viernes, 11 de diciembre de 2015

Viernes de la Pasión y Muerte de Jesucristo: día de penitencia y abstinencia de carne, excepto fiesta de precepto (CDC 1250/3). 11/12/2015. Madre Maravillas de Jesús ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 16-19

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:
"¿Con quién compararé a esta generación? Es como esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros este refrán: "Hemos tocado la flauta y no han bailado, hemos entonado lamentaciones y no han llorado". Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y dicen: "Está endemoniado". Viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tienen un comilón y un borracho, amigo de recaudadores de impuestos y pecadores".
Pero la sabiduría ha quedado avalada por sus obras".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

"El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

vie 2a. Adviento

Antífona de Entrada

He aquí que el Señor vendrá con esplendor a visitar a su pueblo, para traerle la paz y la vida eterna.

 

Oración Colecta

Oremos:
Concédenos, Padre todopoderoso, estar siempre preparados a la venida de tu Hijo, para que, cuando llegue, podamos salir a su encuentro, conforme a su palabra, con nuestras lámparas encendidas.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

¡Ojalá hubieras obedecido mis mandatos!

Lectura del libro del profeta Isaías 48, 17-19

Esto dice el Señor, tu redentor, el Santo de Israel:
"Yo, el Señor tu Dios, te instruyo por tu bien, te marco el camino a seguir. ¡Ojalá hubieras atendido mis mandatos! Tu bienestar sería como un río; tu prosperidad, como las olas del mar; tu descendencia sería como la arena; como sus granos, los frutos de tus entrañas; tu nombre no habría sido borrado ni apartado de mi presencia".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 1, 1-2.3.4 y 6

Dichoso quien confía en el Señor.

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se entretiene en el camino de los pecadores, ni se sienta con los arrogantes, sino que pone su alegría en la ley del Señor, meditándola día y noche.
Dichoso quien confía en el Señor.

Es como un árbol plantado junto al río: da fruto a su tiempo y sus hojas no se marchitan; todo lo que hace le sale bien.
Dichoso quien confía en el Señor.

No sucede lo mismo con los malvados, pues son como paja que se lleva el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los malvados lleva a la perdición.
Dichoso quien confía en el Señor.

Aclamación antes del evangelio

Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor, salgamos a su encuentro; él es el príncipe de la paz.
Aleluya.

Evangelio

No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 16-19

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:
"¿Con quién compararé a esta generación? Es como esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros este refrán: "Hemos tocado la flauta y no han bailado, hemos entonado lamentaciones y no han llorado". Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y dicen: "Está endemoniado". Viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tienen un comilón y un borracho, amigo de recaudadores de impuestos y pecadores".
Pero la sabiduría ha quedado avalada por sus obras".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Las dos venidas de Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro.
Quien al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación; para que cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Esperamos como Salvador a nuestro Señor Jesucristo. El transformará nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el suyo.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobrevalorar los bienes terrenales estimando los del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Dia 11/12 San Dámaso (papa, blanco)

Antífona de Entrada

Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que pusiste al frente de tu pueblo al papa san Dámaso para que lo guiara con su enseñanza y con su ejemplo; protege, por su intercesión, a los pastores de tu Iglesia y a la comunidad cristiana y condúcelos por el camino de la salvación eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Miren por ustedes mismos y por todo el rebaño, del que los constituyó pastores el Espíritu Santo para apacentar a la Iglesia de Dios

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 20, 17-18. 28-32. 36

En aquellos días, hallándose Pablo en Mileto, mandó llamar a los presbíteros de la comunidad cristiana de Efeso. Cuando se presentaron, les dijo:
"Miren por ustedes mismos y por todo el rebaño, del que los constituyó pastores el Espíritu Santo, para apacentar a la Iglesia que Dios adquirió con la sangre de su Hijo.
Yo sé que después de mi partida, se introducirán entre ustedes lobos rapaces, que no tendrán piedad del rebaño y sé que, de entre ustedes mismos, surgirán hombres que predicarán doctrinas perversas y arrastrarán a los fieles detrás de sí. Por eso, estén alerta. Acuérdense que durante tres años, ni de día ni de noche he dejado de aconsejar, con lágrimas en los ojos, a cada uno de ustedes.
Ahora los encomiendo a Dios y a su palabra salvadora, la cual tiene fuerza para que todos los consagrados a Dios crezcan en el espíritu".
Dicho esto, se arrodilló para orar con todos ellos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 109

Tú eres sacerdote para siempre.

Esto ha dicho el Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha; yo haré de tus contrarios el estrado donde pongas los pies".
Tú eres sacerdote para siempre.

Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro y tú dominarás al enemigo.
Tú eres sacerdote para siempre.

Es tuyo el señorío; el día en que naciste, en su monte santo te consagró el Señor antes del alba.
Tú eres sacerdote para siempre.

Juró el Señor y no ha de retractarse: "Tú eres sacerdote para siempre, según el rito de Melquisedec".
Tú eres sacerdote para siempre.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
A ustedes los llamo amigos, dice el Señor, porque les he dado a conocer todo lo que le oído a mi Padre.
Aleluya.

Evangelio

Ya no los llamo siervos, los llamo amigos

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 9- 17

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena.
Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos, que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.
No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Mira, Señor, con bondad las ofrendas que te presentamos, en la fiesta del obispo san Dámaso para que nos obtengan tu perdón y glorifiquen así tu santo nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, nuestro Señor.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Dámaso, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso,
con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

El buen pastor dio la vida por sus ovejas.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Reanimados por este sacramento, te pedimos, Señor que, a ejemplo de san Dámaso nos esforcemos en dar testimonio de la fe que él tuvo y en llevar a la práctica sus enseñanzas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Meditación diaria

Adviento. 2ª semana. Viernes

TIBIEZA Y AMOR DE DIOS

— El amor al Señor y el peligro de la tibieza.

— Causas de la tibieza.

— Remedios contra esta grave enfermedad del alma.

I. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida. Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón, no se marchitan sus hojas1.

Nuestra vida no tiene sentido si no es junto al Señor. ¿A dónde iremos, Señor? Solo Tú tienes palabras de vida eterna2. Nuestros éxitos, la felicidad humana que podamos acaparar es paja que arrebata el viento3. Verdaderamente, podemos decirle al Señor en nuestra oración personal: "Quédate con nosotros, porque nos rodean en el alma las tinieblas y solo Tú eres luz, solo Tú puedes calmar esta ansia que nos consume. Porque entre todas las cosas hermosas y honestas no ignoramos cuál es la primera: poseerte siempre a Ti, Señor"4.

Él viene a traernos un amor que lo penetra todo como el fuego y a darle sentido a nuestra vida sin sentido. Amor exigente es el del Señor, que pide siempre más y nos lleva a crecer en finura del alma con Dios y a dar muchos frutos.

Todo cristiano lleno de amor a Dios es el árbol frondoso del que nos habla el salmo responsorial, que no se seca jamás. Cristo mismo es quien le da vida. Pero si el cristiano deja que el amor se enfríe, que penetre en su alma el aburguesamiento, vendrá esa grave enfermedad interior que le dejará como paja que arrebata el viento: es la tibieza, que vuelve la vida desamorada y sin sentido, aunque externamente pueda parecer que nada ha cambiado. Cristo queda como oscurecido, por descuido culpable, en la mente y en el corazón: no se le ve ni se le oye. Queda entonces en el alma un vacío de Dios que se intentará llenar de otras cosas, que no son Dios y no llenan, y un especial y característico desaliento impregna toda la vida de piedad. Se pierde la prontitud y la alegría de la entrega, y la fe queda adormecida, precisamente porque se ha enfriado el amor.

Si en algún momento notáramos que nuestra vida íntima se aleja de Dios, hemos de saber que, si ponemos los medios, todas las enfermedades del alma tienen curación. Las enfermedades del amor, también. Siempre se puede volver a descubrir aquel tesoro escondido, Cristo, que una vez dio sentido a la vida. Más fácil en los comienzos de la enfermedad, pero también más adelante, como en el caso de aquel leproso de que nos habla San Lucas5, que estaba cubierto de lepra, totalmente enfermo. Pero un día decidió acercarse de verdad y humildemente a Cristo y encontró la curación.

"Preguntaron al Amigo que cuál era la fuente del amor. Respondió que aquella en donde el Amado nos ha limpiado de nuestras culpas, y en la cual da de balde el agua viva, de la cual, quien bebe, logra la vida eterna en amor sin fin"6. En la oración abierta y franca y en los sacramentos nos espera siempre el Señor.

II. Como paja que arrebata el viento. Sin peso y sin frutos. Por faltas aisladas no se cae necesariamente en la tibieza. Esta enfermedad del alma "se caracteriza por no tomar en serio, de un modo más o menos consciente, los pecados veniales, un estado sin celo por parte de la voluntad. No es tibieza el sentirse y hallarse en estado de sequedad, de desconsuelo y de repugnancia de sentimientos contra lo religioso y lo divino, porque, a pesar de todos estos estados, puede subsistir el celo de la voluntad, el querer sincero. Tampoco es tibieza el incurrir con frecuencia en pecados veniales, con tal de que se arrepienta uno seriamente de ellos y los combata. Tibieza es el estado de una falta de celo consciente y querida, una especie de negligencia duradera o de vida de piedad a medias, fundada en ciertas ideas erróneas: que no debe ser uno minucioso, que Dios es demasiado grande para ser tan exigente en las cosas pequeñas, que otros también lo practican así, y excusas semejantes"7.

La tibieza nace de una dejadez prolongada en la vida interior. Suele ir precedida siempre de un conjunto de pequeñas infidelidades, cuya culpa –no zanjada– está influyendo en las relaciones de esa alma con Dios.

La dejadez se expresa en el descuido habitual de las cosas pequeñas, en la falta de contrición ante los errores personales, en la falta de metas concretas en el trato con el Señor. Se vive sin verdaderos objetivos en la vida interior que atraigan e ilusionen. "Se va tirando". Se ha dejado de luchar por ser mejores, o se lleva una lucha ficticia o ineficaz8. Se abandona la mortificación, y "con el cuerpo pesado y harto de mantenimiento, muy mal aparejado está el ánimo para volar a lo alto"9.

El estado de tibieza se parece a una pendiente inclinada que cada vez va separando más de Dios. Casi insensiblemente nace una cierta preocupación por no excederse, por quedarse en el límite, en lo suficiente para no caer en el pecado mortal, aunque se descuida y se acepta sin dificultad el venial.

El alma tibia justifica esta actitud de poca lucha y de falta de exigencia personal con razones de naturalidad, de eficacia, de trabajo, de salud, etc., que ayudan al tibio a ser indulgente con sus pequeños afectos desordenados, apegos a personas o cosas, comodidades que llegan a presentarse como una necesidad subjetiva. Las fuerzas del alma se van debilitando cada vez más.

Cuando hay tibieza, falta un verdadero culto interno a Dios en la Santa Misa; las Comuniones suelen estar acompañadas de una gran frialdad por falta de amor y de preparación. La oración suele ser vaga, difusa, dispersa: no hay un verdadero trato personal con el Señor. El examen –consecuencia de una especial sensibilidad– queda ahora abandonado, bien porque se deja de hacer, o porque se hace de modo rutinario, sin fruto.

En ese triste estado, el tibio pierde el deseo de un acercamiento profundo a Dios (que prácticamente se da por imposible): "Me duele ver el peligro de tibieza en que te encuentras –se dice en Camino– cuando no te veo ir seriamente a la perfección dentro de tu estado"10.

En resumen: "Eres tibio si haces perezosamente y de mala gana las cosas que se refieren al Señor; si buscas con cálculo o "cuquería" el modo de disminuir tus deberes; si no piensas más que en ti y en tu comodidad; si tus conversaciones son ociosas y vanas; si no aborreces el pecado venial; si obras por motivos humanos"11.

Luchemos para no caer jamás en esa enfermedad del alma, estemos alerta para percibir los primeros síntomas, acudamos con prontitud a Santa María. Ella aumenta siempre nuestra esperanza, y nos trae la alegría del nacimiento de Jesús: Alégrate y goza, hija de Jerusalén: mira a tu Rey que viene; no temas, Sión, tu salvación está cerca12.

Nuestra Señora, cuando acudimos a Ella, nos lleva a su Hijo.

III. Fomentar el espíritu de lucha, nos llevará a cuidar cada día el examen de conciencia. De ahí sacaremos frecuentemente un punto en el que mejorar para el día siguiente y un acto de contrición por las cosas en que aquel día no fuimos del todo fieles al Señor. Este amor vigilante, deseo eficaz de buscar al Señor a lo largo del día, es el polo opuesto a la tibieza, que es dejadez, falta de interés, pereza y tristeza en nuestras obligaciones de piedad para con Él.

Este deseo de lucha no nos llevará siempre a la victoria: habrá fracasos, pero el desagravio y la contrición nos acercarán más a Dios. La contrición rejuvenece el alma.

"Ante nuestras miserias y nuestros pecados, ante nuestros errores –aunque, por la gracia divina, sean de poca monta–, vayamos a la oración y digamos a nuestro Padre: ¡Señor, en mi pobreza, en mi fragilidad, en este pobre barro mío de vasija rota, Señor, colócame unas lañas y –con mi dolor y con tu perdón– seré más fuerte y más gracioso que antes! Una oración consoladora, para que la repitamos cuando se destroce este pobre barro nuestro"13.

Y, de nuevo, cerca de Cristo. Con una alegría nueva, con una humildad nueva. Humildad, sinceridad, arrepentimiento... y volver a empezar. Hay que saber empezar una vez más; todas cuantas veces haga falta. Dios cuenta con nuestra fragilidad.

Dios perdona siempre, pero es preciso levantarse, arrepentirse, ir a la Confesión cuando sea necesario. Hay una alegría profunda, incomparable, cada vez que recomenzamos. A lo largo de nuestra vida hemos de hacerlo muchas veces, porque faltas las habrá siempre y tendremos deficiencias, fragilidades, pecados. Quizá este rato de oración nos puede servir para recomenzar una vez más. El Señor cuenta con nuestros fracasos, pero también espera de nosotros muchas pequeñas victorias a lo largo de nuestros días. Así no caeremos en el aburguesamiento, en la dejadez, en el desamor.

1 Salmo responsorial de la Misa, Sal 1, 1-4. — 2 Cfr. Jn 6, 68. — 3 Salmo responsorial. — 4 San Gregorio Nacianceno, Epístola, 212. — 5 Cfr. Lc 5, 12-13. — 6 R. Llull, Libro del Amigo y del Amado, 115. — 7 B. Baur, La confesión frecuente, p. 103. — 8 Cfr. F. Fernández Carvajal, La tibieza, pp. 28-42. — 9 San Pedro de Alcántara, Trat. de la oración y meditación, 2, 3. — 10 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, n. 326. — 11 Ibídem, n. 331. — 12 Antífona 2 de las lecturas del Oficio divino. — 13 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 95.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Dámaso
Pontífice
Año 384

Que San Dámaso y su secretario San Jerónimo nos consigan del buen Dios la gracia de amar, meditar y hacer amar y meditar mucho la S. Biblia.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Este Pontífice se hizo famoso por haber redactado y hecho grabar los epitafios o lápidas en los sepulcros de muchos famosos mártires de las catacumbas de Roma.

Era de familia española. Fue secretario de los Pontífices, San Liberio y San Félix, y al ser elegido Papa, en el año 366, hizo honor a su nombre, que significa "domador", porque tuvo que sofocar una sangrienta rebelión que en Roma se levantó contra él.

Tuvo como secretario al gran San Jerónimo, al cual le encargó que tradujera la S. Biblia al idioma popular, y esta traducción llamada "La Vulgata", fue la que empleó la Iglesia Católica durante 15 siglos.

San Jerónimo dice de él: "era un hombre puro, que fue elegido para dirigir a una Iglesia que debe ser pura". Sus epitafios sobre las tumbas de los mártires en las catacumbas (o subterráneos de Roma) se han conservado muy bien, y de varios santos lo único que sabemos se debe a lo que él escribió sobre sus tumbas. Así por ej. de San Tarcisio, el mártir de la Eucaristía, etc. Era excelente poeta.

San Dámaso redactó su propio epitafio así: "Yo, Dámaso, hubiera querido ser sepultado junto a las tumbas de los santos, pero tuve miedo de ofender su santo recuerdo. Espero que Jesucristo que resucitó a Lázaro, me resucite también a mí en el último día".

Desde muy joven, su lectura preferida fue la S. Biblia, y decía que el manjar más exquisito que había encontrado en toda su vida era la Palabra de Dios.

Dicen que él fue el que introdujo en las oraciones de los católicos el "Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén".

Durante todo su pontificado se preocupó por obtener que los obispos de todas las naciones reconocieran al Pontífice de Roma como el obispo más importante del mundo.

A la edad de ochenta años murió el 11 de diciembre del año 384 y fue sepultado en la tumba que él mismo se había preparado humildemente, alejado de las tumbas de los santos famosos de Roma. Después construyeron sobre su sepulcro la basílica llamada San Dámaso.

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vatican.va
Madre Maravilla de Jesús, Santa Virgen, Carmelita Descalza, 11 de diciembre 

Madre Maravilla de Jesús, Santa

Diciembre 11

 


46:16

MADRE MARAVILLAS DE JESUS-SU VIDA Y MILAGROS

http://gloria.tv/?media=134082

ROMA, 11 Dic. 14 / 01:09 am (ACI).- "Lo que Dios quiera, como Dios quiera, cuando Dios quiera", solía repetir Santa Maravillas de Jesús, religiosa de la Orden de las Carmelitas Descalzas y cuya fiesta se celebra cada 11 de diciembre. Así como Santa Teresa de Jesús, fundó varios carmelos.

María de las Maravillas Pidal y Chico de Guzmán nació en Madrid, España, en 1891. Su padre llegó a ser Embajador de España ante la Santa Sede. Desde pequeña sintió una llamada a consagrarse al Señor en virginidad. En su adolescencia y juventud realizó muchas obras de caridad a los más necesitados.

Le gustaba leer mucho las obras de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz. Es así que ingresó a las Carmelitas Descalzas de El Escorial (Madrid) en 1919 y recibió el nombre de Maravillas de Jesús.

En 1923 recibió la inspiración de fundar un carmelo en el Cerro de los Ángeles, en el centro geográfico de España, donde se había elevado un monumento al Sagrado Corazón de Jesús. Con ayuda del Obispo de Madrid-Alcalá se pudo llevar adelante esta obra. Hizo su profesión solemne y en 1926 se inauguró el convento, siendo ella priora de la comunidad.

Ante la presencia de muchas vocaciones, la Madre Maravillas vio la señal de Dios para fundar nuevas "Casas de la Virgen". Es así que en 1933, fundó otro Carmelo en Kottayam (India) y envió ocho monjas.

En la persecución religiosa en España, a partir de 1931, en las noches pasaba muchas horas orando desde su Carmelo y contemplando el monumento al Sagrado Corazón. Obtuvo del Papa Pío XI el permiso de salir con su comunidad, exponiendo su vida.

En 1936 la Carmelitas fueron expulsadas de su convento y llevadas a las Ursulinas de Getafe. Después las hermanas se refugiaron en un piso (departamento) de una calle de Madrid y se vieron expuestas a privaciones y amenazas.

Al año siguiente, pasando por Lourdes, llegaron al abandonado "desierto" de Las Batuecas, en Salamanca, que se había adquirido antes de la guerra. Allí, a petición del Obispo de Coria-Cáceres fundó otro Carmelo y que años más tarde sería cedido a los padres carmelitas descalzos.

En 1939 retorna al Carmelo de El Cerro de los Ángeles, que se encontraba totalmente destruido, y la Madre Maravillas fue elegida nuevamente priora por su testimonio de fe, fortaleza y confianza en Dios que había demostrado todo este tiempo. Desde entonces realizó la fundación de muchos otros carmelos.

En 1961 fundó el de La Aldehuela, Madrid, en el que fue elegida priora y donde viviría hasta sus últimos días. La Santa Madre Maravillas continuó ayudando a los más necesitados, edificó una Iglesia, un colegio y sostuvo a muchos seminaristas para que llegaran a ser sacerdotes. Con una fundación benéfica ayudó a religiosas enfermas.

Todo esto y muchos servicios más fueron iniciados sin medios económicos, pero Santa Maravillas confiaba siempre en la providencia de Dios. Se sentía feliz de ser carmelita descalza e "hija de nuestra santa madre Teresa". Obtuvo de la Santa Sede la aprobación de la "Asociación de Santa Teresa", integrada por los carmelos fundados por ella y otros.

Irradiaba paz, dulzura en sus palabras y gestos. Fue una gran mística y tenía la capacidad de contagiar el amor de Dios. Partió a la Casa del Padre un 11 de diciembre de 1974. Sus últimas palabras fueron: "¡Qué felicidad morir carmelita!"

San Juan Pablo II la canonizó en el 2003 y sus reliquias permanecen en la Iglesia del Carmelo de La Aldehuela.


Más detalle:

Autor: María Dolores Gamazo

Maravillas de Jesús, santa

Maravillas Pidal y Chico de Guzmán, en el Carmelo Maravillas de Jesús, nació en Madrid el 4 de noviembre de 1891, la menor de cuatro hermanos. Su padre, embajador de España ante la Santa Sede, se distinguió por sus gestiones a favor de la Iglesia y de las Órdenes religiosas. Ingresa en el monasterio carmelitano de El Escorial en 1919, tomando el hábito en 1920 y hace su primera profesión en 1921. De sus largas vigilias ante el Sagrario en el convento de El Escorial recibe la inspiración de fundar un carmelo en El Cerro de los Ángeles, donde se había erigido un monumento al Sagrado Corazón en 1919 y se había consagrado a Él la nación. Con la aprobación del entonces Obispo de Madrid, Monseñor Eijo y Garay, el 19 de mayo de 1924 la Hermana Maravillas y tres religiosas del convento de El Escorial se instalan provisionalmente en una casa de Getafe, para atender la edificación del convento. El 30 de mayo de 1924 hace su profesión solemne, y en junio de 1926 es nombrada Priora de la comunidad del convento de El Cerro, que es inaugurado el 31 de octubre de ese mismo año. Aumentan las vocaciones y, con ellas, las fundaciones de nuevos carmelos –a los que llama "casas de la Virgen"- incluso en Kottayam (India). Durante la República pasa largas horas de Vigilia, para reparar las ofensas al Sagrado Corazón. Durante la Guerra Civil, las Carmelitas se ven obligadas a abandonar el convento y, después de muchas privaciones y sacrificios, llegan a Las Batuecas (Salamanca), donde fundan un nuevo carmelo. En 1939 regresan al Cerro de los Ángeles. Funda carmelos en España y ayuda fundar otros en el extranjero. En 1961 funda el Carmelo de La Aldehuela (Madrid), donde vivirá hasta su muerte en 1974.

¿Cómo vivió el amor a Cristo la madre Maravillas?

De inteligencia clara y profunda, con una voluntad orientada al bien, fiel a la gracia, cuenta de sí misma que a los cinco años hizo voto de castidad. En su juventud ya se destacó por las obras de caridad y beneficencia. Su anhelo de amor a Jesús explica sus ansias de sufrir, reparar y entregarse totalmente a Dios. Su gran devoción al Sagrado Corazón de Jesús la llevará a hacer largas vigilias ante el Sagrario. De gran serenidad, valor y alegría, es ejemplo admirable para sus hermanas. Durante la persecución religiosa en el período de la Segunda República, Madre Maravillas dio testimonio de fe, heroísmo y fortaleza, prudencia y serenidad, y de una extraordinaria confianza en Dios.
Su caridad desbordante la llevará a construir, desde la clausura de La Aldehuela, una barriada de casas prefabricadas, una iglesia, y un colegio para los niños pobres; a hacer una fundación benéfica para ayudar a las religiosas enfermas; a edificar una clínica para las religiosas de clausura, y a comprar una casa en Madrid para las carmelitas de clausura que tengan que permanecer en la ciudad por tratamiento médico.
Solía empezar sus obras de caridad sin medios económicos, con una gran confianza en la Providencia divina. Funda la "Asociación de Santa Teresa" para favorecer la ayuda espiritual y material entre los Carmelos.
El único verdadero sufrimiento de su vida eran las ofensas a Dios.
Amó y vivió la pobreza absoluta, poniendo el trabajo manual como el medio para sustentarse.
Fue una gran mística, viviendo una maravillosa experiencia de unión con Dios y una rica vida interior, reflejada en sus cartas íntimas a sus directores espirituales.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Daniel el Estilita, Santo Estilita, 11 Diciembre  

Daniel el Estilita, Santo

Si se exceptúa al primero y más grande de todos los estilistas, San Simeón, el más famoso de ese grupo de santos es San Daniel.

Sus padres, que habían rogado a Dios que les concediese un hijo, le consagraron a El desde antes de su nacimiento. Daniel nació en Martha, cerca de Samosata.

A los doce años, ingresó en un monasterio de los alrededores y a los trece tomó el hábito. El abad del monasterio llevó a Daniel por compañero en un viaje a Antioquía. Al pasar por Telenissae, visitaron a San Simeón en su columna. Este ordenó a Daniel que se acercase, le dió su bendición y le predijo que sufriría mucho por Jesucristo. A la muerte del abad, ocurrida poco después, Daniel fue elegido para sucederle pero se negó a aceptar el cargo y fue nuevamente a visitar a San Simeón. Después de pasar dos semanas en el monasterio próximo a la columna de San Simeón, Daniel emprendió una peregrinación a Tierra Santa, pero, como la guerra le impidiesen proseguir, se dirigió a Constantinopla.Ahí pasó una semana en la iglesia de San Miguel extra muros, y después, se construyó una ermita en un templo abandonado de Filémpora, donde pasó nueve años, bajo la protección del patriarca San Anatolio.

Finalmente, Daniel se decidió a imitar el género de vida de San Simeón.

San Simeón había legado su túnica al emperador León I, pero como su discípulo Sergio, encargado de hacer llegar la prenda a su destinatario, no obtuvo audiencia del emperador, regaló la túnica a San Daniel. Este eligió un sitio sobre el Bósforo, a unos cuantos kilómetros de la ciudad, y se instaló en una ancha columna que un amigo le había mandado construir. Como el santo hubiese estado a punto de perecer de frío una noche, el emperador le construyó más tarde una columna más alta y mejor, en realidad eran dos columnas unidas con varillas, y en la plataforma superior rodeada por una balaustrada, había una especie de refugio.

Aunque en la región abundaban los vientos helados, San Daniel vivió en su columna hasta los ochenta y cuatro años. La ordenación sacerdotal de Daniel tuvo lugar ahí mismo. En efecto, San Genadio, patriarca de Constantinopla, leyó las oraciones desde abajo, en seguida subió a la columna, probablemente para imponerle las manos, aunque las crónicas dicen simplemente que subió para darle la comunión. San Daniel no quería recibir la ordenación y por ello no bajó de la columna en esa ocasión. El año 465, un incendio destruyó ocho de los barrios de Constantinopla. San Daniel había predicho la catástrofe y había aconsejado al patriarca y al emperador que se hiciesen oraciones públicas dos veces por semana, pero éstos no habían creído la profecía. Al cumplirse el vaticinio, todo el pueblo acudió a la columna de San Daniel, quien extendió los brazos hacia el cielo y oró por la multitud. El emperador León, que tenía gran veneración por el santo, iba a visitarle con frecuencia. Cuando el rey de los lazios de Cólquide llegó a renovar su alianza con los romanos, León I le llevó a visitar a San Daniel, a quien consideraba como una de las maravillas del imperio. Sin embargo, no todos respetaban al santo. En efecto, algunos hombres "que solían frecuentar a las prostitutas", enviaron a una mujer de mala vida llamada Basiana, para tentar a San Daniel. La tentativa fracasó, pero Basiana afirmó que había tenido éxito, hasta que, enredada en sus propios embustes, confesó públicamente la verdad y delató a los que la habían enviado. León I murió el año 474. Zenón que le sucedió en ese mismo año, tenía tanta confianza como él en la prudencia y virtud de San Daniel. Basilisco, hermano de la reina viuda Verina, usurpó el trono y se declaró protector de los herejes eutiquianos. Acacio, patriarca de Constantinopla, mandó informar a San Daniel sobre la actitud del usurpador. Por su parte, Basilisco se quejó ante el santo de que Acacio estaba tramando una rebelión contra él. San Daniel replicó que Dios iba a derribarle de su trono y pronunció tales invectivas contra el usurpador, que el mensajero no se atrevió a comunicárselas de palabra y rogó al santo que las escribiese y sellase la carta. El patriarca mandó pedir en dos ocasiones a San Daniel que acudiese en auxilio de la iglesia. Finalmente, el santo descendió de su columna "con dificultad, porque le dolían los pies", y fue acogido con gran gozo por el pueblo. Basilisco, asustado ante la actitud de la muchedumbre, se retiró a un palacio que tenía en el campo. San Daniel fue a verle allá. Como apenas podía caminar por falta de práctica, fue transportado en una silla de manos, escoltado por el pueblo.

Alguien comentó, para burlarse del santo, que parecía un cónsul. Los guardias de palacio impidieron la entrada a San Daniel, alegó que él era "simplemente un soldado", y prometió que dejaría de favorecer a los herejes. San Daniel le reprendió ásperamente por los desórdenes que había provocado y retornó a su columna. Ahí vivió todavía muchos años, observando los acontecimientos del mundo que se extendía a sus pies y ejerciendo gran influencia en la turbulencia histórica de Constantinopla. Zenón volvió de Isauria con su ejército veinte meses más tarde y Basilisco emprendió la fuga. Una de las primeras cosas que hizo el emperador fue visitar a San Daniel, quien había predicho su destierro y reencumbramiento.

A los ochenta y cuatro años, San Daniel comunicó su testamento a sus amigos y discípulos. Se trataba de un documento brevísimo, lleno de un amable espíritu de caridad y cariño, en el que el santo exponía sucintamente los deberes del hombre. Después de celebrar por última vez los sagrados misterios a media hora en su columna, San Daniel comprendió que Dios ya lo llamaba. Inmediatamente mandó traer al patriarca Eufemio. La muerte del santo ocurrió el año 493. Fue sepultado al pie de la columna en que había vivido treinta y tres años.

(Estilita: 1. adj. Dicho de un anacoreta: Que por mayor austeridad vivía sobre una columna. U. t. c. s.)

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Autor: Archidiócesis de Madrid
Fidel, Santo Presbítero, 11 Diciembre  


Joven mercader oriental que en su visita a Mérida conoció circunstancialmente a su tío carnal Paulo. Se consagra a Dios recibiendo la tonsura, diaconado y presbiterado, hasta llegar a la plenitud del sacerdocio. Tal dignidad nunca fue obstáculo para asistir y servir al anciano antecesor.

Fue educado a la sombra del Altísimo llegando en pocos años a dominar las disciplinas eclesiásticas y sagradas letras. Hombre de gran santidad, caridad, paciencia y humildad para todos, especialmente para todo el clero. Fue perseguido persistentemente por sus enemigos. Varón espiritual y cultual.

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Autor: Archidiócesis de Madrid
Paulo de Mérida, Santo Obispo, 11 Diciembre  


Con él comienza la época de oro del episcopado emeritense según nos consta por la obra "Vitas Sanctorum Patrum Emeritensium". De origen griego y médico de profesión llega a Mérida. Varón virtuoso, que se distinguió por su humildad y mansedumbre.

Fue consagrado obispo para la sede emeritense a la que le proporcionó un periodo de tranquilidad. Como agradecimiento de la intervención quirúrgica de una matrona le declaran único heredero de sus bienes. Antes de retirarse al cenobio de Santa Eulalia, puso como sucesor suyo en la sede episcopal a su sobrino Fidel.

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Fuente: Franciscanos.net
Hugolino Magalotti, Beato Ermitaño, 11 Diciembre  

Hugolino Magalotti, Beato

Ermitaño de la Tercera Orden



Hugolino Magalotti nació en Camerino, en las Marcas, de noble y antigua familia. Pronto quedó huérfano de madre y no mucho después también de padre.

Todavía joven se mostró inclinado a la piedad y a la lectura de los libros santos. Habiéndose integrado a la Orden Franciscana Seglar, distribuyó entre los pobres todas sus pertenencias y se retiró a la vida eremítica. Su vida fue probada por violentas tentaciones y apariciones monstruosas y su nombre se hizo famoso por los prodigios, de modo que muchas veces tuvo que cambiar de eremitorio para esconderse del continuo ir y venir de los curiosos.

De tanto en tanto solía ir al vecino monasterio de Riosacro para recibir los sacramentos. Su lecho habitual era una tabla desnuda, sobre la cual tomaba el descanso.

El primer eremitorio de Hugolino fue en las faldas del Monte Ragnolo, no lejos de las fuentes del río Tenna. Lo debió abandonar porque gente de toda condición, especialmente enfermos del alma y del cuerpo iban a él para escuchar su palabra inspirada, para encomendarse a sus oraciones, para pedir ayuda en sus necesidades. Los prodigios hicieron célebre y venerado su nombre desde los primeros años de su vida eremítica. Pedro de Brunfort, tullido desde su infancia, con mucho trabajo logró llegarse a sus pies, él lo bendijo y lo curó inmediatamente. Una pobre mujer, asaltada por dolores agudos y por convulsiones, estaba en peligro de muerte. Fue llevada a donde el ermitaño, quien oró y la paciente se vio libre de todo sufrimiento.

Hugolino decidió cambiar de vivienda para evitar también allí nuevas peregrinaciones. Pasó la cima del monte Ragnolo, bajó hacia la parte opuesta y se estableció en una localidad rodeada de rocas y de añosas hayas en las cercanías de Fiegni. En su nuevo retiro Hugolino intensificó la vida de penitencia y de íntima unión con Dios. También allí sufrió nuevos asaltos de parte del demonio, que una noche intentó sacarlo fuera de su eremitorio. Nuevas peregrinaciones de devotos acudían a él para obtener alivio en sus necesidades espirituales y materiales. Son célebres dos prodigios realizados por él en el nuevo eremitorio. Con la oración hizo brotar del monte una fuente de agua limpia que todavía hoy es utilizada por sus devotos.

Consumido por las abstinencias y por la penitencias, bajo el peso de los años, Hugolino sintió que estaba por llegar su última hora. Se preparó a la venida de la hermana muerte recibiendo devotamente los santos sacramentos. Amorosamente asistido por algunos devotos y un sacerdote del vecino monasterio de Riosacro, acostado sobre la desnuda tabla que por tantos años le había servido de lecho, entregó su alma a Dios. Era el 11 de diciembre de 1373. La constante veneración tributada a sus reliquias y los milagros que hicieron glorioso su sepulcro, movieron al papa Pío IX a aprobar su culto el 4 de diciembre de 1856.

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Pilar Villalonga Villalba Mártir, 11 Diciembre  

Pilar Villalonga Villalba

Soltera, nacida en Valencia el 22 de Enero de 1891

Llevó siempre una vida espiritual intensa, que se manifestó en su actuación pública al servicio de la Iglesia a través de asociaciones católicas.

Murió el 11 de Diciembre de 1936 en el lugar llamado el Saler, cerca de Valencia, en España, virgen y mártir, la cual, durante la persecución religiosa, con su martirio siguió las huellas de Cristo.

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Fuente: SiervosProvMex.net
Jerónimo Ranuzzi, Beato Presbítero, 11 Diciembre  

Jerónimo Ranuzzi, Beato

BEATO JERÓNIMO DE LA CIUDAD DE "SANT´ANGELO IN VADO"



El Beato Jerónimo nació a principios del siglo XV en la ciudad de "Sant´Angelo in Vado", Italia.

A temprana edad vistió el hábito de los Siervos de María en el convento de su ciudad natal, del que, por breve tiempo, debió ausentarse para llevar a cabo sus estudios.

Ordenado sacerdote, regresó a su convento. Se distinguió por el amor a la soledad y al silencio, por el espíritu de contemplación, por el don de consejo y de prudencia.

Murió en torno al 1468. El papa Pío VI aprobó su culto en el año 1773.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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