viernes, 27 de mayo de 2016

Sábado de la Virgen María. 28/05/2016. En su día, lo que más agrada a María, es la Misa matutina.

JA

JMJ

Pax

¿Con qué autoridad haces todo esto?

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 11, 27-33

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron de nuevo a Jerusalén y, mientras Jesús caminaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le preguntaron:

"¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado autoridad para actuar así?"
Jesús les respondió:
"Les voy a hacer una pregunta. Si me la contestan, yo les diré con qué autoridad hago todo esto. El bautismo de Juan, ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contéstenme".
Ellos se pusieron a razonar entre sí: Si le decimos que de Dios, nos dirá: Entonces ¿por qué no le creyeron?, y si le decimos que de los hombres. . . Pero, como le tenían miedo a la multitud, pues todos consideraban a Juan como verdadero profeta, le respondieron a Jesús:
"No lo sabemos".
Entonces Jesús les replicó:
"Pues tampoco yo les diré con qué autoridad hago todo esto".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

sab 8a. Ord. año Par desp Pentecostés

Antífona de Entrada

El Señor es mi protector; él me libro de las manos de mis enemigos y me salvó, porque me ama.

Oración Colecta

Oremos:
Concédenos, Señor, que el curso de los acontecimientos del mundo se desenvuelva, según tu voluntad, en la justicia y en la paz, y que tu Iglesia pueda servirte con tranquilidad y alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

Dios puede preservarlos a ustedes de todo pecado y hacer que se presenten ante su gloria gozosos y sin mancha

Lectura de la carta del apóstol san Judas
7. 20-25

Queridos hermanos:
Recuerden las palabras que les predicaron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Consolídense sobre el cimiento de su fe santa, oren movidos por el Espíritu Santo, conserven en ustedes el amor a Dios, en espera de que la misericordia de nuestro Señor Jesucristo les dé la vida eterna.
A los indecisos traten de convencerlos, para arrancarlos del fuego de la condenación; a los otros, manifiéstenles compasión, pero con cautela, aborreciendo aun la ropa contaminada por su mala vida.
Al Dios único, nuestro salvador, que puede preservarlos a ustedes de todo pecado y hacer que se presenten ante su gloria gozosos y sin mancha, honor y gloria, fuerza y poder, por Jesucristo, nuestro Señor, desde siempre, ahora y por todos los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 62

Señor, mi alma tiene sed de ti.

Señor, tú eres mi Dios, a ti, te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora como el suelo reseco añora el agua .
Señor, mi alma tiene sed de ti.

Para admirar tu gloria y tu poder, con este afán te busco en tu santuario. Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis labios.
Señor, mi alma tiene sed de ti.

Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De lo mejor se saciará mi alma; te alabaré con jubilosos labios.
Señor, mi alma tiene sed de ti.

Porque fuiste mi auxilio, y a tu sombra Señor, canto con gozo. A ti se adhiere mi alma y tu diestra me da seguro apoyo.
Señor, mi alma tiene sed de ti.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Que la palabra de Cristo habite en ustedes abundantemente. Háganlo todo dando gracias a Dios Padre por medio de Cristo.
Aleluya.

Evangelio

¿Con qué autoridad haces todo esto?

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 11, 27-33

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron de nuevo a Jerusalén y, mientras Jesús caminaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le preguntaron:

"¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado autoridad para actuar así?"
Jesús les respondió:
"Les voy a hacer una pregunta. Si me la contestan, yo les diré con qué autoridad hago todo esto. El bautismo de Juan, ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contéstenme".
Ellos se pusieron a razonar entre sí: Si le decimos que de Dios, nos dirá: Entonces ¿por qué no le creyeron?, y si le decimos que de los hombres. . . Pero, como le tenían miedo a la multitud, pues todos consideraban a Juan como verdadero profeta, le respondieron a Jesús:
"No lo sabemos".
Entonces Jesús les replicó:
"Pues tampoco yo les diré con qué autoridad hago todo esto".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Que este pan y este vino que tú mismo nos das para ofrecértelos nos ayuden, Señor,convertidos en el Cuerpo y Sangre de tu Hijo, a conseguir el premio de la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio

La alabanza, don de Dios

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues, aunque no necesitas de nuestra alabanza, es don tuyo el que seamos agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria, nos aprovechan para nuestra salvación, por Cristo, nuestro Señor.
Por eso,
unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:

Antífona de la Comunión

Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho; y entonaré un himno de alabanza al Dios altísimo.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Te pedimos, Padre misericordioso, que por este sacramento con que ahora nos fortaleces, nos hagas algún día participar de la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

8ª semana. Sábado

DERECHO Y DEBER DE HACER APOSTOLADO

— El derecho y el deber de todo fiel cristiano de hacer apostolado deriva de su unión con Cristo.

— Rechazar las excusas que impidan "meternos" en la vida de los demás.

— Jesús nos envía ahora como envió a sus discípulos de los comienzos.

I. Se acercaron a Jesús los sumos sacerdotes y los letrados mientras paseaba por los atrios del Templo y le preguntaron: ¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante poder?1. Quizá porque no iban dispuestos a escuchar, el Señor acabará dejándoles sin respuesta.

Pero nosotros sabemos que Jesucristo es el soberano Señor del universo, y en Él fueron creadas todas las cosas en los cielos y sobre la tierra, las visibles y las invisibles... Todo ha sido creado por Él y para Él, y el mismo Cristo reconcilió a todos los seres consigo, restableciendo la paz, por medio de su sangre derramada en la Cruz2. Nada del universo ha quedado fuera de la soberanía y del influjo pacificador de Cristo. Se me ha dado todo poder... Tiene la plenitud de la potestad en los cielos y en la tierra: también para evangelizar y llevar a la salvación a cada pueblo y a cada hombre.

Él mismo nos ha llamado a participar de su misión, a meternos en la vida de los demás para que sean felices aquí en la tierra y alcancen el Cielo, para el que han sido creados. Hemos recibido el mandato de extender su reino, reino de verdad y de vida, reino de santidad, reino de justicia y de paz3: "somos Cristo que pasa por el camino de los hombres del mundo"4, y de Él debemos aprender a servir y a ayudar a todos, metidos en el entramado de la sociedad. Para poner la vida al servicio de los demás, los fieles laicos no necesitan otro título que el de la vocación de cristianos, recibida en el Bautismo. Ya es suficiente motivo. "El deber y el derecho del laico al apostolado deriva de su misma unión con Cristo Cabeza. Insertos por el bautismo en el Cuerpo Místico de Cristo, robustecidos por la confirmación en la fortaleza del Espíritu Santo, es el mismo Señor el que los destina al apostolado"5. De Él viene el encargo y la misión.

Tenemos derecho a meternos en la vida de los demás, porque en todos nosotros corre la misma vida de Cristo. Y si un miembro cae enfermo, o se encuentra débil, o quizá muerto, todo el cuerpo queda afectado: padece Cristo y sufren también los miembros sanos del cuerpo, ya que "todos los hombres son uno en Cristo"6. Todos, tan distintos, nos unimos en Cristo, y la caridad se hace entonces condición de vida. El derecho a influir en la vida de los demás se torna deber gozoso para cada cristiano, sin que nadie quede excluido, por muy particular que sea su situación en la vida. Él, Jesús, "no nos pide permiso para "complicarnos la vida". Se mete y... ¡ya está!"7. Y quienes queremos ser sus discípulos debemos hacer eso mismo con los que nos acompañan en el caminar. Hemos de aprovechar las oportunidades que se presentan y también aprenderemos a suscitar otras que nos den ocasión de acercar esas almas al Señor: sugiriéndoles la lectura de un buen libro, dándoles un consejo, hablándoles claramente de la necesidad de acudir al sacramento de la Confesión, prestándoles un pequeño servicio.

II. En algún momento quienes están a nuestro alrededor podrían decirnos también: ¿con qué derecho te metes en la vida de los demás?, ¿quién te ha dado permiso para hablar de Cristo, de su doctrina, de sus amables exigencias? O quizá somos nosotros mismos quienes podemos sentir la tentación de preguntarnos: "¿quién me manda a mí meterme en esto?". Entonces, "habría de contestarte: te lo manda –te lo pide– el mismo Cristo. La mies es mucha, y los obreros son pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe operarios a su mies (Mt 9, 37-38). No concluyas cómodamente: yo para esto no sirvo, para esto ya hay otros; esas tareas me resultan extrañas. No, para esto, no hay otros; si tú pudieras decir eso, todos podrían decir lo mismo. El ruego de Cristo se dirige a todos y a cada uno de los cristianos. Nadie está dispensado: ni por razones de edad, ni de salud, ni de ocupación. No existen excusas de ningún género. O producimos frutos de apostolado, o nuestra fe será estéril"8. La Iglesia nos anima y nos impulsa a dar a conocer a Cristo, sin disculpas ni pretextos, con alegría, en todas las edades de la vida. "Los jóvenes deben convertirse en los primeros e inmediatos apóstoles de los jóvenes, ejerciendo su apostolado personal entre sus propios compañeros (...). También los niños tienen su propia actividad apostólica. Según su capacidad, son testigos vivientes de Cristo entre sus compañeros"9. Los jóvenes, los niños, los ancianos, los enfermos, quienes se encuentran sin trabajo o con una tarea floreciente..., todos debemos ser apóstoles que dan a conocer a Cristo con el testimonio de su ejemplo y con su palabra. ¡Qué buenos altavoces tendría Dios en medio del mundo! Él nos dice a todos: Id al mundo entero y predicad el Evangelio...10. ¡Nos envía el Señor!

El amor a Cristo nos lleva al amor al prójimo; la vocación que hemos recibido nos impulsa a pensar en los demás, a no temer los sacrificios que lleva consigo un amor con obras, pues "no hay señal ni marca que así distinga al cristiano y al amador de Cristo, como el cuidado de nuestros hermanos y el celo por la salvación de las almas"11. Por eso, el afán de dar a conocer al Maestro es el indicador que señala la sinceridad de vida del discípulo y la firmeza de su seguimiento. Si alguna vez advirtiéramos que no nos preocupa la salvación de las almas, que su lejanía de Dios nos deja indiferentes, que sus necesidades espirituales no provocan una reacción en nuestra alma, sería señal de que nuestra caridad se ha enfriado, pues no da calor a quienes están a nuestro lado. No es el apostolado algo añadido o superpuesto a la actividad normal del cristiano; es su misma vida cristiana, que tiene como manifestación natural el interés apostólico por familiares, colegas, amigos...

III. ¿Con qué autoridad haces esto?..., le preguntaban aquellos fariseos a Jesús. No es este el momento oportuno para revelar de dónde proviene su potestad. Más tarde dará a conocer a sus discípulos su origen: Se me ha dado todo poder en el Cielo y en la tierra12. La autoridad de Jesús no proviene de los hombres, sino de haber sido constituido por Dios Padre "heredero universal de todas las cosas (cfr. Heb 1, 2), para ser Maestro, Rey y Sacerdote de todos, Cabeza del Pueblo nuevo y universal de los hijos de Dios"13.

De ese poder participa la Iglesia entera y cada uno de sus miembros. A todos los cristianos compete esta tarea de proseguir en el mundo la obra de Cristo, pero de modo especial a aquellos que, además de la vocación recibida en el Bautismo, han recibido una particular llamada del Señor para seguirle más de cerca. Jesús nos apremia, pues "los hombres son llamados a la vida eterna. Son llamados a la salvación. ¿Tenéis conciencia de esto? ¿Tenéis conciencia (...) de que todos los hombres están llamados a vivir con Dios, y que, sin Él, pierden la clave del "misterio" de sí mismos?

"Esta llamada a la salvación nos la trae Cristo. Él tiene para el hombre palabras de vida eterna (Jn 6, 68); y se dirige al hombre concreto que vive en la tierra. Se dirige particularmente al hombre que sufre, en el cuerpo o en el alma"14.

Jesús nos envía como a aquellos discípulos a quienes hace ir a la aldea vecina en busca de un borrico que se encontraba atado y en el que todavía no había montado nadie. Les manda que lo desaten y se lo lleven, pues había de ser la cabalgadura en la que entraría triunfante en Jerusalén. Y les encargó que si alguno les preguntaba qué hacían con él, le dijeran que el Señor lo necesitaba15. Actúan para el Señor y en su nombre. No lo hacen por cuenta propia, ni para obtener ellos ningún beneficio personal. Fueron aquellos dos y, efectivamente, encontraron el borrico como les había dicho el Señor. Al desatarlo, sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el borrico? Ellos contestaron: Porque el Señor lo necesita16, y aquellos discípulos, de quienes no sabemos los nombres pero que serían amigos fieles del Maestro, cumplieron el encargo y realizaron lo que se ha de hacer en todo apostolado: Se lo llevaron a Jesús17. Al explicar San Ambrosio este pasaje, pone de manifiesto tres cosas: el mandato de Jesús, el poder divino con que se lleva a cabo, y el modo ejemplar de vida y de intimidad con el Maestro de quienes realizan el encargo18. Y a este comentario añade San Josemaría Escrivá: "¡Qué admirablemente se acomodan a los hijos de Dios estas palabras de San Ambrosio! Habla del borrico atado con el asna, que necesitaba Jesús, para su triunfo, y comenta: "solo una orden del Señor podía desatarlo. Lo soltaron las manos de los Apóstoles. Para un hecho semejante, se requieren un modo de vivir y una gracia especial. Sé tú también apóstol, para poder librar a los que están cautivos".

"—Déjame que te glose de nuevo este texto: ¡cuántas veces, por mandato de Jesús, habremos de soltar las ligaduras de las almas, porque Él las necesita para su triunfo! Que sean de apóstol nuestras manos, y nuestras acciones, y nuestra vida... Entonces Dios nos dará también gracia de apóstol, para romper los hierros de los encadenados"19, de tantos como siguen atados mientras el Señor espera.

1 Mc 11, 27-33. — 2 Cfr. Col 1, 17-20. — 3 Misal Romano, Prefacio de Cristo Rey. — 4 San Josemaría Escrivá, Carta 8-XII-1941. — 5 Conc. Vat. II, Decr. Apostolicam actuositatem, 3. — 6 San Agustín, Comentario al salmo 39. — 7 Cfr. San Josemaría Escrivá, Forja, n. 902. — 8 ídem, Amigos de Dios, 272. — 9 Conc. Vat. II, loc. cit., 12. — 10 Cfr. Mc 16, 15. — 11 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre lo incomprehensible, 6, 3. — 12 Mt 28, 19. — 13 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 13. — 14 Juan Pablo II, Homilía en Lisboa, 14-V-1982. — 15 Cfr. Lc 19, 29-31. — 16 Lc 19, 33-34. — 17 Lc 19, 35. — 18 Cfr. San Ambrosio, Comentario al Evangelio de San Lucas, in loc. — 19 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 672.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Fuente: Archidiócesis de Madrid
Germán de París, Santo Obispo, Mayo 28  

Germán de París, Santo

Obispo

Gran parte de su vida la conocemos por el testimonio de su colega el obispo Fortunato que asegura estuvo adornado del don de milagros.

Nació Germán en la Borgoña, en Autun, del matrimonio que formaban Eleuterio y Eusebia en el último tercio del siglo V. No tuvo buena suerte en los primeros años de su vida carente del cariño de los suyos y hasta estuvo con el peligro de morir primero por el intento de aborto por parte de su madre y luego por las manipulaciones de su tía, la madre del primo Estratidio con quien estudiaba en Avalon, que intentó envenenarle por celos.

Su pariente de Lazy con quien vive durante 15 años es el que compensa los mimos que no tuvo Germán en la niñez. Allí sí que encuentra amor y un ambiente de trabajo lleno de buen humor y de piedad propicio para el desarrollo integral del muchacho que ya despunta en cualidades por encima de lo común para su edad.

Con los obispos tuvo suerte. Agripin, el de Autun, lo ordena sacerdote solucionándole las dificultades y venciendo la resistencia de Germán para recibir tan alto ministerio en la Iglesia; luego, Nectario, su sucesor, lo nombra abad del monasterio de san Sinforiano, en los arrabales de la ciudad. Modelo de abad que marca el tono sobrenatural de la casa caminando por delante con el ejemplo en la vida de oración, la observancia de la disciplina, el espíritu penitente y la caridad.

Es allí donde comienza a manifestarse en Germán el don de milagros, según el relato de Fortunato. Por lo que cuenta su biógrafo, se había propuesto el santo abad que ningún pobre que se acercara al convento a pedir se fuera sin comida; un día reparte el pan reservado para los monjes porque ya no había más; cuando brota la murmuración y la queja entre los frailes que veían peligrar su pitanza, llegan al convento dos cargas de pan y, al día siguiente, dos carros llenos de comida para las necesidades del monasterio. También se narra el milagro de haber apagado con un roción de agua bendita el fuego del pajar lleno de heno que amenazaba con arruinar el monasterio. Otro más y curioso es cuando el obispo, celoso que de todo hay por las cosas buenas que se hablan de Germán, lo manda poner en la cárcel por no se sabe qué motivo (quizá hoy se le llamaría "incompatibilidad"); las puertas se le abrieron al estilo de lo que pasó al principio de la cristiandad con el apóstol, pero Germán no se marchó antes de que el mismo obispo fuera a darle la libertad; con este episodio cambió el obispo sus celos por admiración.

El rey Childeberto usa su autoridad en el 554 para que sea nombrado obispo de París a la muerte de Eusebio y, además, lo nombra limosnero mayor. También curó al rey cuando estaba enfermo en el castillo de Celles, cerca de Melun, donde se juntan el Yona y el Sena, con la sola imposición de las manos.

Como su vida fue larga, hubo ocasión de intervenir varias veces en los acontecimientos de la familia real. Alguno fue doloroso porque un hombre de bien no puede transigir con la verdad; a Cariberto, rey de París el hijo de Clotario y, por tanto, nieto de Childeberto, tuvo que excomulgarlo por sus devaneos con mujeres a las que va uniendo su vida, después de repudiar a la legítima Ingoberta.

El buen obispo parisino murió octogenario, el 28 de mayo del 576. Se enterró en la tumba que se había mandado preparar en san Sinfroniano. El abad Lanfrido traslada más tarde sus restos, estando presentes el rey Pipino y su hijo Carlos, a san Vicente que después de la invasión de los normandos se llamó ya san Germán. Hoy reposan allí mismo y se veneran en una urna de plata que mandó hacer a los orfebres el abad Guillermo, en el año 1408.

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Beato Luigi Biraghi

Nació en Vignate, Milán, Italia, el 2 de noviembre de 1801. Era el quinto de ocho hermanos de una familia de agricultores. Cuando tenía 3 años se trasladaron a Cernusco sul Naviglio donde los suyos ampliaron su patrimonio. Su padre fue alcalde de esta localidad. A la edad de 12 años, Luigi ingresó como interno en el colegio Cavalleri, de Parabiago y bajo la guía del rector del mismo, el párroco Agostino Peregalli, maduró su vocación al sacerdocio. En su corta vida, y aunque había compartido con los de su edad los afanes propias de la misma teniendo como núcleo capital los juegos, se había dado cuenta de que su mejor amigo era Jesús. Y decidió seguirle de cerca consagrándose a Él. Estudió en los seminarios de Castello sopra Lecco, Monza y Milán. Como informan las actas era «muy capaz y diligente en todo». En 1815 perdió a sus dos hermanos mayores y su padre fue involucrado en un importante fraude que se detectó en el municipio que presidía. Luigi se aferró a la divina providencia, como hizo siempre. Era diácono y profesor del seminario menor y tras recibir el sacramento del Orden en la catedral de Milán el 28 de mayo de 1825, fue designado vicerrector y profesor de griego en el seminario de Monza. Ejerció la docencia durante ocho años. En 1833 fue nombrado director espiritual del seminario mayor de Milán, misión que ocupó una década de su vida sellada por la caridad, obediencia y fidelidad eclesial. Alentando a los seminaristas a crecer en la virtud les instaba a dejar su corazón abierto a la voz divina. Lo esencial era amar a Cristo sobre todas las cosas. Así serían fieles a su vocación. Tenía claro que cuando más santo fuese un sacerdote, más efectivas serían sus súplicas por el pueblo que le hubieran encomendado. La lucha sería efectiva: «con el atractivo de la caridad, con la belleza de la verdad, con la santidad del ejemplo». Concibió un magnífico itinerario formativo que fue dado a conocer a todo el clero por indicación del cardenal arzobispo Gaisruck. Al tiempo que formaba a los seminaristas, predicaba y se ocupaba de acompañar espiritualmente a los laicos.

En 1837 la Virgen le inspiró la fundación de las Hermanas Marcelinas, que nacieron en 1838 en Cernusco sul Naviglio contando con Marina Videmari. Su objetivo era actuar espiritualmente en la sociedad a través de la formación integral de las jóvenes, futuras madres de familia que podrían construir su hogar sobre pilares cristianos. A la par que defendía la dignidad de la mujer en una sociedad que la minusvaloraba, subrayaba su valía frente a quienes la relegaban a la maternidad exclusivamente. Había elegido el nombre de Marcelina para su obra como homenaje a la santa del mismo nombre que logró educar a sus hermanos menores, igualmente santos, Sátiro y Ambrosio. Instituir esta congregación fue una decisión orada en soledad y en silencio, presuponiendo el alto costo que iba pagar con ello. Tanto es así, que estuvo al borde de desistir de su empeño. Sintió «repugnancia, pereza», y el peso de la incertidumbre. Entonces acudió a la Virgen de los Dolores y tuvo la certeza de que contaba con su bendición. Con este sentimiento había nacido la obra. Luigi colaboró en la fundación del periódico milanés L'Amico cattolico de acuerdo con el arzobispo Gaisruck y fue redactor del mismo durante unos años. En 1841 abrió un nuevo colegio en Vimercate al que seguirían otros en distintos lugares y países de Europa y América. Al año siguiente, debido a sus problemas de salud, pidió ser relegado de su misión en el seminario, pero no logró su propósito; le mantuvieron en su puesto. Cuando en 1843 se propuso secundar a Luigi Speroni en la fundación de un instituto de sacerdotes misioneros, el arzobispo no dio su visto bueno y aceptó su disposición con obediencia y mansedumbre.

En 1850 el conflicto austro-húngaro propició su destitución en la labor que realizaba en el seminario. Los austriacos determinaron separarle de los seminaristas de Milán. Fue una especie de represalia porque él les había instado de antemano a orar por los enemigos y a huir de cualquier forma de violencia. Era un pacificador que defendía a ultranza la concordia y respeto entre los seres humanos, considerando que ello revertía en un futuro mejor. Pero la acusación de haber participado durante la insurrección de los cinco días que había tenido lugar en 1848 pesó en su contra. Entonces él se había presentado ante el conde Gabrio Casati en nombre del arzobispo con objeto de preservar los derechos de la Iglesia en aspectos cruciales como la educación, la libertad, la designación de prelados… Y en 1853 tuvo que comparecer en un juicio que tuvo lugar en Viena. Con todo, en 1854 se afincó en Milán. Al año siguiente obtuvo el doctorado y después sucesivamente sería nombrado viceprefecto de la Biblioteca Ambrosiana y canónigo honorario de la basílica de San Ambrosio. Gozaba de la confianza del papa Pío IX, quien en 1862 le invitó a predicar al clero milanés con la difícil tarea de conciliar corrientes opuestas en un intrincado momento histórico que se dividía entre los que perseguían la unidad nacional del país y los partidarios del poder temporal pontificio. Ello le acarreó juicios desfavorables y diversos ataques que soportó con humildad y serenidad. Estos contratiempos no le impidieron dedicarse a su fundación y a la dirección espiritual de quienes lo solicitaban, así como al estudio y la escritura. Por cualquiera de estas vías transmitió su profunda vida interior durante un cuarto de siglo. Poseedor de una vasta cultura, fue un especialista en patrología y arqueología. Fruto de sus investigaciones se descubrió la urna que contenía las reliquias de san Ambrosio en el transcurso de la restauración de la basílica del mismo nombre, junto a la de los santos Gervasio y Protasio. Ello hizo que en 1873 Pío IX le concediera el título de prelado doméstico de Su Santidad. Murió en Milán el 11 de agosto de 1879. Benedicto XVI lo beatificó el 30 de abril de 2006.

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Fuente: OP.org.ar
María Bartolomé Bagnesi, Beata Dominica, Mayo 28  

María Bartolomé Bagnesi, Beata

Religiosa Dominica

Nació en Florencia en 1514. Después de rechazar el matrimonio fue víctima de una enfermedad misteriosa que la tuvo inmovilizada en el lecho durante cuarenta y cinco años, con fortísimos ataques dolorosos, tanto que le fue administrada ocho veces la unción dé los enfermos.

Fue el sufrimiento físico el arma con que Dios se, sirvió para, cincelar su santidad. A los treinta y tres años, en 1547, pasa a formar parte de la Orden seglar de santo Domingo. Su apostolado eficacísimo lo realizó con la aceptación gozosa de sus sufrimientos, con las cartas que escribió y con su palabra de consejo.
La paciencia con que soportó su difícil enfermedad creó en tomo a ella una estimación unánime de santidad y muchos vinieron a ella en busca de consejo, y oraciones.

Estuvo muy relacionada con el monasterio carmelitano de Santa María de los Ángeles en Florencia y a su muerte, el 28 de mayo de 1577, fue enterrada en este monasterio y allí se venera su cuerpo incorrupto. Santa María Magdalena de´ Pazzi, que vivió del 1566 a 1595 y fue monja de ese monasterio, atribuyó su curación a la intercesión de la beata María Bartolomea.

Su culto fue aprobado por Pío VII el 11 de julio de 1804.

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Fuente: ENCICLOPEDIA CATOLICA || ACI Prensa
Bernardo de Menthon, Santo Ayudante de los viajeros, Mayo 28  

Bernardo de Menthon, Santo

Ayudante de los viajeros

Nació en el año 923, probablemente en el castillo Menthon, cerca de Annecy, en Savoya; murió en Novara, en 1008. Fue descendiente de una rica familia aristocrática, y recibió una esmerada educación. Rechazó contraer un matrimonio honorífico propuesto por su padre y de-cidió consagrarse al servicio de la Iglesia. Poniéndose bajo la dirección de Pedro, Archidiácono de Aosta, bajo cuya dirección progresó rápidamente, Bernardo fue ordenado sacerdote y considerando su sabiduría y virtud fue ordenado Archidiácono de Aosta (en 966), haciéndose cargo del gobierno de la diócesis, secundando al obispo. Viendo la ignorancia e idolatría que todavía imperaban entre los pueblos de los Alpes, resolvió consagrarse a su convertirlo. Por cuarenta y dos años se dedicó a predicar el Evangelio a esos pueblos y llevó la luz de la fe incluso a algunos cantones de Lombardía, ocasionando numerosas conversiones y obrando varios milagros.

Por otra razón, sin embargo, el nombre de Bernardo será célebre por siempre. Desde los mas antiguos tiempos hubo un camino a través de los Alpes Peninos, desde el valle de Aosta hasta el cantón suizo de Valais, en el que está ahora el paso del Gran San Bernardo. Este paso está cubierto por nieves permanentes de siete a ocho pies (de 2 a 2,4 metros, N. del T.) de profundidad, y sus movimientos a veces acumula hasta cuarenta pies (un metro) de altura. Aunque el paso era en extremo peligroso, especialmente en primavera a raíz de las avalanchas, no obstante era utilizado por peregrinos franceses y germanos camino a Roma. Para comodidad y protección de los viajeros San Bernardo fundó un monasterio y hospedaje en el punto más alto del paso, a 8.000 pies (2.400 metros, aproximadamente, N. del T.) sobre el nivel del mar, en el año 962.

Algunos años más tarde estableció otro hospedaje en el Pequeño San Bernardo, un monte de los Grandes Alpes, de 7.076 pies (2.160 metros, N. del T.) sobre el nivel del mar. Ambos fueron puestos a cargo de monjes agustinos, luego de conseguir la aprobación pontificia en una visita a Roma.

Estos hospedajes son famosos por su generosa hospitalidad extendida a todos los viajeros que pasan por el Gran y el Pequeño San Bernardo, así llamados en honor al fundador de estas instituciones de caridad. En todas las estaciones del año, pero especialmente durante las duras tormentas de nieve, los heroicos monjes acompañados por sus bien entrenados perros, salen en busca de víctimas que podrían sucumbir a la dureza del clima. Les ofrecen comida, ropa, y refugio a los desafortunados viajeros que corren peligro de muerte.

Los monjes dependen de donaciones y colectas para sustentarse. Actualmente, la Orden cons-ta de unos cuarenta miembros, la mayoría de lo cuales vive en los hospedajes mientras algunos viven con vecinos del lugar.
La última obra en la vida de San Bernardo fue la reconciliación de dos nobles cuyo antagonismo amenazó en convertirse en una situación fatal. San Bernardo fue sepultado en el convento de Saint Lawrence. Venerado como santo desde el S. XII en varios lugares del Piemonte (Aosta, Novara, Brescia), no fue canonizado sino hasta 1681, por Inocencio XI.

Su fiesta es celebrada en algunos santorales el 15 de junio y en otros el 28 de mayo.

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Margarita Pole, Beata Madre de Familia, Mayo 28  

Margarita Pole, Beata

Mártir

Margarita Plantaganet, nacida el 14 de agosto de 1471, hija del Duque de Clarence, sobrina de los reyes Eduardo IV y Ricardo III de Inglaterra.

Se casó en el año 1491 con Sir Richard Pole, tuvo cinco hijos, uno de los cuales llegó a ser cardenal.

Cuando Enrique VIII subió al trono, Margarita era ya viuda. El rey, que la consideraba como a la mujer más santa de Inglaterra, la favoreció grandemente y la nombró condesa de Salisbury.

Cuando nació María Tudor, Margarita fue nombrada su institutriz. Pero, la beata, desaprobó abiertamente el matrimonio del rey con Ana Bolena, lo cual le costó la pérdida de su puesto en la corte y del favor del rey.

El cuarto hijo de Margarita, el Cardenal Pole, escribió un tratado contra la supremacía eclesiástica del rey. Dicho monarca, desde entonces, buscó la forma de acabar con la familia de Margarita.

El rey la acusó de alta traición y fue condenada sin juicio, y decapitada el 28 de mayo de 1541, siendo inocente.

En 1886 el Papa León XIII la proclamó beata, y en 1929 se confirmó su culto.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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