sábado, 23 de abril de 2016

Sábado de la Virgen María. 23/04/2016. En su día, lo que más agrada a María, es la Misa matutina.

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 7-14

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Si me conocieran, conocerían también a mi Padre. Desde ahora lo conocen, pues ya lo han visto".
Entonces Felipe le dijo:
"Señor, muéstranos al Padre; eso nos basta".
Jesús le contestó:
"Llevo tanto tiempo con ustedes, ¿y aún no me conoces, Felipe? El que me ve a mí, ve al Padre. ¿Cómo me pides que les muestre al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Lo que les digo no son palabras mías. Es el Padre, que vive en mí, el que está realizando su obra. Deben creerme cuando afirmo que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí; si no cren en mis palabras, crean al menos en las obras que hago.
Les aseguro que el que cree en mí, hará también las obras que yo hago, e incluso otras mayores, porque yo me voy al Padre. En efecto, cualquier cosa que pidan en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Les concederé todo lo que pidan en mi nombre".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

sab 4a. Sem Pascua

Antífona de Entrada

Nosotros somos el pueblo redimido por Dios; anunciemos las maravillas del Señor que nos ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Aleluya.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que nos has hecho partícipes de la muerte y resurrección de tu Hijo por medio del bautismo, concédenos vivir de tal manera nuestros compromisos bautismales, que demos frutos abundantes de vida cristiana y podamos llegar a la plenitud del gozo eterno.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Ahora nos dirigiremos a los paganos

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 13, 44-52

El sábado siguiente casi toda la ciudad se congregó para escuchar la palabra del Señor. Los judíos, al ver la multitud, se llenaron de envidia y contradecían lo que Pablo decía, insultándolo.
Entonces Pablo y Bernabé dijeron con toda valentía:
"A ustedes teníamos que anunciarles primeramente la palabra de Dios, pero ya que la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, nos dirigiremos a los paganos. Pues así nos lo mandó el Señor: Te he puesto como luz de las naciones, para que lleves la salvación hasta los extremos de la tierra".
Los paganos, al oír esto, se alegraban y recibían con alabanzas el mensaje del Señor. Y todos los que estaban destinados a la vida eterna creyeron.

La palabra del Señor se difundió por toda aquella región. Los judíos, sin embargo, sublevaron a las mujeres distinguidas que adoraban al verdadero Dios, y a los principales de la ciudad; promovieron una persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de su territorio. Ellos, en señal de protesta, sacudieron el polvo de sus pies y se fueron a Iconio. Los discípulos, por su parte, estaban llenos de alegría y del Espíritu Santo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Sal 97, 1-2.3ab. 3cd-4

Cantemos las maravillas del Señor.

Canten al Señor un canto nuevo, porque ha hecho maravillas; su mano le ha dado la victoria, su santo brazo.
Cantemos las maravillas del Señor.

El Señor hace pública su victoria, a la vista de las naciones muestra su salvación; ha recordado su amor y su fidelidad en favor de Israel.
Cantemos las maravillas del Señor.

Toda la tierra ha visto la victoria de nuestro Dios. ¡Aclamen al Señor, habitantes de toda la tierra, estallen de gozo, griten de alegría, canten!
Cantemos las maravillas del Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Si se mantienen fieles a mi palabra, dice el Señor, serán verdaderamente discípulos míos y conocerán la verdad.
Aleluya.

Evangelio

Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 7-14

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Si me conocieran, conocerían también a mi Padre. Desde ahora lo conocen, pues ya lo han visto".
Entonces Felipe le dijo:
"Señor, muéstranos al Padre; eso nos basta".
Jesús le contestó:
"Llevo tanto tiempo con ustedes, ¿y aún no me conoces, Felipe? El que me ve a mí, ve al Padre. ¿Cómo me pides que les muestre al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Lo que les digo no son palabras mías. Es el Padre, que vive en mí, el que está realizando su obra. Deben creerme cuando afirmo que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí; si no cren en mis palabras, crean al menos en las obras que hago.
Les aseguro que el que cree en mí, hará también las obras que yo hago, e incluso otras mayores, porque yo me voy al Padre. En efecto, cualquier cosa que pidan en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Les concederé todo lo que pidan en mi nombre".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, estos dones que hemos preparado para el sacrificio eucarístico, y transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Cristo, sacerdote y víctima

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él, con la inmolación de su cuerpo en la cruz, dio pleno cumplimiento a lo que anunciaban los sacrificios de la antigua alianza, y ofreciéndose a sí mismo por nuestra salvación, quiso ser al mismo tiempo sacerdote, víctima y altar.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que me confiaste y contemplen la gloria que me has dado. Aleluya.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya y en la cual hemos participado, nos una cada vez más con el vínculo de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Dia 23/04 San Jorge (mártir, rojo )

Antífona de Entrada

Este santo luchó hasta la muerte en defensa de la ley de Dios, y no temió las palabras de los malvados; estaba afianzado sobre firme.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios de poder y misericordia, que infundiste tu fuerza a san Jorge para que pudiera soportar el dolor del martirio; concede a los que hoy celebramos su victoria vivir defendidos de los engaños del enemigo bajo tu protección amorosa.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

El que ha vencido es heredero universal

Lectura del libro del Apocalipsis 21, 5-7

El que estaba sentado en el trono dijo:
"Ahora hago el universo nuevo".
Y volvió a decirme:
"Escribe: estas palabras son verdaderas y fidedignas".
Y añadió:
"Está hecho: Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Los sedientos beberán de balde de la fuente de agua viva. El que ha vencido es heredero universal: Yo seré su Dios y él será mi hijo".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 125

Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.

Hasta los gentiles decían: "El Señor ha estado grande con ellos". El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.

Que el Señor cambie nuestra suerte como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lágrimas, cosecharán entre cantares.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.

Al ir, iban llorando, llevando la semilla; al volver, vuelven cantando, trayendo sus gavillas.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dichosos ustedes si son injuriados por el nombre de Cristo, pues el Espíritu de Dios reposa sobre ustedes.
Aleluya.

Evangelio

El que pierda su vida por mi causa, la salvará

+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 23-26

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, dirigiéndose a todos, dijo Jesús:
"El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y que venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo? Quien se avergüence de mí y de mis palabras, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con su gloria, con la del Padre y la de los ángeles santos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor, santifica con tu bendición estas ofrendas que te presentamos, y concédenos la gracia de vivir encendidos en el fuego de tu amor que dio fuerza al mártir san Jorge para soportar los tormentos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Testimonio y ejemplo de los mártires

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque la sangre del glorioso mártir san Jorge, derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo.
Por eso,
como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos diciendo si cesar:

Antífona de la Comunión

El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga, dice el Señor.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, que el sacramento que hemos recibidos nos dé la fortaleza con que el mártir san Jorge se mostró siempre fiel a tu servicio y vencedor en el tormento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Meditación diaria

Pascua. 4ª Semana. Sábado

LA VIRTUD DE LA ESPERANZA

— Esperanza humana y virtud sobrenatural de la esperanza. Certidumbre de esta virtud. El Señor nos dará siempre las gracias necesarias.

— Pecados contra la esperanza: la presunción y el desaliento.

— La Virgen, Esperanza nuestra. Acudir a Ella en los momentos más difíciles, y siempre.

I. Leemos en el Evangelio de la Misa estas consoladoras palabras de Jesús: Si pidiereis algo en mi nombre yo lo haré1. Y la Antífona de comunión recoge otras no menos consoladoras palabras del Señor: Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria2.

El mismo Señor es nuestro intercesor en el Cielo, y nos promete que todo lo que le pidamos en su Nombre, nos lo concederá. Pedir en su Nombre significa en primer lugar tener fe en su Resurrección y en su misericordia; y significa pedir aquello, humano o sobrenatural, que conviene a nuestra salvación, objetivo fundamental de la virtud cristiana de la esperanza, de la misma vida del hombre.

Existe la esperanza humana del labrador cuando siembra, del marino que emprende una travesía, del comerciante cuando inicia un negocio... Se pretende llegar a un bien, a un fin humano: una buena cosecha, llegar al puerto al que se ha puesto rumbo, unas buenas ganancias... Y existe la esperanza cristiana, que es esencialmente sobrenatural y, por tanto, está muy por encima del deseo humano de ser dichoso y de la natural confianza en Dios. Por esta virtud tendemos hacia la vida eterna, hacia una dicha sobrenatural, que no es otra cosa que la posesión de Dios: ver a Dios como Él mismo se ve, amarle como Él se ama. Y al tender hacia Dios lo hacemos con los medios que Él nos ha prometido, y que no nos faltarán nunca si nosotros no los rechazamos. El motivo fundamental por el que esperamos alcanzar este bien infinito es que Dios nos da su mano, según su misericordia y su infinito amor, al que nosotros correspondemos con nuestro querer, aceptando con amor esa mano que Él nos tiende3.

Con la virtud de la esperanza, el cristiano no tiene la seguridad de la salvación –a no ser por una gracia especialísima de Dios–, pero sí tiende con certeza hacia su fin, de modo semejante a como, en el orden de las cosas humanas, el que emprende un viaje no tiene la certeza de llegar al fin de su proyecto, pero sí tiene la certidumbre de ir bien encaminado y de llegar si no abandona el camino. "La seguridad de la esperanza cristiana, no es, pues, la certeza de la salvación, sino la certidumbre absoluta de que vamos hacia ella"4, confiados en que Dios "nunca manda lo imposible, pero nos ordena hacer lo que podemos, y pedir lo que no está en nuestra mano hacer"5.

Enseña el Magisterio de la Iglesia que "todos deben tener firme esperanza en la ayuda de Dios. Porque si somos fieles a la gracia, de la misma manera como Dios ha comenzado en nosotros la obra de nuestra salvación, la llevará a cabo, obrando en nosotros el querer y el obrar (Flp 2, 13)"6. El Señor no nos dejará si nosotros no le dejamos, y nos dará los medios necesarios para salir adelante en toda circunstancia y en todo tiempo y lugar. Nos escuchará cada vez que recurramos a Él con humildad. Nos dará los medios para buscar la santidad en nuestro quehacer, en medio del trabajo y en las condiciones que rodean nuestra vida. Nos dará más gracia si son mayores las dificultades, y más fuerzas si es mayor la debilidad.

II. "La esperanza cristiana ha de ser activa, evitando la presunción; y debe ser firme e invencible, para rechazar el desaliento"7.

Existe la presunción cuando se confía más en las propias fuerzas que en la ayuda de Dios y se olvida la necesidad de la gracia para toda obra buena que realicemos; o bien cuando se espera de la divina misericordia lo que Dios no puede darnos por nuestra mala disposición, como es el perdón sin verdadero arrepentimiento, o la vida eterna sin hacer ningún esfuerzo para merecerla. No es raro que de la presunción se llegue pronto al desaliento, cuando aparecen las pruebas y las dificultades, como si ese bien dificultoso, que es el objeto de la esperanza, fuera imposible de alcanzar. Este desaliento conduce al pesimismo primero y más tarde a la tibieza8, que considera demasiado difícil la tarea de la santificación personal, apartándose de cualquier esfuerzo.

La causa de la desesperanza no son las dificultades, sino la ausencia de deseos sinceros de santidad y de llegar al Cielo. Quien ama a Dios y quiere amarlo aún más, aprovecha las mismas dificultades para manifestarle que le ama y para crecer en las virtudes. Viene la falta de esperanza cuando se cae en el aburguesamiento, en el apegamiento a los bienes de la tierra, a los que se considera como los únicos verdaderos.

El tibio llega al desaliento porque ha perdido, por muchas negligencias culpables, el objetivo de su lucha por la santidad, por conocer y amar más a Dios. Las cosas materiales adquieren entonces para él un valor de fin absoluto en la práctica, aunque quizá no en la teoría. Y "si transformamos los proyectos temporales en metas absolutas, cancelando del horizonte la morada eterna y el fin para el que hemos sido creados –amar y alabar al Señor, y poseerle después en el Cielo–, los más brillantes intentos se tornan en traiciones, e incluso en vehículo para envilecer a las criaturas"9.

Debemos andar por la vida con los objetivos bien determinados, con la mirada puesta en Dios, que es lo que nos lleva a realizar con ilusión nuestros quehaceres temporales, costosos o no. Entonces comprendemos que todos los bienes terrenos (siendo bienes) son relativos y deben estar subordinados siempre a la vida eterna y a lo que a ella se refiere. El objetivo de la esperanza cristiana trasciende, de un modo absoluto, todo lo terreno9.

Esta actitud ante la vida, mantenedora de la esperanza, supone una lucha alegre diaria, porque la tendencia de todo hombre, de toda mujer, es hacer de esta vida una ciudad permanente, estando en realidad de paso. La lucha interior bien definida en la dirección espiritual, el examen general diario, el recomenzar una y otra vez, con humildad, sin dar lugar al desánimo, es la mejor garantía para mantenernos firmes en la esperanza. El Señor nos ha prometido, según leemos en el Evangelio de la Misa, que siempre que acudamos en demanda de ayuda nos atenderá.

III. Yo soy la Madre del amor hermoso... en mí está toda la esperanza de vida y de virtud10, son palabras que la Iglesia ha puesto durante siglos en boca de la Virgen.

La esperanza fue la virtud peculiar de los Patriarcas y de los Profetas, de todos los israelitas piadosos que vivieron y murieron con la vista puesta en el Deseado de las naciones11 y en los bienes que su llegada al mundo traería consigo, contentándose con mirarlos de lejos y saludarlos, considerándose peregrinos y huéspedes en esta tierra12. Durante muchas generaciones esta esperanza sostuvo al pueblo de Israel en medio de incontables tribulaciones y pruebas.

Con más fuerza que los Patriarcas y los Profetas y todos los hombres justos se unió la Virgen Santísima a este clamor de esperanza y de deseo de la pronta llegada del Mesías. Esta esperanza era mayor en la Virgen porque estaba confirmada en la gracia y preservada, por tanto, de toda presunción y de toda falta de confianza en Dios. Ya antes de la Anunciación, Santa María profundizaba en las Sagradas Escrituras como nunca lo hizo inteligencia humana alguna, y esta claridad en el conocimiento de lo que habían anunciado los Profetas fue aumentando hasta llegar a la plena confianza en que se realizaría lo anunciado. Esta esperanza fue creciendo como crece la certeza "que tiene el navegante, después de haber tomado el rumbo conveniente, de dirigirse efectivamente hacia el término de su viaje, y que aumenta a medida que se acerca"13.

María se ejercitaba en la esperanza cuando en su juventud deseaba ardientemente la llegada del Mesías; luego, cuando esperaba que el secreto de la Concepción virginal del Salvador se manifestase a José, su esposo; cuando se encontró en Belén sin un lugar donde llegara el Mesías; en su huida precipitada a Egipto... Más tarde, cuando todo parecía perdido en el Calvario, Ella esperaba la Resurrección gloriosa de su Hijo... mientras el mundo estaba sumido en la oscuridad. Ahora, próxima ya la Ascensión de Jesús a los cielos, se dispone a sostener a la naciente Iglesia en la difusión del Evangelio y la conversión del mundo pagano.

A lo largo de los siglos, el Señor ha querido multiplicar las señales de su asistencia misericordiosa y nos ha dejado a María como faro poderosísimo para que sepamos orientarnos cuando estemos perdidos, y siempre. "Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas con los escollos de la tentación, mira a la estrella, llama a María. Si te agitan las olas de la soberbia, de la ambición o de la envidia, mira a la estrella, llama a María. Si la ira, la avaricia o la impureza impelen violentamente la nave de tu alma, mira a María. Si turbado con la memoria de tus pecados, confuso ante la fealdad de tu conciencia, temeroso ante la idea del juicio, comienzas a hundirte en la sima sin fondo de la tristeza o en el abismo de la desesperación, piensa en María.

"En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir su ayuda intercesora no te apartes tú de los ejemplos de su virtud. No te descaminarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en Ella piensas. Si Ella te tiene de su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás si es tu guía; llegarás felizmente al puerto si Ella te ampara"14.

1 Jn 14, 14. — 2 Jn 17, 24. — 3 Cfr. R. Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la vida interior, Palabra, 2ª ed., Madrid 1975, vol. II, p. 738. — 4 Ibídem, p. 740. — 5 San Agustín, Trat. de la naturaleza y de la gracia, 43, 5. — 6 Conc. de Trento, Decreto sobre la justificación, cap. 13, Dz 806. — 7 R. Garrigou-Lagrange, o. c., p. 741. — 8 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, n. 988. — 9 Cfr. F. Fernández-Carvajal, La tibieza, Palabra, 5ª ed., Madrid 1985, p. 95. — 10 Cfr. Eclo 24, 24. — 11 Ag 2, 8. — 12 Heb 11, 13. — 13 P. Garrigou-Lagrange, La Madre del Salvador, Rialp, Madrid 1976, p. 162. — 14 San Bernardo, Hom. 2 sobre el "missus est", 7.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Jorge
Martir
(303)

Que Dios nos conceda valor como a San Jorge
para luchar contra el dragón infernal y vencerlo
y no permitirle que nos esclavice con sus tentaciones.

Los que siembran entre pesares,
cosechan entre cantares.
(S. Biblia Salmos).

Jorge significa: el agricultor.

"Nacido en Lydda, Palestina, la tierra de Jesús, era hijo de un agricultor muy estimado. Entró al ejército y llegó a ser capitán. Se hizo famoso porque al llegar a una ciudad de Oriente se encontró con que un terrible caimán (o dragón o tiburón) devoraba a mucha gente y nadie se atrevía a acercársele. San Jorge lo atacó valientemente y acabó con tan feroz animal. Y reuniendo a todos los vecinos que estaban llenos de admiración y de emoción, les habló muy hermosamente de Jesucristo y obtuvo que muchos de ellos se hicieran cristianos.

Pero el emperador Diocleciano mandó que todos tenían que adorar ídolos o dioses falsos y prohibió adorar a Jesucristo. El capitán Jorge declaró que él nunca dejaría de adorar a Cristo y que jamás adoraría ídolos. Entonces el emperador declaró pena de muerte contra él. De paso para el sitio del martirio lo llevaron al templo de los ídolos para ver si los adoraba, pero en su presencia varias de esas estatuas cayeron derribadas por el suelo y se despedazaron. A Jorge lo martirizaron y mientras lo azotaban, él se acordaba de los azotes que le dieron a Jesús, y no abría la boca, y sufría todo por Nuestro Señor sin gritar ni llorar. Muchos al verlo exclamaban: ""s valiente. En verdad que vale la pena ser seguidor de Cristo". Cuando lo iban a matar decía: "Señor, en tus manos encomiendo mi alma". El siempre rezaba y Dios siempre lo escuchaba. Al oír la noticia de que ya le iban a cortar la cabeza se puso muy contento, porque él tenía muchos deseos de ir al cielo a estar junto a Nuestro Señor Jesucristo.

San Jorge mártir es el Patrono de Inglaterra y de los Boys Scouts.

Su culto alcanzó gran celebridad desde muy antiguos tiempos en la Iglesia. La Iglesia de Oriente lo llama "El gran mártir".

En tiempos de Las Cruzadas, el rey Ricardo Corazón de León se convenció en Tierra Santa de que San Jorge tenía un gran poder de intercesión en favor de los que lo invocaban y llevó su devoción a Europa, especialmente a Inglaterra.

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Beato Álvaro del Portillo

Obispo y Prelado de la Prelatura Personal de la Santa Cruz y del Opus Dei

Documental Saxum: https://www.youtube.com/watch?v=wuKrxOUAz4E

El milagro de don Álvaro: la recuperación de José Ignacio: https://www.youtube.com/watch?v=l33sB8ohhZ0

Saxum, un proyecto en Tierra Santa: https://www.youtube.com/watch?v=cm-IkitdS1Q

Don Alvaro: https://www.youtube.com/watch?v=47qK_c9flgA

 

 En Roma, Italia, beato Álvaro del Portillo y Diez de Sollano, español, obispo y prelado de la Prelatura Personal de la Santa Cruz y del Opus Dei. ( 1994)

Hijo de Clementina Diez de Sollano (mexicana) y de Ramón del Portillo y Pardo (español), Álvaro del Portillo nació en Madrid el 11 de marzo de 1914. Era el tercero de ocho hermanos.

Después de cursar el bachillerato en el Colegio El Pilar (Madrid), ingresó en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, en la que terminó sus estudios en 1941. Posteriormente trabajó en diversas entidades oficiales con competencia en materia hidrográfica. A la vez, estudió Filosofía y Letras (Sección de Historia) y se doctoró en 1944 con la tesis Descubrimientos y exploraciones en las costas de California.

En 1935 se incorporó al Opus Dei, institución de la Iglesia Católica que había sido fundada siete años antes por san Josemaría Escrivá de Balaguer. Recibió directamente del fundador la formación y el espíritu propios de aquel nuevo camino en la Iglesia. Desarrolló una amplia labor de evangelización entre sus compañeros de estudio y trabajo, y desde 1939 realizó numerosos viajes apostólicos por diferentes ciudades de España.

El 25 de junio de 1944 fue ordenado sacerdote por el obispo de Madrid, Mons. Leopoldo Eijo y Garay, junto con José María Hernández Garnica y José Luis Múzquiz: son los tres primeros sacerdotes del Opus Dei, después del fundador.

En 1946 se trasladó a Roma, pocos meses antes de que fijara allí su residencia san Josemaría, con el que convivió también en los años siguientes. Se trata de un periodo crucial para el Opus Dei, que recibe entonces las primeras aprobaciones jurídicas de la Santa Sede. Para Mons. del Portillo empieza también una época decisiva en la que, entre otras cosas, realizará
con su actividad intelectual junto a san Josemaría y con su trabajo en la Santa Sede una honda reflexión sobre el papel y la responsabilidad de los fieles laicos en la misión de la Iglesia, a través del trabajo profesional y las relaciones sociales y familiares. "En un hospital escribirá años más tarde, para ejemplificar esta realidad la Iglesia no está solo presente por el capellán: también actúa a través de los fieles que, como médicos o enfermeros, procuran prestar un buen servicio profesional y una delicada atención humana a los pacientes; en un barrio, el templo será siempre un punto de referencia indispensable: pero el único modo de llegar a los que no lo frecuentan será a través de otras familias"
.

Entre 1947 y 1950 empujó la expansión apostólica del Opus Dei en Roma, Milán, Nápoles, Palermo y otras ciudades italianas. Promovió actividades de formación cristiana y atendió sacerdotalmente a numerosas personas. De la huella que su labor ha dejado en Italia hablan hoy las numerosas calles y plazas que se le han dedicado en distintos núcleos urbanos del país.

El 29 de junio de 1948, el fundador del Opus Dei erigió en Roma el Collegio Romano della Santa Croce, centro internacional de formación del que Álvaro del Portillo fue primer rector y en el que enseñó teología moral (1948-1953). En ese mismo año (1948) obtuvo el doctorado en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de Santo Tomás.

Durante sus años en Roma, los diversos Papas que se suceden (desde Pío XII hasta Juan Pablo II) le llamaron a desempeñar numerosos encargos, como miembro o consultor de 13 organismos de la Santa Sede.

Participó activamente en el Concilio Vaticano II. Juan XXIII le nombró consultor de la Sagrada Congregación del Concilio (1959-66). En las etapas previas al Vaticano II, fue presidente de la Comisión para el Laicado. Ya en el curso del Concilio (1962-65) fue secretario de la Comisión sobre la Disciplina del Clero y del Pueblo Cristiano. Terminado este evento eclesial, Pablo VI le nombró consultor de la Comisión postconciliar sobre los Obispos y el Régimen de las Diócesis (1966). Fue también, durante muchos años, consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

La vida de Álvaro del Portillo está estrechamente unida a la del fundador. Permaneció siempre a su lado hasta el mismo momento de su muerte, el 26 de junio de 1975, colaborando con san Josemaría en las tareas de evangelización y de gobierno pastoral. Con él viajó a numerosos países para disponer y orientar los diversos apostolados del Opus Dei.
"Al advertir su presencia amable y discreta al lado de la dinámica figura de Mons. Escrivá, me venía al pensamiento la modestia de san José", escribirá a su muerte un agustino irlandés, el Padre John O´
Connor.

El 15 de septiembre de 1975, en el congreso general convocado tras el fallecimiento del fundador, don Álvaro del Portillo fue elegido para sucederle al frente del Opus Dei. El 28 de noviembre de 1982, cuando el beato Juan Pablo II erigió el Opus Dei en prelatura personal, le designó Prelado de la nueva prelatura. Ocho años después, el 7 de diciembre de 1990, le nombró obispo y, el 6 de enero de 1991, le confirió la ordenación episcopal en la basílica de San Pedro.

A lo largo de los años en que estuvo al frente del Opus Dei, Mons. Álvaro del Portillo promovió el comienzo de la actividad de la prelatura en 20 nuevos países. En sus viajes pastorales, que le llevaron a los cinco continentes, habló a miles de personas de amor a la Iglesia y al Papa, y predicó con persuasiva simpatía el mensaje cristiano de san Josemaría acerca de la santidad en la vida ordinaria.

Como Prelado del Opus Dei, Mons. Álvaro del Portillo estimuló la puesta en marcha de numerosas iniciativas sociales y educativas. El Centre Hospitalier Monkole (Kinshasa, Congo), el Center for Industrial Technology and Enterprise (CITE, en Cebú, Filipinas) y la Niger Foundation (Enugu, Nigeria) son ejemplos de instituciones de desarrollo social llevadas a cabo por fieles del Opus Dei, junto a otras personas, bajo el impulso directo de monseñor del Portillo.

Asimismo, la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (desde 1985) y el seminario internacional Sedes Sapientiae (desde 1990), ambos en Roma, así como el Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa (Pamplona, España), han formado para las diócesis a miles de candidatos al sacerdocio enviados por obispos de todo el mundo. Son una muestra de la preocupación de monseñor del Portillo por el papel del sacerdote en el mundo actual, tema al que dedicó buena parte de sus energías, como se puso de manifiesto en los años del Concilio Vaticano II.
"El sacerdocio no es una carrera escribió en 1986 sino una entrega generosa, plena, sin cálculos ni limitaciones, para ser sembradores de paz y de alegría en el mundo, y para abrir las puertas del Cielo a quienes se beneficien de ese servicio y ministerio"
.

Mons. Álvaro del Portillo falleció en Roma en la madrugada del 23 de marzo de 1994, pocas horas después de regresar de una peregrinación a Tierra Santa. La víspera, el 22 de marzo, había celebrado su última misa en la iglesia del Cenáculo de Jerusalén.

Álvaro del Portillo es autor de publicaciones sobre materias teológicas, canónicas y pastorales: Fieles y laicos en la Iglesia (1969), Escritos sobre el sacerdocio (1970) y numerosos textos dispersos, gran parte de ellos recogidos póstumamente en el volumen Rendere amabile la Verità. Raccolta di scritti di Mons. Álvaro del Portillo, publicado en 1995 por la Libreria Editrice Vaticana. En 1992 se publicó el volumen Intervista sul Fondatore dell´Opus Dei, fruto de sus conversaciones con el periodista italiano Cesare Cavalleri, sobre la figura de san Josemaría Escrivá, que ha sido traducido a varias lenguas.

Tras su muerte en 1994, miles de personas han testimoniado por escrito su recuerdo de monseñor Álvaro del Portillo: su bondad, el calor de su sonrisa, su humildad, su audacia sobrenatural, la paz interior que su palabra les comunicaba.

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María Gabriela Sagheddu, Beata Religiosa, Abril 23  

María Gabriela Sagheddu, Beata

Religiosa

Martirologio Romano: En el monasterio cisterciense de Grottaferrata, en las inmediaciones de Frascati, cerca de Roma, beata María Gabriela Sagheddu, virgen, que generosamente ofreció su vida por la unión de los cristianos, muriendo a los veinticinco años (1939).

Etimológicamente: María = Aquella señora bella que nos guía, es de origen hebreo.

Etimológicamente: Gabriela = Aquella que es sierva del Señor, es de origen hebreo.

 

María Gabriela Saghedu, monja trapense. Nació en un pueblito llamado Dorgali en la isla de Cerdeña (Italia), el 17 de marzo de 1914, a los veinticinco años de edad ofreció su vida por la unidad de los cristianos.

Era una joven como las demás, pero además era inflexible con la mediocridad; le bastaba convencerse del valor de una cosa para entregarse sin reservas a ella, sea estudio, oración o apostolado... Tenía dieciocho años cuando murió su hermana tres años menor que ella. A partir de entonces comenzó una vida espiritual intensa: ingresó a la acción católica, se hizo catequista, comenzó a asistir a misa y a la comunión diaria. A los veinte años rechazó dos veces el matrimonio y decidió ingresar en el císter de Grottaferrata, cerca de Roma, a donde llegó el 30 de septiembre de 1935 para consagrarse a Dios en la oración y la ofrenda de sí misma.

Conoció el movimiento del ecumenismo impulsado por el P. Couturier quien le pidió la celebración de ocho días de oración por la unidad de los cristianos. El día de Cristo Rey del año 1937 María Gabriela emitió sus votos y se ofreció a Dios para ser consumida como pequeña ofrenda de amor y tres meses después, el 25 de enero de 1938, durante la semana por la unidad de los cristianos, ofreció su vida a Dios por esa intención.

Nunca había estado enferma y gozaba de buena salud. De pronto se sintió débil y agotada. Se supo entonces que padecía de grave tuberculosis. En el hospital escribió a la madre abadesa: El Señor me tiene sobre la cruz y yo no tengo más consolación que la de saber que sufro por cumplir la voluntad divina con espíritu de obediencia.

Una comunidad anglicana conoció el gesto de oblación de la hermana y escribió: Una caridad como la suya destruye todos los perjuicios que muchos anglicanos tienen contra Roma. Si todos sintiesen su caridad, el muro de la separación dejaría de existir.

Murió en Grottaterrata el 23 de abril de 1939, a los veinticinco años de edad.

Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 25 de enero de 1983.

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Fuente: Franciscanos.net
Egidio (o Gil) de Asís, Beato Discípulo de San Francisco de Asís, Abril 23  

Egidio (o Gil) de Asís, Beato

Religioso Franciscano

Martirologio Romano: En Perusa, en la Umbría, beato Egidio de Asís, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que, siendo compañero de san Francisco, mostró una fe intrépida y una gran simplicidad en sus peregrinaciones (1262).

Etimológicamente: Egidio = Hijo de Egeo, es de origen griego.

 

Discípulo de San Francisco,
clérigo de la Primera Orden

Entre los primeros compañeros de San Francisco está el Beato Egido ( o Gil) de Asís, el cual respaldó su petición de hacerse Hermano Menor cediendo inmediatamente su propio manto cuando al convento de los hermanos llegó un pobre a pedir alguna cosa.

Sencillo, humilde, iletrado, sabía sin embargo impulsar a todos al amor de Dios y expresar dichos llenos de seráfica doctrina. La mayor parte de su vida se caracterizó por peregrinaciones: a Santiago de Compostela, al Monte Gargano (Santuario de San Miguel Arcángel), a Tierra Santa y más tarde al Africa. Ocupaba el tiempo de permanencia y sus esperas forzosas y se ganaba la caridad de las gentes con sus trabajos manuales. Hacía de todo: cargaba agua, recogía nueces o leña, nunca ocioso, siempre en silencio con Dios, con quien hablaba en la oración y en la contemplación, única fuente de su sabiduría cristiana. Así vino a ser el ejemplar de la vida franciscana primitiva, cuyo claustro es el mundo, su ocupación cualquier trabajo honesto y humilde, y su delicia estar con Dios en las noches silenciosas.

El día de San Jorge, el 23 de abril de 1209, Gil después de escuchar la Misa en Asís, bajó a la Porciúncula con la intención de dirigirse a San Francisco. Lo encontró saliendo de un bosquecillo y se le echó a los pies. "¿Qué quieres?", le preguntó Francisco. "Quiero quedarme contigo", respondió Gil. Y se quedó. Francisco lo declaró de inmediato "caballero de la mesa redonda" y en su compañía partió para la Marca de Ancona. A lo largo del camino fray Gil alababa a Dios y lleno de gratitud se postraba en tierra y besaba la hierba, las flores y las piedras. Cuando san Francisco predicaba él permanecía estático y decía a los demás: "Escúchenlo, porque habla maravillosamente". Fuera del tiempo necesario para la oración y la lectura del breviario, Gil trabajaba continuamente y como pago sólo recibía lo estrictamente necesario para la vida. Son célebres sus dichos llenos de sabiduría religiosa y de espíritu práctico. Una vez amonestó a un predicador parlanchín, gritándole detrás: "Bao, bao, bao, hablo mucho, poco hago". Con frecuencia su sabiduría era bondadosamente irónica, como cuando un hermano dijo que había soñado en el infierno y no había visto allí ningún hermano menor, le respondió: "Seguramente no bajaste hasta el fondo!". Ante uno que hablaba mucho sin pensar, dijo: "Pienso que uno debería tener el cuello largo como la grulla; así la palabra tendría que pasar por muchos nudos antes de subir a la boca!".

Entre 1215 y 1219 estuvo como ermitaño en las afueras de Asís. Entre 1219 y 1220 estuvo como misionero en Túnez, del 23 de junio de 1225 al 31 de enero de 1226, vivió en Rieti, en casa del cardenal Niccoló, deseoso de gozar de sus conversaciones espirituales.

Fray Gil era un contemplativo, un místico, que entraba en éxtasis con sólo oír mencionar el paraíso. San Francisco y San Buenaventura tuvieron para con él una gran admiración. Más tarde, muerto ya San Francisco, su vida transcurrió en los eremitorios de la Umbría, sobre todo en el de Monterípido, donde murió muy anciano el 23 de abril de 1262. Cercano a la muerte, cuando las autoridades de Perusa enviaron gente armada a custodiarlo, les envió recado para asegurarles que nunca las campanas de Perusa resonarían por su canonización ni por milagro alguno suyo.

Llamado Beato por la voz del pueblo, la Iglesia le confirmó este título por medio de Pío VI el 4 de julio de 1777.

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Fuente: Osanet.org
Elena Valentini de Udine, Beata Laica Agustina, Abril 23  

Elena Valentini de Udine, Beata

Laica Agustina

Martirologio Romano: En Udine, en la región de Venecia, beata Elena Valentini, viuda, que, para servir únicamente a Dios, abrazó la orden seglar de san Agustín, distinguiéndose por la oración, la lectura del Evangelio y las obras de misericordia (1458).

Etimológicamente: Elena = Aquella que resplandece, es de origen griego.

 

Nacida el año 1396 ó 1397 en Údine (Italia), en la familia de los señores de Maniago, se unió en matrimonio hacia 1414 con el aristócrata Antonio Cavalcanti. Fueron padres de seis hijos. Muerto su marido en 1441, Helena decidió retirarse del mundo. Habiendo escuchado la palabra vibrante del agustino Ángel de S. Severino, se hizo terciaria agustina. Después de haber emitido la profesión, permaneció en la casa que había recibido de su esposo, y allí continuó hasta 1446, fecha en la que pasó a vivir con la hermana Perfecta, terciaria agustina como ella, permaneciendo a su lado hasta el final de sus días.

Durante los casi dieciocho años como laica consagrada, llevó siempre una vida de penitencia y rigurosa mortificación, alimentándose normalmente sólo de pan y agua, durmiendo sobre un duro lecho de piedras, apenas cubierto con un poco de paja, flagelando continuamente su cuerpo e, incluso, caminando con treinta y tres minúsculas piedras metidas en los zapatos "en recuerdo de los bailes y danzas – como ella misma solía repetir – con que en el siglo había ofendido a mi Señor, y en memoria de los treinta y tres años que mi dulce Jesús por mi amor caminó por el mundo".

En las distintas formas de penitencia a las que quiso someterse, siempre se inspiró en el doble motivo de la imitación de Cristo y el contraste con su anterior existencia mundana. No le faltaron profundas crisis de desaliento y cansancio, a las que supo reaccionar con gran fuerza de ánimo, retirada en la pequeña celda construida en su misma casa, y de la que salía solamente para ir a rezar y a meditar en su querida iglesia de Santa Lucía. Autorizada por el padre Provincial de los agustinos, hizo voto, en 1444, del absoluto silencio, interrumpido sólo con ocasión de la Navidad para entretenerse en breves y edificantes conversaciones con sus hijos y algunos familiares. Como supremo consuelo en su vida de completa renuncia y lucha, tuvo éxtasis y visiones celestes, gratificada, además, por Dios con el don de los milagros y el conocimiento de cosas ocultas.

A causa de la fractura de los dos fémures en 1455, pasó sus últimos años postrada en un humilde y duro lecho, en serena y paciente espera de la muerte, acaecida el 23 de abril de 1458. Fue sepultada en el rincón de la iglesia de Sta. Lucía donde en vida solía abandonarse a la contemplación, oculta en el pequeño "oratorio" de madera que se había hecho construir para librarse de la admiración y de la curiosidad de los fieles. Después de diversos traslados, los restos mortales de la beata encontraron en 1845 un lugar digno en la catedral, donde hoy se hallan expuestos a la veneración pública.

El culto de la beata fue confirmado en 1848 por el papa Pío IX.

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Fuente: Carmelnet.org
Teresa María de la Cruz (Teresa Manetti), Beata Fundadora, Abril 23  

Teresa María de la Cruz (Teresa Manetti), Beata

Fundadora de la Congregación
de Carmelitas de Santa Teresa

Martirologio Romano: En Campo Bisenzio, de la Toscana, en Italia, beata Teresa María de la Cruz Menetti, virgen, fundadora de la Congregación de Carmelitas de Santa Teresa (1910).

Etimológicamente: Teresa = Aquella que es experta en la caza, es de origen griego.

 

Teresa Adelaida Cesina Manetti nació de humilde familia en San Martino a Campo Bisenzio (Florencia-Italia), el 2 de Marzo de 1846.

Familiarmente le llamaban todos "Bettina". Quedó huérfana de padre muy pronto y conoció lo dura que era la vida. A pesar de ello, ayudaba a los pobres privándose hasta de lo más necesario.

En 1872, junto con otras compañeras, se retiró a una casita de campo y allí "oraban, trabajaban y reunían a algunas lóvenes para educarlas con buenas lecturas y enseñarles la doc frina cristiana".

El 16 de Julio de 1876 fueron admitidas a la tercera Orden del Carmen Teresiano y cambió su nombre por el de Teresa María de la Cruz.

El 1877 recibió las primeras huérfanas, cuyo número fue creciendo día a día. Aquellas niñas abandonadas "eran su mejor tesoro".

El 12 de julio de 1888 las 27 primeras religiosas vistieron el hábito de la Orden de Carmen Descalzo, a la que se habían agregado el 12 de junio de 1885.

El 27 de febrero de 1904 el papa Pío X aprobaba el Instituto con el nombre de "Terciarias carmelitas de Santa Teresa".

Madre Teresa Maria vio con gran alegría extenderse el Instituto hasta Siria y el Monte Carmelo de Palestina.

Gozó siempre de muy poca salud y también su espíritu fue duramente probado, por ello le cuadraba muy bien su sobrenombre "de la cruz". Recorrió valientemente su "calvario", y con frecuencia, decía: "Tritúrame, Señor, exprímeme hasta al última gota".

Su caridad no tenía Iímites.Se entregaba a todos y en todo, olvidándose siempre de sí misma.EI obispo Andrés Casullo. que la conocía bien a fondo,atirmaba de ella: "Se desvivía por hacer el bien".

Después de pasar por noches oscurísimas de su alma, preparada por la gracia, le llegó la muerte en su mismo pueblo natal el 3 de abril de 1910, mientras repetía una vez mas. "Oh Jesús mío, sí quiero padecer más..." Y murmuraba extática: "¡Está abierto!... ya voy".

Sus escritos, sencillos y profundos a la vez, fueron aprobados el 27 de noviembre 1937.

El papa Juan Pablo II la beatificaba el 19 de octubre de 1986.

Su fiesta se celebra el 23 de abril.

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Fuente: divvol.org
Adalberto de Praga, Santo Obispo y Mártir, 23 de abril  

Adalberto de Praga, Santo

Obispo y Mártir

Martirologio Romano: San Adalberto (Vojtech), obispo de Praga y mártir, que aguantó dificultades en bien de aquella iglesia y por Cristo llevó a cabo muchos viajes, trabajando para extirpar costumbres paganas, pero al ver el poco resultado obtenido, se dirigió a Roma donde se hizo monje, pero finalmente, vuelto a Polonia e intentando atraer a la fe a los prusianos, en la aldea de Tenkitten, junto al golfo de Gdansk, fue asesinado por unos paganos (997).

Etimológicamente: Adalberto=Aquel que brilla por la nobleza de su espíritu, es de origen germánico.

 

(959-997)

Aún era niño, cuando una enfermedad, que lo puso a las puertas de la muerte, le hizo ver la seriedad de la vida. El problema de su salvación se le presentaba con una insistencia alarmante, y ante él parecíanle verdaderas naderías la belleza angélica de su cuerpo, de todo el mundo alabada; la nobleza de su familia, una de las más poderosas de Bohemia, y la gloria de su saber, que acumulara al lado del obispo de Magdeburgo, Adalberto. Este obispo le dio su nombre; antes se llamaba Woytiez. Tendría algo más de veinte años cuando asistió a la muerte de Diethmaro arzobispo de Praga. Diethmaro había sido uno de aquellos pastores mundanos que tanto abundaron en aquella época. Al llegar su última hora, el aguijón de la conciencia le atormentaba sin piedad. "¡Mísero de mí-exclamaba- cómo he perdido mis días, cómo me ha engañado el mundo prometiéndome larga vida, riquezas y placeres!" Así hablaba en medio de los estertores de la agonía, con la voz ronca y entrecortada, con los ojos extraviados y convulsos los rasgos de su rostro. Cuando murió, parecía sumido en el abismo de la desesperación.

El joven Adalberto salió de la estancia transformado. La sacudida que aquel espectáculo causó en su sensibilidad eslava fue tal, que desde entonces las palabras del moribundo parecían resonar constantemente en sus oídos. La vida se le presentó con los más negros colores, y en sus ojos claros empezó a dibujarse una trágica inquietud. Inmediatamente dejó su túnica de seda, se vistió de un saco grosero, se echó ceniza en la cabeza y empezó a caminar de iglesia en iglesia, postrándose ante las reliquias de los santos, y de hospital en hospital, visitando a los enfermos. En esta forma lo encontraron cuando lo sentaron en la silla episcopal de Praga. Sólo esto le faltaba para hacer de su vida un tormento insoportable. La idea del juicio de Dios le atenazaba el alma. "Es fácil-decía-llevar una mitra de seda y un báculo de oro; lo grave es tener que dar cuenta de un obispado al terrible Juez de vivos y muertos."

Vivía triste y como dominado por una impresión de terror. Diríase que pendía sobre su cabeza el filo de una espada. Y efectivamente, algo más aterrador que una espada de fuego le abrumaba sin cesar: era la duda pavorosa de si llegaría a salvarse. El enigma sombrío le estremecía, le atormentaba y consumía sus carnes. Cuentan que jamás se le vio reír. A los que le preguntaban por qué teniendo un obispado tan rico, que le hacía uno de los más poderosos príncipes del Imperio, no reservaba algunas rentas para los lícitos placeres, contestaba él con una lógica inquietante: "¿No os parece una locura hacer piruetas al borde de un abismo?" No deja de causarnos extrañeza, después de haber sido predicada la suavidad del Evangelio, esta atmósfera de terror en que vive uno de sus más puntuales seguidores; pero Dios tiene muchas vías para llevar al Cielo a sus escogidos, y en el siglo X, tan disoluto y gangrenado por el crimen, convenía la aparición de esta figura ejemplar. Entonces alcanzó toda su realidad aquella palabra de Cristo: "El mundo se alegrará y vosotros os contristaréis."

Pero el mundo, que perdona fácilmente su virtud a algunos santos, porque la juzga más suave, más humana, más condescendiente, guarda un odio irreconciliable para aquellos que directamente, con sus palabras o con su conducta, se oponen a sus alegrías insensatas. Y Adalberto era, en su vida y en sus palabras, lo que era en su rostro. Sus súbditos yacían en la barbarie, sin más que el nombre de cristianos, y él tenía un temple incapaz de ceder. Predicaba, reprendía, excomulgaba, y la gente no veía más que la dureza de su palabra; no veía que todas las rentas de sus tierras se las llevaban los mendigos y los enfermos. Su rigidez de acero se estrelló contra el salvajismo del pueblo. Tres veces dejó su episcopado por juzgar inútil su labor, y otras tantas lo volvió a tomar por consejo de los Sumos Pontífices. En uno de estos intervalos vistió la cogulla benedictina en el monasterio de San Bonifacio, de Roma. Disfrazado con la máscara de la humildad y de la sencillez, nadie adivinó en el nuevo monje la luz de Bohemia. Vivió desconocido durante cinco años, como el último de los monjes, sirviendo, cuando le tocaba, a la mesa conventual, y sufriendo las sanciones regulares y las advertencias de los hermanos, porque, como no estaba acostumbrado a aquellos menesteres, rompía con frecuencia las copas y los platos.

Cuando, por última vez, se dirigía a su diócesis, los de Praga le enviaron una embajada diciéndole irónicamente: "Nosotros somos pecadores, gente de iniquidad, pueblo de dura cerviz; tú, un santo, un amigo de Dios, un verdadero israelita que no podrá sufrir la compañía de los malvados." Adalberto comprendió, se dio cuenta de que serían inútiles todos sus esfuerzos, y se encaminó a predicar el Evangelio en Prusia. A la severidad de su palabra añadió Dios el atractivo de la gracia. Ya antes, su predicación había convertido a muchos paganos en Polonia, y el rey de Hungría, San Esteban, había recibido de su boca la enseñanza de la fe. En Prusia, su apostolado tuvo una fecundidad asombrosa. Todos los habitantes de Dantzig recibieron el bautismo de sus manos. Para atraerlos más fácilmente se vistió como las gentes de aquella tierra, adoptó su manera de vivir y aprendió su lengua. "Haciéndonos semejantes a ellos-decía-, cohabitando en sus mismas casas, asistiendo a sus banquetes, ganando el sustento con nuestras manos y dejando crecer, como ellos, nuestra barba y nuestra cabellera, los ganaremos mejor para Cristo."

Los infieles se alarmaron y le persiguieron de pueblo en pueblo. Sitiado en una casa por una tribu de salvajes, les decía desde la puerta: "Yo soy el monje Adalberto, vuestro apóstol. Por vosotros he venido aquí, para que dejéis esos ídolos mudos y conozcáis a vuestro Creador, y creyendo en Él tengáis la verdadera vida." Nadie se atrevió a tocarle entonces; pero algo más tarde un sacerdote de los ídolos le atravesó con una lanza mientras rezaba el breviario. Adalberto pudo sostenerse un instante de rodillas para orar por sus asesinos. Al caer exánime, una sonrisa de felicidad se posaba por primera vez en sus labios. Su alma, inundada de gloria, volaba hacia Dios, descifrado ya el capital enigma que tantas veces le ensombreciera. Habíase cumplido la promesa del Salvador: "Vuestra tristeza se convertirá en gozo, y vuestro gozo nadie os lo podrá arrebatar."

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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Abril 23  

Otros Santos y Beatos

San Eulogio, obispo
En Edesa, en Siria, san Eulogio, obispo, que falleció, según se narra, un Viernes Santo o Parasceve (387).

San Marolo, obispo
En Milán, en la región de la Liguria, san Marolo, obispo, amigo del papa san Inocencio I (s. V).

San Gerardo, obispo
En Toul, en la Lotaringia, san Gerardo, obispo, que durante treinta y un años legisló sabiamente para la ciudad, atendió a los pobres, intercedió por el pueblo con ayunos y plegarias en tiempo de peste, dedicó la iglesia catedral y ayudó a los monasterios con bienes materiales e instruyendo a los discípulos (994).

San Jorge, obispo
En Suelli, en Cerdeña, conmemoración de san Jorge, obispo (1117).

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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