domingo, 9 de junio de 2013

Lunes por las almas del Purgatorio. 10/06/2013. Beato Eustaquio ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Mateov5, 1-12

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió a la montaña y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así:
"Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los que lloran, porque serán consolados. 
Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. 
Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. 
Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. 
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. 
Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos, puesto que de la misma manera persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

lun 10a. Ordinario año impar

Antífona de entrada

Escucha, Señor, mi voz y mis clamores y ven en mi ayuda; no me rechaces, no me abandones, Dios, salvador mío.

Oración Colecta

Oremos:
Dios nuestro, fuerza de todos los que en ti confían: ayúdanos con tu gracia, sin la cual nada puede nuestra humana debilidad, para que podamos serte fieles en la observancia de tus 
mandamientos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

Dios nos conforta para que nosotros podamos confortar a los demás en todos sus sufrimientos

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 1-7

Yo, Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Timoteo, hermano nuestro, deseamos a la Iglesia de Dios que está en Corinto y a todos los cristianos que viven en la provincia de Acaya, la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor. 
¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios que siempre consuela! El es quien nos conforta en nuestras tribulaciones para que nosotros podamos también confortar con la misma fuerza que recibimos de Dios, a los que se encuentran atribulados.
Porque así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así por medio de Cristo recibimos también un gran consuelo. Por eso, si sufrimos, es para su consuelo y salvación; si somos consolados, es para consuelo y salvación de ustedes; si somos consolados, es también para consuelo de ustedes, para que puedan soportar con paciencia los mismos sufrimientos que padecemos nosotros. 
Tenemos, pues, una firme esperanza en ustedes, porque sabemos que, así como son nuestros compañeros en el sufrimiento, también lo serán en el consuelo. 
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 33

Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.

Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo.
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.

Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. 
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.

Confía en el Señor y saltarás de gusto; jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias.
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.

Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege.
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él.


Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos.
Aleluya.

Evangelio

Dichosos los pobres en el espíritu

† Lectura del santo Evangelio según san Mateov5, 1-12

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió a la montaña y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así:
"Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los que lloran, porque serán consolados. 
Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. 
Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. 
Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. 
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. 
Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos, puesto que de la misma manera persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Dios nuestro, que en estos dones que te presentamos nos has otorgado el pan que 
alimenta y el sacramento que da nueva vida, haz que nunca llegue a faltarnos este sustento del cuerpo y del espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor. 
Amén.

Prefacio

La salvación por Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, con tu misericordia lo redimiste, por Cristo, Señor nuestro.
Por él, 
los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Padre santo, guarda en tu nombre a los que me has dado, para que, como nosotros, sean uno, dice el Señor.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, que nuestra participación en este sacramento, signo de la unión de los fieles en ti, contribuya a la unidad de tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

10ª semana. Lunes

LA MISERICORDIA DIVINA

— La misericordia de Dios es infinita, eterna y universal.

— La misericordia supone haber cumplido previamente con la justicia, y va más allá de lo que exige esta virtud.

— Frutos de la misericordia.

I. San Pablo llama a Dios Padre de las misericordias1, designando su infinita compasión por los hombres, a quienes ama entrañablemente. Pocas otras verdades están tan insistentemente repetidas, quizá, como esta: Dios es infinitamente misericordioso y se compadece de los hombres, de modo particular de aquellos que sufren la miseria más profunda, el pecado. En una gran variedad de términos e imágenes –para que los hombres lo aprendamos bien–, la Sagrada Escritura nos enseña que la misericordia de Dios es eterna, es decir, sin límites en el tiempo2; es inmensa, sin limitación de lugar ni espacio; es universal, pues no se reduce a un pueblo o a una raza, y es tan extensa y amplia como lo son las necesidades del hombre.

La encarnación del Verbo, del Hijo de Dios, es prueba de esta misericordia divina. Vino a perdonar, a reconciliar a los hombres entre sí y con su Creador. Manso y humilde de corazón, brinda alivio y descanso a todos los atribulados3. El Apóstol Santiago llama al Señorpiadoso y compasivo4. En la Epístola a los Hebreos, Cristo es elPontífice misericordioso5; y esta actitud divina hacia el hombre es siempre el motivo de la acción salvadora de Dios6, que no se cansa de perdonar y de alentar a los hombres hacia su Patria definitiva, superando las flaquezas, el dolor y las deficiencias de esta vida. «Revelada en Cristo la verdad acerca de Dios como Padre de la misericordia, nos permite "verlo" especialmente cercano al hombre, sobre todo cuando sufre, cuando está amenazado en el núcleo mismo de su existencia y de su dignidad»7. Por eso, la súplica constante de los leprosos, ciegos, cojos... a Jesús es: ten misericordia8.

La bondad de Jesús con los hombres, con todos nosotros, supera las medidas humanas. «Aquel hombre que cayó en manos de los ladrones, que lo desnudaron, lo golpearon y se fueron dejándolo medio muerto, Él lo reconfortó, vendándole las heridas, derramando en ellas su aceite y vino, haciéndole montar sobre su propia cabalgadura y acomodándolo en el mesón para que tuvieran cuidado de él, dando para ello una cantidad de dinero y prometiendo al mesonero que, a la vuelta, le pagaría lo que gastase de más»9. Estos cuidados los ha tenido con cada hombre en particular. Nos ha recogido malheridos muchas veces, nos ha puesto bálsamo en las heridas, las ha vendado... y no una, sino incontables veces. En su misericordia está nuestra salvación; como los enfermos, los ciegos y los lisiados, también debemos acudir nosotros delante del Sagrario y decirle: Jesús, ten misericordia de mí... De modo particular, el Señor ejerce su misericordia a través del sacramento del Perdón. Allí nos limpia los pecados, nos acoge, nos cura, lava nuestras heridas, nos alivia... Es más, en este sacramento nos sana plenamente y recibimos nueva vida.

II. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia10, leemos en el Evangelio de la Misa. Hay una especial urgencia por parte de Dios para que sus hijos tengan esa actitud con sus hermanos, y nos dice que la misericordia con nosotros guardará proporción con la que nosotros ejercitamos: con la medida con que midiereis seréis medidos11. Habrá proporción, no igualdad, pues la bondad de Dios supera todas nuestras medidas. A un grano de trigo corresponderá un grano de oro; a nuestro saco de trigo, un saco de oro. Por los cincuenta denarios que perdonamos, los diez mil talentos (una fortuna incalculable) que nosotros debemos a Dios. Pero si nuestro corazón se endurece ante las miserias y flaquezas ajenas, más difícil y estrecha será la puerta para entrar en el Cielo y para encontrar al mismo Dios. «Quien desee alcanzar misericordia en el Cielo debe él practicarla en este mundo. Y por esto, ya que todos deseamos la misericordia, actuemos de manera que ella llegue a ser nuestro abogado en este mundo, para que nos libre después en el futuro. Hay en el Cielo una misericordia, a la cual se llega a través de la misericordia terrena»12.

En ocasiones, se pretende oponer la misericordia a la justicia, como si aquella apartara a un lado las exigencias de esta. Se trata de una visión equivocada, pues hace injusta a la misericordia, siendo así que es la plenitud de la justicia. Enseña Santo Tomás13 que cuando Dios obra con misericordia –y cuando nosotros le imitamos– hace algo que está por encima de la justicia, pero que presupone haber vivido antes plenamente esta virtud. De la misma manera que si uno diera doscientos denarios a un acreedor al que solo debe cien no obra contra la justicia, sino que –además de satisfacer lo que es justo– se porta con liberalidad y misericordia. Esta actitud ante el prójimo es la plenitud de toda justicia. Es más, sin misericordia se termina por llegar a «un sistema de opresión de los más débiles por los más fuertes» o a «una arena de lucha permanente de los unos contra los otros»14.

Con la justicia sola no es posible la vida familiar, ni la convivencia en las empresas, ni en la variada actividad social. Es obvio que, si no se vive la justicia primero, no se puede ejercitar la misericordia que nos pide el Señor. Pero después de dar a cada uno lo suyo, lo que por justicia le pertenece, la actitud misericordiosa nos lleva mucho más lejos: por ejemplo, a saber perdonar con prontitud los agravios (en ocasiones imaginarios, o producidos por la propia falta de humildad), a ayudar en su tarea a quien ese día tiene un poco más de trabajo o está más cansado, a dar una palabra de aliento a quien tiene una dificultad o se le ve más preocupado o inquieto (puede ser la enfermedad de un familiar, un tropiezo en un examen, un quebranto económico...), prestarnos para realizar esos pequeños servicios que tan necesarios son en toda convivencia y en todo trabajo en común...

III. Por muy justas que llegaran a ser las relaciones entre los hombres, siempre será necesario el ejercicio cotidiano de la misericordia, que enriquece y perfecciona la virtud de la justicia. La actitud misericordiosa se ha de extender a necesidades muy diversas: materiales (comida, vestido, salud, empleo...), de orden moral (facilitar a nuestros amigos el que se confiesen, combatir la gran ignorancia acerca de las verdades más elementales de la fe enseñando el Catecismo, colaborando en una tarea de formación...). La misericordia es, como dice su etimología, una disposición del corazón que lleva a compadecerse, como si fueran propias, de las miserias que encontramos cada día. Por eso, en primer lugar debemos ejercitarnos en la comprensión con los defectos ajenos, en mantener una actividad positiva, benevolente, que nos dispone a pensar bien, a disculpar fácilmente fallos y errores, sin dejar de ayudar en la forma que resulte más oportuna. Actitud que nos lleva a respetar la igualdad radical entre todos los hombres, pues son hijos de Dios, y las diferencias y peculiaridades de cada personalidad. La misericordia supone una verdadera compasión, el compartir efectivamente las desdichas de nuestros hermanos, tanto materiales como espirituales.

El Señor hizo de esta bienaventuranza el camino recto para alcanzar la felicidad en esta vida y en la otra. «Es como un hilillo de agua fresca que brota de la misericordia de Dios y que nos hace participar de su misma felicidad. Nos enseña, mucho mejor que los libros, que la verdadera felicidad no consiste en tomar y poseer, en juzgar y tener razón, en imponer la justicia a nuestro modo, sino más bien en dejarnos tomar y asir por Dios, en someternos a su juicio y a su justicia generosa, en aprender de Él la práctica cotidiana de la misericordia»15. Entonces comprendemos que hay más gozo en dar que en recibir16. Un corazón compasivo y misericordioso se llena de alegría y de paz. Así alcanzamos también esa misericordia que tanto necesitamos; y se lo deberemos a aquellos que nos han dado la oportunidad de hacer algo por ellos mismos y por el Señor. San Agustín nos dice que la misericordia es el lustre del alma, la enriquece y la hace aparecer buena y hermosa17.

Al terminar este rato de oración, acudimos a nuestra Madre Santa María, pues Ella «es la que conoce más a fondo el misterio de la misericordia divina. Sabe su precio y sabe cuán alto es. En este sentido la llamamos también Madre de la misericordia»18.

Aunque ya tengamos abundantes pruebas de su amor maternal por cada uno de nosotros, podemos decirle a la Santísima Virgen: Monstra te esse matrem!19, muestra que eres madre, y ayúdanos a mostrarnos como buenos hijos tuyos y hermanos de todos los hombres.

1 Primera lectura de la Misa. Año I, 2 Cor 1, 1-7. — 2 Sal 100. — 3 Mt 11, 28. — 4Sant 5, 11. — 5 Heb 2, 17. — 6 Tit 2, 11; 1 Pdr 1, 3. — 7 Juan Pablo II, Enc. Dives in misericordia, 30-XI-1980, 2. — 8 Mt 9, 27; 14, 20; 15, 22; 20, 30; Mc 10, 47; Lc 17, 13. — 9 San Máximo de Turín, Carta 11. — 10 Mt 5, 7. — 11 Mt 7, 2. — 12 San Cesáreo de Arlés, Sermón 25. — 13 Santo Tomás, Suma Teológica, 1, q. 21, a. 3, ad 2. — 14 Juan Pablo II, o. c., 14. — 15 S. Pinckaers, En busca de la felicidad, Palabra, Madrid 1981, pp. 126-127. — 16 Cfr. Hech 20, 35. — 17 Cfr. San Agustín, enCatena Aurea, vol. I, p. 48. — 18 Juan Pablo II, o. c., 9. — 19 Liturgia de las Horas, Segundas Vísperas del Común de la Virgen, Himno Ave, maris stella.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

Oliva (u Olivia) de Palermo, Beata Mártir, Junio 10  

Oliva (u Olivia) de Palermo, Beata

Mártir

Etimológicamente significa "oliva, pacífica". Viene de la lengua latina.

Entre algunos musulmanes es uno de los nombres más venerados. Y la mezquita más grande de Túnez era la de "Santa Oliva". En los ciudadanos de esta urbe nació el dicho:" Desgraciado quien hable mal de santa Oliva, pues Alá seguramente lo castigará".

La leyenda no podía faltar. Dicen que era una creyente cristiana de Palermo. A los trece años, unos malvados piratas la cogieron prisionera y se la llevaron hasta Túnez.

En un primer momento, los moros sólo pensaron en acabar con ella. Pero se echaron para atrás cuando se enteraron de que era de sangre real. Era muy bella. Cuando se repuso de su desembarco en nación extraña para ella, empezó a predicar el Evangelio, a curar enfermos que acudían buscando socorro.

A los moros y a sus dirigentes les asaltó la duda de que podía hacer muchos prosélitos si la dejaban trabajar a su aire.

Fue entonces cuando decidieron llevarla a una selva en la que habitaban bestias salvajes con la intención de que terminaran con ella.

Pero he aquí que todos los animales se hicieron sus amigos y le deban todo lo que necesitaba. Además, todos los cazadores que se cruzaban en el camino con ella, escuchaban su palabra y se convertían al cristianismo.

Lo mismo sucedía con los habitantes de Túnez que iban a hacerle una visita.

Todo era un paraíso. Y éste no podía durar demasiado tiempo. Atrás estaban los musulmanes muy molestos por todo lo que hacía y por cuanto le contaban acerca de sus milagros.

El gobernador mandó que la chica fuera a su presencia. La metió en la cárcel sin darle alimento. Y sin embargo, al salir estaba perfectamente bien de salud. Todo cuanto hacían se le volvía en contra. La única solución fue cortarle la cabeza.
Era el siglo IX.

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Fuente: Vatican.va || Santopedia.com
Eduardo Juan María Poppe, Beato Sacerdote, Junio 10  

Eduardo Juan María Poppe, Beato

Presbítero

Martirologio Romano: En la ciudad de Moerzeke-les-Termonde, cerca de Gante, en Bélgica, beato Eduardo Poppe, presbítero, que con sus escritos y su predicación propagó por Flandes, en tiempos difíciles, la formación cristiana y la devoción a la Eucaristía (1924).

Etimológicamente: Juan = Dios es misericordioso, es de origen hebreo.

 

Nació en Moerzeke, Bélgica, en el seno de una familia muy devota el 18 de Diciembre de 1890. En mayo de 1909 ingresa en el seminario de San Nicolás, en Waas, donde se distingue por su gran deseo de "...realizar del modo más perfecto la voluntad de Dios". En septiembre de 1910 es llamado al ejército y ahí inicia sus estudios de filosofía. Al estallar la Primera Guerra Mundial (1914-1918) es reclutado como enfermero, donde da muestras de caridad hasta el grado de enfermar de fatiga. Estando en el ejército recibe la orden sacerdotal en 1916 e inicia su labor pastoral como vice-párroco de la iglesia de Santa Coleta (Gante), ubicada en un barrio obrero. Ahí da muestra de ejemplar virtud al atender y socorrer a pobres, marginados, moribundos y niños. Su fortaleza espiritual la adquiere al pasar mucho tiempo ante el Sagrario.

Al final de la Primera Guerra Mundial, por motivos de salud, se vio obligado a dejar su parroquia, trasladándose a la zona rural, donde fue capellán de una comunidad religiosa. Se dedicó a la contemplación, al estudio, a predicar en la región de Flandes y a escribir ensayos contra el marxismo, el materialismo y la secularización.

Fue creador de métodos apostólicos de vanguardia, asimismo, promovió asociaciones sacerdotales, de seglares, de renovación litúrgica y de catequesis, entre otras. Forma un Circulo del Catecismo, así como una Liga de Comunión. Confesor y predicador incansable, exclamó, ante la pregunta de un sacerdote al verle frente al altar: "...le estoy haciendo compañía a Nuestro Señor. Me encuentro demasiado cansado para hablarle, así que estoy descansando a su lado".

De gran influencia en su vida sacerdotal, fue la visita que realizó en 1920 a la tumba de Santa Teresita del Niño Jesús, la carmelita de Lisieux, de esta religiosa aprendió a profundizar su vida espiritual. En 1922 viaja a Leopoldsburgo, en donde se encargó de los clérigos de todo el país que realizaban el servicio militar. Extenuado, muere debido a los continuos ayunos y penitencias, así como por su ardua labor catequética.

Juan Pablo II 1o beatifica el 3 de octubre de 1999, afirmando que el Beato Eduardo Poppe: "...consagró su vida a Cristo en el ministerio sacerdotal.
Se convierte hoy en modelo para los sacerdotes.

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Enrique de Bolzano, Beato Laico limosnero, Junio 10  

Enrique de Bolzano, Beato

Nacido en Bolzano por el año 1250, llevó la dura vida de un pobre artesano zapatero. En una fecha no precisada se mudó a Treviso con su mujer e hijo. En sus últimos años vivió en una pobreza extrema y aceptando limosna.

Tanto en Bolzano como en Treviso fue notoria sus continuas visitas a la iglesia (en Treviso visitaba todas las iglesias de la ciudad todos los días) siendo además un ávido asistente a la Misa. Más admirable todavía era su vida penitente: dormía en una cama dura, usaba ropas ásperas y realizaba largas vigilias de oración.

Cuando murió, completamente solo en su cuarto en el año 1315, los trevisanos decían que había muerto un santo. A sus funerales asistieron muchísimas personas que fueron testigos de grandes prodigios. Durante todo el año posterior a su muerte miles de peregrinos visitaban la ciudad, un obispo del comité investigador registró en muy poco tiempo trescientos cuarenta y seis milagros, la mayor parte fueron curaciones contadas por los testigos oculares.

Uno de ellos fue el biógrafo del Beato Enrique, Pier Domenico di Baone, que luego sería obispo de Treviso.

El culto del Beato Enrique fue aprobado el 23 de julio de 1750 por el Papa Benedicto XIV, para la diócesis de Treviso, y posteriormente Pío VII, lo aprobó para la de Trento.

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Fuente: santiebeati.it
Bogumilo de Gniezno, Santo Eremita y Obispo, Junio 10  

Bogumilo de Gniezno, Santo

Eremita

Martirologio Romano: En Dobrowo, en Polonia, muerte de san Bogumilo, obispo de Gniezno, que, después de renunciar a su sede, llevó en este lugar vida eremítica, consumado por su austeridad (1182)

 

Después de las numerosas instancias realizadas en los siglos XVII y XVIII, iniciadas por el arzobispo Matteo Lubienski (1641-52), la papa Pío XI aprobó con el decreto firmado el 27 mayo de 1925 el culto al beato Bogumilo y estableció que Polonia lo recuerde el día 10 junio. El centro del culto a Bogumilo, ya existente en el siglo XV, era la iglesia parroquial del Santísima Trinidad en Dobrowo, dónde se encontraba su tumba. Los primeros documentos de ese culto son los decretos de los años 1443 y 1462, emanados por los arzobispos de Gniezno para reglamentar la concurrencia "al tumbam S. Bogumili". Aproximadamente en el año 1580, ejecutando el "recognitio corporis", se encontraron en la tumba el cayado pastoral y el anillo que certificaban su dignidad episcopal, dignidad que también es sustentada en los cuadros de la iglesia de Dobrowo, en los que Bogumilo es representado como obispo con la mitra, el cayado pastoral y usando el hábito camaldulense, por lo que se arguye que pertenecía a esa orden.

Una biografía, escrita en Dobrowo alrededor de 1584, que nos informa que Bogumilo era descendiente de la familia de san Adalberto, se cuenta que fue arzobispo de Gniezno en los años 1170-82, pero que, por presiones de los poderosos señores de la zona, renunció a la dignidad episcopal retirándose a una ermita, dónde finalizó sus días, luego de haber donado sus bienes a Dobrowo, a las aldeas circunstante y a los Cistercienses, Orden a la que perteneció su hermano Bogufal. Es natural que Bogumilo también fuera venerado en aquella orden, de modo particular en Koronowo. En este lugar fue redactada otra biografía, según la cual Bogumilo fue arzobispo de Gniezno en los años 1167 -72. Por esta fuente sabemos que él nació en Kozmin en el año 1116, hizo los primeros estudios en Gniezno bajo la tutela de su tío, el arzobispo Giovanni, terminando sus estudios en París. De regreso en Polonia, destinó una parte de sus bienes a la construcción de la iglesia a Dobrowo. Recomendado por su tío, fue ordenado. Al principio fue el párroco de su ciudad natal, y posteriormente pasó a ser el decano de Gniezno, luego de la muerte de su tío el año 1167, lo sucede él en la cátedra episcopal. Dotado del espíritu contemplativo, aspiró poder seguir las huellas de san Romualdo.
Conseguido el consentimiento del papa Alejandro III, renunció a la dignidad arzobispal y se retiró a un lugar desierto cerca de Dobrowo, dónde murió el 10 junio de 1182, confortado por una visión de la Virgen. Su cuerpo, primero enterrado en la iglesia de Dobrowo, fue trasladado en 1668 a Uniejów donde es venerado. Se cree que esta biografía puede fundamentarse en un documento de 1232 en el que el príncipe Vladimiro Odonicz confirmó a los Cistercienses de Sulejów la posesión de las tierras en Dobrowo y aldeas aledañas, que fueran donadas por el arzobispo Bogumilo a su hermano Bogufal y pasados por lo tanto al obispo Cristiano, cisterciense, quien los cedió a la abadía de Sulejów.
La dificultad en poder dar credibilidad los datos de estas biografías, consiste en el hecho que ni Dlugosz en su trabajo "Vitae archiepiscoporum atque episcoporum universi Regni Poloniae". Ni los anuncios necrológicos citan algún Bogumilo en la sede de Gniezno en esa época. De hecho, en los años 1153-99, la sede episcopal fue ocupada por Juan Zdzislao y Pedro. Algún historiador identifica a Bogumilo con Pedro: de hecho, Bogumilo sería, la variación eslava del nombre. También Pedro desciende de la familia de san Adalberto y tenía sus bienes en los alrededores del río Warta. Esta hipótesis, sin embargo, se contradice por la circunstancia eremítica de vida de Bogumilo, los datos indican que el arzobispo Pedro murió el 19 de agosto, mientras ocupaba aún la sede episcopal, no se lo menciona como ermitaño ni como ex arzobispo, y además, según un documento de 1219, este Pietro era director del monasterio de San Vicente en Wroclaw y pertenecía a la familia Labeclz (Labendz). Algún otro identifica al beato de Dobrowo con el arzobispo Bogumilo que murió en 1092, asumiendo su cargo en 1080, tras haber sucedido a Gregorio VII: teoría que demolería la tradición cisterciense. Otros, en cambio, como Martinus Baronius, Abraham Bzowski y el camaldulense Taddeo Mini, confunden a Bogumilo con Wloscibor que debía ser y nunca fue arzobispo; ya que, habiendo sido elegido en el año 1279, éstos, elegidos por el capítulo en el año 1279, inmediatamente fue desterrado por el príncipe Przemyslaw II y, después de haber renunciado a la dignidad episcopal, murió en un monasterio próximo a Dobrowo. Pero también esta hipótesis tiene errores: en la historia de los obispos de Gniezno del siglo XIII no se menciona a Bogumilo. La teoría más probable parece la de Pietro David, según la cual el ermitaño de Dobrowo no había sido nunca arzobispo, tan sólo un abad benedictino a Mogilno, muerto el 28 noviembre de 1179. Él habría renunciado a su dignidad como abad y pasó el resto de su vida en una ermita. Su nombre señalaría la afiliación a la familia de san Adalberto y sus bienes estaban en las proximidades de Dobrowo. También es fácil de explicar la transformación del abad en arzobispo, confirmado por la tradición.

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Fuente: Zenit.org
Eustaquio (José) Kugler, Beato Religioso, 10 de junio  

Eustaquio (José) Kugler, Beato

Un religioso que resistió a políticas nazis

 

Ni el miedo frente a la presión nazi ni el rechazo a las personas discapacitadas que se vivía en su país con el Nacionalsocialismo de Hitler pudieron apagar la intensa espiritualidad y el amor a los limitados físicos que tuvo el hermano Eustaquio Kugler.

La diócesis de Regensburg celebra su beatificación.

Hospitalario con los discapacitados

Su nombre de pila era José. A los 16 años, mientras trabajaba en una construcción, cayó de un andamio, a la altura de 4 metros y tuvo una distorsión en el pie y una herida que lo hicieron cojear toda su vida.

El hermano Kugler, (1867 – 1946) ingresó a los 26 años a la orden de San Juan de Dios, luego de haber entrado en contacto con esta comunidad durante la construcción de un hospital en Reichenbach (Alemania).

Durante casi toda su vida religiosa fue prior de diversas comunidades y de su Provincia religiosa. Cargo al que era reelegido por voluntad de los propios miembros de la orden de San Juan de Dios.

Tenía un gran sentido de la justicia y un talento para la organización. Bajo su mando estaban 16 hospitales con 2.500 personas asistidas. En 1929 se inauguró un magno hospital (masculino y femenino) con su iglesia en Regensburg, en honor a San Pío V.

Se preocupó que se atendieran principalmente a los pobres. Escribió los criterios para acompañar a los enfermos en los hospitales que se rigen en la actualidad. Aún con esta responsabilidad, pasaba las noches caminando por los pasillos del hospital velando por las necesidades de los enfermos, desde las más pequeñas.

"Los que trabajamos en el campo de la discapacidad sabemos que las personas se abren sólo con quienes tienen el corazón abierto hacia ellas. El hermano Eustaquio Kugler, fue un gran modelo de este enfoque", afirma Ubli Doblinger, actual responsable de la pastoral del centro para personas discapacitadas de Reichenbach, en un video editado por Max Kronawitter.

Para el postulador de su beatificación, el hermano Félix Lizaso, Kugler vivió su llamado en medio de dos importantes pilares: "Una realidad existencial profunda en la comunidad, con una vida de fe y espiritualidad y una vida de entrega a los enfermos", dijo en diálogo con Zenit.

Peligro nazi

Como muchas otras órdenes religiosas y la misma Iglesia, los hermanos de San Juan de Dios eran acechados por los nazis. También lo eran los mismos enfermos que ellos atendían. Muchos fueron deportados ya que los nazis los consideraban un tumor para la sociedad, pero el hermano Kugler puso todo su empeño por salvarlos de la cámara de gas.

El 17 de agosto de 1943 hubo un gran bombardeo sobre Ratisbona. Los alrededores del hospital fueron destruidos. En cambio, este centro de salud quedó intacto. "Podemos decir que aquí hay un santo, que nos ha salvado de la guerra y de las bombas", decía un pastor evangélico.

Cuenta el padre Lizaso que un día Hitler pasó frente al hospital. Todos corrieron a asomarse a las ventanas para verlo. El hermano Kugler en cambio, no quiso mirarlo y decía a sus hermanos "nuestro Fuhrer vive ahí", señalándoles el sagrario.

"Nunca iba a ningún sitio si no era con el rosario en la mano. Era un hombre muy recto. Con espíritu de oración, de recogimiento, de humildad", asegura su postulador.

Sufrió mucho por la devastación nazi. Soportó más de 30 interrogatorios de la Gestapo. Fue tal su impresión que durante uno de estos cayó desmayado.

"Además de no delatar a ningún hermano, ni a otras personas, mantuvo gran silencio en su comunidad sobre los interrogatorios y trato recibido. Ni se quejó ni insultó a los policías" testimonia Lizaso.

Hubo hermanos que abandonaron la orden, deslumbrados por las ideologías nazis. Esto golpeó profundamente a Eustaquio. Pero guardando la calma, se refería a los nazis diciendo: "Esos árboles no crecerán hasta el cielo".

"No era una persona de oficiales estudios teológicos, pero sí de una espiritualidad ascética profunda, una innegable vivencia mística por su vida interior y profundidad de fe, que acompañaba a sus actos en auténtica respuesta de amor a Dios", asegura su postulador.

El hermano Kugler murió en 1946 de un tumor en el estómago. Han pasado más de 60 años después de su tránsito. Hoy sus hermanos, así como miles de fieles en Regensburg admiran de él su sencillez, su sabiduría y su espíritu de servicio.

Fue beatificado el 4 de octubre de 2009 durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.

Está disponible en el sitio web de la
Orden Hospitalarioa San Juan de Dios un hermoso vídeo sobre el Beato Eustaquio.

ORACIÓN
Me dirijo confiadamente a ti, oh mi Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
admirado por el ejemplo extraordinario de fe y entrega
de tu fiel Siervo Eustaquio Kugler,
que consagró enteramente su vida al servicio de la caridad,
por amor, en favor de los enfermos y desprotegidos.
Su ejemplo de vida santa y de servicio total a la hospitalidad
estimula mi fe y mi confianza en ti, para pedirte, por su intercesión,
esta intención personal... que ahora te indico.
Haz que, favorecido por tu bondad, yo te reconozca como mi Dios y Señor
y que tu Siervo Eustaquio Kugler sea glorificado para nuestro ejemplo e intercesión.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén



Si usted tiene información relevante para la canonización del Beato Eustaquio, contacte a:
Frt. Félix Lizaso Berruete, OH
Barmherzigen Brüder - Bayerische Ordensprovinz
Südliches Schlosondell 5
80638 München, ALEMANIA

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Fuente: www.op.com.ar
Juan Dominici, Beato Arzobispo de Ragusa, Junio 10  

Juan Dominici, Beato

Arzobispo

Martirologio Romano: En la ciudad de Buda, en Hungría, tránsito del beato Juan Dominici, obispo de Ragusa, que, después de la peste negra, restauró la observancia regular en los conventos de la Orden de Predicadores, y luego, enviado a Bohemia y Hungría para contener la predicación de Juan Hus, le sorprendió la muerte (1419).

Etimológicamente: Juan = Dios es misericordioso, es de origen hebreo.

 

Juan Bianchini, llamado Domínici probablemente por el nombre de su padre, nació alrededor del año. de 1355 en Florencia.

A los diecisiete años abrazó la Orden de Predicadores (Dominicos) en el convento de Santa María Novella. Favoreció muchísimo la reforma emprendida en 1343 por Raimundo de Capua después de la peste negra y la estableció en muchos conventos de manera que vino a ser el primer restaurador de la observancia regular en Italia.

En el año 1395 con algunos discípulos de santa Catalina de Siena a quién honraba con gran, veneración, fundó en Venecia el monasterio del Corpus Christi para las monjas dominicas.

Su apostolado se interrumpió súbitamente en 1399 por orden de los magistrados, cuyo entredicho había descuidado; cuando fue expulsado durante cinco años.

Se dirigió a Florencia donde se entregó totalmente a la predicación con gran celo de las almas y gran elocuencia, aunque para ello debió vencer una tartamudez congénita.

En 1406 fundó el convento de Santo Domingo de Fiésole, bastión de la reforma y fragua de santos.

Preocupado por los problemas en la fe y costumbres suscitados por el humanismo de su tiempo compuso diversas obras, entre ellas la obra Lúcula noctis (Lucecilla de la noche) que expone los fundamentos de la educación cristiana.

Enviado a Roma como delegado en el año de 1406 por los florentinos para tratar sobre el cisma, se ganó la confianza de Gregorio XII, recién elegido papa, que hizo de Juan su consejero y lo nombró en 1408 arzobispo de Ragusa (Dubrovnik, Croacia) con el título de San Sixto.

Se mostró prudente y fiel incluso en los tiempos calamitosos del cisma en el concilio de Constanza. Igualmente favorecido con la confianza del nuevo papa Martín V, fue enviado corno legado a Bohemia y a Hungría a combatir la herejía de Juan Huss.

Estando en estas negociaciones murió en Buda el 10 de junio de 1419. Sus reliquias se perdieron cuando en 1541 fue destruida la iglesia de los Eremitas de S. Pablo donde estaban.

Fue beatificado por Gregorio XVI al confirmar su culto el 9 de abril de 1832.

 

 

Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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