JMJ
Pax
Lectura del Santo Evangelio según san            Lucas 19, 1-10
Gloria a ti, Señor
En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó y al          ir atravesando la ciudad,          sucedió que un hombre 
          llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a          Jesús; pero la          gente se lo 
          impedía porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y se          subió a un árbol          para verlo 
          cuando pasará por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los          ojos y le          dijo: 
          "Zaqueo, jefe bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en          tu          casa".
          El bajó en seguida y lo recibió muy contento. Al ver esto,          comenzaron todos a          murmurar 
          diciendo:
          "Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador".
          Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a Jesús: 
          "Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y          si he          defraudado a alguien le 
          restituiré cuatro veces más". 
          Jesús le dijo: 
          "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también es él          hijo de          Abrahán , y el Hijo del 
          hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se les había          perdido".
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su            oración: Esto es          gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos          un Avemaría de          corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres          de Gracia, el          Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y          bendito es el fruto          de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por          nosotros pecadores,          ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus          intenciones y          misas! 
Aclaración: una          relación muere sin comunicación y          comunidad-comunión. Con Dios es          igual: las "palabras          de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son          fuente de vida espiritual          (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es          necesario visitarse,          y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en          la Eucaristía,          que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer          la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO          (Dios) a          Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos          el daño que          hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los          Corazones de Jesús y          de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c)          agradecemos y d)          pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la          salvación del          mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no          ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película          completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación:          http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se            apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús            está aquí y lo            ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del              Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en              vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn            5,12). Si comulgamos            en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión)            con el Amor y            renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas            del Cordero            (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo            que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su            Sangre por nuestros            pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente            sin Amor: si una            novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del            Novio para            siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar.            Idolatramos aquello            que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía,            flojera). Por eso, es            pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y            fiestas (Catecismo            2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).          "Te amo,            pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso".            ¿Qué pensaríamos si            un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en            el mundo para ser felices            para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección            del amor, es            necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide            la Cátedra de            Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar            debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo,              come y bebe su propia              condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados            mortales? no            confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989),            no comulgar al            menos en tiempo pascual (920), abortar (todos            los métodos anticonceptivos            no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a            decidir, derechos            (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación            natural sin causa            grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por            iglesia, demorar en            bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón,            borrachera,            drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de            venganza, ver            pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado,            etc. Si no            ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos            sorprende la muerte            sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno            (Catecismo 1033-41;            Mt. 5,22; 10,            28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados            mortales objetivamente,            pero subjetivamente,            pueden ser menos graves,            si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes,            ya no hay            excusa.
† Misal
31a.          Dom Ord Ciclo C
      Antífona de Entrada
      Señor,              no me abandones, no te me alejes, Dios mío. Ven de prisa a              socorrerme, Señor,              mi 
salvador.
Oración Colecta
      Oremos:
            Dios omnipotente y misericordioso, de cuya mano proviene el            don de servirte y            de alabarte, 
            ayúdanos a vencer en esta vida cuanto pueda separarnos de ti.
            Por nuestro Señor Jesucristo...
            Amén.
Primera            Lectura
      Te                compadeces de todos porque tú amas todo lo que existe
Lectura              del libro de la Sabiduría 11, 23-26; 12, 1-2
Señor , delante de ti, el            mundo entero es como un grano de arena en la balanza, como            gota de 
            rocío mañanero, que cae sobre la tierra. 
            Te compadeces de todos, y aunque puedes destruir todo,            aparentas no ver los            pecados de los 
            hombres, para darles ocasión de arrepentirse. Porque tú amas            todo cuanto existe            y no aborreces 
            nada de lo que has hecho; pues si hubieras aborrecido alguna            cosa, no la            habrías creado.
            ¿Y cómo podría seguir existiendo las cosas si tú no lo            quisieras? ¿Cómo habría            podido 
            conservarse algo hasta ahora, si tú no lo hubieras llamado a            la existencia?
            Tú perdonas a todos, porque todos son tuyos, Señor, que amas            la vida, porque tu            espíritu 
            inmortal está en todos los seres. 
            Por eso a los que caen, los vas recogiendo poco a poco, los            reprendes y les            traes a la memoria 
            sus pecados, para que se arrepientan de sus maldades y crean            en ti Señor.
            Palabra de Dios.
            Te alabamos Señor.
Salmo Responsorial
      Del              salmo 144
Bendeciré              al Señor eternamente.
Dios y            rey mío, yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre y para            siempre. Un día tras            otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte.
            Bendeciré al Señor eternamente.
El            Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y            generoso para            personar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se            extiende a todas sus            criaturas.
            Bendeciré al Señor eternamente.
Que te            alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te            bendigan. Que            proclamen la gloria de tu reino y narren tus proezas a los            hombres.
            Bendeciré al Señor eternamente.
Segunda            Lectura
      Nuestro              Señor Jesucristo será glorificado es ustedes y ustedes en él
Lectura              de la segunda carta del apóstol san Pablo a los              Tesalonicenses 1, 11-12; 2, 1-2
Hermanos: Oramos siempre por            ustedes, para que Dios los haga dignos de la vocación a la que            
            los ha llamado, y con su poder, lleve a efecto tanto los            buenos propósitos que            ustedes han 
            formado, como lo que ya han emprendido por la fe. Así            glorificaran a nuestro            Señor Jesús y él 
            los glorificará a ustedes, en la medida en que actúe en            ustedes la gracia de            nuestro Señor Jesús 
            y él los glorificará a ustedes, en la medida en que actúe en            que ustedes la            gracia de nuestro Dios 
            y de Jesucristo, el Señor. 
            Por lo que toca a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a            nuestro encuentro            con él, les 
            rogamos que no se dejen perturbar tan fácilmente. No se            alarmen ni por            supuestas 
            revelaciones, ni por palabras o cartas atribuidas a nosotros,            que los induzcan            a pensar que el 
            día del Señor es inminente.
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Aclamación            antes del Evangelio
      Aleluya, aleluya.
            Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para            que todo el que            crea en él, tenga 
            vida eterna.
            Aleluya.
Evangelio
      El Hijo del hombre ha venido              a buscar y a salvar lo que estaba perdido
Lectura del Santo Evangelio              según san Lucas 19, 1-10
Gloria a ti, Señor
En aquel tiempo, Jesús entró            en Jericó y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre            
            llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer            a Jesús; pero la            gente se lo 
            impedía porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y            se subió a un            árbol para verlo 
            cuando pasará por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó            los ojos y le            dijo: 
            "Zaqueo, jefe bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme            en tu            casa".
            El bajó en seguida y lo recibió muy contento. Al ver esto,            comenzaron todos a            murmurar 
            diciendo:
            "Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador".
            Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a Jesús: 
            "Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y            si he            defraudado a alguien le 
            restituiré cuatro veces más". 
            Jesús le dijo: 
            "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también es él            hijo de            Abrahán , y el Hijo del 
            hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se les había            perdido".
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración de los Fieles
      Celebrante:
            Pidamos, hermanos y hermanas, al Señor, que escuche nuestras            oraciones y nos            conceda el auxilio que necesitamos:
            Respondemos: Escúchanos, Señor.
Para que Dios derrame en su            Iglesia el Espíritu de piedad y fortaleza, que suscite            numerosos y dignos            ministros del altar y testigos celosos y humildes del            Evangelio, roguemos al            Señor.
            Escúchanos, Señor.
Para que Dios infunda en el            corazón de los gobernantes la voluntad de promover el bien de            sus súbditos, a            fin de que todos puedan desarrollarse debidamente y reinen en            el mundo la            justicia y la igualdad, roguemos al Señor.
            Escúchanos, Señor.
Para que el Señor fortalezca            a los moribundos que luchan en su último combate, los libre de            las tentaciones            y no permita que nosotros, al llegar la hora de abandonar este            mundo, caigamos            en manos del enemigo, roguemos al Señor.
            Escúchanos, Señor.
. Para que Dios conceda a            nuestros familiares y amigos el perdón de sus pecados, una            vida próspera y el            don de la caridad, roguemos al Señor.
            Escúchanos, Señor.
Celebrante:
            Dios nuestro, que por medio de tu Hijo has venido a buscar y a            salvar lo que            estaba perdido, escucha las súplicas de tu Iglesia y haznos            dignos de nuestra            vocación; ayúdanos a cumplir nuestros deseos de bien, haz que            sepamos recibirte            con gozo en la persona de nuestros hermanos y que con ellos            sepamos compartir            los bienes de la tierra y del cielo.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
Oración            sobre las Ofrendas
      Que este sacrificio que            vamos a ofrecerte en comunión con toda tu Iglesia, te sea            agradable, 
            Señor, y nos obtenga la plenitud de tu misericordia.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
Prefacio
      Prendas de la Pascua eterna
En verdad es justo y            necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre            y en todo 
            lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. 
            En quien vivimos, nos movemos y somos; y todavía peregrinos en            este mundo, no            sólo 
            experimentamos las pruebas cotidianas de tu amor, sino que            poseemos ya, en            prenda, la vida 
            futura. Pues al poseer las primicias del Espíritu, por el cual            resucitaste a            Jesús de entre los 
            muertos podemos esperar que un día sea nuestra pascua eterna.            
            Por eso, 
            Señor, te damos gracias y proclamamos tu grandeza, cantando            con los ángeles:
Antífona de la Comunión 
      Me has              enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu              presencia.
Oración después de la comunión
      Oremos:
            Continúa, Señor, en nosotros tu obra de salvación por medio de            esta Eucaristía            para que, cada 
            vez más unidos a Cristo en esta vida, merezcamos vivir con él            eternamente.
            Por Jesucristo nuestro Señor.
            Amén.
___________________________________________________________________________________________
† Meditación diaria
Trigésimo          primer Domingo
ciclo          c
ZAQUEO
—          Deseos de encontrar a Cristo.          Poner los medios necesarios.
—          Desprendimiento y generosidad de          Zaqueo.
—          Jesús nos busca siempre.          Esperanza en la propia vida interior y en el apostolado.
I. Una          vez más los textos de la          Misa de hoy nos vuelven a hablar de la misericordia divina. Es          lógico que se          repita tanto esta inefable realidad, porque la misericordia de          Dios es una          fuente inagotable de esperanza y porque nosotros estamos muy          necesitados de la          clemencia divina. Todos necesitamos que se nos recuerde muchas          veces que el          Señor es clemente y misericordioso.
En la          Primera lectura1, el Libro          de la Sabiduría nos hace presente hoy esta bondad y cuidado          amoroso de Dios          sobre toda la creación y especialmente por el hombre: ¿cómo          subsistirían las          cosas si Tú no lo hubieses querido? ¿Cómo conservarían su          existencia, si Tú no          las hubieses llamado? Pero a todos perdonas, porque son tuyos,          Señor, amigo de          la vida. En todas las cosas está tu soplo incorruptible. Por eso          corriges poco          a poco a los que caen; a los que pecan les recuerdas su pecado,          para que se          conviertan y crean en Ti, Señor.
El          Evangelio2 nos habla del          encuentro misericordioso de Jesús con Zaqueo. El Señor pasa por          Jericó, camino          de Jerusalén. A la entrada de la ciudad ha tenido lugar la          curación de un          mendigo ciego que logró con su fe y su insistencia llegar hasta          Jesús, a pesar          de la multitud y de los que pretendían que callara. Ahora,          dentro ya de esta          ciudad importante, la multitud debía de llenar la calle por          donde pasaba el          Maestro. Allí se encuentra también un hombre, que era jefe de          publicanos y          rico, bien conocido por el cargo en Jericó. Los publicanos eran          recaudadores de          impuestos. Roma no tenía funcionarios propios para este oficio,          sino que lo          encargaba a determinadas personas del país respectivo. Estas          podían tener –como          Zaqueo– empleados subalternos. La cantidad del impuesto la          tasaba la autoridad          romana; los publicanos cobraban una sobretasa, de la cual          vivían. Esto se          prestaba a arbitrariedades, y por esto se ganaban fácilmente la          hostilidad de          la población. En el caso de los judíos, se añadía la nota          infamante de expoliar          al pueblo elegido en favor de los gentiles3. San Lucas nos dice          que Zaqueo          intentaba ver a Jesús para conocerle, pero no podía a causa de          la muchedumbre,          porque era pequeño de estatura. Pero su deseo es eficaz; para          conseguir su          propósito se mezcla primero con la multitud y luego, dejando a          un lado los          respetos humanos, lo que pudieran pensar las gentes por su          actitud, adelantándose          corriendo, subió a un sicómoro, para verle, porque iba a pasar          por allí. Nada          le importa lo que pudieran pensar las gentes al ver a un hombre          de su posición          correr primero y subir después a un árbol. Es esta una          formidable lección para          nosotros que, por encima de todo, queremos ver a Jesús y          permanecer con Él.          Pero debemos examinar hoy la sinceridad y el vigor de estos          deseos: ¿Quiero yo          ver a Jesús? –preguntaba el Papa Juan Pablo II al comentar este          pasaje del          Evangelio–, ¿hago todo lo posible para poder verlo? Este          problema, después de          dos mil años, es tan actual como entonces, cuando Jesús          atravesaba las ciudades          y poblados de su tierra. Y es actual para cada uno          personalmente:          ¿verdaderamente quiero contemplarlo, o quizá evito el encuentro          con Él?          ¿Prefiero no verlo o que Él no me vea? Y si ya le vislumbro de          algún modo,          ¿prefiero entonces verlo de lejos, no acercándome mucho, no          poniéndome ante sus          ojos para no llamar la atención demasiado..., para no tener que          aceptar toda la          verdad que hay en Él, que proviene de Él, de Cristo?4.
II.          Cualquier esfuerzo que hagamos          por acercarnos a Cristo es largamente recompensado. Cuando Jesús          llegó al          lugar, levantando la vista, le dijo: Zaqueo, baja pronto, porque          conviene que          hoy me hospede en tu casa. ¡Qué inmensa alegría! Él, que se          contentaba con          verlo desde el árbol, se encuentra con que Jesús le llama por su          nombre, como a          un viejo amigo, y, con la misma confianza, se invita en su casa.          "Quien tenía          por grande e inefable el verle pasar –comenta San Agustín–,          mereció          inmediatamente tenerlo en casa"5. El Maestro, que había leído en          su corazón la          sinceridad de sus deseos, no quiere dejar pasar esta ocasión.          Zaqueo "descubre          que es amado personalmente por Aquel que se presenta como el          Mesías esperado,          se siente tocado en lo más profundo de su espíritu y abre su          corazón"6.          Enseguida quiere estar cerca del Maestro: Bajó rápido y lo          recibió con gozo.          Experimentó la alegría singular de todo aquel que se encuentra          con Jesús.
Zaqueo          tiene al Maestro, y con Él          lo tiene todo. "No se asusta de que la acogida de Cristo en la          propia casa pudiese          amenazar, por ejemplo, su carrera profesional, o hacerle difícil          algunas          acciones, ligadas con su actividad de jefe de publicanos"7. Por          el contrario,          muestra con obras la sinceridad de su nueva vida; se convierte          en un discípulo          más del Maestro: Señor, doy la mitad de mis bienes a los pobres          y si he          defraudado a alguien le devolveré cuatro veces más. ¡Va mucho          más allá de lo          que ordenaba la Ley de Moisés8 en lo referente a la restitución,          y además          entrega a los pobres la mitad de su fortuna! El encuentro con          Cristo nos hace          generosos con los demás, nos mueve enseguida a compartir lo que          tenemos, mucho          o poco, con quien está más necesitado. Zaqueo comprendió que          para seguir a Cristo          es necesario el más completo desprendimiento. "Dios mío, veo que          no te aceptaré          como mi Salvador, si no te reconozco al mismo tiempo como          Modelo.
"—Pues          que quisiste ser pobre,          dame amor a la Santa Pobreza. Mi propósito, con tu ayuda, es          vivir y morir pobre,          aunque tenga millones a mi disposición"9.
III.          Cuando Jesús entró en casa de          Zaqueo, muchos comenzaron a murmurar de que se hubiese hospedado          en casa de un          pecador. Entonces, el Señor pronunció estas consoladoras          palabras, unas de las          más bellas de todo el Evangelio: Hoy ha llegado la salvación a          esta casa, pues          también este es hijo de Abrahán; porque el Hijo del Hombre ha          venido a buscar y          salvar lo que estaba perdido. Es una llamada a la esperanza: si          alguna vez el          Señor permitiera que atravesáramos una mala época, una mala          racha, si nos          sintiéramos a oscuras y perdidos, hemos de saber que Jesús, el          Buen Pastor,          saldrá enseguida a buscarnos. "Elige a un jefe de publicanos:          ¿quién desesperará          de sí mismo cuando este alcanza la gracia?", comenta San          Ambrosio10. Nunca se          olvida de los suyos el Señor.
También          nos ha de ayudar la figura          de Zaqueo para no dar nunca a nadie por perdido o irrecuperable          para Dios. Para          los habitantes de Jericó, este jefe de publicanos estaba muy          lejos de Dios. El          Evangelio deja entrever que así era11. Sin embargo, desde que          entró en aquella          ciudad, Jesús tenía los ojos puestos en él. Por encima de las          apariencias,          Zaqueo tenía un corazón deseoso de ver al Maestro. Y, como San          Lucas muestra          enseguida, tenía un alma dispuesta al arrepentimiento, a la          reparación y a la          generosidad. Así hay muchas gentes a nuestro alrededor, con          deseos de ver a          Jesús, y esperando que alguno se detenga frente a ellos, los          mire con          comprensión y los invite a una vida nueva.
Nunca          debemos perder la esperanza,          ni siquiera cuando parece que todo está perdido. La misericordia          de Dios es          infinita y omnipotente, y supera todos nuestros juicios. Se          cuenta de una mujer          muy santa un suceso especialmente significativo que dejó una          huella profunda en          su alma, que muestra muy gráficamente el alcance de la          misericordia divina. Un          pariente de esta persona puso fin a su vida arrojándose desde un          puente al río.          La mujer estuvo un tiempo tan desconsolada y entristecida que ni          se atrevía a          rezar por él. Un día le preguntó el Señor por qué no intercedía          por él, como          solía hacer por los demás. Esta persona se sorprendió de las          palabras de Jesús,          y le contestó: "Tú bien sabes que se arrojó desde el puente y          acabó con su          vida"... Y el Señor le respondió: "No olvides que entre el          puente y el agua          estaba Yo".
Nunca          había dudado esta mujer de          la misericordia divina, pero, desde aquel día, su confianza en          el Señor no tuvo          límites. Y rezó por aquel pariente lejano con particular          intensidad y fe. Un          suceso muy parecido se cuenta de la vida del Cura de Ars12.          Ambos ponen de          relieve una misma realidad: siempre que pensamos en la bondad y          compasión          divina para con sus hijos, nos quedamos cortos.
No          dudemos nosotros nunca del          Señor, de su bondad y de su amor por los hombres, por muy          difíciles o extremas          que sean las situaciones en que nos encontremos nosotros o          aquellas personas          que queremos llevar hasta Jesús. Su misericordia es siempre más          grande que          nuestros pobres juicios.
1 Sab          11, 25-26; 12, 1-2. — 2 Lc          19, 1-10. — 3 Cfr. Sagrada Biblia, Santos Evangelios, EUNSA,          Pamplona 1983,          nota a Mt 5, 46. — 4 Cfr. Juan Pablo II, Homilía 2-XI-1980. — 5          San Agustín,          Sermón 174, 6. — 6 Juan Pablo II, Homilía 5-XI-1989. — 7 ídem,          Homilía          2-XI-1980. — 8 Ex 21, 37 ss. — 9 San Josemaría Escrivá, Forja,          n. 46. — 10 San          Ambrosio, Comentario al Evangelio de San Lucas, in loc. — 11          Cfr. vv. 7-10. —          12 F. Trochu, El Cura de Ars, Palabra, Madrid 1984, p. 619.
___________________________________________________________________________________________
† Santoral               (si          GoogleGroups corta el texto,          lo encontrará en www.iesvs.org)
              San Martín de                  Porres             |                            Dijo Jesús: Todo el que se  |           
En Sudamérica es muy          popular San Martín de Porres y          hasta se han filmado hermosas películas acerca de su vida y          milagros. Es un          santo muy simpático y milagroso.
Nació en Lima, Perú, hijo          de un blanco español y de una          negra africana. Por el color de su piel, su padre no lo quiso          reconocer y en la          partida de bautismo figura como "de padre desconocido". Su          infancia          no fue demasiado feliz, pues por ser mulato (mitad blanco y          mitad negro, pero          más negro que blanco) era despreciado en la sociedad.
Aprendió muy bien los          oficios de peluquero y de enfermero,          y aprovechaba sus dos profesiones para hacer muchos favores          gratuitamente a los          más pobres.
A los 15 años pidió ser          admitido en la comunidad de          Padres Dominicos. Como a los mulatos les tenían mucha          desconfianza, fue          admitido solamente como "donado", o sea un servicial de la          comunidad.          Así vivió 9 años, practicando los oficios más humildes y siendo          el último de          todos.
Al fin fue admitido como          hermano religioso en la          comunidad y le dieron el oficio de peluquero y de enfermero. Y          entonces sí que          empezó a hacer obras de caridad a manos llenas. Los frailes se          quejaban de que          Fray Martín quería hacer del convento un hospital, porque a todo          enfermo que          encontraba lo socorría y hasta llevaba a algunos más graves y          pestilentes a          recostarlos en su propia cama cuando no tenía más donde se los          recibieran.
Con la ayuda de varios          ricos de la ciudad fundó el          Asilo de Santa Cruz para reunir a todos los vagos, huérfanos y          limosneros y          ayudarles a salir de su penosa situación.
Aunque él trataba de          ocultarse, sin embargo su fama de          santo crecía día por día. Lo consultaban hasta altas          personalidades. Muchos          enfermos lo primero que pedían cuando se sentían graves era:          "Que venga el          santo hermano Martín". Y él nunca negaba un favor a quien podía          hacerlo.          Pasaba la mitad de la noche rezando. A un crucifijo grande que          había en su          convento iba y le contaba sus penas y sus problemas, y ante el          Santísimo Sacramento          y arrodillado ante la imagen de la Virgen María pasaba largos          tiempos rezando          con fervor.
Sin moverse de Lima, fue          visto sin embargo en China y          en Japón animando a los misioneros que estaban desanimados. Sin          que saliera del          convento lo veían llegar junto a la cama de ciertos moribundos a          consolarlos. A          los ratones que invadían la sacristía los invitaba a irse a la          huerta y lo          seguían en fila muy obedientes. En una misma cacerola hacía          comer al mismo          tiempo a un gato, un perro y varios ratones. Llegaron los          enemigos a su habitación          a hacerle daño y él pidió a Dios que lo volviera invisible y los          otros no lo          vieron.
Cuando oraba con mucha          devoción se levantaba por los          aires y no veía ni escuchaba a la gente. A veces el mismo virrey          que iba a          consultarle (siendo Martín tan de pocos estudios) tenía que          aguardar un buen          rato en la puerta de su habitación, esperando a que terminara su          éxtasis. En          ocasiones salía del convento a atender a un enfermo grave, y          volvía luego a          entrar sin tener llave de la puerta y sin que nadie le abriera.          Preguntado cómo          lo hacía, respondía: "Yo tengo mis modos de entrar y salir".
El Arzobispo se enfermó          gravemente y mandó llamar al          hermano Martín para que le consiguiera la curación para sus          graves dolores. Él          le dijo: ¿Cómo se le ocurre a su excelencia invitar a un pobre          mulato? Pero          luego le colocó la mano sobre el sitio donde sufría los fuertes          dolores, rezó          con fe, y el arzobispo se mejoró en seguida.
Recogía limosnas en          cantidades asombrosas y repartía          todo lo que recogía. Miles de menesterosos llegaban a pedirle          ayuda.
A los 60 años, después de          haber pasado 45 años en la          comunidad, mientras le rezaban el Credo y besando un crucifijo,          murió el 3 de          noviembre de 1639. Toda la ciudad acudió a su entierro y los          milagros empezaron          a obtenerse a montones por su intercesión.
Recomendamos              películas sobre su vida:
tearlach  03/08/2012 04:01:10
San Martin de Porres … Esta pelicula es del Santo negrito, San Martin dePorres al cual le tengo tanto            cariño al igual            que a … Dios un dia la canonizaran y hoy dia puedo decir Santa Bakhita estas            historias tan bellas y …
http://gloria.tv/?media=180775
San Martín de                  Porres - Dibujos Animados
José Luis rh  04/03/2012 12:46:34
San Martín de Porres - Dibujos Animados … San Martín de Porres
Película San                  Martín de Porres 1974 (Un mulato llamado Martín)
UnCatolico  20/11/2012 15:31:03
Película San Martín de Porres 1974 (Un mulato            llamado Martín)            … Esta es la hermosa historia de Martin de Porres,            un humilde            mulato peruano, hijo de una desciente … de africanos con un            noble español. La            vida de Martín es simple y            peculiarmente orientada a            la …
UnCatolico  13/01/2013 03:05:55
…            de esta película que trata de la vida de San Martín de Porres.            Hermosa y            con una gran enseñanza de … No se la pierdan. La vida de San Martín de Porres nos enseña: -A servir            a los demás, a            los necesitados. San Martín no se cansó de atender            a los pobres y            enfermos y …
St. Martín de                  Porres (Eng./Sp.)
Irapuato  26/10/2013 10:26:19
St. Martin de Porres (Eng./Sp.) … St. Martín de Porres (Eng./Sp.) … St.Martín de Porres (Eng./Sp.)
___________________________________________________________________________________________
Silvia            Santa          Madre de San Gregorio Magno,          Noviembre 3   
              
 Madre de San                  Gregorio Magno               |           
___________________________________________________________________________________________
Silvia            de Constantinopla, Santa          Biografía, 3 Noviembre   
              Noviembre 3              
  |           
___________________________________________________________________________________________
Gwenfrewi            o Winfred de Gales, Santa          Virgen y Mártir, 3 Noviembre            
              
 Noviembre 3               Jesús dice: "Orad por vuestros enemigos y                  orad por los que os persiguen para poder ser llamados                  hijos de vuestro Padre que está en el cielo".   |           
___________________________________________________________________________________________
Fuente:            ar.geocities.com/misa_tridentina04 
        Simón            Ballachi, Beato Dominico, 3 Noviembre   
              
 Simón Ballachi entró a servir a Dios como                    hermano lego en el convento de los dominicos de                    Rímini, su ciudad natal, a los veintiséis años de                    edad.   |           
___________________________________________________________________________________________
Fuente:            Bibliotheca hagiographica latina 
        Huberto            (Humberto) de            Mastrique-Tongeren, Santo          Obispo, 3 Noviembre   
              
 Nació probablemente en Tolosa del                    Languedoc, Francia , hacia el 656 o 658; murió el 30                    de mayo de 727 o 728, en Tervuren, Bélgica. Es un                    santo católico, al que se invoca como protector contra                    la rabia y se le tiene por celestial patrono de los                    cazadores, matemáticos, ópticos y metalúrgicos. Su                    fiesta se celebra el día 3 de noviembre.  |           
___________________________________________________________________________________________
Fuente:            ar.geocities.com/misa_tridentina04 
        Malaquías            de Armagh, Santo Obispo, 3 Noviembre   
              
 En el siglo IX empezó Irlanda a                    experimentar los efectos de las invasiones que habían                    asolado a otros países. En efecto, los bárbaros                    conocidos con el nombre genérico de orientales,                    hicieron incursiones en las regiones costeras, y los                    daneses establecieron colonias permanentes en Dublín y                    otras ciudades. Por dondequiera que iban cometían                    asesinatos, demolían monasterios y quemaban                    bibliotecas. To do ello debilitó mucho al poder civil;                    los reyezuelos locales, que luchaban contra el enemigo                    de fuera y se destruían entre sí, perdieron mucha                    autoridad. El trato prolongado e inevitable entre los                    nativos y los opresores de la religión y de la ley                    trajo consigo una relajación gradual de la fe y las                    costumbres. Así pues, aunque Irlanda no llegó nunca a                    caer en el grado de iniquidad que suponían ciertos                    ingleses y algunos hombres de iglesia extranjeros                    (incluso San Bernardo), se hallaba sin embargo en un                    estado lamentable cuando estalló la guerra civil, tras                    la derrota definitiva de los daneses, en Clonfart                    (1014).  |           
___________________________________________________________________________________________
Fuente:          Archidiócesis de Madrid 
        Manuel            Lozano Garrido (Lolo),            Beato          Laico, 3 de noviembre   
              
 Laico En Linares                    (España), Beaato Manuel Lozano Garrido, laico.(† 1971) Nació                  en Linares (Jaén) el 9 de agosto de 1920. En el año 1931                  inició sus estudios de Bachillerato e ingresó como socio                  Junior en el recién creado centro de Jóvenes de Acción                  Católica. Aquellos años fueron para Lolo algo así como                  una prolongada vigilia, en la que los tres pilares                  "piedad, estudio y acción" fueron las armas que le                  prepararon para la gran prueba. En el Centro de Juventud                  fe Acción Católica fue incluido en un grupo de futuros                  dirigentes.  |           
Fuentes:          IESVS.org; EWTN.com;          Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es ,          misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/ 
Si NO desea el evangelio,          santoral y meditación diaria          y sólo artículos interesantes censurados por la prensa (la          mayoría), unos 4 por          semana escriba a: ave-maria-purisima+subscribe@googlegroups.com (responder el mensaje de          confirmación).
Para de-suscribirse          escribir desde su casilla de email          a:
Evangelio+unsubscribe@googlegroups.com
NO debe colocarlo en CC          sino en "Para/To"
Si no se desuscribe es          porque recibe el mensaje en su          otro email que le reenvía al actual: debe escribir desde ese          otro email.













