JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-10
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle.
Y por ello los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos:
"Este recibe a los pecadores y come con ellos".
Jesús les dijo entonces esta parábola:
"Si uno de ustedes tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la perdida hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, se la carga sobre sus hombros lleno de alegría; y al llegar a su casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:
"Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido".
Yo les aseguro que así también en el cielo habrá más alegría por un solo pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.
Y si una mujer tiene diez monedas de plata y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas para decirles:
"Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido".
Yo les aseguro que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepienta".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=272692
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
jue 31a. Ordinario año Par
Antífona de Entrada
Dios nuestro y protector nuestro; un solo día en tu casa es más valioso que mil días en cualquier otra parte.
Oración Colecta
Oremos:
Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor a fin de que, amándote en todo sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar y has prometido tú a los que te aman.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 3-8a
Hermanos: El verdadero pueblo de Israel somos nosotros, que servimos a Dios movidos por su Espíritu y ponemos nuestra gloria en Cristo Jesús, sin confiar en nosotros mismos. Aunque yo, ciertamente, podría apoyarme en mis títulos humanos. Nadie tendría más razones que yo. Fui circuncidado a los ochos días de nacer, soy israelita de nacimiento, de la tribu de Benjamín, hebreo e hijo de hebreos, y, en lo que toca a la interpretación de la ley, fariseo; fanático perseguidor de la Iglesia de Dios, e irreprochable en lo que se refiere al cumplimiento de la ley.
Pero lo que entonces consideraba valioso, lo consideré sin valor a causa de Cristo; más aún, pienso que nada vale la pena en comparación con el bien supremo, que consiste en conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él he renunciado a todo, y todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 104
El que busca al Señor será dichoso.
Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos; del nombre del Señor enorgullézcanse, siéntanse felices los que lo buscan.
El que busca al Señor será dichoso.
Recurran al Señor y a su poder, a su presencia acudan sin descanso. Recuerden los prodigios que hizo, sus portentos y sus justas decisiones
El que busca al Señor será dichoso.
Descendientes de Abrahán, su servidor; hijos de Jacob, su predilecto; escuchen: el Señor es nuestro Dios, en toda la tierra gobiernan sus decretos.
El que busca al Señor será dichoso.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida, dice el Señor; nadie va al Padre sino por mí.
Aleluya.
Evangelio
Habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se arrepienta
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-10
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle.
Y por ello los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos:
"Este recibe a los pecadores y come con ellos".
Jesús les dijo entonces esta parábola:
"Si uno de ustedes tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la perdida hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, se la carga sobre sus hombros lleno de alegría; y al llegar a su casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:
"Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido".
Yo les aseguro que así también en el cielo habrá más alegría por un solo pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.
Y si una mujer tiene diez monedas de plata y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas para decirles:
"Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido".
Yo les aseguro que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepienta".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos para esta Eucaristía, a fin de que, a cambio de ofrecerte lo que tú nos has dado, podamos recibir de ti tu misma vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La salvación por Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia, por Cristo, Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
Antífona de la Comunión
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, tú que nos has hecho partícipes de la vida de Cristo en este sacramento, transfórmanos, a imagen de tu Hijo para que merezcamos participar de su gloria en el cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
31ª semana. Jueves
AMIGO DE LOS PECADORES
— Son los enfermos quienes tienen necesidad de médico. Jesús ha venido a curarnos.
— La oveja perdida. La alegría de Dios ante nuestras diarias conversiones.
— Jesucristo sale muchas veces a buscarnos.
I. Leemos en el Evangelio de la Misa1 que publicanos y pecadores se acercaban a Cristo para oírle. Pero los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: este recibe a los pecadores y come con ellos.
Meditando la vida del Señor podemos ver con claridad cómo toda ella manifiesta su absoluta impecabilidad. Más aún, Él mismo preguntará a quienes le acusan: ¿Quién de vosotros me argüirá de pecado?2, y "durante toda su vida, lucha con el pecado y con todo lo que engendra pecado, comenzando por Satanás, que es padre de la mentira... (cfr. Jn 8, 44)"3.
Esta batalla de Jesús contra el pecado y contra sus raíces más profundas no le aleja del pecador. Muy al contrario, lo aproxima a los hombres, a cada hombre. En su vida terrena Jesús solía mostrarse particularmente cercano de quienes, a los ojos de los demás, pasaban por "pecadores" o lo eran de verdad. Así nos lo muestra el Evangelio en muchos pasajes; hasta tal punto que sus enemigos le dieron el título de amigo de publicanos y de pecadores4. Su vida es un constante acercamiento a quien necesita la salud del alma. Sale a buscar a los que precisan ayuda, como Zaqueo, en cuya casa Él mismo se invitó: Zaqueo, baja pronto -le dice-, porque hoy me hospedaré en tu casa5. El Señor no se aleja, sino que va en busca de los más distanciados. Por eso acepta las invitaciones y aprovecha las circunstancias de la vida social para estar con quienes no parecían tener puestas sus esperanzas en el Reino de Dios. San Marcos nos indica cómo después del llamamiento de Mateo, muchos publicanos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y con sus discípulos6. Y Cuando los fariseos murmuran de esta actitud, Jesús responde: No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos...7. Aquí, sentado con estos hombres que parecen muy alejados de Dios, se nos muestra Jesús entrañablemente humano. No se aparta de ellos; por el contrario, busca su trato. La manifestación suprema de este amor por quienes se encuentran en una situación más apurada tuvo lugar en el momento de dar su vida por todos en el Calvario. Pero en este largo recorrido hasta la Cruz, su existencia es una manifestación continua de interés por cada uno, que se expresa en estas palabras conmovedoras: El Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino a servir...8. A servir a todos: a quienes tienen buena voluntad y están más preparados para recibir la doctrina del Reino, y a quienes parecen endurecidos para la Palabra divina.
La meditación de hoy nos debe llevar a aumentar nuestra confianza en Jesús cuanto mayores sean nuestras necesidades; especialmente si en alguna ocasión sentimos con fuerza la propia flaqueza: Cristo también está cercano entonces. De igual forma, pediremos con confianza por aquellos que están alejados del Señor, que no responden a nuestro desvelo por acercarlos a Dios y que aun parece que se distancian más. "¡Oh, qué recia cosa os pido, verdadero Dios mío –exclama Santa Teresa–: que queráis a quien no os quiere, que abráis a quien no os llama, que deis salud a quien gusta de estar enfermo y anda procurando la enfermedad!"9.
II. Jesucristo andaba constantemente entre las turbas, dejándose asediar por ellas, aun después de caída ya la noche10, y muchas veces ni siquiera le permitían un descanso11. Su vida estuvo totalmente entregada a sus hermanos los hombres12, con un amor tan grande que llegará a dar la vida por todos13. Resucitó para nuestra justificación14; ascendió a los Cielos para prepararnos un lugar15; nos envía su Espíritu para no dejarnos huérfanos16. Cuanto más necesitados nos encontramos, más atenciones tiene con nosotros. Esta misericordia supera cualquier cálculo y medida humana; es "lo propio de Dios, y en ella se manifiesta de forma máxima su omnipotencia"17.
El Evangelio de la Misa continúa con esta bellísima parábola, en la que se expresan los cuidados de la misericordia divina sobre el pecador: Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la carga sobre los hombros muy contento; y al llegar a casa reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: ¡Felicitadme! he encontrado la oveja que se me había perdido. "La suprema misericordia –comenta San Gregorio Magno– no nos abandona ni aun cuando lo abandonamos"18. Es el Buen Pastor que no da por definitivamente perdida a ninguna de sus ovejas.
Quiere expresar también aquí el Señor su inmensa alegría, la alegría de Dios, ante la conversión del pecador. Un gozo divino que está por encima de toda lógica humana: Os digo que así también habrá más alegría en el Cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse, como un capitán estima más al soldado que en la guerra, habiendo vuelto después de huir, ataca con más valor al enemigo, que al que nunca huyó pero tampoco mostró valor alguno, comenta San Gregorio Magno; igualmente, el labrador prefiere mucho más la tierra que, después de haber producido espinas, da abundante mies, que la que nunca tuvo espinas pero jamás dio mies abundante19. Es la alegría de Dios cuando recomenzamos en nuestro camino, quizá después de pequeños fracasos en esas metas en las que estamos necesitados de conversión: luchar por superar las asperezas del carácter; optimismo en toda circunstancia, sin dejarnos desalentar, pues somos hijos de Dios; aprovechamiento del tiempo en el estudio, en el trabajo, comenzando y terminando a la hora prevista, dejando a un lado llamadas por teléfono inútiles o menos necesarias; empeño por desarraigar un defecto; generosidad en la mortificación pequeña habitual... Es el esfuerzo diario para evitar "extravíos" que, aunque no gravemente, nos alejan del Señor.
Siempre que recomenzamos, cada día, nuestro corazón se llena de gozo, y también el del Maestro. Cada vez que dejamos que Él nos encuentre somos la alegría de Dios en el mundo. El Corazón de Jesús "desborda de alegría cuando ha recobrado el alma que se le había escapado. Todos tienen que participar en su dicha: los ángeles y los escogidos del Cielo, y también deben alegrarse los justos de la tierra por el feliz retorno de un solo pecador"20. Alegraos conmigo..., nos dice. Existe también una alegría muy particular cuando hemos acercado a un amigo o a un pariente al sacramento del perdón, donde Jesucristo le esperaba con los brazos abiertos.
Señor -canta un antiguo himno de la Iglesia-, has quedado extenuado, buscándome: //¡Que no sea en vano tan grande fatiga!21.
III. Y cuando la encuentra, la carga sobre los hombros muy contento...
Jesucristo sale muchas veces a buscarnos. Él, que puede medir en toda su hondura la maldad y la esencia de la ofensa a Dios, se nos acerca; Él conoce bien la fealdad del pecado y su malicia, y sin embargo "no llega iracundo: el Justo nos ofrece la imagen más conmovedora de la misericordia (...). A la Samaritana, a la mujer con seis maridos, le dice sencillamente a ella y a todos los pecadores: Dame de beber (Jn 3, 4-7). Cristo ve lo que ese alma puede ser, cuánta belleza –la imagen de Dios allí mismo–, qué posibilidades, incluso qué "resto de bondad" en la vida de pecado, como una huella inefable, pero realísima, de lo que Dios quiere de ella"22.
Jesucristo se acerca al pecador con respeto, con delicadeza. Sus palabras son siempre expresión de su amor por cada alma. Vete y no peques más23, advertirá solamente a la mujer adúltera que iba a ser apedreada. Hijo mío, ten confianza, tus pecados te son perdonados24, dirá al paralítico que, tras incontables esfuerzos, había sido llevado por sus amigos hasta la presencia de Jesús. A punto de morir, hablará así al Buen Ladrón: En verdad, en verdad te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso25. Son palabras de perdón, de alegría y de recompensa. ¡Si supiéramos con qué amor nos espera Cristo en cada Confesión! ¡Si pudiéramos comprender su interés en que volvamos!
Es tanta la impaciencia del Buen Pastor que no espera a ver si la oveja descarriada vuelve al redil por su cuenta, sino que sale él mismo a buscarla. Una vez hallada, ninguna otra recibirá tantas atenciones como esta que se había perdido, pues tendrá el honor de ir a hombros del pastor. Vuelta al redil y "pasada la sorpresa, es real ese más de calor que trae al rebaño, ese bien ganado descanso del pastor, hasta la calma del perro guardián, que solo alguna vez, en sueños, se sobresalta y certifica, despierto, que la oveja duerme más acurrucada aún, si cabe, entre las otras"26. Los cuidados y atenciones de la misericordia divina sobre el pecador arrepentido son abrumadores.
Su perdón no consiste solo en perdonar y olvidar para siempre nuestros pecados. Esto sería mucho; con la remisión de las culpas renace además el alma a una vida nueva, o crece y se fortalece la que ya existía. Lo que era muerte se convierte en fuente de vida; lo que fue tierra dura es ahora un vergel de frutos imperecederos.
Nos muestra el Señor en este pasaje del Evangelio el valor que para Él tiene una sola alma, pues está dispuesto a poner tantos medios para que no se pierda, y su alegría cuando alguno vuelve de nuevo a su amistad y a su cobijo. Y este interés es el que hemos de tener para que los demás no se extravíen y, si están lejos de Dios, para que vuelvan.
1 Lc 15, 1-10. — 2 Jn 8, 46. — 3 Juan Pablo II, Audiencia general 10-II-1988. — 4 Cfr. Mt 11, 18-19. — 5 Cfr. Lc 19, 1-10. — 6 Cfr. Mc 2, 13-15. — 7 Cfr. Mc 2, 17.— 8 Mc 10, 45. — 9 Santa Teresa, Exclamaciones, n. 8. — 10 Cfr. Mc 3, 20. — 11 Cfr. Ibídem. — 12 Cfr. Gal 2, 20. — 13 Cfr. Jn 13, 1. — 14 Cfr. Rom 4, 25. — 15 Cfr. Jn 14, 2. — 16 Cfr. Jn 14, 18 — 17 Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 30, a. 4. — 18 San Gregorio Magno, Homilía 36 sobre los Evangelios. — 19 Cfr. ídem, Homilía 34 sobre los Evangelios, 4. — 20 G. Chevrot, El Evangelio al aire libre, pp. 84-85. — 21 Himno Dies irae. — 22 F. Sopeña, La Confesión, pp. 28-29. — 23 Jn 8, 11. — 24 Mt 9, 2. — 25 Lc 24, 43. — 26 F. Sopeña, o. c. p. 36.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
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Fuente: Franciscanos.net
María Crucificada (Isabel María) Satellico, Beata Virgen Clarisa, 8 Noviembre
(1706‑ 1745), Virgen de la Segunda Orden. Beatificada por Juan Pablo II el de 10 de octubre de 1993. |
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Fuente: Osanet.org
Isaías Boner, Beato Sacerdote Agustino, 8 Noviembre
El 8 de noviembre de 1471 moría en Cracovia (Polonia). Había sido profesor de teología en la universidad, maestro de vida religiosa y espiritual, amigo y confidente de los santos y beatos del denominado felix saeculum Cracoviae, como Juan Kancio († 1474) o el canónigo regular Estanislao Kazimiercyk, el Casimiritano († 1489), de todos conocido por su celo apostólico, vida austera, piedad mariana, y su saber unir la quietud de la oración con el ansia agustina de la búsqueda. |
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Los Cuatro Santos Coronados Mártires, 8 Noviembre
Recordamos a cuatro hermanos mártires: Severo, Severino, Carpóforo y Victorino, que vivieron en la última parte del siglo III y a comienzos del IV. |
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Fuente: Catholic.net
Godofredo de Amiens, Santo Obispo, 8 Noviembre
Monje
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Adeodato, Santo LXVIII Papa, 8 Noviembre
El Papa Adeodato I, o Deusdedit, fue pontífice en un momento en que se empezaba a sentir cada vez más claro y fuerte el sentimiento de intolerancia y de independencia hacia el poder bizantino. |
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Fuente: Franciscanos.net
Juan Duns Escoto, Beato Doctor Sutil, 8 Noviembre
Sacerdote, doctor sutil y mariano (1265‑1308). Juan Pablo II aprobó su culto el 20 de marzo de 1993. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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