JMJ
Pax
†Lectura del santo Evangelio según san            Lucas 10, 1-12
Gloria a ti Señor.
En aquel tiempo, designó el Señor a otros          setenta y dos discípulos los y          los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y          lugares a donde          pensaba ir, y les dijo:
          "La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por          tanto, al          dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse          en camino; los          envío como corderos en medios de lobos. No lleven ni dinero, ni          morral, ni          sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino.          Cuando entren en          una casa, digan primero:
          "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre          ellos          nuestra paz; si no, volverá a ustedes. Coman y beban de lo que          tengan, porque          el obrero merece su salario.
          No anden cambiando de casa. Si entran en un pueblo y los reciben          bien, coman lo          que les pongan, curen a los enfermos que haya, y decid: "Está          cerca de          nosotros el Reino de Dios". Cuando entren en un pueblo y no les          reciban,          salgan a la plaza y digan: "Hasta el polvo de su pueblo, que se          nos ha          pagado a los pies, no los sacudimos sobre ustedes. De todos          modos, salgan que          está cerca el Reino de Dios". Les digo que aquel día será más          llevadero          para Sodoma que para ese pueblo.
          Palabra del Señor
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su            oración: Esto es          gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos          un Avemaría de          corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres          de Gracia, el          Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y          bendito es el fruto          de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por          nosotros pecadores,          ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus          intenciones y          misas! 
Aclaración: una          relación muere sin comunicación y          comunidad-comunión. Con Dios es          igual: las "palabras          de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son          fuente de vida espiritual          (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es          necesario visitarse,          y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en          la Eucaristía,          que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer          la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO          (Dios) a          Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos          el daño que          hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los          Corazones de Jesús y          de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c)          agradecemos y d)          pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la          salvación del          mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no          ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película          completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación:          http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se            apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús            está aquí y lo            ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del              Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en              vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn            5,12). Si comulgamos            en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión)            con el Amor y            renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas            del Cordero            (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo            que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su            Sangre por nuestros            pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente            sin Amor: si una            novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del            Novio para            siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar.            Idolatramos aquello            que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía,            flojera). Por eso, es            pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y            fiestas (Catecismo            2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).          "Te amo,            pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso".            ¿Qué pensaríamos si            un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en            el mundo para ser felices            para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección            del amor, es            necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide            la Cátedra de            Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar            debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo,              come y bebe su propia              condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados            mortales? no            confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989),            no comulgar al            menos en tiempo pascual (920), abortar (todos            los métodos anticonceptivos            no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a            decidir, derechos            (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación            natural sin causa            grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por            iglesia, demorar en            bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón,            borrachera,            drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de            venganza, ver            pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado,            etc. Si no            ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos            sorprende la muerte            sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno            (Catecismo 1033-41;            Mt. 5,22; 10,            28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados            mortales objetivamente,            pero subjetivamente,            pueden ser menos graves,            si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes,            ya no hay            excusa.
† Misal
jue          26a. Ordinario año impar
      Antífona de Entrada
      Acuérdate,              Señor de tu alianza; no olvides por más tiempo la suerte de              tus pobres.              Levántate, Señor, a defender tu causa; no olvides las voces              de los que te              buscan.
Oración            Colecta
      Oremos:
            Dios eterno y todopoderoso a quien confiadamente podemos            llamar ya Padre            nuestro, haz crecer en nuestros corazones el espíritu de hijos            adoptivos tuyos,            para que podamos gozar, después de esta vida, de la herencia            que nos has            prometido.
            Por nuestro Señor Jesucristo...
            Amén.
Primera            Lectura
      Esdras              abrió el libro de la ley, bendijo al Señor y todos              respondieron: ¡Amén!
Lectura              del libro de Nehemías 8, 1-4. 5-6. 8-12
En aquellos días, todo el            pueblo, como si fuera un solo hombre, se reunió en la plaza            que está ante la            puerta del Agua y pidió a Esdras, el sacerdote y escriba, que            trajera el libro            de la ley de Moisés que el Señor había prescrito a Israel.            Esdras, el            sacerdote, trajo el libro de la ley ante la asamblea formada            por hombres,            mujeres y todos los que tenían uso de razón.
            Era el día primero del mes séptimo y Esdras leyó desde el            amanecer hasta el            mediodía en la plaza que está frente a la puerta del Agua, en            presencia de            hombres, mujeres y todos los que tenían uso de razón. Todo el            pueblo estaba            atento a la lectura del libro de la ley.
            Esdras estaba de pie sobre un estrado de madera, levantado            para esta ocasión.            Esdras abrió el libro a la vista del pueblo, pues estaba en un            sitio más alto            que todos, y, cuando lo abrió, el pueblo entero se puso de            pie. Esdras bendijo            entonces al Señor, el gran Dios y todo el pueblo, levantando            las manos,            respondió: "¡Amén!" e, inclinándose, adoraron al Señor. Los            levitas            leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicaban el            sentido, de            suerte que el pueblo comprendía la lectura. Entonces Nehemías,            el gobernador,            Esdras el sacerdote y escriba y los levitas que instruían a la            gente, dijeron a            todo el pueblo: 
            "Este es un día consagrado al Señor, nuestro Dios: no estén            ustedes            tristes ni lloren (porque todos lloraban al escuchar las            palabras de la ley).            Vayan a comer espléndidamente, tomen bebidas dulces y manden            algo a los que            nada tienen, pues hoy es un día consagrado al Señor, nuestro            Dios. ¡No estén            tristes, porque celebrar al Señor es nuestra fuerza!".
            Y los levitas consolaban al pueblo diciéndole:
            "No lloren ni estén tristes, ya que éste es un día santo". 
            Y el pueblo entero se fue a comer y a beber. Mandó comida a            los que no tenían            nada e hizo grandes festejos, porque habían comprendido las            palabras que les            habían enseñado.
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
      Del              Salmo 18
Tú              tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley            del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma;            inmutables son las            palabras del Señor y hacen sabio al sencillo.
            Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
En los            mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón;            son luz los            preceptos del Señor para alumbrar el camino.
            Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La            voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los            mandamientos del Señor            son verdaderos y enteramente justos.
            Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
Más            deseables que el oro y las piedras preciosas son las normas            del Señor, y más            dulces que la miel de un panal que gotea.
            Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
Aclamación            antes del Evangelio
      Aleluya, aleluya.
            El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y            crean en el            Evangelio.
            Aleluya.
Evangelio
      Su deseo de paz se cumplirá
†Lectura del santo Evangelio              según san Lucas 10, 1-12
Gloria a ti Señor.
En aquel tiempo, designó el            Señor a otros setenta y dos discípulos los y los mandó por            delante, de dos en            dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les            dijo:
            "La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por            tanto, al            dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse            en camino; los            envío como corderos en medios de lobos. No lleven ni dinero,            ni morral, ni            sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino.            Cuando entren en            una casa, digan primero:
            "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará            sobre ellos            nuestra paz; si no, volverá a ustedes. Coman y beban de lo que            tengan, porque            el obrero merece su salario.
            No anden cambiando de casa. Si entran en un pueblo y los            reciben bien, coman lo            que les pongan, curen a los enfermos que haya, y decid: "Está            cerca de            nosotros el Reino de Dios". Cuando entren en un pueblo y no            les reciban,            salgan a la plaza y digan: "Hasta el polvo de su pueblo, que            se nos ha            pagado a los pies, no los sacudimos sobre ustedes. De todos            modos, salgan que            está cerca el Reino de Dios". Les digo que aquel día será más            llevadero            para Sodoma que para ese pueblo.
            Palabra del Señor
            Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración            sobre las Ofrendas
      Acepta, Señor, con bondad,            estos dones que has puesto en manos de tu Iglesia, y con tu            poder conviértelos            en el sacramento de nuestra salvación.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
Prefacio
      El misterio de nuestra              salvación en Cristo
En verdad es justo y            necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias, Padre            santo, siempre y            en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado.
            Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo            enviaste para que            , hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María            la Virgen, fuera            nuestro Salvador y Redentor.
            El, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y            manifestar la            resurrección extendió sus brazos en la cruz y así adquirió            para ti un pueblo            santo.
            Por eso,
            con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria diciendo:
Antífona de la Comunión
      Alaba,              Jerusalén, al Señor, porque te alimenta con lo mejor de su              trigo.
Oración después de la Comunión
      Oremos:
            Que la recepción de esta Eucaristía nos confirme, Señor, en tu            amor y nos ayude            a conseguir la vida eterna.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén
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Dia 3/10          San Francisco de Borja ( religioso, blanco)
      Antífona          de Entrada
      Estos son            los santos que recibieron la bendición la bendición del Señor,            a los que hizo            justicia el Dios de salvación; éste es el grupo que busca al            Señor.
Oración          Colecta
      Oremos:
          ¡Oh Dios!, que has llamado a san Ignacio de Borja para que          buscase tu reino          sobre todas las cosas por el camino de la caridad perfecta;          concédenos que,          fortalecidos por su intercesión, avancemos con espíritu de          alegría en el camino          del amor.
          Por nuestro Señor Jesucristo...
          Amén.
Primera          Lectura
      Lo que            para mí era ganancia, lo he estimado como perdida
Lectura            de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 7-14
Hermanos:          Lo que para mí era ganancia, por Cristo, lo he estimado como          pérdida. Y más          todavía: Todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del          conocimiento de          Cristo Jesús, mi Señor.
          Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a          Cristo y          existir en él, no con una justicia mía, la de la ley, sino con          la que viene de          la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la          fe. Para          conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión          con sus          padecimientos, muriendo su misma muerte, para llegar un día a la          resurrección          de entre los muertos.
          No es que ya haya conseguido el premio, o que ya esté en la          meta: yo sigo corriendo.          Y aunque poseo el premio, porque Cristo Jesús me lo ha          entregado, hermanos, yo          a mí mismo me considero corno si aún no hubiera conseguido el          premio. Sólo          busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome          hacia lo que          está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio, al          que Dios desde          arriba me llama en Cristo Jesús.
          Palabra de Dios.
          Te alabamos, Señor.
Salmo          Responsorial
      Del salmo            22
El Señor            es mi pastor, nada me falta.
El Señor          es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace          recostar; me conduce          hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.
          El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me guía          por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine          por cañadas          oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado          me sosiegan.
          El Señor es mi pastor, nada me falta.
Preparas          una mesa ante mí enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza          con perfume, y mi          copa rebosa.
          El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu bondad          y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y          habitaré en la casa          del Señor por años sin término.
          El Señor es mi pastor, nada me falta.
Aclamación          antes del Evangelio
      Aleluya,            aleluya.
          Vengan conmigo, dice el Señor, y los haré pescadores de hombres.
          Aleluya.
Evangelio
      El que se            humilla será enaltecido
†Lectura            de l santo Evangelio según san Lucas 18, 9-14
Gloria a            ti, Señor.
En aquel          tiempo dijo Jesús esta parábola por algunos que, teniéndose por          justos, se          sentían seguros de sí mismos, y despreciaban a los demás:
          "Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era un fariseo; el          otro, un          publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ¡Oh          Dios!, te doy          gracias porque no soy como los demás: ladrones, injustos,          adúlteros; ni como          ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de          todo lo que          tengo".
          El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a          levantar los ojos          al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios!, ten          compasión          de este pecador".
          Les digo que éste bajó a su casa justificado y aquél no. Porque          todo el que se          enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido".
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración          sobre las Ofrendas
      Señor,          escucha con bondad nuestra súplica y protégenos con la          intercesión de tus          santos, para que tributemos siempre un culto digno a tu divina          Majestad.
          Por Jesucristo, nuestro Señor.
          Amén
Prefacio
      La gloria            de los santos
En verdad          es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre          santo.
          Porque tu gloria resplandece en cada uno de los Santos, ya que,          al coronar sus          méritos, coronas tus propios dones. Con su vida, nos          proporcionas ejemplo;          ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos          haces participar de          sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes,          lleguemos victoriosos          al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal          de la gloria,          por Cristo, Señor nuestro.
          Por eso,
          con los ángeles y arcángeles y con la multitud de los santos, te          cantamos un          himno de alabanza diciendo sin cesar:
Antífona          de la Comunión
      Los            justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de            alegría.
Oración          después de la Comunión
      Oremos:
          Por este sacramento que hemos recibido, concédenos, Señor,          imitar a san          Francisco de Borja en su caridad y en su celo apostólico, para          que gustemos los          frutos de tu amor y no entreguemos a la salvación de nuestros          hermanos.
        Por          Jesucristo, nuestro Señor.
          Amén
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† Meditación diaria
26ª semana.          Jueves
LA MIES ES MUCHA
—          Urgencia de nuevos apóstoles para          reevangelizar el mundo.
— La          caridad, fundamento del          apostolado.
— La          alegría que ha de acompañar al          mensaje de Cristo.
I. Entre          los que seguían a Jesús          había un numeroso grupo de discípulos1. Entre          ellos se contaban quienes          acompañaron a Jesús desde el bautismo de Juan hasta la          Ascensión: de algunos          nos dan noticias los Hechos            de            los Apóstoles, como José, llamado Barsabas, y Matías2;          también estarían en este grupo Cleofás y su compañero, a quienes          Cristo resucitado          se les apareció en el camino de Emaús3. Sin          pertenecer al círculo de los          Doce, estos discípulos llegaron a formar una categoría especial          entre los          oyentes y amigos de Jesús, siempre dispuestos para lo que el          Maestro los          necesitase4. Con          toda seguridad formaron el          núcleo de la primitiva Iglesia después de Pentecostés. En el          Evangelio de la          Misa5 leemos          que, de estos que le seguían          con plena disponibilidad, Jesús designó a setenta y dos para que          fueran delante          de Él, preparando las almas para la llegada de Cristo. Y les          dijo: La mies es            mucha y los obreros            pocos.
Hoy,          también, el campo apostólico es          inmenso: países de tradición cristiana que es necesario          evangelizar de nuevo,          naciones que han sufrido durante tantos años la persecución a          causa de la fe y          que necesitan nuestra ayuda, los nuevos pueblos sedientos de          doctrina... Basta          echar una mirada a nuestro alrededor –al lugar de trabajo, a la          Universidad, a          los medios de comunicación...– para darnos cuenta de todo lo que          falta por          hacer. La mies es            mucha... «Enteros          países y naciones, en los que          en un tiempo la religión y la vida cristiana fueron florecientes          y capaces de          dar origen a comunidades de fe viva y operativa, están ahora          sometidos a dura          prueba e incluso alguna que otra vez son radicalmente          transformados por el          continuo difundirse del indiferentismo, del secularismo y del          ateísmo. Se          trata, en concreto, de países y naciones del llamado Primer          Mundo, en el que el          bienestar económico y el consumismo –si bien entremezclado con          espantosas situaciones          de pobreza y miseria– inspiran y sostienen una existencia vivida          "como si no          hubiera Dios". Ahora bien, el indiferentismo religioso y la          total irrelevancia          práctica de Dios para resolver los problemas, incluso graves, de          la vida, no          son menos preocupantes y desoladores que el ateísmo declarado. Y          también la fe          cristiana –aunque sobrevive en algunas manifestaciones          tradicionales y          ceremoniales– tiende a ser arrancada de cuajo de los momentos          más          significativos de la existencia humana, como son los momentos          del nacer, del          sufrir y del morir. De ahí proviene el afianzarse de          interrogantes y de grandes          enigmas, que, al quedar sin respuesta, exponen al hombre          contemporáneo a          inconsolables decepciones, o a la tentación de suprimir la misma          vida humana          que plantea esos problemas»6. Ahora          es tiempo de esparcir la          semilla divina y también de cosechar. Hay lugares en los que no          se puede          sembrar por falta de operarios, y mieses que se pierden porque          no hay quien las          recoja. De ahí la urgencia de nuevos apóstoles. La mies es mucha; los obreros, pocos.
En los          primeros tiempos del          Cristianismo, en un mundo con una situación parecida a la          nuestra –con          abundancia de recursos materiales pero espiritualmente          menesteroso–, la          naciente Iglesia tuvo el necesario vigor, no solo para          protegerse de ser          paganizada desde fuera, sino para transformar, desde dentro, una          civilización          tan alejada de Dios. No parece que el mundo de hace dos mil años          estuviera          mejor o peor preparado que el nuestro para ser evangelizado. A          primera vista          podía presentarse cerrado al mensaje de Cristo, como el de          ahora; pero aquellos          primeros cristianos, apóstoles todos, con las mismas armas que          nosotros, el          espíritu de Jesús, supieron transformarlo. ¿No vamos a poder          nosotros cambiar          el mundo que nos rodea: la familia, los amigos, los compañeros          de trabajo...?
El mundo          actual quizá esté          necesitado de muchas cosas, pero ninguna otra le es precisa con          más urgencia          que la de apóstoles santos, alegres, convencidos, fieles a la          doctrina de la          Iglesia, que con sencillez den a conocer que Cristo vive. Es el          mismo Señor          quien nos indica el camino para conseguir nuevos operarios que          trabajen en su          viña: Rogad, pues,            al Señor de            las mies que envíe operarios a su mies. Rogad..., nos          dice. «La oración es          el medio más eficaz de proselitismo»7.          Nuestro afán apostólico ha de          traducirse, en primer lugar, en una petición continuada,          confiada y humilde de          nuevos apóstoles. La oración ha de ir siempre por delante.
«Desgarra          el corazón aquel clamor          –¡siempre actual!– del Hijo de Dios, que se lamenta porque la          mies es mucha y          los obreros son pocos.
»—Ese          grito ha salido de la boca de          Cristo, para que también lo oigas tú: ¿cómo le has respondido          hasta ahora?,          ¿rezas, al menos a diario, por esa intención?»8.
II. La mies es mucha... «Para la mies abundante          –comenta San          Gregorio Magno– son pocos los obreros – cosa que no podemos          decir sin gran          tristeza–; porque si bien no faltan los que oyen las cosas          buenas, faltan sin          embargo quienes las difundan»9. El          Señor quiere servirse ahora de          nosotros, como lo hizo en aquella ocasión con quienes le          acompañaban y después          con todos aquellos que le han querido seguir de cerca,
El          Maestro, antes de enviar a los          suyos al mundo entero, les hizo vivir como amigos en su          intimidad, les dio a          conocer al Padre, les reveló su amor y, sobre todo, se lo          comunicó. Como el            Padre me amó, Yo también os            he amado a vosotros10; os            he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo            he dado a            conocer. Y añadió, a modo de conclusión: os            he destinado para que vayáis y deis fruto11. Con          esta caridad hemos de ir a todos          los lugares, pues el apostolado consiste sobre todo en          «manifestar y comunicar          la caridad de Dios a todos los hombres y pueblos»12, esa          caridad con la que nos ama el          Señor y con la que quiere que amemos a todos. El cristiano será          apóstol en la          medida en que sea amigo de Dios y viva esa amistad con quien se          encuentra cada          día en su camino. En un mundo en el que la desconfianza y la          agresividad          parecen ir ganando terreno, nuestra primera preocupación ha de          ser la de vivir          con esmero la caridad en todas sus manifestaciones. Cuando          quienes nos tratan          –por muy alejados que se encuentren de Dios– vean que nos fiamos          de ellos, que          estamos dispuestos a prestar una ayuda, a sacrificarnos por el          bien de personas          que incluso no conocemos, que no guardamos rencor, que no somos          negativos ni          hablamos nunca mal de nadie, que siempre nos encontrarán          dispuestos a colaborar...,          pensarán que los cristianos somos muy diferentes, porque          seguimos a Alguien,          a Cristo, muy          particular. No quiere decir esto que nunca tengamos diferencias          con los demás,          sino que las manifestamos sin aire de agravio, sin poner en duda          la buena fe de          las personas, sin atacar, aunque estemos muy lejos de sus ideas.          Cuando nadie          queda excluido de nuestro trato y de nuestra ayuda, entonces          estamos dando          testimonio de Cristo.
III.          Junto a la caridad, hemos de          manifestar al mundo nuestra alegría. Aquella que el Señor nos          prometió en la          Última Cena13, la que          nace del olvido de nuestros          problemas y de la intimidad con Dios. La alegría es esencial en          el apostolado,          pues ¿quién puede sentirse atraído por una persona triste,          negativa, que se          queja continuamente? Si la doctrina del Señor se propagó como un          incendio en          los primeros siglos fue, en buena parte, porque los cristianos          se mostraban con          la seguridad y la alegría de ser portadores de la Buena Nueva:          eran los          mensajeros gozosos de Aquel que había traído la salvación al          mundo, Ciertamente          constituían un pueblo feliz en medio de un mundo triste, y su          alegría          transmitía su fe en Cristo, era portadora de la verdad que          llevaban en el          corazón y de la que hablaban en el hogar, en la intimidad de la          amistad..., en          todo momento, porque era la razón de su vida.
La          alegría del cristiano tiene un          fundamento bien firme, el sentido de su filiación divina, el          saberse hijos de          Dios en cualquier circunstancia. «Como sugiere Chesterton, es          alegría no porque          el mundo pueda colmar todas nuestras aspiraciones, sino al          revés. No estamos          donde hemos de permanecer: estamos en camino. Habíamos perdido          la senda y          Alguien ha venido a buscarnos y nos lleva de vuelta al hogar          paterno. Es          alegría no porque todo lo que nos sucede esté bien –no es así–,          sino porque          Alguien sabe aprovecharlo para nuestro bien. La alegría          cristiana es          consecuencia de saber enfrentarse con el único hecho          auténticamente triste de          la vida, que es el pecado: y de saber contrarrestarlo con un          hecho gozoso aun          más real y más fuerte que el pecado: el amor y la misericordia          de Dios»14,
Hemos de          preguntarnos si realmente          reflejamos en nuestra vida ordinaria tantos motivos como tenemos          para estar          alegres: el gozo de la filiación divina, del arrepentimiento y          el perdón, de sentirnos          en camino hacia una felicidad sin fin..., ¡la inmensa alegría de          poder comulgar          con tanta frecuencia! «El primer paso para acercar a otros a los          caminos de Cristo          es que te vean contento, feliz, seguro en tu andar hacia Dios»15.
Y, junto          a la alegría y la caridad          de Cristo, hemos de saber expresar la posesión de la única          verdad que puede          salvar a los hombres y hacerlos felices. «Solo los cristianos          convencidos          tienen la posibilidad de convencer a los demás. Los cristianos          convencidos a medias          no convencerán a nadie»16.
1 Cfr. Mc 2, 15. — 2 Cfr. Hech 1, 21-26. — 3 Cfr. Lc 24, 13-35. — 4 Cfr. P. R. Bernard, El misterio de Jesús,          J. Flors,          Barcelona 1965, vol. I, pp. 88 ss. — 5 Lc 10,          1-12. — 6 Juan Pablo            II,          Exhort. Apost. Christifideles            laici,          30-XII-1988, 34. — 7 San            Josemaría Escrivá, Camino,          n. 800. — 8 ídem, Forja, n. 906. — 9 San            Gregorio Magno, Homilías            sobre los Evangelios,          17, 3. — 10 Jn 15, 9.          — 11 Jn 15,          16. — 12Conc. Vat.            II,          Decr. Ad gentes,          10. — 13 Cfr. Jn 16, 22. — 14 C. Burke, Autoridad y libertad            en la Iglesia,          p. 223. — 15 San            Josemaría Escrivá, Forja,          n. 858. — 16 C. Burke, o. c., p. 219.
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† Santoral               (si          GoogleGroups corta el texto,          lo encontrará en www.iesvs.org)
San Francisco de Borja
        Año          1572
Señor: que como tu amigo            Francisco de Borja sepamos            dominar el cuerpo y el orgullo 
            y dedicarnos con todas nuestras fuerzas y cualidades a            obtener 
            que las gentes te amen más y te sirvan mejor. Amén.
 Domino mi cuerpo para            no ser descalificado en el            día final (San Pablo).
La familia española Borja          o Borgia se hizo célebre          cuando Alfonso Borgia fue elegido papa con el nombre de Calixto          III y luego          cuando otro Borgia fue nombrado Pontífice y se llamó Alejandro          VI. Este Borgia          antes de ser Pontífice había tenido cuatro hijos, y uno de ellos          fue el padre          de nuestro santo. 
Francisco de          Borja era nieto del Papa          Alejandro VI por parte del padre; nieto del rey Fernando de          Aragón por parte de          la madre, primo del emperador Carlos Quinto e hijo del Duque de          Gandía.
En su          familia se preocuparon porque el          joven recibiera la mejor educación posible y fue enviado a la          corte del          emperador para que allí aprendiera el arte de gobernar. Esto le          fue de gran          utilidad para los cargos que tuvo que desempeñar más tarde.
Contrajo          matrimonio con Leonor de          Castro, una joven de la corte del emperador y tuvo seis hijos.          Su matrimonio          duró 17 años y fue un modelo de armonía y de fidelidad.
El emperador          Carlos V lo nombró virrey          de Cataluña (con capital Barcelona) región que estaba en gran          desorden y con          muchas pandillas de asaltantes. Francisco puso orden prontamente          y demostró          tener grandes cualidades para gobernar. Más tarde cuando sea          Superior General          de los jesuitas dirá: "El haber sido gobernador de Cataluña me          fue muy          útil porque allá aprendí a tomar decisiones importantes, a hacer          de mediador          entre los que se atacan, y a ver los asuntos desde los dos          puntos de vista, el          del que ataca y el del que es atacado".
La reina de          España era especialmente          hermosa, pero murió en plena juventud, y Francisco fue encargado          de hacer          llevar su cadáver hasta la ciudad donde iba a ser sepultada.          Este viaje duró          varios días, y al llegar al sitio de su destino, abrieron el          ataúd para          constatar que sí era ese el cadáver de la reina. Pero en aquel          momento el rostro          de la difunta apareció tan descompuesto y maloliente, por la          putrefacción que          Francisco se conmovió hasta el fondo de su alma, y se propuso          firmemente:          "Ya nunca más me dedicaré a servir a jefes que se me van a          morir". En          adelante se propone dedicarse a servir únicamente a Cristo Jesús          que vive para          siempre.
La gente          empezó a notar que la vida y el          comportamiento del virrey Francisco cambiaban de manera          sorprendente. Ya no le          interesaban las fiestas mundanas, sino los actos religiosos. Ya          no iba a          cacerías y a bailes, sino a visitar pobres y a charlar con          religiosos y          sacerdotes. Un obispo escribía de él en ese tiempo: "Don          Francisco es          modelo de gobernantes y un caballero admirable. Es un hombre          verdaderamente          humilde y sumamente bondadoso. Un hombre de Dios en todo el          sentido de la          palabra. Educa a sus hijos con un esmero extraordinario y se          preocupa mucho por          el bienestar de sus empleados. Nada le agrada tanto como la          compañía de          sacerdotes y religiosos". Algunos criticaban diciendo que un          gobernador no          debería ser tan piadoso, pero la mayor parte de las personas          estaban muy          contentas al verlo tan fervoroso y lleno de sus virtudes.
En 1546          murió su santa esposa, la señora          Leonor. Desde entonces ya Francisco no pensó sino en hacerse          religioso y          sacerdote. Escribió a San Ignacio de Loyola pidiéndole que lo          admitiera como          jesuita. El santo le respondió que sí lo admitiría, pero que          antes se dedicara          a terminar la educación de sus hijos y que aprovechara este          tiempo para asistir          a la universidad y obtener el grado en teología. Así lo hizo          puntualmente (San          Ignacio le escribió recomendándole que no le contara a la gente          semejante          noticia tan inesperada, "porque el mundo no tiene orejas para          oír tal          estruendo").
En 1551,          después de dejar a sus hijos en          buenas posiciones y herederos de sus muchos bienes, fue ordenado          como          sacerdote, religioso jesuita. Esa fue "la noticia del año" y de          la          época, que el Duque de Gandía y gobernador de Barcelona lo          dejaba todo, y se          iba de religioso, y era ordenado sacerdote. El gentío que          asistió a su primera          misa fue tan extraordinario que tuvo que celebrarla en una          plaza.
En 1554 fue          nombrado por San Ignacio          como superior de los jesuitas en España. Dicen que él fue          propiamente el          propagador de dicha comunidad en esas tierras. Con sus          cualidades de mando          organizó muy sabiamente a sus religiosos y empezó a enviar          misioneros a América.          El número de casas de su congregación creció admirablemente.
Lo primero          que se propuso fue dominar su          cuerpo por medio de fuertes sacrificios en el comer y beber y en          el descanso.          Era gordo y robusto y llegó a adelgazar de manera impresionante.          Al final de su          vida dirá que al principio de su vida religiosa y de su          sacerdocio exageró          demasiado sus mortificaciones y que llegaron a debilitar su          salud.
Otro de sus          grandes sacrificios          consistió en dominar su orgullo. Los primeros años de su vida          religiosa los superiores          lo humillaron más de lo ordinario, para probar si en verdad          tenía vocación. A          él, que había sido Duque y gobernador, le asignaron en la          comunidad el oficio          de ayudante del cocinero, y su oficio consistía en acarrear el          agua y la leña,          en encender la estufa y barrer la cocina. Cuando se le partía          algún plato o          cometía algún error al servir en el comedor, tenía que pedir          perdón          públicamente de rodillas, delante de todos. Y jamás se le oyó          una voz de queja          o protesta. Sabía que si no dominaba su orgullo nunca llegaría a          la santidad.
Una vez el          médico le dijo al hacerle una          curación dolorosa: "Lo que siento es que a su excelencia esto le          va a doler".          Y él respondió: "Lo que yo siente es que usted le diga          excelencia a          semejante pecador".
Cuando la          gente lo aplaudía o hablaba          muy bien de él, se estremecía de temor. Un día afirmaba: "Soy          tan pecador,          que el único sitio que me merezco es el infierno". A otro le          decía:          "Busqué un puesto propio para mí en la Biblia, y vi que el único          que me          atrevería a ocupar sería a los pies de Judas el traidor. Pero no          lo pude          ocupar, porque allí estaba Jesús lavándole los pies". Así de          humildes son          los santos.
Al morir San          Ignacio lo reemplazó el          Padre Laínez. Y al morir éste, los jesuitas nombraron como          Superior General a          San Francisco de Borja. Durante los siete años que ocupó este          altísimo cargo se          dedicó con tan grande actividad a su oficio, que ha sido llamado          por algunos,          "el segundo fundador de los jesuitas". Por todas partes          aparecieron          casas y obras de su comunidad, y mandó misioneros a los más          diversos países del          mundo. El Papa y los Cardenales lo querían muchísimo y sentían          por él una gran          admiración. Organizó muy sabiamente los noviciados para sus          religiosos y con su          experiencia de gobernante dio a la Compañía de Jesús una          organización          admirable.
El Sumo          Pontífice envió un embajador a          España y Portugal a arreglar asuntos muy difíciles y mandó a San          Francisco que          lo acompañara. La embajada fue un fracaso, pero por todas partes          las gentes lo          aclamaron como "el santo Duque" y sus sermones producían muchas          conversiones.
Al volver a          Roma se sintió muy          debilitado. Se había esforzado casi en exceso por cumplir sus          deberes y se          había desgastado totalmente. Y el 30 de septiembre de 1572          entregó su alma al          Creador. Uno de los que trataron con él exclamó al saber la          noticia de su          muerte: "Este fue uno de los hombres más buenos, más amables y          más notables          que han pisado nuestro pobre mundo".
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Fuente:          ar.geocities.com/misa_tridentina01 
        Dionisio el Areopagita,            Santo          Discípulo de San Pablo, Octubre 3   
              
 Discípulo de San Pablo Martirologio                    RomanoConmemoración de san Dionisio Areopagita, que                      se adhirió a Cristo al escuchar al apóstol san Pablo                      hablando ante el Areópago, y fue primer obispo de                      Atenas (s. I).  |           
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Juliano de Palermo, Beato Monje,          Octubre 3   
              
 Monje del siglo XV Etimología: Juliano                      = de cabellera abundante y rizada. Viene de la                      lengua griega.  |           
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Fuente:          ar.geocities.com/misa_tridentina01 
        Domingo Spadafora, Beato          Presbítero dominíco, Octubre 3   
              
 Presbítero Dominico Martirologio                    Romano: En Montecerignone, de la Romagna, beato                      Domingo Spadafora, presbítero de la Orden de                      Predicadores, que trabajó diligentemente en el                      ministerio de la predicación (1521).  |           
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Fuente:          ar.geocities.com/misa_tridentina01 
        Gerardo de Brogne, Santo Abad,          Octubre 3   
              
 Abad Martirologio                    Romano: En la región de Namur, en Lotaringia, san                      Gerardo, primer abad del monasterio de Brogne, que                      él mismo había fundado. Trabajó para instaurar la                      disciplina monástica en Flandes y Lotaringia, y                      ayudó a muchos monasterios a recuperar la                      observancia primitiva (959).  |           
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Fuente:          ar.geocities.com/misa_tridentina01 
        Quintín, San          Mártir, Octubre 3   
              
 Mártir Martirologio                    Romano: En la región de la Galia Turonense, san                      Quintín, mártir (s. VI)  |           
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Ambrosio Francisco Ferro y            29 compañeros mártires, Beatos          Mártires de Brasil, 3 de          octubre   
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Fuente:          ar.geocities.com/misa_tridentina01 
        Evaldo el Blanco y            Evaldo el Negro, Santos          Presbíteros y Mártires, Octubre 3   
              
 Presbíteros y Mártires Martirologio                    Romano: Entre los sajones, dos santos mártires de                      nombre Ewaldo, uno llamado Negro y el otro Blanco,                      ambos presbíteros y oriundos de Inglaterra,                      que,siguiendo el ejemplo de san Willibrordo y sus                      compañeros, pasaron a evangelizar a los sajones y,                      habiendo comenzado a predicar a Cristo, fueron                      apresados por los paganos, consumando el martirio                      (695).  |           
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Fuente: MadreGuadalupe.com          
        María Guadalupe (María            Francisca) Ricart Olmos, Beata          Religiosa y Mártir, Octubre 3   
              
 Primera Mártir Servita Martirologio Romano: En la aldea                    de Silla, cerca de Valencia, en España, beata María                    Guadalupe (María Francisca) Ricart Olmos, religiosa de                    la Orden de los Siervos de María y mártir, que en la                    misma persecución recibió el martirio por su                    testimonio en favor de Cristo (1936). Oración 
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Szilard Ignác Bogdánffy,            Venerable Obispo y Mártir, 3 de          octubre   
              
 Obispo y Mártir              En la prisión de Aiud, Transilvania                      (Rumania), venerable Szilard Ignác Bogdánffy, Obispo                      Auxiliar de Satu Mare y Oradea, mártir durante la                      ocupación comunista en Rumania († 1953) Szilard Ignác Bogdánffy nació el 21 de                    febrero 1911 en la localidad de Feketetó de Banat del                    Norte (después condado Torontál de Hungría, hoy en                    Serbia), donde su padre ejerció la función docente. En                    1920 la familia se trasladó a Cruceni, donde su padre                    Szilard Bogdánffy recibió un nuevo puesto de profesor.                    En 1925 se trasladaron a Timisoara.   |           
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Fuente: Martirologio          Romono 
        Otros Santos y Beatos          Completando el santoral de este día, Octubre 3   
              
 Santa Cándida,                    mártir  |           
Fuentes:          IESVS.org; EWTN.com;          Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es ,          misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/ 
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