martes, 3 de mayo de 2016

Martes por los ángeles custodios. 03/05/2016. San Felipe y Santiago apóstoles ¡rueguen por nosotros!

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 6-14

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a Tomás:
"Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar al Padre, sino por mí. Si me conocieran, conocerían también a mi Padre. Desde ahora lo conocen, pues ya lo han visto".
Le dijo Felipe entonces:
"Señor, muéstranos al Padre; eso nos basta".
Jesús le contestó:
"Llevo tanto tiempo con ustedes, ¿y aún no me conoces, Felipe? El que me ve a mí, ve al Padre. ¿Cómo me pides que les muestre al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Lo que les digo no son palabras mías. Es el Padre, que vive en mí, el que está realizando su obra. Deben creerme cuando afirmo que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no creen en mis palabras, crean al menos en las obras que hago.
Les aseguro que el que cree en mí, hará también las obras que yo hago, e incluso otras mayores, porque yo me voy al Padre. En efecto, cualquier cosa que pidan en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Les concederé todo lo que pidan en mi nombre".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

San Felipe y Santiago 4 mayo en América

Antífona de Entrada

Estos santos varones han sido escogidos por Dios en su infinito amor y han recibido de él la gloria eterna. Aleluya.

 

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Señor, tú que llenas de alegría a tu Iglesia con la festividad de los santos apóstoles Felipe y Santiago; concédenos, por su intercesión, vivir, como ellos, unidos a tu Hijo para que podamos llegar a contemplarte eternamente.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Después se le apareció a Santiago y luego a todos los apóstoles

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 1-8

Hermanos: Les recuerdo el Evangelio que les anuncié, que recibieron y en el que han perseverado. Es el Evangelio que los está salvando, si lo conservan tal y como lo anuncié; de no ser así habrían creído en vano.
Porque yo les transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, y que fue sepultado; que resucitó al tercer día según las Escrituras, y que se apareció a Pedro y luego a los Doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los que la mayor parte viven todavía, aunque algunos ya han muerto. Luego se apareció a Santiago, y más tarde a todos los apóstoles. Y después de todos se me apareció a mí, como si se tratara de un hijo nacido fuera de tiempo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial

Sal 18, 2-3.4-5

El mensaje del Señor llega a toda la tierra.

Los cielos proclaman la gloria de Dios, el firmamento anuncia la obra de sus manos. El día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche le transmite la noticia.
El mensaje del Señor llega a toda la tierra.

No es un mensaje, no son palabras, no es una voz que se pueda escuchar; pero por toda la tierra se extiende su eco, y hasta los límites del mundo su mensaje.
El mensaje del Señor llega a toda la tierra.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida. Felipe, el que me ve a mí, ve también al Padre.
Aleluya.

 

Evangelio

Tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen?

 

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 6-14

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a Tomás:
"Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar al Padre, sino por mí. Si me conocieran, conocerían también a mi Padre. Desde ahora lo conocen, pues ya lo han visto".
Le dijo Felipe entonces:
"Señor, muéstranos al Padre; eso nos basta".
Jesús le contestó:
"Llevo tanto tiempo con ustedes, ¿y aún no me conoces, Felipe? El que me ve a mí, ve al Padre. ¿Cómo me pides que les muestre al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Lo que les digo no son palabras mías. Es el Padre, que vive en mí, el que está realizando su obra. Deben creerme cuando afirmo que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no creen en mis palabras, crean al menos en las obras que hago.
Les aseguro que el que cree en mí, hará también las obras que yo hago, e incluso otras mayores, porque yo me voy al Padre. En efecto, cualquier cosa que pidan en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Les concederé todo lo que pidan en mi nombre".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración de los Fieles

Celebrante:
Imploremos, hermanos y hermanas, la misericordia del Señor en este día en el que los bienaventurados apóstoles Felipe y Santiago, siguiendo el ejemplo de su Maestro, derramaron su sangre para dar testimonio de la verdad y pidámosle por las necesidades de todos los seres humanos.
(Respondemos a cada petición: Escúchanos, Señor).

Para que la Iglesia, fiel a las enseñanzas de los apóstoles Felipe y Santiago, sea, ante el mundo, sacramento visible de la presencia invisible de su Señor, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Para que Dios transforme nuestro mundo y haga surgir aquel cielo nuevo y aquella tierra nueva que anunciaron los apóstoles de Jesucristo, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Para que la luz de la fe dé valor a los que sufren, y la esperanza del Reino anunciado por los apóstoles disminuya los sufrimientos de los que lloran, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Para que a nosotros, reunidos hoy para celebrar el martirio de los santos Felipe y Santiago, nos conceda docilidad hacia los obispos de la Iglesia, que ocupan hoy el lugar de los apóstoles, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Celebrante:
Escucha, Señor, la oración de tu Iglesia y concede tu valor en abundancia a los que has dado la misión de extender por todo el mundo la doctrina apostólica que ilumina y salva.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en esta festividad de tus santos apóstoles Felipe y Santiago y concédenos celebrar esta Eucaristía con sincera pureza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Los Apóstoles, pastores del pueblo de Dios

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso, Pastor eterno.
Porque no abandonas nunca a tu rebaño, sino que por medio de los santos apóstoles lo proteges y conservas, y quieres que tenga siempre por guía la palabra de aquellos mismos pastores a quienes tu Hijo dio la misión de anunciar el Evangelio.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

"Señor, muéstranos al Padre y nos basta". "Felipe, el que me ha visto a mí, ha visto a mi Padre". Aleluya.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Que esta sagrada comunión purifique, Señor, nuestros corazones a fin de que podamos, como Felipe y Santiago, conocerte y amarte en tu Hijo y obtengamos así la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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mar 6a. Sem Pascua

Antífona de Entrada

Alegrémonos, regocijémonos y demos gracias, porque el Señor, nuestro Dios omnipotente, ha empezado a reinar. Aleluya.

 

Oración Colecta

Oremos:
Señor, tú que nos has renovado en el espíritu al devolvernos la dignidad de hijos tuyos; concédenos aguardar, llenos de júbilo y esperanza, el día glorioso de nuestra resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Cree en el Señor Jesús y te salvarás, tú y tu familia

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles16, 22-34

En aquellos días, la gente se puso en contra de Pablo y Silas, y las autoridades ordenaron que les quitaran sus ropas y los azotaran con varas. Después de azotarlos severamente, los metieron en la cárcel y encargaron al carcelero que los custodiara con atención. El carcelero, siguiendo a la letra la orden, los metió en la celda más segura y les sujetó los pies al suelo con cadenas.
A medianoche, Pablo y Silas oraban entonando himnos a Dios, mientras que los otros presos los escuchaban. De repente, se produjo un gran terremoto que sacudió los cimientos de la cárcel y se abrieron todas las puertas y a todos los presos se les soltaron las cadenas. Al despertarse el carcelero y ver abiertas las puertas de la cárcel, sacó el puñal con intención de suicidarse, pensando que los presos se habrían escapado. Pero Pablo le gritó:
"¡No te hagas daño; todos estamos aquí!"
El carcelero pidió una antorcha, entró en la celda y tembloroso se arrojó a los pies de Pablo y Silas. Después los sacó fuera y dijo:
"¿Señores, qué debo hacer para salvarme?"
Ellos le contestaron:
"Si crees en el Señor Jesús, te salvarás tú y tu familia".
Luego le explicaron a él y a todos los suyos el mensaje del Señor. En aquella misma hora de la noche, el carcelero los tomó consigo, les lavó las heridas y luego recibió el bautismo con todos los suyos. Después los llevó a su casa, preparó un banquete y celebró con toda su familia la alegría de haber creído en Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Sal 137, 1-2a. 2bc-3. 7c-8

Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón, te cantaré en presencia de dioses extranjeros, postrado hacia tu santo templo.
Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.

Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu fidelidad, pues tu promesa ha superado a tu fama. Cuando te invoqué, me escuchaste y fortaleciste mi ánimo.
Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.

Me pones a salvo con tu fuerza protectora. El Señor completará lo que hace por mí: Señor, tu amor es eterno, no abandones la obra de tus manos.
Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Yo les enviaré el Espíritu de verdad, y él los irá guiando hacia la verdad plena, dice el Señor.
Aleluya.

Evangelio

Si no me voy, no vendrá a ustedes el Consolador

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 5-11

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Ahora regreso al que me envió y ninguno de ustedes me pregunta: "¿A dónde vas?" Eso sí, al anunciarles estas cosas, la tristeza se ha apoderado de ustedes. Y sin embargo, les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Espíritu consolador no vendrá a ustedes; pero, si me voy, lo enviaré.
Cuando él venga, pondrá de manifiesto el error del mundo en relación con el pecado, con la justicia y con la condena. Con el pecado, porque no creen en mí; con la justicia, porque me voy al Padre y ya no me verán; con la condena, porque el que tiraniza a este mundo ha sido condenado".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Cóncedenos, Señor, que este sacrificio pascual que vamos a ofrecerte, nos llene siempre de alegría, prosiga en nosotros tu obra redentora y nos obtenga de ti la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Restauración universal por el misterio pascual

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque destruida la antigua situación de pecado, se levanta todo lo que estaba caído y en Cristo se nos otorga la integridad de la vida.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Era necesario que Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos, para entrar en su gloria. Aleluya.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, precio de nuestra redención, nos ayuden, Señor, a cumplir tus mandamientos y a obtener nuestra felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

SAN FELIPE Y SANTIAGO, APÓSTOLES*

Fiesta

— La llamada de estos Apóstoles.

— Jesús estuvo siempre cerca de sus discípulos, y está ahora junto a nosotros.

— Difundir el mismo mensaje que predicaron los Apóstoles. Contar siempre con los medios sobrenaturales en todo apostolado.

I. Entre aquellos galileos que tuvieron la inmensa dicha de ser elegidos por Jesús para formar parte de sus más íntimos se encuentran Felipe, hijo de Alfeo, y Santiago el Menor.

Santiago nació en Caná de Galilea, cerca de Nazareth, y era pariente del Señor. No nos narra el Evangelio el momento en que Jesús le llamó. La Sagrada Escritura pone de relieve que Santiago ocupaba un puesto preeminente en la Iglesia de Jerusalén1.

Santiago tuvo el privilegio de que el Señor se le apareciera a él personalmente, como leemos en la Primera lectura de la Misa2.

Felipe era natural de Betsaida, la patria de Pedro y de Andrés3; se trataba de una pequeña ciudad próxima al lago de Genesaret. Muy probablemente Felipe era ya amigo de estos dos hermanos. Un día, en la ribera del Jordán, Felipe encontró a Jesús que, en compañía de sus primeros discípulos, se encaminaba hacia Galilea. El Maestro le dijo: Sígueme4. Era el término que Jesús utilizaba para llamar a sus discípulos, de modo parecido al que los rabinos empleaban con sus seguidores. Felipe le siguió enseguida. Y pronto dio a conocer a Cristo, que acaba de convertirse en el centro de su vida, a sus amigos. Encontró Felipe a Natanael y le dijo: Hemos encontrado a aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los Profetas: Jesús de Nazareth, el hijo de José5. Y ante las dudas que manifiesta Natanael, Felipe le da el mayor argumento: Ven y verás. Y fue hasta Cristo y se quedó con Él para siempre.

Jesús nunca defrauda. El apostolado consistirá siempre en poner delante del Señor a nuestros parientes, amigos y conocidos, despejar el camino, quitar los obstáculos para que vean a Jesús, que nos llamó a nosotros y que sabe penetrar en el alma de quienes se le acercan, como ocurrió con Natanael, quien llegaría a ser también uno de los Doce, a pesar de la aparente incredulidad primera y de la falta de disposiciones para aceptar el mensaje de su amigo: ¿Acaso de Nazareth puede salir algo bueno?, había contestado ante la invitación de Felipe. Cuántas veces hemos dicho también nosotros a los que hemos querido acercar a Dios: ¡Ven y verás! Y ninguno que se acercó a Jesús quedó defraudado.

Hoy, Felipe y Santiago son nuestros intercesores ante Jesús. Les encomendamos especialmente el apostolado que estamos llevando a cabo con nuestros amigos y parientes.

II. En el Evangelio de la Misa6 leemos cómo Jesús enseña a sus discípulos, durante la Última Cena, que en el Cielo tienen un lugar preparado para ellos, para que estén por toda la eternidad con Él y que ya conocen el camino... La conversación se prolonga con preguntas de los discípulos y respuestas del Maestro. Es entonces cuando interviene Felipe, con una petición que a todos podría parecer insólita: Señor, muéstranos al Padre y esto nos basta. Y Jesús, con un reproche cariñoso, le contesta: Felipe, ¿tanto tiempo como llevo con vosotros y no me has conocido? El que me ha visto a Mí ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: Muéstranos al Padre?¡Cuántas veces, quizá, tendría que hacernos Jesús el mismo reproche que a Felipe! ¡Tantas veces como he estado junto a ti y no te has dado cuenta! Y nos podría enumerar el Señor una ocasión y otra, circunstancias difíciles en las que quizá nos encontramos solos y no estuvimos serenos porque nos faltó el sentido de nuestra filiación divina, la cercanía de Dios. ¡Cuánto bien nos hace hoy la respuesta de Jesús a este Apóstol!, porque en él estamos representados también nosotros.

Jesús revela al Padre; la Humanidad Santísima de Cristo es el camino para conocer y tratar a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo. Es la contemplación de Jesús el camino ordinario para llegar a la Trinidad Beatísima. En Cristo tenemos la suprema revelación de Dios a los hombres. «Él, con su presencia y manifestación, con sus palabras y obras, signos y milagros, sobre todo con su Muerte y gloriosa Resurrección, con el envío del Espíritu de la verdad, lleva a plenitud toda la Revelación y la confirma con testimonio divino, a saber, que Dios está con nosotros para librarnos de las tinieblas del pecado y la muerte, y para hacernos resucitar a una vida eterna»7. Él llena por completo nuestra vida. «Él es suficiente para ti –afirma San Agustín–; fuera de Él, ninguna cosa lo es. Bien lo sabía Felipe cuando le decía:Señor, muéstranos al Padre y nos basta»8. ¿Vivimos nosotros con esta convicción?

III. Leemos en la Primera lectura de la Misa de estos dos Apóstoles las palabras de San Pablo a los primeros cristianos de Corinto: Porque lo primero que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas...9. Pablo recibió de los Apóstoles un mensaje divino que a su vez él transmite. Fue herencia también de Felipe y de Santiago, que dieron su vida en testimonio de esta verdad. Ellos, como el Apóstol de las gentes, saben bien cuál debe ser el núcleo de su predicación: Jesucristo, Camino hacia el Padre. Es la Buena Nueva que se transmite de generación en generación: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra10, leemos en el Salmo responsorial. Nosotros no tenemos cosas nuevas que dar a conocer. Es la misma Buena Nueva: que Cristo murió por nuestros pecados..., que resucitó...; que vive a nuestro lado..., que nos ama como nunca nadie será capaz de hacerlo..., que nos ha destinado a una eternidad felicísima junto a Él..., a quien veremos cara a cara.

Este es nuestro apostolado: proclamar a todos los vientos y de todas las formas posibles la misma doctrina que predicaban los Apóstoles: que Cristo vive y que solo Él puede calmar las ansias de la inteligencia y del corazón humano, que solo junto a Cristo se puede ser feliz, que Él revela al Padre... Los Apóstoles, como nosotros, encontraron dificultades y obstáculos en la extensión del reino de Cristo; y si hubieran esperado ocasiones oportunas, no nos habría llegado probablemente ese mensaje que da sentido a nuestra existencia. Es posible que ante la falta de medios y ante la resistencia de la gentes, los Apóstoles, y especialmente Felipe, recordaran aquel día en que se encontraron con el gran compromiso de dar de comer a una multitud, sin tener alimentos ni modo de adquirirlos11. Jesús vio a aquella gran muchedumbre que venía hacia Él y dijo a Felipe: ¿Dónde compraremos pan para que coman estos? Y Felipe hizo cálculos y contestó al Maestro: Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno coma un poco. Ha hecho las cuentas, y los medios que poseen están muy lejos de cubrir las necesidades.

Jesús se siente conmovido y se llena de misericordia una vez más ante aquella multitud tan necesitada de comprensión y de alivio. Pero, además, quiere que sus discípulos no olviden que Él siempre estará a su lado. Yo estaré con vosotros siempre12, les dirá al final de su vida aquí en la tierra. Felipe, ¿tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me habéis conocido?Dios es el sumando indispensable con el que hemos de contar para que salgan las cuentas. En nuestro apostolado personal con amigos, parientes, conocidos, clientes..., hemos de contar con los doscientos denarios, los medios humanos, siempre insuficientes, y no debemos olvidar que Jesús está siempre presente con su poder y su misericordia. Ahora también está a nuestro lado. Cuanto mayores sean la necesidad en el apostolado y las dificultades personales, mayor ayuda nos prestará Jesús. No dejemos de acudir a Él.

La Virgen, nuestra Madre, por su poderosa intercesión ante Dios, nos facilita siempre el camino.

1 Gal 1, 18-19; Hech 12, 17; Hech 21, 15-18; Gal 2, 9. — 2 2 Cor 15, 7. — 3 Jn 1, 44. — 4 Jn 1, 43. — 5 Jn 1, 45. — 6 Jn 14, 6-14. — 7 Conc. Vat. II. Const. Dei Verbum, 4. — 8 San Agustín, Sermón 334, 4. — 9 1 Cor 15, 3-5. —10 Salmo responsorial. Sal 18, 3. — 11 Cfr. Jn 6, 4 ss. — 12 Cfr. Mt 28, 20.

* Felipe era de Betsaida, como Pedro y Andrés. Fue primero discípulo del Bautista, y siguió después a Jesús, que le llamó para formar parte del grupo de los Doce. Fue este Apóstol el que anunció a Natanael que había encontrado al Mesías, Por San Juan sabemos que estuvo presente en las bodas de Caná donde Jesús realizó su primer milagro. Del relato de la multiplicación de los panes se puede desprender que Felipe era quien se encargaba de los víveres: es él quien con prontitud calcula el dinero necesario -unos 200 denarios- para paliar el hambre de la gente allí reunida. Interviene, junto a Andrés, en el episodio de los peregrinos griegos, gentiles piadosos, que deseaban ver a Jesús. Es también Felipe quien pide al Señor, en el Cenáculo, que le muestre al Padre. Es considerado por la tradición como evangelizador de Frigia (Asia Menor), donde sufrió martirio, siendo crucificado.

Santiago, pariente del Señor, es llamado el Menor, para distinguirlo del hermano de Juan. Fue el primer Obispo de Jerusalén y desarrolló una intensa actividad evangelizadora entre los judíos de esta ciudad. La tradición lo presenta como un hombre austero, exigente consigo mismo y lleno de bondad con los demás. Fue columna de la Iglesia primitiva, junto a Pedro y a Juan. Murió mártir en Jerusalén hacia el año 62. Es autor de una de las Epístolas Católicas.

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Pascua. 6ª semana. Martes

MAYO, EL MES DE MARÍA

— La devoción a la Virgen atrae la misericordia divina. Amor de todo el pueblo cristiano.

— El mes de mayo.

— Las romerías. Sentido penitencial y apostólico.

I. «Mes de sol y de flores (...), mes de María, coronando el tiempo pascual. Desde el Adviento nuestro pensamiento había seguido a Jesús; ahora que se ha hecho en nuestra alma la gran paz que sigue a la Resurrección, ¿cómo no volvernos hacia aquella que nos lo ha dado?

«Ha aparecido sobre la tierra para preparar su venida; ha vivido a su sombra, hasta el punto de que no la vemos intervenir en el Evangelio más que como Madre de Jesús, siguiéndole, velando por Él, y cuando Jesús nos deja, Ella desaparece suavemente.

«Ella desaparece, pero queda en la memoria de los pueblos, porque le debemos a Jesús...»1.

Como en otras ocasiones, Jesús se encuentra hablando de los misterios del reino de Dios. Las gentes le rodean, le miran y guardan un profundo silencio. De pronto, inesperadamente, una mujer grita con toda su alma: ¡Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!2.

La profecía contenida en el Magníficat comienza a cumplirse: ...me llamarán bienaventurada todas las generaciones3, había manifestado la Virgen, movida por el Espíritu Santo. Y en esta ocasión, una mujer, con la frescura del pueblo, ha comenzado lo que no terminará hasta el final del mundo. Aquellas palabras de Santa María en los comienzos de su vocación tendrían su más acabado cumplimiento a través de los siglos: poetas, intelectuales, reyes y guerreros, artesanos, madres de familia, hombres y mujeres, de edad madura y niños que apenas han aprendido a hablar; en el campo, en la ciudad, en la cima de los montes, en las fábricas y en los caminos; en situaciones de dolor y de alegría, en momentos trascendentales (¡cuántos millones de cristianos han entregado su alma a Dios mirando una imagen de la Virgen, o recitando con sus labios o solo en su pensamiento el dulce nombre de María!), o sencillamente al doblar una esquina en la que apenas se distingue una imagen de la Señora; en tantas y en tan diversas situaciones, millares de voces, en lenguas diversísimas, han cantado las alabanzas a la Madre de Dios. Es un clamor ininterrumpido en toda la tierra, que atrae cada día la misericordia de Dios sobre el mundo, y que no se explica sino por un expreso querer divino. «Desde los tiempos más antiguos –recuerda el Concilio Vaticano II– la Bienaventurada Virgen María es honrada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo acuden los fieles, en todos sus peligros y necesidades, con sus oraciones»4.

Todo el pueblo cristiano ha sabido siempre llegar a Dios a través de su Madre. Con una experiencia constante de sus gracias y favores la ha llamado Omnipotencia suplicante, y ha encontrado en Ella el atajo –«senda por donde se abrevia el camino»– para llegar a Dios. El amor ha inventado numerosas formas para tratarla y honrarla. La Iglesia ha fomentado y bendecido constantemente esta devoción a Santa María como camino seguro para llegar hasta el Señor, «porque María es siempre camino que conduce a Cristo. Todo encuentro con Ella no puede menos que terminar en un encuentro con Cristo mismo. ¿Y qué otra cosa significa el continuo recurso a María sino buscar entre sus brazos, en Ella, por Ella y con Ella a Cristo, Nuestro Salvador, a quien los hombres –en los desalientos y peligros de aquí abajo– tienen el deber y experimentan la necesidad de dirigirse como a puerto de salvación y fuente transcendente de la vida?»5.

II. En este mes de mayo muchos buenos cristianos tienen singulares manifestaciones de piedad a la Virgen Santa María, que alegran todos los días del mes. Siguen de cerca aquella recomendación del Concilio Vaticano II: «ofrezcan todos los fieles súplicas insistentes a la Madre de Dios y Madre de los hombres, para que Ella, que estuvo presente con sus oraciones en las primicias de la Iglesia, también ahora, ensalzada en el cielo sobre todos los santos y los ángeles, interceda ante su Hijo»6. Y en otro lugar: «tengan muy en consideración las prácticas y los ejercicios de piedad hacia Ella recomendados por el Magisterio a lo largo de los siglos»7.

Preguntémonos hoy en nuestra oración qué propósitos tenemos y cómo los estamos llevando a cabo para tratar a Nuestra Madre Santa María a lo largo de este mes en que tradicionalmente los cristianos honran más especialmente a la Virgen.

La dedicación a la Virgen en el mes de mayo nació del amor, que siempre buscó nuevas maneras de expresarse, y de la reacción contra las costumbres paganas que existían en muchos lugares en el «mes de las flores». Entre las Cantigas de Santa María del Rey sabio existe una que comienza con las palabras: «¡Bienvenido mayo!...». En ella, Alfonso X exalta ya el retorno de mayo porque nos invita a rogar con más honor a María, para que nos libre del mal y nos colme de bienes.

En nuestros días, los cristianos, que queremos estar siempre muy cerca de Ella, le ofrecemos especiales obsequios durante el mes: romerías, visitas a alguna iglesia a Ella dedicada, pequeños sacrificios en su honor, ofrecimiento del estudio o del trabajo bien acabado, el rezo más atento del Santo Rosario... «De una manera espontánea, natural, surge en nosotros el deseo de tratar a la Madre de Dios, que es también Madre nuestra. De tratarla como se trata a una persona viva: porque sobre Ella no ha triunfado la muerte, sino que está en cuerpo y alma junto a Dios Padre, junto a su Hijo, junto al Espíritu Santo (...).

»¿Cómo se comportan un hijo o una hija normales con su madre? De mil maneras, pero siempre con cariño y con confianza. Con un cariño que discurrirá en cada caso por cauces determinados, nacidos de la vida misma, que no son nunca algo frío, sino costumbres entrañables de hogar, pequeños detalles diarios, que el hijo necesita tener con su madre y que la madre echa de menos si el hijo alguna vez los olvida: un beso o una caricia al salir o al volver a casa, un pequeño obsequio, unas palabras expresivas.

»En nuestras relaciones con Nuestra Madre del Cielo hay también esas normas de piedad filial, que son el cauce de nuestro comportamiento habitual con Ella. Muchos cristianos hacen propia la costumbre antigua del escapulario; o han adquirido el hábito de saludar –no hace falta la palabra, el pensamiento basta– las imágenes de María que hay en todo hogar cristiano o que adornan las calles de tantas ciudades; o viven esa oración maravillosa que es el Santo Rosario, en el que el alma no se cansa de decir siempre las mismas cosas, como no se cansan los enamorados cuando se quieren, y en el que se aprende a revivir los momentos centrales de la vida del Señor; o acostumbran dedicar a la Señora un día de la semana (el sábado) (...), ofreciéndole alguna pequeña delicadeza y meditando más especialmente en su maternidad»8.

III. Una manifestación tradicional de amor a nuestra Madre es laromería a un santuario o ermita de la Virgen, con carácter penitencial –expresado quizá en un pequeño sacrificio: ir andando desde un lugar oportuno, vivir algunos detalles de sobriedad que cuesten sacrificio...– y con sentido apostólico, procurando acercar más a Dios a aquellas personas que nos acompañan, y rezando con particular piedad el Santo Rosario.

La romería puede ser un momento muy oportuno para hacer un apostolado fecundo con nuestros amigos. En esos santuarios y ermitas, miles de personas han encontrado gracias ordinarias y extraordinarias de la Madre de Dios: unos han comenzado una vida nueva, después de realizar una buena Confesión de sus pecados, quizá después de muchos años; otros han vislumbrado la llamada del Señor a una entrega más plena al servicio de Dios y de las almas; otros han encontrado ayuda para salir adelante de dificultades graves del alma o del cuerpo... Nadie se marchó nunca de esos lugares con las manos vacías. Pablo VI señalaba cómo la Providencia, «por caminos frecuentemente admirables, ha distinguido a los santuarios marianos con un sello particular»9.

A estos lugares, pequeños o grandes, donde hay una especial presencia de la Virgen acuden personas para dar gracias, para alabar a María, para pedir (¡cuántas veces Santa María habrá escuchado allí peticiones urgentes y esperanzadas!) y también para recomenzar de nuevo después de haber vivido quizá lejos de Dios. Porque, como dice Juan Pablo II, la herencia de fe mariana de tantas generaciones no es en esos lugares marianos mero recuerdo de un pasado, sino punto de partida hacia Dios. «Las oraciones y sacrificios ofrecidos, el latir vital de un pueblo, que expresa ante María sus seculares gozos, tristezas y esperanzas, son piedras nuevas que elevan la dimensión sagrada de una fe mariana. Porque en esa continuidad religiosa, la virtud engendra nueva virtud. La gracia atrae gracia»10.

Estas metas de peregrinación, que se remontan a los primeros siglos, son hoy incontables y están esparcidas por toda la tierra. Han sido fruto de la piedad y del amor de los cristianos hacia su Madre a través de los siglos. Preparemos nosotros en la oración nuestraromería, con sentido apostólico, con carácter penitencial (que facilita la oración y la eleva con más prontitud a Dios) y con una gran devoción mariana, expresada en el rezo lleno de piedad del Santo Rosario. No olvidemos que nosotros estamos cumpliendo ahora aquella profecía que un día hiciera nuestra Señora: Me llamarán bienaventurada todas las generaciones... No olvidemos en este mes tener, cada día, singulares muestras de amor con Nuestra Señora.

1 J. Leclerq, Siguiendo el año litúrgico, Rialp, Madrid 1957, pp. 215-216. — 2 Lc 11, 27. — 3 Lc, 1, 48. — 4 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 66. — 5 Pablo VI, Enc.Mense maio, 29-IV-1965. — 6 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 69. — 7 Ibídem, 67. — 8 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 142. — 9 Pablo VI, Carta a las Rectores de los santuarios marianos, 1-V-1971. — 10 Juan Pablo II, Homilía en Zaragoza, 6-XI-1982.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Santa Cruz 
La Invención o hallazgo de la Santa Cruz
Año 326

Una canción religiosa dice: "Venid oh cristianos - la cruz veneremos - la cruz recordemos - de Cristo Jesús…
Tengamos siempre en nuestras casas la Santa Cruz. Un crucifijo que nos recuerde lo mucho que Jesús sufrió por salvarnos. Y ojalá besemos de vez en cuando sus manos y sus pies. Así lo hacían siempre los santos.
No nos acostemos jamás ni nos levantemos ningún día sin hacer la señal de la cruz, bien hecha, despacio, desde la frente hasta el pecho y del hombro izquierdo hasta el derecho, y pronunciando los tres Santísimos nombres del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Esto trae bendición y muchos favores celestiales, y aleja al demonio y libra de muchos males y peligros.

Oracion:

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Historia:
Con este signo vencerás:
Cuenta el historiador Eusebio de Cesarea que el general Constantino, hijo de Santa Elena, era pagano pero respetaba a los cristianos. Y que teniendo que presentar una terrible batalla contra el perseguidor Majencio, jefe de Roma, el año 311, la noche anterior a la batalla tuvo un sueño en el cual vio una cruz luminosa en los aires y oyó una voz que le decía: "Con este signo vencerás", y que al empezar la batalla mandó colocar la cruz en varias banderas de los batallones y que exclamó: "Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena". Y la victoria fue total, y Constantino llegó a ser Emperador y decretó la libertad para los cristianos, que por tres siglos venían siendo muy perseguidos por los gobernantes paganos.
Escritores sumamente antiguos como Rufino, Zozemeno, San Cristótomo y San Ambrosio, cuentan que Santa Elena, la madre del emperador, pidió permiso a su hijo Constantino para ir a buscar en Jerusalén la cruz en la cual murió Nuestro Señor. Y que después de muchas y muy profundas excavaciones encontró tres cruces. Y como no sabían cómo distinguir la cruz de Jesús de las otras dos, llevaron una mujer agonizante. Al tocarla con la primera cruz, la enferma se agravó, al tocarla con la segunda, quedó igual de enferma de lo que estaba antes. Pero al tocarla con la tercera cruz, la enferma recuperó instantáneamente la salud. Y entonces Santa Elena, y el obispo de Jerusalén, Macario, y miles de devotos llevaron la cruz en piadosa procesión por las calles de Jerusalén. Y que por el camino se encontraron con una mujer viuda que llevaba a su hijo muerto a enterrar y que acercaron la Santa Cruz al muerto y éste resucitó.


(ACI).- El 3 de mayo en muchos países del mundo se conmemora "la Cruz de mayo". Esta tradición popular tiene sus orígenes desde muy antiguo en Jerusalén y se sigue festejando en varios pueblos de habla hispana.

La también llamada "Fiesta de las cruces" se celebra en ciudades de España, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Perú, Trinidad y Tobago, Argentina, Colombia y Venezuela. En muchos de estos lugares adornan las cruces con coloridas flores, se realizan procesiones, bailes o se venera el madero en los cerros o lugares visibles para toda la población.

Se dice que por el siglo IV el pagano Constantino tenía que enfrentar una terrible batalla contra el perseguidor Majencio. La noche anterior al suceso tuvo un sueño en la que vio una cruz luminosa en los aires y escuchó una voz que le dijo: "Con este signo vencerás".

Al empezar la batalla mandó colocar la cruz en varias banderas de los batallones y exclamó: "Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena". La victoria fue total, Constantino llegó a ser emperador y dio libertad a los cristianos.

Santa Elena, madre del emperador, pidió permiso a su hijo y fue a Jerusalén a buscar la Santa Cruz en la que Cristo murió. Después de muchas excavaciones encontró tres cruces y no sabían cómo distinguir cuál era del Señor.

Es así que llevaron a una mujer agonizante, quien al tocar la primera cruz se agravó más con su enfermedad. En la segunda cruz, la enferma se mantuvo igual, pero al tocar el tercer madero, recuperó la salud.

Santa Elena con el Obispo y los fieles llevaron esta cruz en procesión por las calles de Jerusalén. En el camino había una mujer viuda que llevaba a enterrar a su hijo, por lo que acercaron la Cruz al fallecido y éste resucitó.

Por varios siglos se ha celebrado en Jerusalén y muchos pueblos del mundo el 3 de mayo como la fiesta de la invención o hallazgo de la Santa Cruz. En toda laIglesia Católica la celebración litúrgica de la Exaltación de la Santa Cruz se festeja el 14 de septiembre.

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San Felipe nació en Betsaida y fue discípulo de San Juan el Bautista. Felipe fue uno de los primeros apóstoles llamados por Jesús. Él fue quien preguntó a Jesús sobre la repartición de los panes: "¿Cómo vamos a darle de comer a tanta gente?" (Jn 6, 5-7)  y también fueron los paganos quienes deseaban conocer al Señor. (Jn 12, 20-22). Además, Felipe le pidió a Cristo en la última cena que le "muestre al Padre" (Jn 14, 8-11).

Felipe fue además quien pidió permiso a Jesús para ir a enterrar a su padre. "Sígueme y deja a los muertos sepultar a sus muertos" (Mt 8,21).

Después de la Ascensión, Felipe recibió el Espíritu Santo en Pentecostés, junto con los otros apóstoles y la Virgen María. Posteriormente partió para evangelizar la región de Frigia, actualmente Turquía, Hungría, Ucrania y el Este de Rusia.

San Felipe fue martirizado y murió crucificado y apedreado en Hierápolis. En el siglo VI las reliquias del apóstol fueron llevadas a Roma y colocadas en la Basílica de los Doce Apóstoles. El martirologio de la Edad Media celebraba su fiesta el 1 de mayo pero se cambió la fecha para el 3 de mayo.

Santiago es llamado el "Hijo de Alfeo" y también se le conoce como "El primo del Señor" porque su madre era pariente de la Virgen. A él se le atribuye la autoría de la primera epístola católica. Una de sus frases más profundas y famosas es: "La fe sin obras, está muerta".

También encontramos en Los Hechos de los Apóstoles menciones al apóstol donde señalan que era muy querido por la Iglesia de Jerusalén y que lo llamaban "el Obispo de Jerusalén". San Pablo lo considera en su carta a los Gálatas, junto con San Pedro y San Juan, una de las principales columnas de la Iglesia. Además, el Apóstol de Gentes comenta que después de su conversión fue a visitar a Pedro, pero no encontró a ningún discípulo sino a Santiago. Incluso en la última visita de San Pablo a Jerusalén, este fue directamente a la casa de Santiago, donde se reunió con todos los jefes de la Iglesia de Jerusalén. (Hech. 21,15).

En los registros históricos de la época, Santiago es llamado "El Santo". Los fieles aseguraban que nunca había cometido un pecado grave, ni tomaba licores ni comía carne. Más bien, el apóstol pasaba mucho tiempo orando y fue por eso que se le hicieron callos en las rodillas.

En sus oraciones, le pedía perdón a Dios por los pecados de su pueblo. Por esa razón, la gente lo llamaba: "El que intercede por el pueblo". Estas acciones conmovieron a muchos judíos y por el ejemplo de Santiago se convirtieron.

El éxito de su evangelización provocó escándalo entre los fariseos y escribas. Por ello, en un día de fiesta el Sumo Sacerdote Anás II, aprovechando la concurrencia, le dijo: "Te rogamos que ya que el pueblo siente por ti grande admiración, te presentes ante la multitud y les digas que Jesús no es el Mesías o Redentor". Ante este pedido, Santiago respondió: ""Jesús es el enviado de Dios para salvación de los que quieran salvarse. Y lo veremos un día sobre las nubes, sentado a la derecha de Dios".

Los sumos sacerdotes se enfurecieron por esa respuesta pues temían que todos los judíos se convirtieran al cristianismo. Entonces tomaron a Santiago y lo llevaron a la parte más alta del templo y desde allí lo echaron hacia el precipicio. El apóstol murió de rodillas mientras rezaba: "Padre Dios, te ruego que los perdones porque no saben lo que hacen".

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Santa Madre Maravillas de Jesús

Nació en Madrid (España) el 4 de noviembre de 1891, siendo la menor de cuatro hermanos. Fue bautizada ocho días después en la parroquia de San Sebastián con el nombre de María Maravillas Pidal y Chico de Guzmán. Su padre fue el señor Luis Pidal y su madre doña Cristina Chico de Guzmán, Marqueses de   Pidal. Su padre fue primero Ministro de Fomento y más tarde, embajador de España ante la Santa Sede.
Recibió una educación selecta y al mismo tiempo, de profunda religiosidad católica, por  lo que siempre mantuvo un deseo de servir a Dios y a los hombres desde la pobreza y la  humildad. Su profundo amor al Señor hizo que se decidiera el 30 de mayo de 1913, con tan sólo veintiún años, a realizar voto perpetuo de castidad en la intimidad de su corazón y, con él, confirmar su deseo de hacerse carmelita.  

El anhelo de amar con locura al señor y corresponderle con excesos al infinito amor a Cristo, le llevó a entrar en el Carmelo del Escorial (Madrid) el 12 de octubre de 1919. Tomó el hábito en 1920 e hizo su primera profesión en 1921. Tenía mucha devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
De sus largas vigilias ante el Sagrario en el convento de El Escorial recibe la inspiración de fundar un carmelo en El Cerro de los Ángeles, donde se había erigido un monumento al Sagrado Corazón en 1919 y se había consagrado a Él la nación. El 19 de mayo de 1924 la Hermana Maravillas y tres religiosas del convento de El Escorial, se instalaron provisionalmente en una casa de Getafe, para seguir de cerca el desarrollo de   las obras del convento. El 30 de mayo de 1924 hace su profesión solemne, y en junio de 1926 es nombrada Priora de la Comunidad del convento de El Cerro (Madrid), que es inaugurado el 31 de octubre de 1926.


Con la llegada de la Guerra Civil en España (1936), las Carmelitas se ven obligadas a abandonar el convento, llegando a Las Batuecas (Salamanca), donde fundó un nuevo carmelo. Finalizada la contienda (1939) regresan al Cerro de los Ángeles. Gracias a Dios, aumentan  las vocaciones y, con ellas, surgen fundaciones de nuevos carmelos tanto en España como  en el extranjero: Kottayam (India), Mancera, Duruelo, Cabrera, Arenas de San Pedro, San Calixto, Aravaca,  Montemar y La Aldehuela, entre otros.
Su gran caridad hizo que siempre se interesara por los problemas de los demás y se esforzaba por solucionarlos. Desde la clausura de La Aldehuela fundó un colegio para niños pobres, e hizo construir una barriada con numerosísimas casas y una Iglesia.
Santa Maravillas murió en el Carmelo de la Aldehuela el 11 de Diciembre de 1974. Fue beatificada en Roma por Juan Pablo II el 10 de Mayo de 1998 y canonizada por el mismo Papa el 3 de Mayo de 2003 en Madrid.

 

Oremos

Todo lo que para mi era ganancia lo he estimado pérdida comparado con Cristo. Más aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él, lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo. Flp 3, 7-8

Tú, Señor, que todos los años nos alegras con la fiesta de Santa Madre Maravillas de Jesús, concede a los que estamos celebrando su memoria imitar tambien los ejemplos de su vida santa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

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Calendario de  Fiestas Marianas: Nuestra Señora de Jasna Gora, Polonia.

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Ventura de Spello, Santo Confesor, Mayo 3  

Ventura de Spello, Santo

Confesor
Mayo 3

 

Etimológicamente significa "augurio". Viene de la lengua latina.

Cuando se vuelven a abrir las heridas del pasado, ¿te atreverías a perdonar incluso a aquellos que ya no están en esta tierra?

¿Amas sólo a aquellos que te aman? Esto lo puede hacer cualquiera sin necesidad del Evangelio. Rezar por aquellos que te hacen daño no es cualquier cosa.

Fue un confesor del siglo XIV. Es un nombre bastante raro en el calendario, y procede de la Edad Media.

Significa "suerte" y se ponía para desearla al recién nacido. Es más frecuente el nombre compuesto de Buenaventura, que lo llevó el famoso teólogo franciscano de Bagnoreggio.
El más célebre con este nombre vivió en la región italiana de la Umbría. Murió mártir hacia el 1250.

Es posible que por devoción a este santo, el de hoy, en la lejana Spello, recibiese su nombre.
Spello se levanta sobre el monte Subasio, entre Asís y Foligno.

Era ya antigua: once siglos a sus espaldas. Aquí nació Ventura. Descendía de una familia llamada Spellicci. Todavía sigue su genealogía viva en la realidad. El no fue franciscano, en contra de lo que se puede pensar.

Estando en Roma, recibió el hábito de los "Crucíferos", una Orden que suprimiría más tarde el Papa Alejandro VI.

El estudió en Roma, concretamente, en el monasterio de la Fontana de Trevi.

Todo el mundo lo conocía porque llevaba una gran cruz colgada al pecho.

Mas nunca explicó que aquella cruz era el símbolo del martirio y del sacrificio.

Como era hombre de oración y de trabajo para los demás, fundó en su ciudad un albergue para peregrinos.
Murió el año 1300.

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Estanislao Soltys (Kazimierczyk), Beato

Louis Soltys nació el 27 de septiembre de 1433 en Kazimiers (Polonia) en el seno de una familia de profundas raíces cristianas, sus padres fueron Maciej y Jadwiga Soltys, quienes le proveyeron de una buena educación en la fe.

Luego de sus estudios superiores recibió sendos doctorados en teología y filosofía de Universidad de Jagiello, (Cracovia, Polonia).

Ingresó a la Orden de los Canónigos Regulares Lateranenses en 1456, dedicando su vida a la Eucaristía y al cuidado de los enfermos y los pobres, tomando el nombre Estanislao Kazimierczyk.

Como sacerdote fue reconocido como un gran predicador y confesor. Prior y maestro de novicios en su monasterio. Profesor de filosofía y teología. Amigo de San Juan de Kanty.

Tal como le sucede a muchos santos, la gente que lo conocía lo consideraba un santo en vida, mientras el Padre Estanislao veía su propia vida como una lucha constante por alcanzar la santidad.

Ingresó a la casa del Padre el 3 de mayo de 1489 en su población natal, Kazimiers.

Juan Pablo II confirmó su culto el 18 de abril de 1993.

El 19 de diciembre de 2009 S.S. Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto que reconoce un milagro atribuido a la intercesión del Beato Estanislao, aún está pendiente se indique la fecha de la canonización.

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Alejandro I, Santo VI Papa y màrtir, Mayo 3  

Alejandro I, Santo

VI Papa

Las fechas exactas de su pontificado son objeto de polémica entre los historiadores ya que mientras Duchesne lo sitúa entre el 106 y el 115, Lightfoot lo sitúa entre el 109 y el 116.

Existe muy poca evidencia histórica de este pontífice. El historiador de la Iglesia Eusebio de Cesarea, lo cita para decir que su pontificado duró diez años, e Ireneo de Lyon lo incluye como uno de los doce primeros papas en su obra Adversus haereses publicada en el 180 d.C.

La tradición dice que instituyó el uso del agua bendita, a la que había que añadir sal, para purificar las casas cristianas, e introdujo en la eucaristía el pan ácimo y el vino mezclado con agua.

También se dice que sufrió martirio al ser decapitado junto a San Evencio y San Teódulo, aunque esta tradición, que data del siglo V, es objeto de polémica desde que, en el siglo XIX, fueron descubiertos en la vía Nomentana, a las afueras de Roma, los restos de tres personas decapitadas y aunque en un principio se atribuyeron a Alejandro I y a sus dos compañeros de martirio y se trasladaron a la iglesia de Santa Sabina, el cuerpo que en un principio se atribuyó a este Papa parece correponder a otro santo llamado también Alejandro.

Considerado santo por la Iglesia Católica, su festividad se celebra el 3 de mayo.

Hacia el 115, al final del pontificado de Alejandro I, como obispo de Roma, Ignacio de Antioquía escribe a los romanos ensalzando la dignidad de la Iglesia de Roma.

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Fuente: Franciscanos.org
Eduardo José Rosaz, Beato Obispo, Mayo 3  

Eduardo José Rosaz, Beato

Eduardo Rosaz, obispo de Susa, miembro de la Orden Franciscana Seglar desde antes de su ordenación sacerdotal, fundador de la Congregación de las "Franciscanas Misioneras de Susa", se distinguió por su entrega al apostolado y por su celo pastoral; dedicó gran atención al clero, llevó vida de pobreza y demostró un exquisito amor a los pobres.

Edoardo Giuseppe Rosaz nació en Susa (Turín, Italia) el 15 de febrero de 1830. Recibió una educación cristiana sólida y genuina. A causa de su frágil salud, sus padres le pusieron un maestro en casa. Cuando tenía diez años, su familia se trasladó a Turín y entonces fue enviado al colegio Gianotti de Saluzzo. Tres años después murió su padre y, al año siguiente, un hermano. A los quince años volvió con su familia a Susa, donde se rodeó de amigos, escogiéndolos entre los jóvenes mejores de la ciudad. Durante las vacaciones instruía a los niños en las verdades religiosas. En 1847 ingresó en el seminario. En 1853 se inscribió en la Tercera Orden de San Francisco, cuyo ideal y espíritu promovió desde ese momento y al que permaneció siempre fiel.

Recibió la ordenación sacerdotal el 10 de junio de 1854. Sin preocuparse de trabajos y molestias, buscaba siempre con alegría el bien espiritual y material de los fieles, y colaboraba con celo y desinterés en el cuidado pastoral, cultivando diversas formas de apostolado: se dedicó con entusiasmo a la predicación, a la catequesis, al ministerio de la reconciliación y a las obras sociales. Alimentaba su vida espiritual con la oración, la meditación, la misa, la adoración eucarística, y fomentaba esto mismo en las religiosas por él fundadas, las Franciscanas Misioneras de Susa. En 1874 fue nombrado rector del seminario de Susa, en cuyo cargo tuvo como principio educativo: "firmeza dulce y dulzura firme", "prevención mejor que castigo".

El 26 de diciembre de 1877 fue nombrado obispo de Susa; recibió la consagración episcopal el 24 de febrero de 1878 en la catedral. En su nuevo cargo se distinguió por su celo, prudencia pastoral, abnegación y dinamismo misionero: dedicó gran atención al clero, para el que fue un buen pastor; potenció el seminario diocesano y visitó varias veces la diócesis, incluso las parroquias más aisladas. Era amigo íntimo de Don Bosco, a quien vio por última vez en Turín en 1888.

Murió la mañana del 3 de mayo de 1903. Fue beatificado por Juan Pablo II el 14 de julio de 1991 en Susa.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Emilia Bicchieri, Beata Dominica, Mayo 3

Emilia Bicchieri, Beata

La Beata Emilia Bicchieri nació en Vercelli en 1238.

Habiendo perdido a su madre a muy temprana edad, se puso bajo la especial protección de la Madre de Dios.

No accedió a los planes de su padre que la quería casar, y lo convenció para que le construyera un convento, el primero de la orden regular de terciarias dominicas, del que se convirtió en abadesa a la edad de veinte años.

Habiendo sido elegida priora contra su voluntad, gobernó con tacto y habilidad, tuvo la sabiduría de no ordenar a nadie lo que ella misma no haría.

Llamaba la atención por la frecuencia con que comulgaba (algo no común en esos días). Se le atribuyen muchos éxtasis, visiones y milagros.

Murió el día de su cumpleaños, el 3 de mayo, a la edad de setenta y cinco años.

Su culto fue aprobado en 1769. Sus reliquias son celosamente custodiadas en la Catedral de Berzelli

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Juvenal de Narni, Santo Obispo, Mqyo 3  

Juvenal de Narni, Santo

San Gregorio Magno en el Diálogo (IV, 12) y en la Homiliae in Evangelium, recuerda a un Obispo de Narni, de nombre Juvenal (Giovenale), calificándolo de mártir. Pero el Lanzoni obseva que este pontífice da el título de mártir aún a los obispos que no murieron por la fe. El Mismo Gregorio recuerda el sepulcro de san Juvenal en Narni. El Martirologio de Floro y de Adone lo mencionan con esta indicación: "Natale sancti Juvenalis episcopi et confessoris".

También existe una vida de san Juvenal, escrita después del SigloVII, de escaso valor histórico, según la cual, era de origen africano y, ordenado por el Papa Dámaso, fue el primer Obispo de Narni. Siempre según esta vida, fue sepultado en la puerta superior de la ciudad, bajo la via Flaminia, el 7 de agosto de 376.

Se cree que ejerció la medicina antes de ser consagrado obispo de Narni y que salvó a esta población de la invasión de los sármatas haciendo bajar fuego del cielo sobre ellos.

Los hagiógrafos no le dan el título de mártir, sino el de confesor.

El sepulcro de san Juvenal sobre el que fue construido un oratorio atribuido a su sucesor Massimo, fue muy venerado en la antigüedad y aún se conserva en la Catedral de Narni. La inscripción no es antigua. El autor de la Vida del Papa Vigilio (537-555), en el "Liber Pontificalis" habla de un monasterio que Belisario fundó cerca de Orte, dedicándolo a San Juvenal.

En el siglo IX, el cuerpo de san Juvenal fue trasportado a Lucca, junto con los de los santos Casio y Fausta y pero enseguida fue restituida a Narni.

Fossano, diócesis perteneciente a la provincia de Cuneo, venera a san Juvenal como su protector, pretendiendo que sus reliquias se conservan allí, pero pueden ser las de otro santo del mismo nombre.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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