viernes, 15 de julio de 2011

Lecturas Domingo 17 de Julio de 2011

Divina Misericordia

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 24-43

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la gente:
"El Reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los trabajadores dormían, llego un enemigo del dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña. Entonces fueron los trabajadores a decirle al amo:
"Señor, ¿qué no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió esta cizaña?"
El amo les respondió:
"De seguro lo hizo un enemigo mío".
Ellos le dijeron:
"¿Quieres que vayamos a arrancarla?"
Pero él les respondió:
"No. No sea que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha, y cuando llegue la cosecha, diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla; y luego almacenen el trigo en mi granero"".
Luego les propuso esta otra parábola:
"El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que uno siembra en un huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas".
Les dijo también otra parábola:
"El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar".
Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo el profeta: "Abriré mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo".
Luego despidió a la gente y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron:
"Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo".
Jesús les contestó:
" El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los ciudadanos del Reino, la cizaña son los partidarios del maligno, el enemigo que la siembra es el diablo, el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación.
Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/swf/l.swf?video_id=v82JVdXAUUs

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

16o. Dom Ord Ciclo A

Antífona de Entrada

Señor Dios, tú eres mi auxilio y el único apoyo de mi vida; te ofreceré de corazón un sacrificio y te daré gracias, Señor, porque eres bueno.

 

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Míranos, Señor, con amor y multiplica en nosotros los dones de tu gracia para que, llenos de fe, esperanza y caridad, permanezcamos siempre fieles en el cumplimiento de tus mandatos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Al pecador le das tiempo para que se arrepienta

Lectura del libro de la Sabiduría 12, 13.16-19

No hay más Dios que tú, Señor, que cuidas de todas las cosas. No hay nadie a quien tengas que rendirle cuentas de la justicia de tus sentencias. Tu poder es el fundamento de tu justicia, y por ser el Señor de todos, eres misericordioso con todos.
Tú muestras tu fuerza a los que dudan de tu poder soberano y castigas a quienes, conociéndolo, te desafían. Siendo tú el dueño de la fuerza, juzgas con misericordia y nos gobiernas con delicadeza, porque tienes el poder y lo usas cuando quieres.
Con todo esto has enseñado a tu pueblo que el justo debe ser humano, y has llenado a tus hijos de una dulce esperanza, ya que al pecador le das tiempo para que se arrepienta.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del Salmo 85

Tú, Señor, eres bueno y clemente.

Puesto que eres, Señor, bueno y clemente, y todo amor con quien tu nombre invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta pronta.
Tú, Señor, eres bueno y clemente.

Señor, todos los pueblos vendrán para adorarte y darte gloria, pues sólo tú eres Dios, y tus obras, Señor, son portentosas.
Tú, Señor, eres bueno y clemente.

Dios entrañablemente compasivo, todo amor y lealtad, lento a la cólera, ten compasión de mí, pues clamo a ti, Señor, a toda hora.
Tú, Señor, eres bueno y clemente.

Segunda Lectura

El espíritu intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 26-27

Hermanos: El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que conoce profundamente los corazones, sabe lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega conforme a la voluntad de Dios, por los que le pertenecen.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Cristo hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores.
Aleluya.

Evangelio

Déjenlos crecer juntos hasta la cosecha

† Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 24-43

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la gente:
"El Reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los trabajadores dormían, llego un enemigo del dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña. Entonces fueron los trabajadores a decirle al amo:
"Señor, ¿qué no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió esta cizaña?"
El amo les respondió:
"De seguro lo hizo un enemigo mío".
Ellos le dijeron:
"¿Quieres que vayamos a arrancarla?"
Pero él les respondió:
"No. No sea que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha, y cuando llegue la cosecha, diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla; y luego almacenen el trigo en mi granero"".
Luego les propuso esta otra parábola:
"El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que uno siembra en un huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas".
Les dijo también otra parábola:
"El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar".
Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo el profeta: "Abriré mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo".
Luego despidió a la gente y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron:
"Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo".
Jesús les contestó:
" El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los ciudadanos del Reino, la cizaña son los partidarios del maligno, el enemigo que la siembra es el diablo, el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación.
Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Se dice "Credo".

Oración de los Fieles

Celebrante:
Pidamos, hermanos y hermanas, al Dios de misericordia que auxilie nuestra pequeñez, para que podamos invocar su nombre con los sentimientos que él desea:
Respondemos: Escúchanos, Señor.

Por la paz y concordia de las Iglesias, por la unión de todos los cristianos y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Por los responsables de las naciones, para que bajo su gobierno tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Por los que están lejos de casa, por los enfermos, los encarcelados y los que sufren, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Por nuestra comunidad reunida en la fe, la piedad y el temor de Dios, por los que hacen el bien a nuestras parroquias y por los que ayudan a los pobres, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Celebrante:
Que nos sostenga, Señor, la fuerza y la paciencia de tu amor, para que la palabra evangélica, semilla sembrada y levadura escondida en la Iglesia, fructifique en nosotros; y se refuerce nuestra esperanza en ver nacer una humanidad nueva que Cristo, con su retorno glorioso, hará brillar como el sol.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Oración sobre las Ofrendas

Dios nuestro, que con la muerte de tu Hijo llevaste a término y perfección los sacrificios de la antigua alianza, acepta y bendice estos dones, como aceptaste y bendijiste los de Abel, para que lo que cada uno te ofrece, sea de provecho para la salvación de todos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Prendas de la Pascua eterna

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
En ti vivimos, nos movemos y existimos; y, todavía peregrinos en este mundo, no sólo experimentamos las pruebas cotidianas de tu amor, sino que poseemos ya en prenda la vida futura, pues esperamos gozar de la Pascua eterna, porque tenemos las primicias del Espíritu, por el que resucitaste a Jesús de entre los muertos.
Por eso,
Señor, te damos gracias y proclamamos tu grandeza cantando con los ángeles:

Antífona de la Comunión

Para perpetuar su amor, el Señor nos ha dejado el memorial de sus prodigios, y ha dado a sus amigos el signo de un banquete que les recuerde para siempre su alianza.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana para poder vivir como hijos tuyos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

Décimo sexto Domingo
ciclo a

LA CIZAÑA DE LA MALA DOCTRINA

— Actualidad de la parábola de la cizaña.

— Dar buena doctrina, tarea de todos. Utilizar los medios a nuestro alcance.

— Ahogar la cizaña con la abundancia de buena semilla. No desaprovechar ninguna ocasión.

I. El Señor nos propone en el Evangelio de la Misa la parábola del trigo y de la cizaña1. El mundo es el campo donde el Señor siembra continuamente la semilla de su gracia: simiente divina que al arraigar en las almas produce frutos de santidad. ¡Con cuánto amor nos da Jesucristo su gracia! Para Él, cada hombre es único, y para redimirlo no vaciló en asumir nuestra naturaleza humana. Nos preparó como tierra buena y nos dejó su doctrina salvadora. Pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo, y se fue.

La cizaña es una planta que se da generalmente en medio de los cereales y crece al mismo tiempo que estos. Es tan parecida al trigo que antes de que se forme la espiga es muy difícil al ojo experto del labriego distinguirla de él. Más tarde se diferencia por su espiga más delgada y su fruto menudo; se distingue sobre todo porque la cizaña no solo es estéril sino que además, mezclada con harina buena, contamina el pan y es perjudicial para el hombre2. Sembrar cizaña entre el trigo era un caso de venganza personal que se dio no pocas veces en Oriente. Las plagas de cizaña eran muy temidas por los campesinos, pues podían llegar a perder toda una cosecha.

Los Santos Padres han visto en la cizaña una imagen de la mala doctrina, del error3, que, sobre todo al principio, se puede confundir con la verdad misma, "porque es propio del demonio mezclar el error con la verdad"4 y difícilmente se distinguen; pero, después, el error siempre produce consecuencias catastróficas en el pueblo de Dios.

La parábola no ha perdido nada de actualidad: muchos cristianos se han dormido y han permitido que el enemigo sembrara la mala semilla en la más completa impunidad. Han surgido errores sobre casi todas las verdades de la fe y de la moral. ¡Cómo hemos de estar vigilantes, con nosotros y con quienes de alguna manera dependen de nosotros, con aquellas publicaciones, programas de televisión, lecturas, etc., que son una verdadera siembra de error, de mala doctrina! ¡Cómo hemos de cuidar los medios a través de los cuales nos llega la formación, la sana doctrina!

Es necesario velar día y noche, y no dejarse sorprender; vigilar para poder ser fieles a todas las exigencias de la vocación cristiana, para no dar cabida al error, que pronto lleva a la esterilidad y al alejamiento de Dios. Vigilancia sobre nuestro corazón, sin falsas excusas de edad o de experiencia, y sobre aquellas personas que Dios nos ha encomendado.

II. Muchos estragos han producido el error y la ignorancia. El Profeta Oseas, mirando a su pueblo y viéndolo lejos de la felicidad para la que estaba llamado, escribió: languidece mi pueblo por falta de conocimiento5. ¡A cuántos vemos nosotros que andan metidos en la tristeza, en el pecado, en el desconsuelo, en la desorientación más grande, por falta de la verdad de Dios! Muchas personas se dejan arrastrar por las modas y por las ideas impuestas por unos pocos que están en lugares de gran influencia, o se ven deslumbrados por falsos razonamientos, con complicidad casi siempre de las malas pasiones.

El enemigo de Dios y de las almas ha utilizado todos los medios humanos posibles. Así vemos cómo se desfiguran unas noticias, cómo se silencian otras, cómo se propagan ideas demoledoras sobre el matrimonio a través de seriales de televisión de gran alcance, o tratan de ridiculizar el valor de la castidad y del celibato, se propugna el aborto o la eutanasia, o se siembra la desconfianza ante los sacramentos y se da una idea pagana de la vida, como si Cristo no hubiera venido a redimirnos y a recordarnos que nos espera el Cielo. Y esto con una constancia y un empeño increíbles. El enemigo no descansa.

Nosotros, quienes queremos seguir los pasos del Maestro, no nos vamos a quedar quietos, como si las cosas fueran irreparables y nada tuviera ya remedio. A la historia se le puede imprimir un rumbo distinto porque no está predeterminada al mal y Dios nos ha dado la libertad para que sepamos conducirla a Él. Esta es tarea de todos: a cada cristiano, esté donde esté, le atañe la misión de sacar a los hombres de su ignorancia y de sus errores. Aunque hay profesiones que pueden tener una mayor influencia en la vida pública, todos podemos y debemos sembrar buena semilla con simpatía, con amabilidad, con oportunidad, en la propia familia, entre los amigos, entre los compañeros de trabajo o de estudios, en el ámbito en el que nos movemos: mostrando con valentía la belleza de la verdad; desenmascarando el error; facilitando a otros los medios de formación oportunos, como cursos de retiro, círculos de estudio, dirección espiritual; aconsejando un buen libro con contenido doctrinal; animando a los demás con el propio ejemplo a que se comporten como buenos cristianos. Muchos se sentirán fortalecidos por nuestra conducta serena y firme, y podrán hacer frente a esa avalancha de mala doctrina que vemos a nuestro alrededor; ellos mismos se convertirán en focos de luz para otros que andan en la oscuridad. Y veremos cómo en tantos casos se cumplen aquellas palabras de Tertuliano referidas al mundo pagano, que rechazaba la doctrina de Jesucristo: dejan de odiar, quienes dejan de ignorar6.

Debemos sacar el máximo provecho a las mil oportunidades que nos presenta la vida ordinaria para sembrar la buena semilla de Cristo: con motivo de un viaje, al leer el periódico, al charlar con los vecinos, a propósito de la educación de los hijos, al participar en el Colegio profesional, al emitir el voto en unas elecciones... En muchas ocasiones, surgirán con espontaneidad, como parte de la vida; otras, con la ayuda de la gracia y con garbo humano, sabremos provocarlas. Así servimos a Cristo; somos su voz en el mundo.

III. La abundancia de cizaña solo puede contrarrestarse con mayor abundancia aún de buena doctrina: vencer al mal con el bien7, con ejemplo de vida y coherencia de conducta, que es naturalidad. El Señor nos llama a buscar la santidad en medio del mundo, en el cumplimiento de los deberes ordinarios; y esta llamada reclama de nosotros una presencia activa en las realidades humanas nobles que de alguna manera nos atañen. No basta lamentarse ante tantos errores y ante medios tan poderosos para difundirlos, sobre todo en un momento en el que "una sutil persecución condena a la Iglesia a morir de inedia, relegándola fuera de la vida pública y, sobre todo, impidiéndole intervenir en la educación, en la cultura, en la vida familiar.

"No son derechos nuestros: son de Dios, y a nosotros, los católicos, Él los ha confiado..., ¡para que los ejercitemos!"8.

Es hora de salir al descubierto con todos los medios, pocos o muchos, que tengamos a nuestro alcance, y con la disposición de no desaprovechar una sola ocasión que se nos presente. Hemos de decir también a nuestros amigos, a quienes siguen o comienzan a dar sus primeros pasos tras el Maestro, que Él les necesita para que tantas gentes no queden sin conocerle y sin amarle. Hoy podemos preguntarnos en nuestra oración: ¿qué puedo hacer yo –en mi familia, en el trabajo, en la escuela, en la agrupación social o deportiva a la que pertenezco, entre mis vecinos...– para que Cristo esté realmente presente con su gracia y su doctrina en esas personas? ¿A qué medios de formación podría sacarles mayor provecho?

Las modas pasan, y aquellos aspectos contrarios a la doctrina de Jesucristo que perduren, los cambiaremos los cristianos con empeño, con alegría, con una santa tozudez humana y sobrenatural. La Primera lectura de la Misa nos anima a confiar en el poder de Dios: Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu poder total y reprimes la audacia de los que no lo conocen9. Nada es inevitable, todo puede llevar otro rumbo, si hay hombres y mujeres que aman a Cristo y están santamente empeñados en que las costumbres sean más conformes con el querer de Dios. Para eso se precisa la ayuda de la gracia, que no falta, y que cada uno, cada una, quiera realmente ser instrumento del Señor allí donde está, para mostrar con el ejemplo y con la palabra que la doctrina de Jesucristo es la única que puede traer la felicidad y la alegría al mundo: "es menester que (...) llevéis, con naturalidad, vuestro propio ambiente, para dar "vuestro tono" a la sociedad con la que conviváis.

"—Y, entonces, si has cogido ese espíritu, estoy seguro de que me dirás con el pasmo de los primeros discípulos al contemplar las primicias de los milagros que se obraban por sus manos en nombre de Cristo: "¡Influimos tanto en el ambiente!""10.

1 Mt 13, 24-43. — 2 Cfr. F. Prat, Jesucristo, su vida, su doctrina, su obra, Jus, 2ª ed., México 1948, vol. I, p. 289. — 3 Cfr. San Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Evangelio de San Mateo, 47; San Agustín, en Catena Aurea, vol II, p. 240, etcétera. — 4 San Juan Crisóstomo, en Catena Aurea, vol. II, p. 238. — 5 Os 4, 6. — 6 Tertuliano, Ad nationes, I, 1. — 7 Cfr. Rom 12, 21. — 8 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 310. — 9 Sab 12, 17. — 10 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 376.

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Santoral             (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Alejo
Mendigo
Siglo V

Jesús es 
bajado de la CruzEra hijo de un rico senador romano. Nació y pasó su juventud en Roma. Sus padres le enseñaron con la palabra y el ejemplo que las ayudas que se reparten a los pobres se convierten en tesoros para el cielo y sirven para borrar pecados. Por eso Alejo desde muy pequeño repartía entre los necesitados cuanto dinero conseguía, y muchas otras clases de ayudas, y esto le traía muchas bendiciones de Dios.

Pero llegando a los veinte años se dio cuenta de que la vida en una familia muy rica y en una sociedad muy mundana le traía muchos peligros para su alma, y huyó de la casa, vestido como un mendigo y se fue a Siria.

En Siria estuvo durante 17 años dedicado a la adoración y a la penitencia, y mendigaba para él y para los otros muy necesitados. Era tan santo que la gente lo llamaba "el hombre de Dios". Lo que deseaba era predicar la virtud de la pobreza y la virtud de la humildad. Pero de pronto una persona muy espiritual contó a las gentes que este mendigo tan pobre, era hijo de una riquísima familia, y él por temor a que le rindieran honores, huyó de Siria y volvió a Roma.

Llegó a casa de sus padres en Roma a pedir algún oficio, y ellos no se dieron cuenta de que este mendigo era su propio hijo. Lo dedicaron a los trabajos más humillantes, y así estuvo durante otros 17 años durmiendo debajo de una escalera, y aguantando y trabajando hacía penitencia, y ofrecía sus humillaciones por los pecadores.

Y sucedió que al fin se enfermó, y ya muribundo mandó llamar a su humilde covacha, debajo de la escalera, a sus padres, y les contó que él era su hijo, que por penitencia había escogido aquél tremendo modo de vivir. Los dos ancianos lo abrazaron llorando y lo ayudaron a bien morir.

Después de muerto empezó a conseguir muchos milagros en favor de los que se encomendaban a él. En Roma le edificaron un templo y en la Iglesia de Oriente, especialmente en Siria, le tuvieron mucha devoción.

La enseñanza de la vida de San Alejo es que para obtener la humildad se necesitan las humillaciones. La soberbia es un pecado muy propio de las almas espirituales, y se le aleja aceptando que nos humillen. Aún las gentes que más se dedican a buenas obras tienen que luchar contra la soberbia porque si la dejan crecer les arruinará su santidad. La soberbia se esconde aún entre las mejores acciones que hacemos, y si no estamos alerta esteriliza nuestro apostolado. Un gran santo reprochaba una vez a un discípulo por ser muy orgulloso, y este le dijo: "Padre, yo no soy orgulloso". El santo le respondió: "Ese es tu peor peligro, que eres orgulloso, y no te das cuenta de que eres orgulloso".

La vida de San Alejo sea para nosotros una invitación a tratar de pasar por esta tierra sin buscar honores ni alabanzas vanas, y entonces se cumplirá en cada uno aquello que Cristo prometió: "El que se humilla, será enaltecido".

Dijo Jesús: "Los últimos serán los primeros. Dichosos los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos". (Mt. 5)

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Justa y Rufina, Santas Mártires, 17 de julio  

Justa y Rufina, Santas

Mártires de Sevilla

Martirologio Romano: En Sevilla, Andalucía, España, santas Justa y Rufina, virgenes, que arrestadas por ordenes del gobernador Diogeniano soportaron crueles suplicios, prisión, inanición y otras torturas. Justa murió en prisión, mientras que Rufina, por haber confesado su fe en el Señor fue degollada.

Etimología: Justa = justa, del latín,
                  Rufina = de pelo rojo, del latín


Eran hermanas carnales, nacidas en Sevilla, Justa en 268 y Rufina en 270, de familia muy modesta con firmes convicciones cristianas. En la época que vivieron dominaban los romanos gran parte del mundo por ellos conocido. En estos tiempos paganos, las hermanas dedicaban su tiempo a ayudar al prójimo y al conocimiento del Evangelio.

Era costumbre celebrar una vez al año una fiesta pagana en honor a Venus y en la que se rememoraba el fallecimiento del admirado Adonis. Según la tradición cristiana, se recorrían las calles de la ciudad con la figura cargada en hombros molestando gravemente al público y exigiendo inmensas limosnas para la fiesta. En cierta ocasión, los paganos llegaron a casa de Justa y Rufina exigiendo el dinero correspondiente, pero las hermanas se negaron a pagarlo por ser el fin de éste contrario a su fe, y no sólo esto sino que decidieron hacer añicos la figura de la diosa entre ambas, provocando de esta manera el enfado general de las devotas que se lanzaron hacia ellas.

El prefecto de Sevilla, Diogeniano, mandó encarcelarlas, animándolas a abandonar sus creencias cristianas si no querían ser víctimas del martirio, las santas se negaron a pesar de las amenazas. Sufrieron el tormento del potro para a continuación ser torturadas con garfios de hierro. Diogeniano esperaba que el trato que se le daba sería suficiente para que renunciaran a su fe, ellas aguantaron todo. Viendo que no surtió efecto el castigo las encerró en una tenebrosa cárcel donde sufrirían las penalidades del hambre y la sed.

Estoicamente sobrevivieron a su condena, por lo que fueron castigadas de nuevo, esta vez debían caminar descalzas hasta llegar a Sierra Morena. Tuvieron la suficiente fuerza para conseguir el objetivo. Viendo que nada las vencía mandó encarcelarlas hasta morir, la primera en fallecer fue Santa Justa, su cuerpo lo tiraron a un pozo, recuperado poco tiempo después por el obispo Sabino.

Una vez que hubo acabado con la vida de Justa, Diogeniano creyó que Rufina sucumbiría a sus deseos con más facilidad, pero no lo consiguió, y decidió acabar con su vida de la forma más lúgubre en aquellos tiempos, la llevó al anfiteatro y la dejó a expensas de un león para que la destrozase. La bestia se acercó y lo más que hizo fue mover la cola y lamer sus vestiduras como haría un animal de compañía. El Prefecto no aguantó más, la mandó degollar y quemar su cuerpo. Nuevamente tras este hecho el obispo Sabino recogió los restos y la enterró junto a su hermana en el año 287.

Por tan cristiana acción, fueron canonizadas. Se les nombró Patronas de Sevilla, y de los gremios de alfareros y cacharreros. También son veneradas como patronas de otras localidades, por ejemplo Orihuela, donde la leyenda cuenta que las santas se aparecieron en forma de dos luceros sobre la sierra de Orihuela tras la valerosa conquista cristiana sobre los musulmanes y su falsa fe impuesta.Tambien es patrona de Payo de Ojeda en Palencia y de la ciudad conquense de Huete.

Las santas Justa y Rufina son especialmente veneradas en Sevilla. La tradición las señala como protectoras de la Giralda y la Catedral, considerando que por su intercesión no cayeron tras el terremoto de Lisboa de 1755

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Fuente: Corazones.org
Eduviges de Polonia, Santa Reina, 17 de julio  

Eduviges de Polonia, Santa

Martirologio Romano: En Cracovia, ciudad de Polonia, santa Eduviges, reina, que nacida en Hungría, heredó el reino de Polonia y se casó con Jaguelón, gran señor de Lituania, que recibió en el bautismo el nombre de Ladislao, y con quien implantó la fe católica en ese territorio de Lituania (1399).

Etimológicamente: Eduviges = Eduvigis = Aquella que es una luchadora victoriosa, es de origen germánico.

 

Eduviges fue coronada reina a los diez años (en 1384) y murió a los 25 años. A pesar de su corta vida, fue suficiente para lograr mucho. Inspiró al pueblo con su amor por los pobres y campesinos.

Su matrimonio con el gran duque Jagello de Lituania cambió la historia de Europa al llevar los confines de la civilización occidental a las fronteras orientales del reino polaco-lituano. Por ello se la considera protagonista de la evangelización europea y "figura puente" del cristianismo occidental y oriental.

Eduviges no se encerró en su corte. Esta mujer, que vivió hace mas de seiscientos años, participó activamente en la vida del enorme estado polaco-lituano. Consciente del valor de la cultura como vehículo de la fe, fundó la facultad de Teología de la universidad de Cracovia, una de las más antiguas de Europa. Juan Pablo II, recordando la altura científica de la Universidad de Cracovia ("la Jaguelloniana"), en la que enseñó Copérnico, y en la que él mismo tuvo la oportunidad de estudiar, afirmó que "la verdadera riqueza de un país son sus universidades".

Eduviges también desplegó gran actividad a favor de los pobres y enfermos, fundando hospitales y centros de asistencia.

En la canonización de la reina Eduviges ha pesado decisivamente la admiración ininterrumpida de todo su pueblo durante seis siglos. Su causa de beatificación se abrió en 1426, 27 años después de su muerte. En 1987, la reina Eduviges fue beatificada, y sus reliquias fueron transferidas al altar del Cristo Crucificado de la Catedral de Cracovia. El Papa Juan Pablo II la canonizó en el año 1997.

Es la santa patrona de las reinas y de la Europa Unida.

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Fuente: Carmelnet.org
Teresa de San Agustín y Compañeras, Beatas Mártires de Compiegne, 17 de julio  

Teresa de San Agustín y Compañeras, Beatas

Mártires de la Revolución Francesa

Martirologio Romano: En París, capital de Francia, beatas Teresa de San Agustín (María Magdalena Claudina) Lindoine y quince compañeras, vírgenes del Carmelo de Compiègne y mártires, que durante la Revolución Francesa se mantuvieron fieles a la observancia monástica y ante el patíbulo renovaron las promesas bautismales y los votos religiosos (1791).

Etimológicamente: Teresa = Aquella que es experta en la caza, es de origen griego.

 

No es posible recoger aquí la preciosa vida de dieciséis vírgenes y mártires carmelitas ala vez, ya que, juntamente con la Madre Priora del Carmelo francés de Compiegne, murieron generosamente esas quince hijas espirituales que formaban su comunidad. Nos vamos a contentar con dar sus nombres:

Sor Teresa de San Agustín
Sor Julia Luisa de Jesús
Sor San Luis
Sor María Enriqueta de la Providencia
Sor Ana María de Jesús
Sor Constanza
Sor Carlota de la Resurrección
Sor María del Espíritu Santo
Sor Eufrasia de la lnmaculada Concepción
Sor Santa Maria
Sor Enriqueta de Jesús
Sor San Francisco Javier.
Sor Teresa del corazón de Maria
Sor Catalina Soirón.
Sor Teresa de San Ignacio
Sor Teresa Soirón

Este convento había sido fundado el 1641 por monjas procedentes del convento de Amiens.

Malos aires corrían por Francia desde que la tristemente famosa Revolución había iniciado sus desmanes.

El 14.9.1792 fueron arrojadas de su monasterio. Ya antes, por indicación de su M. Priora, se habían ofrecido al Señor en holocausto "para aplacar la cólera de Dios y para que la paz divina traída al mundo por su amado Hijo, fuese devuelta a la Iglesia y al Estado".

Cada

Teresa de San Agustín y Compañeras, Beatas

día repetían esta consagración generosa. El 24 de junio de 1794 fueron apresadas las 16y encerradas en Sainte Marie, monasterio de la visitación convertido en cárcel.

En carretas fueron llevadas a París, a donde llegaron el día 13 de julio y fueron encerradas en la terrible cárcel de la Conciergerie, abarrotada de sacerdotes, religiosos y seglares condenados a muerte.

La fiesta del Carmen -día 16- entonaron a su Madre y Patrona cánticos fervorosos con la música de la Marsellesa.

El 17 de Julio, después de manifestar que morían voluntariamente por su fe. por su fidelidad a Cristo, a María y a la Iglesia, fueron condenadas a muerte y llevadas a la Barriere-du-Trone. Antes de ser aguillotinadas cantaron todas el Miseres, la Salve Regina, el Te Deum y el Veni Creator, renovaron una por una su profesión al pie de la Madre Priora e iban subiendo, con gran gozo, a la guillotina ante el sombro de todos los asistentes.

Era el 17 de julio de 1794.

El 13 de mayo de 1906 eran beatificadas por el papa San Pío X.

George Bernanos y otros literatos, músicos y cineastas han inmortalizado sus vidas con el famoso "Diálogo de carmelitas", que tambiés el el título de una película que recomedamos ver..

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Carlota de la Resurección, Beata Mártir Carmelita, 17 de julio  

Carlota de la Resurección, Beata

Monja Carmelita y Mártir

Etimológicamente: Carlota = Aquella mujer fuerte y dotada de noble inteligencia, es de origen francés.<8i>

Carlota de la Resuraccion. Estamos en plena Revolución francesa. Concretamente en el año 1794.

Las
beatas carmelitas de Compiegne
son llevadas de este lugar a París, en la época del terror más exacerbado que uno se pueda imaginar.

Estas hermanas vivían en su convento entregadas a la vida de oración, al trabajo y al apostolado. ¿Qué daño hacían? Ninguno. Pero las turbas se lanzaron contra ellas y sus inocentes vidas. Siempre se persigue la religión cuando se aleja Dios de la sociedad y de los corazones de los dirigentes.

El 16 de julio, las prisioneras carmelitas, para recordar la conmemoración de Nuestra Señora del Carmen, compusieron unas letrillas que escribieron con unos tizones sobre trozos de papel que luego repartieron; todos corearon las canciones de las religiosas con música de la Marsellesa, el himno revolucionario que nadie les podía prohibir; eran enardecidas loas a la esperanza, un canto de júbilo hecho plegaria y expresión de una viva fe. Al día siguiente fueron condenadas a muerte por el tribunal revolucionario en juicio sumarísimo y por la vía rápida: aquellas monjas eran demasiado peligrosas para los reclusos. Ese mismo día 17 de julio debían ser ejecutadas.

El cortejo de aquellas religiosas por las calles de París, camino del cadalso, no era el espectáculo fúnebre al que estaba acostumbrado a presenciar el populacho parisiense, sino algo muy singular: sobre una carreta al descubierto las dieciséis carmelitas iban cantando en gregoriano el Miserere y la Salve Regina. Y cuando avistaron el lugar del holocausto entonaron el Te Deum, todo un rito, ciertamente, pero que entrañaba un torrente de vida. Al pie de la guillotina y ante un silencio impresionante las carmelitas entonaron el Veni Creator Spiritus y fueron renovando una por una su profesión religiosa en manos de la priora, M. Teresa de S. Agustín Lidoine: "Yo…(Sor Ana María, Sor Carlota, Sor Eufrasia, Sor Enriqueta, Sor Marta, Sor Constanza…) renuevo mis votos de pobreza, obediencia y castidad…usque ad mortem, hasta la muerte. Jamás se habían pronunciado unas fórmulas de profesión más verídicas ni patéticas que aquéllas.

Con sus caras de felicidad y, con la confianza en Dios – tal como él hizo en la cruz – iban derechas al lugar de los tormentos: la vil guillotina en la plaza del Trono parisina.

Después fueron enterradas en el cementerio de Picpus.

La decana de estas hermanas se llamaba Sor Carlota. Tenía 79 años. Había sido bautizada con el nombre de Anne-Marie-Thouret y era originaria de Mouy-sus (Oise).

Cuando hace algunos años se cumplieron los 200 años fatídicos de aquellos días, la hermana Carlota resplandece en el cielo y ante la contemplación de todos los creyentes como una flor que, aunque madura por la vida, sigue expandiendo por todas partes el perfume de su virtud y de su entrega a Dios con su propio martirio.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Mártores Escilitanos, Santos Mártores. 17 de julio  

Mártores Escilitanos, Santos

Mártires

Martirologio Romano: En Cartago, nacimiento en el cielo de los mártires escilitanos Esperado, Narzalo, Citino, Venturio, Félix, Aquilino, Letancio, Genara, Generosa, Vestina, Donata y Segunda, todos los cuales, por orden del procónsul Saturnino y por haber confesado a Cristo, primero fueron encarcelados, al día siguiente atados a un madero y, finalmente, al mantenerse firmes en su fe en Cristo y negarse a dar culto al emperador como si fuera un ser divino, condenados a la pena capital, y puestos todos de rodillas en el lugar en que iban a ser ejecutados, dando gracias a Dios fueron decapitados (180).

 

Estos santos sufrieron el martirio en el último año de la persecución de Marco Aurelio, pero ya durante el reinado de Cómodo. Sus actas, que son indudablemente auténticas y las más antiguas que existen, por lo que se refiere a la Iglesia del África, se conservan casi en su forma original. Esperato y sus compañeros eran originarios de Scillium o Escilio (cerca de Túnez). Eran en total doce: siete mujeres y cinco hombres. He aquí sus nombres: Esperato, Nartzalo, Citino, Veturo, Félix, Aquilino, Letancio, Genara, Generosa, Vestia, Donata y Segunda.

Llevados prisioneros a Cartago, comparecieron ante el procónsul Saturnino, quien les ofreció el perdón imperial con tal de que adorasen a los dioses. Esperato respondió en nombre de todos: "No hemos cometido crimen alguno ni hemos hecho injusticia a nadie; hemos dado gracias por los malos tratos que recibimos, porque honramos profundamente a nuestro Soberano." El procónsul replicó: "También nosotros somos un pueblo religioso, y nuestra religión es más sencilla. Nosotros juramos por el divino espíritu de nuestro señor el emperador y pedimos por su bienestar. Vosotros debéis hacer lo propio, pues tal es vuestro deber." "Si me escuchas pacientemente unos momentos, te explicaré el misterio de la verdadera sencillez", le pidió Esperato. Pero Saturnino le ordenó que jurase inmediatamente por el "genio" del emperador. Esperato contestó: "Yo no sé nada de los imperios de este mundo; sirvo a un Dios que ningún mortal ha visto jamás ni puede ver. Yo no he robado nunca y pago todo lo que compro, porque reconozco a mi Maestro, que es el Rey de reyes y soberano de todas las naciones del mundo." Saturnino exhortó entonces a todos los reos a abjurar de su fe y Esperato exclamó: "Tu doctrina es mala, puesto que permite el asesinato y el perjurio." Entonces el procónsul, volviéndose hacia los otros mártires, les pidió que desmintiesen a Esperato, pero Citino respondió: "Nosotros no tememos más que a nuestro Dios, que está en el cielo." Y Donata añadió: "Damos al César el honor que se le debe, pero sólo tememos a Dios." Y Vestia dijo: "Soy cristiana." Y Segunda dijo: "Yo no quiero dejar de ser lo que soy." Y así todos los demás. Entonces, el procónsul preguntó a Esperato: "¿Sigues decidido a permanecer cristiano?" "Sí, soy cristiano." El procónsul insistió: "¿No quieres reflexionar un poco?" Esperato replicó: "Cuando las cosas son claras, no hace falta reflexionar." Saturnino le preguntó: "¿Qué guardas en esa caja?" Esperato contestó: "Los libros sagrados y las cartas de un justo llamado Pablo."

Saturnino les concedió treinta días de plazo para que reflexionaran, pero todos rechazaron la concesión y reiteraron que eran cristianos. Viendo tal constancia y resolución, el procónsul pronunció la sentencia en los siguientes términos: "Esperato, Nartzalo, Citino, Veturo, Donata, Vestia, Segunda y los demás, habiéndose confesado cristianos y habiendo rechazado la ocasión de volver a las costumbres romanas, quedan sentenciados a perecer por la espada." Cuando Saturnino acabó de leer la sentencia, Esperato exclamó: "¡Gracias sean dadas a Dios!" y Nartzalo dijo: "¡Este día seremos mártires del cielo! ¡Gracias sean dadas a Dios!" Inmediatamente fueron conducidos al sitio de la ejecución, donde se les decapitó. Los fieles que copiaron las actas del registro público, añaden: "Y así, todos recibieron juntos la corona del martirio y reinan con el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amén."

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Marcelina, Santa Virgen, 17 de julio  

Marcelina, Santa

Virgen

Martirologio Romano: En Milán, ciudad de Liguria, santa Marcelina, virgen, hermana del obispo san Ambrosio, a la que el papa Liberio impuso el velo de consagrada en la basílica romana de San Pedro, en la fiesta de la Epifanía del Señor (s. IV ex.).

Marcelina era hermana de San Ambrosio de Milán. Nació antes que San Ambrosio, probablemente en Tréveris, donde su padre era prefecto de los galos. Marcelina se trasladó a Roma con su familia y, desde muy temprana edad, empezó a concentrarse exclusivamente en el fin para el que había sido creada.

Se encargó del cuidado de sus dos hermanos y, con sus palabras y ejemplo, les inspiró el amor a la virtud verdadera, no simplemente de la apariencia de virtud. Marcelina tenía por única mira la gloria de Dios. Para conseguir su objetivo, decidió renunciar al mundo.

El día de la Epifanía del año 353, recibió el velo de las vírgenes de manos del Papa Liberio, en la basílica de San Pedro. En el discurso que pronunció el Pontífice en esa ocasión, exhortó a Marcelina a amar exclusivamente a Jesucristo, a vivir en continuo recogimiento y mortificación y a conducirse en la iglesia con el más grande respeto y modestia. San Ambrosio, a quien debemos los ecos de esa exhortación, no vacila en criticar la elocuencia del Papa Liberio cuando la juzga insuficiente. San Ambrosio dedicó a su hermana su tratado sobre la excelencia de la virginidad. Siendo ya obispo, Marcelina le visitó varias veces en Milán y habló con él sobre la vida espiritual; en esa forma, ayudó a su hermano en sus relaciones con las vírgenes consagradas.

Marcelina practicó la más alta perfección. Ayunaba diariamente hasta el atardecer y consagraba la mayor parle del día y de la noche a la oración y la lectura espiritual. En los últimos años de su vida, San Ambrosio le aconsejó que moderase sus penitencias y aumentase el tiempo de oración; en particular, le recomendó los Salmos, la Oración del Señor y el Credo, al que llamó sello del cristiano y guardián del corazón. Marcelina siguió viviendo en Roma después de la muerte de su madre, no en comunidad, sino en una casa privada, junio con oirá mujer que participaba en todos sus ejercicios de devoción.

Marcelina sobrevivió a San Ambrosio, pero no sabemos exactamente en qué año murió. En la oración fúnebre pronunciada por San Ambrosio en memoria de su hermano Sátiro, llamó a Marcelina "...santa hermana, admirable por su inocencia, su rectitud y su bondad con el prójimo."

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León IV, Santo CIII Papa, Julio 17  

León IV, Santo

CIII Papa

Martirologio Romano En Roma, en la basílica de San Pedro, san León IV, papa, protector de la ciudad y defensor del primado de Pedro (855).

Papa de la Iglesia católica de 847 a 855.

Arcipreste con Gregorio IV y subdiácono con Sergio II, León era cardenal cuando fue elegido papa por unanimidad.

Su acceso al pontificado vino marcado por el saqueo que sufrió Roma a manos de los sarracenos en 846. La ciudad sólo contaba con la defensa que le proporcionaba la muralla que el emperador Aureliano construyó en el siglo III y que no incluía la colina Vaticana donde a comienzos del siglo IV se construyó la primera Basílica de San Pedro donde se acumulaban los tesoros de la Iglesia. El saqueo del tesoro y la profanación que sufrió la propia tumba del apostol hizo que León IV iniciara el amullaramiento de la colina Vaticana y la zona en torno a la Basílica de San Pedro dando lugar a lo que hoy se conoce como "Ciudad Leonina".

Asimismo alentó la formación de una liga con la ciudades bizantinas de Nápoles, Gaeta y Amalfi para crear una flota unificada con la que hacer frente a los sarracenos que asolaban la costa italiana, logrando derrotarlos en la batalla naval que tuvo lugar frente a Ostia en 849. Esta victoria fue inmortalizada por Rafael en unos frescos pintados en el Palacio Vaticano.

Este mismo pintor reflejó en su obra "Incendio del burgo" el incendio que sufrió uno de los distritos de Roma y que según la tradición fue sofocado por el Papa milagrosamente.

En el orden doctrinal convocó y celebro durante su pontificado tres sínodos, uno de los cuales, celebrado en 850, contó con la presencia de Luís II, pero que fueron de poca importancia.

Confirmo a los venecianos su derecho a elegir al Dogo y fue el primer pontífice en datar los documentos oficiales.

Falleció el 17 de junio de 855 y fue enterrado en la Basílica de San Pedro.

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Fuente: Vatican.va
Pablo (Pedro) Gojdic, Beato Obispo y Mártir, 17 de julio  

Pablo (Pedro) Gojdic, Beato

Obispo y Mártir

Martirologio Romano: En Leopoldvara, de Eslovaquia, beato Pablo (Pedro) Gojdic, obispo y mártir, que siendo pastor de la eparquía de Presov, durante el régimen contrario a Dios fue encarcelado, sufriendo toda clase de pruebas, de modo que, tratado atrozmente pero manteniendo la palabra de Cristo en una confesión constante, pasó a la vida gloriosa (1960)

Etimológicamente: Pablo = Aquel que es pequeño o débil, es de origen latino.

 

PABLO GOJDIC nació el 17 de julio de 1888 en Ruské Peklany cerca de Prešov (República Eslovaca), en la familia de Štefan Gojdic, sacerdote greco católico, el nombre de su madre era Anna Gerberyová. En el bautismo él recibió el nombre de Pedro.

Asistió a la escuela elemental en Cigelka, Bardejov y Prešov, terminando sus estudios esenciales en Prešov, que él concluyó con su examen de madurez en 1907. Obedeciendo la llamada de Dios al sacerdocio él empezó su estudio de teología en Prešov, obteniendo excelentes calificaciones, un año después lo enviaron a continuar sus estudios en Budapest. Aquí también intentó llevar una vida profunda espiritual. Siendo seminarista escuchó de su director espiritual esta frase: "La vida no es difícil, pero hay que tomarla en serio", palabras que lo guiarán a lo largo de su vida. Habiendo terminado sus estudios el 27 de agosto de 1911 fue ordenado sacerdote en Prešov por el Obispo Dr. Ján Valyi. Después de que su ordenación que él trabajó por un corto período con su padre como sacerdote auxiliar de la parroquia. Después de un año él era prefecto designado del seminario de la diócesis greco católica y al mismo tiempo enseñada religión en un colegio. Después fue puesto a cargo del protocolo y los archivos en la curia diocesana. También se le confió el cuidado espiritual de los creyentes en Sabinov como sacerdote auxiliar de la parroquia. En 1919 fue nombrado director de la oficina episcopal.

Para sorpresa de todos, el 20 de julio de 1922, se unió a la Orden de San Basilio el Grande en Cernecia Hora cerca de Mukacevo, dónde, tomó el hábito el 27 de enero de 1923 recibiendo el nombre de Pavol (Pablo). Él tomó esta decisión como señal de modestia, humildad, y el deseo de llevar una vida ascética para servir mejor a Dios. Pero Dios tenía otros planes y lo llevaría a cargos tan altos como el de obispo. El 14 de septiembre de 1926 fue nombrado Administrador Apostólico de la diócesis grego católica de Prešov. Durante la ceremonia de su instalación como Administrador Apostólico él anunció el programa de su apostolado: "Con la ayuda de Dios quiero ser padre para los huérfanos, apoyo para el pobres y consuelo para los afligidos ".

El primer acto oficial de Pablo Gojdic como administrador de la diócesis greco católica fue escribir una carta pastoral por el aniversario 1100 del nacimiento de
San Cirilo, el apóstol de los eslavos. Así empieza su actividad, dentro del espíritu apostólico eslavo, siempre fiel a Roma, como ellos lo son. Él era un eslavo y era muy devoto a su rito oriental.

Un corto tiempo después, el 7 de marzo de 1927 fue nombrado obispo con el título de Harpaš (la Iglesia de Harpaš - en Asia Minor). La consagración episcopal tuvo lugar en la basílica de San Clemente, en Roma, el 25 de marzo de 1927, fiesta de la Anunciación de Nuestra Señora.

Después de que su ordenación episcopal él visitó la basílica de San Pedro en Roma dónde él oró ante la tumba del Apóstol. Junto con el Obispo Nyaradi, fue recibido en una audiencia privada por el Santo Padre Pío XI el 29 de marzo de 1927. El Papa le dio la cruz de un al Obispo Pablo diciéndole: "Esta cruz es sólo un símbolo débil de las cruces pesadas que Dios le enviará, hijo mio, en su trabajo como obispo ".

Para sus programas episcopales escogió como lema las palabras siguientes: "Dios es el amor, ¡amémosle!". Como obispo estaba comprometido en impulsar la vida espiritual de clero y los creyentes. Insistió en la celebración apropiada de la liturgia y festividades de la iglesia. Dadas las realidades existentes erigió nuevas parroquias en Praga, Bratislava, Levoča y en otras partes. Gracias a su trabajo duro se construyó el orfanato en Prešov, que fue confiado a las hermanas locales. Su actividad en el campo escolástico fue excelente, como lo demuestra la fundación de la escuela Grieco-católica en Prešov en el año 1936. También apoyó la instrucción académica, el seminario, las universidades, etc. Él estaba interesado en cada faceta de la literatura espiritual, lo que produjo el lanzamiento de ediciones revisadas del Blahovistnik (Mensajero del Evangelio), Da prijdet carstvije Tvoje (el Reino Viene) y de varias oraciones, etc., publicadas por la editora PETRA. Para su bondad, cuidando y relación caritativa con las personas él era descrito como "un hombre con un corazón de oro ".

VIRGEN DE KLOKOCOVUna importante característica del obispo también era su fuerte devoción para el Salvador presente en la Eucaristía que él fortalecía continuamente a través de sus visitas a la Sagrada Eucaristía en la capilla en su residencia. Otro característica, no menos cierta, en su vida espiritual, era su devoción al Sagrado Corazón. Ya como Seminarista en Budapest se había consagrado al Sagrado Corazón y esto lo confirmaba cada mañana con las palabras: "Todas las oraciones, sacrificios y cruces las ofrezco en reparación de los pecados del mundo entero ". Uno no debe olvidarse que el obispo tenía la gran devoción a la Madre de Dios y como un mariano devoto colocó en su capilla residencial un cuadro de la Virgen de Klokocov delante de la cual oró todos los días y a cuya protección él confió su vida y toda la diócesis greco católica.

El 13 de abril de 1939 fue designado administrador apostólico en el Eslovaquia de la Administración Apostólica de Mukacevo. En la difícil situación del Estado Eslovaco él se volvió "la espina encarnada" para los representantes del gobierno de aquel tiempo y ofreció su dimisión al cargo -de hecho Santo Padre Pío XII apreciaba su trabajo y no sólo se negó a su dimisión sino que lo hizo el obispo residente en Prešov, y así el 8 de agosto de 1940 fue entronizado solemnemente en Prešov y posteriormente el 15 de enero de 1946 fue confirmada su jurisdicción sobre todos los greco católicos en toda Checoslovaquia.

El progreso en la vida espiritual y religiosa en la diócesis greco católica que seguía el ejemplo personal y fervor del Obispo Pablo se interrumpió por los eventos de guerra, y sobre todo con la llegada al poder de los comunistas en 1948. La línea de su programa apostólico hacía presentir la batalla que vendría en contra de la Iglesia del greco católico. El Obispo Gojdic resistió cualquier iniciativa de someter a los greco-católicos a la Iglesia Ortodoxa, iniciativa impulsada por los comunistas y el poder del Estado, aunque era consciente de que con esa aptitud estaba arriesgándose a la persecución y a ser arrestado, quizás hasta a la muerte. Gradualmente fue aislado del clero y de sus feligreses.

Aunque soportó severa presión para que renunciase a la fe católica y rompiera su obediencia al Romano Pontífice, se negó a cada atractiva oferta y exclamó: "Ya tengo 62 años y sacrifico todos mis bienes y la residencia, pero no negaré mi fe de forma alguna porque yo quiero salvar mi alma. Nunca lograrán eso de mi".

Durante los tristemente conocidos eventos de Prešov, el 28 de abril de 1950, cuando el Estado proscribió la Iglesia greco católico y prohibió su actividad, el obispo Pablo Gojdic fue arrestado y confinado. Así empezó su vía crucis por muchas prisiones de Checoslovaquia, mismas que finalizaron con su muerte.

En los días del 11 al 15 de enero de 1951 en un proceso inventado contra quienes eran llamados los obispos "altamente traidores" (Vojtaššák, Buzalka, y Gojdic) él recibió una condena de cadena perpetua, una multa de doscientas mil coronas y fue privado de todos sus derechos cíviles. Los traslados de una prisión a otra siguieron, el Obispo Gojdic sufría castigos físicos y psicológicos, humillaciones, fue obligado a hacer los trabajos más difíciles y degradantes. Sin embargo él nunca se quejó y nunca pidió ser perdonado. Hacía uso de cada oportunidad disponible para orar, y celebraba la Sagrada Liturgia en secreto. Dada la amnistía en 1953, otorgada por el Presidente Estatal A. Zapotock†, su cadena perpetua fue cambiada a una condena de 25 años. El tenía entonces 66 años y su estado de salud se deterioraba continuamente. Pese a todo, las solicitudes de amnistía fueron siempre negadas.

El Obispo Pablo Gojdic sólo podría dejar la prisión a cambio de su fidelidad a la Iglesia y al Santo Padre. Se le hicieron varias ofertas, como se demuestra por un evento que él relató: En la prisión de Ruzyñ fue llevado desde su celda a una oficina, por un oficial alto en uniforme. Este le informó que desde esa oficina él podría ir directamente a Prešov, con la condición de que se hiciera Patriarca de la Iglesia Ortodoxa en Checoslovaquia. Se negó a esta oferta, pidiendo disculpas y explicando que eso sería un muy grave pecado contra Dios, una traición al Santo Padre, a su conciencia y a su fe, además de a todos los que en ese entonces estaban sufriendo la persecución.

En todas las situaciones difíciles él se puso en manos de Dios, como puede verse en estas palabras suyas: "Yo realmente no sé si sería una ganancia intercambiar la corona del martirio por dos o tres años de vida en libertad. Pero dejaré que sea el Señor quien decida". En ocasión de su 70° cumpleaños el Santo Padre Pío XII le envió un telegrama a la prisión. En él aseguraba que él no se olvidaría de su heroico hijo. Para el obispo éste sería uno de sus mejores días en la prisión.

Un gran deseo del obispo Gojdic era morir confortado por los sacramentos en su cumpleaños. Este deseo se le cumplió.

El Padre Alojz Vrána fue transferido al cuarto del hospital de la prisión de Leopoldvara (Eslovaquia), dónde el obispo pasó sus últimos días, y pudo oír su confesión. El cáliz del sufrimiento del Obispo Pablo estaba a punto de rebosar. Un testigo presencial de los últimos momentos de su vida fue la enfermera de la prisión, František Ondruška, quien dio su testimonio. Ella confirmó que el deseo del obispo había sido cumplido, murió el 17 de julio de 1960 que era el día de su 72º cumpleaños. Murió en el hospital de la prisión de Leopoldvara como consecuencia de una enfermedad provocada por todo el maltrato. Después fue enterrado sin ceremonia alguno en el cementerio de la prisión, en una tumba anónima, marcada tan sólo por su número como prisionero: 681.

Buscando aliviar la situación política en Checoslovaquia en 1968, las autoridades estatales, luego de muchos retrasos, otorgaron el permiso para exhumar los restos mortales del Obispo Gojdic. El 29 de octubre de 1968 sus restos fueron trasladados desde Leopoldvara hasta Prešov. Una vez finalizada la ocupación soviética, una decisión de las autoridades permitió trasladar los restos a la cripta en la Catedral greco católica de San Juan Bautista en Prešov. Desde el 15 de mayo de 1990 sus restos están en un sarcófago en la capilla de la catedral.

El Obispo Pablo Gojdic fue rehabilitó legalmente el 27 de septiembre de 1990. Como consecuencia recibió póstumamente las condecoraciones de la Orden de T. G. Masaryk - II clase, y la Cruz de Pribina - 1 clase.

El Santo Padre, Juan Pablo II durante su visita histórica a Eslovaquia, mientras visitaba Prešov, orado ante la tumba de este obispo-mártir en la capilla de la catedral.

Fue beatificado el 4 de noviembre de 2001 por S.S. Juan Pablo II.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

 

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