JMJ
Pax
El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 2, 23-28
Gloria a ti, Señor.
Un sábado,            Jesús iba caminando entre los sembrados y sus discípulos            comenzaron a arrancar            espigas al pasar. Entonces los fariseos le preguntaron:
            "¿Por qué hacen tus discípulos algo que no está permitido            hacer en            sábado?"
            El les respondió:
            "¿No han leído acaso lo que hizo David una vez que tuvo            necesidad y            padecían hambre él y sus compañeros? Entró en la casa de Dios,            en tiempos del            sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes sagrados, que sólo            podían comer los            sacerdotes, y les dio también a sus compañeros".
            Luego añadió Jesús:
            "El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el            sábado. Y el            Hijo del hombre también es dueño del sábado".
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Catecismo 2181: La Eucaristía del domingo fundamenta y confirma toda la práctica cristiana. Por eso los fieles están obligados a participar en la Eucaristía los días de precepto, a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños pequeños) o dispensados por su pastor propio (cf CIC can. 1245). Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave."
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
mar 2a. Ordinario año Par
En un trono excelso vi sentado a un hombre, a quien adoran muchedumbre de ángeles que cantan a una sola voz: "Su imperio es eterno".
Oremos:
              Muéstrate propicio, Señor, a los deseos y plegarias de tu              pueblo; danos luz              para conocer tu 
              voluntad y la fuerza necesaria para cumplirla. 
              Por nuestro Señor Jesucristo...
              Amén.
David fue ungido rey de Israel y el espíritu del Señor estuvo con él
Lectura del primer libro de Samuel 16, 1-13
En              aquellos días dijo el Señor a Samuel:              
              "¿Hasta cuándo vas a estar triste por Saúl? Yo ya lo rechacé              y él no              reinará más sobre Israel. 
              Ve a la casa de Jesé, en Belén, porque de entre sus hijos me              he escogido un              rey. Llena, pues, tu cuerno de aceite para ungirlo, y vete".
              Pero Samuel le replicó: 
              "¿Cómo voy a ir? Si Saúl se entera me matará". 
              El Señor le respondió: 
              "Lleva contigo una ternera y di: "Vengo a ofrecer un              sacrificio al              Señor". Invita a Jesé al sacrificio y yo te indicaré lo que              has de hacer;              luego ungirás al que yo te señale".
              Hizo Samuel lo que el Señor le había dicho. Cuando llegó a              Belén, los ancianos              de la ciudad salieron a recibirlo temerosos y le              preguntaron: 
              "¿Vienes en son de paz?" 
              Les respondió: 
              "Sí, vengo a ofrecer un sacrificio al Señor. Purifíquense y              vengan conmigo              al sacrificio". 
              Luego purificó a Jesé y a sus hijos y los invitó también al              sacrificio.
              Cuando se presentaron ante él, al ver a Eliab, el hijo mayor              de Jesé, Samuel              pensó: 
              "Éste es, sin duda, el que voy a ungir como rey". 
              Pero el Señor le dijo: 
              "No te dejes impresionar por su aspecto ni por su gran              estatura, pues yo              le he descartado.
              Porque yo no juzgo como juzga el hombre. El hombre se fija              en las apariencias,              pero el Señor se fija en los corazones".
              Entonces Jesé llamó a su hijo Abinadab y le hizo pasar ante              Samuel, el cual              dijo: 
              "Tampoco a éste lo ha escogido el Señor". 
              Jesé hizo pasar a Samá, pero Samuel dijo: 
              "A éste tampoco lo ha elegido el Señor". 
              Así fueron pasando ante Samuel siete de los hijos de Jesé,              pero Samuel dijo: 
              "Ninguno de éstos es el elegido del Señor". 
              Luego le preguntó a Jesé: 
              "¿Son éstos todos tus hijos?" 
              Jesé respondió: 
              "Falta el más pequeño, que está cuidando el rebaño". 
              Samuel le dijo: 
              "Hazlo venir, que no nos sentaremos a comer hasta que              llegue". 
              Y Jesé lo mandó llamar; el muchacho era rubio, de ojos vivos              y buena presencia.              Entonces el Señor dijo a Samuel: 
              "Levántate y úngelo, porque éste es".
              Tomó Samuel el cuerno con el aceite y lo ungió delante de              sus hermanos. A              partir de aquel momento, el espíritu del Señor estuvo con              David. Samuel se              despidió y regresó a Ramá.
              Palabra de Dios.
              Te alabamos, Señor.
Del salmo 88
He encontrado a David, mi servidor.
Hablando              tú en visión a tus amigos, un              día les dijiste: "He escogido a un valiente de mi pueblo y              he ceñido a sus              sienes la corona.
              He encontrado a David, mi servidor.
He              encontrado a David, mi servidor, y              con mi aceite santo lo he ungido. Lo sostendrá mi mano y le              dará mi brazo              fortaleza.
              He encontrado a David, mi servidor.
El me              podrá decir: "Tú eres mi              padre, el Dios que me protege y que me salva". Y yo lo              nombraré mi              primogénito sobre todos los reyes de la tierra".
              He encontrado a David, mi servidor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
              Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras              mentes, para que              comprendamos cuál es la esperanza que nos da su llamamiento.              
              Aleluya.
El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 2, 23-28
Gloria a ti, Señor.
Un sábado, Jesús iba caminando entre los              sembrados y sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al              pasar. Entonces los              fariseos le preguntaron:
              "¿Por qué hacen tus discípulos algo que no está permitido              hacer en              sábado?"
              El les respondió:
              "¿No han leído acaso lo que hizo David una vez que tuvo              necesidad y              padecían hambre él y sus compañeros? Entró en la casa de              Dios, en tiempos del              sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes sagrados, que              sólo podían comer los              sacerdotes, y les dio también a sus compañeros".
              Luego añadió Jesús:
              "El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el              sábado. Y el              Hijo del hombre también es dueño del sábado".
              Palabra del Señor.
              Gloria a ti, Señor Jesús.
Dígnate, Señor, aceptar la ofrenda de tu              pueblo: que ella nos santifique y nos alcance lo que ahora              imploramos de tu              misericordia.
              Por Jesucristo, nuestro Señor.
              Amén.
Proclamación del misterio de Cristo
En verdad es justo y necesario, es              nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo              lugar, Señor, Padre              santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor              nuestro. 
              Porque, unidos en la caridad, celebramos la muerte de tu              Hijo, con fe viva              proclamamos su resurrección, y con esperanza firme anhelamos              su venida gloriosa.
              Por eso, 
              con todos los ángeles y santos, te alabamos proclamando sin              cesar:
            
Señor, en ti está la fuente viva y tú nos haces ver la luz.
Oración después de la Comunión
Oremos:
              Te suplicamos, Dios todopoderoso, que concedas a quienes              alimentas con tus 
              sacramentos la gracia de poder servirte llevando una vida              según tu voluntad.
              Por Jesucristo, nuestro Señor.
              Amén.
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Dia 16/01 San Marcelo (obispo, blanco)
Antífona de Entrada
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.
Oración Colecta
Oremos:
            Dios todopoderoso y eterno, que confiaste al obispo san            Marcelo el cuidado            pastoral de tu pueblo santo, concédenos, por su intercesión,            tu perdón y tu            gracia.
            Por nuestro Señor Jesucristo...
            Amén.
Primera Lectura
El Señor es su heredad
Lectura del libro del Deuteronomio 10, 8-9
Moisés habló            al pueblo diciendo:
            "El Señor apartó a la tribu de Leví para que llevara el arca            de la alianza            del Señor, estuviera en presencia del Señor, a su servicio, y            bendijera en su            nombre, y así hacen todavía hoy. Por eso el levita no recibe            parte en la heredad            de sus hermanos, sino que el Señor es su heredad, como le dijo            el Señor tu            Dios".
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 145
El Señor es el lote de mi heredad.
Protégeme,            Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: "Tú eres mi            bien".            El Señor es el lote de mi heredad y mi copa.
            El Señor es el lote de mi heredad.
Bendeciré al            Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente            Tengo siempre            presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.
            El Señor es el lote de mi heredad.
Me enseñarás            el sendero de la vida; me saciarás de gozo en tu presencia, de            alegría perpetua            a tu derecha.
            El Señor es el lote de mi heredad.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya,              aleluya.
            A ustedes los llamo amigos, dice el Señor, porque lo que he            oído a mi Padre, se            los he dado a conocer.
            Aleluya.
Evangelio
El buen pastor da la vida por la ovejas
† Lectura del santo Evangelio según San Juan 10,11-16
Gloria a ti, Señor.
En aquel            tiempo dijo Jesús:
            "Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da la vida por las            ovejas; el            asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir            al lobo, abandona            las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es            que a un asalariado            no le importan las ovejas. Yo soy el Buen Pastor, que conozco            a las mías y las            mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al            Padre; yo doy mi            vida por las ovejas.
            Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también            a ésas las tengo            que traer, y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo            Pastor".
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor,            con bondad las ofrendas que te presentamos, en la fiesta del            obispo san            Marcelo, para que nos obtengan tu perdón y glorifiquen así tu            santo nombre.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
Prefacio
Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia
En verdad es            justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias            siempre y en            todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno,            por Cristo, Señor            nuestro.
            Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad            de san Marcelo,
            para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su            palabra y protegernos            con su intercesión.
            Por eso,
            con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza            diciendo sin            cesar:
          
Antífona de la Comunión
No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido, para que vayan y den fruto y ese fruto perdure.
Oración después de la Comunión
Oremos:
            Reanimados por este sacramento, te pedimos, Señor, que, a            ejemplo de san            Marcelo, nos esforcemos en dar testimonio de la fe que él tuvo            y en llevar a la            práctica sus enseñanzas.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén
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† Meditación diaria
2ª semana. Martes
DIGNIDAD DE LA PERSONA
— La grandeza y dignidad de la persona humana.
— Dignidad de la persona en el trabajo. Principios de doctrina social de la Iglesia.
— Una sociedad justa.
I. Iba Jesús atravesando un sembrado, y los discípulos desgranaban algunas espigas para comerlas. Era un día de sábado; los fariseos se dirigieron al Maestro para que les llamara la atención, pues –según su propia casuística– no era lícito realizar aquel pequeño trabajo en sábado. Jesús salió en defensa de sus discípulos y del propio descanso sabático, y para esto acude a la Sagrada Escritura: ¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando se vio necesitado, y tuvo hambre él y los que estaban con él? ¿Cómo entró en la Casa de Dios en tiempos de Abiatar, Sumo Sacerdote, y comió los panes de la proposición, que no es lícito comer más que a los sacerdotes, y los dio también a los que estaban con él? Y les decía: El sábado fue hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. Y a continuación les da todavía una razón más alta: el Hijo del Hombre es señor hasta del sábado1. Todo está ordenado en función de Cristo y de la persona; también el descanso del sábado.
Los panes de la proposición eran doce panes que se colocaban cada semana en la mesa del santuario, como homenaje de las doce tribus de Israel2; los que se retiraban del altar quedaban reservados para los sacerdotes que atendían el culto.
La conducta de David anticipó la doctrina que Cristo enseña en este pasaje. Ya en el Antiguo Testamento, Dios había establecido un orden en los preceptos de la Ley de modo que los de menor rango ceden ante los principales. Así se explica que un precepto ceremonial, como era este de los panes, cediese ante un precepto de ley natural3. El precepto del sábado tampoco estaba por encima de las necesidades elementales de subsistencia.
El Concilio Vaticano II se inspira en este pasaje para subrayar el valor de la persona por encima del desarrollo económico y social4. Después de Dios, el hombre es lo primero; si no fuera así sería un verdadero desorden, como vemos desgraciadamente que ocurre con frecuencia.
La Humanidad Santísima de Cristo arroja una luz que ilumina nuestro ser y nuestra vida, pues solo en Cristo conocemos verdaderamente el valor inconmensurable de un hombre. «Cuando os preguntéis por el misterio de vosotros mismos –decía Juan Pablo II a numerosos jóvenes–, mirad a Cristo, que es quien da sentido a la vida»5. Solo Él; ningún otro puede dar sentido a la existencia, y por eso no cabe definir al hombre a partir de las realidades inferiores creadas, y menos por su producción laboral, por el resultado material de su esfuerzo. La grandeza de la persona humana se deriva de la realidad espiritual del alma, de la filiación divina, de su destino eterno, recibido de Dios. Y esto la sitúa por encima de toda la naturaleza creada. La dignidad, y el respeto inmenso que merece, le es otorgada en el momento de su concepción, y fundamenta el derecho a la inviolabilidad de la vida y la veneración a la maternidad.
El título que, en último término, funda la dignidad humana está en ser la única realidad de la creación visible a la que Dios ha amado en sí misma, creándola a su imagen y semejanza y elevándola al orden de la gracia. Pero además, el hombre adquirió un valor nuevo después que el Hijo de Dios, mediante su Encarnación, asumiera nuestra naturaleza y diera su vida por todos los hombres: propter nos homines et propter nostram salutem descendit de coelis. Et incarnatus est. Por eso, nos interesan todas las almas que nos rodean: no hay ninguna que quede fuera del Amor de Cristo, ninguna que alejemos de nuestro respeto y consideración. Miremos a nuestro alrededor, a las personas que diariamente vemos y saludamos, y veamos en la presencia del Señor si de hecho es así, si manifestamos a los demás ese aprecio y veneración.
II. La dignidad de la criatura humana –imagen de Dios– es el criterio adecuado para juzgar los verdaderos progresos de la sociedad, del trabajo, de la ciencia..., y no al revés6. Y la dignidad del hombre se expresa en todo su quehacer personal y social; de modo particular, en el campo del trabajo, donde se realiza y cumple a la vez el mandato de su Creador, que lo sacó de la nada y lo puso en una tierra sin pecado ut operaretur, para que trabajara7 y así le diera gloria. Por eso, la Iglesia defiende la dignidad de la persona que trabaja, y a la que se falta cuando se la estima solo en lo que produce, cuando se considera el trabajo como mera mercancía, valorando más «la obra que el obrero», «el objeto más que el sujeto que la realiza»8 –dice de modo expresivo Juan Pablo II–, cuando se le utiliza como elemento para la ganancia, estimándolo solo en lo que produce.
No se trata de una cuestión de formas externas, de trato, pues incluso con unos modos humanos cordiales puede atentarse contra la dignidad de los demás, si se les subordina a fines meramente utilitarios, como mecanismo, por ejemplo, para elevar la productividad o mantener la paz en la empresa: hemos de venerar en todo hombre la imagen de Dios.
Lejos estaríamos de una visión cristiana si en algo mantuviéramos una visión chata, pegada a la tierra: los indicadores más fieles de la justicia en las relaciones sociales no son el volumen de la riqueza creada ni su distribución..., es necesario examinar «si las estructuras, el funcionamiento, los ambientes de un sistema económico, son tales que comprometen la dignidad humana de cuantos en él despliegan su propia actividad...»9. Hemos de tener presente que el criterio supremo en el uso de los bienes materiales debe ser «el de facilitar y promover el perfeccionamiento espiritual de los seres humanos, tanto en el orden natural como en el sobrenatural»10, comenzando, como es lógico, por aquellos que los producen.
Por eso, la íntima conexión entre trabajo y propiedad pide, para su propia perfección, que quien lo realiza pueda considerar de alguna forma «que está trabajando en algo propio»11.
La dignidad del trabajo viene expresada en un salario justo, base de toda justicia social; incluso en el caso en el que se trate de un contrato libre, pues, aunque el salario estipulado fuera conforme a la letra de la ley, esto no legitima cualquier retribución que se acuerde. Y si quien contrata (el director de una academia, el constructor, el patrono, el ama de casa...) quisiera aprovecharse de una situación en la que haya excedente de mano de obra, por ejemplo, para pagar unos salarios contrarios a la dignidad de las personas, ofendería a esas personas y a su Creador, pues estas tienen un derecho natural irrenunciable a los medios suficientes para el propio mantenimiento y el de sus familias, que está por encima del derecho a la libre contratación12. Otra «consecuencia lógica es que todos tenemos el deber de hacer bien nuestro trabajo... No podemos rehuir nuestro deber, ni conformarnos con trabajar medianamente»13. La pereza y el trabajo mal hecho también atentan contra la justicia social.
III. Es preciso tener presente que la finalidad principal del desarrollo económico «no es un mero crecimiento de la producción, ni el lucro o el poder, sino el servicio del hombre integral, teniendo en cuenta sus necesidades de orden material y las exigencias de su vida intelectual, moral, espiritual y religiosa»14. Esto no niega un campo de legítima autonomía para la ciencia económica: la autonomía que es propia del orden temporal, que llevará a estudiar las causas de los problemas económicos, sugerir soluciones técnicas y políticas, etc. Pero estas soluciones se deben someter siempre a un criterio superior, de orden moral, pues no son absolutamente independientes y autónomas; y no se ha de confiar en acciones puramente técnicas cuando nos encontramos con problemas que tienen su origen en un desorden moral.
Es largo el camino hasta llegar a una sociedad justa en la que la dignidad de la persona, hija de Dios, sea plenamente reconocida y respetada. Pero ese cometido es nuestro, de los cristianos, junto a todos los hombres de buena voluntad. Porque «no se ama la justicia, si no se ama verla cumplida con relación a los demás. Como tampoco es lícito encerrarse en una religiosidad cómoda, olvidando las necesidades de los otros. El que desea ser justo a los ojos de Dios se esfuerza también en hacer que la justicia se realice de hecho entre los hombres»15. Debemos vivir, con todas sus consecuencias y en los campos más variados, el respeto a toda persona: defendiendo la vida ya concebida, porque allí hay un hijo de Dios con un derecho a vivir que Él le ha dado y que nadie le puede quitar; a los ancianos y más débiles, para quienes hemos de tener entrañas de misericordia, esa misericordia que el mundo parece perder. Como empleados u obreros, siendo buenos trabajadores y expertos profesionales, o como empresarios, conociendo muy bien la doctrina social de la Iglesia para llevarla a la práctica.
También hemos de reconocer esa dignidad de la persona en las relaciones normales de la vida: considerando a quienes tratamos –por encima de sus posibles defectos– como hijos de Dios, evitando hasta la más pequeña murmuración y todo aquello que pueda dañarles. «Acostúmbrate a encomendar a cada una de las personas que tratas a su Ángel Custodio, para que le ayude a ser buena y fiel, y alegre»16. Entonces será más fácil el trato, y las relaciones ganarán en cordialidad, en paz y respeto mutuo.
El Hijo del Hombre es señor hasta del sábado. Todo debemos ordenarlo en función de Cristo –Sumo Bien– y de la persona humana, por cuya salvación Él se inmoló en el Calvario. Ningún bien terreno es superior al hombre.
1 Mc 2, 23-28. — 2 Cfr. Lev 24, 5-9. — 3 Cfr. Sagrada Biblia, Santos Evangelios, EUNSA, Pamplona 1983, in loc. — 4 Cfr. Conc. Vat. II, Const Gaudium et spes, 26. — 5 Juan Pablo II, Nueva York, En el Madison Square Garden, 3-X-1979. — 6 Cfr. ídem, Discurso 15-VI-1982, 7. — 7 Gen 2, 15. — 8 Juan Pablo II, Discurso 24-XI-1979. — 9 Juan XXIII, Enc. Mater et Magistra, 15-V-1961, 83. — 10 Ibídem, 246. — 11 Juan Pablo II, Enc. Laborem exercens, 15. — 12 Cfr. Pablo VI, Enc. Populorum progressio, 24-III-1967, 59. — 13 Juan Pablo II, Discurso 7-XI-1982. — 14 Conc. Vat. II, loc. cit., 64. — 15 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 52. — 16 ídem, Forja, n. 1012.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Sierva de Dios, Mariana Francisca de                Jesús Torres y Berriochoa
            (1563 †1635)
              Fiesta: 16 de Enero
              
              Nació 1563 Biscaya, España. † Enero 16, 1635 Quito,                  Ecuador.
                Mariana fue la primogénita de D. Diego Torres Cádiz y                  de Doña María                  Berriochoa Álvaro, que también tuvieron dos hijos                  varones; nació en el año 1563                  en España.

            En 1556, las piadosas mujeres de Quito, en comunión de                ideales con su primer                obispo, Don García Díaz Arias, habían elevado ferviente                petición al Rey de                España, Don Felipe II, para la fundación de un Monasterio                de la Limpia                Concepción.
              
              La Navidad de 1534 fue una fiesta inolvidable para toda                la comunidad, porque                sabían que sus días se acortaban y todas querían unas                palabras de la madre                querida, que les decía entre otras cosas: "Mirad hijas                mías, que mi                destierro se ha prolongado mucho, todas mis hermanas                fundadoras gozan ya de la                visión de Dios, dentro de un mes y medio también yo os                dejaré, como nos han                dejado ellas".
La llama su biógrafo la "Monja que                muere tres veces" porque se comprueba histórica y                documentalmente que esta                bendita monja, murió realmente en el año 1582; luego sigue                viviendo y muere por                segunda vez el 17 de septiembre de 1588, para resucitar y                volver a morir                definitivamente el 16 de enero de 1635 a la edad de 72                años.
              A las tres de la tarde dejó de latir el corazón de Madre                Marianita.
Bajo el Altar de una capilla interior                del Monasterio de la Limpia Concepción, (Quito, Ecuador.)
              Se conservan 4 de los cuerpos incorruptos de las Madres                Fundadoras.
              Uno de ellos es el de la Madre Mariana de Jesús Torres.
Profecías:
Nota: se solicita donación para poner sus revelaciones en internet al costo de 5 centavos de dólar por página (son 3 libros de unas 200 pgs cada uno, total 600, 30 dólares): iesvs.org @gmail.com
San Marcelo
            Papa
En la            serie de los Pontífices (que hasta            1994 ya eran 265) el Papa Marcelo ocupa el puesto número 30.            Fue Pontífice por            un año: del 308 al 309. El nombre "Marcelo" significa:            "Guerrero".
Era uno de los más valientes sacerdotes de Roma en la terrible persecución de Diocleciano en los años 303 al 305. Animaba a todos a permanecer fieles al cristianismo aunque los martirizaran.
Elegido Sumo Pontífice se dedicó a reorganizar la Iglesia que estaba muy desorganizada porque ya hacía 4 años que había muerto el último Pontífice, San Marcelino. Era un hombre de carácter enérgico, aunque moderado, y se dedicó a volver a edificar los templos destruidos en la anterior persecución. Dividió Roma en 25 sectores y al frente de cada uno nombró a un Presbítero (o párroco). Construyó un nuevo cementerio que llegó a ser muy famoso y se llamó "Cementerio del Papa Marcelo".
Muchos cristianos habían renegado de la fe, por miedo en la última persecución, pero deseaban volver otra vez a pertenecer a la Iglesia. Unos (los rigoristas) decían que nunca más se les debía volver a aceptar. Otros (los manguianchos) decían que había que admitirlos sin más ni más otra vez a la religión. Pero el Papa Marcelo, apoyado por los mejores sabios de la Iglesia, decretó que había que seguir un término medio: sí aceptarlos otra vez en la religión si pedían ser aceptados, pero no admitirlos sin más ni más, sino exigirles antes que hicieran algunas penitencias por haber renegado de la fe, por miedo, en la persecución.
Muchos aceptaron la decisión del Pontífice, pero algunos, los más perezosos para hacer penitencias, promovieron tumultos contra él. Y uno de ellos, apóstata y renegado, lo acusó ante el emperador Majencio, el cual, abusando de su poder que no le permitía inmiscuirse en los asuntos internos de la religión, decretó que Marcelo quedaba expulsado de Roma. Era una expulsión injusta porque él no estaba siendo demasiado riguroso sino que estaba manteniendo en la Iglesia la necesaria disciplina, porque si al que a la primera persecución ya reniega de la fe se le admite sin más ni más, se llega a convertir la religión en un juego de niños.
El Papa San Dámaso escribió medio siglo después el epitafio del Papa Marcelo y dice allí que fue expulsado por haber sido acusado injustamente por un renegado.
El "Libro Pontifical", un libro sumamente antiguo, afirma que en vez de irse al destierro, Marcelo se escondió en la casa de una señora muy noble, llamada Lucina, y que desde allí siguió dirigiendo a los cristianos y que así aquella casa se convirtió en un verdadero templo, porque allí celebraba el Pontífice cada día.
Un Martirologio (o libro que narra historias de mártires) redactado en el siglo quinto, dice que el emperador descubrió dónde estaba escondido Marcelo e hizo trasladar allá sus mulas y caballos y lo obligó a dedicarse a asear esa enorme pesebrera, y que agotado de tan duros trabajos falleció el Pontífice en el año 209.
La casa de Lucina fue convertida después en "Templo de San Marcelo" y es uno de los templos de Roma que tiene por titular a un Cardenal.
Señor Dios: concédenos la gracia de no renegar jamás de nuestras creencias cristianas, y haz que te ofrezcamos las debidas penitencias por nuestros pecados. Amen.
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Honorato de Arles, Santo Obispo, Enero 16
                
 Obispo Martirologio Romano: En Arlés, ciudad de la Provenza, en                      la Galia (hoy Francia), san Honorato, obispo, que                      estableció el célebre monasterio en la isla de                      Lérins y después aceptó regir la sede de Arlés                      (429).  |             
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San José Vaz, Presbítero Misionero, Enero 16
Martirologio Romano: En Kandy, ciudad de la isla de              Ceilán (hoy Sri Lanka), en el Océano Índico, beato José Vaz,              presbítero, de la              Congregación del Oratorio, que se entregó con inusitado              fervor a predicar el              evangelio de salvación a los católicos diseminados por              aquellas tierras,              confirmando en la fe a los que permanecían escondidos              (1711).
            
            Nació el 21 de abril de 1651, en India, fue el tercero de los            seis hijos del            matrimonio cristiano formado por Cristopher Vaz y María de            Miranda, 
            
            Sus estudios primarios y secundarios los realizó en el colegio            de Sancoale,            donde los estudios se realizaban en dos idiomas: el nativo y            el portugués,            además aprendió latín. Posteriormente estudió humanidades en            la Jesuit Goa            University especializándose en filosofía y teología en la San            Thomas Aquinas            Academy. Recibió la ordenación en 1676. 
            
            Abrió una escuela de latín en Sancoale para los posibles            seminaristas. Muy devoto            de Nuestra Señora, en 1677 se consagró como "esclavo de            María",            sellándolo con un documento conocido como su "Carta de            Esclavitud".
            
            Fue en esta época que él se enteró de las penurias de los            católicos en Ceylon;            quienes sufrían persecución de los protestantes holandeses, al            punto que por 50            años no habían tenido sacerdote en su comunidad. Pidió permiso            para trabajar en            Ceylon, pero le solicitaron fuera a Kanara. Aceptó, pero sus            pensamientos y            corazón estaban en Ceylon.
            
            Como Vicario en Kanara, predicó, oyó confesiones, visitaba            enfermos, ayudó a            los pobres, rescató a cristianos esclavizados y trabajó para            solucionar            disputas jurídicas que interferían con la celebración de los            sacramentos. 
            
            Mientras, una pequeña congregación sacerdotal se había formado            en Goa teniendo            la Iglesia de la Santísima Cruz de los Milagros como            sede. El P. José se            unió a esta congregación y fue elegido como su superior. El            dio un estatus            canónico a este oratorio introduciendo ejercicios religiosos,            actividades de            caridad y preparando a sus miembros para las misiones.
            
            En 1686 dejó su cargo y se encaminó a Ceylon, disfrazado como            un obrero            itinerante, llegando al puerto de Tuticorin en la Pascua de            1687, y luego a la            fortaleza holandesa de Jaffna en el norte de Ceylon.
            
            Padeció disentería aguda, agravada por las condiciones            terribles del viaje,            apenas se recuperó empezó su misión contactando a los            católicos y escondiéndose            de los holandeses. Fue alojado por un valeroso católico, y            atendía en la noche            a su oculta feligresía. Se mantuvo siempre un paso delante de            las autoridades,            y en 1689 se fue a Sillalai, un poblado católico, y empezó a            atender a las            gentes en pueblos circundantes.
            
            En 1690 el P. José viajó a Puttalam en el Reino de Kandy,            donde 1,000 católicos            no habían tenido un sacerdote por medio siglo. Decidió hacer            el centro de su            apostolado en Kandy, y en 1692 se mudó para allá y pidió            permiso al Rey para            trasladarse libremente en ese territorio. En lugar de ello, él            fue aprendido            por imputaciones Calvinistas de ser un espía de Portugués, y            se lo encarceló            con otros dos católicos. Allí él aprendió Sinhala, el idioma            local, y apenas            los guardias de la prisión redujeron su vigilancia, construyó            una choza-iglesia            y posteriormente una iglesia que dedicó a Nuestra Señora,            empezando así su            misión, convirtiendo a otros prisioneros.
            
            En 1696 el Reino de Kandy estaba sufriendo una seria sequía, y            el rey pidió a            los monjes budistas que oraran a sus dioses para que lloviera;            nada ocurrió.            Entonces el Rey se volvió hacia José quien erigió un altar y            una cruz en el            medio de un área cuadrada, y oró; una lluvia abundante empezó            a caer, mientras            José y la zona del altar permanecían secas. El rey le concedió            licencia a José            para predicar a lo largo del reino. 
            
            Haciendo uso de su reencontrada libertad, hizo una labor            misionera visitando la            zona holandesa y a los católicos en Colombo. Tres misioneros            del Oratorio de            Goa llegaron a 1697 para ayudarlo y con la noticia de que Don            Pedro Pacheco,            Obispo de Cochin, lo había nombrado Vicario General en Ceylon.            Él estaba            organizando la estructura básica de la misión cuando la            viruela asoló Kandy. Su            trabajo con los enfermos convenció al rey de concederle todas            las facilidades            para que el P. José realizara sus labores.
            
            Joseph llevó su misión a los principales centros poblados de            la isla,            regresando a Kandy en 1699 con el Padre José de Carvalho que            había sido            expulsado por instigación de monjes budistas. Completó la            construcción de su            nueva iglesia, y entró al servicio del rey, traduciendo libros            portugueses al            sinhala. Desde esa óptica, intensificó su ministerio, y            convirtió algunos            notables Cingaleses que dio lugar a calumnias contra él y a la            persecución de            los convertidos. 
            
            Nuevos misioneros llegaron en 1705, lo que le permitió            organizar las misiones en            ocho distritos cada uno a cargo de un sacerdote. 
            
            Trabajó en la creación de una biblioteca católica comparable a            la de los            budistas, y en cimentar los derechos de católicos con el            Gobierno protestante            holandés. 
            
            El Rey Vimaldharna Surya II, protector del Padre José, murió            en 1707,            Narendrasimha, su sucesor, fue un respaldo aún mayor. Nuevos            misioneros            llegaron a 1708. 
            
            Frecuentaba comer sólo "Kanji", arroz asado considerado comida            del pobre.            Dormía sobre una estera en el suelo y mantenía un saco de            arroz que distribuía            a los necesitados después de la Misa.
El Papa Clemente XI bendijo a los misioneros del Oratorio, muchas iglesias se construyeron y las conversiones pasaron la marca de 100.000 al final de su vida.
En 1710, a pesar de sus problemas de salud, José hizo otro viaje apostólico. A su retorno, él cayó enfermo de su carruaje, y llegó a Kandy en condición seria. Aunque se recuperó de una serie de infecciones y fiebres durante el año siguiente, su edad, el trabajo, y las enfermedades lo habían debilitado.
Inició nueve días de ejercicios espirituales prescritos por la Regla de su orden, pero antes del séptimo día, fue llamado a la casa de Dios, era el 16 de enero de 1711.
Cuando sintió que ya era hora de partir a la Casa del Padre, se preparó con una oración intensa. Antes de morir dijo a los reunidos: "Difícilmente podrás hacer en el momento de muerte lo que no has hecho durante tu vida".
Honrado por el rey, el cuerpo fue expuesto al público por tres días. El beato José Vaz es conocido como el "apóstol de Sri Lanka" por la reactivación que hizo de la Iglesia en una época de persecución durante el reinado de los holandeses en el siglo XVII.
El crucifijo que le obsequió el Papa,            fue enviado por el P. Vaz a Goa y se conserva en la "Sala del            Oratorio del Beato            José Vaz" en Sancoale, Goa, India. Es la única reliquia del            beato y es visitada            por miles de devotos de todo el mundo.
            
            Su Santidad Juan Pablo II lo beatificó el 21 de enero de 1995            durante su visita            apostólica a Sri Lanka. La causa había sido iniciada en 1737.            Fue canonizado            por el Papa Francisco el 16/01/2015 en su viaje a Sri Lanka.
            
            Si usted tiene información relevante para la canonización del            Beato José Vaz            por favor comuníquese con:
            Sanctuary of Blessed Joseph Vaz
            413 Blessed Joseph Vaz Road
            Sancoale P.O.
            Cortalim
            Goa, India-403 710
            phone/0834-550263  
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Fuente: Franciscanos.org 
            José Antonio Tovini, Beato Maestro Laico, Enero 16   
                
 Maestro Laico Martirologio Romano: En Brescia, ciudad de Italia, beato                      José Antonio Tovini, que, siendo maestro, se ocupó                      en erigir numerosas escuelas cristianas y en                      promover la construcción de obras públicas, y en                      toda su actividad dejó testimonio de su oración y de                      sus virtudes (1897).  |             
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Fuente: Vatican.va 
            Juana María Condesa Llunch, Beata Virgen Fundadora, 16            de enero   
                
 Fundadora de la Congregación de Martirologio Romano: En Valencia, ciudad de España, beata                        Juana María Condesa Lluch, virgen, la cual,                      con solícita caridad y espíritu de sacrificio para                      con los pobres, niños y jóvenes obreras, se entregó                      completamente a atenderlos y, para su tutela, fundó                      la Congregación de Siervas de la Inmaculada                      Concepción Protectoras de las Obreras (1916).  |             
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Fuente: Martirologio Romano 
            Otros Santos y Beatos Completando santoral de este día,            Enero 16   
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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