JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 20, 27-40
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la
resurrección de los muertos, le preguntaron:
"Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber
tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Pues bien, hubo una
vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero
y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar
sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de
ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?"
Jesús les dijo:
"En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos
de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como
los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado.
Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama
al Señor, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos,
sino de vivos, pues para él todos viven".
Entonces, unos escribas le dijeron:
"Maestro, has hablado bien".
Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
sab 33a. Ordinario año impar
Antífona de Entrada
Que se postre ante ti, Señor, la Tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que con amor gobiernas los cielos y la tierra, escucha
paternalmente las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Primera Lectura
Por el daño que hice en Jerusalén muero ahora lleno de tristeza
Lectura del primer libro de los Macabeos 6, 1-13
Cuando recorría las regiones altas de Persia, el rey Antíoco se enteró de que había una ciudad
llamada Elimaida, famosa por sus riquezas de oro y plata. En su riquísimo templo se guardaban
los yelmos de oro, las corazas y las armas dejadas allí por Alejandro, hijo de Filipo y rey de
Macedonia, que fue el primero que reinó sobre los griegos.
Antíoco se dirigió a Elimaida, con intención de apoderarse de la ciudad y de saquearla. Pero no
lo consiguió, porque al conocer su propósitos, los habitantes le opusieron resistencia y tuvo que
salir huyendo y marcharse de allí con gran tristeza, para volverse a Babilonia.
Todavía se hallaba en Persia, cuando llegó un mensajero que le anunció la derrota de las tropas
enviadas a la tierra de Judá. Lisias, que había ido al frente de un poderoso ejército, había sido
derrotado por los judíos. Éstos se habían fortalecido con las armas, las tropas y el botín
capturado al enemigo. Además, habían destruido el altar pagano levantado por él sobre el altar
de Jerusalén. Habían vuelto a construir una muralla alta en torno al santuario y a la ciudad de
Bet-Sur.
Ante tales noticias, el rey se impresionó y se quedó consternado, a tal grado que cayó en cama
enfermo de tristeza, por no haberle salido las cosas como él había querido. Permaneció ahí
muchos días, cada vez más triste y pensando que se iba a morir. Entonces mandó llamar a todos
sus amigos y les dijo:
"El sueño ha huido de mis ojos. Me siento abrumado de preocupación. Y me pregunto:
¿Por qué estoy tan afligido ahora y tan agobiado por la tristeza, si me sentía tan feliz y amado
cuando era poderoso? Pero ahora me doy cuenta del daño que hice en Jerusalén, cuando me
llevé los objetos de oro y plata que en ella había, y mandé exterminar sin motivo a los habitantes
de Judea. Reconozco que por esta causa me han sobrevenido estas desgracias y que muero en
tierra extraña, lleno de tristeza ".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 9
Cantemos al Señor, nuestro salvador.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón y proclamaré todas tus maravillas; me alegro y me regocijo contigo y toco en tu honor, Altísimo.
Cantemos al Señor, nuestro salvador.
Porque mis enemigos retrocedieron, cayeron y perecieron ante ti. Reprendiste a los pueblos, destruiste al malvado y borraste para siempre su recuerdo.
Cantemos al Señor, nuestro salvador.
Los pueblos se han hundido en la tumba que hicieron, su pie quedó atrapado en la red que escondieron. Tú, Señor, jamás olvidas al pobre y la esperanza del humilde jamás perecerá.
Cantemos al Señor, nuestro salvador.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido a la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio
del Evangelio.
Aleluya.
Evangelio
Dios no es Dios de muertos, sino de vivos
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 20, 27-40
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la
resurrección de los muertos, le preguntaron:
"Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber
tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Pues bien, hubo una
vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero
y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar
sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de
ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?"
Jesús les dijo:
"En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos
de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como
los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado.
Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama
al Señor, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos,
sino de vivos, pues para él todos viven".
Entonces, unos escribas le dijeron:
"Maestro, has hablado bien".
Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos
el memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El misterio de la salvación
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo
lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, nuestro Señor.
El cual, compadecido del extravío de los hombres, quiso nacer de la Virgen; sufriendo la cruz,
nos libró de eterna muerte y, resucitando, nos dio vida eterna.
Por eso,
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno
de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Para mí, Señor, has preparado la mesa y has llenado la copa hasta los bordes.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad para que, alimentados del mismo pan del cielo,
permanezcamos siempre unidos por el mismo amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Dia 23/11-1 San Clemente I (Papa y mártir, rojo)
Antífona de Entrada
Este santo luchó hasta la muerte en defensa de la ley de Dios, y no temió las palabras de los malvados; estaba afianzado sobre roca firme.
Oración Colecta
Oremos:
Dios de poder y misericordia, que infundiste tu fuerza a san Clemente para que pudiera soportar el dolor del martirio; concede a los que hoy celebramos su victoria vivir defendidos de los engaños del enemigo bajo tu protección amorosa.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Apacienten el rebaño de Dios que él les ha confiado
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro
5, 1-4
Hermanos: Me dirijo ahora a los pastores de las comunidades de ustedes, yo, que también soy pastor como ellos y además he sido testigo de los sufrimientos de Cristo y participante de la gloria que se va a manifestar.
Apacienten el rebaño que Dios les ha confiado y cuiden de él no como obligados por la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por ambición de dinero, sino con entrega generosa; no como si ustedes fueran los dueños de las comunidades que se les han confiado, sino dando buen ejemplo. Y cuando aparezca el Pastor supremo, recibirán el premio inmortal de la gloria.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 88
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Cantaré eternamente del Señor las bondades y anunciará mi boca tu lealtad por todas las edades. Pues el Señor ha dicho: "Mi amor es un amor eterno y mi fidelidad, más firme que los cielos".
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Una alianza pacté con mi elegido, a mi siervo David, yo le he jurado: "Perpetuaré tu descendencia y afirmaré para siempre tu reinado".
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Hallé a David, mi siervo, y lo he ungido con óleo sagrado a fin de que mi mano lo sostenga y lo revista de valor, mi brazo.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Su poder en mi nombre crecerá, mi amor y mi lealtad serán su escolta. El me podrá decir: "Tú eres mi Padre, mi Dios, mi roca salvadora".
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Síganme, dice el Señor, y haré de ustedes pescadores de hombres.
Aleluya.
Evangelio
Tú eres Pedro y a ti te daré las llaves del Reino de los cielos
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo
16, 13-19
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesárea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos:
"¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?"
Ellos le respondieron:
"Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".
Luego les preguntó:
"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?"
Simón Pedro tomó la palabra y le dijo:
"Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Jesús le dijo entonces:
"¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, santifica con tu bendición estas ofrendas que te presentamos, y concédenos la gracia de vivir encendidos en el fuego de tu amor que dio fuerza al mártir san Clemente para soportar los tormentos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Testimonio y ejemplo de los mártires
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, nuestro Señor.
Porque la sangre del glorioso mártir san Clemente, derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo.
Por eso,
como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar:
Antífona de la Comunión
El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga, dice el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que el sacramento que hemos recibido nos dé la fortaleza con el mártir Clemente se mostró siempre fiel a tu servicio y vencedor en el tormento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
Día 23/11-2 San Columbano (Abad, blanco)
Antífona de Entrada
¡Que hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que domina la paz, que trae la buena nueva, que pregona la victoria.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, tú que has hecho crecer a la Iglesia mediante el celo y los trabajos apostólicos de san Columbino, haz por su intercesión, que tu pueblo crezca siempre en la fe y en la santidad.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
La tierra entera verá la salvación que viene de nuestro Dios
Lectura del libro del profeta Isaías
52, 7-10
¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que anuncia la paz, al mensajero que trae la buena nueva, que pregona la salvación, que dice a Sión: "Tu Dios es rey"!
Escucha: Tus centinelas alzan la voz y todos a una gritan alborozados, porque ven con sus propios ojos al Señor, que retorna a Sión.
Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor rescata a su pueblo, consuela a Jerusalén. Descubre el Señor su santo brazo a la vista de todas las naciones. Verá la tierra entera la salvación que viene de nuestro Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 95
Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo.
Cantemos la grandeza del Señor.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los pueblos, de nación en nación, sus maravillas.
Cantemos la grandeza del Señor.
Alaben al Señor, pueblos del orbe, reconozcan su gloria y su poder y tribútenle honores a su nombre.
Cantemos la grandeza del Señor.
"Reina el Señor", anuncien a los pueblos, él afianzó con su poder el orbe, con toda rectitud rige a los pueblos.
Cantemos la grandeza del Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida.
Aleluya.
Evangelio
Te seguiré a dondequiera que vayas
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas
9, 57-62
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, alguien le dijo:
"Te seguiré a dondequiera que vayas".
Jesús le respondió:
"Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en donde reclinar la cabeza".
A otro, Jesús le dijo:
"Sígueme".
Pero él le respondió:
"Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre".
Jesús le replicó:
"Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de Dios".
Otro le dijo:
"Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia".
Jesús le contestó:
"El que empuña el arado y mira hacia atrás no sirve para el Reino de Dios".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Dios misericordioso, que transformaste a san Columbano para hacer de él un hombre nuevo a imagen de Cristo, renuévanos también a nosotros mediante este sacrificio de reconciliación que vamos a ofrecerte.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La vida consagrada a Dios es un signo Del Reino de los cielos
En verdad es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra.
Porque al celebrar a los santos que por amor al Reino de los cielos se consagraron a Cristo,
reconocemos tu Providencia admirable, que no cesa de llamar al hombre a la santidad primera,
para hacerlo participar ya desde ahora de la vida que gozará en el cielo, por Cristo, nuestro Señor.
Por eso,
con todos los ángeles y santos, te alabamos proclamando sin cesar:
Antífona de la Comunión
Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio: yo estoy con ustedes todos los días, dice el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Dios omnipotente, que por medio de este sacramento nos comunicas la fuerza de tu Espíritu, haz que, a ejemplo de san Columbano te amenos sobre todas las cosas y vivamos siempre como verdaderos hijos tuyos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
33ª semana. Sábado
AMAR LA CASTIDAD
— Sin la pureza es imposible el amor.
— Castidad matrimonial y virginidad.
— Apostolado sobre esta virtud. Medios para guardarla.
I. Vinieron los saduceos, que niegan la resurrección de los muertos, para proponer a Jesús una cuestión que, según ellos, reducía al absurdo esa verdad admitida comúnmente por el resto de los hebreos1. Según la ley judía2, si un hombre moría sin dejar hijos, el hermano tenía obligación de casarse con la viuda para suscitar descendencia a su hermano. Las consecuencias de esta ley se presentaban como un argumento aparentemente sólido contra la resurrección de los cuerpos. Pues si siete hermanos habían muerto sucesivamente sin dejar descendencia, en la resurrección ¿de quién será esposa?
El Señor contestó con citas de la Sagrada Escritura reafirmando la resurrección de los muertos, y, al enseñar las cualidades de los cuerpos resucitados, desvaneció el argumento de los saduceos. La objeción mostraba por sí misma una gran ignorancia en el poder de Dios para glorificar los cuerpos del hombre y de la mujer a una condición semejante a la de los ángeles que, siendo inmortales, no necesitan la reproducción de la especie3. La actividad procreadora se ciñe a unos años dentro de esta etapa terrena del hombre para cumplir la misión de propagar la especie y, sobre todo, de aumentar el número de elegidos para el Cielo. Lo definitivo es la vida eterna. Esta vida es solo un paso hacia el Cielo.
Mediante la virtud de la castidad, o pureza, la facultad generativa es gobernada por la razón y dirigida a la procreación y unión de los cónyuges dentro del matrimonio. La tendencia sexual se sitúa así en el orden querido por Dios en la creación, aunque –a causa del profundo desorden introducido en la naturaleza humana por el pecado original y por los pecados personales– a veces resulte precisa la lucha ascética para mantener esta ordenación.
La virtud de la castidad lleva también a vivir una limpieza de mente y de corazón: a evitar aquellos pensamientos, afectos y deseos que apartan del amor de Dios, según la propia vocación4. Sin la castidad es imposible el amor humano y el amor a Dios. Si la persona renuncia al empeño por mantener esta limpieza de cuerpo y de alma, se abandona a la tiranía de los sentidos y se rebaja a un nivel infrahumano: "parece corno si el "espíritu" se fuera reduciendo, empequeñeciendo, hasta quedar en un puntito... Y el cuerpo se agranda, se agiganta, hasta dominar"5, y el hombre se hace incapaz de entender la amistad con el Señor. En los primeros tiempos, en medio de un ambiente pagano hedonista, la Iglesia amonestó con firmeza a los cristianos sobre "los placeres de la carne, que como crueles tiranos, después de envilecer el alma en la impureza, la inhabilitan para las obras santas de la virtud"6. La pureza dispone el alma para el amor divino, para el apostolado.
II. La castidad no consiste solo en la renuncia al pecado. No es algo negativo: "no mirar", "no hacer", "no desear"... Es entrega del corazón a Dios, delicadeza y ternura con el Señor, "afirmación gozosa"7. Virtud para todos, que se ha de vivir según el propio estado. En el matrimonio, la castidad enseña a los casados a respetarse mutuamente y a quererse con un amor más firme, más delicado y más duradero. "El amor consigue que las relaciones conyugales, sin dejar de ser carnales, se revistan, por decirlo así, de la nobleza del espíritu y estén a la altura de la dignidad del hombre. El pensamiento de que la unión sexual está destinada a suscitar nuevas vidas tiene un asombroso poder de transfiguración, pero la unión física solo queda verdaderamente ennoblecida si procede del amor y es expresión de amor (...).
"Y cuando el sexo se desvincula completamente del amor y se busca por sí mismo, entonces el hombre abandona su dignidad y profana también la dignidad del otro.
"Un amor fuerte y lleno de ternura es, pues, una de las mejores garantías y sobre todo una de las causas más profundas de la pureza conyugal.
"Pero hay todavía una causa más alta. La castidad, nos dice San Pablo, es un "fruto del Espíritu" (cfr. Gal 5, 23), es decir, una consecuencia del amor divino. Para la guarda de la pureza en el matrimonio hace falta no solo un amor delicado y respetuoso por la otra persona sino sobre todo un gran amor a Dios. El cristiano que intenta conocer y amar a Jesucristo encuentra en este amor un poderoso estímulo para su castidad. Sabe que la pureza acerca de un modo especial a Jesucristo y que la cercanía de Dios, prometida a los que guardan limpio el corazón (cfr. Mt 5, 8), es la garantía principal de esa misma limpieza"8.
La castidad no es la primera ni la más importante virtud, ni la vida cristiana se puede reducir a la pureza, pero sin ella no hay caridad, y esta sí es la primera de las virtudes y la que da su plenitud a todas las demás. Sin la castidad, el mismo amor humano se corrompe. Quienes han recibido la llamada a servir a Dios en el matrimonio, se santifican precisamente en el cumplimiento abnegado y fiel de los deberes conyugales, que para ellos se hace camino cierto de unión con Dios. Quienes han recibido la vocación al celibato apostólico, encuentran en la entrega total al Señor y a los demás por Dios, indiviso corde9, sin la mediación del amor conyugal, la gracia para vivir felices y alcanzar una íntima y profunda amistad con Dios.
Si miramos hoy a Nuestra Señora –y en este día de la semana, el sábado, muchos cristianos la tienen especialmente presente–, vemos que en Ella se dan de modo sublime esas dos posibilidades que en el resto de las mujeres se excluyen: la maternidad y la virginidad. En nuestras tierras la llamamos muchas veces simplemente "la Virgen", la Virgen María. Y la tratamos como Madre. Fue voluntad de Dios que su Madre sea a la vez Virgen. La virginidad ha de ser, pues, un valor altísimo a los ojos de Dios, y encierra un mensaje importante para los hombres de todos los tiempos: la satisfacción del sexo no pertenece a la perfección de la persona. Las palabras de Jesús cuando resuciten de entre los muertos, ni se casarán ni serán dadas en matrimonio indican que "hay una condición de vida, sin matrimonio, en la que el hombre, varón y mujer, halla a un tiempo la plenitud de la donación personal y la comunión entre las personas, gracias a la glorificación de todo su ser en la unión perenne con Dios. Cuando la llamada a la continencia por el reino de los Cielos encuentra eco en el alma humana (...) no resulta difícil percibir allí una sensibilidad especial del espíritu humano, que ya en las condiciones terrenas parece anticipar aquello de lo que el hombre será partícipe en la resurrección futura"10. La virginidad y el celibato apostólico son aquí en la tierra un anticipo del Cielo.
A la vez, la doctrina cristiana ha afirmado siempre que "el sexo no es una realidad vergonzosa, sino una dádiva divina que se ordena limpiamente a la vida, al amor, a la fecundidad.
"Ese es el contexto, el trasfondo, en el que se sitúa la doctrina cristiana sobre la sexualidad. Nuestra fe no desconoce nada de lo bello, de lo generoso, de lo genuinamente humano, que hay aquí abajo"11. Quienes entregan a Dios por amor todo su ser, sin mediar un amor humano en el matrimonio, no lo hacen "por un supuesto valor negativo del matrimonio, sino en vista del valor particular que está vinculado a esta opción y que hay que descubrir y aceptar personalmente como vocación propia. Y por esto, Cristo dice: el que pueda entender, que entienda (Mt 19, 12)"12. El Señor ha dado a cada uno una misión aquí en la vida; su felicidad está en cumplirla acabadamente, con sacrificio y alegría.
III. La castidad vivida en el propio estado, en la especial vocación recibida de Dios, es una de las mayores riquezas de la Iglesia ante el mundo; nace del amor y al amor se ordena. Es un signo de Dios en la tierra. La continencia por el reino de los Cielos "lleva sobre todo la impronta de la semejanza con Cristo, que, en la obra de la redención, hizo Él mismo esta opción por el reino de los Cielos"13. Los Apóstoles, apartándose de la tradición de la Antigua Alianza donde la fecundidad procreadora era considerada como una bendición, siguieron el ejemplo de Cristo, convencidos de que así le seguían más de cerca y se disponían mejor para llevar a cabo la misión apostólica recibida. Poco a poco fueron comprendiendo –nos recuerda Juan Pablo II– cómo de esa continencia se origina una particular "fecundidad espiritual y sobrenatural del hombre que proviene del Espíritu Santo"14.
Quizá en el momento actual a muchos les puede resultar incomprensible la castidad, y mucho más el celibato apostólico y la virginidad vividas en medio del mundo. También los primeros cristianos tuvieron que enfrentarse a un ambiente hostil a esta virtud. Por eso, parte importante del apostolado que hemos de llevar a cabo es el de valorar la castidad y el cortejo de virtudes que la acompañan: hacerla atractiva con un comportamiento ejemplar, y dar la doctrina de siempre de la Iglesia sobre esta materia que abre las puertas a la amistad con Dios. Hemos de cuidar, por ejemplo, los detalles de pudor y de modestia en el vestir, en el aseo, en el deporte; la negativa tajante a participar en conversaciones que desdicen de un cristiano; el rechazo de espectáculos inmorales...; y sobre todo hemos de dar el ejemplo alegre de la propia vida. Con nuestra conversación hemos de poner de manifiesto, descaradamente cuando sea necesario, la belleza de esta virtud y los innumerables frutos que de ella se derivan: la mayor capacidad de amar, la generosidad, la alegría, la finura de alma... Hemos de proclamar a los cuatro vientos que esta virtud es posible siempre si se ponen los medios que Nuestra Madre la Iglesia ha recomendado durante siglos: el recogimiento de los sentidos, la prudencia atenta para evitar las ocasiones, la guarda del pudor, la moderación en las diversiones, la templanza, el recurso frecuente a la oración, a los sacramentos y a la penitencia, la recepción frecuente de la Sagrada Eucaristía, la sinceridad... y, sobre todo, un gran amor a la Virgen Santísima15. Nunca seremos tentados por encima de nuestras fuerzas16.
Al terminar nuestra oración acudimos a Santa María, Mater pulchrae dilectionis, Madre del amor hermoso, que nos ayudará siempre a sacar un amor más firme aun de las mayores tentaciones.
1 Lc 20, 27-40. — 2 Cfr. Dt 25, 5 ss. — 3 Santo Tomás, Comentario al Evangelio de San Mateo, 22, 30. — 4 Cfr. Catecismo Romano, III, 7, n. 6. — 5 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 841. — 6 San Ambrosio, Tratado sobre las vírgenes, 1, 3. — 7 Cfr. San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 5. — 8 J. M. Martínez Doral, La santidad de la vida conyugal, en Scripta Theologica, Pamplona 1989, vol. XXI, fasc. 3, pp. 880-881. — 9 Cfr. 1 Cor 7, 33. — 10 Juan Pablo II, Audiencia general 10-II-1982. — 11 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 24. — 12 Juan Pablo II, loc. cit. — 13 ídem, Audiencia general 24-III-1982. — 14 Ibídem. — 15 Cfr. S. C. para la Doctrina de la Fe, Declaración acerca de ciertas cuestiones de ética sexual, 29-XII-1975, 12. — 16 Cfr. 1 Cor, 10, 13.
Si desea adquirir los libros: http://www.palabra.es/buscar.asp?buscar=Hablar+con+Dios&tc=8501
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Columbano, Santo Fundador, 23 de noviembre del 615
Noviembre 23 |
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San Clemente
Papa
Año 101
Oremos por nuestro actual Pontífice, para que a imitación
de San Clemente y los demás Pontífices santos que
ha tenido la Iglesia Católica, sepa guiar sabiamente
a los que seguimos la santa religión de Cristo.
Cuando los persigan no tengáis temor porque
el Espíritu Santo hablará por vosotros (Jesucristo).
San Clemente fue el tercer sucesor de San Pedro (después de Lino y Cleto) y gobernó a la Iglesia desde el año 93 hasta el 101.
El año 96 escribió una carta a Los Corintios, que es el documento Papal más antiguo que se conoce (Después de las cartas de San Pedro). En esa carta da muy hermosos consejos, y recomienda obedecer siempre al Pontífice de Roma (Entre otras cosas dice: "el que se conserva puro no se enorgullezca por ello, porque la pureza es un regalo gratuito de Dios y no una conquista nuestra").
Por ser cristiano fue desterrado por el emperador Trajano a Crimea (al sur de Rusia) y condenado a trabajos forzados a picar piedra con otros dos mil cristianos. Las actas antiguas dicen que estos le decían: "Ruega por nosotros Clemente, para que seamos dignos de las promesas de Cristo".
San Ireneo (que vivió en el siglo segundo) dice que Clemente vio a los santos apóstoles Pedro y Pablo y trató con ellos. Las Actas antiguas añaden que allá en Crimea convirtió a muchísimos paganos y los bautizó. Los obreros de la mina de mármol sufrían mucho por la sed, porque la fuente de agua más cercana estaba a diez kilómetros de distancia. El santo oró con fe y apareció allí muy cerca una fuete de agua cristalina. Esto le dio más fama de santidad y le permitió conseguir muchas conversiones más.
Un día las autoridades le exigieron que adorara a Júpiter. Él dijo que no adoraba sino al verdadero Dios. Entonces fue arrojado al mar, y para que los cristianos no pudieran venerar su cadáver, le fue atado al cuello un hierro pesadísimo. Pero una gran ola devolvió su cadáver a la orilla.
San Cirilo y San Metodio llevaron a Roma en el año 860 los restos de San Clemente, los cuales fueron recibidos con gran solemnidad en la Ciudad Eterna, y allá se conservan.
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Fuente: Sjmex.org
Miguel Agustín Pro, Beato Mártir México, 23 Noviembre
Miguel Agustín Pro Juárez, nació el 13 de enero de 1891 en la población minera de Guadalupe, Zacatecas, tercero de once hermanos e hijo de Miguel Pro y Josefa Juárez. El 19 de agosto de 1911, ingresa al Noviciado de la Compañía de Jesús en El Llano, Michoacán, luego de unos Ejercicios hechos con jesuitas y de haber madurado lentamente la decisión. Ya la familia había dado antes dos vocaciones religiosas en la persona de dos hermanas mayores de Miguel. |
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Lucrecia de Merida, Santa Mártir, 23 Noviembre
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Gregorio II de Agrigento, Santo Obispo, 23 Noviembre
Obispo
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Cecilia Yu So-Sa, Santa Viuda y mártir, 23 Noviembre
Nació en Seúl, la capital de la actual Corea del Sur, en 1761. Dama casada, sus hijos fueron los santos Pablo Chong y Jung Hye. |
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Teresa de Jesús, Beata Niña Mercedaria, 23 Noviembre
La niña Beata Teresa de Jesús, recibió el habito mercedario a la edad de 5 años en el convento de Nuestra Señora de Belén en San Lucar en España. |
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Fuente: Magnificat.ca
Felicidad y sus siete Hijos, Santa Mártires, 23 Noviembre
El tema de hoy ocurrió unos doscientos años después del nacimiento de Cristo. En esa época vivía en Roma una noble viuda cristiana, llamada Felicidad, que tenía también siete hijos, guapos muchachos y fervorosos discípulos de Cristo. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Margarita de Saboya, Beata Viuda, 23 Noviembre
Por las venas de Margarita corría la noble sangre de las principales casas reales de Europa, puesto que su padre fue Amadeo de Saboya y su madre era hermana de Clemente VII, el que pretendió ser Papa en Aviñón durante el "gran cisma". |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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