. Cada vez            hemos de            parecernos más a Él. Nuestra vida debe reflejar la suya. Por            eso, la filiación            divina debe ser muy frecuentemente motivo de nuestra oración y            de nuestra            consideración; así nuestra alma se llenará de paz en medio de            las mayores            tentaciones o contradicciones, pues viviremos abandonados en            las manos de Dios.            Un abandono que no nos eximirá del empeño por mejorar, ni de            poner todos los            medios humanos a nuestro alcance cuando surjan la enfermedad,            la penuria            económica, la soledad... La vida de los santos, aun en medio            de muchas pruebas,            estuvo siempre llena de alegría, como debe estar colmada la            nuestra.
La            filiación divina es también            fundamento de la fraternidad cristiana, que está muy por            encima del vínculo de            solidaridad que existe entre los hombres. En los demás hemos            de ver a hijos de            Dios, hermanos de Jesucristo, llamados a un destino            sobrenatural. De esta            manera nos será fácil prestarles esas pequeñas ayudas diarias            que todos            necesitamos unos de otros, y, sobre todo, les facilitaremos            siempre el camino            que lleva al Padre común.
Nuestra            Madre Santa María nos            enseñará a saborear esas palabras del Salmo II, que leíamos al            comienzo de la            meditación, como dirigidas a cada uno de nosotros: Tú eres mi            hijo; Yo te he            engendrado hoy.
1 Sal 2,            7. — 2 Cfr. Juan Pablo II,            Audiencia general 16-X-1985. — 3 Cfr. Santo Tomás, Suma            Teológica, 3, q. 
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† Santoral               (si            GoogleGroups corta el texto,            lo encontrará en www.iesvs.org)
San              Simón y San Judas Tadeo
San Judas            Tadeo es uno de los santos más            populares, a causa de los numerosos favores celestiales que            consigue a sus            devotos que le rezan con fe. En Alemania, Italia, América y            muchos sitios más,            tiene numerosos devotos que consiguen por su intercesión            admirable ayuda de            Dios, especialmente en cuanto a conseguir empleo, casa u otros            beneficios.
Santa            Brígida cuenta en sus Revelaciones            que Nuestro Señor le recomendó que cuando deseara conseguir            ciertos favores los            pidiera por medio de San Judas Tadeo. Judas es una palabra            hebrea que significa:            "alabanzas sean dadas a Dios".
Tadeo            quiere decir: "valiente para            proclamar su fe".
Simón            significa: "Dios ha oído mi            súplica".
A San            Simón y San Judas Tadeo se les            celebra la fiesta en un mismo día porque según una antigua            tradición los dos            iban siempre juntos  todas partes a predican la Palabra de            Dios. Ambos            fueron llamados por Jesús para formar parte del grupo de sus            12 escogidos o            apóstoles. Ambos recibieron el Espíritu Santo en forma de            lenguas de fuego el            día de Pentecostés y presenciaron los milagros de Jesús en            Galilea y Judea y            oyeron sus sermones; le vieron ya resucitado y hablaron con Él            después de su            santa muerte en la Cruz, le vieron luego de Su gloriosa             resurrección y            fueron testigos prescenciales Su ascensión al cielo.
A Judas se            le llama Tadeo para            diferenciarlo de Judas Iscariote que fue el que entregó a            Jesús.
San Judas            Tadeo escribió una de las            Cartas del Nuevo Testamento. En la misma, ataca a los            gnósticos y dice que los            que tienen fe pero no hacenbuenas obras son como nubes que no            tienen agua,            árboles sin fruto, y olas con sólo espumas, y que los que se            dedican a los            pecados de impureza y a hacer actos contrarios a la            naturaleza, sufrirán la            pena del fuego eterno.
La antigua            tradición cuenta que a San            Simón lo mataron aserrándolo por medio  y, a San Judas Tadeo,            cortándole            la cabeza de un hachazo. A San Judas le pintan muchas veces            con un hacha en la            mano.  
Apóstol            de los Necesitados 
Meditación 
San Judas            Tadeo estaba íntimamente            relacionado con nuestro Señor por su parentesco con San            Joaquín y Santa Ana,            padres de la Santísima Virgen. Sobrino nieto de estos dos            santos, es a la vez            sobrino de María y José, de donde resulta ser primo de nuestro            Señor.
Judas es            hermano del Apóstol Santiago el            Menor. Tenía otros dos hermanos a quienes llama el Evangelio            "hermanos"            de Jesús. Cuando nuestro Señor regresó de Judea a Nazaret,            comenzó a enseñar en            la sinagoga. Las gentes que le oían estaban asombradas y            decían: ¿De dónde ha            llegado tanta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es            el hijo del            carpintero? ¿No se llama María su madre? ¿No son sus hermanos            Santiago, José,            Simón y Judas?" (Mt. 13,54)
En hebreo            no existe la palabra            "primos¨, por lo que conmunmente se emplea l palabra            "hermanos"            en sustitución. El padre de Judas era Cleofás. El nombre de su            madre era María,            que era pariente próxima de la Virgen Santísima. Ella también            permaneció junto            a la Cruz cuando murió Cristo. "Junto a la cruz de Jesús            estaba su madre,            María, María esposa de Cleofás, y María Magdalena" (Jn            19,25)Durante su            adolescencia y juventud, Judas sería compañero de Jesús.            Cuando Jesús comenzó            su vida pública, Judas dejo todo por seguirle. Como Apóstol,            trabajó con gran            celo por la conversión de los paganos. Fue misionero por toda            la Mesopotamia            durante diez años. Regresó a Jerusalén para el Concilio de los            Apóstoles.            Después se unió a Simón en Libia, donde los dos Apóstoles            predicaron el            Evangelio a los habitantes de aquel país.
Refiere la            tradición que Judas y Simón            sufrieron martirio en Suanis, ciudad de Persia, donde habían            trabajado como            misioneros. A Judas le dieron muerte con una cachiporra. Por            eso, se le            representa con una porra sobre la cabeza. Luego, le cortaron            la cabeza con un            hacha. Trasladaron su cuerpo a Roma y sus restos se veneran            ahora en la            Basílica de San Pedro.
San Judas            es conocido principalmente            como autor de la Carta de su nombre en el Nuevo Testamento.            Carta probablemente            escrita antes de la caída de Jerusalén, por los años 62 al 65.            En ella, Judas            denuncia las herejías de aquellos primeros tiempos y pone en            guardia a los            cristianos contra la seducción de las falsas doctrinas. Habla            del juicio que            amenaza a los herejes por su mala vida y condena los criterios            mundanos la            lujuria y " a quienes por interés adulan a la gente". Anima a            los            cristianos a permanecer firmes en la fe y les anuncia que            surgirán falsos            maestros, que se burlarán de la Religión, a quienes Dios en            cambio les tiene            reservada la condenación.
A la            soberbia de los malos contrapone la            humilde lealtad del Arcángel San Miguel. Anima a los            cristianos a levantar un            edificio espiritual llevando una vida fundada en la fe, amor            de Dios, esperanza            y oración. Alienta la práctica del amor al prójimo; exhorta a            los Cristianos a            que sean pacientes y con sus vida virtuosas conviertan a los            herejes.
Judas            concluye su carta con una oración            de alabanza a Dios por la Encarnación, pues por ella            Jesucristo, Palabra eterna            de Dios, tomó sobre sí nuestra naturaleza humana para            redimirnos.
La fiesta            de los Santos Simón y Judas se            celebra el 28 de octubre. 
Palabra                de Dios 
"En            verdad, en verdad os digo: el            que crea en Mí, hará él también las obras que yo hago, y hará            mayores aún,            porque yo voy al Padre".  - (Jn 14,12)"¨
"¿No es            éste el hijo del            carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos            Santiago, José, Simón y            Judas?".  – (Mt 13,55) 
"Pero            vosotros, queridos,            edificándoos sobre vuestra santísima fe y orando en el            Espíritu Santo,            manteneos en la caridad de Dios,  aguardando la  misericordia            de            nuestro Señor Jesucristo para vida eterna".  - (Judas              20-21) 
Oración                propia de la Novena 
Glorioso            San Judas Tadeo, por los            sublimes privilegios con que fuiste adornado durante tu vida;            en particular por            ser de la familia humana de Jesús y por haberte llamado Él a            ser Apóstol; por            la gloria que ahora disfrutas en el Cielo como recompensa de            tus trabajos            apostólicos y por tu martirio, obténme del Dador de todo bien            las gracias que            ahora necesito (mencione los favores que solicita). 
Que guarde            yo en mi corazón las            enseñanzas divinas que nos has dado  en tu carta: construir             el            edificio de mi santidad  sobre las bases de la santísima fe,            orando en            el  Espíritu Santo;  mante- ner en  el amor  de  Dios            y  esperando la  misericordia  de Jesucristo,  que            nos  llevará a la vida eterna; y procurar por todos los medios            ayudar a            quienes se desvíen. 
Que yo             alabe la  gloria            y  majestad,  el dominio y poder  de aquel que puede             preservar  de todo pecado y  presentarme si  mancha a             nuestro divino  Salvador,  Jesucristo  nuestro Señor.             Amén. 
Consagración                a San Judas 
San Judas,            Apóstol de Cristo y Mártir            glorioso, deseo honrarte con especial devoción. Te acojo como            mi patrón y            protector. Te encomiendo mi alma y mi cuerpo, todos mis            intereses espirituales            y temporales y asimismo los de mi familia. Te consagro mi            mente para que en            todo proceda a la luz de la fe; mi corazón para que lo guardes            puro y lleno de            amor a Jesús y María; mi voluntad para que, como la tuya, esté            siempre unida a            la voluntad de Dios.
Te suplico            me ayudes a dominar mis malas            inclinaciones y tentaciones evitando todas las ocasiones de            pecado. Obténme la            gracia de no ofender a Dios jamás, de cumplir fielmente con            todas las            obligaciones de mi estado de vida y practicar las virtudes            necesarias para            salvarme. 
Ruega  por            mi Santo Patrón y            auxilio mío, para que, inspirado con tu ejemplo y asistido por            tu            intercesión,  pueda llevar  una vida santa,  tener una             muerte dichosa y alcanzar la gloria del Cielo donde  se ama  y            da  gracias a  Dios eternamente.  Amén. 
Oración                final 
¡Oh Dios!            Tú diste a conocer tu nombre
por medio            de los Apóstoles,  
por            intercesión de San Judas, 
haz que tu            Iglesia continúe            fortaleciéndose
y aumente            el número de sus fieles.
Te lo            pedimos por Cristo nuestro            Señor. 
Amén.
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El Señor              de los Milagros: rostro de un              pueblo
        Por José              Antonio Benito Rodríguez
Aunque se            cuenta por millones a los devotos del Señor de los Milagros,            la historia de            esta devoción privilegia algunos nombres propios.
El            primero --aunque a la sombra del anonimato--, es el del pintor esclavo de Angola,            autor de la imagen. ¿Benito? ¿Pedro? Y cuantos otros negros            que acometieron la            acción de dedicar el muro al Señor Crucificado.
Otro            protagonista es el célebre jesuita padre                Francisco del Castillo, quien durante el            temblor de 1655            salió del Colegio de San Pablo de la Compañía hasta la Plaza            Mayor exhortando a            todos al arrepentimiento, repitiendo con los brazos            extendidos: Lima,                Lima, tus pecados son tu ruina. Sabemos            que un año antes, en 1654, el padre del Castillo había sido            designado como            Lector de Latín y obrero                de                negros y españoles. La misma tarde del            temblor, fue a prestar            auxilio a los necesitados y, al pasar por la Catedral comenzó            a seguirle la            gente, conocedora de su santidad y valimiento ante Dios. El            Padre aprovechó la            ocasión para predicarles.
El día            siguiente, domingo, como continuasen los temblores, se condujo            en procesión            desde la Capilla de Nuestra Señora de los Desamparados hasta            la Catedral la            imagen de Cristo Crucificado, que fue acompañada por unas            10.000            personas. La noticia de varios hechos milagrosos atribuidos a            la imagen            mural atrajo el interés del público, y la imagen comenzó a ser            conocida como el            «Señor de los Milagros».
Un            importante protagonista histórico es también Antonio                de León, quien            en 1670 siente la inclinación de cuidar la imagen y le levanta            un altar, al ser            curado milagrosamente de un tumor maligno. Esto da lugar a            reuniones de tipo            festivo y religioso, no del todo correctas para los cánones            litúrgicos, sino un            tanto desordenadas, motivando el que se decidiese borrar la            imagen y cerrar el            lugar de culto; al intentarlo, los tres pintores contratados            se desmayaban y se            sentían impotentes para conseguirlo. Esto sirvió para que el            Virrey, Conde de            Lemos, se llegase a visitar el lugar y decretase hacerlo más            decente.
Su            inauguración fue en la fiesta de la Exaltación de la Santa            Cruz del año 1671, y            en esos mismos días la autoridad arzobispal, a fin de dar            continuidad y            decencia al culto religioso, nombró como primer mayordomo a            don Juan                de Quevedo y Zárate. Una            de sus primeras funciones fue gestionar la compra de terrenos            a su propietario            y gran propulsor del culto al Señor de las maravillas, Diego Tebes Montalvo, la  que            tuvo lugar ante el escribano público Sebastián de Carvajal el            17 de            diciembre de 1671.
Contó,            además, con los constructores Diego                Maroto                y Manuel Escobar para la tarea de            encajonar el muro a fin            de brindarle mayor seguridad con cal, canto y ladrillo. Aunque            los adobes se            destrabaron no se dañó la parte de la Cruz.
En ese            mismo tiempo, 1672, el Virrey                Conde                de Lemos, mandó añadir las figuras del            Padre Eterno, el            Espíritu Santo, la Virgen y La Magdalena. El viernes 17 de            junio de 1678, a            pesar del violento terremoto, el muro no sufrió daño alguno.            El primer            mayordomo Quevedo falleció en el mes de abril.
El            segundo mayordomo fue Juan                González de Montoya quien mejoró la            capilla y mandó            construir el tabernáculo de madera al maestro Diego Aguirre            para la Virgen de            Gracia. Labró un marco de madera para el mural. Fue el gestor            y auspiciador de            las reuniones de los viernes. Solicitó del Rey Carlos III una            Cédula Real con            fecha 19 de abril de 1681 para autorizarlas.
Sebastián de Antuñano es el siguiente            destacado mayordomo y benefactor. En 1684, Antuñano se había            dirigido a la            ermita del Señor de los Milagros y, mientras contemplaba la            santa efigie, había            sentido una voz interior que le susurraba claramente:            «Sebastián, ven a hacerme            compañía y a cuidar del esplendor de mi culto». Puesto de            rodillas ante la            imagen, le había ofrecido un servicio incondicional hasta la            muerte. 
Terminadas            las obras, un violento terremoto asoló la ciudad de Lima,            Callao y las            localidades vecinas, sembrándolos  de muerte y ruinas, en la            madrugada del            20 de octubre de 1687. Por la tarde de aquel día, Sebastián de            Antuñano tuvo la            idea de sacar en procesión un lienzo que era copia del Cristo            del mural. Fue            así que se inició la primera procesión de las tradicionales            procesiones de            octubre del Señor de los Milagros de las  Nazarenas. 
Sebastián            de Antuñano, preocupado por mantener el culto del Cristo            Moreno después de su            fallecimiento, conoció a una fervorosa dama ecuatoriana de            Guayaquil, Antonia                Maldonado, quien            intentaba consolidar la fundación de un beaterio. Había nacido            el 12 de            diciembre de 1646 y, muerto su padre, se había instalado con            su madre en el            puerto del Callao. Se casó aquí con Alonso Quintanilla, pero,            después de            algunos años de matrimonio vivido en castidad, conscientes de            que el Señor les            había destinado para una vocación especial, convinieron en            separarse.
Antonia            de Maldonado decidió entregarse al culto del Cristo y fundó el            Beaterio, y            posteriormente Monasterio de las Nazarenas, adscrito al santo            Cristo, a            comienzos del Siglo XVIII. Luego estas observarían las            Constituciones de            las Carmelitas Descalzas y vivirían como nazarenas.
Su            sucesora, la Madre Josefa  de                la Providencia fue la que transformó el            beaterio de las            Nazarenas en monasterio de Carmelitas Descalzas. Para            conseguir las            autorizaciones necesarias tropezó con infinidad de            contratiempos, pero sobre            todo con dos: carecer de renta suficiente para sustento de las            religiosas y            estar la ciudad de Lima saturada de monasterios. Lo primero            fue resuelto            gracias al dominico Fray                Alonso                de Bullán, que le consiguió la suma            necesaria; y, lo            segundo, con los informes positivos evacuados por el Cabildo            de la Ciudad y por            el arzobispo Soloaga. Pero, dadas las características            peculiares del futuro            monasterio carmelitano, era necesario obtener también un Breve            del Papa.
Fue el            Padre dominico Juan                de                Gazitúa, quien viajaba a Roma por negocios            de la Orden, el            encargado de hacer las gestiones para obtener el documento            pontificio. El 27 de            agosto de 1727, Benedicto XIII otorgó el Breve solicitado.
Las Madres Carmelitas Nazarenas han sido y son el            alma de este culto multisecular. Se guardan en su archivo los            registros de las            profesiones, las dotes, los testimonios de su fervorosa            dedicación, los            documentos del proceso de beatificación de Madre Antonia            Lucía. Su carisma no            es otro que el de la Orden carmelitana descalza, muy            sintonizada desde Santa            Teresa con la devoción al Cristo llagado y crucificado. Además            de su permanente            vida inmolada desde la clausura, las Madres Carmelitas            Nazarenas acometen una            decidida obra social a través del comedor de niños, ancianos y            familias pobres.
Allí se sirve a diario unas 250 raciones              de desayuno (de 7 a 9.30 de la              mañana) y almuerzo para los niños, así como cerca de 80              raciones para ancianos              y otras 80 familias en el Comedor de Jirón Emancipación 594.              Y tienen un              Dispensario médico donde se atiende gratuitamente a diario              en las tardes, con la              ayuda de cuatro médicos. 
Cirila,              Santa            Mártir, 28 de octubre   
|                  Mártir Octubre 28  Etimológicamente                    significa "entrega al Señor" o "señora". Viene de la                    lengua griega y persa. Hay creyentes en                    este tercer milenio que se avergüenzan de anunciar el                    Evangelio. Se va a casa de alguien y se habla de todo                    menos de Dios,. Si acaso sale el tema de la Iglesia es                    siempre para criticarla. Y habría que decirles: ¿No                    hace nada nuevo y bueno? La joven Cirila,                    al contrario del nombre masculino del que hay varios                    santos, fue una creyente del siglo III, martirizada                    por amor a Cristo, por confesar su fe incondicional al                    que da sentido a la vida. Hay dos Cirilas                    en el calendario. Una de ellas celebra su onomástica                    el 5 de junio. Era una                    cristiana de Cirene, Libia. Durante la persecución de                    Maximino, hacia el año 300, le obligaron a ofrecer el                    incienso a los dioses paganos. Al negarse con                    rotundidad, ella misma cogió el fuego y, en lugar de                    encender el incienso, serró el puño y se quemó. Esto fue tan                    sólo el comienzo de una serie de torturas horribles. La segunda joven                    que lleva este nombre es la que se conmemora hoy. Era                    una santa del siglo III. La martirizaron con su madre                    por el simple hecho de ser cristianas. Hay una leyenda                    que tuvo una amplia difusión . En ella se cuenta que                    los padres paganos quisieron casarla. Ella respondió –                    como tantas otras vírgenes – que su esposo era mucho                    más rico y noble. Se trataba de                    aquel Jesucristo que muchos paganos no conocían. Fue                    gracias a Cirila cómo fueron adhiriéndose a su vida y                    doctrina. Le hubiera sido                    muy fácil quemar incienso a los dioses. Total, ¿qué                    más da con tal de salvar el pellejo?  Pero ese gesto hubiera supuesto la                    apostasía de su fe.   |             
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Fidel              de Cómo, Santo            Mártir, 28 de octubre   
|                  Octubre 28  Etimológicamente                    significa "fiel". Viene de la lengua latina. Dice Miqueas:                    "Estoy alerta aguardando al Señor, mi Dios y salvador.                    Si me siento en tinieblas, el Señor es mi luz". Hay en Como una                    bella iglesia románica, con ábside y cúpula, dedica a                    este santo. Fidel fue mártir                    en los primeros siglos. Y aunque su fama sea muy                    grande, las noticias existentes acerca de su vida, no                    son muy abundantes que digamos. Probablemente                    fue un misionero cristiano, enviado por el obispo de                    Milán a las orillas del lago, que todavía estaba                    habitado por paganos. Este obispo                    milanes era san Materno, del siglo III. Fidel predicó el                    Evangelio a los paganos que adoraban a sus numerosos                    dioses. Hay otra                    tradición que dice que era de las Legiones imperiales. Se hizo un                    desertor al convertirse al cristianismo. Eran los                    tiempos en que Diocleciano publicó los primeros                    edictos contra los seguidores de Jesucristo. Lo arrestaron en                    Como, fue enjuiciado y condenado a muerte. Después de su                    muerte, surgieron numerosas historias acerca de su                    vida, obra y milagros. Hay narraciones                    que hablan de que la tumba de san Fidel está en Como,                    en alguno de sus extremos. Lo cierto es que antes del año                    mil, las reliquias de san Fidel se llevaron a Como a                    la iglesia de santa Eufemia. En 1572 san Carlos                    Borromeo se llevó los restos a Milán.  |             
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Fuente:            Dominicos.org 
Francisco              Díaz del Rincón, Santo            Mártir dominico, 28 Octubre              
                
 Es el más joven                    del grupo de mártires dominicos en China. Nació en Écija,                    Sevilla, el 2 de octubre de 1713, y en esta ciudad se                    hizo religioso en 1730, en el Convento de San Pablo. Impulsado por un                    ferviente espíritu misionero en 1735 ya estaba en                    Filipinas y recibe el sacerdocio en Manila. Llegó a                    China en 1738. Pocos años después, en 1746, fue                    apresado y, después de grandes sufrimientos, muere                    ahorcado el 28 de octubre de 1748, siendo después                    quemado su cuerpo. Era religioso de                    gran piedad y espíritu penitencial. Fue beatificado                    por León XIII el 14 de mayo de 1893 y canonizado por                    Juan Pablo II el 1 de Octubre de 2000. Para ver más sobre los 120                    mártires en China haz "click" AQUI   |             
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Fuente:            Doninicos.org 
Francisco              Serrano, Santo            Obispo y mártir, 28 Octubre              
                
 Nació en Hueneja                    (Granada) el 4 de diciembre 1695. A los 18 años tomó                    el hábito de la Orden de los Predicadores en el                    Convento de Santa Cruz la Real de Granada. En 1725 llega a                    Filipinas y en 1738 a China, donde fue misionero                    durante más de 20 años. Ya en la                    prisión, le llega el nombramiento de obispo titular de                    Tipasa y coadjutor del Vicario Apostólico de Fukien,                    Pedro Sans, pero no pudo recibir la consagración                    episcopal. Muere por                    asfixia, y luego su cadáver fue quemado, el 25 de                    octubre de 1748. Se conservaron algunas reliquias                    suyas. Tuvo gran austeridad, devoción al rosario y                    fervor misionero. Fue beatificado por León XIII el 14                    de mayo de 1893 y canonizado por Juan Pablo II el 1 de                    octubre del 2000. Para ver más sobre los 120                    mártires en China haz "click" AQUI   |             
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Fuente:            Dominicos.org 
Joaquín              Royo Pérez, Santo            Sacerdote dominico, 28 Octubre              
                
 Nació en                    Hinojosa (Teruel) en septiembre de 1691 y recibió el                    hábito dominicano en Valencia. A los 21 años,                    todavía no era sacerdote, viaja para Manila,                    Filipinas, en 1712 y en 1715 entra en China, donde                    ejerció el apostolado durante 33 años. Para evitar                    mayores vejaciones a los cristianos por parte de los                    perseguidores que lo buscaban, por consejo del obispo                    Pedro Sans, se entregó en sus manos en 1746. Muere el 28 de                    octubre 1748, como los otros compañeros, asfixiado y                    después su cuerpo quemado. Era de una                    extraordinaria piedad y de gran eficacia apostólica.                    Fue beatificado León XIII el 14 de mayo de 1893 y                    canonizado por Juan Pablo II el 1 de octubre del 2000. Para ver más sobre los 120                    mártires en China haz "click" AQUI   |             
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Fuente:            Dominicos.org 
Juan              Alcober Figueroa, Santo            Presbítero dominico y mártir,            28 Octubre   
                
 Nacido en                    Granada el 21 de diciembre de 1694. Vistió el hábito                    dominicano en el Convento de Santa Cruz la Real de su                    ciudad. Partió hacia                    Manila, Filipinas, en 1725, donde pasó 3 años. En 1728                    llegó a China donde predicó el Evangelio durante 20                    años. En 1741 es                    vicario provincial de la misión. Apresado en 1746                    muere ahorcado el 28 de octubre de 1748, siendo                    después su cadáver quemado.  Se distinguió                    especialmente por su eficacia apostólica. Fue                    beatificado por León XIII el 14 de mayo de 1893 y                    canonizado por Juan Pablo II el 1 de octubre del 2000. Para ver más sobre los 120                    mártires en China haz "click" AQUI   |             
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Fuente:            ACI Prensa 
José              Ruiz Bruixola, Beato            Párroco mártir, 28 Octubre              
                
 Párroco de San                    Nicolás en Valencia. Estudió en el                    Seminario de Valencia. Ordenado en 1882, fue coadjutor                    de Quart de Poblet y después estuvo en varias                    parroquias de la capital. Destacó por sus atenciones a                    los pobres y enfermos. Amigo de don José Bau, formó                    con él una escuela de espiritualidad para el clero.                    Martirizado a los 79 años. Es uno de los mártires de la                    Guerra Civil española. Para ver más sobre los 233                    mártires en España haz "click" AQUI   |             
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Fuente:            Vatican.va 
Rodrigo              Aguilar Alemán, Santo            Mártir méxicano, 28 Octubre              
                
 Nació en Sayula,                    Jalisco (Diócesis de Ciudad Guzmán), el 13 de marzo de                    1875. Párroco de Unión de Tula, Jalisco (Diócesis de                    Autlán). Sacerdote poeta de fina sensibilidad. Consagró su                    sacerdocio a la Virgen Santísima de Guadalupe. Con                    todo su corazón imploró: "Señor, danos la gracia de                    padecer en tu nombre, de sellar nuestra fe con nuestra                    sangre y coronar nuestro sacerdocio con el martirio                    ¡Fiat voluntas tua!" Por eso, cuando tuvo que                    abandonar su parroquia y ocultarse en la población de                    Ejutla, Jalisco, y cuando llegaron las tropas                    federales para apresarlo, su rostro resplandecía de                    paz y gozo, y se despidió diciendo: "Nos vemos en el                    cielo". En la madrugada                    del 28 de octubre de 1927 fue conducido a la plaza de                    Ejutla. Arrojaron la cuerda a una rama gruesa de un                    árbol de mango, hicieron una lanzada y la colocaron al                    cuello del sacerdote. Luego quisieron                    poner a prueba su fortaleza y con altanería le                    preguntaron: "¿Quién vive?" La valiente respuesta fue:                    "¡Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!" Entonces la                    cuerda fue tirada con fuerza y el señor cura Aguilar                    quedó suspendido. Se le bajó de nuevo y se le repitió                    la pregunta: "¿Quién vive?" Por segunda vez dijo con                    voz firme: "¡Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!"                    Nuevamente al mismo suplicio y por tercera vez, el                    "¿Quién vive?" El mártir agonizante, arrastrando la                    lengua repitió: "Cristo Rey y Santa María de                    Guadalupe".  Fue canonizado                    el 21 de Mayo del año 2000 por Juan Pablo II Para leer más sobre su obra y vida                    haz "clik" AQUI  |             
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Fuente:            ACI Prensa 
Salvador              Damián, Beato            Mártir, 28 Octubre   
                
 Veterinario de                    profesión, padre de seis hijos y viudo. Desarrolló su                    profesión honestidad; de misa y comunión diaria,                    perteneció a varias asociaciones religiosas siendo                    siempre coherente con la fe católica.  Es uno de los mártires de la                    Guerra Civil española. Para ver más sobre los 233                    mártires en España haz "click" AQUI   |             
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Fuentes:            IESVS.org; EWTN.com;            Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de          www.edicionespalabra.es ,            misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en:          http://iesvs-org.blogspot.com/ 
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