JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san            Mateo 22, 15-21
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se reunieron los fariseos          para ver la manera de hacer          caer a Jesús, con preguntas insidiosas, en algo de qué pudieran          acusarlo.
          Le enviaron, pues, a algunos de sus secuaces, junto con algunos          del partido de          Herodes, para que le dijeran:
          "Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el          camino de Dios,          y que nada te arredra, porque no buscas el favor de nadie.          Dinos, pues, qué piensas:          ¿Es lícito o no pagar el tributo al César?"
          Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones, les contestó:
          "Hipócritas, ¿por qué tratan de sorprenderme? Enséñenme la          moneda del tributo".
          Ellos le presentaron una moneda. Jesús les preguntó:
          "¿De quién es esta imagen y esta inscripción?"
          Le respondieron:
          "Del César".
          Y Jesús concluyó:
          "Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de          Dios".
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu            oración: Esto es          gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos          un Avemaría de          corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres          de Gracia, el          Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y          bendito es el fruto          de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por          nosotros pecadores,          ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus          intenciones de          Misa! 
Aclaración: una          relación muere sin comunicación y          comunidad-comunión. Con Dios es          igual: las "palabras          de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son          fuente de vida espiritual          (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es          necesario visitarse,          y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en          la Eucaristía,          que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer          la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO          (Dios) a          Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos          el daño que          hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los          Corazones de Jesús y          de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c)          agradecemos y d)          pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la          salvación del          mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no          ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película          completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación:          http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se            apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús            está aquí y lo            ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del              Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en              vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn            5,12). Si comulgamos            en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión)            con el Amor y            renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas            del Cordero            (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo            que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su            Sangre por nuestros            pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente            sin Amor: si una            novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del            Novio para            siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar.            Idolatramos aquello            que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía,            flojera). Por eso, es            pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y            fiestas (Catecismo            2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).          ¿Qué            pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo,            pero no quiero            verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama            realmente? Estamos en            el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la            santidad, la            perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es            posible, diaria,            como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en            la tierra (Canon            904). Antes de            comulgar debemos confesar todos los pecados mortales:            "quien come y bebe sin              discernir el Cuerpo,              come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm            14,23). ¿Otros            pecados mortales? no confesarse con el            Sacerdote al menos una vez al            año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos            los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos),            promover el aborto            (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación            artificial),            planificación natural sin causa grave, deseo o actividad            sexual fuera del matrimonio            por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón,            borrachera, drogas, comer            a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver            pornografía, robo            importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no            ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos            sorprende la muerte            sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno            (Catecismo 1033-41;            Mt. 5,22; 10,            28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados            mortales objetivamente,            pero subjetivamente,            pueden ser menos graves,            si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes,            ya no hay            excusa.
† Misal
29a.          Dom Ord Ciclo A
      Antífona de Entrada
      Yo te              invoco, porque tú me respondes, Dios mío; inclina el oído y              escucha mis palabras.              Guárdame como a las niñas de tus ojos y cúbreme bajo la              sombra de tus alas. 
Oración Colecta
      Oremos:
            Dios eterno y todopoderoso a quien confiadamente podemos            llamar ya Padre            nuestro, haz crecer en nuestros corazones el espíritu de hijos            adoptivos tuyos,            para que podamos gozar, después de esta vida, de la herencia            que nos has            prometido. 
            Por nuestro Señor Jesucristo...
            Amén.
Primera            Lectura
      El              Señor tomó de la mano a Ciro para someter ante él a las              naciones
Lectura              del profeta Isaías 45, 1.4-6
Así habló el Señor a Ciro,            su ungido, a quien ha tomado de la mano para someter ante él a            las naciones y            desbaratar la potencia de los reyes, para abrir ante él los            portones y que no            quede nada cerrado.
            "Por amor a Jacob, mi siervo, y a Israel, mi escogido, te            llamé por tu            nombre y te di un título de honor, aunque tú no me conocieras.            Yo soy el Señor            y no hay otro; fuera de mí no hay Dios.
            Te hago poderoso, aunque tú no me conoces, para que todos            sepan, de oriente a            occidente, que no hay otro Dios fuera de mí. Yo soy el Señor y            no hay            otro".
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
      Del              salmo 95
Cantemos              la grandeza del Señor.
Cantemos            al Señor un canto nuevo, que le cante al Señor toda la tierra.            Su grandeza            anunciemos al los pueblos; de nación en nación sus maravillas.
            Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos            al Señor, porque él es grande, más digno de alabanza y más            tremendo que todos            los dioses paganos, que ni existen; ha sido el Señor quien            hizo el cielo.
            Cantemos la grandeza del Señor.
Alaben            al Señor, pueblos de orbe, reconozcan su gloria y su poder y            tribútenle honores            a su nombre. Ofrézcanle en sus atrios sacrificios.
            Cantemos la grandeza del Señor.
Caigamos            en su templo de rodillas. Tiemblen ante el Señor los            atrevidos. "Reina el            Señor", digamos a los pueblos . El gobierna a las naciones con            justicia.
            Cantemos la grandeza del Señor. 
Segunda            Lectura
      Recordamos              nuestra fe, esperanza y caridad
Lectura              de la primera carta del apóstol san Pablo a los              Tesalonicenses 1, 1-5 
Pablo, Silvano y Timoteo            deseamos la gracia y la paz a la comunidad cristiana de los            Tesalonicenses,            congregada por Dios Padre y por Jesucristo, el Señor.
            En todo momento damos gracias a Dios por ustedes y los tenemos            presentes en            nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin            cesar las obras            que manifiestan la fe de ustedes, los trabajos fatigosos que            ha emprendido su            amor y la perseverancia que les da su esperanza en Jesucristo,            nuestro Señor.
            Nunca perdemos de vista, hermanos muy amados de Dios, que él            es quien los ha elegido.            En efecto, nuestra predicación del Evangelio entre ustedes no            se llevó a cabo            sólo con palabras, sino también con la fuerza del Espíritu            Santo, que produjo            en ustedes abundantes frutos. 
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Aclamación            antes del Evangelio
      Aleluya, aleluya.
            Iluminen al mundo con la paz del Evangelio reflejada en su            vida.
            Aleluya.
Evangelio
      Den al César lo que es del              César y a Dios lo que es de Dios
† Lectura del santo              Evangelio según san Mateo 22, 15-21
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se            reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a            Jesús, con preguntas            insidiosas, en algo de qué pudieran acusarlo.
            Le enviaron, pues, a algunos de sus secuaces, junto con            algunos del partido de            Herodes, para que le dijeran:
            "Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el            camino de Dios,            y que nada te arredra, porque no buscas el favor de nadie.            Dinos, pues, qué            piensas: ¿Es lícito o no pagar el tributo al César?"
            Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones, les contestó:
            "Hipócritas, ¿por qué tratan de sorprenderme? Enséñenme la            moneda del            tributo".
            Ellos le presentaron una moneda. Jesús les preguntó:
            "¿De quién es esta imagen y esta inscripción?"
            Le respondieron:
            "Del César".
            Y Jesús concluyó:
            "Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es            de            Dios".
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración de los Fieles
      Celebrante:
            Invoquemos, hermanos y hermanas, al Señor, que quiere que            todos los seres            humanos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad:
            Respondemos: Escúchanos, Señor.
Para que el Señor avive el            corazón de los fieles, los empuje a trabajar en la salvación            de todos los seres            humanos y en el anuncio del Evangelio a todos los pueblos,            roguemos al Señor. 
            Escúchanos, Señor.
Para que sean desterradas            todas las divisiones que separan a pueblos y razas, y se            mantengan firmes en la            sociedad humana la igualdad y la justicia, roguemos al Señor.            
            Escúchanos, Señor.
Para que los emigrantes, los            exiliados, los rechazados por la sociedad y abandonados puedan            regresar a la patria,            y para que el Señor conceda a todos un corazón bondadoso para            con los pobres y            forasteros, roguemos al Señor. 
            Escúchanos, Señor.
Para que Dios infunda en            nuestros corazones su Espíritu de amor; a fin, de que,            revestidos con los            mismos sentimientos de Cristo, demos frutos de misericordia,            roguemos al Señor.            
            Escúchanos, Señor.
Celebrante:
            Dios de sabiduría y misericordia, que con tu poder diriges            misteriosamente las            voluntades libres de tus criaturas; escucha nuestras oraciones            y no permitas            que ninguno abuse del poder que ha recibido, sino que toda            autoridad humana            sirva al bien común, de acuerdo con la palabra de tu Hijo, y            la humanidad            entera te reconozca a ti como a único Dios verdadero.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
Oración            sobre las Ofrendas
      Concédenos, Señor, ofrecerte            estos dones con un corazón libre para que tu gracia pueda            purificarnos en estos            misterios que ahora celebramos.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
Prefacio
      El día del Señor
En verdad es justo y            necesario, bendecirte y darte gracias, Padre santo, fuente de            la verdad y de la            vida, porque nos has convocado en tu casa en este día de            fiesta.
            Hoy tu familia, reunida en la escucha de tu palabra y en la            comunión del pan            único y partido, celebra el memorial del Señor resucitado,            mientras espera el            domingo sin ocaso en el que la humanidad entera entrará en tu            descanso.
            Entonces contemplaremos tu rostro y alabaremos por siempre tu            misericordia.
            Con esta gozosa esperanza y unidos a los ángeles y a los            santos, cantamos            unánimes el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
      Los              ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que              esperan en su              misericordia, para librar sus vidas de la muerte y              reanimarlos en tiempo de              hambre.
Oración después de la Comunión
      Oremos:
            La participación frecuente en esta Eucaristía nos sea            provechosa, Señor, para            que disfrutemos de tus beneficios en la tierra y crezca            nuestro conocimiento de            los bienes del cielo.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén
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† Meditación diaria
Vigésimo noveno          domingo
          ciclo a
DAR A DIOS LO QUE ES            DE DIOS
— Colaboradores          leales en la promoción del bien común.
— La dimensión          religiosa del hombre.
— La fe, una luz          poderosa.
I. La Primera            lectura de la Misa1 nos muestra cómo Dios elige          sus instrumentos          de salvación donde quiere. Para sacar a su Pueblo del destierro          se valdrá de          Ciro, un rey pagano. También se sirve el Señor de la autoridad          política para          hacer el bien, pues nada queda fuera de su dominio paternal.
En el Evangelio del          día2, ante una pregunta insidiosa, Jesús reafirma el          deber de          obedecer a la autoridad civil. Unos fariseos, unidos a los          herodianos, con los          que habían hecho causa común para atacar al Señor, le          preguntaron si era lícito          pagar el tributo al César. El pago de estas contribuciones era          considerado por          algunos como una colaboración con el poder extranjero, que con          su autoridad          –pensaban– limitaba el dominio de Dios sobre el Pueblo elegido.          Si el Maestro          lo admitía, los fariseos le podrían considerar como colaborador          del dominio romano,          y desacreditarlo ante una buena parte del pueblo; si se oponía,          los herodianos,          amigos del poder establecido, tendrían motivo para denunciarle a          la autoridad          romana.
Jesús da una          respuesta de una hondura divina, más allá de lo que le habían          preguntado, y          contesta a la vez con toda exactitud a la cuestión que le han          planteado. No se          limita al sí o al no. Dad al César lo que es del            César, enseña el          Maestro, lo que le corresponde (tributos, obediencia a las leyes          justas...),          pero no más de ello, porque el Estado no tiene una potestad y un          dominio          absolutos. Como ciudadanos normales, los cristianos tienen "el          deber de aportar          a la vida pública el concurso material y personal requerido por          el bien común"3.          Por su parte, las autoridades están gravemente obligadas a          comportarse con          equidad y justicia en la distribución de cargas y beneficios, a          servir al bien          común sin buscar el provecho personal, a legislar y gobernar con          el más pleno          respeto a la ley natural y a los derechos de la persona: a la          vida desde el          momento de su concepción, el primero de todos los derechos;          protección a la          familia, origen de toda sociedad; libertad religiosa; derecho de          los padres a          la educación de los hijos... ¡Ay de los que dan leyes            inícuas!4,          clama el Señor por boca del Profeta Isaías.
Deber de todos los          cristianos es rogar al Señor por los que están constituidos en          autoridad, pues          es mucha la responsabilidad que tienen sobre sí. Por nuestra          parte, los          cristianos hemos de ser ciudadanos que cumplen con exactitud sus          deberes para          con la sociedad, para con el Estado, para con la empresa en la          que          trabajamos...: no deben existir colaboradores más leales en la          promoción del          bien común. Y esta fidelidad nace a la vez de nuestra          conciencia, pues esas          prestaciones deben ser también para nosotros los cristianos          camino de santidad:          el pago de los impuestos justos, el ejercicio responsable del          voto, la          colaboración en las iniciativas que lleven a una mejora de la          ciudad o del          pueblo, la intervención en la política si a eso nos sentimos          llamados...          Examinemos hoy delante del Señor si verdaderamente podemos ser          ejemplo para          muchos por nuestra colaboración, por el sentido positivo con que          nos disponemos          siempre a promover el bien de todos.
II. El Señor, ante la          pregunta de fariseos y herodianos, reconoció el poder civil y          sus derechos,          pero avisó claramente que deben respetarse los derechos          superiores de Dios5,          pues la actividad del hombre no se reduce a lo que cae bajo el          ámbito de la          ordenación social o política. Existe en él una dimensión          religiosa profunda,          que informa todas las tareas que lleva a cabo y que constituye          su máxima          dignidad. Por eso, sin que nadie le preguntara, añadió el Señor:          Dad... a            Dios lo que es de Dios.
Cuando el cristiano          actúa en la vida pública, en la enseñanza, en cualquier empeño          cultural..., no          puede guardar su fe para mejor ocasión, pues "la distinción          establecida por          Cristo no significa, en modo alguno, que la religión haya de          relegarse al          templo –a la sacristía– ni que la ordenación de los asuntos          humanos haya de          hacerse al margen de toda ley divina y cristiana"6.          Por el          contrario, los cristianos han de ser luz y sal allí          donde se encuentren,          han de convertir el mundo, con frecuencia el pequeño mundo en el          que se          desarrolla su vida, en un lugar más humano y habitable, donde          los hombres          encuentren con más facilidad el camino que les lleva a Dios. Los          seglares          cumplen "la misión de la Iglesia en el mundo, ante todo, con la          concordancia          entre su vida y su fe, con la que se convierten en luz del          mundo; con la          honradez en todos los negocios, la cual atrae a todos hacia el          amor de la          verdad y del bien y, finalmente, a Cristo y a la Iglesia; con la          caridad          fraterna, por la que, participando en las condiciones de vida,          trabajo y          sufrimientos y aspiraciones de los hermanos, disponen          insensiblemente los          corazones de todos hacia la acción de la gracia salvadora; con          la plena          conciencia de su papel en la edificación de la sociedad, por la          que se          esfuerzan en llenar de magnanimidad cristiana su actividad          doméstica, social y          profesional"7.
III. El cristiano, al          actuar en la vida pública, al expresar su opinión ante esos          temas fundamentales          que configuran una sociedad, lleva consigo una luz poderosa, la          luz de la fe.          Sabe muy bien que las enseñanzas de Dios, expuestas por el          Magisterio de la          Iglesia, no solo no suponen un obstáculo para el bien de las          personas y de la sociedad,          o para el progreso científico. Por el contrario, son una guía          para su          realización. Cuando, por ejemplo, el cristiano advierte la          índole indisoluble          que por su naturaleza tiene todo verdadero matrimonio, está          señalando una pista          de bien social, una garantía para que se conserve sana una          sociedad8.          Está aportando un dato importantísimo para el bien de          todos. Por eso, no          tiene una postura encogida, preocupada por las opciones que le          están vedadas.          ¡Es mucho lo que tiene que aportar al mundo, como hicieron los          cristianos de          los primeros tiempos! Debe saber que, si tiene una conciencia          bien formada en          aquellos criterios básicos, puede prestar un bien inmenso a sus          conciudadanos.          ¡Tiene en sus manos una gran luz en medio de tanta oscuridad!
No debe ocurrir lo          que señalaba el Cardenal Luciani, más tarde Juan Pablo I: "En          esta sociedad se          ha creado un enorme vacío moral y religioso. Todos parecen          espasmódicamente          lanzados hacia conquistas materiales: ganar, invertir, rodearse          de nuevas          comodidades, pasarlo bien (...). Dios –que debería invadir          nuestra vida– se ha          convertido, en cambio, en una estrella lejanísima, a la que solo          se mira en          determinados momentos. Creemos ser religiosos porque vamos a la          iglesia,          tratando después de llevar fuera de la iglesia una vida          semejante a la de          tantos otros, entretejida de pequeñas o grandes trampas, de          injusticias, de          ataques a la caridad, con una falta absoluta de coherencia"9.          No es          así como podremos dar a Dios lo que es de Dios, sino con          el testimonio          de una vida coherente, sintiéndonos hijos de Dios igual en el          parlamento que en          la conversación amable en casa de unos amigos, con el          convencimiento de que          solo en el seno de la Iglesia se guardan los valores que pueden          llenar ese          "tremendo vacío moral y religioso". Una sociedad sin estos          valores está abocada          a una creciente agresividad y también a una progresiva          deshumanización. Dios no          es "una estrella lejanísima", inoperante, sino una poderosa luz          que da sentido          a todo el quehacer humano. Somos los cristianos, unidos a otros          hombres de          buena voluntad, los que tenemos la posibilidad de salvar este          mundo. ¡Cómo          vamos a estar encogidos cuando defendemos el valor de la vida          humana desde sus          comienzos –frente a las aberraciones a las que pueden dar lugar          las          manipulaciones genéticas–, o el derecho de los padres a la          educación de sus          hijos, a que se les imparta una enseñanza católica en las          escuelas si así lo          desean!
...A Dios lo que es            de Dios. Del Señor es la vida de los hombres, desde          su concepción; y la          familia, a la que santificó en Nazaret, basada en un matrimonio          indisoluble,          como Él mismo lo declaró ante el escándalo de los que le          escuchaban; y la          conciencia de los hombres, que debe ser formada para que sea luz          que ilumine          sus caminos; y la fuente de la vida, que los hombres no pueden          cegar...
Todo en nuestra vida          es del Señor, ¿cómo nos vamos a reservar parcelas donde Él no          pueda estar          presente? Pidamos a Nuestra Señora que nos dé la alegría santa          de sentirnos en          toda ocasión hijos de Dios, y de actuar como tales con          responsabilidad          personal.
1 Primera  lectura,            Is 45, 1; 4-6. — 2 Mt 22, 15-21. — 3          Conc.          Vat., II, Const. Gaudium et spes, 75. — 4 Is          10, 1. — 5          Cfr. Conc. Vat. II, Decl. Dignitatis humanae, 11. —          6 San Josemaría          Escrivá, Cartas, 9-I-1959. —7 Conc. Vat. II,          Decl. Apostolicam            actuositatem, 13. — 8 Cfr. J. M. Pero-Sanz, Creyentes            en la            sociedad, BAC, Madrid 1981, p. 30. — 9 A. Luciani,          Ilustrísimos            señores, p. 219.
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† Santoral               (si          GoogleGroups corta el texto,          lo encontrará en www.iesvs.org)
Isaac Jogues, Santo Mártir          Jesuita, 19 de octubre   
              
 Sacerdote y Mártir              Etimológicamente significa "aquél                    a quien Dios sonríe". Viene de la lengua hebrea.  |           
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Mártires de Canadá          Mártires en Cánada, Octubre 19   
              
 Los Mártires de Canadá              Martirologio Romano: Santos mártires Juan de                      Brébeuf e Isaac Jogues, presbíteros, y compañeros de                      la Compañía de Jesús, en el día en que san Juan de                      la Lande, religioso, fue asesinado por los paganos                      en el lugar llamado Ossernenon, entonces en                      territorio del Canadá (hoy Auriesville, estado de                      Nueva York), el mismo lugar donde algunos años antes                      había conseguido la corona del martirio san Renato                      Goupil. Son venerados conjuntamente sus santos                      compañeros Gabriel Lalemant, Antonio Daniel, Carlos                      Garnier y Natal Chabanel, que en la región                      canadiense, en días distintos, después de fatigar en                      la misión del pueblo de los hurones para anunciar el                      evangelio de Cristo a aquellos pueblos, terminaron                      muriendo mártires (1642-1649).  |           
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Autor: Pedro de Alcántara            Martínez, o.f.m. |            Fuente: Franciscanos.org          
        Pedro de Alcántara,            Santo          Penitente, Octubre 18   
              
 Penitente              Martirologio Romano: En la                        villa de Arenas, en la región española de                        Castilla, san Pedro de Alcántara, presbítero de la                        Orden de los Hermanos Menores, que adornado con el                        don de consejo y de vida penitente y austera,                        reformó la disciplina regular en los conventos de                        la Orden en España, siendo consejero de santa                        Teresa de Jesús en su obra reformadora de la Orden                        de los Carmelitas (1562).  |           
              San Pablo de la                  Cruz             |                            Que San Pablo de la Cruz nos obtenga del                  cielo la gracia de meditar con frecuencia en la Pasión y                  Muerte de Jesús y así amar mucho y siempre más a nuestro                  amable Redentor.  |           
San          Pablo de la Cruz es el fundador          de los Padres Pasionistas, nació en Génova (Italia) en 1684.
Cuando          era niño, cada vez que le          llegaba algún sufrimiento especial, la mamá le mostraba un          crucifijo y le recordaba          que Jesús ofreció sus sufrimientos por nosotros, y que también          nosotros debemos          ofrecer por Él lo que sufrimos. Así lo fue entusiasmando por la          Pasión de          Cristo.
Su          padre le leía de vez en cuando          el libro de vidas de Santos, y esto lo animaba mucho a ser          mejor. Aquel buen          hombre avisaba también continuamente a su hijo acerca de lo          peligroso y dañino          que es juntarse con malas compañías. Así lo libró de muchos          males y peligros.
A los          15 años oyó un emocionante          sermón acerca de esta frase de Jesús: "Si no se convierten y no          hacen penitencia,          todos perecerán". En esa fecha hizo una confesión general de          toda su vida          y desde aquel día empezó a dormir en el duro suelo, a ayunar, a          dedicar varias          horas de la noche a rezar y a leer libros piadosos. Luego          organizó con algunos          de sus compañeros una asociación de jóvenes para ayudar a los          demás con sus          palabras y buenos ejemplos a ser mejores. Varios de esos          muchachos se hicieron          religiosos después.
Se          alistó en el ejército del Sumo          Pontífice para defender la religión, pero después de un año se          dio cuenta que          no tenía vocación para militar. Luego rechazó unos negocios muy          prometedores          que le ofrecían y un matrimonio muy brillante que se le          presentaba. Se quedó          por varios años en la casa de sus padres dedicado a la oración,          a la meditación          y a practicar la caridad hacia los pobres.
En 1720          vio que en sueños le          mostraban una sotana negra con un corazón y una cruz blanca y el          nombre de Jesús.          Era como un aviso del hábito o distintivo que debería dar a sus          religiosos.          Después en una visión oyó a la Sma. Virgen que le aconsejaba          fundar una          comunidad que se dedicara a amar y hacer amar la Santísima          Pasión de          Jesucristo. Pablo presentó estos mensajes por escrito al Sr.          Obispo y a su          director espiritual. Ambos, conociendo la vida heroica de virtud          y oración que          el joven había llevado desde niño, reconocieron que se trataba          realmente de una          vocación señalada por Dios. Y el Sr. Obispo le dio a Pablo la          sotana negra con          el corazón blanco y la cruz sobre el pecho.
Pablo          se retiró durante 40 días a redactar          los Reglamentos de la nueva comunidad, en una húmeda habitación          junto a una          sacristía, donde vivió todo ese tiempo a pan y agua y durmiendo          por la noche en          un lecho de paja. Esos Reglamentos son los que han seguido          siempre sus          religiosos. Luego se dedicó a ayudar a los sacerdotes a dar          clases de          catecismo, y a predicar misiones populares con gran éxito.
Los          primeros candidatos que se          presentaron pidiendo ser admitidos en la nueva Congregación,          encontraron          demasiado duro el Reglamento y se retiraron. Mientras tanto San          Pablo de la          Cruz y un compañero suyo viajaban por los pueblos predicando          misiones y          obteniendo muchas conversiones.
El Papa          Benedicto XIV aprobó los          Reglamento, pero suavizándolos un poco, y entonces empezaron a          llegar novicios,          y pronto tuvo ya tres casas de religiosos pasionistas.
En          todas las ciudades y pueblos a          donde llegaba predicaba acerca de la Pasión y Muerte de          Jesucristo. A veces se          presentaba con una corona de espinas en la cabeza. Siempre          llevaba en la mano          una cruz, y con los brazos extendidos, el santo hablaba de los          sufrimientos de          Nuestro Señor, en forma que conmovía aun a los más duros e          indiferentes. A          veces, cuando el público no demostraba conversión, se azotaba          violentamente          delante de todos, por los pecados del pueblo, de modo que hacía          llorar hasta a          los soldados y a los bandoleros.
Un          oficial que asistió a algunos de          sus sermones decía: "Yo he estado en muchas batallas, sin sentir          el mínimo          miedo al oír el estallido de los cañones. Pero cuando este padre          predica me          hace temblar de pies a cabeza". Es que Dios le había dado la          eficacia de          la palabra y el Espíritu Santo le concedía la gracia de conmover          los corazones.
En los          sermones era duro e          intransigente para no dejar que los pecadores vivieran en paz          con sus vicios y          pecados, pero luego en la confesión era compresivo y amable,          invitándolos a          hacer buenos propósitos, animándolos a cambiar de vida, y          aconsejándoles medios          prácticos para perseverar siendo buenos cristianos, y portándose          bien.
Dios          colmó a San Pablo de la Cruz          con dones extraordinarios. A muchas personas les anunció cosas          que les iban a          suceder en el futuro. Curó a innumerables enfermos. Estando a          grandes          distancias, de pronto se aparecía a alguno para darle algún          aviso de          importancia, y desaparecía inmediatamente. Rechazaba toda          muestra de veneración          que quisieran darle, pero las gentes se apretujaban junto a él y          hasta le          quitaban pedacitos de su sotana para llevarlos como reliquias y          recuerdos.
Con su          hermano Juan Bautista          trabajaron siempre juntos predicando misiones, enseñando          catecismo y atendiendo          pobres. Como ambos eran sacerdotes, se confesaban el uno con el          otro y se          corregían en todo lo necesario. Solamente una vez tuvieron un          pequeño disgusto          y fue cuando un día Juan Bautista se atrevió a decirle a Pablo          que lo          consideraba un hombre verdaderamente virtuoso. El santo se          disgustó y le          prohibió hablarle por tres días. Al tercer día Juan Bautista le          pidió perdón de          rodillas y siguieron siendo buenos amigos como antes.
En 1771          fundó la comunidad de          Hermanas Pasionistas que se dedican también a amar y hacer amar          la Pasión y          Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
En 1772          sintiéndose muy enfermo          mandó pedir al Papa su bendición para morir en paz. Pero el Sumo          Pontífice le          respondió que la Iglesia necesitaba que viviera unos años más.          Entonces se          mejoró y vivió otros tres años.
Su          muerte ocurrió el 18 de octubre          de 1775 cuando tenía ochenta años. Antes de cien años (1867) fue          declarado          santo.
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Antonio Daniel, Santo          Mártir, 19 Octubre   
              
 Nacido a Dieppe, en Normanía, el 27 de mayo                  de 1601.  |           
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Felipe Howard, Santo          Biografía, 19 de octubre   
              
 Octubre 19  Etimológicamente significa "amante de los                  caballos". Viene de la lengua griega.  |           
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Inés de Jesús de Langeac,            Beata Religiosa Dominica, 19          Octubre   
              
 Hoy se está celebrando la fiesta de la                  Beata Inés de Jesús Galand, monja del Monasterio de                  Langeac, Francia.   |           
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Laura de Córdoba, Santa          Mártir, 19 Octubre   
              
 Máritir Del latín Lurus = Laurel. significando                  también "triunfo"  |           
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Fuente:            ar.geocities.com/misa_tridentina01 
        Frideswide, Santa          Abadesa, 19 de octubre   
              
 Patrona de Oxford              Martirologio Romano: En Oxford, en Inglaterra,                      santa Frideswide, virgen, que, siendo de estirpe                      regia, fue elegida abadesa de un monasterio doble de                      monjes y de monjas (735). Santa Frideswide es la patrona de                    Oxford. Guillermo de Malmesbury nos dejó la reseña más                    sencilla de la leyenda de la santa en un escrito                    anterior al año 1125. Frideswide, una vez que se vio                    libre de las solicitudes de un reyezuelo, fundó en                    Oxford un monasterio y pasó ahí el resto de su vida.                    Según la forma más compleja de la leyenda, Frideswide                    era hija del cortesano Didán y de su esposa Safrida.                    La educación de la niña fue confiada a una dama                    llamada Algiva. Cuando Frideswide leyó que "todo lo                    que no es Dios es nada" se sintió llamada a la vida                    religiosa. Pero el príncipe Algar, prendado de su                    belleza, trató de raptarla. Entonces, la joven huyó                    con dos compañeras por el río Isis y se ocultó durante                    tres años en la cueva que servía de guarida a un                    jabalí. Como continuase la persecución de Algar,                    Frideswide invocó la ayuda de Santa Catalina y Santa                    Cecilia, con el resultado de que el pretendiente quedó                    ciego hasta que prometió dejar en paz a la doncella.                    Según la leyenda, esa era la razón por la que los                    reyes de Inglaterra, hasta Enrique II, no iban jamás a                    Oxford. Para poder consagrarse más plenamente a Dios                    en la soledad, Santa Frideswide construyó con sus                    manos una celda en el bosque de Thornbury (actualmente                    Binsey), donde se acercó al Reino de los Cielos                    mediante el fervor y la penitencia. Se cuenta que la                    santa hizo brotar la fuente de Binsey con sus                    oraciones y que los peregrinos solían acudir allá en                    la Edad Media. La muerte de Frideswide suele situarse                    en el año 735. Dios honró su sepulcro con numerosos                    milagros, de suerte que se convirtió en uno de los                    principales santuarios de Inglaterra.   |           
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Fuentes:          IESVS.org; EWTN.com;          Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es ,          misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/ 
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