JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 32-45
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos iban camino de Jerusalén y Jesús se les iba adelantando; los discípulos estaban sorprendidos y la gente que lo seguía tenía miedo. El se llevó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder:
"Ya ven que nos estamos dirigiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, van a condenarlo a muerte y a entregarlo a los paganos, se van a burlar de él, van a escupirlo, a azotarlo y a matarlo; pero al tercer día resucitará".
Entonces se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron:
"Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte".
El les preguntó:
"¿Qué es lo que desean?"
Le respondieron:
"Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu gloria".
Jesús les replicó:
"No saben lo que piden: ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado?"
Le respondieron:
"Sí podemos".
Y Jesús les dijo:
"Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con que yo seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quienes está reservado".
Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo:
"Ya saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
mie 8a. Ord. año Par desp Pentecostés
Vi al Señor sentado en un trono excelso; lo adoraban una multitud de ángeles que cantaban a una sola voz: "Este es Aquél cuyo poder permanece eternamente".
Oremos:
Escucha, Señor, con bondad las súplicas de tu pueblo y concédenos luz para conocer tu voluntad y fortaleza para cumplirla.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Los ha rescatado Dios con la sangre preciosa de Cristo, el cordero sin mancha
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 18-25
Hermanos: Bien saben ustedes que de su estéril manera de vivir, heredada de sus padres, los ha rescatado Dios, no con bienes efímeros, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el cordero sin defecto ni mancha, al cual Dios había elegido desde antes de la creación del mundo, y por amor a ustedes, lo ha manifestado en estos tiempos, que son los últimos. Por Cristo, ustedes creen en Dios, quien lo resucitó de entre los muertos y lo llenó de gloria, a fin de que la fe de ustedes sea también esperanza en Dios.
Así, pues, purificados ya internamente por la obediencia a la verdad, que conduce al amor sincero a los hermanos, ámense los unos a los otros de corazón e intensamente. Porque han vuelto ustedes a nacer, y no de una semilla mortal, sino inmortal, por medio de la palabra viva y permanente de Dios. En efecto, todo mortal es hierba, y toda su belleza es flor de hierba: se seca la hierba y cae la flor; en cambio, la palabra del Señor permanece
para siempre. Y ésa es la palabra que se les ha anunciado.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 147
Demos gloria al Señor.
Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. El refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa.
Demos gloria al Señor.
El mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre; él envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente.
Demos gloria al Señor.
Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel; no ha hecho nada igual con otro pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos.
Demos gloria al Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Jesucristo vino a servir y a dar su vida por la salvación de todos.
Aleluya.
Ya ven que nos estamos dirigiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 32-45
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos iban camino de Jerusalén y Jesús se les iba adelantando; los discípulos estaban sorprendidos y la gente que lo seguía tenía miedo. El se llevó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder:
"Ya ven que nos estamos dirigiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, van a condenarlo a muerte y a entregarlo a los paganos, se van a burlar de él, van a escupirlo, a azotarlo y a matarlo; pero al tercer día resucitará".
Entonces se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron:
"Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte".
El les preguntó:
"¿Qué es lo que desean?"
Le respondieron:
"Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu gloria".
Jesús les replicó:
"No saben lo que piden: ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado?"
Le respondieron:
"Sí podemos".
Y Jesús les dijo:
"Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con que yo seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quienes está reservado".
Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo:
"Ya saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte, y, por sus méritos, escucha nuestras filiales oraciones y santifica toda nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. Siendo él de de condición divina, se despojó de su rango, y por su sangre derramada en la cruz puso en paz todas las cosas; y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Señor, en ti está la fuente de la vida, y tu luz nos hace ver la luz.
Oración después de la Comunión
Oremos:
A quienes has alimentado con tus sacramentos, concédeles, Dios todopoderoso, servirte con una vida que te sea agradable.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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Día 25/05-2 San Beda el Venerable, (presbítero y doctor de la Iglesia)
Antífona de Entrada
El justo se alegra con el Señor, se refugia en él y se felicitan los rectos de corazón.
Oración Colecta
Oremos:
Proclamamos, Señor, que sólo tú eres santo, sólo tú eres bueno y nadie puede serlo sin tu gracia; por eso te pedimos que, mediante la intercesión de san Beda el Venerable nos ayudes a vivir de tal forma en el mundo, que nunca nos veamos privados de tu gloria.
Por nuestro, Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Nosotros poseemos el modo de pensar de Cristo
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2,10-16
Hermanos: El Espíritu conoce perfectamente todo, hasta lo más profundo de Dios. En efecto: ¿quién conoce lo que hay en el hombre, sino el espíritu del hombre que está dentro de él? Del mismo modo, nadie conoce lo que hay en Dios, sino el Espíritu de Dios.
Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para que conozcamos las gracias que Dios nos ha otorgado. De estas gracias hablamos, no con palabras aprendidas de la sabiduría humana, sino aprendidas del Espíritu y con las cuales expresamos realidades espirituales en términos espirituales.
El hombre, con su sola inteligencia, no puede comprender las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son una locura; no las puede entender, porque son cosas que sólo se comprenden a la luz del Espíritu. Pero el hombre iluminado por el Espíritu puede juzgar correctamente todas las cosas y nadie que no tenga el Espíritu lo puede juzgar correctamente a él. Por eso dice la Escritura: ¿ Quién ha entendido el modo de pensar del Señor, como para que pueda darle lecciones? Pues bien, nosotros poseemos el modo de pensar de Cristo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 118
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Sólo cumpliendo todos tus mandatos puede un joven vivir honestamente.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Con todo el corazón te estoy buscando, de tu ley no permitas que me aleje.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Guardo tus mandamientos en mi pecho para nunca ofenderte.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Bendito eres, Señor, enséñale a tu siervo lo que ordenas.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Todos los mandamientos de tu boca mis labios enumeran.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Me gozo más cumpliendo tus preceptos, que teniendo riquezas.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna.
Aleluya.
Evangelio
Jesús les enseñaba como quien tiene autoridad
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 21-29
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"No todo el que me diga: "¡Señor, Señor!", entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos. Aquel día muchos me dirán: "¡Señor, Señor!", ¿no hemos hablado y arrojado demonios en tu nombre y no hemos hecho, en tu nombre, muchos milagros? Entonces yo les diré en su cara: "Nunca los he conocido. Aléjense de mí, ustedes, los que han hecho el mal".
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente".
Cuando Jesús terminó de hablar, la gente quedó asombrada de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Te suplicamos, Dios todopoderoso, que este sacrificio, ofrecido humildemente en honor de tus santos, sea grato a tus ojos y purifique nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La gloria de los santos
En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo. Porque tu gloria resplandece en cada uno de los Santos, ya que, al coronar sus méritos, coronas tus propios dones. Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles, y con la multitud de los santos, te cantamos un himno de alabanza diciendo sin cesar:
Antífona de la Comunión
El que quiera servirme, que me siga dice el Señor; y donde esté yo, allí también estará mi servidor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Reanimados con el pan del cielo, te rogamos, Señor, que, a imitación de san Beda, permanezcamos en continua acción de gracias por los dones recibidos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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Día 25/05-03 San Gregorio VII, (Papa)
Antífona de Entrada
El Señor lo eligió sumo sacerdote y derramó sobre él todos los bienes.
Oración Colecta
Oremos.
Dios todopoderoso y eterno, que pusiste al papa san Gregorio al frente de tu pueblo, para que con su ejemplo y su palabra lo ayudara a crecer en santidad; protege, por su intercesión, a los pastores de la Iglesia y al rebaño que les has confiado, para que siempre caminen por las sendas de la salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Miren por ustedes mismos y por todo el rebaño, del que los constituyó pastores el Espíritu Santo, para apacentar a la Iglesia de Dios
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 20, 17-18. 28-32. 36
En aquellos días, hallándose Pablo en Mileto mandó llamar a los presbíteros de la comunidad cristiana de Efeso. Cuando se presentaron, les dijo:
"Miren por ustedes mismos y por todo el rebaño, del que los constituyó pastores el Espíritu Santo, para apacentar a la Iglesia que Dios adquirió con la sangre de su Hijo.
Yo sé que después de mí partida, se introducirán entre ustedes lobos rapaces, que no tendrán piedad del rebaño y sé que, de entre ustedes mismos, surgirán hombres que predicarán doctrinas perversas y arrastrarán a los fieles detrás de sí. Por eso, estén alerta. Acuérdense que durante tres años, ni de día ni de noche he dejado de aconsejar, con lágrimas en los ojos, a cada uno de ustedes.
Ahora los encomiendo a Dios y a su palabra salvadora, la cual tiene fuerza para que todos los consagrados a Dios crezcan en el espíritu".
Dicho esto, se arrodilló para orar con todos ellos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 109
Tú eres sacerdote para siempre.
Esto ha dicho el Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha; yo haré de tus contrarios el estrado donde pongas los pies".
Tú eres sacerdote para siempre.
Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro y tú dominarás al enemigo.
Tú eres sacerdote para siempre.
Es tuyo el señorío; el día en que naciste, en su monte santo te consagró el Señor antes del alba.
Tú eres sacerdote para siempre.
Juró el Señor y no ha de retractarse: "Tú eres sacerdote para siempre, según el rito de Melquisedec".
Tú eres sacerdote para siempre.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Sígueme, dice el Señor, y haré de ustedes pescadores de hombres.
Aleluya.
Evangelio
Tú eres Pedro y a ti te daré las llaves del Reino de los cielos
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-19
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesárea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos:
"¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?"
Ellos le respondieron:
"Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".
Luego les preguntó:
"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?"
Simón Pedro tomó la palabra y le dijo:
"Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Jesús le dijo entonces:
"¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza en honor de tus santos; que su protección poderosa nos defienda contra todos los males presentes y futuros.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Gregorio para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso,
con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:
Antífona de la Comunión
El buen pastor dio la vida por las ovejas.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, Dios nuestro, que estos sacramentos enciendan en nosotros el fuego de amor que abrasó el corazón de san Gregorio y le impulsó a entregarse sin reserva al servicio de la Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
8ª semana. Miércoles
APRENDER A SERVIR
— El ejemplo de Cristo. Servir es reinar.
— Distintos servicios que podemos prestar a la Iglesia, a la sociedad, a quienes están a nuestro lado.
— Servir con alegría siendo competentes en la propia profesión.
I. El Evangelio de la Misa1 recoge la petición de los hijos de Zebedeo de ocupar los puestos primeros en el nuevo Reino. El resto de los discípulos, al enterarse de este deseo, se indignaron contra los dos hermanos. El disgusto no fue provocado, probablemente, por lo insólito de la demanda, sino porque todos se sentían con iguales o mejores derechos que Santiago y que Juan para ocupar esos puestos preeminentes. Jesús conoce la ambición de quienes habrán de ser los cimientos de su Iglesia, y les dice que ellos no han de comportarse como los reyezuelos que oprimen y avasallan a sus súbditos. No será así la autoridad de la Iglesia; por el contrario, quien quiera ser grande entre vosotros, sea vuestro servidor; y quien entre vosotros quiera ser el primero sea esclavo de todos. Es un nuevo señorío, una nueva manera de "ser grande"; y el Señor les muestra el fundamento de esta nueva nobleza y su razón de ser: porque el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en redención de muchos.
La vida de Cristo es una constante ayuda a los hombres, y su doctrina, una repetida invitación a servir a los demás. Él es el ejemplo que debe ser imitado por quienes ejerzan la autoridad en su Iglesia y por todos los cristianos; siendo Dios y Juez que ha de venir a juzgar al mundo, no se impone, sirve por amor hasta dar su vida por todos2: esta es su forma de ser el primero. Así lo entendieron los Apóstoles, especialmente después de la venida del Espíritu Santo. San Pedro exhortará más tarde a los presbíteros a que apacienten el rebaño de Dios a ellos confiado, no como dominadores, sino sirviendo de ejemplo3; y lo mismo San Pablo, que, sin estar sometido a nadie, se hizo siervo de todos para ganarlos a todos4.
Pero el Señor no solo se dirige a sus Apóstoles, sino a los discípulos de todos los tiempos. Nos enseña que existe un singular honor en el auxilio y asistencia a los hombres, imitando al Maestro. "Esta dignidad se expresa en la disponibilidad para servir, según el ejemplo de Cristo, que no ha venido a ser servido sino a servir. Si, por consiguiente, a la luz de esta actitud de Cristo se puede verdaderamente reinar solo sirviendo, a la vez, el servir exige tal madurez espiritual que es necesario definirla como el reinar. Para poder servir digna y eficazmente a los otros, hay que saber dominarse, es necesario poseer las virtudes que hacen posible tal dominio"5, virtudes como la humildad de corazón, la generosidad, la fortaleza, la alegría..., que nos capacitan para poner la vida al servicio de Dios, de la familia, de los amigos, de la sociedad.
II. La vida de Jesús es un incansable servicio –incluso material– a los hombres: los atiende, les enseña, los conforta..., hasta dar la vida. Si queremos ser sus discípulos, ¿cómo no vamos nosotros a fomentar esa disposición del corazón que nos impulsa a darnos constantemente a quienes están a nuestro lado?
La última noche, antes de la Pasión, Cristo quiso dejarnos un ejemplo particularmente significativo de cómo debíamos comportarnos: mientras celebraban la Cena, se levantó el Señor, se quitó el manto, tomó la toalla y se la ciñó. Después echó agua en una jofaina y empezó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que se había ceñido6. Realizó la tarea propia de los siervos de la casa. "De nuevo ha predicado con el ejemplo, con las obras. Ante los discípulos, que discutían por motivos de soberbia y de vanagloria, Jesús se inclina y cumple gustosamente el oficio de siervo (...). A mí me conmueve esta delicadeza de nuestro Cristo. Porque no afirma: si yo me ocupo de esto, ¿cuánto más tendríais que realizar vosotros? Se coloca al mismo nivel, no coacciona: fustiga amorosamente la falta de generosidad de aquellos hombres.
"Como a los primeros doce, también a nosotros el Señor puede insinuarnos y nos insinúa continuamente: exemplum dedi vobis (Jn 13, 15), os he dado ejemplo de humildad. Me he convertido en siervo, para que vosotros sepáis, con el corazón manso y humilde, servir a todos los hombres"7. Servimos al Señor cuando procuramos ser ejemplares en el cumplimiento de los propios deberes, y cuando nos esforzamos en dar a conocer las enseñanzas de la Iglesia con claridad y con valentía en un mundo confuso, ignorante y frecuentemente errado en puntos claves, incluso de la ley natural. En esta situación, en la que se encuentra buena parte de la sociedad, "el mejor servicio que podemos hacer a la Iglesia y a la humanidad es dar doctrina"8.
El ejercicio de la profesión hemos de entenderlo, no solo como un medio de ganar lo necesario y para desarrollar noblemente la propia personalidad, sino como un servicio a la sociedad, un medio de contribuir al desarrollo y al necesario bienestar. Algunas profesiones constituyen un servicio directo a las personas y dan mayor posibilidad de ejercitar una serie de virtudes que vuelven al corazón más generoso y humilde. La figura de Cristo atendiendo a quienes se le acercan, lavando los pies a los discípulos..., ha de ser un poderoso estímulo para atender a aquellos que, por deber profesional, nos son encomendados.
La meditación frecuente de las palabras del Señor –no he venido a ser servido, sino a servir– nos ayudará a no detenernos ante esos trabajos más molestos –a veces más necesarios–: así serviremos como Él lo hizo. La vida familiar es un excelente lugar para manifestar este espíritu de servicio en multitud de detalles que pasarán frecuentemente inadvertidos, pero que ayudan a fomentar una convivencia grata y amable, en la que está presente Cristo. Estos pequeños servicios –en los que procuramos adelantarnos– son también un ejercicio constante de la caridad, y un medio para no caer en el aburguesamiento y para crecer en la vida de unión con Dios, si los hacemos por Él. El Señor nos llama con ocasión de las necesidades ajenas, particularmente de los enfermos, los ancianos, y de quienes de alguna manera son más indigentes. Estas ayudas son particularmente gratas al Señor cuando se realizan con tal humildad y finura humana que apenas se advierten, y que no piden ser recompensadas.
III. No imaginamos al Señor con un gesto forzado o triste, quejoso, cuando las multitudes acuden a Él, o mientras lava los pies a los discípulos. El Señor sirve con alegría, amablemente, en tono cordial. Y así debemos hacer nosotros cuando realizamos esos quehaceres que son un servicio a Dios, a la sociedad o a quienes están próximos: Servid al Señor con alegría9, nos dice el Espíritu Santo por boca del Salmista; es más, el Señor promete la alegría, la felicidad, a quienes sirven a los demás: después de lavar los pies a sus discípulos, afirma: si aprendéis esto, seréis dichosos si lo practicáis10. Esta es, quizá, la primera cualidad del corazón que se da a Dios y que busca motivos –a veces muy pequeños– para darse a los demás. Aquello que entregamos con una sonrisa, con una actitud amable, parece como si adquiriera un valor nuevo y se apreciara también más. Y cuando se presente la oportunidad, o el deber, de prestar un servicio que en sí es desagradable y molesto, "hazlo con especial alegría y con la humildad con que lo harías si fueras el siervo de todos. De esta práctica sacarás tesoros inmensos de virtud y de gracia"11. Puede que nos resulte costoso, y entonces pediremos: "¡Jesús, que haga buena cara!"12.
Para servir, hemos de ser competentes en nuestro trabajo, en el oficio que realizamos. Sin esta competencia poco valdría la mejor buena voluntad: "para servir, servir. Porque, en primer lugar, para realizar las cosas, hay que saber terminarlas. No creo en la rectitud de intención de quien no se esfuerza en lograr la competencia necesaria, con el fin de cumplir debidamente las tareas que tiene encomendadas. No basta querer hacer el bien, sino que hay que saber hacerlo. Y, si realmente queremos, ese deseo se traducirá en el empeño por poner los medios adecuados para dejar las cosas acabadas, con humana perfección"13.
La ayuda y la atención a los demás hemos de prestarlas sin esperar nada a cambio, con generosidad, sabiendo que todo servicio ensancha el corazón y lo enriquece. Y, en todo caso, recordemos que Cristo es "buen pagador" y que, cuando le imitamos, Él tiene en cuenta hasta el menor gesto, el auxilio más pequeño que hemos prestado. Nos mira, y nos sentimos bien pagados.
Examinemos hoy junto al Señor si tenemos una disposición de servicio en el ejercicio de la profesión, si realmente servimos a la sociedad a través de ella, si en nuestro hogar, en el lugar de trabajo, imitamos al Señor, que no vino a ser servido, sino a servir. De modo particular, este espíritu de servicio se ha de poner de manifiesto si ejercemos un cargo de responsabilidad, de autoridad, de formación. Examinemos si procuramos evitar, de ordinario, que los demás nos presten servicios no debidos al cargo y que nosotros mismos podemos realizar. Hemos de tener una actitud muy distinta de aquellos que se valen de la autoridad, del prestigio, de la edad, para pedir o, mucho peor, exigir unas prestaciones que resultarían intolerables incluso desde un punto de vista exclusivamente humano.
Acudimos a San José, servidor fiel y prudente, que estuvo siempre dispuesto a sacar adelante la Sagrada Familia con múltiples sacrificios, y que prestó incontables ayudas a Jesús y a María. Le pedimos que sepamos tener también nosotros esa misma disposición de alma con la propia familia, con las personas con quienes convivimos, sea cual sea el puesto que ocupemos, con las personas que tratamos en el ejercicio de nuestra profesión o por razón de amistad..., con aquellas que se acercan a pedirnos una información o un pequeño favor en medio de la calle. Con la ayuda del Santo Patriarca, veremos en ellos a Jesús y a María. Así nos será fácil servirles.
1 Mc 10, 32-42. — 2 Cfr. Jn 15,13. — 3 1 Pdr 5, 1-3. — 4 Cfr. 1 Cor 9, 19. — 5 Juan Pablo II, Enc. Redemptor hominis, 4-III-1979, 21. — 6 Jn 13, 4-5. — 7 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 103. — 8 ídem, Carta 9-I-1932. — 9 Sal 99, 2. — 10 Jn 13, 17. — 11 J. Pecci -León XIII-, Práctica de la humildad, 32. — 12 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, n. 626. — 13 ídem, Es Cristo que pasa, 50.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Gregorio VII
pontífice
Año 1085
San Gregorio VII: valeroso defensor de nuestra santa religión: pídele a Dios que todos los sacerdotes y obispos sean personas verdaderamente dignas y santas. Más te ama el que te corrige tus defectos, que el que te alaba por lo que no vale la pena.
(Proverbios)
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Beda el Venerable, Santo Presbítero y Doctor de la Iglesia, Mayo 25
Presbítero y Doctor de la IglesiaMartirologio Romano: San Beda el Venerable, presbítero y doctor de la Iglesia, el cual, servidor de Cristo desde la edad de ocho años, pasó todo el tiempo de su vida en el monasterio de Wearmouth, en Northumbria, en Inglaterra. Se dedicó con fervor en meditar y exponer las Escrituras, y entre la observancia de la disciplina regular y la solicitud cotidiana de cantar en la iglesia, sus delicias fueron siempre estudiar, o enseñar, o escribir (735).
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María Magdalena de Pazzi, Santa Maestra de Novicias, Mayo 25
Maestra de NoviciasLa familia de Pazzi, a cuyo nombre está unida la famosa conjuración contra el gran duque de Médici, en tiempos de nuestra santa, era todavía de las más importantes de Florencia. Catalina de Pazzi (María Magdalena es el nombre que asumió la santa carmelita el día de su profesión religiosa) nació en 1566, en un siglo rico de acontecimientos en la historia civil y religiosa de Italia y caracterizado por el florecimiento excepcional de grandes santos. |
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Fuente: ACIprensa.com
Magdalena Sofía Barat, Santa Fundadora, Mayo 25
Fundadora de la Sociedad del Sagrado Corazón de JesúsSanta Magdalena nació el 12 de diciembre de 1779, en Joigny de Borgoña y fue fundadora de la Congregación del Sagrado Corazón. Desde niña tuvo pasión por aprender, por ello, se entregó al estudio del latín, el griego, la historia, la física y las matemáticas. También se formó intensamente en el dominio de sus emociones y la voluntad. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina05
Urbano I, Santo Papa y Mártir, Mayo 25
XVII PapaSan Urbano, hijo de Ponciano: sucedió a Calixto. Fue varón santísimo de muy amable y dulce conversación, y con el ejemplo de su vida y predicación apostólica convirtió en Roma a nuestra santa fe gran número de ciudadanos y caballeros, y entre ellos fueron Valeriano esposo de Santa Cecilia, y Tiburcio su hermano, a los cuales el Santo Pontífice bautizó y animó para que constantemente muriesen por Jesucristo; a cuya honra y veneración San Urbano consagró la casa de Santa Cecilia y la hizo templo. Escribió una epístola llena de admirable doctrina de la que se coligen algunos decretos. |
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Fuente: Vatican.va
Agustín Caloca Cortés, Santo Sacerdote y Mártir, 25 de mayo
Nació en San Juan Bautista del Teúl, Zac. (Arquidiócesis de Guadalajara), el 5 de mayo de 1898. |
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Fuente: CONFERENCIA EPISCOPAL MEXICANA (CEM.org.mx)
Cristóbal Magallanes, Santo Sacerdote y Mártir, 25 de mayo
Nació en Totatiche, Jalisco, el 30 de julio de 1869. De muy humilde origen, ingresó en su juventud al seminario conciliar de Guadalajara, donde se acreditó como un excelente candidato al ministerio eclesiástico. Ordenado presbítero el 17 de septiembre de 1899, prestó sus servicios en la Escuela de Artes y Oficios del Espíritu Santo, en Guadalajara; fue luego ministro y párroco de su pueblo natal, se distinguió por su vida limpia y una intensa labor social. Para atender las vocaciones sacerdotales de esa región, estableció en su parroquia, a partir de 1916, un seminario auxiliar. |
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Fuente: Enciclopedia Católica || ACI Prensa
Zenobio de Florencia, Santo Obispo, Mayo 25
Obispo de FlorenciaEs uno de los patrones de la ciudad, en la que nació a finales del reinado de Constantino I (fallecido en 337). |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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