JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san            Mateo 19, 23-30
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
          "Yo les aseguro: es difícil que un rico entre el Reino de los          cielos. De nuevo          les digo: es más fácil a un camello pasar por el ojo de una          aguja que a un rico          entrar en el reino de Dios".
          Al oír esto, los discípulos se quedaron impresionados y dijeron:
          "Entonces, ¿quién podrá salvarse?"
          Jesús los miró y les dijo:
          "Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es          posible".
          Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo:
          "Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos          espera?"
          Jesús les contestó:
          "Les aseguro que ustedes, los que me han seguido, cuando todo se          haga          nuevo y el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, se          sentarán también          en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo          el que haya          dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o tierras          por mi causa,          recibirá cien veces más y heredará la vida eterna.
          Hay muchos primeros que serán últimos y muchos últimos que serán          primeros".
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti Señor, Jesús.
Suplicamos su            oración: Esto es          gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos          un Avemaría de          corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres          de Gracia, el          Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y          bendito es el fruto          de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por          nosotros pecadores,          ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus          intenciones y          misas! 
Aclaración: una          relación muere sin comunicación y          comunidad-comunión. Con Dios es          igual: las "palabras          de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son          fuente de vida espiritual          (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es          necesario visitarse,          y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en          la Eucaristía,          que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer          la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO          (Dios) a          Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos          el daño que          hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los          Corazones de Jesús y          de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c)          agradecemos y d)          pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la          salvación del          mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no          ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película          completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación:          http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se            apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús            está aquí y lo            ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del              Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en              vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn            5,12). Si comulgamos            en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión)            con el Amor y            renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas            del Cordero            (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo            que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su            Sangre por nuestros            pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente            sin Amor: si una            novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del            Novio para            siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar.            Idolatramos aquello            que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía,            flojera). Por eso, es            pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y            fiestas (Catecismo            2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).          "Te amo,            pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso".            ¿Qué pensaríamos si            un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en            el mundo para ser felices            para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección            del amor, es            necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide            la Cátedra de            Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar            debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo,              come y bebe su propia              condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados            mortales? no            confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989),            no comulgar al            menos en tiempo pascual (920), abortar (todos            los métodos anticonceptivos            no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a            decidir, derechos            (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación            natural sin causa            grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por            iglesia, demorar en            bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón,            borrachera,            drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de            venganza, ver            pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado,            etc. Si no            ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos            sorprende la muerte            sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno            (Catecismo 1033-41;            Mt. 5,22; 10,            28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados            mortales objetivamente,            pero subjetivamente,            pueden ser menos graves,            si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes,            ya no hay            excusa.
† Misal
mar          20a. Ordinario año Par
      Antífona de Entrada
      El              Señor es mi protector; él me libró de las manos de mis              enemigos y me salvó,              porque me ama.
Oración            Colecta
      Oremos:
            Concédenos, Señor, que el curso de los acontecimientos del            mundo se            desenvuelva, según tu voluntad, en la justicia y en la paz, y            que tu Iglesia            pueda servirte con tranquilidad y alegría.
            Por nuestro Señor Jesucristo... 
            Amén.
Primera            Lectura
      Eres              hombre y no Dios, y te crees tan sabio como Dios
Lectura              del libro del profeta Ezequiel 28, 1-10
En aquellos días recibí esta            palabra del Señor: 
            "Hijo de hombre, di al rey de Tiro: Esto dice el Señor: Tu            corazón se            llenó de soberbia, y has dicho: "Soy un dios, he puesto mi            trono divino en            el corazón del mar. "Aunque eres un hombre y no un dios, has            querido            igualar en sabiduría a los dioses. Te creías más sabio que            Daniel, ningún            enigma se te resistía. Con tu sabiduría y tu inteligencia has            conseguido            riquezas, has amontonado tesoros de oro y plata. Comerciando            hábilmente has            acrecentado tus riquezas, y por ellas se llenó de soberbia tu            corazón.
            Por eso, así dice el Señor: Porque has querido igualarte a            Dios, yo haré que            vengan extranjeros contra ti, los más feroces de las naciones,            que desenvainarán            la espada contra tu brillante sabiduría y profanarán tu            belleza. Te harán bajar            a la tumba y perecerás de muerte violenta en el corazón del            mar. ¿Podrás seguir            diciendo ante tus verdugos que eres un dios? Para tus verdugos            serás un simple            hombre y no un dios. Muerte de incircunciso te darán gentes            extrañas. Porque lo            he dicho yo, palabra del Señor".
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial 
      Dt 32,              26-27ab.27cd-28a.30.35cd-36ab
El              Señor da la muerte y la vida.
Yo            pensaba: "Los reduciré a polvo, borraré de entre los hombres            su memoria,            pero me detenía que el enemigo pudiera burlarse, que los            adversarios lo            interpretaran mal".
            El Señor da la muerte y la vida.
Y            dijeran: "Somos nosotros los que hemos vencido, no es el Señor            el que ha            hecho todo esto". Y es que son un pueblo sin sentido.
            El Señor da la muerte y la vida.
Pues,            ¿cómo puede uno solo perseguir a mil, y dos poner en fuga a            diez mil, sino            porque los ha vendido su Roca y el Señor los ha entregado?
            El Señor da la muerte y la vida.
Está cerca            el día de su ruina, se precipita su desenlace. El Señor hará            justicia a su            pueblo, tendrá misericordia de sus siervos.
            El Señor da la muerte y la vida.
Aclamación            antes del Evangelio
      Aleluya, aleluya.
            Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre para enriquecernos con            su pobreza. 
            Aleluya.
Evangelio
      Es más fácil que un camello              pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino              de los cielos
† Lectura del santo              Evangelio según san Mateo 19, 23-30
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a            sus discípulos:
            "Yo les aseguro: es difícil que un rico entre el Reino de los            cielos. De            nuevo les digo: es más fácil a un camello pasar por el ojo de            una aguja que a            un rico entrar en el reino de Dios".
            Al oír esto, los discípulos se quedaron impresionados y            dijeron:
            "Entonces, ¿quién podrá salvarse?"
            Jesús los miró y les dijo:
            "Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es            posible".
            Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo:
            "Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos            espera?"
            Jesús les contestó:
            "Les aseguro que ustedes, los que me han seguido, cuando todo            se haga            nuevo y el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, se            sentarán también            en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo            el que haya            dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o            tierras por mi causa,            recibirá cien veces más y heredará la vida eterna.
            Hay muchos primeros que serán últimos y muchos últimos que            serán            primeros".
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti Señor, Jesús.
Oración            sobre las Ofrendas
      Que este pan y este vino que            tú mismo nos das para ofrecértelos, nos ayuden, Señor,            convertidos en el Cuerpo            y Sangre de tu Hijo, a conseguir el premio de la felicidad            eterna.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén. 
Prefacio
      Restauración universal en              Cristo
En verdad es justo y            necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre            y en todo lugar,            Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo,            Señor nuestro. 
            A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste            que            participáramos todos. Siendo él de condición divina, se            despojó de su rango, y            por su sangre derramada en la cruz puso en paz todas las            cosas; y así,            constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna            para cuantos            creen en él.
            Por eso, 
            con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros            celestiales, cantamos            sin cesar el himno de tu gloria: 
Antífona de la Comunión
      Cantaré              al Señor por el bien que me ha hecho; entonaré un himno de              alabanza al Dios.
Oración después de la Comunión
      Oremos:
            Te pedimos, Padre misericordioso, que por este sacramento con            que ahora nos            fortaleces, nos hagas algún día participar de la vida eterna.
          Por            Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén
Dia          19/08 San Juan Eudes          (presbítero, blanco)
      Antífona          de Entrada
      El Espíritu de del Señor está sobre mí,            porque él me ha ungido. Me ha            enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para vendar            los corazones            desgarrados.
Oración          Colecta
      Oremos:
          Señor, luz de tu pueblo y pastor de los hombres, que, dentro de          la Iglesia, has          confiado a san Juan Eudes la misión de apacentar a tu pueblo con          su vida y su          ejemplo; concédenos, por su intercesión, guardar íntegro el don          de la fe que          nos legó su palabra y seguir el camino que nos marcó su ejemplo.
          Por nuestro Señor Jesucristo...
          Amén.
Primera          Lectura
      Comprendiendo lo que trasciende toda            filosofía: el amor cristiano
Lectura de la carta del apóstol san Pablo            a los Efesios 3, 14-19
Hermanos: Doblo las rodillas ante el Padre,          de quien toma nombre toda          familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los          tesoros de su          gloria, les conceda por medio de su Espíritu: robustecerlos en          lo profundo de          su ser; que Cristo habite por la fe en sus corazones; que el          amor sea su raíz y          su cimiento; y así, con todo el pueblo de Dios, lograrán abarcar          lo ancho, lo          largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende          toda filosofía:          el amor cristiano. Así llegarán a su plenitud, según la plenitud          total de Dios.
          Palabra de Dios.
          Te alabamos, Señor.
Salmo          Responsorial
      Del Salmo 130
Guarda mi alma en la paz, junto a ti,            Señor.
Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis          ojos altaneros; no pretendo          grandezas que superan mi capacidad.
          Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Sino que acallo y modero mis deseos, como un          niño en brazos de su madre.
          Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Aclamación          antes del          Evangelio
      Aleluya, aleluya.
          Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra porque has          revelado los          misterios del Reino a la gente sencilla.
          Aleluya.
Evangelio
      Has escondido estas cosas a los sabios y            las has revelado a la gente            sencilla
† Lectura del santo Evangelio según san            Mateo 11, 25-30
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús exclamó:
          "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has          escondido          estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la          gente          sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha          entregado mi          Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce          al Padre sino el          Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
          Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo los          aliviaré. Carguen          con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de          corazón, y encontrarán          su descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración          sobre las Ofrendas
      Dios todopoderoso, humildemente imploramos          de tu divina Majestad que          estos dones, que ofrecemos en honor de tus santos y que          testimonian tu poder y          tu gloria, le alcancen a tu pueblo los frutos de la eterna          salvación.
          Por Jesucristo, nuestro Señor.
          Amén.
prefacio
      Los santos pastores siguen presentes en la            Iglesia
En verdad es justo y necesario, es nuestro          deber y salvación, darte          gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios          todopoderoso y          eterno, por Cristo, Señor nuestro.
          Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad          de san Juan          Eudes, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con          su palabra y          protegernos con su intercesión.
          Por eso,
          con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza          diciendo sin          cesar:
Antífona          de la Comunión
      Sepan que yo estoy con ustedes todos los            días hasta el fin del mundo,            dice el Señor.
Oración          después de la          Comunión
      Oremos:
          Señor, que estos sacramentos que hemos recibido nos hagan dignos          de los gozos          eternos que mereció san Juan Eudes, tu servidor bueno y fiel.
        Por          Jesucristo,          nuestro Señor.
          Amén.
† Meditación          diaria
20ª          semana. Martes
EL          SENTIDO CRISTIANO DE LOS BIENES
— Los          bienes de la tierra se han de ordenar al fin sobrenatural del          hombre.
— La          riqueza y los talentos personales deben estar al servicio del          bien. Cómo es la          pobreza de quien vive en medio del mundo y ha de santificarse          con los          quehaceres temporales.
— Desarrollar          los talentos que el Señor nos ha dado en bien de los demás.
I. Los          Apóstoles vieron con pena –el Señor también– cómo se marchaba el          joven que no          quiso dejar a un lado sus riquezas para seguir al Maestro. Le          vieron partir con          esa tristeza peculiar del que no corresponde a lo que Dios le          pide. Todos quizá          pensaron que podía haber sido uno del grupo de los más íntimos,          aquellos que          escucharon confidencias entrañables de Jesús y recibieron más          tarde el mandato          de evangelizar el mundo, de ir con la doctrina de Cristo hasta            los confines            de la tierra.
En este          clima, mientras reemprenden la marcha, el Señor les dijo: Difícilmente  entrará            un rico en el Reino de los Cielos. Y añadió: Es más,            os digo que            es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a            un rico entrar            en el Reino de Dios. Los discípulos quedaron muy            asombrados1.
Quien          pone su corazón en los bienes de la tierra se incapacita para          encontrar al          Señor, porque el hombre puede tener como fin a Dios, al que          alcanza también a          través de las cosas materiales como simples medios que son, o          poner las          riquezas como meta de su vida, en sus muchas manifestaciones de          deseo de lujo,          de comodidad, de poseer más... El corazón se orienta según uno          de estos dos          fines. Quien lo tiene repleto de bienes materiales no puede amar          a Dios: no            se puede servir a Dios y a las riquezas2,          enseñó el Señor en          otra ocasión.
El          término arameo original de riquezas que utilizó el Señor, es Mammon,          que          "designa con irrisión un ídolo. ¿Por qué se trata de un ídolo?          Por un doble          motivo. Primeramente porque el ídolo es un sustitutivo de Dios.          Se trata del          uno o del otro (...). En segundo lugar, por su contenido. Más          allá del dinero,          simple unidad monetaria, el ídolo Mammon simboliza un          instrumento de la          voluntad de poder, un medio de posesión del mundo, una expresión          de la avidez          de las cosas y también una desviación de las relaciones de los          hombres entre          sí. El dominio que el ídolo ejerce sobre el hombre se opone a lo          que es propio          de la persona humana creada a imagen y semejanza de Dios, y por          tanto a su          relación con el Creador"3.
El que          pone su deseo en las cosas de la tierra como si fueran un bien          absoluto comete          una especie de idolatría4, corrompiendo su alma como          se corrompe con          la impureza5, y, con frecuencia, acaba uniéndose a          los "príncipes de          este mundo", que se levantan contra Dios, contra Cristo6.
El amor          desordenado a los bienes materiales, pocos o muchos, es un          gravísimo obstáculo          para el seguimiento de Cristo, como se manifiesta en el pasaje          del joven rico          que considerábamos en nuestra meditación de ayer, y en las duras          y enérgicas          palabras con que el Señor condena el mal uso de las riquezas.          Por eso, el          cristiano ha de examinar con frecuencia si ama la sobriedad y la          templanza, si          está realmente desprendido de las cosas de la tierra, si valora          más los bienes          del alma que los del cuerpo, si utiliza los bienes para hacer el          bien, si le          acercan a Dios o lo separan de Él, si es parco en las          necesidades personales, restringiendo          los gastos superfluos, no cediendo a los caprichos, vigilando la          tendencia a          crearse falsas necesidades. Ha de ver si cuida las cosas de su          hogar, los          instrumentos de trabajo... ¡Qué pena si alguna vez no viéramos a          Jesús que pasa          a nuestro lado porque tuviéramos el corazón puesto en algo que          pronto hemos de          dejar! ¡Algo que vale tan poco en comparación de las riquezas          sin límite que          Cristo da a quienes le siguen!
II. El          cristiano que vive en medio del mundo no debe olvidar, sin          embargo, que los          bienes materiales en sí mismos son bienes que debe hacer          producir en          favor de la propia familia y de la sociedad, de las buenas obras          que sostiene          con su esfuerzo, y que ha de santificarse con ellos. Nada más          lejano del          verdadero espíritu de pobreza secular que la actitud encogida          del que ve con          miedo el mundo y sus riquezas. El verdadero progreso y el          desarrollo –también          material– son buenos y queridos por Dios. Y el Señor no predicó          nunca ni la          suciedad ni la miseria. Todos hemos de luchar, en la medida de          las propias          posibilidades, contra la pobreza, la miseria y cualquier          situación de          indigencia que degrade al ser humano.
La          pobreza del cristiano corriente, que se ha de santificar en          medio de sus tareas          seculares, no consiste en una circunstancia meramente exterior:          tener o no          tener bienes materiales; se trata de algo más profundo que          afecta al corazón,          al espíritu del hombre; consiste en ser humilde ante Dios, en          sentirse siempre          necesitado ante Él, en ser piadoso, en tener una fe rendida que          se manifiesta          en la vida y en las obras. Si se poseen estas virtudes y además          abundancia de          bienes materiales, la actitud del cristiano ha de ser la de          desprendimiento, de          caridad generosa. El que no posee bienes materiales abundantes          no por ello está          justificado ante Dios, si no se esfuerza por adquirir las          virtudes que          constituyen la verdadera pobreza. También en la escasez puede          manifestar su generosidad,          su señorío, y también debe estar desprendido de lo poquísimo de          que dispone.
Jesús          estuvo muy cerca de los pobres, de los enfermos, de quienes          padecían cualquier          necesidad, pero entre los más allegados a su Persona no faltaron          gentes de          fortuna más o menos cuantiosa. Las mujeres que subvenían a sus          necesidades eran          gente acomodada. Algunos de sus Apóstoles, como Mateo y los          hijos de Zebedeo,          tenían ciertos medios económicos. José de Arimatea, hombre rico,          es mencionado          expresamente como discípulo suyo7; él y Nicodemo          tienen el          privilegio de recibir el Cuerpo muerto de Jesús8,          para cuya          sepultura trajo este último gran cantidad de aromas (unas cien          libras, ¡más de          treinta kilos!). La familia de Betania con la que tenía una          especial amistad          era, probablemente, de cierto relieve social, pues son muchos          los judíos que          acuden a su casa a la muerte de Lázaro. Llama a Zaqueo para          hospedarse en su          casa y le admite entre sus seguidores9. El mismo          vestido de Jesús no          carecía de prestancia, pues llevaba una túnica inconsútil,          orlada...
"Los          bienes de la tierra no son malos; se pervierten cuando el hombre          los erige en          ídolos y, ante esos ídolos, se postra; se ennoblecen cuando los          convertimos en          instrumentos para el bien, en una tarea cristiana de justicia y          de caridad. No          podemos ir detrás de los bienes económicos, como quien va en          busca de un          tesoro; nuestro tesoro (...) es Cristo y en Él se han de centrar          todos nuestros          amores (...)"10; Él es el verdadero valor que define          toda nuestra          vida, por encima del cual nada hay. A Él debemos imitar, según          las          circunstancias personales de cada uno. Y nunca debemos dar por          supuesto el desprendimiento          de los bienes y su recto uso, porque la tendencia de todo          hombre, de toda          mujer, es fabricarse sus propios ídolos, crearse "necesidades          innecesarias",          gastar más de lo debido, poseer los bienes para los propios          caprichos sin tener          en cuenta que "el hombre, al usarlas, no debe tener las cosas          que legítimamente          posee como exclusivamente suyas, sino también como comunes, en          el sentido de          que no le aprovechen a él solamente, sino también a los demás"11.
Examinemos          hoy la rectitud con que usamos los bienes y si tenemos el          corazón puesto en el          Señor, desasido de lo mucho o de lo poco que poseamos, teniendo          en cuenta que          "un signo claro de desprendimiento es no considerar –de verdad–          cosa alguna          como propia"12.
III.          Debemos desarrollar sin miedo, sin falsa modestia ni timideces,          todos los          talentos que el Señor nos ha dado, poner nuestras energías para          que la sociedad          progrese y lograr que sea cada vez más humana, que se den las          condiciones          necesarias para que todos lleven una vida digna, como          corresponde a hijos de          Dios. Hemos de aprender a dar de lo nuestro, a fomentar y a          ayudar, según          nuestras circunstancias, a instituciones y fundaciones que          eleven y rediman al          hombre de su incultura o de sus condiciones menos humanas.          Debemos procurar, en          lo que de nosotros depende, que no existan más esas          desigualdades y diferencias          sociales que claman al Cielo: por un lado, personas que luchan          cada día por          sobrevivir; por otro, despilfarros que ofenden a la criatura y          al Creador.
Encontramos          muchas dificultades, internas –en nuestro corazón, donde          subsisten las raíces          del egoísmo, de la posesión desordenada– y externas –las de un          ambiente lanzado          sin freno hacia los bienes de consumo–. Este ambiente externo,          que lleva          consigo frecuentemente una fuerte carga de sensualidad, es "el          marco más adecuado          para que proliferen las desviaciones morales de todo signo: el          erotismo, la          exaltación del placer estimado y cultivado por sí mismo, la          degradación por el          abuso del alcohol y las drogas, etc. Es evidente que tales          excesos aparecen          como consecuencia de la insatisfacción profunda que padece el          hombre cuando se          aparta de Dios (...). El resultado está a la vista: hombres y          mujeres          –incontables ya– faltos de ideales, sin criterio ni sentido          claro de las cosas          y de la vida"13, que se levantan contra el Señor y          contra Cristo14.
Para la          mayoría de los cristianos, para aquellos que se han de          santificar en medio de          las realidades temporales, seguir a Cristo significará          desarrollar su capacidad          –también en cuanto a la creación y añoramiento de bienes          materiales– en bien de          la sociedad entera, comenzando por la familia, que ha de tener          los medios          necesarios, ayudando a quienes se encuentran más necesitados,          creando puestos          de trabajo... Pero el fin del cristiano en la vida no puede ser          enriquecerse,          acumular bienes, poseer lo más posible. Esto llevaría al mayor          empobrecimiento          de su persona. La templanza en la posesión y en el uso de los          bienes da al          cristiano una madurez humana y sobrenatural que permite seguir          de cerca a          Cristo y llevar a cabo un gran apostolado en el mundo. La          Virgen, que supo          vivir como nadie esta virtud de la pobreza, nos ayudará hoy a          formular un          propósito, quizá pequeño, pero bien concreto.
1 Mt          19, 23-25. — 2 Mt 6. 24. — 3 J. M.          Lustiger, Secularidad            y teología de la Cruz, Madrid 1987, pp. 155-156 — 4          Col 3, 5.          — 5 Cfr. Ef 4, 19; 5, 3. — 6 Cfr. Sal          2, 2. — 7          Mt 27, 57. — 8 Jn 19, 38. — 9 Lc          19, 5. — 10          San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 35. — 11          Conc. Vat.          II, Const. Gaudium et spes, 69. — 12 San          Josemaría Escrivá, Forja,          n. 524. — 13 A. Fuentes, El sentido cristiano de la            riqueza,          Rialp, Madrid 1988, pp. 186-187. — 14 Cfr. Sal          2, 2.
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† Santoral               (si          GoogleGroups corta el texto,          lo encontrará en www.iesvs.org)
              San Juan Eudes               |           
        
Este          santo compuso una frase que se          ha hecho famosa entre los creyentes. Dice así: "Para ofrecer          bien una Eucaristía          se necesitarían tres eternidades: una para prepararla, otra para          celebrarla y          una tercera para dar gracias".
Nació          en un pueblecito de Francia,          llamado Ri (en Normandía) en el año 1601. Sus padres no tenían          hijos e hicieron          una peregrinación a un santuario de Nuestra Señora y Dios les          concedió este          hijo, y después de él otros cinco.
Ya          desde pequeño demostraba gran          piedad, y un día cuando un compañero de la escuela lo golpeó en          una mejilla, él          para cumplir el consejo del evangelio, le presentó la otra          mejilla.
Estudio          en un famoso seminario de          París, llamado El Oratorio, dirigido por un gran personaje de su          tiempo, el          cardenal Berulle, que lo estimaba muchísimo.
Al          descubrir en Juan Eudes una          impresionante capacidad para predicar misiones populares, el          Cardenal Berulle          lo dedicó apenas ordenado sacerdote, a predicar por los pueblos          y ciudades.          Predicó 111 misiones, con notabilísimo éxito. Un escritor muy          popular de su          tiempo, Monseñor Camus, afirmaba: "Yo he oído a los mejores          predicadores          de Italia y Francia y puedo asegurar que ninguno de ellos          conmueve tanto a las          multitudes, como este buen padre Juan Eudes".
Las          gentes decían de él: "En          la predicación es un león, y en la confesión un cordero".
San          Juan Eudes se dio cuenta de que          para poder enfervorizar al pueblo y llevarlo a la santidad era          necesario          proveerlo de muy buenos y santos sacerdotes y que para formarlos          se necesitaban          seminarios donde los jóvenes recibieran muy esmerada          preparación. Por eso se          propuso fundar seminarios en los cuales los futuros sacerdotes          fueran          esmeradamente preparados para su sagrado ministerio. En Francia,          su patria,          fundó cinco seminarios que contribuyeron enormemente al          resurgimiento religioso          de la nación.
Con los          mejores sacerdotes que lo          acompañaban en su apostolado fundó la Congregación de Jesús y          María, o padres Eudistas,          comunidad religiosa que ha hecho inmenso bien en el mundo y se          dedica a dirigir          seminarios y a la predicación.
En sus          misiones lograba el padre          que muchas mujeres se arrepintieran de su vida de pecado, pero          desafortunadamente          las ocasiones las volvían a llevar otra vez al mal. Una vez una          sencilla mujer,          Magdalena Lamy, que había dado albergue a varias de esas          convertidas, le dijo          al santo al final de una misión: "Usted se vuelve ahora a su          vida de          oración, y estas pobres mujeres se volverán a su vida de pecado;          es necesario          que les consiga casas donde se puedan refugiar y librarse de          quienes quieren          destrozar su virtud". El santo aceptó este consejo y fundó la          Comunidad de          las Hermanas de Nuestra Señora del Refugio para encargarse de          las jóvenes en          peligro. De esta asociación saldrá mucho después la Comunidad de          religiosas del          Buen Pastor que tienen ahora en el mundo 585 casas con 7,700          religiosas,          dedicadas a atender a las jóvenes en peligro y rehabilitar a las          que ya han          caído.
Este          santo propagó por todo su país          dos nuevas devociones que llegaron a ser sumamente populares: La          devoción al          Corazón de Jesús y la devoción al Corazón de María. Y escribió          un hermoso libro          titulado: "El Admirable Corazón de la Madre de Dios", para          explicar          el amor que María ha tenido por Dios y por nosotros. Él compuso          también un          oficio litúrgico en honor del corazón de María, y en sus          congregaciones          celebraba cada año la fiesta del Inmaculado Corazón.
Otro de          sus Libros se titula:          "La devoción al Corazón de Jesús". Por eso el Papa San Pío X          llamaba          a San Juan Eudes: "El apóstol de la devoción a los Sagrados          Corazones".
Redactó          también dos libros que han          hecho mucho bien a los sacerdotes: "El buen Confesor", y "El          predicador apostólico".
Murió          el 19 de agosto de 1680. Su          gran deseo era que de su vida y de su comportamiento se pudiera          repetir siempre          lo que decía Jesús: "Mi Padre celestial me ama, porque yo hago          siempre lo          que a Él le agrada".
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Fuente: Archidiócesis de            Madrid 
        Sixto III, Santo XLIV          Papa, 19 de agosto   
              
 XLIV Papa              Martirologio Romano: En Roma, en la vía Tiburtina, junto                      a san Lorenzo, sepultura de san Sixto III, papa, que                      restableció la concordia entre el Patriarcado de                      Antioquía y el de Alejandría, y en la Ciudad eterna                      erigió para el pueblo de Dios la basílica de Santa                      María, en el monte Esquilino (440). Fue elegido papa a la muerte de san                      Celestino I, en el año 432, y ocupó la sede de Pedro                      por ocho años que fueron muy llenos de exigencias. 
 contradecir la fe cristiana; depuesto                      de su sede, recluido o desterrado al monasterio de                      san Eutropio, en Antioquía, muriendo impenitente                      fuera de la comunión de la Iglesia. El papa Sixto                      III intentó con notable esfuerzo reducirlo a la fe                      sin conseguirlo y a pesar de sus inútiles esfuerzos                      tergiversaron los nestorianos sus palabras afirmando                      que el papa no les era contrario.  |           
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Ezequiel Moreno y Díaz,            Santo Obispo, 19 de agosto   
              
 Obispo              Martirologio Romano: En Monteagudo, de Navarra, en                      España, tránsito de san Ezequiel Moreno Díaz, obispo                      de Pasto, en Colombia, de la Orden de los Recoletos                      de San Agustín, que trabajó y, por anunciar el                      Evangelio, dio su vida tanto en las Islas Filipinas                      como en América del Sur (1906). Ezequiel Moreno nació en Alfaro (La                    Rioja, España), el 9 de abril de 1848. Siguiendo el                    ejemplo de su hermano Eustaquio, el 21 de septiembre                    de 1864 vistió el hábito en el convento de los                    agustinos recoletos de Monteagudo (Navarra) y tomó el                    nombre de fray Ezequiel de la Virgen del Rosario.   |           
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Fuente:            ar.geocities.com/misa_tridentina01 
        Jordán de Pisa, Beato          Dominico, 19 de agosto   
              
 Presbítero                  Dominico              Martirologio Romano: En Piacenza, en la Emilia, beato                      Jordán de Pisa, presbítero de la Orden de                      Predicadores, que en lenguaje popular expuso al                      pueblo la más alta doctrina con la máxima sencillez                      (c. 1311). Jordán de Pisa ha pasado a la historia                    como uno de los creadores del italiano moderno.   |           
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Fuente: Franciscanos.org 
        Luis (Ludovico) de            Anjou, Santo          Obispo, 19 de agosto   
              
 Obispo              Martirologio Romano: En Brignoles, en la Provenza, de                      Francia, muerte de san Luis, obispo. Sobrino del rey                      san Luis, prefirió la pobreza evangélica a las                      alabanzas y honores del mundo, y joven en años, pero                      maduro en virtud, fue elevado a la sede de Tolosa.                      Debido a su delicada salud, descansó piadosamente en                      el Señor (1297). San Luis de Anjou-Sicilia, que murió                    siendo obispo de Toulouse a los veintitrés años, nació                    el año 1274 en Brignoles, hermosa villa de Provenza.                    Su madre, María de Hungría, era sobrina de Santa                    Isabel y hermana de tres príncipes que también                    llegaron a ser reyes y santos: Esteban, Ladislao y                    Enrique. Su padre, Carlos II de Anjou, rey de Nápoles,                    Sicilia, Jerusalén y Hungría, era el propio sobrino de                    San Luis de Francia. El príncipe don Luis brilló desde                    su infancia por la seguridad de su juicio, su piedad                    sólida, el desprecio de los honores del siglo y una                    gravedad que le conciliaban el amor y el respeto de                    todos. Desde luego, Dios le llamaba para más alto                    destino que el que la historia política de su tiempo                    parecía reservarle.  |           
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Fuente: www.op.org.ar 
        Luis Flores y            compañeros, Beatos          Mártires, 19 de agosto   
              
 Mártires              Martirologio Romano: En Nagasaki, en Japón, beatos                      mártires Luis Flores, presbítero de la Orden de                      Predicadores, Pedro de Zúñiga, presbítero de la                      Orden de los Eremitas de San Agustín, y trece                      compañeros, marineros japoneses, que, llevados a                      puerto y detenidos al punto, sufrieron juntos un                      mismo martirio, entre variadas torturas, por la fe                      cristiana (1622). Nació en Amberes y recibió la primera                    educación en Gante (Bélgica), pero aún niño vino con                    sus padres a España y luego pasaron a México. Es hijo                    del convento de Santo Domingo de México donde hizo                    profesión en 1592.   |           
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Fuente: Archivalencia.org 
        Elvira de la Natividad            de Nuestra Señora y compañeras,            Beatas Mártires, 19 de agosto          
              
 Mártires                  Carmelitas              Martirologio Romano: En el lugar llamado El Saler, en la                      región valenciana (España), beatas Elvira de la                      Natividad de Nuestra Señora Torrentallé Paraire y                      sus compañeras, vírgenes del Instituto de las                      Hermanas Carmelitas de la Caridad y mártires, que en                      la prueba de la fe por Cristo, su Esposo, obtuvieron                      el fruto eterno (1936).  Elvira Torrentallé Paraire nació en                    Balsareny (Barcelona) el día 29 de Junio de 1883. A                    los 23 años ingresó en el noviciado de Vic (Barcelona)  |           
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Fuente: JesuitasAntillas.org 
        Tomás Sitjar Fortiá,            Beato          Presbitero y Mártir, 19 de agosto   
              
 Presbítero y                  Mártir              Martirologio Romano: En la ciudad de Gandía, de Valencia,                      España, beato Tomás Sitjar Fortiá, presbítero de la                      Compañía de Jesús y mártir, que, persecución contra                      la Iglesia, derramó su sangre por Cristo (1936). Tomás Sitjar Fortiá nació el 21 de marzo                    de 1866 en Girona (Cataluña), e ingresó en la Compañía                    en el noviciado de Veruela (Zaragoza), el 21 de julio                    de 1880. Estudió Filosofía en Tortosa, y durante ocho                    años hizo su magisterio enseñando Filosofía en el                    Seminario Diocesano de Montevideo (Uruguay).  |           
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Guerrico de Igny, Beato Abad,          19 de agosto   
              
 Abad              Martirologio Romano: En el monasterio de Igny, en                      Francia, beato Guerrico, abad. Verdadero discípulo                      de san Bernardo, al no poder dar ejemplo en el                      trabajo a sus hermanos por la debilidad de su                      cuerpo, los fortalecía en la humildad y caridad con                      reiteradas exhortaciones espirituales (1151/1157). Guerrico vivió entre los siglos XI y XII,                    no se cuenta con información sobre sus primeros años,                    los detalles que tenemos son gracias a la biografía de                    Hugo abad de Marchiennes conocemos que llevó vivió                    solo en una casa cercana al monasterio de Tournai, que                    siendo inicialmente agustino pasa a ser benedictino                    bajo el episcopado de Odón de Cambrai. Fue San                      Bernardo quien lo                    conquisto para Claraval, y en 1138 llegó a ser abad de                    Igny (diócesis de Reims) sucediendo al Beato Humberto                    que fue el primer Abad, el monasterio mientras él lo                    regento llegó a ser muy prospero, murió en "su"                    monasterio posiblemente un 19 de agosto, entre los                    años 1151 y 1157.  |           
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Fuentes:          IESVS.org; EWTN.com;          Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es ,          misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/ 
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