JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 15-24
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, uno de los que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo:
"¡Dichoso aquél que participe en el banquete del Reino de Dios!"
Entonces Jesús le dijo:
"Un hombre preparó un gran banquete y convidó a muchas personas; cuando llegó la hora del
banquete mandó un criado suyo a avisarles a los invitados que vinieran, porque ya todo estaba
listo. Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse. Uno le dijo:
"Compré un terreno y necesito ir a verlo; te ruego que me disculpesÞ.
Otro le dijo:
"Compré cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego que me disculpesÞ.
Y otro más le dijo:
"Acabo de casarme y por eso no puedo irÞ.
Volvió el criado y le contó todo al amo. Entonces éste
se enojó y le dijo al criado:
"Sal corriendo a las plazas y a las calles de la ciudad y trae a mi casa a los pobres, a los lisiados,
a los ciegos y a los cojosÞ.
Cuando regresó el criado, le dijo:
ÞSeñor, hice lo que ordenaste y todavía hay lugarÞ.
Entonces el amo respondió:
ÞSal a los caminos y a las veredas; insísteles a todos para que vengan y se llene mi casa.
Yo les aseguro que ninguno de los primeros invitados participará de mi banquete'Þ".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
mar 31a. Ordinario año impar
Antífona de Entrada
Vi al Señor sentado en un trono excelso; lo adoraban una multitud de ángeles que cantaban a una sola voz: "Este es aquél cuyo poder permanece eternamente".
Oración colecta
Escucha, Señor, con bondad, las súplicas de tu pueblo, y concédenos luz para conocer tu
voluntad y fortaleza para cumplirla.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Todos y cada uno somos miembros los unos de los otros
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 12, 5-16a
Hermanos: Todos nosotros, aun siendo muchos, formamos un solo cuerpo unidos a Cristo, y
todos y cada uno somos miembros los unos de los otros. Pero tenemos dones diferentes, según
la gracia concedida a cada uno.
El que tenga el don de profecía, que lo ejerza de acuerdo con la fe; el que tenga el don de
servicio, que se dedique a servir; el que enseña, que se consagre a enseñar; el que exhorta,
que se entregue a exhortar. El que da, hágalo con sencillez; el que preside, presida con solicitud;
el que atiende a los necesitados, hágalo con alegría.
Que el amor de ustedes sea sincero; aborrezcan el mal y practiquen el bien. Ámense
cordialmente los unos a los otros, como buenos hermanos; que cada uno estime a los otros más
que a sí mismo. En el cumplimiento de su deber, no sean negligentes y mantengan un espíritu
fervoroso al servicio del Señor. Que la esperanza los mantenga alegres, sean constantes en la
tribulación y perseverantes en la oración; ayuden a los hermanos en sus necesidades y
esmérense en la hospitalidad.
Bendigan a los que los persiguen; bendíganlos, no los maldigan. Alégrense con los que se
alegran; lloren con los que lloran. Que reine la concordia entre ustedes. No sean, pues, altivos;
más bien pónganse al nivel de los humildes.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 130
Dame, Señor, la paz junto a ti.
Señor, mi corazón no es ambicioso ni mis ojos soberbios; grandezas que superen mis alcances no pretendo.
Dame, Señor, la paz junto a ti.
Estoy, Señor, por lo contrario, tranquilo y en silencio; como niño recién amamantado en los brazos maternos.
Dame, Señor, la paz junto a ti.
Que igual en el Señor esperen los hijos de Israel ahora y siempre.
Dame, Señor, la paz junto a ti.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga y yo los aliviaré, dice el
Señor.
Aleluya.
Evangelio
Sal a los caminos y a las veredas; insísteles a todos para que vengan y se llene mi casa
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 15-24
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, uno de los que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo:
"¡Dichoso aquél que participe en el banquete del Reino de Dios!"
Entonces Jesús le dijo:
"Un hombre preparó un gran banquete y convidó a muchas personas; cuando llegó la hora del
banquete mandó un criado suyo a avisarles a los invitados que vinieran, porque ya todo estaba
listo. Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse. Uno le dijo:
"Compré un terreno y necesito ir a verlo; te ruego que me disculpesÞ.
Otro le dijo:
"Compré cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego que me disculpesÞ.
Y otro más le dijo:
"Acabo de casarme y por eso no puedo irÞ.
Volvió el criado y le contó todo al amo. Entonces éste
se enojó y le dijo al criado:
"Sal corriendo a las plazas y a las calles de la ciudad y trae a mi casa a los pobres, a los lisiados,
a los ciegos y a los cojosÞ.
Cuando regresó el criado, le dijo:
ÞSeñor, hice lo que ordenaste y todavía hay lugarÞ.
Entonces el amo respondió:
ÞSal a los caminos y a las veredas; insísteles a todos para que vengan y se llene mi casa.
Yo les aseguro que ninguno de los primeros invitados participará de mi banquete'Þ".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte, y, por sus méritos, escucha nuestras filiales
oraciones y santifica toda nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La salvación por Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo
lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu
misericordia, por Cristo nuestro Señor.
Por Él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en
común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:
Antífona de la comunión
Señor, en ti está la fuente de la vida, y tu luz nos hace ver la luz.
Oración después de la comunión
A quienes has alimentado con tus sacramentos, concédeles, Dios Todopoderoso, servirte con
una vida que te sea agradable.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
31ª semana. Martes
SOLIDARIDAD CRISTIANA
— Miembros de un mismo Cuerpo.
— La unión en la caridad.
— La unión en la fe. Apostolado.
I. El Señor ha querido asociarnos a Él con los más apretados lazos, con nudos tan estrechos como aquellos que atan a los miembros de un cuerpo vivo. San Pablo nos enseña en una de las lecturas de la Misa1 que siendo muchos formamos un solo cuerpo en Cristo, siendo todos miembros los unos de los otros. Cada cristiano, conservando su propia vida, está insertado en la Iglesia con vínculos vitales muy íntimos. El Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia, es algo inmensamente más trabado y compacto que un cuerpo moral, algo más sólido que cualquier grupo humano. La misma Vida, la Vida de Cristo, corre por todo el Cuerpo, y mucho dependemos unos de otros. El más pequeño dolor lo acusa el ser entero, y todo el cuerpo trabaja en la reparación de cualquier herida. "Volvemos a encontrar en las palabras de Pablo el eco fiel de las enseñanzas del mismo Jesús, que nos ha revelado la misteriosa unidad de sus discípulos con Él y entre sí, presentándola como imagen y prolongación de aquella arcana comunión que liga el Padre al Hijo y el Hijo al Padre en el vínculo amoroso del Espíritu (cfr. Jn 17, 21). Es la misma unidad de la que habla Jesús con la imagen de la vid y de los sarmientos: Yo soy la vid, vosotros los sarmientos (Jn 15, 5); imagen que da luz no solo para comprender la profunda intimidad de los discípulos con Jesús, sino también la comunión vital de los discípulos entre sí: todos son sarmientos de la única Vid"2.
Cada fiel cristiano, con sus obras buenas, con su empeño por estar más cerca del Señor, enriquece a toda la Iglesia, a la vez que hace suya la riqueza común. "Esta es la Comunión de los Santos que profesamos en el Credo; el bien de todos se convierte en el bien de cada uno, y el bien de cada uno se convierte en el bien de todos"3.
De una manera misteriosa pero real, con nuestra santidad personal estamos contribuyendo a la vida sobrenatural de todos los miembros de la Iglesia. El cumplimiento del deber diario, la enfermedad, la oración... son una continua fuente de méritos sobrenaturales para nuestros hermanos. "Si tú oras por todos, también la oración de todos te aprovechará a ti, pues tú formas parte del todo. De esta manera obtendrás un gran beneficio, pues la oración de cada miembro del Pueblo se enriquece con la oración de los demás"4. La meditación de esta verdad, ¿nos mueve a vivir mejor el día de hoy, con más amor, con más entrega?
II. Cada uno de nosotros hemos de sentir la responsabilidad personal de aportar –con nuestro empeño por ser mejores, con el ejercicio de las virtudes– nueva savia a los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, y a la humanidad entera. Todos los días, "cada uno sostiene a los demás y los demás le sostienen a él"5. Por eso, no son del todo exactas "esas formas de discurrir, que distinguen las virtudes personales de las virtudes sociales. No cabe virtud alguna que pueda facilitar el egoísmo; cada una redunda necesariamente en bien de nuestra alma y de las almas de los que nos rodean (...). Todos hemos de sentirnos solidarios y, en el orden de la gracia, estamos unidos por los lazos sobrenaturales de la Comunión de los Santos"6.
San Pablo, después de indicar los diversos carismas, las gracias particulares que Dios otorga para servicio de los demás, señala el gran don común a todos, que es la caridad, con la que cada día podemos sembrar tanto bien a nuestro alrededor, amándoos de corazón unos a otros con el amor fraterno, honrando cada uno a los otros más que a sí mismo; diligentes en el deber, fervorosos en el espíritu, servidores del Señor; alegres en la esperanza, pacientes en la tribulación; en la oración constantes; compartiendo las necesidades de los santos, procurando practicar la hospitalidad.
Quizá pensemos en alguna ocasión que no tenemos dotes excepcionales para ayudar a los demás, que carecemos de medios...; sin embargo, la caridad, participación en el amor de Cristo por sus hermanos, está al alcance de todos los que siguen al Maestro. Todos los días damos mucho y recibimos mucho. Nuestra vida es un intercambio continuo en lo humano y en lo sobrenatural. ¡Qué grato es al Señor cuando nosotros al ver una rotura en ese tejido finísimo que componemos los miembros de la lglesia, procuramos repararla con amor, con desagravio! ¡Cómo se alegra cuando nos ve compartir, hacer nuestras, las necesidades de los santos! No existe flaqueza ni virtud solitaria. Lo bueno y lo malo tienen efectos centuplicados en los demás. Sembramos un grano de trigo en la tierra y brota una espiga, buena o mala según la semilla que esparcimos. Si caminamos con firmeza hacia Cristo, nuestros amigos corren. Si flaqueamos, quizá ellos se detengan. "Todo lo bueno y santo que emprende un individuo –enseña el Catecismo Romano– repercute en bien de todos, y la caridad es la que permite les aproveche, pues esta virtud no busca su propio provecho"7. No dejemos de sembrar; nuestra vida es en realidad una gran siembra en la que nada se pierde. Son incontables las oportunidades de hacer el bien, de enriquecer a los hombres, de aumentar el Cuerpo Místico de Cristo. No desaprovechemos las ocasiones, no esperemos grandes momentos que quizá nunca lleguen a presentarse.
III. Al crearnos, Dios nos hizo a los hombres hermanos, necesitados unos de otros en la vida familiar y social. Y también mantuvo esta complementariedad en el plano sobrenatural. La Trinidad Beatísima ha querido salvar a los hombres a través de los hombres y propagar la fe por medio de ellos. A través del apostolado personal de los cristianos, que se encuentran en el mundo, en las situaciones más variadas (en el hogar, en una peluquería, en el comercio, en la banca, en el Parlamento...), "la irradiación del Evangelio puede hacerse extremadamente capilar, llegando a tantos lugares y ambientes como son aquellos ligados a la vida cotidiana y concreta de los laicos. Se trata, además, de una irradiación constante, pues es inseparable de la continua coherencia de la vida personal con la fe; y se configura también como una forma de apostolado particularmente incisiva, ya que al compartir plenamente las condiciones de vida y de trabajos, las dificultades y esperanzas de sus hermanos, los fieles laicos pueden llegar al corazón de sus vecinos, amigos o colegas, abriéndolo al horizonte total, al sentido pleno de la existencia humana: la comunión con Dios y entre los hombres"8. Cada miembro trabaja para el mejor rendimiento de todo el cuerpo, y encender la fe de otros, o avivarla si estaba en sus cenizas, es el mayor bien que podemos comunicar. "Ansí me acaece –escribe Santa Teresa– que, cuando en la vida de los santos leemos que convirtieron almas, mucha más devoción me hace y más ternura y más envidia que todos los martirios que padecen (por ser esta la inclinación que Dios me ha dado), pareciéndome que precia más un alma que por nuestra industria y oración le ganásemos mediante su misericordia, que todos los servicios que le podamos hacer"9.
Si con el ejemplo y la palabra acercamos a otros a Cristo, no permaneceremos indiferentes a sus necesidades corporales: ¡Tanta ignorancia, tanta miseria, tanta soledad...! El trato diario con el Señor llenará nuestro corazón, cada vez más, de misericordia y de generosidad para compartir lo mucho o lo poco que tengamos: el talento, el tiempo, los bienes materiales, la alegría... Si no está en nuestras manos remediar esos males, al menos sentirán el calor de nuestra amistad, de nuestro empeño por ayudarles. No dejaremos solos a los enfermos, a los impedidos, a quien lleva una carga superior a sus fuerzas... Aunaremos nuestros esfuerzos con otros cristianos y con los hombres de buena voluntad en orden al bien común, superando posiciones partidistas que separan y enfrentan. Así imitaremos a los primeros cristianos, que con su amor, y muchas veces con sus escasos medios materiales para ayudar a los demás, asombraron al mundo pagano porque hicieron realidad el mandato de Jesucristo: un precepto nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; como Yo os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor entre vosotros10. El amor es ingenioso y suple, cuando es preciso, la escasez de tiempo, de medios económicos, de posibilidades humanas.
1 Primera lectura. Año I. Rom 12, 5-16. — 2 Juan Pablo II, Exhort. Apost. Christifideles laici, 30-XII-1988, 12. — 3 Ibídem, 28. — 4 San Ambrosio, Tratado sobre Caín y Abel, 1. — 5 San Gregorio Magno, Homilías sobre Ezequiel, 2, 1, 5. — 6 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 76. — 7 Catecismo Romano, I, 10, n. 23. — 8 Juan Pablo II, loc. cit., 28. — 9 Santa Teresa, Libro de las Fundaciones, 1, 7. — 10 Jn 13, 34-35.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Bernard Lichtenberg, Beato Sacerdote Mártir, Noviembre 5
Sacerdote y Mártir Martirologio Romano: En la aldea de Hof, en Alemania, beato Bernardo Lichtenberg, presbítero y mártir, que al ver pisoteada la dignidad de Dios y de los hombres, no cesaba de orar en público por los judíos inhumanamente torturados y detenidos por los nazis, y por eso fue también apresado y destinado al campo de concentración de Dachau, donde, destrozado por los malos tratos pero impávido, dio su vida por Cristo (1943). |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Gomidas Keumurjian (Cosme de Carboniano), Beato Mártir, Noviembre 5
Sacerdote y Mártir Martirologio Romano: En Constantinopla, beato Gómidas Keumurgian (Cosme de Carboniano), presbítero y mártir, que, siendo padre de familia, nacido y ordenado en la Iglesia de Armenia, por mantener firmemente y propagar la fe católica profesada en el Concilio de Calcedonia, padeció enormemente y finalmente murió degollado mientras recitaba el símbolo niceno (1707). |
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Fuente: Planalfa.es
Guido Maria Conforti, Beato Obispo y Fundador, Noviembre 5
Obispo y Fundador Martirologio Romano: En Parma, de Italia, beato Guido María Conforti, obispo y buen pastor, siempre en vela por la defensa de la Iglesia y de la fe de su pueblo, el cual, movido por el anhelo de la evangelización de los pueblos, fundó la Pía Sociedad de San Francisco Javier (1931). |
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Fuente: ACI Prensa
Maria Carmela Viel Ferrando, Beata Mártir, Noviembre 5
Virgen y Mártir Martirologio Romano: En El Soler, cerca de Valencia, también en España, beata María del Carmen Viel Ferrando, virgen y mártir, que en la misma persecución llevó a cabo una lucha gloriosa (1936). |
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Fuente: Vatican.va
Gregorio (Hryhorij) Lakota, Beato Obispo y mártir, 5 de noviembre
Obispo y Mártir Martirologio Romano: En el campo de concentración de la ciudad de Abez, en la Siberia rusa, beato Gregorio Lakota, obispo de Przemysl y mártir, que al ver despreciada la fe de su patria por los perseguidores, superó los tormentos corporales muriendo intrépidamente por Cristo (1950). |
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Zacarías e Isabel, Santos Padres de Juan el Bautista, Noviembre 5
Padres de Juan el Bautista Martirologio Romano: Conmemoración de los santos Zacarías e Isabel, padres de san Juan Bautista, Precursor del Señor. Isabel, al recibir a su pariente María en su casa, llena de Espíritu Santo saludó a la Madre del Señor como bendita entre todas las mujeres, y Zacarías, sacerdote lleno de espíritu profético, ante el hijo nacido alabó a Dios redentor y predicó la próxima aparición de Cristo, Sol de Oriente, que procede de lo Alto. |
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de éste día, Noviembre 5
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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