JMJ
Pax
Fiesta de Corpus en las diócesis donde no fue celebrado el jueves.
Lecturas en:
http://www.iesvs.org/2017/06/jueves-del-santisimo-sacramento_15.html
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
11o. Dom Ord Ciclo A
Antífona de Entrada
Escucha, Señor, mi voz y mis clamores y ven en mi ayuda; no me rechaces, no me abandones, Dios de mi salvación.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, fuerza de los que en ti confían: ayúdanos con tu gracia sin la cual nada puede nuestra humana debilidad, para que podamos serte fieles en la observancia de tus
mandamientos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Serán para mí un reino de sacerdotes y una nación consagrada
Lectura del libro del Éxodo 19, 2-6a
En aquellos días, los israelitas habían salido de Refidín, llegaron al desierto del Sinaí, y allí acamparon frente a la montaña. Moisés subió al encuentro de Dios y el Señor lo llamó desde la montaña y le dijo:
"Así hablarás a la descendencia de Jacob; así dirás a los hijos de Israel:
"Ya han visto lo que he hecho con los egipcios y cómo a ustedes los he llevado sobre alas de águila y los he traído a mí. Ahora bien, si me obedecen fielmente y guardan mi alianza, ustedes serán el pueblo de mi propiedad entre todos los pueblos, porque toda la tierra es mía; serán para mí un reino de sacerdotes, una nación santa".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 99
El Señor es nuestro Dios, y nosotros su pueblo.
Alabemos a Dios, todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría y con júbilo entremos a su templo.
El Señor es nuestro Dios, y nosotros su pueblo.
Reconozcamos que el Señor es Dios, que él fue quién nos hizo y somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño.
El Señor es nuestro Dios, y nosotros su pueblo.
Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna si misericordia y su fidelidad nunca se acaba.
El Señor es nuestro Dios, y nosotros su pueblo.
Segunda lectura
Si la muerte de Cristo nos reconcilió con Dios, mucho más nos reconciliará su vida
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 6-11
Hermanos: Cuando todavía no teníamos fuerzas para salir del pecado, Cristo murió por los pecadores en el tiempo señalado. Difícilmente habrá alguien que quiera morir por un justo, aunque puede haber alguno que esté dispuesto a morir por una persona sumamente buena. Y la prueba de que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros, cuando aún éramos pecadores.
Con mayor razón, ahora que ya hemos sido justificados por su sangre, seremos salvados por él del castigo final. Porque, si cuando éramos enemigos de Dios fuimos reconciliados con él por la muerte de su Hijo, con mucha más razón, estando ya reconciliados, recibiremos la salvación
participando de la vida de su Hijo. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
aleluya, aleluya.
El Reino de Dios, está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio.
aleluya.
Evangelio
Jesús envió a sus doce apóstoles con instrucciones
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 36-38; 10, 1-8
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, al ver Jesús a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
"La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que
envíe trabajadores a sus campos".
Después, llamando a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el Alfeo y Tadeo; Simón el cananeo y Judas Iscariote, que fue el traidor. A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
"No vayan a tierra de paganos ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas de la casa Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues,
gratuitamente".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Oremos, hermanos y hermanas, al Señor, que conoce lo que está escondido a nuestros ojos y sabe cuáles son nuestras verdaderas necesidades:
(Respondemos a cada petición: Señor, ten piedad.)
Oremos por la santa Iglesia para que Dios, nuestro Señor, aumente el número de sus fieles, aleje de ella toda división y escuche las plegarias que le dirigen todos los cristianos del mundo, roguemos al Señor.
Señor, ten piedad.
Oremos a nuestro Señor por los gobernantes de nuestra patria y de todos los pueblos, para que Dios les dé sabiduría y fuerza para gobernar y dirigir con paz y justicia el pueblo que tienen encomendado, roguemos al Señor.
Señor, ten piedad.
Oremos por los que están lejos de su hogar, para que nuestro Señor les conceda un viajar feliz, retornar con salud a sus familias y la realización plena de los proyectos de su viaje, roguemos al Señor.
Señor, ten piedad.
Oremos a nuestro Señor por los que hoy nos hemos reunido aquí en su nombre y por el párroco que nos preside, para que nuestro Señor escuche nuestras oraciones y nuestras peticiones le sean siempre agradables, roguemos al Señor.
Señor, ten piedad.
Celebrante:
Dios todopoderoso, que nos has elegido como reino de sacerdotes, propiedad personal y nación santa, y has querido que seamos signo visible de la nueva realeza de tu Reino; escucha las oraciones de tu pueblo y concédenos vivir en plena unión contigo, tanto en el sacrificio de alabanza como en el servicio a nuestros hermanos, para que lleguemos a ser delante de los humanos anunciadores y testigos del Evangelio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración sobre las ofrendas
Dios nuestro, que nos has otorgado el pan que alimenta y el sacramento que da nueva vida, haz que nunca llegue a faltarnos este sustento del cuerpo y del espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El misterio pascual y el pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Quien, por su misterio pascual, realizó la obra maravillosa de llamarnos del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su propiedad, para que, trasladados de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas.
Por eso,
con todos los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Padre santo: guarda en tu nombre a los que me has dado para que sean uno como nosotros, dice el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que nuestra participación en este sacramento, signo de la unión de los fieles en ti, contribuya, Señor, a la unidad de tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
UNDÉCIMO DOMINGO CICLO A
88. EL MEDIO MAS EFICAZ
- Urgencia en el apostolado: las mies es mucha, y los obreros pocos.
- No valen las excusas. A todos nos llama el Señor para la tarea apostólica. La oración, el medio más eficaz y necesario para conseguir vocaciones.
- Pedir vocaciones al Señor.
I. Nos refiere el Evangelio de la Misa (1) algo que debió de ocurrir muchas veces mientras el Señor recorría ciudades y aldeas predicando la llegada del Reino de Dios: al ver a las multitudes se llenó de compasión por ellas, se conmovió en lo más hondo de su ser, porque andaban maltratadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor, profundamente desorientadas. Sus pastores, en lugar de guiarlas y cuidarlas, las descarriaban y se portaban más como lobos que como pastores. Jesús, dirigiéndose a los discípulos, dijo: La mies es mucha, pero los obreros pocos. Como hoy, los obreros son pocos en proporción a la tarea. Hay mies que se estropea porque no hay quien la recoja; de ahí la urgente necesidad de cristianos alegres, eficaces, sencillos, fieles a la Iglesia, conscientes de lo que tienen entre manos. Y esto nos concierne a todos, pues el Señor necesita de trabajadores y estudiantes que sepan llevar a Cristo a la fábrica y a la Universidad, con su prestigio de buenos profesionales y con su apostolado; de profesores ejemplares y que enseñen con sentido cristiano, que den su tiempo a los alumnos con generosidad y sean verdaderos maestros; de hombres y mujeres consecuentes con su fe, en cada actividad humana; de padres y madres de familia que se preocupen por la fe de sus hijos, que intervengan en las asociaciones de padres en los colegios, en el vecindario.
Ante tanta gente desorientada, vacía de Dios y llena sólo de bienes materiales o de deseos de tenerlos, no podemos quedarnos al margen. Aun bajo una capa de indiferencia, en el fondo de sus almas las gentes están sedientas, hoy también, de que se les hable de Dios y de las verdades que conciernen a su salvación. Si los cristianos no trabajamos con sacrificio en ese campo, sucederá lo que anunciaron los Profetas: quedará destruida la cosecha, la tierra en luto; porque el trigo está seco, desolado el vino, perdido el aceite. Confundíos, labradores; gritad, viñadores, por el trigo y la cebada. No hay cosecha (2). Dios esperaba esos frutos y se perdieron por desidia de quienes tenían que cuidarlos y recogerlos.
Las palabras que nos dirige el Señor en el Evangelio -la mies es mucha, pero los obreros pocos- nos han de llevar a examinarnos cada día, preguntándonos: ¿qué he hecho hoy por dar a conocer a Dios?, ¿a quién he hablado hoy de Cristo?, ¿qué he hecho por el apostolado?, ¿me preocupa la salvación de quienes me rodean?, ¿soy consciente de que muchos se acercarían al Señor si yo fuera más audaz y más ejemplar en el cumplimiento de mis deberes?
II. Las excusas que nos pueden surgir para no llevar a otros a Cristo son abundantes: falta de medios, de la suficiente preparación, de tiempo, lo reducido del lugar donde se desenvuelve nuestra existencia o la enormidad de las distancias de la gran ciudad en la que vivimos..., pero el Señor nos sigue diciendo a todos, y muy especialmente en este tiempo de tantos abandonos, que la mies es mucha, y los obreros pocos. Y las mieses que no se recogen a tiempo, se pierden. San Juan Crisóstomo nos dejó estas palabras, que pueden ayudarnos a examinar en nuestra oración si nos excusamos fácilmente ante ese noble deber al que el Señor nos llama: "Nada hay más frío ‑dice el santo- que un cristiano despreocupado de la salvación ajena. No puedes aducir tu pobreza económica como pretexto. La viejecita que dio sus monedas te acusará. El mismo Pedro dijo: No tengo oro ni plata (Hech 3, 6). Y Pablo era tan pobre que muchas veces padecía hambre y carecía de lo necesario para vivir. Tú no puedes pretextar tu humilde origen: ellos eran también personas humildes, de modesta condición. Ni la ignorancia te servirá de excusa: todos ellos eran hombres sin letras. Seas esclavo o fugitivo, puedes cumplir lo que de ti depende. Tal fue Onésimo, y mira cuál fue su vocación... No aduzcas la enfermedad como pretexto, Timoteo estaba sometido a frecuentes achaques (...). Cada uno puede ser útil a su prójimo, si quiere hacer lo que puede" (3). Y nosotros queremos ser fieles al Señor: llevar a cabo lo que está en nuestras manos.
"La mies es mucha, pero los obreros son pocos... Al escuchar esto ‑comenta San Gregorio Magno- no podemos dejar de sentir una gran tristeza, porque hay que reconocer que hay personas que desean escuchar cosas buenas; faltan, en cambio, quienes se dediquen a anunciarlas" (4).
Para que haya muchos buenos obreros que trabajen codo a codo en este campo del mundo, cada uno en su lugar, el mismo Señor nos enseña el camino a seguir: rogad, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. Jesús nos invita a orar para que Dios despierte en el alma de muchos el deseo de una mayor correspondencia en este quehacer de salvación. "La oración es el medio más eficaz de proselitismo" (5), de lograr que muchos descubran la vocación a la que Dios les llama. El afán de vocaciones ha de traducirse, en primer lugar, en una petición continuada, confiada y humilde. Todos los cristianos debemos rezar para que el Señor envíe obreros a sus mies. Y si nos dirijimos al Señor en petición de vocaciones, nosotros mismos nos sentiremos llamados a participar con mucha más audacia en esta labor apostólica, además de conseguir del Señor operarios para su campo.
III. Jesús prepara su llegada a otras ciudades a través de sus discípulos. Es una labor previa que no tiene el fin en sí misma, como todo apostolado. Son pregoneros que van delante de Él a todas las ciudades y a donde había de ir (6). Toda labor apostólica se culminará con la llegada de Dios a las almas, que han sido preparadas por los enviados, por los que ya le siguen.
La mies es mucha... Hemos de pedir con frecuencia al Señor que tenga lugar en el pueblo cristiano un resurgir de hombres y mujeres que descubran el sentido vocacional de su vida; que no sólo quieran ser buenos, sino que se sepan llamados a ser obreros en el campo del Señor y correspondan generosamente a esa llamada: hombres y mujeres, mayores y jóvenes, que vivan entregados a Dios en medio del mundo. Muchos, en un celibato apostólico; cristianos corrientes, ocupados en las mismas tareas seculares de los demás, que llevan a Cristo a las entrañas de la sociedad de la que forman parte.
Rogad al Señor de la mies...; también hemos de pedir para que surjan abundantes vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa. Vocaciones fieles, santas y alegres, de las que la Iglesia tiene tanta necesidad.
El Señor, que podría llevar a cabo directamente su obra redentora en el mundo, quiere necesitar de discípulos que vayan delante de Él a las ciudades, a los pueblos, a las fábricas, a las Universidades..., para que anuncien las maravillas y las exigencias del Reino de los Cielos. Es evidente que nuestra Madre la Iglesia necesita almas que se comprometan en esos caminos de entrega y santidad. Los Romanos Pontífices no cesan de recordar la necesidad de esas vocaciones de apóstoles, en cuyas manos está en buena parte la evangelización del mundo.
"Ayúdame a clamar: ¡Jesús, almas!... ¡Almas de apóstol!: son para ti, para tu gloria.
"Verás cómo acaba por escucharnos" (7).
¿Qué hago yo para que puedan crecer esas vocaciones a mi alrededor? Vocaciones que deben surgir entre los hijos, hermanos, amigos, conocidos..., en esas personas con quienes nos relacionamos. No debemos olvidar que Dios llama a muchos. Pidamos al Señor la gracia de saber promover y alentar esas llamadas del Señor, que pueden estar dirigidas a personas que vemos todos los días.
Pidamos también a la Santísima Virgen que nos conceda hacer nuestra esa confidencia que el Señor hace a los suyos -la mies es mucha-, y formulemos un propósito concreto de urgencia y constancia en llevar a cabo lo necesario para que abunden los obreros en el campo de Dios. Pidámosle la alegría inmensa de ser instrumentos para que otros correspondan a la llamada que Jesús les hace: ""Una buena noticia: un nuevo loco..., para el manicomio". -Y todo es alborozo en la carta del "pescador".
"¡Que Dios llene de eficacia tus redes!" (8).
Nunca olvida el Señor al "pescador".
(1) Mt 9, 36-10, 8.- (2) Joel 1, 10-12.- (3) SAN JUAN CRISOSTOMO, Homilía 20 sobre los Hechos de los Apóstoles.- (4) SAN GREGORIO MAGNO, Homilías sobre el Evangelio, 17.- (5) J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 800.- (6) Cfr. Lc 10, 1.- (7) J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino n. 804.- (8) Ibídem, n. 808.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Novena en honor a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
El 27 de junio se celebra la Fiesta de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, patrona de los Padres Redentoristas y cuyo icono original está en el altar mayor de laIglesia de San Alfonso, muy cerca de la Basílica de Santa María la Mayor en Roma. Esta imagen recuerda el cuidado de la Virgen por Jesús, desde su concepción hasta su muerte, y como hoy sigue protegiendo a sus hijos que acuden a ella.
Hoy en día la devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro se ha expandido por diversos lugares, construyéndose iglesias y santuarios en su honor. Su retrato es conocido y venerado en todas partes del mundo.
A pocos días de esta gran festividad, aquí una novena en su honor:
- Primer Día de la Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
- Segundo Día de la Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
- Tercer Día de la Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
- Cuarto Día de la Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
- Quinto Día de la Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
- Sexto Día de la Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
- Séptimo Día de la Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
- Octavo Día de la Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
- Noveno Día de la Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
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Santa Juliana de Falconieri |
Esta santa tuvo la dicha de ser sobrina de un santo (San Alejo Falconieri, hermano de su padre) y de ser dirigida espiritualmente por otro santo (San Felipe Benicio).
Nació en Florencia en el año 1270. Su padre era riquísimo y había construido por su propia cuenta un templo en honor de la Sma. Virgen de quien era sumamente devoto.
Los papacitos habían suplicado por muchos años a Dios que les concediera descendencia y al fin consiguieron que les diera esta hija que iba a ser su gloria y su alegría.
De joven era tan virtuosa, que San Alejo le dijo a la mamá de Juliana: "Dios no sólo te dio una hija, sino que te regaló un verdadero ángel".
De niña acostumbraba pasar largos ratos rezando en el templo, por lo cual la mamá le repetía: "Si no concedes más tiempo a la costura y a la cocina, no vas a encontrar marido". Pero aquella amenaza no le producía ningún temor, ya que sentía una inmensa inclinación hacia la virginidad. Habiendo muerto su padre cuando ella era muy pequeña, la mamá y el tío le prepararon un honroso matrimonio, pero ella los llamó aparte y les dijo que había tomado la decisión inquebrantable de quedarse soltera y dedicar su vida a la oración, a la meditación, a la caridad y al apostolado. Tenía apenas 15 años.
Bien preparada por su tío, San Alejo (fundador de los Siervos de María) recibió del gran apóstol San Felipe Benicio el distintivo de Terciaria de los Siervos de María. Este distintivo era un manto sobre la cabeza. Ella siguió viviendo en su casa con la mamá, pero observando una conducta tan religiosa y tan santa como la de una fervorosa religiosa. A otras les agradó este modo de practicar la vida religiosa (quedándose con sus familiares, pero observando una conducta como la de una santa monja) y siguieron su ejemplo. Todas llevaban como distintivo un manto sobre la cabeza, por lo cual la gente las llamaba: las muchachas de la pañoleta.
Creció mucho el número de las jóvenes Terciarias (se llaman terciarias a las que pertenecen a la tercera rama de una comunidad religiosa; la primera son los hombres; la segunda son las monjas y la tercera son las personas laicas que viven en el mundo pero llevando una conducta como de gente muy piadosa) y tuvieron que conseguir una casa para reunirse. Entonces ellas eligieron como superiora a Juliana. Su asociación tomó el nombre de "Siervas de la Virgen María". Durante 35 años, hasta su muerte, dirigió nuestra santa a esta piadosa asociación, llevándola a un alto grado de perfección.
Juliana se propuso un Reglamento sumamente riguroso. Ayunaba tres días por semana, y a veces pasaba días sin comer bocado (sobre todo cuando se dedicaba a altísimas oraciones). Esto hizo que se enfermara muy gravemente del estómago (úlcera llamaríamos quizás hoy a la tal enfermedad). Los viernes los dedicaba a meditar en la Pasión y Muerte de Jesucristo. Los sábados a pensar y leer acerca de la Santísima Viren (de quien fue supremamante devota desde sus primeros años). Muchas veces dormía sobre el duro suelo. Se propuso hacer los oficios más humildes de la casa, y tratar a cada una de sus compañeras como si fuera muy superior a ella (cumpliendo lo que recomienda San Pablo: "Considerad a los demás como superiores en todo a vosotros)."(Filip. 2,3).
Redactó para su comunidad un Reglamento que fue aprobado después por 4 Sumos Pontífices (Honorio IV, Nicolás IV, Benedicto XI y Martín V). Ella misma era la más exacta en cumplir cada uno de los artículos del Reglamento, dando así muy buen ejemplo a todas.
Los que tuvieron que tratar con ella estuvieron de acuerdo en que su caridad, su amabilidad y su inclinación a buscar el bien de las almas de los demás, eran extraordinarias. La gente gozaba al recibir las demostraciones de su afectuosa bondad. Nunca dejaba escapar una oportunidad de ayudar a los que necesitaban de su colaboración.
Los sacerdotes decían que a los pecadores les hacían mayor bien los sencillos consejos de esta sencilla religiosa seglar, que los sermones de los mejores predicadores. Muchos pecadores se convirtieron de su vida de maldad, después de tener una charla con Juliana, la de la "pañoleta".
Enemigos que se odiaban a muerte, hacían las paces y se declaraban para siempre la paz, cuando la santa se dedicaba a volverlos otra vez a la amistad.
Pasaba horas y horas seguidas dedicada a la oración, sin sentir pasar el tiempo. A quien le preguntaba por qué se estaba tanto tiempo de rodillas, le respondía: "Es para alejar las tentaciones".
Muchos días los pasó solamente con la Sagrada Comunión, sin ningún alimento más.
Su fama de santidad se extendió por todos los alrededores de la casa donde vivía y por toda la ciudad. Y por medio de sus fervorosas oraciones consiguió favores especialísimos para quienes se encomendaban a sus plegarias.
En su última enfermedad, a la edad de 71 años, ya su estómago no le recibía ningún alimento. Vomitaba todo lo que comía. Así que tuvo que dejar de recibir la Sagrada Comunión. Y esto constituía para Juliana la más grande mortificación y penitencia. Y sucedió que en la última visita que le hizo el sacerdote, llevando el Santísimo Sacramento, la santa, sabiendo que no podía comulgar, pidió que le colocaran sobre su corazón un mantel blanco y sobre este mantel la Santa Hostia. Y he aquí que de un momento a otro, la Hostia Consagrada desapareció y nadie la pudo encontrar. Ella había pedido poder recibir a Jesús Sacramentado antes de morir, y su estómago no le permitía, pero su fe le consiguió el prodigio de poder comulgar. Después de muerta encontraron sobre su corazón, en la piel, una cicatriz redonda, como si hubieran cortado para que pasara una Hostia.
En recuerdo de esto, sus religiosas llevan siempre sobre su hábito, en el lado del corazón, una medalla donde está grabada una Santa Hostia.
Tan pronto como la Hostia Consagrada colocada sobre su corazón desapareció, Juliana, con una expresión de inmensa alegría en su rostro, como si estuviera en éxtasis, murió llena de amor hacia Nuestro Señor.
En su sepulcro se obraron numerosos milagros. Y nosotros le pedimos a tan grande santa que nos obtenga de Dios que también a la hora de nuestra muerte, recibamos con todo el fervor posible la Sagrada Hostia, donde está el cuerpo Santísimo de Cristo.
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Fuente: Santopedia.com
Osana Andreasi, Beata Religiosa, Junio 18
Religiosa Osanna Andreasi nació el 17 de enero del año 1449 en Mantua (Italia) de padres allegados a la familia Gonzaga, que gobernaba el ducado de Mantua en el siglo XV. |
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Isabel de Schönau, Santa Religiosa, Junio 18
Nacida por el año 1126 en Alemania, radicada y educada en un monasterio Benedictino cerca de Bonn, Alemania, desde los 12 años de edad. |
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Marcos y Marceliano, Santos Mártires, Junio 18
Mártires Martirologio Romano: En Roma, en el cementerio de Balbina, en la Vía Ardeatina, santos Marcos y Marceliano, mártires en la persecución bajo el emperador Diocleciano, a los que hermanó el sufrimiento (c. 304). |
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Fuente: ACIprensa.com
Gregorio Barbarigo, Santo Cardenal y Obispo, Junio 18
San Gregorio nació en Venecia en 1625. Al cumplir los veinte años fue escogido por el gobierno veneciano como acompañante del embajador Luigi Contarini, al famoso Congreso de Munster, donde los representantes de Alemania, Francia y Suecia, firmaron el tratado de Westfalia, el 24 de octubre de 1648, y así pusieron fin a la guerra de Treinta Años. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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