martes, 2 de octubre de 2012

Miércoles 03 de Octubre de 2012. San Francisco de Borja ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 57-62

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, uno le dijo:
"Te seguiré adondequiera que vayas".
El respondió:
"Los zorros tienen madriguera y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".
A otro le dijo:
"Sígueme".
El respondió:
"Señor, déjame ir antes a enterrar a mi padre".
Jesús le replicó:
"Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios".
Otro le dijo:
"Te seguiré, Señor, pero déjame primero despídeme de mi familia".
Jesús le contestó:
"El que pone la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las “palabras de vida eterna” (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=272692

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: “si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros” (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). “Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso”. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: “quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación” (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesar pecados graves al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

mie 26a. Ordinario año Par

Antífona de Entrada

Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.

Oración colecta

Oremos:
Señor nuestro, que prometiste venir y hacer tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos la rectitud y sinceridad de vida que nos hagan dignos de esa presencia tuya.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

El hombre no puede hacer triunfar su causa contra Dios

Lectura del libro de Job 9, 1-12.14-16

Job tomó la palabra y dijo a sus amigos:
"Sé muy bien que es así: que el hombre no es justo ante Dios:
Si alguien pretende discutir con él, ni un argumento entre mil podrá rebatir. Sabio y fuerte como es, ¿quién se opone a él y queda sin castigo?
El desplaza las montañas sin que se den cuenta y las sacude con su cólera; hace que la tierra tiemble en sus cimientos, y que se tambaleen sus columnas; manda al sol que no brille y esconde cuando quiere las estrellas; él solo despliega los cielos y camina sobre las olas del mar; él creó la Osa y el Orión, las Pléyades y la constelación del sur; hace prodigios incomprensibles, maravillas sin número.
Pasa junto a mí, y no lo veo; pasa rozándome, y no me doy cuenta; si captura una presa, ¿quién se lo impedirá?, ¿quién podrá decirle: "¿Qué estás haciendo?"
¡Cuánto menos podré yo reclamarle, encontrar argumentos contra él! Aunque tuviera razón, no debo reclamar. Sólo puedo suplicar al que me acusa. Aunque lo llamara y él me respondiera, no creo que hiciera caso a mi llamada".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 87, 10bc-11.12-13.14-15

Señor, que llegue hasta ti mi súplica.

Todo el día te estoy invocando, Señor, y extiendo mis manos hacia ti. ¿Harás maravillas en favor de los muertos? ¿Se alzarán las sombras para darte gracias?
Señor, que llegue hasta ti mi súplica.

¿Se proclama tu amor en la tumba, o tu fidelidad en el reino de la muerte? ¿Se conocen en la oscuridad tus maravillas, o tu salvación en la tierra del olvido?
Señor, que llegue hasta ti mi súplica.

Pero yo te pido auxilio, Señor, por la mañana irá a tu encuentro mi súplica. ¿Por qué me rechazas, Señor, y te alejas de mí?
Señor, que llegue hasta ti mi súplica.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Todo lo considero una pérdida y lo tengo por basura, para ganar a Cristo y vivir unido a él.
Aleluya.

Evangelio

Te seguiré adondequiera que vayas

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 57-62

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, uno le dijo:
"Te seguiré adondequiera que vayas".
El respondió:
"Los zorros tienen madriguera y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".
A otro le dijo:
"Sígueme".
El respondió:
"Señor, déjame ir antes a enterrar a mi padre".
Jesús le replicó:
"Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios".
Otro le dijo:
"Te seguiré, Señor, pero déjame primero despídeme de mi familia".
Jesús le contestó:
"El que pone la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Que este sacrificio, Señor, que vamos a ofrecerte, nos purifique y no, renueve y nos ayude a obtener la recompensa eterna, prometida a quienes cumplen tu voluntad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

Proclamación del misterio de Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación,darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya resurrección proclamamos con viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos con firmísima esperanza.
Por eso,
con todos los ángeles y santos, te alabamos proclamando sin cesar:

Antífona de la Comunión

El Señor colmó el deseo de su pueblo: comieron y quedaron satisfechos.

Oración después de la comunión

Oremos:
Señor, aviva cada vez más en nosotros el deseo de recibir este pan eucarístico, por medio del cual nos comunicas tú la vida verdadera.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

 

 

Dia 3/10 San Francisco de Borja ( religioso, blanco)

Antífona de Entrada

Estos son los santos que recibieron la bendición la bendición del Señor, a los que hizo justicia el Dios de salvación; éste es el grupo que busca al Señor.

Oración Colecta

Oremos:
¡Oh Dios!, que has llamado a san Ignacio de Borja para que buscase tu reino sobre todas las cosas por el camino de la caridad perfecta; concédenos que, fortalecidos por su intercesión, avancemos con espíritu de alegría en el camino del amor.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

Lo que para mí era ganancia, lo he estimado como perdida

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 7-14

Hermanos: Lo que para mí era ganancia, por Cristo, lo he estimado como pérdida. Y más todavía: Todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.
Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él, no con una justicia mía, la de la ley, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe. Para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, para llegar un día a la resurrección de entre los muertos.
No es que ya haya conseguido el premio, o que ya esté en la meta: yo sigo corriendo. Y aunque poseo el premio, porque Cristo Jesús me lo ha entregado, hermanos, yo a mí mismo me considero corno si aún no hubiera conseguido el premio. Sólo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio, al que Dios desde arriba me llama en Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 22

El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.
El Señor es mi pastor, nada me falta.

Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.
El Señor es mi pastor, nada me falta.

Preparas una mesa ante mí enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
El Señor es mi pastor, nada me falta.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.
El Señor es mi pastor, nada me falta.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Vengan conmigo, dice el Señor, y los haré pescadores de hombres.
Aleluya.

Evangelio

El que se humilla será enaltecido

†Lectura de l santo Evangelio según san Lucas 18, 9-14

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús esta parábola por algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos, y despreciaban a los demás:
"Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era un fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo".
El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador".
Les digo que éste bajó a su casa justificado y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Señor, escucha con bondad nuestra súplica y protégenos con la intercesión de tus santos, para que tributemos siempre un culto digno a tu divina Majestad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

Prefacio

La gloria de los santos

En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo.
Porque tu gloria resplandece en cada uno de los Santos, ya que, al coronar sus méritos, coronas tus propios dones. Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con la multitud de los santos, te cantamos un himno de alabanza diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

Los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Por este sacramento que hemos recibido, concédenos, Señor, imitar a san Francisco de Borja en su caridad y en su celo apostólico, para que gustemos los frutos de tu amor y no entreguemos a la salvación de nuestros hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

26ª semana. Miércoles

PARA SEGUIR A CRISTO

— Desprendimiento para seguir a Cristo. Los bienes materiales son solo medios. Aprender a vivir la pobreza cristiana.

— Consecuencias de la pobreza: el uso del dinero, evitar los gastos innecesarios, el lujo, el capricho...

— Otras manifestaciones de la pobreza cristiana: rechazar lo superfluo, las falsas necesidades... Llevar con alegría la escasez y la necesidad.

I. Relata el Evangelio de la Misa1 que Jesús se disponía a pasar a la otra orilla del lago. Se le acerca entonces un escriba que se siente movido a acompañar al Maestro: te seguiré a donde quiera que vayas, le dice. Y Jesús le expone en breves palabras el panorama que se le presenta si emprende el camino: la renuncia a la comodidad, el desprendimiento de las cosas, una disponibilidad completa al querer divino: las raposas tienen sus madrigueras y los pájaros del cielo sus nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar su cabeza.

Jesús pide a sus discípulos, a todos, un desasimiento habitual: la costumbre firme de estar por encima de las cosas que necesariamente hemos de usar, sin que nos sintamos atados por ellas. Para quienes hemos sido llamados a permanecer en medio del mundo, mantener el corazón desprendido de los bienes materiales requiere una atención constante, sobre todo en un momento en que el deseo de poseer y de gustar de todo lo que apetece a los sentidos se muestra como un afán desmedido y, para muchos –da esa impresión–, el fin principal de la vida2.

Vivir la pobreza que Cristo pide a los suyos requiere un gran desprendimiento interior: en el deseo, en el pensamiento, en la imaginación; exige vivir con el mismo espíritu del Señor3. Una de las primeras manifestaciones de la pobreza evangélica es utilizar los bienes como medios4, no como fines en sí mismos; y, al considerar esta enseñanza concreta del Maestro, pedimos al Señor no dejarnos llevar por el deseo desmedido de tener más, de aparentar, de poner en ellos la seguridad de la vida. Los medios materiales son bienes cuando se utilizan para un fin superior: sostener la familia, educar a los hijos, adquirir una mayor cultura en provecho de la sociedad, ayudar a obras de apostolado y a quienes están más necesitados... Pero esto no es fácil a la hora de la práctica, porque el hombre tiende a dejar que el corazón se apegue a los medios materiales sin medida ni templanza. Es necesario aprender en la vida real cómo hemos de comportarnos para no caer en esos duros lazos que impiden subir hasta el Señor. Y esto tanto si tenemos muchos bienes como si no poseemos ninguno, pues no se confunde la pobreza con el no tener: “la pobreza que Jesús declaró bienaventurada es aquella hecha a base de desprendimiento, de confianza en Dios, de sobriedad y disposición a compartir con otros”5. Esta es la pobreza al menos de quienes han de vivir v santificarse en medio del mundo.

También San Pablo nos dice que sostuvo ese aprendizaje para vivir desprendido en toda circunstancia: he aprendido -dice a los cristianos de Filipo- a vivir en pobreza; he aprendido a vivir en abundancia; estoy acostumbrado a todo y en todo: a la hartura y a la escasez; a la riqueza y a la pobreza. Todo lo puedo en Aquel que me conforta6. Su seguridad y su confianza estaban puestas en Dios.

II. No podemos dejar de contemplar a Cristo, que no tenía dónde reclinar la cabeza..., porque si queremos seguirle hemos de imitarle. Aunque debamos utilizar medios materiales para cumplir nuestra misión en el mundo, nuestro corazón ha de estar como el del Señor: libre de ataduras.

La verdadera pobreza cristiana es incompatible, no solo con la ambición de bienes superfluos, sino con la inquieta solicitud por los necesarios. Si esto le ocurriera a una persona que, respondiendo a la llamada del Señor, lo ha dejado todo para seguirle más de cerca, indicaría que su vida interior se está llenando de tibieza, que está intentando servir a dos señores7. Por el contrario, la aceptación de las privaciones y de las incomodidades que la pobreza lleva consigo, une estrechamente a Jesucristo, y es señal de predilección por parte del Señor, que desea el bien para todos, pero de modo muy particular para quienes le siguen.

Un aspecto de la pobreza cristiana se refiere al uso del dinero. Hay cosas que son objetivamente lujosas, y desdicen de un discípulo de Cristo especialmente cuando tantos padecen necesidad y escasez, aun cuando resulten corrientes en el medio en el que cada uno se mueve. Son objetos, comodidades, caprichos..., que no deben entrar en los gastos ni en el uso –aunque no suponga desembolso alguno– de quien desea tener por Maestro a Aquel que no tenía dónde reclinar su cabeza. El prescindir de esas comodidades o de lujos y caprichos chocará quizá con el ambiente y puede ser en no pocas ocasiones el medio que utilice el Señor para que muchas personas se sientan movidas a salir de su aburguesamiento.

Los gastos motivados por el capricho son, por otro lado, lo más opuesto al espíritu de mortificación, a un sincero anhelo de imitar a Jesús. Es lógico pensar que tampoco tendría el espíritu de Cristo quien se dejara llevar por esos deseos por el solo hecho de que quien los paga es el Estado, la empresa o un amigo... Es el corazón el que seguiría a ras de tierra, incapaz de levantar el vuelo hasta los bienes sobrenaturales. Una persona así se iría incapacitando incluso para entender que existen otros bienes superiores a los del cuerpo, a los de los sentidos.

Pobres, por amor a Cristo, en la abundancia y en la escasez. En cada una de estas situaciones el uso de los bienes adquirirá unas formas quizá distintas, pero con los mismos sentimientos y disposiciones en el corazón. “Copio este texto, porque puede dar paz a tu alma: “Me encuentro en una situación económica tan apurada como cuando más. No pierdo la paz. Tengo absoluta seguridad de que Dios, mi Padre, resolverá todo este asunto de una vez.

“Quiero, Señor, abandonar el cuidado de todo lo mío en tus manos generosas. Nuestra Madre –¡tu Madre!– a estas horas, como en Caná, ha hecho sonar en tus oídos: ¡no tienen!... Yo creo en Ti, espero en Ti, Te amo, Jesús: para mí, nada; para ellos”“8. Quizá muchas veces tendremos necesidad de hacer nuestra esta oración.

III. Nosotros queremos seguir de cerca a Cristo, vivir como Él vivió, en medio del mundo, en las circunstancias particulares en las que nos toca vivir. Un aspecto de la pobreza que el Señor nos pide es el de cuidar, para que duren, los objetos que usamos. Esta actitud requiere mortificación, un sacrificio pequeño, pero constante, porque es más cómodo dejar la ropa en cualquier sitio y de cualquier forma, o dejar para más tarde –sin fecha fija– ese pequeño arreglo que, si se hace pronto, evita un gasto mayor.

También quien procura no tener nada superfluo está cerca del desprendimiento que Cristo nos pide. Para esto es necesario que nos preguntemos muchas veces: ¿necesito realmente estos objetos?, ¿dos plumas o dos bolígrafos?... “Lo superfluo de los ricos –afirma San Agustín– es lo necesario de los pobres. Se poseen cosas ajenas cuando se poseen cosas superfluas”9. ¿Tengo yo muchas cosas superfluas que para nada necesito?: calzado, utensilios, ropa de deporte, vestidos... ¿Tengo presente que, en buena parte, el desprendimiento cristiano consiste en “no considerar –de verdad– cosa alguna como propia”10, y actúo en consecuencia?

Es evidente que la pobreza cristiana es compatible con esos adornos de la casa de una familia cristiana, que se distingue más por el buen gusto y por la limpieza (¡hacer que las cosas luzcan y rindan!) y sencillez, que por lo ostentoso y llamativo. La casa debe ser un lugar donde la familia se siente a gusto y a donde todos los miembros desean llegar cuanto antes por el cariño que en ella se respira, pero no un lugar que sea una continua ocasión de aburguesamiento, de falta de sacrificio en los pequeños y en los mayores... Privarse de lo superfluo significa, sobre todo, no crearse necesidades. “Hemos de exigirnos en la vida cotidiana, con el fin de no inventarnos falsos problemas, necesidades artificiosas, que en último término proceden del engreimiento, del antojo, de un espíritu comodón y perezoso. Debemos ir a Dios con paso rápido, sin pesos muertos ni impedimentos que dificulten la marcha”11.

No tener cosas superfluas o innecesarias significa aprender a no crearnos falsas necesidades, de las que se puede prescindir con un poco de buena voluntad. Y, a la vez, agradecer al Señor constantemente los medios necesarios para el trabajo, para el sostenimiento de las personas que tenemos a nuestro cargo y poder ayudar en las necesidades de las obras apostólicas en las que colaboramos; estando dispuestos a prescindir de ellos, si Dios así lo permite; sin quejarnos cuando falte lo necesario, ni perder la alegría profunda de quien se sabe en las manos de Dios, pero poniendo los medios para salir de esa situación.

La Virgen Santa María nos ayudará a llevar a la práctica, de verdad, este consejo: “No pongas el corazón en nada caduco: imita a Cristo, que se hizo pobre por nosotros, y no tenía dónde reclinar su cabeza.

“—Pídele que te conceda, en medio del mundo, un efectivo desasimiento, sin atenuantes”12.

1 Lc 9, 57-62. — 2 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 63. — 3 Cfr, San Francisco de Sales, Introducción a la vida devota, III, 15. — 4 A. Tanquerey, Compendio de Teología ascética y mística, Palabra, Madrid 1990, n. 897. — 5 S. Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción sobre la libertad cristiana y liberación, 22-III-1986, 66. — 6 Flp 4, 12-13. — 7 Cfr. Mt 6, 24. — 8 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 807. — 9 San Agustín, Comentarios sobre el Salmo 147. — 10 San Josemaría Escrivá, o. c., n. 524. — 11 Ídem, Amigos de Dios, 125. — 12 ídem, Forja, n. 523.

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Santoral             (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

 

San Francisco de Borja
Año 1572

Señor: que como tu amigo Francisco de Borja sepamos dominar el cuerpo y el orgullo 
y dedicarnos con todas nuestras fuerzas y cualidades a obtener 
que las gentes te amen más y te sirvan mejor. Amén.

 Domino mi cuerpo para no ser descalificado en el día final (San Pablo).

La familia española Borja o Borgia se hizo célebre cuando Alfonso Borgia fue elegido papa con el nombre de Calixto III y luego cuando otro Borgia fue nombrado Pontífice y se llamó Alejandro VI. Este Borgia antes de ser Pontífice había tenido cuatro hijos, y uno de ellos fue el padre de nuestro santo.

Francisco de Borja era nieto del Papa Alejandro VI por parte del padre; nieto del rey Fernando de Aragón por parte de la madre, primo del emperador Carlos Quinto e hijo del Duque de Gandía.

En su familia se preocuparon porque el joven recibiera la mejor educación posible y fue enviado a la corte del emperador para que allí aprendiera el arte de gobernar. Esto le fue de gran utilidad para los cargos que tuvo que desempeñar más tarde.

Contrajo matrimonio con Leonor de Castro, una joven de la corte del emperador y tuvo seis hijos. Su matrimonio duró 17 años y fue un modelo de armonía y de fidelidad.

El emperador Carlos V lo nombró virrey de Cataluña (con capital Barcelona) región que estaba en gran desorden y con muchas pandillas de asaltantes. Francisco puso orden prontamente y demostró tener grandes cualidades para gobernar. Más tarde cuando sea Superior General de los jesuitas dirá: "El haber sido gobernador de Cataluña me fue muy útil porque allá aprendí a tomar decisiones importantes, a hacer de mediador entre los que se atacan, y a ver los asuntos desde los dos puntos de vista, el del que ataca y el del que es atacado".

La reina de España era especialmente hermosa, pero murió en plena juventud, y Francisco fue encargado de hacer llevar su cadáver hasta la ciudad donde iba a ser sepultada. Este viaje duró varios días, y al llegar al sitio de su destino, abrieron el ataúd para constatar que sí era ese el cadáver de la reina. Pero en aquel momento el rostro de la difunta apareció tan descompuesto y maloliente, por la putrefacción que Francisco se conmovió hasta el fondo de su alma, y se propuso firmemente: "Ya nunca más me dedicaré a servir a jefes que se me van a morir". En adelante se propone dedicarse a servir únicamente a Cristo Jesús que vive para siempre.

La gente empezó a notar que la vida y el comportamiento del virrey Francisco cambiaban de manera sorprendente. Ya no le interesaban las fiestas mundanas, sino los actos religiosos. Ya no iba a cacerías y a bailes, sino a visitar pobres y a charlar con religiosos y sacerdotes. Un obispo escribía de él en ese tiempo: "Don Francisco es modelo de gobernantes y un caballero admirable. Es un hombre verdaderamente humilde y sumamente bondadoso. Un hombre de Dios en todo el sentido de la palabra. Educa a sus hijos con un esmero extraordinario y se preocupa mucho por el bienestar de sus empleados. Nada le agrada tanto como la compañía de sacerdotes y religiosos". Algunos criticaban diciendo que un gobernador no debería ser tan piadoso, pero la mayor parte de las personas estaban muy contentas al verlo tan fervoroso y lleno de sus virtudes.

En 1546 murió su santa esposa, la señora Leonor. Desde entonces ya Francisco no pensó sino en hacerse religioso y sacerdote. Escribió a San Ignacio de Loyola pidiéndole que lo admitiera como jesuita. El santo le respondió que sí lo admitiría, pero que antes se dedicara a terminar la educación de sus hijos y que aprovechara este tiempo para asistir a la universidad y obtener el grado en teología. Así lo hizo puntualmente (San Ignacio le escribió recomendándole que no le contara a la gente semejante noticia tan inesperada, "porque el mundo no tiene orejas para oír tal estruendo").

En 1551, después de dejar a sus hijos en buenas posiciones y herederos de sus muchos bienes, fue ordenado como sacerdote, religioso jesuita. Esa fue "la noticia del año" y de la época, que el Duque de Gandía y gobernador de Barcelona lo dejaba todo, y se iba de religioso, y era ordenado sacerdote. El gentío que asistió a su primera misa fue tan extraordinario que tuvo que celebrarla en una plaza.

En 1554 fue nombrado por San Ignacio como superior de los jesuitas en España. Dicen que él fue propiamente el propagador de dicha comunidad en esas tierras. Con sus cualidades de mando organizó muy sabiamente a sus religiosos y empezó a enviar misioneros a América. El número de casas de su congregación creció admirablemente.

Lo primero que se propuso fue dominar su cuerpo por medio de fuertes sacrificios en el comer y beber y en el descanso. Era gordo y robusto y llegó a adelgazar de manera impresionante. Al final de su vida dirá que al principio de su vida religiosa y de su sacerdocio exageró demasiado sus mortificaciones y que llegaron a debilitar su salud.

Otro de sus grandes sacrificios consistió en dominar su orgullo. Los primeros años de su vida religiosa los superiores lo humillaron más de lo ordinario, para probar si en verdad tenía vocación. A él, que había sido Duque y gobernador, le asignaron en la comunidad el oficio de ayudante del cocinero, y su oficio consistía en acarrear el agua y la leña, en encender la estufa y barrer la cocina. Cuando se le partía algún plato o cometía algún error al servir en el comedor, tenía que pedir perdón públicamente de rodillas, delante de todos. Y jamás se le oyó una voz de queja o protesta. Sabía que si no dominaba su orgullo nunca llegaría a la santidad.

Una vez el médico le dijo al hacerle una curación dolorosa: "Lo que siento es que a su excelencia esto le va a doler". Y él respondió: "Lo que yo siente es que usted le diga excelencia a semejante pecador".

Cuando la gente lo aplaudía o hablaba muy bien de él, se estremecía de temor. Un día afirmaba: "Soy tan pecador, que el único sitio que me merezco es el infierno". A otro le decía: "Busqué un puesto propio para mí en la Biblia, y vi que el único que me atrevería a ocupar sería a los pies de Judas el traidor. Pero no lo pude ocupar, porque allí estaba Jesús lavándole los pies". Así de humildes son los santos.

Al morir San Ignacio lo reemplazó el Padre Laínez. Y al morir éste, los jesuitas nombraron como Superior General a San Francisco de Borja. Durante los siete años que ocupó este altísimo cargo se dedicó con tan grande actividad a su oficio, que ha sido llamado por algunos, "el segundo fundador de los jesuitas". Por todas partes aparecieron casas y obras de su comunidad, y mandó misioneros a los más diversos países del mundo. El Papa y los Cardenales lo querían muchísimo y sentían por él una gran admiración. Organizó muy sabiamente los noviciados para sus religiosos y con su experiencia de gobernante dio a la Compañía de Jesús una organización admirable.

El Sumo Pontífice envió un embajador a España y Portugal a arreglar asuntos muy difíciles y mandó a San Francisco que lo acompañara. La embajada fue un fracaso, pero por todas partes las gentes lo aclamaron como "el santo Duque" y sus sermones producían muchas conversiones.

Al volver a Roma se sintió muy debilitado. Se había esforzado casi en exceso por cumplir sus deberes y se había desgastado totalmente. Y el 30 de septiembre de 1572 entregó su alma al Creador. Uno de los que trataron con él exclamó al saber la noticia de su muerte: "Este fue uno de los hombres más buenos, más amables y más notables que han pisado nuestro pobre mundo".

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Dionisio el Areopagita, Santo Discípulo de San Pablo, Octubre 3  

Dionisio el Areopagita, Santo

Discípulo de San Pablo

Martirologio RomanoConmemoración de san Dionisio Areopagita, que se adhirió a Cristo al escuchar al apóstol san Pablo hablando ante el Areópago, y fue primer obispo de Atenas (s. I).

Después del discurso de San Pablo en el Areópago de Atenas, muchos se convirtieron al cristianismo. en los "Hechos de los Apóstoles" (17, 34), se nombra a un tal "Dionisio el Areopagita" convertido por San Pablo con su discurso en el Areópago. Al parecer era miembro del tribunal, y por lo tanto, de la aristocracia ateniense. Y dicen los Hechos, que se convirtió Dionisio el Areopagita "y una mujer llamada Dámaris", según una tradición atribuida a San Juan Crisóstomo, ésta sería la esposa de Dionisio, pero es una suposición sin prueba alguna. En el Martirologio Santa Dámaris figura como Virgen.

Según un escrito posterior, Dionisio y el sofista Apollofanes habrían visto el eclipse del sol el día de la crucifixión y según De divinis nominibus (III, 2) Dionisio habría asistido a la Dormición de la Santísima Virgen.

En una carta de Dionisio, obispo de Corinto, contemporáneo del Papa Sotero, escrita a los atenienses antes de 175, se dice que Dionisio el Areopagita, murió como primer obispo de Atenas.

Una leyenda tardía lo ha confundido con el primer obispo de París, martirizado alrededor de 270. Tal identificación la encontramos en el Martirologio y en el Breviario Romano, el 9 de octubre. Pero en el Vetus Romanum Martyrologium, los dos Dionisios se distinguen claramente uno del otro; el 3 de octubre, en efecto, se lee: "Athenis, Dionysii Areopagitae, sub Adriano diversis tormentis passi, ut Aristides testis est in opere quod de Christiana religione composuit; y el 9 de octubre: "Parisiis Dionysii episcopi cum sociis suis a Fescennino cum gladio animadversi" (PL, CXXIII, col. 171).

La Crónica que lleva el nombre de Lucius Dexter identifica a San Dionisio de París con Dionisio el Areopagita, pero comúnmente se niega la autenticidad de este escrito. El primero que identificó a los dos Dionisios fue Hilduinus, abad de San Dionisio (m. 840), en la "Vita S. Dionysii".

Bajo el nombre de Dionisio el Areopagita, está sitado un escrito, que probablemente un monje siríaco promovido al episcopado, compuso entre 480 y 530 y que obtuvo gran difusión y ejerció gran influencia durante todo el Medioevo: De coelesti hierarchia; De mystica theologia; De ecclesiastica hierarchia; De divinis nominibus, y diez epístolas. Estos textos son mencionados actualmente como escritos por Pseudo Dionisio el Areopagita.

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Juliano de Palermo, Beato Monje, Octubre 3  

Juliano de Palermo, Beato

Monje del siglo XV

Etimología: Juliano = de cabellera abundante y rizada. Viene de la lengua griega.

Juliano fue un monje en el siglo XV. La historia de este beato nos lleva a Sicilia sumida en guerras, en rebeliones y con muchos prisioneros.

El intentó, en medio de tantas dificultades, sembrar la paz y la concordia entre todos.

Y en esta caso, la regla de la paciencia serena fue para él y para los demás la mejor arma de combate.

Fue el primero en lamentarse de los lentos procesos judiciales. El, que era un benedictino de Palermo dela mitad de 1400, luchó con todo el arrojo y la fuerza que salían de corazón lleno de esperanza.

No se quedaba quieto. El apóstol encuentra en la oración la energía necesaria para cumplir con su misión.

Tuvo que enviar cinco delegaciones para tratar la paz con el Sultán de Túnez. El motivo centra era la devolución de los prisioneros cristianos.
El mismo había ido en 1438 y 1452 enviado por el rey de Aragón, Alfonso el Magnánimo.

Logró que las relaciones entre musulmanes y cristianos fueran cordiales.

Era una persona cualificada para este menester..

Había nacido en Palermo y se hizo benedictino porque anhelaba una vida de contemplación y de soledad.

Hizo un hospital con criterios modernos. Tuvo, más tarde, que representar al rey en el parlamento de Palermo. Cuando podía, iba al santuario de Romitello para hacer oración y penitencia. Aquí le vino la muerte en la paz de Dios.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Domingo Spadafora, Beato Presbítero dominíco, Octubre 3  

Domingo Spadafora, Beato

Presbítero Dominico

Martirologio Romano: En Montecerignone, de la Romagna, beato Domingo Spadafora, presbítero de la Orden de Predicadores, que trabajó diligentemente en el ministerio de la predicación (1521).

Domingo Spadafora, nació en Randazzo en 1450, de la nobilísima y antiquísima familia Spadafora, oriunda de Costantinopoli, llamada así porque tenía el privilegio de llevar la espada desenvainada en presencia del Emperador. Domingo, despreciando cualquier humana grandeza, decidido honrar y servir al Señor de los Señores entró en la Orden Dominica, en el floreciente Convento de Santa Zita en Palermo, fundado por Pedro Jeremías.

Enviado a Padua para completar sus estudios, si admirables fueron sus progresos en la ciencia, más admirables fueron los adquiridos en la sólida virtud. Conseguido el doctorado, y de regreso en su patria, su santidad y saber no pudieron permanecer escondidos y fue nombrado ayudante del Maestro General.

En una capillita de Monte Cerignone, en el estado de Urbino, había una milagrosa imagen de la Santísima Virgen por la que los habitantes tenían gran veneración; deseando edificar allí una iglesia con religiosos que se dedicasen a la cura espiritual de la población circundante, pensaron en los dominicos.

Se dirigieron al Maestro General para conseguir que se iniciara una obra tan ventajosa para las almas y para la gloria de la Virgen, a la cual la Orden profesa especial devoción. El proyecto se aprobó, y Domingo fue elegido para dirigir la nueva fundación. En 1491 surgieron así la iglesia y el Convento del cual Domingo fue guía hasta su muerte. Para edificación de toda la población, en la ferviente comunidad florecieron las leyes y el espíritu de la Orden.

En todo Montefeltro se lo consideraba a Domingo un santo, y como tal fue venerado después de su muerte, sobrevenida el 21 de diciembre de 1521. Fue sepultado en la iglesia conventual, y en 1545 se encontró su cuerpo incorrupto. Desde 1677 es venerado en la iglesia de Santa Maria in Reclauso en Monte Cerignone.

El Papa Benedicto XV confirmó su culto el 12 de enero de 1912. El 3 de octubre se conmemora el aniversario de la traslación de sus reliquias llevada a cabo en 1677.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Gerardo de Brogne, Santo Abad, Octubre 3  

Gerardo de Brogne, Santo

Abad

Martirologio Romano: En la región de Namur, en Lotaringia, san Gerardo, primer abad del monasterio de Brogne, que él mismo había fundado. Trabajó para instaurar la disciplina monástica en Flandes y Lotaringia, y ayudó a muchos monasterios a recuperar la observancia primitiva (959).

El ejemplarísimo abad san Gerardo, fue hijo de Estancio, varón ilustre de la casa de Haganón, duque de la Austrasia inferior, y de Plectrudis, hermana de Esteban, obispo de Lieja.

Hiciéronle seguir sus padres desde muy joven la carrera de las armas, propia a la sazón de mancebos nobles, y le enviaron a la corte de Berengario conde de Namur; donde resplandeció así por la modestia de sus costumbres, como por la discreción de sus palabras y natural elegancia de su persona.

Cobróle tanto amor el conde, que le llevó a su casa, y se servía de él para muchas cosas de importancia, y así le envió a Francia por su embajador para tratar con el príncipe Roberto un negocio grave que se le ofrecía. Luego que llegó a París, dejando allí sus criados, se fue solo al monasterio de san Dionisio para retirarse en él algunos días; y quedó tan edificado de la virtud de los monjes, y tan aficionado al sosiego y felicidad de la vida religiosa, que determinó dar libelo de repudio a todas las cosas de la tierra, para recogerse a servir a Dios en aquel monasterio.

Trató los negocios a que iba, y volviendo a dar cuenta de ellos al conde Berengario, suplicóle que le diese licencia pata profesar en dicho monasterio: y aunque con mucha dificultad y tristeza del conde, obtuvo su beneplácito. Vistióse pues el hábito de san Benito, y desde luego fue espejo de toda santidad y virtud.

Allí comenzó a estudiar desde las primeras letras como niño, y aprovechó tanto en las humanas y después en las divinas, que a los nueve años de su conversión se ordenó de sacerdote con grande gozo de su espíritu, y aprovechamiento de los otros monjes, de los cuales era tenido en gran veneración. Fue el primer abad del célebre monasterio de Broñá, a cuya iglesia trasladó con gran solemnidad muchas reliquias de santos cuerpos.

Un día vino al monasterio una mujer ciega y pidió que le diesen del agua con que el santo diciendo misa se había lavado los dedos: lavóse con ella los ojos, y luego cobró la vista. Habiendo recibido el marqués Arnulfo, señor de Flandes, de mano del santo la Comunión, se vio enteramente libre de un mal de piedra que le fatigaba mucho, encomendóle el gobierno de todas las abadías que tenía en su estado, y el santo las reformó, y tuvo cargo de diez y ocho monasterios, en los cuales floreció la más perfecta observancia religiosa. Finalmente recogido en su pobre monasterio de Bro ñá, y cargado de días y merecimientos, dio su espíritu al Señor, el cual le ilustró con muchos milagros.

REFLEXIÓN

Siempre han sido las órdenes religiosas semillero de santos, y la vida ejemplar de sus miembros poderoso aliciente para atraer las almas a la virtud. Si no tienes valor, oh cristiano, para despojarte, a imitación de san Gerardo, de las cosas de la tierra (que tarde o temprano te ha de arrebatar la muerte), tenlo al menos para dejarlas con el afecto, poniendo tu principal cuidado en amar y servir a Dios solamente y a todas las de más cosas sólo en Él y por Él. Porque ¿de qué nos aprovechará ganar todo el mundo, si perdemos el alma? Esta máxima bien ponderada hizo de un Javier un apóstol: ésta ha poblado el cielo de santos y ésta debe ser la única norma de todas nuestras acciones. ¡Dichoso quien se guía por ella, pues tiene asegurada su eterna salvación, único negocio para el cual estamos en este mundo, y que nos ha de preocupar seriamente!

ORACIÓN

Rogámoste, Señor, que nos recomiende delante de Ti la intercesión del bienaventurado abad Gerardo, para que alcancemos con su patrocinio lo que no podemos conseguir por nuestros méritos.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Quintín, San Mártir, Octubre 3  

Quintín, San

Mártir

Martirologio Romano: En la región de la Galia Turonense, san Quintín, mártir (s. VI)

Etimología: Quintín = aquel que ha nacido en quinto lugar, viene del latín


Según la Vida conservada en la Biblioteca Nacional de París, escrita en el siglo XIII, Quintín, nativo de la región parisina, estaba al servicio de Gontranno, noble de la Turingia, dignatario en la corte de Clotario I (m. 561).

Habiéndose rehusado a las propuestas indecentes de la mujer de su patrón, Aza, esta vengativa mujer decide desembarazarse de él. Para llevar a cabo su venganza, lo hace conducir por sus cómplices junto al río, y allí fue decapitado.

La cabeza, arrojada a una fuente, hizo milagrosas sus aguas. La leyenda es muy creíble y se encuadra en el contexto histórico y aún bárbaro del siglo VI secolo, donde la lujuria y la violencia eran usuales en la corte de los francos.

El oscuro autor concluye su relato con una violenta invectiva contra las mujeres malvadas, con la intención de dar una lección moral.

De San Quintín se sabe que ya en el siglo IV se le rendía culto el 4 de octubre en Tours, y de allí se extiende un poco a la región interna; en la catedral de San Esteban de Meaux son custodiadas, por lo menos desde el siglo XIII, las reliquias de San Quintín Mártir, venerado en Meaux, muerto por haber querido respetar los Mandamientos de Dios y por fidelidad a su patrón.

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Ambrosio Francisco Ferro y 29 compañeros mártires, Beatos Mártires de Brasil, 3 de octubre  

Ambrosio Francisco Ferro y 29 compañeros mártires, Beatos

Mártires de Brasil

Martirologio Romano: En la ciudad de Cunhaú, cerca de Natal, en Brasil, beatos Andrés de Soveral, presbítero de la Compañia de Jesús, y Domingo Carvalho, mártires, que dolosamente encerrados en la iglesia cuando celebraban la Misa, tanto ellos como un grupo de fieles fueron cruelmente asesinados por unos soldados (16 de julio 1645).

Junto al río Uruaçu, cerca de Natal, en Brasil, beatos Ambrosio Francisco Ferro, presbítero, y compañeros, mártires, que dieron la vida víctimas de la opresión que se desencadenó contra la fe católica (1645). Sus nombres son: beatos Antonio Baracho, Antonio Vilela Cid, Antonio Vilela hijo y su hija, Diego Pereira, Manuel Rodrigues Moura y su esposa, hija de Francisco Dias hijo, Francisco de Bastos, Francisco Mendes Pereira, Juan da Silveira, Juan Lostau Navarro, Juan Martins y siete jóvenes, José do Porto, Mateo Moreira, Simón Correia, Esteban Machado de Miranda y dos hijas suyas, Vicente de Souza Pereira (3 de octubre 1645).

Martirio de Cunhaú

El 16 de julio de 1645, los holandeses que ocupaban el nordeste de Brasil, llegaron a Cunhaú, en Río Grande del Norte, donde varios colonos residían en los alrededores del Molino, ocupados en la plantación de la caña de azúcar. Era un domingo. La hora de la misa, 69 personas se reunieron en la capilla Nuestro Señora de Candeias. La capilla fue rodeada e invadida por soldados e indios que eliminaron a todos los que allí estaban, incluyendo al párroco sacerdote Andrés de Soveral que celebraba la misa. Ellos no opusieron resistencia a los agresores y entregando sus almas piadosamente al Creador.

Martirio de Uruaçu

Aterrorizados por lo acontecido en Cunhaú, muchos habitantes pidieron asilo en el Fuerte Reis Magos (“Reyes Magos”), o se refugiaban en lugares improvisados. El 3 de octubre, cerca de 80 fueron llevados a los márgenes de Río Uruaçu, donde los esperaban soldados holandeses e indios armados. Los holandeses, calvinistas de religión, que eran acompañados por un pastor protestante, les ofrecieron a quienes apostataban el perdonarles la vida, todos los que se resistieron a esta oferta fueron bárbaramente sacrificados. Entre ellos estaba Mateo Moreira que, cuando le arrancaban el corazón por la espalda, murió exclamando: "Alabó es Sagrado Sacramento".

Beato Andrés de Soveral
Nacido en São Vicente, hoy el Estado de São Paulo, alrededor del año 1572. Ingresó en la Compañía de Jesús el 6 de agosto de 1593, en Bahia; estudió latín y Teología Moral. Sabiendo muy bien el idioma indígena, estaba a cargo de de la conversión del Indios en los territorios dependientes de la escuela de Pernambuco, en la ciudad de Olinda.

En 1606 viaja a Río Grande en una misión. Probablemente entre 1607 y 1610 pasó al clero diocesano, regresando a Rio Grande en 1614 ya como sacerdote secular y quedándose esta vez como parroco de Cunhaú. El tendría 73 años cuando fue martirizado mientras celebraba la misa en su iglesia parroquial.:

“La figura del P. Andrés de Soveral, el pastor del pequeño rebaño de Cunhaú, despunta como el gran héroe que, no sólo ofreció su vida por la fe en el momento sublime del sacrificio eucarístico, sino que también exhorto a sus feligreses a que hicieran lo mismo, aceptando voluntariamente el martirio” (PEREIRA, F. de Assis. Protomártires de Brasil, p. 17)

Beato Domingo Carvalho

Además del Beato Andrés, Domingo es el único nombre conocido de entre todas las víctimas de la masacre de Cunhaú. Después de la matanza, los asesinos empezaron a hacer fiesta y a robar las pertenencias de los cadáveres. Se dice que en uno de los cuerpos, el de Domingo Carvalho, quien era uno de los principales del lugar, encontraron cierta cantidad de oro que fue distribuido entre en los asesinos.

Beato Ambrosio Francisco Ferro

La primera información que se tiene del P. Ambrosio data de 1636, consistiendo aquella en que él era el vicario de Río Grande. Aparentemente mantenía una relación amistosa con los holandeses, ya que les pidió asilo en la Fortaleza. Otro mártir, el Beato Antonio Vilela Cid, estaba casado con la hermana de P. Ambrósio, Inés Duarte, “açoriana”. Se deduce por lo tanto que él era “açoriano” que es decir portugués.

La lista de los demás beatificados es la siguiente:
Beato Juan Lostau Navarro;
Beato Antonio Vilela Cid;
Beatos Antonio Vilela hijo y su pequeña hija;
Beatos Estaban Machado de Miranda y sus dos pequeñas hijas;
Beatos Manuel Rodrigues de Moura y su esposa;
Beato José do Porto;
Beato Francisco de Bastos;
Beato Diego Pereira;
Beato Vicente de Souza Pereira;
Beato Francisco Mendes Pereira;
Beato Juan de Silveira;
Beato Simón Correia;
Beatos Juan Martins y siete compañeros;
La Beata hija de Francisco Días;
Beato Antonio Barrocho;
Beato Mateo Morreira.

A estos mártires se los recuerda en las dos fechas de sus martirios: 16 de julio y 3 de octubre.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Evaldo el Blanco y Evaldo el Negro, Santos Presbíteros y Mártires, Octubre 3  

Evaldo el Blanco y Evaldo el Negro, Santos

Presbíteros y Mártires

Martirologio Romano: Entre los sajones, dos santos mártires de nombre Ewaldo, uno llamado Negro y el otro Blanco, ambos presbíteros y oriundos de Inglaterra, que,siguiendo el ejemplo de san Willibrordo y sus compañeros, pasaron a evangelizar a los sajones y, habiendo comenzado a predicar a Cristo, fueron apresados por los paganos, consumando el martirio (695).

San Wilbordo y sus once compañeros empezaron la evangelización de Frieslandia en el año 690. Poco después, dos sacerdotes de Nortumbría siguieron el ejemplo de los misioneros y partieron a predicar el Evangelio a los sajones de Westfalia. Ambos habían pasado algún tiempo en Irlanda dedicados a las ciencias sagradas y los dos se llamaban Evaldo. Para distinguirlos, el pueblo los apodaba "el Blanco" y "el Negro", por el color de sus cabellos.

El primero era más versado en la Sagrada Escritura, pero ninguno de los dos cedía ante el otro en devoción y celo. Ambos sacerdotes llegaron a Germania hacia el año 694. Ahí conocieron a cierto personaje que se empeñó en presentarles a su señor, porque los misioneros llevaban algunas noticias que podían interesarle. Dicho Señor feudal los alojó en su casa durante varios días. Los misioneros aprovecharon ese retiro para hacer oración, cantar salmos e himnos y celebrar diariamente el Santo Sacrificio.

Al ver los bárbaros la conducta de los dos predicadores, temerosos de que persuadieran a su señor para que renegase de sus dioses y se convirtiese a la nueva religión, decidieron asesinarlos. A Evaldo el Rubio le degollaron sin más ni más en donde lo encontraron. En cambio, al Moreno le atormentaron largamente con inaudita saña y, antes de matarle, le arrancaron los miembros uno a uno.

Cuando el señor del lugar se enteró de lo sucedido, montó en cólera porque los bárbaros procedieron por su cuenta y ejecutaron a los monjes sin haberles presentado a su juicio. Como represalia, el señor feudal mandó ejecutar a los culpables e incendió la aldea. Los cuerpos de los mártires habían sido arrojados al rio, pero fueron descubiertos gracias al fulgor que despedían. Un monje inglés, llamado Tilmón, recibió aviso de lo que significaba aquel fulgor sobrenatural y les dio honrosa sepultura. San Beda dice que se trataba del río Rin, pero la tradición sitúa el martirio en Aplerbecke, sobre el Embscher, que es un afluente del Rin en las proximidades de Dortmund.

El culto de los dos Evaldos se popularizó inmediatamente. El rey Pepino mandó trasladar las reliquias a la iglesia de San Cuniberto, en Colonia, donde reposan todavía. El Martirologio Romano menciona a los dos Evaldos, que son patronos de Westfallia. San Norberto consiguió algunas reliquias de estos mártires para los premonstratenses, en 1121 i dichos religiosos celebran la fiesta de estos santos.

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Fuente: MadreGuadalupe.com
María Guadalupe (María Francisca) Ricart Olmos, Beata Religiosa y Mártir, Octubre 3  

María Guadalupe (María Francisca) Ricart Olmos, Beata

Primera Mártir Servita

Martirologio Romano: En la aldea de Silla, cerca de Valencia, en España, beata María Guadalupe (María Francisca) Ricart Olmos, religiosa de la Orden de los Siervos de María y mártir, que en la misma persecución recibió el martirio por su testimonio en favor de Cristo (1936).

La Beata María Guadalupe nació el 23 de febrero de 1881 en la ciudad de Albal, a 9 Kilómetros de Valencia. A los pocos días recibió en el bautismo el nombre de María. Fue la segunda hija de Francisco Ricart y de María Olmos. Al primogétito lo llamaron José y a sus hermanos menores Antonio y Filomena. En 1885 fallece su padre por una enfermedad, y su bondadosa madre, considerada por todos como una santa, afrontó la dura tarea de criar a los cuatro hijos y educarlos en el amor de Dios.

María asumió bien pronto responsabilidades dentro del humilde hogar colaborando con su madre en el cuidado de sus hermanos y en las tareas domésticas. Recibió la educación básica siendo unánime el reconocimiento de su capacidad intelectual. Participo vivamente en las actividades de algunos de los grupos parroquiales demostrando un gran entusiasmo como miembro del coro en el que hizo buenas amigas.

El hecho más significativo a nivel espiritual es el de su Primera Comunión. Entonces cuenta con sólo 10 años y representa para ella el inicio de una relación intensa con Jesucristo y su despertar vocacional. Desde ese momento la frecuencia y el modo de participar en la Santa Misa y comulgar, llama la atención de sus parientes y conocidos, que perciben incluso una variación en su carácter, que va transformándose, a medida que crece, de efusivo en moderado sin perder nunca su alegría y jovialidad.

Vocación

La Primera Comunión representa el inicio de su camino vocacional. En esa celebración ocurre un hecho inusual que impacta al párroco, P. Vicente Pastor, quien ese día dirigió a las niñas que ese día iban a comulgar una pregunta muy concreta: "¿alguna de las presentes desea entregarse a Dios para ser su esposa y ser enteramente suya?". Siguió un momento de incertidumbre. Luego se alzó una mano y tras de ella una niña que con voz clara respondió: "¡yo quiero serlo!". Esa niña era nuestra Beata María Guadalupe.

Después su deseo de consagrarse por entero a Dios crecía cada día más. En las visitas frecuentes al Monasterio de Al Pie de la Cruz de las Monjas Siervas de María de Valencia, donde su madre tenía una vieja amiga, encontró su vocación en la Iglesia. Con el consentimiennto de su madre y el apoyo del Párroco pudo ingresar allí a la edad de 15 años. Su inequívoca percepción de que Dios le había elegido nos ha dejado un hermoso testimonio de la madurez religiosa de una niña que daba signos de llegar a ser una gran mujer y una gran cristiana.

Mientras se dirigían a Valencia para entrar en la clausura un desconocido reprochó gritando: "¡Llevan engañada a esa muchacha!". Ella sin perder la calma, al igual que en los momentos del martirio, se giró y dijo: "Sé muy bien lo que hago, pues es Jesús quien me llama".

Sierva de María

Hizo su profesión solemne el 19 de junio de 1900, fiesta en que se recuerda a Santa Juliana Falconieri madre espiritual de la rama femenina de los Siervos de María.

Enamorada del carisma de la Orden vivió plenamente sus valores: la caridad fraterna y la unidad, la oración contemplativa y el humilde servicio y el amor y la devoción a la Virgen Dolorosa, a quien rezaba con fervor la Corona de los Siete Dolores, identificándose con los sufrimientos de la Virgen María. Buscaba siempre el recocimiento y practicaba la penitencia física al contemplar la Pasión de Jesús y a su Madre al pie de la Cruz.

Con un carácter alegre, una fuerte espiritualidad y dotes de liderazgo ocupó el cargo de Maestra de Novicias de 1928 a 1931, y luego el de Priora en los difíciles y confusos años de 1931 hasta 1934. Al acabar el priorato vuelve a ser elegida Maestra de novicias, cargo que ejerció hasta su martirio, dando a sus hermanas el más importante de los ejemplos.

Martirio

La madrugada del 2 de octubre de 1936, unos alborotos interrumpen su oración. Su hermana Filomena y su cuñado José intentaban disuadir a los que registraban su casa, donde ella se había refugiado por la persuecución. Sin dudarlo un instante la beata María Guadalupe salió de su alcoba llevando en la mano un libro de oraciones. Al verla los milicianos le preguntaron: "¿Es usted monja?", responde "Soy monja y si naciese mil veces, lo sería Al Pie de la Cruz", fue arrestada al momento sin que ella opusiese resistencia alguna.

Sostenida por la gracia del Señor, se mostro en todo momento igual de entera y entregada como a lo largo de su vida. Coemnzaba para ella su propio Via Crucis y Via Matris, unida a cada paso a la Pasión del Redentor y a los dolores de su Madre al Pie de la Cruz. Abrazada al crucifijo la subieron a una furgoneta, desde la que daba ánimos a sus familiares: "No lloréis por mí, pues me llevan a matarme y dar la vida por Aquel que primero la dió por mí".

Fue conducida a un tribunal ficticio en el que recibió la sentencia de muerte.

Fue beatificada el 11 de marzo de 2001, por S.S. Juan Pablo II junto a otros
mártires valencianos.

Oración
Dios Padre Santo,
Tú que por medio del Espíritu Santo
alientas a los perseguidos por causa de tu Hijo Jesucristo,
y los llenas de valor y fortaleza para que,
con una fe solida y una esperanza firme,
den testimonio del Evangelio,
te rogamos nos concedas...
(pídase la gracia que se desea obtener)
por intercesión de la Beata María Guadalupe,
quien sostenida por tu gracia,
no vaciló en le momento del martirio,
sinó que se unió gozosa a la Pasión del Redentor
y a los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Padrenuestro, Ave María, Gloria.
Beata María Guadalupe, ruega por nosotros.



Si usted tiene información importante para la canonización de la Beata María Guadalupe, contacte a:
vicepostulacion@madreguadalupe.com
o a través del sitio web
madreguadalupe.com.

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Szilard Ignác Bogdánffy, Venerable Obispo y Mártir, 3 de octubre  

Szilard Ignác Bogdánffy, Venerable

Obispo y Mártir

En la prisión de Aiud, Transilvania (Rumania), venerable Szilard Ignác Bogdánffy, Obispo Auxiliar de Satu Mare y Oradea, mártir durante la ocupación comunista en Rumania ( 1953)

 

Szilard Ignác Bogdánffy nació el 21 de febrero 1911 en la localidad de Feketetó de Banat del Norte (después condado Torontál de Hungría, hoy en Serbia), donde su padre ejerció la función docente. En 1920 la familia se trasladó a Cruceni, donde su padre Szilard Bogdánffy recibió un nuevo puesto de profesor. En 1925 se trasladaron a Timisoara.

En 1925 ingresó a estudiar en el instituto escolapio en Timisoara, y en 1929 ingresó en el Seminario Teológico de Oradea. Fue ordenado diácono el 5 de febrero 1934. Luego fue ordenado sacerdote católico romano en la catedral de Oradea, el 29 de junio de 1934 por el Obispo Itsván Fiedler.

Durante 1935-1939, fue profesor en el colegio católico en Oradea y confesor en el Monasterio de las Ursulinas en la misma ciudad.

En 1939 Szilard Bogdánffy fue señalado por el servicio secreto rumano como importante miembro en las tareas de organizar las actividades del movimiento de Auto-Defensa de Érmihályfalva , organización de resistencia de la comunidad húngara que luchaba contra los intentos de romanización . En octubre de 1939 fue detenido y el 21 de diciembre 1939 fue deportado junto a otros 35 detenidos, entre ellos 15 sacerdotes católicos.

Entre septiembre de 1940 y junio de 1943, realizó estudios de filosofía y dogmática en la Universidad Pázmány Péter de Budapest, obteniendo el título de doctor en teología el 26 de junio de 1943. Su tesis doctoral versó sobre el "Apocalipsis Sinóptico”. Volvió a Rumania en 1944, fue nombrado profesor en el colegio católico "Szent József" en Oradea. En abril de 1947 fue elevado al canon de la Catedral Episcopal de Oradea y nombró Vicario Episcopal.

El 14 de febrero de 1949, a la edad de 38 años, en una ceremonia realizada en la clandestinidad, fue consagrado como Obispo Auxiliar de Satu Mare y Oradea, en la Capilla de la Nunciatura Apostólica de Bucarest por el obispo Gerald Patrick Aloysius O´Hara de Savannah, Georgia , ( EE.UU.), Regente de la Nunciatura Apostólica de Rumania.

El Obispo Bogdánffy fue detenido el 5 de abril de 1949 en Oradea, iniciando así su vía crucis por las siguientes prisiones: Jilava, Capul Midia, Sighet y Aiud. John Ploscaru, Obispo greco-católico clandestino, relata en sus memorias "Cadenas y terror" (Ed. Signata, Timisoara, 1993) algo de lo vivido por el Obispo Bogdánffy en la cárcel de Sighet.

"Fue el 02 de febrero 1951 (fiesta de la Presentación del Señor). Vinieron a la celda varios militares con el comandante de la prisión. El Obispo Suciu estaba acostado en la cama, débil como una momia.
- ¡Levántate, todos de cara a la pared y quítense la ropa!
Nuestra celda era un antiguo almacén, era de las más espaciosas de la prisión, pero hacía mucho frío, no teníamos leña para calentarnos. Nos quitamos la ropa y la pusimos en la pila de lavandería. Temblábamos de frío... Fue un duro invierno.
- ¿Alguna idea de fuga?, preguntó el comandante, mientras revisaba nuestra ropa como buscando pulgas. Revisó los colchones, observando la habitación con una minuciosidad y paciencia exasperante. Nosotros, de cara a la pared, temblando de frío, el obispo Suciu apenas podía mantenerse de pie. No entiendo por qué el comandante miraba, tocaba, cada costura de toda la ropa. De repente un policía preguntó
- ¿De quién es este abrigo?
- Es mío, dijo Bogdánffy (sacerdote católico romano en Satu Mare, y su obispo). El policía tenía en la mano una punta de lápiz.
- ¿Dónde está el resto del lápiz?
Para nuestra sorpresa Bogdánffy fue a su colchón, miró por debajo y sacó un lápiz de unos diez centímetros.
- ¿Cómo lo obtuvo usted?
- Lo tomé en la corte.
Búsqueda terminada. Duró aproximadamente una hora, estábamos atrapados en el frío. Obispo Suciu pudo ir a la cama. El comandante pidió a cada uno su nombre. Después de tener todos los nombres, ordenó, señalando Bogdánffy y Bele:
- Usted y usted van al "negro".
"Negro" era una celda sin ventanas ni luz. Eran como de 2 metros cuadrados y se convirtió en la celda de castigo. El detenido era puesto allí sólo con ropa interior y descalzo. A veces tiraban agua en el suelo para que no pudiera sentarse. Las raciones de alimentos se reducían a la mitad. Por lo tanto el prisionero estaba en la oscuridad, con frío, desnudo, hambriento, a veces con grilletes, debía permanecer de pie todo el día, saltando de un pie al otro. Cuando oímos su condena vimos el miedo en Bogdánffy y Bele, pensando en las consecuencias de este castigo, porque ya estábamos en medio del invierno... Bogdánffy morirá después en la cárcel de Aiud.

El Obispo Szilard Bogdánffy murió en la prisión en Aiud el 3 de octubre de 1953 a la edad de 42 años.

El sábado 27 de marzo de 2010, S.S. Benedicto XVI firmó el decreto referente al martirio del Venerable Szilard Bogdánffy, ahora sólo faltaría se señale la fecha para su beatificación.

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Fuente: Martirologio Romono
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Octubre 3  

Otros Santos y Beatos

Santa Cándida, mártir

En Roma, en el cementerio de Ponciano, en la vía Portuense, santa Cándida, mártir (s. inc.).

Fausto, Cayo, Pedro, Pablo, Eusebio, Querimón, Lucio y otros dos y Dionisio, obispo, confesores

En Alejandría, en Egipto, conmemoración de los santos Fausto, Cayo, Pedro, Pablo, Eusebio, Querimón, Lucio y otros dos, todos los cuales, primero en tiempo del emperador Decio y después bajo Valeriano, por mandato del prefecto Emiliano sufrieron de muchas maneras, junto con el obispo Dionisio, llegando a ser confesores de la fe, y, entre ellos, Fausto alcanzó la palma del martirio bajo el emperador Diocleciano (s. III/IV).

San Hesiquio, monje

En Mayuma, en Palestina, conmemoración de san Hesiquio, monje, discípulo de san Hilarión y compañero suyo de peregrinación (s. IV).

San Maximiano, obispo y confesor

Conmemoración de san Maximiano, obispo de Bagai, en Numidia, que, apaleado repetidas veces por los herejes, fue precipitado desde lo alto de una torre, dejándolo por muerto, pero recogido por unos transeúntes, se recuperó y no dejó de luchar por la fe católica (c. 410).

San Cipriano, obispo

En Toulon, en la Provenza, de la Galia, san Cipriano, obispo, discípulo de san Cesáreo de Arlés, que defendió en varios sínodos la fe ortodoxa sobre la gracia, enseñando que nadie puede llegar a lo divino si antes no ha sido llamado por la gracia de Dios (c. 543).

Beato Uto u Otón, abad

En el monasterio de Metten, en Baviera, beato Uto u Otón, fundador y primer abad (802).

Beato Adelgoto, monje y obispo

En Chur o Coira, entre los helvecios, beato Adelgoto, obispo, discípulo de san Bernardo en Clairvaux, que fue un buen ejemplo de disciplina monástica (1160).

Beato Crescencio García Pobo, presbítero y mártir

En Madrid, capital de España, beato Crescencio García Pobo, presbítero de los Terciarios Capuchinos de la Virgen de los Dolores y mártir, que derramó su sangre durante la persecución contra la fe (1936).


San Virila, abad

En el monasterio de San Salvador de Leyre, en Navarra, memoria de san Virila, abad (s. X).

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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