†
JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 16-23
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles:
"Yo los envío como ovejas entre lobos. Sean, pues, precavidos como las serpientes y sencillos como las palomas.
Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Yo les aseguro que no alcanzarán a recorrer todas las ciudades de Israel, antes de que venga el Hijo del hombre".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/swf/l.swf?video_id=v82JVdXAUUs
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
vie 14a. Ordinario año impar
Antífona de Entrada
Llegue hasta ti mi súplica, Señor, presta oído a mis plegarias.
Oración Colecta
Oremos:
Ayúdanos, Señor, a dejar en tus manos paternales todas nuestras preocupaciones, a fin de que podamos entregarnos con mayor libertad a tu servicio.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Yo puedo morir tranquilo, pues te he vuelto a ver
Lectura del libro del Génesis 46, 1-7. 28-30
En aquellos días, partió Jacob con todas sus pertenencias y llegó a Bersebá, donde hizo sacrificios al Dios de su Padre Isaac. Por la noche, Dios se le apareció y le dijo:
"¡Jacob, Jacob!"
El le respondió:
"Aquí estoy".
El Señor le dijo:
"Yo soy el Dios, el Dios de tu padre. No tengas miedo de ir a Egipto, porque allí te convertiré en un gran pueblo. Yo iré allá, José te cerrará los ojos y después de muerto, yo mismo te haré volver aquí".
Al partir de Bersebá, los hijos de Jacob hicieron subir a su padre, a sus pequeños y a sus mujeres en las carretas que había mandado el faraón para transportarlos. Tomaron el ganado y cuando habían adquirido en la tierra de Canaán y se fueron a Egipto, Jacob y todos sus descendientes, sus hijos y nietos, sus hijas y nietas.
Jacob mandó a Judá por delante para que le avisara a José y le preparara un sitio en la región de Gosén. Cuando ya estaban por llegar, José enganchó su carroza y se fue a Gosén para recibir a su padre. Apenas lo vio, corrió a su encuentro y, abrazándolo largamente, se puso a llorar. Jacob le dijo a José:
"Ya pudo morir tranquilo, pues te he vuelto a ver y vives todavía".
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 36
La salvación del justo es el Señor.
Por tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra. Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas.
La salvación del justo es el Señor.
Cuida el Señor la vida de los buenos y su herencia perdura; no se marchitarán en la sequía y en tiempos de escasez tendrán hartura.
La salvación del justo es el Señor.
Apártate del mal, practica el bien y tendrás una casa eternamente; porque al Señor le agrada lo que es justo y vela por sus fieles.
La salvación del justo es el Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Cuando venga el Espíritu de verdad, él les enseñará toda la verdad y les recordará todo cuanto yo les he dicho, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
No serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 16-23
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles:
"Yo los envío como ovejas entre lobos. Sean, pues, precavidos como las serpientes y sencillos como las palomas.
Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Yo les aseguro que no alcanzarán a recorrer todas las ciudades de Israel, antes de que venga el Hijo del hombre".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Que estos dones traídos a tu altar nos obtengan de ti, Señor y Dios nuestro, la gracia de servirte con amor y la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El misterio de nuestra salvación en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado.
Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor.
El, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió para ti un pueblo santo.
Por eso,
con los ángeles y santos, proclamamos tu gloria diciendo:
Antífona de la Comunión
Mi felicidad es estar cerca de Dios y en poner sólo en él mis esperanzas.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que nuestra participación en esta Eucaristía, que tu Hijo nos mandó celebrar como memorial suyo, nos una siempre con el vínculo de tu amor.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
14ª Semana. Viernes
PRUDENTES Y SENCILLOS
— El Señor, ejemplo de estas dos virtudes, que se perfeccionan mutuamente.
— Pedir consejo.
— La falsa prudencia.
I. Jesús envía a los Doce por todo Israel anunciando que el Reino de Dios se acerca, está ya muy próximo. Y el Maestro les da unos consejos bien precisos sobre lo que han de hacer y decir, y les habla de las dificultades que sufrirán. Así, leemos en el Evangelio de la Misa: Mirad que Yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas1. Han de ser cautos para no dejarse engañar por el mal, para reconocer a los lobos disfrazados de corderos, para distinguir a los falsos de los verdaderos profetas2, y para no dejar pasar una sola ocasión de anunciar el Evangelio y de hacer el bien. Han de ser a la vez sencillos, porque solo quien es así puede ganarse el corazón de todos. Sin sencillez, la prudencia se convertirá fácilmente en astucia.
Los cristianos hemos de andar por el mundo con estas dos virtudes, que se fortalecen y complementan. La sencillez supone rectitud de intención, firmeza y coherencia en la conducta. La prudencia señala en cada ocasión los medios más adecuados para cumplir nuestro fin. San Agustín enseña que la prudencia "es el amor que discierne lo que ayuda a ir a Dios de aquello que lo entorpece"3. Esta virtud nos permite conocer con objetividad la realidad de las cosas, según el fin último; juzgar acertadamente sobre el camino a seguir, y actuar en consecuencia. "Prudente no es –como frecuentemente se cree– el que sabe arreglárselas en la vida y sacar de ella el máximo provecho, sino quien acierta a edificar la vida entera según la voz de la conciencia recta y según las exigencias de la moral justa.
"De este modo, la prudencia viene a ser la clave para que cada uno realice la tarea fundamental que ha recibido de Dios. Esta tarea es la perfección del hombre mismo"4, la santidad.
El Señor nos enseñó a ser prudentes con su palabra y con su ejemplo. La primera vez que habló en los atrios del Templo, a los doce años, todos admiraban su prudencia5. Más tarde, durante su vida pública, sus palabras y su conducta eran tan claras como prudentes, de tal manera que sus enemigos no podían contradecirle. No se anda el Señor con subterfugios, pero tiene en cuenta el público a quien habla; por eso da a conocer su mesianidad de modo gradual y anuncia su muerte en la Cruz según el grado de preparación y conocimientos de quienes le escuchan. De Cristo hemos de aprender nosotros.
II. Para ser prudentes es necesario tener luz en el entendimiento; así podremos juzgar con rectitud los hechos y las circunstancias6; solo con una buena formación doctrinal religiosa y ascética, y con la ayuda de la gracia, sabremos encontrar los caminos que verdaderamente llevan a Dios, qué decisiones hemos de tomar... Sin embargo, en muchas ocasiones habremos de pedir consejo. "El primer paso de la prudencia es el reconocimiento de la propia limitación: la virtud de la humildad. Admitir, en determinadas cuestiones, que no llegamos a todo, que no podemos abarcar, en tantos casos, circunstancias que es preciso no perder de vista a la hora de enjuiciar. Por eso acudimos a un consejero; pero no a uno cualquiera, sino a uno capacitado y animado por nuestros mismos deseos sinceros de amar a Dios, de seguirle fielmente. No basta solicitar un parecer; hemos de dirigirnos a quien pueda dárnoslo desinteresado y recto"7.
Santo Tomás indica que, de ordinario, antes de tomar decisiones que acarreen graves consecuencias para sí o para otros, se debe pedir consejo8. Pero no solamente en esos casos extremos debemos pedirlo. A veces se hace urgente una orientación, a mayores y pequeños, en materia de lectura de libros, revistas y periódicos o asistencia a espectáculos que, unas veces de forma violenta y otras de una manera solapada, pueden arrebatar la fe del alma o crear un fondo malo en el corazón, en el que después arraiguen con facilidad todo género de dudas o de tentaciones que se podían haber evitado con un poco más de humildad y de prudencia. No existe justificación alguna para no alejarse de una situación que puede ser el comienzo del descamino.
La sencillez nos mueve a rectificar cuando nos hemos equivocado, cuando aparecen datos nuevos que cambian el planteamiento y la solución de un problema. En la vida sobrenatural, la sencillez, tan cercana a la humildad, nos lleva a pedir perdón muchas veces en nuestra vida, pues son muchas las flaquezas y los errores que cometemos.
El Papa Juan Pablo II, hablando de la prudencia, invitaba a un examen de conciencia de la propia conducta, que hoy podemos hacer nuestro: "¿Soy prudente? ¿Vivo consecuente y responsablemente? El programa que realizo, ¿sirve para el bien verdadero? ¿Sirve para la salvación que quiere para nosotros Cristo y la Iglesia?"9. ¿Voy derechamente a conseguir el fin sobrenatural –la santidad– para el que me llamó el Señor? ¿Dejo a un lado lo que entorpece mi caminar? ¿Suelo pedir consejo en lo que a mi alma se refiere? ¿Rectifico cuando me equivoco?
III. No sería buena la prudencia que, bajo la necesaria ponderación de los datos, escondiera la cobardía de no tomar una decisión arriesgada, de evitar enfrentarse a un problema. No es prudente la actitud del que se deja llevar por los respetos humanos en el apostolado y deja pasar las ocasiones, esperando otras mejores que quizá nunca se presenten. A esta falsa virtud, San Pablo la llama prudencia de la carne10. Es la que desearía más razones y argumentos ante la entrega que Dios pide al alma, la que se preocupa excesivamente del futuro y le sirve de argumento para no ser generoso en el presente; es aquella que siempre encuentra alguna razón para no tomar la decisión que le compromete del todo.
La prudencia no es falta de arrojo para la entrega y para las empresas de Dios, no es habilidad para buscar tibios compromisos o para justificar con aceptables teorías una actitud remisa y negligente. No actuaron así los Apóstoles. Buscaron en todo momento, con sus flaquezas y a veces con sus temores, el camino de una más rápida propagación de la doctrina de su Maestro, aunque estos caminos a veces los llevaran a molestias y tribulaciones sin cuento, e incluso hasta el martirio.
La vida de seguimiento al Señor está hecha de pequeñas y de grandes locuras, como ocurre en todo amor verdadero. Cuando el Señor nos pida más –y nos lo pide siempre–, no podemos detenernos por una falsa prudencia, la prudencia del mundo, por el juicio de aquellos que no se sienten llamados y que lo ven todo con ojos humanos, y a veces ni siquiera humanos, porque tienen una visión solo terrena y pegada a la tierra. Ningún hombre y ninguna mujer se habrían entregado a Dios o habrían iniciado una empresa sobrenatural con esta prudencia de la carne. Siempre habrían encontrado argumentos y "razones" para decir que no, o para retrasar la respuesta a un tiempo más oportuno, que muchas veces significa lo mismo.
Jesús fue tachado de loco11, y la más elemental de las cautelas le hubiese bastado para escapar a la muerte. Pocas fórmulas le hubieran bastado para mitigar su doctrina y llegar a un compromiso con los fariseos, para presentar de otro modo su doctrina sobre la Eucaristía en la sinagoga de Cafarnaún12, donde muchos le abandonaron; pocas palabras le hubieran bastado –¡a Él, que era la Sabiduría eterna!– para conseguir la libertad cuando estaba en manos de Pilato. No fue Jesús prudente según el mundo, pero lo fue más que las serpientes, más que los hombres, más que sus enemigos. Con otro género de prudencia. Esa ha ser la nuestra, aunque por imitarle alguna vez los hombres nos llamen locos e imprudentes. La prudencia sobrenatural nos señala en todo momento el camino más rápido y directo para llegar hasta Cristo..., acompañados de muchos amigos, parientes, colegas...
"¿Quieres vivir la audacia santa, para conseguir que Dios actúe a través de ti? —Recurre a María, y Ella te acompañará por el camino de la humildad, de modo que, ante los imposibles para la mente humana, sepas responder con un "fiat!" –¡hágase!–, que una la tierra al Cielo"13.
1 Mt 10, 16. — 2 Mt 7, 15. — 3 San Agustín, De las costumbres de la Iglesia católica, 25, 46. — 4 Juan Pablo II, Alocución 25-X-1978. — 5 Lc 2, 47. — 6 Cfr. R. Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la vida interior, vol. II, pp. 625 ss. — 7 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 86. — 8 Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 49, a. 3. — 9 Juan Pablo II, loc. cit. — 10 Cfr. Rom 8, 6. — 11 Mt 3, 21. — 12 Cfr. Jn 6, 1 ss. — 13 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 124.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Aquila y Priscila (Prisca), Santos Esposos Mártires, Julio 8
Lo poco que sabemos sobre Aquila y Priscila procede de la Sagrada Escritura. Ambos eran discípulos de San Pablo. Como su maestro, viajaron mucho y cambiaron con frecuencia de lugar de residencia. |
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Procopio de Cesarea, Santo Mártir, Julio 8
MártirLa historia del santo termina en los amaneceres del siglo IV.
arameo- los textos griegos de la Liturgia. |
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Fuente: ACIprensa.com
Eugenio III, Beato CLXVII Papa, Julio 8
CLXVII PapaEtimológicamente significa "bien nacido". Viene de la lengua griega. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Adriano III, Santo CIX Papa, Julio 8
CIX PapaSan Adriano sucedió al Papa Marino I en el año 884, durante una época particularmente tumultuosa de la historia del pontificado. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01 / Martirologio Romano
Quiliano, Santo Obispo y Mártir, Julio 8
Obispo y MártirEn Herbipoli (hoy Würzburg), ciudad de Austrasia, san Quiliano, obispo y mártir, natural de Irlanda, desde donde viajó a esta región para predicar el Evangelio, y en la que, por velar diligentemente para que se observase en ella la vida cristiana, fue martirizado (s. VII ex.). |
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Fuente: Vatican.va
Pedro Vigne, Beato Presbítero y Fundador, 8 de julio
Presbítero y Fundador |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: www.iesvs.org
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