miércoles, 11 de mayo de 2016

Miércoles de San José. 11/05/2016. Beato Ceferino Namuncurá ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 17, 11b-19

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo:
"Padre santo, protege en tu nombre a los que me has dado para que sean uno, como tú y yo somos uno.
Mientras yo estaba con ellos en el mundo, yo mismo protegía en tu nombre a los que me diste. Los he custodiado de tal manera que ninguno de ellos se ha perdido, fuera del que tenía que perderse, para que se cumpliera lo que dice la Escritura. Ahora, en cambio, yo me voy a ti. Si digo estas cosas mientras todavía estoy en el mundo, es para que ellos puedan participar plenamente en mi alegría.
Yo les he comunicado tu mensaje, pero el mundo los odia, porque no pertenecen al mundo, como tampoco pertenezco yo. No te pido que los saques del mundo, sino que los defiendas del maligno. Ellos no pertenecen al mundo como tampoco pertenezco yo. Haz que ellos sean completamente tuyos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad.
Yo los he enviado al mundo, como tú me enviaste a mí. Por ellos yo me consagro a ti, para que también ellos se consagren a ti, por medio de la verdad".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

mie 7a. Sem Pascua

Antífona de Entrada

Pueblo todos, aplaudan, aclamen a Dios con clamores de júbilo. Aleluya.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios misericordioso, concede a tu Iglesia, congregada por el Espíritu Santo, entregarse
plenamente a ti y vivir siempre unida en el amor.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Ahora los dejo en manos de Dios, que puede hacerlos crecer y alcanzar la herencia prometida

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 20, 28-38

En aquellos días dijo Pablo a los responsables de la iglesia de Efeso:
"Cuídense a ustedes mismos y a todo el rebaño, pues el Espíritu Santo los ha constituido pastores vigilantes de la Iglesia de Dios, que él adquirió con la sangre de su propio Hijo.
Yo sé que, después de mi partida, entrarán en medio de ustedes lobos crueles, que no perdonarán al rebaño. Incluso de entre ustedes mismos saldrán algunos difundiendo doctrinas perniciosas, para arrastrar a los discípulos tras de sí. Por eso, estén siempre atentos y acuérdense de que durante tres años, día y noche, no me cansé de exhortarlos hasta con lágrimas a cada uno de ustedes.
Ahora los encomiendo a Dios y a su mensaje de gracia, que tiene fuerza para que crezcan en la fe y para hacerlos partícipes de la herencia reservada a los consagrados. A nadie le he pedido plata, oro o vestidos. A ustedes mismos les consta que con el trabajo de mis manos he ganado lo necesario para mí y para mis compañeros. Siempre les he mostrado que es así como se debe trabajar para poder socorrer a los débiles, recordando las palabras del Señor Jesús, que dijo: "Hay más felicidad en dar que en recibir"".
Cuando terminó de hablar, se puso de rodillas y rezó con todos ellos. Todos comenzaron a llorar, abrazaban a Pablo y lo besaban. Estaban tristes, sobre todo porque les había dicho que no lo volverían a ver. Después lo acompañaron hasta el barco.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Sal 67, 29-30.33-35a.35b-36c

Reyes de la tierra, canten al Señor.

Despliega, oh Dios, tu poder, el poder que actúa en favor nuestro. A tu templo, que domina Jerusalén, te traerán dones los reyes.
Reyes de la tierra, canten al Señor.

Canten a Dios, reinos de la tierra, toquen para el Señor que cabalga sobre los cielos, los cielos eternos, que hace resonar su voz, su voz poderosa: "Reconozcan el poderío de Dios".
Reyes de la tierra, canten al Señor.

Su majestad resplandece sobre Israel, su potencia sobre las nubes. ¡Que Dios sea bendito!
Reyes de la tierra, canten al Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Tu palabra, Señor, es la verdad: santifícanos en la verdad.
Aleluya.

Evangelio

Padre, que ellos sean uno, como nosotros

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 17, 11b-19

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo:
"Padre santo, protege en tu nombre a los que me has dado para que sean uno, como tú y yo somos uno.
Mientras yo estaba con ellos en el mundo, yo mismo protegía en tu nombre a los que me diste. Los he custodiado de tal manera que ninguno de ellos se ha perdido, fuera del que tenía que perderse, para que se cumpliera lo que dice la Escritura. Ahora, en cambio, yo me voy a ti. Si digo estas cosas mientras todavía estoy en el mundo, es para que ellos puedan participar plenamente en mi alegría.
Yo les he comunicado tu mensaje, pero el mundo los odia, porque no pertenecen al mundo, como tampoco pertenezco yo. No te pido que los saques del mundo, sino que los defiendas del maligno. Ellos no pertenecen al mundo como tampoco pertenezco yo. Haz que ellos sean completamente tuyos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad.
Yo los he enviado al mundo, como tú me enviaste a mí. Por ellos yo me consagro a ti, para que también ellos se consagren a ti, por medio de la verdad".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta Señor, este sacrificio de alabanza que tú mismo nos has mandado celebrar, y dígnate, por esta Eucaristía, santificarnos y darnos tu salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

El misterio de la Ascensión

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque el Señor Jesús, rey de la gloria, triunfador del pecado y de la muerte, ante la admiración de los ángeles, ascendió a lo más alto de los cielos, como mediador entre Dios y los hombres, Juez del mundo y Señor de los espíritus celestiales.
No se ha ido para alejarse de nuestra pequeñez, sino para que pusiéramos nuestra esperanza en llegar, como miembros suyos, a donde él, nuestra cabeza y principio, nos ha precedido.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros
celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Cuando venga el Consolador, que yo les enviaré, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí, y tambien ustedes darán testimonio, dice el Señor. Aleluya.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, que esta comunión aumente en nosotros tu gracia, nos purifique de nuestros pecados y nos disponga mejor a recibir tus dones.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

Pascua. 7ª semana. Miércoles
Decenario al Espíritu Santo

EL DON DE FORTALEZA

— El Espíritu Santo proporciona al alma la fortaleza necesaria para vencer los obstáculos y practicar las virtudes.

— El Señor espera de nosotros el heroísmo en lo pequeño, en el cumplimiento diario de los propios deberes.

— Fortaleza en nuestra vida ordinaria. Medios para facilitar la acción de este don.

I. La historia del pueblo de Israel manifiesta la continua protección de Dios. La misión de quienes habrían de guiarlo y protegerlo hasta llegar a la Tierra Prometida superaba con mucho sus fuerzas y sus posibilidades. Cuando Moisés le expone al Señor su incapacidad para presentarse ante el Faraón y liberar de Egipto a los israelitas, el Señor le dice: Yo estaré contigo1. Este mismo auxilio divino se garantiza a los Profetas y a todos aquellos que reciben especiales encargos. En los cánticos de acción de gracias reconocen siempre que solo por la fortaleza que han recibido de lo Alto han podido llevar a cabo su tarea. Los salmos no cesan de exaltar la fuerza protectora de Dios: Yahvé es la Roca de Israel, su fortaleza y su seguridad.

El Señor promete a los Apóstoles –columnas de la Iglesia– que serán revestidos por el Espíritu Santo de la fuerza de lo alto2. El Paráclito mismo asistirá a la Iglesia y a cada uno de sus miembros hasta el fin de los siglos. La virtud sobrenatural de la fortaleza, la ayuda específica de Dios, es imprescindible al cristiano para luchar y vencer contra los obstáculos que cada día se le presentan en su pelea interior por amar cada día más al Señor y cumplir sus deberes. Y esta virtud es perfeccionada por el don de fortaleza, que hace prontos y fáciles los actos correspondientes.

En la medida en que vamos purificando nuestras almas y somos dóciles a la acción de la gracia, cada uno puede decir, como San Pablo: todo lo puedo en Aquel que me conforta3. Bajo la acción del Espíritu Santo, el cristiano se siente capaz de las acciones más difíciles y de soportar las pruebas más duras por amor a Dios. El alma, movida por este don, no pone la confianza en sus propios esfuerzos, pues nadie mejor que ella, si es humilde, tiene conciencia de su propia endeblez y de su incapacidad para llevar a cabo la tarea de su santificación y la misión que el Señor le encarga en esta vida; pero oye, de modo particular en los momentos más difíciles, que el Señor le dice: Yo estaré contigo. Entonces se atreve a decir: si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros? (...). ¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo? ¿Acaso la tribulación, o la angustia, o el hambre, o la desnudez, o el riesgo, o la persecución, o el cuchillo? (...). Pero en medio de todas estas cosas triunfamos por virtud de Aquel que nos amó. Por lo que estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni virtudes, ni lo presente, ni lo venidero, ni la fuerza, ni lo que hay de más alto, ni de más profundo, ni otra ninguna criatura, podrá jamás separarnos del amor de Dios, que se funda en Jesucristo Nuestro Señor4. Es este un grito de fortaleza y de optimismo que se apoya en Dios.

Si dejamos que el Paráclito tome posesión de nuestra vida, nuestra seguridad no tendrá límites. Comprendemos entonces de una manera más profunda que el Señor escoge lo débil, lo que a los ojos del mundo no tiene nobleza ni poder (...), para que nadie pueda gloriarse ante Dios5, y que no pide a sus hijos más que la buena voluntad de poner todo lo que está de su parte, para llevar Él a cabo maravillas de gracia y de misericordia. Nada parece entonces demasiado difícil, porque todo lo esperamos de Dios, y no ponemos la confianza de modo absoluto en ninguno de los medios humanos que habremos de utilizar, sino en la gracia del Señor. El espíritu de fortaleza proporciona al alma una energía renovada ante los obstáculos, internos o externos, y para practicar las virtudes en el propio ambiente y en los propios quehaceres.

II. La Tradición asocia el don de fortaleza al hambre y sed de justicia6. "El vivo deseo de servir a Dios a pesar de todas las dificultades es justamente esa hambre que el Señor suscita en nosotros. Él la hace nacer y la escucha, según le fue dicho a Daniel: Y Yo vengo para instruirte, porque tú eres un varón de deseos (Dan 9, 23)"7. Este don produce en el alma dócil al Espíritu Santo un afán siempre creciente de santidad, que no mengua ante los obstáculos y dificultades. Santo Tomás dice que debemos anhelar esta santidad de tal manera que "nunca nos sintamos satisfechos en esta vida, como nunca se siente satisfecho el avaro"8.

El ejemplo de los santos nos impulsa a crecer más y más en la fidelidad a Dios en medio de nuestras obligaciones, amándole más cuanto mayores sean las dificultades por las que pasemos, dándole más firmeza a nuestro afán de santidad, sin dejar que tome cuerpo el desánimo ante la posible falta de medios en el apostolado, o al experimentar quizá que no avanzamos, al menos aparentemente, en las metas de mejora que nos habíamos propuesto. Como dejó escrito Santa Teresa: "importa mucho, y el todo, una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar a ella (a la santidad), venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabájese lo que se trabajare, murmure quien murmurare, siquiera llegue allá, siquiera se muera en el camino o no tenga corazón para los trabajos que hay en él, siquiera se hunda el mundo"9.

La virtud de la fortaleza, perfeccionada por el don del Espíritu Santo, nos permite superar los obstáculos que, de una manera u otra, vamos a encontrar en el camino de la santidad, pero no suprime la flaqueza propia de la naturaleza humana, el temor al peligro, el miedo al dolor, a la fatiga. El fuerte puede tener miedo, pero lo supera gracias al amor. Precisamente porque ama, el cristiano es capaz de enfrentarse a los mayores riesgos, aunque la propia sensibilidad sienta repugnancia no solo en el comienzo, sino a lo largo de todo el tiempo que dure la prueba o el conseguir lo que ama. La fortaleza no evita siempre los desfallecimientos propios de toda naturaleza creada.

Esta virtud lleva hasta dar la vida voluntariamente en testimonio de la fe, si el Señor así lo pide. El martirio es el acto supremo de la fortaleza, y Dios lo ha pedido a muchos fieles a lo largo de la historia de la Iglesia. Los mártires han sido –y son– la corona de la Iglesia, y una prueba más de su origen divino y santidad. Cada cristiano debe estar dispuesto a dar la vida por Cristo si las circunstancias lo exigieran. El Espíritu Santo daría entonces las fuerzas y la valentía para afrontar esta prueba suprema. Lo ordinario será, sin embargo, que espere de nosotros el heroísmo en lo pequeño, en el cumplimiento diario de los propios deberes.

Cada día tenemos necesidad del don de fortaleza, porque cada día debemos ejercitar esta virtud para vencer los propios caprichos, el egoísmo y la comodidad. Deberemos ser firmes ante un ambiente que en muchas ocasiones se presentará contrario a la doctrina de Jesucristo, para vencer los respetos humanos, para dar un testimonio sencillo pero elocuente del Señor, como hicieron los Apóstoles.

III. Debemos pedir frecuentemente el don de fortaleza para vencer la resistencia a cumplir los deberes que cuestan, para enfrentarnos a los obstáculos normales de toda existencia, para llevar con paciencia la enfermedad cuando llegue, para perseverar en el quehacer diario, para ser constantes en el apostolado, para sobrellevar la adversidad con serenidad y espíritu sobrenatural. Debemos pedir este don para tener esa fortaleza interior que nos facilita el olvido de nosotros mismos y andar más pendientes de quienes están a nuestro lado, para mortificar el deseo de llamar la atención, para servir a los demás sin que apenas lo noten, para vencer la impaciencia, para no dar muchas vueltas a los propios problemas y dificultades, para no quejarnos ante la dificultad o el malestar, para mortificar la imaginación rechazando los pensamientos inútiles... Necesitamos fortaleza en el apostolado para hablar de Dios sin miedo, para comportarnos siempre de modo cristiano aunque choque con un ambiente paganizado, para hacer la corrección fraterna cuando sea preciso... Fortaleza para cumplir eficazmente nuestros deberes: prestando una ayuda incondicional a quienes dependen de nosotros, exigiendo de forma amable y con la firmeza que cada caso requiera... El don de fortaleza se convierte así en el gran recurso contra la tibieza, que lleva a la dejadez y al aburguesamiento.

El don de fortaleza encuentra en las dificultades unas condiciones excepcionales para crecer y afianzarse, si en estas situaciones sabemos estar junto al Señor. "Los árboles que crecen en lugares sombreados y libres de vientos, mientras que externamente se desarrollan con aspecto próspero, se hacen blandos y fangosos, y fácilmente les hiere cualquier cosa; sin embargo, los árboles que viven en las cumbres de los montes más altos, agitados por muchos vientos y constantemente expuestos a la intemperie y a todas las inclemencias, golpeados por fortísimas tempestades y cubiertos de frecuentes nieves, se hacen más robustos que el hierro"10.

Este don se obtiene siendo humildes –aceptando la propia flaqueza– y acudiendo al Señor en la oración y en los sacramentos.

El sacramento de la Confirmación nos fortaleció para que lucháramos como milites Christi11, como soldados de Cristo. La Comunión –"alimento para ser fuertes"12– restaura nuestras energías; el sacramento de la Penitencia nos fortalece contra el pecado y las tentaciones. En la Unción de los enfermos, el Señor da ayuda a los suyos para la última batalla, aquella en la que se decide la eternidad para siempre.

El Espíritu Santo es un Maestro dulce y sabio, pero también exigente, porque no da sus dones si no estamos dispuestos a pasar por la Cruz y a corresponder a sus gracias.

1 Ex 3, 12. — 2 Lc 24, 29. — 3 Flp 4, 13. — 4 Rom 8, 31-39. — 5 Cfr. 1 Cor 1, 27-29. — 6 Mt 5, 6. — 7 R. Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la vida interior, Palabra, 2ª ed., Madrid 1978, vol. II, p. 594. — 8 Santo Tomás, Comentario sobre San Mateo, 5, 2. — 9 Santa Teresa, Camino de perfección, 21, 2. — 10 San Juan Crisóstomo, Hom. sobre la gloria en la Tribulación. — 11 Cfr. 2 Tim 2, 3. — 12 Cfr. San Agustín, Confesiones, 7, 10.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Ceferino Namuncurá, Beato Laico Saleciano, Mayo 11  

Ceferino Namuncurá, Beato

Primer Indígena Argentino en ser Beatificado

Etimológicamente: Ceferino = Viente suave, es de origen latino.

 

El beato Ceferino Namuncurá Burgos nació en Chimpay, Río Negro el 26 de agosto de 1886 y murió en Roma el 11 de mayo de 1905, era un joven laico salesiano argentino de orígenes mapuches y criollos.

Nació en la reducción mapuche de Chimpay. Era hijo de Rosario Burgos (cautiva "huinca" chilena) y del cacique Manuel Namuncurá, un célebre líder que luchó heroicamente, en la batalla del 5 de mayo de 1883 contra el Ejército Argentino comandado por el general Julio Argentino Roca y nieto del caudillo mapuche Calfucurá. Al año de edad, en 1887, Ceferino salva su vida milagrosamente de perecer ahogado en el Río Negro, mientras jugaba en sus orillas. Ese mismo año, el 24 de diciembre en vísperas de Navidad, fue bautizado por el misionero salesiano padre Domingo Milanesio, gran defensor de los pueblos originarios. A los 11 años le pide a este salesiano que lo lleve a estudiar para luego regresar y así poder enseñar a los de su pueblo.

Su padre, siendo el cacique de la nación mapuche, es elevado al rango de Coronel de la Nación y lo lleva a Buenos Aires siendo recibido por el General Luis María Campos, su amigo y entonces Ministro de Guerra y Marina. Ceferino ingresa en los talleres que la Armada tenía en la localidad de Tigre y permanece allí 3 meses, pero luego le escribe a su papá que lo saque porque no le gusta ese ambiente y esa profesión. El Coronel Manuel Namuncurá recurre a su amigo el Dr. Luis Sáenz Peña, ex presidente argentino, quien recomienda a Ceferino a los Salesianos. El 20 de septiembre de 1897 Ceferino es inscripto como alumno estudiante interno.

Paulatinamente Ceferino se va adaptando al ambiente, se dedica en cuerpo y alma al estudio, aprende el idioma castellano y apasionadamente el catecismo. Es un excelente, divertido y paciente compañero. El 8 de septiembre de 1898 Ceferino recibe la Primera Comunión y, un año más tarde el 5 de noviembre de 1899, recibe el Sacramento de la Confirmación en la Iglesia Parroquial de San Carlos de manos de Monseñor Gregorio Romero. Una de las curiosidades en la vida de Ceferino Namuncurá es que él y Carlos Gardel (futuro actor y cantante de tangos) eran amigos y alumnos internos del colegio salesiano Pío IX, ambos integraron el coro, cantaron juntos en la capilla y en actos culturales.

A principios de 1902 su salud comienza a deteriorarse y por los estudios que le realizan encuentran que contrajo tuberculosis. Monseñor Juan Cagliero entonces, decide trasladarlo a Viedma, con la esperanza de que los aires nativos ayuden a recuperar la salud. Sin más, a comienzos de 1903, en el colegio "San Francisco de Sales" de Viedma comienza su estudio secundario como aspirante salesiano. El sacerdote médico Evasio Garrone juntamente con el enfermero del hospital el Beato Artémides Zatti cuidan de Ceferino. El 19 de julio de 1904 con 17 años, Ceferino es trasladado a Turín, Italia por Monseñor Cagliero, los salesianos pensaron que allá recuperaría la salud y podría continuar sus estudios de sacerdocio.

Estudia en el colegio salesiano de "Villa Sora" (Frascati, Roma). En Turín, el Beato Miguel Rua, el primer sucesor de San Juan Bosco, conversa varias veces por semana con el buen indiecito, pero el acontecimiento de su vida fue el 27 de septiembre de 1904, Ceferino visita al Papa Pío X, junto con Monseñor Cagliero, los sacerdotes José Vespignani y Evasio Garrone y otros salesianos. A Ceferino le encomendaron la tarea de pronunciar un breve discurso con unas emocionadas palabras y obsequia al Papa un Quillango Mapuche. Pío X se conmueve, lo bendice y le obsequia la medalla destinada a los príncipes.

En marzo de 1905, la tuberculosis hace estragos en la salud de Ceferino y la cruel enfermedad avanza inexorablemente. Es internado en el Hospital de los Hermanos de San Juan de Dios y es atendido dos veces al día por el Dr. José Lapponi - médico personal de los Papas León XIII y Pío X.

El 11 de mayo de ese mismo año muere a los 18 años de edad Ceferino Namuncurá acompañado por Monseñor Cagliero a quién dijo sus últimas palabras: "¡ Bendito sea Dios y María Santísima!, Basta que pueda salvar mi alma, y en los demás que se haga la santa voluntad de Dios".

Sus exequias fueron muy humildes, como su vida lo fue, enterrado el día posterior a su fallecimiento en el cementerio popular de Roma, en Campoverano, con la presencia de pocos salesianos y compañeros de estudio bajo el amparo de una simple cruz de madera con su nombre señala el lugar en que yacen sus restos.

En 1924 los restos de Ceferino Namuncurá son repatriados por orden del presidente Marcelo T. de Alvear y llevados al cementerio de Fortín Mercedes.

En 1930 sacerdote Luís J. Pedemonte comienza a propagar las virtudes y la devoción al "Indiecito Santo" con lo cual recoge y publica abundantes testimonios de gracias recibidas por aquellos que lo rezaban y lo conocieron.

El 2 de mayo de 1944 se inicia la Causa de Beatificación y el 3 de marzo de 1957 el Papa Pío XII aprueba la introducción de la Causa de Beatificación de Ceferino Namuncurá. Quince años más tarde el 22 de junio de 1972 el Papa Pablo VI lo declara Venerable. Fue el primer argentino que llegó a esa altura de santidad.

La devoción popular a Ceferino Namuncurá se fue difundiendo desde mediados de siglo XX por toda la Argentina. Es así que a fines de los 1960s ya era muy común encontrar estampitas dedicadas a San Ceferino en plena ciudad de Buenos Aires, de este modo su foto se hizo tan popular que muchas papeletas de propaganda en las cuales ofrecían y ofrecen sus servicios los "plomeros" — fontaneros—, albañiles y trabajadores de oficios afines tienen impresas el rostro del beato.

Desde 1991 sus restos descansan en el Santuario de María Auxiliadora de Fortín Mercedes.

El 7 de julio de 2007 el papa Benedicto XVI firmó el decreto que declara a Ceferino Namuncurá como beato. El pontífice recibió al cardenal José Saraiva Martins, el por entonces prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, y autorizó a la Congregación a promulgar una serie de decretos, entre los cuales el que declara beato a "Siervo de Dios Ceferino Namuncurá".

El 11 de noviembre de 2007 el enviado papal, cardenal Tarcisio Bertone, proclamó beato a Ceferino Namuncurá, ante mas de 100.00 personas en una ceremonia de beatificación en Chimpay, Río Negro, solar natal del joven salesiano.

Una junta médica del Vaticano consideró que la curación de Valeria Herrera, una joven madre de Córdoba, Argentina de 24 años en el año 2000 afectada por cáncer de útero fue un milagro por la intercesión de Ceferino Namuncurá. La mujer llego a poder concebir con posterioridad. Este es el antecedente que se tuvo en cuenta para su beatificación, misma que se llevó a cabo el 11 de noviembre de 2007 bajo el pontificado de Benedicto XVI.

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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Mayolo, Santo Abad de Cluny, Mayo 11  

Mayolo, Santo

Abad de Cluny

Martirologio Romano: En Souvigny, de Borgoña, san Mayolo, abad de Cluny, quien, firme en la fe, seguro en la esperanza y repleto de una doble caridad, renovó numerosos monasterios de Francia e Italia (994)

Etimológicamente: Mayolo = Aquel nacido en el mes de mayo, es de origen latino.

 

Hijo de Foquer, señor rico y poderoso en Provenza. Mayolo o también Mayeul nació en el año 906, en la pequeña villa de Valenzola. Sus padres murieron pronto, cuando Mayolo era aún muy joven. Pronto le ronda por la cabeza el pensamiento de abandonar sus muchas posesiones y retirarse a la soledad; pero antes de tomar esta determinación le obligan a salir de sus tierras los sarracenos que van haciendo incursiones desde España. Esta es la razón de refugiarse en Mâcon donde le conociera el obispo Bernon que le da la prebenda de un canonicato al ver sus buenas cualidades y disposiciones. Termina sus estudios en la entonces célebre escuela de Lyon de donde regresa para instruir en filosofía y teología al clero local, recibir el diaconado y ser nombrado arcediano, o sea, el primero del orden de los diáconos. Como el ministerio del diaconado lleva consigo preparar la mesa a los pobres, repartiéndoles las limosnas de la iglesia, su nuevo cargo le proporciona la ocasión de ejercitar la caridad limosnera de un modo poco común; de hecho, vende sus muebles, casas y tierras para repartirlos entre los más menesterosos, incrementando así las limosnas del obispo.

Quieren nombrarlo obispo de Besanzon a la muerte de Guifredo; pero se resiste y, temeroso de que se presenten otras ocasiones que no pueda declinar, se retira al claustro. Cluny la abadía recientemente fundada -en el 910, bajo la advocación de san Pedro apóstol y sometido a la autoridad del papa, por Guillermo, duque de Aquitania-, será su casa desde entonces, cuando su tercer abad es Aymardo. Se observa estrictamente la Orden de San Benito de Arriano. Allí le encargan de la biblioteca y le nombran apocrisario, una especie de legado para resolver asuntos fuera del convento y, de modo especial, los que se refieren a las relaciones con los nobles o los príncipes.

Pasa a ser abad de Cluny al quedarse Aymardo imposibilitado para el gobierno por la ceguera. Con el abad Mayolo es cuando la abadía más resplandece por su rectitud, disciplina y espíritu de reforma, volviéndose hacia ella los ojos de los príncipes, emperadores y papas.

La reforma propugnada por Cluny pasa a los monasterios de Alemania a petición del emperador Otón I y de la emperatriz Adelaida.

Las abadías de Marmontier de Turena, San German de Auxerre, Moutier-San-Juan, San Benito de Dijon y San Mauro de las Fosas, en las proximidades de París, conocen la reforma cluniacense en Francia. El mismo papa Benedicto VII encomienda al abad Mayolo la reforma del monasterio de Lerins.

Fue toda una labor apasionante y pletórica realizada sólo en diez años. Claro está que nada de esto hubiera podido realizarse con un espíritu pusilánime o sin oración, sin penitencia y sin su piedad recia que incluía el tierno amor a Santa María como queda expresado en sus peregrinaciones a los santuarios de Nuestra Señora de Valay y de Loreto.

No todos los trabajos fueron ad intra propiciando la reforma de los buenos. Tuvo también escarceos apostólicos y proselitistas con los infieles sarracenos durante el tiempo en que le tuvieron preso, en Pont-Ouvrier, y de quienes fue rescatado por una fuerte suma de dinero que pudo reunirse entre los frailes y con las ayudas de amigos y ricos nobles conocidos.

El emperador Otón II quiso que fuera elegido papa, pero topó con su firme negativa.

Cansado de trabajos y pensando que su misión estaba concluida, propone se elija a su fiel discípulo Odilón para sucederle y renuncia a ser abad. Pero, aunque anciano ya, le queda todavía una última aventura reformadora; fue Hugo, el fundador de la dinastía de los Capetos, quien le pide como rey de Francia que regrese a París para introducir la reforma en la abadía de san Dionisio; no supo negarse, se puso en camino y muere en el intento generoso de mejorar ese monasterio para bien de la Iglesia; en Souvigni, el 11 de Mayo del año 994, casi nonagenario, muere el reformador Mayolo, uno de los hombres más eminentes de la cristiandad del siglo X, organizador insigne que preparó el estallido de vitalidad del siglo XI. Su figura se presenta magnífica en la escena del siglo de hierro en un mundo que estaba en construcción. Además de extender la Orden de Cluny en influencia y prestigio para reformar el mundo cristiano, su obra se extiende a otros aspectos de la vida social: construye y restaura, favorece las letras e introduce las ideas cristianas en los gobiernos de Alemania, de Francia y de Italia y, además, es incapaz de contemplar a un necesitado sin derramar lágrimas.

La abadía de Cluny, el templo mayor del mundo hasta que en el siglo XVI se construyó en Roma la basílica de san Pedro, que llegó a ser uno de los más importantes centros religiosos, que preparó decisivamente el camino a la reforma gregoriana y que se convirtió en potente foco de radiación del románico europeo, está convertida hoy en un montón de ruinas sólo recuperadas para la posteridad en el papel y el diseño. Se cerró y arrasó en el 1790 por la Revolución francesa. Se entiende que no todas las revoluciones son respetuosas con la cultura, ni con el arte, ni con la historia o que quizá existan más interpretaciones de historia, de arte y de cultura.

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Ignacio de Laconi, Santo Capuchino, Mayo 11  

Ignacio de Laconi, Santo

Religioso Capuchino

Martirologio Romano: En Cagliari, en Cerdeña, san Ignacio de Laconi, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, quien por plazas y tabernas del puerto pedía incansablemente limosnas para socorrer las miserias de los pobres (1781).

Etimológicamente: Ignacio = Aquel que es ardiente, es de origen latino.

 

Cuando San Francisco fundó los frailes menores no pensó, en una comunidad de sabios, sino de hombres que predicaran el Evangelio después de haberlo vivido en la pobreza más absoluta, en la obediencia y en la humildad, realizando aquella que los franciscanos llamarían conversión del corazón a la perfección evangélica, en la renuncia al pecado, a la riqueza y a cualquier propiedad terrena. En efecto, las únicas condiciones que San Francisco ponía a los primeros discípulos para ser admitidos era el despojo total de los bienes y el "servicio a los leprosos".

"Nosotros vemos mendigar todos los días por la ciudad a un santo viviente, que es un fraile laico de los Capuchinos y que se ha ganado con muchos milagros la veneración de sus compatriotas": así escribía en 1773 el pastor protestante José Fues, capellán del batallón de infantería alemán al servicio del rey de Cerdeña.

Ese santo viviente era el fraile capuchino Ignacio de Láconi, a quien los habitantes de Cagliari llamaban "padre santo". Parafraseando una hermosa frase de Manzoni, ese humilde mendicante era como el mar que recibía el agua de todas partes y después la distribuía como lluvia, a toda la sierra. Francisco Ignacio Vicente Peis, segundo de nueve hermanos, nació en Láconi (Cerdeña) el 17 de noviembre de 1701. Los padres, pobres materialmente, pero ricos humana y cristianamente, le educaron en el cumplimiento de los preceptos cristianos.

Desde muy joven Ignacio practicaba severas mortificaciones. A los 20 años, después de haber escapado de dos peligros mortales, en cumplimiento de un voto se fue a Cagliari para entrar al convento capuchino del Buencamino. Pero por su delicada salud, no lo aceptaron inmediatamente. EL 10 de noviembre de 1721 ya vestía el sayal franciscano. Después del noviciado peregrinó durante quince años en varios conventos, y después fue llamado definitivamente al convento de Cagliari en donde se lo encargó de la limosna, que él cumplió con espíritu realmente franciscano: ejemplo vivo de pobreza, pero también de absoluta disponibilidad hacia los pobres, los necesitados de todo género, los "leprosos´ del espíritu más que del cuerpo, esto es, los pecadores, a muchos de los cuales él llevó al buen camino.

Dos años antes de su muerte, acaecida el 11 de mayo de 1781, quedó ciego, pero siguió observando escrupulosamente la vida común con todas las reglas del convento. Durante su vida fue dotado de extraordinarios carismas, y después de la muerte su fama de taumaturgo se difundió cada vez más con la repetición de los milagros que se obtenían por su intercesión. Pío XII lo beatificó en 1940, y lo canonizó el 21 de octubre de 1951.

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Estela o Estrella, Santa Virgen y Mártir, Mayo 11  

Estela o Estrella, Santa

Mártir

Etimológicamente: Estela = Aquella que brilla como una estrella, es de origen latino.

 

Esta chica, de tan bonito nombre, fue una virgen del siglo III. En este tiempo había un obispo llamado Eutropio.

Tenía un gancho muy grande con la juventud. Realmente la entendía a la perfección.
Empleaba noche y día en trabajar apostólicamente con los cristianos.

Durante este tiempo estaba en Charente, Francia, Era el primer obispo que tenía una ciudad que vivía todavía sumida, en su mayoría, en el paganismo.

Le cupo la gloria de que una de las primeras conversiones que se obraron con su pastoral, fue la de la joven Estela o Estrella.

Tenía una fuerte personalidad. El padre le había insistido una y mil veces que no se metiera en las cosas cristianas. Le parecía absurdo y raro para la gente con la que se codeaba.

Todos sus esfuerzos fueron inútiles para lograr que dejara el cristianismo.

El padre estaba en un aprieto. Tenía que obedecer las órdenes imperiales, so pena de que lo mataran.

Entonces, con todo el dolor de su alma, entregó a su hija a las autoridades para que hicieran con ella lo que mandaba la ley.

Estas autoridades, como era natural, la enviaron a la muerte.

En Francia, los poetas Mistral y los de la lengua D´Oc la eligieron como patrona de la Escuela Literaria de los Felibres, Era el año 1854.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Gregorio Celli, Beato Presbítero Agustino, Mayo 11  

Gregorio Celli, Beato

Presbítero Ermitaño Agustino

Martirologio Romano: En Verucchio, cerca de Forlí, en la Romaña, beato Gregorio Celli, presbítero de la Orden de los Ermitaños de San Agustín, de quien se dice que, después de haber sido rechazado por sus hermanos de religión, se retiró al monte Carnerio con los Hermanos Menores, en donde murió (1343).

Etimológicamente: Gregorio =Aquel que esta siempre preparado, es de origen griego.

 

El Beato Gregorio Calli nació en Verucchio, diócesis de Rimini, Italia, en 1225.

A los quince años vistió el hábito de los ermitaños de San Agustín.

Diez años más tarde se retiró a la vida eremítica en el Monte Carneiro (en Rieti) donde permaneció hasta su muerte en 1343.

El culto por Gregorio Celli comenzó poco después de su muerte y fue confirmado por el Papa Clemente XIV en 1769.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Alberto de Bérgamo, Beato Terciario Dominico, Mayo 11  

Alberto de Bérgamo, Beato

Terciario Dominico

Martirologio Romano: En Cremona, de Lombardía, beato Alberto de Bérgamo, labrador, el cual, después de soportar con paciencia las reprensiones que su mujer le hacía por su gran generosidad hacia los pobres, abandonó sus tierras y vivió como hermano de penitencia de santo Domingo (1279).

Etimológicamente: Alberto = Aquel que brilla por su nobleza, es de origen germánico.

 

Alberto pertenecía la Tercera Orden Dominica y, por eso, vivió como lego, a pesar de ser casado y estar dedicado a la vida de trabajo en el campo.

Dueño de una sensible generosidad, pasó su vida ayudando a los necesitados, distribuyendo alimentos y dinero.

Además, hizo numerosas peregrinaciones, sobre todo a Santiago de Compostela, prestando sus servicios a otros peregrinos a todo lo largo del camino, que era recorrido a pie.

También visitó Roma y Tierra Santa.

Murió en Cremona, en Italia.

Después de su muerte, le fueron atribuidos muchos milagros, siendo su generosidad, marca distintiva de su persomalidad, famosa hasta nuestros días.

El Papa Benedicto XIV confirmó su culto el 9 de mayo de 1748.

La comunidad dominica lo recuerda el 7 de mayo, pero en otros santorales se lo recuerda el 11 del mismo mes.

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Fuente: ACI Prensa
Francisco de Jerónimo, Santo Presbítero Jesuita, Mayo 11  

Francisco de Jerónimo, Santo

Sacerdote Jesuita

Martirologio Romano: En Nápoles, de la Campania, san Francisco de Jerónimo, presbítero de la Compañía de Jesús, que se dedicó a predicar misiones populares y al servicio pastoral de los marginados (1716).

Etimológicamente: Francisco = Aquel que porta la bandera, es de origen germánico.

 

San Francisco nació en Grottaglie, cerca de Taranto, el 17 de diciembre de 1642.

Este elocuente misionero jesuita, al que llamaban "el apóstol de Nápoles", se distinguió por su ilimitado celo en favor de la conversión de los pecadores y por su amor a los pobres, los enfermos y los oprimidos.

En 1666,antes de cumplir los 24 años de edad, San Francisco recibió la ordenación sacerdotal. Durante los cinco años siguientes, enseñó en el "Collegio dei Nobili", que los jesuítas tenían en Nápoles.

A los 28 años ingresó en la Compañía de Jesús. De 1671 a 1674, ayudó en el trabajo misional al célebre predicador Agnello Bruno. Al concluir sus estudios de teología, los superiores le nombraron predicador de la Iglesia del Gesú Nuovo, de Nápoles.

Se dice que convertía por lo menos a unos 400 pecadores al año. El Santo visitaba las prisiones, los hospitales y no vacilaba en seguir a los pecadores hasta los antros del vicio, donde algunas veces fue brutalmente maltratado.

San Francisco murió el 11 de mayo de 1716 y fue sepultado en la Iglesia de los jesuítas de Nápoles.

Su canonización tuvo lugar el 26 de mayo de 1839 por el Papa Gregorio XVI.

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Fuente: ACI Prensa | Enciclopedia Católica
Juan Rochester, Beato Presbítero y Mártir, Mayo 11  

Juan Rochester, Beato

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En York, en Inglaterra, beatos Juan Rochester y Jacobo Walworth, presbíteros y monjes de la Cartuja de Londres, los cuales, durante el reinado de Enrique VIII, por haberse mantenido fieles a la Iglesia, fueron suspendidos con cadenas de las almenas de la muralla de la ciudad hasta que murieron (1537).

Etimológicamente: Juan = Dios es misericordioso, es de origen hebreo.

 

Sacerdote y mártir, nacido probablemente en Terling, Essex, Inglaterra, aproximadamente en 1498; murió en York, el 11 de mayo de 1537. Fue el tercer hijo de John Rochester, de Terling; y de Grisold, hija de Walter Writtle de Bobbingworth. Se unió a los cartusianos, fue monje del coro de Charterhouse en Londres, y se opuso a la nueva doctrina de la supremacía real.

Fue arrestado y enviado a la prisión del convento cartusiano de Hull. De allí fue enviado a York, donde fue encadenado. Con él también sufrió James Walworth (Wannert, o Walwerke) un monje cartusiano que también fue mártir y de quien se conoce muy poco. Puede que haya sido el "Jacobus Walwerke" que firmó el Juramento de Sucesión de 1534. John Rochester fue beatificado en 1888 por León XIII.

Su hermano mayor, Sir Robert Rochester, K.G. (nacido aproximadamente en 1494; muriendo el 28 de noviembre de 1557), fue un celoso católico. Antes de 1551 había recibido el nombramiento de controlador de las casas de la Princesa Mary Tudor. En ese año, el Consejo Privy le ordenó que no dejara oficiar Misa en las propiedades de la princesa, pero se negó a interferir en el desarrollo de privadas devociones y fue enviado a la Torre de Londres.

Dado su estado de salud, al año siguiente se le concedió ir a su condado, en donde nuevamente tomó el puesto de controlador. Cuando la princesa ascendió al trono como Mary I, ella recordó el servicio fiel de Rochester. Fue nombrado canciller del Ducado de Lancaster, e ingresó en el círculo fundamental del Consejo Privy. Fue uno de los parlamentarios representativos de Essex, 1553-5. Fue sepultado en el Charterhouse de Sheen.

Si usted tiene información pertinente para la canonización del Beato Juan, comuníquese a:
Catholic Bishops' Conference of England and Wales
39 Eccleston Square
Londres SW1V 1BX, Reino Unido

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Fuente: Enciclopedia Católica | ACI Prensa
Mamerto de Vienne, Santo Obispo, Mayo 11  

Mamerto de Vienne, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En Vienne, en la Galia Lugdunense, san Mamerto, obispo, que, con motivo de una inminente desgracia, instituyó en esta ciudad unas solemnes letanías para el triduo preparatorio de la fiesta de la Ascensión del Señor (c. 475).

Etimológicamente: Mamerto = Aquel nacido en Mamertium, antigua ciudad al sur de Roma. Es de origen latino.

 

Obispo de Vienne, su fecha de nacimiento es desconocida; murió poco después del año 475. Con respecto a la vida de Mamerto antes de su ascenso a la sede de Vienne, nada se conoce con certeza acerca de él. El hecho de que su hermano, Claudianus Mamerto, el escritor teológico, recibió en su juventud una firme enseñanza en retórica, y disfrutaba de la compañía del Obispo Eucherius de Lyons (434-50), sugiere que los hermanos pertenecían a una familia opulenta de la ciudad de Galo en la provincia de Lyons.

Al igual que su hermano San Mamerto también fue reconocido por su conocimiento de asuntos profanes como también en teología, y antes de su denominación al episcopado, al parecer Mamerto habría estado casado. Su elección y consagración tomo lugar poco antes del año 462. Como Obispo enlista los servicios de su hermano, quien se había recluido en un claustro, y lo ordeno como sacerdote de Vienne.

La actividad de los hermanos se describe en una carta de Sidonius Apollinaris (Epist., IV, xi), en otra en cuyas cartas (VII, i) van dirigidas al Obispo Mamerto. En el año 463 Mamerto se involucró en una discusión con el Papa Hilario en referencia a los privilegios del Obispo de Arles. El Papa León I había regulado los limites de las provincias eclesiásticas de Arles y Vienne: dejo a las Diócesis de Valencia, Tarentaise, Genova, y Grenoble, pero todas las otras diócesis en ese distrito fueron hechas subordinadas a Arles. A pesar de esta decisión e infringiendo en los derechos de sus colegas en Arles. Mamerto consagró en el año 463 un Obispo para la ciudad de Dea. El rey Gundiac de Borgoña se quejó con el Papa Hilario por su proceder, por ende el Papa le escribió al Obispo Leoncio de Arles el 10 de Octubre de 463, pidiéndole que convocara un sínodo de obispos de las diferentes provincias para investigar este asunto. En una carta subsiguiente a los obispos de la provincia de Lyons, Vienne, Narbonnensis I y II y Alpina, el también hace referencia al asunto, y les exonera a asistir regularmente a las convocatorias establecidas sinodales de Leoncio (Thiel, "Epist.
Rom. Pont.", I, cxlvi, cli; Jaffé, "Regesta Rom. Pont.", I, 2nd ed., dlvi, dlix). El sínodo estaba en contra de Mamerto, como nos enteramos en otra carta del Papa fechada el 25 de Febrero de 464 (Thiel, op. cit., I, cxlviii; Jaffé, op. cit., I, dlvii). En esta Hilario declara que Mamerto y el Obispo ilegalmente consagrado por él debería realmente ser destituidos; deseando, aun sin embargo que se le conceda clemencia, Hilario envió al Obispo Veranus a informarle esto a Mamerto, si el no lo aceptada y no se remitía a los ordenes del Papa León, también se le depravaría de las cuatro diócesis sufragadas. Todavía dependientes de Vienne.

La invalidez obispal dictaminada a Mamerto debía ser confirmada en su oficina por Leoncio, después de lo cual él podía retener la diócesis. Mamerto naturalmente cedió, ya que no encontramos mas referencias subsecuentes de este incidente.

Durante su episcopado, los restos de San Ferreolus fueron descubiertos, y fueron llevados por Mamerto en una Iglesia en Vienne, construida en honor de este santo Mártir (Gregorio de Tours, "De gloria mart.", II, ii). San. Mamerto fue el fundador de las procesiones Rogación (ver DIAS DE ROGATION), como nos enteramos por medio del testimonio de Sidonius Apollinaris (Epist., V, xiv; VII, i), y su Segundo sucesor, Avitus ("Homilia de Rogat." in P. L., LIX, 289-94). En conexión con estas procesiones intercesoras, Mamerto convoca un sínodo en Vienne entre los años 471 y 475. Aproximadamente en el año 475 él asistió a un sínodo en Arles, que trataba acerca de las enseñanzas predestinadas de Lucidus, un sacerdote Galo. Como esta es la ultima información que tenemos con respecto a el, podemos asumir que pudo haber muerto poco tiempo después. Después de su muerte fue venerado como santo Su nombre aparece en el "Martyrologium Hieronymianum" y en el "Martyrologium" de Florus de Lyons en la fecha del 11 de Mayo, fecha en la cual aun se celebra su fiesta.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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