JMJ
Pax
† Lectura del              santo Evangelio según san              Lucas 12, 35-38
Gloria a ti,              Señor.
En aquel tiempo,            Jesús dijo a sus discípulos:            
            "Estén preparados, con la túnica puesta y las lámparas            encendidas; sean            semejantes a los criados que están esperando a que su señor            regrese de la boda,            para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos los criados a            quienes el señor            encuentre despiertos cuando llegue: les aseguro que se            recogerá la túnica, los            hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a            medianoche o de            madrugada y los encuentra así, dichosos ellos".
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu              oración: Esto es            gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al            menos un Avemaría de            corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena            eres de Gracia, el            Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y            bendito es el fruto            de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por            nosotros pecadores,            ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en            tus intenciones de            Misa! 
Aclaración: una            relación muere sin comunicación y            comunidad-comunión. Con Dios es            igual: las "palabras            de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37)            son fuente de vida espiritual            (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es            necesario visitarse,            y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente            en la Eucaristía,            que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer            la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO            (Dios) a            Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a)            co-reparamos el daño que            hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los            Corazones de Jesús y            de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c)            agradecemos y d)            pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la            salvación del            mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no            ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película            completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación:            http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se              apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo?              Jesús está aquí y lo              ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía:              "si no coméis la carne del                Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en                vosotros"              (Jn 6,53; 1 Jn              5,12). Si comulgamos              en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno              (común-unión) con el Amor y              renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas              del Cordero              (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo              que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su              Sangre por nuestros              pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente              sin Amor: si una              novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del              Novio para              siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar.              Idolatramos aquello              que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía,              flojera). Por eso, es              pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y              fiestas (Catecismo              2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts              2,15). ¿Qué              pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo,              pero no quiero              verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama              realmente? Estamos en              el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr              la santidad, la              perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es              posible, diaria,              como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en              la tierra (Canon              904). Antes de              comulgar debemos confesar todos los pecados              mortales: "quien come y bebe                sin discernir el Cuerpo,                come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm              14,23). ¿Otros              pecados mortales? no confesarse con el              Sacerdote al menos una vez al              año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920),              abortar (todos              los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos),              promover el aborto              (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación              artificial),              planificación natural sin causa grave, deseo o actividad              sexual fuera del matrimonio              por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón,              borrachera, drogas, comer              a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver              pornografía, robo              importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no              ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos              sorprende la muerte              sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno              (Catecismo 1033-41;              Mt. 5,22; 10,              28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos              son pecados              mortales objetivamente,              pero subjetivamente,              pueden ser menos graves,              si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo              sabes, ya no hay              excusa.
† Misal
mar            29a. Ordinario año Par 
        Antífona de Entrada
        Escucha, Señor, mi voz y                mis clamores y ven en mi ayuda;                no me rechaces, no me abandones, Dios, salvador mío.
Oración Colecta
        Oremos:
              Dios nuestro, fuerza de todos los que en ti confían;              ayúdanos con tu gracia,              sin la cual nada puede nuestra humana debilidad, para que              podamos serte fieles              en la observancia de tus mandamientos. 
              Por nuestro Señor Jesucristo...
              Amén.
Primera Lectura
        Cristo                es nuestra paz; él hizo de los judíos y de los no judíos                un solo pueblo
Lectura                de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 12-22
Hermanos:              Recuerden que antes vivían sin Cristo, excluidos de la              ciudadanía de Israel,              extraños a la alianza y su promesa, sin esperanza ni Dios en              el mundo. Ahora,              en cambio, unidos a Cristo Jesús y gracias a su muerte, los              que antes estaban              lejos han sido acercados.
              Porque Cristo es nuestra paz. El hizo de los dos pueblos uno              solo, destruyendo              en su propio cuerpo la barrera que los separaba: el odio. El              abolió la ley con              sus mandatos y reglamentos, para crear en sí mismo de los              dos pueblos una nueva              humanidad restableciendo la paz. El ha reconciliado a los              dos pueblos con Dios,              uniéndolos en un solo cuerpo por medio de la cruz y              destruyendo la enemistad.              Vino para anunciar la buena nueva de la paz: paz a ustedes,              los de lejos, paz              también a los de cerca. Así, unos y otros podemos acercarnos              al Padre con un              mismo Espíritu.
              En consecuencia, ya no son extranjeros ni huéspedes, sino              conciudadanos del              pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios. Han sido              edificados sobre el              cimiento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús la              piedra angular.              Por él todo el edificio queda ensamblado y se va levantando              hasta formar un              templo santo al Señor; y unidos a él, también ustedes se van              incorporando a la              construcción, por medio del Espíritu Santo, para ser morada              de Dios.
              Palabra de Dios.
              Te alabamos, Señor.
Salmo              Responsorial
        Sal 84, 9ab-10.11-12.13-14
Dios anuncia la paz a su                pueblo.
Voy              a escuchar lo que me promete Dios: el Señor anuncia la paz a              su pueblo y a sus              fieles. La salvación está cerca de los que le honran, Dios              habitará en nuestra              tierra.
              Dios anuncia la paz a su pueblo.
El              amor y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se              abrazan; la              fidelidad surge de la tierra, y la justicia se asoma desde              el cielo.
              Dios anuncia la paz a su pueblo.
El              Señor también nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su              cosecha; la justicia              irá delante de él y seguirá su camino.
              Dios anuncia la paz a su pueblo.
Aclamación              antes del Evangelio
        Aleluya,                aleluya.
              Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el              Hijo del hombre.
              Aleluya.
Evangelio
        Dichosos                aquéllos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela
†                Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 35-38
Gloria                a ti, Señor.
En aquel              tiempo, Jesús dijo a sus              discípulos: 
              "Estén preparados, con la túnica puesta y las lámparas              encendidas; sean              semejantes a los criados que están esperando a que su señor              regrese de la boda,              para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos los criados              a quienes el señor              encuentre despiertos cuando llegue: les aseguro que se              recogerá la túnica, los              hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a              medianoche o de              madrugada y los encuentra así, dichosos ellos".
              Palabra del Señor.
              Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
        Dios              nuestro, que en estos dones que              te presentamos has otorgado al ser humano el pan que lo              alimenta y el              sacramento que da nueva vida, haz que nunca llegue a              faltarnos este sustento              del cuerpo y del espíritu. 
              Por Jesucristo, nuestro Señor.
              Amén.
Prefacio 
        El                misterio de nuestra salvación en Cristo
En              verdad es justo y necesario, es              nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo,              siempre y en todo lugar,              por Jesucristo, tu Hijo amado. 
              Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos              lo enviaste para              que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de              María 
              El, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte              y manifestar la              resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió              para ti un pueblo              santo.
              Por eso,
              con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria              diciendo:
Antífona              de la Comunión 
        Padre santo, guarda en tu                nombre a los que me has dado                para que sean uno como nosotros, dice el Señor.
Oración después de la Comunión 
        Oremos:
              Que nuestra participación en este sacramento, signo de la              unión de los fieles              en ti, contribuya, Señor, a la unidad de tu Iglesia.
            Por  Jesucristo,              nuestro Señor.
              Amén
† Meditación            diaria
29ª            semana. Martes
—            Con las lámparas encendidas.
— La            lucha en lo que parece de            poca importancia nos mantendrá vigilantes.
—            Alerta contra la tibieza.
I.            Tened ceñidas vuestras cinturas            y las lámparas encendidas, y estad como quienes aguardan a su            amo cuando vuelve            de las nupcias, para abrirle en cuanto venga y llame, leemos            en el Evangelio de            
El            Señor nos dice una vez más que            nuestra actitud ha de ser como la de aquel que está a punto de            emprender un            viaje, o de quien espera a alguien importante. La situación            del cristiano no            puede ser de somnolencia y de descuido. Y esto por dos            razones: porque el            enemigo está siempre al acecho, como león rugiente, buscando a            quien devorar3,            y porque quien ama no duerme4. "Vigilar es propio del amor.            Cuando se ama a una            persona, el corazón vigila siempre, esperándola, y cada minuto            que pasa sin            ella es en función de ella y transcurre vigilante (...). Jesús            pide el amor.            Por eso solicita vigilancia"5. En Italia, muy cerca de            Castelgandolfo, hay una            imagen de 
"¡Cuánto            te amo, Señor, mi            fortaleza, mi alcázar, mi libertad! (Sal 17, 2-3). Eres lo más            deseable y            amable que puede imaginarse. ¡Dios mío, ayuda mía! Te amaré            según me lo            concedas y yo pueda, mucho menos de lo debido, pero no menos            de lo que puedo...            Podré más si aumentas mi capacidad, pero nunca llegaré a lo            que te mereces"7.            No permitas que, por falta de vigilancia, otras cosas ocupen            el lugar que solo            Tú debes llenar. Enséñame a mantener el alma libre para Ti, y            el corazón            dispuesto para cuando llegues.
II.            Me pondré de centinela, //            haré la guardia oteando a ver qué me dice, // qué respondo a            su llamada8. San            Bernardo, comentando estas palabras del Profeta, nos exhorta:            "Estemos también            nosotros, hermanos, vigilantes, porque es la hora del            combate"9. Es necesario            luchar cada día, frecuentemente en pequeños detalles, porque            en cada jornada            vamos a encontrar obstáculos que nos separan de Dios. Muchas            veces el empeño            por mantenernos en este estado de vigilia, bien opuesto a la            tibieza, se            concretará en fortaleza para cumplir nuestros actos de piedad,            esos encuentros            con el Señor que nos llenan de fuerzas y de paz. Hemos de            estar atentos para no            abandonarlos por cualquier imprevisto que se presente, sin            dejarnos llevar por el            estado de ánimo de ese día o de ese momento.
Otras            veces nuestra lucha estará            más centrada en el modo de vivir la caridad, corrigiendo            formas destempladas            del carácter (del mal carácter), esforzándonos en ser            cordiales, en servir a            los demás, en tener buen humor...; o tendremos que empeñarnos            en realizar mejor            el trabajo, en ser más puntuales, en poner los medios            oportunos para que            nuestra formación humana, profesional y espiritual no se            estanque... Este            estado de vigilia, como el del centinela que guarda la ciudad,            no nos garantiza            que siempre hayamos de vencer: junto a las victorias,            tendremos también            derrotas (metas que no alcanzamos, propósitos que no acabamos            de cumplir            bien...). Muchos de estos fracasos carecerán ordinariamente de            importancia;            otros sí la tendrán, pero el desagravio y la contrición nos            acercarán más aún            al Señor, y nos darán fuerzas para recomenzar de nuevo... "Lo            grave –escribe            San Juan Crisóstomo a uno que se había separado de la fe– no            es que quien lucha            caiga, sino que permanezca en la caída; lo grave no es que uno            sea herido en la            guerra, sino desesperarse después de recibido el golpe y no            curar la herida"10.
No            olvidemos que en la lucha en lo            pequeño, el alma se fortalece y se dispone para oír las            continuas inspiraciones            y mociones del Espíritu Santo. Y es ahí también, en el            descuido de lo que            parece de poca importancia (puntualidad, dedicar al Señor el            mejor tiempo para            la oración, la pequeña mortificación en las comidas, en la            guarda de los            sentidos...), donde el enemigo se hace peligroso y difícil de            vencer. "Hemos de            convencernos de que el mayor enemigo de la roca no es el pico            o el hacha, ni el            golpe de cualquier otro instrumento, por contundente que sea:            es esa agua            menuda, que se mete, gota a gota, entre las grietas de la            peña, hasta arruinar            su estructura. El peligro más fuerte para el cristiano es            despreciar la pelea            en esas escaramuzas, que calan poco a poco en el alma, hasta            volverla blanda,            quebradiza e indiferente, insensible a las voces de Dios"11.
III.            Es tan grata a Dios la            actitud del alma que, día tras día y hora tras hora, aguarda            vigilante la            llegada de su Señor, que Jesús exclama en la parábola que nos            propone:            ¡Dichosos aquellos siervos a los que al volver su amo los            encuentre vigilando!            Y, olvidando quién es el criado y quién el señor, sienta a la            mesa al criado y            él mismo le sirve. Es el amor infinito que no teme invertir            los puestos que a            cada uno corresponden: En verdad os digo que se ceñirá la            cintura, les hará            sentar a la mesa y acercándose les servirá. Las promesas de            intimidad con Dios            van más allá de lo que podemos imaginar. Vale la pena estar            vigilantes, con el            alma llena de esperanza, atentos a los pasos del Señor que            llega.
El            corazón que ama está alerta,            como el centinela en la trinchera; el que anda metido en la            tibieza, duerme. El            estado de tibieza se parece a una pendiente inclinada que cada            vez se separa            más de Dios. Casi insensiblemente nace una cierta preocupación            por no            excederse, por quedarse en lo suficiente para no caer en el            pecado mortal,            aunque se acepta con frecuencia el venial. Y se justifica esta            actitud de poca            lucha y de falta de exigencia personal con razones de            naturalidad, de eficacia,            de salud, que ayudan al tibio a ser indulgente con sus            pequeños afectos            desordenados, apegos a personas o cosas, caprichos, excesiva            tendencia a buscar            una mayor comodidad..., que llegan a presentarse como una            necesidad subjetiva.            La fuerzas del alma se van debilitando cada vez más, hasta            llegar, si no se            remedia, a pecados más graves.
El            alma adormecida en la tibieza            vive sin verdaderos objetivos en la lucha interior que            atraigan e ilusionen.            "Se va tirando". Se ha dejado el empeño por ser mejores, o se            lleva una lucha            ficticia e ineficaz. Queda en el corazón un vacío de Dios que            el tibio intenta            llenar con otras cosas, que no son Dios y no llenan; y un            especial y característico            desaliento impregna toda la vida de relación con el Señor. Se            pierde la            prontitud y la alegría en la entrega, y la fe queda apagada,            precisamente            porque se ha enfriado el amor. A un estado de tibieza le ha            precedido siempre            un conjunto de pequeñas infidelidades, cuya culpa –no zanjada–            está influyendo            en las relaciones de esa alma con Dios.
Tened            ceñidas las cinturas y las            lámparas encendidas..., atentos a los pasos del Señor. Es una            llamada a mantenernos            alerta, con la lucha diaria planteada en puntos muy concretos.            Nadie estuvo más            atento a la llegada de Cristo a la tierra que su Madre Santa            María. Ella nos            enseñará a mantenernos vigilantes si alguna vez sentimos que            ese mal sueño hace            su presencia en el alma.
"¡Señor,            qué bueno eres para el            que te busca! Y ¿para el que te encuentra?"12. Nosotros lo            hemos encontrado. No            lo perdamos.
1 Lc            12, 35-38. — 2 Ex 12, 11. — 3            Cfr. 1 Pdr 5, 8. — 4 Cfr. Cant 2, 5. — 5 Ch. Lubich,            Meditaciones, p. 33. — 6            Cfr. San Ambrosio, Comentario al Salmo 18. — 7 San Bernardo,            Tratado sobre el            amor de Dios, VI, 16. — 8 Heb 2, 1. — 9 San Bernardo, Sermón            5, 4. — 10 San            Juan Crisóstomo, Exhortación II a Teodoro caído, 1. — 11 San            Josemaría Escrivá,            Es Cristo que pasa, 77. — 12 San Bernardo, Tratado sobre el            amor de Dios, VII,            22.
___________________________________________________________________________________________
† Santoral               (si            GoogleGroups corta el texto,            lo encontrará en www.iesvs.org)
Fuente: Vatican.va 
          Carlos I de Habsburgo,              Beato Laico,            21 de octubre
                
 Carlos de Austria nació el 17 de                      agosto de 1887 en el Castillo de Persenbeug, en la                      región del Austria Inferior. Sus padres eran el                      archiduque Otto y la Princesa María Josefina de                      Sajonia, hija del último rey de Sajonia. El                      emperador José I era el tío abuelo de Carlos.  Si conoce información relevante                      para la canonización del Beato Carlos, contacte a:  |             
___________________________________________________________________________________________
San Gerardo. Hermano              Redentorista. Año 1755.
Gerardo            quiere decir:            "Valiente para la defensa" (Del alemán: Ger = defensa. Ard =            valiente).
El            Papa Pío XII dijo que San            Gerardo es un modelo admirable para los hermanos de las            comunidades religiosas.            Y León XIII afirmaba que este santo es uno de los jóvenes más            angelicales que            Dios ha dado a los hombres por modelo. Sólo vivió 29 años en            esta tierra pero            llenó sus alrededores de hechos admirables.
Nació            en Muro, un pueblecito cerca            de Nápoles, Italia.
La            mamá dijo de él: "Desde            pequeñito su mayor delicia era entrar al templo y rezar ante            el Santísimo Sacramento            del altar. Cuando estaba orando ante la Santa Hostia se            olvidaba hasta de ir a            comer. En la casa en cualquier rato libre que tenía se            dedicaba a rezar.            Parecía que le agradaba más pensar en el cielo que en la            tierra".
Cuando            cumplió los diez años, su            confesor le dio permiso de comulgar cada tres días, caso raro            en esa época en            que a causa de un error llamado jansenismo, las gentes decían            que no había que            comulgar sino de vez en cuando.
Cuando            murió su padre, Gerardo tuvo            que abandonar sus estudios y dedicarse a aprender sastrería.            Fue tratado muy            duramente por un compañero supremamente áspero, pero jamás el            otro logró que le            respondiera a sus malos tratos. Luego pasó a trabajar como            obrero de un señor            de la ciudad y este lo trataba ásperamente y lo regañaba sin            causa justa. Ni            una sola vez el joven protestó por este modo cruel de            tratarlo. Quería imitar a            Jesús que cuando era ultrajado y tratado mal, se quedaba en            silencio.
Luego            Gerardo puso una sastrería, y            las ganancias que conseguía las dividía en tres partes            iguales: una para su            mamá, para los gastos de la casa. Otra para los pobres y la            tercera para pagar            misas. Pagaba muchas misas por las almas de los difuntos.
Cuando            tenía 23 años llegaron a su            pueblo a predicar, unos padres redentoristas, y Gerardo les            pidió que lo admitieran            en su comunidad como un hermano lego. El superior de la misión            no quería            admitirlo, pero al fin ante tantos ruegos, lo envió a la casa            de formación con            una tarjeta que decía: "Allá les mando a Gerardo. Parece que            es un            inútil". (Después el padre se arrepintió de haber escrito            eso). En el            noviciado se dedicaba con tanto fervor a todo lo que tenía que            hacer, que los            compañeros decían: "Gerardo es un loco o es un santo".
San Alfonso de Ligorio,            fundador de la congregación de            los redentoristas, lo admitió en su comunidad y se dio cuenta            de que era un            alma muy agradable a Dios. (San Alfonso se apareció después de            muerto a Gerardo            y lo curó de una grave enfermedad). Fue admitido como            religioso en 1752 y al            hacer sus tres votos o juramentos de castidad, pobreza y            obediencia, añadió un            cuarto juramento: "hacer siempre lo que me parezca que es más            agradable a            Dios".
Cuando            era novicio una vez un            religioso entró a la capilla y oyó que Gerardo le decía a            Jesús en el sagrario:            "Por favor: déjame que me vaya pues tengo mucho qué hacer.            Después            seguimos charlando".
Su            oficio en la comunidad era el de            sastre y enfermero, pero a los padres les gustaba llevarlo a            las misiones            porque leía el estado de las conciencias de las personas. A            veces se bilocaba e            iba a sitios lejanos a darle algún mensaje a alguien que lo            necesitaba, pero            nadie lo veía retirarse de su sitio de trabajo (bilocarse es            estar en dos            sitios a la vez).
Cuando            se quedaba en éxtasis en            oración no oía ni veía lo que sucedía a su alrededor. Lo único            que lo hacía            volver en sí, era que lo llamara su superior. Un día dijo: "En            este            momento están asesinando al arcipreste de Muro". Y así            sucedió, pero a 70            kilómetros de distancia de donde él estaba. En Roma le leyó la            conciencia y los            pensamientos al secretario de un alto dignatario y éste,            aterrorizado ante            semejante hecho extraordinario, cambió de vida y se reconcilió            con su esposa.            En toda la ciudad se comentaba el hecho.
Una            vez fueron a buscarlo a su            habitación y no lo encontraron. Después el superior le            preguntó dónde había estado.            "En mi habitación", dijo el humilde hermano. "Pero allá fuimos            y            miramos por todas pares y no lo vimos". Entonces él le contó            que como era            un día de retiro y quería orar en paz, le había pedido a Dios            que no lo vieran            los que fueran a buscarlo. El superior le dijo: "Por esta vez            le perdono,            ¡pero no se le ocurra volver a pedir a Dios semejantes            cosas!".
Un            gran regalo del Espíritu Santo a            este sencillo hermanito lego fue el don de saber aconsejar a            los demás. Varias            comunidades de religiosas obtuvieron permiso para que Gerardo            fuera a darles            buenos consejos a través de las rejas de sus conventos.            Numerosos sacerdotes le            escribían pidiéndole consejo para casos difíciles.
Un            grupo de religiosos hizo una            peregrinación de nueve días hacia un santuario sin llevar            dinero. No se            afanaban por ello, pues llevaban consigo al hermano Gerardo. Y            aquel viaje fue            una cadena de prodigios. Fueron y volvieron y nada les faltó,            y eso que no            llevaban dinero pero llevaban a un religioso que tenía mucha            fe.
Una            muchacha corrompida acusó a            Gerardo de que le había hecho malas propuestas. San Alfonso lo            llamó y le echó            un regaño terrible y le prohibió comulgar por varios días. Él            no dijo ni una            sola palabra en defensa propia (recordaba que tampoco Jesús se            defendió cuando            le inventaron falsas acusaciones en su sacratísima pasión).            Después la muchacha            y su amante confesaron que todo lo que habían dicho contra            Gerardo era mentira.            San Alfonso lo llamó y le dijo: "¿Por qué no se defendió?".            Padre –            le respondió él – yo sabía que Dios me iba a defender. Nuestro            reglamento nos            manda que no busquemos disculpas cuando nos regañan".
El            oficio preferido del hermano            Gerardo era el de portero, porque allí podía ayudar a los            mendigos y a mucha            gente necesitada. Cuando él llegaba de portero a una casa de            su comunidad, la            portería se veía asediada de mendigos. Hasta 200 llegaban en            un solo día, y él            los atendía como no lo hubiera hecho una madre. Tenía el arte            de contentar a            todos, y era admirable su paciencia para soportar a los            cansones y pedigüeños.            A todos regalaba alimentos o vestidos, y la gente no se            explicaba de dónde sacaba            para repartir a tanta gente. Cuando se acababan las            provisiones se iba a la            ciudad a pedirles a los ricos para ayudar a los pobres.
Dicen            que un día el Padre Ecónomo            lo regañó porque había repartido entre los mendigos todo lo            que había en la            despensa para que comieran los religiosos. Pero al llegar el            Ecónomo a la            despensa la encontró otra vez llena.
Un            día la comunidad estaba pasando            una situación económica muy difícil. El santo se fue a la            capilla a rezar y al            poco rato llegó un bienhechor a llevar una buena cantidad de            dinero, con el            cual se solucionó la angustiosa situación.
Sus            últimos meses fueron una mezcla            de sufrimientos físicos y éxtasis espirituales. Y con            admirable precisión            anunciaba cosas que iban a suceder en lo futuro y leía las            conciencias de los            que lo visitaban.
Avisó            que moriría el 15 de octubre,            poco ates de la medianoche, y a esa hora murió. Era el año            1755.
Alemana            (fechas desconocidas).            Según un relato cincelado en una lápida de Colonia, en el            siglo IV fue martirizado            un grupo de doncellas cristianas. Úrsula, hija de un rey            inglés, era cristiana,            abordó un barco junto con sus damas de compañía y emprendió            una peregrinación a            Roma. En Colonia, ella y sus doncellas (entre una docena y            mil) fueron atacadas            por los hunos. Úrsula rechazó la propuesta de matrimonio del            cabecilla de los            bárbaros y todas fueron asesinadas. Es patrona de las jóvenes            y colegialas.
Esta es la            verdadera historia según las            visiones de la Beata Ana Catalina Emmerick:
Úrsula            y sus compañeras fueron masacradas por los Hunos en el 450, a            una hora de            distancia cerca de la ciudad de Colonia. Otras compañeras lo            fueron en otros            lugares mas distantes. Úrsula había sido suscitada por Dios            para preservar de            la seducción y del ultraje a las vírgenes y viudas de su            tiempo y guiarlas a la            celeste esfera de los mártires coronados. Cumplió su misión            con maravillosa            fuerza y empeño. Se le había dado por guía especial al            Arcángel Rafael, y él le            manifestó la misión que se le había confiado. La misericordia            de Dios no quería            que en aquella época de destrucción, tantas vírgenes y viudas            que caían            indefensas en manos de los bárbaros, a causa de sangrientas            guerras, fuesen            infelices presas de total ruina espiritual; por eso debieron            antes morir como            inocentes vírgenes que caer en pecado y perderse eternamente.            Úrsula era muy            decidida y rápida en sus movimientos; de estatura alta y            robusta complexión; su            aspecto no era hermoso, pero severo, y sus maneras varoniles.            Cuando sufrió el            martirio tenía treinta y tres años de edad.
La            he visto siendo niña en la casa de su padre Deonoto y de su            madre Geruma en una            ciudad de Inglaterra. La casa estaba situada en una calle larga; tenía escalones delante            de la puerta y en la calle una reja de            hierro con botones amarillos: era semejante a la casa de Benito,            en Italia, que              tenía también rejas y canceles de bronce.            Úrsula tenía diez            compañeras de juego que se reunían con ella todos los días            antes y después del            medio día para correr en desafío divididas en dos escuadras,            dentro de un            recinto rodeado de muros; a veces luchaban al parecer            apretándose las manos o            lanzando a distancia picas o lanzas. No todas estas jóvenes            eran cristianas;            pero Úrsula y sus padres ya lo eran. Úrsula era tenida como            guía de sus            compañeras y todo lo que hacía con ellas era por sugestión de            su ángel Custodio.            Los padres consideraban todo esto con alegría. En aquella            época Maximiano            dominaba la isla de Inglaterra como jefe; era pagano y no sé            ahora si era            marido de Otilia, hermana mayor de Úrsula, pero sé que Otilia            estaba casada,            mientras Úrsula se había consagrado al Señor. Vi que un            poderoso guerrero y            noble Señor se llego al padre de Úrsula, porque había oído            hablar de sus            ejercicios, y quería presenciarlos. El padre quedó contrariado            y tentó todas            las formas de evitar el encuentro. He visto que aquel hombre,            a quien el padre            de Úrsula no osaba contrariar, se adelantó para presenciar las            destrezas de las            jóvenes y como quedó admirado de la habilidad            y de la presencia de Úrsula, la desease por esposa. Sus compañeras debían ser esposas            de su gente de armas y de sus oficiales y debían habitar mas allá de los mares, en tierras aun muy despobladas.
Pensé            en Bonaparte (Napoleón) que así daba jóvenes            por esposas a sus oficiales. He visto la gran turbación            del padre y el            espanto de la hija cuando supieron la irrecusable propuesta            del noble guerrero.            Úrsula fué de noche al lugar donde practicaba ejercicios, y            allí clamó, en            fervorosa oración, al Señor. Se le apareció el Arcángel            Rafael y la consoló diciendo            que debía exigir para cada una de aquellas vírgenes otras tantas            compañeras y pedir            un plazo de tres años para ejercitarse en ciertas naves en            toda clase de            maniobras de agilidad y de lucha. Por lo demás debía tener            confianza en el            Señor, que la ayudaría para mantener intacto el voto de            virginidad. Le dijo también            que debía convertir durante esos tres años a todas sus            compañeras a la fe            cristiana, prometiéndole de parte de Dios su protección. He            visto que Úrsula            dijo todas estas cosas a su padre, el cual se las comunico al pretendiente, que consintió en la propuesta.            Úrsula y sus diez compañeras obtuvieron entonces a            otras diez jóvenes            como asociadas y las primeras debían ser las guías de las            recién agregadas. El            padre les hizo armar cinco pequeñas naves y sobre cada una de            ellas había            veinte niños con algunos marineros que los instruían en el            manejo y            adiestramiento sobre cubierta. Practicaba toda suerte de            ejercicios sobre sus            naves, primeramente en el rio, luego en la orilla del mar y            finalmente en el            mar. Ellas guiaban las naves, se perseguían, se separaban, se            pasaban de una            nave a otra y hacían otros ejercicios semejantes. He visto que            mucha gente            acudía a ver el espectáculo de tales destrezas; el padre y el            pretendiente            miraban desde la orilla y éste especialmente se mostraba            orgulloso pensando que            tendría con el tiempo por esposa a una mujer tan resuelta y            tan digna por su            valor de un guerrero como él. Después he visto que aquellas            jóvenes continuaron            sus ejercicios solas y sin ningún hombre que las ayudase. Solo            había quedado            Bertrando, el confesor, con otros dos eclesiásticos. Durante            este tiempo Úrsula            había convertido ya a todas sus compañeras, que fueron            bautizadas por los            sacerdotes; he visto que su confianza en Dios y su firmeza se            habían aumentado            esperando que el Señor realizaría las promesas            hechas. Había allí hasta niñas de doce años en las naves que se habían hecho bautizar. Otras veces las veía            bajar a tierra y            proseguir sus ejercicios de marinería. Todo esto lo hacían            mezclando preces,            oraciones y cantos, con valor y entera libertad. La gravedad y            el valor de            Úrsula eran sorprendentes. Las jóvenes estaban con vestiduras            que llegaban            hasta las rodillas. Calzaban sandalias; tenían el pecho            defendido, y estaban            cubiertas con vestidos ajustados, pero muy esbeltos. Tenían en            parte los            cabellos sueltos y entrelazados sobre la cabeza; otras            llevaban en la cabeza            pañuelos que terminaban sobre los hombros. En sus juegos de            lucha usaban astas            livianas, sin punta.
He            visto que cuando iban terminando los tres años de plazo            aquellas jóvenes eran            de un solo corazón y de una            sola alma. Cuando después            estuvieron a punto de ponerse            en viaje para ir a las tierras            donde debían            ser esposas de            los guerreros, y se despidieron de sus padres, Úrsula estaba            en oración.            Entonces se le puso delante una figura luminosa, la cual le            dijo que debía            confiar plenamente en Dios; que el Señor había determinado que muriesen todas mártires, como vírgenes puras y esposas suyas; que debía difundir la fe de Cristo por todas            partes donde la            guiase el Señor y que por su medio muchas otras vírgenes se            verían libres de            ser deshonradas por los paganos y llegarían como mártires al            cielo. El ángel le            dijo que ella, con una parte de las compañeras, debía llegar a Roma. Confió todas estas cosas a las otras diez vírgenes            que con ella capitaneaban a las demás, y quedaron muy            consoladas. Pero            vi también que muchas otras vírgenes se mostraban desanimadas            y se quejaban            contra Úrsula, alegando que como podrían ser esposas de            Jesucristo siendo que            iban a ser entregadas para esposas terrenas. Ella pasó por            todas las naves y            les habló del sacrificio de Abrahám y de su hijo Isaac, y como            Dios intervino            maravillosamente en este sacrificio: también            Dios iba a intervenir para que pudieran            ofrecer una víctima            pura y perfecta.            Les dijo que las que            no se sentían animosas, dejaran las naves; pero todas se            sintieron fuertes y            permanecieron fieles. Cuando zarparon de las costas de Inglaterra, creyendo            que iban a las tierras            de sus futuros maridos, he aquí que una tempestad            separó las naves de las            jóvenes de las que las acompañaban y las llevó hacía las            costas de Holanda. No            fué posible usar remos ni velas y cuando se acercaron a las            costas el mar se            levantó en olas muy peligrosas. Cuando llegaron a tierra por            primera vez se            vieron rodeadas por un pueblo grosero y salvaje, que se apoderó            de ellas. Úrsula se adelantó            a ellos, animosa,            y pudieron volver a las naves,            después que les habló con energía. Cuando dejando el mar            empezaron a remontar            el rio Rin, encontraron una ciudad donde sufrieron angustias y            agravios. Úrsula            habló en nombre de todas y respondió por todas. Como algunos            mas osados            tentaran poner las manos sobre ellas, éstas se dispusieron            valerosamente a la            defensa y obtuvieron            protección del cielo. Vi que sus opresores quedaron            paralizados y nada hicieron en su daño. En el            resto del viaje se le            asociaron muchas otras vírgenes y viudas con sus hijos. Antes            que hubiesen            llegado a Colonia fueron muchas veces detenidas e interrogadas            por grupos de            observadores de pueblos feroces que habitaban en aquellas            orillas: con amenazas            les preguntaban a donde iban y qué querían. Era siempre Úrsula            la que respondía            por todas y exhortaba luego a las compañeras a remar y a            proseguir el viaje con            nuevo ardor. De este modo, incólumes y sin ofensa, llegaron a            Colonia. Había            aquí una pequeña comunidad            cristiana con iglesia,            donde se detuvieron por algún tiempo,            y las viudas y            jóvenes que            se les habían agregado quedaron allí permanentemente. Úrsula            las exhortó a            todas a sufrir mas bien el martirio como vírgenes y matronas            cristianas, que            tolerar la violencia de los bárbaros paganos. Las que quedaron            se esparcieron            por el país y permanecieron fieles a los sentimientos y a las            exhortaciones de            Úrsula. Ella navegó con cinco naves hacía Basilea, donde            muchas de sus            compañeras quedaron con las naves y ella, con cuarenta            personas, entre las            cuales iban algunos sacerdotes y guías, se encamino a Roma.            Iban como            peregrinos en procesión atravesando lugares desiertos y            ásperas montañas.            Rezaban y cantaban salmos, y donde acampaban Úrsula les            hablaba de las castas            nupcias con Jesús y de la pura muerte de las vírgenes            cristianas. Por todas            partes encontraban gente que se asociaba por algún tiempo a            ellas, y luego se            separaban.
En Roma visitaron los lugares de martirios            y las tumbas de los mártires.            A causa de los vestidos mas bien cortos y de los modos mas            bien libres a que se            habían acostumbrado en sus años de ejercicios, fueron            advertidas, y desde            entonces se cubrieron con vestidos y mantos mas largos. El            Papa León el Magno            quiso ver a Úrsula; la examinó, interrogándola sobre varias            cosas. Ella le            confió el secreto de su misión y le manifestó            sus visiones y con mucha            humildad y obediencia escuchó            las exhortaciones del Papa. El Pontífice le dió, con su bendición, muchas reliquias de Santos. En el viaje de retorno            se unieron a Úrsula            el obispo Ciriaco, un sacerdote de Egipto de nombre Pedro, y            un sacerdote de la            ciudad nativa de San Agustín, nieto de aquel hombre que donó            al santo los            terrenos donde fundó monasterios, dotándolos de algunas rentas. Estos eclesiásticos acompañaron            a Úrsula y a sus vírgenes principalmente por motivo de las preciosas reliquias            que llevaban. Úrsula llevo a Colonia un fragmento de hueso de San Pedro, el cual es reconocido aun            por tal, aunque se            ignora el origen del mismo. Asimismo llevo reliquia de San            Pablo; cabellos de            San Juan Evangelista y un fragmento de la vestidura que lo            cubría cuando fué            metido en la caldera de aceite hirviente. Cuando llegaron a            Basilea fueron            tantos y tantos los que se le unieron que navegaban en once            barcos hacía            Colonia.
Los Hunos se habían apoderado por entonces de la ciudad de Colonia y todo estaba en la mayor confusión            y desorden. Mientras estaban aún lejos de Colonia, el Arcángel            Rafael se            apareció de nuevo a Úrsula y le anunció la próxima corona del            martirio y la instruyó            en todo lo que debía hacer; le dijo, entre otras cosas, que se resistiera hasta tanto            todas las compañeras fueran bautizadas y convenientemente            dispuestas. Úrsula            comunicó esta visión a sus compañeras mas decididas y fieles,            y todas se            dirigieron pidiendo auxilio al Señor. Estando ya a poca            distancia de Colonia,            fueron recibidas con gritos salvajes por tropas de Hunos que            lanzaban sus            flechas sobre las naves. Remaron navegando rápidamente más            allá de la ciudad, y            no hubieran bajado a tierra a no haber dejado allí a muchas de            sus compañeras.            A una hora de distancia de Colonia desembarcaron y se            reunieron en una pequeña            llanura entre matorrales y formaron una especie de campamento.            He visto que            allí muchas de las que habían quedado y otras mujeres se            unieron a ellas.            Úrsula y los sacerdotes instruíanlas divididas en grupos y las preparaban a la lucha por la fe. He visto a los Hunos acercarse y a            sus jefes tratar con Úrsula.            Pretendían a la fuerza escogerse            a algunas jóvenes            y dividírselas entre ellos.            Las heroicas jóvenes se reunieron y se defendieron; con ellas            se habían reunido            también muchos habitantes de la ciudad y de los contornos,            oprimidos por los            invasores. Otros que se habían hecho amigos de las vírgenes            que habían quedado            en el primer viaje de Úrsula, determinaron proteger aquella            colonia de jóvenes,            y comenzaron a luchar y a defenderse con astas y palos y con            toda clase de            armas que encontraban a mano. Esta resistencia le había sido            ordenada por el            ángel a Úrsula para ganar tiempo y preparar a todas las            compañeras al martirio.            Durante la lucha por la resistencia he visto a Úrsula correr            por las escuadras            dispuestas mas atrás, hablar y orar con gran celo, mientras los sacerdotes bautizaban a las            que no eran aun cristianas, ya que para esto se habían agregado            muchas jóvenes y mujeres paganas. Cuando            estuvieron todas            bautizadas y dispuestas al martirio y que los enemigos las            habían rodeado por            todas partes, cesaron en la defensa y se prepararon al            martirio, cantando            alabanzas al Señor. Los enemigos comenzaron a herirlas con            clavas y a            traspasarlas con lanzas.
He            visto caer una fila entera de vírgenes traspasadas por los            dardos de los Hunos,            que las habían cercado; entre ellas había una de nombre Edit,            de la cual poseo            una reliquia. Úrsula fué traspasada por una lanza. Entre los            cuerpos que            cubrían el campo de martirio, además de las vírgenes que            habían venido de            Inglaterra, había muchas mujeres y doncellas que de varias            partes se habían            juntado a ellas, como también sacerdotes venidos de Roma y            otros hombres, y            algunos de los enemigos. Muchas otras fueron masacradas a bordo de las mismas naves. Córdula no había ido con Úrsula a Roma, sino que había quedado            en Colonia, donde gano a muchos a la fe cristiana.            Durante la            persecución se había mantenido oculta por temor. Luego se            presentó y se juntó a            las compañeras para ser martirizada. Los Hunos querían a toda            costa retenerla a            ella como a otras compañeras; pero hicieron tanta resistencia            a sus            pretensiones, que al fin las ataron las unas a las otras por            el brazo, y            dispuestas en línea las traspasaron con flechas. Cantando            alegremente, como si            fueran a las bodas, sufrieron el martirio. Muchas otras se            presentaron a los            Hunos confesando su fe cristiana y fueron en diversos lugares            masacradas. No            mucho después, los Hunos se fueron de Colonia. Los cuerpos de            los mártires            fueron recogidos en el lugar del martirio, llevados cerca de            Colonia y            sepultados en un recinto. Se hicieron vastas excavaciones,            fueron murados            muchos subterráneos y las sagradas reliquias, distribuidas            ordenadamente,            fueron conservadas piadosamente.
Los            barcos de estas jóvenes eran muy hermosos, muy ligeros,            abiertos, con galerías            en torno, guarnecidas con banderitas; tenían un mástil y un borde sobresaliente. Para remar las mujeres se sentaban en bancos            que servían también para dormir. Nunca había visto barcos            pequeños tan bien            dispuestos. En la época en que Úrsula partió de Inglaterra,            vivían en Francia            los santos obispos Germano y Lupo. El primero visito a Santa            Genoveva, que            había llegado a los doce años de edad. Cuando Germano y Lupo            fueron a            Inglaterra para luchar contra las herejías, consolaron a los            padres de Úrsula y            de las otras vírgenes, que estaban afligidos            por la ausencia            de sus hijas. A los Hunos los he visto, en su mayor parte, con las piernas desnudas. Usaban anchos jubones con largas correas de cuero, que les cubrían la parte inferior del cuerpo            y largos mantos que llevaban enrollados sobre las espaldas.
(*)              Alberto Gereon Stein, Párroco de Santa Úrsula, Colonia,              recogió en su libro Die              Ursula und Ihre Gesellschaft-Bachem (1879) todos los datos y              pruebas sobre la              Santa, llegando a las conclusiones siguientes: 1° Ursula es              hija de un rey de              Gran Bretaña y              conductora de las compañeras; 2° El número de las              mártires es de once              mil y eran de Gran Bretaña; 3° Fueron martirizadas              por los Hunos que              entonces devastaban la Germania, Galia e Italia.
___________________________________________________________________________________________
Fuente:              ar.geocities.com/misa_tridentina01 
          Pedro Capucci, Beato            Presbítero Dominico, Octubre 21   
                
 Presbítero Dominico                Martirologio Romano: En la                          ciudad de Cortona, en la Toscana, beato Pedro                          Capucci, presbítero de la Orden de Predicadores,                          el cual, meditando sobre la muerte, se ejercitó                          en la vida espiritual y con su predicación                          exhortó a los fieles a evitar la muerte eterna                          (1445).  |             
___________________________________________________________________________________________
Bertoldo de Parma, Santo            Hermano Lego, Octubre 21   
                
 Hermano Lego                Etimología: Bertoldo = El                          jefe explendido. Viene de la lengua alemana.  |             
___________________________________________________________________________________________
Fuente:              ar.geocities.com/misa_tridentina01 
          Juan Thwing de              Bridlington, Santo Monje,            Octubre 21   
                
 Monje                Martirologio Romano: En                          Bridlington, en Inglaterra, san Juan,                          presbítero, prior del monasterio de Canónigos                          Regulares de San Agustín, célebre por su                          oración, austeridad y bondad.  |             
___________________________________________________________________________________________
Fuente: Vatican.va 
          Laura de Santa              Catalina de Siena, Beata            Religiosa fundadora, 21 de octubre   
                
 Fundadora de la Congregación de las                    Hermanas Misioneras                 |             
___________________________________________________________________________________________
Fuente:              ar.geocities.com/misa_tridentina01 
          Celina (Celia o              Cilina) de Laon, Santa Madre            de San Remigio, Octubre 21   
                
 Madre de San Remigio de Reims                Martirologio Romano: En                          Laon, ciudad de la Galia, santa Cilina, madre de                          los santos obispos Principio de Soissons y                          Remigio de Reims (post 458).  |             
___________________________________________________________________________________________
Fuente: Achidiócesis de              Madrid 
          Hilarión de Gaza,              Santo            Eremita, Octubre 21   
                
 Eremita                Martirologio Romano: En la                          isla de Chipre, san Hilarión, abad, que,                          siguiendo las huellas de san Antonio, primero                          llevó vida solitaria cerca de la ciudad de Gaza                          y después fue fundador y ejemplo de la vida                          eremítica en esta región (c. 371).  |             
___________________________________________________________________________________________
Fuentes:            IESVS.org; EWTN.com;            Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de          www.edicionespalabra.es ,            misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en:          http://iesvs-org.blogspot.com/ 
Si NO desea el            evangelio, santoral y meditación diaria            y sólo artículos interesantes censurados por la prensa (la            mayoría), unos 4 por            semana escriba a: ave-maria-purisima+subscribe@googlegroups.com (responder el mensaje            de confirmación).
Para de-suscribirse            escribir desde su casilla de email            a:
Evangelio+unsubscribe@googlegroups.com
Si no se desuscribe es            porque recibe el mensaje en su            otro email que le reenvía al actual: debe escribir desde ese            otro email.









