J†A
  JMJ
  Pax
  †   Lectura del santo Evangelio según san Mateo (13,   36-43)
  Gloria a ti, Señor.
  En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a su casa.   Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron: "Explícanos la parábola de   la cizaña sembrada en el campo".
  Jesús les contestó:
  "El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo   es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los   partidarios del demonio; el enemigo que la siembra es el demonio; el tiempo de   la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los   ángeles.
  Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá   al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de   su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los   arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. Entonces   los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos,   que oiga".
  Palabra del Señor.
  Gloria a ti, Señor Jesús.
  Suplicamos tu   oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus   oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te   salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre   todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre   de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.   Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa! 
  Aclaración:   una relación muere sin comunicación   y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras   de vida eterna"   (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no   basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite   ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han   sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
  Por leer la Palabra, no se debe   dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse   el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al   Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y   nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias   por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en   CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
  Nota: es una película protestante, por eso   falta LA MADRE.
  El Misterio de la Misa en 2 minutos:   https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
  Lo que no ven tus ojos (2 minutos):   http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
  El Gran Milagro (película completa):   http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
  Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
    "El GRAN tesoro oculto de la Santa   Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc 
  Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo,   tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc   14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y   no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros"   (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre   dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si   comulgamos   en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y   renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero   (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios,   que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos   auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es   ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la   Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo,   pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama   realmente?
  Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el   primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las   fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos   pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana:   0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses"   son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren   baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué   no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que   todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa   grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10;   Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
  Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir   "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir   "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad",   "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la   tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la   Misa?
  Estamos en el mundo para ser felices para siempre,   santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la   Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el   representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes   de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el   Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm   14,23). ¿Otros pecados mortales? no   confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al   menos en tiempo pascual (920),   abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos),   promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación   artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual   fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón,   borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de   venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver   más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
  Si no ponemos los medios para confesamos lo antes   posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al   infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22;   10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.).   Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves,   si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa   (Jn 15,22).
   
    
  † Misal
   
  El Señor es compasivo y misericordioso
  Feria de la 17a. semana del Tiempo   Ordinario
  El Señor hace justicia y le da la razón al   oprimido
  Antífona de Entrada
  Cantad al Señor un cántico nuevo, hombres de toda la tierra,   cantad al Señor. Hay brillo y esplendor en su presencia y en su templo, belleza   y majestad.
  Oración Colecta
  Oremos:
  Dios eterno y todopoderoso, conduce nuestra vida por el camino de   tus mandamientos para que, unidos a tu Hijo amado, podamos producir frutos   abundantes.
  Por nuestro Señor Jesucristo...
  Amén.
   
  Primera   Lectura Lectura del libro del Exodo (33,   7-11; 34, 5-9. 28)
  En aquellos días, Moisés tomó la tienda que había llamado "de la   reunión" y la colocó a cierta distancia, fuera del campamento, de modo que todo   el que deseaba consultar al Señor, tenía que salir fuera del   campamento.
  Cuando Moisés iba hacia la tienda, todo el pueblo se levantaba, se   quedaba de pie a la entrada de sus tiendas y seguía con la vista a Moisés, hasta   que entraba en la tienda de la reunión. Una vez que Moisés entraba en ella, la   columna de nube bajaba y se detenía a la puerta, mientras el Señor hablaba con   Moisés. Todo el pueblo, al ver la columna de nube detenida en la puerta de la   tienda de la reunión, se levantaba y cada uno se postraba junto a la entrada de   su tienda.
  El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con   su amigo. Luego volvía Moisés al campamento, pero su ayudante, el joven Josué,   hijo de Nun, no se alejaba de la tienda de la reunión.
  Moisés invocó el nombre del Señor, y entonces el Señor pasó   delante de él y exclamó: "¡El Señor todopoderoso es un Dios misericordioso y   clemente, lento para enojarse y rico en amor y fidelidad; él mantiene su amor   por mil generaciones y perdona la maldad, la rebeldía y el pecado, pero no los   deja impunes, pues castiga la maldad de los padres en los hijos, nietos y   bisnietos!"
  Al instante Moisés cayó de rodillas y se postró ante él, diciendo:   "Si de veras gozo de tu favor, te suplico, Señor, que vengas con nosotros,   aunque seamos un pueblo de cabeza dura. Perdona nuestras maldades y pecados, y   recíbenos como herencia tuya".
  Moisés estuvo con el Señor cuarenta días y cuarenta noches, sin   comer pan ni beber agua. Y escribió en las tablas las palabras de la alianza,   los diez mandamientos.
  Palabra de Dios.
  Te alabamos, Señor.
   
  Salmo   Responsorial Salmo   102
  El Señor es compasivo y misericordioso.
  El Señor hace justicia y le da la razón al oprimido. A Moisés le   mostró su bondad y sus prodigios al pueblo de Israel.
  El Señor es compasivo y misericordioso.
  El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y   generoso para perdonar. El Señor no estará siempre enojado, ni durará para   siempre su rencor.
  El Señor es compasivo y misericordioso.
  No nos trata corno merecen nuestras culpas, ni nos paga según   nuestros pecados. Como un padre es compasivo con sus hijos, así es de grande su   misericordia.
  El Señor es compasivo y misericordioso.
  Así como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el   Señor con quien lo ama, pues bien sabe él de lo que estamos hechos y de que   somos barro, no se olvida.
  El Señor es compasivo y misericordioso.
   
  Aclamación antes del Evangelio
  Aleluya, aleluya.
  La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo   aquel que lo encuentra vivirá para siempre.
  Aleluya.
   
  Evangelio
  †   Lectura del santo Evangelio según san Mateo (13,   36-43)
  Gloria a ti, Señor.
  En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a su casa.   Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron: "Explícanos la parábola de   la cizaña sembrada en el campo".
  Jesús les contestó:
  "El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo   es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los   partidarios del demonio; el enemigo que la siembra es el demonio; el tiempo de   la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los   ángeles.
  Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá   al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de   su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los   arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. Entonces   los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos,   que oiga".
  Palabra del Señor.
  Gloria a ti, Señor Jesús.
   
  Oración sobre las Ofrendas
  Acepta, Señor, con bondad, los dones que te presentamos y   santifícalos por medio de tu Espíritu para que se nos conviertan en sacramento   de salvación.
  Por Jesucristo, nuestro Señor.
  Amén.
  Prefacio Común VII
  Cristo, huésped y peregrino en
  medio de nosotros.
  El Señor esté con ustedes.
  Y con tu espíritu.
  Levantemos el corazón.
  Lo tenemos levantado hacia el Señor.
  Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
  Es justo y necesario.
  En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios de la   alianza y de la paz. Porque tú llamaste a Abraham y le mandaste salir de su   tierra, para constituirlo padre de todas las naciones.
  Tú suscitaste a Moisés para librar a tu pueblo y guiarlo a la   tierra de promisión. Tú, en la etapa final de la historia, has enviado a tu   Hijo, como huésped y peregrino en medio de nosotros, para redimirnos del pecado   y de la muerte; y has derramado el Espíritu, para hacer de todas las naciones un   solo pueblo nuevo, que tiene como meta, tu reino, como estado, la libertad de   tus hijos, como ley, el precepto del amor.
  Por estos dones de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los   santos, cantamos con gozo el himno de tu gloria:
  Santo, Santo, Santo...
  Antífona de la Comunión
  Acudid al Señor, poned en él vuestra confianza y no quedaréis   defraudados.
  Oración después de la Comunión
  Oremos:
  Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y   la Sangre de tu Hijo y te pedimos que este don tuyo sea para nosotros fuente   inagotable
  de vida.
  Por Jesucristo, nuestro Señor.
  Amén.
     
  † Meditación diaria
  17ª Semana. Martes
  LOS AMIGOS DE DIOS
  — Amistad con Jesús.
  — Jesucristo, ejemplo de toda amistad verdadera.
  — Fomentar una amistad cordial y optimista con quienes nos   relacionamos. Apostolado y amistad.
  I. En la larga travesía del desierto, el pueblo de Dios instalaba,   fuera del lugar donde acampaba, la llamada Tienda de la reunión o del   encuentro. Se trataba de un sitio sagrado, santo, un lugar aparte. El que   visitaba al Señor salía fuera del campamento y se dirigía a la Tienda del   encuentro. Allí iba Moisés para exponer al Señor las necesidades del pueblo,   y Dios hablaba a Moisés cara a cara, como habla un hombre con su   amigo1.
  En diversas ocasiones nos muestra la Sagrada Escritura a Dios como   amigo de los hombres. También Abrahán es llamado el amigo de   Dios2, y el pueblo apelaba con frecuencia a esta amistad para   invocar el perdón y la protección divina. Es más, toda la revelación tiende a   formar un pueblo amigo de Dios, enlazado con Él por una estrecha Alianza, que es   continuamente renovada. "Dios invisible, movido de amor, habla a los hombres   como amigos, trata con ellos para invitarlos y recibirlos en su   compañía"3. Este designio divino tuvo su pleno cumplimiento cuando,   llegada la plenitud de los tiempos, el Hijo de Dios, la Segunda Persona de la   Trinidad Santa, se hizo hombre. Como la amistad supone cierta igualdad y   comunidad de vida4, y la distancia entre Dios y el hombre es   infinita, Dios tomó la naturaleza humana, y el hombre se hizo partícipe de la   divinidad mediante la gracia santificante5.
  "El amigo es amigo para el amigo", la amistad exige benevolencia   mutua. Primero nos amó Dios, y así pudimos corresponder; nosotros le amamos   porque Él nos amó primero6. El hombre manifiesta su   correspondencia aceptando este amor de Dios, abriéndole su alma, dejándose amar,   expresando en obras su amor.
  La esencia de la amistad entre Dios y los hombres se fundamenta en   la naturaleza de la caridad, que es sobrenatural y se derrama en nuestros   corazones7 para que podamos amar a Dios con el mismo amor con el   que Él nos ama. Jesús nos dice: Como el Padre me amó a Mí, Yo también os he   amado a vosotros; permaneced en mi amor8. Y dirigiéndose al   Padre: el amor con que Tú me has amado esté en ellos, y Yo en   ellos9. La seguridad de que Dios nos ama es la raíz de la alegría   y gozo del cristiano: Vosotros sois mis amigos...10. ¡Qué   inmensa alegría podernos llamar amigos de Dios!
  A lo largo de su vida terrena, Nuestro Señor estuvo siempre   abierto a una amistad sincera con quienes se le acercaban; es más, en muchas   ocasiones fue Él quien tomó la iniciativa para atraerse a todos a Sí: con   Zaqueo, con la mujer samaritana..., con todos. Era amigo de sus discípulos, que   son conscientes de este particular aprecio. Cuando no entendían algo, se   acercaban a Él con confianza, como nos muestra el Evangelio de la Misa de   hoy11: explícanos la parábola, le piden con toda naturalidad.   Y el Señor les toma aparte y les desvela el contenido de sus enseñanzas de una   manera más íntima. También participaban de sus alegrías y de sus preocupaciones;   y recibían aliento y ánimo cuando lo necesitaban.
  Del mismo modo, el Señor nos ofrece ahora su amistad desde el   Sagrario. Allí nos consuela, nos anima, nos perdona. En el Sagrario, como en   aquella Tienda del encuentro, habla el Señor con todos, cara a cara,   como un hombre habla con su amigo. Con la gran diferencia de que aquí, en   nuestros templos, está Dios hecho Hombre: Jesús, el mismo que nació de Santa   María, el que murió por nosotros en una cruz.
  II. A Jesús le gustaba conversar con quienes acudían a Él o con   quienes encontraba en el camino. Aprovechaba estas ocasiones para llegar al   fondo del alma y levantar el corazón hasta un plano más alto, muchas veces   –cuando sus interlocutores estaban bien dispuestos– hasta la conversión y la   entrega plena. También quiere hablar con nosotros en la intimidad de la oración.   Y para eso debemos estar abiertos al diálogo, a la amistad sincera. "Él mismo   nos ha cambiado de siervos en amigos, como claramente lo dijo: vosotros sois   mis amigos, si hacéis lo que os he mandado (Jn 15, 14). Nos ha dejado   el modelo que debemos imitar. Por tanto, hemos de compartir la voluntad del   amigo, revelarle confidencialmente lo que tenemos en el alma y no ignorar nada   de cuanto Él lleva en su corazón. Abrámosle nuestra alma, y Él nos abrirá la   suya. En efecto, el Señor declara: os he llamado mis amigos porque os he   comunicado todo lo que he oído a mi Padre (Jn 15, 14). El verdadero   amigo, pues, no oculta nada al amigo; le descubre todo su ánimo, así como Jesús   derramaba en el corazón de los Apóstoles los misterios del   Padre"12.
  Los cristianos podemos ser hombres y mujeres con más capacidad de   amistad, porque el trato habitual con Jesucristo nos dispone a salir de nuestro   egoísmo, de la preocupación excesiva por los problemas personales, y así estar   abiertos a quienes frecuentan nuestro trato, aunque sean de diferente edad,   aficiones, cultura o posición. La amistad, con todo, no nace de un simple   encuentro ocasional, ni de la mutua necesidad de ayuda. Ni siquiera la   camaradería, el trabajo en común o la misma convivencia llevan necesariamente a   la amistad. No son amigas dos personas que se encuentran todos los días en la   misma escalera, en el transporte público o en la oficina. Ni la mutua simpatía   es, por sí misma, amistad.
  Afirma Santo Tomás13 que no todo amor indica amistad,   sino el amor que entraña benevolencia, es decir, cuando apreciamos a alguien de   tal manera que deseamos para él el bien. Existe más posibilidad de amistad   cuanto más grande es la ocasión de difundir el bien que se posee: "solo son   verdaderos amigos aquellos que tienen algo que dar y, al mismo tiempo, la   humildad suficiente para recibir. Por eso es más propia de los hombres   virtuosos. El vicio compartido no produce amistad sino complicidad, que no es lo   mismo. Nunca podrá ser legitimado el mal con una pretendida   amistad"14; el mal, el pecado, no une jamás en la amistad y en el   amor.
  Nosotros, los cristianos, podemos dar a nuestros amigos   comprensión, tiempo, ánimo y aliento en las dificultades, optimismo y alegría,   muchos detalles de servicio..., pero, sobre todo, podemos y debemos darles el   bien más grande que poseemos: Cristo mismo, el Amigo por excelencia. Por   eso la amistad verdadera lleva al apostolado, en el que comunicamos los bienes   inmensos de la fe.
  III. ...Y conversaba con Moisés, cara a cara, como habla un   hombre con su amigo. Quien vive en amistad con Dios entenderá con más   facilidad el valor de la amistad en sí misma y, sin instrumentalizarla, será   cauce de un apostolado fecundo, como exigencia que le es natural, que pide   comunicar al amigo los bienes propios.
  Un amigo fiel es   poderoso protector; el que lo encuentra halla un tesoro. Nada vale tanto como un   amigo fiel; su precio es incalculable15. Por eso   mismo la amistad necesita ser protegida y defendida contra el paso del tiempo,   que lleva al olvido, al distanciamiento; contra la envidia, que es   frecuentemente lo que más corrompe la amistad16. Ojalá podamos decir   como aquel hombre, que terminaba así unos apuntes autobiográficos: "De algo   puedo ufanarme: no creo haber perdido jamás un amigo".
  Al amigo se le pide que sea fiel, que se mantenga firme en las   dificultades, que resista la prueba del tiempo y de las contradicciones, que   salga en defensa de su amigo en cualquier situación que se presente: "ser fieles   a la amistad verdadera –aconsejaba San Ambrosio–, porque nada hay más hermoso en   las relaciones humanas. Ciertamente consuela mucho en esta vida tener un amigo a   quien abrir el corazón, desvelar la propia intimidad y manifestar las penas del   alma; alivia mucho tener un amigo fiel que se alegre contigo en la prosperidad,   comparta tu dolor en la adversidad y te sostenga en los momentos   difíciles"17.
  Fomentemos la amistad cordial y sincera, optimista, con quienes   nos relacionamos todos los días: con los vecinos, con los compañeros de trabajo   o de estudio, con esas personas de las que recibimos o a quienes prestamos cada   día un servicio exigido por el quehacer profesional o voluntario... Seamos   amigos de modo particular de nuestro Ángel Custodio. "Todos necesitamos mucha   compañía: compañía del Cielo y de la tierra. ¡Sed devotos de los Santos Ángeles!   Es muy humana la amistad, pero también es muy divina; como la vida nuestra, que   es divina y humana"18. El Ángel Custodio no se aleja por nuestros   caprichos y defectos; sabe las flaquezas y miserias, y tal vez por eso nos ame   más19.
  Pero, sobre toda amistad, debemos hacer fuerte y piadosa la   amistad "con el Gran Amigo, que nunca traiciona"20. A Él lo   encontramos con suma facilidad; está siempre dispuesto a recibirnos, a   permanecer con nosotros el tiempo que deseemos. "Id a cualquier parte del mundo   donde queráis, cambiad de casa cuantas veces lo deseéis, en la iglesia católica   más próxima vuestro Amigo está siempre esperándoos, día tras día"21.   Allí le podemos hablar cara a cara, como un hombre habla con su Amigo; nos   espera siempre y desea que vayamos a verle... y a oírle. En Él aprendemos de   verdad a ser amigos de nuestros amigos, a estar siempre prontos y abiertos a   toda amistad sincera, que será camino natural por el que Cristo, nuestro Amigo,   llegue hasta lo más profundo de sus almas.
  1 Primera   lectura. Año I. Ex 33, 11. — 2 Cfr. Is 41, 8. — 3 Conc.   Vat. II, Const. Dei Verbum, 2. — 4 Cfr. Santo Tomás, Suma   Teológica, 2-2, q. 23 a. 1. — 5 Ibídem. — 6 1 Jn   4, 19. — 7 Cfr. Rom 5, 5. — 8 Jn 15, 9. — 9   Jn 17, 26. — 10 Jn 15, 13-14. — 11 Mt 13,   36-43. — 12 San Ambrosio, Sobre los oficios de los ministros, 3,   135. — 13 Santo Tomás, loc. cit. — 14 J. Abad,   Fidelidad, Palabra, Madrid 1987, p. 110. — 15 Ecl. 6, 14-17   — 16 Cfr. San Basilio, Homilía sobre la envidia. — 17 San   Ambrosio, o. c., 3, 134 — 18 San Josemaría Escrivá, Amigos de   Dios, 315 — 19 Cfr. A. Vázquez de Prada, Estudio sobre la   amistad, Rialp, Madrid 1956, p. 259. — 20 Cfr. San Josemaría Escrivá,   Camino, n. 88 — 21 R. A. Knox, Sermones pastorales, Rialp,   Madrid 1963, p. 473.
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  † Santoral                   (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
   
  Santa María Josefa Rosello
Fundadora
Año 1880
  
Esta activísima mujer tuvo el consuelo de que al morir ya había   fundado 66 conventos de su comunidad. Es la fundadora de las Hermanas de la   Misericordia. 
  En un retrato que le fue tomado, la santa aparece con un rostro   firmemente perfilado y lleno de energía; sereno, y con la alegría de quien   espera conseguir nuevos triunfos.
  María Josefa nació en 1811 en Abisola, Italia, de familia pobre.   Cuando todavía era muy jovencita, su papá la llamaba "la pequeña capitana",   porque demostraba tener cualidades de líder y ejercía mucha influencia entre sus   compañeras.
  Un día todas las personas mayores del pueblo dispusieron irse en   peregrinación a visitar un santuario de la Virgen, en otra población. Cuando ya   los mayores se habían marchado, María Josefa organizó a las niñas de la   población y con ellas se fue cantando y rezando, en peregrinación al templo del   pueblo. Un joven subió a la torre e hizo repicar las campanas, y así también los   menores tuvieron su fiesta religiosa.
  Un par de esposos muy ricos sufrían porque el marido estaba   paralizado y no tenían quien le hiciera de enfermera. Averiguaron qué mujer   había de absoluta confianza y les recomendaron a Josefa. Y ella atendió con el   más esmerado cariño al pobre paralítico durante ocho años. Los esposos en pago a   tantas bondades, dispusieron hacerla heredera de sus cuantiosos bienes. Pero la   joven les dijo que solamente había hecho esto por amor a Dios, y no les recibió   nada.
  Nuestra joven sentía un gran deseo de dedicarse a llevar una vida   de soledad y oración, pero su confesor le dijo que eso no era lo mejor para su   temperamento emprendedor. Entonces al saber que el señor obispo de Savona estaba   aterrado al ver que había tantas niñas abandonadas por las calles, sin quién las   educara, se le presentó para ofrecerle sus servicios. Al prelado le pareció muy   buena su oferta y la encargó de conseguir otras jovenes que quisieran dedicarse   a la educación de niñas abandonadas. Y así en 1837 con ella y varias de sus   amigas quedó fundada la congregación de Nuestra Señora de la Merced o de las   Misericordias, con el fin de atender a las jóvenes más   pobres.
  Con unos muebles viejos, una casona casi en ruinas, cuatro   colchones de paja extendidos en el suelo, unos kilos de papas, un crucifijo y un   cuadro de la Santísima Virgen, empezaron su nueva comunidad. Y Dios la bendijo   tanto, que ya en vida de la fundadora se fundaron 66 casas de la comunidad. Sus   biógrafos dicen que María Josefa no hizo milagros de curaciones, pero que obtuvo   de Dios el milagro de que su congregación se multiplicara de manera admirable.   Cada vez que tenía unos centavos sobrantes en una casa, ya pensaba en fundar   otra para las gentes más pobres.
  La esposa del paralítico al cual ella había atendido con tanta   caridad cuando era joven, le dejó al morir toda su grande herencia y con eso   pudo pagar terribles deudas que tenía y fundar nuevas casas.
  La Madre Josefa tenía una confianza total en la Divina   Providencia, o sea en el gran amor generoso con que Dios cuida de nosotros. Y   aún en las circunstancias más difíciles no dudaba de que Dios iba a intervenir a   ayudarla, y así sucedía.
  En su escritorio tenía una calavera para recordar continuamente en   que terminan las bellezas y vanidades del mundo.
  Durante 40 años fue superiora general, pero aún teniendo tan alto   cargo, en cada casa donde llegaba, se dedicaba a ayudar en los oficios más   humildes: lavar, barrer, cocinar, atender a los enfermos más repugnantes,   etc.
  Ante tantos trabajos y afanes se enfermó gravemente. El obispo se   dio cuenta de que se trataba de cansancio y exceso de trabajo. La envió a   descansar varias semanas, y volvió llena de salud y de energías para seguir   trabajando, por el Reino de Dios.
  Los misioneros encontraban muchas niñas abandonadas y en graves   peligros y las llevaban a la Madre Josefa. Y ella, aun con grandes sacrificios y   endeudándose hasta el extremo, las recibía gratuitamente para   educarlas.
  Su gran deseo era el poder enviar misioneras a lejanas tierras. Y   la ocasión se presentó en 1875 cuando desde Buenos Aires, Argentina, le rogaron   que enviara a sus religiosas a atender a las niñas abandonadas. Y coincidió el   envío de sus primeras misioneras con el primer grupo de misioneros salesianos   que enviaba San Juan Bosco. Así que ellas en el barco recibieron la bendición y   los consejos de este gran santo que estaba ese día despidiendo a sus primeros   misioneros salesianos.
  También en América sus religiosas fueron fundando hospitales,   casas de refugio y obras de beneficiencia.
  Sus últimos años padeció muy dolorosas enfermedades que la   redujeron casi a total quietud. Y llegaron escrúpulos o falsos temores de que se   iba a condenar. Era una pena más que le permitía Dios para que se santificara   más y más. Pero venció esas tentaciones con gran confianza en Dios y murió   diciendo: "Amemos a Jesús. Lo más importante es amar a Dios y salvar el alma".   El 7 de diciembre de 1880 pasó a la eternidad. En 1949 fue declarada   santa.
  Que la Divina Providencia de Dios envíe a su santa Iglesia muchas   "capitanas" que, como María Josefa Rosello, se dediquen a llenar el mundo de   obras de caridad.
  Dijo Jesús: "Id por todo el mundo y predicad el   Evangelio".
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  Fuente: Mercaba.org 
Catalina Tomás, Santa Monja, 28 de   julio   
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  |                        |                Catalina Tomás, Santa  |           Monja         Martirologio         Romano:         En la ciudad de Palma, en la isla de Mallorca, en España, santa         Catalina Tomás, virgen, que, habiendo ingresado en la Orden de Canonesas         Regulares de San Agustín, destacó por su humildad y la abnegación de la         voluntad (1574).                   Sí         alguna vez van ustedes a Mallorca, será obligado que visiten Valldemosa.         El turismo se basa, por desgracia, en lo espectacular. Y así, les         enseñarán la Cartuja, con sus celdas, y aquellas donde vivieron el pobre         Federico Chopin y la escritora George Sand una bien pobre aventura humana.         O en La Foradada, la mancha de humo de aquella hoguera que encendió Rubén         Darío, cuando quiso hacer una paella junto al mar. Salvo que ustedes         pregunten, nadie o casi nadie les hablará de Catalina Thomás, aquella         "santita mucama", como la llamó un escritor viajero español.
  Pues         allí, en Valldemosa, nació la chiquilla. En 1531, según unos         historiadores. O en 1533, según otros. Hija de Jaime Thomás y Marquesina         Gallard. Y desde su niñez, la leyenda dorada que acompaña piadosamente a         los santos con milagros candorosos y prodigios extraños.
  Las         biografías de Catalina Thomás recogen un sinfín de estos datos que         muestran que la Santa tuvo, ya en vida, una admiración popular fervorosa:         mientras recoge espigas, Catalina recibe la visión de Jesús crucificado.         Otra vez, huyendo de una fiesta popular que no le gustaba, es Nuestra         Señora misma quien baja a decirla que está escogida por su Hijo. Hasta         prodigios candorosos: una vez, llorando arrepentida por haber deseado unos         vestidos como los de su hermana, dice la tradición que Santa Práxedes y         Santa Catalina mártir —que será siempre fiel protectora suya— bajan del         cielo para consolarla.
  Pocos prodigios tan poéticos, tan bellos         como el de aquella noche en que, al despertarse, vio Catalina la         habitación inundada de una luz hermosa y clara. Era la luz blanca,         azulada, del plenilunio. Catalina piensa que está amaneciendo y se levanta         a por agua a una cercana fuente. Estando allí, dieron las doce de la noche         en la Cartuja y luego la campana que llamaba a coro a los frailes del         convento. Catalina se asusta entonces, al encontrarse perdida en aquella         noche de luz tan misteriosa. Como es una chiquilla, empieza a llorar. Y         San Antonio Abad, dicen, bajó del cielo y la tomó de la mano para llevarla         a casa.
  Catalina va a conocer una gran amargura muy joven. A los         tres años murió su padre. Ella se puso a rogar por su alma y un ángel vino         a decirle que estuviese contenta, porque su padre estaba en la gloria de         Dios. Cuatro años más tarde, tenía siete la chiquilla, se le aparece su         madre:
  "Hija mía, acabo de expirar en este mismo momento. Estoy         esperando tus oraciones para entrar en la gloria." Y tres horas más tarde,         Catalina recibía el consuelo de que su madre estaba en el cielo. Huérfana,         Catalina fue recogida por unos tíos suyos, quienes la llevaron al predio         "Son Gallart". Durante once años, Catalina vivió en aquella finca, a seis         o siete kilómetros de Valldemosa. Es éste un momento duro para Catalina,         pues la ausencia de Valldemosa significa dificultad para ir al templo,         para oír misa y para las prácticas religiosas en la casa de Dios. Los         domingos, al fin, podía asistir a misa en el oratorio de la Trinidad. Es         aquella zona donde los eremitas buscaban la paz de Dios frente a la paz de         aquel mar inolvidable; frente a esos crepúsculos de Mallorca en los que el         sol parece incendiar finalmente las aguas, teñirlas de rojo o, cuando está         en lo alto, revela desde la cornisa valldemosina, el fondo limpísimo del         mar.
  Pero Catalina no tenía mucho tiempo para la contemplación         poética. Una finca como "Son Gallart" exige mucho trabajo. Hay en ella         muchos peones, y ganado, y faenas de labranza que realizar. Catalina es         una muchacha activa. Ya es la criadita. Va a donde trabajan unos peones a         llevarles la comida de mediodía, trabaja en la casa, fregando, cosiendo,         barriendo; guarda algún rebaño cuando lo manda tío Bartolomé. Y tiene         siempre buen semblante, sonrisa a punto, corazón abierto.
  Aparece         entonces en la vida de Catalina un personaje importante y muy decisivo.         Uno de aquellos ermitaños, el venerable padre Castañeda. Es un hombre que         ha abandonado el mundo buscando la total entrega de su alma al Señor. Vive         en las colinas y de limosna. Un día pasa por el predio a pedir y Catalina         le conoce. Surge entre ambos una corriente de simpatía y de afecto.         Recomendada más tarde por Ana Más, Catalina va a visitar al padre         Castañeda al oratorio de la Trinidad. Catalina se le confía: ella quiere         ser religiosa. A la segunda entrevista, el padre Castañeda está         convencido. La dirección espiritual del religioso hará todavía un gran         bien a la muchacha. Pero entonces empieza un largo episodio: el de las         dificultades.
  Los tíos, al saber la vocación de su sobrina, se         oponen decididamente. Por aquellas fechas, una muchacha valldemosina, que         había ingresado en un convento de Palma, se sale, reconociéndose sin         verdadera vocación. Es, pues, mal momento político para que nadie ayude a         Catalina. Por otra parte, Catalina era una muchacha guapa y muy atractiva.         Es natural que muchos jóvenes de los alrededores se fijaran en ella con el         deseo de entablar relaciones y casarse. Catalina espera pacientemente. Y         otra dificultad llega. El padre Castañeda decide marcharse de         Mallorca.
  Catalina se despide de él con una sonrisa misteriosa. No,         el padre se irá, pero volverá, porque Dios quiere que él sea su apoyo para         entrar en el convento. Efectivamente, el barco que llevaba al religioso         sale de Sóller con una fuerte tormenta que le impide llegar a Barcelona. Y         regresa de nuevo a Valldemosa. El religioso ve que la profecía de la         muchacha se ha cumplido y decide ayudarla plenamente. Va a hablar con los         tíos y los convence. Catalina se marcha a Palma, para ir realizando las         gestiones previas a su ingreso en un convento. Y, en tanto, se coloca como         sirvienta en la casa de don Mateo Zaforteza Tagamanent y, en concreto, al         servicio de una hija de este señor llamada Isabel. Las dos muchachas se         cobran un fuerte cariño. Isabel la enseña a leer, escribir, bordar y otros         trabajos. Catalina da más; Catalina habla de Dios, permanentemente, a         Isabel. Y lleva una vida tan heroica, tan mortificada, que cae enferma.         Los señores y sus hijos se turnan celosamente junto al lecho de la criada.         Como si la criada fuese ahora la señora y ellos los honrados en         servirla.
  Y llega el momento de intentar, ya en serio, el ingreso         en alguno de los conventos de Palma. El padre Castañeda los recorre, uno         tras otro. Hay un grave inconveniente: Catalina carece de dote. Es         totalmente pobre. Pero estos conventos son también necesitados. No pueden         acoger a una aspirante que no traiga alguna ayuda... Convento de Santa         Magdalena, de San Jerónimo, de Santa Margarita... Las noticias que el         padre va llevando a Catalina son descorazonadoras. Catalina se refugia en         la oración. Y reza tan intensamente que, cuando ya todo aparece perdido,         los tres conventos a la vez, interesados por la descripción que de la         joven les ha hecho el religioso, deciden pasar por alto el requisito de la         dote. Y los tres conventos están dispuestos a admitir a Catalina         Thomás.
  Una tradición representa a Santa Catalina, sentada en una         piedra del mercado, llorando tristemente su soledad. Y en aquella piedra,         según la misma tradición, recibe Catalina la noticia de que ha sido         admitida. Aún se conserva esta piedra, adosada al muro exterior de la         sacristía, en la parroquia de San Nicolás, con una lápida —colocada en         1826— que lo acredita. Catalina, entonces, decide ingresar en el primero         de los tres conventos visitados, el de Santa Magdalena.
  A los dos         meses y doce días de su ingreso, Catalina toma el velo blanco. Media         ciudad de Palma, con su nobleza al frente, acude al acto, pues tanta es ya         la fama de la muchacha. Enero de 1553.
  Los años que vive Catalina         en el convento palmesano serán casi ocultos. Pero como es tan difícil que         la santidad pueda estar bajo el celemín, toda la ciudad acude a verla, a         consultarle sus problemas, a encomendarse a sus oraciones, a pedirle         consejo... Ella se resiste a salir al locutorio, se negaba a recibir         regalos y cuando tenía que recibirlos, los daba a las demás monjas.         Practicaba la pobreza, la obediencia, la castidad, siempre en grado         heroico. La prelada decidió un día someterla a una prueba bien dura. En         pleno verano, le ordenó que se saliese al patio y estuviera bajo el sol         hasta nueva orden. Catalina no dice una sola palabra: va al lugar indicado         y permanece allí varias horas, hasta que la superiora, admirada de su         fortaleza, la manda llamar.
  Catalina crece en amor y sabiduría. Sus         éxtasis son cada vez más frecuentes e intensos. Algunos duran hasta días.         En su celda se conserva aún la piedra sobre la que se arrodillaba y que         muestra las hendiduras practicadas por tantísimas horas de oración en         hinojos. Aunque ella procuraba ocultar, por humildad, estos regalos de         Dios, era natural que sus hermanas se enterasen. Y la fama         crecía.
  Un día, Catalina recibe el aviso de Dios. Diez años antes         de su muerte, supo cuándo sería llamada por el Señor. Y estuvo esperando         ansiosamente este momento. La Dominica de Pasión de 1574, el 28 de marzo,         Catalina entró en el locutorio donde estaba una hermana suya con una         visita. Iba a despedirse —dijo—, pues se marchaba al cielo. Y         efectivamente, al día siguiente, después de comulgar en éxtasis, mandó         llamar al sacerdote porque se sentía morir. Los médicos dijeron que no la         encontraban grave, pero el sacerdote acudió y apenas recibidos los         sacramentos, mientras la superiora rezaba con ella las oraciones, tras         haber pedido perdón a la madre y a las hermanas, cayó en un éxtasis al         final del cual entregó su alma a Dios el 5 de abril.
  Lo demás,         vendría por sus pies contados. El proceso de beatificación, la         beatificación, el proceso siguiente y por fin la gloria de los altares.         Con una particularidad. El fervor popular por Santa Catalina Thomás iría         creciendo y manteniéndose de tal modo que, aunque ella murió en 1574, la         beatificación se dicta —por Pío VI— en 1792 y la canonización —por Pío XI—         en 1930. El cuerpo de Catalina Thomás se ha conservado         incorrupto.
  La vida de esta muchacha mallorquina es, ya lo decimos,         un distinto camino de la santidad, Una santidad vivida con impresionante         sencillez, con rotunda eficacia. Una santidad hecha de la elevación de la         virtud al grado heroico. Y, al mismo tiempo, una santidad popular. En el         alma de Mallorca sigue bien recio el amor por su santita criada, su         santita pastora, su santita monja. Aunque el turismo no muestre su         itinerario, está en el corazón de los mallorquines.
  En Valldemosa         se la festeja durante dos días, 27 y 28 de Julio. El         Martirologio romano la recuerda el 5 de     Abril.  | 
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  Fuente: itunet 
Nazario y Celso, santos Mártires, 28 de   julio   
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  |                        |                Nazario y Celso, santos  |           Mártires         Martirologio Romano: En Milán, de la provincia de Liguria, santos Nazario y         Celso, mártires, cuyos cuerpos fueron hallados por san Ambrosio (inventio         395).
  Etimología: Nazario         = Aquel consagrado a un fin, del         hebreo.                           Celso = elevado, del latín
  Nazario nació en Roma. Su padre era         un acaudalado caballero pagano, oriundo del norte de África. Su madre,         fervorosa cristiana había nacido en Roma; la Iglesia la venera con el         nombre de santa Perpetua. Se cree que fue bautizado por el papa san Lino,         sucesor de san Pedro en la sede romana, Inflamada su alma de amor divino,         resolvió salir de Roma para dedicarse a la salvación de las almas menos         favorecidas, 
  Predicó en nombre de Jesucristo. "Los pobres son su         prójimo" , decían los del lugar. A lo que él replicaba; "Son más que mi         prójimo; son mis hermanos, mis hijos en espíritu" . Y en provecho de ellos         vendió sus vastas heredades, vistió el sayal de peregrino y comenzó su         misión evangelizadora con los menesterosos, los enfermos y los huérfanos.         
  Recorrió Florencia y se dirigió a la ciudad de Milán. El         gobernador Anolino interrogó a los guardias: "¿,Quién es ese hombre que         habla sobre la fe de un nazareno llamado Jesús y todos lo siguen?" Dio         orden de que lo encarcelaran y al día siguiente se presentó en su celda.         Su presencia llevaba un fin: persuadirlo a que adorase a los dioses de         Roma. 
  Como Nazario se negase, fue flagelado y expulsado de Milán.         Llevó entonces a la Galia su prédica evangelizadora. Un domingo, orando en         la población de Melia, una mujer, llamada Marionilla, llegó con un niño,         su hijo. "Aquí está Celso le dijo , para que lo bautices y lo instruyas en         tu fe, la que recompensa con la vida eterna". 
  La gracia del Señor         resplandeció sobre Celso. Nazario y Celso maestro y discípulo, sembraron,         con sus eficaces pláticas y la ejemplaridad de sus vidas, aquella semilla         de la cual habla el evangelio; y esta semilla "cayó toda en tierra         fértil". 
  En la ciudad de Tréveris ambos realizaron milagros. En         compañía de los recién convertidos entonaban cánticos sagrados y en las         procesiones pregonaban la paz entre los hermanos y entre los pueblos.         
  Arrestados los dos y llevados a la cárcel, se los condenó a         muerte. La tradición refiere que fueron milagrosamente salvados y         volvieron a Italia. En Milán, el gobernador Anolino por segunda vez los         hizo encarcelar. Como Nazario era ciudadano romano y pertenecía a la         nobleza, el gobernador consultó la sentencia con Nerón. 
  Conducidos         a la plaza mayor de Milán, fueron decapitados, el 28 de julio del año 68.         Los cristianos recogieron sus cadáveres y los sepultaron en un huerto de         extramuros. 
  Más de trescientos años después, en 395, fue revelado         a san Ambrosio como él mismo ha escrito el lugar donde estaban los         sagrados despojos. Refieren las crónicas que éstos estaban como si ese         mismo día hubiesen sido sepultados. San Ambrosio los hizo trasladar a la         iglesia de los Apóstoles, que acababa de hacer construir. 
  Los         habitantes de Milán reverencian a estos dos santos como a sus dos         patronos. Otros Santos cuya fiesta se celebra hoy: Santos: Acacio,         Eustasio, Furadrán, Lúcido, Peregrino, Raimundo, confesores; Botvido,         David y compañeros, mártires; Víctor I, Inocencio I, papas; Catalina         Thomás, religiosa; Pedro Poveda, fundador de la Institución Teresiana,         beato.  | 
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  Pedro   Poveda Castroverde, Santo   Sacerdote y Mártir, 28 de julio   
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  |                        |                Pedro Poveda Castroverde,           Santo  |           Sacerdote y Mártir Fundador de la Institución         Teresiana         Martirologio Romano: En Madrid, capital de España, San Pedro Poveda         Castroverde, presbítero y mártir, fundador de la Institución Teresiana         destinada a promover la formación cristiana, que al comienzo de la         persecución contra la Iglesia fue asesinado por odio a la religión, dando         un claro testimonio de su fe (1936).
  Nacido en Linares (Jaén)         en 1874 en el seno de una familia muy cristiana, Pedro José Luis Francisco         Javier Poveda Castroverde era el mayor de seis hermanos. De temprana         vocación sacerdotal, ingresa joven en el Seminario de Jaén, aunque por         motivos económicos se traslada con una beca al Seminario de Guadix         (Granada). Compagina los estudios eclesiásticos con los civiles. Fue         ordenado sacerdote en 1897 y, al tiempo que continúa sus estudios, da         clases, atiende catequesis, predica misiones populares, dirige a         seminaristas… Su preocupación por los niños que vivían en las Cuevas de         Guadix le lleva a fundar las Escuelas del Sagrado Corazón, donde ofrece         enseñanza gratuita, alimento y vestido a los más necesitados de esta zona         suburbial de la ciudad.  En 1906 es nombrado canónigo de la Basílica de         Covadonga (Asturias), donde permanece hasta 1913. Allí, estudia la         situación educativa de la España de principios de siglo, pensando qué         respuesta puede dar desde el humanismo cristiano para la educación de los         niños y la formación de los educadores en el momento histórico que le toca         vivir. Así, en 1911 funda en Oviedo la primera Academia de la Institución         Teresiana. En 1913 regresa a Jaén, donde conocerá a Josefa Segovia, quien         será su fiel colaboradora y cofundadora de la Institución. En 1921 las         Academias, Centros de formación de educadores, cuyo campo principal de         actuación será la escuela pública, estaban en doce poblaciones de         importancia. En 1917 la Institución Teresiana obtiene la aprobación         eclesiástica y civil en Jaén, y en 1924 la aprobación pontificia como Pía         Unión. El Padre Poveda se traslada a Madrid en 1921, al ser nombrado         Capellán de la Casa Real. Sigue trabajando en la consolidación y expansión         de la Institución Teresiana, participa en la fundación de la FAE         (Federación de Amigos de la Enseñanza), y colabora con proyectos e         instituciones a favor del profesorado católico. El 27 de julio de 1936 es         detenido en su casa de Madrid. Muere mártir, como sacerdote de Jesucristo,         el 28 de julio de 1936.
  ¿Cuáles son los rasgos personales del         Padre Poveda? 
  Convencido de que la fuerza del Evangelio puede         transformar la realidad, se preocupa por la formación de la persona humana         y promueve la educación como medio de transformación social. Su contacto         con realidades de pobreza, hambre, enfermedad, paro, e injusticia, en su         infancia, le lleva a luchar contra ello y a trabajar por la dignidad         humana mediante la formación de las clases populares; confía en la         capacidad de la juventud para transformar el mundo; reclama y promueve la         presencia de la mujer en el campo de la educación, de la ciencia, de la         investigación. Le preocupa la actualización pedagógica del profesorado, la         asociación profesional de los maestros y su promoción social, así como su         compromiso con la realidad desde su ser creyente. Humanista y pedagogo,         educador de educadores, impulsor del laicado, maestro de oración, hombre         de paz, audaz y solidario con los más desfavorecidos, creyó que la         renovación de la educación, de la cultura y de las relaciones entre los         hombres eran posibles desde la fe. Sacrificado y paciente, manso y         humilde, sencillo, afable y respetuoso, de fino sentido del humor y gran         fortaleza interior. Con una entrega entusiasta a Dios, gran devoción a la         Virgen, y filial amor a la Iglesia. Austero para sí y tolerante con todo         excepto con el pecado. El trabajo, la oración, el estudio, el amor         entregado a los demás, el hacer la voluntad de Dios, fueron constantes en         su vida. Poveda es ante todo sacerdote y apóstol de Jesucristo. Y la         Eucaristía, el centro de su existir. Testigo fiel, acaba dando la vida en         testimonio de su fe. Su grandeza se basa en la coherencia de su vida con         el Evangelio, en la intuición de los signos de su tiempo y en la         radicalidad de su entrega a Dios, a los hombres y al mundo que le tocó         vivir.
  Fue beatificado por S.S. Juan Pablo II el 10 de octubre de         1993 y canonizado el 4 de mayo de 2003.   | 
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  Germán   Martín Martín, Beato   Sacerdote y Mártir, 28 de julio   
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  |                        |                Germán Martín Martín, Beato  |           Germán Martín Martín nace en San Cristóbal del Priero,         Oviedo (España), el 9 de febrero de 1899.
  Luego de ingresar a los         Salesianos de Don Bosco, hizo su profesión religiosa en el año 1918 y         recibió la ordenación sacerdotal en 1927.
  Se prodigó con         generosidad y celo al bien de las almas en La Habana (Cuba), Bilbao y         Madrid.
  Iniciada la revolución el año 1936, buscó un refugio y         siguió ejerciendo su ministerio.
  Fue arrestado en Madrid el 30 de         agosto de 1936, y por el solo hecho de ser sacerdote fue fusilado el 28 de         julio.
  Beatificado el 28 de octubre del 2007 junto a otros         497 mártires en España.  | 
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  Fuente: franciscanos.org 
Alfonsa de la Inmaculada   Concepción (Ana) Muttathupadathu, Santa Primera Santa de la India, 28 de   julio   
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  |                        |                Alfonsa de la Inmaculada Concepción (Ana)               Muttathupadathu, Santa  |           Religiosa Clarisa de la India         Martirologio Romano: En la ciudad de Bharananganam, en         Kérala, en la India, Santa Alfonsa de la Inmaculada Concepción (Ana)         Muttathupadathu, virgen, que, para evitar que la obligasen a casarse,         metió el pie en el fuego, y admitida en las Clarisas Malabarenses, vivió         casi continuamente enferma ofreciendo su vida a Dios         (1946).
  Santa Alfonsa, católica de rito siro-malabar, religiosa         profesa de la congregación de las Franciscanas Clarisas de Kerala, es la         primera mujer de la India que ha sido beatificada. El tiempo de su vida         religiosa fue un sucederse de enfermedades y sufrimientos, que ella         afrontaba gozosa y serena a la luz del misterio pascual, confortada en la         contemplación de la muerte y resurrección de Jesucristo.
  Santa         Alfonsa de la Inmaculada, en el siglo Ana Muttathupadam, nació el 19 de         agosto de 1910 en Kudamaloor (Kerala, India); fue bautizada 8 días después         y se le impuso el nombre de Ana; fue educada en el contexto         socio-religioso de las familias católicas de rito siro-malabar. Después de         los estudios elementales y medios pidió, en 1928, ingresar en el instituto         de las Franciscanas Clarisas; vistió el hábito religioso el 19 de mayo de         1931; emitió la profesión simple en 1932 y la perpetua el 12 de agosto de         1936.
  El período de 1930 a 1936 estuvo caracterizado por graves         enfermedades y sufrimientos morales. A partir de 1936 y hasta su muerte,         acaecida en 1946, sor Alfonsa no pudo ejercer por largo tiempo ninguna         tarea debido a las continuas enfermedades. Durante un año enseñó en         Vakakkadu, pero la tuberculosis que padecía desde hacía años le impidió         seguir enseñando. Desde 1939 fue un subseguirse de enfermedades dolorosas.         Un tumor extendido por todo el organismo transformó su último año de vida         en una continua agonía. Murió serenamente el 28 de julio de 1946 en         Bharananganam.
  Su lema fue: consumarse como una vela para iluminar         a los demás. Daba un gran valor al sufrimiento, viéndolo a la luz del         misterio pascual, es decir, de la muerte y de la resurrección de Cristo.         Si bien esta actitud espiritual se afinó y elevó con el tiempo, sin         embargo la tenía ya en el período de su primera juventud, cosa que afirma         un familiar suyo y también un médico pagano brahmán que, después de haber         visitado a sor Alfonsa, manifestó a un amigo su gran admiración y asombro         por la serenidad y el gozo con los que la religiosa soportaba los grandes         sufrimientos causados por el tumor extendido por todo su cuerpo. La         explicación de esta actitud alegre ante el dolor nos la da una compañera         suya: "Pasión, sacrificio, amor de Dios y del prójimo, son éstos los         elementos que deben santificar la vida; y éste es el mensaje que sor         Alfonsa lanza al mundo moderno, a la Iglesia y a la patria".
  Mons.         Sebastián Valloppilly, obispo de Tellicherry (India), que conoció muy bien         a la Sierva de Dios, percibió el valor incalculable, actual y eclesial del         mensaje de sor Alfonsa para el mundo actual: el dolor no es un mal, las         pruebas y dificultades de la vida, aceptadas y sufridas con gozo por amor         de Dios, son causa de méritos, y para adquirirlos no es necesario realizar         acciones extraordinarias que llamen la atención: las cruces diarias,         abrazadas con gozo por amor de Dios, exaltan la vida cristiana y nos         permiten adquirir grandes méritos. Sor Alfonsa, durante su breve vida, no         hizo grandes y extraordinarias acciones desde el punto de vista humano,         pero su mensaje es fácilmente perceptible en India: el mismo Ghandi enseñó         el valor del sufrimiento; sor Alfonsa, además, imprimió a esta enseñanza         la luz sobrenatural del Evangelio.
  El mensaje de sor Alfonsa se         dirige al mundo entero, pero de forma particular a los sacerdotes,         religiosos y almas consagradas, por quienes se ofreció como         víctima.
  Es notable el hecho de que esta heroína de las virtudes es         honrada no sólo por católicos, sino también por brahmanes y mahometanos,         que visitan su tumba e invocan su intercesión: este modo de practicar el         ecumenismo comenzó inmediatamente después de la muerte de la Sierva de         Dios (1946) y sigue también hoy creciendo progresivamente.
  La         congregación de las Franciscanas Clarisas de Kerala fue fundada hacia         1870; trabaja especialmente con los pobres, enfermos, ancianos y         abandonados. Tiene 9 provincias, 300 casas y más de 4.000 religiosas:         2.000 actúan en Kerala y otras tantas trabajan en las misiones del Norte         de India, donde cada provincia tiene misiones propias.
  Fue         beatificada el 8 de febrero de 1986 por S.S. Juan Pablo II y canonizada el         12 de octubre de 2008 por S.S. Benedicto XVI.  | 
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  _Fuente: Archidiócesis de Madrid 
Inocencio I, Santo XL   Papa, 28 de julio   
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  |                        |                Inocencio I,         Santo  |           XL Papa         Martirologio         Romano:         En Roma, en el cementerio de Ponciano, junto al "Oso peludo", sepultura         de san Inocencio I, papa, que defendió a san Juan Crisóstomo, consoló a         san Jerónimo y aprobó a san Agustín (417).                   Nació en la segunda mitad del siglo IV y parece ser que en         Albano, aunque documentalmente no pueda demostrarse con certeza. Fue         elegido papa en el año 401, como sucesor de Anastasio I. 
  Consiguió         que se reconociese su autoridad papal en Iliria, región montañosa situada         en la región nororiental del Adriático que hoy corresponde a Bosnia y         Dalmacia.
  Expulsó de la Ciudad Eterna a los perseguidores y         detractores de san Juan Crisóstomo, a pesar de la oposición del emperador         Arcadio (407). Pero no pudo, a pesar de sus esfuerzos y negociaciones,         evitar el saqueo de Roma por Alarico el 24 de agosto del año 410.
  A         petición de san Agustín, condenó la herejía pelagiana (417).
  Con         respecto al gobierno que debió ejercer en Hispania, hay que mencionar la         carta dirigida a Exuperio, obispo de Tolosa, dándole normas para la         reconciliación y admisión a la comunión a los que una vez bautizados se         entregaran de modo pertinaz a los placeres de la carne. De alguna manera,         modera la disciplina, en vigor hasta entonces, contemplada en los         concilios de Elvira y de Arlés y propiciada por las iglesias africanas;         eran normas un tanto rigoristas extremadamente extrañas para nuestra         época, que negaban la admisión a la comunión de este tipo de pecadores         incluso en el momento de la muerte, aunque se les concediera fácilmente la         posibilidad de la penitencia. Reconoce en su escrito que hasta ese momento         ´la ley era más duraª, pero que no quiere adoptar la misma aspereza y         dureza que el hereje Novaciano. De todos modos no presume de innovaciones,         ni se presenta como detentor de un liberalismo laxo; justifica plenamente         las normas anteriores, afirmando que esa praxis era la conveniente en         aquel tiempo.
  En el 416, cuando quiere recordar a los obispos         españoles la autoridad indiscutida del obispo de Roma y la obediencia que         le deben desde España, escribe una carta en la que afirma que en toda         Italia, Francia, Hispania, África y Sicilia sólo se han instituido         iglesias por Pedro o por sus discípulos. Esta carta es empleada como         argumento documental muy importante por quienes desautorizan la         antiquísima tradición que sostiene la predicación del Apóstol Santiago en         España y la conjetura fundada de la visita del apóstol Pablo a este         extremo del Imperio.
  Interviene también por los años 404-405 para         restaurar la paz entre los obispos de Hispania, después de las         resoluciones cristológicas antipriscilianistas del concilio de Toledo del         año 400; recomienda el reconocimiento de la autoridad y gobierno episcopal         de los que fueron ordenados por partidarios de Prisciliano pero que         continúan profesando la fe verdadera al aceptar la consubstancialidad del         Hijo con el Padre y la unicidad de Persona en Cristo.
  Ocupó la Sede         de Pedro hasta su muerte el 12 de marzo de 417.
  En muchos lugares         se lo sigue recordando el 28 de julio, aunque en el nuevo Martirologio         Romano su fiesta es el 12 de marzo.  | 
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  Fuente: www.lasalle.org 
Jaime Hilario (Manuel Barbal   Cosán), Santo Mártir Lasallista, 28 de julio   
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  |                        |                Jaime Hilario (Manuel Barbal Cosán),               Santo  |           Mártir Lasallista         Martirologio Romano: En Tarragona, España, beato Jaime Hilario (Manuel)         Barbal Cosán, religioso de los Hermanos de la Escuelas Cristianas, mártir,         condenado a la pena capital por odio a la Iglesia en la mencionada         persecución (1936).
  Manuel Barbal Cosán nace el 2 de enero de         1898 en Enviny, pequeña ciudad al pie de los Pirineos al Norte de España.         Conocido por su carácter serio, no tiene más que 12 años cuando, con la         bendición de sus padres, trabajadores valientes y piadosos, entra en el         seminario de la diócesis de Urgel. Pero al poco tiempo tiene problemas         auditivos y le aconsejan de volver con su familia. Convencido de que Dios         le llama, siente una gran alegría cuando, en 1917, se entera de que el         Instituto de los Hermanos le acepta en el Noviciado de Irún, cerca de la         frontera francesa. Después de dieciséis años en diferentes comunidades,         sus problemas auditivos aumentan y le obligan a abandonar la escuela para         trabajar en la huerta de la casa de formación de San José en Cambrils,         Tarragona.
  En julio de 1936, dirigiéndose a su casa familiar en         Enviny, se encuentra en Mollerusa cuando la guerra civil estalla.         Identificado como Hermano, es arrestado y encarcelado. En diciembre se le         traslada a Tarragona y se le envía a un barco-prisión junto con otros         Hermanos. El 15 de enero de 1937, se le hace un juicio sumario. A pesar de         que puede lograr su libertad declarando que no es más que hortelano,         insiste sobre su condición de religioso y de este modo sella su destino.         El 18 de enero, es conducido al cementerio en la cuesta llamada Monte de         la Oliva para ser ejecutado. Sus últimas palabras a sus asesinos son:         "Muchachos, morir por Cristo es vivir". Cuando dos descargas de fusil         fallan su diana, los soldados abandonan sus fusiles y huyen. Su jefe,         vociferando insultos groseros, dispara cinco pistoletazos a quemarropa y         la víctima cae a sus pies.
  Nacido el 2 de enero de 1898 Entrado         en el Noviciado el 24 de febrero de 1917 Martirizado el 18 de enero de         1937 Beatificado el 29 de abril de 1990 Canonizado el 21 de         noviembre de 1999  | 
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  Fuente: www.dominicos.org 
Melchor de Quirós, Santo   Obispo y Mártir, 28 de julio   
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  |                        |                Melchor de Quirós,           Santo  |           Obispo y Mártir         Martirologio Romano En Nam Dinh, de Tonquín (hoy Vietnam), san Melchor         García Sampedro, obispo, de la Orden de Predicadores y mártir, encerrado         primero por ser cristiano en una estrechísima cárcel, y después, por orden         del emperador Tu Duc, materialmente despedazado (1858). 
  En una         pequeña aldea, Cortes, del concejo asturiano de Quirós, el año 1821, nace         Melchor García Sampedro. Un tío suyo sacerdote que regenta una parroquia         cercana le instruye en las primeras letras. A los catorce años se desplaza         a Oviedo. Estudia en la Universidad de esa ciudad Filosofía y Teología con         vistas a ser sacerdote en aquella diócesis. Cuando estaba en los últimos         años de teología decide incorporarse a la Orden Predicadores. Esto le         obligó al terminar sus estudios e incluso tras ser durante algún tiempo         profesor en la Universidad a desplazarse al único convento de dominicos         que las leyes desamortizadoras habían tolerado e España, el de         Ocaña.
  Toma el hábito y empieza el noviciado en agosto de 1845. Un         año después se compromete definitivamente con la Orden. El 29 de mayo de         1847 sería ordenado sacerdote. Sólo nueve meses después sería destinado a         Manila. Embarcará un siete de marzo de 1848. Con él otros cuatro dominicos         navegaron durante cinco meses y medio. El día de Santiago desembarcaron en         la capital de las islas Filipinas.
  Se le propone ser profesor en la         reconocida universidad de Santo Tomás de Manila que los dominicos habían         fundado y era, y es, el centro católico de más prestigio del Oriente.         Manifiesta, sin embargo, su deseo de siempre de ser misionero y los         superiores respetan esa decisión.
  Las misiones a las que quería ser         enviado eran las de Tung-King, como entonces se llamaba el Vietnam de         ahora. Si por algo se significaban esas misiones era por el hecho de que         el misionero se jugaba la vida, a causa de las oleadas de persecuciones         que de vez en cuando desataban las autoridades políticas. 
  Llegado         a Tung-King tuvo que enfrentarse antes de nada con el aprendizaje de la         lengua anamita. No debió tardar mucho en hacerse más o menos con ella,         porque a los pocos meses estaba ya ejerciendo el ministerio pastoral, es         decir: oyendo confesiones, predicando. Pronto se le nombró Vicario General         del Vicariato oriental.
  La situación de persecución se agudizó y         generalizo. Lo que hizo que la Iglesia quisiera que, junto al obispo         titular, se consagrara también uno coadjutor. Así en el caso del martirio         del obispo, la iglesia no quedaría nunca sin pastor. Mons. José María Díaz         Sanjurjo fue delegado de la santa Sede para elegir y consagrar un obispo         coadjutor. Y eligió al que todos esperaban que lo fuera, Fray Melchor         García Sampedro.
  San Melchor comenzó su actividad como obispo a los         34 años. Difícil fue su ministerio. Mons. Melchor, ahora un personaje, por         su condición de obispo y por la admiración de sus fieles, encontraba         realmente difícil no ser reconocido por los perseguidores. Sin embargo su         ministerio le obligaba a desplazarse de comunidad cristiana en comunidad         cristiana. El martirio estuvo siempre en sus deseos más profundos. De         momento le tocó presenciar cómo fieles cristianos, sacerdotes, catequistas         iban siendo martirizados. Él pudo contar el encarcelamiento, los         sufrimientos y el martirio del obispo titular, hoy San José María Díaz         Sanjurjo. Tuvo lugar e 20 de julio de 1957.
  Fue un tiempo, lo         relata el mismo San Melchor de desplazamientos camuflado, vestido como un         hijo de aquella tierra, a pie descalzo, o en pequeñas barcas...; de         catequesis durante las noches, de misa antes de amanecer. Todo ello viendo         cómo la persecución se iba llevando a catequistas, sacerdotes fieles...Se         sentía casi con mala conciencia por ver que el martirio no le llegaba a         él, que tenía como misión alentar esa fe que a otros les había supuesto         ser asesinados.
  Se le busca ansiosamente para acabar con su vida.         Tuvo que realizar un duro discernimiento, ofrecerse él a quienes lo         buscaban o seguir ocultándose. El mismo refiere lo que llama el         "purgatorio" de no saber qué hacer. Pero, sin necesidad de salir al         encuentro de quienes le buscaban el 13 de mayo escribe a la autoridad de         la Orden en España, despidiéndose con estas palabras "Si ésta es la         última, hasta el cielo. Adiós".
  De acuerdo con la estrategia que,         como hemos dicho se seguía, tuvo que proceder a elegir entre los         sacerdotes uno que la Santa Sede nombrara obispo coadjutor. Eligió a Fray         Valentín de Berriochoa, vasco de Elorrio. Un mes después San Melchor fue         hecho prisionero. Se le acusaba de haber entrado en aquel país sin permiso         y de ser el jefe de quienes atentaban contra el emperador Tu-Duc. Siendo         cierta la primera razón, fray Melchor manifestó siempre un cuidado interés         en quedar fuera de las decisiones puramente políticas y en respetar la         autoridad política. En las numerosas cartas que se conservan nunca se         encuentra alusión, y menos crítica, a asuntos puramente         políticos.
  Fue su sucesor Mons. Valentín, así como otros         sacerdotes, quienes han contado con todo detalle su arresto, su traslado a         la capital de la provincia y su terrible martirio. Pocos martirios podemos         ver en actas de mártires que hayan alcanzado la crueldad del infligido a         san Melchor. Extremidades descoyuntadas para atarlas a estacas que estaban         a mayor distancia de lo que permitían sus brazos y piernas, para luego ser         cortadas sus extremidades con un hacha sin filo. Los testigos relatan         incluso el número de golpes que fue necesario dar a sus rodillas, a sus         brazos para cortarlos. Le abrieron el vientre y finalmente le cortaron la         cabeza. Era el 28 de julio de 1858. Tenía el santo 37 años
  Será su         sucesor, San Valentín de Berriochoa, comentará cómo se cumplió en aquellas         tierras una vez más que la sangre de mártires es semilla de cristiana.         "Por muchos años que hubiera vivido el santo obispo fray Melchor         desarrollando su conocido celo apostólico difícilmente hubiera convertido         al cristianismo más que los que convirtió con su martirio", dice el         santo.
  Cuando llegó a Asturias la noticia del martirio de san         Melchor aún vivían sus padres. Sus restos llegarían años después. Hoy se         veneran en la catedral de Oviedo.
  Pío XII le beatificó junto a su         predecesor, José María Díaz Sanjurjo el 29 de abril de 1951. El 19 de         junio de 1988 fue canonizado por Juan Pablo II, junto con otros         ciento dieciséis mártires de la Iglesia         Vietnamita. 
  El mismo papa los proclamó patronos de esa         iglesia.          ORACIÓN Sacerdote de Dios,  misionero fervoroso,  apóstol         infatigable,  mártir de la fe de Jesucristo,  bienaventurado fray         Melchor.  Me acerco a ti confiadamente impetrando tu ayuda en mi         necesidad,  tu consuelo en mi dolor,  tu esfuerzo en mi desaliento.          Tu que anduviste por caminos de humildad,  quítame el espíritu de         soberbia;  tu que te entregaste a Dios tan generosamente,  haz que         desaparezca en mí el egoísmo.  Haz que en Dios crea con la intensidad         de tu fe  y que a Dios sirva con el desinterés con que tu le serviste.          Haz que arda en mí aquella caridad que te llevó a sufrir  tan         horrible y doloroso martirio.  Si lo que te pido en esta novena es para         gloria de Dios,  alabanza tuya y bien de mi alma,  concédemelo; de         lo contrario,  dame conformidad, energía y entereza para sobrellevar          mis sufrimientos y para cumplir en todo  y siempre la voluntad de         Dios.  Amén.         
  Ésta y muchas oraciones las encontrarán en  
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  Fuente: ACIprensa.com 
Víctor I, Santo XIV Papa, 28 de   julio   
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  |                        |                Víctor I, Santo  |           XIV Papa de la Iglesia y Mártir         Martirologio Romano: En Roma, san Víctor I, papa, africano de nacimiento, que         fijó para todas las Iglesias la celebración de la fiesta de Pascua en el         domingo que sigue inmediatamente a la Pascua judía (c.         200).
  San Víctor, originario de Africa, sucedió en el         pontificado a San Eleuterio hacia el año 189. Afrontó eficazmente las         grandes dificultades de su época. Por ejemplo, ciertos cristianos del Asia         que vivían en Roma, insistían en celebrar la Pascua según su propia         tradición, aunque no fuese en domingo. Como ciertos obispos de Asia los         apoyasen, San Víctor los amenazó con la excomunión. Otra de las         dificultades que tuvo que enfrentar, fue la enseñanza de Teódoto, quien         sostenía que Jesucristo era simplemente un hombre dotado de poderes         sobrenaturales. 
  San Víctor murió antes de que comenzase la         persecución de Septimio Severo, pero las persecuciones que debió sufrir         por su enérgico celo para defender la fe, le merecen el título de mártir.         Según San Jerónimo, este santo fue el primero en celebrar los sagrados         misterios en latín.   | 
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  Fuente: www.sdb.org 
José Caselles Moncho y José Castell   Camps, Beatos Mártires Salesianos, 28 de julio     
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  |                        |                José Caselles Moncho y José Castell Camps,               Beatos  |           Mártires Salesianos         Martirologio Romano: En Barcelona, España, beatos José Caselles Moncho y José         Castell Camps, presbíteros de la Sociedad Salesiana y mártires, que         durante la misma persecución religiosa merecieron alcanzar con el martirio         la gloria de la vida eterna (1936).
  José Caselles         Moncho
  Era de Benidoleig (Alicante). Nació el 8 de agosto de         1907. Estudió en el colegio salesiano de Valencia y se fue pronto al         aspirantado, a Campello. Allí profesó en 1927. De ahí se trasladó a Samá,         recordado siempre como un joven amable, servicial y         caritativo.
  Cursó Teología en Carabanchel (Madrid) y fue ordenado         sacerdote en 1936 en Valencia, durante el verano lo enviaron al Tibidabo.         Con la guerra su única pretención era asegurar el refugio a los niños que         allí vivían, sin preocuparse de él mismo. Al final le detuvieron y tras         torturarle en una de las checas de Barcelona, lo asesinaron el 27 de         julio.
  José Castell Camps
  Don José era natural de         Ciudadela (Menorca), desde el 12 de octubre de 1902. Allí conoció a los         salesianos y un tiempo después se marchó a Campello y Carabanchel para sus         estudios salesianos. Profesó en la Congregación en 1918 y se ordenó         sacerdoten en 1927.
  En 1933 fue destinado al Tibidabo. En julio del         36 vio arder el templo desde el bosque y bajó después a Barcelona a buscar         refugio. El 28 de julio una patrulla de milicianos le detuvo, le         sometieron a un careo ante otro salesiano y, finalmente, lo mataron esa         misma noche en una de las checas de la capital catalana.
  Fueron         beatificado por S.S. Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001 junto a otros         231 mártires españoles.   | 
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  Fuente: L´oservatore Romano 
Manuel Segura, Beato   Mártir, 28 de julio   
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  |                        |                Manuel Segura, Beato  |           Martirologio         Romano:         En Gabasa, pueblo de la provincia de Zaragoza, en España, beatos Manuel         Segura, presbítero, y David Carlos, religioso de la Orden de los Clérigos         Regulares de las Escuelas Pías, mártires durante la persecución contra la         Iglesia durante la guerra civil española(1936).                   Nació en Almonacid de la Sierra (Zaragoza), el 21 de enero         de 1881. Vistió el hábito escolapio en Peralta de las Sal (Huesca) el 1 de         noviembre de 1899 y fue ordenado sacerdote en Barbastro el 25 de mayo de         1907.
  El p. Manuel Segura cumplió su misión de maestro y educador         en los colegios escolapios de Barbastro, Tamarite, Pamplona y Tafalla.         Cuando el santuario calasancio de Peralta fue cercado por los milicianos         armados, los novicios estaban jugando al fútbol en el patio. El p. Segura,         su maestro, les exhortó a pasar del deporte al martirio. Ellos se libraron         y lo recuerdan como un educador lleno de ternura. Recibió la corona del         martirio el 28 de julio de 1936, tenía 55 años de edad.
  A su lado         fue sacrificado, a sus 29 años, el hermano David Carlos, un navarro de         Asarta. Encargado del huerto, trabador y noble, era muy querido por los         peraltenses, también labradores. Sus verdugos le dijeron que le perdonaban         la vida si abandonaba el hábito religioso. Pero no renegó.
  Fueron beatificados el 1 de octubre         de 1995.   | 
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  Fuentes: IESVS.org; EWTN.com;   hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
   
  Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
   
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