jueves, 21 de abril de 2016

Viernes de la Pasión y Muerte de Jesucristo: día de penitencia y abstinencia de carne, excepto fiesta de precepto (CDC 1250/3). 22/04/2016. Santa Oportuna ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 1-6

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay lugar para todos; si no fuera así, ya lo habría dicho; ahora voy a prepararles ese lugar. Una vez me haya ido y les haya preparado el lugar, regresaré y los llevaré conmigo, para que puedan estar donde voy a estar yo. Ustedes ya saben el camino para ir adonde yo voy".
Tomás le dijo:
"Pero, Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?"
Jesús le respondió:
"Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre, sino por mí".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

vie 4a. Sem Pascua

Antífona de Entrada

Te daré gracias entre las naciones, Señor; contaré tu fama a mis hermanos. Aleluya.

 

Oración Colecta

Oremos:
Señor Dios, origen de nuestra libertad y de nuestra salvación, escucha las súplicas de quienes te invocamos; y ya que nos has salvado por la sangre de tu Hijo, haz que vivamos siempre en ti y en ti encontremos la felicidad eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Resucitando a Jesús, Dios ha cumplido la promesa que nos hizo

Lectura de los Hechos de los apóstoles 13, 26-33

En aquellos días, habiendo llegado Pablo a Antioquía, decía en la sinagoga:
"Hermanos, descendientes de Abrahán, y los que, sin serlo, honran a Dios, es a ustedes a quienes se dirige este mensaje de salvación. Ciertamente, los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús, y al condenarlo cumplieron las palabras de los profetas que se leen todos los sábados. Sin haber encontrado en él ningún delito que mereciera la muerte, pidieron a Pilato que lo matara.Y después de cumplir todo lo que acerca de él estaba escrito, lo bajaron del madero y lo pusieron en un sepulcro.
Pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Durante muchos días se apareció a los que lo habían seguido desde Galilea a Jerusalén, los cuales son ahora sus testigos ante el pueblo.
Y nosotros les anunciamos esta buena noticia: que la promesa hecha a nuestros antepasados, Dios la ha cumplido entre nosotros, sus descendientes, resucitando a Jesús, como está escrito también en el salmo
segundo: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Sal 2, 6-7.8-9.10-11

Tú eres mi hijo: Yo te he engendrado hoy.

"Yo mismo he establecido a mi rey en Sión, mi monte santo". Voy a proclamar el decreto del Señor; él me ha dicho: "Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy".
Tú eres mi hijo: Yo te he engendrado hoy.

Pídemelo, y te daré las naciones en herencia, en propiedad todos los países del mundo. Los romperás con cetro de hierro, los quebrarás como jarro de loza.
Tú eres mi hijo: Yo te he engendrado hoy.

Y ahora, reyes, reflexionen, aprendan, gobernantes de la tierra. Sirvan al Señor con temor.
Tú eres mi hijo: Yo te he engendrado hoy.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre sino por mí, dice el Señor.
Aleluya.

Evangelio

Yo soy el camino, la verdad y la vida

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 1-6

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay lugar para todos; si no fuera así, ya lo habría dicho; ahora voy a prepararles ese lugar. Una vez me haya ido y les haya preparado el lugar, regresaré y los llevaré conmigo, para que puedan estar donde voy a estar yo. Ustedes ya saben el camino para ir adonde yo voy".
Tomás le dijo:
"Pero, Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?"
Jesús le respondió:
"Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre, sino por mí".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, con bondad las ofrendas que te presentamos y ayúdanos a conservar tu gracia para alcanzar un día la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Restauración universal por el misterio pascual

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque en él fue demolida nuestra antigua miseria, reconstruido cuanto estaba derrumbado y renovada en
plenitud la salvación.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Cristo, nuestro Señor, fue condenado a muerte por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación. Aleluya.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Dios todopoderoso, que tu amor proteja siempre a quienes has salvado por medio de la pasión de tu Hijo, y que Cristo resucitado sea la fuente de todas nuestras alegrías.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

Pascua. 4ª semana. Viernes

LEER Y MEDITAR EL EVANGELIO

— Para leer con fruto el Santo Evangelio.

— Contemplar en él la Santísima Humanidad de Cristo.

— El Señor nos habla a través de los Libros Sagrados. La Palabra de Dios es siempre actual.

I. Jesucristo es para cada hombre Camino, Verdad y Vida1, nos anuncia el Evangelio de la Misa. Quien le conoce sabe la razón de su vida y de todas las cosas; nuestra existencia es un constante caminar hacia Él. Y es en el Santo Evangelio donde debemos aprender la ciencia suprema de Jesucristo2, el modo de imitarle y de seguir sus pasos. "Para aprender de Él, hay que tratar de conocer su vida: leer el Santo Evangelio, meditar aquellas escenas que el Nuevo Testamento nos relata, con el fin de penetrar en el sentido divino del andar terreno de Jesús.

"Porque hemos de reproducir, en la nuestra, la vida de Cristo, conociendo a Cristo: a fuerza de leer la Sagrada Escritura y de meditarla"3. Queremos identificarnos con el Señor, que nuestra vida en medio de nuestros quehaceres sea reflejo de la suya, y "para ser ipse Christus hay que mirarse en Él. No basta con tener una idea general del espíritu de Jesús, sino que hay que aprender de Él detalles y actitudes. Y, sobre todo, hay que contemplar su paso por la tierra, sus huellas, para sacar de ahí fuerza, luz, serenidad, paz.

"Cuando se ama a una persona se desean saber hasta los más mínimos detalles de su existencia, de su carácter, para así identificarse con ella. Por eso hemos de meditar la historia de Cristo, desde su nacimiento en un pesebre, hasta su muerte y su resurrección"4.

Debemos leer el Evangelio con un deseo grande de conocer para amar. No podemos pasar las páginas de la Escritura Santa como si se tratara de un libro cualquiera. "En los libros sagrados, el Padre, que está en el Cielo, sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos"5. Nuestra lectura ha de ir acompañada de oración, pues sabemos que Dios es el autor principal de esos escritos santos. En ellos, y de modo especial en el Evangelio, está "el alimento del alma, la fuente límpida y perenne de la vida espiritual"6. "Nosotros –escribe San Agustín– debemos oír el Evangelio como si el Señor estuviera presente y nos hablase. No debemos decir: "felices aquellos que pudieron verle". Porque muchos de los que le vieron le crucificaron; y muchos de los que no le vieron, creyeron en Él. Las mismas palabras que salían de la boca del Señor se escribieron, se guardaron y se conservan para nosotros"7.

Para leer y meditar el Santo Evangelio con fruto debemos hacerlo con fe, sabiendo que contiene la verdad salvadora, sin error alguno, y también con piedad y santidad de vida. La Iglesia, con la asistencia del Espíritu Santo, ha guardado íntegro e inmune de todo error el impagable tesoro de la vida y de la doctrina del Señor para que nosotros, al meditarla, nos acerquemos con facilidad a Él y luchemos por ser santos. Y solo en la medida en que queramos ser santos penetraremos en la verdad íntima contenida en estos santos libros, solo entonces gustaremos el fruto divino que encierran. ¿Valoramos nosotros este inmenso tesoro que con tanta facilidad podemos tener en nuestras manos? ¿Buscamos en él el conocimiento y el amor cada día mayores a la Santa Humanidad del Señor? ¿Pedimos ayuda al Espíritu Santo cada vez que comenzamos la lectura del Santo Evangelio?

II. No se ama sino aquello que se conoce bien. Por eso es necesario que tengamos la vida de Cristo "en la cabeza y en el corazón, de modo que, en cualquier momento, sin necesidad de ningún libro, cerrando los ojos, podamos contemplarla como en una película; de forma que, en las diversas situaciones de nuestra conducta, acudan a la memoria las palabras y los hechos del Señor.

"Así nos sentiremos metidos en su vida. Porque no se trata solo de pensar en Jesús, de representarnos aquellas escenas. Hemos de meternos de lleno en ellas, ser actores. Seguir a Cristo tan de cerca como Santa María, su Madre, como los primeros doce, como las santas mujeres, como aquellas muchedumbres que se agolpaban a su alrededor. Si obramos así, si no ponemos obstáculos, las palabras de Cristo entrarán hasta el fondo del alma y nos transformarán (...).

"Si queremos llevar hasta el Señor a los demás hombres, es necesario ir al Evangelio y contemplar el amor de Cristo"8.

Nos acercamos al Evangelio con el deseo grande de contemplar al Señor tal como sus discípulos le vieron, observar sus reacciones, su modo de comportarse, sus palabras...; verlo lleno de compasión ante tanta gente necesitada, cansado después de una larga jornada de camino, admirado ante la fe de una madre o de un centurión, paciente ante los defectos de sus más fieles seguidores...; también le contemplamos en el trato habitual con su Padre, en la manera confiada como se dirige a Él, en sus noches en oración..., en su amor constante por todos.

Para quererle más, para conocer su Santísima Humanidad, para seguirle de cerca debemos leer y meditar despacio, con amor y piedad. El Concilio Vaticano II "recomienda insistentemente a todos los fieles (...) la lectura asidua de la Sagrada Escritura (...), pues "desconocer la Escritura es desconocer a Cristo" (San Jerónimo). Acudan –dice– al texto mismo: en la liturgia, tan llena de palabras divinas; en la lectura espiritual..."9.

Haz que vivamos siempre de ti, le pedimos al Señor en la Misa de hoy10. Pues bien, este alimento para nuestra alma, que diariamente debemos procurarnos, es fácil de tomar. Apenas requiere tres o cuatro minutos cada día, pero poniendo amor. "Esos minutos diarios de lectura del Nuevo Testamento, que te aconsejé –metiéndote y participando en el contenido de cada escena, como un protagonista más–, son para que encarnes, para que "cumplas" el Evangelio en tu vida..., y para "hacerlo cumplir""11.

III. ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras, más que la miel para mi boca!12.

San Pablo enseñaba a los primeros cristianos que la palabra de Dios es viva y eficaz13. Es siempre actual, nueva para cada hombre, nueva cada día, y, además, palabra personal porque va destinada expresamente a cada uno de nosotros. Al leer el Santo Evangelio, nos será fácil reconocernos en un determinado personaje de una parábola, o experimentar que unas palabras están dirigidas a nosotros. Muchas veces y de muchas maneras habló Dios en otro tiempo a nuestros padres por el ministerio de los Profetas; últimamente, en estos días, nos ha hablado por su Hijo14. Estos días son también los nuestros. Jesucristo sigue hablando. Sus palabras, por ser divinas y eternas, son siempre actuales. En cierto modo, lo que narra el Evangelio está ocurriendo ahora, en nuestros días, en nuestra vida. Es actual la marcha y la vuelta del hijo pródigo; la oveja que anda perdida y el Pastor que ha salido a buscarla; la necesidad de la levadura para convertir la masa, y de la luz para iluminar la oscuridad del pecado...

El Evangelio nos revela lo que es y lo que vale nuestra vida y nos traza el camino que debemos seguir. El Verbo –la Palabra– es la luz que ilumina a todo hombre15. Y no hay hombre al que no se dirija esta Palabra. Por eso el Evangelio debe ser fuente de jaculatorias, que alimenten la presencia de Dios durante el día, y tema de oración muchas veces.

Si meditamos el Evangelio, encontraremos la paz. Salía de Él una virtud que sanaba a todos16, comenta en cierta ocasión el Evangelista. Y esa virtud sigue saliendo de Jesús cada vez que entramos en contacto con Él y con sus palabras, que permanecen eternamente.

El Evangelio debe ser el primer libro del cristiano porque nos es imprescindible conocer a Cristo; hemos de mirarlo y contemplarlo hasta saber de memoria todos sus rasgos. El Santo Evangelio nos permite meternos de lleno en el misterio de Jesús, especialmente hoy, cuando tantas y tan confusas ideas circulan sobre el tema más trascendental para la Humanidad desde hace veinte siglos: Jesucristo, Hijo de Dios, piedra angular, fundamento de todo hombre. "No os descarriéis entre la niebla, escuchad más bien la voz del pastor. Retiraos a los montes de las Santas Escrituras, allí encontraréis las delicias de vuestro corazón, nada hallaréis allí que os pueda envenenar o dañar, pues ricos son los pastizales que allí se encuentran"17.

En muchas ocasiones será conveniente hacer la lectura cotidiana del Evangelio a primera hora del día, procurando sacar de esa lectura una enseñanza concreta y sencilla que nos ayude en la presencia de Dios durante la jornada o a imitar al Maestro en algún aspecto de nuestro comportamiento: estar más alegres, tratar mejor a los demás, estar más atentos hacia aquellas personas que sufren, ofrecer el cansancio... Así, casi sin darnos cuenta, se podrá cumplir en nosotros este gran deseo: "Ojalá fuera tal tu compostura y tu conversación que todos pudieran decir al verte o al oírte hablar: este lee la vida de Jesucristo"18.

Y esto será un gran bien no solo para nosotros, sino también para quienes viven, trabajan o pasan a nuestro lado.

1 Cfr. Jn 14, 6. — 2 Flp 3, 8. — 3 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 14. — 4 Ibídem, 107. — 5 Conc. Vat. II, Const. Dei Verbum, 21. — 6 Ibídem. — 7 San Agustín, Coment. al Evangelio de San Juan, 30. — 8 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 107. — 9 Conc. Vat. II, Const. Dei Verbum, 25. — 10 Oración colecta de la Misa. — 11 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 672. — 12 Sal 118, 103. — 13 Cfr. Heb 4, 12. — 14 Cfr. Heb 1, 1. — 15 Jn 1, 9. — 16 Lc 6, 19. — 17 San Agustín, Sermón 46 sobre los pastores. — 18 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 2.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Sotero, Santo XII Papa, Abril 22  

Fuente: Archidiócisis de Madrid

Sotero, Santo

XII Papa

Martirologio Romano: En Roma, san Sotero, papa, del que san Dionisio de Corinto alaba su egregia caridad hacia los hermanos y a los extranjeros necesitados y oprimidos por la necesidad o condenados a las minas (175).

Etimológicamente: Sotero = Aquel que nos puede salvar, es de origen griego.

 

Pocas cosas se conocen con certeza sobre su vida lejanísima en el tiempo. Las fuentes que nos hablan de él son el Liber Pontificalis y la Historia Eclesiástica de Eusebio. Sabemos que ejerció su pontificado entre los años 166 y 175, entre los papas Aniceto y Eleuterio, y siendo emperador Marco Aurelio. Fue una época de relativa paz y tranquilidad, aunque no faltaron chispazos de persecución como los que quitaron la vida al apologeta san Justino, a los mártires de Lyon, a los de Vienne, al obispo san Potino, a los diáconos Santo y Atalo, a la esclava Blandina, al niño Pontico y a otros más, y muy probablemente al mismo papa Sotero. También conocemos que era originario de Fondi, en la Campania y que su padre se llamaba Concordio.

Un dato del que tenemos constancia por el Liber Pontificalis es que llegó a prohibir a las mujeres tocar los sagrados corporales y quemar incienso durante las celebraciones litúrgicas. Bien pueden ser calificadas estas dos disposiciones de anacrónicas o de simplemente de anecdóticas en un primer golpe de vista. Pero lo que refiere el Liber Pontificalis nos pone en la pista de algo que tuvo que encauzar como Sumo Pontífice en el gobierno de la Iglesia y ciertamente el asunto era importante.

Había aparecido en Frigia, ahora parte de Turquía, un sujeto llamado Montano. Afirmaba haber tenido una visión y se aplicó a proclamarla; vamos, que se dedicó a hacer de profeta. Predecía el fin del mundo inminente, urgía utópicamente la necesidad de una vida perfecta, prohibía el matrimonio y mandaba adoptar la más rigurosa y estricta penitencia. Se afanó en predicar el rigorismo más extremo a la búsqueda de una vida pura y sin pecados. Advertía que los culpables de pecados graves no podrían obtener el perdón por no disponer la Iglesia de ese poder. Fue capaz de trasmitir esta doctrina equivocada gracias al apoyo que le prestaron las mujeres, por lo general más dóciles y emotivas, principalmente Maxila y Pricila en las que encontraba ayuda. A ellas les concedió un intervencionismo desmesurado en las celebraciones cultuales totalmente desconocido e inusual en su tiempo. Ya se ve que tal enseñanza y práctica -además de ser inhumana- se oponía diametralmente a la fe de la Iglesia que siempre creyó en la misericordia infinita de Dios, enseñó la santidad del matrimonio y administró el total perdón de los pecados; como, además, sembraba entre los fieles desconcierto, confusión, amargura y pesimismo, tuvo que intervenir la jerarquía contra el disparate teórico-práctico que llegó a llamarse por su origen montanismo. Y al papa Sotero le tocó ser el primero en afrontar esta herejía desde todos los ángulos, defendiendo las verdades evangélicas. Con respecto a la intervención en el culto por parte de las mujeres, se limitó a recordar a las señoras la praxis vigente en el momento.

Sabemos también que Sotero ordenó a un buen número de diáconos, presbíteros y once obispos para la atención pastoral de diversos territorios.

Otra nota característica suya es la práctica exquisita de la caridad. Su desvelo por los pobres y los necesitados, fácilmente presumible en cualquier papa, debió ser excepcionalmente notorio. Se conserva un fragmento de la carta que escribe Dionisio, el obispo de Corinto, a la iglesia de Roma, alabando el hábito que se da entre esos fieles con respecto a la comunicación de bienes y en ella se afirma que "vuestro obispo Sotero no sólo conservó esta costumbre, sino que aún la mejoró, suministrando abundantes limosnas, así como consolando a los infelices hermanos con santas palabras y tratándolos como un padre trata a sus hijos".

Se desconocen detalles de su martirio y hoy no existen datos por los que pueda demostrarse históricamente; pero los martirologios más antiguos incluyen su nombre entre los mártires y en el día veintidós de abril.

Pocos son los datos; pero parecen suficientes a la hora de tener devoción a un sucesor de Pedro que supo cumplir su encargo manteniendo el rumbo de la Barca hacia el Puerto.

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Oportuna, Santa Abadesa, Abril 22  

Oportuna, Santa

Abadesa

Martirologio Romano: En la región de Séez, en Neustria, santa Oportuna, abadesa, célebre por su abstinencia y austeridad (c. 770).

Etimológicamente: Oportuna = Aquella que nos conduce al puerto, es de origen latino

 

Nació cerca de Ayesmes, Normandía y murió en Almenèches, Francia, en el año 770.

Su hermano era el santo Crodegan, obispo de Sées.

Cuando ella llegó a su juventud, pensó que lo fundamental para vivir de acuerdo con su proyecto de vida, lo mejor -repetía- era consagrarse a Dios.

Se lo comunicó a su hermano porque quería que fuera él quien le impusiera el velo de vírgenes.

Ya en el convento brilló por su bondad y fervor.

Las hermanas religiosas la eligieron pronto su abadesa o superiora.

A los pocos meses hizo dos milagros que dejaron a todos alucinados. Uno fue con un campesino que había robado el burro del convento. No quería soltarlo porque decía que lo había comprado y pagado.

Oportuna se puso a rezar. Al día siguiente, el ladrón vio su prado recubierto de un tapiz blanco, es decir, infértil para mucho tiempo.

Esto le hizo recapacitar. Entonces devolvió el burro, y además les regaló el prado. Desde entonces se llama "el Prado sucio".

El mismo año, una bandada de pájaros invadió el país y se comieron todos los cereales y frutales. Oportuna les hizo ver que iban a caer prisioneros. Al verlos, les reprochó su mala conducta y los dejó irse. Pero en lugar de salir, volaron a su alrededor durante un tiempo y cantando su arrepentimiento. Todos los destrozos que habían causado, se repusieron en seguida.

Murió triste ante la muerte trágica de su hermano, asesinado por un primo que quería sucederle como obispo.
Ella murió trece días después.

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Fuente: Franciscanos.net
Francisco de Fabriano, Beato Presbítero Franciscano, Abril 22  

Francisco de Fabriano, Beato

Presbítero Franciscano

Martirologio Romano: En Fabriano, del Piceno, en Italia, beato Francisco Venimbeni, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, eximio predicador de la Palabra de Dios (1322).

Etimológicamente: Francisco = Aquel que porta la bandera, es de origen germánico.

 

Etimológicamente significa "franco, libre". Viene de la lengua alemana.

Sacerdote de la Primera Orden. (hacia 1261‑1322).

Pío VI aprobó su culto el 1 de abril de 1775.

Nació en Fabriano (Ancona) hijo del médico Compagno Venimbeni y Margarita di Federico. Entró en la Orden Franciscana de dieciséis años de edad, después de haber hecho estudios de filosofía.

Durante el año de noviciado, transcurrido en Fabriano, obtuvo permiso de ir a Asís para ganar la indulgencia de la Porciúncula. Allí conversó con fray León, uno de los primeros compañeros de San Francisco, y, según su testimonio, muy precioso para la historiografía franciscana, leyó sus "escritos".

En 1316 y en el trienio 1318‑21 fue superior del nuevo convento construido por los hermanos de Fabriano. Durante su superiorato, al celebrarse en la ciudad por segunda vez el capítulo provincial, Francisco apeló a sus conciudadanos, que proveyeron generosamente al sostenimiento de los hermanos asistentes de todas partes de las Marcas.

Con los dineros recibidos de su padre construyó una biblioteca donde reunió una notable cantidad de manuscritos. Esto le valió el título de "primer fundador de bibliotecas" en la Orden Franciscana.

Su amor a los pobres fue grande. Ayudó a gran número de indigentes; él mismo preparaba cada día el alimento para sus predilectos, luego lo distribuía en la puerta del convento, donde acudían los pobres.

Vestía una burda túnica que parecía un cilicio por su aspereza. Se flagelaba con ásperas disciplinas, dormía pocas horas en un duro jergón y el resto de la noche lo transcurría en oración.

Incansable en su celo por las almas: pasaba muchas horas en el confesionario o en el anuncio de la palabra de Dios. Asistía a los enfermos y los preparaba para una buena muerte. Tema de su contemplación eran los misterios de la Pasión de Cristo, que le hacían derramar abundantes lágrimas. Celebraba la santa Misa con angélico fervor. Devotísimo de las almas del purgatorio no cesaba de ofrecer sufragios por ellas.

Francisco conoció con tiempo el día de su muerte; el 22 de abril de 1322 serenamente se durmió en el Señor, a los 61 años de edad, de los cuales 45 pasó en el ejercicio de las más heroicas virtudes.

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Fuente: Enciclopedia Católica || ACI Prensa
Agapito I, Santo LVII Papa, Abril 22  

Agapito I, Santo

LVII Papa

Martirologio Romano: En Constantinopla, nacimiento para el cielo de san Agapito I, papa, que trabajó enérgicamente para que los obispos fuesen elegidos libremente por el clero de la ciudad y se respetase la dignidad de la Iglesia. Enviado a Constantinopla por Teodorico, rey de los ostrogodos, ante el emperador Justiniano confesó la fe ortodoxa, ordenó a Menas como obispo de aquella ciudad y descansó en paz (536).

Etimológicamente: Agapito = Aquel que es amable, es de origen griego.


Reinó del 535-536.


Su fecha de nacimiento es incierta; murió el 22 de abril del 536.

Fue hijo de Gordianus, un sacerdote Romano que había sido liquidado durante los disturbios en los días del Papa Symmachus.

Su primer acto oficial fue quemar en presencia de la asamblea del clero, el anatema que Bonifacio II había pronunciado en contra de Dioscurus, su último rival, ordenando fuera preservado en los archivos Romanos.

El confirmó el decreto del concilio sostenido en Cartago, después de la liberación de África, de la yunta de Vándalo, según los convertidos del Arrianismo, fueron declarados inelegibles a las Santas Ordenes y aquellos ya ordenados, fueron admitidos meramente para dar la comunión.

Aceptó una apelación de Contumeliosus, Obispo de Riez, a quien un concilio en Marsella había condenado por inmoralidad, ordenando a San Caesarius de Aries otorgar al acusado un nuevo juicio ante los delegados papales. Mientras tanto, Belisarius, después de la sencilla conquista de Sicilia, se preparaba para una invasión de Italia.

El rey Gótico, Theodehad, como último recurso, mendigó al viejo pontífice proceder a Constantinopla y traer su influencia para lidiar con el Emperador Justiniano.

Para pagar los costos de la embajada, Agapito se vio obligado a prometer las naves sagradas de la Iglesia de Roma.

Se embarcó en pleno invierno con cinco obispos y un séquito imponente. En febrero del 536, apareció en la capital del Este y fue recibido con todos los honores que convienen a la cabeza de la Iglesia Católica.

Como él había previsto sin duda, el objeto aparente de su visita fue condenado al fracaso. Justiniano no podría ser desviado de su resolución para restablecer los derechos del Imperio en Italia. Pero desde el punto de vista eclesiástico, la visita del Papa a Constantinopla marcó un triunfo escasamente menos memorable que las campañas de Belisario.

El entonces ocupante de la Sede Bizantino era un cierto Anthimus, quien sin la autoridad de los cánones había dejado su sede episcopal en Trebizond, para unir el cripto-Monophysites que, en unión con la Emperatriz Teodora, intrigaban para socavar la autoridad del Concilio de Calcedonia.

Contra las protestas del ortodoxo, la Emperatriz finalmente sentó a Anthimus en la silla patriarcal.

No bien hubo llegado el Papa, la mayoría prominente del clero mostró cargos en contra del nuevo patriarca, como un intruso y un herético. Agapito le ordenó hacer una profesión escrita de la fe y volver a su sede abandonada; sobre su negativa, rechazó tener cualquier relación con él.

Esto enfadó al Emperador, que había sido engañado por su esposa en cuanto a la ortodoxia de su favorito, llegando al punto de amenazar al Papa con el destierro. Agapito contestó con el espíritu: "Con anhelo ansioso vengo a mirar hacia el Emperador Cristiano Justiniano. En su lugar encuentro a un Dioclesiano, cuyas amenazas, sin embargo, no me aterrorizan." Este atrevido idioma hizo que Justiniano tomara una pausa; siendo convencido finalmente de que Anthimus era poco sólido en la fe, no hizo ninguna objeción al Papa en ejercitar la plenitud de sus poderes a deponer y suspender al intruso, y, por primera vez en la historia de la Iglesia, consagrar personalmente a su sucesor legalmente elegido, Mennas.

Este memorable ejercicio de la prerrogativa papal no se olvidó pronto por los Orientales, que, junto con los Latinos, lo veneran como un santo.

Para purificarlo de cualquier sospecha de ayudar a la herejía, Justiniano entregó al Papa una confesión escrita de la fe, que el último aceptó con la juiciosa cláusula, "aunque no pudiera admitir en un laico el derecho de enseñar la religión, observaron con placer que el afán del Emperador estaba en perfecto acuerdo con las decisiones de los Padres".

Poco después Agapito cayó enfermo y murió, después de un glorioso reinado de diez meses. Sus restos fueron introducidos en un ataúd y dirigidos a Roma, siendo depositados en San Pedro.

Su memoria se mantiene el 20 de septiembre, el día de su deposición. Los griegos lo conmemoran el 22 abril, día de su muerte.

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Cayo, Santo XXVIII Papa, Abril 22  

Cayo, Santo

XXVIII Papa

Martirologio Romano: En Roma, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, sepultura de san Cayo, papa, que, escapando de la persecución del emperador Diocleciano, murió como confesor de la fe (296).

Etimológicamente: Cayo = Aquel que es señor, es de origen latino.

 

No conocemos su fecha de nacimiento, tan sólo que fue en Salona (Dalmacia).

Sobrino del emperador romano Diocleciano, este parentesco le permitió trasladarse a Roma bajo la protección imperial, donde la tradición dice que residió en una casa lindante con la de su hermano San Gabino y la hija de este, la virgen romana Santa Susana.

Aprovechando que su pontificado se desarrolló en un período libre de persecuciones, Cayo dedicó sus esfuerzos a delimitar las instituciones de la Iglesia y así apoyó el desarrollo de las escuelas de Alejandría y Antioquia. Asimismo estableció que nadie podía ser nombrado obispo sin antes haber pasado por los grados de ostiario, lector, acólito, exorcista, subdiácono, diácono y sacerdote.

Murió poco antes de desatarse la última y más terrible persecución que habría de abatirse contra los cristianos. Aunque San Cayo no murió como mártir, posiblemente dado su parentesco con el emperador, si parece ser que sufrió grandes hostilidades por parte de los oficiales romanos.

Falleció el 22 de abril del año 296.

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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Abril 22  

Otros Santos y Beatos

Santos Epipodio y compañeros, mártires
En Lyon, de la Galia, san Epipodio, que, detenido con su amigo Alejandro, consumó su martirio al ser degollado, después de la muerte de otros cuarenta y ocho mártires (178).

San Leónidas, mártir
En Alejandría, en Egipto, conmemoración de san Leónidas, mártir, que bajo el emperador Septimio Severo fue muerto a espada por su fe en Cristo, dejando a su hijo Orígenes aún niño (204).

San Maryahb, obispo y mártir
Conmemoración de san Maryahb, que significa "El Señor hace", corepíscopo y mártir en Persia, que bajo la persecución desencadenada por Sapor II, durante la octava de Pascua sufrió el martirio por Cristo (341).

San León, obispo
En Sens, de Neustria, san León, obispo (s. VI).

San Teodoro, abad y obispo
En la aldea de Siceone, en Galacia, san Teodoro, obispo y hegúmeno, que desde la infancia se distinguió por su amor a la soledad, abrazando una vida austera, y obligado a aceptar su ordenación como obispo de Anastasiópolis, insistió ante el patriarca de Constantinopla para ser dispensado de su cargo y volver a su amada soledad (613).

Santa Senorina, abadesa
En Basto, en Portugal, santa Senorina, abadesa, de la que se narra que, por su intercesión, Dios proveyó de pan a las monjas que pasaban necesidad (c. 980).

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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