martes, 27 de noviembre de 2012

Miércoles 28 de Noviembre de 2012. Santa Catalina Labouret ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Los apresarán y los perseguirán, llevándolos a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernantes por causa mía: así tendrán ocasión de dar testimonio.
Hagan el propósito de no preocuparse por su defensa, porque yo les daré palabras y sabiduría a las que no podrá resistir ni contradecir ninguno de sus adversarios. Serán traicionados hasta por sus padres, hermanos, parientes y amigos; y matarán a algunos de ustedes. Todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá; si se mantienen firmes se salvarán".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=272692

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

mie 34a. Ordinario año Par

Antífona de Entrada

Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios.

[Misa]

Oración Colecta

Oremos:
Señor, que tu amor incansable cuide y proteja siempre a estos hijos tuyos, que han puesto en tu gracia toda su esperanza.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

[Misa]

Primera Lectura

Cantaban el cántico de Moisés y el cántico del Cordero

Lectura del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan 15, 1-4

Yo, Juan, vi en el cielo otra señal maravillosa: siete ángeles portadores de las últimas siete plagas con las que llegaría a su fin la cólera de Dios. Vi también una especie de mar de cristal mezclado con fuego; en la orilla estaban de pie los vencedores de la bestia, de su imagen y del número simbólico de su nombre, con las cítaras que Dios les había dado. Cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo:
"Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justo y verdadero tu proceder, rey de las naciones. ¿Quién no te respetará? ¿Quién no te alabará, si sólo tú eres santo? Todas las naciones vendrán a adorarte, porque tus justas sentencias han quedado manifiestas".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 97, 1.2-3ab.7-8.9

Señor, tus obras son maravillosas.

Canten al Señor un canto nuevo, porque ha hecho maravillas; su mano le ha dado la victoria, su santo brazo.
Señor, tus obras son maravillosas.

El Señor hace pública su victoria, a la vista de las naciones muestra su salvación; ha recordado su amor y su fidelidad en favor de Israel.
Señor, tus obras son maravillosas.

Que resuene el mar y cuanto lo llena, la tierra y todos sus habitantes; aplaudan los ríos, salten de alegría las montañas.
Señor, tus obras son maravillosas.

Ante el Señor que viene a gobernar la tierra; gobernará con justicia al mundo, a las naciones con rectitud.
Señor, tus obras son maravillosas.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Sé fiel hasta la muerte y te daré como premio la vida, dice el Señor.
Aleluya.

Evangelio

Todos los odiarán por causa mía

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Los apresarán y los perseguirán, llevándolos a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernantes por causa mía: así tendrán ocasión de dar testimonio.
Hagan el propósito de no preocuparse por su defensa, porque yo les daré palabras y sabiduría a las que no podrá resistir ni contradecir ninguno de sus adversarios. Serán traicionados hasta por sus padres, hermanos, parientes y amigos; y matarán a algunos de ustedes. Todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá; si se mantienen firmes se salvarán".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

[Misa]

Oración sobre las Ofrendas

Señor, Dios nuestro, tú que nos has dado este pan y este vino para reparar nuestras fuerzas, conviértelos para nosotros en sacramento de vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

[Misa]

Prefacio

La gloria de Dios es el hombre viviente

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. 
Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen. 
Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo.
Por eso,
unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:
[Misa]

Antífona de la Comunión

Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.

[Misa]

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, tú que has querido hacernos participar de un mismo pan y de un mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera unidos en Cristo, que nuestro trabajo sea eficaz para la salvación del mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

34ª semana. Miércoles

PACIENTES EN LAS DIFICULTADES

— La paciencia, parte de la virtud de la fortaleza.

— Paciencia con nosotros mismos, con los demás y en las contrariedades de la vida corriente.

— Pacientes y constantes en el apostolado.

I. Los textos de la Misa de hoy, cuando ya faltan pocos días para que termine el año litúrgico, recogen una parte del discurso del Señor en el que hace referencia a los acontecimientos finales de la historia. En esta larga alocución se entremezclan diversas cuestiones relacionadas entre sí: la destrucción de Jerusalén –ocurrida cuarenta años después–, el final del mundo y la segunda venida de Cristo, llena de gloria y majestad. Jesús anuncia también las persecuciones que sufrirá la Iglesia y las tribulaciones de sus discípulos. Este es el pasaje que nos propone el Evangelio de la Misa1, al final del cual el Señor nos exhorta a la paciencia, a la perseverancia, a pesar de los obstáculos que se puedan presentar: In patientia vestra possidebitis animas vestras, con vuestra paciencia salvaréis vuestras almas.

Los Apóstoles recordarían más tarde la advertencia del Señor: No es el siervo mayor que su señor. Si me han perseguido a Mí también a vosotros os perseguirán2. Con todo, estas tribulaciones no escapan a la Providencia divina. Dios las permite porque serán ocasión de bienes mayores. La Iglesia se enriqueció en el amor a Dios y salió siempre vencedora y fortalecida en todas sus adversidades, como lo había anunciado el Señor: en el mundo tendréis grandes tribulaciones; pero tened confianza, Yo he vencido al mundo3.

En este caminar en que consiste la vida vamos a sufrir pruebas diversas, unas que parecen grandes y otras de poco relieve, en las cuales el alma debe salir fortalecida, con la ayuda de la gracia. Estas contradicciones vendrán unas veces de fuera, con ataques directos o velados, de quienes no comprenden la vocación cristiana, de un ambiente paganizado adverso o de quienes expresan una verdadera oposición a todo lo que a Dios se refiere; en otras ocasiones, surgirán de las limitaciones propias de la naturaleza humana, que no permiten, ¡tantas veces!, alcanzar un objetivo si no es a base de un empeño continuado, de sacrificio, de tiempo... Pueden venir dificultades económicas, familiares...; pueden llegar la enfermedad, el cansancio, el desaliento... La paciencia es necesaria para perseverar, para estar alegres por encima de cualquier circunstancia; esto será posible porque tenemos la mirada puesta en Cristo, que nos alienta a seguir adelante, sin fijarnos demasiado en lo que querría quitarnos la paz. Sabemos que, en todas las situaciones, la victoria está de nuestra parte.

La paciencia, según San Agustín, es «la virtud por la que soportamos con ánimo sereno los males». Y añadía: «no sea que por perder la serenidad del alma abandonemos bienes que nos han de llevar a conseguir otros mayores»4. Esta virtud lleva a soportar con buen ánimo, por amor a Dios, sin quejas, los sufrimientos físicos y morales de la vida. Frecuentemente tendremos que ejercerla sobre todo en lo ordinario, quizá en cosas que parecen triviales: un defecto que no se acaba de vencer, aceptar que las cosas no salgan como nosotros querríamos, los imprevistos que surgen, el carácter de una persona con la que hemos de convivir en el trabajo, gentes bien dispuestas pero que no entienden, aglomeraciones en el tráfico, retraso de los medios públicos de transporte, llamadas imprevistas que impiden terminar el trabajo a su hora, olvidos... Son ocasiones para afirmar la humildad, para hacer más fina la caridad.

II. La paciencia es una virtud bien distinta de la mera pasividad ante el sufrimiento; no es un no reaccionar, ni un simple aguantarse: es parte de la virtud de la fortaleza, y lleva a aceptar con serenidad el dolor y las pruebas de la vida, grandes o pequeñas, como venidos del amor de Dios. Identificamos entonces nuestra voluntad con la del Señor, y eso nos permite mantener la fidelidad en medio de las persecuciones y pruebas, y es el fundamento de la grandeza de ánimo y de la alegría de quien está seguro de recibir unos bienes futuros mayores5.

Son diversos los campos en los que el cristiano debe ejercitar esta virtud. En primer lugar consigo mismo, puesto que es fácil desalentarse ante los propios defectos que se repiten una y otra vez, sin lograr superarlos del todo. Es necesario saber esperar y luchar con perseverancia, convencidos de que, mientras nos mantengamos en el combate, estamos amando a Dios. La superación de un defecto o la adquisición de una virtud, de ordinario, no se logra a base de violentos esfuerzos, sino de humildad, de confianza en Dios, de petición de más gracias, de una mayor docilidad. San Francisco de Sales afirmaba que es necesario tener paciencia con todo el mundo, pero, en primer lugar, con uno mismo6.

Paciencia también con quienes nos relacionamos más a menudo, sobre todo si, por cualquier motivo, hemos de ayudarles en su formación, en su enfermedad... Hay que contar con los defectos de las personas que tratamos –muchas veces están luchando con empeño por superarlos–, quizá con su mal genio, con faltas de educación, suspicacias... que, sobre todo cuando se repiten con frecuencia, podrían hacernos faltar a la caridad, romper la convivencia o hacer ineficaz nuestro interés en socorrerles. La caridad nos ayudará a ser pacientes, sin dejar de corregir cuando sea el momento más indicado y oportuno. Esperar un tiempo, sonreír, dar una buena contestación ante una impertinencia puede hacer que nuestras palabras lleguen al corazón de esas personas, y siempre llegan al Corazón del Señor, que nos mirará con especial aprecio y amistad.

Paciencia con aquellos acontecimientos que llegan y que nos son contrarios: la enfermedad, la pobreza, el excesivo calor o frío..., los diversos infortunios que se presentan en un día corriente: el teléfono que no funciona o no deja de comunicar, el excesivo tráfico que nos hace llegar tarde a una cita importante, el olvido del material de trabajo, una visita que se presenta en el momento menos oportuno... Son las adversidades, quizá no muy trascendentales, que nos llevarían a reaccionar quizá con falta de paz. Ahí nos espera el Señor; en esos pequeños sucesos se ha de poner la paciencia, manifestación del ánimo fuerte de un cristiano que ha aprendido a santificar todas las menudas incidencias de un día cualquiera.

III. Caritas patiens est7, la caridad está llena de paciencia. Y al mismo tiempo esta virtud es el gran soporte de la caridad, sin el cual no podría subsistir8. Para el apostolado, singular manifestación de la caridad, la paciencia es absolutamente imprescindible. El Señor quiere que tengamos la calma del sembrador que echa su semilla sobre el terreno que ha preparado previamente y sigue los ritmos de la estaciones, esperando el momento oportuno, sin desánimos, con la confianza puesta en que aquel pequeño tallo que acaba de aparecer será un día espiga granada.

El Señor nos da ejemplo de una paciencia indecible. De las muchedumbres que se le acercan dice en ocasiones que viendo no miran, y oyendo no escuchan, ni entienden9; a pesar de todo le vemos incansable en su predicación y dedicación a las gentes, recorriendo siempre los caminos de Palestina. Ni siquiera los Doce que le acompañan en todo momento demuestran un gran aprovechamiento:aún tengo muchas cosas que enseñaros -les dice la víspera de su partida-, pero por ahora no podéis comprenderlas10. El Señor contaba con sus defectos, con su manera de ser, y no se desalienta. Más tarde, cada uno a su manera, será un testigo fiel de Cristo y del Evangelio.

La paciencia y la constancia son imprescindibles en esta labor que, en colaboración con el Espíritu Santo, hemos de llevar a cabo en nuestra propia alma y en las de nuestros amigos y familiares que queremos acercar al Señor. La paciencia va de la mano de la humildad, se acomoda al ser de las cosas y respeta el tiempo y el momento de las mismas, sin romperlas; cuenta con las limitaciones propias y las de los demás. «Un cristiano que viva la virtud recia de la paciencia, no se desconcertará al advertir que quienes le rodean dan muestra de indiferencia por las cosas de Dios. Sabemos que hay hombres que, en las capas subterráneas, guardan –como en la bodega los buenos vinos– unas ansias incontenibles de Dios que tenemos el deber de desenterrar. Ocurre, sin embargo, que las almas –la nuestra también– tienen sus ritmos de tiempo, su hora, a la que hay que acomodarse como el labrador a las estaciones y al terruño. ¿No ha dicho el Maestro que el reino de Dios es semejante a un amo que salió a distintas horas del día a contratar obreros a su viña (Mt 20, 1-7)?»11. ¿Y cómo no vamos a ser pacientes con los demás, si el Señor ha derrochado tanta paciencia con nosotros y sigue haciéndolo? Caritas omnia suffert, omnia credit, omnia sperat, omnia sustinet12, la caridad a todo se acomoda, cree todo, todo lo espera y todo lo soporta, enseñó San Pablo. Y también lo escribió para nosotros. Si tenemos paciencia, seremos fieles, salvaremos nuestras almas y también las de muchos otros que la Virgen Nuestra Madre pone constantemente en nuestro camino,

1 Lc 21, 12-19. — 2 Jn 15, 20. — 3 Jn 16, 33. — 4 San Agustín, Sobre la paciencia, 2. — 5 Cfr. Santo Tomás, Comentario a la Epístola a los Hebreos, 10, 35. — 6 Cfr.San Francisco de Sales, Epistolario, frag. 139, en Obras selectas de..., p. 774. — 7 1 Cor 13, 4. — 8 Cfr. San Cipriano, Sobre el bien de la paciencia, 15, en Folletos M. C., nº 321. — 9 Mt 13, 13. — 10 Jn 16, 12. — 11 J. L. R. Sánchez de Alva, El Evangelio de San Juan, Palabra. 3ª ed., Madrid 1987, nota 4, 1-44. — 12 1 Cor 13, 7.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Santa Catalina Labouré
Religiosa
 Año 1876

Oh María sin pecado concebida: 
Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.

Esta fue la santa que tuvo el honor de que la Sma. Virgen se le apareciera para recomendarle que hiciera la Medalla Milagrosa.

Nació en Francia, de una familia campesina, en 1806. Al quedar huérfana de madre a los 8 años le encomendó a la Sma. Virgen que le sirviera de madre, y la Madre de Dios le aceptó su petición.

Como su hermana mayor se fue de monja vicentina, Catalina tuvo que quedarse al frente de los trabajos de la cocina y del lavadero en la casa de su padre, y por esto no pudo aprender a leer ni a escribir.

A los 14 años pidió a su papá que le permitiera irse de religiosa a un convento pero él, que la necesitaba para atender los muchos oficios de la casa, no se lo permitió. Ella le pedía a Nuestro Señor que le concediera lo que tanto deseaba: ser religiosa. Y una noche vio en sueños a un anciano sacerdote que le decía: "Un día me ayudarás a cuidar a los enfermos". La imagen de ese sacerdote se le quedó grabada para siempre en la memoria.

Al fin, a los 24 años, logró que su padre la dejara ir a visitar a la hermana religiosa, y al llegar a la sala del convento vio allí el retrato de San Vicente de Paúl y se dió cuenta de que ese era el sacerdote que había visto en sueños y que la había invitado a ayudarle a cuidar enfermos. Desde ese día se propuso ser hermana vicentina, y tanto insistió que al fin fue aceptada en la comunidad.

Siendo Catalina una joven monjita, tuvo unas apariciones que la han hecho célebre en toda la Iglesia. En la primera, una noche estando en el dormitorio sintió que un hermoso niño la invitaba a ir a la capilla. Lo siguió hasta allá y él la llevó ante la imagen de la Virgen Santísima. Nuestra Señora le comunicó esa noche varias cosas futuras que iban a suceder en la Iglesia Católica y le recomendó que el mes de Mayo fuera celebrado con mayor fervor en honor de la Madre de Dios. Catalina creyó siempre que el niño que la había guiado era su ángel de la guarda.

Pero la aparición más famosa fue la del 27 de noviembre de 1830. Estando por la noche en la capilla, de pronto vio que la Sma. Virgen se le aparecía totalmente resplandeciente, derramando de sus manos hermosos rayos de luz hacia la tierra. Y le encomendó que hiciera una imagen de Nuestra Señora así como se le había aparecido y que mandara hacer una medalla que tuviera por un lado las iniciales de la Virgen MA, y una cruz, con esta frase "Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti". Y le prometió ayudas muy especiales para quienes lleven esta medalla y recen esa oración.

Catalina le contó a su confesor esta aparición, pero él no le creyó. Sin embargo el sacerdote empezó a darse cuenta de que esta monjita era sumamente santa, y se fue donde el Sr. Arzobispo a consultarle el caso. El Sr. Arzobispo le dio permiso para que hicieran las medallas, y entonces empezaron los milagros.

Las gentes empezaron a darse cuenta de que los que llevaban la medalla con devoción y rezaban la oración "Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti", conseguían favores formidables, y todo el mundo comenzó a pedir la medalla y a llevarla. Hasta el emperador de Francia la llevaba y sus altos empleados también.

En París había un masón muy alejado de la religión. La hija de este hombre obtuvo que él aceptara colocarse al cuello la Medalla de la Virgen Milagrosa, y al poco tiempo el masón pidió que lo visitara un sacerdote, renunció a sus errores masónicos y terminó sus días como creyente católico.

Catalina le preguntó a la Sma. Virgen por qué de los rayos luminosos que salen de sus manos, algunos quedan como cortados y no caen en la tierra. Ella le respondió: "Esos rayos que no caen a la tierra representan los muchos favores y gracias que yo quisiera conceder a las personas, pero se quedan sin ser concedidos porque las gentes no los piden". Y añadió: "Muchas gracias y ayudas celestiales no se obtienen porque no se piden".

Después de las apariciones de la Sma. Virgen, la joven Catalina vivió el resto de sus años como una cenicienta escondida y desconocida de todos. Muchísimas personas fueron informadas de las apariciones y mensajes que la Virgen Milagrosa hizo en 1830. Ya en 1836 se habían repartido más de 130,000 medallas. El Padre Aladel, confesor de la santa, publicó un librito narrando lo que la Virgen Santísima había venido a decir y prometer, pero sin revelar el nombre de la monjita que había recibido estos mensajes, porque ella le había hecho prometer que no diría a quién se le había aparecido. Y así mientras esta devoción se propagaba por todas partes, Catalina seguía en el convento barriendo, lavando, cuidando las gallinas y haciendo de enfermera, como la más humilde e ignorada de todas las hermanitas, y recibiendo frecuentemente maltratos y humillaciones.

En 1842 sucedió un caso que hizo mucho más popular la Medalla Milagrosa y sucedió de la siguiente manera: el rico judío Ratisbona, fue hospedado muy amablemente por una familia católica en Roma, la cual como único pago de sus muchas atenciones, le pidió que llevara por un tiempo al cuello la medalla de la Virgen Milagrosa. Él aceptó esto como un detalle de cariño hacia sus amigos, y se fue a visitar como turista el templo, y allí de pronto frente a un altar de Nuestra Señora vio que se le aparecía la Virgen Santísima y le sonreía. Con esto le bastó para convertirse al catolicismo y dedicar todo el resto de su vida a propagar la religión católica y la devoción a la Madre de Dios. Esta admirable conversión fue conocida y admirada en todo el mundo y contribuyó a que miles y miles de personas empezaran a llevar también la Medalla de Nuestra Señora (lo que consigue favores de Dios no es la medalla, que es un metal muerto, sino nuestra fe y la demostración de cariño que le hacemos a la Virgen Santa, llevando su sagrada imagen).

Desde 1830, fecha de las apariciones, hasta 1876, fecha de su muerte, Catalina estuvo en el convento sin que nadie se le ocurriera que ella era a la que se le había aparecido la Virgen María para recomendarle la Medalla Milagrosa. En los últimos años obtuvo que se pusiera una imagen de la Virgen Milagrosa en el sitio donde se le había aparecido (y al verla, aunque es una imagen hermosa, ella exclamó: "Oh, la Virgencita es muchísimo más hermosa que esta imagen").

Al fin, ocho meses antes de su muerte, fallecido ya su antiguo confesor, Catalina le contó a su nueva superiora todas las apariciones con todo detalle y se supo quién era la afortunada que había visto y oído a la Virgen. Por eso cuando ella murió, todo el pueblo se volcó a sus funerales (quien se humilla será enaltecido).

Poco tiempo después de la muerte de Catalina, fue llevado un niño de 11 años, inválido de nacimiento, y al acercarlo al sepulcro de la santa, quedó instantáneamente curado.

En 1947 el santo Padre Pío XII declaró santa a Catalina Labouré, y con esa declaración quedó también confirmado que lo que ella contó acerca de las apariciones de la Virgen sí era Verdad.

_________________________________________________________Fuente: Corazones.org
Nuestra Señora de los Dolores de Kibeho (Ruanda) Madre del Verbo, 28 Noviembre  

Nuestra Señora de los Dolores de Kibeho (Ruanda)

APARICIONES EN KIBEHO, (RWANDA, AFRICA) 1981-1989



Las apariciones comenzaron el 28 de Noviembre de 1981. Anticiparon el genocidio que ocurrió en 1994.
Esta aparición fue aprobada formalmente en el 2001

Las 3 videntes
La primera en tener las apariciones fue Alphonsine Mumureke, de 16 años. Estas ocurrían en la escuela y los maestros y estudiantes no le creían y muchos se burlaban de ella. Pero mas tarde otras dos muchachas empezaron a ver también a la Virgen. Alphonsine fue filmada durante algunas apariciones. Un doctor de la comisión de investigación de la Iglesia examinó a la joven durante la aparición.

La segunda joven fue Nathalie Mukamazimpaka, 17 años, que comenzó a ver a la Virgen en enero 1982. Vió la Virgen casi 2 años.

La tercera fue Marie Claire Mukamgango, de 21 años. Vió a la Virgen de marzo a septiembre del 1982. Antes no creía en las apariciones. La Virgen le dió la misión de difundir el Rosario de los Siete Dolores de María. (Ella murió en la masacre que relataremos después).

Otros cuatro jóvenes videntes no fueron incluidos en la aprobación eclesiástica
Cuatro jóvenes de Kibeho dijeron que también veían a la Virgen en diferentes ocasiones, pero solo han recibido aprobación oficial las apariciones a los tres arriba mencionados.

Entre las muchachas que reportaron ver la Virgen había una joven musulmana que se convirtió y bautizó. También un joven pagano llamado Sagstashe, quien después de las apariciones se convirtió tomando el nombre Emmanuel. A Emmanuel, Jesús se le apareció en el campo en julio del 1982 y le enseñó el Padre Nuestro y el catecismo. El nunca antes de las apariciones había estado en una iglesia.

Las apariciones terminaron para seis de los videntes en 1983 y solo Alphonsine continuó teniendo apariciones, una vez al año el 28 de noviembre. La última fue en 1989 de esa fecha.

Para ver más sobre los mensajes de la Virgen en Kibeho haz "click"
AQUI

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Santiago de la Marca, Santo Presbítero Franciscano, 28 Noviembre  

Santiago de la Marca, Santo

Predicador incansable


De este santo, cuyo nombre está unido al de San Bernardino de Siena y al de San Juan de Capistrano, que lo acompañó en sus peregrinaciones apóstolicas por Europa, tenemos muchas noticias: unas nos la refiere él mismo y otras el humilde fraile laico, Venancio de Fabriano, que lo acompañó constantemente desde 1463.

Santiago de la Marca, cuyo nombre de pila era Domingo Gangali, nació en Monteprandone (Ascoli Piceno) en 1394. Quedó huérfano de padre siendo todavía muy niño, y a los siete años fue enviado a apacentar las ovejas; asustado por la continua presencia de un lobo misterioso, que mas tarde él llamará "ángel de Dios y no lobo como parecía" abandonó el rebaño y huyó a Offida acogido por un sacerdote familiar suyo.

Siguió los estudios de derecho civil en Perusia; llegó a ser notario. Después se estableció en Florencia, en donde fue elegido alcalde. Regresó a las Marcas por asuntos familiares, se detuvo en Asís y aquí, después de un coloquio con el prior de Santa María de los Angeles, resolvió entrar a formar parte de la familia franciscana.

Hizo su profesión religiosa el 1 de agosto de 1416 y seis años después, ya sacerdote, fue encargado de la predicación, ocupación que abarcaría toda su vida hasta la muerte, el 28 de noviembre de 1476 en Nápoles.

Durante más de medio siglo recorrió Europa oriental y centro septentrional no sólo para predicar el nombre de Jesús (tema constante de sus homilías, siguiendo el ejemplo de su maestro San Bernardino), sino también para cumplir delicadas misiones encomendadas por los Papas Eugenio IV, Nicolás V y Calixto III.

Este gran caminador parecía que sólo se detenía el tiempo necesario para fundar un nuevo convento o para restablecer la observancia de la genuina regla franciscana en los ya existentes. Los últimos 18 años de su vida los pasó casi todos predicando en las varias regiones de Italia. Se encontraba en Aquila cuando murió San Bernardino de Siena, en 1444, y a los seis años pudo presenciar en Roma su solemne canonización. Lo seguía devotamente fray Venancio, quien nos cuenta que durante una misión predicada en Lombardía le propusieron a fray Santiago la elección para obispo de Milán; pero el humilde fraile no aceptó. Fray Venancio, después de la muerte del maestro, escribió una Vida en la que narra los muchísimos milagros que hizo en vida y después de la muerte.

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Fausta Romana, Santa Madre del siglo I, 28 de noviembre  

Noviembre 28

 

Etimológicamente significa " feliz". Viene de la lengua latina.

El Señor dice: "Mirad que voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva. Habrá gozo perpetuo por lo que voy a crear. Voy a hacer de mi pueblo una tierra de alegría".

Fausta fue un madre en el siglo I.

Existe una carta de aquellos años en la que se dice:"Aunque mi padre sea pagano, mi madre es siempre fiel y casta. Me ha hecho cristiana desde la cuna".

El nombre de su hijo era Crisógono.

Había ya en los primeros años del cristianismo personas con esta reciedumbre y fortaleza.

Pertenece, sin duda, a lo que dice el Señor: Era de una tierra nueva y de un nuevo cielo.

Para los apologistas, la difusión del cristianismo constituyó por sí mismo un verdadero milagro.

Este milagro hubiera bastado para probar la divinidad de Cristo.

La misma conversión de la gente era un camino seguro de santidad.

Por eso, los cristianos de la primera hornada se llamaban "santos".

Anastasia hablaba muy bien en su "Pasión" o teatro medieval para ensalzar y el conocimiento de los santos, de la madre Fausta como una verdadera cristiana que educó en la verdad y la santidad a su hija.

Cuando en la familia florece la flor del creyente auténtico, se debe, en parte, a unos buenos padres que, además de alimentarlos y educarlos, no descuidan nunca el valor religioso.

Si hoy existe tanto despiste y falta de sentido en alguna juventud, se debe a que lo cristiano está aparcado para actos oficiales de bautizo, primera comunión, boda y funerales.

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Nerea de Tolomei, Santa Monja, 28 de diciembre  

Diciembre 28

 

Etimológicamente significa "la que me pertenece". Viene de la lengua vasca.

Dice Pedro: "No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto. Al contrario, bendecid, pues habéis sido llamados a heredar una bendición".

Nerea fue una monja del siglo XIII.

Puede llamársele la hermana de santa Catalina, nacida, sin embargo, un siglo después.

Nerea o Nera pertenecía a una familia importante en la ciudad, ña de los Tolomeos.

Nació en el 1300 y también nació su hermano san Bernardo, fundador de la Orden del Monte de los Olivos.

Fue una mística de altos vuelos.

Tenía cuanto se podía soñar en este mundo, desde placeres hasta el poder que tanto fascina a la gente.

En el silencio de su alma hizo voto de virginidad perpetua.

Los padres, como era natural, querían casarla a toda costa. Ella se fabricó una especie de celda en el palacio en donde residía con vistas a iglesia.

Hablaba con el amigo Jesús y la guardiana pensaba – con toda razón – que era muy distinta a las demás.

Tenía visiones celestiales y sobrenaturales, un don que Dios concede a almas especiales.

Ella aguantaba en su prisión personal toda clase de sufrimientos que no nada en comparación con los bienes dela eternidad, su gran aspiración.

Una vez fueron lo padres a verla. Coincidió que estaba en éxtasis y hablando con Jesús.

Tenía la frente iluminada de gran luz y fulgor.

Y desde entonces, la dejaron libre para hacerse mona terciaria dominica.

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Fuente: Acdp.es
Luis Camos Gorriz, Beato Padre de familia y Mártir, 28 Noviembre  

Luis Camos Gorriz, Beato

Nació en Valencia el 30 de junio de 1905. Tras estudiar la primera enseñanza y la media en el colegio de San José que dirigían los padres jesuitas, simultaneó las licenciaturas en Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Valencia y se doctoró en Leyes en la Universidad Central de Madrid. Durante estos años de estudiante, realizó distintos viajes por Europa acompañando al siervo de Dios Ángel Herrera Oria.

Entre los cargos que desempeñó dentro del Apostolado seglar en sus 31 años de vida, destaca el de Secretario y Presidente de la Federación de Estudiantes Católicos de Valencia; miembro de la Junta Suprema de Confederación Nacional de Estudiantes Católicos; Presidente de la Congregación de la Inmaculada y San Luis Gonzaga de Valencia, Secretario del Centro de Valencia de la Asociación Católica de Propagandistas y finalmente, Secretario General de la misma.

En 1933 contrajo matrimonio con Carmen de Arteche, con la que se trasladó a vivir a Madrid. Fallecida su esposa, la Guerra Civil le sorprendió en la localidad valenciana de Torrente, donde vivía su padre, registrador de la Propiedad. Aunque los primeros meses de la contienda transcurrieron con cierta tranquilidad, el 28 de noviembre fue detenido por un grupo de personas armadas y tras ser interrogado, fue conducido al picadero de Paterna, donde lo fusilaron.

El día 11 de marzo de 2001 el Papa Juan Pablo II lo elevó a los altares, en la que ha sido la mayor ceremonia de beatificación de la historia: 233 mártires de la Guerra Civil española fueron declarados beatos. Entre ellos, sacerdotes, religiosos y seglares pertenecientes a distintos movimientos y asociaciones laicales.

Para ver más sobre los 233 mártires en Valencia, España haz "click"
AQUI

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Esteban el Joven, Santo Mártir, 28 Noviembre  

Esteban el Joven, Santo

San Esteban el joven fue, antes de nacer, ofrecido al Señor por sus padres.

Él mismo se consagró al servicio de Dios abrazando la vida religiosa lo más pronto que pudo.

Pidió una habitación sin techo, a fin de estar expuesto a todas las inclemencias de la intemperie.

Constantino Coprónimo le prohibió que honrara las imágenes de los santos, pero le respondió el santo que estaba dispuesto a morir antes que cumplir su prohibición.

Esta generosa respuesta le mereció la corona del martirio, en el año 764.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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