J†A
  JMJ
  Pax
  †   Lectura del santo Evangelio según san Mateo (13,   18-23)
  Gloria a ti, Señor.
  En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Escuchen ustedes lo   que significa la parábola del sembrador. A todo hombre que oye la palabra del   Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su   corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del   camino.
  Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la   palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la   deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa   de la palabra, sucumbe.
  Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la   palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas, la   sofocan y queda sin fruto.
  En cambio, lo sembrado en tierra buena, representa a quienes oyen   la palabra, la entienden y dan fruto; unos, el ciento por uno; otros, el   sesenta; y otros, el treinta".
  Palabra del Señor.
  Gloria a ti, Señor Jesús.
  Suplicamos tu   oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus   oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te   salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre   todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre   de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.   Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa! 
  Aclaración:   una relación muere sin comunicación   y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras   de vida eterna"   (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no   basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite   ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han   sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
  Por leer la Palabra, no se debe   dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse   el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al   Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y   nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias   por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en   CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
  Nota: es una película protestante, por eso   falta LA MADRE.
  El Misterio de la Misa en 2 minutos:   https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
  Lo que no ven tus ojos (2 minutos):   http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
  El Gran Milagro (película completa):   http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
  Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
    "El GRAN tesoro oculto de la Santa   Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc 
  Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo,   tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc   14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y   no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros"   (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre   dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si   comulgamos   en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y   renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero   (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios,   que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos   auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es   ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la   Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo,   pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama   realmente?
  Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el   primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las   fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos   pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana:   0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses"   son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren   baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué   no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que   todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa   grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10;   Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
  Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir   "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir   "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad",   "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la   tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la   Misa?
  Estamos en el mundo para ser felices para siempre,   santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la   Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el   representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes   de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el   Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm   14,23). ¿Otros pecados mortales? no   confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al   menos en tiempo pascual (920),   abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos),   promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación   artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual   fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón,   borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de   venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver   más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
  Si no ponemos los medios para confesamos lo antes   posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al   infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22;   10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.).   Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves,   si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa   (Jn 15,22).
   
    
  † Misal
   
  Ayúdanos, Señor, a cumplir tu voluntad
  Feria de la 16a. semana del Tiempo   Ordinario
  Señor, en ti está la fuente de la vida
  Antífona de Entrada
  Vi al Señor sentado en un trono excelso; lo adoraban una multitud   de ángeles que cantaban a una sola voz: "Este es aquél cuyo poder permanece   eternamente".
  Oración Colecta
  Oremos:
  Escucha, Señor, con bondad, las súplicas de tu pueblo, y   concédenos luz para conocer tu voluntad y fortaleza para   cumplirla.
  Por nuestro Señor Jesucristo...
  Amén.
   
  Primera   Lectura Lectura del libro del Exodo (20,   1-17)
  En aquellos días, el Señor promulgó estos preceptos para su pueblo   en el monte Sinaí, diciendo: "Yo soy el Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra   de Egipto y de la esclavitud. No tendrás otros dioses fuera de mí; no te   fabricarás ídolos ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo,   en la tierra, o en el agua, y debajo de la tierra. No adorarás nada de eso ni le   rendirás culto, porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castiga la   maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de   aquellos que me odian; pero soy misericordioso hasta la milésima generación de   aquellos que me aman y cumplen mis mandamientos.
  No harás mal uso del nombre del Señor, tu Dios, porque no dejará   el Señor sin castigo a quien haga mal uso de su nombre.
  Acuérdate de santificar el sábado. Seis días trabajarás y en ellos   harás todos tus quehaceres; pero el día séptimo es día de descanso, dedicado al   Señor, tu Dios.
  No harás en él trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni   tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el forastero que viva contigo.   Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay en   ellos, pero el séptimo, descansó.Por eso bendijo el Señor el sábado y lo   santificó.
  Honra a tu padre y a tu madre para que vivas largos años en la   tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio.   No robarás. No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la casa   de tu prójimo, ni a su mujer, ni a su esclavo, ni a su esclava, ni su buey, ni   su burro, ni cosa alguna que le pertenezca''.
  Palabra de Dios.
  Te alabamos, Señor.
   
  Salmo   Responsorial Salmo   18
  Ayúdanos, Señor, a cumplir tu voluntad.
  La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma;   inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al   sencillo.
  Ayúdanos, Señor, a cumplir tu voluntad.
  En los mandamientos de Dios hay rectitud y alegría para el   corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar el   camino.
  Ayúdanos, Señor, a cumplir tu voluntad.
  La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los   mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente   justos.
  Ayúdanos, Señor, a cumplir tu voluntad.
  Más deseables que el oro y las piedras preciosas las normas del   Señor, y más dulces que la miel de un panal que gotea.
  Ayúdanos, Señor, a cumplir tu voluntad.
   
  Aclamación antes del Evangelio
  Aleluya, aleluya.
  Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno   y sincero, y perseveran hasta dar fruto.
  Aleluya.
   
  Evangelio
  †   Lectura del santo Evangelio según san Mateo (13,   18-23)
  Gloria a ti, Señor.
  En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Escuchen ustedes lo   que significa la parábola del sembrador. A todo hombre que oye la palabra del   Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su   corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del   camino.
  Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la   palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la   deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa   de la palabra, sucumbe.
  Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la   palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas, la   sofocan y queda sin fruto.
  En cambio, lo sembrado en tierra buena, representa a quienes oyen   la palabra, la entienden y dan fruto; unos, el ciento por uno; otros, el   sesenta; y otros, el treinta".
  Palabra del Señor.
  Gloria a ti, Señor Jesús.
   
  Oración sobre las Ofrendas
  Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte, y, por sus   méritos, escucha nuestras filiales oraciones y santifica toda nuestra   vida.
  Por Jesucristo, nuestro Señor.
  Amén.
  Prefacio Común V
  Proclamación del misterio de
  Cristo
  El Señor esté con ustedes.
  Y con tu espíritu.
  Levantemos el corazón.
  Lo tenemos levantado hacia el Señor.
  Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
  Es justo y necesario.
  En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte   gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,   por Cristo nuestro Señor. Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya   resurrección proclamamos con viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos   con firmísima esperanza.
  Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando   sin cesar:
  Santo, Santo, Santo...
   
  Antífona de la Comunión
  Señor, en ti está la fuente de la vida, y tu luz nos hace ver la   luz.
  Oración después de la Comunión
  Oremos:
  A quienes has alimentado con tus sacramentos, concédeles, Dios   todopoderoso, servirte con una vida que te sea agradable.
  Por Jesucristo, nuestro Señor.
  Amén.
    
  
  † Meditación diaria
  16ª Semana. Viernes
  LA VIRTUD DE LA TEMPLANZA
  — Dignidad del cuerpo y de todo lo creado. Necesidad de esta   virtud.
  — La templanza humaniza más al hombre y posibilita también su   plenitud. Desprendimiento de los bienes. Dar ejemplo.
  — Algunas manifestaciones de templanza.
  I. La Iglesia ha reconocido siempre la dignidad del cuerpo humano   y de todo lo creado. En el relato de la creación, el autor sagrado señala cómo   Dios se complació en cuanto había creado1; cuando fue creado el   hombre, vio Dios que era muy bueno cuanto había hecho2, y lo   constituyó cabeza de toda la creación, y todo lo humano adquirió una particular   dignidad después que la Segunda Persona de la Santísima Trinidad asumió la   naturaleza humana y realizó la redención del hombre y del universo material. No   es doctrina cristiana la oposición radical entre el alma y el cuerpo, pues todo   el hombre, en cuerpo y alma, está llamado a alcanzar la vida eterna. Nadie como   la Iglesia ha enseñado la dignidad y el respeto que se debe al cuerpo: ¿No   sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros y   habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis? Habéis sido comprados a un   gran precio. Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro   cuerpo3.
  Sin embargo, a causa del desorden que introdujo el pecado en el   mundo, el hombre ha de esforzarse y luchar para no verse prisionero y esclavo de   los bienes que Dios creó para él, para que también a través de ellos pudiera   alcanzar el Cielo. Especialmente en nuestros días, parece que muchos tratan de   poner como fin lo que Dios puso como medio, y dejan a un lado las leyes divinas,   sin darse cuenta de que caen bajo un tirano cada vez más exigente, desfigurando   profundamente la imagen de Dios que existe en todo hombre y, con ella, la misma   dignidad humana. La templanza, por el contrario, «hace que el cuerpo y nuestros   sentidos encuentren el puesto exacto que les corresponde en nuestro ser   humano»4, el lugar que Dios les señaló.
  Quienes no están habituados a negarse nada, quienes abren la   puerta a todo lo que piden los sentidos, quienes buscan en primer término   agradar al cuerpo y solo se afanan en buscar las mayores comodidades,   difícilmente podrán ser dueños de sí mismos y alcanzar a Dios. Están como   embotados, incluso embrutecidos, para lo divino, y también para muchos valores   humanos, que no entienden y para los que se encuentran incapacitados. Son mal   terreno para que la semilla de la gracia divina prenda en ellos. El mismo Señor   nos dice en el Evangelio de la Misa que lo sembrado entre espinos es el que   oye la palabra, pero las preocupaciones de este mundo y la seducción de las   riquezas sofocan la palabra y queda estéril5. En un clima en el   que lo importante es el cuerpo, su salud, su cuidado, su presentación, es   imposible que la vida cristiana arraigue y dé frutos. Los bienes se convierten   así en males, en duros espinos que sofocan lo más noble del hombre y la   misma vida eterna, que se inicia ya aquí en el alma en gracia: «Con el cuerpo   pesado y harto de mantenimiento, muy mal aparejado está el ánimo para volar a lo   alto»6.
  Debemos estar atentos para no dejarnos llevar por ese afán   desmedido de bienestar que está presente en muchos sectores del mundo actual, en   los que se piensa que la cima de la vida y del triunfo consiste en tener más y   en la ostentación de lo que se posee. El verdadero éxito está en ser fieles a   aquello que Dios quiere de nosotros y alcanzar la vida eterna. Nosotros sabemos   que nuestro corazón solo puede saciarse de Dios, que está hecho para lo eterno y   que las cosas terrenas lo dejarán siempre insatisfecho y   triste.
  II. Nuestra Madre la Iglesia nos ha recordado continuamente la   necesidad de la templanza, que, en lo humano, exige dominio de sí y, con el   sacrificio y la mortificación, impide que quede sofocada la semilla sembrada en   el corazón. Hemos de estar vigilantes, pues si examinamos «la orientación que va   tomando nuestra cultura moderna, comprobaremos que conduce a un cierto   hedonismo, a la vida fácil, a un cierto empeño por eliminar la cruz de nuestros   afanes»7. Y esa tendencia amenaza a muchos.
  La templanza humaniza más al hombre, porque, abandonado este a la   satisfacción de los propios instintos, se parece a un tren que descarrila: se   desquicia, sale de sus raíles y queda incapacitado para seguir adelante.   Entonces, lo más noble del hombre, inteligencia y voluntad, queda sometido a lo   que es menos: al instinto y a las pasiones. Vivir esta virtud no es represión,   sino moderación, armonía. Es un hábito que se adquiere a través de muchos   pequeños actos que ordenan los placeres, incluso los lícitos, y dirigen los   bienes sensibles al fin último del hombre. Quien vive esta virtud «sabe   prescindir de lo que produce daño a su alma, y se da cuenta de que el sacrificio   es solo aparente: porque al vivir así –con sacrificio– se libra de muchas   esclavitudes y logra, en lo íntimo de su corazón, saborear todo el amor de   Dios.
  »La vida recobra entonces los matices que la destemplanza   difumina; se está en condiciones de preocuparse de los demás, de compartir lo   propio con todos, de dedicarse a tareas grandes»8.
  Vivir bien esta virtud supone andar desprendidos de los bienes,   darles la importancia que tienen y no más, no crearse necesidades; no realizar   gastos inútiles; tener moderación en la comida, en la bebida, en el descanso;   prescindir de caprichos...
  Nos pide el Señor dar ejemplo de templanza en medio del mundo, sin   dejarnos llevar por una falsa naturalidad de ser como los demás. Transigir en   este punto sería dificultar o incluso impedir la posibilidad de seguir a Cristo   como uno de sus íntimos. Con nuestra vida hemos de enseñar a muchos que «el   hombre vale más por lo que es que por lo que tiene»9, y hemos de   hacerlo con el ejemplo de una vida sobria y templada. De modo particular, los   padres han de enseñar y de ayudar a los hijos a crecer «en una justa libertad   ante los bienes materiales, adoptando un estilo de vida sencillo y   austero»10, y todos hemos de esforzarnos en mantener el señorío sobre   los sentidos.
  III. La virtud de la templanza ha de impregnar toda la vida del   cristiano: desde las comodidades del hogar hasta los instrumentos de trabajo y   los modos de divertirse. Para descansar, por ejemplo, no es preciso –de   ordinario– realizar grandes gastos ni largos desplazamientos. Da ejemplo de   templanza quien sabe hacer un uso moderado de la televisión y, en general, de   los instrumentos de confort que ofrece la técnica, sin estar excesivamente   pendiente de su propio bienestar. Muchos parecen vivir exclusivamente para esto:   para pasar la vida con el mayor bienestar posible.
  En nuestros días, también se puede decir de ciertas personas que   su dios es el vientre11, por el afán que ponen en la comida y   en la bebida, campo también principal de la templanza. La persona sobria, por el   contrario, es aquella que modera el uso de los alimentos: evita comer a deshora   y por capricho; no busca los alimentos más exquisitos, con gastos   desproporcionados; no consume cantidades excesivas... «De ordinario comes más de   lo que necesitas. —Y esa hartura, que muchas veces te produce pesadez y molestia   física, te inhabilita para saborear los bienes sobrenaturales y entorpece tu   entendimiento.
  »¡Qué buena virtud, aun para la tierra, es la   templanza!»12.
  Aunque muchas de estas manifestaciones de gula no son pecados   graves, sin embargo son ofensas a Dios, que debilitan la voluntad y provocan el   rechazo de esa vida austera, alegre y desprendida que el Señor pide. Son los   espinos que ahogan la buena simiente; llevan a una vida de tibieza y de   desgana ante los bienes espirituales y especialmente los   divinos.
  Para crecer en esta virtud necesitamos ser mortificados en la   comida y en la bebida, y prescindir a veces de gustos y placeres lícitos. La   Iglesia da a la sobriedad un valor y sentido más alto cuando presenta los   alimentos como un don de Dios y aconseja la bendición de la mesa y la acción de   gracias después de la comida. Santo Tomás señala13 que, aunque la   sobriedad y la templanza son necesarias a todos, lo son de modo particular a los   jóvenes, más inclinados frecuentemente a la sensualidad; a las mujeres; a los   ancianos, que deben dar ejemplo; a los ministros de la Iglesia; y a los   gobernantes, para poder ejercer sus cargos con sabiduría.
  La templanza hace referencia también a la moderación de la   curiosidad, del hablar sin medida, del porte externo, de las bromas... «Pienso   –afirmaba el Papa Juan Pablo II– que esta virtud exige también de cada uno de   nosotros una humildad específica en relación con los dones que Dios ha puesto en   la naturaleza humana. Yo diría la "humildad del cuerpo" y la "del   corazón"»14, que tan bien se compagina con el rechazo de la   ostentación y de la necia vanidad.
  La templanza es una gran defensa frente a la agresividad de un   ambiente volcado en los bienes materiales, dispone para recibir, como tierra   buena, las mociones del Espíritu Santo, y es un medio indispensable para   realizar un apostolado eficaz en medio del mundo.
  1 Cfr.   Gen 1, 25. — 2 Ibídem 1, 31. — 3 1 Cor 6,   19-20. — 4 Juan Pablo II, Sobre la templanza, 22-XI-1988. —   5 Mt 13, 22. — 6 San Pedro de Alcántara, Tratado de la   oración y de la meditación, II, 3. — 7 Pablo VI, Alocución,   8-IV-1966. — 8 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 84. —   9 Conc. Vat II, Const. Gaudium   et spes, 35. — 10 Juan Pablo II, Exhort. Apost. Familiaris   consortio, 22-XI-1981, n. 37. — 11 Flp 3, 19. — 12 San   Josemaría Escrivá, Camino, n. 682. — 13 Santo Tomás, Suma   Teológica, 2-2, q. 149, a. 4. — 14 Juan Pablo II, Sobre la   templanza, 22-XI-1988.
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  † Santoral                   (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
   
  Fuente: Archidiócesis de Madrid 
Cristina, Santa Mártir,   24 de julio   
                                                        |                 
  |                        |                Cristina, Santa  |           Virgen y Mártir         Martirologio Romano: En Bolsena, ciudad de la Toscana, santa Cristina, virgen         y mártir (s. inc.) 
  Etimológicamente: Cristina =         Aquella que sigue a Cristo, es de origen latino.                   Nació en Toscana, en la margen derecha del lago Bolsena, en         un villorrio frecuentemente sacudido por elementos naturales y al mismo         tiempo transformado por diversas culturas en el transcurso del tiempo.         
  Cristina es la hija de Urbano, gobernador pagano de la región y         presentado por los libros antiguos como enemigo acérrimo de los         cristianos. La niña se ha aficionado desde pequeña a aquello que cuentan         de ese Cristo tan perseguido y maltratado; la curiosidad primera se cambia         en pensamiento cuando descubre que son muchos los cristianos juzgados por         su padre y condenados porque son fieles dispuestos a dar la vida por su         ideal. Crece más y más la simpatía y a escondidas busca datos de unas         señoras cristianas; la instruyen y la forman; se bautiza en secreto y toma         el nombre de Cristiana. 
  Entre juego y travesura formal ha hecho         algo que saca de quicio a su padre y será el motivo que la lleve al         martirio; no se le ha ocurrido otra cosa que apañar las estatuillas de         ídolos que su padre siempre ha conservado con esmero, casi como un         patrimonio familiar, las ha tomado por suyas, las ha destrozado y ha dado         el rico material de que estaban hechas a los pobres para remedio de su         necesidad.
  El padre ha descubierto su condición y lleno de ira, al         notar la rebeldía de la niña, la trata con peores modos que a los demás         cristianos. "No se ha de decir en el mundo que una niña me dio la ley, ni         que estos hechiceros de cristianos triunfan de nuestros dioses en medio de         mi propia familia. Yo veré si sus hechizos pueden más que mis tormentos y         si la paciencia de una hija ha de hacer burla de la cólera de un padre".         El gobernador manda usar con ella azotes y garfios admirándose de que         Cristina persista en su actitud. Manda el desnaturalizado padre preparar         un brasero ardiente para quemarla poco a poco; mas el brasero se hizo una         hoguera que abrasó a los verdugos y a los curiosos cercanos. Puesta en la         cárcel para que cambie por la lobreguez de la mazmorra, la oscuridad y el         hambre; pero allí es consolada con luminosas apariciones de ángeles que le         curan sus heridas y le prometen protección. El padre, a los pocos días,         manda atarle al cuello una pesada piedra y arrojarla al lago; sin embargo         un ángel la transporta a la orilla. Esa noche muere de un sofoco Urbano en         su cama. 
  Mandan las autoridades un nuevo gobernador que se siente         estimulado a proseguir el asunto Cristina presumiendo que su padre, por         padre, no supo solventarlo. Se llama Dion y ya piensa en nuevas         crueldades: estanque de aceite hirviendo mezclado con pez del que la niña         Cristina es liberada. Luego la manda llevar al templo de Apolo para         obligarle a ofrecer sacrificio, pero, ante el asombro de todos, el ídolo         se derrumba y se hace polvo ante el mismísimo gobernador que muere en el         acto ¡claro que los verdugos y miles de testigos presenciales proclaman         espantados proclaman a gritos que es el de Cristina el único         Dios!
  El tercero de los gobernadores poderosos se llama Juliano         quien, preocupado por el caso pendiente, lo ha estudiado con detenimiento         llegando a la conclusión de que se trata de artificios, encantamientos y         magia que todos los cristianos profesan. Por ello maquina nuevos         procedimientos para hacer desistir a la niña Cristina de sus pertinaces         rebeldías y conseguir que el poder romano y los dioses propicios terminen         con la situación que ha puesto al borde del caos a la región. Mandó         preparar un horno encendido donde mete a la niña para que el fuego la         consuma; siete días la tiene allí sin conseguir que le suceda daño alguno.         Luego será una habitación oscura plagada de serpientes, víboras y         escorpiones venenosos de la que sale indemne y sin ningún picotazo,         cantando alabanzas a Dios; la desesperación del mandatario llegó entonces         al extremo de decretar cortarle la lengua, pero ¡oh prodigio! ahora canta         más fuerte y mejor.
  Y acude, arremolinándose, toda la comarca ante         la contemplación evidente del triunfo que se comenta por todas partes de         la debilidad cristiana ante la fortaleza y brutalidad romana. Basta un         tronco caído en donde atan a la delicada niña para que las saetas         atraviesen su cuerpo y ella decida, suplicándole al buen Dios, rendirle su         espíritu con el martirio.
  Dicen que sus restos se trasladaron de         Toscana a Palermo de Sicilia donde es reverenciada.
  ¿Verosímil?         Parece más bien como si la vida y la muerte martirial de Cristina hubiera         servido de modelo para expresar la confrontación entre el bien y el mal, o         lo que es lo mismo, entre fe cristiana y paganismo, entre la frágil niña         Cristina y la personalidad experimentada y abrumadora de tres hombres de         gobierno sucesivos -el primero su propio padre- con el mismo común empeño         de demostrar que ellos pueden más. Parece como si se tratara de exaltar en         Cristina aquello que debe ser real en todo cristiano -la fe en su Cristo y         la confianza sin límite en su ayuda constante-, mientras que los         gobernadores representan la obstinación ciega que rechaza el poder cada         vez más evidente, como in crescendo, de Dios. Los verdugos y el pueblo         serían los testigos que en la narración van a testificar con sus         reacciones -esas que se intuyen llenas de emoción compasiva- dónde está la         verdad y lo grande que es el poder de Dios. Da la sensación de que la         Passio que narra la muerte de Cristina intenta también cargar motivos         veterotestamentarios en donde parecen inspirarse algunos hechos que se         narran. El hecho histórico del martirio sería la ocasión que motiva la         amplia catequesis. De todos modos, estas consideraciones más parecen         próximas a la labor pasada de los bolandistas; pero, en el caso de que         hubieran sido los hechos tal como expresa la Passio, nos quedaría el         regusto de disfrutar el aroma extraño que desprende la fidelidad del débil         a las exigencias amorosas divinas que no entienden de edades y que         perduran más allá de la muerte.  | 
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  Chárbel   Makhluf, Santo   Solitario de Dios y Taumaturgo del Líbano, 24 de julio     
                                                        |                 
  |                        |                Chárbel Makhluf, Santo  |           Gran amante de la Eucaristía y de la Virgen         Santísima         Martirologio         Romano:         San Sarbelio (José, Charbel) Makhluf, presbítero de la Orden de los         Maronitas Libaneses, que, por amor a la soledad y para alcanzar la más         alta perfección, dejó el cenobio de Annaya, en el Líbano, y se retiró al         desierto, en el que sirvió a Dios día y noche, viviendo con gran         austeridad, ayunando y orando (1898).                   
  Youssef (José) nació el 8 de mayo de 1828 en un pequeño         poblado del Líbano llamado Biqa-Kafra. Era el quinto hijo de Antonio         Makhlouf y Brígida Choudiac, sencillos campesinos llenos de fe. Dos de sus         tíos maternos eran monjes en el monasterio de Quzhaya que distaba una hora         de camino desde Biqa-Kafra. José los visitaba con frecuencia y se quedaba         con ellos ayudando en los oficios divinos, participando en sus oraciones y         cantos y escuchando sus sabios consejos.
  Tenía veintitrés años         cuando dejó casa y familia para entrar al monasterio de Nuestra Señora de         Mayfouk de la orden maronita libanesa. Al recibir el hábito de novicio         cambió su nombre por el de Chárbel, nombre de un mártir de la iglesia de         Antioquía que murió en el año 107 bajo el                                          |                 
  |                        |                Chárbel Makhluf, Santo  |           imperio de Trajano. Cuando su madre y su tío se enteraron de su decisión, se         dirigieron inmediatamente a buscarlo al monasterio tratando de convencerlo         de que regresara. Finalmente, Brígida, también convencida de la vocación         de su hijo, le dijo: Si no fueras a ser buen religioso te diría: ¡Regresa         a casa! Pero ahora sé que el Señor te quiere a su servicio. Y en mi dolor         al estar separada de tí, le digo resignada: ¡Que Dios te bendiga, hijo         mío, y que haga de ti un santo...!
  Desde joven había desarrollado         una intensa vida interior y de oración que durante sus años de monje había         madurado. Pronto se despertó en él la vocación por la vida eremítica que,         de acuerdo con la tradición cristiana, se debe hacer viviendo en soledad.         Se retiró a la ermita de San Pedro y San Pablo en Gebel an Nour (Montaña         de la Luz) que tenía sólo dos habitaciones pequeñísimas y un oratorio         también estrechísimo. Comenzó esta vida más austera en el año 1875 y la         llevó durante veintitrés años. Se ejercitaba en diversas mortificaciones y         en la oración continua; dormía sobre el suelo y comía una sola vez al día.         Ordinariamente oficiaba la misa hacia el mediodía de tal forma que pasaba         la mañana preparándose para el Santo Sacrificio y la tarde dando gracias a         Dios. Vivía en el más absoluto retiro, del que sólo salía para atender         alguna necesidad pastoral.
  El 16 de diciembre de 1898 estaba         celebrando la misa hacia las once de la mañana, cuando le sobrevino un         ataque de parálisis en el momento de la consagración. Murió el 24 de         diciembre y sus restos reposan en el monasterio de San Maron, actual meta         de peregrinaciones y milagros incesantes. Fue canonizado el 9 de octubre         de 1977 por el papa Pablo VI.  | 
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  Fuente: OSAnet.org 
Antonio Torriani (De la Torre),   Beato Médico y Sacerdote Agustino, 24 de julio     
                                                        |                 
  |                        |                Antonio Torriani (De la Torre),               Beato  |           Médico de cuerpos y almas         Martirologio Romano: En l´Aquila, en la región Vestina, beato Antonio         Torriani, presbítero de la Orden de los Ermitaños de San Agustín, médico         de cuerpos y almas (1494). 
  Etimológicamente: Antonio         = Aquel que es digno de estima, es de origen         latino.                   Nació en Milán (Italia) hacia el año 1424 de la noble         familia de los Torriani o Della Torre. Después de haber estudiado medicina         en la universidad de Pavía y durante algún tiempo ejercitado su profesión         en Milán, vistió el hábito agustiniano en el convento de San Marcos de         esta ciudad, y poco más tarde recibió la ordenación sacerdotal.         
  Temiendo que la estima y admiración de que le iban rodeando         pudieran dañar a su espíritu, con el permiso de los superiores se retiró         al convento de San Nicolás de Foligno, donde tuvo una visión de la Virgen         María, de la que era devotísimo. Desde allí poco más tarde visitó la santa         casa de Loreto. De la ciudad umbra de Spoleto, hacia el 1454, pasó a Roma,         y después de visitar las tumbas de los Apóstoles partió en pía         peregrinación a Santiago de Compostela. Estos desplazamientos         contribuyeron a difundir su fama de santidad, sobre todo por la caridad         hacia los enfermos y achacosos, a cuyo servicio ponía con generosidad su         conocimientos médicos.
  Famoso no sólo por los milagros que obraba         sino también por su predicación ardiente y eficaz, en 1474 fue enviado a         L'Aquila para aplacar las discordias que laceraban la ciudad. Fue         precisamente allí donde se manifestaron mayormente sus virtudes: heroica         penitencia, caridad con los apestados, humildad y celo incansable, oración         asidua y observancia rigurosa de la regla.
  Durante dieciocho años         dirigió como maestro de espíritu el monasterio de las agustinas de Santa         Lucía de L'Aquila, consiguiendo hacer florecer una ejemplar observancia         regular. Fundó también las "manteladas" o "beatas" de San Agustín, con         sede en la iglesia homónima, siempre en L'Aquila, piadosa y benemérita         asociación que perduraría hasta el 1809.
  Disfrutó del don de         profecía y de los éxtasis. Al morir el 24 de julio de 1494, fue sepultado         en la iglesia de S. Agustín, de donde en 1808 pasó a la de Collemaggio, y         en 1838 a la de S. Bernardo. Muy pronto gozó de gran veneración, y su         fiesta, celebrada en el aniversario del fallecimiento, contó con misa,         himnos y antífonas propias. Su culto fue confirmado el 1 de julio de         1759 por S.S. Clemente XIII, y en 1770 fue dado como protector a la         nueva provincia agustiniana aquilana.
  Desde 1987 el cuerpo del         Beato, venerado junto al de la Beata Cristina, se encuentra en la iglesia         del monasterio de las agustinas de San Amico de         L'Aquila.  | 
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  Balduino   de Rieti, Santo   Abad, 24 de julio   
                                                        |                 
  |                        |                Balduino de Rieti, Santo  |           Abad         Martirologio Romano: En Rieti, ciudad de la Sabina, san Balduíno, abad,         discípulo de san Bernardo en el monasterio de Claraval, que fue enviado         por el mismo san Bernardo a esta ciudad para fundar y regir el monasterio         de San Mateo sub Lacu (1140). 
  Etimología: Balduino =         compañero valiente. Viene de la lengua alemana.
  Balduino era         hijo de Berardo, conde los Marsi, y hermano de Reinaldo, abad del         monasterio de Monte Casino. Más tarde el Papa Inocencio II lo nombró         cardenal en 1138.
  Balduino prefirió ser un monje cisterciense. Y         tuvo la suerte de estar bajo la égida y dirección del propio san Bernardo         de Claraval.
  Apenas se ordenó de sacerdote, lo enviaron a un         monasterio en el que encontró muchas dificultades. Pero detrás tenía a         Bernardo para orientarlo y ayudarle en todo lo que         necesitaba.
  Murió joven en el año 1140, y está enterrado en la         catedral de Rieti, Italia.
  En seguida empezó el culto a san         Balduino. La gente admiraba en él su santidad, la riqueza de gracias con         que Dios lo había adornado, los milagros que hacía en su nombre para la         mayor gloria de Dios.
  De hecho, sus reliquias se conservan en al         altar de la Capilla "de las Gracias".
  Todo el rico mundo interior d         Balduino tenía la fuente milagrosa de la unión con Dios, de su oración         continuada. El trabajo era para él oración, y ésta es el mejor medio para         avanzar por la senda a la que Dios llama a todo ser humano que quiere ser         más él mismo.
  La abadía que rigió durante años, es todo un         testimonio de cómo viviendo la oración, llevando una vida austera y         entregándose con amor a los hermanos, todo resulta fácil. Por eso,         Balduino, siguiendo este tipo d vida, escaló la         santidad.  | 
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  Nicolás   Hermansson, Beato   Obispo, 24 de julio   
                                                        |                 
  |                        |                Nicolás Hermansson, Beato  |           Obispo         Martirologio Romano: En Linköping, en Suecia, beato Nicolás Hermansson,         obispo, el cual, exigente consigo mismo, se entregó totalmente a su         Iglesia y a los pobres, y recibió la custodia de las reliquias de Santa         Brígida (1391). 
  Etimológicamente: Nicolás = Aquel         que es vencedor por el pueblo, es de origen griego.                            Nicolás (Nils) Hermansson fue un destacado obispo y poeta de         la Suecia medieval, estrechamente asociado con el Santa Brígida. Nicolás nació un Skanninge (Ostergotland). Temprano en la         vida decidió ser un sacerdote. Estudió en París y Orleans; en su retorno a         Suecia en 1358 fue canónigo en Linköping y Uppsala. En 1361 era al mismo         tiempo archi-diácono y vicario general de la antigua e importante diócesis         de Linköping, misma que administró durante la ausencia de su obispo. En         1374 fue elegido obispo de Linköping, cargo en el que lo ratificó el Papa         Gregory XI, pero por la oposición del Rey Alberto no pudo tomar posesión         hasta 1375. 
  Nicolás siempre tuvo una alta reputación. Severo         consigo mismo, estaba totalmente consagrado a la Iglesia y a los pobres.         Activo en su trabajo pastoral, visitó todas las parroquias de su diócesis,         promoviendo la dignidad de culto y la moralidad en el clero. Era un         predicador incansable, siempre accesible al creyente. Visitaba         frecuentemente los monasterios, sobre todo el que Santa Brígida estaba         fundando en Vadstena. Fue Nicolás quien presidió el entierro de Santa         Brígida en Vadstena en 1374 y quien bendijo el monasterio en 1384. También         ayudó substancialmente en su proceso de canonización que se completó en         1391. Él era un fiel devoto de los santos suecos; revivió el culto a         San Oscar, el apóstol de Suecia, tenía una devoción especial por         San Sigfrido y San Botvido (28 julio). También era poeta litúrgico,         escribió los himnos para el oficio de Santa Brigida cuyas Revelaciones él         usó como una llamada al arrepentimiento y renovación. Colaboró en cuanto         fuera necesario para resistir la opresión abusiva de los reyes, llegando         incluso a excomulgar a Alberto y Haakon VI. 
  Nicolás murió el 2 de         mayo de 1391. La fama de su santidad se extendió por toda la Escandinavia,         y pronto se comenzaron a reportar milagros al pie de su tumba en la         catedral de Linköping. Éstos acontecimientos serían registrados en 1402.         En 1414 todo el episcopado sueco solicitó al cardenal Baldassare Cosa (el         antipapa Juan XXIII) las canonizaciones de Brinolf de Skara, Ingrid de         Skanning, y Nicolás de Linköping. El Concilio de Constanza autorizó la         apertura del proceso de la canonización. El proceso formal sobre su vida y         milagros fue sustentado en Linköping y Vadstena; es interesante y         particular el analizar las virtudes de Nicolás y la vida religiosa en         Suecia en momentos en que se vivía el Cisma de Occidente, mismo que         terminó en 1417 con la elección de Martin V quien depuso a sus         predecesores sismáticos. El Papa Martin V confirmó el trabajo de la         comisión para la canonización de Nicolás, pero el proceso nunca se         finalizó formalmente. El traslado solemne de sus reliquias tuvo lugar en         Linköping en 1515. Posteriormente en 1523 el obispo autorizó la impresión         del Oficio y Misa. Su festividad era anteriormente el 24 de julio pero se         ha restaurado recientemente a la fecha de su muerte: 2 de mayo.         
  Nicolás no ha sido canonizado todavía formalmente, sería apropiado         orar para que pueda darse la culminación de su proceso. Su culto y memoria         deben ser una inspiración para la Iglesia Católica en Suecia, muy herida         por la reforma protestante y sus consecuencias, pero que ha experimentado         un pequeño pero significativo resurgir.   | 
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  Fuente: stjteresianas.pcn.net 
Mercedes del Sagrado Corazón   Prat, Beata Virgen y Mártir, 24 de julio   
                                                        |                 
  |                        |                Mercedes del Sagrado Corazón Prat,               Beata  |           Virgen y Mártir         Martirologio         Romano:         En Barcelona, España, beata María de la Merced Prat, de la Sociedad de         Santa Teresa de Jesús, virgen y mártir, que durante la guerra civil         española fue condenada a muerte por ser religiosa         (1936).                   La Madre Mercedes nació en Barcelona (España) el 6 de marzo         de 1880. Su padre, Don Juan Prat, murió el 26 de mayo de 1895, y su madre         Doña Teresa Prat entregó su alma al Señor, un año después, el 16 de mayo         de 1896.
  En el Colegio de la Compañía de Santa Teresa de Jesús hizo         su primera Comunión el 30 de junio de 1890. Una de las enseñanzas de las         Teresianas que asimiló bien pronto fue la oración, especialmente en la         práctica del famoso "Cuarto de Hora de Oración" que tanto inculcó el Padre         Enrique de Ossó a las jóvenes de la Archicofradía, a la que ella         pertenecía.
  Mercedes dio pronto razón de su entusiasmo por la         Compañía de Santa Teresa y su apostolado fundamental: "Para la Gloria de         Dios y para Bien de la Religión, no hay nada mejor que los Institutos         dedicados al apostolado de la enseñanza. Son sumamente necesarios". El         Noviciado le abrió sus puertas el día 27 de agosto de 1904. Entonces la         Superiora General era la Fundadora María Teresa Blanch, y Maestra de         Novicias la Madre Francisca Pla.
  Una de las Hermanas con las que         convivió definió a Mercedes Prat como "Una teresiana según el Corazón de         Dios". El día 1 de marzo de 1905 vistió el hábito de la Compañía, y el día         10 de marzo de 1907 hizo los votos temporales y empezó su nueva vida de         profesa en el lugar donde la obediencia la destinó.
  El carácter         natural de Mercedes se define por estas tres características más         señaladas: 1ro. Simpatía natural en el trato y firmeza de         carácter. 2do. Ecuanimidad y equilibrio en las reacciones. 3ro.         Prudencia y verdad en su hablar y actuar.
  La Madre Mercedes era         considerada como una religiosa ejemplar por todas las Hermanas de la         Comunidad, entre ellas así lo manifestó la Hna. María Teresa Fernández,         quien también convivió con ella.
  Una de las junioras que la conoció         a través del trato que con ella tenían en el recreo, dijo: "Recuerdo que         todas la apreciábamos por su afabilidad y virtud". La Hna. Joaquina         Miguel, su compañera en la detención y en el suplicio, asegura con         sencillez encantadora que "era muy buena y muy santa".
  Su hermana         Teresa Prat, asegura, que desde su niñez fue un alma entregada a Dios…         como hermana mayor, nos hablaba del cielo y de los deseos de su posesión,         excitándonos a los demás hermanos a la elevación de nuestra alma hacia         Dios. Pero fue Cristo - atraída especialmente por su Corazón - el gran         amor de su vida.
  Dijo la Hna. Pilar Suárez Inclán, que manifestaba         con sencillez su amor a la Persona de Cristo en sus misterios,         especialmente en su Sagrado Corazón. Repetía con frecuencia cuando hablaba         de los peligros de la revolución que se desarrollaba en España:"suceda lo         que suceda, el Corazón de Jesús triunfará".
  La situación venía         siendo crítica desde los últimos años de la República, se veía venir el         desenlace. Silenciosamente pero sopesando los hechos, ella sabía que         estaban en peligro, pero fue entonces cuando se le vio prolongar sus ratos         de oración ante el Sagrario. De allí, sin duda, le vendría aquella         confianza ilimitada y más adelante, aquella fortaleza         ejemplar.
  Corría el mes de julio de 1936 cuando tuvo oportunidad de         dar testimonio de su obediencia y entrega. Al preguntarle unos milicianos         quién era, respondió que una religiosa de enseñanza, y al preguntarles si         sabían que por eso podían ser fusiladas, Mercedes y la Hermana que le         acompañaba no lo ignoraban. "Nos van a matar", dijo al salir de Ganduxer,         "pero vamos allá, obedeceré porque el Señor lo quiere". Fueron horas de         angustia para las dos hermanas: interrogatorios, amenazas, simulacro de         fusilamiento…Fue un día largo el 23 de julio. 
  Al fin, la madrugada         del 24, en la carretera de la Rabasada, el pelotón de fusilamiento         encontró a Mercedes con la oración en los labios. Se oyeron unos disparos.         Herida de muerte repitió entre gemidos: "Jesús, José y María" y sus         últimas palabras fueron las del Padrenuestro "Perdónanos como         Perdonamos…"
  Cuando su compañera le cerró los ojos la vio como "el         angel del dolor".- 
  El día 21 de mayo de 1955 los restos mortales         de la M. Mercedes Prat fueron depositados en el cementerio de Las Corts en         una urna que se colocó en nicho propio de la Compañía. Allí espera su         cuerpo la resurrección. 
  El 29 de abril de 1990 fue Beatificada por         el Papa Juan Pablo II.  | 
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  Fuente: Enciclopedia-Aragonesa.com 
María Pilar de San   Francisco Borja y compañeras, Beatas Virgenes y Mártires, 24 de   julio   
                                                        |                 
  |                        |                María Pilar de San Francisco Borja y compañeras,               Beatas  |           Vírgenes y Mártires         Martirologio         Romano:         En la ciudad de Guadalajara, en España, beatas María Pilar de San         Francisco Borja (Jacoba) Martínez García, Teresa del Niño Jesús y de San Pablo de la Cruz (Eusebia)         García y García, y María Ángeles de San José (Marciana) Valtierra         Tordesillas, carmelitas descalzas, vírgenes y mártires, todas ellas         coronadas con el martirio durante la guerra, mientras aclamaban a Cristo,         su Esposo (1936).                   (Tarazona, 1877 - Guadalajara, 1936). Nació un 30 de         diciembre en la calle Garnacha, número 1, hoy calle doña Valeriana         Irazoqui, muy cerca de la Merced. Fue el undécimo de los hijos del         matrimonio compuesto por Luis Martínez y Gabina García. Fue bautizada con         el nombre de Jacoba en el templo catedralicio de Tarazona (parroquia de         San Andrés) y confirmada por el obispo don Ramón Fernández en la iglesia         de Santa María Magdalena.
  Sus hermanos Julián y Severiana ya habían         sentido la llamada de la vocación religiosa, y ella, aunque de niña         confesaba a su madre que no quería ser monja, el 12 de octubre de 1898         entra Carmelita Descalza en el convento de San José de Guadalajara; desde         esta fecha se llamará hermana María Pilar de San Francisco de Borja. Fue         una monja carmelita ejemplar: humilde, alegre y feliz de entregarse a Dios         en los demás. Monseñor Jesús Pla, obispo de Sigüenza-Guadalajara, en la         pastoral "Del Carmelo al Calvario", en que daba cuenta de la         beatificación, resaltó el amor de la hermana María Pilar a la         Eucaristía.
  Su vida discurrió en el convento hasta el día 24 de         julio de 1936 en que, junto a otras dos carmelitas, las hermanas María         Ángeles de San José y Teresa del Niño Jesús, fue fusilada por los         milicianos. Dos días antes de morir habló con la madre priora para         decirle: "Madre, he pedido al Señor que si desea víctimas en esta         comunidad, me escoja a mí y libre a las demás".
  Tras un largo y         costoso proceso, congelado durante dieciocho años para evitar         interpretaciones de signo político, en 1986 llegó el decreto de Juan Pablo         II certificando que las tres religiosas carmelitas habían sido declaradas         mártires y que su proclamación como beatas tendría lugar el día 29 de         marzo de 1987.
  Su beatificación se celebró, junto a la del cardenal         Marcelo Spínola y el sacerdote Manuel Domingo Sol, en una ceremonia de         especial importancia para la Iglesia Católica española, pues desde el         siglo xvii no se vivía la circunstancia de reunir cinco nuevos         beatos.
  Para la Iglesia de Aragón el acontecimiento tiene una         importancia añadida. La monja carmelita es la primera mujer que llega a         los altares con el nombre de Pilar. Con tal motivo, por decisión del         Cabildo Metropolitano, se va a colocar una imagen de la Beata en la         Basílica del Pilar de Zaragoza.
  El sepulcro y las reliquias de la         hermana María Pilar se encuentran en Guadalajara. En Tarazona sólo se         conservan las partidas de nacimiento y confirmación.  | 
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  Fuente: Diocesisgetafe.es 
María Ángeles de San José   (Marciana) Valtierra Tordesillas, Beata Virgen y Mártir, 24 de   julio   
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  |                        |                María Ángeles de San José (Marciana) Valtierra               Tordesillas, Beata  |           Virgen y Mártir         Martirologio         Romano:         En la ciudad de Guadalajara, en España, beatas María Pilar de San         Francisco Borja (Jacoba) Martínez García, (Eusebia) García y García, y         María Ángeles de San José (Marciana) Valtierra Tordesillas, carmelitas         descalzas, vírgenes y mártires, todas ellas coronadas con el martirio         durante la guerra, mientras aclamaban a Cristo, su Esposo         (1936).                   Nace         en Getafe (Madrid), a vista del Cerro de los Angeles y de su Monumento al         Sagrado Corazón de Jesús el 5 de marzo de 1905.
  Bautizada el día 12         del mismo mes y año en la parroquia de Santa María Magdalena de Getafe,         (catedral). Se le puso el nombre de Marciana, era la décima de la familia.         Fueron sus padres Manuel Valtierra y Lorenza Tordesillas. De carácter         manso y tranquilo. Era la alegría de su casa. Su familia estaba rodeada de         religiosas; tres hermanas de su padre fueron monjas de clausura, de vida         muy edificante, así como dos primas y una sobrina carmelita descalza en         Alcalá de Henares. Su hermana Marcelina también entró en las         Concepcionistas franciscanas de Alcalá de Henares.
  Con 3 años         ingresó en el colegio que en Getafe tienen las religiosas de la Sagrada         Familia, en esta fecha ya había perdido a su madre. Comenzó pronto a         destacar por sus virtudes; era dócil, humilde, aplicada, piadosa, encanto         de maestros y compañeras de colegio. Y comenzó a manifestar esas virtudes         que distinguirían toda su vida. Desde su juventud la caridad era su virtud         más sobresaliente; se desvivía por los pobres, a los que ayudaba en sus         necesidades. Jamás se buscaba en nada y era toda alegre y amable para los         demás, hasta el punto que una de sus amigas decía": Si vivimos mucho,         veremos a Marciana en los altares". Su espíritu misionero le llevaba hasta         jugar a la lotería con intención de darlo a los misioneros y siempre le         tocaba algún pequeño premio.
  El 3 de junio de 1910 recibió el         Sacramento de la Confirmación.
  El 1 de mayo de 1913 hizo su primera         comunión, para la que se preparó con muchos sacrificios, deseando desde         ese hermoso día consagrarse por entero al Señor en la vida religiosa. Ese         día deseó vestir a una niña pobre. Nadie supo la profundidad de aquel         encuentro tan deseado, que se reflejaba en sus ojos. No hay que creer que         era una niña osca y retraída, hacía muy bien los papeles que le confiaban         en el colegio en los teatrillos; hizo llorar al público representando el         de huerfanita, cuando aún era muy pequeña. La caridad era su virtud         favorita. Con muy pocos años ayudaba a su madre a repartir limosna a los         pobres, que quería hacerlo por su mano, si veía alguno por la calle le         preguntaba si había comido y se lo llevaba a su casa. Ya de mayor cosía         ropa para los niños pobres, se alistaba en las Conferencias de San Vicente         de Paúl para ir a visitarlos, y socorrerlos también palabras evangélicas.         Pertenecía a las Hijas de María y al Apostolado de la Oración y daba         catequesis a los niños. Con celo apostólico se desvivía por la propagación         de la fe, juntaba limosnas y sellos para las misiones.
  ¡ El gran         valor que tiene el ambiente cristiano de la familia para la formación y         maduración de la fe de sus miembros!
  Sus grandes devociones fueron         siempre el Sagrado Corazón de Jesús y la Santísima Virgen. Tuvo la dicha         de asistir el 30 de mayo a la consagración de España. Hecha por el rey         Alfonso XIII en el Cerro de los Angeles.
  A los 12 años escribía a         su hermana religiosa "cuando perdí a mamá, como era tan pequeña, no me di         cuenta de lo que perdía. ¡ Cuánta falta me hace! pero he tomado por mi         Madre a la Santísima Virgen".
  El cuidado de su padre y de dos tías,         una de ellas paralítica, retrasaron el cumplimiento de su vocación. Era un         sacrificio, pero lo sufría con paz viendo la voluntad de Dios. Es natural         que viviendo tan cerca del Cerro de los Angeles, donde florecía el         convento de Carmelitas Descalzas, subiera a pedir puesto en sus filas. La         recibió la Madre Maravillas, pero tuvo que desengañarla. No había plaza en         el número limitado por la regla. Tendría que esperar, mucho tiempo. Pero         la aspirante tenía prisa, ¡ bastante lo había demorado, por caridad con         sus familiares!
  El 14 de julio de 1929, cumplidos los 24 años con         la sonrisa en los labios, disimulando su dolor ante la pena de sus         queridos, dejaba casa, padre y hermanos y recibiría el ciento por uno,         entrando en el Carmelo de San José de Guadalajara. Era feliz, ya "sola con         Dios solo" en el puerto deseado.
  En 1930 toma el hábito con el         nombre de Mª Angeles de San José. Elige este nombre por amor a la Virgen         de los Angeles; hoy patrona de la Diócesis de Getafe, bajo esta         advocación.
  El 21 de enero de 1931 hizo su profesión simple y tres         años más tarde la solemne. Destacó entre otras muchas virtudes por su         humildad y caridad, huía de sobresalir en algo.
  El 26 de marzo de         1934 pasó por la pena de perder a su padre, fue muy doloroso para su         corazón, pero disimulaba, era una de las cualidades de su carácter. El         anhelo del martirio crecía en cada corazón de estas benditas 18 carmelitas         que componían el Carmelo de San José. En Alcalá, Guadalajara y Madrid no         solo los oficiales del Ejército sino también los sacerdotes eran         insultados públicamente y martirizados.
  El 22 de julio de 1936,         Guadalajara fue tomada. Había que abandonar el convento. Las monjas         vestidas de seglares se disponían a salir cuando llegó el capellán D.         Eulogio Cascarejo (que poco después alcanzaría también la palma del         martirio), a darles la comunión y les dijo: "Comulguen por viático". En         estos momentos acude la portera y les dice que no se demoren en salir pues         vienen a quemar el convento. Salen de dos en dos y se reparten en casas         conocidas, allí oran sin cesar.
  El 24, siendo muchas en el mismo         lugar y comprometiendo a la dueña, salen para la casa de otra amiga suya:         la Hna.Teresa, Hna. Pilar y la Hna. Mª Angeles. Salen sobre las 4 de la         tarde y al pasar junto a un camión donde unos milicianos estaban         merendando, una miliciana al verlas, exclamó: "Disparadles, son monjas".         Se bajan del camión y van en su busca. Ya habían entrado en el portal,         pero las obligan a salir a la calle. La primera en salir es la Hna. Mª         Angeles de San José, le dispararon varios tiros, cae mortalmente herida y         en el silencio entrega su vida a Dios. ¡ El amor a Jesús es más fuerte que         la muerte!. La noche anterior le había dicho a la Priora: ¡"Madre, qué         dicha si fuéramos mártires". !
  Uno de sus confesores manifestó:         ″La         hermana Mª Angeles habría alcanzado la santidad, aunque no hubiera         padecido el martirio".
  Vivió con fidelidad toda su vida "La aventura de su         entrega".
  Del himno que se canta en honor de las tres mártires que         no jugaron a ser monjas, ni a ser santas sino que vivieron siéndolo en         serio y por ello dieron su sangre:         "Tres palomas del Carmelo volaron hacia el Señor tan         alto alzaron el vuelo que dieron caza al AMOR"          El 15 de marzo de 1941, el P.Silverio de Santa Teresa,         previos los trámites requeridos, se recuperan los restos y trasladarlos a         su querido convento, yacían en una fosa común; fueron pronto reconocidas,         llevaban aún en su pecho sus crucifijos y restos del cilicio y de la         disciplina, joyas que la Hna. Mª Angeles llevaba consigo al dejar el         claustro. Estuvieron dos días depositados en la capilla del cementerio         cada una en su humilde caja de madera. El 17 de marzo fue el traslado         triunfal de allí al convento. Al día siguiente fueron colocadas en los         nichos de la pared frontal de la cripta del Monasterio.
  El 21 un         piadosísimo funeral cerró los cultos. Lo ofició, con gran emoción,         D.Julián García, hermano de la Hna.Teresa del Niño Jesús.
  El 29 de         marzo de 1987, fue beatificada por el Papa Juan Pablo II, junto con las         hermanas Teresa del Niño Jesús y Mª del Pilar de San Francisco de         Borja.
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  uente: Carmelnet.org 
Teresa del Niño Jesús y de San Juan de   la Cruz (Eusebia) García y García, Beata Virgen y Mártir, 24 de   julio   
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  |                        |                Teresa del Niño Jesús y de San Juan de la Cruz               (Eusebia) García y García, Beata  |           Virgen y Mártir         Martirologio         Romano:         En la ciudad de Guadalajara, en España, beatas María Pilar de San Francisco Borja (Jacoba) Martínez         García, Teresa del Niño Jesús (Eusebia) García y García, y         María Ángeles de San José (Marciana) Valtierra         Tordesillas, carmelitas descalzas, vírgenes y mártires, todas ellas         coronadas con el martirio durante la guerra, mientras aclamaban a Cristo,         su Esposo (1936).                   Nació en Mochales (Guadalajara) el 5.3.1909 y se llamó         Eusebia. Fue la segunda de ocho hermanos. Sus padres, Juan y Eulalia, la         educaron en una fe recia y generosa.
  La lectura de la Historia de         un alma, de Santa Teresa del Niño Jesús, fue la causa última de su         vocación carmelita. Ingresó en el Carmelo asus 16 años, en 1925. Desde un         principio tomó la vida religiosa en serio y decidió ser santa a toda         costa.
  Su martirio fue una maravilla: los milicianos intentaron         engañarla y abusar de ella, pero no sabían con quién trataban. Huyó         corriendo, y mientras la cosían a balazos, gritaba: "¡Viva Cristo Rey...!"         Era el 24.7.1936.
  El 29 de marzo de 1987 el papa Juan Pablo II         beatificaba a estas tres carmelitas, muertas mártires de Jesucristo         cincuenta años antes.  | 
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  Fuente: franciscanos.net 
Modestino de Jesús y de María   Mazzarell, Beato Presbítero, 24 de julio   
                                                        |                 
  |                        |                Modestino de Jesús y de María Mazzarell,               Beato  |           Presbítero         Martirologio         Romano:         En Nápoles, ciudad de la Campania, beato Modestino de Jesús y de María         (Domingo) Mazzarello, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que,         cercano siempre a toda clase de pobres y afligidos, al asistir a los         moribundos en tiempo de cólera murió contagiado de la misma enfermedad         (1854).                   (1802‑1854)
  Beatificado por Juan Pablo II en enero de         1995.
  Nació en Frattamaggiore, Provincia de Nápoles, diócesis de         Aversa, el 5 de septiembre de 1802, hijo de Nicola Mazzarella, cordelero,         y Teresa Esposito, tejedora, humildes artesanos pero ejemplares padres         cristianos. Bautizado al día siguiente de su nacimiento con el nombre de         Domingo. Sirvió como monaguillo en la parroquia y ayudaba en el culto a la         Santísima Virgen Madre del Buen Consejo. 
  A los 16 años fue acogido         gratuitamente en el seminario de Aversa por el obispo Mons. Agostino         Tommasi, al fallecer trágicamente éste hubo de volver a casa, pero no         descuidó sus estudios de preparación para el sacerdocio. Atraído luego por         la vida austera de los Hermanos Menores del vecino convento de Grumo         Nevaro, vistió el hábito franciscano en el convento de Piedimonte Matese         el 3 de noviembre de 1822, hizo el noviciado en el convento de Santa Lucía         al Monte, Nápoles, hizo los votos el 27 de noviembre de 1824, fue ordenado         sacerdote el 22 de diciembre de 1827 en la catedral de         Aversa.
  Dedicado a la predicación y al sacramento de la         reconciliación, fue guardián en varios conventos. En 1839 fue trasladado         al convento de Santa María della Sanità, en uno de los barrios más         populares de la ciudad de Nápoles, donde permaneció hasta su muerte,         ejerciendo un provechoso y admirable ministerio sacerdotal sobre todo a         favor de los más pobres y enfermos. Se distinguió sobre todo por su celo         en la defensa de la vida naciente y la difusión de la devoción a la         Santísima Virgen bajo la advocación de Madre del Buen Consejo, la devoción         de su juventud. 
  Se integró con cristiana compasión en el contexto         social de su gente, y supo adaptar con formas adecuadas a la cultura y a         la mentalidad de su tiempo el eterno evangelio de la caridad y de la paz,         haciendo surgir del fondo del alma y del corazón del generoso pueblo         napolitano insospechadas energías espirituales y morales.
  El 24 de         julio de 1854, afectado por el cólera contraído mientras asistía a las         víctimas de esa epidemia, después de haber pedido perdón a los hermanos e         invocado con filial fervor a la Madre del Señor, fue acogido por el         Resucitado en el reino de los bienaventurados, con gran pesar de sus         beneficiados y de toda Nápoles. Modestino, con su vida de apertura a las         necesidades de los pobres y marginados de su tiempo, sigue siendo un         modelo sobre todo para los consagrados, y es un llamamiento a dar         testimonio con vigor y coherencia del evangelio de la caridad, e invita a         los jóvenes a responder con valor y entusiasmo a la invitación de Aquel         que los quiere hoy como colaboradores de Dios y testigos de su         misericordia.  | 
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  Fuente: Enciclopedia Católica 
Juan Boste, Santo   Presbítero y Mártir, 24 de julio   
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  |                        |                Juan Boste, Santo  |           Presbítero y Mártir         Martirologio         Romano:         En Durhan, en Inglaterra, san Juan Boste, presbítero, que, siendo reina         Isabel I, por ser sacerdote sufrió el martirio y ante el juez no cesó de         dar ánimos a sus compañeros (1594).                   Sacerdote y mártir, nacido de una buena familia católica en         Dufton, en Westmorelan, aproximadamente en 1544. Murió en Durham, el 24 de         julio de 1594. Estudió en el Queen College, Oxford, de 1569 a 1572, llegó         a ser integrante de la academia, y fue recibido en la Iglesia de Brome, en         Suffolk, en 1576. Renunció a su pertenencia a la academia en 1580, y fue a         Reims, donde fue ordenado sacerdote el 4 de marzo de 1581, y en abril fue         enviado a Inglaterra.
  Fue a Hartlepool y llegó a ser un dedicado         misionero, a tal grado que los perseguidores hicieron extraordinarios         esfuerzos por capturarlo. Al final, tras muchas veces en que pudo escapar         por estrecho márgen, fue enviado a Waterhouses, la casa de William         Claxton, cerca de Durham, traicionado por uno de los eglesfield, el 5 de         julio de 1593. Ese lugar aún es visitado por católicos. Desde Durham, fue         enviado a Londres, al lugar "de resolución, sobresaliente, gozoso y         placentero", aunque terrible, de la Torre de Londres.
  Fue enviado         de retorno a Durham en 1594, se mantuvo siempre con gran valentía y         resolución e indujo a su compañero mártir George Swalwell a convertirse al         ministerio, este último, aún con reticencia, se arrepintió de su cobardía,         absolviéndolo públicamente en la corte. Sufrió en Dryburn, en las afueras         de Durham.
  Nuestro personaje recibió el Angelus mientras montaban         el cadalso. Fue ejecutado con extraordinaria brutalidad, se le mantuvo en         el patíbulo cuando fue cortado, de manera que los cortes se hicieron en su         cuerpo estando aún vivo y de pié. Un recuento del juicio y de la ejecución         ha sido escrito por un testigo visual, el venerable Christopher Robinson,         quien también fue martirizado tiempo después en Carlisle.
  Fue         canonizado por Paulo VI entre los Cuarenta Mártires de Inglaterra y         Wales, cuyo día de conmemoración es el 25 de octubre           | 
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  Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01 
Luisa de Saboya,   Beata Princesa, 24 de julio   
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  |                        |                Luisa de Saboya, Beata  |           Pricesa, Viuda, Religiosa         Martirologio         Romano:         En Orbe, de Saboya (hoy en el cantón de Vaud), beata Luisa, religiosa,         hija del duque beato Amadeo, que contrajo matrimonio con el príncipe Hugo         de Châlon-Arlay y, fallecido éste, profesó la Regla de Santa Clara,         reformada por santa Coleta, viviendo fielmente y con humildad la vida         religiosa (1503).                   La muy encumbrada, poderosa, acaudalada e ilustre dama,         Luisa de Saboya señalada por Dios para convertirse en una humilde monja de         las Clarisas Pobres, nació en el año de 1461, en cuna de oro, como se         dice. Fue hija de Amadeo IX, duque de Saboya, y también beatificado; por         parte de su madre, Yolanda, fue nieta del rey Carlos VII de Francia,         sobrina del rey Luis XI y prima de Santa Juana de Valois. El duque murió         antes de que su hija cumpliese los nueve años, y la pequeña Luisa fue         admirablemente educada por su madre. Desde muy temprana edad dio muestras         de poseer cualidades espirituales extraordinarias. Catalina de Saulx, una         de las damas de honor de Luisa escribió sobre ella estas palabras: "Era         tan dulce y generosa, bien dispuesta, y amable, que despertaba el afecto         de todos que se dejaban llevar por su atractivo y conquistar por su         encanto". A la edad de dieciocho años, se caso con Hugo de Chálons, señor         de Nozeroy, un hombre tan bueno como rico y poderoso, quien, de completo         acuerdo con su mujer, impuso en su hogar una vida perfectamente cristiana.         Tanto por ejemplo como por precepto, marido y mujer crearon un alto nivel         de vida moral y material para todos los que moraban en sus tierras y         dependían de ellos de alguna manera. En contraste con los palacios y         residencias de los otros nobles acaudalados, la suntuosa casa de los de         Chálons parecía un monasterio. Con especial empeño se combatía la         costumbre de jurar o usar palabras groseras; la señora Luisa fue, sin         duda, la primera ama de casa que tuvo una alcancía para los pobres, en la         que todos los que vivían o visitaban su casa, tenían obligación de echar         dinero, si se les iba la lengua y decían malas palabras. Luisa prodigó         ampliamente su caridad hacia los enfermos y necesitados, hacia las viudas         y los huérfanos especialmente hacia los leprosos.
  Al cabo de nueve         años de felicidad matrimonial, murió el esposo y como no hubo hijos, Luisa         empezó a prepararse para su retiro de este mundo. Necesitó dos años para         poner en orden sus asuntos y, durante este lapso, usó el hábito de los         terciarios franciscanos, aprendió a decir los divinos oficios y se         levantaba a la medianoche para rezar los maitines. Cada viernes se         disciplinaba; distribuyó su fortuna, contradijo y desoyó las objeciones de         sus parientes y amigos. Después, en compañía de sus dos damas de honor,         Catalina de Saulx y Carlota de Saint-Maurice, fue admitida en el convento         de las Clarisas Pobres de la ciudad de Orbe, cuyo monasterio había sido         fundado por la madre de Hugo de Chálons y, en 1427, estaba ocupado por una         comunidad de Santa Coleta. Luisa, que había sido un modelo de doncella, de         esposa y de viuda, fue siempre una religiosa ejemplar. No obstante su         elevada cuna, su humildad era sincera y natural: lavaba los platos,         barría, ayudaba en la cocina, limpiaba los corredores y todo lo hacía bien         y con gusto; con la misma sencillez y naturalidad, aceptó y desempeñó el         puesto, cuando la eligieron abadesa. En este cargo, mostró especial         solicitud en servir a los frailes de su orden, y cualquiera de ellos que         llegase a hospedarse en el convento, era atendido a cuerpo de rey; la         presencia de los padres y de los hermanos era como una bendición de Dios y         nada podía faltar a los hijos del "buen padre San Francisco". A la edad de         cuarenta y dos años, murió Luisa de Saboya y, en 18399, se aprobó el         antiguo culto de esta sierva de Dios.   | 
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  Fuente: Franciscanos.net 
Kinga (Cunegunda), Santa   Princesa de Polonia, 24 de julio   
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  |                        |                Kinga (Cunegunda), Santa  |           Virgen         Martirologio         Romano:         En Stary Sacz, de Tarnow, en Polonia, santa Kinga o Cunegunda, hija del         rey de Hungría y casada con el príncipe Boleslao, la cual, de acuerdo con         su esposo, conservó su virginidad y, muerto éste, profesó la vida         religiosa bajo la Regla de Santa Clara, en el monasterio fundado por ella         misma (1293).                   Virgen y religiosa de la Segunda Orden (1224‑1292). Aprobó         su culto Alejandro VIII el 11 de junio de 1690. Canonizada por Juan Pablo         II en 1999.
  Cunegunda (Kinga) nació en 1224 hija de Bela IV rey de         Hungría y de Teodora Laskarysa, y fue hermana de las Beatas Yolanda y         Margarita. En 1238 fue dada como esposa al príncipe de Cracovia, Boleslao         el Púdico, a quien indujo a hacer voto de castidad junto con ella. En la         corte Cunegunda llevó una vida mortificada dedicando el tiempo libre de         las oraciones y ocupaciones domésticas a la asistencia a los enfermos y a         los pobres. Con el marido promovió la canonización de San Estanislao,         Obispo de Cracovia, asesinado en 1079, lo cual obtuvo en 1253.
  La         muerte del rey Boleslao en 1279 rompió el único lazo que la unía al mundo         y, rechazadas todas las propuestas de dirigir los destinos del Estado,         ingresó en el monasterio de las Clarisas en Stary Sacz, fundado por ella         con los bienes de su dote. Allí sus virtudes brillaron en todo su         esplendor. Cediendo a los insistentes ruegos de las hermanas, asumió,         aunque contra su deseo, las funciones de abadesa y, sin embargo, se         comportaba como si fuera inferior a todas, dando ejemplo de profunda         humildad. El descubrimiento del agua dentro del monasterio, que de otra         manera debían traer de lejos, se atribuyó a sus oraciones. A ella se debe         también el prodigioso descubrimiento de sal gema en Bochnia. 
  Su         permanencia en el monasterio duró trece años. Dulce y afable con las         cohermanas, obedecía como si fuera la última de ellas, escogía para sí los         trabajos más humildes, como lavar la vajilla, asear la casa y asistir a         los enfermos. Cuando entró en el monasterio había dicho a las religiosas:         "Vengo a ustedes para ser sierva suya: olviden lo que he sido en el         pasado; y ténganme como una humilde religiosa más". La oración y una         rigurosa penitencia eran su continua aspiración. La meditación de la         Pasión del Salvador la hacía derramar abundantes lágrimas y las llagas de         Jesús eran objeto de su especial devoción.
  Como abadesa, Cunegunda         dirigió la comunidad con prudencia y caridad verdaderamente maternales,         impulsando a las cohermanas a la perfección más con el ejemplo que con las         palabras.
  Cuando en 1287 Polonia fue invadida por los tártaros,         Cunegunda y sus 70 cohermanas debieron abandonar el monasterio y         refugiarse en el castillo de Pyiemin. Los tártaros llegaron también al         nuevo refugio. Las hermanas, espantadas se arrojaron a los pies de su         Madre y se repitió el milagro de Santa Clara de Asís. También aquí los         agresores fueron detenidos por una fuerza invisible. Y así, un tiempo más         tarde pudieron las hermanas volver a su monasterio. Después de un año de         enfermedad, confortada con una aparición de San Francisco, Cunegunda murió         a los 68 años el 25 de julio de 1292.   | 
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  Fuente: Corazones.org 
Boris y Gleb, Santos Mártires, 24   de julio   
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  |                        |                Boris y Gleb, Santos  |           Mártires         Martirologio         Romano:         En Rusia, santos Boris y Gleb, mártires, príncipes de Rus e hijos de         san Vladimiro, que prefirieron morir antes que oponerse por la fuerza a su         hermano Svatopolk. Boris consiguió la palma del martirio cerca de         Pereislavia, junto al río Altam, y Gleb, poco después, junto al río         Dneper, cerca de Smolensko (1015).                   Boris y Gleb, hijos de San Vladimiro, Duque de Muscovy y         nietos de Santa Olga. 
  Boris desde pequeño fue muy piadoso y pensó         ser monje pero, siguiendo el consejo de su padre, se casó siendo joven.         Era gobernador de la ciudad de Rostov mientras que Gleb de la ciudad de         Murom. 
  Los hermanos se amaban y sobre todo amaban a Dios. Pero         tenían un hermano mayor, Svyatopolk, que era sanguinario y se reveló sin         éxito contra su padre. Este le perdonó pero el joven no cambió de corazón.         Una vez muerto su padre decidió matar a sus hermanos para obtener poder         absoluto. Boris se enteró y se enfrentó con un dilema: ¿como debe actuar         un cristiano en esta circunstancia? Recordó las palabras del Nuevo         Testamento: "Si un hombre dice amar a Dios pero odia a su hermano, es un         mentiroso" Después de una difícil lucha interna, decidió no presentar         resistencia. Boris despidió a sus hombres y se quedó solo con un sirviente         junto al rió Alta para esperar a los asesinos. Pasó su última noche en         lágrimas y oración, confortado por los salmos y los Evangelios. Recordó         también como Sta. Bárbara fue asesinada por su propio padre. En la mañana         entraron los asesinos a su tienda y lo hirieron. Boris pidió que le         dejaran vivir un momento mas para finalizar su oración. Entonces se         ofreció como cordero de sacrificio diciendo: "Dense prisa en completar         vuestro trabajo y que la paz sea con mi hermano Svyatopolk y con ustedes         mis hermanos". 
  El principe Gleb, unos años mas joven que Boris,         fue asesinado mas tarde en el río Dnieper. Al principio pidió que no le         matasen pero al fin aceptó su destino con paz y dijo a los asesinos: "Si         desean saciar su sed con mi sangre, me entrego a ustedes, mis hermanos, y         a mi hermano, mi príncipe". Proclamó entonces que la muerte es el         nacimiento a una vida nueva. 
  Los dos hermanos no buscaron la         muerte ni murieron por causa de su fe sino por intereses políticos del         hermano mayor. Pero ante la muerte los dos hermanos libremente optaron por         actuar como cristianos, no devolvieron mal por mal sino que optaron por el         perdón y la confianza en Dios. 
  El pueblo ruso, recién convertido         al cristianismo, quedó profundamente impresionado con la conducta         cristiana de los dos jóvenes príncipes que se unieron a la pasión de         Cristo. Para ellos el ejemplo de Boris y Glen fue una maravillosa         enseñanza de como vivir el cristianismo y del poder que Dios otorga para         lograrlo. "Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen".         
  Canonizados (reconocimiento del culto) en 1724 por el papa         Benedicto XIII
  Oremos para que el ejemplo de los Santo Boris y Gleb         inspire a Rusia y a todo el mundo a la paz cristiana.  | 
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  Fuentes: IESVS.org; EWTN.com;   hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
   
  Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
   
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