JMJ
Pax
Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10
Gloria a ti, Señor
En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre
llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a Jesús; pero la gente se lo
impedía porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo
cuando pasará por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo:
"Zaqueo, jefe bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa".
El bajó en seguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar
diciendo:
"Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador".
Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a Jesús:
"Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien le
restituiré cuatro veces más".
Jesús le dijo:
"Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también es él hijo de Abrahán , y el Hijo del
hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se les había perdido".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
31a. Dom Ord Ciclo C
Antífona de Entrada
Señor, no me abandones, no te me alejes, Dios mío. Ven de prisa a socorrerme, Señor, mi
salvador.
Oración Colecta
Oremos:
Dios omnipotente y misericordioso, de cuya mano proviene el don de servirte y de alabarte,
ayúdanos a vencer en esta vida cuanto pueda separarnos de ti.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Te compadeces de todos porque tú amas todo lo que existe
Lectura del libro de la Sabiduría 11, 23-26; 12, 1-2
Señor , delante de ti, el mundo entero es como un grano de arena en la balanza, como gota de
rocío mañanero, que cae sobre la tierra.
Te compadeces de todos, y aunque puedes destruir todo, aparentas no ver los pecados de los
hombres, para darles ocasión de arrepentirse. Porque tú amas todo cuanto existe y no aborreces
nada de lo que has hecho; pues si hubieras aborrecido alguna cosa, no la habrías creado.
¿Y cómo podría seguir existiendo las cosas si tú no lo quisieras? ¿Cómo habría podido
conservarse algo hasta ahora, si tú no lo hubieras llamado a la existencia?
Tú perdonas a todos, porque todos son tuyos, Señor, que amas la vida, porque tu espíritu
inmortal está en todos los seres.
Por eso a los que caen, los vas recogiendo poco a poco, los reprendes y les traes a la memoria
sus pecados, para que se arrepientan de sus maldades y crean en ti Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 144
Bendeciré al Señor eternamente.
Dios y rey mío, yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre y para siempre. Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte.
Bendeciré al Señor eternamente.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para personar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus criaturas.
Bendeciré al Señor eternamente.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y narren tus proezas a los hombres.
Bendeciré al Señor eternamente.
Segunda Lectura
Nuestro Señor Jesucristo será glorificado es ustedes y ustedes en él
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 11-12; 2, 1-2
Hermanos: Oramos siempre por ustedes, para que Dios los haga dignos de la vocación a la que
los ha llamado, y con su poder, lleve a efecto tanto los buenos propósitos que ustedes han
formado, como lo que ya han emprendido por la fe. Así glorificaran a nuestro Señor Jesús y él
los glorificará a ustedes, en la medida en que actúe en ustedes la gracia de nuestro Señor Jesús
y él los glorificará a ustedes, en la medida en que actúe en que ustedes la gracia de nuestro Dios
y de Jesucristo, el Señor.
Por lo que toca a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestro encuentro con él, les
rogamos que no se dejen perturbar tan fácilmente. No se alarmen ni por supuestas
revelaciones, ni por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que los induzcan a pensar que el
día del Señor es inminente.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él, tenga
vida eterna.
Aleluya.
Evangelio
El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido
Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10
Gloria a ti, Señor
En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre
llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a Jesús; pero la gente se lo
impedía porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo
cuando pasará por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo:
"Zaqueo, jefe bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa".
El bajó en seguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar
diciendo:
"Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador".
Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a Jesús:
"Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien le
restituiré cuatro veces más".
Jesús le dijo:
"Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también es él hijo de Abrahán , y el Hijo del
hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se les había perdido".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Pidamos, hermanos y hermanas, al Señor, que escuche nuestras oraciones y nos conceda el auxilio que necesitamos:
Respondemos: Escúchanos, Señor.
Para que Dios derrame en su Iglesia el Espíritu de piedad y fortaleza, que suscite numerosos y dignos ministros del altar y testigos celosos y humildes del Evangelio, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.
Para que Dios infunda en el corazón de los gobernantes la voluntad de promover el bien de sus súbditos, a fin de que todos puedan desarrollarse debidamente y reinen en el mundo la justicia y la igualdad, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.
Para que el Señor fortalezca a los moribundos que luchan en su último combate, los libre de las tentaciones y no permita que nosotros, al llegar la hora de abandonar este mundo, caigamos en manos del enemigo, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.
. Para que Dios conceda a nuestros familiares y amigos el perdón de sus pecados, una vida próspera y el don de la caridad, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.
Celebrante:
Dios nuestro, que por medio de tu Hijo has venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido, escucha las súplicas de tu Iglesia y haznos dignos de nuestra vocación; ayúdanos a cumplir nuestros deseos de bien, haz que sepamos recibirte con gozo en la persona de nuestros hermanos y que con ellos sepamos compartir los bienes de la tierra y del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Que este sacrificio que vamos a ofrecerte en comunión con toda tu Iglesia, te sea agradable,
Señor, y nos obtenga la plenitud de tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Prendas de la Pascua eterna
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo
lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
En quien vivimos, nos movemos y somos; y todavía peregrinos en este mundo, no sólo
experimentamos las pruebas cotidianas de tu amor, sino que poseemos ya, en prenda, la vida
futura. Pues al poseer las primicias del Espíritu, por el cual resucitaste a Jesús de entre los
muertos podemos esperar que un día sea nuestra pascua eterna.
Por eso,
Señor, te damos gracias y proclamamos tu grandeza, cantando con los ángeles:
Antífona de la Comunión
Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia.
Oración después de la comunión
Oremos:
Continúa, Señor, en nosotros tu obra de salvación por medio de esta Eucaristía para que, cada
vez más unidos a Cristo en esta vida, merezcamos vivir con él eternamente.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
Trigésimo primer Domingo
ciclo c
ZAQUEO
— Deseos de encontrar a Cristo. Poner los medios necesarios.
— Desprendimiento y generosidad de Zaqueo.
— Jesús nos busca siempre. Esperanza en la propia vida interior y en el apostolado.
I. Una vez más los textos de la Misa de hoy nos vuelven a hablar de la misericordia divina. Es lógico que se repita tanto esta inefable realidad, porque la misericordia de Dios es una fuente inagotable de esperanza y porque nosotros estamos muy necesitados de la clemencia divina. Todos necesitamos que se nos recuerde muchas veces que el Señor es clemente y misericordioso.
En la Primera lectura1, el Libro de la Sabiduría nos hace presente hoy esta bondad y cuidado amoroso de Dios sobre toda la creación y especialmente por el hombre: ¿cómo subsistirían las cosas si Tú no lo hubieses querido? ¿Cómo conservarían su existencia, si Tú no las hubieses llamado? Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida. En todas las cosas está tu soplo incorruptible. Por eso corriges poco a poco a los que caen; a los que pecan les recuerdas su pecado, para que se conviertan y crean en Ti, Señor.
El Evangelio2 nos habla del encuentro misericordioso de Jesús con Zaqueo. El Señor pasa por Jericó, camino de Jerusalén. A la entrada de la ciudad ha tenido lugar la curación de un mendigo ciego que logró con su fe y su insistencia llegar hasta Jesús, a pesar de la multitud y de los que pretendían que callara. Ahora, dentro ya de esta ciudad importante, la multitud debía de llenar la calle por donde pasaba el Maestro. Allí se encuentra también un hombre, que era jefe de publicanos y rico, bien conocido por el cargo en Jericó. Los publicanos eran recaudadores de impuestos. Roma no tenía funcionarios propios para este oficio, sino que lo encargaba a determinadas personas del país respectivo. Estas podían tener –como Zaqueo– empleados subalternos. La cantidad del impuesto la tasaba la autoridad romana; los publicanos cobraban una sobretasa, de la cual vivían. Esto se prestaba a arbitrariedades, y por esto se ganaban fácilmente la hostilidad de la población. En el caso de los judíos, se añadía la nota infamante de expoliar al pueblo elegido en favor de los gentiles3. San Lucas nos dice que Zaqueo intentaba ver a Jesús para conocerle, pero no podía a causa de la muchedumbre, porque era pequeño de estatura. Pero su deseo es eficaz; para conseguir su propósito se mezcla primero con la multitud y luego, dejando a un lado los respetos humanos, lo que pudieran pensar las gentes por su actitud, adelantándose corriendo, subió a un sicómoro, para verle, porque iba a pasar por allí. Nada le importa lo que pudieran pensar las gentes al ver a un hombre de su posición correr primero y subir después a un árbol. Es esta una formidable lección para nosotros que, por encima de todo, queremos ver a Jesús y permanecer con Él. Pero debemos examinar hoy la sinceridad y el vigor de estos deseos: ¿Quiero yo ver a Jesús? –preguntaba el Papa Juan Pablo II al comentar este pasaje del Evangelio–, ¿hago todo lo posible para poder verlo? Este problema, después de dos mil años, es tan actual como entonces, cuando Jesús atravesaba las ciudades y poblados de su tierra. Y es actual para cada uno personalmente: ¿verdaderamente quiero contemplarlo, o quizá evito el encuentro con Él? ¿Prefiero no verlo o que Él no me vea? Y si ya le vislumbro de algún modo, ¿prefiero entonces verlo de lejos, no acercándome mucho, no poniéndome ante sus ojos para no llamar la atención demasiado..., para no tener que aceptar toda la verdad que hay en Él, que proviene de Él, de Cristo?4.
II. Cualquier esfuerzo que hagamos por acercarnos a Cristo es largamente recompensado. Cuando Jesús llegó al lugar, levantando la vista, le dijo: Zaqueo, baja pronto, porque conviene que hoy me hospede en tu casa. ¡Qué inmensa alegría! Él, que se contentaba con verlo desde el árbol, se encuentra con que Jesús le llama por su nombre, como a un viejo amigo, y, con la misma confianza, se invita en su casa. "Quien tenía por grande e inefable el verle pasar –comenta San Agustín–, mereció inmediatamente tenerlo en casa"5. El Maestro, que había leído en su corazón la sinceridad de sus deseos, no quiere dejar pasar esta ocasión. Zaqueo "descubre que es amado personalmente por Aquel que se presenta como el Mesías esperado, se siente tocado en lo más profundo de su espíritu y abre su corazón"6. Enseguida quiere estar cerca del Maestro: Bajó rápido y lo recibió con gozo. Experimentó la alegría singular de todo aquel que se encuentra con Jesús.
Zaqueo tiene al Maestro, y con Él lo tiene todo. "No se asusta de que la acogida de Cristo en la propia casa pudiese amenazar, por ejemplo, su carrera profesional, o hacerle difícil algunas acciones, ligadas con su actividad de jefe de publicanos"7. Por el contrario, muestra con obras la sinceridad de su nueva vida; se convierte en un discípulo más del Maestro: Señor, doy la mitad de mis bienes a los pobres y si he defraudado a alguien le devolveré cuatro veces más. ¡Va mucho más allá de lo que ordenaba la Ley de Moisés8 en lo referente a la restitución, y además entrega a los pobres la mitad de su fortuna! El encuentro con Cristo nos hace generosos con los demás, nos mueve enseguida a compartir lo que tenemos, mucho o poco, con quien está más necesitado. Zaqueo comprendió que para seguir a Cristo es necesario el más completo desprendimiento. "Dios mío, veo que no te aceptaré como mi Salvador, si no te reconozco al mismo tiempo como Modelo.
"—Pues que quisiste ser pobre, dame amor a la Santa Pobreza. Mi propósito, con tu ayuda, es vivir y morir pobre, aunque tenga millones a mi disposición"9.
III. Cuando Jesús entró en casa de Zaqueo, muchos comenzaron a murmurar de que se hubiese hospedado en casa de un pecador. Entonces, el Señor pronunció estas consoladoras palabras, unas de las más bellas de todo el Evangelio: Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también este es hijo de Abrahán; porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido. Es una llamada a la esperanza: si alguna vez el Señor permitiera que atravesáramos una mala época, una mala racha, si nos sintiéramos a oscuras y perdidos, hemos de saber que Jesús, el Buen Pastor, saldrá enseguida a buscarnos. "Elige a un jefe de publicanos: ¿quién desesperará de sí mismo cuando este alcanza la gracia?", comenta San Ambrosio10. Nunca se olvida de los suyos el Señor.
También nos ha de ayudar la figura de Zaqueo para no dar nunca a nadie por perdido o irrecuperable para Dios. Para los habitantes de Jericó, este jefe de publicanos estaba muy lejos de Dios. El Evangelio deja entrever que así era11. Sin embargo, desde que entró en aquella ciudad, Jesús tenía los ojos puestos en él. Por encima de las apariencias, Zaqueo tenía un corazón deseoso de ver al Maestro. Y, como San Lucas muestra enseguida, tenía un alma dispuesta al arrepentimiento, a la reparación y a la generosidad. Así hay muchas gentes a nuestro alrededor, con deseos de ver a Jesús, y esperando que alguno se detenga frente a ellos, los mire con comprensión y los invite a una vida nueva.
Nunca debemos perder la esperanza, ni siquiera cuando parece que todo está perdido. La misericordia de Dios es infinita y omnipotente, y supera todos nuestros juicios. Se cuenta de una mujer muy santa un suceso especialmente significativo que dejó una huella profunda en su alma, que muestra muy gráficamente el alcance de la misericordia divina. Un pariente de esta persona puso fin a su vida arrojándose desde un puente al río. La mujer estuvo un tiempo tan desconsolada y entristecida que ni se atrevía a rezar por él. Un día le preguntó el Señor por qué no intercedía por él, como solía hacer por los demás. Esta persona se sorprendió de las palabras de Jesús, y le contestó: "Tú bien sabes que se arrojó desde el puente y acabó con su vida"... Y el Señor le respondió: "No olvides que entre el puente y el agua estaba Yo".
Nunca había dudado esta mujer de la misericordia divina, pero, desde aquel día, su confianza en el Señor no tuvo límites. Y rezó por aquel pariente lejano con particular intensidad y fe. Un suceso muy parecido se cuenta de la vida del Cura de Ars12. Ambos ponen de relieve una misma realidad: siempre que pensamos en la bondad y compasión divina para con sus hijos, nos quedamos cortos.
No dudemos nosotros nunca del Señor, de su bondad y de su amor por los hombres, por muy difíciles o extremas que sean las situaciones en que nos encontremos nosotros o aquellas personas que queremos llevar hasta Jesús. Su misericordia es siempre más grande que nuestros pobres juicios.
1 Sab 11, 25-26; 12, 1-2. — 2 Lc 19, 1-10. — 3 Cfr. Sagrada Biblia, Santos Evangelios, EUNSA, Pamplona 1983, nota a Mt 5, 46. — 4 Cfr. Juan Pablo II, Homilía 2-XI-1980. — 5 San Agustín, Sermón 174, 6. — 6 Juan Pablo II, Homilía 5-XI-1989. — 7 ídem, Homilía 2-XI-1980. — 8 Ex 21, 37 ss. — 9 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 46. — 10 San Ambrosio, Comentario al Evangelio de San Lucas, in loc. — 11 Cfr. vv. 7-10. — 12 F. Trochu, El Cura de Ars, Palabra, Madrid 1984, p. 619.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Martín de Porres | Dijo Jesús: Todo el que se |
En Sudamérica es muy popular San Martín de Porres y hasta se han filmado hermosas películas acerca de su vida y milagros. Es un santo muy simpático y milagroso.
Nació en Lima, Perú, hijo de un blanco español y de una negra africana. Por el color de su piel, su padre no lo quiso reconocer y en la partida de bautismo figura como "de padre desconocido". Su infancia no fue demasiado feliz, pues por ser mulato (mitad blanco y mitad negro, pero más negro que blanco) era despreciado en la sociedad.
Aprendió muy bien los oficios de peluquero y de enfermero, y aprovechaba sus dos profesiones para hacer muchos favores gratuitamente a los más pobres.
A los 15 años pidió ser admitido en la comunidad de Padres Dominicos. Como a los mulatos les tenían mucha desconfianza, fue admitido solamente como "donado", o sea un servicial de la comunidad. Así vivió 9 años, practicando los oficios más humildes y siendo el último de todos.
Al fin fue admitido como hermano religioso en la comunidad y le dieron el oficio de peluquero y de enfermero. Y entonces sí que empezó a hacer obras de caridad a manos llenas. Los frailes se quejaban de que Fray Martín quería hacer del convento un hospital, porque a todo enfermo que encontraba lo socorría y hasta llevaba a algunos más graves y pestilentes a recostarlos en su propia cama cuando no tenía más donde se los recibieran.
Con la ayuda de varios ricos de la ciudad fundó el Asilo de Santa Cruz para reunir a todos los vagos, huérfanos y limosneros y ayudarles a salir de su penosa situación.
Aunque él trataba de ocultarse, sin embargo su fama de santo crecía día por día. Lo consultaban hasta altas personalidades. Muchos enfermos lo primero que pedían cuando se sentían graves era: "Que venga el santo hermano Martín". Y él nunca negaba un favor a quien podía hacerlo. Pasaba la mitad de la noche rezando. A un crucifijo grande que había en su convento iba y le contaba sus penas y sus problemas, y ante el Santísimo Sacramento y arrodillado ante la imagen de la Virgen María pasaba largos tiempos rezando con fervor.
Sin moverse de Lima, fue visto sin embargo en China y en Japón animando a los misioneros que estaban desanimados. Sin que saliera del convento lo veían llegar junto a la cama de ciertos moribundos a consolarlos. A los ratones que invadían la sacristía los invitaba a irse a la huerta y lo seguían en fila muy obedientes. En una misma cacerola hacía comer al mismo tiempo a un gato, un perro y varios ratones. Llegaron los enemigos a su habitación a hacerle daño y él pidió a Dios que lo volviera invisible y los otros no lo vieron.
Cuando oraba con mucha devoción se levantaba por los aires y no veía ni escuchaba a la gente. A veces el mismo virrey que iba a consultarle (siendo Martín tan de pocos estudios) tenía que aguardar un buen rato en la puerta de su habitación, esperando a que terminara su éxtasis. En ocasiones salía del convento a atender a un enfermo grave, y volvía luego a entrar sin tener llave de la puerta y sin que nadie le abriera. Preguntado cómo lo hacía, respondía: "Yo tengo mis modos de entrar y salir".
El Arzobispo se enfermó gravemente y mandó llamar al hermano Martín para que le consiguiera la curación para sus graves dolores. Él le dijo: ¿Cómo se le ocurre a su excelencia invitar a un pobre mulato? Pero luego le colocó la mano sobre el sitio donde sufría los fuertes dolores, rezó con fe, y el arzobispo se mejoró en seguida.
Recogía limosnas en cantidades asombrosas y repartía todo lo que recogía. Miles de menesterosos llegaban a pedirle ayuda.
A los 60 años, después de haber pasado 45 años en la comunidad, mientras le rezaban el Credo y besando un crucifijo, murió el 3 de noviembre de 1639. Toda la ciudad acudió a su entierro y los milagros empezaron a obtenerse a montones por su intercesión.
Recomendamos películas sobre su vida:
tearlach 03/08/2012 04:01:10
San Martin de Porres … Esta pelicula es del Santo negrito, San Martin dePorres al cual le tengo tanto cariño al igual que a … Dios un dia la canonizaran y hoy dia puedo decir Santa Bakhita estas historias tan bellas y …
http://gloria.tv/?media=180775
San Martín de Porres - Dibujos Animados
José Luis rh 04/03/2012 12:46:34
San Martín de Porres - Dibujos Animados … San Martín de Porres
Película San Martín de Porres 1974 (Un mulato llamado Martín)
UnCatolico 20/11/2012 15:31:03
Película San Martín de Porres 1974 (Un mulato llamado Martín) … Esta es la hermosa historia de Martin de Porres, un humilde mulato peruano, hijo de una desciente … de africanos con un noble español. La vida de Martín es simple y peculiarmente orientada a la …
UnCatolico 13/01/2013 03:05:55
… de esta película que trata de la vida de San Martín de Porres. Hermosa y con una gran enseñanza de … No se la pierdan. La vida de San Martín de Porres nos enseña: -A servir a los demás, a los necesitados. San Martín no se cansó de atender a los pobres y enfermos y …
St. Martín de Porres (Eng./Sp.)
Irapuato 26/10/2013 10:26:19
St. Martin de Porres (Eng./Sp.) … St. Martín de Porres (Eng./Sp.) … St.Martín de Porres (Eng./Sp.)
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Silvia Santa Madre de San Gregorio Magno, Noviembre 3
Madre de San Gregorio Magno |
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Silvia de Constantinopla, Santa Biografía, 3 Noviembre
Noviembre 3
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Gwenfrewi o Winfred de Gales, Santa Virgen y Mártir, 3 Noviembre
Noviembre 3 Jesús dice: "Orad por vuestros enemigos y orad por los que os persiguen para poder ser llamados hijos de vuestro Padre que está en el cielo". |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Simón Ballachi, Beato Dominico, 3 Noviembre
Simón Ballachi entró a servir a Dios como hermano lego en el convento de los dominicos de Rímini, su ciudad natal, a los veintiséis años de edad. |
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Fuente: Bibliotheca hagiographica latina
Huberto (Humberto) de Mastrique-Tongeren, Santo Obispo, 3 Noviembre
Nació probablemente en Tolosa del Languedoc, Francia , hacia el 656 o 658; murió el 30 de mayo de 727 o 728, en Tervuren, Bélgica. Es un santo católico, al que se invoca como protector contra la rabia y se le tiene por celestial patrono de los cazadores, matemáticos, ópticos y metalúrgicos. Su fiesta se celebra el día 3 de noviembre. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Malaquías de Armagh, Santo Obispo, 3 Noviembre
En el siglo IX empezó Irlanda a experimentar los efectos de las invasiones que habían asolado a otros países. En efecto, los bárbaros conocidos con el nombre genérico de orientales, hicieron incursiones en las regiones costeras, y los daneses establecieron colonias permanentes en Dublín y otras ciudades. Por dondequiera que iban cometían asesinatos, demolían monasterios y quemaban bibliotecas. To do ello debilitó mucho al poder civil; los reyezuelos locales, que luchaban contra el enemigo de fuera y se destruían entre sí, perdieron mucha autoridad. El trato prolongado e inevitable entre los nativos y los opresores de la religión y de la ley trajo consigo una relajación gradual de la fe y las costumbres. Así pues, aunque Irlanda no llegó nunca a caer en el grado de iniquidad que suponían ciertos ingleses y algunos hombres de iglesia extranjeros (incluso San Bernardo), se hallaba sin embargo en un estado lamentable cuando estalló la guerra civil, tras la derrota definitiva de los daneses, en Clonfart (1014). |
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Manuel Lozano Garrido (Lolo), Beato Laico, 3 de noviembre
Laico En Linares (España), Beaato Manuel Lozano Garrido, laico.(† 1971) Nació en Linares (Jaén) el 9 de agosto de 1920. En el año 1931 inició sus estudios de Bachillerato e ingresó como socio Junior en el recién creado centro de Jóvenes de Acción Católica. Aquellos años fueron para Lolo algo así como una prolongada vigilia, en la que los tres pilares "piedad, estudio y acción" fueron las armas que le prepararon para la gran prueba. En el Centro de Juventud fe Acción Católica fue incluido en un grupo de futuros dirigentes. |
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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