miércoles, 21 de junio de 2017

[ † ] Miércoles de San José. 21/06/2017. San Luis Gonzaga ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

Tu padre, que ve lo secreto, te recompensará

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6.16-18

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Cuidado con practicar las buenas obras para ser vistos por la gente, porque su Padre del cielo no los recompensará. Por eso, cuando des limosna, no vayas pregonándolo, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que los alaben los hombres. Les aseguro que ya han recibido su recompensa.
Tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. Así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando recen, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en la sinagogas y en las esquinas de las plazas para que los vea la gente. Les aseguro que ya han recibido su recompensa. 
Tú, cuando reces, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 
Cuando ayunen, no anden tristes como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que la gente vea que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su recompensa.
Tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, de modo que nadie note tu ayuno, sino tu Padre, que está en lo escondido. Y tu Padre, que ve hasta lo más escondido, te recompensará".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

mie 11a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación: Señor, no tardes.

Oración colecta

Oremos:
Señor, tú que eres nuestro creador y quien amorosamente dispone de toda nuestra vida, renuévanos conforme a la imagen de tu Hijo y transforma toda nuestra vida en continua ofrenda.
Por nuestro Señor Jesucristo... 
Amén.

Primera Lectura

Dios ama al que da con alegría

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 9, 6-11

Hermanos: Tengan esto presente: el que siembra con miseria, miseria cosecha; el que siembra generosamente, generosamente cosecha. Que cada uno dé según su conciencia, no de mala gana ni como 
obligado, porque Dios ama al que da con alegría. Dios, por su parte, tiene poder para colmarlos de dones, de modo que teniendo siempre y en todas las cosas lo suficiente, les sobre incluso para hacer toda clase de obras buenas. Así lo dice la Escritura: Distribuyó con abundancia sus bienes a los pobres, su 
generosidad permanece para siempre.
El que proporciona semilla al que siembra y pan para que se alimente, les proporcionará y les multiplicará la semilla y hará crecer los frutos de su generosidad. Enriquecidos así, podrán ser generosos en todo, generosidad que por nuestra mediación, se convertirá en acción de gracias a Dios. 
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 111, 1-2.3-4.9

Dichoso el que respeta al Señor.

Dichoso el que respeta al Señor y se complace en sus mandamientos. Su descendencia será poderosa en la tierra, la raza de los hombres buenos será bendecida.
Dichoso el que respeta al Señor.

Abundarán las riquezas en su casa, su rectitud permanece para siempre. Como luz para los buenos brilla en la oscuridad el que es compasivo, misericordioso y recto.
Dichoso el que respeta al Señor.

Da sin medida al necesitado, su rectitud permanece para siempre, y mantiene con dignidad su frente en alto.
Dichoso el que respeta al Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor.
Aleluya.

Evangelio

Tu padre, que ve lo secreto, te recompensará

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6.16-18

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Cuidado con practicar las buenas obras para ser vistos por la gente, porque su Padre del cielo no los recompensará. Por eso, cuando des limosna, no vayas pregonándolo, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que los alaben los hombres. Les aseguro que ya han recibido su recompensa.
Tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. Así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando recen, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en la sinagogas y en las esquinas de las plazas para que los vea la gente. Les aseguro que ya han recibido su recompensa. 
Tú, cuando reces, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 
Cuando ayunen, no anden tristes como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que la gente vea que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su recompensa.
Tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, de modo que nadie note tu ayuno, sino tu Padre, que está en lo escondido. Y tu Padre, que ve hasta lo más escondido, te recompensará".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Santifica, Señor, estos dones y, por medio del sacrificio de tu Hijo, transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

La gloria de Dios es el hombre viviente

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen.
Tú lo llamas a cooperar en el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo.
Por eso, 
unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Yo soy el pan de vida, dice el Señor; el que se acerca a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no tendrá nunca sed.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Protege, Señor, continuamente a quienes renuevas y fortaleces con esta Eucaristía, y hazlos dignos de alcanzar la salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Dia 21/06 San Luis Gonzaga (religioso, blanco)

Antífona de Entrada

El hombre de manos inocentes y puro corazón, puede subir a la montaña del Señor y estar en el recinto santo.

 

Oración Colecta

Oremos:
Señor Dios, dispensador de los dones celestiales, que has querido juntar en san Luis Gonzaga una admirable inocencia de vida y un austero espíritu de penitencia; concédenos, por su intercesión, que, si no hemos sabido imitarle en su vida inocente, sigamos fielmente sus ejemplos en la penitencia.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Nuestra fe es la que nos ha dado la victoria sobre el mundo

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 5, 1-5

Queridos hermanos: Todo el que cree que Jesús es el Mesías, ha nacido de Dios. Todo el que ama a un padre, ama también a los hijos de éste. Conocemos que amamos a los hijos de Dios, en que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, pues el amor de Dios consiste en que cumplamos sus preceptos. Y sus mandamientos no son pesados, porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y nuestra fe es la que nos ha dado la victoria sobre el mundo. Porque, ¿quién es el que vence al mundo? Sólo el que cree que Jesús es el Hijo de Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 15

Tú, Señor, eres mi herencia.

Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor. El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos.
Tú, Señor, eres mi herencia.

Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado jamás tropezaré.
Tú, Señor, eres mi herencia.

Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a ti.
Tú, Señor, eres mi herencia.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
Aleluya.

Evangelio

Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo

+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó, para ponerlo a prueba:
"Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?"
Jesús le respondió:
"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor, haz que nos acerquemos siempre a tu banquete con la vestidura nupcial, como san Luis Gonzaga, para que la participación en este misterio nos llene de las riquezas de tu gracia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La gloria de los santos

En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre Santo, porque manifiestas tu gloria en la asamblea de los santos, y al coronar sus méritos, coronas tu propia obra.
Tú nos ofreces el ejemplo de su vida, la ayuda de su intercesión y la participación en su destino, para que, animados por su presencia alentadora, luchemos sin desfallecer en la carrera y alcancemos, como ellos, la corona de gloria que no se marchita, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con la multitud de los santos, te cantamos sin cesar el himno de alabanza:

Antífona de la Comunión

Qué grande es la delicadeza del amor que tienes reservado, Señor, para tus hijos.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Tú que nos has alimentado, Señor, con el pan de los ángeles, concédenos servirte con una vida pura y concédenos que, siguiendo el ejemplo de san Luis Gonzaga, vivamos en continua acción de gracias.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

11ª semana. Miércoles

LA ORACIÓN MENTAL

— Necesidad y frutos.

— La oración preparatoria. Ponerse en presencia de Dios.

— La ayuda de la Comunión de los Santos.

I. El Evangelio de la Misa de hoy1 es una llamada a la oración personal. Cuando oréis -nos dice Jesús-, no seáis como los hipócritas, que son amigos de orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para exhibirse delante de los hombres... Tú, por el contrario, cuando te pongas a orar, entra en tu aposento y, cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo oculto...

El Señor, que nos da esta enseñanza acerca de la oración, la practicó en su vida en la tierra. El Santo Evangelio nos refiere las muchas veces que se retiraba Él solo para orar2. Y este mismo ejemplo lo siguieron los Apóstoles y los primeros cristianos, y después todos aquellos que han querido seguir de cerca al Maestro. «El sendero, que conduce a la santidad, es sendero de oración; y la oración debe prender poco a poco en el alma, como la pequeña semilla que se convertirá más tarde en árbol frondoso»3.

La oración diaria nos mantiene vigilantes ante el enemigo que acecha continuamente, nos hace firmes ante pruebas y dificultades, aprendemos en ella a servir a los demás, es el faro de luz intensa que ilumina el camino y ayuda a ver con claridad los obstáculos. La oración personal nos mueve a realizar mejor el trabajo, a cumplir los deberes con la propia familia y con la sociedad, y tiene una influencia decisiva en las relaciones con los demás. Pero, sobre todo, nos enseña a tratar al Maestro y a crecer en el amor. «¡No dejéis de orar! –nos aconseja el Papa Juan Pablo II–. ¡La oración es un deber, pero también es una gran alegría, porque es un diálogo con Dios por medio de Jesucristo!»4.

En la oración estamos con Jesús; eso nos debe bastar. Vamos a entregarnos, a conocerle, a aprender a amar. El modo de hacerla depende de muchas circunstancias: del momento que pasamos, de las alegrías que hemos recibido, de las penas... que se convierten en gozo cerca de Cristo. En muchas ocasiones traemos a la consideración algún pasaje del Evangelio y contemplamos la Santísima Humanidad de Jesús, y aprendemos a quererle (no se ama sino lo que se conoce bien); examinamos otras veces si estamos santificando el trabajo, si nos acerca a Dios; cómo es el trato con aquellas personas entre las que transcurre nuestra vida: la familia, los amigos...; quizá al hilo de la lectura de algún libro –como el que tienes entre las manos–, convirtiendo en tema personal aquello que leemos, diciendo al Señor con el corazón esa jaculatoria que se nos propone, continuando con un afecto que el Espíritu Santo ha sugerido en lo hondo del alma, recogiendo un pequeño propósito para llevarlo a cabo en ese día o avivando otro que habíamos formulado...

La oración mental es una tarea que exige poner en juego, con la ayuda de la gracia, la inteligencia y la voluntad, dispuestos a luchar decididamente contra las distracciones, no admitiéndolas nunca voluntariamente, y poniendo empeño en dialogar con el Señor, que es la esencia de toda oración: hablarle con el corazón, mirarle, escuchar su voz en lo íntimo del alma. Y siempre debemos tener la firme determinación de dedicar a Dios, a estar con Él a solas, el tiempo que hayamos previsto, aunque sintamos gran aridez y nos parezca que no conseguimos nada. «No importa si no se puede hacer más que permanecer de rodillas durante este tiempo, y combatir con absoluta falta de éxito contra las distracciones: no se está malgastando el tiempo»5. La oración siempre es fructuosa si hay empeño por sacarla adelante, a pesar de las distracciones y de los momentos de aridez. Nunca nos deja Jesús sin abundantes gracias para todo el día. Él «agradece» siempre con mucha generosidad el rato en que Le hemos acompañado.

II. Es de particular importancia ponernos en presencia de Aquel con quien deseamos hablar. Con frecuencia, el resto de la oración puede depender de estos primeros minutos en los que ponemos empeño en estar cerca de Quien sabemos nos ama y espera nuestra súplica, un acto de amor, que consideremos junto a Él un asunto que nos preocupa..., o sencillamente que permanezcamos en su presencia mirándole y sabiendo que nos mira. Si cuidamos con esmero, con amor, estos primeros momentos, si nos situamos de verdad delante de Cristo, una buena parte de la aridez y de las dificultades para hablar con Él desaparecen..., porque eran simplemente disipación, falta de recogimiento interior.

Para ponernos en presencia de Dios al comenzar la oración mental, debemos hacernos algunas consideraciones, que nos ayuden a alejar de nuestra mente otras preocupaciones. Le podemos decir a Jesús: «Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, para escucharme. Está en el Tabernáculo, realmente presente bajo las especies sacramentales, con su Cuerpo, su Sangre, Alma y Divinidad; y está presente en nuestra alma por la gracia, siendo el motor de nuestros pensamientos, afectos, deseos y obras sobrenaturales (...): ¡que me ves, que me oyes!

»Enseguida –nos sigue diciendo San Josemaría Escrivá–, el saludo, como se acostumbra a hacer cuando conversamos con una persona en la tierra. A Dios se le saluda adorándole: ¡te adoro con profunda reverencia! Y si a esa persona la hemos ofendido alguna vez, si la hemos tratado mal, le pedimos perdón. Pues, a Dios Nuestro Señor, lo mismo: te pido perdón de mis pecados, y gracia para hacer bien, con fruto, este rato de conversación contigo. Y ya estamos haciendo oración, ya nos encontramos en la intimidad de Dios.

»Pero, además, ¿qué haríamos si esa persona principal, con la que queremos charlar, tiene madre, y una madre que nos ama? ¡Iríamos a buscar su recomendación, una palabra suya en favor nuestro! Pues a la Madre de Dios, que es también Madre nuestra y nos quiere tanto, hemos de invocarla: ¡Madre mía Inmaculada! Y acudir a San José, el padre nutricio de Jesús, que también puede mucho en la presencia de Dios: ¡San José, mi Padre y Señor! Y al Ángel de la Guarda, ese príncipe del Cielo que nos ayuda y nos protege... ¡Interceded por mí!

»Una vez hecha la oración preparatoria, con esas presentaciones que son de rigor entre personas bien educadas en la tierra, ya podemos hablar con Dios. ¿De qué? De nuestras alegrías y nuestras penas, de nuestros trabajos, de nuestros deseos y nuestros entusiasmos... ¡De todo!

»También podemos decirle, sencillamente: Señor, aquí estoy hecho un bobo, sin saber qué contarte... Querría hablar contigo, hacer oración, meterme en la intimidad de tu Hijo Jesús. Sé que estoy junto a Ti, y no sé decirte dos palabras. Si estuviera con mi madre, con aquella persona querida, les hablaría de esto y de lo otro; contigo no se me ocurre nada.

»¡Esto es oración (...)! Permaneced delante del Sagrario, como un perrito a los pies de su amo, durante todo el tiempo fijado de antemano. ¡Señor, aquí estoy! ¡Me cuesta! Me marcharía por ahí, pero aquí sigo, por amor, porque sé que me estás viendo, que me estás escuchando, que me estás sonriendo»6.

Y junto a Él, incluso cuando no sabemos muy bien qué decirle, nos llenamos de paz, recuperamos las fuerzas para sacar adelante nuestros deberes, y la cruz se torna liviana porque ya no es solo nuestra: Cristo nos ayuda a llevarla.

III. Junto a Cristo en el Sagrario, o allí donde nos encontremos haciendo el rato de oración mental, perseveraremos por amor, cuando estemos gozosos y cuando nos resulte difícil y nos parezca que aprovechamos poco. Nos ayudará en muchas ocasiones el sabernos unidos a la Iglesia orante en todas las partes del mundo. Nuestra voz se une al clamor que, en cada momento, se dirige a Dios Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo. «A la hora de la oración mental, y también durante el día –nos continúa diciendo San Josemaría Escrivá–, recordad que nunca estamos solos, aunque quizá materialmente nos encontremos aislados. En nuestra vida (...) permanecemos siempre unidos a los Santos del Paraíso, a las almas que se purifican en el Purgatorio y a todos nuestros hermanos que pelean aún en la tierra. Además, y esto es un gran consuelo para mí, porque es una muestra admirable de la continuidad de la Iglesia Santa, os podéis unir a la oración de todos los cristianos de cualquier época: los que nos han precedido, los que viven ahora, los que vendrán en los siglos futuros. Así, sintiendo esta maravilla de la Comunión de los Santos, que es un canto inacabable de alabanza a Dios, aunque no tengáis ganas o aunque os sintáis con dificultades –¡secos!–, rezaréis con esfuerzo, pero con más confianza.

»Llenaos de alegría, pensando que nuestra oración se une a la de aquellos que convivieron con Jesucristo, a la incesante plegaria de la Iglesia triunfante, purgante y militante, y a la de todos los cristianos que vendrán. Por tanto (...), cuando te encuentres árido en la oración, esfuérzate y di al Señor: Dios mío, yo no quiero que falte mi voz en este coro de alabanza permanente dirigida a Ti y que no cesará nunca»7.

En la diaria oración se encuentra el origen de todo progreso espiritual y una fuente continua de alegría, si ponemos empeño y vamos decididos a estar «a solas con quien sabemos nos ama»8. La vida interior progresa al compás de la oración, y repercute en las acciones de la persona, en su trabajo, en su apostolado, en su mortificación...

Acudamos con frecuencia a Santa María para que nos enseñe a tratar a su Hijo, pues ninguna persona en el mundo supo dirigirse a Cristo como lo hizo su Madre. Y junto a Ella, San José, que tantas veces habló con Jesús, mientras trabajaba, en el descanso, durante un viaje, mientras paseaban por los alrededores de Nazaret... Después de María, José fue quien más horas pasó junto al Hijo de Dios. Él nos enseñará a tratar al Maestro y, si se lo pedimos, nos ayudará cada día a sacar propósitos firmes, concretos y claros que nos ayudarán a mejorar el trabajo, a limar las asperezas del carácter, a ser más serviciales, a estar alegres por encima de todas las contradicciones que pueden sobrevenir...

Sancte Ioseph, ora pro eis, ora pro me! San José, ruega por ellos(aquí podemos fijar nuestra atención en las personas concretas por las que deseamos pedir con particular intensidad), ruega por mí.

1 Mt 6, 1-6; 16-18. — 2 Cfr. Mt 14, 23; Mc 1, 35; Lc 5, 6; etc. — 3 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 295. — 4 Juan Pablo II, Alocución, 14-III-1979. — 5 E. Boylan, El amor supremo, Rialp, Madrid 1954, vol. II, p. 141. — 6 San Josemaría Escrivá, Registro Histórico del Fundador, 20165, p. 1410. — 7 Ibídem, 20165, p. 1411. — 8 Santa Teresa, Vida, 8, 2.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Luis Gonzaga, patrono de la juventud cristiana
Año 1591

(Luis en alemán significa: batallador glorioso).

San Luis Gonzaga nació en Castiglione, Italia, en 1568.
Hijo del marqués de Gonzaga; de pequeño aprendió las artes militares y el más exquisito trato social. Siendo niño sin saber lo que decía, empezó a repetir palabras groseras que les había oído a los militares, hasta que su maestro lo corrigió. También un día por imprudencia juvenil hizo estallar un cañón con grave peligro de varios soldados. De estos dos pecados lloró y se arrepintió toda la vida.
La primera comunión se la dio San Carlos Borromeo, Arzobispo de Milán.
San Luis estuvo como edecán en palacios de altos gobernantes, pero nunca fijó sus ojos en el rostro de las mujeres. Y así se libró de muchas tentaciones.
Su director espiritual fue el gran sabio jesuita San Roberto Belarmino, el cual le aconsejó tres medios para llegar a ser santo: 1º. Frecuente confesión y comunión. 2º. Mucha devoción a la Sma. Virgen. 3ro. Leer vidas de Santos.
Ante una imagen de la Sma. Virgen en Florencia hizo juramento de permanecer siempre puro. Eso se llama "Voto de castidad".
Cuando iba a hacer o decir algo importante se preguntaba: "¿De qué sirve esto para la eternidad?" y si no le servía para la eternidad, ni lo hacía ni lo decía.
Una vez arrodillado ante la imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo, le pareció que la Sma. Virgen le decía: "¡Debes entrar en la Compañía de mi Hijo!". Con esto entendió que su vocación era entrar en la Comunidad Compañía de Jesús, o sea hacerse jesuita.
Le pidió permiso al papá para hacerse religioso, pero él no lo dejó. Y lo llevó a grandes fiestas y a palacios y juegos para que se le olvidara su deseo de ser sacerdote. Después de varios meses le preguntó: "¿Todavía sigue deseando ser sacerdote?", y el joven le respondió: "En eso pienso noche y día". Entonces el papá le permitió entrar de jesuita. (En un desfile de orgullosos jinetes en caballos elegantes, Luis desfiló montado en un burro y mirando hacia atrás. Lo silbaron pero con eso dominó su orgullo).
En 1581 el joven Luis Gonzaga, que era seminarista y se preparaba para ser sacerdote, se dedicó a cuidar a los enfermos de la peste de tifo negro. Se encontró en la calle a un enfermo gravísimo. Se lo echó al hombro y lo llevó al hospital para que lo atendieran. Pero se le contagió el tifo y Luis murió el 21 de junio de 1591, a la edad de sólo 23 años. Murió mirando el crucifijo y diciendo "Que alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor".
La mamá logró asistir en 1621 a la beatificación de su hijo.
San Luis Gonzaga tuvo que hacer muchos sacrificios para poder mantenerse siempre puro, y por eso la Santa Iglesia Católica lo ha nombrado Patrono de los Jóvenes que quieren conservar la santa pureza. El repetía la frase de San Pablo: "Domino mi cuerpo y lo reduzco a servidumbre, no sea que enseñando a otros a salvarse, me condene yo mismo".
Sufría mucho de mal de riñones y esta enfermedad lo obligaba a quedarse días enteros quieto en su cama. Pero esta quietud le trajo un gran bien: le permitió dedicarse a leer las Vidas de Santos, y esto lo animó muchísimo a volverse mejor. (A veces sentía remordimiento porque le parecía que deseaba demasiado irse al cielo). Su confesor San Roberto, que lo acompañó en la hora de la muerte, dice que Luis Gonzaga murió sin haber cometido ni un sólo pecado mortal en su vida.
Apenas el hijo se hizo religioso su padre empezó a volverse mucho más piadoso de lo que era antes y murió después santamente. Luis renunció a todas las grandes herencias que le correspondían con tal de poder hacerse religioso y santo.
Santa Magdalena de Pazzi vio en un éxtasis o visión a San Luis en el cielo, y decía: "Yo nunca me había imaginado que Luis Gonzaga tuviera un grado tan alto de gloria en el paraíso".
Un oficio muy importante que hizo San Luis durante su vida fue ir de ciudad en ciudad poniendo la paz entre familias que estaban peleadas. Cuando él era enviado a poner paz entre los enemistados, estos ante su gran santidad, aceptaban hacer las paces y no pelear más. El era extraordinariamente amable y bien educado.
Después de muerto se apareció a un jesuita enfermo, y lo curó y le recomendó que no se cansara nunca de propagar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
San Luis fue avisado en sueños que moriría el viernes de la semana siguiente al Corpus, y en ese día murió. Ese viernes es la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.
La oración que la Iglesia le dirige a Dios en la fiesta de este santo le dice: "Señor: ya que no pudimos imitar a San Luis en la inocencia, que por lo menos lo logremos imitar en la penitencia. Amén".

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Fuente: www.diocesismalaga.es
Lázaro, Santo Leproso, Junio 21  

Lázaro, Santo

Este es un caso insólito, aunque no único; La fusión de un Lázaro sano y santo (que si existió) con otro Lázaro leproso y ficticio, pero soporte de un modelo de santidad evangélica, contado y aprobado por el mismísimo Jesús: He aquí el quid del tema de tal fusión.

Las fuentes verídicas para un resultado incorrecto, pero rico en consecuencias de arte, devoción y caridad muy valiosas." son los dos relatos evangélicos siguientes y bien conocidos de todos:

La resurrección, por Jesucristo, de su amigo Lázaro de Betania (Jn, XI,1-44 y XII,1-11) y la parábola del pobre ulceroso Lázaro y el rico Epulón (Lc, XVI,16-31). El amigo y hospedero de Jesús era sanote y por esto mismo, no venía a la medida para referencia directa con los de piel enferma y , por esto, segregados de la sociedad, pero era acogedor.

El de la parábola carece de cuerpo (es ficticio), pero sí que se le presenta llagado, también con el nom­bre de Lázaro y etiquetado por Cristo (en la parábola) como ciudadano apto para el cielo o santo modélico, en especial para santos leprosos y asimilados.

La coincidencia del nombre y posesión de virtudes: caridad acogedora en el hombre de Betania y la humildad postulante en el modelo para padecidos, son genes estupendos para crear un tipo: en esta circunstancia. San Lázaro.

Ya que las dos fuentes evangélicas las tenemos todos a mano ¿para qué copiarlas aquí?

Pero, visto lo visto, parece conveniente, por el sentir devocional y artístico de los siglos, que no conviene una dicotomía y que debe seguir en los altares la imagen del Lázaro leproso, pero recordando que tan sólo es un personaje ficticio ceado por Jesús como referente de santidad.

Y, por otro lado, celebrar al Lázaro sano y acogedor u hospedero en las liturgias.

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Fuente: ServitasCadiz.com
Tomás de Orvieto, Beato Servita, Junio 21  

Tomás de Orvieto, Beato

El beato Tomás nació en Orvieto, ciudad de Umbría, a fines del siglo XIII o principios del XIV.

Para alcanzar con mayor seguridad la patria celestial, en lo cual estaban concentrados todos sus pensamientos y anhelos, decidió consagrarse completamente a Dios en una familia religiosa y, por su acendrado afecto hacia la Virgen, pidió y que fue admitido en la Orden de los Siervos de santa María. En él resplandecieron con luz meridiana las virtudes típicas de los Siervos, consideradas como carisma de nuestra Orden: la humildad, la caridad fraternal, el espíritu de servicio, la misericordia. En efecto, - como se lee en los Anales de la Orden -; "con el objeto de dedicarse de una vez para siempre al servicio de la Virgen […] y de sus siervos", pidió ser agregado en el número de los frailes que la gente suele llamar "legos".

Durante muchos años pidió limosna de puerta en puerta y, ejerciendo este oficio, mostró suma afabilidad, paciencia y caridad- Sentía una entrañable compasión por los pobres, a quienes no sólo daba con alegría de lo que sobraba de la mesa de los frailes, sino también del sustento que le era necesario. Dios miró con agrado la sencillez con que el Beato desempeñaba su actividad y según el testimonio de antiguos escritores, manifestó su aprobación con diversos prodigios. Las imágenes del beato Tomás, algunas de ellas notables por sus antigüedad y valor artístico, lo representan cargado con la alforja y llevando una ramita de higuera en la mano o dando, en pleno invierno, unos a higos a una mujer embarazada deseoso de esos frutos. En tales imágenes los artistas han querido expresar la solicitud de este hombre de Dios para con todos los que pedían su ayuda, y su poder de intercesión ante Dios, del cual podía obtener milagros.

El humilde siervo de la Virgen murió en Orvieto, el año 1343, como se lee en la Crónica de fray Miguel Poccianti; su cuerpo recibió honrosa sepultura en la iglesia de los Siervos de esta misma ciudad. Por los milagros, cada vez más frecuentes, los habitantes de Orvieto muy pronto empezaron a tributarle una gran devoción y a celebrar su memoria. Este culto, popular e inmemorable, fue ratificado y confirmado por el papa Clemente XIII en el año 1768.

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uente: Vatican.va
José Isabel Flores Varela, Santo Mártir Mexicano, Junio 21  

José Isabel Flores Varela, Santo

Nació en Santa María de la Paz, de la parroquia de San Juan Bautista del Teúl, Zac. (Arquidiócesis de Guadalajara), el 28 de noviembre de 1866. Capellán de Matatlán, de la parroquia de Zapotlanejo, Jal. (Arquidiócesis de Guadalajara).

Por 26 años derramó la caridad de su ministerio en esa capellanía, siendo para todos un padre bondadoso y abnegado que los edificó con su pobreza, su espíritu de sacrificio, su piedad y su sabiduría.

Un antiguo compañero, a quien el Padre Flores había protegido, lo denunció ante el cacique de Zapotlanejo y fue apresado el 18 de junio de 1927, cuando se encaminaba a una ranchería para celebrar la Eucaristía.

Fue encerrado en un lugar degradante, atado y maltratado; el cacique le hizo escuchar música al mismo tiempo que le ofrecía: "Oye, qué bonita música, si afirmas acatando las leyes, te dejo en libertad". Sin alterarse, el mártir le expresó: "Yo voy a oír una música mejor en el cielo". El Padre José Isabel cumplía la palabra expresada varias veces: "Antes morir que fallarle a Dios".

El 21 de junio de 1927 fue conducido, en la noche, al camposanto de Zapotlanejo. Intentaron ahorcarlo pero no pudieron. Ordenó el jefe que le dispararan, pero el soldado, que reconoció al sacerdote que lo había bautizado, se negó a hacerlo, entonces enfurecido el verdugo asesinó al soldado. Misteriosamente las armas no hicieron fuego contra el Padre Flores por lo que uno de aquellos asesinos sacó un gran cuchillo y degolló al valeroso mártir.

El Papa Juan Pablo II lo canonizó, junto a
otros 24 mártires méxicanos el 21 de mayo de 2000.

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Rodolfo de Bourges, Santo Obispo, Junio 21  

Rodolfo de Bourges, Santo

Obispo de Bourges

Etimológicamente significa "glorioso". Viene de la lengua alemana.

Este Obispo, que murió el 21 de junio del año 866, era hijo del conde de Cahors.

Tan buena educación le dieron los padres que no tuvieron la menor duda en dejar que fuese él quien eligiese el lugar, la vocación y la libre voluntad para vivir religiosamente.

Esta libertad se transgrede hoy por otros motivos que, por supuesto, no tienen que ver nada con la libertad del hijo a la hora de seguir su vocación. Hoy prima el dinero ante todo y sobre todo.

Rodolfo llegó a ser obispo de Bourges. El abad Bertrand de Solignac y otros benedictinos célebres lo habían preparado muy bien para ser monje y abad en varios monasterios.

Con este bagaje cultural religioso y un buen grado de santidad, aceptó gustoso el nombramiento de obispo de Bourges.

Durante su episcopado asistió a varios sínodos. El más importante, sin duda alguna, fue el Meaux en el 845.

Pero no solamente se preocupaba de estar al día en cosas o temas de la Iglesia, sino que también se dedicaba a la gente pobre, a fundar nuevos monasterios en su diócesis.

Quedan de sus escritos un Sumario de Instrucciones Pastorales dedicadas al clero.

Consta de 45 capítulos. Tenía un gran talento para la diplomacia. Tan acertadamente supo solucionar todos los problemas que se presentaron en su tiempo, que todo el mundo le llamaba cariñosamente "El Padre de la patria".

Una de sus grandes tareas pastorales fue la educación y la enseñanza centradas en la comunión diaria.

Murió hacia el año 866.

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Santa María Anna Cope

Maria Anna Cope (1838-1918), religiosa alemana de las Hermanas de la Tercera Orden Franciscana de Syracuse, Nueva York. Su nombre era Bárbara. Fue conocida como la madre Maria de Molokai. Nacida en Alemania, murió en Molokai, Hawai. Evangelizó a los leprosos de Molokai.

Nació en Heppenheim, Gran Ducado de Hesse, el 23 de enero de 1838. Su familia emigró a Estados Unidos y se nacionalizó. Se estableció en Utica, donde permaneció toda su vida. Estudió allí en una escuela católica. Después de trabajar en una fábrica doce años para ayudar a la familia, debido a la debilidad del padre, entró en las Hermanas de la Tercera Orden Regular Franciscana, con sede en Syracuce, al norte de Nueva York. Profesa en 1860, elegida superiora general en 1873, ese mismo año fue llamada a Honolulu por el rey de Hawai para cuidar del gran número de leprosos. En 1888, se trasladó a la isla de Molokai, donde estaba el asilo para leprosos de Kaulapapa, para asistir san Damián de Veuster, SS.CC, en sus últimos meses de vida, contagiado por la enfermedad, y para seguir con su la obra de cuidar y curar a los leprosos.

En 1885, recibió la condecoración de Dama Compañera de la Real Orden de Kapiʻolani por sus servicios, de manos del rey Kalākaua.

Apoyó la construcción de la iglesia de Santa Filomena y del colegio católico de San Francisco de Asís. Fundó una lavandería para las leprosas y un coro para las iglesias. Exigió, a gritos, comida y medicamentos para los leprosos. Tras la muerte de Veuster en 1889, Cope fue llamada a Honolulu para que regresara a Syracuse pero ella se negó y decidió establecer su residencia en Kaulapapa, donde murió el 9 de agosto de 1918.

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Inocencio de Mérida, Santo Obispo, Junio 21  

Inocencio de Mérida, Santo

Obispo

Su vida hizo honor a su nombre.

Parece ser que su candidez y humildad jalonaron su ministerio en Mérida, capital de la provincia Lusitana, en el tiempo de la España visigoda.

Se cuenta de él que su santidad y penitencia las ponía al servicio para impetrar las lluvias, tan deseadas en los tiempos de sequía, presidiendo rogativas, que siempre eran escuchadas por el Omnipotente.

Cuando lo eligieron para ser consagrado obispo, era, según se nos dice, el último en el orden de los diáconos. Y lo consagraron para servir a la diócesis emeritense como sucesor del gran obispo visigodo Masona que abrió la "Edad de Oro" del episcopado de Mérida. "Después de él fue elegido un virtuoso varón, de suma santidad y llaneza, llamado Inocencio, cuya condición la expresa bien su propio nombre. Inocente, en verdad, y cándido; que a nadie juzgó, a nadie condenó, a nadie enjuició; y vivió humilde y piadoso todos los días de su vida"

Asistió al Concilio de Toledo del año 610 que preside San Leandro de Sevilla en tiempos de Gundemaro.

Debió estar pocos años al frente de su sede.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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