JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19
Gloria a ti, Señor.
En   aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: 
"Los perseguirán y los apresarán,   los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán 
comparecer ante   reyes y gobernantes por causa mía. Con esto ustedes darán testimonio de   mí.
Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque   Yo les daré 
palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir   ningún adversario de ustedes.
Los traicionarán hasta sus padres y hermanos,   sus parientes y amigos. Matarán a algunos de 
ustedes, y todos los odiarán   por causa mía. Sin embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá. 
Si se   mantienen firmes, conseguirán la vida".
Palabra del Señor.
Gloria a ti,   Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
"El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
mie 34a. Ordinario año impar
Antífona de Entrada
Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las naciones, para que podamos agradecer tu poder santo y sea nuestra gloria alabarte.
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Señor, Dios nuestro, amarte con todo el   corazón y, con el mismo amor, amar a 
nuestros prójimos. Por nuestro Señor   Jesucristo...
Primera Lectura
Aparecieron los dedos de una mano, que se pusieron a escribir
Lectura del libro del profeta Daniel 5, 1-6.13-14.16-17.23-28
En aquellos días, el rey Baltasar dio un gran banquete en honor de   mil funcionarios suyos y se 
puso a beber con ellos. Animado por el vino,   Baltasar mandó traer los vasos de oro y de plata 
que su padre,   Nabucodonosor, había robado del templo de Jerusalén, para que bebieran en   
ellos el rey y sus funcionarios, sus mujeres y sus concubinas. 
Trajeron,   pues, los vasos de oro y de plata robados del templo de Jerusalén, y en ellos   bebieron 
el rey y sus funcionarios, sus mujeres y sus concubinas. Bebieron y   comenzaron a alabar a sus 
dioses de oro y plata, de bronce y de hierro, de   madera y de piedra.
De repente aparecieron los dedos de una mano que se   pusieron a escribir en la pared del 
palacio, detrás del candelabro, y el rey   veía cómo iban escribiendo los dedos. Entonces el rey se 
demudó, la mente se   le turbó, le faltaron las fuerzas y las rodillas le empezaron a   temblar.
Trajeron a Daniel y el rey le dijo: "¿Eres tú Daniel, uno de los   judíos desterrados que mi 
padre Nabucodonosor trajo de Judea? Me han dicho   que posees el espíritu de Dios, inteligencia, 
prudencia y sabiduría   extraordinarias. Me han dicho que puedes interpretar los sueños y resolver   
los problemas. Si logras leer estas palabras y me las interpretas, te   pondrán un vestido de 
púrpura y un collar de oro y serás el tercero en mi   reino".
Daniel le respondió al rey: "Puedes quedarte con tus tres regalos y   darle a otro tus 
obsequios. Yo te voy a leer esas palabras y te las voy a   interpretar:
Tú te has rebelado contra el Señor del cielo: has mandado traer   los vasos de su casa y tú y tus 
funcionarios, tus mujeres y tus concubinas   han bebido en ellos; has alabado a dioses de plata y 
de oro, de bronce y de   hierro, de madera y de piedra, que no ven, ni oyen, ni entienden; pero no   
has glorificado al Dios que tiene en sus manos tu vida y tu actividad. Por   eso Dios ha enviado 
esa mano para que escribiera.
Las palabras escritas   son: "Contado, Pesado, Dividido". Y ésta es su interpretación: 
"Contado":   Dios ha contado los días de tu reinado y les ha puesto límite. "Pesado": Dios te   ha 
pesado en la balanza y te falta peso. "Dividido": Tu reino se ha dividido   y se lo entregarán a los 
medos y a los persas".
Palabra de Dios.
Te   alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Daniel 3
Bendito seas para siempre, Señor.
Sol   y luna, bendigan al Señor. Estrellas del cielo, bendigan al Señor.
Bendito   seas para siempre, Señor.
Lluvia y rocío, bendigan al Señor. Todos los vientos, bendigan al   Señor.
Bendito seas para siempre, Señor.
Fuego y calor, bendigan al Señor. Fríos y heladas, bendigan al Señor. Bendito seas para siempre, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Sé fiel hasta la muerte y te daré como premio la vida, dice el   Señor.
Aleluya.
Evangelio
Todos los odiarán a ustedes por causa mía. Sin embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: 
"Los perseguirán   y los apresarán, los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán   
comparecer ante reyes y gobernantes por causa mía. Con esto ustedes darán   testimonio de mí.
Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su   defensa, porque Yo les daré 
palabras sabias, a las que no podrá resistir ni   contradecir ningún adversario de ustedes.
Los traicionarán hasta sus padres y   hermanos, sus parientes y amigos. Matarán a algunos de 
ustedes, y todos los   odiarán por causa mía. Sin embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá. 
Si   se mantienen firmes, conseguirán la vida".
Palabra del Señor.
Gloria a   ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que te presentamos en señal de sumisión   a Ti, y conviértelos en el 
sacramento de nuestra redención. Por Jesucristo,   nuestro Señor.
Prefacio
Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte   gracias siempre y en todo 
lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y   eterno, por Cristo nuestro Señor. A quien hiciste 
fundamento de todo
y de   cuya plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se   anonadó a sí 
mismo, y por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas   las cosas.
Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación   eterna para cuantos creen en Él.
Por eso, 
con los ángeles y los   arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno 
de   tu gloria:
Antífona de la Comunión
Ven, Señor, en ayuda de tu siervo y sálvame por tu misericordia. Que no me arrepienta nunca de
haber invocado.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que   acabamos de recibir , nos ayude, 
Señor, a vivir más profundamente nuestra   fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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† Meditación diaria
34ª semana. Miércoles
PACIENTES EN LAS DIFICULTADES
— La paciencia, parte de la virtud de la fortaleza.
— Paciencia con nosotros mismos, con los demás y en las contrariedades de la vida corriente.
— Pacientes y constantes en el apostolado.
I. Los textos de la Misa de hoy, cuando ya faltan pocos días para que termine el año litúrgico, recogen una parte del discurso del Señor en el que hace referencia a los acontecimientos finales de la historia. En esta larga alocución se entremezclan diversas cuestiones relacionadas entre sí: la destrucción de Jerusalén –ocurrida cuarenta años después–, el final del mundo y la segunda venida de Cristo, llena de gloria y majestad. Jesús anuncia también las persecuciones que sufrirá la Iglesia y las tribulaciones de sus discípulos. Este es el pasaje que nos propone el Evangelio de la Misa1, al final del cual el Señor nos exhorta a la paciencia, a la perseverancia, a pesar de los obstáculos que se puedan presentar: In patientia vestra possidebitis animas vestras, con vuestra paciencia salvaréis vuestras almas.
Los Apóstoles recordarían más tarde la advertencia del Señor: No es el siervo mayor que su señor. Si me han perseguido a Mí también a vosotros os perseguirán2. Con todo, estas tribulaciones no escapan a la Providencia divina. Dios las permite porque serán ocasión de bienes mayores. La Iglesia se enriqueció en el amor a Dios y salió siempre vencedora y fortalecida en todas sus adversidades, como lo había anunciado el Señor: en el mundo tendréis grandes tribulaciones; pero tened confianza, Yo he vencido al mundo3.
En este caminar en que consiste la vida vamos a sufrir pruebas diversas, unas que parecen grandes y otras de poco relieve, en las cuales el alma debe salir fortalecida, con la ayuda de la gracia. Estas contradicciones vendrán unas veces de fuera, con ataques directos o velados, de quienes no comprenden la vocación cristiana, de un ambiente paganizado adverso o de quienes expresan una verdadera oposición a todo lo que a Dios se refiere; en otras ocasiones, surgirán de las limitaciones propias de la naturaleza humana, que no permiten, ¡tantas veces!, alcanzar un objetivo si no es a base de un empeño continuado, de sacrificio, de tiempo... Pueden venir dificultades económicas, familiares...; pueden llegar la enfermedad, el cansancio, el desaliento... La paciencia es necesaria para perseverar, para estar alegres por encima de cualquier circunstancia; esto será posible porque tenemos la mirada puesta en Cristo, que nos alienta a seguir adelante, sin fijarnos demasiado en lo que querría quitarnos la paz. Sabemos que, en todas las situaciones, la victoria está de nuestra parte.
La paciencia, según San Agustín, es "la virtud por la que soportamos con ánimo sereno los males". Y añadía: "no sea que por perder la serenidad del alma abandonemos bienes que nos han de llevar a conseguir otros mayores"4. Esta virtud lleva a soportar con buen ánimo, por amor a Dios, sin quejas, los sufrimientos físicos y morales de la vida. Frecuentemente tendremos que ejercerla sobre todo en lo ordinario, quizá en cosas que parecen triviales: un defecto que no se acaba de vencer, aceptar que las cosas no salgan como nosotros querríamos, los imprevistos que surgen, el carácter de una persona con la que hemos de convivir en el trabajo, gentes bien dispuestas pero que no entienden, aglomeraciones en el tráfico, retraso de los medios públicos de transporte, llamadas imprevistas que impiden terminar el trabajo a su hora, olvidos... Son ocasiones para afirmar la humildad, para hacer más fina la caridad.
II. La paciencia es una virtud bien distinta de la mera pasividad ante el sufrimiento; no es un no reaccionar, ni un simple aguantarse: es parte de la virtud de la fortaleza, y lleva a aceptar con serenidad el dolor y las pruebas de la vida, grandes o pequeñas, como venidos del amor de Dios. Identificamos entonces nuestra voluntad con la del Señor, y eso nos permite mantener la fidelidad en medio de las persecuciones y pruebas, y es el fundamento de la grandeza de ánimo y de la alegría de quien está seguro de recibir unos bienes futuros mayores5.
Son diversos los campos en los que el cristiano debe ejercitar esta virtud. En primer lugar consigo mismo, puesto que es fácil desalentarse ante los propios defectos que se repiten una y otra vez, sin lograr superarlos del todo. Es necesario saber esperar y luchar con perseverancia, convencidos de que, mientras nos mantengamos en el combate, estamos amando a Dios. La superación de un defecto o la adquisición de una virtud, de ordinario, no se logra a base de violentos esfuerzos, sino de humildad, de confianza en Dios, de petición de más gracias, de una mayor docilidad. San Francisco de Sales afirmaba que es necesario tener paciencia con todo el mundo, pero, en primer lugar, con uno mismo6.
Paciencia también con quienes nos relacionamos más a menudo, sobre todo si, por cualquier motivo, hemos de ayudarles en su formación, en su enfermedad... Hay que contar con los defectos de las personas que tratamos –muchas veces están luchando con empeño por superarlos–, quizá con su mal genio, con faltas de educación, suspicacias... que, sobre todo cuando se repiten con frecuencia, podrían hacernos faltar a la caridad, romper la convivencia o hacer ineficaz nuestro interés en socorrerles. La caridad nos ayudará a ser pacientes, sin dejar de corregir cuando sea el momento más indicado y oportuno. Esperar un tiempo, sonreír, dar una buena contestación ante una impertinencia puede hacer que nuestras palabras lleguen al corazón de esas personas, y siempre llegan al Corazón del Señor, que nos mirará con especial aprecio y amistad.
Paciencia con aquellos acontecimientos que llegan y que nos son contrarios: la enfermedad, la pobreza, el excesivo calor o frío..., los diversos infortunios que se presentan en un día corriente: el teléfono que no funciona o no deja de comunicar, el excesivo tráfico que nos hace llegar tarde a una cita importante, el olvido del material de trabajo, una visita que se presenta en el momento menos oportuno... Son las adversidades, quizá no muy trascendentales, que nos llevarían a reaccionar quizá con falta de paz. Ahí nos espera el Señor; en esos pequeños sucesos se ha de poner la paciencia, manifestación del ánimo fuerte de un cristiano que ha aprendido a santificar todas las menudas incidencias de un día cualquiera.
III. Caritas patiens est7, la caridad está llena de paciencia. Y al mismo tiempo esta virtud es el gran soporte de la caridad, sin el cual no podría subsistir8. Para el apostolado, singular manifestación de la caridad, la paciencia es absolutamente imprescindible. El Señor quiere que tengamos la calma del sembrador que echa su semilla sobre el terreno que ha preparado previamente y sigue los ritmos de la estaciones, esperando el momento oportuno, sin desánimos, con la confianza puesta en que aquel pequeño tallo que acaba de aparecer será un día espiga granada.
El Señor nos da ejemplo de una paciencia indecible. De las muchedumbres que se le acercan dice en ocasiones que viendo no miran, y oyendo no escuchan, ni entienden9; a pesar de todo le vemos incansable en su predicación y dedicación a las gentes, recorriendo siempre los caminos de Palestina. Ni siquiera los Doce que le acompañan en todo momento demuestran un gran aprovechamiento: aún tengo muchas cosas que enseñaros -les dice la víspera de su partida-, pero por ahora no podéis comprenderlas10. El Señor contaba con sus defectos, con su manera de ser, y no se desalienta. Más tarde, cada uno a su manera, será un testigo fiel de Cristo y del Evangelio.
La paciencia y la constancia son imprescindibles en esta labor que, en colaboración con el Espíritu Santo, hemos de llevar a cabo en nuestra propia alma y en las de nuestros amigos y familiares que queremos acercar al Señor. La paciencia va de la mano de la humildad, se acomoda al ser de las cosas y respeta el tiempo y el momento de las mismas, sin romperlas; cuenta con las limitaciones propias y las de los demás. "Un cristiano que viva la virtud recia de la paciencia, no se desconcertará al advertir que quienes le rodean dan muestra de indiferencia por las cosas de Dios. Sabemos que hay hombres que, en las capas subterráneas, guardan –como en la bodega los buenos vinos– unas ansias incontenibles de Dios que tenemos el deber de desenterrar. Ocurre, sin embargo, que las almas –la nuestra también– tienen sus ritmos de tiempo, su hora, a la que hay que acomodarse como el labrador a las estaciones y al terruño. ¿No ha dicho el Maestro que el reino de Dios es semejante a un amo que salió a distintas horas del día a contratar obreros a su viña (Mt 20, 1-7)?"11. ¿Y cómo no vamos a ser pacientes con los demás, si el Señor ha derrochado tanta paciencia con nosotros y sigue haciéndolo? Caritas omnia suffert, omnia credit, omnia sperat, omnia sustinet12, la caridad a todo se acomoda, cree todo, todo lo espera y todo lo soporta, enseñó San Pablo. Y también lo escribió para nosotros. Si tenemos paciencia, seremos fieles, salvaremos nuestras almas y también las de muchos otros que la Virgen Nuestra Madre pone constantemente en nuestro camino,
1 Lc 21, 12-19. — 2 Jn 15, 20. — 3 Jn 16, 33. — 4 San Agustín, Sobre la paciencia, 2. — 5 Cfr. Santo Tomás, Comentario a la Epístola a los Hebreos, 10, 35. — 6 Cfr. San Francisco de Sales, Epistolario, frag. 139, en Obras selectas de..., p. 774. — 7 1 Cor 13, 4. — 8 Cfr. San Cipriano, Sobre el bien de la paciencia, 15, en Folletos M. C., nº 321. — 9 Mt 13, 13. — 10 Jn 16, 12. — 11 J. L. R. Sánchez de Alva, El Evangelio de San Juan, Palabra. 3ª ed., Madrid 1987, nota 4, 1-44. —12 1 Cor 13, 7.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Catalina de Alejandría, Santa Mártir, Noviembre 25, patrona de solteras y estudiantes.
ROMA, 25 Nov. 14 / 12:02 am (ACI).- "¡Señor Jesús, te suplico me escuches, a mí y a cuantos a la hora de su muerte, recordando mi martirio, invoquen tu nombre!", dijo Santa Catalina de Alejandría antes de morir y después de convertir a muchos eruditos romanos, según señala la tradición. Esta mujer es patrona de las solteras, estudiantes y su fiesta se recuerda este 25 de noviembre.
Según cuenta la tradición narrada en la web de la Parroquia Santa Catalina de Alejandría, en Madrid, España, la Santa fue hija del Rey Costo y desde muy pequeña estudió las artes liberales. Más adelante quedó huérfana y el César Maximino por el 310 ordenó que se ofrecieran sacrificios a los dioses, castigando duramente a los que se rehúsaban.
Santa Catalina se presentó ante Maximino y debatió con él sobre el creador del mundo y las leyes que lo rigen. El César, impresionado por su belleza y sabiduría, mandó a llamar secretamente a los más sabios del imperio.
Catalina se aferró a la oración y los eruditos no sólo quedaron atónitos con los argumentos irrebatibles de la joven, sino que incluso se convirtieron al cristianismo.
El tirano entró en cólera y los condenó a la hoguera. Luego Maximino le propuso a Catalina ser su primera dama, pero ella lo rechazó. Por lo que fue azotada y encerrada en un calabozo sin comer.
La emperatriz y el general Porfirio quedaron sorprendidos al ver la prisión iluminada por los ángeles que le curaban las heridas a Santa Catalina, quien les habló de la doctrina cristiana y los convirtió, junto a muchos soldados.
El César esta vez le propuso ser reina, pero la Santa eligió seguir consagrada a Cristo y rechazó ofrecer sacrificios a dioses paganos. Entonces los prefectos del emperador idearon unas ruedas con clavos y cuchillas para matarla, pero la Catalina oró y la máquina saltó en mil pedazos. Algunas historias señalan que se destruyó por un rayo.
La emperatriz recriminó al emperador por su crueldad, quien molesto ordenó que le arrancaran de cuajo los pechos y le cortaran la cabeza. El general Porfirio enterró el cuerpo y fue ante Maximino para decírselo. Allí reconoció que él también era cristiano, así como la mayoría de los presentes. El tirano, ciego de ira, mandó a degollar a todos.
El César intentó otra vez seducir a Catalina y le ofreció compartir el trono, pero fue nuevamente rechazado. De esta manera, Catalina fue condenada a muerte. Una espada cercenó su cabeza y los ángeles trasladaron su cuerpo al Monte Sinaí.
En ese lugar, donde Moisés habló con Dios en la zarza ardiente, en el siglo IV, la emperatriz Helena mandó construir una capilla. Dos siglos más tarde, el Emperador Justiniano erigió el Monasterio de Santa Catalina, considerado el monasterio cristiano más antiguo del mundo.
En la biblioteca se custodia un escrito de Mahoma que ofrece protección al recinto ya que él fue acogido en el Monasterio para que escapara de sus enemigos. En el 2000, San Juan Pablo II inició allí su peregrinaje jubilar por Tierra Santa.
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San Dionisio
Obispo
Año 265
Que el Espíritu Santo siga enviando a su Iglesia sabios y   
santos que aviven en todo el pueblo un
gran amor hacia Dios y una gran   caridad hacia los demás.
Valioso es un amigo fiel. Su precio es incalculable (S. Biblia Ecl. 6, 15).
Entre los muchos santos   que han llevado el nombre de Dionisio, el santo de hoy fue llamado "El Grande",   o Dionisio Magno. San Atanasio lo llamó "Maestro de la Iglesia Católica", por su   gran sabiduría y el notable ascendiente que tuvo entre los católicos de su   tiempo.
Nació y vivió en   Alejandría, Egipto. Al principio era pagano, pero después de haber tenido una   visión, y al dedicarse a estudiar la S. Biblia se dio cuenta de que la verdadera   religión es la católica y se convirtió.
En aquellos tiempos la   escuela de teología más famosa que tenía nuestra Santa Iglesia era la de   Alejandría. Allá iban a enseñar o a aprender los más destacados intelectuales   del clero y Dionisio brilló allí como un alumno especialmente dotado de gran   inteligencia y de prodigiosa memoria, y poco después de graduarse fue nombrado   como director de tan famosa escuela, cargo que ejerció durante 15 años con   aplauso de todos.
En el año 247 Dionisio   fue elegido obispo de Alejandría, pero luego empezaron las persecuciones. Al   principio eran los sacerdotes paganos que incitaban al populacho contra los   seguidores de Cristo. Luego estalló la terrible persecución de Decio, y lo   primero que hizo el gobernador de Alejandría fue mandar llevar preso a Dionisio.   Los perseguidores lo buscaron por todas partes, menos en su casa, pues se   imaginaban que había salido huyendo. Pero él no se había movido de su   habitación.
A los cuatro días   Dionisio dispuso huir con todos sus ayudantes pero la policía los atrapó y se   los llevó presos a todos, menos a uno de los empleados que logró huir a contar   la noticia. El fugitivo se encontró con un enorme grupo de personas que se   dirigían a celebrar unas bodas y les narró lo sucedido. Aquellas gentes se   llenaron de indignación y con palos y piedras atacaron a la policía y les   quitaron a los prisioneros. Dionisio se oponía a esto, y se entristecía de que   ya no podía ser mártir. Pero aquellos hombres no le hicieron caso a sus ruegos   sino que lo subieron sobre una mula y lo mandaron al desierto, para que allá   quedara libre de los perseguidores. En el desierto estuvo varios años hasta que   terminó la persecución.
Al volver a Alejandría   se encontró con que algunos teólogos se oponían al Pontífice de Roma y le pedían   a él que los apoyara en esta oposición. Dionisio escribió a Novaciano, que era   jefe de los rebeldes: "Es necesario estar resuelto a sufrir cualquier otro daño,   antes que destruir la unidad de la Iglesia. Hay que estar tan dispuesto a morir   a favor de la unidad de la Iglesia, como estaría uno dispuesto a morir por   defender la fe". Y siguió siendo fiel al Papa de Roma.
El hereje Novaciano   decía que a los que cometen faltas muy graves no se les debe perdonar nunca. San   Dionisio, apoyando lo que enseñaba el Papa San Cornelio, escribió varias cartas   recomendando tener una gran misericordia con los pecadores, y narraba cómo   cuando un pobre que había sido muy pecador en la vida, estando moribundo pedía   el perdón y la comunión, no teniendo más con quién enviarle la eucaristía, le   mandaron la comunión con un niñito, y el pobre pecador al comulgar exclamó: "Ya   he quedado libre de mis pecados. Puedo partir tranquilo para la eternidad". Y   cuenta el santo que aquel hombre pecador Dios le conservó milagrosamente la vida   hasta que llegó el que llevaba la Sagrada Eucaristía.
Dionisio que había   estudiado y enseñado por 15 años lo referente a la S. Biblia, empleó con gran   maestría una serie de frases muy especiales de la Sagrada Escritura para   combatir a los herejes. Estas respuestas de tan notable sabio sirvieron mucho en   los siglos siguientes para enfrentarse a los que negaban verdades de nuestra   santa religión.
En el año 257 estalló la   persecución de Valeriano. El gobernador de Egipto llamó a Dionisio y a sus   sacerdotes y les exigió que adoraran a los ídolos del imperio. El santo obispo   respondió: "Nosotros los seguidores de Cristo no adoramos sino al único Dios que   existe, que es el Creador de cielos y tierra. Rezamos por Valeriano y los demás   gobernantes, pero en cuanto a la religión sólo obedecemos a nuestra Santa   Iglesia. Ofrecemos oraciones y sacrificios por la paz, el bienestar y la   prosperidad de la patria, pero en cuestiones religiosas dependemos solamente de   Nuestro Señor Jesucristo". Por más que el gobernador trató de convencerlos para   que adoraran a sus ídolos, ellos no aceptaron, y fueron desterrados al terrible   desierto de Libia.
Pero a los dos años el   emperador perseguidor fue hecho prisionero y esclavo por sus enemigos, y   Dionisio y sus sacerdotes pudieron volver a Alejandría. Mas allá se encontraron   que por falta de enseñanzas religiosas las gentes se habían vuelto violentísimas   y peleaban y se mataban por cualquier cosa (la mayor parte de esas gentes eran   paganas). No se podía ya ni salir a la calle sinpeligro de ser asesinados. El   santo obispo escribía: "Es más peligroso andar tres cuadras por esta ciudad, que   viajar 300 kilómetros por el resto de la nación". Les faltaba el espíritu   cristiano, que es caridad, perdón y paz con todos.
Y para colmo de penas   llegaron la peste de tifo negro y la disentería. Las gentes morían por   centenares, pero entonces brilló la caridad cristiana. Mientras los paganos   echaban los cadáveres a las calles y desterraban de sus casas a los enfermos,   los cristianos dirigidos por su obispo, sepultaban caritativamente a los muertos   y asistían con gran caridad a los infectados. Esto les atrajo muchas simpatías   en la gran ciudad.
Después de haber sido   obispo de Alejandría por 17 años dando muestra de gran prudencia y santidad y   ganándose la simpatía y la admiración de creyentes e incrédulos, San Dionisio   murió en el año 265.
San Epifanio   cuenta que por muchos años las gentes lo recordaban como un verdadero padre y   maestro, y dedicaron un templo en su honor. Sus virtudes y sus sabios escritos   le dieron fama universal.   
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Mercurio de Cesarea de Capadocia, Santo Mártir, Noviembre 25
        
 Noviembre 25Martirologio Romano: En Cesarea de Capadocia, san         Mercurio, mártir (250).  | 
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Autor: Alfonso Aguiló 
Luis   Beltrame Quattrocchi y María Corsini, Beatos Esposos, 25 de   noviembre   
        
 Primer Matrimonio Beatificados JuntosMartirologio         Romano: En Roma,         beata María Beltrame Quattrocchi, que, siendo madre de familia,         ilustró de modo conspicuo a la familia de Cristo y a la sociedad, viviendo         ejemplarmente su vida matrimonial y mostrando su comunión de fe y amor         hacia el próximo. (26 de agosto de 1965). 
 Un abogado del Estado y una profesora han subido juntos a         los altares igual que lo hicieran a la basílica romana de Santa María         Mayor el 25 de noviembre de 1905 para contraer matrimonio. Juan Pablo II         ha manifestado su alegría pues, "por primera vez dos esposos llegan a la         meta de la beatificación". Luigi (1880-1951) y María (1884-1965) Beltrame         Quattrochi, originarios de Roma, fueron un matrimonio feliz.           | 
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Garcia, Santo Abad, Noviembre 25
        
 AbadMartirologio Romano: En el monasterio de Arlanza, en la         región de Burgos, en España, memoria de san García, abad         (1073).  | 
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Pedro Alejandrino (Pedro de Alejandría) y compañeros, Santo Obispo, Noviembre 25
        
 Obispo y MártirMartirologio Romano: En Alejandría, en Egipto, san Pedro,         obispo y mártir, que, dotado de todas las virtudes, fue decapitado por         mandato del emperador Galerio Maximiano, viniendo a ser la última víctima         de la gran persecución y como el sello de los mártires. Con él se         conmemoran tres obispos egipcios, que son Hesiquio, Pacomio y Teodoro,         junto con otros muchos que, también en Alejandría, sufrieron en la misma         persecución y subieron al cielo por medio de cruel espada         (305/311).  | 
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Beatriz de Ornacieux, Beata Monja Cartuja, Noviembre 25
        
 MonjaMartirologio Romano: En la región de Valence, en la         Galia, beata Beatriz de Ornacieux, virgen de la Orden Cartujana, insigne         por el amor a la Cruz, que vivió y murió con pobreza extrema en el         monasterio de Eymeu, fundado por ella (1303/         1309).  | 
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Fuente: Dominicos.org 
Jacinto   Serrano López, Beato Mártir Dominico,   Noviembre 25   
        
 Martir DominicoMartirologio Romano: En Puebla de Híjar, población         cercana a Teruel, en España, beato Jacinto Serrano López, de la Orden de         Predicadores y mártir, que fue fusilado en la persecución contra la         Iglesia. Con él se hace conmemoración del beato mártir Santiago Meseguer         Burillo, presbítero de la misma Orden, quien, por Cristo, realizó su         glorioso combate en Barcelona, no se sabe exactamente en qué fecha         (1936).  | 
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Fuente: Dominicos.org/aragon 
Santiago   Meseguer Burillo, Beato Mártir Dominico,   Noviembre 25   
        
 Martir DominicoMartirologio Romano: En Puebla de Híjar, población         cercana a Teruel, en España, beato Jacinto Serrano López, de la Orden de         Predicadores y mártir, que fue fusilado en la persecución contra la         Iglesia. Con él se hace conmemoración del beato mártir Santiago Meseguer         Burillo, presbítero de la misma Orden, quien, por Cristo, realizó su         glorioso combate en Barcelona, no se sabe exactamente en qué fecha         (1936).  | 
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Fuente: Martirologio Romano 
Otros   Santos y Beatos Completando el   santoral de este día, Noviembre 25   
        
 San Moisés, presbítero y         mártir  | 
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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