JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 17, 20-25
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús:
"¿Cuándo llegará el Reino de Dios?"
Jesús les respondió:
"El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se podrá decir: "Esta aquí", o "Está allá", porque
el Reino de Dios ya está entre ustedes".
Les dijo entonces a sus discípulos:
"Llegará un tiempo en que ustedes desearán disfrutar siquiera un solo día de la presencia del
Hijo del hombre, y no podrán. Entonces les dirán: "Está aquí", o "Está allá", pero no vayan
corriendo a ver, pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así
será la venida del Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser
rechazado por los hombres de esta generación".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
jue 32a. Ordinario año impar
Antífona de Entrada
Vi al Señor sentado en un trono excelso; lo adoraban una multitud de ángeles que cantaban a una sola voz: "Este es Aquél cuyo poder permanece eternamente".
Oración Colecta
Oremos:
Escucha, Señor, con bondad las súplicas de tu pueblo, y concédenos luz para conocer tu
voluntad y fortaleza para cumplirla.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
La sabiduría es un reflejo de la luz eterna, un espejo inmaculado de la actividad de Dios
Lectura del libro de la Sabiduría 7, 22-30; 8, 1
La sabiduría es un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, ágil, penetrante, inmaculado,
lúcido, invulnerable, amante del bien, agudo, libre, bienhechor, amigo del hombre, amable, firme,
seguro, sereno, que todo lo puede y todo lo ve, que penetra en todos los espíritus: los
inteligentes, los puros y los más sutiles.
La sabiduría es más ágil que cualquier movimiento y, por ser inmaterial, lo atraviesa y lo penetra
todo. La sabiduría es un resplandor del poder de Dios, una emanación purísima de la gloria del
omnipotente; por eso, nada sucio la puede contaminar. Es un reflejo de la luz eterna, un espejo
inmaculado de la actividad de Dios y una imagen de su bondad.
Ella sola lo puede todo; sin cambiar en nada, todo lo renueva; entra en las almas de los buenos
de cada generación, hace de ellos amigos de Dios y profetas, porque Dios ama sólo a quienes
conviven con la sabiduría.
La sabiduría es más brillante que el sol y que todas las estrellas; comparada con la luz del día, la
sabiduría sale ganando, porque al día lo vence la noche, pero contra la sabiduría la maldad no
puede nada. Ella se extiende poderosa de un extremo al otro del mundo, y con suavidad
gobierna todo el universo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 118
Enséñanos, Señor, tus leyes.
Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo. Tu fidelidad permanece de generación en generación, como la tierra que tú cimentaste.
Enséñanos, Señor, tus leyes.
Todo subsiste hasta hoy por orden tuya y todo está a tu servicio. La explicación de tu palabra da luz y entendimiento a los humildes.
Enséñanos, Señor, tus leyes.
Mira benignamente a tu siervo y enséñame a cumplir tus mandamientos; que sólo viva yo, Señor, para alabarte y que tu ley me ayude.
Enséñanos, Señor, tus leyes.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo soy la vid y ustedes las ramas; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.
Aleluya.
Evangelio
El Reino de Dios ya está entre ustedes
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 17, 20-25
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús:
"¿Cuándo llegará el Reino de Dios?"
Jesús les respondió:
"El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se podrá decir: "Esta aquí", o "Está allá", porque
el Reino de Dios ya está entre ustedes".
Les dijo entonces a sus discípulos:
"Llegará un tiempo en que ustedes desearán disfrutar siquiera un solo día de la presencia del
Hijo del hombre, y no podrán. Entonces les dirán: "Está aquí", o "Está allá", pero no vayan
corriendo a ver, pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así
será la venida del Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser
rechazado por los hombres de esta generación".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte, y, por sus méritos, escucha nuestras filiales
oraciones y santifica toda nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El universo, restaurado en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo
lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. Siendo
él de condición divina, se despojó de su rango, y por su sangre derramada en la cruz puso en
paz todas las cosas; y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para
cuantos creen en él.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de
tu gloria:
Antífona de la Comunión
Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia, dice el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
A quienes has alimentado con tus sacramentos, concédeles, Dios todopoderoso, servirte con
una vida que te sea agradable.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
32ª semana. Jueves
COMO CIUDAD AMURALLADA
— La caridad vivida entre los primeros cristianos.
— Fortaleza que otorga la caridad.
— Virtudes anejas a la caridad.
I. Una de las lecturas para la Misa de hoy nos propone la Epístola a Filemón, la más breve de las que escribió San Pablo, y una de las más entrañables. Es una Carta familiar enviada a un cristiano de Colosas acerca de un esclavo, Onésimo, huido de la casa de aquel y convertido a la fe en Roma por el celo del Apóstol. Es una muestra más, por otra parte, del espíritu universal del cristianismo primitivo, que acogía en su seno a personas pudientes, como Filemón, o a esclavos, como Onésimo. Así lo resalta San Juan Crisóstomo: "Aquila ejercía su profesión manual; la vendedora de púrpura, al frente de un taller; otro era guardia de una cárcel; otro centurión, como Cornelio; otro enfermo, como Timoteo; otro, Onésimo, era esclavo y fugitivo; y sin embargo nada de eso fue obstáculo para ninguno, y todos brillaron por su santidad: hombres y mujeres, jóvenes y viejos, esclavos y libres, soldados y paisanos"1.
Es posible que en un principio pensara San Pablo retener a Onésimo en Roma a fin de que le ayudara2, pero pronto cambió de parecer y decidió devolverlo a Filemón, a quien le escribe para que le acoja como a hermano en la fe. El tono que emplea el Apóstol no es de mandato, aunque podría haberlo hecho dada su autoridad, sino de súplica humilde en nombre de la caridad. La súplica revela el gran corazón de Pablo: yo, este Pablo ya anciano, y ahora prisionero de Cristo Jesús, te suplico en favor de mi hijo Onésimo, a quien engendré entre cadenas, en otro tiempo inútil para ti, pero ahora útil para ti y para mí, a quien te devuelvo como si fuera mi corazón. Yo quisiera retenerlo para que me sirviera en tu lugar, mientras estoy entre cadenas por el Evangelio3.
Si en otro tiempo el esclavo fue inútil para su amo, pues se fugó, ahora será útil. El juego de palabras hace referencia al nombre de Onésimo (= útil), como si quisiera decir que, si es verdad que antes no hizo honor a su nombre, ahora sí; más aún, no solo se vuelve provechoso para el Apóstol, sino también para el propio Filemón, que ha de recibirle por ello como si se tratara del mismo Pablo en persona: si me tienes como hermano en la fe -le dice-, acógelo como si fuera yo mismo4. "Ved a Pablo escribiendo a favor de Onésimo, un esclavo fugitivo –dice San Juan Crisóstomo–: no se avergüenza de llamarlo hijo suyo, sus propias entrañas, su hermano, su bienamado. ¿Qué diría yo? Jesucristo se abajó hasta tomar a nuestros esclavos por hermanos suyos. Si son hermanos de Jesucristo, también lo son nuestros"5. En aquella época, bien conocida por la poca consideración, a veces ninguna, que se tenía hacia los esclavos, es donde alcanzan toda su fuerza estas palabras, y donde se vivió la caridad de tal manera que se explica que los primeros cristianos asombraran al mundo. Si esto hicieron los primeros cristianos, siguiendo el mandato de Jesús, ¿vamos nosotros a excluir de nuestro trato, de nuestra amistad a alguno por razones sociales, de raza, de educación...?
Con buen humor y con un gran afecto, le dice el Apóstol a Filemón: Si en algo te perjudicó o te debe algo, cárgalo a mi cuenta. Yo, Pablo, lo he escrito de mi puño y letra. Y añade: yo te lo pagaré, por no decirte que tú mismo te me debes. Le recuerda que si fueran a echar cuentas de verdad, el Apóstol saldría ganando, ya que Filemón debe a Pablo lo más preciado que tiene: su condición de cristiano.
Nosotros hemos de aprender de aquellos primeros cristianos a vivir la caridad con la hondura con que ellos la llevaron a la práctica, muy especialmente con nuestros hermanos en la fe –este debe ser nuestro primer apostolado– para que perseveren en ella, y con quienes se encuentran lejos de Cristo, para que a través de nuestro aprecio se acerquen a Él y le sigan.
II. Frater qui adiuvatur a fratre quasi civitas firma6. El hermano ayudado por su hermano es fuerte como una ciudad amurallada, leemos en el Libro de los Proverbios. En aquellos primeros tiempos, donde tantas dificultades externas encontraban quienes abrazaban la fe, la fraternidad era la mejor defensa contra todos los enemigos. Verdaderamente, la caridad bien vivida nos hace fuertes y seguros como una ciudad amurallada, como una plaza fuerte inexpugnable a todos los ataques. Las recomendaciones de vivir con delicadeza extrema el mandato del Señor son muy abundantes: Llevad los unos las cargas de los otros, y así cumpliréis la ley de Cristo7, exhorta San Pablo a los Gálatas. Nuestra disposición ante los demás cuando los vemos agobiados, con una sobrecarga de trabajo, de dificultades, ha de ser siempre la de ayudar a sobrellevar esos fardos, muchas veces tan pesados. "Carga sobre ti –aconsejaba San Ignacio de Antioquía a su discípulo San Policarpo–, como perfecto atleta de Cristo, las enfermedades de todos"8.
Es esta una responsabilidad de todos los cristianos. Cada uno ha de estar atento siempre ante el bien de los demás, y muy especialmente de aquellos que, por diferentes razones, el Señor nos ha encomendado. "Estos son tus siervos, mis hermanos –escribe San Agustín–, que tú quisiste que fuesen hijos tuyos, señores míos, y a quienes me mandaste que sirviese si quería vivir contigo de ti"9. La preocupación por ayudar a los demás nos sacará de nosotros mismos y ensanchará nuestro corazón. Ni la falta de tiempo, ni el exceso de ocupaciones, ni el temor a complicarnos la vida, podrán justificar las omisiones en esta virtud. Consistirá frecuentemente en preocuparnos por su salud, por su descanso, por su alegría, y sobre todo por su fe. Los enfermos merecen una atención particular: compañía, interés verdadero por su curación, facilitarles el que ofrezcan al Señor su dolor y santifiquen la enfermedad, ayudarles a rezar según sus posibilidades...
La caridad bien vivida nos otorga una gran fortaleza ante obstáculos a veces semejantes a los que encontraron los primeros cristianos. Hemos de llegar hasta Dios bien unidos en la fe, guardándonos unos a otros, sin dejar que nadie sienta la dureza de la soledad en momentos más difíciles, por los que todos podemos pasar, "pues si una ciudad se defiende, y se ciñe de fuertes muros, y se protege por todas partes con una atenta vigilancia, pero un solo agujero queda sin defender por negligencia, por allí sin duda entrará el enemigo"10. No le dejemos entrar.
Con la ayuda de los demás seremos ciudad amurallada, plaza fuerte11, y llegaremos a donde solos no podemos, resistiremos más y mejor las dificultades que se presentan en el camino hacia Dios, pues –como dice la Escritura– la cuerda de tres hilos es difícil de romper12. La caridad es nuestra fortaleza. ""Frater qui adjuvatur a fratre quasi civitas firma" —El hermano ayudado por su hermano es tan fuerte como una ciudad amurallada,
"—Piensa un rato y decídete a vivir la fraternidad que siempre te recomiendo"13.
III. San Pablo no llegó a pedir directamente a Filemón la libertad de Onésimo, pero le insinúa con gran finura que se la conceda, sin quitarle mérito a su libre decisión. Le hace notar la generosidad que tuvo con él, para que tenga el mismo corazón para su esclavo, ahora su hermano en la fe. Termina diciéndole: Sé que harás aún más de lo que te digo. "Es la repetición del mismo testimonio que le había expresado al principio de su carta –comenta San Juan Crisóstomo–: Sabiendo que harás aún más de lo que te digo. Imposible imaginar nada más persuasivo; ninguna otra razón más convincente que esta tierna estima de la generosidad que Pablo le manifiesta, de modo que Filemón no podría resistir más a esta demanda"14. Es la delicadeza del que sabe pedir apoyado en una entrañable amistad que tiene como último fundamento la fe en Cristo.
La caridad lleva consigo una serie de virtudes anejas que son a la vez su apoyo y su defensa. Estas virtudes, a través de las cuales se manifiesta la misma caridad, son la lealtad, la gratitud, el respeto mutuo, la amistad, la deferencia, la afabilidad, la delicadeza en el trato... Vivir bien el Mandamiento del Señor nos exigirá muchas veces dominar nuestro estado de ánimo, fomentar la cordialidad, el buen humor, la serenidad, el optimismo. Por el contrario, los tonos desabridos e intemperantes, las faltas de educación, las impaciencias, el fijarse excesivamente en las deficiencias de los demás, los juicios negativos sobre otros, el descuido en el lenguaje... suelen revelar ausencia de finura interior, de vida sobrenatural, de unión con Dios.
San Juan nos ha dejado este resumen de lo que debe ser nuestra vida: En esto hemos conocido el amor, en que Él dio su vida por nosotros, y nosotros debemos dar la nuestra por nuestros hermanos15. Este entregar la vida por los demás ha de ser día a día, en medio del trabajo, en el hogar, con los amigos, con las personas con las que nos relacionamos. Así cumplimos el Mandamiento del Señor: que os améis unos a otros; como Yo os he amado, así también amaos mutuamente. En esto conocerán todos que sois mis discípulos: Si tenéis caridad unos para con otros16. Mediante este mandamiento, "Jesús ha diferenciado a los cristianos de todos los siglos de los demás hombres que todavía no han entrado en su Iglesia. Si nosotros, los cristianos, no manifestamos esta característica, terminaremos por confundir al mundo, perdiendo el honor de ser tenidos por hijos de Dios.
"En tal caso –como necios– no aprovechamos el arma tal vez más fuerte para dar testimonio de Dios en nuestro ambiente, congelado por el ateísmo paganizante, indiferente y supersticioso.
"Que el mundo pueda contemplar atónito un espectáculo de concordia fraterna y diga de nosotros –como de los que gloriosamente nos precedieron–: ¡Mirad cómo se aman!"17.
1 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, 43. — 2 Cfr. Fil 13-14. — 3 Fil 9-13. — 4 Cfr. Sagrada Biblia, Epístolas de la cautividad, EUNSA, Pamplona 1986, vol. VIII, nota a Fil 6. — 5 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre la Epístola a Filemón, 2, 15-16. — 6 Prov 18, 19. — 7 Gal 6, 2. — 8 San Ignacio de Antioquía, Epístola a San Policarpo, 1, 3, — 9 San Agustín, Confesiones, 10, 4, 6. — 10 San Gregorio Magno, Moralia, 19, 21, 33. — 11 Cfr. Liturgia de las Horas, Domingo IV de Cuaresma. Preces de las II Vísperas. — 12 Eclo 4, 12. — 13 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 460. — 14 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre la Epístola a Filemón, 21. — 15 1 Jn 3, 16. — 16 Jn 13, 34-35. — 17 Ch. Lubich, Meditaciones, p. 46.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San José Pignatelli
Restaurador de los Jesuitas
Año 1811
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Fuente: E W T N
Lorenzo O´Toole, Santo Arzobispo de Dublín, 14 Noviembre
San Lorenzo nació en Irlanda hacia el año 1128, de la familia O'Toole que era dueña de uno de los más importantes castillos de esa época. |
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Serapio de Algeria (Serapión), Santo Mártir, 14 de noviembre
Etimológicamente significa "perteneciente a la divinidad de Serapis" Viene de la lengua griega. |
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Esteban Teodoro Cuenot, Santo Obispo y Mártir, 14 de noviembre
Noviembre 14 Etimológicamente significa "coronado". Viene de la lengua griega. |
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Fuente: Franciscanos.net
Nicolás Tavelic y compañeros mártires, Santos Mártires Franciscanos, 14 de Noviembre
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Juan Liccio (Licci), Beato Dominico, 14 de Noviembre
Nació en 1400, en Cáccamo, Sicilia, en el seno de una familia de pobres labradores. Su madre murió en el alumbramiento. Desde entonces y durante sus 111 años de vida, estuvo plagada de hechos milagrosos. |
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Fuente: Vatican.va
María Luisa Merkert, Beata Cofundadora, 14 de noviembre
Cofundadora de la Congregación |
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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