viernes, 2 de noviembre de 2012

Domingo 04 de Noviembre de 2012. Excepto causa grave, no asistir a Misa dominical es pecado GRAVE. Precepto: Misa ENTERA. Desde Sábado 16:00 puede ser Domingo, según diócesis (Catecismo 2042, 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

JMJ

Pax

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 28b-34

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: 
"¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?" 
Jesús le respondió: 
"El primero es: Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más importante que éstos".
El escriba replicó: 
"Muy bien, Maestro. Tienes razón al afirmar que Dios es único y que no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios".
Jesús, viendo que había hablado sensatamente, le dijo: 
"No estás lejos del Reino de Dios". 
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=272692

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

31a. Dom Ord Ciclo B

Antífona de Entrada

Señor, no me abandones, no te me alejes, Dios mío. Ven de prisa a socorrerme, Señor, mi salvador.

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Dios omnipotente y misericordioso, de cuya mano proviene el don de servirte y alabarte, ayúdanos a vencer en esta vida cuanto pueda separarnos de ti.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

Primera Lectura

Escucha Israel: Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón

Lectura del libro del Deuteronomio 
6, 2-9

En aquellos días, habló Moisés al pueblo y le dijo:
"Teme al Señor tu Dios, guardando todos los preceptos y mandatos que te manda, tú, tus hijos y tus nietos, mientras vivan; así prolongarás tu vida. Escúchalos, Israel, y ponlos en práctica para que seas feliz y te multipliques, como te ha prometido el Señor, Dios de tus antepasados, en esta tierra que mana leche y miel.
Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Guarda en tu corazón estas palabras que hoy te digo. Incúlcaselas a tus hijos y háblales de ellas cuando estés en casa o cuando vayas de viaje, acostado o levantado; átalas a tu mano como signo, colócalas en tu frente como señal; escríbelas a la entrada de tu casa y en tus puertas".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 17, 2-3a.3bc-47.47 y 51ab

Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza.

Yo te amo, Señor, mi fuerza; el Señor es mi roca, mi defensa y el que me libra.
Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza.

Dios mío, la peña en que me refugio y mi escudo, mi fuerza salvadora y mi fortaleza. Invoco al Señor, digno de alabanza, y él me salva de mis enemigos.
Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza.

¡Viva el Señor, bendita sea mi roca, sea glorificado Dios mi salvador. Tú aseguras al rey la victoria, y otorgas tu favor a tu Ungido.
Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza.

Segunda Lectura

Jesús tiene un sacerdocio eterno, porque él permanece para siempre

Lectura de la carta a los Hebreos 7, 23-28

Hermanos: Mientras que los otros sacerdotes fueron muchos, porque la muerte les impedía perdurar, Jesús, en cambio, como permanece para siempre, posee un sacerdocio que no pasará. Y por eso también puede perpetuamente salvar a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder por ellos.
Tal es, en efecto, el sumo sacerdote que nos hacía falta: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y elevado por encima de los cielos. El no tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer cada día sacrificios por sus propios pecados antes de ofrecerlos por los del pueblo, porque esto lo hizo de una vez para siempre ofreciéndose a sí mismo.
Y es que la ley constituye sumos sacerdotes a hombres frágiles, pero la palabra del juramento, que es posterior a la ley, constituye sumo sacerdote al Hijo, a quien Dios hizo perfecto para siempre.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. 
El que me ama cumplirá mi palabra, y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. 
Aleluya.

Evangelio

Amarás al Señor tu Dios. Amarás a tu prójimo

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 28b-34

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: 
"¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?" 
Jesús le respondió: 
"El primero es: Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más importante que éstos".
El escriba replicó: 
"Muy bien, Maestro. Tienes razón al afirmar que Dios es único y que no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios".
Jesús, viendo que había hablado sensatamente, le dijo: 
"No estás lejos del Reino de Dios". 
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice "Credo".

Oración de los Fieles

Celebrante:
Pidamos, hermanos y hermanas, al Señor que escuche nuestras oraciones y nos conceda el auxilio que necesitamos:
(Respondemos a cada petición: Te lo pedimos, Señor).

Para que Dios derrame en su Iglesia el Espíritu de piedad y fortaleza, que suscite numerosos y dignos ministros del altar y testigos celosos y humildes del Evangelio, roguemos al Señor.
Te lo pedimos, Señor.

Para que Dios infunda en el espíritu de los gobernantes la voluntad de promover el bien común, a fin de que todos puedan desarrollarse debidamente y reinen en el mundo la justicia y la igualdad, roguemos al Señor. 
Te lo pedimos, Señor.

Para que el Señor fortalezca a los moribundos que luchan en su último combate, los libre de las tentaciones y no permita que nosotros, al llegar la hora de abandonar este mundo, caigamos en manos del enemigo, roguemos al Señor. 
Te lo pedimos, Señor.

Para que Dios conceda a nuestros familiares y amigos el perdón de sus pecados, una vida próspera y el don de la caridad, roguemos al Señor. 
Te lo pedimos, Señor.

Celebrante:
Padre santo, Dios nuestro, el único que eres Señor; concédenos la gracia de estar siempre atentos, para que nuestro corazón, nuestra alma, nuestra mente y nuestro ser se rindan plenamente a tu palabra, el Evangelio de tu Hijo, el único sacerdote para siempre, que puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Que este sacrificio que vamos a ofrecerte en comunión con toda tu Iglesia, te sea agradable, Señor, y nos obtenga la plenitud de tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

La prenda futura de nuestra pascua

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
En ti vivimos, nos novemos y existimos; y, todavía peregrinos en este mundo, no sólo experimentamos las pruebas cotidianas de tu amor, sino que poseemos ya en prenda la vida futura, pues esperamos gozar de la pascua eterna, porque tenemos las primicias del Espíritu por el que resucitaste a Jesús de entre los muertos.
Por eso, Señor, 
te damos gracias y proclamamos tu grandeza cantando con los ángeles:

Antífona de la Comunión

Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Continúa, Señor, en nosotros tu obra de salvación por medio de esta Eucaristía para que, cada vez más unidos a Cristo en esta vida, merezcamos vivir con él eternamente.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

 

 

Meditación diaria

 

Trigésimo primer Domingo
ciclo b

AMAR CON OBRAS

— El Primer mandamiento.

— Correspondencia al amor que Dios nos tiene.

— Amor con obras.

I. Los textos de la Misa nos muestran la continuidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, y a la vez la perfección y la novedad de este. En la Primera lectura1 vemos ya enunciado con toda claridad el Primer mandamiento: Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es solamente uno. Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Era un pasaje muy conocido por todos los judíos, pues lo repetían dos veces al día, en las plegarias de la mañana y de la tarde.

En el Evangelio2 leemos cómo un doctor de la Ley le hace una pregunta llena de rectitud al Señor. Este doctor había oído el diálogo de Jesús con los saduceos y había quedado admirado de su respuesta. Esto le movió a conocer mejor las enseñanzas del Maestro: ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?, le pregunta. Y Jesús, a pesar de las duras acusaciones que lanzará contra los fariseos y los escribas, se detiene ahora ante este hombre que parece querer conocer sinceramente la verdad. Al final del diálogo, incitándole a dar un paso más definitivo ante la conversión, tendrá para él una palabra alentadora: No estás lejos del Reino de Dios, le dirá. Jesús se detiene siempre ante toda alma en la que se inicia el más pequeño deseo de conocerle. Ahora, pausadamente, el Señor le repite las palabras del texto sagrado: Escucha, Israel: El Señor Dios nuestro es el único Señor; y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón...

Este es el primero de los mandamientos, resumen y culminación de todos los demás. Pero, ¿en qué consiste este amor? El Cardenal Luciani –que más tarde sería Juan Pablo I–, comentando a San Francisco de Sales, escribía que "quien ama a Dios debe embarcarse en su nave, resuelto a seguir la ruta señalada por sus mandamientos, por las directrices de quien lo representa y por las situaciones y circunstancias de la vida que Él permite"3. Y recuerda un diálogo figurado con Margarita, esposa de San Luis rey de Francia, cuando estaba a punto de embarcarse para las Cruzadas. Ella desconocía a dónde iba el rey y no tenía el menor interés por visitar los lugares donde tendría que hacer escala; tampoco le importaban demasiado los peligros que seguramente surgirían. La reina solo tenía interés en un asunto: estar con el rey. "Más que ir a ningún sitio, yo le sigo a él".

"Ese rey es Dios, y Margarita somos nosotros si de veras amamos a Dios". ¿Qué interés puede tener estar aquí o allí si estamos con Dios, al que amamos sobre todas las cosas? ¿Qué puede importar estar sanos o enfermos, ser ricos o pobres...? "Sentirse con Dios como un niño en los brazos de la madre; que nos lleve en el brazo derecho o en el brazo izquierdo da lo mismo, dejémoslo a su voluntad". Solo Él basta: el lugar donde estemos, el dolor que podamos sufrir, el éxito o el fracaso, no solo tienen un valor siempre relativo, sino que nos han de ayudar a amar más. Bien podemos seguir el consejo de la Santa:

"Nada te turbe,

nada te espante,

todo se pasa,

Dios no se muda,

la paciencia todo lo alcanza;

quien a Dios tiene

nada le falta:

solo Dios basta"4.

II. Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza. // Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, // mi fuerza salvadora, mi baluarte5, rezamos con el Salmo responsorial.

Este Salmo 17 es como un Te Deum que David dirige a Yahvé para darle gracias por las muchas ayudas que recibió a lo largo de su vida6. El Señor le libró de sus enemigos, especialmente de las manos de Saúl, le dio la victoria sobre los pueblos gentiles, le devolvió Jerusalén después de haber tenido que abandonarla a causa de la insurrección de su hijo Absalón. David siempre encontró en su Señor apoyo y ayuda. De ahí su reconocimiento y su amor: Yo te amo, Señor, fortaleza mía. Él fue siempre su aliado: peña, refugio, roca segura, escudo protector... Yahvé fue siempre su amparo: Yahvé me libró porque me amaba7. Cada uno de nosotros puede repetir estas mismas palabras. Lo determinante de nuestra vida, lo que aparta todas las tinieblas y tristezas es el hecho de que Dios nos ama. Esta realidad llena el corazón de esperanza y de consuelo. Y en esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios: en que Dios envió al mundo a su Hijo Unigénito para que vivamos por Él. En eso está el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados8. La Encarnación es la revelación suprema del amor de Dios por cada uno de sus hijos. Pero este amor preexistía a toda manifestación desde la eternidad: Te amé con amor eterno9. Es anterior a cualquier propósito creador, ya que representa lo más íntimo de la esencia divina. Santo Tomás enseña que este amor es la fuente de todas las gracias que recibimos10.

Es más, para que podamos amarle, el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado11. "Fuimos amados –enseña San Agustín– cuando todavía le éramos desagradables, para que se nos concediera algo con que agradarle"12. En otro lugar, comenta el Santo: "Oye cómo fuiste amado cuando no eras amable; oye cómo fuiste amado cuando eras torpe y feo; antes, en fin, de que hubiera en ti cosa digna de amor. Fuiste amado primero para que te hicieras digno de ser amado"13.

¿Cómo no vamos a corresponder a un amor tan grande? El Señor nos pide que le amemos con obras y con el afecto de nuestro corazón, que cada día conoce más y mejor ese camino hacia la Trinidad que es la Humanidad Santísima de Jesús. El Padre ama al Hijo14 y nos ama a nosotros: Tú les has amado como me has amado a Mí15. Tanto nos ama cuanto nosotros amamos al Hijo: El que me ama será amado por mi Padre16.

El amor pide obras: confianza de hijos, cuando no acabamos de entender los acontecimientos; acudir a Él siempre, todos los días, y especialmente cuando nos sintamos más necesitados; agradecimiento alegre por tanto don como recibimos; fidelidad de hijos, allí donde nos encontremos... "En el castillo de Dios tratemos de aceptar cualquier puesto: cocineros o fregones de cocina, camareros, mozos de cuadra, panaderos. Si al Rey le place llamarnos a su Consejo privado, allí iremos, pero sin entusiasmarnos demasiado, sabiendo que la recompensa no depende del puesto, sino de la fidelidad con que sirvamos"17. En el lugar donde nos encontremos, en la situación concreta por la que pasa nuestra vida, Dios nos quiere felices, pues en esas circunstancias podemos ser fieles al Señor. ¡Tantas veces necesitaremos decirle: "Señor, te amo.... pero enséñame a amarte!".

III. Cuando apenas había unas pocas monedas en el recién fundado convento de San José de Ávila, se comía pan duro y poco más, pero nunca faltaban velas para el altar, y todo lo que se refería al culto era escogido y bueno..., dentro de la penuria en que se encontraban. Un visitante que pasó por allí, preguntó un poco escandalizado: "¿Un lienzo perfumado para que el sacerdote se seque las manos antes de la Misa?".

La Madre Teresa, con el rostro encendido de devoción, se echó la culpa a sí misma: "Esta imperfección –contestó– la tomaron mis monjas de mí. Pero cuando recuerdo que el Señor se quejó del fariseo porque no le había recibido honrosamente, quisiera que todo, desde el umbral de la Iglesia, estuviese empapado de bálsamo"18. El Señor no es indiferente a estas muestras sinceras de un corazón que sabe querer.

Amamos al Señor cumpliendo los mandamientos y nuestros deberes en medio del mundo, evitando toda ocasión de pecado, ejerciendo la caridad en mil detalles..., y también en esos gestos que pueden parecer pequeños pero que van llenos de delicadeza y de cariño para el Señor: una genuflexión bien hecha ante el Sagrario, la puntualidad en las prácticas de piedad, una mirada a una imagen de Nuestra Señora... Son precisamente estas expresiones que parecen pequeñas las que mantienen encendido ese amor al Señor que no se debe apagar nunca.

Todo lo que hacemos por el Señor es solo una pequeñez ante la iniciativa divina. "Dios me ama... Y el Apóstol Juan escribe: "amemos, pues, a Dios, ya que Dios nos amó primero". —Por si fuera poco, Jesús se dirige a cada uno de nosotros, a pesar de nuestras innegables miserias, para preguntarnos como a Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?"...

"—Es la hora de responder: "¡Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo!", añadiendo con humildad: ¡ayúdame a amarte más, auméntame el amor!"19.

1 Dt 6, 2-6. — 2 Mc 12, 28-34. — 3 Cfr. A. Luciani, Ilustrísimos Señores, pp. 127-128. — 4 Santa Teresa, Poesías VI, p. 1123. — 5 Salmo responsorial. Sal 17, 2-4; 17; 51. — 6 Cfr. D. de las Heras, Comentario ascético-teológico sobre los Salmos, Zamora 1988, p. 61. — 7 Sal 17, 17-20. — 8 1 Jn 4, 9-10. — 9 Jer 31, 3. — 10 Santo Tomás, Suma Teológica, 1. q. 43, a. 5. — 11 Rom 5, 5. — 12 Cfr. San Agustín, Comentario al Evangelio de San Juan, 102, 5. — 13 ídem, Sermón 142. — 14 Jn 3, 35. — 15 Jn 17, 23. — 16 Jn 14, 21. — 17 A. Luciani, o. c., p. 128. — 18 Cfr. M. Auclair, La vida de Santa Teresa de Jesús, Palabra, 5ª ed., Madrid 1985, p, 182. — 19 San Josemaría Escrivá, Forja, 497.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

SAN CARLOS BORROMEO
Obispo

San Carlos cuyo nombre significa "hombre prudente" ha sido uno de los santos extraordinariamente activos a favor de la Iglesia y del pueblo que sobresale admirablemente. San Carlos Borromeo, un santo que tomó muy en serio aquella frase de Jesús: "Quien ahorra su vida, la pierde, pero el que gasta su vida por Mí, la ganará", murió relativamente joven porque desgastó totalmente su vida y sus energías por hacer progresar la religión y por ayudar a los más necesitados. Decía que un obispo demasiado cuidadoso de su salud no consigue llegar a ser santo y que a todo sacerdote y a todo apóstol deben sobrarle trabajos para hacer, en vez de tener tiempo de sobra para perder.

Nació en Arjona (Italia) en 1538. Desde joven dio señales de ser muy consagrado a los estudios y exacto cumplidor de sus deberes de cada día. A los 21 años obtuvo el doctorado en derecho en la Universidad de Milán. Un hermano de su madre, el Cardenal Médicis, fue nombrado Papa con el nombre de Pío IV, y éste admirado de sus cualidades nombró a Carlos como secretario de Estado. Más tarde, renunció a sus riquezas, se ordenó de sacerdote, y luego de obispo y se dedicó por completo a la labor de salvar almas.

San Carlos fundó 740 escuelas de catecismo con 3,000 catequistas y 40,000 alumnos.

Fundó además 6 seminarios para formar sacerdotes bien preparados, y redactó para esos institutos unos reglamentos tan sabios, que muchos obispos los copiaron para organizar según ellos sus propios seminarios. Fue amigo de San Pío V, San Francisco de Borja, San Felipe Neri, San Félix de Cantalicio y San Andrés Avelino y de varios santos más.

Murió cuando tenía apenas 46 años, el 4 de noviembre de 1584. En Arona, su pueblo natal, le fue levantada una inmensa estatua que todavía existe.

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Fuente: Fratefrancesco.org
Elena Enselmini, Beata Virgen Clarisa, Noviembre 4  

Elena Enselmini, Beata

Virgen Clarisa

Martirologio Romano: En Padua, en la región de Venecia, beata Elena Enselmini, virgen de la Orden de las Clarisas, que sufrió con admirable paciencia multitud de dolores y hasta la pérdida del habla (1242).

Etimología: Elena = Aquella que brilla como una antorcha, de la lengua griega


La suerte viene en nuestra ayuda con un documento de importancia excepcional, conservado en la Biblioteca Antoniana, el Códice 559, que describe las vidas de san Antonio, del beato Antonio Manzoni y de la beata Elena Enselmini. Las compuso entre los años 1433 y 1437 el notario Sicco Polentone, archivero municipal, filósofo, astrólogo, literario y escritor de numerosas obras, una de las personalidades más destacadas de la Padua humanista del siglo XV.

El código, copiado con elegante escritura en 1439 por el conventual fray Giacomo, "era considerado -dice el padre Ruggero Lotto- un "best seller" del siglo XV y, aunque no es obra de alto nivel, no deja de ser un interesante documento de sociología religiosa, del que emana la mansa luz de una simpática joven santa, a la que nos sentimos afectuosamente cercanos, incluso después de tanto rechinar de siglos".

En un latín elegante, Polentone inicia así: "Mi querido hijo Lázaro, hace mucho que me solicitas e incitas a escribir las memorias del beato Antonio Pellegrino y de la beata Elena, monja de la orden franciscana. Siempre me ha parecido justa y loable esta petición tuya. Pues, si bien el culto de ninguno de los dos ha sido aprobado por el sumo pontífice, uno y otra son conocidos, sin embargo, por sus milagros, y venerados como beatos por la opinión del pueblo. Además, son de buena raza paduana: Antonio era originario de los Manzoni. Elena, de los Enselmini, a cuya estirpe pertenece también su madre".

La jovencita Elena se hizo monja para servir al Señor en el monasterio que hospedaba, en dos moradas distintas, a las monjas y a los frailes de la Orden de san Francisco, en una zona llamada "la Celda vieja" (la actual Arcella), monasterio destruido en 1509, para realizar la "explanada".

Añade el historiador: "Ninguna más diligente que ella en la oración litúrgica, ninguna más obediente a la abadesa, ninguna más observante de la regla, ninguna más solícita en realizar las tareas domésticas. Su vida estaba tejida de penitencias y ayunos, colmada de santidad y austeridad. Tan áspera fue su existencia, que, agotada, con frecuencia caía enferma, víctima de la fiebre".

Más allá del intento hagiográfico y enaltecedor, Sicco, autor de indudable probidad, realizó cuidadosas investigaciones sobre ella, disponiendo de excelentes fuentes en el antiguo monasterio de la Arcella, antes de incendiarse el archivo.

De complexión grácil y enfermiza, padeció en los últimos quince meses de vida repetidas fiebres, y permaneció durante tres meses sin comer, ni beber, ni pronunciar palabra.

El historiador se detiene ampliamente en describir las visiones celestiales de las que gozó Elena, como indicio de su unión con el Señor, visiones que ella, de palabra, daba a conocer a las hermanas, y cuyos contenidos sabían también a admonición.

El 4 de octubre de 1231, arrebatada en éxtasis, vio a los santos Francisco y Antonio en actitud de cantar las alabanzas del Señor. En definitiva, "el cielo en la celda", hasta el 4 de noviembre, cuando expiró, a los 24 años. Polentone concluye así: "Desde el día de su tránsito hasta hoy, su cuerpo se conserva tan bien, que no puede verse sin admirarse, y eso por un privilegio divino que testifica la santidad de Elena". Y añade un halo de misterio: "A menudo, especialmente cuando cae algún desastre sobre la ciudad, ha ocurrido que el cuerpo de Elena se agitó con estrépito, casi como si quisiera prever el futuro".


Podemos decir que su cuerpo sufrió en la muerte un proceso natural de momificación y quedó intacto, y las manifestaciones de temblor son exageradas, pero revelan la espontaneidad de una devoción popular hacia esta ilustre clarisa.

Su cuerpo, por una circunstancia fortuita, fue colocado en una urna y conservado en la pequeña iglesia del monasterio, hasta el año 1509, en que fue trasladado a la iglesia de Santa María de los Armenios, luego llamada de la Beata Elena. Y, desde 1810, fue trasladado a la de Santa Sofía, donde permaneció hasta el 23 de mayo de 1958, en que fue devuelto a la iglesia de La Arcella.

El 29 de octubre de 1695, el papa Inocencio XII la inscribió en el Catálogo de los beatos, reconociendo su culto secular, y en 1956 se iniciaron los trámites para su canonización.

La caja de madera de la beata, en la capilla del beato Lucas

Cuando las clarisas de la Arcella se trasladaron en 1509 al monasterio de Santa Elena, y luego al de San Bernardino, se llevaron consigo el cuerpo de la beata. Pero, al ser suprimidos dichos monasterios en el año 1810, ofrecieron su tesoro a la Basílica [de San Antonio]. De modo que, el 20 de mayo, el cuerpo de Elena Enselmini fue llevado a la sacristía del templo antoniano, y allí guardado. Mientras tanto, los presidentes del Arca pidieron al obispo Dondi dell´Orologio que lo dejara en la iglesia, pero el 6 de junio siguiente, "muy airado por la donación de las monjas, y más aún por la sustracción nocturna, había mandado colocar los sellos, ordenando que fuera entregado a la iglesia de Santa Sofía, para ser venerado junto a la beata Beatriz de Este".

La caja que guardó los huesos de Elena hasta el 1810 fue primero colocada en la urna que había sido de san Antonio, debajo del altar del
beato Lucas Belludi, y luego, en 1985, en la urna empotrada en la pared.

Presencia de Elena en el arte y en las reliquias

La reliquia de un brazo fue donada a la iglesia de Santa Sofía, mientras que su cuerpo se conserva aún bajo el altar del templo de la Arcella.

Para encontrar un relicario de la beata Elena hay que trasladarse a la sacristía de la Basílica. Firmado por el artista Pinton, es de las primeras décadas del siglo pasado, de tipo arquitectónico, en plata labrada y repujada, cuyo nudo y receptáculo representa la fachada de la iglesia de la Arcella. En lo más alto de la pequeña cúpula preside una estatua de Elena.

Una bella imagen de ella la encontramos en la puerta de bronce norte de la Basílica, llamada "de los beatos Lucas y Elena". Antes era la entrada más utilizada. Fundida en 1904 por el paduano Giuseppe Michieli, la donó el doctor Giovanni Guolo, y una inscripción la recuerda como "virgen paduana".

Entrando en el claustro del Noviciado se puede admirar una bonita pintura de ella, dentro de una monófora, en el lado occidental. Es una reproducción del 1994, de una pintura que realizó el artista de Bérgamo Giuseppe Amadio Riva, en 1923. El actual fue realizado, curiosamente, no en base al bronce original, sino a una copia suya firmada por Giovanni Zabai en 1932. La beata sostiene un lirio y un libro, claro indicio de la pureza de vida llevada por ella, en la secuela de la Palabra del Señor.

En la iglesia de la Arcella hay más recuerdos de Elena. En primer lugar, en la estatua del pequeña hornacina derecha de la fachada, obra de Pedro Bertocco. Luego, en la capilla de los "Santos franciscanos", donde está representada en un lienzo de Pedro Pajetta (1905), y en otras pinturas.

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Amancio, Santo Obispo de Rodez, Noviembre 4  

Amancio, Santo

Obispo4

Martirologio Romano: En Rodez, de Aquitania, san Amancio, obispo, a quien se tiene por el primero de esta ciudad (s. V).

Etimología: Amancio = amante, amoroso. Viene de la lengua latina.


El joven Amancio fue un amante auténtico de esta verdad de san Agustín.

Venancio de Poitiers es quien nos ha proporcionado más noticias acerca de su vida. Nació en la ciudad de Rodez, Francia.

Cuando llegó a su juventud, pensó que lo mejor para su vida era dejarlo todo por amor a Jesús. Estamos en el siglo V.

Dadas sus buenas cualidades y sus virtudes, lo nombraron obispo de Narbona (año 401). Eran tiempos malos porque la ciudad estaba todavía, en gran parte, bajo el dominio de los paganos.

Una vez que hizo su trabajo apostólico en este lugar, se fue a Rodez para hacer obras de conversión al cristianismo.

Un día, uno de los jefes de la ciudad, le dijo que no dejaría de ser pagano mientras no viese un milagro con sus propios ojos.

Le propuso que el río Laterne se subiese por las murallas. El obispo aceptó la idea o apuesta.

Amancio invocó a Dios. El milagro se llevó a cabo. Y todos cuantos lo veían, comentaban que lo mejor era convertirse al Dios que anunciaba el bueno de Amancio.

En otra ocasión, comenta su biógrafo, supo ser tan generoso que perdonó la vida a un condenado a muerte.

Estaba lleno de Dios y, por tanto, le era fácil hacer todo aquello que tuviera una repercusión en la obra evangelizadora.

Pero, a pesar de cuanto hizo, la autoridad no lo quería. Mientras estaba rezando, el gobernador fue herido de muerte. A cada insulto que le hacían a Amancio, él respondía con amabilidad.
Murió ya anciano en el año 445.

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Fuente: Carmelnet.org
Francisca de Amboise, Beata Religiosa Carmelita, Noviembre 4  

Francisca de Amboise, Beata

Religiosa Carmelita

Martirologio Romano: En el convento de Nuestra Señora des Cöts, de Nantes, en Francia, beata Francisca de Amboise, que, siendo duquesa de Bretaña, fundó en Vannes el primer Carmelo femenino francés, donde se retiró como sierva de Cristo al quedar viuda (1475).

Nació en Thouars (Francia) el 28 de Septiembre de 1427, hija del vizconde Luis y de la baronesa María de Rieux.

A los cuatro años fue prometida esposa de Pedro, hijo del duque de Bretaña. Su futura suegra, Juana, hermana del rey Carlos VII de Francia, imprimió en su alma un espíritu profundamente cristiano.

El 1450, en lacatedralde Reims, era coronada como Duquesa de Bretaña juntamente con su esposo, Pedro. De común acuerdo con él, decidieron conservarse castos y ofrecer a la alta sociedad un modelo de hogar cristiano con la práctica asidua de excelsas virtudes Juntos se consagraron a la Virgen María en su santuario de Folgoët, donde dejaron fundada una misa para ser celebrada todos los sábados.

Francisca supo frenar los excesos de la moda femenina en la corte y se dedicó particularmente a obras de piedad y caridad.

Todos los miércoles sentaba a su mesa a 11 doncellas pobres, el día de Navidad escogía a un niño pobre, lo vestía con traje nuevo ylo hospedaba como representante del Niño Jesús, el jueves santo lavaba los pies a doce pobres y les ofrecía un traje nuevo.

Trabajó tanto en favor de la religión catolica que, según dice un historiador, "Dios se sirvió de esta joven para realizar una reforma general en la Bretaña y para hacer reflorecer, después de tantas desgracias y misenas, un siglo de Oro"

Muerto su esposo y conocedora a fondo de las miserias de la corte, resolvió hacerse monja de clausura. Mil dificultades le salieron al paso; Luis Xl, rey de Francia, puso en juego todos los medios para que desistiera, pero todo fue en vano, y el monarca acabó de desengañarse cuando ella en el acto de recibir la comunión, hizo en alta voz el voto de castidad.

Después de un providencial encuentro con el beato Juan Soreth (+1471), a la sazón Prior General de los carmelitas, se decidió a ingresar entre las monjas carmelitas de clausura que habían sido instituidas poco antes canónicamente por la Bula de Nicolás V "Cum nula", del 7 de Octubre de 1452.

El mismo Beato le impuso con toda solemnidad el hábito una vez resueltos todos sus compromisos ducales.

Junto con un grupo de carmelitas venidas de Bélgica, inició Francisca su vida religiosa en el convento de Bondón, fundado por ella misma.

Renunció a sus títulos y no quiso trato ni distinción especial, sino ser considerada como Humilde sierva de Cristo".

Desde entonces su gran empeño fue la de hacer efectiva su total entrega a Dios.

Nombrada priora por la comunidad, tuvo que dirigirse más tarde con el mismo título a un nuevo convento, fundado también por ella cerca de Nantes.

En el ejercicio de este cargo alimentaba el espíritu de sus religiosas con sabias "Exhortaciones", que fueron publicadas más tarde. Ella era ejemplar en todas las virtudes, descollando por su espíritu de oración y penítencia.

Insistió siempre en la práctica del silencio, la obediencia y la pobreza. Introdujo la comunión frecuente y una estricta clausura. Fueron sus últimas palabras:

"¡Adiós, hijas mías! Voy a probarlo que es amar a Dios sobre todas las cosas".

Bien puede ser llamada como la "Madre" de las carmelitas, ya que es la primera santa desde que el Carmelo femenino tuvo existencia canónica.

El 4.11.1485 expiró santamente.

Su culto fue reconocido por el papa Pío IX el 16 de julio de 1867.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Emerico de Hungría, Beato Principe, Noviembre 4  

Emerico de Hungría, Beato

Principe

Martirologio Romano: Junto a Alba Real (Székesfehérvár), en Panonia (hoy Hungría), san Emerico o Enrique, hijo de san Esteban, rey de los húngaros, sorprendido por una muerte imprevista (1031).

Etimología: Emerico = patria potente, es de origen germánico


En 1931, se celebró con gran solemnidad en Hungría el noveno centenario de la muerte del Beato Emerico.

Desgraciadamente, no tenemos muchos datos fidedignos sobre su vida. Fue el único hijo de San Esteban, rey de Hungría.

Nació en 1007, y San Gerardo de Sagredo se encargó de su educación. Cuando el emperador Conrado II proyectaba apoderarse de las rentas de la diócesis de Bamberga, le propuso al joven Emerico que participase en la expoliación, pero el rey San Esteban lo impidió.

Las "instrucciones" de San Esteban a su hijo no son auténticas. Es cierto que el monarca tenía la intención de compartir sus responsabilidades con con Emerico (aunque es falso que haya renunciado a la corona en favor de él), pero antes de que tuviese tiempo de hacerlo, Emerico murió en una cacería.

Cuando le llegó la noticia, San Esteban exclamó: "Dios le amaba, por eso me lo quitó tan pronto". El príncipe fue sepultado en la iglesia de Szckesfehervar y, en su sepulcro se obraron numerosos milagros.

El padre y el hijo fueron elevados al honor de los altares al mismo tiempo, en 1083. Comúnmente se atribuye a Emerico el título de santo pero el Martirologio Romano le llama "Beatus".

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Vidal y Agrícola, Santos Protomártires boloñeses, Noviembre 4  

Vidal y Agrícola, Santos

Protomártires Boloñeses

Martirologio Romano: En Bolonia, de la Emilia, santos Vidal y Agrícola, mártires, que, según nos refiere san Ambrosio, el primero de ellos fue antes siervo del segundo y luego compañero y colega en el martirio. Vidal padeció tantos tormentos que no le quedó parte de su cuerpo sin heridas y Agrícola, a su vez, sin asustarse por el suplicio de su antiguo criado, le imitó en el mismo martirio, siendo crucificado (304).

Etimología: Vidal = aquel que está lleno de vida, viene del latín.

Agrícola = aquel que viene del campo, viene del latín.


Los Santos Mártires Vidal y Agrícola, en Bolonia. El primero siendo esclavo del segundo, llegó después a ser compañero suyo en el martirio: atormentáronle los perseguidores con tal crueldad, que en todo su cuerpo no se encontraba parte sana; lo cual sufrió con la mayor constancia, y puesto en oración entregó su alma a Dios.

A Agrícola le dieron muerte enclavado en una cruz con muchísimos clavos. San Ambrosio, que se halló presente a la traslación de estos Santos, refiere que recogió los clavos, la sangre vencedora y la cruz, y lo colocó todo debajo del sagrado altar. El citado San Ambrosio nos informa de que Agrícola era un caballero de Bolonia, y que Vidal, su esclavo, aprendió del él la religión cristiana, y recibió primero la corona, porque para Cristo no hay diferencias en la condición de siervo ni de señor. Ambos fueron presos probablemente el año 304. El castigo de Agrícola fue dilatado por una cruel compasión por ver si la vista de los tormentos del siervo le hacía mudar de resolución; pero lejos de ello quedó más animado con el ejemplo.

Entonces toda la compasión del pueblo y de los jueces se convirtió en furor, y el cuerpo del Mártir enclavado en una cruz fue tan herido y penetrado de innumerables clavos, que el número de sus heridas excedió en mucho al de sus miembros. Los Cuerpos de los Mártires fueron colocados en lugar de la sepultura de los judíos. Huyendo San Ambrosio de las manos del tirano Eugenio, entró en Bolonia el año 393, y allí descubrió estas reliquias. Juliana, devota viuda de Florencia, le convidó a dedicar una Iglesia que había fundado en aquella ciudad, y le pidió este tesoro: el que no tuvo arbitrio de negarle una parte de ellas, y cuyo valor ponderó mucho él mismo a las tres hijas de Juliana, mandándolas que le recibiesen con respeto, como presente de salvación.

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Fuente: ACI Prensa
Felix de Valois, Santo Trinitario, Noviembre 4  

Felix de Valois, Santo

Fundador

Martirologio Romano: En Cerfroid, en el territorio de Meaux, en Francia, san Félix de Valois, que, después de una larga vida de solitario, se le considera compañero de san Juan de Mata en la fundación de la Orden de la Santísima Trinidad, para la redención de los cautivos (1212).

Etimología: Felix = Aquel que es feliz. De la lengua latina.


Algunos escritos de la "Orden de la Santísima Trinidad", afirman que San Félix llevaba el apellido de Valois porque pertenecía a la familia real de Francia, pero en realidad el nombre proviene de la provincia de Valois donde habitó originalmente.

Según se dice, vivió como ermitaño en el bosque de Gandelu, en la diócesis de Soissons, en un pueblo llamado Cerfroid. Tenía el propósito de pasar su vida en la oscuridad pero Dios lo dispuso de otro modo.

En efecto, San Juan de Mata, discípulo de San Félix, le propuso que fundase una orden para el rescate de los cautivos. Aunque el santo tenía ya setenta años, se ofreció a hacer y sufrir cuanto Dios quisiera por un fin tan noble. Así, los dos santos partieron juntos a Roma en el invierno de 1197 para solicitar la aprobación de la Santa Sede.

San Félix propaga la orden en Italia y Francia. En París fundó el convento de San Maturino y cuando San Juan volvió a Roma, San Félix a pesar de su avanzada edad, administró la provinica francesa y la casa madre de la orden en Cerfroid. Ahí murió a los ochenta y seis años de edad en 1212.

Según la tradición de los trinitarios, los dos santos fueron canonizados por el Papa Urbano IV en 1262. Alejandro VII confirmó el culto de los dos fundadores en 1666.

El 4 de noviembre recordamos su ingreso al Reino, y el 20 del mismo mes se celebra su fiesta litúrgica.

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Fuente: Santiebeati.it
Teresa Manganiello, Beata Terciaria Franciscana, 4 de noviembre  

Teresa Manganiello, Beata

Terciaria Franciscana

En Montefusco, Italia, beata Teresa Manganiello, laica, de la Tercera Orden de San Francisco ( 1876)

Fecha de beatificación: 22 de mayo de 2010 durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI

 

Es "la analfabeta Sabia" de Montefusco en la provincia de Avelino (Italia); Teresa Manganiello nació cerca de Montefusco el 1 de enero de 1849, undécima de doce hijos de aquella familia presidida por sus padres campesinos. Hacia los siete años recibe la Primera Comunión en la iglesia de San Egidio, anexa al homónimo convento Capuchino.

Como muchos niños campesinos del sur de Italia de aquella época, no asistió a ninguna escuela y siempre creció a la sombra de la casa colonial edificada en los campo de aquella zona del país. Ya adolescente manifestó el deseo de consagrar su vida a Dios; cuando tuvo 18 años, llegó al convento de San Egidio el padre Ludovico Acernese quien, ante el despertar en la vida cristiana de aquella zona, instituyó en Montefusco la Tercera Orden Franciscana.

Teresa se sintió fuertemente atraída por el ideal franciscano y corrió enseguida a registrarse, convirtiéndose en la primera terciaria de Montefusco, eligió al padre Acernese como a su guía y confesor. El 15 de mayo de 1870 a los 21 años, vistió el hábito terciario y al año siguiente hizo la profesión de los votos tomando el nombre de hermana María Luisa.

El padre Ludovico Acernese supo reconocer en ella todas cualidades más profundas de su alma, por lo que la nombró primera concejera y luego, por la perfección de su ideal franciscano, maestra de las novicias.

La familia nunca apoyó su deseo de hacerse monja, principalmente para no privarse de la gran ayuda que era tener a Teresa viviendo en casa, ella llevó un estilo de vida monacal; fue llamada popularmente "monachella1 santa"; estaba siempre presente en la Misa diaria en la iglesia de San Egidio, además vivía intensamente la oración, que junto a ásperas mortificaciones corporales, las ofrecía por la reparación de los escándalos; a pesar de eso siempre y dondequiera tenía una encantadora sonrisa que atraía a todos.

Aunque era analfabeta, contestaba con sabiduría incluso a personas de vasta cultura; fue la artífice de la extensión, en Irpina y en Sannio, del Movimiento Terciario Franciscano, que conducía junto al padre Acernese, quien ante la insistencia de Teresa Manganiello de su ideal religioso y hablando de aquello con otras terciarias, planeó la fundación de una Comunidad por ellas.

Para tener una aprobación especial, la mandó en 1873 a una audiencia con el Papa Pío IX, para que le presente su intención; el beato pontífice la bendijo y la animó a ir adelante; y cuando ya era considerada como la primera superiora de la naciente Congregación de Monjas Terciarias Franciscanas, su salud empezó pero a declinar.

El 14 de febrero de 1874, mientras oraba en la iglesia tuvo la primer hemoptisis2 acompañada de una grave artritis; en aquella época fue una enfermedad maliciosa que atacó a personas de toda edad y condición social. Siguió adelante, entre los altos y bajos de la enfermedad, hasta que en el verano del 1876 el mal la postró; a los muchos sacerdotes y fieles que fueron a visitarla les regaló siempre su maravillosa sonrisa; totalmente entregada a las manos de Dios la Virgen a quienes oraba fervorosamente.

Murió el 4 de noviembre de 1876 con tan sólo 27años y fue enterrada en el cementerio de Montefusco; cinco años después de su muerte, el padre Ludovico Acernese, confiando en su espiritual protección, fundó en Pietradefusi la Congregación de las ´Monjas Franciscanas Immaculatinas´ de las que Teresa es "Piedra angular" y "Madre espiritual." En su patrimonio espiritual cada monja encuentra ricos ejemplos y enseñanzas, por una vida de total consagración al servicio de Dios y la Iglesia.

A 100 años de su muerte, en 1976, las Monjas Franciscanas Immaculatinas, iniciaron la causa por su beatificación, reconociendo en ella, el papel fundamental en la fundación de la Congregación. El proceso se cerró en el archidiócesis de Benevento el 29 de septiembre de 1991 y las actas fueron aprobados por el Santa Sede el 12 de diciembre1992.

Continúan siendo frecuentes las señales de gracias, curaciones y favores de orden moral y espiritual, conseguidos por su intercesión.

1Pequeña ave, de la misma familia de la collalba rubia.
2 La hemoptisis incluye la emisión de flema hemóptica o de sangre fresca procedente del aparato respiratorio.

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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Noviembre 4  

Otros Santos y Beatos

San Pierio, presbítero

Conmemoración de san Pierio, presbítero de Alejandría, ilustrado en los temas filosóficos, pero más esclarecido aún por la integridad de su vida y su voluntaria pobreza. Mientras Teonas regía la Iglesia alejandrina, explicó con profundidad al pueblo las divinas Escrituras, y en Roma, después de la persecución, descansó en paz (s. IV).

San Amancio, obispo

En Rodez, de Aquitania, san Amancio, obispo, a quien se tiene por el primero de esta ciudad (s. V).

San Perpetuo, obispo

En Maastrich, junto al Mossa, en Brabante, de Austrasia, san Perpetuo, obispo (c. 620).

Santa Modesta, abadesa

En Tréveris, de Austrasia, santa Modesta, abadesa, que, consagrada a Dios desde la infancia, fue la primera que presidió la comunidad de monjas del cenobio "ad Horreum" (Öhren) en la ciudad, y estuvo unida con santa Gertrudis de Nivelles en total familiaridad, basada en Dios (680).

San Nicandro,obispo, y Hermas, presbítero, mártires

En Mira, de Licia, santos mártires Nicandro, obispo, y Hermas, presbítero (c. s. IV).

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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