viernes, 17 de julio de 2015

Viernes de la Pasión y Muerte de Jesucristo: día de penitencia y abstinencia de carne, excepto fiesta de precepto (CDC 1250/3). 17/07/2015. San León IV ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 12, 1-8

Gloria a ti, Señor.

Un sábado, atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús:
"Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado".
El les contestó:
"¿No han leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros?
¿No recuerdan cómo entraron en la casa de Dios y comieron de los panes consagrados, de los cuales ni él ni sus compañeros podían comer, sino tan sólo los sacerdotes?
¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado en el templo y no por eso cometen pecado? Pues yo digo que aquí hay alguien que es más grande que el templo.
Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: misericordia quiero y no
sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

"El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

vie 15a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro; él es nuestro Dios.

 

Oración Colecta

Oremos:
Señor, que tu amor incansable cuide y proteja siempre a estos hijos tuyos, que han puesto en tu gracia toda su esperanza.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del Exodo 11, 10; 12, 1-14

En aquellos días, Moisés y Aarón hicieron muchos prodigios ante el faraón, pero el Señor endureció el corazón del faraón, que no dejó salir de su país a los hijos de Israel.
El Señor les dijo a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:
"Este mes será para ustedes el primero de todos los meses y el principal del año. Díganle a toda la comunidad de Israel: El día diez de este mes tomará cada uno un cordero por familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con los vecinos y elija un cordero adecuado al número de personas y a la cantidad que cada cual pueda comer. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.
Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad de los hijos de Israel, lo inmolará al atardecer. Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa donde vayan a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán panes sin levadura y hierbas amargas. No comerán el cordero crudo o cocido, sino asado; lo comerán todo, también la cabeza, las patas y las entrañas. No dejarán nada de él para la mañana; lo que sobre lo quemarán.
Y comerán así: con la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano y a toda prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del Señor.
yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados. Castigaré a todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor. La sangre les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga exterminadora, cuando hiera Yo la tierra de Egipto.
Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como fiesta en honor del Señor. De generación en generación celebrarán esta festividad, como institución perpetua".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Del salmo 115

Cumpliré mis promesas al Señor.

¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor.
Cumpliré mis promesas al Señor.

A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte, Señor, me has librado, a mí tu esclavo e hijo de tu esclava.
Cumpliré mis promesas al Señor.

Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo.
Cumpliré mis promesas al Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen.
Aleluya.

Evangelio

El Hijo del hombre también es dueño del sábado

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 12, 1-8

Gloria a ti, Señor.

Un sábado, atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús:
"Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado".
El les contestó:
"¿No han leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros?
¿No recuerdan cómo entraron en la casa de Dios y comieron de los panes consagrados, de los cuales ni él ni sus compañeros podían comer, sino tan sólo los sacerdotes?
¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado en el templo y no por eso cometen pecado? Pues yo digo que aquí hay alguien que es más grande que el templo.
Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: misericordia quiero y no
sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor, Dios nuestro, que nos has dado este pan y este vino para reparar nuestras fuerzas, conviértelos para nosotros en sacramento de vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La salvación por Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia, por Cristo, Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados; bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, tú que has querido hacernos participar de un mismo pan y de un mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera unidos en Cristo, que nuestro trabajo sea eficaz para la salvación del mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén


Meditación diaria

15ª Semana. Viernes

LA PASCUA DEL SEÑOR

— La Pascua judía.

— La Última Cena de Jesús con sus discípulos. El verdadero Cordero pascual.

— La Santa Misa, centro de la vida interior.

I. La Pascua era la más solemne de las fiestas judías; había sido instituida por Dios para conmemorar la salida del pueblo hebreo de Egipto y para que recordara cada año la liberación de la esclavitud a la que había estado sometido. El Señor estableció1 que todas las familias inmolaran en la víspera de esta fiesta un cordero de un año, sin mancha ni defecto alguno. Se reuniría toda la familia para comer esa carne asada al fuego, con panes ázimos, sin levadura, y con hierbas amargas. Este pan sin fermentar simboliza la prisa de su salida de Egipto, huyendo de los ejércitos del faraón; las hierbas amargas representan la amargura de la esclavitud tantos años padecida. Lo habrían de comer con prisa, como quien está de paso, con el traje ceñido, como el que se dispone a emprender un largo camino.

La fiesta comenzaba con esta cena pascual, la tarde del 14 del mes de Nisán, poco después de la puesta del sol, y se prolongaba siete días más, en los que el pan no tenía levadura y estaba sin fermentar; a esta semana se la llamaba de los Ázimos por este motivo. La levadura se eliminaba de las casas el mismo día 14 por la tarde; así recordaba el pueblo hebreo aquella salida precipitada de la tierra en la que tanto había padecido.

Todo era figura e imagen de la renovación que obraría Cristo en las almas y de su liberación de la esclavitud del pecado. Echad fuera la levadura vieja -dirá San Pablo a los primeros cristianos de Corinto-, para que seáis una masa nueva así como sois ázimos. Porque Cristo, nuestro Cordero pascual, fue inmolado. Por tanto, celebremos la fiesta no con levadura vieja ni con levadura de malicia y de perversidad, sino con ázimos de sinceridad y de verdad2. El cordero pascual de la fiesta judía era promesa y figura del verdadero Cordero, Jesucristo, víctima en el sacrificio del Calvario en favor de la humanidad entera3. Él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo, muriendo destruyó nuestra muerte y resucitando restauró la vida4. Es el Cordero que, con su sacrificio voluntario, consigue lo que se representaba en los sacrificios de la antigua Ley: satisfacer por los pecados.

El sacrificio de Cristo en la Cruz, renovado cada vez que se celebra la Santa Misa, nos permite vivir ya en una continua fiesta. Por eso exhortaba San Pablo a los corintios a que expurgaran la vieja levadura, símbolo de lo viejo y de lo impuro, para llevar una auténtica vida cristiana5. La Santa Misa, vivida también a lo largo del día, nos anticipa la gloria del Cielo. Después de tantos bienes recibidos, "¿podéis no estar en fiesta continua durante los días de vuestra vida terrestre? –pregunta San Juan Crisóstomo–. Lejos de nosotros cualquier abatimiento por la pobreza, la enfermedad o las persecuciones que nos agobian. La vida presente es un tiempo de fiesta"6, un adelanto de lo que serán la gloria y la felicidad eternas.

II. Jesús señaló con antelación y con un particular acento la última pascua que iba a comer con sus discípulos7, manifestó que deseó ardientemente comerla con ellos8.

Juan y Pedro prepararon todo lo necesario: los panes ázimos, las verduras amargas, las copas para el vino y el cordero, que había de ser sacrificado en el atrio del Templo, en las primeras horas de la tarde. Aquella noche, probablemente en la casa de María, madre de Marcos, tendrá lugar la institución de la Sagrada Eucaristía y se adelantará sacramentalmente el Sacrificio de la Nueva Alianza que se realizará al día siguiente en el Calvario. "En una misma mesa se celebran las dos pascuas, la de la figura y la de la realidad. Así como los pintores, en la misma tabla, trazan primero las líneas del contorno y añaden luego los colores, así hizo también Cristo"9; utilizando los viejos ritos, establecerá la verdadera Pascua, la fiesta por excelencia, de la cual la anterior solo era una imagen precursora. Las hierbas amargas guardan ahora una estrecha relación con la amargura de la Pasión, que pronto iba a comenzar.

La cena pascual era un sacrificio: el sacrificio de la Pascua de Yahvé10. La Santa Misa lo es también, como renovación incruenta, pero real, del sacrificio de la Cruz. Y Jesús anticipó en la Última Cena, de forma sacramental –mi cuerpo entregado, mi sangre derramada– el sacrificio que consumaría al día siguiente en el Calvario. De una vez por todas, con particular sencillez y gravedad, Jesús sustituyó el antiguo rito por su sacrificio redentor. Aquella noche, en el Cenáculo, se llevó a cabo el acontecimiento del que han vivido los hombres de tantas generaciones y que constituye el centro de nuestra existencia. "¡Oh dichoso lugar –exclama San Efrén–, en el cual el cordero de la Pascua sale al encuentro del Cordero de la verdad...! (...). ¡Oh dichoso lugar! Nunca ha sido preparada una mesa como la tuya, ni en la casa de los reyes, ni en el Tabernáculo, ni en el Sancta Sanctorum"11.

Con las palabras haced esto en conmemoración mía dispuso el Señor que aquel misterio de amor se pudiera repetir hasta el fin de los tiempos, otorgando a los Apóstoles y a sus sucesores el poder de realizarlo12. ¡Cómo hemos de dar gracias por participar de tantos bienes que recibimos en la Santa Misa, y de modo particular en el momento de la Sagrada Comunión! ¡Tenemos tan cerca al mismo Jesús que se dio plenamente a sus discípulos y a todos los hombres en aquella memorable noche! Ahora le podemos decir en la intimidad de nuestro corazón: "Yo te amo, Señor Jesús, alegría y descanso mío, con todo mi corazón, toda mi mente, toda mi alma y todas mis fuerzas; y si ves que no te amo como debería, al menos así deseo amarte, y si no lo deseo suficientemente, por lo menos quiero desearlo de este modo (...). ¡Oh Cuerpo sacratísimo abierto por cinco heridas, ponte como sello sobre mi corazón e imprime en él tu caridad! Sella mis pies, para que siga tus pasos; sella mis manos, para que siempre realicen buenas obras; sella mi costado para que por siempre arda en fervientes actos de amor hacia Ti. ¡Oh Sangre preciosísima que lavas y purificas a todos los hombres! Lava mi alma y pon una señal en mi rostro para que no ame a nadie más que a Ti"13.

III. En aquella última Pascua, Jesús se entregó ya a su Padre como víctima que va a ser inmolada, como Cordero purísimo. Y tanto aquella Cena como la Santa Misa constituyen, con la oblación ofrecida en el Calvario, un sacrificio único y perfecto, porque en los tres casos la víctima ofrecida es la misma: Cristo; e igual el sacerdote: Cristo14.

Nosotros hemos de procurar que la Santa Misa sea el centro de la vida entera. "Lucha para conseguir que el Santo Sacrificio del Altar sea el centro y la raíz de tu vida interior, de modo que toda la jornada se convierta en un acto de culto –prolongación de la Misa que has oído y preparación para la siguiente–, que se va desbordando en jaculatorias, en visitas al Santísimo, en ofrecimiento de tu trabajo profesional y de tu vida familiar..."15.

Preparémonos para la Santa Misa como si el Señor nos hubiera invitado personalmente a aquella última pascua que comió con sus más íntimos. Cada día hemos de oír en nuestro corazón, como dirigidas únicamente a nosotros, aquellas palabras del Señor: Desiderio desideravi hoc Pascua manducare vobiscum..., he deseado ardientemente comer esta pascua con vosotros16. Es mucho el deseo de Jesús, son muchas las gracias que nos prepara.

Se cuenta de San Juan de Ávila que recibió la noticia de la muerte de un sacerdote que acababa de ordenarse, y preguntó enseguida si había celebrado alguna Misa; le respondieron que solo había podido hacerlo una vez. Y se dice que el santo comentó: "De mucho tendrá que dar cuenta a Dios". Pensemos hoy en este rato de oración cómo celebramos o cómo participamos en el Santo Sacrificio del Altar; cómo son los deseos, la preparación, el empeño por evitar que otros asuntos ocupen la mente, los actos de fe y de amor en ese tiempo, siempre corto, que dura la Santa Misa y la acción de gracias de la Comunión.

Si, con la ayuda de la gracia, nos empeñamos, la Santa Misa será el centro al que se referirán todas las prácticas de piedad, los deberes familiares y sociales, el trabajo, el apostolado...; se convertirá también en la fuente donde recobraremos las fuerzas todos los días para ir adelante; la cumbre hacia la que dirigimos nuestros pasos, nuestras obras, los afanes apostólicos, los deseos más íntimos del alma; será también el corazón donde aprendemos a amar a los demás, con sus defectos, parecidos a los nuestros, y con sus facetas menos agradables. Si cada día logramos amar un poco más la Santa Misa, podremos decir al Señor después de la acción de gracias de la Comunión: "me alejo de Ti por un poco, Señor Jesús, pero no me voy sin Ti, que eres el consuelo, la felicidad y todo el bien de mi alma (...). Cuanto en adelante haga, lo haré en Ti y por Ti, y nada será objeto de mis palabras y acciones internas y externas salvo Tú, mi amor..."17.

1 Primera lectura. Año I. Ex 12,1-14. — 2 1 Cor 5, 7-8. — 3 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, 3, q. 73, a. 6. — 4 Misal Romano, Prefacio pascual I. — 5 Cfr. Sagrada Biblia, Epístolas de San Pablo a los Corintios, EUNSA, Pamplona 1986, in loc. — 6 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre la 1.ª Epístola a los Corintios, 5, 7-8. — 7 Cfr. Jn 2, 13-23; 6, 4; 11, 55; 12, 1. — 8 Cfr. Lc 22, 15. — 9 San Juan Crisóstomo, Sobre la traición de Judas, 1, 4. — 10 Ex 12, 27. — 11 San Efrén, Himno 3. — 12 Cfr. 1 Cor 11, 24-25; Lc 22, 19. — 13 Card. J. Bona, El sacrificio de la Misa, Rialp, Madrid 1963, pp. 164-165. — 14 Cfr. Ch. Journet, La Misa, p. 89. — 15 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 69. — 16 Cfr. Lc 22, 15. — 17 Card. J. Bona, o. c., p. 176.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Alejo
Mendigo
Siglo V

Era hijo de un rico senador romano. Nació y pasó su juventud en Roma. Sus padres le enseñaron con la palabra y el ejemplo que las ayudas que se reparten a los pobres se convierten en tesoros para el cielo y sirven para borrar pecados. Por eso Alejo desde muy pequeño repartía entre los necesitados cuanto dinero conseguía, y muchas otras clases de ayudas, y esto le traía muchas bendiciones de Dios.

Pero llegando a los veinte años se dio cuenta de que la vida en una familia muy rica y en una sociedad muy mundana le traía muchos peligros para su alma, y huyó de la casa, vestido como un mendigo y se fue a Siria.

En Siria estuvo durante 17 años dedicado a la adoración y a la penitencia, y mendigaba para él y para los otros muy necesitados. Era tan santo que la gente lo llamaba "el hombre de Dios". Lo que deseaba era predicar la virtud de la pobreza y la virtud de la humildad. Pero de pronto una persona muy espiritual contó a las gentes que este mendigo tan pobre, era hijo de una riquísima familia, y él por temor a que le rindieran honores, huyó de Siria y volvió a Roma.

Llegó a casa de sus padres en Roma a pedir algún oficio, y ellos no se dieron cuenta de que este mendigo era su propio hijo. Lo dedicaron a los trabajos más humillantes, y así estuvo durante otros 17 años durmiendo debajo de una escalera, y aguantando y trabajando hacía penitencia, y ofrecía sus humillaciones por los pecadores.

Y sucedió que al fin se enfermó, y ya muribundo mandó llamar a su humilde covacha, debajo de la escalera, a sus padres, y les contó que él era su hijo, que por penitencia había escogido aquél tremendo modo de vivir. Los dos ancianos lo abrazaron llorando y lo ayudaron a bien morir.

Después de muerto empezó a conseguir muchos milagros en favor de los que se encomendaban a él. En Roma le edificaron un templo y en la Iglesia de Oriente, especialmente en Siria, le tuvieron mucha devoción.

La enseñanza de la vida de San Alejo es que para obtener la humildad se necesitan las humillaciones. La soberbia es un pecado muy propio de las almas espirituales, y se le aleja aceptando que nos humillen. Aún las gentes que más se dedican a buenas obras tienen que luchar contra la soberbia porque si la dejan crecer les arruinará su santidad. La soberbia se esconde aún entre las mejores acciones que hacemos, y si no estamos alerta esteriliza nuestro apostolado. Un gran santo reprochaba una vez a un discípulo por ser muy orgulloso, y este le dijo: "Padre, yo no soy orgulloso". El santo le respondió: "Ese es tu peor peligro, que eres orgulloso, y no te das cuenta de que eres orgulloso".

La vida de San Alejo sea para nosotros una invitación a tratar de pasar por esta tierra sin buscar honores ni alabanzas vanas, y entonces se cumplirá en cada uno aquello que Cristo prometió: "El que se humilla, será enaltecido".

Dijo Jesús: "Los últimos serán los primeros. Dichosos los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos". (Mt. 5)

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Justa y Rufina, Santas Mártires, 17 de julio  

Justa y Rufina, Santas

Mártires de Sevilla

Martirologio Romano: En Sevilla, Andalucía, España, santas Justa y Rufina, virgenes, que arrestadas por ordenes del gobernador Diogeniano soportaron crueles suplicios, prisión, inanición y otras torturas. Justa murió en prisión, mientras que Rufina, por haber confesado su fe en el Señor fue degollada.

Etimología: Justa = justa, del latín,
                  Rufina = de pelo rojo, del latín


Eran hermanas carnales, nacidas en Sevilla, Justa en 268 y Rufina en 270, de familia muy modesta con firmes convicciones cristianas. En la época que vivieron dominaban los romanos gran parte del mundo por ellos conocido. En estos tiempos paganos, las hermanas dedicaban su tiempo a ayudar al prójimo y al conocimiento del Evangelio.

Era costumbre celebrar una vez al año una fiesta pagana en honor a Venus y en la que se rememoraba el fallecimiento del admirado Adonis. Según la tradición cristiana, se recorrían las calles de la ciudad con la figura cargada en hombros molestando gravemente al público y exigiendo inmensas limosnas para la fiesta. En cierta ocasión, los paganos llegaron a casa de Justa y Rufina exigiendo el dinero correspondiente, pero las hermanas se negaron a pagarlo por ser el fin de éste contrario a su fe, y no sólo esto sino que decidieron hacer añicos la figura de la diosa entre ambas, provocando de esta manera el enfado general de las devotas que se lanzaron hacia ellas.

El prefecto de Sevilla, Diogeniano, mandó encarcelarlas, animándolas a abandonar sus creencias cristianas si no querían ser víctimas del martirio, las santas se negaron a pesar de las amenazas. Sufrieron el tormento del potro para a continuación ser torturadas con garfios de hierro. Diogeniano esperaba que el trato que se le daba sería suficiente para que renunciaran a su fe, ellas aguantaron todo. Viendo que no surtió efecto el castigo las encerró en una tenebrosa cárcel donde sufrirían las penalidades del hambre y la sed.

Estoicamente sobrevivieron a su condena, por lo que fueron castigadas de nuevo, esta vez debían caminar descalzas hasta llegar a Sierra Morena. Tuvieron la suficiente fuerza para conseguir el objetivo. Viendo que nada las vencía mandó encarcelarlas hasta morir, la primera en fallecer fue Santa Justa, su cuerpo lo tiraron a un pozo, recuperado poco tiempo después por el obispo Sabino.

Una vez que hubo acabado con la vida de Justa, Diogeniano creyó que Rufina sucumbiría a sus deseos con más facilidad, pero no lo consiguió, y decidió acabar con su vida de la forma más lúgubre en aquellos tiempos, la llevó al anfiteatro y la dejó a expensas de un león para que la destrozase. La bestia se acercó y lo más que hizo fue mover la cola y lamer sus vestiduras como haría un animal de compañía. El Prefecto no aguantó más, la mandó degollar y quemar su cuerpo. Nuevamente tras este hecho el obispo Sabino recogió los restos y la enterró junto a su hermana en el año 287.

Por tan cristiana acción, fueron canonizadas. Se les nombró Patronas de Sevilla, y de los gremios de alfareros y cacharreros. También son veneradas como patronas de otras localidades, por ejemplo Orihuela, donde la leyenda cuenta que las santas se aparecieron en forma de dos luceros sobre la sierra de Orihuela tras la valerosa conquista cristiana sobre los musulmanes y su falsa fe impuesta.Tambien es patrona de Payo de Ojeda en Palencia y de la ciudad conquense de Huete.

Las santas Justa y Rufina son especialmente veneradas en Sevilla. La tradición las señala como protectoras de la Giralda y la Catedral, considerando que por su intercesión no cayeron tras el terremoto de Lisboa de 1755

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Fuente: Corazones.org
Eduviges de Polonia, Santa Reina, 17 de julio  

Eduviges de Polonia, Santa

Martirologio Romano: En Cracovia, ciudad de Polonia, santa Eduviges, reina, que nacida en Hungría, heredó el reino de Polonia y se casó con Jaguelón, gran señor de Lituania, que recibió en el bautismo el nombre de Ladislao, y con quien implantó la fe católica en ese territorio de Lituania (1399).

Etimológicamente: Eduviges = Eduvigis = Aquella que es una luchadora victoriosa, es de origen germánico.

 

Eduviges fue coronada reina a los diez años (en 1384) y murió a los 25 años. A pesar de su corta vida, fue suficiente para lograr mucho. Inspiró al pueblo con su amor por los pobres y campesinos.

Su matrimonio con el gran duque Jagello de Lituania cambió la historia de Europa al llevar los confines de la civilización occidental a las fronteras orientales del reino polaco-lituano. Por ello se la considera protagonista de la evangelización europea y "figura puente" del cristianismo occidental y oriental.

Eduviges no se encerró en su corte. Esta mujer, que vivió hace mas de seiscientos años, participó activamente en la vida del enorme estado polaco-lituano. Consciente del valor de la cultura como vehículo de la fe, fundó la facultad de Teología de la universidad de Cracovia, una de las más antiguas de Europa. Juan Pablo II, recordando la altura científica de la Universidad de Cracovia ("la Jaguelloniana"), en la que enseñó Copérnico, y en la que él mismo tuvo la oportunidad de estudiar, afirmó que "la verdadera riqueza de un país son sus universidades".

Eduviges también desplegó gran actividad a favor de los pobres y enfermos, fundando hospitales y centros de asistencia.

En la canonización de la reina Eduviges ha pesado decisivamente la admiración ininterrumpida de todo su pueblo durante seis siglos. Su causa de beatificación se abrió en 1426, 27 años después de su muerte. En 1987, la reina Eduviges fue beatificada, y sus reliquias fueron transferidas al altar del Cristo Crucificado de la Catedral de Cracovia. El Papa Juan Pablo II la canonizó en el año 1997.

Es la santa patrona de las reinas y de la Europa Unida.

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Fuente: Carmelnet.org
Teresa de San Agustín y Compañeras, Beatas Mártires de Compiegne, 17 de julio  

Teresa de San Agustín y Compañeras, Beatas

Mártires de la Revolución Francesa

Martirologio Romano: En París, capital de Francia, beatas Teresa de San Agustín (María Magdalena Claudina) Lindoine y quince compañeras, vírgenes del Carmelo de Compiègne y mártires, que durante la Revolución Francesa se mantuvieron fieles a la observancia monástica y ante el patíbulo renovaron las promesas bautismales y los votos religiosos (1791).

Etimológicamente: Teresa = Aquella que es experta en la caza, es de origen griego.

 

No es posible recoger aquí la preciosa vida de dieciséis vírgenes y mártires carmelitas ala vez, ya que, juntamente con la Madre Priora del Carmelo francés de Compiegne, murieron generosamente esas quince hijas espirituales que formaban su comunidad. Nos vamos a contentar con dar sus nombres:

Sor Teresa de San Agustín
Sor Julia Luisa de Jesús
Sor San Luis
Sor María Enriqueta de la Providencia
Sor Ana María de Jesús
Sor Constanza
Sor Carlota de la Resurrección
Sor María del Espíritu Santo
Sor Eufrasia de la lnmaculada Concepción
Sor Santa Maria
Sor Enriqueta de Jesús
Sor San Francisco Javier.
Sor Teresa del corazón de Maria
Sor Catalina Soirón.
Sor Teresa de San Ignacio
Sor Teresa Soirón

Este convento había sido fundado el 1641 por monjas procedentes del convento de Amiens.

Malos aires corrían por Francia desde que la tristemente famosa Revolución había iniciado sus desmanes.

El 14.9.1792 fueron arrojadas de su monasterio. Ya antes, por indicación de su M. Priora, se habían ofrecido al Señor en holocausto "para aplacar la cólera de Dios y para que la paz divina traída al mundo por su amado Hijo, fuese devuelta a la Iglesia y al Estado".

Cada

Teresa de San Agustín y Compañeras, Beatas

día repetían esta consagración generosa. El 24 de junio de 1794 fueron apresadas las 16y encerradas en Sainte Marie, monasterio de la visitación convertido en cárcel.

En carretas fueron llevadas a París, a donde llegaron el día 13 de julio y fueron encerradas en la terrible cárcel de la Conciergerie, abarrotada de sacerdotes, religiosos y seglares condenados a muerte.

La fiesta del Carmen -día 16- entonaron a su Madre y Patrona cánticos fervorosos con la música de la Marsellesa.

El 17 de Julio, después de manifestar que morían voluntariamente por su fe. por su fidelidad a Cristo, a María y a la Iglesia, fueron condenadas a muerte y llevadas a la Barriere-du-Trone. Antes de ser aguillotinadas cantaron todas el Miseres, la Salve Regina, el Te Deum y el Veni Creator, renovaron una por una su profesión al pie de la Madre Priora e iban subiendo, con gran gozo, a la guillotina ante el sombro de todos los asistentes.

Era el 17 de julio de 1794.

El 13 de mayo de 1906 eran beatificadas por el papa San Pío X.

George Bernanos y otros literatos, músicos y cineastas han inmortalizado sus vidas con el famoso "Diálogo de carmelitas", que tambiés el el título de una película que recomedamos ver..

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Carlota de la Resurección, Beata Mártir Carmelita, 17 de julio  

Carlota de la Resurección, Beata

Monja Carmelita y Mártir

Etimológicamente: Carlota = Aquella mujer fuerte y dotada de noble inteligencia, es de origen francés.<8i>

Carlota de la Resuraccion. Estamos en plena Revolución francesa. Concretamente en el año 1794.

Las
beatas carmelitas de Compiegne son llevadas de este lugar a París, en la época del terror más exacerbado que uno se pueda imaginar.

Estas hermanas vivían en su convento entregadas a la vida de oración, al trabajo y al apostolado. ¿Qué daño hacían? Ninguno. Pero las turbas se lanzaron contra ellas y sus inocentes vidas. Siempre se persigue la religión cuando se aleja Dios de la sociedad y de los corazones de los dirigentes.

El 16 de julio, las prisioneras carmelitas, para recordar la conmemoración de Nuestra Señora del Carmen, compusieron unas letrillas que escribieron con unos tizones sobre trozos de papel que luego repartieron; todos corearon las canciones de las religiosas con música de la Marsellesa, el himno revolucionario que nadie les podía prohibir; eran enardecidas loas a la esperanza, un canto de júbilo hecho plegaria y expresión de una viva fe. Al día siguiente fueron condenadas a muerte por el tribunal revolucionario en juicio sumarísimo y por la vía rápida: aquellas monjas eran demasiado peligrosas para los reclusos. Ese mismo día 17 de julio debían ser ejecutadas.

El cortejo de aquellas religiosas por las calles de París, camino del cadalso, no era el espectáculo fúnebre al que estaba acostumbrado a presenciar el populacho parisiense, sino algo muy singular: sobre una carreta al descubierto las dieciséis carmelitas iban cantando en gregoriano el Miserere y la Salve Regina. Y cuando avistaron el lugar del holocausto entonaron el Te Deum, todo un rito, ciertamente, pero que entrañaba un torrente de vida. Al pie de la guillotina y ante un silencio impresionante las carmelitas entonaron el Veni Creator Spiritus y fueron renovando una por una su profesión religiosa en manos de la priora, M. Teresa de S. Agustín Lidoine: "Yo…(Sor Ana María, Sor Carlota, Sor Eufrasia, Sor Enriqueta, Sor Marta, Sor Constanza…) renuevo mis votos de pobreza, obediencia y castidad…usque ad mortem, hasta la muerte. Jamás se habían pronunciado unas fórmulas de profesión más verídicas ni patéticas que aquéllas.

Con sus caras de felicidad y, con la confianza en Dios – tal como él hizo en la cruz – iban derechas al lugar de los tormentos: la vil guillotina en la plaza del Trono parisina.

Después fueron enterradas en el cementerio de Picpus.

La decana de estas hermanas se llamaba Sor Carlota. Tenía 79 años. Había sido bautizada con el nombre de Anne-Marie-Thouret y era originaria de Mouy-sus (Oise).

Cuando hace algunos años se cumplieron los 200 años fatídicos de aquellos días, la hermana Carlota resplandece en el cielo y ante la contemplación de todos los creyentes como una flor que, aunque madura por la vida, sigue expandiendo por todas partes el perfume de su virtud y de su entrega a Dios con su propio martirio.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Mártores Escilitanos, Santos Mártores. 17 de julio  

Mártores Escilitanos, Santos

Mártires

Martirologio Romano: En Cartago, nacimiento en el cielo de los mártires escilitanos Esperado, Narzalo, Citino, Venturio, Félix, Aquilino, Letancio, Genara, Generosa, Vestina, Donata y Segunda, todos los cuales, por orden del procónsul Saturnino y por haber confesado a Cristo, primero fueron encarcelados, al día siguiente atados a un madero y, finalmente, al mantenerse firmes en su fe en Cristo y negarse a dar culto al emperador como si fuera un ser divino, condenados a la pena capital, y puestos todos de rodillas en el lugar en que iban a ser ejecutados, dando gracias a Dios fueron decapitados (180).

 

 Estos santos sufrieron el martirio en el último año de la persecución de Marco Aurelio, pero ya durante el reinado de Cómodo. Sus actas, que son indudablemente auténticas y las más antiguas que existen, por lo que se refiere a la Iglesia del África, se conservan casi en su forma original. Esperato y sus compañeros eran originarios de Scillium o Escilio (cerca de Túnez). Eran en total doce: siete mujeres y cinco hombres. He aquí sus nombres: Esperato, Nartzalo, Citino, Veturo, Félix, Aquilino, Letancio, Genara, Generosa, Vestia, Donata y Segunda.

Llevados prisioneros a Cartago, comparecieron ante el procónsul Saturnino, quien les ofreció el perdón imperial con tal de que adorasen a los dioses. Esperato respondió en nombre de todos: "No hemos cometido crimen alguno ni hemos hecho injusticia a nadie; hemos dado gracias por los malos tratos que recibimos, porque honramos profundamente a nuestro Soberano." El procónsul replicó: "También nosotros somos un pueblo religioso, y nuestra religión es más sencilla. Nosotros juramos por el divino espíritu de nuestro señor el emperador y pedimos por su bienestar. Vosotros debéis hacer lo propio, pues tal es vuestro deber." "Si me escuchas pacientemente unos momentos, te explicaré el misterio de la verdadera sencillez", le pidió Esperato. Pero Saturnino le ordenó que jurase inmediatamente por el "genio" del emperador. Esperato contestó: "Yo no sé nada de los imperios de este mundo; sirvo a un Dios que ningún mortal ha visto jamás ni puede ver. Yo no he robado nunca y pago todo lo que compro, porque reconozco a mi Maestro, que es el Rey de reyes y soberano de todas las naciones del mundo." Saturnino exhortó entonces a todos los reos a abjurar de su fe y Esperato exclamó: "Tu doctrina es mala, puesto que permite el asesinato y el perjurio." Entonces el procónsul, volviéndose hacia los otros mártires, les pidió que desmintiesen a Esperato, pero Citino respondió: "Nosotros no tememos más que a nuestro Dios, que está en el cielo." Y Donata añadió: "Damos al César el honor que se le debe, pero sólo tememos a Dios." Y Vestia dijo: "Soy cristiana." Y Segunda dijo: "Yo no quiero dejar de ser lo que soy." Y así todos los demás. Entonces, el procónsul preguntó a Esperato: "¿Sigues decidido a permanecer cristiano?" "Sí, soy cristiano." El procónsul insistió: "¿No quieres reflexionar un poco?" Esperato replicó: "Cuando las cosas son claras, no hace falta reflexionar." Saturnino le preguntó: "¿Qué guardas en esa caja?" Esperato contestó: "Los libros sagrados y las cartas de un justo llamado Pablo."

Saturnino les concedió treinta días de plazo para que reflexionaran, pero todos rechazaron la concesión y reiteraron que eran cristianos. Viendo tal constancia y resolución, el procónsul pronunció la sentencia en los siguientes términos: "Esperato, Nartzalo, Citino, Veturo, Donata, Vestia, Segunda y los demás, habiéndose confesado cristianos y habiendo rechazado la ocasión de volver a las costumbres romanas, quedan sentenciados a perecer por la espada." Cuando Saturnino acabó de leer la sentencia, Esperato exclamó: "¡Gracias sean dadas a Dios!" y Nartzalo dijo: "¡Este día seremos mártires del cielo! ¡Gracias sean dadas a Dios!" Inmediatamente fueron conducidos al sitio de la ejecución, donde se les decapitó. Los fieles que copiaron las actas del registro público, añaden: "Y así, todos recibieron juntos la corona del martirio y reinan con el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amén."

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Marcelina, Santa Virgen, 17 de julio  

Marcelina, Santa

Virgen

Martirologio Romano: En Milán, ciudad de Liguria, santa Marcelina, virgen, hermana del obispo san Ambrosio, a la que el papa Liberio impuso el velo de consagrada en la basílica romana de San Pedro, en la fiesta de la Epifanía del Señor (s. IV ex.).

Marcelina era hermana de San Ambrosio de Milán. Nació antes que San Ambrosio, probablemente en Tréveris, donde su padre era prefecto de los galos. Marcelina se trasladó a Roma con su familia y, desde muy temprana edad, empezó a concentrarse exclusivamente en el fin para el que había sido creada.

Se encargó del cuidado de sus dos hermanos y, con sus palabras y ejemplo, les inspiró el amor a la virtud verdadera, no simplemente de la apariencia de virtud. Marcelina tenía por única mira la gloria de Dios. Para conseguir su objetivo, decidió renunciar al mundo.

El día de la Epifanía del año 353, recibió el velo de las vírgenes de manos del Papa Liberio, en la basílica de San Pedro. En el discurso que pronunció el Pontífice en esa ocasión, exhortó a Marcelina a amar exclusivamente a Jesucristo, a vivir en continuo recogimiento y mortificación y a conducirse en la iglesia con el más grande respeto y modestia. San Ambrosio, a quien debemos los ecos de esa exhortación, no vacila en criticar la elocuencia del Papa Liberio cuando la juzga insuficiente. San Ambrosio dedicó a su hermana su tratado sobre la excelencia de la virginidad. Siendo ya obispo, Marcelina le visitó varias veces en Milán y habló con él sobre la vida espiritual; en esa forma, ayudó a su hermano en sus relaciones con las vírgenes consagradas.

Marcelina practicó la más alta perfección. Ayunaba diariamente hasta el atardecer y consagraba la mayor parle del día y de la noche a la oración y la lectura espiritual. En los últimos años de su vida, San Ambrosio le aconsejó que moderase sus penitencias y aumentase el tiempo de oración; en particular, le recomendó los Salmos, la Oración del Señor y el Credo, al que llamó sello del cristiano y guardián del corazón. Marcelina siguió viviendo en Roma después de la muerte de su madre, no en comunidad, sino en una casa privada, junio con oirá mujer que participaba en todos sus ejercicios de devoción.

Marcelina sobrevivió a San Ambrosio, pero no sabemos exactamente en qué año murió. En la oración fúnebre pronunciada por San Ambrosio en memoria de su hermano Sátiro, llamó a Marcelina "...santa hermana, admirable por su inocencia, su rectitud y su bondad con el prójimo."

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León IV, Santo CIII Papa, Julio 17  

León IV, Santo

CIII Papa

Martirologio Romano En Roma, en la basílica de San Pedro, san León IV, papa, protector de la ciudad y defensor del primado de Pedro (855).

Papa de la Iglesia católica de 847 a 855.

Arcipreste con Gregorio IV y subdiácono con Sergio II, León era cardenal cuando fue elegido papa por unanimidad.

Su acceso al pontificado vino marcado por el saqueo que sufrió Roma a manos de los sarracenos en 846. La ciudad sólo contaba con la defensa que le proporcionaba la muralla que el emperador Aureliano construyó en el siglo III y que no incluía la colina Vaticana donde a comienzos del siglo IV se construyó la primera Basílica de San Pedro donde se acumulaban los tesoros de la Iglesia. El saqueo del tesoro y la profanación que sufrió la propia tumba del apostol hizo que León IV iniciara el amullaramiento de la colina Vaticana y la zona en torno a la Basílica de San Pedro dando lugar a lo que hoy se conoce como "Ciudad Leonina".

Asimismo alentó la formación de una liga con la ciudades bizantinas de Nápoles, Gaeta y Amalfi para crear una flota unificada con la que hacer frente a los sarracenos que asolaban la costa italiana, logrando derrotarlos en la batalla naval que tuvo lugar frente a Ostia en 849. Esta victoria fue inmortalizada por Rafael en unos frescos pintados en el Palacio Vaticano.

Este mismo pintor reflejó en su obra "Incendio del burgo" el incendio que sufrió uno de los distritos de Roma y que según la tradición fue sofocado por el Papa milagrosamente.

En el orden doctrinal convocó y celebro durante su pontificado tres sínodos, uno de los cuales, celebrado en 850, contó con la presencia de Luís II, pero que fueron de poca importancia.

Confirmo a los venecianos su derecho a elegir al Dogo y fue el primer pontífice en datar los documentos oficiales.

Falleció el 17 de junio de 855 y fue enterrado en la Basílica de San Pedro.

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Fuente: Vatican.va
Pablo (Pedro) Gojdic, Beato Obispo y Mártir, 17 de julio  

Pablo (Pedro) Gojdic, Beato

Obispo y Mártir

Martirologio Romano: En Leopoldvara, de Eslovaquia, beato Pablo (Pedro) Gojdic, obispo y mártir, que siendo pastor de la eparquía de Presov, durante el régimen contrario a Dios fue encarcelado, sufriendo toda clase de pruebas, de modo que, tratado atrozmente pero manteniendo la palabra de Cristo en una confesión constante, pasó a la vida gloriosa (1960)

Etimológicamente: Pablo = Aquel que es pequeño o débil, es de origen latino.

 

PABLO GOJDIC nació el 17 de julio de 1888 en Ruské Peklany cerca de Prešov (República Eslovaca), en la familia de Štefan Gojdic, sacerdote greco católico, el nombre de su madre era Anna Gerberyová. En el bautismo él recibió el nombre de Pedro.

Asistió a la escuela elemental en Cigelka, Bardejov y Prešov, terminando sus estudios esenciales en Prešov, que él concluyó con su examen de madurez en 1907. Obedeciendo la llamada de Dios al sacerdocio él empezó su estudio de teología en Prešov, obteniendo excelentes calificaciones, un año después lo enviaron a continuar sus estudios en Budapest. Aquí también intentó llevar una vida profunda espiritual. Siendo seminarista escuchó de su director espiritual esta frase: "La vida no es difícil, pero hay que tomarla en serio", palabras que lo guiarán a lo largo de su vida. Habiendo terminado sus estudios el 27 de agosto de 1911 fue ordenado sacerdote en Prešov por el Obispo Dr. Ján Valyi. Después de que su ordenación que él trabajó por un corto período con su padre como sacerdote auxiliar de la parroquia. Después de un año él era prefecto designado del seminario de la diócesis greco católica y al mismo tiempo enseñada religión en un colegio. Después fue puesto a cargo del protocolo y los archivos en la curia diocesana. También se le confió el cuidado espiritual de los creyentes en Sabinov como sacerdote auxiliar de la parroquia. En 1919 fue nombrado director de la oficina episcopal.

Para sorpresa de todos, el 20 de julio de 1922, se unió a la Orden de San Basilio el Grande en Cernecia Hora cerca de Mukacevo, dónde, tomó el hábito el 27 de enero de 1923 recibiendo el nombre de Pavol (Pablo). Él tomó esta decisión como señal de modestia, humildad, y el deseo de llevar una vida ascética para servir mejor a Dios. Pero Dios tenía otros planes y lo llevaría a cargos tan altos como el de obispo. El 14 de septiembre de 1926 fue nombrado Administrador Apostólico de la diócesis grego católica de Prešov. Durante la ceremonia de su instalación como Administrador Apostólico él anunció el programa de su apostolado: "Con la ayuda de Dios quiero ser padre para los huérfanos, apoyo para el pobres y consuelo para los afligidos ".

El primer acto oficial de Pablo Gojdic como administrador de la diócesis greco católica fue escribir una carta pastoral por el aniversario 1100 del nacimiento de
San Cirilo, el apóstol de los eslavos. Así empieza su actividad, dentro del espíritu apostólico eslavo, siempre fiel a Roma, como ellos lo son. Él era un eslavo y era muy devoto a su rito oriental.

Un corto tiempo después, el 7 de marzo de 1927 fue nombrado obispo con el título de Harpaš (la Iglesia de Harpaš - en Asia Minor). La consagración episcopal tuvo lugar en la basílica de San Clemente, en Roma, el 25 de marzo de 1927, fiesta de la Anunciación de Nuestra Señora.

Después de que su ordenación episcopal él visitó la basílica de San Pedro en Roma dónde él oró ante la tumba del Apóstol. Junto con el Obispo Nyaradi, fue recibido en una audiencia privada por el Santo Padre Pío XI el 29 de marzo de 1927. El Papa le dio la cruz de un al Obispo Pablo diciéndole: "Esta cruz es sólo un símbolo débil de las cruces pesadas que Dios le enviará, hijo mio, en su trabajo como obispo ".

Para sus programas episcopales escogió como lema las palabras siguientes: "Dios es el amor, ¡amémosle!". Como obispo estaba comprometido en impulsar la vida espiritual de clero y los creyentes. Insistió en la celebración apropiada de la liturgia y festividades de la iglesia. Dadas las realidades existentes erigió nuevas parroquias en Praga, Bratislava, Levoča y en otras partes. Gracias a su trabajo duro se construyó el orfanato en Prešov, que fue confiado a las hermanas locales. Su actividad en el campo escolástico fue excelente, como lo demuestra la fundación de la escuela Grieco-católica en Prešov en el año 1936. También apoyó la instrucción académica, el seminario, las universidades, etc. Él estaba interesado en cada faceta de la literatura espiritual, lo que produjo el lanzamiento de ediciones revisadas del Blahovistnik (Mensajero del Evangelio), Da prijdet carstvije Tvoje (el Reino Viene) y de varias oraciones, etc., publicadas por la editora PETRA. Para su bondad, cuidando y relación caritativa con las personas él era descrito como "un hombre con un corazón de oro ".

Una importante característica del obispo también era su fuerte devoción para el Salvador presente en la Eucaristía que él fortalecía continuamente a través de sus visitas a la Sagrada Eucaristía en la capilla en su residencia. Otro característica, no menos cierta, en su vida espiritual, era su devoción al Sagrado Corazón. Ya como Seminarista en Budapest se había consagrado al Sagrado Corazón y esto lo confirmaba cada mañana con las palabras: "Todas las oraciones, sacrificios y cruces las ofrezco en reparación de los pecados del mundo entero ". Uno no debe olvidarse que el obispo tenía la gran devoción a la Madre de Dios y como un mariano devoto colocó en su capilla residencial un cuadro de la Virgen de Klokocov delante de la cual oró todos los días y a cuya protección él confió su vida y toda la diócesis greco católica.

El 13 de abril de 1939 fue designado administrador apostólico en el Eslovaquia de la Administración Apostólica de Mukacevo. En la difícil situación del Estado Eslovaco él se volvió "la espina encarnada" para los representantes del gobierno de aquel tiempo y ofreció su dimisión al cargo -de hecho Santo Padre Pío XII apreciaba su trabajo y no sólo se negó a su dimisión sino que lo hizo el obispo residente en Prešov, y así el 8 de agosto de 1940 fue entronizado solemnemente en Prešov y posteriormente el 15 de enero de 1946 fue confirmada su jurisdicción sobre todos los greco católicos en toda Checoslovaquia.

El progreso en la vida espiritual y religiosa en la diócesis greco católica que seguía el ejemplo personal y fervor del Obispo Pablo se interrumpió por los eventos de guerra, y sobre todo con la llegada al poder de los comunistas en 1948. La línea de su programa apostólico hacía presentir la batalla que vendría en contra de la Iglesia del greco católico. El Obispo Gojdic resistió cualquier iniciativa de someter a los greco-católicos a la Iglesia Ortodoxa, iniciativa impulsada por los comunistas y el poder del Estado, aunque era consciente de que con esa aptitud estaba arriesgándose a la persecución y a ser arrestado, quizás hasta a la muerte. Gradualmente fue aislado del clero y de sus feligreses.

Aunque soportó severa presión para que renunciase a la fe católica y rompiera su obediencia al Romano Pontífice, se negó a cada atractiva oferta y exclamó: "Ya tengo 62 años y sacrifico todos mis bienes y la residencia, pero no negaré mi fe de forma alguna porque yo quiero salvar mi alma. Nunca lograrán eso de mi".

Durante los tristemente conocidos eventos de Prešov, el 28 de abril de 1950, cuando el Estado proscribió la Iglesia greco católico y prohibió su actividad, el obispo Pablo Gojdic fue arrestado y confinado. Así empezó su vía crucis por muchas prisiones de Checoslovaquia, mismas que finalizaron con su muerte.

En los días del 11 al 15 de enero de 1951 en un proceso inventado contra quienes eran llamados los obispos "altamente traidores" (Vojtaššák, Buzalka, y Gojdic) él recibió una condena de cadena perpetua, una multa de doscientas mil coronas y fue privado de todos sus derechos cíviles. Los traslados de una prisión a otra siguieron, el Obispo Gojdic sufría castigos físicos y psicológicos, humillaciones, fue obligado a hacer los trabajos más difíciles y degradantes. Sin embargo él nunca se quejó y nunca pidió ser perdonado. Hacía uso de cada oportunidad disponible para orar, y celebraba la Sagrada Liturgia en secreto. Dada la amnistía en 1953, otorgada por el Presidente Estatal A. Zapotock†, su cadena perpetua fue cambiada a una condena de 25 años. El tenía entonces 66 años y su estado de salud se deterioraba continuamente. Pese a todo, las solicitudes de amnistía fueron siempre negadas.

El Obispo Pablo Gojdic sólo podría dejar la prisión a cambio de su fidelidad a la Iglesia y al Santo Padre. Se le hicieron varias ofertas, como se demuestra por un evento que él relató: En la prisión de Ruzyñ fue llevado desde su celda a una oficina, por un oficial alto en uniforme. Este le informó que desde esa oficina él podría ir directamente a Prešov, con la condición de que se hiciera Patriarca de la Iglesia Ortodoxa en Checoslovaquia. Se negó a esta oferta, pidiendo disculpas y explicando que eso sería un muy grave pecado contra Dios, una traición al Santo Padre, a su conciencia y a su fe, además de a todos los que en ese entonces estaban sufriendo la persecución.

En todas las situaciones difíciles él se puso en manos de Dios, como puede verse en estas palabras suyas: "Yo realmente no sé si sería una ganancia intercambiar la corona del martirio por dos o tres años de vida en libertad. Pero dejaré que sea el Señor quien decida". En ocasión de su 70° cumpleaños el Santo Padre Pío XII le envió un telegrama a la prisión. En él aseguraba que él no se olvidaría de su heroico hijo. Para el obispo éste sería uno de sus mejores días en la prisión.

Un gran deseo del obispo Gojdic era morir confortado por los sacramentos en su cumpleaños. Este deseo se le cumplió.

El Padre Alojz Vrána fue transferido al cuarto del hospital de la prisión de Leopoldvara (Eslovaquia), dónde el obispo pasó sus últimos días, y pudo oír su confesión. El cáliz del sufrimiento del Obispo Pablo estaba a punto de rebosar. Un testigo presencial de los últimos momentos de su vida fue la enfermera de la prisión, František Ondruška, quien dio su testimonio. Ella confirmó que el deseo del obispo había sido cumplido, murió el 17 de julio de 1960 que era el día de su 72º cumpleaños. Murió en el hospital de la prisión de Leopoldvara como consecuencia de una enfermedad provocada por todo el maltrato. Después fue enterrado sin ceremonia alguno en el cementerio de la prisión, en una tumba anónima, marcada tan sólo por su número como prisionero: 681.

Buscando aliviar la situación política en Checoslovaquia en 1968, las autoridades estatales, luego de muchos retrasos, otorgaron el permiso para exhumar los restos mortales del Obispo Gojdic. El 29 de octubre de 1968 sus restos fueron trasladados desde Leopoldvara hasta Prešov. Una vez finalizada la ocupación soviética, una decisión de las autoridades permitió trasladar los restos a la cripta en la Catedral greco católica de San Juan Bautista en Prešov. Desde el 15 de mayo de 1990 sus restos están en un sarcófago en la capilla de la catedral.

El Obispo Pablo Gojdic fue rehabilitó legalmente el 27 de septiembre de 1990. Como consecuencia recibió póstumamente las condecoraciones de la Orden de T. G. Masaryk - II clase, y la Cruz de Pribina - 1 clase.

El Santo Padre, Juan Pablo II durante su visita histórica a Eslovaquia, mientras visitaba Prešov, orado ante la tumba de este obispo-mártir en la capilla de la catedral.

Fue beatificado el 4 de noviembre de 2001 por S.S. Juan Pablo II.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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