JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san            Lucas 17, 11-19
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, yendo Jesús camino de          Jerusalén, pasó entre Samaria          Galilea. Estaba cerca 
          de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, que          se detuvieron          a lo lejos y a 
          gritos le decían:
          "¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!"
          Al verlos, Jesús les dijo:
          "Vayan a presentarse a los sacerdotes". 
          Y mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra.
          Uno de ellos, viendo que estaba curado, regresó alabando a Dios          en voz alta, se          postró a los 
          pies de Jesús y le dio las gracias. Este era un samaritano.          Entonces dijo          Jesús: 
          "¿No eran diez los que quedaron limpios?, ¿dónde están los otros          nueve?          ¿No ha vuelto más 
          que este extranjero para dar gloria a Dios?" 
          Después le dijo al samaritano: 
          "Levántate y vete; tu fe te ha salvado".
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su            oración: Esto es          gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos          un Avemaría de          corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres          de Gracia, el          Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y          bendito es el fruto          de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por          nosotros pecadores,          ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus          intenciones y          misas! 
Aclaración: una          relación muere sin comunicación y          comunidad-comunión. Con Dios es          igual: las "palabras          de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son          fuente de vida espiritual          (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es          necesario visitarse,          y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en          la Eucaristía,          que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer          la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO          (Dios) a          Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos          el daño que          hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los          Corazones de Jesús y          de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c)          agradecemos y d)          pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la          salvación del          mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no          ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película          completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación:          http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se            apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús            está aquí y lo            ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del              Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en              vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn            5,12). Si comulgamos            en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión)            con el Amor y            renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas            del Cordero            (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo            que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su            Sangre por nuestros            pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente            sin Amor: si una            novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del            Novio para            siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar.            Idolatramos aquello            que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía,            flojera). Por eso, es            pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y            fiestas (Catecismo            2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).          "Te amo,            pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso".            ¿Qué pensaríamos si            un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en            el mundo para ser felices            para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección            del amor, es            necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide            la Cátedra de            Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar            debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo,              come y bebe su propia              condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados            mortales? no            confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989),            no comulgar al            menos en tiempo pascual (920), abortar (todos            los métodos anticonceptivos            no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a            decidir, derechos            (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación            natural sin causa            grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por            iglesia, demorar en            bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón,            borrachera,            drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de            venganza, ver            pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado,            etc. Si no            ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos            sorprende la muerte            sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno            (Catecismo 1033-41;            Mt. 5,22; 10,            28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados            mortales objetivamente,            pero subjetivamente,            pueden ser menos graves,            si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes,            ya no hay            excusa.
† Misal
mie          32a. Ordinario año impar
      Antífona          de Entrada
      Tengo los ojos puestos en el Señor, porque            él me libra de todo peligro.            Mírame, Dios mío, y ten piedad de mí, que estoy solo y            afligido.
Oración          Colecta
      Oremos:
          Nos acogemos, Señor, a tu providencia, que nunca se equivoca, y          te pedimos          humildemente que 
          apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquello que pueda          contribuir a          nuestro bien.
          Por nuestro Señor Jesucristo...
          Amén
Primera          Lectura
      Escuchen, reyes, para que obtengan la            sabiduría
Lectura del libro de la Sabiduría 6, 1-11
Escuchen, reyes y entiendan; aprendan,          soberanos de todas las naciones          de la tierra; estén 
          atentos los que gobiernan a los pueblos y están orgullosos del          gran número de          sus súbditos:
          El Señor les ha dado a ustedes el poder, el Altísimo, la          soberanía; él va a          examinar las obras de 
          ustedes y a escudriñar sus intenciones.
          Ustedes son ministros de su reino y no han gobernado rectamente,          ni han          cumplido la ley, ni han 
          vivido de acuerdo con la voluntad de Dios. El caerá sobre          ustedes en forma          terrible y repentina, 
          porque un juicio implacable espera a los que mandan. Al pequeño,          por compasión          se le perdona, 
          pero a los poderosos se les castigará severamente. El Señor de          todos ante nadie          retrocede y no 
          hay grandeza que lo asuste; él hizo al grande y al pequeño y          cuida de todos con          igual solicitud; 
          pero un examen muy severo les espera a los poderosos.
          A ustedes, pues, soberanos, se dirigen mis palabras, para que          aprendan a ser          sabios y no 
          pequen; porque los que cumplen fielmente la voluntad del Señor          serán          reconocidos como justos, 
          y los que aprenden a cumplir su voluntad encontrarán defensa.          Pongan, pues,          atención a mis 
          palabras; búsquenlas con interés y ellas los instruirán.
          Palabra de Dios.
          Te alabamos, Señor.
Salmo          Responsorial
      Del salmo 81
Ven, Señor, y haz justicia.
Protejan al pobre y al huérfano, hagan          justicia al humilde y al          necesitado; defiendan al desvalido y al pobre y líbrenlos de las          manos del          malvado.
          Ven, Señor, y haz justicia.
Yo declaro: "Aunque todos ustedes sean          dioses e hijos del Altísimo,          morirán como cualquier hombre, caerán como cualquier príncipe".          Ven,          Señor, y haz justicia. 
Aclamación          antes del          Evangelio
      Aleluya, aleluya. 
          Den gracias siempre, unidos a Cristo Jesús, pues esto es lo que          Dios quiere que          hagan. 
          Aleluya.
Evangelio
      ¿No ha habido nadie, fuera de este            extranjero,que volviera para dar            gloria a Dios?
† Lectura del santo Evangelio según san            Lucas 17, 11-19
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, yendo Jesús camino de          Jerusalén, pasó entre Samaria          Galilea. Estaba cerca 
          de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, que          se detuvieron          a lo lejos y a 
          gritos le decían:
          "¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!"
          Al verlos, Jesús les dijo:
          "Vayan a presentarse a los sacerdotes". 
          Y mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra.
          Uno de ellos, viendo que estaba curado, regresó alabando a Dios          en voz alta, se          postró a los 
          pies de Jesús y le dio las gracias. Este era un samaritano.          Entonces dijo          Jesús: 
          "¿No eran diez los que quedaron limpios?, ¿dónde están los otros          nueve?          ¿No ha vuelto más 
          que este extranjero para dar gloria a Dios?" 
          Después le dijo al samaritano: 
          "Levántate y vete; tu fe te ha salvado".
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración          sobre las Ofrendas
      Confiados en tu misericordia, Señor, venimos          a tu altar con nuestros          dones, a fin de que te 
          dignes purificarnos por este memorial que estamos celebrando.
          Por Jesucristo, nuestro Señor.
          Amén.
Prefacio
      Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro          deber y salvación darte          gracias siempre y en todo 
          lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por          Cristo Señor          nuestro. 
          A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste          que          participáramos todos.
          El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo, y por su sangre          derramada en la          cruz, puso en paz 
          todas las cosas. Y así, constituido Señor del universo, es          fuente de salvación          eterna para 
          cuantos creen en él.
          Por eso, 
          con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros          celestiales, cantamos          sin cesar el himno 
          de tu gloria:
Antífona          de la Comunión
      Yo te invoco, porque tú me respondes, Dios            mío; inclina el oído y            escucha mis palabras.
Oración          después de la          Comunión
      Oremos:
          Padre Santo, tú que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre          de tu Hijo,          guíanos por medio 
          de tu Espíritu a fin de que, no sólo con palabras, sino con toda          nuestra vida          podamos 
          demostrarte nuestro amor y así merezcamos entrar al Reino de los          cielos.
        Por          Jesucristo,          nuestro Señor.
          Amén.
___________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________
† Meditación diaria
32ª semana. Miércoles
VIRTUDES DE          CONVIVENCIA
— El Señor cultivó          las virtudes normales de la convivencia.
— Gratitud. Capacidad          de amistad. Respeto mutuo.
— Afabilidad.          Optimismo y alegría.
I. El Evangelio de la          Misa de hoy1 muestra la decepción de Jesús ante unos          leprosos          curados, que no volvieron para dar las gracias. Solo regresó un          samaritano de          los diez que habían sanado por la misericordia de Jesús. ¿No            ha habido quien            volviera a dar gloria a Dios sino solo este extranjero? Se          nota en estas          palabras del Señor un acento de desencanto. Lo menos que podían          haber hecho          aquellos hombres era agradecer un don tan grande. Jesús se          conmueve ante el          reconocimiento de las personas y se duele del egoísta que solo          sabe recibir. La          gratitud es señal de nobleza y constituye un lazo fuerte en la          convivencia con          los demás, pues son innumerables los beneficios que recibimos y          también los que          proporcionamos a otros. San Beda señala que fue precisamente la          gratitud la que          salvó al samaritano2.
Jesús no fue          indiferente a las muestras de educación y de convivencia          normales que se dan          entre los hombres y que expresan la calidad y la finura interior          de las          personas. Ante Simón el fariseo, que no tuvo con Él las muestras          habituales de          hospitalidad, lo manifestó abiertamente. Jesucristo, con su vida          y su          predicación, reveló el aprecio por la amistad, la afabilidad, la          templanza, el          amor a la verdad, la comprensión, la lealtad, la laboriosidad,          la sencillez...          Son numerosos los ejemplos y parábolas de la vida corriente en          los que se puede          observar el gran valor que da a estas virtudes necesarias para          la convivencia.          Así vemos cómo forma a los Apóstoles no solo en la virtud de la          fe y de la          caridad, sino en la sinceridad y nobleza3, y en la          ponderación del          juicio4. Tan importantes considera estas virtudes          humanas, que les          llegará a decir: si no entendéis las cosas de la tierra,            ¿cómo entenderéis            las celestiales?5. Cristo, perfecto Dios y            Hombre perfecto6,          nos da ejemplo de ese cúmulo de cualidades bien entrelazadas,          que compete vivir          a cualquier hombre, a cualquier mujer, en sus relaciones con          Dios, con sus          semejantes y consigo mismo. De Él se pudo proclamar: bene            omnia fecit7,          que todo lo hizo bien; no solo los milagros en los que manifestó          su          omnipotencia divina, sino las manifestaciones normales de una          vida corriente.          Lo mismo se ha de poder afirmar de cada uno de nosotros, que          queremos seguirle          en medio del mundo.
II. San Pablo, en una          de las lecturas para la Misa8, nos exhorta también a          vivir estas          virtudes: Recuérdales –escribe a Tito– que estén            dispuestos a toda            forma de trabajo honrado, sin insultar ni buscar riñas; sean            condescendientes y            amables con todo el mundo.
Estas virtudes hacen          más grata y fácil la vida cotidiana: familia, trabajo,          tráfico...; disponen el          alma para estar más cerca de Dios y para vivir las virtudes          sobrenaturales. El          cristiano sabe convertir los múltiples detalles de estos hábitos          humanos en          otros tantos actos de la virtud de la caridad, al hacerlos          también por amor a          Dios. La caridad transforma estas virtudes en hábitos firmes,          con un horizonte          más elevado.
Entre las virtudes          humanas que tienen relación con la convivencia diaria se          encuentra la misma gratitud,          que es el recuerdo afectuoso de un beneficio recibido con el          deseo de pagarlo          de alguna manera. En muchas ocasiones solo podremos decir gracias,          o una          expresión parecida que comunica ese sentimiento del alma. En la          alegría que ponemos          en ese gesto está nuestro agradecimiento. Santo Tomás afirma que          "el mismo          orden natural requiere que quien ha recibido un favor responda          con gratitud al          que le ha beneficiado"9. Cuesta muy poco ser          agradecidos y es mucho          el bien que se hace: se crea un ambiente nuevo, unas relaciones          cordiales, En          la medida en que aumentamos nuestra capacidad de apreciar los          favores y          pequeños servicios que recibimos, sentiremos la necesidad de          agradecer de          alguna manera: que la casa esté en orden y limpia, que uno haya          cerrado las          ventanas para que no entre el frío o el calor, que encontremos          la ropa limpia y          planchada... Y si alguna vez una de estas cosas no está como          esperamos,          sabremos disculpar, porque son muchas las que de hecho funcionan          bien. No le          daremos importancia y, si está en nuestras manos, procuraremos          arreglar el          desperfecto, ordenar lo desordenado, cerrar o abrir lo que debía          estar cerrado          o abierto... También agradeceremos los servicios que pagamos o          nos son debidos:          al dependiente que nos atiende amablemente, al conductor del          autobús que espera          esos instantes para que podamos alcanzarlo...
Entre las virtudes de          convivencia se nos pide ampliar constantemente nuestra capacidad          de amistad con          personas muy diversas. ¡Qué formidable sería que pudiéramos          llamar amigos          a las personas con las que trabajamos o estudiamos, con las que          convivimos, con          las que nos relacionamos diariamente! Amigos, y no solo          conocidos, vecinos,          colegas o compañeros... Esto significaría que hemos          desarrollado, por amor a          Dios y por amor a los hombres, una serie de cualidades humanas          que fomentan y          hacen posible la amistad: el desinterés, la comprensión, el          espíritu de          colaboración, el optimismo, la lealtad... Amistad también dentro          de la propia          familia: entre hermanos, con los hijos, con los padres. La          amistad, cuando es          verdadera, resiste bien las diferencias de edades. Es condición,          a veces          imprescindible, para el apostolado.
Cuentan de Alejandro          Magno que, estando próximo a morir, sus parientes más cercanos          le repetían con          insistencia: "Alejandro, ¿dónde tienes tus tesoros?". "¿Mis          tesoros?",          preguntaba Alejandro. Y respondía: "En el bolsillo de mis          amigos". Al final de          nuestra vida nuestros amigos deberían poder decir que les dimos          a compartir          siempre lo mejor que tuvimos.
El respeto,          que es delicadeza, valorar a otro, es imprescindible para          convivir. La fe nos          enseña además a respetar a las personas que tratamos cada día,          porque son          imagen de Dios, porque cada una ha sido redimida con la Sangre          preciosísima de          Nuestro Señor10. También a aquellos que por alguna          razón, casi          siempre de escaso relieve, nos parecen menos simpáticos o          divertidos. También          la convivencia humana exige respetar las cosas, porque          son bienes de          Dios que ha puesto al servicio del hombre. Respetar la          naturaleza tiene su más          hondo sentido en que forma parte de la Creación y a través de          ella se puede dar          gloria a Dios.
III. Otras virtudes          que facilitan o hacen posible la convivencia son la afabilidad,          virtud          opuesta al gesto destemplado, al mal humor, al desorden..., a          vivir sin tener en          cuenta a los que nos rodean. A veces se traducirá en una palabra          amable, en un          pequeño elogio, en un gesto cordial que anima a seguir adelante.          "Una palabra          buena se dice pronto; sin embargo, a veces se nos hace difícil          pronunciarla.          Nos detiene el cansancio, nos distraen las preocupaciones, nos          frena un          sentimiento de frialdad o de indiferencia egoísta. Así sucede          que pasamos al          lado de personas a las cuales, aun conociéndolas, apenas les          miramos el rostro          y no nos damos cuenta de lo que frecuentemente están sufriendo          por esa sutil,          agotadora pena que proviene de sentirse ignoradas. Bastaría una          palabra cordial,          un gesto afectuoso, e inmediatamente algo se despertaría en          ellas: una señal de          atención y de cortesía puede ser una ráfaga de aire fresco en lo          cerrado de una          existencia, oprimida por la tristeza y por el desaliento. El          saludo de María          llenó de alegría el corazón de su anciana prima Isabel (cfr. Lc          1, 44)"11.          Así hemos de llenar de optimismo a quienes conviven con          nosotros.
Formando parte de la          afabilidad se encuentran la benignidad, que nos lleva a          tratar y juzgar          a los demás y a sus actuaciones de forma benigna; la indulgencia          ante          los pequeños defectos y errores de los demás, sin sentirnos en          la obligación de          estar continuamente señalándolos; la educación y urbanidad          en palabras y          modales; la simpatía, la cordialidad, el elogio            oportuno,          que está lejos de toda adulación... "El espíritu de dulzura es          el verdadero espíritu          de Dios (...). Puede hacerse comprender la verdad y amonestar          siempre que se          haga con dulzura. Hay que sentir indignación contra el mal y          estar resuelto a          no transigir con él; sin embargo, hay que convivir dulcemente          con el prójimo"12.
Un hombre que viajaba          por interminables carreteras paró su camión junto a un bar          concurrido por otros          conductores. Mientras esperaba que le sirvieran algo que le          refrescara para          continuar su camino, un muchacho del bar trabajaba afanoso          frente a él,          encorvado, al otro lado del mostrador. "¿Mucho trabajo?", le          dijo sonriendo el          viajero. El muchacho levantó la cabeza y devolvió la sonrisa.          Cuando meses más          tarde el conductor pasó de nuevo por aquel lugar, el muchacho          del mostrador le          reconoció, como se reconoce una antigua amistad. Y es que la          gente –entre la          que nos encontramos– tiene una vieja sed de sonrisas, una gran          necesidad de que          alguien le contagie un poco de alegría, de aprecio... A nuestra          puerta          encontramos cada jornada una serie de personas con las que          convivimos,          trabajamos, que esperan esa breve muestra acogedora.
En la convivencia          diaria la alegría, el optimismo, el aprecio... abren muchas          puertas que estaban          a punto de cerrarse al diálogo o a la comprensión... No dejemos          que se cierren:          el Señor espera que hagamos un apostolado eficaz, que          comuniquemos a esas          personas el don más grande que tenemos: la amistad con Él.
1 Lc 17, 11-19.          — 2 Cfr. San Beda, en Catena Aurea, vol. VI. p.          278. — 3          Cfr. Mt 5, 37 — 4 Cfr. Jn 9, 1-3. — 5          Jn 3,          12, — 6 Símbolo Atanasiano. — 7 Mc          7, 37. — 8          Primera lectura, Año II. Tit 3, 1-7. — 9          Santo Tomás, Suma            Teológica, 2-2, q. 106, a, 3 c. — 10 1 Pdr          1, 18, — 11          Juan Pablo II, Homilía 11-II-1981. — 12 San          Francisco de Sales, Epistolario,          fragm. 110, en Obras selectas de..., p. 744.
___________________________________________________________________________________________
† Santoral               (si          GoogleGroups corta el texto,          lo encontrará en www.iesvs.org)
San Diego de Alcalá
        
          Hermano Lego
            (1400-1463)
Señor:            enséñanos a amarte a Ti y a amar a los pobres, 
            como lo hicieron San Diego y tus demás santos.
             
          En este santo se cumple lo que decía San Pablo: que Dios escoge          aquello que          para el mundo no tiene valor, para hacer grandes obras en el          campo espiritual. 
Nació          en España en el año 1400, de familia muy pobre. De joven fue a          un campo          solitario a acompañar a un familiar que hacía allí vida de monje          ermitaño. Y de          él aprendió el arte de la oración y de la meditación y un gran          cariño por Jesús          Crucificado.
Se          dedicó a las labores manuales y a recoger leña, y con lo que          ganaba ayudaba a          muchos pobres. Y como el que más da, más recibe, la gente empezó          a llevarle          abundantes limosnas para que repartiera entre los necesitados.
Pero          sucedió que leyó la vida de San Francisco de Asís y se          entusiasmó grandemente          por el modo de vivir de este santo, y además estaba preocupado          porque su          demasiada popularidad en su tierra le quitaba la oportunidad de          poder vivir en          soledad y recogimiento. Y así fue que pidió ser recibido como          religioso          franciscano y fue admitido.
Diego          había hecho muy pocos estudios, pero era muy iluminado por luces          celestiales, y          así sucedía que cuando le preguntaban acerca de los temas          espirituales más          difíciles, daba unas respuestas que dejaban admirados a todos.
Fue enviado a misionar a las Islas Canarias          y allá logró la conversión          de muchos paganos y no permitió que los colonos esclavizaran a          los nativos. Y          haciendo una excepción a la regla, los superiores lo nombraron          superior de la          comunidad, siendo un simple lego. Y lo hizo muy bien.
En 1449          hizo un viaje desde España hasta Roma a pie. Iba a asistir a la          canonización de          San Bernardino de Siena. Acompañaba al Padre superior, el P.          Alonso de Castro.          Este se enfermó y Diego lo atendió con tan gran esmero y          delicadeza, que los          superiores lo encargaron por tres meses de la dirección del          hospital de la          comunidad de Roma, y allí hizo numerosas curaciones milagrosas a          enfermos incurables.
A San          Diego lo pintan llevando algo escondido en el manto. Es un          mercado para los          pobres. Y es que en los últimos años estuvo de portero en varios          conventos y          regalaba a los pobres todo lo que encontraba. Y dicen que en un          día en que          llevaba un mercado a un mendigo se encontró con un superior que          era muy bravo y          este le preguntó qué llevaba allí. El santito muy asustado le          respondió que          llevaba unas rosas, y al abrir el manto sólo aparecieron rosas y          más rosas.
Los          últimos años de su vida pasaba días enteros dedicados a la          oración. Al ver un          crucifijo quedaba en éxtasis. Su amor por la Virgen Santísima          era inmenso.          Untaba a los enfermos con un poco de aceite de la lámpara del          altar de la          Virgen y los enfermos se curaban. Un muchacho cayó en un horno          ardiente, y el          santo lo bendijo y el joven salió sano y sin quemaduras.
El 12          de noviembre del año 1463, sintiéndose morir pidió un crucifijo          y recitando          aquel himno del Viernes Santo que dice: "¡Dulce leño, dulces          clavos que soportásteis          tan dulce peso!" expiró santamente.
En su          sepulcro se obraron muchos milagros y el mismo rey de España,          Felipe II, obtuvo          la milagrosa curación de su hijo al rezarle a Diego. Por eso el          rey le pidió al          Sumo Pontífice que lo declarara santo. Y fue canonizado sólo 25          años después de          haber muerto, en 1588.
___________________________________________________________________________________________
Christian, Santo Uno de          los patronos de Polonia, 13 de noviembre   
              
 Noviembre 13 Etimológicamente significa                  "creyente, cristiano". Viene de la lengua latina.  |           
___________________________________________________________________________________________
María Patrocinio Giner Gomis            de San Juan, Beata Mártir, 13 Noviembre   
              
 Nació en Tortosa,                  el 4 de Enero de 1874 y murió en Portichol de Tavernes                  de Valldigna, el 13 de Noviembre de1936.  |           
___________________________________________________________________________________________
Fuente: Vatican.va 
        Agustina Livia            Pietrantoni, Santa          Religiosa, 13 Noviembre   
              
 Una tierra...                      una familia   |           
___________________________________________________________________________________________
Fuente:          ar.geocities.com/misa_tridentina04 
        Homabono de Cremona,            Santo Sastre          laico, 13 Noviembre   
              
 San Homobono,                  confesor, en Cremona, fue sastre y mercader de telas; al                  cual habiendo resplandecido en milagros, canonizó                  Inocencio III.  |           
___________________________________________________________________________________________
Fuente: www2.ocarm.org 
        María Teresa de Jesús            (María Scrilli), Beata          Fundadora, 13 de noviembre   
              
 Fundadora del                  Instituto               |           
___________________________________________________________________________________________
Fuente: ACIprensa.com |          Asuncionistas.atspace.org 
        Kamen Vitchev, Pavel            Djidjov y Josaphat Chichkov,            Beatos Presbíteros y Mártires,          13 de noviembre   
___________________________________________________________________________________________
Fuentes:          IESVS.org; EWTN.com;          Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es ,          misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/ 
Si NO desea el evangelio,          santoral y meditación diaria          y sólo artículos interesantes censurados por la prensa (la          mayoría), unos 4 por          semana escriba a: ave-maria-purisima+subscribe@googlegroups.com (responder el mensaje de          confirmación).
Para de-suscribirse          escribir desde su casilla de email          a:
Evangelio+unsubscribe@googlegroups.com
NO debe colocarlo en CC          sino en "Para/To"
Si no se desuscribe es          porque recibe el mensaje en su          otro email que le reenvía al actual: debe escribir desde ese          otro email.










