viernes, 29 de julio de 2011

Lecturas Domingo 31 de Julio de 2011

Divina Misericordia

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 14, 13-21

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar vio Jesús a la muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos. Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle:
"Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a las aldeas y compren algo de comer".
Pero Jesús les replicó:
"No hace falta que vayan; denles ustedes de comer".
Ellos le replicaron:
"No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados".
El les dijo:
"Tráiganmelos".
Luego mandó que la gente se recostara en la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados, alzó la mirada al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/swf/l.swf?video_id=v82JVdXAUUs

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

18o. Dom Ord Ciclo A

Antífona de Entrada

Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación; Señor, no tardes.

 

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Ven, Señor, en ayuda de tus hijos; derrama tu bondad inagotable sobre los que te suplican, y renueva y protege la obra de tus manos en favor de los que te alaban como creador y como guía.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Dense prisa y coman

Lectura del profeta Isaías 55, 1-3

Esto dice el Señor:
"Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua; y los que no tienen dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen leche y vino sin pagar.
¿Por qué gastar el dinero en lo que no es pan y el salario, en lo que no alimenta? Escúchenme atentos y comerán bien, saborearán platillos sustanciosos. Préstenme atención, vengan a mí, escúchenme y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las promesas que hice a David".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 144

Abres, Señor, tu mano, y nos sacias de favores.

El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus criaturas.
Abres, Señor, tu mano, y nos sacias de favores.

A ti, Señor, sus ojos vuelven todos y tú los alimentas a su tiempo. Abres, Señor, tus manos, generosas y cuantos viven quedan satisfechos.
Abres, Señor, tu mano, y nos sacias de favores.

Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No está lejos de aquéllos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca.
Abres, Señor, tu mano, y nos sacias de favores.

Segunda Lectura

Ninguna criatura podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 35.37-39

Hermanos:
¿Quién podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo? ¿Las tribulaciones?
¿Las angustias? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada?
Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a Aquél que nos ha amado; pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni el presente ni el futuro, ni los poderes de este mundo, ni lo alto ni lo bajo, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Aleluya.

Evangelio

Comieron todos hasta quedar satisfechos

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 14, 13-21

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar vio Jesús a la muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos. Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle:
"Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a las aldeas y compren algo de comer".
Pero Jesús les replicó:
"No hace falta que vayan; denles ustedes de comer".
Ellos le replicaron:
"No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados".
El les dijo:
"Tráiganmelos".
Luego mandó que la gente se recostara en la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados, alzó la mirada al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Se dice "Credo".

Oración de los Fieles

Celebrante:
Invoquemos y hermanas, hermanos, a Dios Padre, pidámosle que escuche nuestras oraciones y roguémosle con fe que venga en auxilio de nuestras necesidades:
Respondemos a cada petición: Escúchanos, Señor.

Oremos por el Papa, por nuestros obispos y sacerdotes, para que el Señor los haga santos y les conceda el espíritu de la sabiduría, a fin de que proclamen con rectitud la verdadera Palabra, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Oremos por los que están lejos de sus hogares, por los viajeros, por los que se encuentran en peligro, para que el Señor les conceda un ángel que los proteja y los aleje de todo mal, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Oremos por hombres y mujeres de todos los pueblos y todas las religiones, para que el Señor les revele su bondad y dirija su camino hacia el conocimiento de la verdad plena, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Oremos por nuestros hermanos que han muerto en el Señor; que Dios perdone sus pecados, acoja sus almas junto a él y los conduzca al descanso de la luz y de la paz, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Celebrante:
Señor Dios, que con el ejemplo de compasión de tu Hijo hacia los pobres y los que sufren nos manifiestas tu amor de Padre; escucha nuestras oraciones y haz que el pan, que tu providencia multiplica, nuestra caridad lo reparta, y que la participación en tus sacramentos nos abra siempre al diálogo y al servicio de los necesitados.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Oración sobre las Ofrendas

Santifica, Señor, estos dones y por medio del sacrificio de tu Hijo, transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

El misterio pascual y el pueblo de Dios

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y
en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Quien, por su misterio pascual, realizó la obra maravillosa de llamarnos del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su propiedad, para que, trasladados de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas.
Por eso,
con todos los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Nos has enviado, Señor, un pan del cielo que encierra en sí toda delicia y satisface todos los gustos.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Protege, Señor, continuamente a quienes renuevas y fortaleces con esta Eucaristía y hazlos dignos de alcanzar la salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Meditación diaria

 

Décimo octavo Domingo

ciclo a

LOS BIENES MESIÁNICOS

— Multiplicación de los panes. Jesús cuida de quienes le siguen.

— Este milagro es, además, figura de la Sagrada Eucaristía, en la que el Señor se da como alimento.

— Buscar al Señor en la Comunión como aquellas gentes que se olvidaban hasta de lo indispensable para no perderle. Preparar cada Comunión como si fuera la única de nuestra vida.

I. Nos has dado, Señor, Pan del Cielo que encierra en sí toda delicia1.

El Evangelio de la Misa2 relata cómo el Señor se alejó en una barca, Él solo, hacia un lugar desierto. Pero muchos se enteraron y le siguieron a pie desde las ciudades. Al desembarcar vio a esta multitud que le busca y se llenó de compasión por ella y curó a los enfermos. Los sana sin que se lo pidan, porque, para muchos llegar hasta allí llevando incluso enfermos impedidos, ya era suficiente petición y expresión de una fe grande. San Marcos3 señala, a propósito de este pasaje, que Jesús se detuvo largamente enseñando a esta multitud que le sigue, porque andaban como ovejas sin pastor, de tal manera que se hizo muy tarde. Se le pasa el tiempo al Señor con aquellas gentes, y los discípulos, no sin cierta inquietud, se sienten movidos a intervenir, porque la hora es avanzada y el lugar desierto: despide a la gente para que vayan a las aldeas a comprarse alimentos, le dicen. Y Jesús les sorprende con su respuesta: No tienen necesidad de ir, dadles vosotros de comer. Y obedecen los Apóstoles; hacen lo que pueden: encuentran cinco panes y dos peces. Es de notar que eran como unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. Jesús realizará un portentoso milagro con estos pocos panes y peces, y con la obediencia de quienes le siguen.

Después de mandar que se acomodaran en la hierba, Jesús, tomando los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, recitó la bendición, partió los panes y los dio a los discípulos, y los discípulos a la gente. Comieron todos hasta que quedaron satisfechos. El Señor cuida de los suyos, de quienes le siguen, también en las necesidades materiales cuando es necesario, pero busca nuestra colaboración, que es siempre pobre y pequeña. "Si le ayudas, aunque sea con una nadería, como hicieron los Apóstoles, Él está dispuesto a obrar milagros, a multiplicar los panes, a cambiar las voluntades, a dar luz a las inteligencias más oscuras, a hacer –con una gracia extraordinaria– que sean capaces de rectitud los que nunca lo han sido.

"Todo esto... y más, si le ayudas con lo que tengas"4. Entonces comprendemos mejor lo que nos dice San Pablo en la Segunda lectura: ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada? (...). Mas en todas estas cosas vencemos por aquel que nos amó. Porque persuadido estoy que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni lo presente, ni lo futuro, ni las potestades, ni la altura, ni la profundidad, ni ninguna otra criatura podrá separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor5.

Ni las adversidades en la vida personal (pequeños o grandes fracasos, dolor, enfermedad...), ni las dificultades que podamos encontrar en el apostolado (resistencia de las almas en ocasiones a recibir la doctrina de Cristo, hostilidad de un ambiente que huye de la Cruz y del sacrificio...) podrán separarnos de Cristo, nuestro Maestro, pues en Él encontramos siempre la fortaleza.

II. El relato del milagro comienza con las mismas palabras y con las mismas actitudes con que los Evangelios y San Pablo nos han transmitido la institución de la Eucaristía6. Tal coincidencia nos hace ver7 que el milagro, además de ser una muestra de la misericordia divina de Jesús con los necesitados, es figura de la Sagrada Eucaristía, de la cual hablará el Señor poco después, en la sinagoga de Cafarnaún8. Así lo han interpretado muchos Padres de la Iglesia. El mismo gesto del Señor –elevar los ojos al cielo– lo recuerda la Liturgia en el Canon Romano de la Santa Misa: Et elevatis oculis in caelum, ad Te Deum Patrem suum omnipotentem... Al recordarlo nos preparamos para asistir a un milagro mayor que la multiplicación de los panes: la conversión del pan en su propio Cuerpo, que es ofrecido sin medida como alimento a todos los hombres.

El milagro de aquella tarde junto al lago manifestó el poder y el amor de Jesús a los hombres. Poder y amor que harán posible también que encontremos el Cuerpo de Cristo bajo las especies sacramentales, para alimentar, a todo lo largo de la historia, a las multitudes de los fieles que acuden a Él hambrientas y necesitadas de consuelo. Como expresó Santo Tomás en la secuencia que compuso para la Misa del Corpus Christi: Sumit unus, sumunt mille... "Lo tome uno o lo tomen mil, lo mismo tomen este que aquel, no se agota por tomarlo...".

"El milagro adquiere así todo su significado, sin perder nada de su realidad. Es grande en sí mismo, pero resulta aún mayor por lo que promete: evoca la imagen del buen pastor que alimenta a su rebaño. Se diría que es como un ensayo de un orden nuevo. Multitudes inmensas vendrán a tomar parte del festín eucarístico, en el que serán alimentadas de manera mucho más milagrosa, con un manjar infinitamente superior"9.

Esta multitud que acude al Señor revela la fuerte impresión que su Persona había producido en el pueblo, pues tantos se disponen a seguir a Jesús hasta las alturas desiertas, a gran distancia de los caminos importantes y de las aldeas. Suben sin provisiones, no quieren perder tiempo en ir a procurárselas por miedo a perder de vista al Señor. Un buen ejemplo para cuando nosotros tengamos alguna dificultad para visitarle o recibirle. Por encontrar al Maestro vale la pena cualquier sacrificio.

San Juan nos indica que el milagro causó un gran entusiasmo en aquella multitud que se había saciado10. "Si aquellos hombres, por un trozo de pan –aun cuando el milagro de la multiplicación sea muy grande–, se entusiasman y te aclaman, ¿qué deberemos hacer nosotros por los muchos dones que nos has concedido, y especialmente porque te nos entregas sin reserva en la Eucaristía?"11.

En la Comunión recibimos cada día a Jesús, el Hijo de María, el que realizó aquella tarde este grandioso milagro. "Nosotros poseemos, en la Hostia, al Cristo de todos los misterios de la Redención: al Cristo de la Magdalena, del hijo pródigo y de la Samaritana, al Cristo resucitado de entre los muertos, sentado a la diestra del Padre (...). Esta maravillosa presencia de Cristo en medio de nosotros debería revolucionar nuestra vida (...); está aquí con nosotros: en cada ciudad, en cada pueblo (...)"12. Nos espera y nos echa de menos cuando nos retrasamos.

III. Los ojos de todos te están aguardando, // tú les das la comida a su tiempo; // abres la mano, // y sacias de favores a todo viviente, leemos en el Salmo responsorial13.

Jesús, realmente presente en la Sagrada Eucaristía, da a este sacramento una eficacia sobrenatural infinita. Nosotros, cuando deseamos expresar nuestro amor a una persona le damos algún objeto, nuestros conocimientos, le hacemos favores y le prestamos ayudas, procuramos estar pendientes de la persona amada..., pero siempre encontramos un límite: no podemos darnos nosotros mismos. Jesucristo sí puede: se nos da Él mismo, uniéndonos a Él, identificándonos con Él. Y nosotros, que le buscamos con más deseos y más necesidad que aquellas gentes que se olvidan incluso del alimento hasta hallarle, le encontramos cada día en la Sagrada Comunión. Él nos espera, a cada uno. No aguarda a que le pidamos: nos cura de nuestras flaquezas, nos protege contra los peligros, contra las vacilaciones que pretenden separarnos de Él, y aviva nuestro andar. Cada Comunión es una fuente de gracias, una nueva luz y un nuevo impulso que, a veces sin notarlo, nos da fortaleza para la vida diaria, para afrontarla con garbo humano y sobrenatural, y para que nuestros quehaceres nos lleven a Él.

La participación de estos beneficios depende, sin embargo, de la calidad de nuestras disposiciones interiores, porque los sacramentos "producen un efecto mayor cuanto más perfectas son las disposiciones en que se los recibe"14. Disposiciones habituales de alma y cuerpo, de deseos cada vez mayores de limpieza y de purificación, acudiendo a la Confesión con la periodicidad que hemos establecido en la dirección espiritual, o antes si fuera necesario o solo conveniente. El amor nos llevará a una honda piedad eucarística. "Esta –señalaba Juan Pablo II en su primer viaje a España– os acercará cada vez más al Señor; y os pedirá el oportuno recurso a la Confesión sacramental, que lleva a la Eucaristía, como la Eucaristía lleva a la Confesión"15. Los dos sacramentos, que hacen al alma más delicada y más fino y puro el amor, están íntimamente relacionados.

Cuanto más se acerca el momento de comulgar, más vivo se ha de hacer el deseo de preparación, de fe y de amor. "¿Has pensado en alguna ocasión cómo te prepararías para recibir al Señor, si se pudiera comulgar una sola vez en la vida?

"—Agradezcamos a Dios la facilidad que tenemos para acercarnos a Él, pero... hemos de agradecérselo preparándonos muy bien, para recibirle"16, como si fuera la única Comunión de toda nuestra vida, como si fuera la última; una vez será la última, y poco después nos encontraremos cara a cara con Jesús, con quien tan íntimamente unidos estuvimos en el sacramento. ¡Cómo nos alegrarán las muestras de fe y de amor que le manifestamos!

A quienes has alimentado con este Pan del Cielo, Señor, protégelos con tu auxilio y concédeles alcanzar la redención eterna, le pedimos con la liturgia de la Misa17.

1 Is 55, 1-3. — 2 Mt 14, 13-21. — 3 Mc 6, 33-44. — 4 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 675. — 5 Rom 8, 35; 37-39. — 6 Cfr. Mt 26, 26; Mc 14, 22; Lc 22, 19; 1 Cor 11, 25. — 7 Cfr. Sagrada Biblia, Santos Evangelios, EUNSA, Pamplona 1983, nota a Jn 6, 11 y Mc 6, 41. — 8 Cfr. Jn 6, 26-59. — 9 M. J. Indart, Jesús en su mundo, Herder, Barcelona 1963, pp. 265-266. — 10 Jn 6, 14. — 11 San Josemaría Escrivá, o. c., n. 304. — 12 M. M. Philipon, Los sacramentos en la vida cristiana, Palabra, Madrid 1980, p. 116. — 13 Sal 144, 15-16. 14 San Pío X, Decr. Sacra Tridentina Synodus, 20-XII-1905. — 15 Juan Pablo II, Alocución 31-X-1982. — 16 San Josemaría Escrivá, o. c., n. 828. — 17 Oración después de la Comunión.

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Santoral             (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Ignacio de Loyola
31 de Julio
Año 1556

San Ignacio: ruégale a Dios por todos los que como tí
deseamos extender el Reino de Cristo,
y hacer amar más a nuestro Divino Salvador.

"Todo para mayor Gloria de Dios" (San Ignacio)

Haga click en la imagen para ver la oración de Ignacio de Loyola: El Alma de CristoSan Ignacio nació en 1491 en el castillo de Loyola, en Guipúzcoa, norte de España, cerca de los montes Pirineos que están en el límite con Francia.

Su padre Bertrán De Loyola y su madre Marina Sáenz, de familias muy distinguidas, tuvieron once hijos: ocho varones y tres mujeres. El más joven de todos fue Ignacio.

El nombre que le pusieron en el bautismo fue Iñigo.

Entró a la carrera militar, pero en 1521, a la edad de 30 años, siendo ya capitán, fue gravemente herido mientras defendía el Castillo de Pamplona. Al ser herido su jefe, la guarnición del castillo capituló ante el ejército francés.

Los vencedores lo enviaron a su Castillo de Loyola a que fuera tratado de su herida. Le hicieron tres operaciones en la rodilla, dolorosísimas, y sin anestesia; pero no permitió que lo atasen ni que nadie lo sostuviera. Durante las operaciones no prorrumpió ni una queja. Los médicos se admiraban. Para que la pierna operada no le quedara más corta le amarraron unas pesas al pie y así estuvo por semanas con el pie en alto, soportando semejante peso. Sin embargo quedó cojo para toda la vida.

A pesar de esto Ignacio tuvo durante toda su vida un modo muy elegante y fino para tratar a toda clase de personas. Lo había aprendido en la Corte en su niñez.

Mientras estaba en convalecencia pidió que le llevaran novelas de caballería, llenas de narraciones inventadas e imaginarias. Pero su hermana le dijo que no tenía más libros que "La vida de Cristo" y el "Año Cristiano", o sea la historia del santo de cada día.

Y le sucedió un caso muy especial. Antes, mientras leía novelas y narraciones inventadas, en el momento sentía satisfacción pero después quedaba con un sentimiento horrible de tristeza y frustración . En cambio ahora al leer la vida de Cristo y las Vidas de los santos sentía una alegría inmensa que le duraba por días y días. Esto lo fue impresionando profundamente.

Y mientras leía las historias de los grandes santos pensaba: "¿Y por qué no tratar de imitarlos? Si ellos pudieron llegar a ese grado de espiritualidad, ¿por qué no lo voy a lograr yo? ¿Por qué no tratar de ser como San Francisco, Santo Domingo, etc.? Estos hombres estaban hechos del mismo barro que yo. ¿Por qué no esforzarme por llegar al grado que ellos alcanzaron?". Y después se iba a cumplir en él aquello que decía Jesús: "Dichosos los que tienen un gran deseo de ser santos, porque su deseo se cumplirá" (Mt. 5,6), y aquella sentencia de los psicólogos: "Cuidado con lo que deseas, porque lo conseguirás".

Mientras se proponía seriamente convertirse, una noche se le apareció Nuestra Señora con su Hijo Santísimo. La visión lo consoló inmensamente. Desde entonces se propuso no dedicarse a servir a gobernantes de la tierra sino al Rey del cielo.

Apenas terminó su convalecencia se fue en peregrinación al famoso Santuario de la Virgen de Monserrat. Allí tomó el serio propósito de dedicarse a hacer penitencia por sus pecados. Cambió sus lujosos vestidos por los de un pordiosero, se consagró a la Virgen Santísima e hizo confesión general de toda su vida.

Y se fue a un pueblecito llamado Manresa, a 15 kilómetros de Monserrat a orar y hacer penitencia, allí estuvo un año. Cerca de Manresa había una cueva y en ella se encerraba a dedicarse a la oración y a la meditación. Allá se le ocurrió la idea de los Ejercicios Espiritales, que tanto bien iban a hacer a la humanidad.

Después de unos días en los cuales sentía mucho gozo y consuelo en la oración, empezó a sentir aburrimiento y cansancio por todo lo que fuera espiritual. A esta crisis de desgano la llaman los sabios "la noche oscura del alma". Es un estado dificultoso que cada uno tiene que pasar para que se convenza de que los consuelos que siente en la oración no se los merece, sino que son un regalo gratuito de Dios.

Luego le llegó otra enfermedad espiritual muy fastidiosa: los escrúpulos. O sea el imaginarse que todo es pecado. Esto casi lo lleva a la desesperación.

Pero iba anotando lo que le sucedía y lo que sentía y estos datos le proporcionaron después mucha habildad para poder dirigir espiritualmente a otros convertidos y según sus propias experiencias poderles enseñar el camino de la santidad. Allí orando en Manresa adquirió lo que se llama "Discreción de espíritus", que consiste en saber determinar qué es lo que le sucede a cada alma y cuáles son los consejos que más necesita, y saber distinguir lo bueno de lo malo. A un amigo suyo le decía después: "En una hora de oración en Manresa aprendí más a dirigir almas, que todo lo que hubiera podido aprender asistiendo a universidades".

En 1523 se fue en peregrinación a Jerusalén, pidiendo limosna por el camino. Todavía era muy impulsivo y un día casi ataca a espada a uno que hablaba mal de la religión. Por eso le aconsejaron que no se quedara en Tierra Santa donde había muchos enemigos del catolicismo. Después fue adquiriendo gran bondad y paciencia.

A los 33 años empezó como estudiante de colegio en Barcelona, España. Sus compañeros de estudio eran mucho más jóvenes que él y se burlaban mucho. El toleraba todo con admirable paciencia. De todo lo que estudiaba tomaba pretexto para elevar su alma a Dios y adorarlo.

Después pasó a la Universidad de Alcalá. Vestía muy pobremente y vivía de limosna. Reunía niños para enseñarles religión; hacía reuniones de gente sencilla para tratar temas de espiritualidad, y convertía pecadores hablandoles amablemente de lo importante que es salvar el alma.

San Ignacio de LoyolaLo acusaron injustamente ante la autoridad religiosa y estuvo dos meses en la cárcel. Después lo declararon inocente, pero había gente que lo perseguía. El consideraba todos estos sufrimientos como un medio que Dios le proporcionaba para que fuera pagando sus pecados. Y exclamaba: "No hay en la ciudad tantas cárceles ni tantos tormentos como los que yo deseo sufrir por amor a Jesucristo".

Se fue a Paris a estudiar en su famosa Universidad de La Sorbona. Allá formó un grupo con seis compañeros que se han hecho famosos porque con ellos fundó la Compañía de Jesús. Ellos son: Pedro Fabro, Francisco Javier, Laínez, Salnerón, Simón Rodríguez y Nicolás Bobadilla. Recibieron doctorado en aquella universidad y daban muy buen ejemplo a todos.

Los siete hicieron votos o juramentos de ser puros, obedientes y pobres, el día 15 de Agosto de 1534, fiesta de la Asunción de María. Se comprometieron a estar siempre a las órdenes del Sumo Pontífice para que él los emplease en lo que mejor le pareciera para la gloria de Dios.

Se fueron a Roma y el Papa Pablo III les recibió muy bien y les dio permiso de ser ordenados sacerdotes. Ignacio, que se había cambiado por ese nombre su nombre antiguo de Íñigo, esperó un año desde el día de su ordenación hasta el día de la celebración de su primera misa, para prepararse lo mejor posible a celebrarla con todo fervor.

San Ignacio se dedicó en Roma a predicar Ejercicios Espirituales y a catequizar al pueblo. Sus compañeros se dedicaron a dictar clases en universidades y colegios y a dar conferencias espirituales a toda clase de personas.

Se propusieron como principal oficio enseñar la religión a la gente.

En 1540 el Papa Pablo III aprobó su comunidad llamada "Compañía de Jesús" o "Jesuitas". El Superior General de la nueva comunidad fue San Ignacio hasta su muerte.

En Roma pasó todo el resto de su vida.

Era tanto el deseo que tenía de salvar almas que exclamaba: "Estaría dispuesto a perder todo lo que tengo, y hasta que se acabara mi comunidad, con tal de salvar el alma de un pecador".

Fundó casas de su congregación en España y Portugal. Envió a San Francisco Javier a evangelizar el Asia. De los jesuitas que envió a Inglaterra, 22 murieron martirizados por los protestantes. Sus dos grandes amigos Laínez y Salmerón fueron famosos sabios que dirigieron el Concilio de Trento. A San Pedro Canisio lo envió a Alemania y este santo llegó a ser el más célebre catequista de aquél país. Recibió como religioso jesuita a San Francisco de Borja que era rico político, gobernador, en España. San Ignacio escribió más de 6 mil cartas dando consejos espirituales.

El Colegio que San Ignacio fundó en Roma llegó a ser modelo en el cual se inspiraron muchísimos colegios más y ahora se ha convertido en la célebre Universidad Gregoriana.

Los jesuitas fundados por San Ignacio llegaron a ser los más sabios adversarios de los protestantes y combatieron y detuvieron en todas partes al protestantismo. Les recomendaba que tuvieran mansedumbre y gran respeto hacia el adversario pero que se presentaran muy instruidos para combatirlos. El deseaba que el apóstol católico fuera muy instruido.

El libro más famoso de San Ignacio se titula: "Ejercicios Espirituales" y es lo mejor que se ha escrito acerca de como hacer bien los santos ejercicios. En todo el mundo es leído y practicado este maravilloso libro. Duró 15 años escribiéndolo.

Su lema era: "Todo para mayor gloria de Dios". Y a ello dirigía todas sus acciones, palabras y pensamientos: A que Dios fuera más conocido, más amado y mejor obedecido.

En los 15 años que San Ignacio dirigió a la Compañía de Jesús, esta pasó de siete socios a más de mil. A todos y cada uno trataba de formarlos muy bien espiritualmente.

Como casi cada año se enfermaba y después volvía a obtener la curación, cuando le vino la última enfermedad nadie se imaginó que se iba a morir, y murió subitamente el 31 de julio de 1556 a la edad de 65 años.

En 1622 el Papa lo declaró Santo y después Pío XI lo declaró Patrono de los Ejercicios Espirituales en todo el mundo. Su comunidad de Jesuitas es la más numerosa en la Iglesia Católica.

Película: http://www.gloria.tv/?media=81588

 

Oración escrita por San Ignacio, con indulgencia parcial (ideal para los 10 minutos de acción de gracias luego de comulgar):

 

Alma de Cristo

Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh, buen Jesús!, óyeme.

Dentro de tus llagas, escóndeme.

No permitas que me aparte de Ti.

Del maligno enemigo, defiéndeme.

En la hora de mi muerte, llámame.

Y mándame ir a Ti.

Para que con tus santos te alabe.

Por los siglos de los siglos. Amén.

Con música

http://www.youtube.com/watch?v=f7bbrbSnjhI

http://gloria.tv/?media=36999

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Fuente: Enciclopedia Católica || ACI Prensa
Elena (Elin) de Skövde, Santa Viuda, 31 de julio  

Elena (Elin) de Skövde, Santa

Viuda

Martirologio Romano En Skövde, en Suecia, santa Elena, viuda, a quien se considera mártir por haber sido injustamente asesinada (c. 1160).

Mártir de la primera mitad del siglo XII. Su fiesta se celebra el 31 de julio.

Su vida (Acta SS., Julio, VII, 340) es atribuida a San Brynolph, Obispo de Skara, en Suecia (+ 1317).

Provenía de una noble familia y se le conoce como la hija de Jarl Guthorm. Cuando su esposo murió permaneció viuda, dedicándose a la caridad y a la piedad; las puertas de su casa estaban siempre abiertas para los necesitados, y la iglesia de Skövde fue casi enteramente construida a sus expensas.

El marido de su hija era un hombre muy cruel, y como consecuencia fue asesinado por sus propios sirvientes. Sus familiares, deseando vengar su muerte, examinaron a los sirvientes. Estos admitieron el crimen, pero afirmaron falsamente que habían actuado por instigación de Elena.

Entonces marchó en peregrinación a Tierra Santa, pero en su regreso fue asesinada por el año 1160 en Gothene. Por los mismos familiares de su marido. Su cuerpo fue llevado a Skövde para ser enterrado, y muchas curaciones maravillosas sucedieron por su intercesión.

El informe de estos milagros fue enviado a Roma por Esteban, el arzobispo de Upsala, y éste, por orden del papa Alejandro III, en 1164 inscribió su nombre en la lista de santos canonizados (Benedicto XIV, "De canonizatione sanctorum", I, 85). Grande fue la veneración a sus reliquias, incluso después de que la Reforma se extendió en Suecia. Cerca de su iglesia estuvo un santo bien conocido en sus días como San Lene Kild.

Varias veces las autoridades luteranas censuraron este rescoldo de lo que ellos llamaron superstición papal y anticristiana. Especialmente celoso en este sentido fue el arzobispo Abraham, quien llenó todas las fuentes de agua con piedras y escombros (Baring-Gould, "Lives of the Saints", July, II, 698).

La tumba y manantial de Santa Elena (de Santa Elin) fueron también veneradas en Tiisvilde, en la parroquia de Tibirke, en la isla de Zealand. Había peregrinaciones cada verano, muchos lisiados y enfermos iban; permanecían toda la noche junto a la sepultura, se llevaban bolsas de tierra de allí, y frecuentemente dejaban sus bastones o exvotos en señal de agradecimiento.

Tal fue el informe enviado en 1658 desde Copenhague a los Bollandistas por el jesuita Lindanus. Un informe similar hizo Werlaiff, en 1858, en su "Hist. Antegnelser". La leyenda dice que el cuerpo de Santa Elena llegó flotando hasta Tiisvilde en un ataud de piedra, y que una fuente brotó donde el ataud tocó tierra. Los Bollandistas (loc. cit.) dan una posible razón para su veneración en Tiisvilde, que quizás Santa Elena había visitado el lugar, o que alguna de sus reliquias había sido llevada allí.

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Fabio el Portaestandarte, Santo Mártir, 31 de julio  

Fabio el Portaestandarte, Santo

Mártir

Martirologio Romano: En Cesarea de Mauritania, san Fabio, mártir, que, por haberse negado a llevar la bandera del gobernador en una junta de la provincia, fue encarcelado y, como permaneciese fiel en la confesión de Cristo, condenado a muerte por el juez (303/304).

Etimología: Fabio = el que cultiva las habas. Viene de la lengua latina.

Fabio fue un mártir del siglo IV. Era un cristiano y un militar en el ejército imperial. Todo un grave problema para su conciencia.

El dilema que se le planteaba era el siguiente: ¿se puede ser creyente y soldado a la vez?. El hecho de ser militar no implicaba que no se pudiese practicar y vivir la fe en Cristo.

En el caso de Fabio, soldado cristiano en Mauritania, Africa, diríamos que es único.

En una reunión militar hubo un desfile de las legiones que eran elegidas entre los soldados más valientes.

Fabio, como cristiano, rechazó aquellos honores e insignias.

¿Por qué rechazó las insignias?
Porque llevaban las efigies de los emperadores Diocleciano y Maximiliano.

Eran imágenes que intentaban divinizar a estos dos jefes supremos del imperio.

Una vez que se dieron cuenta deque no tomaba parte en la parada militar, lo llevaron a la cárcel.

La policía militar lo sometió a un juicio severo. Los tribunales ordenaron que se le diese muerte por desacato a la autoridad.
Murió en Cesarea de Mauritania.

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Fuente: www.secretariadojmv.org
Justino de Jacobis, Santo Obispo, 31 de julio  

Justino de Jacobis, Santo

Obispo y Confesor

Martirologio Romano: En el valle Alighede, en Etiopía, san Justino de Jacobis, obispo, de la Congregación de la Misión, manso y lleno de caridad, que se entregó al apostolado y a la formación del clero indígena, teniendo que sufrir pronto hambre, sed, tribulaciones y la cárcel (1860).

Justino Sebastián Pascual de Jacobis nació el 9 de octubre de 1800 en San Fele (Basilicata, actualmente provincia de Potenza, Italia). Era el séptimo de los 14 hijos de una familia enriquecida con nobles tradiciones y una vida profunda de fe religiosa. El 17 de octubre de 1818, ingresó en la Congregación de la Misión, en el noviciado de la provincia napolitana. El 18 de octubre de 1820 emitió los votos, y el 12 de junio de 1824 recibió la ordenación sacerdotal de manos del arzobispo de Brindisi, mons. Domenico Maria Tedeschi.

Durante quince años ejerció con edificante piedad y prudente celo el ministerio sacerdotal en el sur de Italia, distinguiéndose sobre todo en la asistencia a los enfermos del cólera durante la epidemia de 1836. También dirige misiones al pobre pueblo, predica ejercicios espirituales y desarrolla otras actividades de caridad. Por un año ejerce el oficio de director del Seminario Interno, en Nápoles; luego es nombrado superior.

En 1838, tras muchas insistencias del cardenal Prefecto de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, aceptó marchar a la misión de Abisinia (Etiopía), confiada a la Congregación de la Misión. Su intensa vida apostólica está salpicada de complejas dificultades, entre ellas las delicadas relaciones con las autoridades del lugar y la Iglesia copto-ortodoxa, que evidenciaron los talentos y la capacidad organizativa del misionero.

La prefectura de Abisinia fue elevada a la categoría de vicariato apostólico y el "Abuna Yacob Mariam", como cariñosamente le llamaban los fieles, es nombrado obispo titular de Nilopoli y Vicario apostólico de Abisinia el 6 de junio de 1847. Es consagrado obispo en 1849 y durante veinte años desarrolla un intenso trabajo misionero y ecuménico. Estaba a la total disposición de las gentes que evangelizaba y supo hacerse todo a todos, como el mismo San Pablo. Les decía: "El Espíritu Santo ha puesto en mi corazón un gran amor por los cristianos etíopes... Si Dios me concede uno, dos o más días de vida, los emplearé en vuestro bien, pues para vosotros me los reserva Dios. Vosotros sois los dueños de mi vida, pues para vosotros me la ha dado Dios".

En 1854, al negarse a abandonar Gondar y Abisinia, después de diversos acontecimientos fue encarcelado. Liberado y después expulsado de nuevo, evitó la captura refugiándose en las montañas de Semien. Otras pruebas morales y físicas templaron el espíritu de Justino de Jacobis; la fama de sus virtudes y su heroico apostolado echaban raíces fecundas de una evangelización de la que todavía hoy se manifiestan las huellas de las líneas trazadas por él. Murió en el Valle de Aligadé el 31 de julio de 1860.

El 28 de julio de 1935 fue publicado el decreto sobre la heroicidad de sus virtudes, y el 25 de junio de 1939 Pío XII lo proclamó beato. El Papa Pablo VI lo canonizó el 26 de octubre de 1975.

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Juan Colombini, Beato Fundador, 31 de julio  

Juan Colombini, Beato

Fundador de la Congregación de
Clérigos Apostólicos de San Jerónimo (Jesuatos)

Martirologio Romano: En Acquapendente, de la Toscana, tránsito del beato Juan Colombini, rico comerciante que, dejándolo todo, abrazó la pobreza. Con los que le siguieron fundó la Orden de los Jesuatos, a quienes quiso pobres de Cristo y desposados con la dama Pobreza (1307).

Avaricioso, adinerado y mal genio eran las palabras que mejor podían describir a este hijo de patricia familia nacido hacia el año 1304. Abogado de profesión, fue el primer magistrado (Gonfalionere) de Siena, Italia. Padre de dos hijos: Pedro y Ángela.

Con su familia y amigos, vivía etapas de enojo seguidos de períodos de mortificación y aborrecimiento a si mismo.

Convertido a la fe mientras leía la historia de la conversión de Santa María de Egipto, reformó su vida personal y empresarial visitando hospitales, atendiendo a los enfermos y ayudando a los pobres, personalmente siente un llamado a la pobreza y se va alejando de su vida social.

Varios años después de su cambio, murió su hijo y su hija entró a un convento. Decidió destinar parte de su fortuna para crear una anualidad que le permitiera a su esposa vivir confortablemente, y usó el resto de su dinero para equipar un hospital y ayudar a dos conventos. Desde ese momento el vivió en total pobreza debiendo rogar para conseguir su pan diario.

Algunos hombres comenzaron a ser sus seguidores, muchos de ellos eran jóvenes de familias adineradas que estaban desilusionados por sus estilos de vida, que sintiendo la llamada de Dios donaban sus fortunas para ayudar a los más pobres. Las elites de su localidad demandan el exilio de Juan ya que estaba ya que él estaba llevando a los más prometedores jóvenes de la ciudad hacia la "tontería".

Con su pequeño grupo de hombres fundó, en el año 1335, a los Clérigos Apostólicos de San Jerónimo, comúnmente llamados "jesuatos" por el frecuente uso que hacían de jaculatorias como "Jesús sea alabado". Era una congregación de seglares consagrados a la plegaria, la penitencia y a la caridad. El Papa Urbano V, en el año 1367, aprobó esta congregación con la condición que establecieran monasterios propios. Su hábito estaba formado por una túnica blanca, con capucha cuadrada y un manto gris-marrón. Era una orden menor, hasta que en 1606 se les permitió tener uno o dos sacerdotes por convento.

Juan Colombini murió camino a Acquapedente, apenas 35 días después de la aprobación de su congregación.

Los jesuatos se divulgaron por muchos lugares, pero cayeron en la relajación por lo que el Papa Clemente IX los suprimió como instituto en 1668.

Fue beatificado por S.S. Gregorio XIII

Los jesuatos algunas veces han sido confundidos con los jesuitas, pero claramente son dos ordenes muy distintas.

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Fuente: Legión de María , Hermosillo
Germán de Auxerre, Santo Obispo, 31 de julio  

Germán de Auxerre, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En Ravena, en la vía Flaminia, tránsito de san Germán, obispo de Auxerre, defensor de la fe de los británicos contra la herejía pelagiana, que habiendo acudido a Ravena para obtener la paz de la región de la Armórica, fue recibido triunfalmente por los emperadores Valentiniano y Gala Placidia, y, estando allí, subió al reino celestial (448).

San Germán, Obispo de Auxerre. Natural de Auxerre (Francia), y adscrito desde muy joven entre los clérigos por San Amador, Obispo de Auxerre. Gustábale frecuentar el trato con los monjes de San Cosme de Yonne, en los cuales aprendió las buenas letras con la virtud más acrisolada.

Ordenado de Sacerdote, empezó a luchar con su palabra fogosa contra la herejía pelagiana, que esparció un cierto Timoteo en las Galias. En 420 el Papa San Celestino le ordenó Obispo regionario con encargo de pasar a predicar la fe a Inglaterra y combatir la herejía de Pelagio. Le acompañó el diácono Paladio y San Lupo, Obispo de Troyes.

Los jefes de la secta aceptaron una conferencia con los dos enviados del Papa en Verulamio; en ella quedaron confundidos los corifeos de la secta ante un gentío inmenso que presenció las disputas. Vuelto a Auxerre, se le eligió por Prelado de aquella ciudad. En 448 volvió a Inglaterra en compañía de Severo, Obispo de Tréveris. Esta vez permaneció poco tiempo en la isla, pero fueron también ruidosas las conversiones de herejes que obró con su predicación y sus milagros.

Negoció las paces entre los invasores germanos y el Emperador Valentiniano en 448, yéndose a entrevistar con él a Ravena.
Murió en su ciudad de Auxerre en 450.

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Fuente: Vatican.va
Sidonia (Zdenka) Cecilia Schelingová, Beata Virgen y Mártir, 31 de julio  

Sidonia (Zdenka) Cecilia Schelingová, Beata

Mártir

Martirologio Romano: En la ciudad de Trnava, en Eslovaquia, beata Sidonia (Cecilia) Schelingová, virgen de la Congregación de las Hermanas de la Caridad de la Santa Cruz y mártir, que en tiempos difíciles para la Iglesia de su país, con motivo de proteger a un sacerdote, sufrió mucho de cuerpo y alma, y, contraida una enfermedad, se mostró testigo alegre y constante de Cristo (1955).

Nació el 24 de diciembre de 1916 en Krivá, en Orava, región montañosa al noroeste de Eslovaquia. Era la penúltima de once hijos. Fue bautizada, tres días después, con el nombre de Cecilia. Sus padres, Pavol y Susana, que formaban una familia muy religiosa, impartieron a todos sus hijos una ejemplar educación cristiana, fundada en la oración y en el cumplimiento del deber diario, que para ellos eran los trabajos del campo y los quehaceres de la casa.

Cecilia hizo los estudios de primaria de 1922 a 1930. En la escuela era diligente y obediente, amable y modesta; siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás. Por eso, todos sus compañeros la amaban.

En 1929 empezaron a colaborar en la parroquia las Hermanas de la Caridad de la Santa Cruz. En 1931, Cecilia, atraída por el amor y la entrega de las religiosas, a los quince años, solicitó la admisión en el convento, decidida a consagrar su vida al amor a Dios y al prójimo. Tanto sus padres como sus hermanos se alegraron mucho y se sintieron muy orgullosos de su elección.

En Podunajské Biskupice hizo estudios de enfermería durante dos años y luego un curso de especialización en radiología. En 1936 entró en el noviciado y el 30 de enero de 1937 emitió la profesión religiosa, escogiendo como nombre Zdenka.

Destacaba por la intensidad de su oración. Durante su trabajo se mantenía muy unida a Dios. Se sacrificaba por amor a Dios y a los demás: era amable con todos y siempre estaba dispuesta a servir. La amistad espiritual con Jesús marcó su vida religiosa y su trabajo de enfermera.

Inició su trabajo de enfermera en Humenné, ciudad situada en la parte oriental de Eslovaquia, cerca de Ucrania. En 1942, invitada por la dirección del hospital del Estado, fue a trabajar a Bratislava, en la sección de radiología, como ayudante de laboratorio. Se dedicó a los enfermos con ejemplar generosidad, ternura y competencia, siempre con la sonrisa en los labios, cuidando especialmente el orden y la limpieza. Para sus compañeras de trabajo era "modelo de religiosa y de enfermera profesional".

En 1948, el partido comunista tomó el poder e inició la persecución contra la Iglesia católica: los obispos y sacerdotes fueron perseguidos y encarcelados; los laicos sufrieron discriminaciones a causa de su fe; fueron disueltas las comunidades religiosas y sus miembros condenados a trabajos forzados.

En esos tiempos de dificultad, sor Zdenka afrontó el sufrimiento antes que traicionar su conciencia y faltar a la palabra dada a Cristo y a su Iglesia. En febrero de 1952, con gran valentía, ayudó a huir a un sacerdote detenido que se encontraba internado en el hospital del Estado para ser curado de las heridas causadas por las torturas en los interrogatorios. Después de la fuga del sacerdote, sor Zdenka oró así ante la cruz en la capilla del hospital: "Jesús, te ofrezco mi vida por la suya. ¡Sálvalo!".

Fue detenida el 29 de febrero de 1952. Sufrió crueles interrogatorios, con grandes humillaciones y torturas, hasta que, el 17 de junio, acusada de alta traición, uno de los peores crímenes contra el Estado, fue condenada a doce años de cárcel y diez años de pérdida de los derechos civiles.

El 26 de junio de 1952 fue trasladada a la cárcel de Rimavská Sobota y luego, el 16 de abril de 1953, como castigo por no haber colaborado con los guardias, a la cárcel de Pardubice, mucho más dura. Su vía crucis prosiguió por diversas prisiones y hospitales de cárceles, pues a causa de las torturas se le produjo un tumor maligno en el pecho y se agudizó la tuberculosis.

Hasta los últimos momentos de su vida terrena soportó todos los sufrimientos con paciencia heroica, con firme determinación, dispuesta a morir por Dios y por el bien de la Iglesia, y sin ningún rencor con respecto a los que le habían causado esos sufrimientos. Mientras era golpeada casi hasta la muerte, susurró: "El perdón es lo más grande de la vida".

El 7 de abril de 1955, las autoridades políticas, previendo que le quedaba poco tiempo de vida, para que no muriera en la cárcel, le concedieron la amnistía. Quedó en libertad el 16 de abril, pero, poco más de tres meses después, el 31 de julio, moría en Trnava, después de recibir el viático, a la edad de treinta y ocho años.

Ya inmediatamente después de su muerte, el pueblo de Dios la consideraba mártir de la fe.

Fue beatificada por S.S. Juan Pablo II el 14 de septiembre de 2003.

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Fuente: Franciscanos.org
Dionisio Vicente Ramos y Francisco Remón Játiva, Beatos Mártires, 31 de julio  

Dionisio Vicente Ramos y Francisco Remón Játiva, Beatos

Mártires Franciscanos

Martirologio Romano: En la ciudad de Granollers, cercana a Barcelona, en España, beatos mártires Dionisio Vicente Ramos, presbítero, y Francisco Remón Játiva, religioso, ambos de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, que en la persecución desencadenada contra la fe siguieron, con su martirio, los pasos de Cristo (1936).

El 11 de marzo del año 2001, el papa Juan Pablo II beatificó a
233 mártires de la persecución religiosa en España (1936-39), dos de ellos recibieron la corona del martirio en esta fecha, son:

dionisio_vicenteDionisio Vicente Ramos, sacerdote, nació en Caudé (Teruel) en 1871 y fue fusilado en Granollers el 31 de julio de 1936 junto con Beato Francisco. Ingresó en la Orden en Italia y allí realizó los estudios eclesiásticos. Ejerció diferentes ministerios tales como penitenciario en la basílica de Loreto, profesor en seminarios diocesanos y de la Orden, formador de los candidatos a la Orden, tanto en Italia como en España. Una enfermedad de los ojos limitó en la ancianidad sus actividades.

francisco_remonFrancisco Remón Játiva, hermano profeso, nació en Caudé (Teruel) en 1890 y fue fusilado en Granollers el 31 de julio de 1936 junto con el Beato Dionisio. Pasó la mayor parte de su vida religiosa en Asís, ejerciendo el oficio de sacristán de la Basílica de San Francisco; era un reconocido belenista. En 1935 fue destinado al convento de Granollers donde se encargó de la sacristía y la portería.

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Francisco Stryjas, Beato Padre de Familia, 31 de julio  

Francisco Stryjas, Beato

Mártir

Martirologio Romano: En Kalisz, en Polonia, beato Francisco Stryjas, mártir, que durante la persecución a la fe en Polonia por un régimen político contrario a la religión, pasando por terribles tormentos, voló triunfador al encuentro del Señor (1944).

Nacido en Popowo, Polonia, el 26 de enero de 1882, este laico de la diócesis de Kalisz, padre de familia, murió el 31 de julio de 1944 víctima del nazismo luego de atroces torturas.

El 13 de junio de 1999, el Papa Juan Pablo II lo beatificó junto a otros
107 mártires polacos.

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Miguel Ozieblowski, Beato Sacerdote y Mártir, 31 de julio  

Miguel Ozieblowski, Beato

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano Cerca de Munich, ciudad de Baviera, en Alemania, en el campo de concentración de Dachau, beato Miguel Ozieblowski, presbítero y mártir, el cual, ocupada Polonia, su patria, por un régimen político contrario a la religión, fue expatriado y encarcelado por su fe, y en prisión, donde fue torturado, alcanzó el martirio (1942).

Miguel Ozieblowski, mació en Izdebno, Polonia, el 28 de septiembre de 1900.

Sacerdote de la Arquidiócesis de Varsovia, fue víctima del nazismo en el tristemente célebre campo de concentración de Dachau. Entrando al reino de los cielos el 31 de julio de 1942.

El Papa Juan Pablo II lo elevó al honor de los altares junto con otros
107 mártires de la misma persecución.

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Jaime Buch Canals, Beato Mártir, 31 de julio  

Jaime Buch Canals, Beato

Mártir

Martirologio Romano: En Valencia, en España, beato Jaime Buch Canals, religioso de la Sociedad Salesiana y mártir, que murió durante la persecución desencadenada contra la fe, confesando a Cristo (1936).

 

Nació en Bescanó (Gerona), España, el 9 de abril de 1889. Cuando tuvo catorce años entró de los salesianos de Gerona. Hizo la profesión como salesiano adjutor en Sarriá, Barcelona, en 1908. En Valencia fue muy estimado de los ex alumnos y los chicos del oratorio. En Alicante dio un gran impulso a la devoción a María Auxiliadora; fue el alma de aquella casa, hasta que fue incendiada durante la República. De Alicante fue trasladado a Valencia, dónde lo sorprende el principio de la guerra civil. Salió de la cárcel e intentó ampararse en muchos lugares, pero en cierto momento alguien lo reconoció y fue detenido. Fue asesinado en uno de aquellos así llamados "paseos" el 30 de julio.

El 11 de marzo de 2001, S.S. Juan Pablo II lo beatificó junto a otros
232 mártires en España .

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

 

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