viernes, 23 de junio de 2017

[ † ] Domingo por la Santísima Trinidad. 25/06/2017. Excepto causa grave, no asistir a Misa dominical es pecado GRAVE (CIC 2042, 2181; Mt16,18-19; Ex20,8-10; Tb1,6; Hch20,7; 2Ts2,15). Precepto (desde los 7 años): Misa ENTERA. Víspera Domingo: desde Sáb...

JA

JMJ

Pax

No tengan miedo a los que matan el cuerpo

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 26-33

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles:
"No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse; no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche, repítanlo en pleno día, y lo que les digo al oído, pregónenlo desde las azoteas.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo.
¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo. A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre del cielo; pero al que me niegue delante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

12O. DOM ORD CICLO A

Antífona de Entrada

Firmeza es el Señor para su pueblo, defensa y salvación para sus fieles. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.

 

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Padre misericordioso: tú que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho arraigar en tu amistad, concédenos vivir siempre movidos por tu amor y un filial temor de ofenderte.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

El Señor ha salvado la vida de su pobre de la mano de los malvados

Lectura del libro del profeta Jeremías 20, 10-13

En aquel tiempo dijo Jeremías:
"Yo oía el cuchicheo de la gente que decía: Denunciemos a Jeremías, denunciemos al profeta del terror. 
Todos los que eran mis amigos espiaban mis pasos, esperaban que tropezara y me cayera, diciendo: 
"Si se tropieza y se cae, lo venceremos y podremos vengarnos de él". 
Pero el Señor, guerrero poderoso, está a mi lado; por eso mis perseguidores caerán por tierra y no podrán conmigo; quedarán avergonzados de su fracaso y su ignominia será eterna e inolvidable.
Señor de los ejércitos, que pones a prueba al justo y conoces lo más profundo de los corazones, haz que yo vea tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa. 
Canten y alaben al Señor, porque él ha salvado la vida de su pobre de la mano de los malvados".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 68

Escúchame, Señor, porque eres bueno.

Por ti he sufrido oprobios y la vergüenza cubre mi semblante. Extraño soy y advenedizo, aun para aquellos de mi propia sangre; pues me devora el celo de tu casa, el odio del que te odia, en mí recae.
Escúchame, Señor, porque eres bueno.

A ti, Señor, elevo mi plegaria, ven en mi ayuda pronto; escúchame conforme a tu clemencia Dios fiel en el socorro. Escúchame, Señor, pues eres bueno y en tu ternura vuelve a mí tus Ojos. 
Escúchame, Señor, porque eres bueno.

Se alegrarán, al verlo, los que sufren; quienes buscan a Dios tendrán más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre ni olvida al que se encuentra encadenado. Que lo alaben por esto cielo y tierra, el mar y cuanto en él habita.
Escúchame, Señor, porque eres bueno.

Segunda Lectura

El don de Dios supera con mucho al delito

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 12-15

Hermanos: Por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.
Antes de la ley de Moisés ya existía pecado en el mundo y, si bien es cierto que el pecado no se castiga cuando no hay ley, sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aún sobre aquellos que no pecaron como pecó Adán, cuando desobedeció un mandato directo de Dios. Por lo demás, Adán era figura de Cristo, el que había de venir.
Ahora bien, el don de Dios supera con mucho al delito. Pues si por el pecado de un solo 
hombre todos fueron castigados con la muerte, por el don de un solo hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre todos la abundancia de la vida y la gracia de Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
El Espíritu de la Verdad dará testimonio de mí, dice el Señor, y también ustedes serán mis testigos.
Aleluya.

Evangelio

No tengan miedo a los que matan el cuerpo

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 26-33

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles:
"No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse; no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche, repítanlo en pleno día, y lo que les digo al oído, pregónenlo desde las azoteas.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo.
¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo. A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre del cielo; pero al que me niegue delante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Se dice "Credo".

Oración de los Fieles

Celebrante:
Elevemos, hermanos, nuestros ojos al Señor, y esperemos confiados su ayuda salvífica.
(Respondemos a cada petición: Señor, ten piedad.)

Por el santo Padre el Papa, por nuestros obispos y por todos los sacerdotes y diáconos de Jesucristo, roguemos al señor.
Señor, ten piedad.

Por el buen tiempo, por el fruto de las investigaciones de los estudiosos y por la prosperidad de nuestro trabajo, roguemos al Señor. 
Señor, ten piedad.

Por las vírgenes consagradas al Señor y por los religiosos que trabajan en nuestras comunidades, roguemos al Señor. 
Señor, ten piedad.

Por los que hacen el bien en nuestras parroquias y por los que cuidan de los pobres y de los enfermos, roguemos al Señor. 
Señor, ten piedad.

Celebrante:
Señor Jesucristo, que has confiado a nuestras débiles fuerzas el anuncio profético de tu Palabra, escucha las oraciones de tu pueblo y sostennos con la fuerza de tu Espíritu; para que nunca nos avergoncemos de nuestra fe, confesemos con valentía tu nombre y merezcamos así que, el día de tu manifestación, te pongas de nuestra parte ante tu Padre del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza, a fin de que purifiques nuestros 
corazones y podamos 
corresponder a tu amor con nuestro amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Nuestra salvación por el Hijo de Dios hecho hombre

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque manifestaste admirablemente tu poder no sólo al socorrer nuestra débil naturaleza con la fuerza de tu divinidad, sin prever el remedio en la misma debilidad humana, y así de lo que fue causa de nuestra ruina hiciste el principio de nuestra salvación, por Cristo nuestro Señor. Por Él los ángeles cantan con júbilo eterno y nosotros nos unimos a sus voces cantando humildemente"

Antífona de la Comunión

Los ojos de todos los humanos te miran, Señor, llenos de esperanza, y Tú das a cada uno su alimento.

 

Oración después de la Comunión

Señor, todopoderoso, que nos has renovado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos que la participación en esta Eucaristía nos ayude a obtener la plenitud de la redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

DUODÉCIMO DOMINGO CICLO A

VIVIR SIN MIEDOS

- Valentía en la vida corriente.

- Nuestra fortaleza se fundamenta en la conciencia de nuestra filiación divina.

- Valentía y confianza en Dios en las grandes pruebas y en lo pequeño de la vida corriente.

I. Nos pide el Señor en el Evangelio de la Misa (1) que vivamos sin miedo, como hijos de Dios. En ocasiones nos encontramos con gentes angustiadas y atemorizadas por las dificultades de la vida, por acontecimientos adversos y por obstáculos que se agrandan cuando sólo se cuenta con las fuerzas humanas para salir adelante. Con frecuencia vemos también a cristianos que parecen atenazados por un miedo vergonzoso para hablar claro de Dios, para decir que no a la mentira, para mostrar, cuando sea necesario, su condición de fieles discípulos de Cristo; se teme al qué dirán, al comentario desfavorable, a ir contracorriente, a llamar la atención... Y, ¿cómo no va a llamar la atención un discípulo de Cristo en ambientes de costumbres paganizadas, en los que los valores económicos son a menudo los supremos valores? Jesús nos dice que no nos preocupemos demasiado por la calumnia y la murmuración, si éstas llegan. No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay oculto que no vaya a ser descubierto, ni secreto que no llegue a saberse. ¡Qué pena si más tarde se descubriera que tuvimos miedo de proclamar a los cuatro vientos la verdad que el Señor nos había confiado!: Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a plena luz; y lo que escuchasteis al oído, pregonadlo desde los terrados. Si alguna vez callamos debe ser porque en ese momento lo oportuno es callar, por prudencia sobrenatural, por caridad; nunca por temor o por cobardía. No somos los cristianos amigos de la oscuridad y de los rincones, sino de la luz, de la claridad en la vida y en la palabra. Vivimos unos tiempos en los que se hace más necesario proclamar la verdad sin ambigüedades, porque la mentira y la confusión están perdiendo a muchas almas. La sana doctrina, las normas morales, la rectitud de conciencia en el ejercicio de la profesión o a la hora de vivir las exigencias del matrimonio, el sentido común... gozan algunas veces de menos prestigio, por absurdo que parezca, que una doctrina chocante y errada, a la que se califica de "valiente" o se la tiñe de un color de progreso...

No tengamos miedo a perder el brillo de un prestigio sólo aparente, o a sufrir la murmuración, y alguna vez la calumnia, por no ir con la corriente o la moda del momento. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del Cielo, nos dice el Señor. Y compensa con creces las incomprensiones que podamos sufrir al vivir con valentía y audacia santa en medio de un mundo que en muchas ocasiones se encuentra incapacitado para entender otros valores que no sean los puramente materiales.

Considero -dice San Pablo- que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros (2). "Por tanto -comenta San Cipriano-, ¿quién no va a esforzarse por lograr tan gran gloria, por hacerse amigo de Dios, por gozar enseguida con Cristo, por recibir los premios divinos tras los tormentos y suplicios de la tierra? Si es una gloria para los soldados de este mundo volver triunfantes a su patria después de abatir al enemigo, ¿cuánta mayor y plausible gloria será, una vez vencido el diablo, volver triunfantes al cielo (...); llevar allá los trofeos victoriosos (...); sentarse al lado de Dios cuando venga a juzgar, ser coheredero con Cristo, equipararse a los ángeles y disfrutar con los Patriarcas, con los Apóstoles y con los Profetas de la posesión del Reino de los Cielos?" (3).

II. Sin miedo a la vida y sin miedo a la muerte (4), con alegría en medio de dificultades, incluso graves, con obstáculos que exigirán esfuerzo y sacrificio, con enfermedades, serenos ante un futuro quizá incierto... Así nos pide el Señor que vivamos. Y esto será posible si consideramos muchas veces al día que somos hijos de Dios, y de modo particular cuando nos asalte la inquietud, la zozobra, la oscuridad. ¿Acaso no se vende un par de pajarillos por un as? Pues bien, ni uno solo de ellos caerá en tierra sin que lo permita vuestro Padre. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados. Por tanto, no tengáis miedo: vosotros valéis más que muchos pajarillos.

El Señor declara el inmenso cariño que nos tiene y el gran valor que poseen para Él los hombres. San Jerónimo, comentando este pasaje del Evangelio de la Misa, escribe: "Si los pajarillos, que son de tan escaso precio, no dejan de estar bajo providencia y cuidado de Dios, ¿cómo vosotros, que por la naturaleza de vuestra alma sois eternos, podréis temer que no os mire con particular cuidado Aquel a quien respetáis como a vuestro Padre?" (5).

La filiación divina nos hace fuertes en medio de las flaquezas personales, de los obstáculos con los que tropezamos, de las dificultades de un ambiente frecuentemente alejado de Dios y que se opone, a veces con agresividad, a los ideales cristianos. Pero el Señor está conmigo, como soldado fuerte, nos hace llegar el profeta Jeremías en la Primera lectura de la Misa (6). Es el grito de esperanza y de seguridad del Profeta, cuando se encuentra solo, en medio de sus enemigos. Mi Padre Dios está conmigo como soldado fuerte, podemos repetir nosotros cuando veamos cerca el peligro y cerrado el horizonte. Dominus, illuminatio mea et salus mea, quem timebo? El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? (7).

Ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe (8), proclamaba el Apóstol San Juan en medio de grandes dificultades que provenían del mundo pagano en el que los cristianos, como ciudadanos corrientes, ejercían los oficios y profesiones más variadas y realizaban un apostolado eficaz. Y del cimiento seguro de una fe inconmovible surge una moral de victoria que no es engreimiento ni ingenuidad, sino la firmeza alegre del cristiano que, a pesar de sus miserias y limitaciones personales, sabe que esa victoria la ha ganado Cristo con su Muerte en la Cruz y con su gloriosa Resurrección. Dios es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? A nadie y a nada, Señor. ¡Tú eres la seguridad de mis días!

III. Nos exhorta Jesús a no temer nada, excepto al pecado, que quita la amistad con Dios y conduce a la eterna condenación. Ante las dificultades debemos ser fuertes y valerosos, como corresponde a hijos de Dios: No tengáis miedo a los que matan el cuerpo -nos dice el Señor-, pero no pueden matar el alma; temed ante todo al que puede hacer perder alma y cuerpo en el infierno. El santo temor de Dios es un don del Espíritu Santo que facilita la lucha decidida contra el pecado, contra aquello que separe de Él, y nos mueve a huir de las ocasiones de pecar, a no fiarnos de nosotros mismos, a tener presente en todo momento que tenemos los "pies de barro", frágiles y quebradizos. Los males corporales, incluida la muerte, no son nada en comparación con los males del alma, el pecado.

Fuera del temor de perder a Dios -que es cuidado filial, precaución de no ofenderle-, nada debe inquietarnos. En determinados momentos de nuestro caminar podrán ser grandes las tribulaciones que padezcamos, y el Señor nos dará entonces las gracias necesarias para sobrellevarlas y crecer en la vida interior: Te basta mi gracia (9), nos dirá Jesús.

El que asistió a Pablo nos sacará adelante a nosotros. En esos momentos invocaremos al Señor con fe y con humildad. "¡Señor!, no te fíes de mí. Yo sí que me fío de Ti. Y al barruntar en nuestra alma el amor, la compasión, la ternura con que Cristo Jesús nos mira, porque Él no nos abandona, comprenderemos en toda su hondura las palabras del Apóstol: virtus ininfirmitate perficitur (2 Cor 12, 9): con fe en el Señor, a pesar de nuestras miserias -mejor, con nuestras miserias-, seremos fieles a nuestro Padre Dios; brillará el poder divino, sosteniéndonos en medio de nuestra flaqueza" (10).

De ordinario, sin embargo, será en lo pequeño donde manifestaremos la fortaleza y la valentía: al rechazar una invitación, con educación, pero con firmeza, para concurrir a un lugar o asistir a un espectáculo en el que un buen cristiano debe sentirse incómodo; a la hora de manifestar el acuerdo o desacuerdo ante la orientación que los profesores quieren dar a la educación de los hijos; a la hora de cortar esa conversación menos limpia, o en el momento de invitar a un amigo a unas clases de formación, o de provocar esa conversación que puede desembocar en el consejo delicado y oportuno que le acerque a la Confesión sacramental... Son con frecuencia las pequeñas cobardías las que frenan o impiden un apostolado de horizontes grandes. Son también las "pequeñas valentías" las que hacen eficaz una vida.

"A la hora del desprecio de la Cruz, la Virgen está allá, cerca de su Hijo, decidida a correr su misma suerte. -Perdamos el miedo a conducirnos como cristianos responsables, cuando no resulta cómodo en el ambiente donde nos desenvolvemos: Ella nos ayudará" (11).

(1) Mt 10, 26-33.- (2) Rom 8, 18.- (3) SAN CIPRIANO, Epístola a Fortunato, 13.- (4) Cfr. J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios, 132.- (5) SAN JERONIMO, Comentario al Evangelio según San Mateo, 10, 29-31.- (6) Cfr. Jer 20, 10-13.- (7) Sal 27, 1.- (8) 1 Jn 5, 4.- (9) 2 Cor, 12, 9.- (10) J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios, 194.- (11) IDEM, Surco, n. 977.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Próspero de Aquitania, Santo Seglar, Junio 25  

Si no fuera por sus escritos, todos marcados por la controversia semipelagiana, y por el testimonio del historiador Gennadio no sabríamos gran cosa de su vida que destaca por su virtud, por la perseverancia en la lucha por la ortodoxia y por el apasionamiento por la verdad.

Parece ser que era natural de Aquitania y así se añade a su nombre, como apellido, el de su patria y vió la luz a finales del siglo IV. Debió recibir una buena y sólida formación y parece ser que frecuentó la compañía de los monjes que estaban en el monasterio de san Víctor, en Marsella, al sur de Francia. Consta que nunca entró en el mundo de los clérigos, siempre permaneció en el estado seglar y hay indicios prudentes que llevan a pensar que estuvo casado; de hecho, se le atribuye el "Poema de un esposo a su esposa" en cuyo caso no habría duda sobre su estado matrimonial e incluso se le podría aplicar la profundidad de pensamiento y las claras actitudes de vida cristiana que en él aparecen, pero no puede afirmarse con total seguridad por negar algún autor de peso la autoría prosperoniana del poema.

Bien conocida es la controversia teológica suscitada en el siglo V por la desviada enseñanza de Pelagio contraria al pensar cristiano poseído pacíficamente en la Iglesia. La reacción de san Agustín -con toda clase de argumentos bíblicos y teológicos- no se hizo esperar en defensa de la fe y la sanción de los concilios de Cartago en los años 416 y 418 con la posterior aceptación del papa parecía haber solucionado para siempre el problema. Pero no fue así y es aquí donde entra en juego Próspero de Aquitania.

Los monjes de san Víctor en Marsella empiezan a inficionar las Galias con un pelagianismo camuflado que enseña el abad Casiano, escritor y teólogo, secundado por sus monjes. Dice en sus "Colaciones" que admite la doctrina contra los pelagianos expuesta por san Agustín y aprobada por los concilios y los papas, pero sostiene con sus monjes que depende del hombre la primera elección que en términos teológicos se denominará desde entonces el "initium fidei". Este es el pensamiento teológico que en el siglo XVI recibirá el nombre de semipelagianismo. Próspero detecta el mal larvado y habla, y discute, y visita, y escribe a Agustín propiciando la escritura de los tratados maduros agustinianos "Sobre el don de la perseverancia" y "De la predestinación de los santos" que escribió, ya anciano, el obispo de Hipona. Es toda una controversia de alto nivel. Como es laico y su fuerza termina en su pobre persona, no cede en la verdad teológica y marcha a Roma para implicar en la defensa de la fe al mismo papa Celestino I que era ya un hombre avezado en este tipo de discusiones y escribió a los obispos galos pidiendo sometimiento al magisterio de la Iglesia recogido de san Agustín.

Se trataba de intrincadas cuestiones que, en sus matices, son para especialistas teólogos y en las que los incautos son fácil presa al engaño. En juego está la idea de Dios y del hombre, el valor de la Redención y la necesidad de los sacramentos. No era poca cosa la que estaba sobre el tapete. Había que saber conciliar la evidencia del absoluto poder de Dios, su voluntad salvífica universal, y su absoluta libertad con la libertad del hombre que es un ser dependiente y el papel que le concierne en su propia salvación, correspondiendo personalmente a la gracia. Si se concedía excesivo protagonismo a la libertad humana se llegaba al extremo inaceptable de que el hombre puede llegar a la salvación sobrenatural por sus propias fuerzas; si, por el contrario, se acentuaba la absoluta dependencia del hombre con respecto a Dios, se hacía a Dios responsable de la condenación, cosa igualmente imposible. Llegar a la expresión técnica de la fe era cosa de preclaras inteligencias, grandes teólogos y extraordinarios santos.

Muerto Casiano y fallecido también san Agustín, no se acabó la discusión entre los seguidores del fraile y tuvo que ser el laico o seglar Próspero quien mantuviera firme y alta la bandera de la ortodoxia. Que se sepa, escribió "La vocación de todos los gentiles", "Contra el autor de las Colaciones", "Sobre la Gracia y el libre albedrío" y "De los ingratos".

Terminó sus días el seglar Próspero siendo secretario nada menos que del papa san León Magno y hasta se piensa que pudo poner su aportación en la Epístola Dogmática escrita a los Orientales para exponer magisterialmente el misterio de la Encarnación, declarando la unión Personal en Cristo contra la herejía de Nestorio y contra Eutiques y los monofisitas las dos naturalezas de Cristo.

Murió después del año 455, sin que se pueda aventurar con más exactitud la fecha de su muerte en el actual estado de investigación.

Da gusto ver en el siglo V la entrega de un laico sabio y santo responsable de su misión y puesto en la Iglesia sin renunciar al estado que Dios quiso para él. Aunque en aquella época no se hablaba aún de "promocionar al laicado", ni de "laicos comprometidos", se demuestra una vez más que, para cada uno en particular, la santidad no depende del modo de ser Iglesia en la Iglesia, sino de la fidelidad a la gracia de Dios y del esfuerzo por poner en juego todos los dones recibidos.

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Eurosia u Orosia de Jaca, Santa Mártir, Junio 25  

Eurosia u Orosia de Jaca, Santa

Mártir

Santa Orosia es patrona de la Jacetania y el Alto Gállego. Se celebra su festividad el 25 de junio; es además patrona de endemoniados o espirituados.

La tradición dice que Orosia era una princesa de Bohemia que venía a España para casarse con un príncipe visigodo. Su comitiva, a pesar de buscar en su viaje refugio en los Pirineos, fue descubierta por tropas islámicas. El jefe de estas tropas propuso matrimonio a la joven princesa que, para no abandonar su fe en Cristo se negó, tras lo cual fue martirizada.

Se cuenta que unos 300 años después, en el s.XI, se apareció a un pastor que guardaba su rebaño en las proximidades de Yebra de Basa, para revelarle la historia del martirio y la ubicación de las reliquias y expresando su voluntad de que se erigiera en ese lugar una ermita donde se venerara su cabeza y se trasladara el resto del cuerpo a la Catedral de Jaca. Todo esto dignificaba la importancia de Jaca y su Catedral y los orígenes del reino que Sancho Ramírez estaba consolidando en estas tierras tras la muerte de su padre Ramiro I.

Su culto se difundió por todoa España llegando incluso al norte de Italia.
Fue canonizada por S.S. León XIII en 1902.

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Fuente: Editions Magnificat
Guillermo de Vercelli, Santo Monje, Junio 25  

Guillermo de Vercelli, Santo

Monje(† 1142)

Nació por el año 1085 en Vercelli, como indica su nombre, en el norte de Italia. Pocas cosas sabemos de su nacimiento e infancia, pero sí de su juventud y mocedad como un prodigio de mortificación y de don de milagros.

El solía decir a los monjes que trataban de imitar su vida y pretendían seguirle a todas partes: "Es necesario que mediante el trabajo de nuestras manos nos procuremos el sustento para el cuerpo, el vestido aunque pobre y medios necesarios para poder socorrer a los pobres. Pero ello no debe ocupar todo el día, ya que debemos encontrar tiempo suficiente para dedicarlo al cuidado de la oración con la que granjeamos nuestra salvación y la de nuestros hermanos".

Ahí estaba sintetizada la vida que él llevaba y la que quería que vivieran también cuantos quisieran estar a su lado.

Cuando todavía era un joven hizo una perigrinación a Santiago de Compostela que en su tiempo era muy popular y que hacían casi todos los cristianos que podían. Pero él lo hizo de modo extraordinario: Se cargó de cadenas, que casi no podía arrastrar por su gran peso, y apenas tomaba bocado. Un día llegó a las puertas de una casa de campo y parecía desfallecer. A pesar de ello habló así al dueño de la misma que parecía ser un valiente caballero: "Señor, estas cadenas se me rompen continuamente y me hacen muchos honores porque son vistas por todos. ¿No serías tan bueno que me dieras una coraza para llevarla escondida junto a mis carnes y un casquete para mi cabeza? Dicho y hecho. Guillermo salió de la presencia de aquel caballero con gran esfuerzo, ya que apenas podía moverse con tanto hierro y con los dolores enormes que le proporcionaban. Vuelto a Palermo, el rey Rogerio que había oído ya hablar muchas maravillas de aquel raro peregrino, sintió grandes deseos de verlo.

En la corte se contaban chascarrillos a su costa y cada uno lo tomaba a chacota y decía de él las cosas más raras e inverosímiles. En aquella corte había una mujer que llamaba la atención por su vida deshonesta y ella al oír hablar de la santidad del peregrino dijo a todos los cortesanos: "Yo os prometo que le haré caer a ese pobre hombre en mis redes de lascivia". Se arregló lo mejor que pudo y se dirigió a visitarle. El santo hombre la recibió con grandes muestras de simpatía y tuvo con ella una larga conversación creyendo la dama que ya lo había conquistado para el pecado. Así volvió contenta a la corte y contó sus victorias. Pero habían quedado que volvería aquella noche para pasarla con él. El santo peregrino la invitó, la tomó el brazo y le dijo: "Ven y acuéstate conmigo en este lecho nupcial". El extendió las brasas y llamaradas de una gran hoguera que había hecho preparar y se arrojó en ellas. La pobrecilla mujer, que se llamaba Inés, cayó avergonzada y prorrumpió a llorar al ver que no le tocaba el fuego al siervo de Dios. Hizo penitencia, abrazó la vida religiosa y murió santamente.

En Montevergine fundó un célebre monasterio y purificó la corte y los palacios de tanto pecado como se cometía. Príncipes y labriegos, hombre y mujeres abandonaban su mala vida y seguían su ejemplo dejándolo todo por seguir a Jesucristo.

Desde este Monte Sacro, que ahora se llama como en tiempos de San Guillermo, Monte de la Virgen (Montevergine), nuestro Santo continuaba ejerciendo un gran influjo por medio de su oración y vida de sacrificio.
Lleno de méritos, murió el 25 de junio de 1142

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Domingo Henares, Santo Obispo y Mártir, Junio 25  

Domingo Henares, Santo

Nacido en Baena, España, el 19 de diciembre de 1766.

Ingresó a la Orden de Predicadores (Dominicos) y fue ordenado el 18 de septiembre de 1790. En 1789 es destinado a las Misiones del Tonkin (hoy Vietnam).

Consagrado obispo el 9 de enero de 1802. Detenido y preso en junio de 1838, es condenado a muerte y decapitado el 25 de junio de 1838.

Beatificado el 27 de mayo de 1900, por León XIII, es canonizado por Juan Pablo II el 19 de junio de 1988.

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Francisco Do Minh Chieu, Santo Catequista y Mártir, Junio 25  

Francisco Do Minh Chieu, Santo

Mártir Vietnamita

Francisco nació en una familia cristiana en Vietnam, era catequista y colaborador de su Obispo, san Domingo Henares, cuando se inició, en 1838, la persecución anti cristiana en su país.

Los perseguidores desplegaron crucifijos en las calles y reconocían a los cristianos, por que aquellos no sólo que no los pisaban, sino que los veneraban.

Francisco pasó por una de esos caminos y para evitar que los crucifijos fueran pisoteados se apresuró a recogerlos apretándolos luego, con profunda reverencia, contra su pecho.

Fue violentamente arrestado, luego enjuiciado y sentenciado a la muerte por decapitación por el delito de negarse a pisar las cruces.

Es uno de los
117 mártires en Vietnam canonizados por S.S. Juan Pablo II el 19 de junio de 1988.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Dorotea de Montau, Beata Viuda, Junio 25  

Dorotea de Montau, Beata

La célebre contemplativa Beata Dorotea Swartz de Montau, nació en Montau, el 6 de febrero del año 1347, murió en Marienwerder, el 25 junio de 1394.

A la edad de diecisiete años se casó con el artesano cuchillero Albrecht de Danzig, un hombre muy temperamental, de carácter violento, que la golpeaba sin piedad. Llevando una vida de santa paciencia, logró, con su humildad y gentileza, cambiar poco a poco el carácter de su marido.

Los dos hicieron frecuentes peregrinaciones a Colonia, Hacheen, y Einsiedeln, y en 1390 pensaban visitar Roma; pero Albrecht fue impedido por una enfermedad y permaneció en su casa donde murió, mientras Dorotea viajaba sola a Roma.

De sus nueve niños todos se murieron, salvo una hija que se hizo Benedictina.

En el verano del año 1391 Dorotea se mudó a Marienwerder, y el 2 de mayo de 1393, con el permiso del Capítulo y de la Orden Teutónica, levantó una ermita cerca de la catedral. Llevó una vida muy austera. Numerosos visitantes buscaron su consejo y consuelo, tenía visiones y revelaciones.

Su confesor, el diácono John de Marienwerder, un sabio teólogo, escribió sus conversaciones y una biografía en latín de siete libros, "Septililium", además escribió en alemán su vida en cuatro libros.

Nunca fue canonizada formalmente, aunque en algunos sitios la llaman Santa Dorotea. El pueblo la ha honrado como la protectora del país, de la Orden Teutónica y Patrona de Prusia.

La iglesia de Marienwerder en la actualidad es luterana; sus reliquias no se han encontrado.

En algunos lares la festejan el 30 de octubre.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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