martes, 19 de noviembre de 2013

Miércoles de San José. 20/11/2013. San Octavio ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 19, 11-28

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, como ya se acercaba Jesús a Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de
Dios iba a manifestarse de un momento a otro, él les dijo esta parábola:
"Había un hombre de la nobleza que se fue a un país lejano para ser nombrado rey y volver
como tal. Antes de irse, mandó llamar a diez de sus empleados, les entregó una moneda de
mucho valor a cada uno y les dijo:
"Inviertan este dinero mientras regreso" .
Pero sus compatriotas lo aborrecían y enviaron detrás de él a unos delegados que dijeran:
"No queremos que éste sea nuestro rey".
Pero fue nombrado rey, y cuando regresó a su país, mandó llamar a los empleados a quienes
había entregado el dinero, para saber cuánto había ganado cada uno. Se presentó el primero y
le dijo:
"Señor, tu moneda ha producido otras diez monedas".
El le contestó:
"Muy bien, eres un buen empleado. Puesto que has sido fiel en una cosa pequeña, serás
gobernador de diez ciudades".
Se presentó el segundo y le dijo:
"Señor, tu moneda ha producido otras cinco monedas".
Y el señor le respondió:
"Tú serás gobernador de cinco ciudades".
Se presentó el tercero y le dijo:
"Señor, aquí está tu moneda. La he tenido guardada en un pañuelo, pues te tuve miedo, porque
eres un hombre exigente, que reclama lo que no ha invertido y cosecha lo que no ha sembrado".
El señor le contestó:
"Eres un mal empleado; por tu propia boca te condeno. Si sabías que soy un hombre exigente,
que reclamo lo que no he invertido y que cosecho lo que no he sembrado, ¿por qué, pues, no
pusiste mi dinero en el banco para que yo, al volver, lo hubiera recobrado con intereses?"
Después les dijo a los presentes:
"Quítenle a éste la moneda y dénsela al que tiene diez".
Le respondieron:
"Señor, pero si ya tiene diez monedas".
El les dijo:
"Les aseguro que a todo el que tenga se le dará con abundancia, y al que no tenga, aún lo que
tiene se le quitará. En cuanto a mis enemigos, que no querían tenerme como rey, tráiganlos aquí
y mátenlos en mi presencia"".
Dicho esto, Jesús prosiguió su camino hacia Jerusalén al frente de sus discípulos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

mie 33a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

Canten al Señor un cántico nuevo, toda la tierra cante al Señor. Hay brillo y esplendor en su presencia y en su templo, belleza y majestad.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios eterno y todopoderoso, conduce nuestra vida por el camino de tus mandamientos para que,
unidos a tu Hijo amado, podamos producir frutos abundantes.
Por nuestro Señor Jesucristo...


Amén.

 

Primera Lectura

El creador del mundo les devolverá el alimento y la vida

Lectura del segundo libro de los Macabeos 7, 1. 20-31

En aquellos días, arrestaron a siete hermanos junto con su madre. El rey Antíoco Epifanes los
hizo azotar para obligarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la ley.
Muy digna de admiración y de glorioso recuerdo fue aquella madre que, viendo morir a sus siete
hijos en el espacio de un solo día, lo soportó con entereza, porque tenía puesta su esperanza en
el Señor. Llena de generosos sentimientos y uniendo un temple viril a la ternura femenina,
animaba a cada uno de ellos en su lengua materna, diciéndoles:
"Yo no sé cómo han aparecido ustedes en mi seno; no he sido yo quien les ha dado el aliento y
la vida, ni he unido yo los miembros que componen su cuerpo. Ha sido Dios, creador del mundo,
el mismo que formó el género humano e hizo cuanto existe. Por su misericordia, él les dará de
nuevo el aliento y la vida, ya que por obedecer sus santas leyes, ustedes la sacrifican ahora".
Antíoco pensó que la mujer lo estaba despreciando e insultando.
Aún quedaba con vida el más pequeño de los hermanos y Antíoco trataba de ganárselo, no sólo
con palabras, sino hasta con juramentos le prometía hacerlo rico y feliz, con tal de que renegara
de las tradiciones de sus padres; lo haría su amigo y le daría un cargo.
Pero como el muchacho no le hacía el menor caso, el rey mandó llamar a la madre y le pidió
que convenciera a su hijo de que aceptara, por su propio bien. El rey se lo pidió varias veces, y
la madre aceptó. Se acercó entonces a su hijo y, burlándose del cruel tirano, le dijo en su lengua
materna:
"Hijo mío, ten compasión de mí, que te llevé en mi seno nueve meses, que te amamanté tres
años y te he criado y educado hasta la edad que tienes. Te ruego, hijo mío, que mires el cielo y
la tierra, y te fijes en todo lo que hay en ellos; así sabrás que Dios lo ha hecho todo de la nada y
que en la misma forma ha hecho a los hombres. Así, pues, no le tengas miedo al verdugo, sigue
el buen ejemplo de tus hermanos y acepta la muerte, para que, por la misericordia de Dios, te
vuelva yo a encontrar con ellos".
Cuando la madre terminó de hablar, el muchacho dijo a los verdugos:
"¿Qué esperan? No voy a obedecer la orden del rey; yo obedezco los mandamientos de la ley
dada a nuestros padres por medio de Moisés. Y tú, rey, que eres el causante de tantas
desgracias para los hebreos, no escaparás de las manos de Dios".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 16

Escóndeme, Señor, bajo la sombra de tus alas.

Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oído a mi súplica, pues mis labios no mienten.
Escóndeme, Señor, bajo la sombra de tus alas.

Mis pies en tus caminos se mantuvieron firmes, no tembló mi pisada. A ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme, Dios mío, y escucha mis palabras.
Escóndeme, Señor, bajo la sombra de tus alas.

Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos; bajo la sombra de tus alas escóndeme, pues yo, por serte fiel, contemplaré tu rostro y, al despertarme, espero saciarme de tu vista.
Escóndeme, Señor, bajo la sombra de tus alas.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca.
Aleluya.

Evangelio

¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco?

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 19, 11-28

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, como ya se acercaba Jesús a Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de
Dios iba a manifestarse de un momento a otro, él les dijo esta parábola:
"Había un hombre de la nobleza que se fue a un país lejano para ser nombrado rey y volver
como tal. Antes de irse, mandó llamar a diez de sus empleados, les entregó una moneda de
mucho valor a cada uno y les dijo:
"Inviertan este dinero mientras regreso" .
Pero sus compatriotas lo aborrecían y enviaron detrás de él a unos delegados que dijeran:
"No queremos que éste sea nuestro rey".
Pero fue nombrado rey, y cuando regresó a su país, mandó llamar a los empleados a quienes
había entregado el dinero, para saber cuánto había ganado cada uno. Se presentó el primero y
le dijo:
"Señor, tu moneda ha producido otras diez monedas".
El le contestó:
"Muy bien, eres un buen empleado. Puesto que has sido fiel en una cosa pequeña, serás
gobernador de diez ciudades".
Se presentó el segundo y le dijo:
"Señor, tu moneda ha producido otras cinco monedas".
Y el señor le respondió:
"Tú serás gobernador de cinco ciudades".
Se presentó el tercero y le dijo:
"Señor, aquí está tu moneda. La he tenido guardada en un pañuelo, pues te tuve miedo, porque
eres un hombre exigente, que reclama lo que no ha invertido y cosecha lo que no ha sembrado".
El señor le contestó:
"Eres un mal empleado; por tu propia boca te condeno. Si sabías que soy un hombre exigente,
que reclamo lo que no he invertido y que cosecho lo que no he sembrado, ¿por qué, pues, no
pusiste mi dinero en el banco para que yo, al volver, lo hubiera recobrado con intereses?"
Después les dijo a los presentes:
"Quítenle a éste la moneda y dénsela al que tiene diez".
Le respondieron:
"Señor, pero si ya tiene diez monedas".
El les dijo:
"Les aseguro que a todo el que tenga se le dará con abundancia, y al que no tenga, aún lo que
tiene se le quitará. En cuanto a mis enemigos, que no querían tenerme como rey, tráiganlos aquí
y mátenlos en mi presencia"".
Dicho esto, Jesús prosiguió su camino hacia Jerusalén al frente de sus discípulos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, con bondad los dones que te presentamos y santifícalos por medio de tu Espíritu
para que se nos conviertan en sacramento de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Alabanza a Dios que nos creó

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo
lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano, y también el autor
bondadoso de la nueva creación.
Por eso,
con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos y unánimes te
bendicen tus santos. Con ellos, unidos a los ángeles, cantamos tu gloria gozosos diciendo:

Antífona de la Comunión

Acudan al Señor, pongan en él su confianza y no quedarán defraudados.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, y te
pedimos que este don tuyo sea para nosotros fuente inagotable de vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Meditación diaria

33ª semana. Miércoles

¡QUEREMOS QUE CRISTO REINE!

— Instaurar en Cristo todas las cosas.

— El rechazo de Jesús.

— Extender el reinado de Cristo.

I. Estaba Jesús cerca de Jerusalén y muchos esperaban una llegada inminente del Reino de Dios, un reino –según esa falsa opinión– de carácter temporal. El Señor, pensaban, entraría triunfalmente en la ciudad después de vencer al poder romano, y ellos tendrían un puesto privilegiado cuando llegara ese momento. Esta ilusión, tan alejada de la realidad, era una prolongación de la mentalidad existente en muchos círculos judíos de la época. Para corregir a fondo ese error, Jesús expuso una parábola, que recoge el Evangelio de la Misa1.

Un hombre de origen noble marchó a un país lejano a recibir la investidura real. Era costumbre que los reyes de territorios dependientes del imperio romano recibieran el poder real de manos del emperador, y a veces tenían incluso que ir a Roma. En la parábola, este personaje ilustre dejó la administración de su territorio a diez hombres de su confianza y se marchó a recibir la investidura. Les dio diez minas. La mina no era una moneda acuñada, pero sí se utilizaba como unidad contable; equivalía a 35 gramos de oro. Estos hombres recibieron un encargo: Negociad hasta mi vuelta. Se trataba de hacer rendir su pequeño tesoro. Y estos hombres cumplieron su encargo: hicieron préstamos con interés, visitaron ferias, compraron y vendieron. Trabajaron bien para su señor durante semanas, meses y años... Y esto es lo que sigue haciendo la Iglesia desde Pentecostés, donde recibió el inmenso Don del Espíritu Santo y, con Él, enviado por Cristo, la infalible Palabra de Dios, la fuerza de los sacramentos, las indulgencias... "En veinte siglos se ha trabajado mucho; no me parece ni objetivo, ni honrado –comentaba San Josemaría Escrivá–, el afán de algunos por menospreciar la tarea de los que nos precedieron. En veinte siglos se ha realizado una gran labor y, con frecuencia, se ha realizado muy bien. Otras veces ha habido desaciertos, regresiones, como también ahora hay retrocesos, miedo, timidez, al mismo tiempo que no falta valentía, generosidad. Pero la familia humana se renueva constantemente; en cada generación es preciso continuar con el empeño de ayudar a descubrir al hombre la grandeza de su vocación de hijo de Dios, es necesario inculcar el mandato del amor al Creador y a nuestro prójimo"2. La vida es un tiempo para hacer fructificar los bienes divinos.

Nos toca a nosotros, a cada cristiano, hacer rendir ahora el tesoro de gracias que el Señor deposita en nuestras manos, mientras "vivificados y reunidos en su Espíritu, caminamos como peregrinos hacia la consumación de la historia humana, la cual coincide plenamente con su amoroso designio: Restaurar en Cristo todas las cosas, las de los cielos y las de la tierra (Ef 1, 10)"3. Este es nuestro cometido mientras el Señor vuelve para cada uno en el momento, quizá no muy lejano, de la muerte: procurar con empeño que el Señor esté presente en todas las realidades humanas. Nada es ajeno a Dios, pues todas las cosas han sido creadas por Él, y a Él se dirigen, conservando su propia autonomía: los negocios, la política, la familia, el deporte, la enseñanza...

Vengo presto -nos dice hoy el Señor-, y conmigo mi recompensa, para dar a cada uno según sus obras. Yo soy el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin4. Solo en Él encuentra sentido nuestro quehacer aquí en la tierra. La Iglesia entera, y cada cristiano, es depositaria del tesoro de Cristo: crece la santidad de Dios en el mundo cuando cada uno luchamos por ser fieles a nuestros deberes, a los compromisos que, como ciudadanos, como cristianos, hemos contraído.

II. Mientras aquellos administradores fieles procuraban con empeño hacer rendir el tesoro de su señor, muchos ciudadanos de aquel país le odiaban y enviaron una embajada tras él para decirle: no queremos que este reine sobre nosotros. El Señor debió de introducir con mucha pena estas palabras en medio del relato, pues habla de Sí mismo en la parábola: Él es el hombre ilustre que se marcha a tierras lejanas. Jesús veía en los ojos de muchos fariseos un odio creciente y el rechazo más completo. Cuanto mayor era su bondad y mayores las muestras de su misericordia, más aumentaba la incomprensión que se advertía en muchos rostros. ¡Qué duro debió de resultar para el Maestro aquel rechazo tan frontal, que alcanzará su punto culminante en la Pasión, poco tiempo más tarde!

Quiere también expresar el Señor el rechazo que había de sufrir por tantos a lo largo de los siglos. ¿Es acaso menor el que se da en esta época nuestra? ¿Son acaso pequeños el odio y la indiferencia? En la literatura, en el arte, en la ciencia..., en las familias..., parece oírse un griterío gigantesco: nolumus hunc regnare super nos!, ¡no queremos que este reine sobre nosotros! Él, "que es autor del universo y de cada una de las criaturas, y que no se impone dominando: mendiga un poco de amor, mostrándonos, en silencio, sus manos llagadas.

"¿Por qué, entonces, tantos lo ignoran? ¿Por qué se oye aún esa protesta cruel: nolumus hunc regnare super nos (Lc 19, 14), no queremos que este reine sobre nosotros? En la tierra hay millones de hombres que se encaran así con Jesucristo o, mejor dicho, con la sombra de Jesucristo, porque a Cristo no lo conocen, ni han visto la belleza de su rostro, ni saben la maravilla de su doctrina.

"Ante ese triste espectáculo, me siento inclinado a desagraviar al Señor. Al escuchar ese clamor que no cesa y que, más que de voces, está hecho de obras poco nobles, experimento la necesidad de gritar alto: oportet illum regnare! (1 Cor 15, 25), conviene que Él reine (...). El Señor me ha empujado a repetir, desde hace mucho tiempo, un grito callado: serviam!, serviré. Que Él nos aumente esos afanes de entrega, de fidelidad a su divina llamada –con naturalidad, sin aparato, sin ruido–, en medio de la calle. Démosle gracias desde el fondo del corazón. Dirijámosle una oración de súbditos, ¡de hijos!, y la lengua y el paladar se nos llenarán de leche y de miel, nos sabrá a panal tratar del Reino de Dios, que es un Reino de libertad, de la libertad que Él nos ganó (cfr. Gal 4, 3l)"5. Serviremos a Nuestro Señor como a nuestro Rey y Señor, como al Salvador de la Humanidad entera y de cada uno de nosotros. Serviam! ¡Te serviré, Señor!, le decimos en la intimidad de nuestra oración.

III. Al cabo de un tiempo volvió aquel señor con la investidura real; entonces, recompensó espléndidamente a aquellos siervos que se afanaron por hacer rendir lo que recibieron, y castigó duramente a quienes en su ausencia le rechazaron y a uno de los administradores que malgastó el tiempo y no hizo rendir la mina que había recibido. "El mal siervo no se aplicó y nada devolvió; no honró a su amo y fue castigado. Glorificar a Dios es, por el contrario, dedicar las facultades que Él me ha dado a conocerle, amarle y servirle, y de esta manera devolverle todo mi ser"6. Este es el fin de nuestra vida: dar gloria a Dios ahora aquí en la tierra con lo que tenemos encomendado, y luego en la eternidad con la Virgen, los ángeles y los santos. Si tenemos esto presente, ¡qué buenos administradores seremos de los dones que el Señor ha querido darnos para que con ellos nos ganemos el Cielo!

"Nunca os pesará haberle amado", solía repetir San Agustín7. El Señor es buen pagador ya en esta vida cuando somos fieles. ¡Qué será en el Cielo! Ahora nos toca extender ese reinado de Cristo en la tierra, en medio de la sociedad en que nos movemos: en la familia, en el trabajo, entre los vecinos, en los compañeros de Universidad o de taller, entre los clientes, en los alumnos... Muy especialmente entre aquellos que de alguna manera tenemos encomendados. "A vuestros pequeños no los dejéis de la mano; contribuid a la salvación de vuestro hogar con todo esmero"8, aconsejaba vivamente el santo obispo de Hipona.

En estos días, mientras esperamos la Solemnidad de Cristo Rey, nos podemos preparar repitiendo algunas jaculatorias: Regnare Christum volumus!, ¡queremos que reine Cristo!, y queremos en primer lugar que ese reinado sea una realidad en nuestra inteligencia, en nuestra voluntad, en nuestro corazón, en todo nuestro ser9. Por eso le pedimos: "Señor mío Jesús: haz que sienta, que secunde de tal modo tu gracia, que vacíe mi corazón..., para que lo llenes Tú, mi Amigo, mi Hermano, mi Rey, mi Dios, ¡mi Amor!"10.

1 Lc 19, 11-28. — 2 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 121. — 3 Conc. Vat. II, Const. Gaudium el spes, 45. — 4 Apoc 22, 12-13. — 5 San Josemaría Escrivá, o. c., 179, — 6 J. Tissot, La vida interior, p. 102. — 7 Cfr. San Agustín, Sermón 51, 2. — 8 ídem, Sermón 94. — 9 Cfr. Pío XI, Enc. Quas primas, 11-XII-1925. — 10 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 913.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

 

Octavio u Octaviano, Santo Mártir, 20 Noviembre  

Octavio u Octaviano, Santo

Noviembre 20
Mártir

 

Etimológicamente significa "octavo hijo". Viene de la lengua latina.

La paz sobre la tierra comienza en nosotros mismos. Ya en el siglo IV, san Ambrosio de Milán decía:"Comenzad en vosotros la obra de la paz, una vez que vosotros estéis pacificados, llevaréis la paz a los demás".

Este joven, juntamente con Solutor y Adventor, se celebran hoy en la iglesia de Turín, Italia.

Eran soldados de la Legión Tebea. Combatían valientemente durante el imperio que mandaba por aquel tiempo Maximiano.

Eran valientes en la lucha y valientes en confesar su fe en Cristo el Señor.

El clima y el ambiente no les eran propicios. Ya habían visto con sus propios ojos morir a muchos cristianos.

No hay datos exactos de cómo murieron. Sin embargo, a personas de tanto brillo militar y de tanta fama entre los creyentes, fue fácil componerles un teatro o "Pasión" entre los años 432-450.

Ellos murieron como mártires en el siglo III, es decir cuando las persecuciones arreciaron como nunca.

La "Pasión" narraba que lograron escapar de la masacre de Agaunum.

Su fuga no pasó desapercibida. La policía militar los cogió en seguida. Los llevaron presos a Turín.
También se escaparon de la prisión. Empezaron a caminar pro lugares inhóspitos. Y ya esta vez, fueron enviados a la muerte por su fe en Dios único y verdadero.

Los turineses le levantaron pronto un templo en su honor. Este templo se convertiría más tarde, por mandato del obispo Gezone, en un monasterio benedictino.

Cuando los franceses ordenaron la demolición del monasterio en 1536, los tres cuerpos fueron llevados a la Consolata y finalmente a la iglesia de los mártires, en la que están hoy en día.

 

Estos mártires no sólo fueron semilla de Cristianos de su época, sino fundamento y protectores de los santos y obras que florecieron en Valdocco:
El nombre "Valdocco" viene del latín vallis occisorum que traduce en castellano "valle de los mártires", según una antigua tradición de que en el sitio fueron martirizados los tres soldados cristianos de la Legión Tebana.

En el distrito se creó el primer Oratorio Salesiano, cuyo fundador fue San Juan Bosco, con el nombre de Oratorio de San Francisco de Sales para la formación y salvaguarda de los muchachos más necesitados de Turín durante el siglo XIX. Pero también tuvo que ver con el desarrollo de las obras sociales y religiosas en favor de las muchachas en dificultad lideradas por Julia Colbert (http://www.santiebeati.it/dettaglio/91665) como el Hospital de Santa Filomena para niñas lisiadas y enfermas, el Monasterio de Santa María Magdalena y el Refugio para muchachas huérfanas. Cerca, en el barrio Aurora, otro gran personaje de la caridad, José Benito Cottolengo, fundó la Casita de la Divina Providencia, conocida también como el "Cottolengo". Todos estos personajes fueron contemporáneos y los tres internacionalizaron el nombre de Valdocco.

Si tienes la gracia de visitar Turín, además de la Sábana Santa, y las obras de los Santos arriba descriptas, no olvides honrar a estos mártires: recibirás incontables gracias.

 

8 de Julio de 1845

En sueños Don Bosco , joven sacerdote de treinta años, contempla una multitud de jóvenes. La Virgen le muestra su futuro campo de trabajo: un prado, tres iglesias de Valdocco…Luego, la Señora adelante un pié y lo posa sobre el lugar donde sufrieron el martirio Adventor, Solutor y Octavio, y dice:"En este lugar, donde los gloriosos mártires Adventor, Solutor y Octavio alcanzaron la palma del martirio, quiero que Dios sea glorificado de forma especial".

El lugar indicado por la Señora coincide exactamente con la capilla de los Mártires, en la Basílica de María Auxiliadora. Una cruz dorada en el pavimento de la cripta  del templo indica el punto preciso, indicado por D. Bosco. Dos pinturas en las paredes representan, el uno, el martirio de los tres soldados y en la parte opuesta, el sueño de D. Bosco. (Sant. Di María Auxiliatrice, 7,16,156)

 

Veamos la revelación

http://www.dbosco.net/mb/mbvol2/mbdb_vol2_230.html

Ella (La Virgen) respondió:

- Mi Hijo y los Apóstoles no tenían un palmo de tierra donde apoyar la cabeza.

Empecé a trabajar en aquel prado, aconsejaba, predicaba, confesaba; pero veía que mi esfuerzo resultaba inútil para la mayoría, si no se encontraba un sitio cercado y con locales donde recogerlos y donde albergar a algunos totalmente abandonados por sus padres, desechados y despreciados por todo el mundo. Entonces aquella Señora me llevó un poco más hacia allá, hacia el norte, y me dijo:

- ¡Mira!

Y vi una iglesia pequeña y baja, un patio chiquito y muchos jóvenes. Reemprendí mi labor. Pero, resultando ya estrecha esa iglesia, recurrí de nuevo a Ella, y me mostró otra iglesia bastante más grande y con una casa al lado. Me llevó después un poco más allá, hasta un trozo de terreno cultivado, casi frente a la fachada de la segunda iglesia. Y añadió:

- En este lugar, donde los gloriosos mártires de Turín Adventor y Octavio sufrieron su martirio, sobre esta tierra bañada y santificada con su sangre, quiero que Dios sea honrado de modo especialísimo.

Y así diciendo, adelantó un pie hasta ponerlo en el punto exacto donde tuvo lugar el martirio. Y me lo indicó con precisión. Quería yo poner una señal para encontrarlo cuando volviese por allí, pero no encontré nada: ni un palito, ni una piedra; con todo, lo fijé en la memoria con toda exactitud. Corresponde exactamente al ángulo interior de la capilla de los Santos Mártires, antes llamada de Santa Ana, del lado del Evangelio de la iglesia de María Auxiliadora.

 

 

Adventor, Santo Mártir, 20 Noviembre  

Adventor, Santo

Este joven, juntamente con Solutor y Octavio (Octaviano), se celebran hoy en la iglesia de Turín, Italia.

Eran soldados de la Legión Tebea. Combatían valientemente durante el imperio que mandaba por aquel tiempo Maximiano.

Eran valientes en la lucha y valientes en confesar su fe en Cristo el Señor.

El clima y el ambiente no les eran propicios. Ya habían visto con sus propios ojos morir a muchos cristianos.

No hay datos exactos de cómo murieron. Sin embargo, a personas de tanto brillo militar y de tanta fama entre los creyentes, fue fácil componerles un teatro o "Pasión" entre los años 432-450.

Ellos murieron como mártires en el siglo III, es decir cuando las persecuciones arreciaron como nunca.

La "Pasión" narraba que lograron escapar de la masacre de Agaunum.

Su fuga no pasó desapercibida. La policía militar los cogió en seguida. Los llevaron presos a Turín.
También se escaparon de la prisión. Empezaron a caminar por lugares inhóspitos. Y ya esta vez, fueron enviados a la muerte por su fe en Dios único y verdadero.

Los turineses le levantaron pronto un templo en su honor. Este templo se convertiría más tarde, por mandato del obispo Gezone, en un monasterio benedictino.

Cuando los franceses ordenaron la demolición del monasterio en 1536, los tres cuerpos fueron llevados a la Consolata y finalmente a la iglesia de los mártires, en la que están hoy en día.

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María Fortunata Viti, Beata Monja, 20 de noviembre  

María Fortunata Viti, Beata

Noviembre 20

 


Etimológicamente significa " princesa de las aguas", en lengua siria; "espejo", en lengua hebrea.

Jeremías dice: "Mis designios sobre vosotros, dice el Señor, son designios de paz y no de desgracia, de daros un porvenir y una esperanza".

Fue una monja del siglo XX.

La llevó a los altares el Papa Pablo VI. La santidad de María Fortunata Viti no tiene nada de clamoroso.

Su santidad parece anacrónica, fuera de nuestro tiempo. Vivió casi cien años dedicada a sus trabajos diarios.

Había nacido en 1827 y le pusieron por nombre Ana Felisa. Su padre lo dilapidó todo en vino y en juego.

Murió su madre cuando tenía 14 años, y ella tuvo que hacer frente a las tareas de la casa con sus hermanos.

A los 24 años pudo pensar en sí misma y se hizo monja benedictina en Veroli,
Era iletrada y su trabajo fue el trabajo manual. Todo lo hacía con gusto, con penitencia y con la oración.

Decía frecuentemente: " Quiero hacerme santa".

Y lo alcanzó gracias a su supo ser fiel a su regla y a su piedad y al trabajo continuo.

Llevó a cabo todos los designios que Dios le dictaba a su delicada conciencia.

Tuvo esperanza en todo lo que se propuso. Y, de esta manera, todo le salió bien a pesar de todo cuanto tuvo que sufrir.

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Bernardo de Hildesheim, Santo Obispo, 20 Noviembre  

Bernardo de Hildesheim, Santo

Miembro de una noble familia sajona, nieto de Athelberto, conde de Sajonia.

Huérfano a temprana edad fue a vivir con su tío, el obispo de Utrecht. Siguió sus estudios en la escuela de la catedral de Hildesheim y luego en Mainz.

Luego de ser ordenado en Mainz fue designado como capellán imperial y tutor de quien llegaría a ser el emperador Otto III.

Obispo de Hildesheim desde el 993 hasta el 1020, alentó las artes, encargando pinturas y esculturas religiosas, reconstruyendo los edificios existentes y construyendo otros nuevos.

Mandó hacer ornamentos para los altares realizados a mano en oro y plata. Por todo esto es el patrono de las artes de la cosntrucción: arquitectura, orfebrería, pintura y escultura.

Su período se caracterizó por la paz, y alrededor del año 1020 se retiró a un convento Benedictino para pasar sus últimos días en oración.

En la iconografía se lo representa con su vestimenta de obispo haciendo un caliz o una cruz con un martillo de orfebre, y rodeado de herramientas.

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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Edmundo, Santo Mártir, 20 Noviembre  

Edmundo, Santo

Mártir
Noviembre 20

 


Offa es rey de Estanglia. Un buen día decide pasar el último tramo de su vida haciendo penitencia y dedicándose a la oración en Roma. Renuncia a su corona a favor de Edmundo que a sus catorce años es coronado rey, siguiendo la costumbre de la época, por Huberto, obispo de Elman, el día de la Navidad del año 855.

Pronto da muestras de una sensatez que no procede sólo de la edad. Es modelo de los buenos príncipes. No es amigo de lisonjas; prefiere el conocimiento directo de los asuntos a las proposiciones de los consejeros; ama y busca la paz para su pueblo; se muestra imparcial y recto en la administración de la justicia; tiene en cuenta los valores religiosos de su pueblo y destaca por el apoyo que da a las viudas, huérfanos y necesitados.

Reina así hasta que llegan dificultades especiales con el desembarco de los piratas daneses capitaneados por los hermanos Hingaro y Hubba que siembran pánico y destrucción a su paso. Además, tienen los invasores una aversión diabólica a todo nombre cristiano; con rabia y crueldad saquean, destruyen y entran al pillaje en monasterios, templos o iglesias que encuentran pasando a cuchillo a monjes, sacerdotes y religiosas. Una muestra es el saqueo del monasterio de Coldinghan, donde la abadesa santa Ebba fue degollada con todas sus monjas.

Edmundo reúne como puede un pequeño ejército para hacer frente a tanta destrucción pero no quiere pérdidas de vidas inútiles de sus súbditos ni desea provocar la condenación de sus enemigos muertos en la batalla. Prefiere esconderse hasta que, descubierto, rechaza las condiciones de rendición por atentar contra la religión y contra el bien de su gente. No acepta las estipulaciones porque nunca compraría su reino a costa de ofender a Dios. Entonces es azotado, asaeteado como otro
san Sebastián, hasta que su cuerpo parece un erizo y, por último, le cortan la cabeza que arrojan entre las matas del bosque.

Sus súbditos buscaron la cabeza para enterrarla con su cuerpo, pero no la encuentran hasta que escuchan una voz que dice: "Here", es decir, "aquí".

Este piadosísimo relato tardío colmado de adornos literarios en torno a la figura del que fue el último rey de Estanglia exaltan, realzan y elevan la figura de Edmundo hasta considerarlo mártir que, por otra parte, llegó a ser muy popular en la Inglaterra medieval. Sus reliquias se conservaron en Bury Saint Edmunds, en West Sufflok, donde en el año 1020 se fundó una gran abadía.

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Gregorio del Decapolita, Santo Monje, 20 Noviembre  

Gregorio del Decapolita, Santo

Nació en el año 762 en Irenopoli, murió en Constantinopla en 862.

Abrazó la vida monástica y después la de anacoreta.

Más tarde, peregrinando, se detuvo bastante tiempo en Tesalónica, y finalmente se afincó en Constantinopla, donde, luchando fuertemente en defensa de las imágenes sagradas, entregó su alma al Señor (s. IX).

Sus reliquias son beneradas hoy en tierra romana.

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Fuente: EnAccionDigital.com
Milagros Ortells Gimeno, Beata Virgen y Mártir, 20 Noviembre  

Milagros Ortells Gimeno, Beata

Nació en el seno de una familia profundamente cristiana, un 28 de noviembre de 1882, siendo bautizada en la Parroquia Santa Catalina de la ciudad del Turía.

Milagro siempre se distinguió por su piedad y su sencillez. Era de carácter sensible, alegre, jovial y muy querida y valorada por todos cuantos la conocieron. No le gustaban las vanidades, ni fue mujer de guardar las apariencias. Se dice de ella que a pesar de pertenecer a una clase social acomodada, pues sus padres eran los dueños de una importante tienda y fábrica de abanicos de la calle de Zaragoza, entonces núcleo comercial por excelencia, nunca consintió llevar sombrero, sino mantilla, ni sentarse en silla en la Iglesia, sino en el suelo, como los más humildes. Buscaba además la compañía de las niñas de clase más humilde.

A los diecinueve años manifestó su voluntad de ingresar en un convento, y su madre la invitó a hacerlo en las religiosas Reparadoras, pero ella prefirió el convento de Capuchinas de Santa Clara, lo cual llevó a cabo, un 9 de octubre de 1902, profesando como hermana de coro.

Entre los servicios que prestó a la comunidad se encuentran los de enfermera, refitolera (encargada de comedor), sacristana, consejera de la abadesa y en sus últimos tiempos el de maestra de novicias. Todos los testigos señalan en ella virtudes como el de la prudencia, el espíritu de mortificación, su profundo y sentido amor a la Virgen y a la Eucaristía, su observancia fiel a la regla capuchina.

Durante la República, ya antes de la guerra, se vio obligada a abandonar el convento en dos ocasiones, pero no sufrió mayores molestias que los sobresaltos.

El viernes día 20 de Noviembre de 1936, al atardecer, Milagros, su hermana María y 15 Hermanas de la Doctrina Cristiana, fueron obligadas a subir a un vehículo, al que accedieron a empellones y con dificultad, y que les condujo al picadero de Paterna. Allí algunas de ellas fueron torturadas, sufriendo mutilaciones y vejaciones durante muchas horas, para lo cual fueron utilizados instrumentos metálicos de los utilizados con los caballos. Un estudio elaborado en la "Unitat Docent de Medicina legal de la Facultat de Medicina de la Universitat de Valencia" en base a la fotografía del cadáver de sor Milagro describe perfectamente el terrible martirio al que fue sometida esta monja.

Esa misma noche fueron fusiladas y sus cadáveres depositadas en el cementerio de Valencia donde serían fotografiadas y enterradas en cajas de madera.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Ambrosio Traversari, Beato Monje Camaldulense, 20 Noviembre  

Ambrosio Traversari, Beato

El Beato Ambrosio fue un teólogo y escritor italiano, nacido en Pórtico, cerca de Florencia el 16 de septiembre de 1386; murió el 21 de octubre de 1439.

Su nombre era Ambrosio Traversari. Entró en la Orden de Camaldoli a la edad de catorce años y se convirtió en su Director General en el 1431.

Conocía el Griego al igual que el Latín. Estos dotes y su familiaridad con los asuntos de la Iglesia hicieron que Eugenio IV le llevará al Concilio de Basle, donde Ambrosio fuertemente defendió la primacía del pontífice romano y ordenó al Concilio a no partir la túnica sin costura de Cristo.

Fue posteriormente enviado por el Papa al Emperador Sigismundo a pedir su ayuda en los esfuerzos del Pontífice para terminar el Concilio que por cinco años había estancado las prerrogativas papales. El Papa transfirió el Concilio de Basle a Ferrara el 18 de Septiembre de 1437.

En este Concilio y posteriores en Florencia, Ambrosio por sus esfuerzos y caridad hacia los pobres Obispos Griegos, ayudó grandemente en lograr una unión de las dos Iglesias, decreto el cual el 6 de Julio de 1439 él fue llamado a redactar. Murió poco después. Sus obras son; un tratado sobre la Santa Eucaristía, uno sobre la Procesión del Espíritu Santo, muchas de las vidas de los santos y una crónica de su generalazgo de los Camaldolitas.

Tradujo del griego al latín la vida de Crisóstomo (Venecia, 1533); la Sabiduría Espiritual de Juan Mosco; la Escalera del Paraíso de San Juan Clímaco (Venecia, 1531), P.G., LXXXVIII. También tradujo libros contra los errores de los Griegos por Manuel Kalekas, Patriarca de Constantinopla, un monje Dominico (Inglostadt, 1608), P.G., CLII, col. 13-661, una obra conocida solamente por la traducción de Ambrosio.

Tradujo también muchas homilías de San Juan Crisóstomo; el tratado de pseudo Denis el Areopagita sobre la jerarquía celestial; el tratado de San Basilio sobre la virginidad; treinta y nueve discursos de San Efrén el Sirio y muchas otras obras de los Padres y escritores de la Iglesia Griega.

 

Fuente: ACI Prensa
Felix de Valois, Santo Trinitario, Noviembre 4  

Felix de Valois, Santo

Fundador

Martirologio Romano: En Cerfroid, en el territorio de Meaux, en Francia, san Félix de Valois, que, después de una larga vida de solitario, se le considera compañero de san Juan de Mata en la fundación de la Orden de la Santísima Trinidad, para la redención de los cautivos (1212).

Etimología: Felix = Aquel que es feliz. De la lengua latina.


Algunos escritos de la "Orden de la Santísima Trinidad", afirman que San Félix llevaba el apellido de Valois porque pertenecía a la familia real de Francia, pero en realidad el nombre proviene de la provincia de Valois donde habitó originalmente.

Según se dice, vivió como ermitaño en el bosque de Gandelu, en la diócesis de Soissons, en un pueblo llamado Cerfroid. Tenía el propósito de pasar su vida en la oscuridad pero Dios lo dispuso de otro modo.

En efecto, San Juan de Mata, discípulo de San Félix, le propuso que fundase una orden para el rescate de los cautivos. Aunque el santo tenía ya setenta años, se ofreció a hacer y sufrir cuanto Dios quisiera por un fin tan noble. Así, los dos santos partieron juntos a Roma en el invierno de 1197 para solicitar la aprobación de la Santa Sede.

San Félix propaga la orden en Italia y Francia. En París fundó el convento de San Maturino y cuando San Juan volvió a Roma, San Félix a pesar de su avanzada edad, administró la provinica francesa y la casa madre de la orden en Cerfroid. Ahí murió a los ochenta y seis años de edad en 1212.

Según la tradición de los trinitarios, los dos santos fueron canonizados por el Papa Urbano IV en 1262. Alejandro VII confirmó el culto de los dos fundadores en 1666.

El 4 de noviembre recordamos su ingreso al Reino, y el 20 del mismo mes se celebra su fiesta litúrgica.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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