miércoles, 9 de octubre de 2013

Jueves del Santísimo Sacramento. 10/10/2013. Beata Angela ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 5-13

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Supongan que alguno de ustedes tiene un amigo
que viene a medianoche a decirle: Préstame, por favor, tres panes, pues un amigo mío ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle. Pero él le responde desde dentro: No me molestes; no puedo levantarme a dártelos, porque la puerta ya está cerrada y mis hijos y yo ya estamos acostados. Si el otro sigue tocando, yo les aseguro que, aunque no se levante a dárselos por ser amigo, sin embargo, por su molesta insistencia, sí se levantará y le dará cuanto necesite.
Así también les digo a ustedes: Pidan y se les dará; busquen, y encontrarán; toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca, encuentra y al que toca, se le abre. ¿Habrá entre ustedes algún padre que, cuando su hijo le pide pan, le dé una piedra? ¿O cuando le pide pescado, le dé una víbora? ¿O cuando le pide huevo, le dé un alacrán?
Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre celestial les dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?"
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

jue 27a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

Yo quiero acercarme a ti, Señor, y saciarme de gozo en tu presencia.

 

Oración Colecta

Oremos:
Señor, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda alejarnos de él.
Por nuestro Señor Jesucristo...

 

Primera Lectura

Ya viene el día, ardiente como un horno

Lectura del libro del profeta Malaquías 3, 13-20

"Ustedes me han ofendido con sus palabras, dice el Señor.
Y todavía preguntan:
¿Qué hemos dicho contra ti? Han dicho esto: †No vale la pena servir a Dios. ¿Qué hemos ganado con guardar sus mandamientos o con hacer penitencia ante el Señor de los ejércitos? Más bien tenemos que felicitar a los soberbios, pues hacen el mal y prosperan, provocan a Dios y escapan sin castigo"".
Entonces, los que temen al Señor hablaron uno con otros. Y el Señor puso atención y escuchó lo que decían: y se escribió ante él un libro en el que están registradas las obras y los nombres de los que temen al Señor y lo honran.
"El día que yo actúe, dice el Señor de los ejércitos, ellos serán mi propiedad personal y yo seré indulgente con ellos, como un padre es indulgente con el hijo que lo obedece. Entonces verán la diferencia entre los buenos y los malos, entre los que obedecen a Dios y los que no lo obedecen.
Ya viene el día, ardiente como un horno; todos los soberbios y malvados serán como la paja.
El día que viene los consumirá, dice el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles ni raíz ni rama. Pero para ustedes, los que temen al Señor, brillará el sol de justicia que les traerá la salvación
en sus rayos".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 1

Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos.
Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.
Dichoso el hombre que confía en el Señor.

En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.
Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones, para que comprendamos las palabras de tu Hijo.
Aleluya.

Evangelio

Pidan y se les dará

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 5-13

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Supongan que alguno de ustedes tiene un amigo
que viene a medianoche a decirle: Préstame, por favor, tres panes, pues un amigo mío ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle. Pero él le responde desde dentro: No me molestes; no puedo levantarme a dártelos, porque la puerta ya está cerrada y mis hijos y yo ya estamos acostados. Si el otro sigue tocando, yo les aseguro que, aunque no se levante a dárselos por ser amigo, sin embargo, por su molesta insistencia, sí se levantará y le dará cuanto necesite.
Así también les digo a ustedes: Pidan y se les dará; busquen, y encontrarán; toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca, encuentra y al que toca, se le abre. ¿Habrá entre ustedes algún padre que, cuando su hijo le pide pan, le dé una piedra? ¿O cuando le pide pescado, le dé una víbora? ¿O cuando le pide huevo, le dé un alacrán?
Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre celestial les dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?"
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Mira bondadosamente, Señor, las ofrendas de tu Iglesia suplicante, y conviértelas en alimento espiritual que ayude a crecer en santidad a todos tus fieles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La gloria de Dios es el hombre viviente

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen. Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo.
Por eso,
unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Dichosos los que se acercan a tu altar, Señor. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre, Rey mío y Dios mío.

 

Oración después de la Comunión

Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que hemos recibido, nos ayude a amarte más y a servirte mejor cada día.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Dia 10/10-1 San Luis Beltrán (blanco)

Antífona de Entrada

El justo encontrará en el Señor su alegría y su esperanza. Todos los hombres de corazón recto serán salvados.

 

Oración Colecta

Oremos:
Te alabamos, Señor, porque Sólo tú eres santo y sin ti nadie puede ser bueno; y te pedimos, por intercesión de san Luis Beltrán que nos ayudes a vivir como verdaderos hijos tuyos, para ser dignos de obtener la herencia eterna que nos has prometido.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, y ven

Lectura del libro del Génesis 12, 1-4a.

En aquellos días, el Señor dijo a Abrán:
"Sal de tu tierra y de la casa de tu padre hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan. Maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo". Abrán marchó, como le había dicho el Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 14

El justo habitará en tu monte santo, Señor.

El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua.
El justo habitará en tu monte santo, Señor.

El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor.
El justo habitará en tu monte santo, Señor.

El que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente.
El justo habitará en tu monte santo, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios de tu Reino a la gente sencilla.
Aleluya.

Evangelio

Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a la gente sencilla

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús exclamó:
"Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán su descanso, porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos humildemente en honor de san Luis Beltrán, y haz que este sacrificio nos obtenga la salud del cuerpo y del espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La gloria de los santos

En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo.
Porque tu gloria resplandece en cada uno de los santos, ya que, al coronar sus méritos, coronas tus propios dones. Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con la multitud de los santos, te cantamos un himno de alabanza diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

El que quiera servirme, que me siga, dice el Señor; y donde yo esté, allí estará mi servidor.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que hemos recibido en este sacramento, al celebrar la festividad de san Luis Beltrán, nos ayuden, Señor, a conseguir los bienes eternos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Día 10/10 Santo Tómas de Villanueva (Obispo, blanco)

Antífona de Entrada

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Nueva a los pobres y anunciar su liberación a los cautivos.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios nuestro, luz y pastor de los creyentes, que confiaste a santo Tómas de Villanueva la misión de instruir a tus ovejas con la palabra y el ejemplo; concédenos, por su intercesión, ser fieles a la fe que enseñó con su palabra e imitar el ejemplo que nos dio con su vida.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Cumple tu tarea de evangelizador, desempeña tu servicio

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 1-5

Querido hermano: Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta con toda paciencia y deseo de instruir.
Porque vendrá un tiempo en que la gente no soportará la doctrina sana, sino que, para halagarse el oído, se rodearán de maestros a la medida de sus deseos; y, apartando el oído de la verdad, se volverán a las fábulas.
Tú estáte siempre alerta: soporta lo adverso, cumple tu tarea de evangelizador, desempeña tu servicio.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

del salmo 109

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Oráculo del Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies".
Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos.
Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

"Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora".
Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: "Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec".
Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, y a nosotros nos ha confiado el mensaje de la reconciliación.
Aleluya.

Evangelio

El buen pastor da la vida por las ovejas

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 11-16

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús:
"Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo Pastor".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que estos dones, Señor, que te presentamos en honor de tus santos y que van a dar testimonio de tu poder y de tu gloria, nos alcancen de ti la salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de santo Tómas de Villanueva, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso,
con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, dice el Señor.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Te rogamos, Señor, que el sacramento que hemos recibido nos encamine al cielo que ya mereció obtener santo Tómas de Villanueva, sirviéndote con fidelidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

27ª semana. Jueves

EL NOMBRE DE DIOS Y SU REINO

— Modos de santificar el nombre de Dios. La primera petición del Padrenuestro.

— El Reino de Dios.

— La propagación del Reino de los Cielos.

I. "Una vez llegados a la dignidad de hijos de Dios, nos abrasará la ternura que mora en el corazón de todos los verdaderos hijos; y, sin pensar más en nuestros propios intereses, solo tendremos celo por la gloria de nuestro Padre. Le diremos: Santificado sea tu nombre, atestiguando así que su gloria constituye todo nuestro deseo y nuestra alegría"1.

En esta primera petición de las siete del Padrenuestro, "pedimos que Dios sea conocido, amado, honrado y servidor de todo el mundo y de nosotros en particular"2. Jesús nos enseña el orden en que hemos de pedir habitualmente en nuestras oraciones. Lo primero que debemos pedir, por muy urgentes que sean nuestras necesidades, es la gloria de Dios. Es realmente lo más urgente, también para nosotros, que andamos preocupados por necesidades inmediatas. "Ocúpate de Mí –decía Jesús a Santa Catalina de Siena–, y Yo me ocuparé de ti". El Señor no nos dejará solos.

Santificado sea tu nombre. En la Sagrada Escritura el nombre equivale a la persona misma, es su identidad más profunda. Por eso, dirá Jesús al final de su vida, como resumiendo sus enseñanzas: Manifesté tu nombre a los hombres3. Nos reveló el misterio de Dios. En el Padrenuestro formulamos el deseo amoroso de que el nombre de Dios, de nuestro Padre Dios, sea conocido y reverenciado por toda la tierra; también debemos expresar nuestro dolor por las ocasiones en que es profanado, silenciado o empleado con ligereza. "Al decir santificado sea tu nombre nos amonestamos a nosotros mismos para que deseemos que el nombre del Señor, que siempre es santo en sí mismo, sea también tenido como santo por los hombres, es decir, que no sea nunca despreciado por ellos"4.

En determinados ambientes parece que los hombres no quieren nombrar a Dios. En lugar del Creador hablan de "la sabia naturaleza", o llaman "destino" a la Providencia divina, etc. En ocasiones son solo modos de decir, pero, en otras, el silencio del nombre de Dios es intencionado. En esos casos, venciendo los respetos humanos, debemos nosotros, intencionadamente también, honrar a nuestro Padre. Sin afectación, nos mantendremos fieles a los modos cristianos de hablar, que expresan externamente la fe de nuestra alma. Las expresiones tradicionales de muchos países, tales como "gracias a Dios" o "si Dios quiere"5, etc., pueden servir de ayuda en algunas ocasiones para tener presente al Señor en la conversación. Tampoco hemos de ser como esas personas que hacen intervenir, de modo inconsiderado e inoportuno, el nombre de Dios en los acontecimientos y en las cosas ("Dios le ha castigado"...). El segundo precepto del Decálogo nos prohíbe tomar el nombre de Dios en vano.

Si amamos a Dios amaremos su santo nombre y jamás lo mencionaremos con falta de respeto o de reverencia, como expresión de impaciencia o de sorpresa. Este amor al nombre de Dios se extenderá también al de Santa María, su Madre, al de sus amigos, los santos, y a todas las personas y cosas a Él consagradas.

Honramos a Dios en nuestro corazón cuando hacemos un acto de reparación cada vez que, en nuestra presencia, se falta al respeto debido al nombre de Dios o de Jesús, al enterarnos de que se ha cometido un sacrilegio o al tener noticia de acontecimientos que ofenden el buen nombre del Padre común. No debemos tampoco olvidar el actualizar personalmente los actos de reparación y de desagravio públicos siempre que nos unimos a las alabanzas que se rezan en la Bendición con el Santísimo. Allí, el sacerdote, en nombre de todos, reza: Bendito sea Dios, Bendito sea su santo nombre... Son jaculatorias que nosotros podemos repetir a lo largo del día, especialmente cuando debamos reparar.

La reverencia al nombre de Dios nos llevará además a amar de un modo especial esas oraciones esencialmente de alabanza, como el Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, que debiéramos repetir con mucha frecuencia, el Gloria y el, Sanctus de la Misa, etcétera.

"Mirad –dice Santa Teresa– que perdéis un gran tesoro y que hacéis mucho más con una palabra de cuando en cuando del Pater noster, que con decirle muchas veces aprisa; estad muy junto a quien pedís, no os dejará de oír; y creed que aquí es el verdadero alabar y santificar su nombre"6.

Quizá nos pueda ayudar alguna de estas jaculatorias a mantener la presencia de Dios en el día de hoy: Padre, santificado sea tu nombre, Bendito sea Dios, Bendito sea su santo nombre, Bendito sea el nombre de Jesús, Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre...

II. Venga a nosotros tu Reino, pedimos a continuación en el Padrenuestro. Y comenta San Juan Crisóstomo que el Señor "nos ha mandado que deseemos los bienes que están por llegar y que apresuremos el paso en nuestro viaje hacia el Cielo; mas en tanto el viaje no termina, viviendo aún en la tierra, quiere que nos esforcemos por llevar vida del Cielo"7.

La expresión Reino de Dios tiene un triple significado: el Reino de Dios en nosotros, que es la gracia; el Reino de Dios en la tierra, que es la Iglesia; y el Reino de Dios en el Cielo, o eterna bienaventuranza. En orden a la gracia, pedimos que Dios reine en nosotros con su gracia santificante, por la cual se complace en cada uno como rey en su corte, y que nos conserve unidos a Sí con las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad, por las cuales reina en el entendimiento, en el corazón y en la voluntad8. Al rezar cada día por la llegada del Reino de Dios, pedimos también que Él nos ayude en la lucha diaria contra las tentaciones. Es un reinado, el de Jesús en el alma, que avanza o retrocede según correspondamos o rechacemos las continuas gracias y ayudas que recibimos.

También se cumplen en el corazón las parábolas del Reino. Antes de adquirir su plenitud definitiva en el alma de cada uno de sus fieles, el Reino de Dios es como el grano de trigo que, hundido en el suelo, prepara la espiga de la cosecha; como la levadura, va transformando el corazón hasta que todo él sea de Dios; como el grano de mostaza, pues quizá comenzó como una pequeña semilla en el alma y, si no ponemos obstáculos, irá creciendo sin más límite que el de nuestras resistencias y negaciones. El Reino de Dios se establece ahora, por la gracia, en el corazón de los hombres, pero espera su definitiva manifestación en el encuentro último con Dios, después de la muerte. El Reino de Dios está ahí, dijo Jesús, está dentro de vosotros9. Y se percibe su presencia en el alma a través de los afectos y mociones del Espíritu Santo.

Cuando decimos venga a nosotros tu Reino, pedimos que Dios habite en nosotros de una manera más plena, que seamos todo de Dios, que nos ayude a luchar eficazmente para que, por fin, desaparezcan esos obstáculos que cada uno pone a la acción de la gracia divina. "Antes éramos esclavos, y ahora pedimos reinar bajo la soberanía de Cristo"10.

Si nuestra oración es confiada, constante y sincera, seremos oídos con toda seguridad, pues, como nos dice el Señor en el Evangelio de la Misa11, quien pide recibe, quien busca halla y al que llama, se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra?... ¡Qué confianza tan grande nos han de dar estas palabras de Jesús!

III. Cuando rezamos venga a nosotros tu Reino también pedimos, en relación a la Iglesia, que se dilate y propague por todo el mundo para la salvación de los hombres. Rogamos entonces por el apostolado que se realiza en toda la tierra, y nos sentimos comprometidos a poner los medios a nuestro alcance para la extensión del Reino de Dios. Porque "no es suficiente pedir con insistencia el Reino de Dios si no añadimos a nuestra petición todas aquellas cosas con que se busca y se halla"12, con los medios, por pequeños que sean, con las iniciativas apostólicas que podamos poner en práctica.

En un mundo que se presenta en no pocos aspectos como si hubiese vuelto al paganismo, se nos impone a todos los cristianos "la dulcísima obligación de trabajar para que el mensaje divino de la salvación sea conocido y aceptado por todos los hombres de cualquier lugar de la tierra"13.

La primera obligación será, de ordinario, orientar el apostolado hacia las personas que Dios ha puesto a nuestro lado, a quienes están más cerca, a los que tratamos con frecuencia. En este apostolado, del que no podemos excusarnos, está en primer lugar todo aquello que se refiere a la salvación eterna de las personas que tratamos. Esto es lo primero; inmediatamente después, hemos de preocuparnos los cristianos de ordenar realmente todo el universo hacia Cristo: la dignidad de la persona humana, los derechos de la conciencia, el respeto debido al trabajo, la preocupación por un más equitativo reparto de bienes, el sincero deseo de paz entre los pueblos, etc., es un quehacer de todos los cristianos, junto a los hombres de buena voluntad que trabajan en el mundo por estos mismos ideales.

Venga a nosotros tu Reino. Y "Jesucristo recuerda a todos: et ego, si exaltatus fuero a terra, omnia trahm ad meipsum (Jn 13, 32), si vosotros me colocáis en la cumbre de todas las actividades de la tierra, cumpliendo el deber de cada momento, siendo mi testimonio en lo que parece grande y en lo que parece pequeño, omnia traham ad meipsum, todo lo atraeré hacia mí. ¡Mi reino entre vosotros será una realidad! (...).

"A esto hemos sido llamados los cristianos, esa es nuestra tarea apostólica y el afán que nos debe comer el alma: lograr que sea realidad el reino de Cristo, que no haya más odios ni más crueldades, que extendamos en la tierra el bálsamo fuerte y pacífico del amor. Pidamos hoy a nuestro Rey que nos haga colaborar humilde y fervorosamente en el divino propósito de unir lo que está roto, de salvar lo que está perdido, de ordenar lo que el hombre ha desordenado, de llevar a su fin lo que se descarría, de reconstruir la concordia de todo lo creado"14. Comencemos, como siempre, por lo pequeño, por lo que está a nuestro alcance en la convivencia normal de todos los días.

1 Casiano, Colaciones, 9, 18. — 2 Catecismo Mayor, n. 290. — 3 Jn 17, 6. — 4 San Agustín, Carta 130, a Proba. — 5 Sant 4, 15. — 6 Santa Teresa, Camino de perfección, 31, 13. — 7 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, 19, 5. — 8 Cfr. Catecismo Mayor, nn. 294-295. — 9 Lc 17, 21. — 10 San Cipriano, Tratado de la oración del Señor, 13. — 11 Lc 11, 5-13. — 12 Catecismo Romano, IV, 10, n. 2. — 13 Conc. Vat. II, Decr. Apostolicam actuositatem, 3. — 14 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 183.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

Fuente: Franciscanos.org
Angela María Truszkowska, Beata Fundadora, 10 Octubre  

Angela María Truszkowska, Beata

Ángela María nació el 16 de mayo de 1825, en Kalisz (Polonia). En el bautismo recibió el nombre de Sofía Camila. Su familia se trasladó a Varsovia en 1837. Desde su infancia demostró una piedad profunda: participaba todos los días en la misa, recibía con frecuencia los sacramentos, realizaba vigilias de oración y visitaba con asiduidad el Santísimo Sacramento: todo esto desarrolló en ella una espiritualidad intensa.

En un viaje que realizó atravesando Alemania, Sofía, iluminada por el Señor, durante un rato de oración en la catedral de Colonia, intuyó su vocación a estar entre los pobres y necesitados y a servir en ellos a Cristo con la oración y el sacrificio. Esta inspiración la llevó a ser miembro de la sociedad de San Vicente de Paúl. Durante el día trabajaba sin descanso por los pobres y por la noche oraba constantemente, buscando la voluntad de Dios en ella. A la edad de 29 años, descubrió su camino: comenzó a buscar y a ayudar a los niños abandonados de los barrios bajos de Varsovia y a los ancianos sin casa. Con la ayuda económica de su padre y el apoyo de su prima Clotilde comenzó a hacerse cargo de seis niños. De esta forma atrajo a muchas voluntarias y floreció el instituto fundado por ella.

Sofía se hizo miembro de la Tercera Orden de san Francisco y tomó el nombre de Ángela. El 21 de noviembre de 1855, ante el icono de María, su prima y ella se consagraron a hacer la voluntad de su Hijo: éste fue el comienzo de la comunidad de las religiosas Felicianas, o de San Félix de Cantalicio. La madre Ángela determinó como ideal de su congregación: que en todo y por todo Dios sea conocido, amado y glorificado. Las religiosas dirigían a las laicas terciarias, instruían a los convertidos, visitaban las prisiones, y administraban también centros sociales rurales. Después del fracaso de la insurrección de 1863, muchos de estos centros se convirtieron en hospitales, donde las religiosas curaban a los heridos.

La comunidad fue suprimida por el gobierno ruso en 1864, pero continuó en secreto bajo la guía espiritual de la fundadora.

A los 44 años, durante su tercer mandato de superiora general, la madre Ángela se tuvo que retirar de la actividad de su congregación a causa de una enfermedad, pero siguió viva su dedicación a las religiosas. Murió después de 30 años de sufrimiento, devorada por el cáncer, el 10 de octubre de 1899, en presencia de las religiosas. Fue beatificada por Juan Pablo II el 18 de abril de 1993.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04/
Cerbonio Obispo de Populonia, Santo Obispo, 10 Octubre  

Cerbonio Obispo de Populonia, Santo

San Régulo y otros obispos fueron expulsados de África a principios del siglo VI.

San Régulo y San Cerbonio se establecieron en Populonia (Piombino de Toscana) y, poco después, este último fue elegido obispo de la ciudad. San Gregorio dice en sus "Diálogos" (lib. 111, c. 11) que Totila, rey de los invasores ostrogodos, condenó a San Cerbonio a enfrentarse con un oso por haber dado asilo a unos soldados romanos; pero la fiera, en vez de hacerle daño, le lamió mansamente los pies y entonces Totila puso en libertad al santo.

Los lombardos le desterraron más tarde a Elba, donde murió treinta años después. Su cuerpo fue trasladado a Populonia, donde se le venera como patrón de la diócesis de Massa Marítima.

La biografía del santo, muy posterior e indigna de crédito, afirma que el Papa San Vigilio le mandó llamar para reprenderle por su terquedad en celebrar la misa del domingo a hora tan temprana, que las gentes no podían asistir a ella. Pero, en vista de los numerosos milagros realizados por San Cerbonio durante el viaje a Roma, el Papa y todo el clero de la ciudad salieron a recibirle en triunfo y le restituyeron honrosamente a su sede.

El Martirologio Romano menciona también hoy a otro San Cerbonio, obispo de Verona, sobre el que no poseemos ninguna noticia.

La fiesta de San Cerbonio de Populonia reviste particular solemnidad entre los canónigos regulares de Letrán, porque el santo vivía en común con su clero.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Paulino de York, Santo Obispo, 10 Octubre  

Paulino de York, Santo

El Nombre de San Paulino figura en el Martirologio Romano y en los martirologios ingleses. Fue el primer apóstol del reino más poderoso de Inglaterra en su época. Había ido a dicho país como miembro del segundo grupo de misioneros enviados por el Papa San Gregorio l. Cuando el rey de Nortumbría, Edwino, solicitó la mano de Etelburga, la hermana del rey Edbaldo de Kent, prometió respetar la religión de su prometida, San Paulino partió con ella a Nortumbría para encargarse de la nueva misión. El año 625, San Justo, arzobispo de Canterbury, le consagró obispo.

San Paulino sufría atrozmente en medio de aquel pueblo que no conocía a Dios. Su predicación no tuvo éxito al principio, pero Dios escuchó final mente sus oraciones. El rey Edwino se convirtió en la forma en que lo expli caremos en el artículo a él consagrado (12 de octubre), y fue bautizado en York por San Paulino, en la Pascua del año 627. Los dos hijos del primer matrimonio del monarca, así como otros muchos nobles, siguieron el ejemplo de Edwino. La multitud se apretujaba para recibir el bautismo de manos de San Paulino, a orillas del río Swale, en las cercanías de Catterick. Edwino residía en Yeavering, del Glendale y San Paulino solía bautizar en esa región con el agua del río Glen. En una ocasión pasó ahí treinta y seis días, para impartir instrucción y bautizar al pueblo de día y de noche. El nombre de San Paulino está relacionado con los de las poblaciones de Dewsbury, Easingwold y algunas más. El campo de apostolado del santo fue, sobre todo, el sur de Nortumbría. Cruzó el rio Humbert y evangelizó también a los habitantes de Lindsey, donde bautizó al gobernador de Lincoln y construyó una iglesia. Después de la muerte de San Justo, consagró a San Honorio arzobispo de Canterbury. Asistido por su diácono, Jaime, bautizó a numerosas personas en el río Trent, cerca de Littleborough, según contó a San Beda el abad Deda, que fue uno de los que se bautizaron en esa ocasión. El mismo abad refirió a Beda que Paulino era "un hombre alto, un tanto encorvado, de cabello blanco, rostro alargadoy nariz aguileña, cuya presencia inspiraba veneración y respeto."

El Papa Honorio I envió el palio a San Paulino para designarle metro politano del norte de Inglaterra. El mismo Pontífice escribió al rey Edwino para felicitarle por su conversión: "Hemos enviado palios de metropolitanos a Honorio y Paulino, de suerte que cuando plazca a Dios llamar a sí a uno de ellos, el otro estará autorizado, en virtud de esta carta, a nombrarle un sucesor." Sin embargo, San Paulino jamás usó el palio en su catedral y, cuan do la carta de Honorio I llegó a Inglaterra, Edwino ya había muerto. En efecto, casi dos años antes de que el Pontífice la escribiese (lo cual demuestra lo difíciles que eran entonces las comunicaciones), los paganos mercianos, encabezados por Penda y reforzados por los bretones cristianos de Gales, inva dieron la Nortumbría y dieron muerte a Edwino. Los invasores destruyeron en gran parte la obra de San Paulino. El santo dejó entonces la diócesis de York a cargo del diácono Jaime y acompañó a Kent a la reina Santa Etelburga, con sus dos hijos y su nieto, en su viaje por mar. Como la sede de Rochester estaba entonces vacante, San Paulino aceptó la invitación para encargarse de administrarla y así lo hizo durante diez años, "hasta que voló al cielo, cargado con el fruto de sus trabajos". Probablemente tenía por lo menos sesenta años cuando partió de York con Santa Etelburga y hubiera sido una temeridad volver a Nortumbría, que estaba entonces en el mayor desorden. San Beda refiere que el fiel Jaime, su vicario, era. un hombre de gran santidad, que instruyó y bautizó a muchas personas "y arrancó muchas presas al viejo enemigo de la naturaleza humana". Cuando se restableció la paz en York Jaime "introdujo en la iglesia el canto romano." San Paulino murió en Rochester, el 10 de octubre de 644; legó su palio a la catedral y una cruz de oro y un cáliz, que había traído de York, a la iglesia de Cristo de Canterbury. Varias diócesis inglesas celebran su fiesta.

Nuestra principal fuente es la Historia ecclesiastica de Beda (edic. y notas de Plum mer). Apenas se pueden obtener unos cuantos datos fidedignos de la crónica en verso de Alcuino, de Simeón de Durham y de otros escritores de la época (cf. Raine, History of the Church of York, (Rolls Series). El excelente artículo del canónigo Burton en Catholic Encyclopedia tiene una buena bibliografía. Véase F. M. Stenton, Anglo-Saxon England (1943), pp. 113-116. La inserción del nombre de San Paulino en múltiples calendarios (cf. Stanton, Menology, p. 485), así como las numerosas cruces relacionadas tradicional mente con su nombre que hay en el norte de Inglaterra, demuestran la popularidad del culto del santo.

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Fuente: Vatican.va
Daniel Comboni, Santo Fundador de los Misioneros Combonianos, 10 Octubre  

Daniel Comboni, Santo

Daniel Comboni: hijo de campesinos pobres, llegó a ser el primer Obispo de Africa Central y uno de los más grandes misioneros de la historia de la Iglesia.

La vida de Comboni nos muestra que, cuando Dios interviene y encuentra una persona generosa y disponible, se realizan grandes cosas.



Hijo único - padres santos

Daniel Comboni nace en Limone sul Garda (Brescia, Italia) el 15 de marzo de 1831, en una familia de campesinos al servicio de un rico señor de la zona. Su padre Luigi y su madre Domenica se sienten muy unidos a Daniel, que es el cuarto de ocho hijos, muertos casi todos ellos en edad temprana. Ellos tres forman una familia unida, de fe profunda y rica de valores humanos, pero pobre de medios materiales. La pobreza de la familia empuja a Daniel a dejar el pueblo para ir a la escuela a Verona, en el Instituto fundado por el sacerdote don Nicola Mazza para jóvenes prometedores pero sin recursos.

Durante estos años pasados en Verona Daniel descubre su vocación sacerdotal, cursa los estudios de filosofía y teología y, sobre todo, se abre a la misión de Africa Central, atraído por el testimonio de los primeros misioneros del Instituto Mazza que vuelven del continente africano. En 1854, Daniel Comboni es ordenado sacerdote y tres años después parte para la misión de Africa junto a otros cinco misioneros del Istituto Mazza, con la bendición de su madre Domenica que llega a decir: "Vete, Daniel, y que el Señor te bendiga".



En el corazón de Africa - con Africa en el corazón

Después de cuatro meses de viaje, el grupo de misioneros del que forma parte Comboni llega a Jartum, la capital de Sudán. El impacto con la realidad Africana es muy fuerte. Daniel se da cuenta en seguida de las dificultades que la nueva misión comporta. Fatigas, clima insoportable, enfermedades, muerte de numerosos y jóvenes compañeros misioneros, pobreza de la gente abandonada a si misma, todo ello empuja a Comboni a ir hacia adelante y a no aflojar en la tarea que ha iniciado con tanto entusiasmo. Desde la misión de Santa Cruz escribe a sus padres: "Tendremos que fatigarnos, sudar, morir; pero al pensar que se suda y se muere por amor de Jesucristo y la salvación de las almas más abandonadas de este mundo, encuentro el consuelo necesario para no desistir en esta gran empresa".

Asistiendo a la muerte de un joven compañero misionero, Comboni no se desanima y se siente confirmado en la decisión de continuar su misión: "Africa o muerte!".

Cuando regresa a Italia, el recuerdo de Africa y de sus gentes empujan a Comboni a preparar una nueva estrategia misionera. En 1864, recogido en oración sobre la tumba de San Pedro en Roma, Daniel tiene una fulgurante intuición que lo lleva a elaborar su famoso "Plan para la regeneración de Africa", un proyecto misionero que puede resumirse en la expresión "Salvar Africa por medio de Africa", fruto de su ilimitada confianza en las capacidades humanas y religiosas de los pueblos africanos.



Un Obispo misionero original

En medio de muchas dificultades e incomprensiones, Daniel Comboni intuye que la sociedad europea y la Iglesia deben tomarse más en serio la misión de Africa Central. Para lograrlo se dedica con todas sus fuerzas a la animación misionera por toda Europa, pidiendo ayudas espirituales y materiales para la misión africana tanto a reyes, obispos y señores como a la gente sencilla y pobre. Y funda una revista misionera, la primera en Italia, como instrumento de animación misionera.

Su inquebrantable confianza en el Señor y su amor a Africa llevan a Comboni a fundar en 1867 y en 1872 dos Institutos misioneros, masculino y femenino respectivamente; más tarde sus miembros se llamarán Misioneros Combonianos y Misioneras Combonianas.

Como teólogo del Obispo de Verona participa en el Concilio Vaticano I, consiguiendo que 70 obispos firmen una petición en favor de la evangelización de Africa Central (Postulatum pro Nigris Africæ Centralis).

El 2 de julio de 1877, Comboni es nombrado Vicario Apostólico de Africa Central y consagrado Obispo un mes más tarde. Este nombramiento confirma que sus ideas y sus acciones, que muchos consideran arriesgadas e incluso ilusorias, son eficaces para el anuncio del Evangelio y la liberación del continente africano.

Durante los años 1877-1878, Comboni sufre en el cuerpo y en el espíritu, junto con sus misioneros y misioneras, las consecuencias de una sequía sin precedentes en Sudán, que diezma la población local, agota al personal misionero y bloquea la actividad evangelizadora.



La cruz como "amiga y esposa"

En 1880 Comboni vuelve a Africa por octava y última vez, para estar al lado de sus misioneros y misioneras, con el entusiasmo de siempre y decidido a continuar la lucha contra la esclavitud y a consolidar la actividad misionera. Un año más tarde, puesto a prueba por el cansancio, la muerte reciente de varios de sus colaboradores y la amargura causada por acusaciones infundadas, Comboni cae enfermo. El 10 de octubre de 1881, a los 50 años de edad, marcado por la cruz que nunca lo ha abandonado "como fiel y amada esposa", muere en Jartum, en medio de su gente, consciente de que su obra misionera no morirá. "Yo muero –exclama– pero mi obra, no morirá".

Comboni acertó. Su obra no ha muerto. Como todas las grandes realidades que " nacen al pie de la cruz ", sigue viva gracias al don que de la propia vida han hecho y hacen tantos hombres y mujeres que han querido seguir a Comboni por el camino difícil y fascinante de la misión entre los pueblos más pobres en la fe y más abandonados de la solidaridad de los hombres.



Fechas más importantes

— Daniel Comboni nace en Limone sul Garda (Brescia, Italia) el 15 de marzo de 1831.

— Consagra su vida a Africa en 1849, realizando un proyecto que lo lleva a arriesgar la vida varias veces en las difíciles expediciones misioneras desde 1857, que es cuando va por primera vez a Africa.

— El 31 de diciembre de 1854, año en que se proclama el dogma de la Inmaculada Concepción de María, es ordenado sacerdote por el Beato Juan Nepomuceno Tschiderer, Obispo de Trento.

— En 1864 escribe un Plan fundado sobre la idea de " salvar Africa por medio de Africa ", que demuestra la confianza que Comboni tiene en los africanos, pensando que serán ellos los protagonistas de su propia evangelización (Plan de 1864).

— Fiel a su consigna " Africa o muerte ", no obstante las dificultades sigue con su Plan fundando, en 1867, el Instituto de los Misioneros Combonianos.

— Voz profética, anuncia a toda la Iglesia, sobre todo en Europa, que ha llegado la hora de evangelizar a los pueblos de Africa. No teme presentarse, como simple sacerdote que es, a los Obispos del Concilio Vaticano I, pidiéndoles que cada Iglesia local se comprometa en la conversión de Africa (Postulatum, 1870).

— Demostrando un valor fuera de lo común, Comboni consigue que también las religiosas participen directamente en la misión de Africa Central, siendo el primero en tomar tal iniciativa. En 1872, funda un Instituto de religiosas dedicadas exclusivamente a la misión: las Hermanas Misioneras Combonianas.

— Gasta todas sus energías por los africanos y lucha con tesón para que sea abolida la esclavitud.

— En 1877, es consagrado Obispo nombrado Vicario Apostólico de Africa Central.

— Muere en Jartum, Sudán, abatido por las fatigas y cruces, en la noche del 10 de octubre de 1881.

— El 26 de marzo de 1994, se reconoce la heroicidad de sus virtudes.

— El 6 de abril de 1995, se reconoce el milagro realizado por su intercesión en una muchacha afrobrasileña, la joven María José de Oliveira Paixão.

— El 17 de marzo de 1996, es beatificado por el Papa Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro de Roma.

— El 20 de diciembre 2002, se reconoce el segundo milagro realizado por su intercesión en une madre musulmana del Sudan, Lubna Abdel Aziz.

— El 5 de octubre de 2003, es canonizado por el Papa Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro de Roma.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Juan Thwing de Bridlington, Santo Monje, 10 de octubre  

Juan Thwing de Bridlington, Santo

Monje

Martirologio Romano: En Bridlington, en Inglaterra, san Juan, presbítero, prior del monasterio de Canónigos Regulares de San Agustín, célebre por su oración, austeridad y bondad.

Aunque se ha dicho que Santo Tomás de Hereford fue el último santo inglés de la Edad Media (Osmundo, canonizado en 1457, era normando), se conserva todavía la bula de 1401 por la que Bonifacio IX canonizó a Juan de Bridlington. Los canónigos regulares de Letrán (10 de octubre) y la diócesis Midlesbrough, celebran su fiesta en la actualidad.

Suele llamársele también de Thwing, porque nació en dicha población de la costa de Yorkshire, cerca de Bridlington en 1319.

Lo poco que sabemos sobre la vida del santo no es de interés excepcional. Cuando tenía unos diecisiete años, fue a estudiar en Oxford, donde pasó dos años. Después tomó el hábito religioso en el monasterio de los canónigos regulares de San Agustín de Bridlington.

Poco a poco progresó en el dominio de sí mismo y en la experiencia de las cosas espirituales. Ocupó sicesivamente los cargos de director del coro, de bodeguero y de prior de su monasterio. La primera vez que fue elegido prior, consiguió a fuerza de protestas que le dispensasen del cargo, pero la segunda vez que el oficio quedó vacante, sus hennanos le obligaron a aceptarlo.

La vida de oración de San Juan mostraba hasta qué punto se dejaba guiar por el espíritu de Dios. La prudencia, la paz y la mansedumbre, fueron los principales frutos de su virtud. Cuando llevaba ya diecisiete años de prior y se había ganado la estima de todos, Dios le llamó a Sí, el 10 de octubre de 1379.

El autor de su biografía menciona muchos de los milagros obrados por San Juan. Tomás de Walsingham afirma que, por orden del Papa Bonifacio IX, Ricardo Scrope, el venerable arzobispo de York, asistido por los obispos de Lincoln y Carlisle, trasladó sus reliquias a un hermoso santuario. La traslación tuvo lugar el 11 de marzo de 1404. El santuario se convirtió en sitio de peregrinación. Uno de los que lo visitaron fue el rey Enrique V, quien atribuyó la victoria de Agincourt a la intercesión de San Juan de Bridlington y de San Juan de Beverley. La iglesia del monasterio gobernado por San Juan de Bridlington es actualmente la parroquia anglicana de la misma población.

 

 

Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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