JMJ
Pax
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=272692
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
mie 32a. Ordinario año Par (Id=748)
Antífona de Entrada
Dios nuestro y protector nuestro: un sólo día en tu casa es más valioso para tus elegidos que mil días en cualquier otra parte.
Oración Colecta
Oremos:
Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor a fin de que, amándote en todo sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar y has prometido tú a los que te aman.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Andábamos perdidos, pero Cristo nos salvó por su misericordia
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito
3, 1-7
Querido hermano: Recuerda a todos que respeten plenamente a las autoridades que gobiernan; que les obedezcan y estén dispuestos a hacer el bien; que no calumnien a nadie, que sean pacíficos, amables y siempre bondadosos con todo el mundo. Porque también nosotros fuimos en otro tiempo irreflexivos, rebeldes, descarriados, esclavos de toda clase de malas inclinaciones y placeres, llenos de maldad y de envidia; éramos despreciados y nos odiábamos unos a otros.
Pero ahora se ha manifestado la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los hombres. El nos salvó, no por nuestras buenas obras, sino en virtud de su misericordia, por medio del bautismo regenerador y la renovación del Espíritu Santo, que derramó abundantemente sobre nosotros por Jesucristo nuestro Salvador. De este modo, salvados por su gracia, Dios nos hacer herederos conforme a la esperanza que tenemos de heredar la vida eterna.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 22, 1-3a.3b-4.5.6
El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta: en prados de hierba fresca me hace descansar, me conduce a aguas tranquilas y renueva mis fuerzas.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me guía por la senda del bien, haciendo honor a su nombre. Aunque pase por un valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú estás conmigo, tu vara y tu bastón me dan seguridad.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me preparas un banquete para envidia de mis adversarios, perfumas con ungüento mi cabeza, y mi copa está llena.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu amor y tu bondad me acompañan todos los días de mi vida; y habitaré por siempre en la casa del Señor.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Den gracias siempre, unidos a Cristo Jesús, pues esto es lo que Dios quiere que hagan.
Aleluya.
Evangelio
¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas
17, 11-19
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo cuando le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían:
"¡Jesús, Maestro, ten
compasión de nosotros!"
Al verlos, Jesús les dijo:
"Vayan a presentarse a los sacerdotes".
Y mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, al verse sano, regresó alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Era un samaritano. Entonces preguntó Jesús:
"¿No eran diez los que quedaron limpios?; ¿dónde están los otros nueve? ¿Tan sólo este extranjero regresó para dar gracias a Dios?"
Después le dijo al samaritano:
"Levántate y vete; tu fe te ha salvado".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos para esta Eucaristía a fin de que, a cambio de ofrecerte lo que tú nos has dado, podamos recibir de ti tu misma vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El misterio de nuestra salvación en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado.
Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor.
El, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió para ti un pueblo santo.
Por eso,
con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria diciendo:
Antífona de la Comunión
Mi alma espera al Señor con más ansia que los centinelas el amanecer, porque con el Señor viene la misericordia y la abundancia de su gracia.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Tú que nos has hecho partícipes de la vida de Cristo en este sacramento, transfórmanos, Señor, a imagen de tu Hijo, para que participemos también de su gloria en el cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
32ª semana. Miércoles
VIRTUDES DE CONVIVENCIA
— El Señor cultivó las virtudes normales de la convivencia.
— Gratitud. Capacidad de amistad. Respeto mutuo.
— Afabilidad. Optimismo y alegría.
I. El Evangelio de la Misa de hoy1 muestra la decepción de Jesús ante unos leprosos curados, que no volvieron para dar las gracias. Solo regresó un samaritano de los diez que habían sanado por la misericordia de Jesús. ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino solo este extranjero? Se nota en estas palabras del Señor un acento de desencanto. Lo menos que podían haber hecho aquellos hombres era agradecer un don tan grande. Jesús se conmueve ante el reconocimiento de las personas y se duele del egoísta que solo sabe recibir. La gratitud es señal de nobleza y constituye un lazo fuerte en la convivencia con los demás, pues son innumerables los beneficios que recibimos y también los que proporcionamos a otros. San Beda señala que fue precisamente la gratitud la que salvó al samaritano2.
Jesús no fue indiferente a las muestras de educación y de convivencia normales que se dan entre los hombres y que expresan la calidad y la finura interior de las personas. Ante Simón el fariseo, que no tuvo con Él las muestras habituales de hospitalidad, lo manifestó abiertamente. Jesucristo, con su vida y su predicación, reveló el aprecio por la amistad, la afabilidad, la templanza, el amor a la verdad, la comprensión, la lealtad, la laboriosidad, la sencillez... Son numerosos los ejemplos y parábolas de la vida corriente en los que se puede observar el gran valor que da a estas virtudes necesarias para la convivencia. Así vemos cómo forma a los Apóstoles no solo en la virtud de la fe y de la caridad, sino en la sinceridad y nobleza3, y en la ponderación del juicio4. Tan importantes considera estas virtudes humanas, que les llegará a decir: si no entendéis las cosas de la tierra, ¿cómo entenderéis las celestiales?5. Cristo, perfecto Dios y Hombre perfecto6, nos da ejemplo de ese cúmulo de cualidades bien entrelazadas, que compete vivir a cualquier hombre, a cualquier mujer, en sus relaciones con Dios, con sus semejantes y consigo mismo. De Él se pudo proclamar: bene omnia fecit7, que todo lo hizo bien; no solo los milagros en los que manifestó su omnipotencia divina, sino las manifestaciones normales de una vida corriente. Lo mismo se ha de poder afirmar de cada uno de nosotros, que queremos seguirle en medio del mundo.
II. San Pablo, en una de las lecturas para la Misa8, nos exhorta también a vivir estas virtudes: Recuérdales –escribe a Tito– que estén dispuestos a toda forma de trabajo honrado, sin insultar ni buscar riñas; sean condescendientes y amables con todo el mundo.
Estas virtudes hacen más grata y fácil la vida cotidiana: familia, trabajo, tráfico...; disponen el alma para estar más cerca de Dios y para vivir las virtudes sobrenaturales. El cristiano sabe convertir los múltiples detalles de estos hábitos humanos en otros tantos actos de la virtud de la caridad, al hacerlos también por amor a Dios. La caridad transforma estas virtudes en hábitos firmes, con un horizonte más elevado.
Entre las virtudes humanas que tienen relación con la convivencia diaria se encuentra la misma gratitud, que es el recuerdo afectuoso de un beneficio recibido con el deseo de pagarlo de alguna manera. En muchas ocasiones solo podremos decir gracias, o una expresión parecida que comunica ese sentimiento del alma. En la alegría que ponemos en ese gesto está nuestro agradecimiento. Santo Tomás afirma que «el mismo orden natural requiere que quien ha recibido un favor responda con gratitud al que le ha beneficiado»9. Cuesta muy poco ser agradecidos y es mucho el bien que se hace: se crea un ambiente nuevo, unas relaciones cordiales, En la medida en que aumentamos nuestra capacidad de apreciar los favores y pequeños servicios que recibimos, sentiremos la necesidad de agradecer de alguna manera: que la casa esté en orden y limpia, que uno haya cerrado las ventanas para que no entre el frío o el calor, que encontremos la ropa limpia y planchada... Y si alguna vez una de estas cosas no está como esperamos, sabremos disculpar, porque son muchas las que de hecho funcionan bien. No le daremos importancia y, si está en nuestras manos, procuraremos arreglar el desperfecto, ordenar lo desordenado, cerrar o abrir lo que debía estar cerrado o abierto... También agradeceremos los servicios que pagamos o nos son debidos: al dependiente que nos atiende amablemente, al conductor del autobús que espera esos instantes para que podamos alcanzarlo...
Entre las virtudes de convivencia se nos pide ampliar constantemente nuestra capacidad de amistad con personas muy diversas. ¡Qué formidable sería que pudiéramos llamar amigos a las personas con las que trabajamos o estudiamos, con las que convivimos, con las que nos relacionamos diariamente! Amigos, y no solo conocidos, vecinos, colegas o compañeros... Esto significaría que hemos desarrollado, por amor a Dios y por amor a los hombres, una serie de cualidades humanas que fomentan y hacen posible la amistad: el desinterés, la comprensión, el espíritu de colaboración, el optimismo, la lealtad... Amistad también dentro de la propia familia: entre hermanos, con los hijos, con los padres. La amistad, cuando es verdadera, resiste bien las diferencias de edades. Es condición, a veces imprescindible, para el apostolado.
Cuentan de Alejandro Magno que, estando próximo a morir, sus parientes más cercanos le repetían con insistencia: «Alejandro, ¿dónde tienes tus tesoros?». «¿Mis tesoros?», preguntaba Alejandro. Y respondía: «En el bolsillo de mis amigos». Al final de nuestra vida nuestros amigos deberían poder decir que les dimos a compartir siempre lo mejor que tuvimos.
El respeto, que es delicadeza, valorar a otro, es imprescindible para convivir. La fe nos enseña además a respetar a las personas que tratamos cada día, porque son imagen de Dios, porque cada una ha sido redimida con la Sangre preciosísima de Nuestro Señor10. También a aquellos que por alguna razón, casi siempre de escaso relieve, nos parecen menos simpáticos o divertidos. También la convivencia humana exige respetar las cosas, porque son bienes de Dios que ha puesto al servicio del hombre. Respetar la naturaleza tiene su más hondo sentido en que forma parte de la Creación y a través de ella se puede dar gloria a Dios.
III. Otras virtudes que facilitan o hacen posible la convivencia son laafabilidad, virtud opuesta al gesto destemplado, al mal humor, al desorden..., a vivir sin tener en cuenta a los que nos rodean. A veces se traducirá en una palabra amable, en un pequeño elogio, en un gesto cordial que anima a seguir adelante. «Una palabra buena se dice pronto; sin embargo, a veces se nos hace difícil pronunciarla. Nos detiene el cansancio, nos distraen las preocupaciones, nos frena un sentimiento de frialdad o de indiferencia egoísta. Así sucede que pasamos al lado de personas a las cuales, aun conociéndolas, apenas les miramos el rostro y no nos damos cuenta de lo que frecuentemente están sufriendo por esa sutil, agotadora pena que proviene de sentirse ignoradas. Bastaría una palabra cordial, un gesto afectuoso, e inmediatamente algo se despertaría en ellas: una señal de atención y de cortesía puede ser una ráfaga de aire fresco en lo cerrado de una existencia, oprimida por la tristeza y por el desaliento. El saludo de María llenó de alegría el corazón de su anciana prima Isabel (cfr. Lc 1, 44)»11. Así hemos de llenar de optimismo a quienes conviven con nosotros.
Formando parte de la afabilidad se encuentran la benignidad, que nos lleva a tratar y juzgar a los demás y a sus actuaciones de forma benigna; la indulgencia ante los pequeños defectos y errores de los demás, sin sentirnos en la obligación de estar continuamente señalándolos; la educación y urbanidad en palabras y modales; lasimpatía, la cordialidad, el elogio oportuno, que está lejos de toda adulación... «El espíritu de dulzura es el verdadero espíritu de Dios (...). Puede hacerse comprender la verdad y amonestar siempre que se haga con dulzura. Hay que sentir indignación contra el mal y estar resuelto a no transigir con él; sin embargo, hay que convivir dulcemente con el prójimo»12.
Un hombre que viajaba por interminables carreteras paró su camión junto a un bar concurrido por otros conductores. Mientras esperaba que le sirvieran algo que le refrescara para continuar su camino, un muchacho del bar trabajaba afanoso frente a él, encorvado, al otro lado del mostrador. «¿Mucho trabajo?», le dijo sonriendo el viajero. El muchacho levantó la cabeza y devolvió la sonrisa. Cuando meses más tarde el conductor pasó de nuevo por aquel lugar, el muchacho del mostrador le reconoció, como se reconoce una antigua amistad. Y es que la gente –entre la que nos encontramos– tiene una vieja sed de sonrisas, una gran necesidad de que alguien le contagie un poco de alegría, de aprecio... A nuestra puerta encontramos cada jornada una serie de personas con las que convivimos, trabajamos, que esperan esa breve muestra acogedora.
En la convivencia diaria la alegría, el optimismo, el aprecio... abren muchas puertas que estaban a punto de cerrarse al diálogo o a la comprensión... No dejemos que se cierren: el Señor espera que hagamos un apostolado eficaz, que comuniquemos a esas personas el don más grande que tenemos: la amistad con Él.
1 Lc 17, 11-19. — 2 Cfr. San Beda, en Catena Aurea, vol. VI. p. 278. — 3 Cfr. Mt 5, 37 — 4 Cfr. Jn 9, 1-3. — 5 Jn 3, 12, — 6 Símbolo Atanasiano. — 7 Mc 7, 37. — 8Primera lectura, Año II. Tit 3, 1-7. — 9 Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 106, a, 3 c. — 10 1 Pdr 1, 18, — 11 Juan Pablo II, Homilía 11-II-1981. — 12 San Francisco de Sales, Epistolario, fragm. 110, en Obras selectas de..., p. 744.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San José Pignatelli
Restaurador de los Jesuitas
Año 1811
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Fuente: E W T N
Lorenzo O´Toole, Santo Arzobispo de Dublín, 14 Noviembre
San Lorenzo nació en Irlanda hacia el año 1128, de la familia O'Toole que era dueña de uno de los más importantes castillos de esa época. |
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Serapio de Algeria (Serapión), Santo Mártir, 14 de noviembre
Etimológicamente significa "perteneciente a la divinidad de Serapis" Viene de la lengua griega. |
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Esteban Teodoro Cuenot, Santo Obispo y Mártir, 14 de noviembre
Noviembre 14 Etimológicamente significa "coronado". Viene de la lengua griega. |
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Fuente: Franciscanos.net
Nicolás Tavelic y compañeros mártires, Santos Mártires Franciscanos, 14 de Noviembre
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Juan Liccio (Licci), Beato Dominico, 14 de Noviembre
Nació en 1400, en Cáccamo, Sicilia, en el seno de una familia de pobres labradores. Su madre murió en el alumbramiento. Desde entonces y durante sus 111 años de vida, estuvo plagada de hechos milagrosos. |
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Fuente: Vatican.va
María Luisa Merkert, Beata Cofundadora, 14 de noviembre
Cofundadora de la Congregación Martirologio Romano: En Nysa, Polonia, beata María Luisa Merkert, cofundadora y primera superiora general de la Congregación de las Religiosas de Santa Isabel (1872). Nació el 21 de septiembre de 1817 en Nysa, en Silesia de Opole (entonces diócesis de Breslavia), en el seno de una familia muy católica de la burguesía. Era la segunda hija de Carlos Antonio Merkert y María Bárbara Pfitzner. En el bautismo le pusieron los nombres de María Luisa. Sus padres y su hermana pertenecían a la Cofradía del Santo Sepulcro. Su padre murió cuando ella tenía un año. Su madre influyó mucho en la inclinación de sus dos hijas, María Luisa y Matilde, al servicio caritativo de los necesitados y a la vocación a la vida religiosa. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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