JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san            Lucas 21, 1-4
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús          vio a unos ricos que echaban          sus donativos en las alcancías del templo; vio también a una          viuda pobre, que          echaba allí dos monedas, y dijo: 
          "Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos.          Porque éstos          dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha          dado todo lo que          tenía para vivir".
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su            oración: Esto es          gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos          un Avemaría de          corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres          de Gracia, el          Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y          bendito es el fruto          de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por          nosotros pecadores,          ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus          intenciones y          misas! 
Aclaración: una          relación muere sin comunicación y          comunidad-comunión. Con Dios es          igual: las "palabras          de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son          fuente de vida espiritual          (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es          necesario visitarse,          y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en          la Eucaristía,          que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer          la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO          (Dios) a          Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos          el daño que          hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los          Corazones de Jesús y          de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c)          agradecemos y d)          pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la          salvación del          mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no          ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película          completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación:          http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se            apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús            está aquí y lo            ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del              Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en              vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn            5,12). Si comulgamos            en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión)            con el Amor y            renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas            del Cordero            (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo            que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su            Sangre por nuestros            pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente            sin Amor: si una            novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del            Novio para            siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar.            Idolatramos aquello            que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía,            flojera). Por eso, es            pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y            fiestas (Catecismo            2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).          "Te amo,            pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso".            ¿Qué pensaríamos si            un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en            el mundo para ser felices            para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección            del amor, es            necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide            la Cátedra de            Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar            debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo,              come y bebe su propia              condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados            mortales? no            confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989),            no comulgar al            menos en tiempo pascual (920), abortar (todos            los métodos anticonceptivos            no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a            decidir, derechos            (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación            natural sin causa            grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por            iglesia, demorar en            bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón,            borrachera,            drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de            venganza, ver            pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado,            etc. Si no            ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos            sorprende la muerte            sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno            (Catecismo 1033-41;            Mt. 5,22; 10,            28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados            mortales objetivamente,            pero subjetivamente,            pueden ser menos graves,            si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes,            ya no hay            excusa.
† Misal
lun          34a. Ordinario año impar
      Antífona de entrada
      Sálvanos,              Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las naciones, para              que podamos              agradecer tu poder santo y sea nuestra gloria alabarte.
Oración            Colecta
      Oremos:
            Concédenos, Señor Dios nuestro, amarte con todo el corazón y,            con el mismo            amor, amar a nuestros prójimos. 
            Por nuestro Señor Jesucristo...
            Amén.
Primera            Lectura
      No hubo              ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías
Lectura              del libro del profeta Daniel 1, 1-6. 8-20
El año tercero del reinado            de Joaquín, rey de Judá, vino a Jerusalén Nabucodonosor, rey            de Babilonia, y la            sitió. El Señor entregó en sus manos a Joaquín, rey de Judá,            así como parte de            los objetos del templo, que él se llevó al país de Senaar y            los guardó en el            tesoro de sus dioses. 
            El rey mandó a Aspenaz, jefe de sus oficiales, que            seleccionara de entre los            israelitas de sangre real y de la nobleza, algunos jóvenes,            sin defectos            físicos, de buena apariencia, sobrios, cultos e inteligentes y            aptos para            servir en la corte del rey, con el fin de enseñarles la lengua            y la literatura            de los caldeos.
            El rey les asignó una ración diaria de alimentos y de vino de            su propia mesa.            Deberían ser educados durante tres años y después entrarían al            servicio del            rey. Entre ellos se encontraban Daniel, Ananías, Misael y            Azarías, que eran de            la tribu de Judá. Daniel hizo el propósito de no contaminarse            compartiendo los            alimentos y el vino de la mesa del rey, y le suplicó al jefe            de los oficiales            que no le obligara a contaminarse. Dios le concedió a Daniel            hallar favor y            gracia ante el jefe de los oficiales. Sin embargo, éste le            dijo a Daniel: 
            "Le tengo miedo al rey, mi señor, porque él les ha asignado a            ustedes su            comida y su bebida; y si llega a verlos más delgados que a los            demás, estará en            peligro mi vida". 
            Daniel le dijo entonces a Malasar, a quien el jefe de los            oficiales había confiado            el cuidado de él, Ananías, Misael y Azarías: 
            "Por favor, haz la prueba con tus siervos durante diez días;            que nos den            de comer legumbres, y de beber, agua; entonces podrás comparar            nuestro aspecto            con el de los jóvenes que comen de la mesa del rey y podrás            tratarnos según el            resultado". 
            Aceptó él la propuesta e hizo la prueba durante diez días. Al            cabo de ellos,            los jóvenes judíos tenían mejor aspecto y estaban más robustos            que todos los            que comían de la mesa del rey. Desde entonces Malasar les            suprimió la ración de            comida y de vino, y les dio sólo legumbres.
            A estos cuatro jóvenes les concedió Dios sabiduría e            inteligencia en toda clase            de ciencia. A Daniel, además, el don de interpretar visiones y            sueños.
            Al cabo del tiempo establecido, el jefe de los oficiales llevó            a todos los            jóvenes ante Nabucodonosor y se los presentó. El rey conversó            con ellos y entre            todos no encontró a nadie como Daniel, Ananías, Misael y            Azarías. Quedaron            entonces al servicio del rey. Y en todas las cosas de            sabiduría, inteligencia y            experiencia que el rey les propuso, los encontró diez veces            superiores a todos            los magos y adivinos de su reino.
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
      Daniel              3
Bendito              seas, Señor, para siempre.
Bendito            seas, Señor, Dios de nuestros padres, Que tu nombre santo y            glorioso sea            bendito.
            Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito            seas en el templo santo y glorioso. Que en el trono de tu            reino seas bendito.
            Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito            eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te            sientas en un trono            rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la bóveda del            cielo.
            Bendito seas, Señor, para siempre.
Aclamación            antes del Evangelio
      Aleluya, aleluya.
            Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir el            Hijo del hombre.
            Aleluya.
Evangelio
      Vio a una viuda pobre que              echaba dos monedas
† Lectura del santo              Evangelio según san Lucas 21, 1-4
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, levantando            los ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en            las alcancías del            templo; vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos            monedas, y dijo: 
            "Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos.            Porque éstos            dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha            dado todo lo que            tenía para vivir".
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración            sobre las Ofrendas
      Acepta, Señor, estos dones            que te presentamos en señal de sumisión a ti, y conviértelos            en el sacramento            de nuestra redención. 
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
Prefacio
      La acción de gracias es un              don de Dios
En verdad es justo y            necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre            y en todo lugar,            Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
            Pues, aunque no necesitas de nuestra alabanza, es don tuyo el            que seamos            agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu            gloria, nos            aprovechan para nuestra salvación, por Cristo, Señor nuestro.
            Por eso, 
            unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:
Antífona de la Comunión
      Ven,              Señor, en ayuda de tu siervo y sálvame por tu misericordia.              Que no me              arrepienta 
nunca              de haberte invocado.
Oración después de la Comunión
      Oremos:
            Que el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que            acabamos de recibir,            nos ayude, Señor, a vivir más profundamente nuestra fe. 
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
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† Meditación diaria
34ª semana. Lunes
LA VIUDA POBRE
— No tener miedo a          ser generosos sin límite.
— Entrega sin          condiciones. No negarle nada al Señor.
— Generosidad de          Dios.
I. Eran muchas las          ofrendas que cada día se presentaban al Señor en el Templo de          Jerusalén. Unas          correspondían a los productos de la tierra en señal del supremo          dominio divino          sobre todo lo creado. Consistían en harina y aceite, espigas o          pan cocido,          sobre las que se depositaba incienso, expresando el deseo de que          fueran agradables          al Señor1. Parte de la oblación se quemaba sobre el          altar, y parte          era consumida por el sacerdote en el interior del Templo2.          El          holocausto era un sacrificio en el que la víctima (un cordero,          un ave...),          previamente sacrificada, se destruía completamente, casi siempre          a través del          fuego. Holocausto significaba precisamente que en el sacrificio          la víctima se          quemaba enteramente. En tiempos del Señor se ofrecía mañana y          tarde, y por eso          se llamaba sacrificio perpetuo3. Era figura del que          había de venir,          el sacrificio eucarístico.
También los judíos,          como ofrenda a Dios y para el sostenimiento del Templo,          depositaban sus          limosnas en un lugar visible por todos, el gazofilacio.          Un día Jesús se          encontraba cerca de este lugar y miraba cómo la gente echaba            en él monedas            de cobre, y bastantes ricos echaban mucho4. Vio          también cómo se          acercaba una viuda pobre y echó dos pequeñas monedas5.          San Marcos          incluso nos ha señalado el valor de estas monedas: la cuarta            parte de un as,          una cantidad insignificante. Sin embargo, el Señor se conmovió          al paso de esta          mujer, pues supo enseguida todo lo que representaba para ella.          Su ofrenda fue          más importante para Dios que la de todos los demás. Aquella          pobre viuda dio          todo lo que tenía para vivir. Los demás habían echado de          lo que les          sobraba, esta de lo que le era necesario. Haría la ofrenda con          mucho amor, con          una gran confianza en la Providencia divina, y Dios la          recompensaría incluso en          sus días aquí en la tierra. "Ellos echaron mucho de lo mucho que          tenían          –comenta San Agustín–; ella echó todo lo que poseía. Mucho          tenía, pues tenía a          Dios en su corazón. Es más poseer a Dios en el alma que oro en          el arca. ¿Quién          echó más que la viuda que no se reservó nada para Sí?"6.          A nosotros          nos enseña hoy este pasaje que se lee en el Evangelio de la Misa          a no tener          miedo a ser generosos con Dios y con las obras buenas en          servicio del Señor y          de los demás, incluso a sacrificar aquello que nos parece          necesario para la          vida. ¡Qué poco nos es realmente necesario! A Dios hemos de          ofrecerle lo que          somos y lo que tenemos, sin reservarnos ni siquiera una parte          pequeña para          nosotros. Existe un antiguo refrán que viene a decir que a Dios          se le conquista          con la última moneda. ¿Hay algo en nuestro corazón que no sea          del Señor? ¿Tiempo,          bienes, amigos...? ¿Qué nos pide Jesús ahora? ¿Qué cosas          deberíamos quizá          cortar o dejarlas en segundo plano?
Tanta alegría le          produjo al Señor aquel gesto de la mujer que enseguida sintió la          necesidad de          comunicarlo a sus discípulos7. Es el mismo gozo que          experimenta su          Corazón cuando nos entregamos del todo. "El Reino de Dios no          tiene precio, y          sin embargo cuesta exactamente lo que tengas (...). A Pedro y a          Andrés les          costó el abandono de una barca y de unas redes; a la viuda le          costó dos          moneditas de plata (cfr. Lc 21, 2); a otro, un vaso de          agua fresca (cfr.          Mt 10, 42)..."8.
II. El Señor, a lo          largo de su predicación en los tres años de vida pública, y          especialmente con          su entrega a la Pasión y Muerte, llama a quienes le siguen a          ofrecerse a Dios          Padre, no ya por medio del sacrificio de animales, aves o frutos          del campo,          como en el Antiguo Testamento, sino de sí mismos. San Pablo lo          recordará a los          primeros cristianos de Roma: Os exhorto, pues, hermanos, por            la misericordia            de Dios, a que ofrezcáis vuestros cuerpos como hostia viva,            santa, agradable a            Dios: este es vuestro culto espiritual9.          Especialmente en la          Santa Misa, el cristiano puede y debe ofrecerse juntamente con          Cristo, pues          "para que la oblación, con la cual en este Sacrificio los fieles          ofrecen al          Padre celestial la víctima divina, alcance su pleno efecto (...)          es preciso que          se inmolen a sí mismos como hostias (...) y, deseosos de          asemejarse a          Jesucristo, que sufrió tan acerbos dolores, se ofrezcan como          hostia espiritual          con el mismo Sumo y eterno Sacerdote y por medio de Él mismo"10.
Esta entrega se          realiza cada día, ordinariamente en pequeños actos que van desde          el esmero en          ofrecer el día al comenzar la jornada, hasta las atenciones que          requiere la          convivencia con los demás; con el corazón siempre dispuesto a lo          que el Señor          quiera pedirnos, con una disposición de no negarle nada. Nuestra          entrega ha de          ser plena, sin condiciones. En uno de los escritos más antiguos          de la          Cristiandad primitiva se dice que cuando un hombre llena de buen          vino unas          tinajas muy bien preparadas y de ellas deja algunas a medio          llenar, si luego          las revisa de nuevo, no examina las que dejó llenas –pues sabe          que el vino allí          guardado se conserva bien–, sino que mira las que están a medio          llenar, pues          teme con razón que se hayan agriado11. Lo mismo pasa          con las almas.          La "media entrega" acaba rompiendo la amistad con el Maestro.          Solo una          generosidad plena nos permitirá seguir el ritmo de sus pasos. De          otra manera          cada vez nos veríamos más distanciados y Él llegaría a ser solo          una figura          lejana y desdibujada. El cristiano, si quiere ser coherente con          su fe, habrá de          decidirse a ser de Dios sin reservas, sin dejar ningún campo          fuera de Él. El          Señor se constituye así en el centro de todos los afectos e          ilusiones del          discípulo. Esta entrega de lo que somos y tenemos se realiza          cada día en la          fidelidad, en pequeños detalles, a los compromisos que tenemos          con el Señor y          con los demás.
No temamos poner a          disposición de Jesús todo lo que tenemos. No dudemos en darnos          nosotros por          entero. "Cuando los hipócritas planteen a vuestro alrededor la          duda de si el          Señor tiene derecho a pediros tanto, no os dejéis engañar. Al          contrario, os          pondréis en presencia de Dios sin condiciones, dóciles, como la            arcilla en            manos del alfarero (Jer 18, 6), y le confesaréis          rendidamente: Deus            meus et omnia! Tú eres mi Dios y mi todo"12.
III. Cuenta una          antigua leyenda oriental que todo aquel que se encontraba con el          rey estaba          obligado a ofrecerle un presente. Un día un pobre campesino se          encontró con el          monarca. Y como no tenía cosa alguna que presentarle, tomó un          poco de agua en          el hueco de la mano y ofreció al soberano aquel sencillísimo          obsequio. Al rey          le agradó mucho la buena voluntad de aquel súbdito, y mandó          –pues era un hombre          espléndido– que le diesen como recompensa una escudilla llena de          monedas de          oro.
El Señor, más          generoso que todos los reyes de la tierra, prometió el ciento          por uno en esta          vida, y luego la vida eterna13. Él nos quiere felices          también en          esta vida: quienes le siguen con generosidad obtienen, ya aquí          en la tierra, un          gozo y una paz que superan con mucho las alegrías y consuelos          humanos. Esta          alegría es un anticipo del Cielo, El tenerle cerca es ya la          mejor retribución.          "Es tan agradecido –escribe Santa Teresa–, que un alzar los ojos          con acordarnos          de Él no deja sin premio"14.
Cada día, el Señor          espera la ofrenda sencilla de nuestros trabajos, de las pequeñas          dificultades          que siempre encontraremos, de la caridad bien vivida, del tiempo          gastado en          favor de los demás, de la limosna generosa... En esta entrega          diaria a los          demás "es necesario andar más allá de la estricta justicia,          según la ejemplar          conducta de la viuda que nos enseña a dar con generosidad aun de          aquello que          pertenece a las propias necesidades. Sobre todo se debe tener          presente que Dios          no mide los actos humanos con una medida que se para en las          apariencias del          cuánto se ha dado. Dios mide según la medida de los valores          interiores del cómo          se pone a disposición del prójimo: medida según el grado de amor          con el que nos          damos libremente al servicio de los hermanos"17.
Nuestras ofrendas a          Dios, muchas veces de tan poca importancia aparente, llegarán          mejor hasta el          Señor si lo hacemos a través de Nuestra Señora. "Aquello poco          que desees          ofrecer –recomienda San Bernardo–, procura depositarlo en          aquellas manos de          María, graciosísimas y dignísimas de todo aprecio, a fin de que          sea ofrecido al          Señor sin sufrir de Él repulsa"18.
1 Cfr. Lev 2,          1-2, 14-15. - 2 Cfr. Lev 6, 7-11. — 3          Cfr. Dan 8,          11. — 4 Mc 12, 41. — 5 Cfr. Lc          21, 1-4. — 6          San Agustín, Sermón 107 A. — 7 Cfr. Mc          12, 43. — 8          San Gregorio Magno, Homilías sobre los Evangelios. — 9          Rom          12, 1. — 10 Pío XII, Enc. Mediator Dei,          20-XI-1947, 25. — 11          Cfr. Pastor de Hermas, Mandamientos, 13, 5, 3. — 12          San Josemaría          Escrivá, Amigos de Dios, 167. — 13 Cfr. Lc          18, 28-30. — 14          Santa Teresa, Camino de perfección, 23, 3. — 15          1 Cor 10,          31. — 16 Col 3, 17. — 17 Juan Pablo II,          Homilía          10-XI-1985. — 18 San Bernardo, Homilía en la            Natividad de la B.            Virgen María, 18.
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† Santoral               (si          GoogleGroups corta el texto,          lo encontrará en www.iesvs.org)
Fuente: Archidiócesis de            Madrid 
        Catalina de Alejandría,            Santa          Mártir, Noviembre 25   
              
 Mártir              Martirologio Romano: Santa                        Catalina, mártir, que, según la tradición, fue una                        virgen de Alejandría dotada tanto de agudo ingenio                        y sabiduría como de fortaleza de ánimo. Su cuerpo                        se venera piadosamente en el célebre monasterio                        del monte Sinaí (s. inc.) 
 Santa Catalina de Alejandría, ¡ruega por                    nosotros! La Beata Ana Catalina Emmerick cuenta                    muchos aspectos desconocidos de su vida, como por                    ejemplo que su cuerpo mártir fue llevado por ángeles a                    la cima del monte Sinaí y al apoyarlo dejó marcado en                    las rocas su figura. ¿Alguien ha intentado descubrir                    esa marca? Favor de comunicarnos a evangelio @                    iesvs.org  |           
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San          Dionisio
          Obispo
          Año 265
Que el          Espíritu Santo siga enviando a su Iglesia sabios y 
          santos que aviven en todo el pueblo un
          gran amor hacia Dios y una gran caridad hacia los demás.
Valioso          es un amigo fiel. Su precio es incalculable (S. Biblia Ecl. 6,          15).
Entre los muchos santos que          han llevado el nombre de          Dionisio, el santo de hoy fue llamado "El Grande", o Dionisio          Magno.          San Atanasio lo llamó "Maestro de la Iglesia Católica", por su          gran          sabiduría y el notable ascendiente que tuvo entre los católicos          de su tiempo.
        Nació y vivió en          Alejandría, Egipto. Al principio era          pagano, pero después de haber tenido una visión, y al dedicarse          a estudiar la          S. Biblia se dio cuenta de que la verdadera religión es la          católica y se          convirtió.
        En aquellos tiempos la          escuela de teología más famosa          que tenía nuestra Santa Iglesia era la de Alejandría. Allá iban          a enseñar o a          aprender los más destacados intelectuales del clero y Dionisio          brilló allí como          un alumno especialmente dotado de gran inteligencia y de          prodigiosa memoria, y          poco después de graduarse fue nombrado como director de tan          famosa escuela,          cargo que ejerció durante 15 años con aplauso de todos.
        En el año 247 Dionisio fue          elegido obispo de          Alejandría, pero luego empezaron las persecuciones. Al principio          eran los          sacerdotes paganos que incitaban al populacho contra los          seguidores de Cristo.          Luego estalló la terrible persecución de Decio, y lo primero que          hizo el          gobernador de Alejandría fue mandar llevar preso a Dionisio. Los          perseguidores          lo buscaron por todas partes, menos en su casa, pues se          imaginaban que había          salido huyendo. Pero él no se había movido de su habitación.
        A los cuatro días Dionisio          dispuso huir con todos sus          ayudantes pero la policía los atrapó y se los llevó presos a          todos, menos a uno          de los empleados que logró huir a contar la noticia. El fugitivo          se encontró          con un enorme grupo de personas que se dirigían a celebrar unas          bodas y les          narró lo sucedido. Aquellas gentes se llenaron de indignación y          con palos y          piedras atacaron a la policía y les quitaron a los prisioneros.          Dionisio se          oponía a esto, y se entristecía de que ya no podía ser mártir.          Pero aquellos          hombres no le hicieron caso a sus ruegos sino que lo subieron          sobre una mula y          lo mandaron al desierto, para que allá quedara libre de los          perseguidores. En          el desierto estuvo varios años hasta que terminó la persecución.
        Al volver a Alejandría se          encontró con que algunos          teólogos se oponían al Pontífice de Roma y le pedían a él que          los apoyara en          esta oposición. Dionisio escribió a Novaciano, que era jefe de          los rebeldes:          "Es necesario estar resuelto a sufrir cualquier otro daño, antes          que          destruir la unidad de la Iglesia. Hay que estar tan dispuesto a          morir a favor          de la unidad de la Iglesia, como estaría uno dispuesto a morir          por defender la          fe". Y siguió siendo fiel al Papa de Roma.
        El hereje Novaciano decía          que a los que cometen faltas          muy graves no se les debe perdonar nunca. San Dionisio, apoyando          lo que          enseñaba el Papa San Cornelio, escribió varias cartas          recomendando tener una          gran misericordia con los pecadores, y narraba cómo cuando un          pobre que había          sido muy pecador en la vida, estando moribundo pedía el perdón y          la comunión,          no teniendo más con quién enviarle la eucaristía, le mandaron la          comunión con          un niñito, y el pobre pecador al comulgar exclamó: "Ya he          quedado libre de          mis pecados. Puedo partir tranquilo para la eternidad". Y cuenta          el santo          que aquel hombre pecador Dios le conservó milagrosamente la vida          hasta que          llegó el que llevaba la Sagrada Eucaristía.
        Dionisio que había          estudiado y enseñado por 15 años lo          referente a la S. Biblia, empleó con gran maestría una serie de          frases muy          especiales de la Sagrada Escritura para combatir a los herejes.          Estas          respuestas de tan notable sabio sirvieron mucho en los siglos          siguientes para          enfrentarse a los que negaban verdades de nuestra santa          religión.
        En el año 257 estalló la          persecución de Valeriano. El          gobernador de Egipto llamó a Dionisio y a sus sacerdotes y les          exigió que          adoraran a los ídolos del imperio. El santo obispo respondió:          "Nosotros          los seguidores de Cristo no adoramos sino al único Dios que          existe, que es el          Creador de cielos y tierra. Rezamos por Valeriano y los demás          gobernantes, pero          en cuanto a la religión sólo obedecemos a nuestra Santa Iglesia.          Ofrecemos          oraciones y sacrificios por la paz, el bienestar y la          prosperidad de la patria,          pero en cuestiones religiosas dependemos solamente de Nuestro          Señor          Jesucristo". Por más que el gobernador trató de convencerlos          para que          adoraran a sus ídolos, ellos no aceptaron, y fueron desterrados          al terrible          desierto de Libia.
        Pero a los dos años el          emperador perseguidor fue hecho          prisionero y esclavo por sus enemigos, y Dionisio y sus          sacerdotes pudieron          volver a Alejandría. Mas allá se encontraron que por falta de          enseñanzas          religiosas las gentes se habían vuelto violentísimas y peleaban          y se mataban          por cualquier cosa (la mayor parte de esas gentes eran paganas).          No se podía ya          ni salir a la calle sinpeligro de ser asesinados. El santo          obispo escribía:          "Es más peligroso andar tres cuadras por esta ciudad, que viajar          300          kilómetros por el resto de la nación". Les faltaba el espíritu          cristiano,          que es caridad, perdón y paz con todos.
        Y para colmo de penas          llegaron la peste de tifo negro y          la disentería. Las gentes morían por centenares, pero entonces          brilló la          caridad cristiana. Mientras los paganos echaban los cadáveres a          las calles y          desterraban de sus casas a los enfermos, los cristianos          dirigidos por su          obispo, sepultaban caritativamente a los muertos y asistían con          gran caridad a          los infectados. Esto les atrajo muchas simpatías en la gran          ciudad.
        Después de haber sido          obispo de Alejandría por 17 años          dando muestra de gran prudencia y santidad y ganándose la          simpatía y la          admiración de creyentes e incrédulos, San Dionisio murió en el          año 265.
        San Epifanio cuenta que por          muchos años las gentes lo          recordaban como un verdadero padre y maestro, y dedicaron un          templo en su          honor. Sus virtudes y sus sabios escritos le dieron fama          universal. 
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Mercurio de Cesarea de            Capadocia, Santo Mártir, Noviembre 25   
              
 Noviembre 25               Martirologio Romano: En Cesarea de                        Capadocia, san Mercurio, mártir (250).  |           
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Autor: Alfonso Aguiló 
        Luis Beltrame            Quattrocchi y María Corsini, Beatos          Esposos, 25 de noviembre   
              
 Primer Matrimonio                  Beatificados Juntos              Martirologio Romano: En Roma, beata María Beltrame                        Quattrocchi, que, siendo madre de familia,                      ilustró de modo conspicuo a la familia de Cristo y a                      la sociedad, viviendo ejemplarmente su vida                      matrimonial y mostrando su comunión de fe y amor                      hacia el próximo. (26 de agosto de 1965). Un abogado del Estado y una profesora han                    subido juntos a los altares igual que lo hicieran a la                    basílica romana de Santa María Mayor el 25 de                    noviembre de 1905 para contraer matrimonio. Juan Pablo                    II ha manifestado su alegría pues, "por primera vez                    dos esposos llegan a la meta de la beatificación".                    Luigi (1880-1951) y María (1884-1965) Beltrame                    Quattrochi, originarios de Roma, fueron un matrimonio                    feliz.   |           
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Garcia,            Santo          Abad, Noviembre 25            
              
 Abad              Martirologio Romano: En el                        monasterio de Arlanza, en la región de Burgos, en                        España, memoria de san García, abad (1073).  |           
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Pedro Alejandrino (Pedro de            Alejandría) y compañeros, Santo          Obispo, Noviembre 25          
              
 Obispo y Mártir              Martirologio Romano: En Alejandría,                        en Egipto, san Pedro, obispo y mártir, que, dotado                        de todas las virtudes, fue decapitado por mandato                        del emperador Galerio Maximiano, viniendo a ser la                        última víctima de la gran persecución y como el                        sello de los mártires. Con él se conmemoran tres                        obispos egipcios, que son Hesiquio, Pacomio y                        Teodoro, junto con otros muchos que, también en                        Alejandría, sufrieron en la misma persecución y                        subieron al cielo por medio de cruel espada                        (305/311).  |           
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Beatriz de Ornacieux, Beata Monja          Cartuja, Noviembre 25   
              
 Monja              Martirologio Romano: En la región                        de Valence, en la Galia, beata Beatriz de                        Ornacieux, virgen de la Orden Cartujana, insigne                        por el amor a la Cruz, que vivió y murió con                        pobreza extrema en el monasterio de Eymeu, fundado                        por ella (1303/ 1309).  |           
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Fuente: Dominicos.org 
        Jacinto Serrano López,            Beato Mártir          Dominico, Noviembre 25   
              
 Martir Dominico              Martirologio Romano: En Puebla de                        Híjar, población cercana a Teruel, en España,                        beato Jacinto Serrano López, de la Orden de                        Predicadores y mártir, que fue fusilado en la                        persecución contra la Iglesia. Con él se hace                        conmemoración del beato mártir Santiago Meseguer                        Burillo, presbítero de la misma Orden, quien, por                        Cristo, realizó su glorioso combate en Barcelona,                        no se sabe exactamente en qué fecha (1936).  |           
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Fuente: Dominicos.org/aragon 
        Santiago Meseguer            Burillo, Beato Mártir          Dominico, Noviembre 25   
              
 Martir Dominico              Martirologio Romano: En Puebla de                        Híjar, población cercana a Teruel, en España,                        beato Jacinto Serrano López, de la Orden de                        Predicadores y mártir, que fue fusilado en la                        persecución contra la Iglesia. Con él se hace                        conmemoración del beato mártir Santiago Meseguer                        Burillo, presbítero de la misma Orden, quien, por                        Cristo, realizó su glorioso combate en Barcelona,                        no se sabe exactamente en qué fecha (1936).  |           
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Fuente: Martirologio Romano 
        Otros Santos y Beatos          Completando el santoral de este día, Noviembre 25   
              
 San Moisés, presbítero y mártir  |           
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Fuentes:          IESVS.org; EWTN.com;          Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es ,          misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/ 
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