sábado, 16 de abril de 2016

Domingo por la Santísima Trinidad. 17/04/2016. Excepto causa grave, no asistir a Misa dominical es pecado GRAVE (CIC 2042, 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). Precepto (desde los 7 años): Misa ENTERA. Víspera del Domingo comienza

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 27-30

Gloria a Ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
"Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen; les doy la vida eterna y no perecerán jamás, nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y el Padre es superior a todos. El Padre y yo somos uno".
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

4o. Dom. de Pascua Ciclo C

Antífona de Entrada

Que nuestra única gloria sea la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, en quien hemos sido redimidos y liberados.

Aleluya.

No se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo muriera en la Cruz para salvar a todos los hombres, concédenos aceptar por su amor la cruz del sufrimiento aquí en la tierra, para poder gozar en el cielo los frutos de su redención.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

Yo te he puesto como luz de las naciones

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 13, 14. 43-52

En aquellos días, Pablo y Bernabé prosiguieron su camino desde Pergue hasta Antioquía de Pisidia; el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Cuando se disolvió la asamblea, muchos judíos y prosélitos piadosos acompañaron a Pablo y a Bernabé, quienes siguieron exhortándolos a permanecer fieles a la gracia de Dios.
El sábado siguiente casi toda la ciudad de Antioquía acudió a oír la palabra de Dios. Cuando los judíos vieron una concurrencia tan grande, se llenaron de envidia y comenzaron a contradecir a Pablo con palabras injuriosas. Entonces Pablo y Bernabé dijeron con valentía:
"La palabra de Dios debía ser predicada a ustedes; pero como la rechazan y no se juzgan dignos de la vida eterna, nos dirigiremos a los paganos. Así lo ha ordenado el Señor, cuando dijo:
"Yo te he puesto como luz de las naciones, para que lleves la salvación hasta los últimos rincones de la tierra"".
Al enterarse de esto, los paganos se regocijaban y glorificaban la palabra de Dios; y abrazaron la fe todos aquellos que estaban destinados a la vida eterna. La palabra de Dios se iba propagando por toda la región. Pero los judíos azuzaron a las mujeres devotas de la alta sociedad y a los ciudadanos principales, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de su territorio.
Pablo y Bernabé se sacudieron el polvo de los pies, como señal de protesta, y se marcharon a Iconio, mientras los discípulos se quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del Salmo 99

El Señores nuestro Dios y nosotros su pueblo. Aleluya.

Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría y con júbilo entremos en su templo.
El Señores nuestro Dios y nosotros su pueblo. Aleluya.

Reconozcamos que el Señor es Dios, que él fue quien nos hizo y somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño.
El Señores nuestro Dios y nosotros su pueblo. Aleluya.

Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba.
El Señores nuestro Dios y nosotros su pueblo. Aleluya.

Segunda Lectura

El Cordero será su pastor y los conducirá a las fuentes del agua de la vida

Lectura del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan 7, 9.14-17

Yo, Juan, vi en la visión una muchedumbre tan grande que nadie podía contarla. Eran individuos de todas las naciones y razas, de todos los pueblos y lenguas: estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con túnicas blancas y con palmas en las manos. Uno de los ancianos, que estaban junto al trono, me dijo:
"Esos vestidos de blanco son los que han pasado por la gran persecución; han lavado y blanqueado sus túnicas con la sangre del Cordero, por eso están ante el trono de Dios, sirviéndole día y noche en su santuario; el que está en el trono los protegerá continuamente. Ya nunca sufrirán hambre ni sed, no los quemará el sol ni los agobiará el calor, pues el Cordero que está en el trono será su pastor y los conducirá a las fuentes del agua de la vida; y Dios enjugará de sus ojos toda lágrima".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Yo soy el bueno pastor. dice el Señor; yo conozco a mis ovejas a mis ovejas y ellas me conocen a mí.
Aleluya.

Evangelio

Yo doy la vida eterna a mis ovejas

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 27-30

Gloria a Ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
"Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen; les doy la vida eterna y no perecerán jamás, nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y el Padre es superior a todos. El Padre y yo somos uno".
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.

No se dice "Credo".

Oración de los Fieles

Celebrante:
Levantemos, hermanos y hermanas, nuestros ojos a Cristo, obispo y pastor de nuestras almas, y pongamos en sus manos con toda confianza las necesidades de los hombres:
A cada petición respondemos: Te rogamos, Señor, óyenos.
Para que los obispos, presbíteros y diáconos, apacienten santamente a los pueblos que tienen encomendados, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Para que la paz que Jesucristo concedió a los discípulos arraigue con fuerza en nuestro mundo, y se alejen de las naciones el odio y las guerras, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Para que los enfermos, los pobres y todos los que sufren, encuentren en Cristo resucitado luz y esperanza, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Para que Dios derrame en las familias cristianas el espíritu de piedad y de renuncia a lo mundano, de manera que germinen abundantes vocaciones al ministerio eclesial, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Celebrante:
Dios nuestro, fuente de gozo y de paz, que has concedido a tu Hijo el poder y la realeza sobre los hombres y los pueblos; escucha nuestra oración y sosténnos con la fuerza de tu Espíritu, para que nunca nos separemos de nuestro pastor que nos conducirá hacia fuentes de aguas vivas, y que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Señor, que este sacrificio que Cristo te ofreció sobre la Cruz para borrar los pecados del mundo, nos purifique ahora de todas nuestras culpas.

Amén.

Prefacio

La gloriosa victoria de la cruz

Porque, has puesto la salvación del género humano en el árbol de la cruz, para que de donde tuvo origen la muerte, de allí surgiera la vida; y el que en un árbol venció, fuera en un árbol vencido, por Cristo Señor nuestro. Por él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor. Aleluya.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor nuestro Jesucristo, tú que nos has redimido por medio de la cruz y nos has hecho partícipes de tu Cuerpo y de tu Sangre, concédenos participar también de la gloria de tu resurrección.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

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Meditación diaria

Pascua. Cuarto domingo

EL BUEN PASTOR. AMOR AL PAPA

— Jesús es el buen Pastor y encarga a Pedro y a sus sucesores que continúen su misión aquí en la tierra en el gobierno de su Iglesia.

— El primado de Pedro. El amor a Pedro de los primeros cristianos.

— Obediencia fiel al Vicario de Cristo; dar a conocer sus enseñanzas. El "dulce Cristo en la tierra".

I. Ha resucitado el buen Pastor que dio la vida por sus ovejas, y se dignó morir por su grey. Aleluya1.

La figura del buen Pastor determina la liturgia de este domingo. El sacrificio del Pastor ha dado la vida a las ovejas y las ha devuelto al redil. Años más tarde, San Pedro afianzaba a los cristianos en la fe recordándoles en medio de la persecución lo que Cristo había hecho y sufrido por ellos: por sus heridas habéis sido curados. Porque erais como ovejas descarriadas; mas ahora os habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras almas2. Por eso la Iglesia entera se llena del gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo3 y le pide a Dios Padre que el débil rebaño de tu Hijo tenga parte en la admirable victoria de su Pastor4.

Los primeros cristianos manifestaron una entrañable predilección por la imagen del Buen Pastor, de la que nos han quedado innumerables testimonios en pinturas murales, relieves, dibujos que acompañan epitafios, mosaicos y esculturas, en las catacumbas y en los más venerables edificios de la antigüedad. La liturgia de este domingo nos invita a meditar en la misericordiosa ternura de nuestro Salvador, para que reconozcamos los derechos que con su muerte ha adquirido sobre cada uno de nosotros. También es una buena ocasión para llevar a nuestra oración personal nuestro amor a los buenos pastores que Él dejó en su nombre para guiarnos y guardarnos.

En el Antiguo Testamento se habla frecuentemente del Mesías como del buen Pastor que habría de alimentar, regir y gobernar al pueblo de Dios, frecuentemente abandonado y disperso. En Jesús se cumplen las profecías del Pastor esperado, con nuevas características. Él es el buen Pastor que da la vida por sus ovejas y establece pastores que continúen su misión. Frente a los ladrones, que buscan su interés y pierden el rebaño, Jesús es la puerta de salvación5; quien pasa por ella encontrará pastos abundantes6. Existe una tierna relación personal entre Jesús, buen Pastor, y sus ovejas: llama a cada una por su nombre, va delante de ellas; las ovejas le siguen porque conocen su voz... Es el pastor único que forma un solo rebaño7 protegido por el amor del Padre8. Es el pastor supremo9.

En su última aparición, poco antes de la Ascensión, Cristo resucitado constituye a Pedro pastor de su rebaño10, guía de la Iglesia. Se cumple entonces la promesa que le hiciera poco antes de la Pasión: pero yo he rogado por ti para que no desfallezca tu fe, y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos11. A continuación le profetiza que, como buen pastor, también morirá por su rebaño.

Cristo confía en Pedro, a pesar de las negaciones. Solo le pregunta si le ama, tantas veces cuantas habían sido las negaciones. El Señor no tiene inconveniente en confiar su Iglesia a un hombre con flaquezas, pero que se arrepiente y ama con obras.

Pedro se entristeció porque le preguntó por tercera vez si le amaba, y le respondió: Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te amo. Le dijo Jesús: Apacienta mis ovejas.

La imagen del pastor que Jesús se había aplicado a sí mismo pasa a Pedro: él ha de continuar la misión del Señor, ser su representante en la tierra.

Las palabras de Jesús a Pedro –apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas– indican que la misión de Pedro será la de guardar todo el rebaño del Señor, sin excepción. Y "apacentar" equivale a dirigir y gobernar. Pedro queda constituido pastor y guía de la Iglesia entera. Como señala el Concilio Vaticano II, Jesucristo "puso al frente de los demás Apóstoles al bienaventurado Pedro e instituyó en la persona del mismo el principio y fundamento, perpetuo y visible, de la unidad de fe y de comunión"12.

Donde está Pedro se encuentra la Iglesia de Cristo. Junto a él conocemos con certeza el camino que conduce a la salvación.

II. Sobre el primado de Pedro –la roca– estará asentado, hasta el fin del mundo, el edificio de la Iglesia. La figura de Pedro se agranda de modo inconmensurable, porque realmente el fundamento de la Iglesia es Cristo13, y, desde ahora, en su lugar estará Pedro. De aquí que el nombre posterior que reciban sus sucesores será el de Vicario de Cristo, es decir, el que hace las veces de Cristo.

Pedro es la firme seguridad de la Iglesia frente a todas las tempestades que ha sufrido y padecerá a lo largo de los siglos. El fundamento que le proporciona y la vigilancia que ejerce sobre ella como buen pastor son la garantía de que saldrá victoriosa a pesar de que estará sometida a pruebas y tentaciones. Pedro morirá unos años más tarde, pero su oficio de pastor supremo "es preciso que dure eternamente por obra del Señor, para perpetua salud y bien perenne de la Iglesia, que, fundada sobre roca, debe permanecer firme hasta la consumación de los siglos"14.

El amor al Papa se remonta a los mismos comienzos de la Iglesia. Los Hechos de los Apóstoles15 nos narran la conmovedora actitud de los primeros cristianos, cuando San Pedro es encarcelado por Herodes Agripa, que espera darle muerte después de la fiesta de Pascua. Mientras tanto la Iglesia rogaba incesantemente por él a Dios. "Observad los sentimientos de los fieles hacia sus pastores –dice San Crisóstomo–. No recurren a disturbios ni a rebeldía, sino a la oración, que es el remedio invencible. No dicen: como somos hombres sin poder alguno, es inútil que oremos por él. Rezaban por amor y no pensaban nada semejante"16.

Debemos rezar mucho por el Papa, que lleva sobre sus hombros el grave peso de la Iglesia, y por sus intenciones. Quizá podemos hacerlo con las palabras de esta oración litúrgica: Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum eius: Que el Señor le guarde, y le dé vida, y le haga feliz en la tierra, y no le entregue en poder de sus enemigos17. Todos los días sube hacia Dios un clamor de la Iglesia entera rogando "con él y por él" en todas partes del mundo. No se celebra ninguna Misa sin que se mencione su nombre y pidamos por su persona y por sus intenciones. El Señor verá también con mucho agrado que nos acordemos a lo largo del día de ofrecer oraciones, horas de trabajo o de estudio, y alguna mortificación por su Vicario aquí en la tierra.

"Gracias, Dios mío, por el amor al Papa que has puesto en mi corazón"18: ojalá podamos decir esto cada día con más motivo. Este amor y veneración por el Romano Pontífice es uno de los grandes dones que el Señor nos ha dejado.

III. Junto a nuestra oración, nuestro amor y nuestro respeto para quien hace las veces de Cristo en la tierra. "El amor al Romano Pontífice ha de ser en nosotros una hermosa pasión, porque en él vemos a Cristo"19. Por esto, "no cederemos a la tentación, demasiado fácil, de oponer un Papa a otro, para no otorgar nuestra confianza sino a aquel cuyos actos respondan mejor a nuestras inclinaciones personales. No seremos de aquellos que añoran al Papa de ayer o que esperan al de mañana para dispensarse de obedecer al jefe de hoy. Leed los textos del ceremonial de la coronación de los pontífices y notaréis que ninguno confiere al elegido por el cónclave los poderes de su dignidad. El sucesor de Pedro tiene esos poderes directamente de Cristo. Cuando hablemos del sumo Pontífice eliminemos de nuestro vocabulario, por consiguiente, las expresiones tomadas de las asambleas parlamentarias o de la polémica de los periódicos y no permitamos que hombres extraños a nuestra fe se cuiden de revelarnos el prestigio que tiene sobre el mundo el jefe de la Cristiandad"20.

Y no habría respeto y amor verdadero al Papa si no hubiera una obediencia fiel, interna y externa, a sus enseñanzas y a su doctrina. Los buenos hijos escuchan con veneración aun los simples consejos del Padre común y procuran ponerlos sinceramente en práctica.

En el Papa debemos ver a quien está en lugar de Cristo en el mundo: al "dulce Cristo en la tierra", como solía decir Santa Catalina de Siena; y amarle y escucharle, porque en su voz está la verdad. Haremos que sus palabras lleguen a todos los rincones del mundo, sin deformaciones, para que, lo mismo que cuando Cristo andaba sobre la tierra, muchos desorientados por la ignorancia y el error descubran la verdad y muchos afligidos recobren la esperanza. Dar a conocer sus enseñanzas es parte de la tarea apostólica del cristiano.

Al Papa pueden aplicarse aquellas mismas palabras de Jesús: Si alguno está unido a mí, ese lleva mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada21. Sin esa unión todos los frutos serían aparentes y vacíos y, en muchos casos, amargos y dañosos para todo el Cuerpo Místico de Cristo. Por el contrario, si estamos muy unidos al Papa, no nos faltarán motivos, ante la tarea que nos espera, para el optimismo que reflejan estas palabras de San Josemaría Escrivá: "Gozosamente te bendigo, hijo, por esa fe en tu misión de apóstol que te llevó a escribir: "No cabe duda: el porvenir es seguro, quizá a pesar de nosotros. Pero es menester que seamos una sola cosa con la Cabeza –'ut omnes unum sint!'–, por la oración y por el sacrificio""22.

1 Antífona de comunión. — 2 1 Pdr 2, 25. — 3 Oración colecta de la Misa. — 4 Ibídem. — 5 Cfr. Jn 10, 10. — 6 Cfr. Jn 10, 9-10. — 7 Cfr. Jn 10, 16. — 8 Cfr. Jn 10, 29. — 9 1 Pdr 5, 4. — 10 Cfr. Jn 21, 15-17. — 11 Lc 22, 32. — 12 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 18. — 13 1 Cor 3, 11. — 14 Conc. Vat. I, Const. Pastor aeternus, cap. 2. — 15 Cfr. Hech 12, 1-12. — 16 San Juan Crisóstomo, Hom. sobre los Hechos de los Apóstoles, 26. — 17 Enchiridium indulgentiarum, 1986, n. 39, Oración pro Pontífice. — 18 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 573. — 19 ídem, Homilía Lealtad a la Iglesia, 4-VI-1972. — 20 G. Chevrot, Simón Pedro, Rialp, Madrid 1967, pp. 126-127. — 21 Jn 15, 5. 22 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 968.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Kateri (Catalina) Tekakwitha, Santa Virgen Laica Índígena Americana, Abril 17

Martirologio Romano: En Sault, de la provincia de Québec, en Canadá, beata Catalina Tekawitha, virgen, la cual, nacida entre los indígenas del lugar, recibió el bautismo el día de Pascua y ofreció a Dios su virginidad, que ya había conservado antes de convertirse, sufriendo muchas amenazas y vejaciones (1680).

Etimológicamente: Katari = Catalina = Aquella que es pura y casta, es de origen griego.

 


Kateri nació en un pueblo cerca de Auriesville, Nueva York en el año 1656 y era hija de un luchador de la tribu Mohawk. Ella tenía cuatro años cuando su madre murió de rubéola. Esta enfermedad también atacó a Kateri y desfiguró su rostro. Luego de este evento que marcó toda su vida Kateri fue adoptada por sus dos tías y su tío.

Kateri se convirtió al catolicismo durante su adolescencia. Ella fue bautizada a los veinte años y esto ocasionó una gran hostilidad hacia ella por parte de su tribu. Aunque tuvo que sufrir grandemente por su fe, ella se mantuvo firme en sus creencias.

Después de un tiempo Kateri se fue a una nueva colonia indígena en Canadá. Allí, ella vivió una vida dedicada a la oración, a la penitencia y al cuidado de los enfermos y ancianos. Cada mañana, aun durante los inviernos más fuertes, ella se instalaba frente a la puerta de la capilla hasta que la abriesen, a las cuatro de la mañana, y se mantenía ahí hasta la ultima misa del día.

Kateri era muy devota a la Eucaristía y a Jesús Crucificado. Murió el 7 de Abril de 1680 a la edad de 24 años y es conocida como la Flor de Pascua de los Mohawks. A la devoción de Kateri se le atribuye el establecimiento de ministerios para las tribus indígenas en las Iglesias católicas de los Estados Unidos. Kateri fue declarada venerable por la Iglesia Católica en 1943 y fue beatificada en 1980.

Actualmente se está trabajando en el proceso para su canonización. Miles de personas han visitado sus santuarios, erguidos en San Francisco Javier y en Caughnawage, lugar natal en Auriesville, Nueva York. Hoy en día siguen habiendo grandes peregrinaciones a estos lugares históricos y de gran importancia espiritual.

Fue beatificada el 22 de junio de 1980. La beata Kateri Tekakwitha es la primera Indígena Americana declarada beata. Su festividad se celebra el 14 de julio en los Estados Unidos, el martirologio la recuerda el 17 de abril.

Ella es considerada patrona de la naturaleza y de la ecología así como San Francisco de Asís.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Mariana de Jesús Navarro, Beata Religiosa Mercedaria, Abril 17  

Mariana de Jesús Navarro, Beata

Religiosa Mercedaria

Martirologio Romano: En Madrid, en España, beata María Ana de Jesús Navarro de Guevara, virgen, la cual, después de superar la oposición de su padre, recibió el hábito de la Orden de Nuestra Señora de la Merced, dedicándose a la vida de oración, penitencia y ayuda a pobres y afligidos (1624)

Etimológicamente: Mariana = Aquella consagrada a la virgen María, es de origen latino.

 

La extática y maravillosa virgen Maria Ana de Jesús, nació en Madrid el 21 de enero de 1565, de muy noble e ilustre linaje. Su padre Luis Navarro Ladrón de Guevara servia en la corte del rey don Felipe III.

Cuando llevaban en brazos a la iglesia aquella santa niña, notaban que al tiempo de alzar la Hostia y el Cáliz se que daba arrobada; y cuando apenas sabía andar por sus pies, buscaba algún lugar recogido de su casa; y allí la veían puesta en oración delante de una imagen de nuestro Señor crucificado, bañados los ojos en lágrimas o cercado su rostro de resplandores.

Gozaba de la presencia visible de su Ángel custodio; y platicaba de la beatísima Trinidad, de la Encarnación del Verbo, y de la adorable Eucaristía, que son los más inefables Misterios de nuestra divina Religión, como de cosas que más parecía entenderlas que creerlas.

Recibió la primera comunión en edad muy temprana, y cada vez que tomaba el Pan de los ángeles, parecía transformarse en un ángel que gozaba de Dios. Mas, ¿quién no se espantará ahora de las durísimas pruebas por que hubo de pasar esta alma angelical?.

Muy presto tuvo en lugar de madre una madrastra de condición asperísima, que la afligía sobremanera, y no le iba el padre a la mano tanto como debiera, especialmente cuando la santa doncella hizo voto de perpetua virginidad, contra la voluntad del padre que quería casarla.

Era ella, de gentil disposición y muy hermosa. Se cortó un día con las tijeras la rubia cabellera, pensando que así se entibiaría el amor del que la pretendiera por esposa. Entonces fue cuando su padre y su madrastra salieron de sí y cargaron sobre ella una tempestad de injurias y golpes, con tanto enojo y crueldad, como si fueran verdugos de su hija mártir. Cuando cesaron los malos tratos, Dios permitió que su sierva se viese todo los instantes del día fieramente atormentada por torpísimas imaginaciones y tentaciones las cuales le duraron once años, y a todo esto se añadían penosísimas enfermedades y agudísimos dolores, que acrisolaron como el oro su invencible paciencia.

Dejó al fin la casa de sus padres, y con la aprobación del venerable Fray Juan Bautista, que era su confesor, y fue el fundador de los Mercedarios descalzos, se labró una celdilla junto a la ermita de santa Bárbara, y recibió después el hábito de nuestra Señora de la Merced de manos del Maestro general de la orden: y en aquella pobrísima casa la visitaban hasta los príncipes, porque era muy grande la fama de sus arrobamientos, milagros y profecías.

Finalmente, después de una vida llena de trabajos y celestiales consuelos, en un éxtasis suavísimo entregó su alma al Señor a los cincuenta y nueve años de su edad. Era el 17 de abril de 1624.

El Papa Pío VI la proclamó beata el 25 de mayo de 1784.

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Fuente: ACI Prensa
Esteban Harding, Santo Abad, Abril 17  

Esteban Harding, Santo

Tercer abad de Cîster

Martirologio Romano: En el monasterio de Cister, en Borgoña (hoy Francia), san Esteban Harding, abad, que junto con otros monjes vino de Molesmes y, más tarde, estuvo al frente de este célebre cenobio, donde instituyó a los hermanos conversos, recibió a san Bernardo con treinta compañeros y fundó doce monasterios, que unió con el vínculo de la Carta de Caridad, para que no hubiese discordia alguna entre ellos, sino que los monjes actuasen con unidad de amor, de Regla y con costumbres similares (1134).

Etimológicamente: Esteban = Aquel que es laureado y victorioso, es de origen griego.

 

Nació en Sherborne en Dorsetshire, Inglaterra, a mediados del siglo XI; murió el 28 de Marzo de 1134.

Recibió su primera educación en el monasterio de Sherborne y más tarde estudió en París y Roma. Al regreso de esta última ciudad, se detuvo en el monasterio de Molesme y, quedó tan impresionado de la santidad de Roberto, el abad, que decidió unirse a esa comunidad. Aquí practicó grandes austeridades, llegó a ser uno de los principales partidarios de San Roberto y fue uno de los veintiún monjes que, por la autoridad de Hugo, arzobispo de Lyons, se retiró a Cîteaux para instituir una reforma en la nueva fundación en ese lugar.

Cuando San Roberto fue llamado nuevamente a Molesme (1099), Esteban llegó a ser prior de Cîteaux bajo Alberico, el nuevo abad. A la muerte de Alberico (1110), Esteban, que estaba ausente del monasterio en ese momento, fue electo abad. El número de monjes se había reducido mucho, dado que no habían ingresado nuevos miembros para reemplazar a los que habían fallecido.

Esteban, sin embargo, insistió en retener la estricta observancia instituida originalmente y, habiendo ofendido al Duque de Borgoña, gran promotor de Cîteaux, al prohibir a él y a su familia penetrar al claustro, se vio incluso forzado a pedir limosna de puerta en puerta.

Parecía que la fundación estaba condenada a morir cuando (1112) San Bernardo, con treinta compañeros, se unió a la comunidad. Esto resultó ser el inicio de una extraordinaria prosperidad. Al año siguiente Esteban fundó su primera colonia en La Ferté, y hasta antes de su muerte había establecido un total de trece monasterios.

Sus talentos como organizador eran excepcionales, instituyó el sistema de capítulos generales y visitas regulares para asegurar la uniformidad en todas sus fundaciones, redactó la famosa "Constitución o Carta dela Caridad", una colección de estatutos para el gobierno de todos los monasterios unidos a Cîteaux, que fue aprobada por el Papa Calixto II en 1119.

En 1133 Esteban, ahora anciano, enfermo y casi ciego, renunció al puesto de abad, designando como su sucesor a Roberto de Monte, quién fue consecuentemente electo por los monjes. La elección del santo, sin embargo, resultó desafortunada y el nuevo abad retuvo el puesto sólo dos años.

Además de la "Constitución de la Caridad", comúnmente se le atribuye la autoría del "Exordium Cisterciencis Cenobii" que, sin embargo, pudiera no ser suyo. Se conservan dos de sus sermones y también dos cartas (Nº 45 y 49) en el "Epp. S. Bernardi".

Esteban fue sepultado en la tumba e Alberico, su predecesor, en el claustro de Cîteaux. La celebración de San Esteban ha sido movida de fecha con el tiempo, del 17 de abril al 16 de julio, luego al 26 de enero, fiesta de los santos Fundadores de la Orden Cisterciense: San Roberto, el beato Alberico y san Esteban. Finalmente, la reciente edición del "Martiriologio romano" muestra su celebración el 28 marzo, como ocasión del día de su muerte.

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Fuente: ACI Prensa
Robert de Chaise-Dieu, Santo Abad, Abril 17  

Robert de Chaise-Dieu, Santo

Abad

Martirologio Romano: En el monasterio de Chaise-Dieu, de la Alvernia, en Francia, san Roberto, abad, que, habiéndose retirado a este lugar para vivir como solitario, se le juntaron muchos hermanos, y con su predicación y ejemplo de vida reunió a un buen número de ellos (1067).

Etimológicamente: Roberto = Aquel que brilla por su fama, es de origen germánico.

 

Fundador de la Abadía de Chaise-Dieu en Alvernia; nacio en Aurilac, Auvergne, aproximadamente en el año 1000; murió en Auvergne, en 1067.

Por el lado de ascendencia de su padre, perteneció a la familia de los Condes de Aurilac, de quienes se había originado San Geraud.

Estudió en Brioude cerca de la basílica de San Julián, en una escuela abierta para la nobleza de Auvergne, establecida por los cánones de la ciudad. Habiendo entrado en la comunidad, y habiendo sido ordenado sacerdote, Roberto se distinguió por su piedad, caridad, celo apostólico, elocuentes discursos y el don de los milagros. Durante cerca de cuarenta años, permaneció en Cluny para vivir bajo la norma de su compatriota también santo, Abbé Odilo.

Fue forzado a regresar a Brioude, y allí empezó un nuevo proyecto, para lo cual fue a Roma, para consultar con el Papa. Benedicto IX le animó a retirarse junto con dos compañeros al valle boscoso del sureste de Auvergne. Allí construyó una ermita, bajo el nombre de Chaise-Die (Casa de Dios).

Tuvo mucho renombre en sus virtudes y atrajo a un gran número de discípulos, fue obligado entonces a construir un monasterio, el cual fue colocado bajo la norma de San Benedicto (1050).

León IX construyó la Abadía de Chaise-Dieu, el cual llegó a ser uno de los emblemas del floreciente cristianismo.

A la muerte de Roberto, se tenían unos 300 monjes y se habían enviado multitudes al centro de Francia. Roberto también fundó una comunidad para mujeres en Lavadieu cerca de Brioude.

Por medio de la elevación del monje de Chaise-Dieu, Pierre Roger, al solio pontificio, bajo el nombre de Clemente IV, la abadía alcanzó el pináculo de su gloria.

El cuerpo de San Roberto se preservaba allí, fue quemado por los hugonotes durante las guerras religiosas. Su trabajo fue destruido por la Revolución Francesa, pero hay restos que quedan para admiración de los turistas, tales como la iglesia devastada, la tumba de Clemente VI, y la torre clementina.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Clara Gambacorti, Beata Abadesa Dominica, Abril 17  

Clara Gambacorti, Beata

Abadesa Dominica

Martirologio Romano: En Pisa, de la Toscana, beata Clara Gambacorti, que, al perder aún muy joven a su esposo, aconsejada por santa Catalina de Siena fundó el monasterio de santo Domingo bajo una austera Regla y dirigió con prudencia y caridad a las hermanas, distinguiéndose por haber perdonado al asesino de su padre y de sus hermanos (1419).

Etimológicamente: Clara = Aquella que esta limpia de pecado, es de origen latino.

 

La Beata Clara era hija de Pedro Gambacorti (o Gambacorta), quien llegó a ser prácticamente al amo de la República de Pisa.

Clara nació en 1362; su hermano, el Beato Pedro de Pisa, era siete años mayor que ella. Pensando en el futuro de su hijita, a la que la familia llamaba Dora, apócope de Teodora, su padre la comprometió a casarse con Simón de Massa, quien era un rico heredero, aunque la niña sólo tenía siete años. No obstante su corta edad, Dora solía quitarse, durante la misa, el anillo de esponsales y murmuraba: "Señor, Tú sabes que el único amor que yo quiero es el tuyo".

Cuando sus padres la enviaron, a los doce años de edad, a la casa de su esposo, ya había empezado la joven su vida de mortificación. Su suegra se mostró amable con ella; pero, cuando advirtió que era demasiado generosa con los pobres, le prohibió la entrada en la despensa de la casa.

Deseosa de practicar de algún modo la caridad, Dora se unió a un grupo de señoras que asistían a los enfermos y tomó a su cargo a una pobre mujer cancerosa. La vida de matrimonio de Dora duró muy poco tiempo; tanto ella como su esposo fueron víctimas de una epidemia, en la que su marido perdió la vida.

Como la beata era todavía muy joven, sus parientes intentaron casarla de nuevo, pero ella se opuso con toda la energía de sus quince años.

Una carta de Santa Catalina de Siena, a quien había conocido en Pisa, la animó en su resolución.

Dora se cortó los cabellos y distribuyó entre los pobres sus ricos vestidos, cosa que provocó la indignación de su suegra y de sus cuñadas. Después, con la ayuda de una de sus criadas, se las arregló para tramitar en secreto su entrada en la Orden de las Clarisas Pobres.

Cuando todo estuvo a punto, huyó de su casa al convento, donde recibió inmediatamente el hábito y tomó el nombre de Clara. Al día siguiente, sus hermanos se presentaron en el convento a buscarla; las religiosas, muy asustadas, la descolgaron por el muro hasta los brazos de sus hermanos, los cuales la condujeron a su casa.

Ahí estuvo Clara prisionera durante seis meses, pero ni el hambre, ni las amenazas consiguieron hacerla cambiar la resolución. Finalmente, Pedro Gambacorti se dio por vencido y no sólo permitió a su hija ingresar en el convento dominicano de la Santa Cruz, sino que prometió construir un nuevo convento.

Ahí conoció Clara a María Mancini, que era también viuda e iba a alcanzar un día el honor de los altares. Los escritos de Santa Catalina de Siena ejercieron profunda influencia en las dos religiosas, las cuales, en el nuevo convento, fundado por Gambacorti en 1382, consiguieron establecer la regla en todo el fervor de la primitiva observancia.

La Beata Clara fue primero subpriora y luego priora del convento, del que partieron en lo sucesivo muchas de las santas religiosas destinadas a difundir el movimiento de reforma en otras ciudades de Italia. Hasta el día de hoy, se llama en Italia a las religiosas de clausura de Santo Domingo "Las hermanas de Pisa". En el convento de la beata reinaban la oración, el trabajo manual y el estudio.

El director espiritual de Clara solía repetir a las religiosas: "No olvidéis nunca que en nuestra orden hay muy pocos santos que no hayan sido también sabios"

Clara tuvo que hacer frente, durante toda su vida, a las dificultades económicas, pues el convento exigía constantemente alteraciones y nuevos edificios. A pesar de ello, en una ocasión en que llegó a sus manos una cuantiosa suma que hubiese podido emplear en el convento, prefirió regalar para la fundación de un hospital.

Pero las virtudes en que más se distinguió fueron, sin duda, el sentido del deber y el espíritu de perdón, que practicó en grado heroico. Giacomo Appiano, a quien Gambacorti había ayudado siempre y en quien había puesto toda su confianza, le asesinó a traición, cuando éste se esforzaba por mantener la paz en la ciudad. Dos de sus hijos murieron también a manos de los partidarios del traidor. Otro de los hermanos de Clara, que consiguió escapar, llegó a pedir refugio en el convento de la beata, seguido de cerca por el enemigo; pero Clara, consciente de que su primer deber consistía en proteger a sus hijas contra la turba, se negó a introducirle en la clausura. Su hermano murió asesinado frente a la puerta del convento, y la impresión hizo que Clara enfermase gravemente.

Sin embargo, la beata perdonó tan de corazón a Appiano, que le pidió que le enviase un plato a su mesa para sellar el perdón, compartiendo su comida. Años más tarde, cuando la viuda y las hijas de Appiano se hallaban en la miseria, Clara las recibió en el convento.

La beata sufrió mucho hacia el fin de su vida. Recostada en su lecho de muerte, con los brazos extendidos, murmuraba: "Jesús mío, heme aquí en la cruz". Poco antes de morir, una radiante sonrisa iluminó su rostro, y la beata bendijo a sus hijas presentes y ausentes. Tenía, al morir, cincuenta y siete años. Era el 17 de abril de 1420.

Su culto fue confirmado en 1830 por el Papa Pío VIII.

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Roberto de Molesmes, Santo Abad, Abril 17  

Roberto de Molesmes, Santo

Martirologio Romano: En el monasterio de Molesmes, en Francia, san Roberto, abad, el cual, deseoso de una vida monástica más sencilla y más estricta, ya fundador de monasterios y superior esforzado, ya director de ermitaños y restaurador eximio de la disciplina monástica, fundó el monasterio de Cister, que rigió como primer abad, y llamado de nuevo como abad a Molesmes, allí descansó en paz (1111).

Etimológicamente: Roberto = Aquel que brilla por su fama, es de origen germánico.

 

Fue uno de los fundadores de la orden Cisterciense en Francia.

A los 15 años ingresó a la abadía de Montier-la-Celle, de la que llegó a ser el prior. Hacia el año 1060 fue nombrado abad de Saint Michel-de-Tonnerre, pero no fue capaz de reformar dicha abadía, que se había relajado mucho, por lo que regresó a Montier-la-Celle.

Algunos eremitas que vivían en el bosque de Colan, le pidieron que dirigiera un nuevo monasterio. Obtuvo la autorización del Papa Gregorio VII para fundar un monasterio en Molesmes en el año 1075.

La construcción consistía inicialmente de unas simples chozas hechas con ramas, que rodeaban una capilla dedicada a la Santísima Trinidad. Esta comunidad se hizo rápidamente conocida por su piedad y santidad.

La comunidad creció y comenzó a aumentar su riqueza, lo que atrajo a monjes poco piadosos que dividieron a los hermanos. Roberto quiso alejarse de Molesmes dos veces, pero el Papa le ordenó volver.

Sin embargo, el año 1098, Roberto y algunos de sus monjes dejaron Molesmes con la intención de no volver jamás y fundaron el monasterio de Cîteaux (Císter). Sin embargo, en 1100 los monjes de Molesmes le pidieron a Roberto que volviera, resolviendo obedecer la Regla de San Benito.

Él volvió y dirigió el monasterio, que bajo su tutela llegó a ser uno de los mayores centros de la Orden Benedictina. El monasterio de Citeaux, bajo la dirección de Alberico fue uno de los lugares de origen de la nueva Orden Cisterciense, que llegaría a ser famosa en el siglo XII con Bernardo de Claraval.

Roberto murió el 17 de abril de 1111. El Papa Honorio III lo canonizó en 1220.

La fiesta fue fijada inicialmente el 17 de Abril, pero luego fue transferida al 29 de Abril.

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Acacio de Melitene Obispo, Abril 17  

Acacio de Melitene

Obispo

Martirologio Romano: En Melitene, en Armenia, san Acacio, obispo, que intervino en el Concilio de Efeso contra Nestorio para defender la fe católica, y después fue depuesto injustamente de su sede (c. 435).

Etimológicamente: Acacio = Aquel que no tiene malicia, es de origen griego

 

Las fechas del nacimiento de Acacio y de su muerte no se pueden fijar con seguridad, parece que murió después del año 435. Vivió en la época de la persecución de Decio en el siglo III. Lo citaron antes del tribunal de Marciano para comprobar su fe. Lo condenaron a la muerte, pero no esta seguro que la sentencia fue ejecutado. Aparentemente el emperador romano lo liberó de la prisión después de que hubiera experimentado un sufrimiento considerable.

Acacio era famoso para su brillante enseñanza doctrinal. Ha realizado además algunos milagros.

Había otro obispo en Melitene con el mismo nombre, aunque de edad menor, que destacó como adversario de Nestorio 431 en el Concilio de Éfeso. No se puede añadir con seguridad a la lista de los santos.

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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Abril 17  

Otros Santos y Beatos

Santos Pedro, diácono, y Hermógenes, mártires
En Melitene, en Armenia, santos mártires Pedro, diácono, y Hermógenes, su coadjutor (c. s. IV).

Santos Simeón bar Sabas y cien compañeros, mártires
En Persia, pasión de san Simeón bar Sabas, obispo de Seleucia y Ctesifonte, el cual, por orden de Sapor II, rey de los persas, fue detenido y cargado de cadenas por rechazar la adoración del sol y proclamar a Jesucristo libre y valientemente. Encarcelado junto con más de cien compañeros, obispos, presbíteros y de otros órdenes eclesiásticos, fue sometido a torturas, y el Viernes Santo de la Pasión del Señor, ante sus ojos, y mientras los exhortaba, todos sus compañeros fueron degollados, como él mismo lo fue en último lugar (341).

Santos Ustazades y compañeros, mártires
También conmemoración de muchos mártires que, después de la muerte de san Simeón, en toda la región de Pesia, e igualmente bajo el rey Sapor II, fueron degollados por causa del nombre de Cristo, entre ellos san Ustazades, eunuco del palacio real, que fue padrino del mismo rey y que, en el primer ímpetu de la persecución, sufrió el martirio en el palacio de Artajerjes, hermano del rey Sapor, en la provincia de Adiabena (341).

San Inocencio, obispo
En Tortona, de la Liguria, san Inocencio, obispo (s. IV).

San Pantagato, obispo
En Vienne, en Burgundia, san Pantagato, obispo (540).

Santos Donnan, abad, junto con cincuenta y dos monjes, monjes y mártires
En la isla de Eigg, en las Hébridas interiores, frente a Escocia, san Donnan, abad, junto con cincuenta y dos monjes, que durante las celebraciones pascuales fueron degollados o quemados por unos piratas (617).

Santos Elías, Pablo e Isidoro, mártires
En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santos mártires Elías, presbítero, ya anciano, Pablo e Isidoro, monjes jóvenes, que perecieron en la persecución llevada a cabo bajo los sarracenos por causa de la fe cristiana (856).

Beato Jacobo de Cerqueto, monje eremita presbítero
En Perugia, de la Umbría, beato Jacobo de Cerqueto, presbítero de la Orden de los Eremitas de San Agustín, que dio ejemplo asumiendo con alegría la enfermedad que le aquejaba (1367).

Beato Enrique Heath, religioso presbítero y mártir
En Londres, en Inglaterra, beato Enrique Heath, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir, que bajo el rey Carlos I, por la sola razón de su sacerdocio, fue entregado al verdugo en Tyburn (1643).

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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