J†A
  JMJ
  Pax
  †   Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 34-42;   11,1
  Gloria a ti, Señor.
  En   aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: 
"No piensen que he venido a traer   la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la guerra. He venido a   enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su   suegra; y los enemigos de cada uno serán los de su propia familia. 
El que   ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su   hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me   sigue, no es digno de mí. 
El que salve su vida, la perderá y el que la   pierda por mí, la salvará.
Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y   quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado. 
El que recibe a un   profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un   justo por ser justo, recibirá recompensa de justo. 
Quien diere, aunque no   sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por ser discípulo mío,   yo les aseguro que no perderá su recompensa".
Cuando acabó de dar   instrucciones a sus doce discípulos, Jesús partió de allí para enseñar y   predicar en otras ciudades. 
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor   Jesús.
  Suplicamos tu   oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus   oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te   salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre   todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre   de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.   Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa! 
  Aclaración:   una relación muere sin comunicación   y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras   de vida eterna"   (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no   basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite   ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han   sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
  Por leer la Palabra, no se debe   dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse   el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al   Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y   nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias   por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en   CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
  Nota: es una película protestante, por eso   falta LA MADRE.
  El Misterio de la Misa en 2 minutos:   https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
  Lo que no ven tus ojos (2 minutos):   http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
  El Gran Milagro (película completa):   http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
  Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
    "El GRAN tesoro oculto de la Santa   Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc 
  Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo,   tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc   14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y   no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros"   (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre   dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si   comulgamos   en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y   renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero   (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios,   que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos   auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es   ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la   Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo,   pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama   realmente?
  Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el   primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las   fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos   pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana:   0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses"   son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren   baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué   no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que   todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa   grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10;   Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
  Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir   "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir   "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad",   "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la   tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la   Misa?
  Estamos en el mundo para ser felices para siempre,   santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la   Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el   representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes   de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el   Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm   14,23). ¿Otros pecados mortales? no   confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al   menos en tiempo pascual (920),   abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos),   promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación   artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual   fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón,   borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de   venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver   más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
  Si no ponemos los medios para confesamos lo antes   posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al   infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22;   10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.).   Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves,   si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa   (Jn 15,22).
   
    
  † Misal
   
  lun 15a. Ordinario año   impar
    Que   se postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor   y alabanzas 
  a   tu nombre.
   
    Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que con amor gobiernas   cielos y tierra, escucha paternalmente las súplicas de tu pueblo y haz que los   días de nuestra vida transcurran en tu paz.
Por nuestro Señor   Jesucristo...
Amén.
   
    Tomemos precauciones contra Israel para que no siga   multiplicándose
  Lectura del libro del Éxodo 1,   8-14.22
  En aquel tiempo, subió al poder en Egipto un nuevo faraón, que no   había conocido a José, y le dijo a su pueblo: 
"Los hijos de Israel forman un   pueblo más numeroso y fuerte que nosotros. Tomemos precauciones contra ellos   para que no sigan multiplicándose, no sea que, en caso de guerra, se unan a   nuestros enemigos, para luchar contra nosotros y se escapen del país".
Les   pusieron, pues, capataces a los israelitas para que los oprimieran con trabajos   pesados; y así construyeron para el faraón las ciudades de Pitom y Ramsés, como   lugares de almacenamiento. Pero mientras más los oprimían, más crecían y se   multiplicaban.
Los egipcios llegaron a temer a los hijos de Israel y los   redujeron a una cruel esclavitud; les hicieron pesada la vida, sometiéndolos a   rudos trabajos de albañilería y a toda clase de tareas serviles en el campo.   Además, el faraón dio esta orden a su pueblo:
"Echen al río a todos los niños   que les nazcan a los hebreos; pero si son niñas, déjenlas vivir".
Palabra de   Dios.
Te alabamos, Señor. 
    Nuestra ayuda es invocar al Señor. 
  Si   el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres nos asaltaron,   nos habría devorado vivos el fuego de su cólera.
Nuestra ayuda es invocar   al Señor.
  Las   aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello, un   torrente de aguas encrespadas. Bendito sea el Señor, que no nos hizo presa de   sus dientes.
Nuestra ayuda es invocar al   Señor.
  Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los   cazadores. La trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda nos viene del   Señor, que hizo el cielo y la tierra. 
Nuestra ayuda es invocar al   Señor.
    Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos   es el Reino de los cielos, dice el   Señor.
Aleluya.
    No he venido a traer paz, sino   discordia
  † Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 34-42;   11,1
  Gloria a ti, Señor.
  En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: 
"No piensen que he   venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la guerra.   He venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre, a la nuera   con su suegra; y los enemigos de cada uno serán los de su propia familia. 
El   que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su   hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me   sigue, no es digno de mí. 
El que salve su vida, la perderá y el que la   pierda por mí, la salvará.
Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y   quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado. 
El que recibe a un   profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un   justo por ser justo, recibirá recompensa de justo. 
Quien diere, aunque no   sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por ser discípulo mío,   yo les aseguro que no perderá su recompensa".
Cuando acabó de dar   instrucciones a sus doce discípulos, Jesús partió de allí para enseñar y   predicar en otras ciudades. 
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor   Jesús.
   
    Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía,   porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a   cabo la obra de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro   Señor.
Amén.
   
    Jesús, buen samaritano
  En verdad es justo darte gracias, y deber nuestro alabarte, Padre   santo, Dios todopoderoso y eterno, en todos los momentos y circunstancias de la   vida, en la salud y en la enfermedad, en el sufrimiento y en el gozo, por tu   siervo, Jesús, nuestro Redentor.
Porque él, en su vida terrena, pasó haciendo   el bien y curando a los oprimidos por el mal.
También hoy, como buen   samaritano, se acerca a todo hombre que sufre en su cuerpo o en su espíritu, y   cura sus heridas con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza.
Por   este don de tu gracia, incluso cuando nos vemos sumergidos en la noche del   dolor, vislumbramos la luz pascual en tu Hijo, muerto y resucitado.
Por   eso,
unidos a los ángeles y a los santos, cantamos a una voz el himno de tu   gloria:
    Para mí, Señor, has preparado la mesa y has llenado la copa hasta   los bordes.
   
    Oremos:
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad; para que,   alimentados del mismo pan del cielo, permanezcamos siempre unidos por el mismo   amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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  Dia 13/07 San Enrique   (blanco)
  Antífona de Entrada
  El   justo se alegra con el Señor, se refugia en él y se felicitan los rectos de   corazón.
   
  Oración Colecta
  Oremos:
Proclamamos, Señor, que sólo tú eres santo, sólo tú   eres bueno y nadie puede serlo sin tu gracia; por eso te pedimos que, mediante   la intercesión de san Enrique, nos ayudes a vivir de tal forma en el mundo, que   nunca nos veamos privados de tu gloria.
Por nuestro Señor   Jesucristo...
Amén.
   
  Primera Lectura
  Te   he explicado, hombre, lo que Dios desea de ti
  Lectura del profeta Miqueas 6, 6-8
  ¿Con qué me acercaré al Señor, me inclinaré ante el Dios de las   alturas? ¿Me acercaré con holocaustos, con novillos de un año? ¿Se complacerá el   Señor en un millar de carneros, o en diez mil arroyos de grasa? ¿Le daré un   primogénito para expirar mi culpa, el fruto de mi vientre para expiar mi pecado?   Te he explicado, hombre, el bien, lo que Dios desea de ti: simplemente que   respetes el derecho, que ames la misericordia y que andes humilde con tu   Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
  Salmo Responsorial
  Del   salmo 1
  Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el   Señor.
  Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra   por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos, sino   que su gozo es la ley del Señor y medita su ley día y noche.
Dichoso el   hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
  Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su   sazón, y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen   fin.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el   Señor.
  No   así los impíos, no así: serán paja que arrebata el viento, porque el Señor   protege el camino de los justos; pero el camino de los impíos acaba   mal.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el   Señor.
  Aclamación antes del   Evangelio
  Aleluya, aleluya.
El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos   a él y haremos morada en él.
Aleluya.
  Evangelio
  Ustedes son la luz del mundo
  †   Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 13-16
  Gloria a ti, Señor.
  En   aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Ustedes son la sal de la tierra.   Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para   tirarla fuera y que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se   puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una   vela para metería debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que   alumbre a todos los de casa.
Alumbre así nuestra luz a los hombres, para que   vean nuestras buenas obras y den gloria a nuestro Padre que ésa en el   cielo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor   Jesús.
   
  Oración sobre las   Ofrendas
  Te   suplicamos, Dios todopoderoso,que este sacrificio, ofrecido humildemente en   honor de tus santos, sea grato a tus ojos y purifique nuestro cuerpo y nuestro   espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
   
  Prefacio
  La   gloria de los santos
  En   verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo. Porque   tu gloria resplandece en cada uno de los Santos, ya que, al coronar sus méritos,   coronas tus propios dones.
Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con   su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes,   para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de   la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria, por Cristo,   Señor nuestro.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles, y con la multitud de   los santos, te cantamos un himno de alabanza diciendo sin   cesar:
  Antífona de la Comunión
  El   que quiera servirme, que me siga, dice el Señor; y donde esté yo, allí estará mi   servidor.
   
  Oración después de la   Comunión
  Oremos:
En el aniversario de la glorificación de tus santos, te   suplicamos, Señor, que, robustecidos con los sacramentos, alcancemos plenamente   en el cielo los bienes con que ahora nos ayudas por tu   misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
    
  
  † Meditación diaria
  15ª Semana. Lunes
  LOS PADRES Y LA VOCACIÓN DE LOS HIJOS
  — Libertad plena para seguir a Cristo. La vocación es un honor   inmenso.
  — Dejar a los padres, cuando llega el momento oportuno, es ley de   vida.
  — Desear lo mejor para los hijos.
  I. Quien ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno   de Mí; y quien ama a su hijo o a su hija más que a Mí, no es digno de Mí,   leemos en el Evangelio de la Misa1. Al decidirnos libremente a seguir   al Señor por entero, entendemos que han de ceder otros planes: padre, madre,   novio, novia... El llamamiento de Dios es lo primero, lo demás debe quedar en   segundo término.
  Las palabras de Jesús no entrañan ninguna oposición entre el   primero y el cuarto mandamiento, pero señalan el orden que ha de seguirse.   Debemos amar a Dios con todas nuestras fuerzas a través de la peculiar vocación   recibida; y también hemos de amar y respetar –en teoría y en la práctica– a los   padres que Dios nos ha dado, con quienes tenemos una deuda tan grande. Pero el   amor a los padres no puede anteponerse al amor a Dios; de ordinario no tiene por   qué plantearse la oposición entre ambos, pero si en algún caso se llegara a dar,   habría que recordar aquellas palabras de Cristo adolescente en el Templo de   Jerusalén: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que Yo esté en   las cosas de mi Padre?2, respuesta de Jesús a María y a José, que   le buscaban angustiados, y que constituye una enseñanza para los hijos y para   los padres: los hijos, para aprender que no se puede anteponer el cariño   familiar al amor de Dios, especialmente cuando el Señor pide un seguimiento que   lleva consigo una total entrega; los padres, para saber que sus hijos son de   Dios ante todo, y que Él tiene derecho a disponer de ellos, aunque en alguna   ocasión esto suponga un sacrificio grande a los   padres3.
  Triste decisión sería aquella que llevara a desoír a Dios para no   disgustar a los padres, y más triste consuelo sería el de los padres, pues, como   dice San Bernardo, "su consuelo es la muerte del hijo"4. Difícilmente   podrían haberle causado un daño mayor.
  Al Señor solo se le puede seguir con la libertad nacida del   desprendimiento más pleno: libertad de corazón, que no anda prendido en   melancolías y añoranzas, en flojos sentimientos que conducen a una entrega a   medias; libertad también que conlleva la necesaria autonomía para cumplir la   voluntad de Dios. No se gana nada con una decisión a medias, con un corazón   dividido. Puede ocurrir en algunos casos que la decisión de seguir por entero al   Señor no sea comprendida por los propios parientes: porque no la entiendan,   porque se hayan forjado otros planes, legítimos, o porque no quieran participar   en la renuncia que les corresponde. Debemos contar con ello, y, aunque seguir a   Cristo cause dolor a los padres, hemos de entender entonces que la fidelidad a   la propia vocación es el mayor bien para nosotros y para la familia entera. En   toda circunstancia, siendo muy firmes al propio camino, tenemos que querer a   nuestros padres mucho más que antes de la llamada; debemos pedir mucho por   ellos, para que comprendan que "no es un sacrificio, para los padres, que Dios   les pida sus hijos; ni, para los que llama el Señor, es un sacrificio   seguirle.
  "Es, por el contrario, un honor inmenso, un orgullo grande y   santo, una muestra de predilección, un cariño particularísimo, que ha   manifestado Dios en un momento concreto, pero que estaba en su mente desde toda   la eternidad"5. Es el mayor honor que el Señor puede hacer a una   familia, una de las mayores bendiciones.
  II. Quien ha entregado su corazón por completo al Señor, lo   recupera más joven, más grande y más limpio para querer a todos. El amor a los   padres, a los hermanos..., pasa entonces por el Corazón de Cristo, y de ahí sale   enriquecido.
  Señala Santo Tomás de Aquino que Santiago y Juan son alabados   porque siguieron al Señor abandonando a su padre, y no lo hicieron porque este   los incitase al mal, sino porque "estimaron que su padre podría pasar la vida de   otro modo, siguiendo ellos a Cristo"6. El Maestro había estado cerca   de sus vidas, los había llamado, y desde entonces todo lo demás se situó en   segundo lugar. En el Cielo encontrarán los padres una especial gloria, fruto en   buena parte de la correspondencia de sus hijos a la llamada de Dios: la vocación   es un bien y una bendición para todos.
  La vocación es iniciativa divina; Él sabe bien qué es lo mejor   para el llamado y para la familia. Muchos padres aceptan incondicionalmente, con   alegría, la voluntad de Dios para sus hijos y dan gracias cuando alguno de ellos   es llamado para seguir a Cristo; otros adoptan actitudes muy diversas,   alimentadas por varios motivos: lógicos y comprensibles unos, con mezcla de   egoísmo otros. Con la excusa de que sus hijos son demasiado jóvenes –para seguir   la llamada de Dios, no para tomar otras decisiones también comprometidas–, o de   que carecen de la necesaria experiencia, se dejan llevar por la grave tentación   a que aludía Pío XII: "aun entre aquellos que se jactan de la fe católica, no   faltan muchos padres que no se resignan a la vocación de sus hijos, y combaten   sin escrúpulos la llamada divina con toda clase de argumentos, incluso con   medios que pueden poner en peligro, no solo la vocación a un estado más   perfecto, sino la conciencia misma y la salvación eterna de aquellos que debían   serles tan queridos"7. Olvidan que ellos son "colaboradores de Dios",   y que es ley de vida que los hijos abandonen el hogar paterno también para   formar un nuevo hogar, o simplemente por motivos de trabajo, de estudio. Muchas   veces, aún jóvenes, se marchan a vivir a otro lugar, sin que ocurra ninguna   catástrofe. En otras ocasiones, son las mismas familias quienes fomentan esta   separación para el bien de los hijos. ¿Por qué han de poner trabas en el   seguimiento de Cristo? Él "no separa jamás a las   almas"8.
  III. Los buenos padres desean siempre lo mejor para sus hijos. Son   capaces de llevar a cabo los mayores sacrificios por su bien humano. Y, ¡cómo   no!, por su bien sobrenatural. Se sacrifican para que crezcan llenos de salud,   para que mejoren en sus estudios, para que tengan buenos amigos..., para que   vivan según el querer de Dios, lleven una vida honrada y cristiana. Para eso los   llamó Dios al matrimonio; la educación de los hijos es un querer expreso de Dios   en sus vidas; es de ley natural.
  En el Evangelio encontramos muchas peticiones en favor de los   hijos: una mujer que sigue con perseverancia a Jesús hasta que cura a su   hija9, un padre que le pide que expulse al demonio que atormenta a su   hijo10, el jefe de la sinagoga de Cafarnaún, Jairo, que espera con   impaciencia al Señor porque su única hija de doce años está a punto de   morir11... Es ejemplar la decisión con que la madre de Santiago y   Juan se acerca a Cristo para pedirle algo que ellos no se habían atrevido a   pedir. Sin pensar en sí misma, se acercó a Jesús, le adoró, y manifestó   querer pedirle una gracia12. ¡Cuántas madres y cuántos padres a   lo largo de los siglos han pedido para sus hijos bienes y favores, que jamás se   hubieran atrevido a solicitar para ellos mismos! El Señor, comprensivo ante este   cariño tan grande de madre, no lo rechaza, pero se dirige a los dos hermanos   para darles el mayor honor que puede tener un hombre: compartir con Él la propia   copa, su mismo destino, su misma misión.
  Los padres deben pedir lo mejor para sus hijos, y lo mejor es   seguir la propia llamada, lo que Dios tiene dispuesto para cada uno. Este es el   gran secreto para ser felices en la tierra y llegar al Cielo, donde nos espera   un gozo sin límite y sin fin. Sin embargo, desde el punto de vista de cada   llamada considerada en sí misma, es verdad que la castidad en el celibato por   amor a Dios es la vocación más grande: "La Iglesia, durante toda su historia, ha   defendido siempre la superioridad de este carisma –de virginidad o celibato–   frente al del matrimonio, por razón del vínculo singular que tiene con el Reino   de Dios"13. ¡Cuántas vocaciones a una entrega plena ha concedido Dios   a los hijos por la generosidad y la petición de los padres! Es más, el Señor se   vale de ordinario de los mismos padres para crear un clima idóneo donde pueda   crecer y desarrollarse la semilla de la vocación: "Los esposos cristianos   –afirma el Concilio Vaticano II– son para sí mismos, para sus hijos y demás   familia, cooperadores de la gracia y testigos de la fe. Son para sus hijos los   primeros predicadores y educadores de la fe; los forman con su palabra y su   ejemplo para la vida cristiana y apostólica, les ayudan prudentemente a elegir   su vocación y fomentan con todo esmero la vocación sagrada cuando la descubren   en sus hijos"14. No pueden ir más allá, pues no les compete discernir   si tienen o no vocación; únicamente han de formar bien su conciencia, y han de   ayudarles a descubrir su camino, sin forzar su voluntad.
  Una vocación en medio de la familia comporta una especial   confianza y predilección del Señor para todos. Es un privilegio, que es   necesario proteger –especialmente con la oración– como un gran tesoro. Dios   bendice el lugar donde nació una vocación fiel: "no es sacrificio entregar los   hijos al servicio de Dios: es honor y alegría"15.
  1 Mt   10, 34; 11, 1. — 2 Lc 2, 49. — 3 Cfr. Sagrada Biblia,   Santos Evangelios, I, EUNSA, Pamplona 1983, notas a Mt 10, 34-37 y   Lc 2, 49. — 4 San Bernardo, Epístola 3, 2. — 5 San   Josemaría Escrivá, Forja, n. 18. — 6 Santo Tomás, Suma   Teológica, 2-2 q. 101, a. 4 ad 1. — 7 Pío XII, Enc. Ad catholici   sacerdotii, 20-XII-1935. — 8 Cfr. San Josemaría Escrivá,   Surco, n. 23. — 9 Mt 15, 21-28. — 10 Mt 17,   14-20. — 11 Mt 9, 18-26. — 12 Mt 20, 20-21. —   13 Juan Pablo II, Exhort. Apost. Familiaris consortio, 22-XI-1981,   n. 16. — 14 Conc. vat. II, Decr. Apostolicam actuositatem, 11. —   15 Cfr. San Josemaría Escrivá, Surco, n. 22.
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  † Santoral                   (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
   
  Santa Teresa de los   Andes
Fiesta el 13 de Julio
  
  
   01:04:27
  Santa Teresa de los   Andes. Parte I
  
   01:17:40
  Santa Teresa de los   Andes. Parte II
  
   01:12:38
  Santa Teresa de los   Andes. Parte III
  
   01:12:38
  Santa Teresa de los   Andes. Parte IV
  
   01:43:24
  Santa Teresa de los Andes. Parte V 
   
                  |          Memoria         Juana Fernández de Solar vino al         mundo en Santiago de Chile el 13 de julio de 1900. Desde su adolescencia         se sintió atraída irresistiblemente por Cristo. El 7 de mayo de 1919         ingresó en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de "los Andes" con el         nombre de Teresa de Jesús. Entregó su alma a Dios el 12 de abril del año         siguiente, después de hacer su profesión religiosa. Fue beatificada por         Juan Pablo II en Santiago de Chile el 3 de abril de 1987 y canonizada en         Roma, el 21 de marzo de 1993. Propuesta como modelo a los jóvenes, es la         primera flor de santidad de la nación chilena y del Carmelo Teresiano de         América Latina.         Oficio de         Lectura         Segunda         Lectura De los escritos espirituales de Santa         Teresa de Jesús (Diario y cartas, Los Andes, 1983, 373, 359,         376)         Sólo Jesús es         hermoso Sólo Jesús es hermoso. El sólo puede         hacerme gozar. Lo llamo, lo lloro, lo busco dentro de mi alma. Quiero que         Jesús me triture interiormente para ser hostia pura donde El pueda         descansar. Quiero estar sedienta de amor para que otras almas posean ese         amor. Que yo muera a las criaturas y a mí misma para que El viva en mí.          ¿Hay algo bueno, bello, verdadero que podamos concebir que en Jesús no         esté? Sabiduría, para la cual no hay nada secreto; poder, para el cual         nada existe imposible; justicia, que lo hace encarnarse para satisfacer         por el pecado; providencia, que siempre vela y sostiene; misericordia, que         jamás deja de perdonar; bondad, que olvida las ofensas de sus criaturas;         amor, que reune todas las ternuras de una madre, del hermano, del esposo y         que haciendolo salir del abismo de su grandeza, lo liga estrechamente a         sus criaturas; belleza que extasía…¿Qué otra cosa imaginas que no esté en         este Hombre-Dios? Temes acaso que el abismo de la grandeza de Dios y el         de tu nada jamás podrán unirse? Existe en El el amor; y esta pasión lo         hizo encarnarse para que viendo un Hombre-Dios, no temieran acercarse a         Él. Esta pasión hízolo convertirse en pan, para poder asimilar y hacer         desaparecer nuestra nada en su Ser infinito. Esta pasión le hizo dar su         vida, muriendo muerte de cruz. ¿Temes acercarte a El? Míralo rodeado         por los niños. Los acaricia, los estrecha contra su corazón. Míralo en         medio de su rebaño fiel, cargando sobre sus hombros a la oveja infiel.         Míralo sobre la tumba de Lázaro. Y oye lo que dice a Magdalena: Mucho         se le ha perdonado porque ha amado mucho. ¿Qué descubres en estos         rasgos del Evangelio, sino un corazón bueno, dulce, tierno, compasivo, un         corazón, en fin, de un Dios? Él es mi riqueza infinita, mi beatitud, mi         cielo.         Responsorio         R. Todo lo estimo pérdida comparado         con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor; continúo mi         carrera por si consigo alcanzarlo. Habiendo sido yo mismo alcanzado por         Cristo Jesús. V. Olvidándome de lo que queda atrás         y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para         ganar el premio, al que Dios desde arriba me llama. Habiendo sido         yo.         Oración         Dios misericordioso, alegría de los         santos, que inflamaste el corazón juvenil de Santa Teresa con el fuego del         amor virginal a Cristo y a su Iglesia, y la hiciste testigo gozoso de la         caridad aun en medio de los sufrimientos; concédenos, por su intersesión,         que, movidos por el Espíritu Santo, también nosotros, revestidos con su         dulzura, proclamemos en el mundo, de palabra y de obra, el Evangelio de la         caridad. Por nuestro Señor Jesucristo.         Juanita o         Teresita         Juanita Fernández Solar y Teresa de         los Andes son dos nombres de la misma persona. Nacida en Santiago de         Chile el 13 de julio de 1900, fue bautizada a los dos días con el nombre         de Juana. Sus padres Miguel y Lucía, y los demás familiares y amistades la         llamaban cariñosamente Juanita. Desde que entró en el convento,         siguiendo la costumbre tradicional, le cambiaron de nombre, llamándola         Teresa de Jesús. Finalmente para distinguirla de Santa Teresa de Avila y         de Santa Teresita de Lisieux, se la conoce ahora como Santa Teresa de los         Andes.         ¿Que ha hecho para ser         Santa?
  Viendo que Teresita no hizo obras         espectaculares ni alcanzó a cumplir los 20 años, muchos se preguntan qué         méritos tiene para llegar a los altares. Los tales deben saber que la         santidad - a la que todos los bautizados estamos llamados- se alcanza         tratando de cumplir siempre y en todo la voluntad de Dios en el puesto que         a cada uno le toca ocupar en la vida. No es, pues, lo importante el papel         o misión que uno tiene encomendado, sino el amor y la ilusión con que lo         desempeña. En el teatro no se aplaude al que hace de señor, de rey o de         obispo, sino al que encarna bien su personaje y lo representa con         perfección, aunque haga de mendigo o de tonto. Y lo mismo ocurre en el         "gran teatro del mundo". Dios, dueño absoluto de todo, no necesita de         nuestras cosas. Busca solamente nuestro amor, porque -como nos hizo         libres- podemos negárselo, prefiriendo nuestros planes a los suyos. Y como         podemos incluso estropear nuestras buenas obras actuando egoístamente, no         mira Dios su grandeza o pequeñez, sino el amor con que las         practicamos. Doctrina es esta que se desprende de los capítulos 12 y 13         de la primera carta de San Pablo a los Corintios. Y es muy consoladora y         estimulante para una buena mayoría de cristianos cuya existencia se         consume en situaciones harto penosas y difíciles, para que se animen a ser         fieles al Señor en los oscuros deberes de su rutinario vivir. Porque, si         han sido auténticos, verán a la hora las cuentas que han hecho por Cristo         más que muchos que ocuparon puestos de responsabilidad en la Iglesia e         hicieron obras llamativas, aunque la historia les dedique muchas páginas;         por aquello de que, aunque uno traslade montañas o se deje quemar vivo, si         actúa sin amor, o sea, interesadamente, buscandose a sí mismo, de nada le         sirve. Ha sido, pues, muy oportuno que el Papa Juan Pablo II la         canonizase, (21-3-1993), porque          ·                 una         santa joven, enteramente normal y equilibrada, sencilla, alegre,         deportista, simpática y que amó y vivió plenamente la vida es un regalo de         Dios para una sociedad como la nuestra, con un porcentaje muy elevado de         jóvenes;                  ·                 porque,         como enamorada de Cristo, nos contagiará a jóvenes y adultos de su amor,         que nos impulsará – como a Cristo – a obedecer incondicionalmente al Padre         y a vivir para los demás;          ·                 porque         nos convencerá de que sólo a base de espíritu de superación y de esfuerzo         maduraremos y nos realizaremos como personas; y          ·                 porque,         olvidándose de sí misma y sacrificándose por los demás, nos señala el         camino que conduce al equilibrio humano y a la verdadera         felicidad.          Escribe Santa Teresita de los         Andes                                                 |                A mí desde chica me decían que               era la más bonita de mis hermanos En 1906 fue cuando Jesús               principió a tomar mi corazón para Sí.  |            Primera         Comunión          Queda dicho que Juanita nació en         Santiago, el 13 de julio de 1900. Cuando tenía 7 años, ingresó al         Colegio del Sagrado Corazón de Santiago. En él hizo sus estudios como         externa hasta los 15 años. Desde septiembre de 1915 hasta agosto de 1918,         en el internado. A los seis años acompaña ya habitualmente a su mamá y         a una tía a la Santa Misa. Y pronto comienza a pedirles con insistencia         que la dejen hacer la Primera Comunión. Se lo conceden para 1910. Y el 11         de septiembre, la recibe solemnemente después de haberse preparado muy a         conciencia. Desde muchos meses antes ha comenzado ha tomar muy en serio         sus obligaciones de bautizada, tratando de dominarse más, de dejar de ser         rabiosa y peleadora y de ser cada día más obediente y responsable.  Su         preparación para acto tan trascendental la dejó impactada para siempre.         Fue el punto de partida para llegar a la amistad más íntima con Jesús. Fue         la semilla que fructificó en una vida plena de amor y de entrega a Dios y         a la humanidad.                                                  |                La Virgen me ayudó a limpiar mi               corazón de toda imperfección. Yo modifiqué mi carácter por completo.               Tanto que mi mamá estaba feliz de verme prepararme tan bien para mi               Primera Comunión. Jesús, desde ese               primer abrazo, no me soltó y me tomó para Sí. Todos los días               comulgaba y hablaba con Jesús largo rato. Pero mi devoción especial               era la Virgen. Le contaba todo. Sentía su voz dentro de mí               misma. En 1913 tuve una fiebre espantosa. Nuestro Señor               me llamaba para Sí. A los 14 años me envío una apendicitis, lo que               me hizo oír su voz querida, que me llamaba para hacerme su esposa               más tarde en el Carmelo.  Nos dijeron que entraríamos de               internas. Yo creo que jamás me acostumbraré a vivir lejos de mi               familia: mi padre, mi madre, esos seres que quiero tanto. ¡Ah!, ¡Si               supieran cuánto sufro, se compadecerían! Sin embargo, me debo               consolar. La mirada de mi               crucifijo me sostiene. Todos los días hago mi meditación               y veo cuán gran ayuda es para santificarse. Es el espejo del alma.               ¡Cuánto se conoce en ella a sí               misma!  |            Se exige un         método         Epoca muy valiosa y decisiva para el         futuro humano y espiritual de Juanita es la que corre de 1915 a 1919. En         ella planifica su vida exigiéndose un método, en el que ocupan lugar         preferente la oración, la misa diaria y el sacrificio; el esfuerzo         constante por superarse, por eliminar cuanto le impide realizarse como         persona y como cristiana. Juanita, que gusta de repetir que si se es         monja no hay que serlo a medias, no quiere ser cristiana sólo de nombre. Y         fiel a su compromiso con Cristo, cumple con tenacidad el programa de vida         que se ha trazado. De ahí su empeño en superarse en el cumplimiento         concienzudo del deber y la serena aceptación de las pruebas que le van         llegando, que fueron incontables en su vida. Porque sabía muy bien que en         ello consiste el sacrificio más agradable a Dios y la cruz más         santificadora; pues, al no elegirla nosotros, la llevamos solo por amor,         sin peligro de buscar nuestra satisfacción. Quiere ante todo ser fiel a         su empeño de recogerse a solas con Jesús para intimar con El. Por eso         madruga buscando el silencio y la soledad. Y hace lo imposible por         comulgar a diario. Está "chiflada" por Jesús-Hostia. Tiene verdadera         hambre de El. Ha comprobado que le da ánimo; que lo necesita. Que Jesús es         su vida y que sin Él desfallece y muere. Así trata de alcanzar la meta         que se ha propuesto: vivir identificándose con Cristo, para que cuando el         Padre la contemple, reconozca en ella una copia de su         Hijo.                                                 |                ¡Qué feliz soy! He sido               cautivada en las redes del Divino Pescador. Soy su prometida y muy               luego celebraremos nuestros desposorios en el               Carmen. El 8 de Diciembre me               comprometí. Mi pensamiento no se ocupa sino de Él. Es mi ideal; es               un ideal infinito. (Año 1916). ¡Oh, soy feliz! Pues               puedo decir con verdad, que el único amor de mi corazón ha sido               Él. Jesús mío, he visto que sólo una cosa es necesaria:               amarte y servirte con fidelidad; Parecerme y asemejarme en todo a               Ti. En eso consistirá toda mi ambición. Jesús me pide               que sea santa. Que haga con perfección mi deber. Que el deber es la               cruz. ¿Encontrará el Padre la figura de Cristo en mí? ¡Cuánto me               falta para parecerme a Él!  Mi espejo ha de ser María.               Puesto que yo soy su hija, debo parecerme a Ella y así me pareceré a               Jesús.  |            Es tan rico         dar         El trato familiar con Cristo -"el         Hombre para los demás"- le ha hecho comprender que el cristiano no puede         ser individualista. De ahí su constante empeño por matar su egoísmo para         vivir abierta a las necesidades de los demás, y desvivirse por remediarlas         en cuanto puede. Una de sus resoluciones es sacrificarse por los demás         para hacerlos felices. Y trata de llevarla a la práctica con naturalidad;         sin que sospechen que le cuesta sacrificio complacerles y dar gusto a         todos. No se contenta con gozar ella sola de la felicidad de servir a         Dios. Lleva el alma desgarrada porque sabe que hay muchísimos alejados de         Él. Vive ofreciendo su vida y mil sacrificios para que le conozcan y le         amen. Y no descansa hasta entrar en el convento, para convertirse en         hostia que se inmole escondidamente toda la vida para que la humanidad         mejore. No está hecha para gozar ella sola. Aun durante sus vacaciones         -tiempo de paseos y sanas distracciones – vive disponible en actitud de         servicio. Sus preferidos son los pobres, sobre todo los niños. "Es tan         rico dar", dice. Y ella da y se da. Reparte sus ahorros para         aliviarlos. Cose ropa para los necesitados. En una ocasión rifó su reloj         para obtener fondos con que comprar zapatos a un niño a quien protege         habitualmente. Visita las casas de los inquilinos, quienes le confían sus         problemas; y ella les ayuda en sus necesidades espirituales y materiales.         Reúne a los niños para enseñarles catecismo. Y cuando se da cuenta de que         la instrucción que reciben en la escuela es nula o deficiente, les da         clase diariamente. Excelente catequista, colabora con entusiasmo en las         misiones con los sacerdotes. Las empleadas de su casa reciben de ella en         todo momento ayuda, estímulo, atenciones y muestras de cariño y afecto.                                                          |                Tengo pena. Me sangra el               corazón. Mil vidas, si yo pudiera, ofrecería por Él. Todos los               sufrimientos, Dios mio, enviadme y dadme gracias para soportarlos,               con tal que él se convirtiera.  Junté treinta pesos               para mi día. Voy a comprarle zapatos a Juanito y lo demás para               dárselo a los pobres. Es tan rico dar.  Nosotras               hacíamos catecismo. Se juntaban más de cincuenta chiquillos. Y               después de las misiones hemos seguido haciéndoles clase todos los               días, pues parece que poco o nada les enseñan en la escuela               fiscal. María, eres la Madre del Universo. ¿Quién no se               anima al verle tan tierna, tan compasiva, a descubrir sus íntimos               tormentos? Si es pecador, tus caricias lo enternecen. Si es tu fiel               devoto, tu presencia solamente enciende la llama viva del amor               divino.  |            Alegre y         bromista         Juanita lleva una vida interior rica         y profunda. Trata con Jesús de corazón a corazón. Se ha entregado a Él sin         reservas. Pero su equilibrio sociológico le hace llevar una vida normal,         como la de cualquier joven de su tiempo. Todo lo que sea distinguirse         le repugna. Evita cuidadosamente merecer el título de beata. Se gloría de         que es feliz y lo pasa bien allí donde le toca vivir. De que no es como         otras chiquillas que en todas partes se "latean". Le gusta querer de         verdad. Por eso tiene tantas y tan buenas amigas. Y sus educadoras la         admiran y aprecian sinceramente. En todas partes la quieren. Es alegre,         comunicativa, bromista. Contagia a todos su sana alegría. Es maestra en el         manejo de la broma y de la ironía. En sus cartas abundan episodios         divertidísimos de ataques de risa. La sencillez, familiaridad y alegría de         las carmelitas le encantó, incluyendo poderosamente en su resolución de         ingresar en el Carmelo. En la intimidad de su familia es amable, dulce,         cariñosa. La "joya de la casa", como dirá su hermano         Luis.                                                 |                El viaje resultó divertidísimo.               Gozamos, pues embromamos desde que salimos. También nos acordamos de               Uds., pero nada más que para "pelarlas". No hacemos otra cosa               que embromar. Apróntate. En la mesa nosotras estamos las últimas con               Pepe. Era tanto lo que disparateábamos y nos reíamos, que a veces no               podía comer. Pero lo más trágico era que el Padre que rezaba después               de la comida, en la mitad del rezo, no podía continuarlo por la               risa, pues lo contagiábamos. Saqué como resolución vivir               muy alegre exteriormente. Donde me llevan soy               feliz….Vivir siempre muy alegres. Dios es alegría               infinita.  |            Le encanta el         deporte         Todo lo que sea el deporte le         fascina. Es estupenda equitadora. Desde niñita, su abuelo le había         enseñado a montar a caballo. Y no hay nada que le guste más que cabalgar.         Le divierten los largos paseos a caballo por cerros y quebradas. Se lanza         decidida por cualquier parte desafiando peligros. Envidia a los jóvenes         que van por verios días a la cordillera. También le encanta el tenis y         manejar la "cabrita". Pero descuella sobre todo como nadadora. Como es         alta y bien proporcionada, tiene excelentes cualidades para la natación.         Bate el récord de rapidez y resistencia entre sus familiares, resultando         indiscutiblemente vencedora en cuantas competencias organizan. Se         extasía a la vista de los paisajes pintorescos, que retrata después con         precisión y colorido en sus cartas. El mar y las bellezas de la naturaleza         le hacen sentir sed de lo infinito. Estudia música y canto. Y las veces         que asiste al teatro a alguna ópera, sabe apreciar la voz y el desempeño         de los actores.                                                  |                He salido mucho a caballo y               estoy encantada con subir y bajar cerros. Aquí están admirados               porque no me canso, y me dicen que soy una verdadera amazona. No               dejaría de ser una vergüenza si no lo               fuera. Nos ha bajado furor               por el tenis. Estoy aprendiendo. Me encanta. No hemos               hecho ningún paseo grande, pues los chiquillos se van a la               cordillera por seis días. Te aseguro que los envidio con toda el               alma. Me siento llena de Dios. No hay separación entre               nosotros. Donde yo vaya, El está conmigo, dentro de mí. Vivo con Él.               Y a pesar de estar en los paseos, ambos conversamos sin que nadie               nos sorprenda ni pueda interrumpirnos. La voluntad de               Dios es un alimento espiritual que fortifica el alma que se entrega               a El gustosa.  |            Divina y         Humana         Lo más sorprendente es la naturaleza         con que armoniza el trato con Dios con el de los hombres. Se abisma y         queda absorta en la contemplación de las perfecciones de Dios y de las         finezas de su amor, sin dejar de mostrarse después alegre, amable y         comunicativa con sus semejantes. Cada día siente necesidad más         apremiante de orar. Y aún cuando las ocupaciones o la atención de los         demás le impiden recogerse a dialogar con Jesús, sabe y dice que toda su         vida es una oración continuada, una alabanza ininterrumpida a Dios; porque         todo lo hace por su amor y sin salirse un punto de su divina voluntad. En         los lugares de esparcimiento goza con la idea de que, allí donde tantos lo         olvidan, al menos ella lo adora y ama. ¡Que páginas tan deliciosas         escribió sobre su intimidad con Dios! Su oración es sencilla, sin         complicaciones. Una íntima y familiar conversación con Jesús. Se figura         que está a sus pies escuchándolo. Y trata con Él sobre lo que hacer a         evitar para serle más agradable. Verdaderamente pasma su equilibrio, la         armoniosa síntesis que ha logrado integrando lo divino y lo humano tan         perfectamente. Sorprende verla tan normal, tan complaciente, alegre y         bromista incluso en los meses en que su cuerpo esta aquejado por fatigas y         molestias, y su espíritu viene sufriendo la purificación más angustiosa-         dudas, sequedades, abandono y agonía interior con que el amor acrisoló su         alma los dos últimos años de su vida.                                                  |                Ayer salí para siempre del               colegio. Desde ahora, papacito, quiero que Ud. cuente para todo               conmigo. No tengo otro deseo que darle gusto en todo, acompañarlo y               consolarlo. Pienso correr con la casa, tratando de hacerlo lo mejor               posible. Véngase luego, papacito, para               pasar siquiera dos días con Ud., ya que nosotras lo aprovechamos tan               poco cuando Ud. viene por estar               internas.  |            Amor sin         caricias         Juanita es profundamente afectiva.         Llora a mares cada vez que se despide de los suyos para ir al internado.         Es de temperamento tan afectuoso y regalón, que de jovencita se pregunta         cómo las monjas pueden ser felices sin recibir muestras externas de         cariño, y cree imposible enamorarse de un Dios a quien no se ve ni se         puede acariciar. Pero se ha entregado al Amor. Y ha comprobado que Dios         resarce plenamente; que da muestras palpables – aunque invisibles – de su         amor infinito. Examina, pues, su corazón y se convence de que sus         aspiraciones de amor son tales, que ningún ser humano podrá colmarlas         enteramente; porque será necesariamente limitado, interesado, sujeto a         flaquezas. Que únicamente Jesús es capaz no solo de perfeccionarla, sino         de divinizarla. Y que por lo tanto, sólo Él podrá enamorarla. Y opta por         Él. Y decididamente. Y escoge el convento de las Carmelitas de los Andes         para realizar su ideal de ser toda de Jesús. Esta convencida de que         encontrará muchos obstáculos para lograr su intento. Pero confía en que,         con Jesús, atravesará el fuego, si es preciso, para conseguirlo. No es         que Juanita no aprecie el matrimonio. Sabe que la vida del hogar es muy         sacrificada y fecunda. Que hacen falta cristianos que la vivan         generosamente para colaborar en la transformación del mundo. Pero ella no         se siente llamada sino a fundirse con Jesús en el amor, como prisionera         voluntaria suya en una clausura. No es una ilusa, sabe que el amor es         exigente. Que si se va al Carmen, es para inmolarse con Cristo por la         humanidad. Que en su pieza tendrá una cruz de madera sin Cristo. Que es         esa la cruz donde ella debe morir a su egoísmo, a todo lo que le impida         repetir: "Yo no soy la que vivo, sino Jesus". Pero el         sufrimiento no le es desconocido. ¿Qué importa sufrir cuando se         ama?, dice. El amor es cielo. Y ella, perdidamente enamorada de         Cristo, cifra su ideal en sufrir, amar y orar por la Iglesia y por la         humanidad pecadora.                                                 |                Los corazones de los hombres               aman un día y al otro son indiferentes. Solo Dios no               cambia. He visto que la               felicidad en el mundo no existe. Siempre su trato me deja un vacío               que lo llena por completo nuestro Señor.  ¡Qué impresión               me produjo cuando vi mi conventito! Su pobreza habla muy bien a su               favor. Apenas lo vi me encantó y me sedujo. Sé que si voy al Carmen               será para sufrir. Mas el sufrimiento no me es desconocido. En él               encuentro mi alegría, pues en la cruz se encuentra Jesús, y Él es               Amor. Y ¿qué importa sufrir cuando se ama? No temas,               hermanita querida. No existirá jamas separación entre nuestras               almas. Yo viviré en Él. Busca a Jesús y en Él me encontraras y allí               los tres seguiremos los coloquios íntimos que hemos de continuar               allá en la eternidad (carta a su hermana Rebeca) Solo me               restan 20 días. Y después el Calvario, el cielo………Ya estoy subiendo               su cima. El dolor de la separación es tan intenso, que no hay               palabras para expresarlo. Solo Dios me sostiene. Jesús               no quiere que exista nada entre El y yo. Manifestándose a mi alma la               ha enamorado en tal forma que sólo en Él puedo encontrar               reposo.  |     | 
    
                  |           El colmo de la dicha y del         dolor         El 7 de Mayo de 1919 ingresó Juanita         en las Carmelitas Descalzas de Los Andes, separándose para siempre de los         suyos. Así culminó el gran sacrificio que la trajo desgarrada los últimos         meses, y que sólo por amor a Cristo pudo consumar. Un mes antes escribía:         "Estoy en el colmo de la dicha y del dolor". Contrastes y paradojas que         sólo el locamente enamorado puede entender. Dolor intensísimo por alejarse         de los suyos a quienes ama y que nunca hubiera abandonado por un hombre.         Lucha contra su propia naturaleza – sobre todo desde que solicita el         permiso paterno -, que se convierte en agonía, en martirio cruel, según va         acercándose el día de subir definitivamente al Calvario de la terrible         despedida.  Y por otra parte, dicha felicidad, por ver realizado el         ideal de su vida; por dejar todo lo que tiene a cambio de Nuestro Señor.         Dicha inefable, porque el amante goza en demostrar el amor en lances         difíciles y comprometedores. Y porque Jesús no se deja ganar en         generosidad, cuando Juanita se arranco de los brazos de su madre, le abrió         los suyos dulcemente, confortándola y fortaleciéndola con su         gracia.                                         |                El fin de las carmelitas me               entusiasma: santificarse a sí misma para que la savia divina se               comunique, por la unión que existe entre los fieles, a todos los               miembros de la Iglesia. Ella se inmola sobre la cruz y su sangre cae               sobre los pecadores, pidiendo misericordia y arrepentimiento. Cae               sobre los sacerdotes, santificándolos. Y todo en silencio, sin que               nadie lo sepa. Cuantos hay que tachan su vida de inútil. Sin               embargo, ella es como el Cordero de Dios que lleva los pecados del               mundo. Se sacrifica para volver al redil las almas extraviadas. Pero               así como a Cristo no lo conoció el mundo, a ella tampoco la conoce.               Esta abnegación completa me encanta. No hay cabida al amor propio.               No ve siquiera el fruto de su oración. Solo en el cielo lo vera.                Por Jesús he               preferido ser pobre y trabajar. Ya que Él por mi amor se hizo pobre,               yo por amor a Él quiero serlo. La ternura de mi corazón               de hija crece cada día, mi papacito, y no creo que en el Carmen se               extingue, antes al contrario, toma mayores proporciones, porque se               ama sin interés y en Dios.  |           Orando, trabajando y         riéndonos          Las religiosas quedan prendadas de su         nueva hermana y de sus sobresalientes cualidades. Y el 14 de octubre la         visten con el hábito de la Orden, imponiéndole su nuevo nombre: Teresa de         Jesús. En el convento, fiel a su consigna de santificarse por los         demás, continúa buscando para si lo más trabajoso y molesto para aliviar a         sus hermanas. Las ama de corazón. Ahora es ella la que, con su trato fino         y exquisito, contribuye a que siga reinando en la comunidad la alegría, la         hermandad y sencillez, que antes de entrar le habían seducido. Se siente         cada día más feliz. En la antesala del cielo. Porque pasa horas a los pies         del sagrario y en su celda con Jesús, que es su gozo infinito. Con Dios         que es alegría infinita. Y luego, en los recreos, se ríe y embroma todo el         tiempo, sin que falten los cantos con guitarras y bandurrias los días         señalados. Así pasamos la vida – escribió -: orando, trabajando y         riéndonos. Enamorada de Cristo, de la Eucaristía, de la Virgen y de la         oración, despliega un apostolado intensísimo con sus cartas. Sus         destinatarios van contagiándose de esos amores de Teresa. Así vive la         prisionera voluntaria de Jesús. Siente ansias de martirio. Le fascinaría         dar su vida por El. Pero pisa tierra y sabe que su martirio está en donde         vive. En eliminar su egoísmo a cada instante. En aceptar los sufrimientos         interiores que la purifican. En cumplir con alegría el fin de la         carmelita: rogar, vivir inmolándose ocultamente por los pecadores, por la         santificación de los sacerdotes y por la Iglesia.                                         |                Todo es alegría y sencillez en               el Carmen. Y cada una se esmera en poner de su parte cuanto pueda               para alegrar a sus hermanas. Si supieras la               felicidad que inunda mi alma en cada instante escondida en Dios! Me               parece que principie a vivir sólo el 7 de Mayo. Te aseguro que todos               los sacrificios hechos me parecen nada. Vivimos riéndonos y amando.               No te imaginas la alegría, la confianza y la sencillez que reina. Me               encuentro en mi centro. Mi celda es bien pobrecita, pero               en ella me paso con Nuestro Señor en intima conversación de corazón               a corazón.  Que cosa más rica es para el alma que ama               pasar la vida junto al Sagrario! Después que comulgo me siento en el               cielo, y dominada por el amor infinito de               Dios.  |           Al abrazo del         Padre          Todavía no hace el año que Jesús la         ha "robado", y ya su alma, acrisolada y purificada la máximo por el amor,         está madura. Ella escribió por entonces: "Soy la persona más dichosa. No         deseo nada, porque mi ser entero está saciado en Dios – Amor". Durnate         la cuaresma de 1920, Teresa debió sentirse muy enferma; pero no dio         importancia a su mal, Llegó así hasta el viernes santo, hasta que su         maestra la notó afiebrada. Era tarde. El mal – un violento tifus – había         minado ya su frágil organismo. Durante su enfermedad, se pudo comprobar su         aquilatada virtud. Jamás molestó por nada. Siempre estaba bien. Sólo se         sabía de sus dolores y malestar cuando era interrogada por los médicos. La         comunidad hizo lo humanamente posible por devolverle la salud. Pero         inútilmente. El fruto – ella misma lo dijo – estaba ya maduro. El 12 de         abril de 1920, a las 7:15pm, fue a gozar plenamente y sin velos de Dios la         que ya en vida había experimentado que fuera de El no hay felicidad         posible; que sólo El basta. Contaba con 19 años y 9 meses de edad y 11         meses de carmelita.                                         |                Para una carmelita la muerte no               tiene nada de espantable. Va a vivir la vida verdadera. Va a caer en               brazos del que amo aquí en la tierra sobre todas las cosas. Se va a               sumergir eternamente en el amor.  |           Pronto obra         milagros         La comunidad de Los Andes y los         familiares de Sor Teresa recibieron muchas cartas no de pésame, sino de         felicitación por tener una santa en el cielo. Los periódicos de Santiago –         cosa insólita para una carmelita de clausura – publicaron su muerte,         exaltando la heroicidad de sus virtudes. A los pocos días de su muerte,         el P. Julián Cea, que la había conocido en febrero de 1919 en unas         misiones, escribió: "Su santidad tenía la propiedad de ser atrayente,         amable, comunicativa. No sé que respeto y veneración infundía su persona.         Y al mismo tiempo se sentía por ella un santo cariño, como el que creo se         tendrá a un ángel si lo viéramos con los ojos de cuerpo. ¡Qué sonrisa         angelical acompañaba siempre su conversación! No era esquiva, sino         confiada. Y su alma, inocente y pura como un niño. ¡Con que pasión amaba a         Jesús! Pocos días tuve la dicha de tratarla, paro la impresión que me         causó su santidad no se borrará jamás. Le rezo todos los días como a una         santa que está en el cielo, Yo confío en que pronto comenzará a obrar         milagros, y su conducta angelical influirá no poco en la conducta de         muchas jóvenes". Pronto los fieles comenzaron a ponerla por intercesora         ante el Señor. Y en los muchos años que nos separan de su muerte, el Señor         a dado pruebas de su deseo de glorificar a su sierva, otorgando por sus         ruegos infinidad de gracias, sobre todo espirituales: conversiones, vuelta         al camino del bien. Son incontables los fieles, incluso de las más         apartadas regiones del país y del extranjero, que acuden cada día a la         tumba de Teresita, sobre todo desde que sus restos reposan en la cripta         del Santuario erigido en su honor en Rinconada de Los Andes.                                                  |                Jesucristo, ese loco de amor,               me ha vuelto loca. Es martirio el que padezco al ver que corazones               agradecidos a las criaturas no lo sean con aquel que los sustenta,               que les da la vida y los sostiene; que les da y ha dado todo, hasta               darse el mismo.  |           Mensaje a la         juventud         Teresa tiene mucho que decirnos a         todos. Su mensaje a la juventud es de innegable actualidad. De los         jóvenes que la trataron y rondaron, no le convenció ninguno. Son muy         superficiales, dijo. Hoy buena parte de la juventud es sana,         consciente, responsable. Sabe a dónde va y está bien enrutada. Pero hay         otros muchos que hablan estupendamente. Da gusto escucharles. Se les ve         ilusionados por ser auténticos, por realizarse plenamente, por cultivar         los valores humanos y por construir un mundo nuevo más humano y más unido.         Señalan muy bien la meta. Dicen querer alcanzarla. Pero no les gusta el         camino que conduce a ella. Y muchos se apartan de él. Y ésta es la misión         de Teresa: señalar la ruta a la juventud de hoy; recordarle que él único         camino que conduce a la plena realización humana es el esfuerzo, la         autodisciplina, el control de sí mismo . El mensaje es de innegable         actualidad cuando tanta juventud se muestra alérgica a toda norma y         proclama como única regla valida su propio capricho, su talante, el me         gusta, no me gusta, me nace, no me nace. No hay pedagogo ni formador serio         que apruebe tal actitud. Al contrario, todos ellos, a cuantos aspiran a         formar su carácter y personalidad, les exigen borran de su vocabulario         esas palabras – me gusta, no me gusta- sustituyéndolas por debo         o no debo. Y actuar en consecuencia. Y la experiencia les da la razón.         Sin autodisciplina, sin control de si mismo no se forja el         hombre.                                         |                "Jamás me dejaré llevar por el               sentimiento y por el corazón, sino por la razón y mi conciencia".               "Todavía soy muy orgullosa. Me propondré abatir hasta los últimos               gérmenes del amor propio", escribió Santa               Teresa.  |           Aquí está el remedio. Mal le hubiera         ido a Teresa de no haber puesto en práctica esta resolución, dado su gran         fondo de orgullo y su tendencia a obrar independientemente y con altivez.         Ella nos habla de las "rabietas feroces" que le daban de pequeña. De sus         "rezongos"; de su repugnancia a obedecer. De que, en ocasiones, "siente         sublevarse todo su ser" De que todavía a sus 17 años, en el colegio, llegó         a botar con rabia un dulce que le dieron por creerlo muy chico. Pero al         menos desde los nueve años, se propuso muy en serio controlarse. Y         humillándose cada vez que quebrantaba su propósito, y dominando sus         impulsos las más de las veces, logró alcanzar la ecuanimidad, dulzura y         apacibilidad que admiraron todos en ella.                                         |                "Debo esforzarme por ser más               amable. Me esmeraré en labrar la felicidad de los demás". "Mi               resolución: santificarme por todos".  |           Son también propósitos de Juanita.         Los jóvenes que aspiran la madurez humana deben indispensablemente         hacerlos suyos. Porque es principio archisabido archirrepetido que         únicamente abriéndose a los demás, dándose, saliéndose del propio egoísmo         en busca del bienestar de los otros, es como se realiza y madura la         persona humana. Es por eso lo exigió Cristo terminantemente a sus         seguidores. Y quienes no se esfuercen por vivirlo, ni llegarán a ser         hombres nuevos, ni serán capaces de construir el mundo nuevo más humano y         más unido que tanto dicen anhelar.                                         |                Ocupémonos del prójimo, de               servirle, aunque nos cueste repugnancia hacerlo. De esta manera               conseguiremos que el trono de nuestro corazón sea ocupado por su               Dueño, por Dios.  |           Hacia la plenitud         humana         A los cristianos del siglo XX nos         viene a decir Teresa que sólo abriéndonos a Dios y a sus exigencias de         amor lograremos ser plenamente hombres. Teresa – ya queda dicho) ha         conseguido armonizar lo divino y lo humano integrándolo en su vida en         admirable síntesis. Para ello no hay dos vidas superpuestas: una natural         profana y la otra sobrenatural, espiritual. No hay sino una única vida         humana planificada por el amor divino, divinizada. Viviendo abierta a         la voluntad de Dios y no apartándose ni un punto de ella, conjuga con         naturalidad encantadora el trato con Dios y con los hombres, como queda         ponderado. Convertida en Sor Teresa, más endiosada por haber rendido         incondicionalmente su querer al divino, continúa amable y comunicativa y         alegrando y embromando alas religiosas y a los destinatarios de sus         cartas. La obediencia a Dios nos salva, nos lleva a la realización. Por         preferir su plan al de Dios, queda el egoísta destruido, sumido en la         degradación del vicio; envilecido. ¡Qué verdad es que el hombre sin Dios         se deshumaniza!. En cambio, en diálogo con Dios y siguiendo dócilmente su         camino de apertura y servicio a los demás, alcanza el hombre su plenitud:         su naturaleza se ennoblece, se perfecciona y en cierto modo se         diviniza. A esa meta ha llegado Teresa. Por eso, rebosante de         satisfacción, necesita proclamar en todos los tonos – como lo hace en su         correspondencia – que está gustando anticipadamente la felicidad del         cielo.  Sabe muy bien que, sumergida como está en esa atmósfera divina,         su vida entera –sin excluir ninguna de sus acciones – es una alabanza de         gloria a la Santísima Trinidad. Y eso mismo nos pide a todos: que         convirtamos nuestra vida en culto, en ofrenda, en "melodía continua de         amor" para Dios. Muchos lo habían olvidado y venían separando         lamentablemente su vida religiosa de su vida profana. Y el cristianismo         quedaba desprestigiado con procederes y conductas en franca oposición con         las creencias. Por eso llegó la severa advertencia del Concilia Vaticano         II contra los que incurrían en tal incoherencia. Teresa, que tan         estupendamente captó y asimiló esa exigencia del Evangelio, puede con todo         derecho recordárnosla a los cristianos de su siglo, haciéndola mensaje         propio. Y repetimos: Que no debe haber para nosotros sino una única vida         humana. Toda ella cristiana, espiritual, es decir, de acuerdo al espíritu         de Cristo. Que estamos obligados a dar culto a Dios no únicamente la hora         de la misa dominical y los minutos diarios dedicados al rezo, sino todos         los minutos del día y todas las horas de la semana. Cuando nuestra oración         sea –como la de Teresa- una conversación intima con Cristo, en la que         tratemos familiarmente con El, saliendo de ella dispuestos a sacrificar en         nuestra vida personal y social lo que le desagrada, toda nuestra vida,         unificada, será auténticamente cristiana. Sí; también la de los negocios,         la profesional, la del hogar. Y entonces todo nuestro día – incluso las         diversiones – serán culto, liturgia, melodía continua, glorificación de         Dios.  | 
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  Fuente: Itunet 
Eugenio de   Cartago, Santo Obispo, 13 de julio     
                                                        |                 
  |                        |                Eugenio de Cartago,               Santo  |           Obispo        Martirologio         Romano: En Albi, ciudad de         Aquitania, trásito de san Eugenio, obispo de Cartago, glorioso por su fe y         sus virtudes, que sufrió el destierro durante la persecución desencadenada         por los vándalos (501). 
  Etimológicamente: Eugenio = Aquel que es bien         nacido, es de origen griego.                   Cuando los bárbaros destruyeron el Imperio Romano,         los vándalos -dirigidos por Genserico- se apoderaron del norte de África,         que constituía una de las provincias del         Imperio.
  Aunque         cristianos, los vándalos eran arrianos, que desdecían de su fe cometiendo,         por donde pasaban o se asentaban, una larga serie de atropellos y de         crímenes, destruyendo y quemando iglesias y monasterios y torturando a los         habitantes.
  A Genserico sucedió en el         reino Hunerico, quien al principio se mostró moderado con los católicos y,         por un pedido del emperador de Constantinopla, permitió que los fieles         eligieran libremente sus autoridades eclesiásticas. Para ejercer la         dignidad episcopal de Cartago resultó electo Eugenio, cuyo nombre         significa "bien nacido". Era un sacerdote estimado por su saber, su piedad         y su caritativo celo hacia los pobres.
  Eugenio predicó con ardor, defendiendo la fe católica con         agudeza y audacia. Realizó numerosas conversiones y se hizo muy popular y         Hunerico, que le tenía, le prohibió predicar al público, ordenándole no         admitir en su iglesia a ningún súbdito vándalo. 
  Eugenio replicó que las puertas de la casa de Dios estaban         abiertas para todo el que se acercara. Entonces el déspota puso guardias a         la entrada de los templos, con orden de torturar a aquellos que no         acatasen la prohibición. A los torturados los hacía pasear luego por las         calles, como en procesión, a fin de que sirviesen de escarmiento a los         otros.
  Así llegaron la violencia, los         asesinatos y deportaciones. Hunerico mandó organizar una asamblea de         obispos católicos y arrianos, para examinar los argumentos de ambas         partes. Hablando con Eugenio, le decía: "Así sabremos quién está en la         verdad".
  Se refiere que en este tiempo         Eugenio realizó un milagro, en el cual por su intercesión un ciego, al         recibir sobre los ojos agua bendita, recobró públicamente la vista. Los         arrianos achacaron el suceso a artes mágicas y lo acusaron de         hechicero.
  La asamblea reunida resultó         una farsa. Obispos católicos desaparecían; otros eran torturados. El         pueblo fue espectador de una afligente caravana caminando en el desierto:         era Eugenio, seguido por sacerdotes y fieles. En Tripoli, a donde se         trasladó, fue puesto bajo la autoridad de un obispo arriano, quién lo         trató duramente.
  Miles de católico         fueron llevados al interior del país, donde cayeron en manos de los moros,         que los torturaron y esclavizaron. Murió así todo el clero de Cartago y         muchos hombres, mujeres, ancianos y niños.
  La muerte sorprendió al rey de los vándalos en el año 484         y Eugenio pudo regresar a su diócesis cuatro años más tarde, para ser         desterrado nuevamente tiempo después por Trasimundo. Esta vez se dirigió a         las Galias.
  Se cree que cerca de Albi,         donde reinaba el visigodo Alarico, otro arriano, realizó vida solitaria y         se dedicó a escribir contra los errores de los herejes.         Allí murió en         julio del año 505.   | 
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  Fuente: Magnificat.ca 
Anacleto   (Cleto), Santo III Papa, 13 de julio     
                                                        |                 
  |                        |                Anacleto (Cleto),               Santo  |           III         Papa        Martirologio         Romano: En Roma, conmemoración de         san Cleto, papa, que fue el segundo que rigió la Iglesia Romana después de         san Pedro (88). 
  Etimológicamente: Anacleto = Aquel que es llamado,         es de origen griego.                   El santo papa Anacleto fue natural de Atenas, hijo         de Antioco, y por su mucha santidad y letras fue puesto en la Silla del         Príncipe de los Apóstoles, por muerte de San Clemente, papa y mártir,         imperando Trajano. Este cruelísimo emperador, viendo crecer la religión         cristiana y disminuir el culto de sus falsos dioses, levantó la tercera         persecución contra la Iglesia, pensando que con tormentos podría         exterminarla; pero la semilla regada con la Sangre de los mártires         fructificaba más y más.
  En virtud         de esta persecución tan rigurosa, ordenó San Anacleto que al fin de la         Misa comulgasen todos los que se hallaran presentes. Mandó también que a         la consagración del obispo asistiesen otros tres obispos, y que los         clérigos fuesen admitidos a las órdenes públicamente. Escribió algunas         Epístolas, en que trata de la autoridad del Sumo Pontífice, afirmando que         sólo Dios le puede juzgar. Finalmente, después de haber gobernado la         Iglesia de Dios nueve años, tres meses y diez días, padeció martirio por         la fe de nuestro Señor Jesucristo en el año 88.
  Antiguamente se recordabaa a este santo el 13 de julio, en         actual martirologio traslado su fiesta al 26 de         abril.  | 
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  Fuente: Vatican.va 
Carlos   Manuel Cecilio Rodriguez Santiago, Beato Laico, 13 de julio     
                                                        |                 
  |                        |                Carlos Manuel Cecilio Rodriguez               Santiago, Beato  |           Laico        Martirologio         Romano: En Caguas, ciudad de Puerto         Rico, beato Carlos Manuel Cecilio Rodríguez Santiago, que trabajó         incansablemente en la renovación de la sagrada liturgia y en fomentar la         vida de fe en los jóvenes (1963). 
  Etimológicamente: Carlos = Aquel que es dotado         de noble inteligencia, es de origen germánico.
  Etimológicamente: Manuel = Dios esta con         nosotros, es de origen hebreo,                   Carlos Manuel Cecilio Rodríguez Santiago nació en         Caguas, Puerto Rico, el 22 de noviembre de 1918, hijo de Manuel Baudilio         Rodríguez y Herminia Santiago, ambos de familias numerosas, sencillas y de         gran arraigo cristiano. Fue bautizado en la Iglesia Dulce Nombre de Jesús         en Caguas el 4 de mayo de 1919. Fue el segundo de cinco hermanos: dos         hermanas se casaron, otra es religiosa Carmelita de Vedruna y su único         hermano es sacerdote benedictino y Primer Abad puertorriqueño.         
  Cuando         'Chali' tenía seis años, un voraz incendio consumió la modesta tienda del         papá y la vivienda de su familia. Como resultado, perdieron todo y se         vieron precisados a mudarse a casa de los abuelos maternos. Aquí, Carlos         Manuel vino en estrecho contacto con su abuela Alejandrina Esterás, una         "santa mujer" al decir de quienes la conocieron. 
  Manuel Baudilio, el padre, sufrió con resignación, sin         perder su fe esta pérdida y tras una larga enfermedad, murió en 1940. Doña         Herminia, al no estar en su casa propia se impuso a sí y a sus hijos un         celoso respeto y hasta cohibición, de quien está en casa ajena. Esto         influyó en el carácter reservado y tímido de sus hijos. Pero Herminia         tenía la virtud de la serena alegría iluminada por la fe dada su         familiaridad con el Señor en la Eucaristía diaria.
  Es así como las primeras lecciones en la fe católica y las         vivencias de esa fe las recibe y experimenta Carlos desde muy temprano en         el seno de su propia familia. A los seis años comenzó su vida escolar en         el Colegio Católico de Caguas, en donde permaneció hasta octavo grado.         
  Allí conoció a las Hermanas de Notre         Dame y cultivó una especial amistad con ellas durante toda su vida. Bajo         la tutela de éstas y de los Padres Redentoristas, desarrolla su primera         educación formal, humanística y religiosa; recibe a Cristo por vez primera         en la Sagrada Eucaristía que marcaría un amor para siempre; se hace         monaguillo y posiblemente siente el llamado inicial a una vida de entrega         total a Cristo. Como monaguillo, empieza a degustar las riquezas de la fe         a través de la sagrada liturgia de la Iglesia. 
  Se gradúa de octavo grado en 1932, siendo el primer honor         de su clase y obteniendo la medalla de religión. Pasa entonces a cursar         estudios en la escuela superior pública Gautier Benítez en Caguas. Durante         el segundo semestre de ese curso escolar empieza a notar los primeros         síntomas de una enfermedad que sugería un trastorno gastrointestinal:         colitis ulcerosa. Este habría de causarle muchísimos inconvenientes por el         resto de su vida, y se iría agravando paulatinamente. Ello jamás llegó a         doblegar su espíritu de entrega a Cristo y a Su Iglesia.         
  Más tarde, renueva su contacto con         las Hermanas de Notre Dame y los Padres Redentoristas, esta vez en la         Academia Perpetuo Socorro en el sector Miramar de San Juan, donde cursa su         tercer año de Escuela Superior (1934-35), pero su salud le impide         continuar. Vuelve a Caguas, trabaja por algún tiempo y por fin termina         ambos cursos, el comercial y el científico, en su cuarto año en la Gautier         Benítez en 1939. 
  Se desempeña como         oficinista hasta 1946, cuando decide iniciar estudios hacia un         bachillerato en la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras, y         logra completar un año. En 1947, a pesar de haber aprobado con excelentes         calificaciones todas las materias y pese a su amor por los estudios, una         vez más su salud le impide estudiar formalmente: esta vez, de manera         definitiva. Sin embargo los estudios jamás terminaron para 'Charlie', como         ya empezaban a llamarlo sus amigos en la UPR. Él era un lector voraz. Todo         le interesaba: las artes, las ciencias, filosofía, religión, música... De         hecho, tomó clases de piano tan sólo un año, pero su interés le llevó a         continuar por sí solo, hasta tocar no sólo el piano, sino además, el         órgano de la Iglesia... ¡La música sacra que tanto aprendió a amar!         
  Otro de sus grandes amores era la         Naturaleza. Desde niño acostumbraba pasar las vacaciones de verano en el         campo. Solía ir con hermanos y primos de pasadía, al río o a la playa. Ya         de adulto organizaba junto a sus hermanos, caminatas de un día al campo;         ligero de equipaje, frugal el alimento, pero abundante el deseo de         comulgar con la creación entera. 
  Carlos Manuel trabajó como oficinista en Caguas, Gurabo y         en la Estación Experimental Agrícola, adscrita a la UPR de Río Piedras,         donde además traducía documentos. Empleaba casi todo su modesto salario en         promover el conocimiento y el amor a Cristo, especialmente a través de la         Sagrada Liturgia. Por eso, se afanaba en traducir artículos que leía sobre         la materia y que él editaba para nutrir dos publicaciones a manera de         folletos mimeografiados, Liturgia y Cultura Cristiana, tarea a la que         dedicaba incontables horas de trabajo. 
  Cada vez más convencido de que la liturgia es la vida de         la Iglesia (a través de la oración, la Proclamación de la Palabra, la         Eucaristía y los misterios de Cristo o sacramentos), organiza en Caguas un         "Círculo de Liturgia" junto al P. McWilliams y luego, en 1948, funda junto         al P. McGlone el coro parroquial Te Deum Laudamus. 
  En Río Piedras, donde sus hermanos Pepe y Haydée eran ya         profesores de la UPR, Carlos realiza su ardiente deseo de dar a conocer a         Cristo entre profesores y estudiantes de ese centro docente. Al ampliarse         el grupo de sus "discípulos" se mueve con ellos al Centro Universitario         Católico, organiza otro Círculo de Liturgia (más tarde llamado Círculo de         Cultura Cristiana). Continúa con sus publicaciones y organiza y da forma a         sus célebres "Días de Vida Cristiana" junto con los universitarios a         quienes desea que entiendan y gocen los tiempos litúrgicos. Participa en         paneles sobre diversos temas, siendo él el portaestandarte de la vida         litúrgica y el sentido pascual de la vida y la muerte en Cristo. Organizó         grupos de discusión en varios pueblos y participó en la Cofradía de la         Doctrina Cristiana. Otras organizaciones católicas en las cuales participó         fueron la Sociedad del Santo Nombre y los Caballeros de Colón. Impartió         catequesis a jóvenes de escuela superior, aportando él todo el material         que mimeografiaba sin descanso para suplir las limitaciones económicas de         sus jóvenes alumnos. Defendió y promovió con fervor extraordinario entre         obispos, clero y seglares, la renovación litúrgica de la Iglesia a través         de la participación activa de los fieles, el uso del vernáculo y, muy         especialmente de la observancia de la Vigilia Pascual, felizmente         restaurada por SS Pío XII, para regocijo de Charlie. Todo ello, antes del         Concilio Vaticano II, de ahí que se le llame apóstol pre-conciliar de lo         que vino a ser Sacrosanctum concillium. 
  Muchos testimonian su desarrollo vital de la fe gracias a         la formación que le impartió Carlos Manuel unido a su modelo de entrega y         servicio. Varios otros agradecen a su ardiente celo por Cristo el haber         despertado en ellos su vocación religiosa. Quienes lo buscaban para         aclarar sus dudas o conseguir el fortalecimiento de su fe, no quedaban         defraudados. Acercarse a Carlos Manuel era como allegarse a una luz que va         iluminando cada vez más la perspectiva y el sentido de la vida a medida         que se le conocía mejor. La alegría cierta de la Pascua traslucía siempre         en su mirada y en su sonrisa y una notable fortaleza espiritual trascendía         su frágil figura. La firme convicción de su fe vencía su natural timidez y         hablaba con la seguridad de Pedro en Pentecostés. A pesar de su salud         quebrantada por tantos años, ninguna queja nubló la alegría con que         enfrentaba la vida y nos recordaba que el cristiano ha de ser alegre         porque vive la alegría y la esperanza que Cristo nos regaló con Su Pascua:         VIVIMOS PARA ESA NOCHE. 
  Sus fuerzas         físicas decaían, pero jamás su espíritu se doblegó. Vivía cada momento         superando calladamente su dolor con el gozo profundo de quien se sabía         resucitado. Minada finalmente su salud por la enfermedad que se         diagnosticó como un cáncer terminal del recto, tras una larga operación en         marzo de 1963, padeció "la noche oscura de la fe" pensándose abandonado de         Dios. Antes de morir, re-encontró con emoción la Palabra que estuvo         perdida, la que le había dado sentido a su vida. Su paso a la vida eterna         fue el 13 de julio de 1963. Tenía 44 años. "El 13 es buen día" – había         dicho antes, sin que tuviésemos noción de lo que ello significaba. Ahora         sabemos. 
  El Proceso de Carlos fue         meteórico: Iniciado en 1992, su positio sobre virtudes heroicas llevó a         que se le declarase Venerable el 7 de julio de 1997. El milagro, para su         beatificación (curación de un linfoma maligno no-Hodgkins en 1981) fue         aprobado por SS Juan Pablo II el 20 de diciembre de 1999: ¡En tiempo         récord (tan solo ocho años) y por actores laicos! 
  Fue beatificado por S.S. Juan Pablo II el 29 de abril de         2001.
  Si usted tiene información         relevante para la canonización del beato Carlos, comuníquese         a: Círculo Carlos M.         Rodríguez Centro Universitario         Católico # 10 Calle Mariana         Bracetti San Juan, 00925-2201 PUERTO         RICO  | 
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  Fuente: Vatican.va 
Mariano de   Jesús Euse Hoyos, Beato Sacerdote, 13 de julio     
                                                        |                 
  |                        |                Mariano de Jesús Euse Hoyos,               Beato  |           Primer         beato nacido en Colombia        Martirologio         Romano: En la ciudad de Angostura,         en Colombia, beato Mariano de Jesús Euse Hoyos, presbítero, quien,         sencillo e íntegro, se entregó totalmente a la oración, a los estudios y a         la instrucción de los niños (1926). 
  Etimológicamente: Mariano = Aquel consagrado o         dedicado a la virgen María, es de origen         latino.                   El Beato Don Mariano de Jesús Euse Hoyos nació en         Yarumal, Colombia, en la diócesis de Antioquia, el 14 de octubre de 1845.         Era el mayor de siete hermanos. Sus padres se llamaban Pedro Euse y         Rosalía de Hoyos. Fue bautizado al día siguiente, y confirmado cuando         tenía tan solo dos años. El apellido Euse es de origen francés, de la         Normandía. Desde allí había emigrado el bisabuelo de         Mariano.
  Los         padres de Mariano eran muy religiosos, por eso, desconfiando de la escuela         pública, que entonces se comportaba de mondo muy hostil a la Iglesia, se         ocuparon personalmente de la educación de su primogénito. De ellos         aprendió Mariano no sólo las buenas costumbres sino también a leer,         escribir y los rudimentos de las ciencias. El empeño de los padres dio sus         frutos, y muy pronto, el muchacho comenzó a enseñar a otros niños menos         afortunados que él.
  Por haber pasado         su infancia y adolescencia en el campo y entre campesinos, Mariano de         Jesús parecía un verdadero campesino. Esto le fue de grande ayuda más         tarde, cuando siendo ya sacerdote, ejerza su apostolado entre la gente del         campo.
  Cuando, a los 16 años,         manifestó su deseo de ser sacerdote, fue confiado a la solicitud de su tío         Fermín Hoyos, párroco de Girardota, sacerdote de reconocidas virtudes y de         ciencia. A su lado, Mariano, con grande ahínco y perseverancia, dio         comienzo a su formación cultural y espiritual. Acompañó a su tío cuando         éste fue trasladado a San Pedro como párroco y vicario foráneo. Mariano         pasaba su vida, sencilla e íntegra, entre la oración, el estudio y el         trabajo. En 1869, a los 24 años de edad, entrò en el recientemente abierto         Seminario de Medellín, donde se preparó con mucho empeño al sacerdocio. El         14 de julio de 1872 recibió la ordenación sacerdotal.
  Inició su ministerio en San Pedro, como coadjutor de su         tío Don Fermín, quien lo había solicitado del Sr. Obispo. Esta         colaboración no duró mucho, porque Don Fermín murió en enero de 1875, y         Don Mariano fue trasladado, siempre como coadjutor, primero a Yarumal         (1876) y luego a Angostura (1878). El párroco de Angostura era Don         Rudesindo Correa, anciano y de salud muy precaria. Apenas tomó posesión de         su cargo, Don Marianito, como era llamado afectuosamente, se dio cuenta de         las muchas y no pequeñas dificultades que se le presentaban. Lo primero de         todo, la construcción del templo parroquial, que había comenzado, pero que         estaba parada por falta de fondos, por las dificultades técnicas y por las         amenazas de guerra civil en la región. Después de un año de espera, con         paciencia y perseverancia, superadas las dificultades, pudo concluir la         construcción. Durante la guerra se vio obligado a esconderse varias veces         en las montañas o en las cuevas. Nombrado párroco de Angostura, permaneció         en su puesto hasta su muerte, siendo un pastor eximio y solícito para         todos sus fieles.
  Su fama de santidad         se difundió en toda la región. Nada era capaz de frenarle en su celo: ni         los obstáculos de parte de la autoridad civil, en aquel entonces muy         contraria a la Iglesia, ni las dificultades de tiempos y lugares. Su         apostolado constante y eficaz produjo muchos frutos, dejando entre la         gente un profundo efecto y un vivo recuerdo.
  Supo insertarse totalmente en la vida del pueblo,         participando en las penas y alegrías de todos. Para todos fue padre         diligente, maestro y consejero de confianza y testigo fiel del amor de         Cristo entre ellos. Los pobres, que él llamaba "los nobles de Cristo",         eran sus preferidos. No tenía ningún reparo en emplear sus propios bienes         para aliviar las penurias y la indigencia de los más débiles. Visitaba con         frecuencia a los enfermos, y para asistirles estaba dispuesto a cualquier         hora del día o de la noche. Con infinita mansedumbre y sencillez se         ocupaba de los niños y de los jóvenes para guiarlos por el camino de las         buenas costumbres y de la prudencia.
  Tenía un grande amor por los campesinos, recordando que él         mismo había sido uno de ellos hasta los 16 años. Estaba muy atento a sus         necesidades espirituales y sociales, e incluso a las         económicas.
  Conociendo como conocía a         su gente, sabía hablarles al corazón. Su predicación era muy sencilla,         pero al mismo tiempo muy eficaz. Difundía la buena prensa y enseñaba la         doctrina cristiana a todos, pobres y ricos, niños y adultos, hombres y         mujeres. En su parroquia promovió mucho la práctica religiosa: la         asistencia a la misa dominical y festiva, el rezo del rosario en familia,         la devoción al Corazón de Jesús, las asociaciones católicas, la oración         por las vocaciones santas...
  Hizo         además algunas obras materiales: la conclusión de la iglesia parroquial,         su propia casa de habitación, el campanario, la ermitas de la Virgen del         Carmen y de San Francisco y el cementerio. Estas obras contribuyeron mucho         a despertar y sostener la vida cristiana de los         fieles.
  Su vida era muy pobre, austera         y mortificada. Era muy constante en su vida de oración en la que se         hallaba la raíz de su apostolado y de su vida sacerdotal. Era muy devoto         de la Eucaristía, de la Santísima Virgen, de los Ángeles y de los Santos.         Amaba sobre todo a Dios, por cuya gloria trabajó siempre. De aquí nacía su         afán por salvar las almas de sus parroquianos y el mundo         entero. Durante muchos años gozó de buena         salud. Eso le permitía practicar la mortificación con penitencias y         ayunos. Pero al fin le sobrevino una grave infección de la vejiga y una         fuerte inflamación de la próstata. A mitad de junio de 1926 se vio         obligado a guardar cama. El 12 de julio tuvo un ataque de enteritis. Era         tan grande su pobreza que no tenía ni la ropa necesaria para cambiarse.         Los que le cuidaban tuvieron que acudir a la caridad de la gente para         poder asistir al enfermo como convenía. Él dijo entonces: "Ya he vivido         bastante. Ahora mi deseo más grande es unirme a mi         Jesús".
  Murió el 13 de julio de 1926,         justo 46 años después de su ordenación sacerdotal. Fue sepultado en la         capilla de la Virgen del Carmen, que él mismo había hecho construir. Su         muerte fue muy sentida por el pueblo, que participó en pleno en los         funerales junto con varios sacerdotes y las         autoridades.
  Ya en vida gozaba de fama         de santidad. Ahora, con el reconocimiento de sus virtudes en grado heroico         y la aprobación del milagro, la Iglesia corrobora lo que el pueblo fiel         había sentido y propagado. 
  Fue         beatificado el 9 de abril de 2000 por S.S. Juan Pablo II           | 
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  Fuente: Vatican.va 
Fernando   María Baccilieri, Beato Presbítero y Fundador, 13 de   julio   
                                                        |                 
  |                        |                Fernando María Baccilieri,               Beato  |           Presbítero Fundador de la Congregación de las Siervas de         María        Martirologio         Romano: En Galeata, cerca de         Bolonia, en Italia, beato Fernando María Baccilieri, presbítero, que         consagró su vida a la formación, bajo todos los aspectos, del pueblo que         se le había encomendado, y fundó la Congregación de las Siervas de María,         cuya misión es ayudar a las familias pobres y, sobre todo, a la formación         de las jóvenes (1893). Etimológicamente:         Fernando = Aquel que es atrevido, inteligente y osado; es de origen         germánico.                   FERNANDO MARÍA BACCILIERI nació el 14 de mayo de         1821 en Reno Finalese, en la provincia de Módena (Italia). Recibió la         ordenación sacerdotal en Ferrara, el 2 de marzo de 1844, y comenzó su         ministerio de predicando en misiones populares, dedicándonos a la         dirección espiritual y a la enseñanza de italiano y latín en el Seminario         de Finale Emilia. En 1848 ingresó en la Facultad de Derecho de la         Pontificia Universidad de Bolonia, donde obtuvo un doctorado en derecho         civil y canónico. En 1851 fue designado a la parroquia de Galeata, y         finalmente asumió el cargo de párroco de esta comunidad en abril de 1852.         Allí permaneció 41 años. 
  Se dedicó         de manera especial a la predicación, que se volvió extraordinariamente         eficaz, preparada en el estudio y la oración. En 1867, afectado por una         afonía, continuó la enseñanza catequética con la ayuda de colaboradores,         dedicándose con mayor intensidad a la dirección espiritual y al ministerio         de la reconciliación, pasando muchas horas en el confesionario. Convencido         de la eficacia de las misiones populares, llamaba a los Redentoristas y a         los Franciscanos para que colaboren con la predicación y la orientación de         los feligreses. Solicita la participación de los laicos en la vida         parroquial, logrando la colaboración de jóvenes voluntarios para ayudar a         familias pobres, asistir en el servicio litúrgico y apoyar en la educación         a la mujer. 
  Fundó un instituto         religioso, los Siervas de María de Galeata, con el fin de hacerse cargo de         la educación de las niñas pobres en el centro educativo que había         construido cerca de la iglesia parroquial. La congregación surgió de la         Cofradía de la Virgen de los Dolores, erigida en 1852, luego, en 1856, el         instituto se convirtió en Tercera Orden, permaneciendo las jóvenes en sus         hogares, pero viviendo sus votos de castidad, pobreza y obediencia.         Constatando la necesidad de tener unido a este grupo de jóvenes         consagrada, abrió un convento cerca da la casa parroquial. El Instituto         recibió la aprobación diocesana en 1899 y, en 1939, la aprobación         pontificia. El trabajo de estas Religiosas se ha extendido por Italia,         Alemania, Brasil, Corea del Sur y la República Checa. Este hombre de Dios,         apóstol de la confesión, murió el 13 de julio de 1893.         
  Fue beatificado el 3 de octubre de         1999 por S.S. Juan Pablo II.  | 
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  Fuente: ServitasCadiz.com 
Clelia   Barbieri, Santa Virgen, 13 de julio     
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  |                        |                Clelia Barbieri,               Santa  |           Virgen         y Fundadora de la Congregación de las Hermanas Mínimas de la Virgen de         los Dolores        Martirologio         Romano: En Budrie, ciudad de la         Romagna, santa Clelia Barbieri, virgen, que dedicó su vida a ayudar         espiritualmente sobre todo a las niñas pobres y abandonadas, y para ello         fundó la Congregación de las Hermanas Mínimas de la Virgen de los Dolores         (1870). 
  Etimológicamente: Clelia = Aquella famosa por sus         hazañas, es de origen griego.                   Clelia nació en Le Budrie, diócesis de Bolonia         (Italia), el 13 de febrero de 1847, del piadoso matrimonio formado por         José Barbieri y Jacinta Nanetti. Sus familiares se ganaban el pan con el         trabajo de sus manos; la suma estrechez en que vivían era causa frecuente         de enfermedades. Cuando Clelia tenía poco más de ocho años, su padre murió         víctima de cólera.
  Siendo         muy pequeña, aprendió que su madre no sólo a coser e hilar, sino, por         encima de todo, a amar a Dios y a vivir cristianamente. Con frecuencia le         oían decir a su madre: "Háblame de Dios" o "?qué debo hacer para ser         santa?". Acudía a menudo a la iglesia para rezar y estudiaba con ahínco el         catecismo. Era de temperamento humilde y dulce y de gran entereza de         ánimo. Cuando tejía a sueldo ponía todo su empeño en hacer bien el trabajo         y, si su madre le apremiaba para que fuera más deprisa, respondía: "Madre,         este trabajo nos lo pagan, por eso debemos hacerlo lo mejor         posible".
  Nutría su espíritu con         piadosas lecturas, en especial con la Práctica del amor a Jesucristo de         san Alfonso María de Ligorio y la Filotea de José Riva. Tuvo como director         espiritual a don Cayetano Guidi, párroco de Le Budrie, quien con sus         sabios consejos le ayudó a progresa en el amor a Dios y en el camino de         perfección cristiana.
  Impulsada por         aquel celoso sacerdote y movida por su generosidad, concibió el deseo de         dedicarse por entero con otras jóvenes del lugar, se entregó con gran         empeño a servir a los pobres y a enseñar el catecismo a los niños. Los         domingos, después de haber asistido a la celebración de las Vísperas,         solía reunirse con tres compañeras para hablar de Dios. Poco a poco         aquellas jóvenes concibieron el proyecto de hacer vida en común "Somos tan         pobres –acostumbraba a decir Clelia- que en ningún instituto religioso nos         admitirán. Decidámonos, pues, a hacer vida en común y a dedicarnos         únicamente a Dios y al prójimo".
  Y         así, el día 1 de mayo de 1864, las cuatro jóvenes, confiando solamente en         Dios, se juntaron con una humilde morrada, llamada "la casa del maestro",         que dio lugar al Ritiro delle Budrie, que con razón es considerado como la         cuna de la Congregación de las Hermanas Mínimas de la Virgen Dolorosa. Su         misión principal era atender a las niñas huérfanas o abandonadas por sus         padre, a las que educaban cristianamente y las preparaban al ejercicio de         una profesión.
  Poco después, mientras         practicaban unos ejercicios espirituales, Clelia redactó una regla de vida         comunitaria, basada completamente en la oración, el sacrificio, el trabajo         y la caridad. Las hermanas eligieron como patronos de su pequeña comunidad         a la Virgen de los Dolores, cuyo culto los Servos de María habían         promovido en la diócesis de Bolonia, y a san Francisco de Paula, el más         humilde de los humildes siervos de Dios, cuya ayuda imploraban sobre todo         en los momentos difíciles.
  Al frente         del grupo el párroco Cayetano Guidi puso a Clelia, a la que Dios         enriqueció con especiales carismas, como atestiguan el único escrito         autógrafo que de ella poseemos: la carta a Jesús, mi dulce         esposo.
  Entretanto, a medida que         Clelia avanzaba animosamente por el camino de la santidad, aparecieron en         su frágil cuerpo los primeros síntomas de la tuberculosis. Estuvo postrada         en cama durante siete meses, al cabo de los cuales, concretamente el 13 de         julio de 1870, dijo: "!Ánimo! Yo me voy al cielo, pero estaré siempre con         vosotras y nunca os dejaré". Después de estas palabras, que fueron las         últimas, murió en el Señor. En el primer aniversario de su muerte, como si         quisiera cumplir su promesa, habiéndose reunido las hermanas en su         habitación para orar, se oyó, en respuesta a sus plegarias, una vez que         todas ellas identificaron como la de Clelia.
  Del pequeño grupo congregado en Le Budrie nació la familia         religiosa de las Hermanas Mínimas de la Virgen Dolorosa. El papa Juan         Pablo II canonizó a Clelia el 9 de abril de 1989. Su cuerpo se venera en         el oratorio de la primera casa de la         Congregación.  | 
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  Fuente: academiahumanidades.cl 
Jacobo de   Varazze o Voragine, Beato Obispo, 13 de julio     
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  |                        |                Jacobo de Varazze o Voragine,               Beato  |           Obispo        Martirologio         Romano: En Génova, ciudad de la         Liguria, beato Jacobo de Varazze o Voragine, obispo, de la Orden de         Predicadores, que para fomentar la vida cristiana del pueblo, ofreció en         sus escritos muchos ejemplos de virtudes (1298)         
  Etimológicamente: Jacobo = Aquel que fue sostenido         por el talòn, es de origen hebreo,                   Nació en el año 1228. En 1244 ingresó en nuestra         Orden en Génova. 
  Se hizo         célebre por las colecciones de sermones y, especialmente, por su Leyenda         Aurea, libro que influyó profundamente y por mucho tiempo en la         espiritualidad occidental y que constituye un rico documento del espíritu         y la cultura de aquella época. Prior del convento de Asti (hacia 1260),         rigió luego por dos períodos la provincia de Lombardía. Muerto el Maestro         de la Orden beato Juan de Vercelli, fue vicario de la Orden y presidié la         elección del Maestro Munio de Zamora (1258). Rehusó el arzobispado de         Génova, pero el papa Nicolás IV a petición de los genoveses se lo impuso         después de algunos años (13 abril 1292). 
  Convocó un concilio diocesano para la reforma de la vida         cristiana (1293) y se entregó con gran caridad pastoral a la grey         encomendada, preocupándose principalmente por la renovación del culto         divino, por la promoción de la vida cristiana. Murió el 13 de julio de         1298. Sus restos se encuentran en la iglesia de los dominicos de         Varazze.
  Fue beatificado         por el Papa Pío VII el año 1816.     | 
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  Fuente:   ar.geocities.com/misa_tridentina01 
Silas   (Silvano), Santo Discípulo de los Apóstoles, 13 de   julio   
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  |                        |                Silas (Silvano),               Santo  |           Discípulo de los Apóstoles        Martirologio         Romano: Conmemoración de san Silas,         elegido y enviado por los apóstoles con Pablo y Bernabé a las Iglesias de         la gentilidad para anunciar el Evangelio, misión en la que, lleno de la         gracia de Dios, puso gran empeño (s. I).         
  Etimológicamente: Silvano = Guardián de los         bosques, es de origen latino.                   Los Hechos de los Apóstoles mencionan por primera         vez a Silas en el capítulo 15, donde le presentan junto con Judas, como         "los principales entre los hermanos" elegidos para acompañar a Pablo y         Bernabé en su viaje a Antioquía para llevar una carta del Concilio de         Jerusalén a los gentiles conversos de Siria. Judas y Silas, "que también         poseían el don de profecía", tomaron parte en la predicación y en la         confirmación de los hermanos. Silas permaneció con Pablo y Bernabé en         Antioquía, hasta que estalló el desacuerdo entre los dos Apóstoles.         Entonces, San Pablo le escogió para que le acompañase en la visita a las         otras Iglesias de Siria y de Cilicia y en el viaje a Macedonia. Silas fue         golpeado y encarcelado junto con San Pablo en Filipos y también él recobró         milagrosamente la libertad. En Berea se quedó con Timoteo; pero San Pablo         los mandó llamar a Atenas y ambos se reunieron en Corinto con el Apóstol.         Ahí escribió San Pablo sus dos epístolas a los Tesalonicenses; en ambas         cita a San Silas por su nombre completo: "Silvano". A esto se reduce lo         que sabemos acerca de él. Pero la tradición afirma que nuestro santo pasó         el resto de su vida en Europa y que murió en Macedonia. No es imposible         que Silvano, el secretario de San Pedro (1 Pe. 5:12), se identifique con         San Silas.  | 
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  Fuentes: IESVS.org; EWTN.com;   hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
   
  Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
   
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