JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san            Lucas 18, 9-14
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús esta parábola por          algunos que, teniéndose por          justos, despreciaban a los demás:
"Dos hombres subieron al templo a orar: uno          era fariseo, y el otro          un publicano. 
El fariseo, erguido, oraba así en su          interior: 
"Dios mío, te doy gracias, porque no soy          como los demás: ladrones,          injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por          semana y pago          el diezmo de todas mis ganancias".
El publicano, en cambio, se quedó atrás y no          se atrevía ni a levantar          los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: 
"Dios mío, apiádate de mí, que soy un          pecador".
Pues bien, les aseguro que éste bajó a su          casa justificado y aquél no.          Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla          será          enaltecido".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su            oración: Esto es          gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos          un Avemaría de          corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres          de Gracia, el          Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y          bendito es el fruto          de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por          nosotros pecadores,          ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus          intenciones y          misas! 
Aclaración: una          relación muere sin comunicación y          comunidad-comunión. Con Dios es          igual: las "palabras          de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son          fuente de vida espiritual          (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es          necesario visitarse,          y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en          la Eucaristía,          que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer          la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO          (Dios) a          Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos          el daño que          hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los          Corazones de Jesús y          de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c)          agradecemos y d)          pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la          salvación del          mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no          ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película          completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación:          http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se            apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús            está aquí y lo            ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del              Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en              vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn            5,12). Si comulgamos            en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión)            con el Amor y            renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas            del Cordero            (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo            que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su            Sangre por nuestros            pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente            sin Amor: si una            novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del            Novio para            siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar.            Idolatramos aquello            que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía,            flojera). Por eso, es            pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y            fiestas (Catecismo            2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).          "Te amo,            pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso".            ¿Qué pensaríamos si            un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en            el mundo para ser felices            para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección            del amor, es            necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide            la Cátedra de            Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar            debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo,              come y bebe su propia              condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados            mortales? no            confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989),            no comulgar al            menos en tiempo pascual (920), abortar (todos            los métodos anticonceptivos            no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a            decidir, derechos            (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación            natural sin causa            grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por            iglesia, demorar en            bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón,            borrachera,            drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de            venganza, ver            pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado,            etc. Si no            ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos            sorprende la muerte            sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno            (Catecismo 1033-41;            Mt. 5,22; 10,            28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados            mortales objetivamente,            pero subjetivamente,            pueden ser menos graves,            si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes,            ya no hay            excusa.
† Misal
30a.          Dom Ord Ciclo C
      Antífona de Entrada
      Yo              quiero acercarme a ti, Señor, y saciarme de gozo en tu              presencia.
Oración Colecta
      Oremos:
Señor, tú que iluminas a            los extraviados con la luz de            tu Evangelio, para que vuelvan al camino de la verdad; concede            a cuantos nos            llamamos cristianos imitar fielmente a Cristo y rechazar lo            que pueda alejarnos            de él.
Por nuestro Señor            Jesucristo...
Amén.
Primera            Lectura
      La              oración del humilde llega hasta el cielo
Lectura              del libro del Eclesiástico 35, 12-14.16-18
El Señor es un Dios justo            que no hace distinción de personas; no menosprecia a nadie por            ser pobre,            escucha las súplicas del oprimido; no desoye los gritos del            huérfano, ni las            quejas insistentes de la viuda.
Dios escucha al que sirve de            corazón, su plegaria llega hasta el cielo. La oración del            humilde atraviesa las            nubes y no se detiene hasta alcanzar su destino. No se detiene            hasta que el            Altísimo le atiende, y el justo juez le hace justicia. 
Palabra de Dios.
Te              alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
      Del Salmo              33
El              Señor no está lejos de sus fieles.
Bendeciré            al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me            siento orgulloso            del Señor. Que se alegra su pueblo al escucharlo.
El              Señor no está lejos de sus fieles.
En            contra del malvado está el Señor, para borrar de la tierra su            recuerdo.            Escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus            congojas.
El              Señor no está lejos de sus fieles.
El            Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas            abatidas. Salva el            Señor la vida de sus siervos. No morirán quienes en él            esperan.
El              Señor no está lejos de sus fieles.
Segunda            Lectura
      Ahora              sólo espero la corona merecida
Lectura              de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4,              6-8.16-18
Querido hermano: Para mí ha            llegado la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi            partida. He luchado            bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado            en la fe. Ahora            sólo espero la corona merecida, con la que el Señor, justo            juez, me premiará en            aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que esperan con            amor su glorioso            advenimiento.
La primera vez que me            defendí ante el tribunal nadie me ayudó; todos me abandonaron.            
Que Dios los perdone.
Pero el Señor estuvo a mi            lado y me dio fuerzas, para que por mi medio se proclamara            claramente el            mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos. 
Fui librado de las fauces            del león. 
El Señor seguirá librándome            de todos los peligros y me llevará salvo a su Reino celestial.            A Él la gloria            por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
Te              alabamos, Señor.
Aclamación            antes del Evangelio
      Aleluya, aleluya.
Dios ha reconciliado            conmigo al mundo, por medio de            Cristo, y nos ha encomendado a nosotros el mensaje de la            reconciliación.
Aleluya.
Evangelio
      El publicano regresó a su              casa justificado y el fariseo no
† Lectura del santo              Evangelio según san Lucas 18, 9-14
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús            esta parábola por algunos que, teniéndose por justos,            despreciaban a los demás:
"Dos hombres subieron            al templo a orar: uno era fariseo, y el otro un publicano. 
El fariseo, erguido, oraba            así en su interior: 
"Dios mío, te doy            gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos,            adúlteros; ni como            ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de            todas mis            ganancias".
El publicano, en cambio, se            quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo,            sino que se            golpeaba el pecho, diciendo: 
"Dios mío, apiádate de            mí, que soy un pecador".
Pues bien, les aseguro que            éste bajó a su casa justificado y aquél no. Porque el que se            enaltece será            humillado, y el que se humilla será enaltecido".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración de los Fieles
      Celebrante:
Confiando en que la oración            de los pobres llega hasta el Señor, elevemos con humildad            nuestras peticiones a            Dios.
Para que el Señor conceda el            espíritu de consejo, fortalezca, ciencia y piedad a nuestro            obispo. Y a todos            los pastores de la Iglesia, roguemos al Señor.
Respondemos:
Escúchanos Señor.
Para que los gobiernos de            las naciones edifiquen sus comunidades en la paz, equilibrando            toda desigualdad            injusta, roguemos al Señor.
Escúchanos              Señor.
Para que el Señor alivie los            dolores de los que sufren en el cuerpo o en espíritu y les dé            fuerzas para no            desfallecer ante la tribulación, roguemos al Señor.
Escúchanos              Señor.
Para que mantenga a nuestras            familias firmes en la concordia y seguras en su gracia y            amistad, roguemos al Señor.
Escúchanos              Señor.
Celebrante:
Dios nuestro que no miras la            fama de los hombres ni te dejas influir por nadie en perjuicio            de los pobres.            míranos a nosotros los siervos, que como el publicano, no nos            atrevemos a            levantar la mirada hacia ti, y haz que, humillados como él,            seamos enaltecidos            en tu reino.
Por Jesucristo, nuestro            Señor.
Amén.
Oración            sobre las Ofrendas
      Mira bondadosamente, Señor,            las ofrendas de tu Iglesia suplicante; y conviértelas en            alimento espiritual            que ayude a crecer en santidad a todos tus fieles.
Por Jesucristo, nuestro            Señor.
Amén. 
Prefacio            
      La prenda de nuestra Pascua              eterna
En verdad es justo y            necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre            y en todo lugar,            Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
En ti vivimos, nos movemos y            existimos; y, todavía peregrinos en este mundo, no sólo            experimentamos las pruebas            cotidianas de tu amor, sino que poseemos ya en prenda la vida            futura, pues            esperamos gozar de la Pascua eterna, porque tenemos las            primicias del Espíritu            por el que resucitaste a Jesús de entre los muertos.
Por eso, 
Señor, te damos gracias y            proclamamos tu grandeza cantando con los ángeles:
Antífona de la Comunión
      El que              come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él,              dice el Señor.
Oración después de la Comunión
      Te            suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que hemos recibido nos            ayude a amarte            más y a servirte mejor cada día.
Por            Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
___________________________________________________________________________________________
† Meditación diaria
Trigésimo Domingo
ciclo c
LA ORACIÓN VERDADERA
— Necesidad de la oración.
— Oración humilde y          confiada. Parábola del fariseo y          del publicano.
— Fidelidad a la oración.          Dificultades.
I. La oración es, de          nuevo, en este domingo el tema          del Evangelio de la Misa1. Jesús comienza la parábola del          publicano y del          fariseo insistiendo en que es preciso orar en todo tiempo2. En          sus enseñanzas,          de lo que tal vez más nos habla el Señor –junto a la fe y a la          caridad– es de          la oración. De muchas maneras nos quiere decir el Maestro que la          oración nos es          absolutamente necesaria para seguirle y para cualquier obra que          permanezca más          allá de esta vida pasajera. En los comienzos de su Pontificado,          el Papa Juan          Pablo II declaraba: «la oración es para mí la primera tarea y          como el primer          anuncio; es la primera condición de mi servicio a la Iglesia y          al mundo». Y          añadía: «también todo creyente debe considerar siempre la          oración como la obra          esencial e insustituible de la propia vocación, el opus divinum          que antecede          –como en la cumbre de todo su vivir y actuar– a cualquier tarea.          Sabemos bien          que la fidelidad a la oración o su abandono son la prueba de la          vitalidad o de          la decadencia de la vida religiosa, del apostolado, de la          fidelidad          cristiana»3. Sin oración no podríamos seguir a Cristo en medio          del mundo. Nos          es tan indispensable como el alimento o la respiración para la          vida corporal.          De aquí el empeño del demonio en que los cristianos abandonemos          o descuidemos          la oración, con excusas que parecen nobles.
Pocos días antes,          recordaba el Pontífice que un          peligro para los sacerdotes, aun celosos, «es sumergirse de tal          manera en el          trabajo del Señor, que se olviden del Señor del trabajo»4. Es un          peligro para          cada cristiano, pues nada vale la pena, ni siquiera el          apostolado más extraordinario          que se pudiera imaginar, si se hiciera a costa de nuestro trato          con el Señor,          pues al final todo resultaría estéril. Habríamos llevado a cabo          una obra          puramente humana, en la que, quizá inconscientemente, nos          habríamos buscado a          nosotros mismos. El remedio de ese peligro no está en abandonar          el trabajo o la          tarea apostólica, sino en «crear el tiempo para estar con el          Señor en la          oración»5, que «hoy como ayer es imprescindible»6.
Examinemos hoy si la          oración, el trato diario con          Jesús vivifica nuestro trabajo, la vida familiar, la amistad, el          apostolado...          Bien sabemos que todo es distinto cuando lo hemos hablado antes          con el Maestro.          Es ahí «donde el Señor da luz para entender las verdades»7. Y          sin esa luz,          caminamos a oscuras. Con ella, penetramos en el misterio de Dios          y de la vida.
II. La finalidad de la          parábola que hoy leemos en el          Evangelio de la Misa es distinguir la piedad auténtica de la          falsa. La oración          verdadera atraviesa las nubes del cielo, según leemos en la          Primera lectura8,          sube siempre a Dios y baja llena de frutos.
Antes de narrar la          parábola, San Lucas se preocupa de          señalar que Jesús hablaba a algunos que confiaban en sí mismos          teniéndose por          justos y despreciaban a los demás. El Señor habla de dos          personajes bien          conocidos por todos los oyentes: Dos hombres subieron al Templo          para orar: uno          era fariseo, y el otro publicano. Enseguida nos damos cuenta de          que, aunque los          dos hombres se dirigieron al Templo con el mismo fin, uno de          ellos no hizo          oración. No habla con Dios en un diálogo amoroso, sino consigo          mismo. No hay          amor en su oración, ni tampoco humildad. El fariseo está de pie,          da gracias por          lo que hace, está satisfecho. Se compara con los demás y se          considera más          justo, mejor cumplidor de la Ley. Parece no necesitar de Dios.
El publicano «se quedó          lejos, y por eso Dios se le          acercó más fácilmente. No atreviéndose a levantar los ojos al          cielo, tenía ya          consigo al que hizo los cielos... Que el Señor esté lejos o no,          depende de ti.          Ama y se acercará»9. Y estará atentísimo, como nadie lo ha          estado nunca, a todo          aquello que queramos decirle. El publicano conquistó a Dios con          su humildad y          su confianza, pues Él resiste a los soberbios y da su gracia a          los humildes10,          y nos enseña cómo ha de ser nuestra oración: humilde, atenta          –con la mente fija          en la persona a quien hablamos–, confiada, procurando que no sea          un monólogo          –como la del fariseo– en el que nos demos vueltas a nosotros          mismos, a las          virtudes que creemos poseer...
En la parábola late la          idea de la humildad como          fundamento de nuestro trato con Dios. Él quiere que acudamos a          la oración como          hijos pobres y necesitados siempre de su misericordia. «A Dios          –enseña San          Alfonso Mª de Ligorio– le gusta que tratéis familiarmente con          Él. Tratad con Él          vuestros asuntos, vuestros proyectos, vuestros trabajos,          vuestros temores y          todo lo que os interese. Hacedlo todo con confianza y el corazón          abierto,          porque Dios no acostumbra a hablar al alma que no le habla»11.          Huyamos en la          oración de la autosuficiencia, de la complacencia en los          aparentes o posibles          frutos en el apostolado, en la propia lucha ascética... y          también de las          actitudes negativas, pesimistas, que reflejan falta de confianza          en la gracia          de Dios, y que son frecuentemente manifestaciones de una          soberbia oculta. La          oración es siempre tiempo de alegría, de confianza y de paz.
III. Preparemos con          especial esmero el rato que          dedicamos a la oración, «estando a solas con quien sabemos nos          ama»12, pues de          ahí hemos de sacar fuerzas para santificar nuestro quehacer          diario, para          convertir en gracia las contradicciones diarias y para vencer          todas las          dificultades. Somos tan fuertes como sea de verdadero nuestro          trato con el          Señor. Al comenzarla «es necesario aparejar el corazón para este          santo          ejercicio, que es como quien templa la vihuela para tañer»13. En          esta          preparación nos ayudan el ofrecimiento de nuestro trabajo al          Señor a lo largo          del día, las pequeñas mortificaciones, el recogimiento          interior... y, en el          momento en que la comenzamos, el acto de presencia de Dios, en          el que nos recogemos          interiormente y nos ponemos ante su mirada. Este acto de          presencia de Dios será          normalmente una breve oración vocal que nos introducirá en el          diálogo con Dios;          muchas veces, ella sola nos dará materia para ese rato de          conversación con el          Señor. Nos puede ayudar el recitar despacio esas palabras, con          la mente atenta:          Creo firmemente que estás aquí..., que me ves..., que me oyes...          Le miramos y          nos mira. Y ese sentirnos junto a Él ya es oración, aunque no          formulemos expresamente          ninguna palabra. Él nos entiende y nosotros le entendemos. Le          pedimos y Él nos          pide: más generosidad, más amor, más lucha...
No nos preocupe si algunas          veces, ¡o siempre!, no          tenemos un especial sentimiento en la oración. «Para quien se          empeña seriamente          en hacer oración, vendrán tiempos en los que le parecerá vagar          en un desierto          y, a pesar de todos sus esfuerzos, no sentir nada de Dios. Debe          saber que estas          pruebas no se le ahorran a ninguno que tome en serio la oración          (...). En esos          períodos, debe esforzarse firmemente por mantener la oración,          que aunque podrá          darle la impresión de una cierta artificiosidad se trata en          realidad de algo          completamente diverso: es precisamente entonces cuando la          oración constituye          una expresión de su fidelidad a Dios, en presencia del cual          quiere permanecer          incluso a pesar de no ser recompensado por ninguna consolación          subjetiva»14.          Muchos días en los que, con lucha por estar con el Señor, nos          había parecido          que pasaba el tiempo sin sacar fruto, quizá ante Él resultó ser          una oración          espléndida. El Señor nos recompensa siempre con su paz y sus          fuerzas para          pelear todas las batallas que tengamos por delante. No dejemos          nunca la          oración. «No me parece otra cosa perder el camino –escribe Santa          Teresa de          Jesús, con su habitual claridad– sino dejar la oración»15. En no          pocas ocasiones,          puede ser la tentación más grave que sufra un alma que un día          decidió seguir a          Cristo de cerca: abandonar ese diálogo diario con Dios porque          cree que no saca          fruto, porque considera más importantes otras cosas, incluso          empresas          apostólicas..., y nada es más importante que esa cita diaria, en          la que Jesús          nos espera. «A toda costa –escribe un autor espiritual– debe          tomarse y          cumplirse inflexiblemente la determinación de perseverar en          dedicar a diario un          tiempo conveniente a la oración privada. No importa si no se          puede hacer más          que permanecer de rodillas durante ese tiempo y combatir con          absoluta falta de          éxito contra las distracciones: no se está malgastando el          tiempo»16. Por el          contrario, no existe tiempo mejor ganado que aquel que hemos          «perdido» junto al          Señor.
Pidamos hoy ayuda a          Nuestra Señora para que nos enseñe          a tratar a su Hijo como Ella lo trató en Nazaret y durante su          vida pública. Y          hagamos el propósito de no cometer la torpeza de abandonar la          oración jamás y          de no consentir distracciones voluntarias en ese tiempo en el          que el Señor nos          mira y nos escucha con tanta atención.
1 Lc 18, 9-14. — 2 Cfr. Lc          18, 1. — 3 Juan Pablo II,          Alocución 7-X-1979. — 4 ídem, Alocución en Maynooth (Irlanda),          1-X-1979. — 5          Ibídem. — 6 ídem, Alocución en Guadalupe (México), 27-I-1979. —          7 Santa Teresa,          Fundaciones, 10, 13. — 8 Ecclo 35, 19. — 9 San Agustín, Sermón          9, 21. — 10 Sant          4, 6. — 11 San Alfonso Mª de Ligorio, Cómo conversar continua y          familiarmente          con Dios, en Obras ascéticas de... BAC, vol. I, pp. 316-3 17. —          12 Santa          Teresa, Vida, 8, 2.— 13 San Pedro de Alcántara, Tratado de la          oración y de la          meditación, 1, 3. — 14 S. C. Para la Doctrina de la Fe, Sobre          algunos aspectos          de la meditación cristiana, 15-X-1989, n. 30. — 15 Santa Teresa,          Vida, 19, 5. —          16 E. Boylan, El amor supremo, Rialp, Madrid 194, vol. II, p. 141.
___________________________________________________________________________________________
† Santoral               (si          GoogleGroups corta el texto,          lo encontrará en www.iesvs.org)
Fuente: Archidiócesis de          Madrid 
Vicente, Sabina y            Cristeta, Santos Biografía, 27 de octubre            
              
 Octubre                    27  Vicente,                  Sabina y Cristeta son hermanos. Han nacido y viven en                  Talavera (Toledo). Los tres disfrutan de su juventud                  —Cristeta, casi niña- y, como en tantos hogares después                  del fallecimiento de los padres, hace cabeza Vicente que                  es el mayor. Manda                  en el Imperio la tetrarquía hecha por Diocleciano con el                  fin de poner término a la decadencia que se viene                  arrastrando a lo largo del siglo III por las                  innumerables causas internas y por las rebeliones y                  amenazas cada vez más apremiantes en las fronteras.                  Diocleciano, augusto, reside en Nicomedia y ocupa la                  cumbre de la jerarquía; su césar Galerio reside en                  Sirmio y se ocupa de Oriente; Maximiano es el otro                  augusto que se establece en Milán, con su césar                  Constancio, en Tréveris, gobiernan Occidente. El                  presidente en España es Daciano hombre cruel, bárbaro y                  perverso, que odia sin límites el nombre cristiano y que                  va dejando un riego de mártires en Barcelona y en                  Zaragoza. Llega a Toledo y sus colaboradores buscan en                  Talavera seguidores de Cristo. Allí                  es conocido como tal Vicente, que se desvive por la                  ayuda al prójimo y es ejemplo de alegría, nobleza y                  rectitud. Llevado                  a la presencia del Presidente, encontramos halagos por                  parte del poderoso juez pagano con promesas fáciles, y,                  por parte del cristiano, profesiones de fe en el Dios                  que es Trinidad, en Jesucristo-Señor y en la vida eterna                  prometida. Amenazas de la autoridad que se muestra                  dispuesta a hacer cumplir de modo implacable las leyes y                  exposición tan larga como firme de las disposiciones a                  perder todo antes de la renuncia a la fe nutriente de su                  vida que hace el cristiano.  A Vicente lo                  condenan a muerte por su pertinacia en perseverar en la                  fe cristiana. Lo meten en la cárcel y, en espera de que                  se cumpla la sentencia, es visitado por sus dos hermanas                  que, entre llantos y confirmándole en su decisión de ser                  fiel a Jesucristo, le sugieren la posibilidad de una                  fuga con el fin de que, sin padres que les tutelen, siga                  él siendo su apoyo y valedor. La escapada se realiza,                  pero los soldados romanos los encuentran en la cercana                  Ávila donde son los tres martirizados, en el año 304. El amor a Dios no                  supone una dejación, olvido o deserción de los nobles                  compromisos humanos. Vicente, aceptando los planes                  divinos hasta el martirio, hizo cuanto legítimamente                  estuvo de su parte para sacar adelante su compromiso                  familiar.  |           
___________________________________________________________________________________________
Teresa Eustoquio, Santa Monja, 27 de octubre   
              
 Octubre                    27  Etimológicamente                  significa "bella y ardiente como el sol del verano" o                  "mujer amable y fuerte". Viene de la lengua griega y                  alemana. Cuando el creyente                  se pone en contacto con estos gigantes de la santidad,                  se queda alucinado. Ve que todos los males que pueden                  asolar a las personas tienen una terapia fenomenal con                  la práctica de la oración. La chica Teresa                  tuvo la fortuna de tener unos padres que, aunque de                  fueran de la alta alcurnia, le dieron una educación muy                  cristiana La educación                  primaria la hizo en casa teniendo como maestro a un                  canónigo amigo de la familia. Era abierta,                  inteligente y sensible a los valores de la fidelidad y                  de la gracia. Desde pequeña dejó                  que fuera el Espíritu Santo quien dirigiera los pasos de                  su existencia. Su afán se centraba en Dios solamente y,                  desde él, en los demás. Sin embargo, le                  ocurrió como a la gran Teresa de Avila: tener la                  experiencia de la ausencia de Dios, aunque, aún sin                  sentirlo, jamás perdió su confianza. Se metió a monja                  benedictina. Después de algunos años tuvo la inspiración                  divina de fundar una nueva congregación llamada las                  "Hijas del Sagrado Corazón de Jesús". Le tocó vivir en                  tiempo difíciles por las revueltas políticas y sociales.                  A nivel eclesial, el jansenismo crecía mucho. Por eso,                  en la mitad del siglo XIX nacieron varias congregaciones                  con el nombre de esta fundación. Eran los años de la                  gran expansión de la devoción al Corazón de Jesús, al                  amor. Se dedica esta                  congregación a la obra educativa, fruto de la persuasión                  y el respeto a la individualidad de cada uno. Después de una                  vida de intenso trabajo por Dios y por los demás, murió                  el año 1852. Juan Pablo II la canonizo el diez de junio                  del 2001.  |           
___________________________________________________________________________________________
Bartolomé de Braganza,            Beato Obispo, 27 de octubre   
              
 Octubre                    27  Obispo                     Etimológicamente                  significa "hijo del que detiene las aguas". Viene de la                  lengua hebrea. No te mires ya                  como tierra reseca...Que caiga su rocío, las lágrimas de                  la mañana, y que en el desierto de tu alma se aplaque la                  sed de un amor. Fue obispo en el                  siglo XIII. Cuando se visita París, se ve la santa                  Capilla que mandó construir el rey Luis IX para alojar                  las reliquias de la santa Cruz. Todos los                  habitantes de Vicenza, Italia, conocen la bella iglesia                  de la santa Corona. Es un monumento                  importante de la arquitectura gótica. También se hizo                  para guardar una espina de la Crucifixión del Señor. Hay una gran                  amistad y relación entre la capilla gótica parisina y la                  de Vicenza. Estas buenas                  relaciones comenzaron con el rey de Francia y Bartolomé,                  obispo de esta ciudad. Había nacido aquí                  al comienzo del siglo XIII de una familia de condes, los                  de Braganza. Estudió en Pádua.                  Aquí se unió a los compañeros de santo Domingo que se                  encontraban en Bolonia. Inteligente y                  educado, le encargaron que predicara por Italia en unos                  tiempos agitados por mor de las herejías, luchas civiles                  y otras duras dificultades. Creó una                  confraternidad de tipo religioso y semi - militar, "los                  alegres", para evangelizar a todo el mundo con gozo y                  con alegría. En 1256 lo                  eligieron obispo. Pero, a pesar de su trabajo y celo                  apostólico, lo desterraron, y tuvo que irse de legado                  pontificio a Inglaterra y Francia. Murió en 1270.  |           
___________________________________________________________________________________________
Balsamia,            Santa Biografía, 27 de octubre   
|                Octubre                    27  Etimológicamente                  significa "bálsamo, perfume". Viene de la lengua latina. Jeremías dice: "La                  palabra del Señor ha sido para mí fuente de burla. Yo me                  dije: No hablaré más en su nombre, no pensaré más en él,                  pero la sentía adentro como fuego ardiente que no podía                  contener". Fue del siglo VI.                  Su trabajo ya ha pasado de moda en muchos lugares                  civilizados y de una fuerte economía. En otros, por el                  contrario, se mantiene el papel dela mujer que sustenta                  a los niños, hasta con su propia leche. En toda la                  misteriosa Edad Media y anterior incluso a ella, había                  una gran veneración por las santas que habían dado su                  vida en este precioso trabajo de nutrientes. Fue ella la que                  alimentó en Reims a san Remigio, el obispo de aquella                  ciudad. Remigio, con su                  cultura, sus buenas formas y su diplomacia, logró que se                  convirtiera al cristianismo Clodoveo, el rey francés. Para los franceses                  es un segundo Juan Bautista, el precursor de la vida                  cristiana en Francia. Hubo un tiempo en                  que se le llamaba en las Galias a santa Balsamia "la                  santa Nutriz". Hoy prevalece el                  de Balsamia. La leche es                  "bálsamo" dado a los niños. Ella había nacido en Roma.  |           
___________________________________________________________________________________________
Fuente: Franciscanos.net 
Salvador Mollar Ventura,            Beato Religioso y mártir, 27          Octubre   
              
 Nacido en Manises,                  Valencia, el 27 de marzo de 1896, hijo de Bautista                  Mollar y María Muñoz, muy pobres pero piadosos. De niño y joven se                  distinguió por su piedad, organizó la Asociación del                  Rosario en su barrio, formó parte de la Adoración                  Nocturna y la Conferencia de San Vicente de Paúl y                  enseñaba el catecismo a los niños. Hizo el noviciado                  de los Hermanos Menores Franciscanos en 1921 y la                  Profesión solemne el 25 de enero de 1925. Alegre, jovial                  y optimista. Limpio y ordenado, devoto de la Santísima                  Virgen. Al iniciarse la                  guerra civil, en 1936, era sacristán en el convento de                  Benisa. Al dispersarse los religiosos, se refugió                  primero donde unos bienhechores, y luego, para no                  comprometerlos, se fue a su familia, donde fue detenido                  y encarcelado a finales de octubre, y fusilado el 27 del                  mismo mes y año, en el "Picadero de Paterna", y                  enterrado en Valencia. Su cadáver mostraba signos de                  tortura. Él es uno de los                  233 mártires de la Guerra Civil española, para ver más                  sobre los 233 mártires en España haz "click" AQUI   |           
Fuentes:          IESVS.org; EWTN.com;          Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es ,          misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/ 
Si NO desea el evangelio,          santoral y meditación diaria          y sólo artículos interesantes censurados por la prensa (la          mayoría), unos 4 por          semana escriba a: ave-maria-purisima+subscribe@googlegroups.com (responder el mensaje de          confirmación).
Para de-suscribirse          escribir desde su casilla de email          a:
Evangelio+unsubscribe@googlegroups.com
NO debe colocarlo en CC          sino en "Para/To"
Si no se desuscribe es          porque recibe el mensaje en su          otro email que le reenvía al actual: debe escribir desde ese          otro email.




