†
JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 7-15
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, envió Jesús a los Doce con estas instrucciones:
"Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente.
No lleven con ustedes, en su cinturón, monedas de oro, de plata o de cobre. No lleven morral para el camino ni dos túnicas ni sandalias ni bordón, porque el trabajador tiene derecho a su sustento. Cuando entren en un pueblo o en una aldea, pregunten por alguien respetable y hospédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar, saluden así: "Que haya paz en esta casa". Y si aquella casa es digna, la paz de ustedes reinará en ella; si no es digna, el saludo de paz de ustedes no les aprovechará. Y si no los reciben o no escuchan sus palabras, al salir de aquella casa o de aquella ciudad, sacudan el polvo de los pies. Yo les aseguro que el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas con menos rigor que esa ciudad".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/swf/l.swf?video_id=v82JVdXAUUs
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
jue 14a. Ordinario año impar
Antífona de Entrada
Llegue hasta ti mi súplica, Señor, presta oído a mis plegarias.
Oración Colecta
Oremos:
Ayúdanos, Señor, a dejar en tus manos paternales todas nuestras preocupaciones, a fin de que podamos entregarnos con mayor libertad a tu servicio.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Dios me mandó a Egipto para salvarles la vida
Lectura del libro del Génesis 44, 18-21.23-29; 45, 1-5
En aquellos días, se acercó Judá a José y le dijo:
"Con tu permiso, señor, tu siervo va a pronunciar unas palabras a tu oído; no te enojes con tu siervo, pues tú eres como un segundo faraón. Tú, señor, nos preguntaste: "¿Tienen padre o algún hermano?" Nosotros te respondimos: "Sí, tenemos un padre anciano, con un hijo pequeño, que le nació en su vejez. Como es el único que le queda de su madre, pues el otro hermano ya murió, su padre lo ama tiernamente". Entonces tú dijiste a tus siervos: "Tráiganmelo para que lo vea con mis propios ojos, pues si no viene su hermano menor con ustedes, no los volveré a recibir".
Cuando regresamos a donde está nuestro padre, tu siervo, le referimos lo que nos habías dicho. Nuestro padre nos dijo: "Vuelvan a Egipto y cómprennos víveres". Nosotros dijimos: "No podemos volver, a menos que nuestro hermano menor vaya con nosotros. Sólo así volveríamos, porque no podemos presentarnos ante el ministro del faraón, si no va con nosotros nuestro hermano menor". Nuestro padre, tu siervo, nos dijo entonces: "Ya saben que mi mujer me dio dos hijos: uno desapareció y ustedes me dijeron que una fiera se lo había comido y ya no lo he vuelto a ver. Ahora se llevan también a éste; si le ocurre una desgracia, me van a matar de dolor"".
Entonces José ya no pudo aguantarse más y ordenó a todos los que lo acompañaban que salieran de allí. Nadie se quedó con él cuando se dio a conocer a sus hermanos. José se puso a llorar a gritos; lo oyeron los egipcios y llegó la noticia hasta la casa del faraón.
Después José dijo a sus hermanos:
"Yo soy José. ¿Vive todavía mi padre?"
Sus hermanos no podían contestarle, porque el miedo se había apoderado de ellos. José les dijo:
"Acérquense".
Se acercaron y él continuó:
"Yo soy su hermano José, a quien ustedes vendieron a los egipcios. Pero no se asusten ni se aflijan por haberme vendido, pues Dios me mandó a Egipto antes que a ustedes para salvarles la vida".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 104
Recordemos los prodigios del Señor.
Cuando el Señor mandó el hambre sobre el país y acabó con todas las cosechas, ya había enviado por delante a un hombre: a José, vendido como esclavo.
Recordemos los prodigios del Señor.
Le trabaron los pies con grilletes y rodearon su cuerpo con cadenas, hasta que se cumplió su predicción y Dios lo acreditó con su palabra.
Recordemos los prodigios del Señor.
El rey mandó que lo soltaran, el jefe de esos pueblos lo libró; lo nombró administrador de su casa y señor de todas sus posesiones.
Recordemos los prodigios del Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio.
Aleluya.
Evangelio
Gratuitamente han recibido este poder, ejérzanlo, pues, gratuitamente
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 7-15
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, envió Jesús a los Doce con estas instrucciones:
"Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente.
No lleven con ustedes, en su cinturón, monedas de oro, de plata o de cobre. No lleven morral para el camino ni dos túnicas ni sandalias ni bordón, porque el trabajador tiene derecho a su sustento. Cuando entren en un pueblo o en una aldea, pregunten por alguien respetable y hospédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar, saluden así: "Que haya paz en esta casa". Y si aquella casa es digna, la paz de ustedes reinará en ella; si no es digna, el saludo de paz de ustedes no les aprovechará. Y si no los reciben o no escuchan sus palabras, al salir de aquella casa o de aquella ciudad, sacudan el polvo de los pies. Yo les aseguro que el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas con menos rigor que esa ciudad".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor, con bondad los dones que te presentamos, a fin de que el sacramento de la muerte y resurrección de tu Hijo nos alcance de ti la vida verdadera.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Proclamación del misterio de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Por Cristo, Señor nuestro, Porque, unidos en la caridad, celebramos la muerte de tu Hijo, con fe viva proclamamos su resurrección, y con esperanza firme anhelamos su venida gloriosa.
Por eso,
con todos los ángeles y santos, te alabamos proclamando sin cesar:
Antífona de la Comunión
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar, me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo; y te rogamos que la fuerza del Espíritu Santo que nos has comunicado en este sacramento,permanezca en nosotros y
transforme toda nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
14ª Semana. Jueves
MISIÓN SOBRENATURAL DE LA IGLESIA
— La Iglesia anuncia el mensaje de Cristo y realiza su obra en el mundo.
— La misión de la Iglesia es de orden sobrenatural, pero no se desentiende de las tareas que afectan a la dignidad humana.
— Los cristianos manifiestan su unidad de vida en la promoción de obras de justicia y de misericordia.
I. Jesús consuma la obra de la Redención con su Pasión, Muerte y Resurrección. Tras su Ascensión al Cielo, envía al Espíritu Santo, para que sus discípulos puedan anunciar el Evangelio y hacer a todos partícipes de la salvación. Los Apóstoles son, así, los obreros enviados a la mies por su dueño, los siervos enviados para llamar a los invitados a las bodas, y a los que encomienda llenar la sala del banquete1.
Pero además de esta misión, los Apóstoles representan a Cristo mismo y al Padre: el que a vosotros oye a Mí me oye, y el que a vosotros desecha a Mí me desecha, y el que me rechaza a Mí, rechaza al que me envió2. La misión de los Apóstoles quedará unida íntimamente a la misión de Jesús: como el Padre me envió, así también os envío Yo3. Precisamente será a través de ellos como la misión de Cristo se hará extensiva a todas las naciones y a todos los tiempos. La Iglesia, fundada por Cristo y edificada sobre los Apóstoles, sigue anunciando el mismo mensaje del Señor y realiza su obra en el mundo4.
El Evangelio de la Misa de hoy5 narra cómo Jesús urge a los Doce, a quienes acaba de elegir, para que salgan a cumplir su nueva tarea. Este primer cometido es preparación y figura del envío definitivo, que tendrá lugar después de la Resurrección. Entonces les dirá: Id..., predicad el Evangelio, haced discípulos a todas las naciones. Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo6. Hasta la llegada de Jesús, los Profetas habían anunciado al pueblo escogido del Antiguo Testamento los bienes mesiánicos, a veces en imágenes acomodadas a su mentalidad todavía poco madura para entender la realidad que estaba ya próxima. Ahora –en esta primera misión apostólica–, Jesús envía a sus Apóstoles para que anuncien que el Reino de Dios prometido es inminente, poniendo de manifiesto sus aspectos espirituales. El Señor les concreta lo que han de predicar: el Reino de los Cielos está cerca. Nada les dice de la liberación del yugo romano que padecía la nación, o del sistema social y político en el que han de vivir, o de otras cuestiones exclusivamente terrenas. Ni vino Cristo para esto, ni para esto han sido ellos elegidos. Vivirán para dar testimonio de Cristo, difundir su doctrina y hacer partícipes de su salvación a todos los hombres. Este mismo camino siguió San Pablo. "Si le preguntamos qué cosas solía tratar en la predicación, él mismo las compendia así: nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y este, crucificado (1 Cor 2, 2). Hacer que los hombres conociesen más y más a Jesucristo, con un conocimiento que no se parase solo en la fe, sino que se tradujera en las obras de la vida, esto es en lo que se esforzó con todo el empeño de su corazón el Apóstol"7.
La Iglesia, continuadora en el tiempo de la obra de Jesucristo, tiene la misma misión sobrenatural que su Divino Fundador transmitió a los Apóstoles. "Para esto ha nacido la Iglesia: para, dilatando el Reino de Cristo por toda la tierra, hacer partícipes a todos los hombres de la redención salvadora, y, por medio de ellos, orientar verdaderamente todo el mundo hacia Cristo"8. Su misión trasciende los movimientos sociales, las ideologías, las reivindicaciones de grupos...; al mismo tiempo, desde una nueva perspectiva y solicitud, está hondamente interesada por todos los problemas humanos, y trata de orientarlos al fin sobrenatural y verdaderamente humano del hombre.
II. Id y predicad diciendo que el Reino de los Cielos está al llegar. La misión de nuestra Madre la Iglesia es dar a los hombres el tesoro más sublime que podemos imaginar, conducirlos a su destino sobrenatural y eterno a través principalmente de la predicación y de los sacramentos: "este, y no otro, es el fin de la Iglesia: la salvación de las almas, una a una. Para eso el Padre envió al Hijo, y yo os envío también a vosotros (Jn 20, 21). De ahí el mandato de dar a conocer la doctrina y de bautizar, para que en el alma habite, por la gracia, la Trinidad Beatísima"9. El mismo Jesús nos anunció: Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia10. No se refería el Señor a una vida terrena cómoda y sin dificultades, sino a la vida eterna. Vino a liberarnos principalmente de aquello que nos impide alcanzar la vida definitiva: el pecado, que es el único mal absoluto. Así nos da también la posibilidad de superar las múltiples consecuencias del pecado en este mundo: la angustia, las injusticias, la soledad..., o de llevarlas por Dios con alegría cuando no se pueden evitar, convirtiendo el dolor en sufrimiento fecundo que conquista la eternidad.
La Iglesia no toma partido por opciones temporales determinadas, como no lo hizo su Maestro. Quienes, sin fe, le vieron casi solo en la cruz, pudieron pensar que había fracasado, "precisamente por no optar por una de las soluciones humanas: ni judíos ni romanos le siguieron. Pero no; fue precisamente lo contrario: judíos y romanos, griegos y bárbaros, libres y esclavos, hombres y mujeres, sanos y enfermos, todos van siguiendo a ese Dios hecho hombre, que nos ha liberado del pecado, para encaminarnos a un destino eterno, donde únicamente se cumplirá la verdadera realización, libertad y plenitud del hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios, y cuya aspiración más profunda rebasa cualquier tarea pasajera, por noble que sea"11.
La Iglesia tiene como misión llevar a sus hijos a Dios, a su destino eterno. Pero no se desentiende de las tareas humanas; por su misma misión espiritual, mueve a sus hijos y a todos los hombres a que tomen conciencia de la raíz de donde provienen todos los males, y urge a que pongan remedio a tantas injusticias, a las deplorables condiciones en que viven muchos hombres, que constituyen una ofensa al Creador y a la dignidad humana. La esperanza en el Cielo "no debilita el compromiso en orden al progreso de la ciudad terrena, sino por el contrario le da sentido y fuerza. Conviene ciertamente distinguir bien entre progreso terreno y crecimiento del Reino, ya que no son del mismo orden. No obstante, esta distinción no supone una separación, pues la vocación del hombre a la vida eterna no suprime sino que confirma su deber de poner en práctica las energías y los medios recibidos del Creador para desarrollar su vida temporal"12.
Nosotros somos corredentores con Cristo, y hemos de preguntarnos si llevamos a nuestros familiares y amigos el don más preciado que tenemos: la fe en Cristo; y junto a este bien incomparable, nos sentimos movidos, charitas enim Christi urget nos13, nos urge la caridad de Cristo, a promover a nuestro alrededor un mundo más justo y mas humano.
III. Curad a los enfermos, resucitad a los muertos, sanad a los leprosos...
Desde el comienzo de la Iglesia, los fieles cristianos llevaban la fe por todas partes, y también desde aquellos primeros momentos una multitud de cristianos "han dedicado sus fuerzas y sus vidas a la liberación de toda forma de opresión y a la promoción de la dignidad humana. La experiencia de los santos y el ejemplo de tantas obras de servicio al prójimo constituyen un estímulo y una luz para las iniciativas liberadoras que se imponen hoy"14, quizá con más urgencia que en otras épocas.
La fe en Cristo nos mueve a sentirnos solidarios de los demás hombres en sus problemas y carencias, en su ignorancia y falta de recursos económicos. Esta solidaridad no es "un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas", sino "la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos"15. La fe nos lleva a sentir un hondo respeto por las personas, por toda persona, a no permanecer jamás indiferentes ante las necesidades de los demás: curad a los enfermos, resucitad a los muertos, sanad a los leprosos, arrojad a los demonios... Seguir a Cristo se manifestará en obras de justicia y de misericordia, en el interés por conocer los principios de la doctrina social de la Iglesia y en llevarlos a cabo en primer lugar en nuestro propio ámbito, donde se desarrolla nuestra vida.
De cada uno de nosotros se debería poder decir al final de la vida que, como Jesucristo, pasó haciendo el bien16: en la familia, en los compañeros de trabajo, en los amigos, en aquellos que encontramos en el camino por cualquier motivo. "Los discípulos de Jesucristo hemos de ser sembradores de fraternidad en todo momento y en todas las circunstancias de la vida. Cuando un hombre o una mujer viven intensamente el espíritu cristiano, todas sus actividades y relaciones reflejan y comunican la caridad de Dios y los bienes del Reino. Es preciso que los cristianos sepamos poner en nuestras relaciones cotidianas de familia, amistad, vecindad, trabajo y esparcimiento, el sello del amor cristiano, que es sencillez, veracidad, fidelidad, mansedumbre, generosidad, solidaridad y alegría"17.
1 Cfr. Mt 9, 38; Jn 4, 38; Mt 22, 3. — 2 Lc 10, 16. — 3 Jn 20, 21. — 4 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 3. — 5 Mt 10, 7, 15 — 6 Cfr. Mc 16, 15; Mt 28, 18-20. — 7 Benedicto XV, Enc. Humani generis Redemptionem, 15-VI-1917. — 8 Conc. Vat. II, Decr. Apostolicam actuositatem, 2. — 9 San Josemaría Escrivá, Amar a la Iglesia, Palabra, Madrid 1986, p. 49 — 10 Jn 10, 10. — 11 J. M. Casciaro, Jesucristo y la sociedad política, Palabra, 3ª ed., Madrid 1973, p. 114 — 12 S. C. para la doctrina de la fe, Instr. Libertad cristiana y liberación, 22-II-1986, 60. — 13 2 Cor 5, 14. — 14 S. C. para la doctrina de la fe, o. c., 57. — 15 Juan Pablo II, Enc. Sollicitudo rei socialis, 3-XII-1987, 38. — 16 Cfr. Hech 10, 38 — 17 Conferencia Episcopal Española, Instr. Past. Los católicos en la vida pública, 22-IV-1986, 111.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Fermín. Obispo y mártir. Siglo IV.
Este Santo es el famoso patrono de las "Corridas de San Fermín" en España. Su nombre proviene de "Firmus", el firme, el valeroso.
Nació en Pamplona, España, lo convirtió a la Fé San Honesto, un discipulo de San Saturnino, y lo consagro el Obispo de Toulose, el cual lo envío a predicar por Francia.
San Fermín construyo un templo en Amiens, y en esa ciudad convirtió muchos paganos al cristinanismo. Amiens recibió también el martirio por proclamar la fe en Jesucristo.
Predico San Fermín con mucho fruto en las regiones de Pamplona y Navarra y logró dejar ahí muchos sacerdotes fervorosos, los cuales reafirmaron la fe católica en aquellas tierras. Cuando se fue de allí, la mayoría de los paganos de la región se habían vuelto cristianos.
En Francia un gobernador lo puso preso, pero el pueblo invadió la cárcel y lo libero.
Más tarde el jefe pagano de Amiens le ordeno que dejara de predicar la religión de Cristo. Como Santo no quiso dejar de predicar la verdadera religión., entonces el gobernador le mando cortar la cabeza.
Y así obtuvo lo que más quería en toda su vida : derramar su sangre por Jesucristo y llegar a ser mártir de nuestra santa religión.
La ciudad de Pamplona celebra su fiesta, cada 7 de julio con grandes regocijos populares.
Quiera Dios que nuestros religiosos ni apostoles, no dejen nunca de predicar y enseñar, sin cansarse, ni desanimarse, la verdadera religión de Jesús. Aunque ello les cueste grandes sacrificios.
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San Ilídio. Obispo de Clermont (Auvergne, Francia).
San Ilídio fue el cuarto obispo de los Auvergneses, según san Gregorio de Tours.
Su nombre podría tener como origen el río Allier: el santo nació en sus riberas y allí comenzó también su veneración. La vida de san Ilídio fue escrita por san Gregorio de Tours siguiendo la tradición de la Iglesia de Clermont.
San Ilídio asumió su episcopado a continuación del de San Leogontius, hacia el año 370. Su reputación de santidad se extendió hasta la capital de Trier, en el Mosela.
El emperador (usurpador) Maxime tenía una hija poseída del demonio, incurable. Él recurrió al taumaturgo de Auvergne: Ilídio fue solicitado; éste llegó, actuó y venció; con simplemente poner un dedo en la boca de la joven, ella sintió inmediatamente la curación. El emperador, agradecido y sorprendido, le ofreció una gran cantidad de dinero, pero Ilídio la rechazó. Simplemente pidió que el acostumbrado tributo de vino y maíz otorgado a la Iglesia - hasta entonces pagados en especies - fueran convertidos en dinero efectivo. Ilídio regresaba a su casa cuando fue sorprendido por la muerte. Debía ser el año de 384, puesto que en el Concilio de 385 Clermont ya tenía como obispo a Népotien. Dos siglos después de su muerte, la veneración a Ilídio permanecía tan viva como desde sus mismos comienzos en Clermont - en tiempos de san Gregorio de Tours - quien ya entonces decía: "sus milagros son innumerables, tantos que no todos pueden ser registrados ". Muchos de ellos ocurrieron en el lugar de la tumba del santo, situada en la cripta de Santa María de los Santos, la cual después se convirtió en la Basílica de San Ilídio.
Cuando Gregorio se convierte en obispo le dedica un oratorio que aún guarda sus reliquias. Los normandos quemaron la Basílica de San Ilídio en el año 865. Fue reedificada en el siglo X y asignada como monasterio benedictino. Hacia el año 916, un monje publicó una nueva biografía del santo, atribuyéndole aún más milagros.
(Tomado de "Vie des Saints et des Bienheureux selon l'ordre du calendrier, avec l'historique des fêtes" de los Padres Benedictinos de París).
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María Romero Meneses, Beata |
Religiosa Salesiana
Martirologio Romano: En la ciudad de León, en Nicaragua, beata María Romero Meneses, virgen del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, que en las diversas obras sociales para la formación de las jóvenes, en especial las pobres y abandonadas, trabajó con eficacia, difundiendo la devoción a la Eucaristía y a la Santísima Virgen (1977)
María Romero Meneses nace en Granada (Nicaragua) el 13 de enero de 1902, en una familia muy acomodada, pero de gran sensibilidad hacia las necesidades de los más pobres, a quienes socorre regularmente con generosidad.
Orientada en familia hacia los estudios artísticos, pronto revela su talento para la música y la pintura. A los doce años, en el colegio de las Hijas de María Auxiliadora, recién llegadas a su ciudad, empieza a conocer a don Bosco: congenia inmediatamente con la figura del gran apóstol de la juventud, en quien encuentra como la encarnación de los ideales que vibran en su espíritu, primero de manera genérica y vaga y luego cada vez más claramente y con mayor capacidad de entusiasmarla.
Hace su opción: Hija de María Auxiliadora (1923), y en el nombre de esta su Madre y "su Reina" – como ama invocarla – realiza una incansable actividad apostólica, dando vida a grandiosas obras sociales, especialmente en Costa Rica, a donde es enviada en 1931.
Con viva sensibilidad evangélica y eclesial, conquista para su misión apostólica a las jóvenes alumnas que se vuelven "misioneras" (misioneritas, las llama Sr. María) en los pueblitos de los alrededores de la Capital, entre niños semi abandonados y familias desheredadas. Luego, también adultos, empresarios adinerados y renombrados profesionales quedan conquistados por su devoción mariana, que obtiene gracias estrepitosas, y se sienten por lo tanto comprometidos a colaborar efectivamente a las iniciativas asistenciales que Sr. María, bajo la acción del Espíritu, va proyectando continuamente con la audacia de la más auténtica fe en la Providencia.
Sr. María sueña para sus pobres siempre nuevas soluciones a las urgencias apremiantes: obtiene primero visitas médicas gratuitas, gracias a la acción voluntaria de médicos especialistas, y con la colaboración de industriales del lugar organiza cursos de formación profesional para jóvenes y mujeres que en la pobreza hubieran encontrado una pésima consejera. En esta forma logra dar vida en poco tiempo a un ambulatorio múltiple, con varias especialidades, para asegurar la asistencia médico-farmacéutica a muchas personas y familias privadas de toda garantía social. Al mismo tiempo crea cerca instalaciones adecuadas para Ia acogida de los pacientes – a veces familias enteras – como también salas para la catequesis y la alfabetización en los momentos de espera, además la capilla y un gracioso jardín, y hasta el balcón con los canarios.
Para las familias sin techo, reducidas con frecuencia a una vida precaria bajo los puentes de la periferia, hace construir – siempre con la ayuda de una sorprendente Providencia – "verdaderas" casitas, en las cuales limpidez y propiedad, junto con los colores de un pequeñísimo jardín, tienen la función pedagógica de recuperar personas amargadas, restituir dignidad a vidas envilecidas por el abandono, abriendo los corazones a horizontes de verdad, de esperanza y de nueva capacidad de inserción social. Surgen así las ciudadelas de María Auxiliadora: una obra que continúa todavía, debido al interés de sus colaboradores a través de la Asociación de laicos Asayne (Asociación de Ayuda a los Necesitados).
En medio del sucederse de obras para organizar, y de una peculiar actividad suya como consejera espiritual (cada día horas y horas de intensos coloquios privados, las llamadas consultas) encuentra espacio y momentos de ardientes elevaciones del espíritu y de una profunda vida mística, que es en realidad la fuente de la fuerza interior de donde su apostolado brota y recibe extraordinaria eficacia.
Su ideal: amar profundamente a Jesús, "su Rey", y difundir su devoción junto a la de su divina Madre. Su íntima alegría es la posibilidad de acercar a la verdad evangélica a los niños, a los pobres, a los que sufren, a los marginados. La más ambicionada recompensa a sus sacrificios es la de ver reflorecer la paz y la fe en una vida "perdida".
Haciéndose como el Apóstol, "toda para todos" y olvidándose de sí para conquistar cada vez nuevos amigos a su Jesús, se entrega hasta el último de sus días: el primero en el que decidió darse un poco de descanso. La esperaba allí el descanso eterno, con "su Rey" y "su Reina". Era el 7 de julio de 1977.
La fama de su santidad se expresa en el lamento general de sus asistidos y de sus colaboradores; y por obra de éstos, en el continuo reflorecimiento de las obras fundadas por ella.
Fue beatificada el 14 de abril de 2002 por S.S. Juan Pablo II.
Reproducido con autorización de Vatican.va
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Benedicto Xl (Nicolás Boccasini), Beato CXCIV Papa, Julio 7
CXCIV PapaDe nombre Nicolás Boccasini, a los 14 años ingresó en la orden dominica en Venecia. Destacó por su inteligencia como maestro. Fue nombrado prior de la Lombardía y en 1296 el noveno de superior general de la Orden de Predicadores. Por sus cualidades estuvo encargado de una delicada misión diplomática en Flandes, donde obtuvo éxito y a continuación el Papa le nombró cardenal en 1298. Fue obispo de Ostia. En la controversia con el rey Felipe el Hermoso de Francia, es uno de los cardenales que permaneció fiel a Bonifacio VIII, con quien se refugió en el castillo de Anagni, siendo hecho prisionero y forzado sin éxito a abdicar. A la muerte de Bonifacio VIII, fue elegido Papa en 1303. |
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Fuente: Franciscanos.net
Antonino Fantosati, Santo Obispo y Mártir, Julio 7
Nació en Santa Maria in Valle en Trevi, provincia de Perusa, el 16 de octubre de 1842. |
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Fuente: Franciscanos.net
José María Gambaro, Santo Presbítero y Mártir, 7 de julio
Presbitero Franciscano y MártirMartirologio Romano: Cerca de la ciudad de Heu-Chow-Fou, en la provincia de Hunan, en China, santos Antonino Fantosati, obispo, y José María Gambaro, presbítero de la Orden de los Menores, que durante la persecución promovida por el movimiento de los Yihetuan, al acercarse a la costa para prestar ayuda a los fieles cristianos, fueron lapidados (1900). Nació en Galliate, provincia de Novara, el 7 de agosto de 1869. A los trece años entró en el colegio seráfico y el 20 de septiembre de 1886 recibió el hábito religioso de los Hermanos Menores con el nombre de José María. |
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Pedro To Rot, Beato Mártir, Julio 7
Primer Beato de Papua Nueva GuineaAngel To Puia, jefe respetado y rico, vivía con su esposa, María Ja Tumul, una mujer honrada y silenciosa, en la aldea de Rakunai, en el extremo nororiental de Nueva Bretaña (hoy Papua Nueva Guinea). Hombre de gran influencia entre los suyos, la tribu Gunantuna, era considerado como padre y protector, cuyo consejo se buscaba y cuyas opiniones contaban en orden a la vida de la comunidad. Fuentes de Información: |
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Fuente: Vatican.va
Carlos Liviero, Beato Obispo y Fundador, 7 de juliio
Fundador de la Congregación |
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Fuente: Santiebeati.it
Oddino Barotti, Beato Presbítero, 7 de Julio
PresbíteroMartirologio Romano: En Fossano, en el Piamonte, beato Oddino Barotti, presbítero, párroco pobre y de conducta austera, que consumió su vida entregándose día y noche al cuidado de enfermos y moribundos durante una peste contagiosa (1400). Más que 650 años nos separan de él, pero quizás todavía tendría algo que decir a sus conciudadanos, sacerdotes y laicos, por el heroísmo de una fe integralmente sentida y concretada en obras de caridad. Hunde sus raíces en la parte más antigua de Fossano (provincia de Cuneo, Italia), dónde, en calle Garibaldi, se indica todavía la casa en que habría visto la luz, en el año 1344. |
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Fuente: Santiebeati.it
Willibaldo, Santo Obispo, 7 de julio
ObispoMartirologio Romano: En Dryopolis (hoy Eichstätt), en Franconia, san Willibaldo, obispo, el cual, habiendo abrazado la vida monástica, recorrió como peregrino muchos santuarios y lugares santos con el fin de establecer en ellos la vida monástica, hasta que san Bonifacio le ordenó obispo de esta sede e hizo de él un valioso colaborador suyo en la evangelización de Germania, convirtiendo a Cristo muchos pueblos (787). Es a este caminante inglés que Montecassino debe su renacimiento espiritual, después de la destrucción encabezada por el longobardo Zottone en los años 580-81. Su familia lo puso en la escuela de los monjes de Waltham, dónde luego Villibaldo decide hacerse monje. Pero antes de hacer sus votos definitivos sale de de su celda y de Inglaterra: se va a Tierra Santa con un grupo de peregrinos, entre los que están su padre (que morirá en Lucca) y su hermano Vinnibaldo. Permanece dos años en Roma, luego continua sin su hermano su viaje hacia Palestina, territorio que en aquel entonces estaba bajo dominio árabe. Los peregrinos cristianos eran generalmente bien acogidos, sin embargo, por tensiones políticas con el imperio de oriente, Villibaldo y los suyos caen en prisión: los consideran espías. Pero en cuanto se re-establece la paz son liberado, regresando a Roma en el 729, habían pasado siete años desde que su partida. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
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