domingo, 27 de octubre de 2013

Lunes por las almas del Purgatorio. 28/10/2013. San Simón y San Judas, Apost ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 12-16

Gloria a ti, Señor.

Por aquellos días, Jesús se retiró a la montaña a orar y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, 

Santiago el hijo de Alfeo, Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Palabra del Señor.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

San Simón y San Judas, Apost (28 oct)

Antífona de Entrada

Estos santos varones han sido escogidos por Dios en su infinito amor y han recibido de él la gloria eterna.

 

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:

Dios nuestro, que nos has dado a conocer a tu Hijo por intercesión de los santos apóstoles Simón y Judas; haz que nosotros amemos cada día más a Cristo, y que cada vez mayor número de pueblos lo conozcan. 

El, que vive y reina contigo...

Amén.

 

Primera Lectura

Están edificados sobre el cimiento de los apóstoles

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 19-22

Hermanos: Ya no son extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos del pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios. Están edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado y se va levantando hasta formar un 

templo consagrado al Señor. Por él también ustedes se van integrando en la construcción, hasta llegar a ser morada de Dios, por el Espíritu.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 18, 2-3.4-5

El mensaje del Señor llega a toda la tierra.

Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo trasmite a la otra noche.

El mensaje del Señor llega a toda la tierra.

Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo.

El mensaje del Señor llega a toda la tierra.

Aclamación Antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza. A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles. 

Aleluya.

Evangelio

Eligió a doce de ellos y los nombró apóstoles

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 12-16

Gloria a ti, Señor.

Por aquellos días, Jesús se retiró a la montaña a orar y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, 

Santiago el hijo de Alfeo, Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Jesús Señor.

 

Oración de los Fieles

Celebrante:

Imploremos, hermanos y hermanas, la misericordia del Señor en este día en el que los bienaventurados apóstoles san Simón y san Judas, siguiendo el ejemplo de su Maestro, derramaron su sangre para dar testimonio de la verdad, y pidámosle por las necesidades de todos los seres humanos.

(Respondemos a cada petición: Señor, ten piedad).

Para que la Iglesia, fiel a las enseñanzas de los apóstoles san Simón y san Judas, sea, ante el mundo, sacramento visible de la presencia invisible de Dios, 

Señor, ten piedad.

Para que Dios transforme nuestro mundo y haga surgir aquel cielo nuevo y aquella tierra nueva que anunciaron los apóstoles de Jesucristo, roguemos al Señor. 

Señor, ten piedad.

Para que la luz de la fe dé coraje a los que sufren, y la esperanza en el reino anunciado por los apóstoles disminuya los sufrimientos de los que lloran, roguemos al Señor. 

Señor, ten piedad.

Para que a nosotros, reunidos hoy para celebrar el martirio de san Simón y san Judas, nos conceda docilidad hacia los obispos de la Iglesia, que ocupan hoy el lugar de los apóstoles, roguemos al Señor. 

Señor, ten piedad.

Celebrante:

Escucha, Señor, la oración de tu Iglesia y concede tu Espíritu en abundancia a los que has dado la misión de extender por todo el mundo la doctrina apostólica que ilumina y salva.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la fiesta de tus santos apóstoles Simón y Judas; y reaviva nuestra fe para que podamos celebrar dignamente tu Eucaristía. 

Por Jesucristo, Señor nuestro.

Amén.

 

Prefacio

Los apóstoles, pastores del pueblo de Dios

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso, Pastor eterno.

Porque no abandonas nunca a tu rebaño, sino que, por medio de los santos apóstoles, lo proteges y conservas, y quieres que tenga siempre por guía la palabra de aquellos mismos pastores a quienes tu Hijo dio la misión de anunciar el Evangelio.

Por eso, 

con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

 

Antífona de la Comunión

Si alguno me ama, cumplirá mis mandamientos, dice el Señor; mi Padre lo amará, vendremos a él y haremos en él nuestra morada.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:

Tú, que nos has hecho participar del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, al conmemorar hoy el martirio de los santos apóstoles Simón y Judas, haz, Señor, que el Espíritu Santo nos guarde siempre en tu amor. 

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén

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lun 30a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan mis enemigos, tropiezan y caen.

Oración Colecta

Oremos:
Dios nuestro, de quien todo bien procede, inspíranos propósitos de justicia y santidad y concédenos tu ayuda para poder cumplirlos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

Ustedes han recibido el espíritu de hijos, en virtud del cual podemos llamar Padre a Dios

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 12-17

Hermanos: Nosotros no estamos sujetos al desorden egoísta del hombre, para hacer de ese desorden nuestra regla de conducta. Pues si ustedes viven de ese modo, ciertamente serán destruidos. Por el contrario, si con la ayuda del Espíritu destruyen sus malas acciones, entonces vivirán.
Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. No han recibido ustedes un espíritu de esclavos, que los haga temer de nuevo, sino un espíritu de hijos, en virtud del cual
podemos llamar Padre a Dios.
El mismo Espíritu Santo, a una con nuestro propio espíritu, da testimonio de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos de Dios y coherederos con Cristo, puesto que sufrimos con él para ser glorificados junto con él.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 67

Bendito sea el Señor, que nos salva.

Cuando el Señor actúa, sus enemigos se dispersan y huyen ante su faz los que lo odian. Ante el Señor, su Dios, gocen los justos y salten de alegría.
Bendito sea el Señor, que nos salva.

Porque el Señor, desde su templo santo, a huérfanos y viudas da su auxilio; él fue quien dio a los desvalidos casa, libertad y riqueza a los cautivos.
Bendito sea el Señor, que nos salva.

Bendito sea el Señor, día tras día, que nos lleve en sus alas y nos salve. Nuestro Dios es un Dios de salvación, porque puede librarnos de la muerte.
Bendito sea el Señor, que nos salva.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Tu Palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad
Aleluya.

Evangelio

¿No era bueno desatar a esta hija de Abrahán de esa atadura, aun en día de sábado?

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 10-17

Gloria a ti, Señor.

Un sábado, estaba Jesús enseñando en una sinagoga. Había allí una mujer que llevaba dieciocho años enferma por causa de un espíritu malo; estaba encorvada y no podía enderezarse. Al verla, Jesús la llamó y le dijo:
"Mujer, quedas libre de tu enfermedad".
Le impuso las manos y, al instante, la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios.
Pero el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hubiera hecho una curación en sábado, le dijo a la gente:
"Hay seis días de la semana en que se puede trabajar; vengan, pues, durante esos días a que los curen y no el sábado".
Entonces el Señor dijo:
"¡Hipócritas! ¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro del pesebre para llevarlo a abrevar, aunque sea sábado? Y a esta hija de Abrahán, a la que Satanás tuvo atada durante dieciocho años, ¿no era bueno desatarla de esa atadura, aun en día de sábado?"
Cuando Jesús dijo esto, sus enemigos quedaron en vergüenza; en cambio, la gente se alegraba de todas las maravillas que él hacía.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Mira, Señor, con bondad, estos dones que te presentamos humildemente, para que sean gratos a tus ojos y nos hagan crecer en tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

La salvación por Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, con tu misericordia lo redimiste, por Cristo, Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Señor, tú eres mi amor, mi fuerza y mi refugio, mi liberación y mi ayuda. Tú eres mi Dios.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Que la fuerza redentora de esta Eucaristía nos proteja, Señor, de nuestras malas inclinaciones y nos guíe siempre por el camino de tus mandamientos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

30ª semana. Lunes

MIRAR AL CIELO

— La mujer encorvada y la misericordia de Jesús.

— Lo que nos impide mirar al Cielo.

— Solo en Dios comprendemos la verdadera realidad de la propia vida y de todo lo creado.

I. En el Evangelio de la Misa1, San Lucas nos relata cómo Jesús entró a enseñar un sábado en la sinagoga, según era su costumbre. Y había allí una mujer poseída por un espíritu, enferma desde hacía dieciocho años, y estaba encorvada sin poder enderezarse de ningún modo. Y Jesús, sin que nadie se lo pidiera, movido por su compasión, la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Y le impuso las manos, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios.

El jefe de la sinagoga se indignó porque Jesús curaba en sábado. Con su alma pequeña no comprende la grandeza de la misericordia divina que libera a esta mujer postrada desde hacía tanto tiempo. Celoso en apariencia de la observancia del sábado prescrita en la Ley2, el fariseo no sabe ver la alegría de Dios al contemplar a esta hija suya sana de alma y de cuerpo. Su corazón, frío y embotado –falto de piedad–, no sabe penetrar en la verdadera realidad de los hechos: no ve al Mesías, presente en aquel lugar, que se manifiesta como anunciaban las Escrituras. Y no atreviéndose a murmurar directamente de Jesús, lo hace de quienes se acercan a Él: Seis días hay en los que es necesario trabajar; venid, pues, en ellos a ser curados y no en día de sábado. Y el Señor, como en otras ocasiones, no calla: les llama hipócritas, falsos, y contesta –recogiendo la alusión al trabajo– señalando que, así como ellos se daban buena prisa en soltar del pesebre a su asno o a su buey para llevarlos a beber aunque fuera sábado, a esta, que es hija de Abrahán, a la que Satanás ató hace ya dieciocho años, ¿no era conveniente soltarla de esta atadura aun en día de sábado? Aquella mujer, en su encuentro con Cristo recupera su dignidad; es tratada como hija de Abrahán y su valor está muy por encima del buey o del asno. Sus adversarios quedaron avergonzados, y toda la gente sencilla se alegraba por todas las maravillas que hacía.

La mujer quedó libre del mal espíritu que la tenía encadenada y de la enfermedad del cuerpo. Ya podía mirar a Cristo, y al Cielo, y a las gentes, y al mundo. Nosotros hemos de meditar muchas veces estos pasajes en los que la compasiva misericordia del Señor, de la que tan necesitados andamos, se pone singularmente de relieve. "Esa delicadeza y cariño la manifiesta Jesús no solo con un grupo pequeño de discípulos, sino con todos. Con las santas mujeres, con representantes del Sanedrín como Nicodemo y con publicanos como Zaqueo, con enfermos y con sanos, con doctores de la ley y con paganos, con personas individuales y con muchedumbres enteras.

"Nos narran los Evangelios que Jesús no tenía dónde reclinar su cabeza, pero nos cuentan también que tenía amigos queridos y de confianza, deseosos de acogerlo en su casa. Y nos hablan de su compasión por los enfermos, de su dolor por los que ignoran y yerran, de su enfado ante la hipocresía"3.

La consideración de estas escenas del Evangelio nos debe llevar a confiar más en Jesús, especialmente cuando nos veamos más necesitados del alma o del cuerpo, cuando experimentemos con fuerza la tendencia a mirar solo lo material, lo de abajo, y a imitarle en nuestro trato con las gentes: no pasemos nunca con indiferencia ante el dolor o la desgracia. Hagamos igual que el Maestro, que se compadece y pone remedio.

II. "Así encontró el Señor a esta mujer que había estado encorvada durante dieciocho años: no se podía erguir (Lc 13, 11). Como ella –comenta San Agustín– son los que tienen su corazón en la tierra"4; después de un tiempo han perdido la capacidad de mirar al Cielo, de contemplar a Dios y de ver en Él la maravilla de todo lo creado. "El que está encorvado, siempre mira a la tierra, y quien busca lo de abajo, no se acuerda de a qué precio fue redimido"5. Se olvida de que todas las cosas creadas han de llevarle al Cielo y contempla solo un universo empobrecido.

El demonio mantuvo dieciocho años sin poder mirar al Cielo a la mujer curada por Jesús. Otros, por desgracia, pasan la vida entera mirando a la tierra, atados por la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida6. La concupiscencia de la carne impide ver a Dios, pues solo lo verán los limpios de corazón7; esta mala tendencia "no se reduce exclusivamente al desorden de la sensualidad, sino también a la comodidad, a la falta de vibración, que empuja a buscar lo más fácil, lo más placentero, el camino en apariencia más corto, aun a costa de ceder en la fidelidad a Dios (...).

"El otro enemigo (...) es la concupiscencia de los ojos, una avaricia de fondo, que lleva a no valorar sino lo que se puede tocar. Los ojos que se quedan como pegados a las cosas terrenas, pero también los ojos que, por eso mismo, no saben descubrir las realidades sobrenaturales. Por tanto, podemos utilizar la expresión de la Sagrada Escritura, para referirnos a la avaricia de los bienes materiales, y además a esa deformación que lleva a observar lo que nos rodea –los demás, las circunstancias de nuestra vida y de nuestro tiempo– solo con visión humana.

"Los ojos del alma se embotan; la razón se cree autosuficiente para entender todo, prescindiendo de Dios (...). La existencia nuestra puede, de este modo, entregarse sin condiciones en manos del tercer enemigo, de la superbia vitae. No se trata solo de pensamientos efímeros de vanidad o de amor propio: es un engreimiento general. No nos engañemos, porque este es el peor de los males, la raíz de todos los descaminos"8. Ninguno de estos enemigos podrá con nosotros si tenemos la sinceridad necesaria para descubrir sus primeras manifestaciones, por pequeñas que sean, y suplicamos al Señor que nos ayude a levantar de nuevo nuestra mirada hacia Él.

III. La fe en Cristo se ha de manifestar en los pequeños incidentes de un día corriente, y ha de llevarnos a "organizar la vida cotidiana sobre la tierra sabiendo mirar al Cielo, esto es, a Dios, fin supremo y último de nuestras tensiones y nuestros deseos"9.

Cuando, mediante la fe, tenemos la capacidad de mirar a Dios, comprendemos la verdad de la existencia: el sentido de los acontecimientos, que tienen una nueva dimensión; la razón de la cruz, del dolor y del sufrimiento; el valor sobrenatural que podemos imprimir a nuestro trabajo diario y a cualquier circunstancia que, en Dios y por Dios, recibe una eficacia sobrenatural.

El cristiano no está cerrado en absoluto a las realidades terrenas; por el contrario, "puede y debe amar las cosas creadas por Dios. Pues de Dios las recibe, y las mira y respeta como objetos salidos de las manos de Dios"10, pero solo "usando y gozando de las criaturas en pobreza y con libertad de espíritu, entra de veras en posesión del mundo, como quien nada tiene y es dueño de todo: Todas las cosas son vuestras, vosotros sois de Cristo y Cristo de Dios (1 Cor 3, 22)"11. San Pablo recomendaba a los primeros cristianos de Filipos: Por lo demás, hermanos, cuanto hay de verdadero, de honorable, de justo, de íntegro, de amable y de encomiable; todo lo que sea virtuoso y digno de alabanza, tenedlo en estima12.

El cristiano adquiere una particular grandeza de alma cuando tiene el hábito de referir a Dios las realidades humanas y los sucesos, grandes o pequeños, de su vida corriente. Cuando los aprovecha para dar gracias, para solicitar ayuda y ofrecer la tarea que lleva entre manos, para pedir perdón por sus errores... Cuando, en definitiva, no olvida que es hijo de Dios todas las horas del día y en todas las circunstancias, y no se deja envolver de tal manera por los acontecimientos, por el trabajo, por los problemas que surgen... que olvide la gran realidad que da razón a todo: el sentido sobrenatural de su vida. "¡Galopar, galopar!... ¡Hacer, hacer!... Fiebre, locura de moverse... Maravillosos edificios materiales...

"Espiritualmente: tablas de cajón, percalinas, cartones repintados... ¡galopar!, ¡hacer! —Y mucha gente corriendo: ir y venir.

"Es que trabajan con vistas al momento de ahora: "están" siempre "en presente". —Tú... has de ver las cosas con ojos de eternidad, "teniendo en presente" el final y el pasado...

"Quietud. —Paz. —Vida intensa dentro de ti. Sin galopar, sin la locura de cambiar de sitio, desde el lugar que en la vida te corresponde, como una poderosa máquina de electricidad espiritual, ¡a cuántos darás luz y energía!..., sin perder tu vigor y tu luz"13.

Acudamos a la misericordia del Señor para que nos conceda ese don, vivir de fe, para poder andar por la tierra con los ojos puestos en el Cielo, con la mirada fija en Él, en Jesús,

1 Lc 13, 10-17. — 2 Cfr. Ex 20, 8. — 3 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 108. — 4 San Agustín, Comentario al Salmo 37, 10. — 5 San Gregorio Magno, Homilías sobre los Evangelios, 31, 8. — 6 Cfr. 1 Jn 2, 16. — 7 Cfr. Mt 5, 8. — 8 San Josemaría Escrivá, o. c., 56. — 9Juan Pablo II, Ángelus 8-XI-1979. 10 Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 37. — 11 Ibídem. — 12 Flp 4, 8. — 13 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 837.

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28 de octubre

SAN SIMÓN Y SAN JUDAS,

APÓSTOLES*

Fiesta

— Los Apóstoles no buscaron su gloria personal, sino llevar a todos el mensaje de Cristo.

— La fe de los Apóstoles y nuestra fe.

— Amor a Jesús para seguirle de cerca.

I. El Señor, que no tenía necesidad de que nadie diera testimonio de Él1, quiso, sin embargo, elegir a los Apóstoles para que fueran compañeros en su vida y continuadores de su obra después de su muerte. En las primeras expresiones del arte cristiano nos encontramos con frecuencia a Jesús rodeado por los Doce, formando con Él una familia inseparable. No eran estos discípulos de la clase influyente de Israel ni del grupo sacerdotal de Jerusalén. No eran filósofos, sino gentes sencillas. «Es una eterna maravilla ver cómo estos hombres extendieron por el mundo un mensaje opuesto radicalmente en sus líneas esenciales al pensamiento de los hombres de su tiempo, ¡y desgraciadamente, también al de los del nuestro!»2.

Con frecuencia manifiesta el Evangelio el dolor de Jesús por la falta de comprensión de aquellos a quienes confiaba sus pensamientos más íntimos: ¿Aún estáis sin conocimiento ni inteligencia? ¿Aún está vuestro corazón cegado? ¿Tenéis ojos y no veis? ¿Tenéis oídos y no oís?3. «No eran cultos, ni siquiera muy inteligentes, al menos en lo que se refiere a las realidades sobrenaturales. Incluso los ejemplos y las comparaciones más sencillas les resultaban incomprensibles, y acudían al Maestro: Domine, edissere nobis parabolam (Mt 13, 36), Señor, explícanos la parábola. Cuando Jesús, con una imagen, alude al fermento de los fariseos, entienden que les está recriminando por no haber comprado pan (cfr. Mt 16, 67) (...). Estos eran los Discípulos elegidos por el Señor; así los escoge Cristo; así aparecían antes de que, llenos del Espíritu Santo, se convirtieran en columnas de la Iglesia (cfr. Gal 2, 9). Son hombres corrientes, con defectos, con debilidades, con la palabra más larga que las obras. Y, sin embargo, Jesús los llama para hacer de ellos pescadores de hombres (Mt 4, 19), corredentores, administradores de la gracia de Dios»4.

Los Apóstoles elegidos por el Señor eran muy diferentes entre sí; sin embargo, todos manifiestan una fe, un mensaje... No debe sorprendernos que nos hayan llegado tan pocas noticias de la mayoría de ellos, pues lo que les importaba era dar un testimonio cierto sobre Jesús y la doctrina que de Él recibieron: son el «sobre», cuya única misión es la de transmitir el papel donde va escrito el mensaje, en imagen alguna vez utilizada por San Josemaría Escrivá para hablar de la humildad; solo desean ser instrumentos delante del Señor: lo importante es el mensaje, no el sobre.

De los dos grandes Apóstoles, Simón y Judas Tadeo, cuya fiesta celebramos hoy, apenas nos han llegado unas pocas noticias: de Simón solo sabemos con certeza que fue elegido expresamente por el Señor para formar parte de los Doce; de Judas Tadeo conocemos además que era pariente del Señor, que formuló a Jesús una pregunta en la Última Cena Señor, ¿qué ha pasado para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?5- y que, según la tradición eclesiástica, es el autor de una de las Epístolas católicas. Desconocemos dónde fueron enterrados sus cuerpos y no sabemos bien las tierras que evangelizaron. No se preocuparon de llevar a cabo una tarea en la que sobresalieran sus dotes personales, sus conquistas apostólicas, los sufrimientos que padecieron por el Maestro. Por el contrario, procuraron pasar ocultos y dar a conocer a Cristo. En esto hallaron la plenitud y el sentido de sus vidas. Y, a pesar de sus condiciones humanas, escasas para la misión para la que fueron elegidos, llegaron a ser la alegría de Dios en el mundo.

Nosotros podemos aprender a encontrar la felicidad en cumplir, calladamente, la labor y la misión que el Señor nos ha encomendado en la vida. «Te aconsejo que no busques la alabanza propia, ni siquiera la que merecerías: es mejor pasar oculto, y que lo más hermoso y noble de nuestra actividad, de nuestra vida, quede escondido... ¡Qué grande es este hacerse pequeños!: "Deo omnis gloria!" toda la gloria, para Dios»6.

Así seremos verdaderamente eficaces, pues «cuando se trabaja única y exclusivamente por la gloria de Dios, todo se hace con naturalidad, sencillamente, como quien tiene prisa y no puede detenerse en "mayores manifestaciones", para no perder ese trato irrepetible e incomparable- con el Señor»7. «Como quien tiene prisa», así hemos de pasar de una labor a otra, sin detenernos demasiado en consideraciones personales.

II. Los Apóstoles fueron testigos de la vida y de las enseñanzas de Jesús, y nos transmitieron con toda fidelidad la doctrina que habían oído y los hechos que habían visto. No se dedicaron a difundir teorías personales, ni remedios sacados de la propia experiencia: Os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, no siguiendo fábulas ingeniosas, sino porque hemos sido testigos oculares de su majestad8, escribe San Pedro. San Juan nos dice con insistencia: Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos acerca del Verbo de la Vida (...) os lo anunciamos a vosotros9. Y San Lucas, que no sabemos si recibió una enseñanza directa del Señor, afirma que va a describir por su orden desde el origen todos los sucesos de la vida de Cristo conforme nos los tienen referidos los que desde el principio fueron testigos de vista y ministros de la palabra10. De aquella primera comunidad cristiana de Jerusalén conocemos que perseveraban todos en las instrucciones de los Apóstoles11. La enseñanza de los Doce, no la libre interpretación de cada uno, ni la autoridad de los sabios, es el fundamento de la fe cristiana.

La voz de los Apóstoles es el eco diáfano de las enseñanzas de Jesús, que resonará hasta el fin de los siglos: su corazón y sus labios desbordan veneración y respeto por sus palabras y por su Persona. Un amor que hace exclamar a Pedro y a Juan, ante las amenazas del Sanedrín: nosotros no podemos dejar de decir de lo que hemos visto y oído12.

Esa misma fe es la que, de generación en generación, custodiada por el Magisterio de la Iglesia, con la asistencia continua del Espíritu Santo, ha llegado hasta nosotros. En estas verdades ha habido y continúa existiendo un desarrollo y crecimiento como el de la semilla que llega a ser un gran árbol. La Iglesia es el canal por el que nos llega, enriquecida por la gracia divina, la enseñanza de Cristo13. Esta es la que nosotros debemos dar a conocer en la catequesis, en el apostolado personal, los sacerdotes en su predicación...

Muchos siglos nos separan de los Apóstoles que hoy celebramos. Sin embargo, la Luz y la Vida de Cristo que ellos predicaron al mundo sigue llegando hasta nosotros. «¡La luz de Cristo no se extingue! Los Apóstoles transmitieron esta luz a sus discípulos y estos a los suyos, hasta llegar a nosotros a través de los siglos y hasta el fin de los tiempos. Por cuántas y cuán distintas manos ha pasado esta luz (...). A todos les debemos un gran reconocimiento. También para nosotros, la grey que en estos días se acerca a sus pastos, tiene Él previstos maestros, pastores y sacerdotes. Él obra por sus pobres brazos la maravilla de nuestra salvación. Él cuida de nosotros con amor divino. Todas las estrellas traen de Él su resplandor. Todos los mares le cantan. Todos los cielos le alaban»14. No dejemos de hacerlo nosotros.

III. Simón y Judas Tadeo, como el resto de los Apóstoles, tuvieron la inmensa suerte de aprender de labios del Maestro la doctrina que luego enseñaron. Compartieron con Él alegrías y tristezas. ¡Qué santa envidia les tenemos! Muchas cosas las aprendieron en la intimidad de su conversación para transmitirlas luego a los demás: Lo que os he susurrado al oído, predicadlo por encima de los tejados15. Ningún milagro les había de pasar inadvertido, ninguna lágrima y ninguna sonrisa dejaría de tener importancia. Son los testigos, los transmisores. Los Doce consideraban esta íntima unión con el Maestro tan esencial que cuando han de completar el número, después de la defección de Judas, pusieron una única condición indispensable: Es necesario, por tanto, que de los hombres que nos han acompañado todo el tiempo en que el Señor Jesús vivió con nosotros, empezando desde el bautismo de Juan hasta el día en que partió de entre nosotros, uno de ellos sea constituido con nosotros testigo de su Resurrección16.

Estos hombres estuvieron con Jesús en las fatigas del apostolado, en el descanso cuando Él les enseñaba con voz pausada los misterios del Reino, en las caminatas agotadoras bajo el sol... Compartieron con Él las alegrías cuando las gentes respondían a su predicación, y las penas al ver la falta de generosidad de otros para seguir al Maestro. «¡Con qué intimidad se confiaban a Él, como a un padre, como a un amigo, casi como a su propia alma! Le conocían por su noble porte, por el cálido tono de su voz, por su manera de partir el pan. Se sentían inundados de luz y estremecidos de alegría, cuando sus ojos profundos se posaban sobre ellos y la voz de Él vibraba en sus oídos. Enrojecían, cuando los reprendía por su pobreza de espíritu, y cuando los corregía, humillaban sus rostros curtidos por los años como niños atrapados en una falta... Se sentían profundamente impresionados, cuando les hablaba una y otra vez de su Pasión. Amaban a su Maestro, y le seguían no solo porque querían aprender sus doctrinas, sino sobre todo porque le amaban»17.

Pidamos hoy a estos Santos Apóstoles, Simón y Judas, que nos ayuden a conocer y a amar cada día más al Maestro, al mismo que ellos siguieron un día, y que fue el centro sobre el que se orientó toda su vida.

1 Jn 2, 25. — 2 O. Hophan, Los Apóstoles, p. 16. — 3 Mc 8, 17. — 4 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 2. — 5 Jn 14, 22. — 6 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 1051. — 7 ídem, Surco, n. 555. — 8 2 Pdr 1, 16. — 9 1 Jn 1, 1. — 10 Jn 1, 1-3. — 11Hech 2, 42. — 12 Hech 4, 20. — 13 San Atanasio, Carta I a Serapión, 28. — 14 O. Hophan, o. c., pp. 46-47. — 15 Mt 10, 27. — 16 Hech 1, 21. — 17 O. Hophan, o. c., p. 25.

* Simón, llamado también Zelotes quizá por haber pertenecido al partido judío de los celadores de la ley, era natural de Caná de Galilea. Judas, de sobrenombre Tadeo (el valiente), es señalado explícitamente desde antiguo, por la tradición eclesiástica, como autor de la Epístola de San Judas. Predicaron la doctrina de Cristo, según parece, en Egipto, Mesopotamia y Persia, y murieron mártires en defensa de la fe.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

 

San Simón y San Judas Tadeo

San Judas Tadeo es uno de los santos más populares, a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe. En Alemania, Italia, América y muchos sitios más, tiene numerosos devotos que consiguen por su intercesión admirable ayuda de Dios, especialmente en cuanto a conseguir empleo, casa u otros beneficios.

Santa Brígida cuenta en sus Revelaciones que Nuestro Señor le recomendó que cuando deseara conseguir ciertos favores los pidiera por medio de San Judas Tadeo. Judas es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a Dios".

Tadeo quiere decir: "valiente para proclamar su fe".

Simón significa: "Dios ha oído mi súplica".

A San Simón y San Judas Tadeo se les celebra la fiesta en un mismo día porque según una antigua tradición los dos iban siempre juntos  todas partes a predican la Palabra de Dios. Ambos fueron llamados por Jesús para formar parte del grupo de sus 12 escogidos o apóstoles. Ambos recibieron el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego el día de Pentecostés y presenciaron los milagros de Jesús en Galilea y Judea y oyeron sus sermones; le vieron ya resucitado y hablaron con Él después de su santa muerte en la Cruz, le vieron luego de Su gloriosa  resurrección y fueron testigos prescenciales Su ascensión al cielo.

A Judas se le llama Tadeo para diferenciarlo de Judas Iscariote que fue el que entregó a Jesús.

San Judas Tadeo escribió una de las Cartas del Nuevo Testamento. En la misma, ataca a los gnósticos y dice que los que tienen fe pero no hacenbuenas obras son como nubes que no tienen agua, árboles sin fruto, y olas con sólo espumas, y que los que se dedican a los pecados de impureza y a hacer actos contrarios a la naturaleza, sufrirán la pena del fuego eterno.

La antigua tradición cuenta que a San Simón lo mataron aserrándolo por medio  y, a San Judas Tadeo, cortándole la cabeza de un hachazo. A San Judas le pintan muchas veces con un hacha en la mano.  

 

Novena a San Judas Tadeo

Apóstol de los Necesitados

Meditación

San Judas Tadeo estaba íntimamente relacionado con nuestro Señor por su parentesco con San Joaquín y Santa Ana, padres de la Santísima Virgen. Sobrino nieto de estos dos santos, es a la vez sobrino de María y José, de donde resulta ser primo de nuestro Señor.

Judas es hermano del Apóstol Santiago el Menor. Tenía otros dos hermanos a quienes llama el Evangelio "hermanos" de Jesús. Cuando nuestro Señor regresó de Judea a Nazaret, comenzó a enseñar en la sinagoga. Las gentes que le oían estaban asombradas y decían: ¿De dónde ha llegado tanta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre? ¿No son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?" (Mt. 13,54)

En hebreo no existe la palabra "primos¨, por lo que conmunmente se emplea l palabra "hermanos" en sustitución. El padre de Judas era Cleofás. El nombre de su madre era María, que era pariente próxima de la Virgen Santísima. Ella también permaneció junto a la Cruz cuando murió Cristo. "Junto a la cruz de Jesús estaba su madre, María, María esposa de Cleofás, y María Magdalena" (Jn 19,25)Durante su adolescencia y juventud, Judas sería compañero de Jesús. Cuando Jesús comenzó su vida pública, Judas dejo todo por seguirle. Como Apóstol, trabajó con gran celo por la conversión de los paganos. Fue misionero por toda la Mesopotamia durante diez años. Regresó a Jerusalén para el Concilio de los Apóstoles. Después se unió a Simón en Libia, donde los dos Apóstoles predicaron el Evangelio a los habitantes de aquel país.

Refiere la tradición que Judas y Simón sufrieron martirio en Suanis, ciudad de Persia, donde habían trabajado como misioneros. A Judas le dieron muerte con una cachiporra. Por eso, se le representa con una porra sobre la cabeza. Luego, le cortaron la cabeza con un hacha. Trasladaron su cuerpo a Roma y sus restos se veneran ahora en la Basílica de San Pedro.

San Judas es conocido principalmente como autor de la Carta de su nombre en el Nuevo Testamento. Carta probablemente escrita antes de la caída de Jerusalén, por los años 62 al 65. En ella, Judas denuncia las herejías de aquellos primeros tiempos y pone en guardia a los cristianos contra la seducción de las falsas doctrinas. Habla del juicio que amenaza a los herejes por su mala vida y condena los criterios mundanos la lujuria y " a quienes por interés adulan a la gente". Anima a los cristianos a permanecer firmes en la fe y les anuncia que surgirán falsos maestros, que se burlarán de la Religión, a quienes Dios en cambio les tiene reservada la condenación.

A la soberbia de los malos contrapone la humilde lealtad del Arcángel San Miguel. Anima a los cristianos a levantar un edificio espiritual llevando una vida fundada en la fe, amor de Dios, esperanza y oración. Alienta la práctica del amor al prójimo; exhorta a los Cristianos a que sean pacientes y con sus vida virtuosas conviertan a los herejes.

Judas concluye su carta con una oración de alabanza a Dios por la Encarnación, pues por ella Jesucristo, Palabra eterna de Dios, tomó sobre sí nuestra naturaleza humana para redimirnos.

La fiesta de los Santos Simón y Judas se celebra el 28 de octubre.

 

Palabra de Dios

"En verdad, en verdad os digo: el que crea en Mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre".  - (Jn 14,12)"¨

 

"¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?".  – (Mt 13,55) 

"Pero vosotros, queridos, edificándoos sobre vuestra santísima fe y orando en el Espíritu Santo, manteneos en la caridad de Dios,  aguardando la  misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna".  - (Judas 20-21)

 

Oración propia de la Novena

Glorioso San Judas Tadeo, por los sublimes privilegios con que fuiste adornado durante tu vida; en particular por ser de la familia humana de Jesús y por haberte llamado Él a ser Apóstol; por la gloria que ahora disfrutas en el Cielo como recompensa de tus trabajos apostólicos y por tu martirio, obténme del Dador de todo bien las gracias que ahora necesito (mencione los favores que solicita). 

Que guarde yo en mi corazón las enseñanzas divinas que nos has dado  en tu carta: construir  el edificio de mi santidad  sobre las bases de la santísima fe, orando en el  Espíritu Santo;  mante- ner en  el amor  de  Dios y  esperando la  misericordia  de Jesucristo,  que nos  llevará a la vida eterna; y procurar por todos los medios ayudar a quienes se desvíen. 

Que yo  alabe la  gloria y  majestad,  el dominio y poder  de aquel que puede  preservar  de todo pecado y  presentarme si  mancha a  nuestro divino  Salvador,  Jesucristo  nuestro Señor.  Amén.

 

Consagración a San Judas

San Judas, Apóstol de Cristo y Mártir glorioso, deseo honrarte con especial devoción. Te acojo como mi patrón y protector. Te encomiendo mi alma y mi cuerpo, todos mis intereses espirituales y temporales y asimismo los de mi familia. Te consagro mi mente para que en todo proceda a la luz de la fe; mi corazón para que lo guardes puro y lleno de amor a Jesús y María; mi voluntad para que, como la tuya, esté siempre unida a la voluntad de Dios.

Te suplico me ayudes a dominar mis malas inclinaciones y tentaciones evitando todas las ocasiones de pecado. Obténme la gracia de no ofender a Dios jamás, de cumplir fielmente con todas las obligaciones de mi estado de vida y practicar las virtudes necesarias para salvarme. 

Ruega  por mi Santo Patrón y auxilio mío, para que, inspirado con tu ejemplo y asistido por tu intercesión,  pueda llevar  una vida santa,  tener una  muerte dichosa y alcanzar la gloria del Cielo donde  se ama  y da  gracias a  Dios eternamente.  Amén.

 

Oración final

¡Oh Dios! Tú diste a conocer tu nombre

por medio de los Apóstoles,  

por intercesión de San Judas, 

haz que tu Iglesia continúe fortaleciéndose

y aumente el número de sus fieles.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. 

Amén.

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El Señor de los Milagros: rostro de un pueblo

Por José Antonio Benito Rodríguez

Aunque se cuenta por millones a los devotos del Señor de los Milagros, la historia de esta devoción privilegia algunos nombres propios.

El primero --aunque a la sombra del anonimato--, es el del pintor esclavo de Angola, autor de la imagen. ¿Benito? ¿Pedro? Y cuantos otros negros que acometieron la acción de dedicar el muro al Señor Crucificado.

Otro protagonista es el célebre jesuita padre Francisco del Castillo, quien durante el temblor de 1655 salió del Colegio de San Pablo de la Compañía hasta la Plaza Mayor exhortando a todos al arrepentimiento, repitiendo con los brazos extendidos: Lima, Lima, tus pecados son tu ruina. Sabemos que un año antes, en 1654, el padre del Castillo había sido designado como Lector de Latín y obrero de negros y españoles. La misma tarde del temblor, fue a prestar auxilio a los necesitados y, al pasar por la Catedral comenzó a seguirle la gente, conocedora de su santidad y valimiento ante Dios. El Padre aprovechó la ocasión para predicarles.

El día siguiente, domingo, como continuasen los temblores, se condujo en procesión desde la Capilla de Nuestra Señora de los Desamparados hasta la Catedral la imagen de Cristo Crucificado, que fue acompañada por unas 10.000 personas. La noticia de varios hechos milagrosos atribuidos a la imagen mural atrajo el interés del público, y la imagen comenzó a ser conocida como el «Señor de los Milagros».

Un importante protagonista histórico es también Antonio de León, quien en 1670 siente la inclinación de cuidar la imagen y le levanta un altar, al ser curado milagrosamente de un tumor maligno. Esto da lugar a reuniones de tipo festivo y religioso, no del todo correctas para los cánones litúrgicos, sino un tanto desordenadas, motivando el que se decidiese borrar la imagen y cerrar el lugar de culto; al intentarlo, los tres pintores contratados se desmayaban y se sentían impotentes para conseguirlo. Esto sirvió para que el Virrey, Conde de Lemos, se llegase a visitar el lugar y decretase hacerlo más decente.

Su inauguración fue en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz del año 1671, y en esos mismos días la autoridad arzobispal, a fin de dar continuidad y decencia al culto religioso, nombró como primer mayordomo a don Juan de Quevedo y Zárate. Una de sus primeras funciones fue gestionar la compra de terrenos a su propietario y gran propulsor del culto al Señor de las maravillas, Diego Tebes Montalvo, la que tuvo lugar ante el escribano público Sebastián de Carvajal el 17 de diciembre de 1671.

Contó, además, con los constructores Diego Maroto y Manuel Escobar para la tarea de encajonar el muro a fin de brindarle mayor seguridad con cal, canto y ladrillo. Aunque los adobes se destrabaron no se dañó la parte de la Cruz.

En ese mismo tiempo, 1672, el Virrey Conde de Lemos, mandó añadir las figuras del Padre Eterno, el Espíritu Santo, la Virgen y La Magdalena. El viernes 17 de junio de 1678, a pesar del violento terremoto, el muro no sufrió daño alguno. El primer mayordomo Quevedo falleció en el mes de abril.

El segundo mayordomo fue Juan González de Montoya quien mejoró la capilla y mandó construir el tabernáculo de madera al maestro Diego Aguirre para la Virgen de Gracia. Labró un marco de madera para el mural. Fue el gestor y auspiciador de las reuniones de los viernes. Solicitó del Rey Carlos III una Cédula Real con fecha 19 de abril de 1681 para autorizarlas.

Sebastián de Antuñano es el siguiente destacado mayordomo y benefactor. En 1684, Antuñano se había dirigido a la ermita del Señor de los Milagros y, mientras contemplaba la santa efigie, había sentido una voz interior que le susurraba claramente: «Sebastián, ven a hacerme compañía y a cuidar del esplendor de mi culto». Puesto de rodillas ante la imagen, le había ofrecido un servicio incondicional hasta la muerte. 

Terminadas las obras, un violento terremoto asoló la ciudad de Lima, Callao y las localidades vecinas, sembrándolos  de muerte y ruinas, en la madrugada del 20 de octubre de 1687. Por la tarde de aquel día, Sebastián de Antuñano tuvo la idea de sacar en procesión un lienzo que era copia del Cristo del mural. Fue así que se inició la primera procesión de las tradicionales procesiones de octubre del Señor de los Milagros de las  Nazarenas.

Sebastián de Antuñano, preocupado por mantener el culto del Cristo Moreno después de su fallecimiento, conoció a una fervorosa dama ecuatoriana de Guayaquil, Antonia Maldonado, quien intentaba consolidar la fundación de un beaterio. Había nacido el 12 de diciembre de 1646 y, muerto su padre, se había instalado con su madre en el puerto del Callao. Se casó aquí con Alonso Quintanilla, pero, después de algunos años de matrimonio vivido en castidad, conscientes de que el Señor les había destinado para una vocación especial, convinieron en separarse.

Antonia de Maldonado decidió entregarse al culto del Cristo y fundó el Beaterio, y posteriormente Monasterio de las Nazarenas, adscrito al santo Cristo, a comienzos del Siglo XVIII. Luego estas observarían las Constituciones de las Carmelitas Descalzas y vivirían como nazarenas.

Su sucesora, la Madre Josefa de la Providencia fue la que transformó el beaterio de las Nazarenas en monasterio de Carmelitas Descalzas. Para conseguir las autorizaciones necesarias tropezó con infinidad de contratiempos, pero sobre todo con dos: carecer de renta suficiente para sustento de las religiosas y estar la ciudad de Lima saturada de monasterios. Lo primero fue resuelto gracias al dominico Fray Alonso de Bullán, que le consiguió la suma necesaria; y, lo segundo, con los informes positivos evacuados por el Cabildo de la Ciudad y por el arzobispo Soloaga. Pero, dadas las características peculiares del futuro monasterio carmelitano, era necesario obtener también un Breve del Papa.

Fue el Padre dominico Juan de Gazitúa, quien viajaba a Roma por negocios de la Orden, el encargado de hacer las gestiones para obtener el documento pontificio. El 27 de agosto de 1727, Benedicto XIII otorgó el Breve solicitado.

Las Madres Carmelitas Nazarenas han sido y son el alma de este culto multisecular. Se guardan en su archivo los registros de las profesiones, las dotes, los testimonios de su fervorosa dedicación, los documentos del proceso de beatificación de Madre Antonia Lucía. Su carisma no es otro que el de la Orden carmelitana descalza, muy sintonizada desde Santa Teresa con la devoción al Cristo llagado y crucificado. Además de su permanente vida inmolada desde la clausura, las Madres Carmelitas Nazarenas acometen una decidida obra social a través del comedor de niños, ancianos y familias pobres.

Allí se sirve a diario unas 250 raciones de desayuno (de 7 a 9.30 de la mañana) y almuerzo para los niños, así como cerca de 80 raciones para ancianos y otras 80 familias en el Comedor de Jirón Emancipación 594. Y tienen un Dispensario médico donde se atiende gratuitamente a diario en las tardes, con la ayuda de cuatro médicos. 

 

 

Cirila, Santa Mártir, 28 de octubre  

Mártir

Octubre 28

 

Etimológicamente significa "entrega al Señor" o "señora". Viene de la lengua griega y persa.

 

Hay creyentes en este tercer milenio que se avergüenzan de anunciar el Evangelio. Se va a casa de alguien y se habla de todo menos de Dios,. Si acaso sale el tema de la Iglesia es siempre para criticarla. Y habría que decirles: ¿No hace nada nuevo y bueno?

 

La joven Cirila, al contrario del nombre masculino del que hay varios santos, fue una creyente del siglo III, martirizada por amor a Cristo, por confesar su fe incondicional al que da sentido a la vida.

 

Hay dos Cirilas en el calendario. Una de ellas celebra su onomástica el 5 de junio.

 

Era una cristiana de Cirene, Libia. Durante la persecución de Maximino, hacia el año 300, le obligaron a ofrecer el incienso a los dioses paganos.

 

Al negarse con rotundidad, ella misma cogió el fuego y, en lugar de encender el incienso, serró el puño y se quemó.

 

Esto fue tan sólo el comienzo de una serie de torturas horribles.

 

La segunda joven que lleva este nombre es la que se conmemora hoy. Era una santa del siglo III. La martirizaron con su madre por el simple hecho de ser cristianas.

 

Hay una leyenda que tuvo una amplia difusión . En ella se cuenta que los padres paganos quisieron casarla. Ella respondió – como tantas otras vírgenes – que su esposo era mucho más rico y noble.

 

Se trataba de aquel Jesucristo que muchos paganos no conocían. Fue gracias a Cirila cómo fueron adhiriéndose a su vida y doctrina.

 

Le hubiera sido muy fácil quemar incienso a los dioses. Total, ¿qué más da con tal de salvar el pellejo?

 

Pero ese gesto hubiera supuesto la apostasía de su fe.

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Fidel de Cómo, Santo Mártir, 28 de octubre  

Octubre 28

 

Etimológicamente significa "fiel". Viene de la lengua latina.

 

Dice Miqueas: "Estoy alerta aguardando al Señor, mi Dios y salvador. Si me siento en tinieblas, el Señor es mi luz".

 

Hay en Como una bella iglesia románica, con ábside y cúpula, dedica a este santo.

 

Fidel fue mártir en los primeros siglos. Y aunque su fama sea muy grande, las noticias existentes acerca de su vida, no son muy abundantes que digamos.

 

Probablemente fue un misionero cristiano, enviado por el obispo de Milán a las orillas del lago, que todavía estaba habitado por paganos.

 

Este obispo milanes era san Materno, del siglo III.

 

Fidel predicó el Evangelio a los paganos que adoraban a sus numerosos dioses.

 

Hay otra tradición que dice que era de las Legiones imperiales.

 

Se hizo un desertor al convertirse al cristianismo. Eran los tiempos en que Diocleciano publicó los primeros edictos contra los seguidores de Jesucristo.

 

Lo arrestaron en Como, fue enjuiciado y condenado a muerte.

 

Después de su muerte, surgieron numerosas historias acerca de su vida, obra y milagros.

 

Hay narraciones que hablan de que la tumba de san Fidel está en Como, en alguno de sus extremos.

 

Lo cierto es que antes del año mil, las reliquias de san Fidel se llevaron a Como a la iglesia de santa Eufemia. En 1572 san Carlos Borromeo se llevó los restos a Milán.

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Fuente: Dominicos.org

Francisco Díaz del Rincón, Santo Mártir dominico, 28 Octubre  

Francisco Díaz del Rincón, Santo

Es el más joven del grupo de mártires dominicos en China.

 

Nació en Écija, Sevilla, el 2 de octubre de 1713, y en esta ciudad se hizo religioso en 1730, en el Convento de San Pablo.

 

Impulsado por un ferviente espíritu misionero en 1735 ya estaba en Filipinas y recibe el sacerdocio en Manila. Llegó a China en 1738. Pocos años después, en 1746, fue apresado y, después de grandes sufrimientos, muere ahorcado el 28 de octubre de 1748, siendo después quemado su cuerpo.

 

Era religioso de gran piedad y espíritu penitencial. Fue beatificado por León XIII el 14 de mayo de 1893 y canonizado por Juan Pablo II el 1 de Octubre de 2000.

 

Para ver más sobre los 120 mártires en China haz "click" AQUI

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Fuente: Doninicos.org

Francisco Serrano, Santo Obispo y mártir, 28 Octubre  

Francisco Serrano, Santo

Nació en Hueneja (Granada) el 4 de diciembre 1695. A los 18 años tomó el hábito de la Orden de los Predicadores en el Convento de Santa Cruz la Real de Granada.

 

En 1725 llega a Filipinas y en 1738 a China, donde fue misionero durante más de 20 años.

 

Ya en la prisión, le llega el nombramiento de obispo titular de Tipasa y coadjutor del Vicario Apostólico de Fukien, Pedro Sans, pero no pudo recibir la consagración episcopal.

 

Muere por asfixia, y luego su cadáver fue quemado, el 25 de octubre de 1748. Se conservaron algunas reliquias suyas. Tuvo gran austeridad, devoción al rosario y fervor misionero. Fue beatificado por León XIII el 14 de mayo de 1893 y canonizado por Juan Pablo II el 1 de octubre del 2000.

 

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Fuente: Dominicos.org

Joaquín Royo Pérez, Santo Sacerdote dominico, 28 Octubre  

Joaquín Royo Pérez, Santo

Nació en Hinojosa (Teruel) en septiembre de 1691 y recibió el hábito dominicano en Valencia.

 

A los 21 años, todavía no era sacerdote, viaja para Manila, Filipinas, en 1712 y en 1715 entra en China, donde ejerció el apostolado durante 33 años.

 

Para evitar mayores vejaciones a los cristianos por parte de los perseguidores que lo buscaban, por consejo del obispo Pedro Sans, se entregó en sus manos en 1746.

 

Muere el 28 de octubre 1748, como los otros compañeros, asfixiado y después su cuerpo quemado.

 

Era de una extraordinaria piedad y de gran eficacia apostólica. Fue beatificado León XIII el 14 de mayo de 1893 y canonizado por Juan Pablo II el 1 de octubre del 2000.

 

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Fuente: Dominicos.org

Juan Alcober Figueroa, Santo Presbítero dominico y mártir, 28 Octubre  

Juan Alcober Figueroa, Santo

Nacido en Granada el 21 de diciembre de 1694. Vistió el hábito dominicano en el Convento de Santa Cruz la Real de su ciudad.

 

Partió hacia Manila, Filipinas, en 1725, donde pasó 3 años. En 1728 llegó a China donde predicó el Evangelio durante 20 años.

 

En 1741 es vicario provincial de la misión. Apresado en 1746 muere ahorcado el 28 de octubre de 1748, siendo después su cadáver quemado.

 

Se distinguió especialmente por su eficacia apostólica. Fue beatificado por León XIII el 14 de mayo de 1893 y canonizado por Juan Pablo II el 1 de octubre del 2000.

 

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Fuente: ACI Prensa

José Ruiz Bruixola, Beato Párroco mártir, 28 Octubre  

José Ruiz Bruixola, Beato

Párroco de San Nicolás en Valencia.

 

Estudió en el Seminario de Valencia. Ordenado en 1882, fue coadjutor de Quart de Poblet y después estuvo en varias parroquias de la capital. Destacó por sus atenciones a los pobres y enfermos. Amigo de don José Bau, formó con él una escuela de espirituali­dad para el clero. Martirizado a los 79 años.

 

Es uno de los mártires de la Guerra Civil española. Para ver más sobre los 233 mártires en España haz "click" AQUI

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Fuente: Vatican.va

Rodrigo Aguilar Alemán, Santo Mártir méxicano, 28 Octubre  

Rodrigo Aguilar Alemán, Santo

Nació en Sayula, Jalisco (Diócesis de Ciudad Guzmán), el 13 de marzo de 1875. Párroco de Unión de Tula, Jalisco (Diócesis de Autlán). Sacerdote poeta de fina sensibilidad.

 

Consagró su sacerdocio a la Virgen Santísima de Guadalupe. Con todo su corazón imploró: "Señor, danos la gracia de padecer en tu nombre, de sellar nuestra fe con nuestra sangre y coronar nuestro sacerdocio con el martirio ¡Fiat voluntas tua!" Por eso, cuando tuvo que abandonar su parroquia y ocultarse en la población de Ejutla, Jalisco, y cuando llegaron las tropas federales para apresarlo, su rostro resplandecía de paz y gozo, y se despidió diciendo: "Nos vemos en el cielo".

 

En la madrugada del 28 de octubre de 1927 fue conducido a la plaza de Ejutla. Arrojaron la cuerda a una rama gruesa de un árbol de mango, hicieron una lanzada y la colocaron al cuello del sacerdote.

 

Luego quisieron poner a prueba su fortaleza y con altanería le preguntaron: "¿Quién vive?" La valiente respuesta fue: "¡Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!" Entonces la cuerda fue tirada con fuerza y el señor cura Aguilar quedó suspendido. Se le bajó de nuevo y se le repitió la pregunta: "¿Quién vive?" Por segunda vez dijo con voz firme: "¡Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!" Nuevamente al mismo suplicio y por tercera vez, el "¿Quién vive?" El mártir agonizante, arrastrando la lengua repitió: "Cristo Rey y Santa María de Guadalupe".

 

Fue canonizado el 21 de Mayo del año 2000 por Juan Pablo II

 

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Fuente: ACI Prensa

Salvador Damián, Beato Mártir, 28 Octubre  

Salvador Damián, Beato

Veterinario de profesión, padre de seis hijos y viudo.

 

Desarrolló su profesión honestidad; de misa y comunión diaria, perteneció a varias asociaciones religiosas siendo siempre coherente con la fe católica.

 

Es uno de los mártires de la Guerra Civil española. Para ver más sobre los 233 mártires en España haz "click" AQUI

 

 

Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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