JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san            Lucas 11, 42-46
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús: 
          "¡Ay de ustedes, fariseos, porque pagan diezmos hasta de la          hierbabuena,          de la ruda y de todas las verduras, pero se olvidan de la          justicia y del amor          de Dios! Esto debían practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de          ustedes,          fariseos, porque les gusta ocupar los lugares de honor en las          sinagogas y que          les hagan reverencias en las plazas! ¡Ay de ustedes, porque son          como esos          sepulcros que no se ven, sobre los cuales pasa la gente sin          darse cuenta!".          
          Entonces tomó la palabra un doctor de la ley y le dijo: 
          "Maestro, al hablar así nos insultas también a nosotros". 
          Jesús le respondió: 
          "¡Ay de ustedes, también, doctores de la ley, porque abruman a          la gente          con cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni con la          punta del          dedo!"
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su            oración: Esto es          gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos          un Avemaría de          corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres          de Gracia, el          Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y          bendito es el fruto          de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por          nosotros pecadores,          ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus          intenciones y          misas! 
Aclaración: una          relación muere sin comunicación y          comunidad-comunión. Con Dios es          igual: las "palabras          de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son          fuente de vida espiritual          (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es          necesario visitarse,          y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en          la Eucaristía,          que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer          la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO          (Dios) a          Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos          el daño que          hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los          Corazones de Jesús y          de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c)          agradecemos y d)          pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la          salvación del          mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no          ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película          completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación:          http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se            apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús            está aquí y lo            ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del              Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en              vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn            5,12). Si comulgamos            en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión)            con el Amor y            renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas            del Cordero            (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo            que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su            Sangre por nuestros            pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente            sin Amor: si una            novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del            Novio para            siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar.            Idolatramos aquello            que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía,            flojera). Por eso, es            pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y            fiestas (Catecismo            2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).          "Te amo,            pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso".            ¿Qué pensaríamos si            un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en            el mundo para ser felices            para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección            del amor, es            necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide            la Cátedra de            Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar            debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo,              come y bebe su propia              condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados            mortales? no            confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989),            no comulgar al            menos en tiempo pascual (920), abortar (todos            los métodos anticonceptivos            no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a            decidir, derechos            (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación            natural sin causa            grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por            iglesia, demorar en            bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón,            borrachera,            drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de            venganza, ver            pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado,            etc. Si no            ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos            sorprende la muerte            sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno            (Catecismo 1033-41;            Mt. 5,22; 10,            28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados            mortales objetivamente,            pero subjetivamente,            pueden ser menos graves,            si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes,            ya no hay            excusa.
† Misal
mie          28a. Ordinario año impar
      Antífona de Entrada
      Que se              postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten              himnos en tu honor y              alabanzas a tu nombre.
Oración            Colecta
      Oremos:
            Dios todopoderoso y eterno, que con amor gobiernas cielos y            tierra, escucha            paternalmente las súplicas de tu pueblo y haz que los días de            nuestra vida            transcurran en tu paz.
            Por nuestro Señor Jesucristo...
            Amén.
Primera            Lectura
      Dios              pagará a cada cual según sus obras, al judío primeramente,              pero también al no              judío
Lectura              de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 2, 1-11
No tienes disculpa tú,            quienquiera que seas, que te constituyes en juez de los demás;            pues al            condenarlos te condenas a ti mismo, ya que haces las mismas            cosas que condenas.            Pero ya sabemos que Dios condena justamente a los que hacen            tales cosas. 
            Tú, que condenas a los que hacen las mismas cosas que haces            tú, ¿piensas que            vas a escapar del juicio de Dios? ¿Por qué desprecias la            bondad inagotable de            Dios, su paciencia y su comprensión, y no te das cuenta de que            esa misma bondad            es la que te impulsa al arrepentimiento?
            Pues por la dureza de tu corazón empedernido vas acumulando            castigos para el            día del castigo, en el que Dios se manifestará como justo juez            y pagará a cada            uno según sus obras. A los que buscaron la gloria y el honor            que no se acaban,            y perseveraron en hacer el bien, les dará la vida eterna; a            los que por egoísmo            se rebelaron contra la verdad y cometieron injusticias, les            dará un castigo            terrible. 
            Todo aquél que haga el mal, el judío primeramente, pero            también el no judío,            tendrá tribulación y angustia; en cambio, todo aquél que haga            el bien, el judío            primeramente, pero también el no judío, tendrá gloria, honor y            paz, porque en            Dios no hay favoritismos.
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
      Del              salmo 61
Sólo en              Dios he puesto mi confianza.
Sólo en            Dios he puesto mi confianza, porque de él vendrá el bien que            espero. El es mi            refugio y mi defensa, ya nada me inquietará.
            Sólo en Dios he puesto mi confianza.
Sólo            Dios es mi esperanza, mi confianza es el Señor: es mi baluarte            y firmeza, es mi            Dios y salvador.
            Sólo en Dios he puesto mi confianza.
De Dios            viene mi salvación y mi gloria; él es mi roca firme y mi            refugio. Confía            siempre en él, pueblo mío, y desahoga tu corazón en su            presencia; porque sólo            en Dios está nuestro refugio.
            Sólo en Dios he puesto mi confianza.
Aclamación            antes del Evangelio
      Aleluya, aleluya.
            Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y            ellas me siguen.
            Aleluya.
Evangelio
      ¡Ay de ustedes, fariseos!              ¡Ay de ustedes también, doctores de la ley!
† Lectura del santo              Evangelio según san Lucas 11, 42-46
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús: 
            "¡Ay de ustedes, fariseos, porque pagan diezmos hasta de la            hierbabuena,            de la ruda y de todas las verduras, pero se olvidan de la            justicia y del amor            de Dios! Esto debían practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de            ustedes,            fariseos, porque les gusta ocupar los lugares de honor en las            sinagogas y que            les hagan reverencias en las plazas! ¡Ay de ustedes, porque            son como esos            sepulcros que no se ven, sobre los cuales pasa la gente sin            darse cuenta!".            
            Entonces tomó la palabra un doctor de la ley y le dijo: 
            "Maestro, al hablar así nos insultas también a nosotros". 
            Jesús le respondió: 
            "¡Ay de ustedes, también, doctores de la ley, porque abruman a            la gente            con cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni con la            punta del            dedo!"
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración            sobre las Ofrendas
      Concédenos, Señor,            participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que            celebramos el            memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de            nuestra            redención.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
Prefacio
      El misterio de la salvación              en Cristo
En verdad es justo y            necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre            y en todo lugar,            por Jesucristo, tu Hijo amado. 
            Por él, que es tu palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo            enviaste para            que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de            María la Virgen,            fuera nuestro Salvador y Redentor.
            El, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y            manifestar la            resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió            para ti un pueblo            santo.
            Por eso,
            con los ángeles y los santos, cantamos el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
      Para              mí, Señor, has preparado la mesa y has llenado la copa hasta              los bordes.
Oración después de la Comunión
      Oremos:
            Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad para que,            alimentados del mismo pan            del cielo, permanezcamos siempre unidos por el mismo amor.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén
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Dia          16/10-1 Santa Eduvigis (Religiosa, blanco)
      Antífona          de Entrada
      El Señor            es la parte que me ha tocado en herencia; la parte que he            recibido es la más            hermosa. El mismo Señor es mi recompensa.
Oración          Colecta
      Oremos:
          Señor, tú que otorgaste a santa Eduvigis la gracia de imitar con          fidelidad a          Cristo pobre y humilde, ayúdanos a vivir fielmente nuestra          vocación cristiana,          para que reproduzcamos cada día mejor, en nosotros, la imagen de          tu Hijo, que          vive y reina contigo...
          Amén.
Primera          Lectura
      Como el            sol que brilla en el cielo del Señor, así es la mujer bella en            su casa bien            arreglada
Lectura            del libro del Eclesiástico
            26, 1-4. 16-21
Dichoso          el marido de una mujer buena: se doblarán los años de su vida.          La mujer          hacendosa es la alegría de su marido, y él vivirá su vida en          paz. La mujer          buena es un tesoro: lo encuentran los que temen al Señor; sean          ricos o pobres,          estarán contentos y siempre vivirán con alegría.
          La mujer servicial alegra a su marido; la que es cuidadosa le          causa bienestar.          La mujer discreta es un don del Señor; y la bien educada no          tiene precio. La          mujer modesta duplica su encanto y la que es dueña de sí supera          toda alabanza.
          Como el sol que brilla en el cielo del Señor, así es la mujer          bella en su casa          bien arreglada. Palabra de Dios.
          Te alabamos, Señor.
Salmo          Responsorial
      Del salmo            127
Dichosos            los que temen al Señor.
Dichosos          los que temen al Señor y siguen los caminos de su ley. Comerán          del trabajo de          sus manos, serán felices y les irá bien.
          Dichosos los que temen al Señor.
Será su          esposa como vid fecunda en la paz hogareña; serán sus hijos como          olivos nuevos          en torno de su mesa.
          Dichosos los que temen al Señor.
Así          bendecirá el Señor al hombre que le teme y lo respeta. Que el          Señor te bendiga          desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días          de tu vida: que          veas a los hijos de tus hijos.
          Dichosos los que temen al Señor.
Aclamación          antes del Evangelio
      Aleluya,            aleluya.
          Si se mantienen fieles a mi palabra, dice el Señor, serán          verdaderamente          discípulos míos y conocerán la verdad.
          Aleluya.
Evangelio
      El que cumple            la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre
† Lectura            del santo Evangelio según san Marcos
            3, 31-35
Gloria a            ti, Señor.
En aquel          tiempo, la madre y los parientes de Jesús llegaron a la casa          donde se          encontraba él, se quedaron fuera y lo mandaron llamar. En torno          a él estaba          sentada una multitud, cuando le dijeron: "Ahí fuera están tu          madre y tus          hermanos, que te buscan".
          El les respondió:
          "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?"
          Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo:
          "Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la          voluntad de          Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre".
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús
Oración          sobre las Ofrendas
      Señor,          por este sacrificio que te presentamos en la fiesta de santa          Eduvigis,          concédenos los bines de la paz y la unidad.
          Por Jesucristo, nuestro Señor.
          Amén.
Prefacio
      Acción de            los santos en la Iglesia
En verdad          es justo y necesario, nuestro deber y salvación, darte gracias          siempre y en          todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por          Cristo, Señor          nuestro.
          Porque con la vida de tus santos, enriqueces a tu Iglesia con          formas siempre          nuevas de admirable santidad, y nos das pruebas indudables de tu          amor por          nosotros; y también, porque su ejemplo nos impulsa y su          intercesión nos ayuda a          colaborar en el misterio de la salvación.
          Por eso,
          ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles          y los santos          diciendo:
Antífona          de la Comunión
      Yo les            aseguro, dice el Señor, que los que han dejado todo para            seguirme, recibirán            cien veces más y alcanzarán la vida eterna.
Oración          después de la Comunión
      Oremos:
          Dios omnipotente, que por medio de este sacramento nos comunicas          la fuerza del          tu Espíritu, haz que, a ejemplo de santa Eduvigis, te amemos          sobre todas las          cosas y vivamos siempre como verdaderos hijos tuyos.
          Por Jesucristo, nuestro Señor.
          Amén
Día          16/10-2 Santa Margarita María de Alacoque (Virgen, blanco)
      Antífona          de Entrada
      Como las            vírgenes prudentes, santa Margarita Alacoque conserva su            lámpara encendida para            salir al encuentro de Cristo.
Oración          Colecta
      Oremos:
          Concédenos, Dios, salvador nuestro, que al conmemorar hoy a          santa Margarita Alacoque,          virgen, aprendamos, a ejemplo suyo, a servirte con amor y          alegría.
          Por nuestro Señor Jesucristo...
          Amén.
Primera          Lectura
      Experimentar            el amor de Cristo, que sobrepasa todo conocimiento humano
Lectura            de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios
            3, 14-19
Hermanos:          Me arrodillo ante el Padre, de quien procede toda paternidad en          el cielo y en          la tierra, para que, conforme a los tesoros de su bondad, les          conceda que su Espíritu          los fortalezca interiormente y que Cristo habite por la fe en          sus corazones.
          Así, arraigados y cimentados en el amor, podrán comprender con          todo el pueblo          de Dios, la anchura y la longitud, la altura y la profundidad          del amor de          Cristo, y experimentar ese amor que sobrepasa todo conocimiento          humano, para          que así queden ustedes colmados con la plenitud misma de Dios.
          Palabra de Dios.
          Te alabamos, Señor.
Salmo          Responsorial
      Del salmo            22
El Señor            es mi pastor, nada me faltará.
El Señor          es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar          y hacia fuentes          tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. Por ser un Dios          fiel a sus          promesas, me guía por el sendero recto.
          El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Así,          aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás          conmigo. Tu vara          y tu cayado me dan seguridad.
          El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Tú mismo          me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la          cabeza con          perfume y llenas mi copa hasta los bordes. 
          'El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Tu bondad          y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y          viviré en la casa          del Señor por años sin término.
          El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Aclamación          antes del Evangelio
      Aleluya,            aleluya.
          Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque          has revelando los          misterios del Reino a la gente sencilla.
          Aleluya.
Evangelio
      Has            escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has            revelado a la            gente sencilla
† Lectura            del santo Evangelio según san Mateo
            11, 25-30
Gloria a            ti, Señor.
En aquel          tiempo, Jesús exclamó:
          "¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque          has          escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has          revelado a la gente          sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! El          Padre ha puesto          todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el          Padre, y nadie          conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo          quiera revelar.
          Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la          carga, y yo los          aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy          manso y humilde          de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave, y          mi carga          ligera".
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración          sobre las Ofrendas
      Acepta,          Señor, los dones que te presentamos, en reconocimiento de las          maravillas          realizadas por tu amor en la vida de santa Margarita de          Alacoque, virgen, y haz          que nuestro sacrificio de alabanza sea grato a tus ojos.
          Por Jesucristo, nuestro Señor.
          Amén.
Prefacio
      La vida            consagrada a Dios es un signo Del Reino de los cielos
En verdad          es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del          cielo y de la          tierra.
          Porque al celebrar a los santos que por amor al Reino de los          cielos se          consagraron a Cristo,
          reconocemos tu Providencia admirable, que no cesa de llamar al          hombre a la          santidad primera,
          para hacerlo participar ya desde ahora de la vida que gozará en          el cielo, por          Cristo, nuestro Señor.
          Por eso,
          con todos los ángeles y santos, te alabamos proclamando sin          cesar:
Antífona          de la Comunión
      Ya viene            el esposo; salgamos al encuentro de Cristo, el Señor.
Oración          después de la Comunión
      Oremos:
          Señor, que este sacramento fortalezca en nosotros tu amor, para          que aceptemos          los sufrimientos de nuestra vida como una forma de participar en          la pasión de          Cristo y nos esforcemos por vivir unidos a ti, a ejemplo de          santa Margarita          María Alacoque..
        Por          Jesucristo, nuestro Señor.
          Amén
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† Meditación diaria
28ª semana. Miércoles
LA TENTACIÓN Y EL MAL
— Jesucristo quiso          ser tentado, nosotros también sufriremos tentaciones y pruebas.          En la tentación          se muestra nuestro amor a Dios y la fidelidad a los compromisos          que con Él          tenemos.
— Qué es la          tentación. Bienes que puede producir.
— Medios para vencer.
I. No nos dejes            caer en la tentación y líbranos del mal, rogamos al Señor          en la última          petición del Padrenuestro.
Después de haber          pedido a Dios que nos perdone los pecados, le suplicamos          enseguida que nos dé          las gracias necesarias para no volver a ofenderle y que no          permita que seamos          vencidos en las pruebas que vamos a padecer, pues "en el mundo          la vida misma es          una prueba (...). Pidamos, pues, que no nos abandone a nuestro          arbitrio, sino          que en todo momento nos guíe con piedad paterna y nos confirme          en el sendero de          la vida con moderación celestial. Y líbranos del mal.          ¿De qué mal? Del          diablo, de quien procede todo mal"1. El diablo, que          existe, que no          deja de rondar alrededor de cada criatura para sembrar la          inquietud, la          ineficacia, la separación de Dios. "Hay épocas –hacía notar el          Papa Juan Pablo          II– en las que la existencia del mal entre los hombres          se hace singularmente          evidente en el mundo. Aparece entonces con más claridad cómo los          poderes de las          tinieblas, que actúan en el hombre y a través de él, son mayores          que el mismo          hombre. Lo cercan, lo asaltan desde fuera.
"Se tiene la          impresión de que el hombre actual no quiere ver ese problema.          Hace todo lo          posible por eliminar de la conciencia general la existencia de          esos          "dominadores de este mundo tenebroso", esos "astutos ataques del          diablo" de los          que habla la Carta a los Efesios. Con todo, hay épocas          históricas en las que          esa verdad de la Revelación y de la fe cristiana, que tanto          cuesta aceptar, se          expresa con gran fuerza y se percibe de forma casi palpable"2.
Jesús, nuestro          Modelo, quiso ser tentado para enseñarnos a vencer y para que          nos llenemos de          ánimo y de confianza en todas las pruebas. No es nuestro            Pontífice tal que            no pueda compadecerse de nuestras flaquezas; antes, fue            tentado en todo a            semejanza de nosotros, fuera del pecado3.          Seremos tentados de          una forma u otra a lo largo de la vida. Quizá más cuanto mayor          sea nuestro          deseo de seguir a Cristo de cerca. La gracia que hemos recibido          en el Bautismo          y ha aumentado por nuestra correspondencia se verá amenazada          hasta el último          momento en que dejemos este mundo. Hemos de estar alerta, con la          vigilia del          soldado en el campamento. Y hemos de tener siempre presente que          nunca seremos          tentados más allá de nuestras fuerzas4. Podemos          vencer en toda          circunstancia si huimos de las ocasiones y pedimos los auxilios          oportunos. Y          "si alguno aduce la excusa de que la debilidad de la naturaleza          le impide amar          a Dios, se le debe enseñar que Él, que requiere nuestro amor, ha          derramado en          nuestros corazones la virtud de la caridad por medio del          Espíritu Santo (Rom          5, 5); y nuestro Padre celestial da este buen espíritu a quienes          se lo piden          (cfr. Lc 9, 13); y así, con razón le suplicaba San          Agustín: Da lo que            mandas, y manda lo que quieras. Y ya que está a nuestra          disposición el          auxilio divino (...), no hay por qué asustarse por la dificultad          de la obra;          porque nada es difícil para el que ama"5.
La tentación en sí          misma no es mala; es más, es una ocasión de mostrar al Señor que          le amamos, que          le preferimos a cualquier otra cosa, y medio para crecer en las          virtudes y en          la gracia santificante. Bienaventurado el varón -enseña          la Escritura- que            soporta la tentación, porque, probado, recibirá la corona de            la vida, que Dios            prometió a los que le aman6. Pero, aunque la          prueba en sí misma          no es un mal, sería una presunción desearla o provocarla de          alguna manera. Y en          sentido contrario, sería un gran error temerla excesivamente,          como si no          confiáramos en las gracias que el Señor nos tiene preparadas          para vencer, si          acudimos a Él en nuestra debilidad. "No te turbes si al          considerar las          maravillas del mundo sobrenatural sientes la otra voz –íntima,          insinuante– del          hombre viejo.
"Es "el cuerpo de          muerte" que clama por sus fueros perdidos... Te basta la gracia:          sé fiel y          vencerás"7.
II. Tentar –enseña          Santo Tomás– no es otra cosa que tantear, poner a prueba. Tentar          al hombre es          poner a prueba su virtud8. La tentación es todo          aquello –bueno o          malo en sí mismo– que en un momento dado tiende a separarnos del          cumplimiento          amoroso de la voluntad de Dios. Podemos padecer tentaciones que          vienen de la          propia naturaleza, herida por el pecado original e inclinada al          pecado: nacemos          con el desorden de la concupiscencia y de los sentidos. El          demonio incita al          mal, aprovechando esa debilidad y prometiendo una felicidad que          él no tiene ni          puede dar. Estad alerta y velad, advierte San Pedro, que            vuestro            adversario el diablo, como león rugiente, anda rondando y            buscando a quien            devorar9. Solo "quien confía en Dios no teme al          demonio"10.
Junto al diablo están          aliados el mundo y nuestras propias pasiones, que nos          acompañarán          siempre. El mundo, en este sentido, está constituido por          todo aquello          que aleja de Dios: las criaturas que parecen vivir          exclusivamente para su amor          propio, su vanidad y su sensualidad; los que tienen los ojos          puestos solo en          las cosas de la tierra: el dinero y un desordenado deseo de          bienestar material,          que se considera en la práctica como lo único que realmente vale          la pena. Para          ellos, son locura y algo propio de siglos atrás el necesario          desprendimiento de          las cosas de la tierra, la amable austeridad cristiana, la          castidad... La          mortificación voluntaria, sin la cual no se puede ir adelante en          el seguimiento          de Cristo, es mirada como necedad. Están incapacitados para          entender las cosas          de Dios, y querrían inculcar a los demás sus principios, un          sentido de la vida          en el que Dios no tiene lugar o bien ocupa un puesto muy alejado          y secundario.          Con palabras, y sobre todo con su ejemplo, se empeñan en llevar          a otros por el          camino ancho por el que ellos corren. A veces intentan          desalentar al que quiere          ser consecuente con los principios cristianos, y se burlan de su          vida y de sus          ideas.
Dios permite que          seamos tentados porque persigue un bien superior. En su          Providencia ha          dispuesto que también de las pruebas saquemos provecho. A veces          son un medio          insustituible para acercarnos filialmente a Él.
La tentación es,          frecuentemente, como una bengala que ilumina las profundidades          del alma. En la          tentación y en la dificultad podemos ver nuestra capacidad real          de generosidad,          de espíritu de sacrificio, de rectitud de intención..., y          también la envidia          oculta, la avaricia enmascarada bajo la fachada de falsas          necesidades, la sensualidad,          la soberbia..., la capacidad de mal que hay en cada uno. En esos          momentos          podemos crecer en el propio conocimiento y, como consecuencia,          en la humildad.          Nos hace ver lo débiles que somos y lo cerca que estaríamos del          pecado si el          Señor no nos ayudara. Es más fácil entonces pedir auxilio y          amparo. ¡Cuántas          veces hemos de rezar, conscientes de lo que decimos, a nuestro          Padre Dios: no            nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal! Las          pruebas nos enseñan          a disculpar con más facilidad los defectos de los demás y a          darnos cuenta de          que, al fin y al cabo, es una mota de polvo lo que llevan en el          ojo, en          comparación con la viga que hemos visto en el nuestro. Por eso,          nos ayudan a          vivir mejor la caridad, a comprender más y a estar dispuestos a          rezar y a          prestar la cooperación y el socorro que están a nuestro alcance.
La tentación impulsa          a crecer en las virtudes. Rechazar una duda contra la fe          despierta un acto de          fe; cortar una incipiente murmuración es crecer en el respeto a          los demás;          apartar con prontitud un mal pensamiento contra la castidad es          ganar en finura          en el trato con el Señor. Una época especialmente difícil en          tentaciones, que          se puede presentar en cualquier edad y momento de la vida          interior, será una          ocasión excelente para aumentar la devoción a la Virgen, para          crecer en          humildad, para ser más dóciles y sinceros en la dirección          espiritual... No debemos          asustarnos ni desanimarnos. Nada nos separa de Dios si la          voluntad no lo          permite. Nadie peca si no quiere. Ese tiempo difícil, si el          Señor lo          permitiera, es época de adelantar mucho en la vida interior y de          purificar el          corazón.
La tentación puede          ser una fuente inagotable de gracias y de méritos para la vida          eterna. Porque            eras acepto a Dios, fue necesario que la tentación te probara11.          Con estas palabras consoló el Ángel a Tobías en medio de su          prueba. También han          servido a muchos cristianos a la hora de sus tribulaciones.
III. Para vencer,          hemos de pedir ayuda a Nuestro Señor, que está siempre de          nuestra parte en la          pelea. Él lo puede todo: Confiad, Yo he vencido al mundo12.          Y, junto a Cristo, nosotros podemos decir: Omnia possum in            eo qui me            confortat. Todo lo puedo en Aquel que me confortará13.          Dominus            illuminatio mea et salus mea, ¿quem timebo? El Señor es mi          luz y mi          salvación, ¿a quién temeré?14.
Contamos en las          tentaciones con el auxilio poderoso de los Ángeles Custodios,          puestos por          nuestro Padre Dios para que nos protejan siempre que lo          necesitemos: Te            enviará a sus ángeles para que no tropieces en piedra alguna15.          A ellos acudiremos con mucha frecuencia, pidiéndoles ayuda, pero          de modo          especial en las tentaciones. El Ángel Custodio es un formidable          amigo, presto a          ayudarnos en los momentos de mayor peligro y necesidad.
Estamos alerta contra          las tentaciones cuando cuidamos la oración personal, que evita          la tibieza, y no          dejamos la mortificación, que nos mantiene despiertos en las          cosas de Dios.          Somos fuertes cuando huimos de las ocasiones de pecar, por          pequeñas que          parezcan, pues sabemos que quien ama el peligro perecerá en            él16;          cuando tenemos el día lleno de trabajo intenso, evitando la          ociosidad y la          pereza. Además, debemos tener en cuenta que es más fácil          resistir al principio,          cuando la tentación se insinúa, que si permitimos que vaya          tomando cuerpo,          "pues entonces no dejamos pasar al enemigo de la puerta del          alma. Por esto se          suele decir: "resiste a los principios; tarde viene el remedio          cuando la llaga          es vieja""17. Aunque, incluso cuando "la llaga es          vieja", se puede,          con humildad, encontrar el remedio oportuno.
Combatimos          eficazmente las tentaciones manifestándolas con toda sinceridad          en la dirección          espiritual, pues mostrarlas es ya casi vencerlas. Y si acudimos          a la Virgen,          Nuestra Señora, siempre saldremos vencedores, aun de las pruebas          en que nos          sentíamos más perdidos.
1 San Pedro Crisólogo,          Sermón 67. — 2 Juan Pablo II, Homilía          3-V-1987. — 3          Heb 4, 15. — 4 Cfr. 1 Cor 10, 13. — 5          Catecismo          Romano III, 1, n. 7. — 6 Sant 1, 12. — 7          San Josemaría          Escrivá, Camino, n. 707. — 8 Cfr. Santo Tomas, Sobre            el            Padrenuestro, en Escritos de catequesis, p. 160. —          9 1 Pdr          5, 8. — 10 Tertuliano, Tratado sobre la oración,          8. — 11 Tob          12, 13. — 12 Jn 16, 23. — 13 Flp          4, 13. — 14          Sal 26, 1. — 15 Sal 90, 11. — 16          Eclo 3,          27.— 17 T. Kempis, Imitación de Cristo, 1, 13,          5.
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† Santoral               (si          GoogleGroups corta el texto,          lo encontrará en www.iesvs.org)
Santa            Margarita María Alacoque
            Año 1690
EL SAGRADO CORAZON                DE JESUS, SU HISTORIA 1-4.
EL SAGRADO CORAZON DE JESUS, SU                HISTORIA 2-4.
EL SAGRADO CORAZON                DE JESUS, SU HISTORIA 3-4.
EL SAGRADO CORAZON                DE JESUS, SU HISTORIA 4-4.
La Gran Revelación a                Santa Margarita
SANTA MARGARITA                MARIA ALACOQUE
Digamos            de vez en cuando las dos oraciones tan queridas para los            devotos del Sagrado            Corazón: "Jesús manso y humilde de corazón, haz nuestro            corazón semejante            al tuyo"."Sagrado Corazón de Jesús. En voz confío".
Margarita          nace el 22 de julio de          1647 en el pequeño pueblo de Lautecour en Francia. 
Su          padre Claudio Alacoque, juez y notario. La mamá Filiberta Lamyn.          Los hijos son          cinco. La menor es Margarita. El párroco, Antonio Alacoque, tío          suyo, la          bautiza a los tres días de nacida. Ella dice en su autobiografía          que desde          pequeña le concedió Dios que Jesucristo fuera el único dueño de          su corazón. Y          le concedió otro gran favor: un gran horror al pecado, de manera          que aun la más          pequeña falta le resultaba insoportable.
Dice          que siendo todavía una niña, un día en la elevación de la Santa          Hostia en la          Misa le hizo a Dios la promesa de mantenerse siempre pura y          casta. Voto de          castidad.
Aprendió          a rezar el rosario y lo recitaba con especial fervor cada día y          la Virgen Santísima          le correspondió librándola de muchos peligros.
La          llevan al colegio de las Clarisas y a los nueve años hace La          Primera Comunión.          Dice "Desde ese día el buen Dios me concedió tanta amargura en          los          placeres mundanos, que aunque como jovencita inexperta que era a          veces los          buscaba, me resultaban muy amargos y desagradables. En cambio          encontraba un          gusto especial en la oración".
Vino          una enfermedad que la tuvo paralizada por varios años. Pero al          fin se le          ocurrió consagrarse a la Virgen Santísima y ofrecerle propagar          su devoción, y          poco después Nuestra Señora le concedió la salud.
Era          muy joven cuando quedó huérfana de padre, y entonces la mamá de          Don Claudio          Alacoque y dos hermanas de él, se vinieron a la casa y se          apoderaron de todo y          la mamá de Margarita y sus cinco niños se quedaron como          esclavizados. Todo          estaba bajo llave y sin el permiso de las tres mandonas mujeres          no salía nadie          de la casa. Así que a Margarita no le permitían ni siquiera          salir entre semana          a la iglesia. Ella se retiraba a un rincón y allí rezaba y          lloraba. La          regañaban continuamente.
En          medio de tantas penas le pareció que Nuestro Señor le decía que          deseaba que          ella imitara lo mejor posible en la vida de dolor al Divino          Maestro que tan          grandes penas y dolores sufrió en su Pasión y muerte. En          adelante a ella no          sólo no le disgusta que le lleguen penas y dolores sino que          acepta todo esto          con el mayor gusto por asemejarse lo mejor posible a Cristo          sufriente.
Lo          que más la hacía sufrir era ver cuán mal y duramente trataban a          su propia          madre. Pero le insistía en que ofrecieran todo esto por amor de          Dios. Una vez          la mamá se enfermó tan gravemente de erisipela que el médico          diagnosticó que          aquella enfermedad ya no tenía curación. Margarita se fue          entonces a asistir a una          Santa Misa por la salud de la enferma y al volver encontró que          la mamá había          empezado a curar de manera admirable e inexplicable.
Lo          que más le atraía era el Sagrario donde está Jesús Sacramentado          en la Sagrada          Hostia. Cuando iba al templo siempre se colocaba lo más cercana          posible al          altar, porque sentía un amor inmenso hacia Jesús Eucaristía y          quería hablarle y          escucharle.
A          los 18 años por deseo de sus familiares empezó a arreglarse          esmeradamente y a          frecuentar amistades y fiestas sociales con jóvenes. Pero estos          pasatiempos          mundanales le dejaban en el alma una profunda tristeza. Su          corazón deseaba          dedicarse a la oración y a la soledad. Pero la familia le          prohibía todo esto.
El          demonio le traía la tentación de que si se iba de religiosa no          sería capaz de          perseverar y tendría que devolverse a su casa con vergüenza y          desprestigio.          Rezó a la Virgen María y Ella le alejó este engaño y tentación y          la convenció          de que siempre la ayudaría y defendería.
Un          día después de comulgar sintió que Jesús le decía: "Soy lo mejor          que en          esta vida puedes elegir. Si te decides a dedicarte a mi servicio          tendrás paz y          alegría. Si te quedas en el mundo tendrás tristeza y amargura".          Desde entonces          decidió hacerse religiosa, costara lo que costara.
En          el año 1671 fue admitida en la comunidad de La Visitación,          fundada por San          Francisco de Sales. Entró al convento de Paray-le=Monial. Una de          sus compañeras          de noviciado dejó escrito: "Margarita dio muy buen ejemplo a las          hermanas          por su caridad; jamás dijo una sola palabra que pudiera molestar          a alguna, y          demostraba una gran paciencia al soportar las duras reprimendas          y humillaciones          que recibía frecuentemente".
La          pusieron de ayudante de una hermana que era muy fuerte de          carácter y ésta se          desesperaba al ver que Margarita era tan tranquila y callada. La          superiora          empleaba métodos duros y violentos que hacían sufrir fuertemente          a la joven          religiosa, pero esta nunca daba la menor muestra de estar          disgustada. Con esto          la estaba preparando Nuestro Señor para que se hiciera digna de          las          revelaciones que iba a recibir.
El          27 de diciembre de 1673 se le apareció por primera vez el          Sagrado Corazón de          Jesús. Ella había pedido permiso para ir los jueves de 9 a 12 de          la noche a          rezar ante el Santísimo Sacramento del altar, en recuerdo de las          tres horas que          Jesús pasó orando y sufriendo en el Huerto de Getsemaní.
De          pronto se abrió el sagrario donde están las hostias consagradas          y apareció          Jesucristo como lo vemos en algunos cuadros que ahora tenemos en          las casas.          Sobre el manto su Sagrado Corazón, rodeado de llamas y con una          corona de          espinas encima, y una herida. Jesús señalando su corazón con la          mano le dijo:          "He aquí el corazón que tanto ha amado a la gente y en cambio          recibe          ingratitud y olvido. Tú debes procurar desagraviarme". Nuestro          Señor le          recomendó que se dedicara a propagar la devoción al Corazón de          Jesús porque el          mundo es muy frío en amor hacia Dios y es necesario enfervorizar          a las personas          por este amor.
Durante          18 meses el Corazón de Jesús se le fue apareciendo. Le pidió que          se celebrara          la Fiesta del Sagrado Corazón cada año el Viernes de la semana          siguiente a la          fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus).
El          Corazón de Jesús le hizo a Santa Margarita unas promesas          maravillosas para los          que practiquen esta hermosa devoción. Por ejemplo "Bendeciré las          casas          donde sea expuesta y honrada la imagen de mi Sagrado Corazón.          Daré paz a las          familias. A los pecadores los volveré buenos y a los que ya son          buenos los          volveré santos. Asistiré en la hora de la muerte a los que me          ofrezcan la          comunión de los primeros Viernes para pedirme perdón por tantos          pecados que se          cometen", etc.
Margarita          le decía al Sagrado Corazón: "¿Por qué no elige a otra que sea          santa, para          que propague estos mensajes tan importantes? Yo soy demasiado          pecadora y muy          fría para amar a mi Dios". Jesús le dijo: "Te he escogido a ti          que          eres un abismo de miserias, para que aparezca más mi poder. Y en          cuanto a tu          frialdad para amar a Dios, te regalo una chispita del amor de mi          Corazón".          Y le envió una chispa de la llama que ardía sobre su Corazón, y          desde ese día          la santa empezó a sentir un amor grandísimo hacia Dios y era tal          el calor que          le producía su corazón que en pleno invierno, a varios grados          bajo cero, tenía          que abrir la ventana de su habitación porque sentía que se iba a          quemar con tan          grande llama de amor a Dios que sentía en su corazón (¡Ojalá          Dios nos diera a          nosotros una chispita de esas!)
Nuestro          Señor le decía: "No hagas nada sin permiso de las superioras. El          demonio          no tiene poder contra las que son obedientes".
Margarita          enfermó gravemente. La superiora le dijo: "Creeré que sí son          ciertas las          apariciones de que habla, si el Corazón de Jesús le concede la          curación".          Ella le pidió al Sagrado Corazón que la curara y sanó          inmediatamente. Desde ese          día su superiora creyó que sí en verdad se le aparecía Nuestro          Señor.
Dios          permitió que enviaran de capellán al convento de Margarita a San          Claudio de la          Colombiere y este hombre de Dios que era jesuita, obtuvo que en          la Compañía de          Jesús fuera aceptada la devoción al Corazón de Jesús. Desde          entonces los          jesuitas la han propagado por todo el mundo.
Margarita          fue nombrada Maestra de novicias. Enseñó a las novicias la          devoción al Sagrado          Corazón (que consiste en imitar a Jesús en su bondad y humildad          y en confiar          inmensamente en Él, en ofrecer oraciones y sufrimientos y misas          y comuniones          para desagraviarlo, y en honrar su santa imagen) y aquellas          jóvenes progresaron          rapidísimo en santidad. Luego enseñó a su hermano (comerciante)          esta devoción y          el hombre hizo admirables progresos en santidad. Los jesuitas          empezaron a          comprobar que en las casas donde se practicaba la devoción al          Corazón de Jesús          las personas se volvían mucho más fervorosas.
El          Corazón de Jesús le dijo: "Si quieres agradarme confía en Mí. Si          quieres          agradarme más, confía más. Si quieres agradarme inmensamente,          confía          inmensamente en Mí".
Antes          de morir obtuvo que en su comunidad se celebrara por primera vez          la fiesta del          Sagrado Corazón de Jesús.
El          17 de octubre de 1690 murió llena de alegría porque podía ir a          estar para          siempre en el cielo al lado de su amadísimo Señor Jesús, cuyo          Corazón había          enseñado ella a amar tanto en este mundo.
DEVOCIÓN AL SAGRADO              CORAZÓN DE JESÚS          
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|                Santa Eduvigis    |           
Una viuda con          tres hijos y tres hijas,          que se dedica a restaurar conventos y repartir ayudas con gran          generosidad a          los pobres, esa es Eduvigis, santa muy antigua pero muy popular          todavía en          muchas regiones de la tierra.
Nació          en Baviera, Alemania en 1174.          Era hermana de Santa Gertrudis y tía de Santa Isabel de Hungría.
Desde          sus tiernos años colocó Dios          en Santa Eduwigis todos sus afectos; no obstante que le          lisonjeaban los aplausos          y delicias de la corte de Bertoldo, su padre, Marqués de Moravia          (en la actual          República Checa).
Puesta          en estado de matrimonio con          Enrique, Duque de Polonia, igual suyo así en la soberanía como          en la piedad,          movió a éste con sus ejemplos a cultivar las virtudes propias de          un príncipe          cristiano. Por consejo de ella, su marido fundó varios conventos          de religiosas,          y para construirlos llevaba a los bandidos que estaban en las          cárceles, y así          les hacía ser útiles a la patria.
Educó a          sus hijos en el temor divino          y logró que todos vivieran arreglados a la Ley del Señor.
Alcanzó          de su esposo licencia para          vivir en castidad y el buen Enrique, a imitación de su esposa,          se obligó también          a guardarla. Casi treinta años vivieron estos consortes como          ángeles. Luego de          la muerte de su esposo, se hizo religiosa. 
Los          largos años de su vejez los          empleó en fundar conventos y en ayudar pobres. En los conventos          pasaba muchas          temporadas viviendo como la más observante de las monjas. Oraba          sin intermisión          y derramando su corazón cierta vez ante un crucifijo, vio que,          desclavando de          la cruz la mano diestra, Jesús le daba su bendición y oyó que le          decía :          "He escuchado tu oración, alcanzarás lo que pidas".
Todo lo          daba para los necesitados.          Mortificaba su cuerpo con sangrientas penitencias. Andaba          descalza sobre la          nieve y los pies le sangraban. Llevaba un par de zapatos en la          cintura por si          venía alguna persona, calzárselos y que así no se dieran cuneta          de la          penitencia que hacía. Un día un sacerdote le dio un par de          zapatos nuevos y le          dijo: "le pongo como penitencia el llevarlos siempre puestos".          Días          más tarde la encontró descalza. "¿No le dije que debía llevar          los zapatos          puestos?" Ella le respondió: "Sí, los llevo puestos en un          maletín que          llevo a las espaldas". Y los sacó de allí.
Aseguró          doncellas, dotó monjas,          amparó religiosas y en el mundo, por su caritativa compasión, se          constituyó          deudora de los desvalidos; pero especialmente se esmeró con          trece pobres, que          en la honra de su Divino Jesús y sus doce apóstoles, agregó a su          familia y a          los cuales llevaba siempre consigo, para servirles y regalarles.          Le llevó a la          Santa gran
          parte de su misericordia la tribulación de aquellos miserables          que, hallándose          cargados de deudas, no podían por su pobreza satisfacerlas; ella          las pagaba,          los liberaba de ellas.
A una          religiosa ciega la curó al          imponerle las manos y rezar por ella. A varias personas les          anunció lo que les          iba a suceder en lo futuro. Ella misma supo con anticipación la          fecha de su          muerte. Pidió la Unción de los enfermos, cuando no parecía          sufrir de enfermedad          grave. Y en verdad que sí ya se iba a morir y nadie lo          imaginaba.
Amó          tiernísimamente a María          Santísima, de quien traía siempre consigo una pequeña imagen que          le cabía en el          puño, y fue caso prodigioso que habiendo muerto con ella en la          mano, no fue          posible quitársela. Lo más admirable fue que, trasladándose el          cadáver después          de muchos años, se le halló con la imagen empuñada, y los dedos          con los
          que la tenía, incorruptos. Murió el 15 de octubre de 1243 a los          65 años de          edad.
Las          grandes riquezas que le dejó su          esposo las repartió entre los pobres. En Polonia ha sido siempre          muy estimada          por los católicos.
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Galo, Santo          Sacerdote,          16 de octubre   
              
 Sacerdote Felipe Santos  |           
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Fuente:          Corazones.org 
          Gerardo Mayela, Santo Patrono de las parturientas, 16          Octubre   
              
 Gerardo quiere                  decir: "Valiente para la defensa" (Del alemán: Ger:                  defensa, ard: valiente)   |           
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Fuente:          Franciscanos.org 
          Aniceto Koplinski, Beato Mártir Capuchino, 16 Octubre   
              
 Nació en Alemania                  en 1875, mártir en Polonia 1971, uno de los 108 mártires                  en Polonia durante la segunda guerra mundial.  |           
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Fuente:          Palloti-sac.org 
          Jozef Jankowski, Beato Mártir Polaco, 16 Octubre   
              
 Es uno de los 108                  mártires de Polonia durante la segunda guerra mundial  |           
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Fuente:          Vatican.va 
          Agustín Thevarparampil "Kunjachan", Beato "El          Padrecito", 16 Octubre   
              
 Agustín                  Thevarparampil fue un sacerdote humilde, que se entregó                  en favor de sus hermanos dalit marginados de la                  sociedad. Ejerció su ministerio en la parroquia durante                  47 años. Aunque su verdadero nombre era Agustín, todos                  lo conocían como "Kunjachan" ("el padrecito"), porque                  era bajo de estatura.  |           
Fuentes:          IESVS.org; EWTN.com;          Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es ,          misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/ 
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